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Alegraos 16

"La masonería, lucha contra la Iglesia y la familia"

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<strong>Alegraos</strong><br />

Editorial<br />

“La masonería: lucha contra la Iglesia y degradación de la humanidad”<br />

No es reciente el intento de blanquear las actividades de la masonería<br />

tratando de darle una cara amable ante la muy poco formada conciencia de<br />

los hombres de nuestro tiempo. De ello se valen, y de la caída en picado del<br />

sentido de pecado en esta época, del ritmo acelerado que se nos impone en<br />

la vida cotidiana y que contribuye a reducir el tiempo debido a la reflexión de<br />

las verdades profundas de la vida del hombre, de las mil y una falacias<br />

vertidas contra la Iglesia como faro luminoso que nos enseña a escuchar la<br />

voz de Dios en nuestra alma…<br />

La masonería como sociedad secreta, y de la que nos proponemos dar unas nociones básicas en esta revista, cuya campaña<br />

de lavado de imagen pretende presentárnosla como un paladín de filantropía, esconde sin embargo lo que son sus<br />

verdaderos objetivos: destrucción de las costumbres cristianas y de la familia, lucha contra Jesucristo y su Iglesia y, como<br />

consecuencia de lo anterior, degradación del ser humano ya que el hombre no es sino imagen de Dios y no puede ser feliz<br />

al margen de Él.<br />

Muchos y muy buenos estudios se han hecho sobre la masonería avalados por testimonios personales de ex masones; muy<br />

ilustrativos vídeos que nos orientan acerca de los medios y fines de estas sociedades. En el presente número de “<strong>Alegraos</strong>”<br />

facilitaremos a nuestros lectores una representativa muestra de estos recursos para que puedan ir profundizando en el<br />

conocimiento de esta institución tan poco recomendable. No en vano la Iglesia castiga con las mayores penas medicinales<br />

a los católicos que pertenezcan a la misma. Sabedores del inmenso poder que tienen los masones en amplios sectores de<br />

nuestra sociedad se hace más urgente conocer su forma de pensamiento y de acción para evitar vernos engañados.<br />

Por Mª Paz Utiel.<br />

Revista de evangelización<br />

Plaza de la Libertad, 4.<br />

28862 Belvis de Jarama (Madrid).<br />

Edita: Misión Trinitaria Seglar<br />

628-486-705<br />

Depósito legal: M-27221-2014<br />

Dirección: M.P. UTIEL UTIEL.<br />

Maquetación: D. MORA HUERTA.<br />

Redacción: REV. D.J.M. CABEZAS CAÑAVATE,<br />

A. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ , A. BÁRCENA PÉREZ<br />

y M.P. UTIEL UTIEL.<br />

Colabora: A.L. CAMPOS SEGOVIA.<br />

Recuerda que<br />

es una<br />

revista de difusión gratuita con fines<br />

apostólicos.<br />

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Escríbenos: revista.alegraos@gmail.com<br />

revista.alegraos@gmail.com<br />

alegraos.blogspot.com


<strong>Alegraos</strong><br />

Esta es la mas extensa y reveladora de las encíclicas que exponen la<br />

Masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:<br />

El fin de la Masonería es derrocar todo el orden religioso y político del<br />

mundo que ha producido la enseñanza cristiana y sustituirlo por un nuevo orden de<br />

acuerdo a sus ideas.<br />

Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental del<br />

naturalismo es que la naturaleza y la razón humana deben ser dueñas y guías de<br />

todo.<br />

La Masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice tener<br />

su origen en el comienzo de la historia.<br />

El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No aceptan de<br />

Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. (Dios es entonces imagen<br />

del hombre. Por eso no tienen una clara distinción entre el espíritu inmortal del<br />

hombre y Dios)<br />

<br />

Niegan que Dios haya enseñado algo.<br />

No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser entendida<br />

por la inteligencia humana.<br />

Poco les importa los deberes para con Dios. Los pervierten con opiniones<br />

erradas y vagas.<br />

La Masonería promulga un sincretismo que mezcla desde los misterios de la<br />

cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del modernismo<br />

occidental.<br />

El emblema masónico del compás y el cuadrante son símbolos de<br />

un racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".<br />

<br />

<br />

Enseña que la Iglesia Católica es una secta.<br />

Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra ella.<br />

Incompatibilidad entre el Catolicismo y la Masonería:<br />

El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por eso la<br />

Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.<br />

La Masonería promete la perfección por medio solo del orden natural y ve el<br />

orden natural como el más alto destino.<br />

De lo anterior se concluye que el Catolicismo y la Masonería son<br />

esencialmente opuestas. Si una desistiera de su oposición a la otra, dejaría de ser lo<br />

que es.<br />

La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín que<br />

representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo, en el otro está<br />

Satanás. La fuerza detrás de la Masonería, causante de sus engaños y su odio a la<br />

verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el príncipe de la mentira.


