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<strong>Alegraos</strong><br />
Editorial<br />
“La masonería: lucha contra la Iglesia y degradación de la humanidad”<br />
No es reciente el intento de blanquear las actividades de la masonería<br />
tratando de darle una cara amable ante la muy poco formada conciencia de<br />
los hombres de nuestro tiempo. De ello se valen, y de la caída en picado del<br />
sentido de pecado en esta época, del ritmo acelerado que se nos impone en<br />
la vida cotidiana y que contribuye a reducir el tiempo debido a la reflexión de<br />
las verdades profundas de la vida del hombre, de las mil y una falacias<br />
vertidas contra la Iglesia como faro luminoso que nos enseña a escuchar la<br />
voz de Dios en nuestra alma…<br />
La masonería como sociedad secreta, y de la que nos proponemos dar unas nociones básicas en esta revista, cuya campaña<br />
de lavado de imagen pretende presentárnosla como un paladín de filantropía, esconde sin embargo lo que son sus<br />
verdaderos objetivos: destrucción de las costumbres cristianas y de la familia, lucha contra Jesucristo y su Iglesia y, como<br />
consecuencia de lo anterior, degradación del ser humano ya que el hombre no es sino imagen de Dios y no puede ser feliz<br />
al margen de Él.<br />
Muchos y muy buenos estudios se han hecho sobre la masonería avalados por testimonios personales de ex masones; muy<br />
ilustrativos vídeos que nos orientan acerca de los medios y fines de estas sociedades. En el presente número de “<strong>Alegraos</strong>”<br />
facilitaremos a nuestros lectores una representativa muestra de estos recursos para que puedan ir profundizando en el<br />
conocimiento de esta institución tan poco recomendable. No en vano la Iglesia castiga con las mayores penas medicinales<br />
a los católicos que pertenezcan a la misma. Sabedores del inmenso poder que tienen los masones en amplios sectores de<br />
nuestra sociedad se hace más urgente conocer su forma de pensamiento y de acción para evitar vernos engañados.<br />
Por Mª Paz Utiel.<br />
Revista de evangelización<br />
Plaza de la Libertad, 4.<br />
28862 Belvis de Jarama (Madrid).<br />
Edita: Misión Trinitaria Seglar<br />
628-486-705<br />
Depósito legal: M-27221-2014<br />
Dirección: M.P. UTIEL UTIEL.<br />
Maquetación: D. MORA HUERTA.<br />
Redacción: REV. D.J.M. CABEZAS CAÑAVATE,<br />
A. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ , A. BÁRCENA PÉREZ<br />
y M.P. UTIEL UTIEL.<br />
Colabora: A.L. CAMPOS SEGOVIA.<br />
Recuerda que<br />
es una<br />
revista de difusión gratuita con fines<br />
apostólicos.<br />
¿QUIERES SUSCRIBIRTE?<br />
¿QUIERES REALIZAR UN DONATIVO?<br />
Escríbenos: revista.alegraos@gmail.com<br />
revista.alegraos@gmail.com<br />
alegraos.blogspot.com
<strong>Alegraos</strong><br />
Esta es la mas extensa y reveladora de las encíclicas que exponen la<br />
Masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:<br />
El fin de la Masonería es derrocar todo el orden religioso y político del<br />
mundo que ha producido la enseñanza cristiana y sustituirlo por un nuevo orden de<br />
acuerdo a sus ideas.<br />
Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental del<br />
naturalismo es que la naturaleza y la razón humana deben ser dueñas y guías de<br />
todo.<br />
La Masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice tener<br />
su origen en el comienzo de la historia.<br />
El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No aceptan de<br />
Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. (Dios es entonces imagen<br />
del hombre. Por eso no tienen una clara distinción entre el espíritu inmortal del<br />
hombre y Dios)<br />
<br />
Niegan que Dios haya enseñado algo.<br />
No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser entendida<br />
por la inteligencia humana.<br />
Poco les importa los deberes para con Dios. Los pervierten con opiniones<br />
erradas y vagas.<br />
La Masonería promulga un sincretismo que mezcla desde los misterios de la<br />
cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del modernismo<br />
occidental.<br />
El emblema masónico del compás y el cuadrante son símbolos de<br />
un racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".<br />
<br />
<br />
Enseña que la Iglesia Católica es una secta.<br />
Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra ella.<br />
Incompatibilidad entre el Catolicismo y la Masonería:<br />
El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por eso la<br />
Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.<br />
La Masonería promete la perfección por medio solo del orden natural y ve el<br />
orden natural como el más alto destino.<br />
De lo anterior se concluye que el Catolicismo y la Masonería son<br />
esencialmente opuestas. Si una desistiera de su oposición a la otra, dejaría de ser lo<br />
que es.<br />
La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín que<br />
representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo, en el otro está<br />
Satanás. La fuerza detrás de la Masonería, causante de sus engaños y su odio a la<br />
verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el príncipe de la mentira.
