La conexión del Apra investigación

La
conexión
del Apra

El hilo conduce a García
LA CONEXIÓN DEL APRA
Escribe: Víctor Manuel Rivera Vizcarra
En 2007 tuvo lugar una reunión de la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso que
muestra un hilo que nos conduce a una oscura conexión del gobierno aprista con los sobrevalorados
tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur. Se trata de un esquema astutamente diseñado
para que la corrupción transite silenciosamente hasta la cabeza del gobierno.
El 22 de mayo de 2007 la ministra de Transportes y Comunicaciones
Verónica Zavala (hermana de Fernando Zavala,
expresidente del Consejo de Ministros durante el gobierno de
PPK), se presentó ante la Comisión de Fiscalización y Contraloría
del Congreso, para informar sobre la situación legal del
“Consorcio Supervisor Vial Sur”, encargado de supervisar los
tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur.
La ministra anunció que el contrato de supervisión del “Consorcio
Supervisor Vial Sur” había sido anulado, porque se habían
detectado graves irregularidades. Informó que OSITRAN
(Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de
Transporte de Uso Público) tenía fundada sospecha de que el
“Consorcio Supervisor Vial Sur” había utilizado documentación
no válida para ganar esa licitación. Que por esa razón OSITRAN
le solicitó a su despacho que cotejen esos documentos con los
originales que obraban en los archivos del Ministerio de
Transportes y Comunicaciones.
−La búsqueda fue infructuosa −manifestó la ministra hasta en

dos oportunidades−. No pudimos encontrar los originales y por esa razón
el Ministerio no pudo garantizar la validez de estos certificados.
Sin embargo, el congresista Renzo Reggiardo tenía razones para creer
que allí había gato encerrado.
Renzo Reggiardo
REGGIARDO
En efecto, resulta que el congresista Renzo Reggiardo, miembro de
aquella comisión, se las ingenió para conseguir el oficio que el Ministerio
de Transportes y Comunicaciones remitió a OSITRAN informando sobre
el resultado del cotejo de estos certificados.
−El oficio lo tengo aquí en mí poder −manifestó Reggiardo, mostrando el
documento−. Tal vez haya una contradicción o esté mal redactado, pero
lo cierto es que a Ositran se le informó otra cosa. Se le dijo que el primer
documento «no concordaba con los formatos emitidos por vía regular»;
que el segundo «no contenía menciones formales en su texto resolutivo»;
y, que el tercero, «no contenía las formalidades que exige el
reglamento».
Por lo tanto −Reggiardo se dirigió a la ministra− nos gustaría saber la
verdad sobre los certificados que el “Consorcio Supervisor Vial Sur”
presentó en la licitación de los tramos 2 y 3 de la Interoceánica, así sean
fraguados, falsificados o como se quieran llamar.
La ministra, acorralada, no tuvo otra alternativa.
Admitió que el “Consorcio Supervisor Vial Sur” ganó la licitación con
documentación falsificada.
Entiendo −dijo la ministra− que la respuesta del ministerio fue «que los
documento que nos presentaron no eran iguales a los documentos
que tenía el Ministerio».
La ministra le había mentido a la Comisión de Fiscalización
y Contraloría del Congreso
Verónica Zavala
La ministra, acorralada, no tuvo otra
alternativa.Admitió que el “Consorcio
Supervisor Vial Sur” ganó la licitación
con documentación falsificada.
Un sentimiento
de vergüenza
ajena debió
haber invadido
el ambiente
El GOLPE
Reggiardo volvió al ataque y recordó que si bien era cierto que Ositran
era quien anuló el contrato del Consorcio Supervisor Vial Sur, no era
menos cierto que este contrato se anuló por causa del informe que emitió
el Ministerio de Transportes y Comunicaciones
La ministra admitió con su silencio y Reggiardo decidió aplastar el ardid
de la ministra.
−Tengo en mi poder el informe que se utilizó para anular el contrato de
supervisión del “Consorcio Supervisor Vial Sur” −anunció Reggiardo−.
Lo extraño es que no se trata de uno sino de dos informes que llevan el
mismo número, pero que difieren en su contenido. Se trata de los
informes 0052-2007-MTC del 23/2/07 y 0052-2007-MTC del 25/2/07 y
como puede verse, en una de ellas se expresa «que los certificados a
favor del Consorcio no tienen ninguna validez» y en la otra se afirma
«que no pueden pronunciarse sobre su validez, porque los documento
no obraban en los archivos».
Reggiardo le pidió a la ministra que explicara aquella extraña confusión.
Zavala se escudó asegurando que no conocía los detalles de aquel
informe contradictorio. Que le informaron verbalmente y que por eso no
recordaba con claridad que es lo que en realidad le informaron.
Un sentimiento de vergüenza ajena debió haber invadido el ambiente.