<strong>Alegraos</strong><br />

Consultorio de la fe<br />

¿Qué es la masonería?<br />

Sobre la masonería han tratado multitud de<br />

documentos del magisterio de la Iglesia, más en el pasado<br />

que en la actualidad, puesto que era entonces importante<br />

determinar la naturaleza y fines reales de dicha institución<br />

y su compatibilidad o no con el catolicismo. Una vez que<br />

eso quedó aclarado, lo que hace falta no es tanto producir<br />

documentos sobre la masonería, cuanto ponen en práctica<br />

los que ya se dieron. A lo sumo lo más que parece<br />

necesario de vez en cuando es recordar y actualizar el<br />

valor de los documentos ya promulgados y su vigencia en<br />

nuestro presente.<br />

Así lo hizo la declaración sobre las asociaciones<br />

masónicas de la Sagrada Congregación para la Doctrina de<br />

la Fe, de 26 de noviembre de 1983, en la cual se afirma<br />

con toda claridad:<br />

“Se mantiene, por tanto, inmutable el juicio negativo<br />

de la Iglesia respecto a las asociaciones masónicas,<br />

ya que sus principios han sido considerados siempre<br />

inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por ello<br />

la adscripción a las mismas permanece prohibida.<br />

Los fieles que pertenecen a las asociaciones<br />

masónicas están en estado de pecado grave y no<br />

pueden acceder a la Santa Comunión”.<br />

Pero os preguntaréis: ¿Qué es la masonería? No es<br />

fácil responder correctamente a dicha pregunta en tan<br />

poco espacio como un artículo de <strong>Alegraos</strong>, y menos de<br />

una asociación secreta, acerca de la cual circulan tantas<br />

informaciones confusas. No obstante intentaremos dar<br />

unas indicaciones seguras.<br />

Prescindimos ahora, en razón de la brevedad y de la<br />

claridad, de la historia de esta realidad. Para ello podéis<br />

consultar libros muy bien documentados. En este artículo<br />

nos interesa ante todo dejar una idea clara del<br />

pensamiento de la masonería y sus fines, organización e<br />

instrumentos de actuación. El libro básico para conocer a<br />

la masonería lo constituye la llamada Constitución<br />

Anderson o carta magna de la masonería, el cimiento de la<br />

masonería regular en sus aspectos ideológico y jurídico.<br />

La masonería es una organización que profesa una fe<br />

religiosa diluida, es difícil incluso llegar a conocer<br />

exactamente su pensamiento. La Declaración de la<br />

Conferencia Episcopal Alemana sobre la masonería<br />

reconoce que aunque «la visión del mundo de los masones<br />

no está fijada de un modo normativo», la presencia de<br />

unas convicciones y creencias básicas en la masonería la<br />

hacen incompatible con la Revelación divina y la fe<br />

cristiana. En efecto, los masones creen habitualmente en<br />

Dios, pero no en el Dios revelado que es personal, amor y<br />

que busca entrar en relación con el hombre. Su dios es una<br />

divinidad filosófica, abstracta y lejana, deísta. Es el Gran<br />

Arquitecto del Universo, que no pasa de ser un ello neutro,<br />

indefinido y abierto a cualquier forma de entenderlo.<br />

Además, los masones predican una religión natural y<br />

universal que es la exigen haya de enseñarse en todas las<br />

escuelas, cayendo con frecuencia en un sincretismo de<br />

todas las doctrinas filosóficas y religiosas. Unido a esa<br />

profesión de fe, hay una fuerte negación de la Revelación<br />

divina (niegan que Dios haya hablado nada a los hombres)<br />

y una gran oposición a la Iglesia, a la que se trata de<br />

combatir por todos los medios posibles. Con este marco es<br />

fácilmente comprensible que Jesucristo sea para la<br />

masonería el Gran Silenciado, no pudiendo aguantar ni<br />

siquiera oír su nombre.<br />

En otro orden de cosas, la masonería profesa un<br />

relativismo absoluto, defendiendo como dogma inmutable<br />

e indiscutible (es muy curioso el carácter dogmático<br />

absoluto de los relativistas) la negación de la posibilidad de<br />

un conocimiento objetivo de la verdad. No les importa<br />

para nada la verdad, en la que no creen, sino que lo único<br />

importante es la búsqueda. Pero, pensamos en voz alta, ¿a<br />

quién le puede importar la búsqueda de algo que no<br />

existe? ¿No es un sin-sentido?


<strong>Alegraos</strong><br />

Coherente con lo anterior, la masonería intenta<br />

imponer en las sociedades civiles su moral propia y sus<br />

creencias. Aunque habla de una moral civil, no se ajusta a<br />

la conocida como ley natural, sino que la relativiza y la<br />

adapta a la circunstancialidad socio-cultural de la sociedad<br />

civil y de cada momento histórico. Ya advertía el papa León<br />

XIII en la Humanum Genus que:<br />

“Si se ponía de moda la moral masónica,<br />

el libertinaje, la descomposición de las<br />

costumbres, la ausencia de pudor, el llamado<br />

realismo en el arte, el deseo de placer, etc.”<br />

A cien años vista, la profecía no ha podido tener un<br />

más pleno cumplimiento.<br />

Como medios para lograr sus fines la masonería busca<br />

la laicización y el laicismo del Estado, imponiendo sus<br />

criterios e ideas a la sociedad civil desde los organismos de<br />

poder político y mediático (medios de comunicación<br />

social), así como a través del control de la educación.<br />

Su organización interna, a pesar de las apariencias<br />

«de talante liberal, tolerante y democrático hacia fuera, es<br />

decir, en sus escritos y como algo exigido a los demás, la<br />

masonería es de una estructura estrictamente piramidal<br />

así como de una jerarquía y disciplina férreas hacia dentro,<br />

o sea, en su organización y funcionamiento interno a<br />

juzgar por lo que puede deducirse de sus rituales,<br />

reglamentos y documentos e intuirse de sus actuaciones».<br />

Bibliografía:<br />

· The Constitutions of the Free-Masons, containing the History,<br />

Charges, Regulations, etc, of that most Ancient and Right<br />

Worshipful Fraternity, Londres 1723, con numerosísimas ediciones.<br />

Categoría de fuentes merecen también los rituales masónicos y los<br />

Estatutos y Reglamentos que descienden a más detalles.<br />

· DE LA CIERVA, Ricardo: La masoneria invisible: una investigacion<br />

en internet sobre la masoneria moderna, Fénix, Madrid, 2002.<br />

· GUERRA GÓMEZ, Manuel, Los Nuevos Movimientos Religiosos (Las<br />

Sectas), Pamplona, Eunsa, 1993, pp. 497-502 y 519.<br />

· VIDAL MANZANARES, César, Los Masones, Geoplaneta, 2005.