<strong>Alegraos</strong><br />
Consultorio de la fe<br />
¿Qué es la masonería?<br />
Sobre la masonería han tratado multitud de<br />
documentos del magisterio de la Iglesia, más en el pasado<br />
que en la actualidad, puesto que era entonces importante<br />
determinar la naturaleza y fines reales de dicha institución<br />
y su compatibilidad o no con el catolicismo. Una vez que<br />
eso quedó aclarado, lo que hace falta no es tanto producir<br />
documentos sobre la masonería, cuanto ponen en práctica<br />
los que ya se dieron. A lo sumo lo más que parece<br />
necesario de vez en cuando es recordar y actualizar el<br />
valor de los documentos ya promulgados y su vigencia en<br />
nuestro presente.<br />
Así lo hizo la declaración sobre las asociaciones<br />
masónicas de la Sagrada Congregación para la Doctrina de<br />
la Fe, de 26 de noviembre de 1983, en la cual se afirma<br />
con toda claridad:<br />
“Se mantiene, por tanto, inmutable el juicio negativo<br />
de la Iglesia respecto a las asociaciones masónicas,<br />
ya que sus principios han sido considerados siempre<br />
inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por ello<br />
la adscripción a las mismas permanece prohibida.<br />
Los fieles que pertenecen a las asociaciones<br />
masónicas están en estado de pecado grave y no<br />
pueden acceder a la Santa Comunión”.<br />
Pero os preguntaréis: ¿Qué es la masonería? No es<br />
fácil responder correctamente a dicha pregunta en tan<br />
poco espacio como un artículo de <strong>Alegraos</strong>, y menos de<br />
una asociación secreta, acerca de la cual circulan tantas<br />
informaciones confusas. No obstante intentaremos dar<br />
unas indicaciones seguras.<br />
Prescindimos ahora, en razón de la brevedad y de la<br />
claridad, de la historia de esta realidad. Para ello podéis<br />
consultar libros muy bien documentados. En este artículo<br />
nos interesa ante todo dejar una idea clara del<br />
pensamiento de la masonería y sus fines, organización e<br />
instrumentos de actuación. El libro básico para conocer a<br />
la masonería lo constituye la llamada Constitución<br />
Anderson o carta magna de la masonería, el cimiento de la<br />
masonería regular en sus aspectos ideológico y jurídico.<br />
La masonería es una organización que profesa una fe<br />
religiosa diluida, es difícil incluso llegar a conocer<br />
exactamente su pensamiento. La Declaración de la<br />
Conferencia Episcopal Alemana sobre la masonería<br />
reconoce que aunque «la visión del mundo de los masones<br />
no está fijada de un modo normativo», la presencia de<br />
unas convicciones y creencias básicas en la masonería la<br />
hacen incompatible con la Revelación divina y la fe<br />
cristiana. En efecto, los masones creen habitualmente en<br />
Dios, pero no en el Dios revelado que es personal, amor y<br />
que busca entrar en relación con el hombre. Su dios es una<br />
divinidad filosófica, abstracta y lejana, deísta. Es el Gran<br />
Arquitecto del Universo, que no pasa de ser un ello neutro,<br />
indefinido y abierto a cualquier forma de entenderlo.<br />
Además, los masones predican una religión natural y<br />
universal que es la exigen haya de enseñarse en todas las<br />
escuelas, cayendo con frecuencia en un sincretismo de<br />
todas las doctrinas filosóficas y religiosas. Unido a esa<br />