Era obvio que algo muy oscuro se estaba tejiendo desde el
despacho de la ministra, sobre todo porque no fue OSITRAN
sino la propia Verónica Zavala quien ordenó la tardía investigación
contra el “Consorcio Supervisor Vial Sur”, para anular un
contrato que se había firmado cuatro años atrás.
LA MANIOBRA
¡Los agarraron del cuello a los del “Consorcio Supervisor Vial
Sur”!
Del informe de la ministra se deduce que anularon el contrato de
supervisión alegando que no encontraron los originales en los
archivos del ministerio … y les “perdonaron la vida” porque se
guardaron, bajo la manga, el verdadero informe que daba
cuenta que los certificados eran falsificados.
Dejaron una espada para que caiga sobre cabeza de la
empresa cuando ellos quisieran y, por las dudas, los apristas
Mulder y Pastor −ese día en la comisión del congreso− lanzaron
toda clase de amenazas asegurando que el consorcio sería
espulgado con todo el poder del gobierno.
¿Fue así como se deshicieron del Consorcio Supervisor Vial
Sur?
Quien salió favorecida fue Alpha Consult, una empresa
salpicada por escándalos −estuvo involucrada en el caso
Guvarte y en la Vía Expresa del Callao de Alex Kouri– y que se
convirtió en la engreída del gobierno aprista.
Alpha Consult llegó a celebrar contratos de supervisión con
Ositran por montos que superan los 48 millones de dólares.
Además, desde el Ministerio de Transportes y Comunicaciones
le aprobaron supervisiones por más de 121 millones de soles.
EL HILO CONDUCTOR
Verónica Zavala, en su condición de Ministra de Transportes y
comunicaciones no tenía atribuciones legales para fiscalizar a
Alpha Consult, la nueva e influyente empresa supervisora del
tramo 2 y 3 de la carretera Interoceánica.
Esa facultad le correspondía a OSITRAN, que gozaba, en el
papel, de la más plena autonomía.
¿Por qué entonces la ministra Zavala propició la
nulidad de aquel contrato? ¿Quién se beneficiaba
con la componenda?
Poco a poco −ese día en la comisión del
congreso− el misterio empezó a
desentrañarse.
La explicación de la ministra
Zavala, en torno a las funciones
de OSITRAN, dejaron enmudecidos
a alguno de los miembros
de la comisión del congreso.
Dejó en claro que ella, en su
condición de Ministra de
Transportes y Comunicaciones,
no tenía atribuciones para
fi s c a l i z a r o s u p e r v i s a r
infraestructuras entregadas al
sector privado. Que era a
OSITRAN, en exclusividad, a
quien le correspondía esta
función. Que el contrato de
concesión, la supervisión, así
como todo lo que tenía que ver
con aquellos contratos eran de
competencia de OSITRAN.
Los miembros de la comisión escuchaban
absortos.
−El directorio de OSITRAN está blindado por ley
−sentenció la ministra−. El Ministerio de Transportes y
Comunicaciones no puede intervenir en la supervisión de
infraestructuras sin el permiso de OSITRAN.
Un desconcertado congresista Pedro Santos le pidió a la
ministra que explique por qué Ositran tenía tantas facultades.
Mulder
Amenazó con
espulgar a la empresa
Del
Castillo
La madre
del cordero

El congresista Santos preguntó confundido como era que una entidad
estatal autónoma podía celebrar contratos, anularlos o suspenderlos,
supervisarlos y valorarlos.
Que puede incluso volver a contratar si deja sin efecto un contrato.
Tiene que haber alguien que la fiscalice.
¿A quién le rinde cuentas OSITRAN? −reclamó enfadado el congresista−.
Tras un silencio interminable la ministra respondió: OSITRAN solo rinde
cuentas al primer ministro aprista Jorge del Castillo.
Esa era la madre del cordero.
LA FACHADA
En febrero de 2007, Juan Carlos Zevallos Ugarte asumió la presidencia
de OSITRAN.
Zevallos era un miembro notable de Perú Posible.
Integró la Comisión de Gobierno de la chacana y llegó a ser jefe del
Gabinete de Asesores del ministro del Interior y posteriormente
viceministro del Interior y de Agricultura. Había sido miembro del
Plan de Gobierno del “cholo sagrado” y aportó sumas
significativas para su campaña.
Alan García
Nos muestra el hilo de una madeja
diseñada para llegar hasta el sillón
presidencial.
Zevallos
Intervino, con
poder absoluto,
en todas las obras
del país.
¿Por qué el premier Jorge del Castillo le confiaría aquella
estratégica función a un miembro de Perú Posible? ¿Por qué el
“cholo sagrado” habría firmado la ley orgánica de OSITRAN cuatro
días antes de que concluya su gobierno?
Barata ha declarado que después del primer trimestre de 2007 −un mes
después de asumir el cargo− Odebrecht empezó a pagarle a Zevallos
coimas para que acelere la emisión de los certificados de avance de
obras de la Interoceánica Sur. Fue un primer paso, porque en 2017 la
Contraloría calculó que el Tramo 2 de la Interoceánica pasó de costar 286
a 1,409 millones de dólares y el Tramo 3 de 356 a 1,130 millones de
dólares.
Pero es necesario tener presente que Zevallos no solo supervisó los
tramos 2 y 3 de la carretera interoceánica: él intervino, con poder
absoluto, en todas las obras del país.
Y, sin embargo, a Zevallos solo lo han investigado por delito de
Tráfico de Influencias. Un poder invisible se encarga de
aislarlo de cualquier escándalo. La fiscalía, tras
prolongada investigación y bajo la batuta del desprestigiado
fiscal Marcial Paucar, ha calculado el desbalance
patrimonial de Zevallos en menos de 600 mil soles. Si se
afina la atención podrá percibirse que existe un esfuerzo
sostenido para desligar a Zevallos de cualquier sospecha
que se extienda más allá de la coima de que recibió
para acelerar los trámites de Odebrecht.
Con esa ridícula imputación se ha dictado prisión
preventiva contra quien tenía relación directa con las
adendas de los contratos.
Ahora se sabe, conforme a la declaración de Sergio
Nogueira en Curitiba, que Odebrecht pagó 22 millones
de dólares en coimas por los tramos 2 y 3 de la Interoceánica,
durante la gestión aprista. El problema radica
en que las investigaciones del Equipo Especial del
Ministerio Público apuntan por todas partes −son 36 los
investigados− pero no incluye a ningunos de los protagonistas
de esta oscura historia que nos muestra el hilo de una madeja que
transitó hasta el sillón presidencial.