<strong>Alegraos</strong><br />

Sin oración, no hay camino<br />

Hablamos y hablamos del camino de la vida<br />

y tocamos mil palillos pero hasta ahora<br />

hemos comentado poco o casi nada de lo<br />

que resulta esencial en el camino de la vida<br />

cristiana, “la única cosa necesaria”, que es<br />

la relación de amistad y de intimidad con el<br />

Señor: la oración cristiana. Y recalco que<br />

me refiero a oración cristiana, porque en<br />

estos tiempos en los que Dios ha querido<br />

regalarnos la vida, lo primero que vamos a<br />

decir es que la oración cristiana no es yoga,<br />

zen o cualquiera de los métodos de<br />

meditación oriental o similar que tan de<br />

moda se han puesto en nuestra sociedad. La<br />

oración no es una técnica, se trata de que<br />

Dios se da libre y gratuitamente al hombre.<br />

Claro que la iniciativa y la actividad del<br />

hombre tienen su papel, pero la vida de<br />

oración descansa en la iniciativa de Dios y<br />

en su Gracia, y tiene como fin, no un<br />

estado de “tranquilidad”, sino la<br />

transformación de nuestra vida en Cristo.<br />

Aclarado este punto, empezaremos<br />

diciendo que hay una máxima que es<br />

fundamental que grabemos a fuego en<br />

nuestra mente: “nuestra vida vale lo que<br />

vale nuestra oración”, porque “la oración<br />

es el alma de la vida cristiana, y la<br />

condición de una vida auténticamente<br />

apostólica”. La razón es clara: la oración<br />

nos hace amigos de Dios, nos introduce en<br />

su intimidad y en la riqueza de su vida. Sin<br />

esta relación de amor, la vida se torna en<br />

una vida superficial, el anuncio del<br />

evangelio en una mera propaganda, y el<br />

compromiso de la caridad en mera obra de<br />

beneficencia que no cambia nada<br />

fundamental en la condición humana. La<br />

oración nos lleva a ser realmente cristianos,<br />

“la oración es el secreto de un cristianismo<br />

realmente vital, que no tiene motivos para<br />

temer el futuro” (S. Juan Pablo II).<br />

La existencia humana no encuentra su<br />

equilibrio y belleza si no pone a Dios por<br />

centro, “nos hiciste Señor para ti, y nuestro<br />

corazón estará inquieto hasta que no<br />

descanse en ti” (S. Agustín), y la oración y<br />

la fidelidad a la misma permite garantizar<br />

esa primacía de Dios en la vida. Sin oración<br />

la prioridad de Dios en nuestra vida se<br />

convierte en una mera declaración de<br />

buenas intenciones, en una ilusión. El que<br />

no reza pondrá el “ego” en el centro de su<br />

vida y no en Dios. El que ora, aunque tenga<br />

que enfrentarse al mundo, al demonio y a la<br />

carne reaccionará siempre para dejar que el<br />

Señor ocupe el lugar que le corresponde<br />

en su vida, el primero, y cuando Dios está<br />

en el centro todo encuentra el lugar que<br />

corresponde.<br />

Sin vida de oración, no hay camino de<br />

santidad, que es el único camino. “El que<br />

huye de la oración, huye de todo lo<br />

bueno” (S. Juan de la Cruz). Todos los<br />

santos han sido personas de oración, y<br />

casualidades de la vida, “los más<br />

entregados al servicio del prójimo eran<br />

también los que más unidos estaban al<br />

Señor”.<br />

Y antes de seguir, una pequeña<br />

objeción que podemos encontrar y es que<br />

sabemos que Dios concede la gracia<br />

principalmente a través de los sacramentos.<br />

La Santa Misa es en sí más importante que<br />

el trato personal con el Señor. Cierto, pero<br />

no es menos cierto que hasta los mismos<br />

sacramentos tendrán una eficacia limitada<br />

cuando falta “buena tierra para recibirla”.<br />

Seguramente en muchas ocasiones la<br />

Eucaristía no proporciona los frutos de<br />

curación interior, de santificación, porque<br />

no se recibe en un clima de amor, de fe, de<br />

adoración, de acogida de todo el ser, clima<br />

que solo crea la fidelidad a la oración.<br />

¿A qué nos referimos cuando<br />

hablamos de vida de oración? Nos referimos<br />

a la vida de relación personal con Dios.<br />

“Orar no es otra cosa que tratar de<br />

amistad estando muchas veces a solas con<br />

quien sabemos nos ama” (Sta. Teresa de<br />

Jesús).<br />

La primera cuestión que hemos de<br />

darnos cuenta es que la oración es un<br />

camino de amor, un encuentro de<br />

corazones, orar es “pasar tiempo con<br />

Dios” (que sabemos que no hay tiempo<br />

mejor aprovechado). Hoy más que nunca<br />

reina la mentalidad utilitarista, en donde en<br />

todo se busca la rentabilidad, la eficacia,<br />

toda actitud de amor gratuito se encuentra<br />

amenazada, y por consecuencia también la<br />

existencia humana. Hay un pasaje en el<br />

evangelio de San Marcos que es la elección<br />

de los apóstoles, cuando dice que “los eligió<br />

para estuvieran con Él, y para enviarlos a<br />

predicar” (Mc. 3, 14). Tenemos que darnos<br />

cuenta de que en primer lugar es “estar con<br />

Él”, llamados a una vida de amistad e<br />

intimidad compartidas. “Ya no os llamo<br />

siervos, a vosotros os llamo amigos, porque<br />

todo lo que le he oído a mi Padre os lo he<br />

dicho”, dirá el Señor en la última Cena.<br />

Orar es en primer lugar pasar tiempo con el<br />

Señor en intimidad, para dejarnos<br />

transformar.<br />

Y ahí comienzan las dificultades, en el<br />

tiempo, porque solemos decir en este<br />

mundo de actividad trepidante que “no<br />

tenemos tiempo”. Pero si somos un poco<br />

nobles descubriremos que el verdadero<br />

problema no reside en el “problema del


<strong>Alegraos</strong><br />

tiempo”, sino más bien en saber lo que<br />

cuenta en nuestra vida. Pondremos un<br />

ejemplo sencillo. Nunca hemos visto a<br />

alguien que muera de hambre porque no<br />

tiene tiempo para comer. Siempre hay<br />

tiempo para comer, y si no ¡se busca! Antes<br />

de decir no tenemos tiempo, hemos de ver<br />

la jerarquía de valores que tenemos en<br />

nuestra vida, lo que consideramos<br />

prioritario. Para la oración no se busca<br />

tiempo, si nuestra jerarquía de valores es<br />

correcta deberíamos decir que “la oración<br />

tiene su tiempo”.<br />

Y en muchas ocasiones podemos<br />

experimentar una tentación, que no es otra<br />

que pensar que el tiempo que dedicamos a<br />

Dios es tiempo que se roba al prójimo. La<br />

experiencia y los ejemplos de las personas<br />

de oración demuestran, en primer lugar, que<br />

“estando atentos a Dios, aprenderemos a<br />

estar atentos a los demás”. No podemos<br />

perder siempre la mirada de fe en todo, y si<br />

es cierto que la oración es tiempo pasado<br />

con el Señor, no es menos cierto, en primer<br />

lugar que la oración me dará la gracia de<br />

vivir cada instante de mi vida de un modo<br />

mucho más fecundo.<br />

Pero no es solo que haga nuestra vida<br />

más fecunda, sino que la fidelidad a la<br />

oración garantiza nuestra capacidad de<br />

estar presentes ante los demás, de amarlos<br />

realmente. El amor más atento, el más<br />

delicado, el más desinteresado, el más<br />

compasivo, el que es capaz de consolar y<br />

reconfortar lo encontramos en las almas<br />

de oración. Porque la oración nos hará<br />

mejores y los que nos rodean no se<br />

quejarán de ello.<br />

Sin oración seria corremos el riesgo<br />

de que la sal se comience a envanecer, y<br />

aunque parezca que hago algo, en sustancia<br />

sea nada, porque las buenas obras no se<br />

pueden hacer sino en virtud de Dios, y eso<br />

solo se hace con mucha oración.<br />

Pero aún así, hay personas que<br />

piensan que la oración es ofrecer el trabajo,<br />

que eso basta como oración. Es cierto que<br />

un trabajo ofrecido y realizado para Dios<br />

se puede convertir en un modo de oración.<br />

Pero dicho esto, hemos de ser realistas, es<br />

imposible permanecer unido a Dios<br />

mientras trabajamos si antes no hemos<br />

tenido momentos dedicados solo a Dios. El<br />

que no se ha ocupado solo de Él, que no<br />

pretenda mantener su presencia en medio de<br />

las tareas de cada día. Es lo mismo que<br />

ocurre en las relaciones personales.<br />

Imaginemos un marido y padre de familia<br />

inmerso en actividades continuas que no<br />

tiene tiempo para su mujer e hijos exclusivo<br />

para ellos, el amor se asfixia y se ahoga<br />

enseguida; si por el contrario les dedica<br />

tiempo y momentos exclusivos, el amor se<br />

dilata, se respira gratuidad. Hay que dedicar<br />

por tanto tiempo en exclusividad al Señor,<br />

para que su amor no muera en nosotros. Si<br />

nos ocupamos de Dios, Dios no dudará en<br />

ocuparse de nuestras cosas mejor incluso<br />

que nosotros mismos.<br />

Y si la objeción anterior se torna<br />

ridícula, ¡que decir en el mundo actual de<br />

esa máxima que todo lo impregna que es el<br />

sentimiento!: “Yo solo rezo cuando me<br />

apetece porque soy auténtico”. Sí, sería de<br />

auténtico necio obrar así, porque entonces,<br />

como haya que tener ganas, podríamos<br />

esperar hasta el día del juicio final. En la<br />

oración nos ha de guiar la fe, no el estado<br />

de ánimo. La verdadera autenticidad, la<br />

verdadera sinceridad no tiene nada que ver<br />

con el sentimiento. ¿Cuál es el amor más<br />

auténtico? El que es más fiel. La fidelidad<br />

en la oración podemos decir que es escuela<br />

de libertad y sinceridad en el amor, porque<br />

nos enseña a situar nuestra relación con<br />

Dios en un terreno que no es vacilante,<br />

fuera de nuestras impresiones, estados de<br />

ánimo, fervor sensible, etc. La fidelidad en<br />

la oración la ponemos en el fundamento<br />

sólido de la fe.<br />

Y cuando nos acercamos de verdad a<br />

Dios, pasamos tiempo con Él y somos<br />

fieles, encontramos que la oración<br />

transforma la vida. En un intento con<br />

verdadero espíritu minimalista, no podemos<br />

acabar el tema sin señalar que la vida de<br />

oración cambia el resto de la vida. La vida<br />

de oración debe llevar a un progreso en el<br />

amor, en la pureza de corazón, y el<br />

verdadero amor se manifiesta también y<br />

muchas veces mejor fuera de la oración.<br />

No creamos que nuestra vida de oración es<br />

auténtica si la vida no está marcada por un<br />

sincero deseo de darnos por completo a<br />

Dios, de conformar lo más plenamente<br />

nuestra vida con su voluntad. El que de<br />

verdad su vida está animada por la oración<br />

su vida es un continuo desprenderse de sí<br />

mismo para entregarse a Dios. No es<br />

compatible la vida de oración con buscarse<br />

a sí mismo, no vivimos en Dios si no somos<br />

capaces de olvidarnos de nosotros mismos<br />

en beneficio de nuestros hermanos.<br />

La vida de oración crea en nosotros,<br />

como no puede ser de otra forma, una forma<br />

de ser en relación con el Señor, en relación<br />

con el prójimo y con nosotros mismos. La<br />

vida de oración es la verdadera escuela<br />

del amor, porque las virtudes que se<br />

practican y a las que nos lleva la vida de<br />

oración son las que permiten el<br />

crecimiento del amor en nuestro corazón.<br />

Sin oración no hay camino, porque sin<br />

oración no transformamos nuestro<br />

corazón, para amar con el Amor de Dios;<br />

“amaos los unos a los otros como Yo os he<br />

amado” (Jn 13,34).


<strong>Alegraos</strong><br />

D. Alberto Bárcena, profesor doctor en Historia<br />

Contemporánea por la CEU San Pablo. Los orígenes de la masonería.<br />

Canal Youtube “Marcando el Norte”, HM Television.<br />

La masonería ha tenido un gran éxito: presentarse como<br />

inexistente, inofensiva o inocua, que es en lo que están ahora, en lo<br />

que ellos llaman “normalización”. La ignorancia sobre lo que es la<br />

masonería también favorece esta idea.<br />

La masonería existe y tiene una trayectoria larga. Es una secta<br />

secreta que nace en Londres a principios del siglo XVIII con unos<br />

objetivos muy concretos: uno de ellos es el servicio a la monarquía<br />

británica aunque como fin principal tienen impedir que un católico<br />

vuelva a acceder al trono o esté próximo a él. Los antecedentes más<br />

claros son las logias que luchaban o conspiraban contra los Estuardo,<br />

y van a tener mucho que ver con la llegada de los Hannover, con los<br />

cuales ya se garantizan una dinastía protestante y enemiga del<br />

catolicismo. Cuando los católicos ya están siendo muy perseguidos en<br />

esa época, el objetivo es evitar que vuelvan a acercarse al trono y<br />

conseguir una Inglaterra protestante a ultranza, sin “peligros<br />

papistas” (así calificaban los anglicanos a los católicos en tono<br />

despectivo). Así, pues, nace una masonería que se puede denominar<br />

“regular” porque ha colaborado con el imperio británico. Pero en este<br />

designio chocaron desde el primer momento con las monarquías<br />

católicas y muy concretamente con la española, en cuya destrucción<br />

van a emplearse a fondo. Y desde luego es difícil explicarse la<br />

decadencia del imperio español sin tener en cuenta la aportación<br />

masónica.<br />

No hay muchos especialistas en el estudio de la masonería<br />

porque muchos de estos intelectuales piensan que van a ser<br />

estigmatizados o tachados de paranoicos, que es lo que les pasó a<br />

Franco y a Carrero Blanco, ambos especialistas en esta materia y con<br />

diversos libros publicados. Investigar este tema todavía da miedo; se<br />

ha visto siempre como un poder oculto que podía hacer mucho daño a<br />

quien tratara de destapar lo que hay detrás, y por eso no se ha hablado<br />

mucho del mismo.<br />

La masonería, como secta secreta que es a lo largo de su<br />

trayectoria (aunque ahora salgan a la calle a manifestarse), con unos<br />

designios que no trascienden ni siquiera a los grados más elementales<br />

de la secta y que es una de las causas por las que los Papas la han<br />

condenado, ha sacado muy buen provecho de ese secretismo<br />

precisamente. Muy pronto en ese siglo XVIII crean una verdadera red<br />

en toda Europa, menos en España, donde hubo intentos de crear<br />

alguna logia aunque no les fue fácil, entre otras cosas porque aquí<br />

todavía estaba la Inquisición, como institución para velar por la<br />

pureza de la fe desde los Reyes Católicos. Aunque ya la Inquisición


<strong>Alegraos</strong><br />

del siglo XVIII está<br />

muy decaída, sigue<br />

interviniendo en<br />

casos de brujería,<br />

satanismo y también<br />

de las herejías. Y<br />

naturalmente se<br />

ocupaban de una<br />

secta que conspirase<br />

contra la Iglesia<br />

Católica. Por lo<br />

tanto, en España no<br />

hay una masonería bien estructurada durante el siglo XVIII porque no<br />

pueden, sencillamente. Pero sí en otros países de Europa. Francia, por<br />

ejemplo, fue una victoria muy importante para la masonería al<br />

establecerse con una base firme en esta cristianísima nación, “la hija<br />

primogénita de la Iglesia”.<br />

La masonería en su origen británico, es sobre todo deísta: son<br />

defensores del rechazo a una fe revelada en aras de un ser supremo o<br />

un “gran arquitecto”, que es una concepción racionalista que rechaza<br />

la revelación. Por todo esto los Papas la han rechazado y condenado<br />

desde el siglo XVIII hasta la actualidad (el último que lo ha hecho ha<br />

sido SS Benedicto XVI siendo Prefecto para la Congregación de la<br />

Doctrina de la Fe) en cientos de documentos; de pocos temas se han<br />

ocupado tanto los sumos pontífices como de este. Ya Benedicto XIV<br />

en Providas Romanorum (18 de marzo de 1751) vuelve a condenar la<br />

masonería, tal y como había hecho su antecesor Clemente XII. Pero<br />

dado que difunden los sectarios que esa condena está superada, dice el<br />

Papa: “tengo que volver a salir al paso”. Este argumento se reitera<br />

hasta el siglo XX, donde los Papas insisten en que tienen que volver a<br />

aclarar algo sobre lo que sus predecesores ya se habían pronunciado.<br />

Pero esta confusión la han creado los miembros de la secta<br />

masónica fundamentalmente, y hoy en día han conseguido una gran<br />

victoria. Hay que conocer la historia de la masonería, hay que conocer<br />

la documentación pontificia y el por qué de las condenas de los Papas.<br />

El propio Benedicto XVI publicó en L’Osservatore Romano un<br />

artículo de gran profundidad filosófica en el que condena la masonería<br />

y la pertenencia del católico a la misma por razones de fe; viene a<br />

decir que el católico no puede ser masón por la forma tan singular de<br />

relacionarse con Dios, además de otras connotaciones de lucha contra<br />

la Iglesia Católica y de tratar de aplicar una ingeniería social<br />

anticristiana desde sus orígenes hasta hoy.<br />

BÁRCENA PÉREZ, Alberto. “Iglesia y masonería: las dos ciudades”.<br />

Madrid: Ed. San Román, 20<strong>16</strong>.<br />

Para ampliar:<br />

http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=29268<br />

Testimonio de un ex masón<br />

Esta entrevista fue publicada por Javier Lozano en Actuall el 22<br />

de diciembre de 2015. Pero su contenido es de extraordinaria<br />

actualidad, teniendo en cuenta el protagonismo de esta secta en el<br />

devenir de las leyes propuestas y aprobadas en los últimos años.<br />

Serge Abad-Gallardo es un francés de origen español que<br />

sabe muy bien cómo funciona la masonería. Durante más de veinte<br />

años fue miembro de una de las logias, que dejó tras convertirse al<br />

catolicismo. En su libro “Por qué dejé de ser masón” explica este<br />

proceso y cómo funciona esta sociedad. El precio ha sido caro para él<br />

pues poco después de su publicación fue despedido de su trabajo.<br />

¿Qué relación tiene la masonería con las leyes de ingeniería<br />

social como el aborto, la eutanasia, el divorcio o el matrimonio<br />

homosexual?<br />

Las leyes que han sido promulgadas por la Asamblea Nacional<br />

francesa han sido reflexionadas y formalizadas en las logias. En<br />

particular en la Gran Logia de Francia, Gran Oriente y Derecho<br />

Humano de Francia.<br />

De esto puedo dar testimonio porque cada año todas las logias<br />

del Derecho Humano, en la cual yo fui masón durante 23 años,<br />

trabajan en un tema social común y realizan un documento de síntesis<br />

que las logias envían a sus dirigentes nacionales. Y éstos, tras una<br />

última revisión lo transmiten al Presidente de la República.<br />

¿Y tanta influencia tiene?<br />

Hay un grupo importante de masones presentes en el<br />

Parlamento. Se llama “Fraternidad Parlamentaria” y está constituido<br />

de cuatrocientos masones de todas las obediencias masónicas, siendo<br />

todos ellos altos funcionarios y diputados. Son casi el 20% del<br />

Parlamento. Y todo ello sin tener en cuenta a los diputados masones<br />

que no pertenecen a este grupo. Ellos votan estas leyes sociales<br />

(aborto, matrimonio homosexual etc…) en primer lugar como<br />

masones, sea cual que sea su partido político. Todas estas leyes<br />

sociales que son contrarias al derecho natural ya han sido elaboradas y<br />

escritas en las logias antes de ser votadas.<br />

¿Por qué apoya la masonería esta serie de leyes contra la<br />

familia?<br />

La masonería es en la mayoría de las obediencias anti-catolica y<br />

anticlerical. La masonería es para ellos una religión verdadera tal y<br />

como cuento en mi libro. Sus fundamentos son totalmente diferentes y<br />

opuestos a la moral católica, que por ejemplo hace de la familia la<br />

base de la sociedad. Promoviendo leyes contra la familia intentar<br />

destruir la Iglesia Católica. Esto es uno de los motivos por lo cual yo<br />

afirmo que no es posible ser católico y masón.<br />

https://www.eukmamie.org/es/rss-feed-esp/item/5018-marcando-elnorte-rituales-masonicos<br />

https://www.religionenlibertad.com/blog/59766/por-que-deje-sermason.html<br />

Otra entrevista en: https://www.aciprensa.com/noticias/un-exmasondetalla-la-relacion-que-existe-entre-el-demonio-y-la-masoneria-19432


<strong>Alegraos</strong><br />

“La masonería invisible”<br />

En su obra «La masonería invisible»,<br />

D. Ricardo de la Cierva explica algunos de los grandes misterios<br />

de esta asociación secreta.<br />

¿Por qué decidió escribir sobre la masonería?<br />

¿De dónde viene su interés por este fenómeno?<br />

- De la infancia. Leí mi primer libro sobre la masonería en 1936,<br />

cuando todavía no había cumplido los diez años. Desde entonces<br />

he tenido mucho interés por el tema, de modo que todo lo que ha<br />

caído en mis manos sobre él lo he leído. Me he preocupado<br />

especialmente por saber lo que dicen sobre la masonería los<br />

propios masones y para la redacción de este libro he examinado<br />

miles de textos masónicos.<br />

¿Qué es la masonería? ¿Es una religión?<br />

- No, no lo es. Para los masones es como el conjunto de todas las<br />

religiones y a todas ellas trasciende. La masonería es, para ellos,<br />

«la Luz». Cristo dijo que Él era la luz del mundo. Su luz, desde<br />

luego, no es la luz masónica. La masonería es una asociación<br />

racionalista, ilustrada, fundada en la efervescencia de ideas del<br />

siglo XVIII y cuyo objetivo permanente es la secularización total,<br />

el arrancar la influencia de la Iglesia de la sociedad humana.<br />

En otra entrevista Ricardo de la Cierva afirma que «todos los<br />

masones de grado 33 son satánicos» Aunque precisa que los<br />

masones de grados inferiores no tienen por qué ser satánicos y que<br />

desconocen el objetivo último de ésta sociedad secreta<br />

El historiador, uno de los principales y reputados expertos<br />

mundiales de la masonería, demuestra en esta investigación la clara<br />

conexión del satanismo con los masones de grado 33, el más<br />

elevado de esta sociedad secreta.<br />

Tras años de una exhaustiva investigación, De la Cierva<br />

descubre una conexión que hasta ahora estaba en una nebulosa y que<br />

pocos eran los que se atrevían a aventurar esa alianza tan estrecha<br />

entre el grado superior de la masonería y el satanismo. Todo ello lo<br />

explica en «Masonería, Satanismo y Exorcismo».<br />

Los que ingresan son engañados<br />

El historiador madrileño considera que «los masones, sobre<br />

todo al principio del ingreso en la orden, son sistemáticamente<br />

engañados por la Masonería. Los masones reciben una serie de<br />

engaños hasta que al final se les desengaña, pero ya en los últimos<br />

grados».<br />

«La Masonería ha intentado con enorme insistencia proclamar<br />

que tan sólo es una fraternidad que realiza buenas obras. Tiene<br />

mucha gente dedicada a que no se sepa la verdad que se esconde tras<br />

esa fachada».<br />

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<strong>Alegraos</strong><br />

Testimonios de ex grados 33<br />

De la Cierva ha tenido acceso a los<br />

testimonios de varios masones que fueron en su<br />

momento grado 33 y que por lo tanto han tenido<br />

una información vivencial de primera mano.<br />

Uno de ellos, Jim Shaw, señala que<br />

«participó en una ceremonia masónica llamada<br />

comunión negra, en el templo de rito escocés de<br />

Florida. Los participantes de la misma eran<br />

requeridos para referirse a Jesús como apóstol de<br />

la humanidad lo cual no está precisamente<br />

inspirado por la divinidad. Entonces, llegaron a<br />

burlarse de Jesús, practicando una extraña<br />

ceremonia negra».<br />

El secreto de la Masonería<br />

Otro ex masón de grado 33 es William Schmebeen, que tras<br />

abrazar de nuevo el cristianismo desveló su desagradable experiencia<br />

en todos los años que estuvo en los grados más altos de esta sociedad<br />

secreta: «El secreto de la Masonería es éste. Como masón usted<br />

podrá ser conducido a creer que los llamados secretos de la<br />

Masonería encierran una gran enseñanza y una gran utilidad. Este es<br />

el gancho. Estará obligado a realizar solemnes juramentos que luego<br />

se volverán contra su propia conciencia, como cristiano y su<br />

condición de americano».<br />

«Estos juramentos y obligaciones –continua William<br />

Schmebeen– actuarán con el tiempo de manera muy negativa para<br />

usted. En algún punto se dará cuenta del porqué se le ha obligado a<br />

introducirse en la logia entre muchos misterios del ocultismo y sobre<br />

la estela de Satán, y no en la de Cristo. Cuando se percate de esto<br />

tendrá su mente completamente ennegrecida por el mal. Los<br />

juramentos masónicos le harán conocer unos presuntos avances en la<br />

justicia, pero de manera diabólica podrá ser arrastrado hacia una<br />

Biblia, un compás y una escuadra que le llevarán a formular unos<br />

juramentos terribles que le obligarán a cumplir bajo penas que llegan<br />

hasta la muerte. Estos son juramentos extrajudiciales y, como tales,<br />

contrarios a las leyes de su país. Sin embargo, se verá obligado a<br />

mantenerlos si no quiere someterse a castigos terribles».<br />

Lucifer y los grados superiores de la masonería<br />

El pastor bautista Pierce Dodson manifiesta que «todo el<br />

corazón de la Masonería es luciferiano». Y de la Cierva apunta que<br />

«los masones de grados superiores creen que Lucifer realmente es<br />

Dios y se refieren a Yavé por su nombre de Adonai. Los libros<br />

masónicos que se entregan a algunos miembros selectos de los<br />

grados 32 y 33 dicen que Jesús es un impostor y que Lucifer es el<br />

verdadero Dios».<br />

Secretas doctrinas de Lucifer<br />

Otro ex masón, Manly Palmer, aparece en<br />

el libro para afirmar que «muchos candidatos a<br />

la Masonería no tienen ni idea de que al llegar a<br />

la iniciación les serán comunicadas muchas<br />

mentiras, o que el corazón de los masones es un<br />

receptáculo de las secretas doctrinas de Lucifer,<br />

porque un masón está perdido en las tinieblas<br />

del tiempo».<br />

Bibliografía:<br />

DE LA CIERVA, Ricardo. “Masonería, satanismo<br />

y exorcismo”. Ed. Fénix, 2011.<br />

http://www.hispanidad.info/masocierva.htm<br />

https://www.religionenlibertad.com/polemicas/15346/ricardo-dela-cierva-afirma-que-todos-los-masones-de-grado.html<br />

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Muchas gracias.


Desde los inicios de la<br />

masonería moderna (1717) hasta<br />

nuestros tiempos la Iglesia ha<br />

condenado en más de doscientos<br />

documentos este movimiento. En<br />

todos ellos se condena la<br />

masonería como contraria a la<br />

justicia y a la moral natural. De<br />

hecho se nos enseña que supone<br />

una esclavitud, una inmoralidad,<br />

una traición a nuestra fe y una<br />

apostasía.<br />

Recordamos algunos de<br />

los documentos más señalados en<br />

los que se puede comprobar la<br />

verdad de lo que hemos dicho. En<br />

primer lugar por orden de<br />

importancia de los documentos,<br />

recordamos las diversas encíclicas<br />

en que la masonería ha sido<br />

desenmascarada y desautorizada<br />

por los vicarios de Jesucristo.<br />

En efecto, la Iglesia ha<br />

dedicado a la masonería las<br />

siguientes encíclicas:<br />

"TRADITI" del Papa Pío<br />

VIII, 21 de mayo de 1829.<br />

"MIRARI VOS" del Papa<br />

Gregorio XVI, 15 de agosto de<br />

1832.<br />

"QUI PLURIBUS" del Papa<br />

Pío IX, 8 de diciembre de 1864.<br />

"ETSI MULTA" del Papa<br />

Pío IX, 21 de noviembre de 1873.<br />

"DIUTURNUM ILLUD",<br />

del Papa León XIII, 1881<br />

"ETSI NOS" del Papa León<br />

XIII, 15 de febrero de 1882.<br />

"HUMANUM GENUS" del<br />

Papa León XIII, 20 de abril de<br />

1884.<br />

"AB APOSTOLICI" del<br />

Papa León XIII, 15 de octubre de<br />

1890.<br />

"PRAECLARA<br />

GRATULATIONIS" del Papa<br />

León XIII, 18 de marzo de 1902.<br />

Además, ha emanado<br />

otros documentos advirtiendo de<br />

la contradicción entre los fines y<br />

la ideología de la masonería y los<br />

propios del cristianismo.<br />

Podemos señalar por su valor e<br />

importancia los siguientes:<br />

"IN EMINENTI" del Papa<br />

Clemente XII, 28 de abril de<br />

1738.<br />

"PROVIDAS" del Papa<br />

Benedicto XIV, 18 de mayo de<br />

1751.<br />

"ECCLESIAM" del Papa Pío<br />

VII, 13 de septiembre de 1821.<br />

"QUO GRAVIORA" del<br />

Papa León XII, 13 de marzo de<br />

1825.<br />

"APOSTOLICAE SEDIS"<br />

del Papa Pío IX, 12 de octubre de<br />

1869.<br />

"Declaración Congregación<br />

para la Doctrina de la Fe" 17 de<br />

febrero de 1981.<br />

"Declaración Congregación<br />

para la doctrina de la Fe" 23<br />

noviembre de 1983.<br />

Ya el Papa Clemente XII,<br />

21 años después de la aparición<br />

de la Gran Logia de Inglaterra,<br />

indica cuidadosamente las<br />

razones por las que las<br />

asociaciones masónicas deben ser<br />

condenadas desde el punto de<br />

vista de la moral, la política y la<br />

sociología cristianas y católicas, a<br />

saber:<br />

1. El carácter peculiar<br />

aconfesional (anticristiano y<br />

anticatólico) y naturalístico de la<br />

secta, per medio del cual teórica y<br />

prácticamente mina la fe cristiana<br />

en sus adeptos (los de la<br />

Masonería) y por medio de ellos,<br />

en el resto de la sociedad,<br />

produciendo la indiferencia<br />

religiosa y el desprecia de la<br />

ortodoxia y de la autoridad<br />

eclesiástica.<br />

2. El inescrutable secreto<br />

y el disfraz insidioso e inmutable<br />

de la asociación masónica y de su<br />

obra, por medio de la cual los<br />

hombres de su calaña irrumpen<br />

como ladrones en casa y como<br />

raposas tratan de arrancar de raíz<br />

el viñedo, pervirtiendo los<br />

corazones de los hombres<br />

sencillos y arruinando su felicidad<br />

espiritual y material.<br />

Así por ello, Clemente<br />

XII, en esta Constitución<br />

apostólica expresa con toda<br />

rotundidad: "Hemos resuelto y<br />

decretado condenar y prohibir<br />

ciertas sociedades, asambleas,<br />

reuniones, convenciones, juntas o<br />

sesiones secretas, llamadas<br />

Francmasónicas o conocidas bajo<br />

alguna otra denominación. Las<br />

condenamos y las prohibimos por<br />

medio de esta Constitución, la<br />

cual será considerada válida<br />

para siempre. ‘Recomendamos a<br />

los fieles abstenerse de<br />

relacionarse con dichas<br />

sociedades (...) para evitar la<br />

excomunión, que será la sanción<br />

impuesta a todos aquellos que<br />

contravinieren ésta Nuestra<br />

orden".(Constitución Apostólica<br />

"In Eminenti" de Su Santidad el<br />

Papa Clemente XII, 28-abril-<br />

1738).<br />

Pero, ¿cuáles son estos<br />

principios naturalistas que acepta<br />

la Masonería? En primer lugar, el<br />

dogma de la soberanía absoluta de<br />

la razón y de sus consecuencias:<br />

negación de la Verdad Revelada e<br />

indiferentismo religioso. Este es<br />

sin duda un error teológico de la<br />

Masonería. Pero el Papa León<br />

XIII no solo considera esto, sino<br />

que además en la Encíclica<br />

"Humanum Genus" muestra otra<br />

serie de errores masónicos. Por la<br />

importancia de esta Encíclica les<br />

recomendamos su cuidadosa<br />

lectura<br />

Muy dura también es la<br />

condena de la Masonería, que<br />

realiza el Papa Benedicto XV en<br />

el Código de Derecho Canónico<br />

de 1917, en donde se dice:<br />

"Los que dan su nombre a<br />

la secta masónica o a otras<br />

asociaciones del mismo género<br />

que maquinan contra la Iglesia o<br />

contra las potestades civiles<br />

legítimas, incurren ‘ipso facto’ en<br />

excomunión simplemente<br />

reservada a la Sede Apostólica."<br />

(Derecho canónico de 1917,<br />

canon 2.335).<br />

"& 1. A los clérigos que<br />

han cometido el delito de que se<br />

trata en los cánones 2334 y 2335,<br />

debe castigárseles, además de<br />

con las penas establecidas en los<br />

citados cánones, con la<br />

suspensión o privación del mismo<br />

beneficio, oficio, dignidad,<br />

pensión o cargo que puedan tener<br />

ven la Iglesia”.<br />

“& 2. Los clérigos y los<br />

religiosos que den su nombre a la<br />

secta masónica o a otras<br />

asociaciones semejantes, deben<br />

además ser denunciados a la<br />

Sagrada Congregación del Santo<br />

Oficio" (Derecho de Derecho<br />

Canónico de 1917, canon 2336).<br />

El mismo derecho<br />

canónico de 1917 establece en<br />

otros cánones las siguientes penas<br />

para los masones: la prohibición<br />

de contraer matrimonio y de ser<br />

este presidido por el párroco<br />

(canon 1065); deben ser privados<br />

de sepultura eclesiástica (canon<br />

1240); y otras penas más en el<br />

código.<br />

Su Santidad Juan Pablo II<br />

renueva, en tiempos recientes,<br />

esta tradición condenatoria de la<br />

Iglesia Católica a la masonería.<br />

Primero con una declaración de la<br />

Congregación para la doctrina de<br />

la fe de 1981 en donde se<br />

reafirman las censuras existentes.<br />

Posteriormente Su Santidad Juan<br />

Pablo II, y el mismo día que<br />

aprobaba el Nuevo Derecho<br />

Canónico (1983), firma una<br />

Declaración sobre la Masonería,<br />

que edita la Congregación para la<br />

Doctrina de la Fe del 26 de<br />

noviembre de 1983. En este<br />

documento se reafirma que la<br />

pertenencia a la Masonería es un<br />

pecado grave que niega a los<br />

católicos "el derecho de<br />

acercarse a la Sagrada<br />

Comunión". También afirma este<br />

documento que la posición de la<br />

Iglesia sobre las asociaciones<br />

masónicas se mantiene sin<br />

alteración, ya que los principios<br />

de la Masonería siempre se han<br />

considerado irreconciliables con<br />

la Doctrina de la Iglesia Católica.<br />

De acuerdo a esta Declaración,<br />

“la afiliación de los católicos a la<br />

Francmasonería sigue estando

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