profesión de fe, hay una fuerte negación de la Revelación<br />
divina (niegan que Dios haya hablado nada a los hombres)<br />
y una gran oposición a la Iglesia, a la que se trata de<br />
combatir por todos los medios posibles. Con este marco es<br />
fácilmente comprensible que Jesucristo sea para la<br />
masonería el Gran Silenciado, no pudiendo aguantar ni<br />
siquiera oír su nombre.<br />
En otro orden de cosas, la masonería profesa un<br />
relativismo absoluto, defendiendo como dogma inmutable<br />
e indiscutible (es muy curioso el carácter dogmático<br />
absoluto de los relativistas) la negación de la posibilidad de<br />
un conocimiento objetivo de la verdad. No les importa<br />
para nada la verdad, en la que no creen, sino que lo único<br />
importante es la búsqueda. Pero, pensamos en voz alta, ¿a<br />
quién le puede importar la búsqueda de algo que no<br />
existe? ¿No es un sin-sentido?
<strong>Alegraos</strong><br />
Coherente con lo anterior, la masonería intenta<br />
imponer en las sociedades civiles su moral propia y sus<br />
creencias. Aunque habla de una moral civil, no se ajusta a<br />
la conocida como ley natural, sino que la relativiza y la<br />
adapta a la circunstancialidad socio-cultural de la sociedad<br />
civil y de cada momento histórico. Ya advertía el papa León<br />
XIII en la Humanum Genus que:<br />
“Si se ponía de moda la moral masónica,<br />
el libertinaje, la descomposición de las<br />
costumbres, la ausencia de pudor, el llamado<br />
realismo en el arte, el deseo de placer, etc.”<br />
A cien años vista, la profecía no ha podido tener un<br />
más pleno cumplimiento.<br />
Como medios para lograr sus fines la masonería busca<br />
la laicización y el laicismo del Estado, imponiendo sus<br />
criterios e ideas a la sociedad civil desde los organismos de<br />
poder político y mediático (medios de comunicación<br />
social), así como a través del control de la educación.<br />
Su organización interna, a pesar de las apariencias<br />
«de talante liberal, tolerante y democrático hacia fuera, es<br />
decir, en sus escritos y como algo exigido a los demás, la<br />
masonería es de una estructura estrictamente piramidal<br />
así como de una jerarquía y disciplina férreas hacia dentro,<br />
o sea, en su organización y funcionamiento interno a<br />
juzgar por lo que puede deducirse de sus rituales,<br />
reglamentos y documentos e intuirse de sus actuaciones».<br />
Bibliografía:<br />
· The Constitutions of the Free-Masons, containing the History,<br />
Charges, Regulations, etc, of that most Ancient and Right<br />
Worshipful Fraternity, Londres 1723, con numerosísimas ediciones.<br />
Categoría de fuentes merecen también los rituales masónicos y los<br />
Estatutos y Reglamentos que descienden a más detalles.<br />
· DE LA CIERVA, Ricardo: La masoneria invisible: una investigacion<br />
en internet sobre la masoneria moderna, Fénix, Madrid, 2002.<br />
· GUERRA GÓMEZ, Manuel, Los Nuevos Movimientos Religiosos (Las<br />
Sectas), Pamplona, Eunsa, 1993, pp. 497-502 y 519.<br />
· VIDAL MANZANARES, César, Los Masones, Geoplaneta, 2005.
<strong>Alegraos</strong><br />
Sin oración, no hay camino<br />
Hablamos y hablamos del camino de la vida<br />
y tocamos mil palillos pero hasta ahora<br />
hemos comentado poco o casi nada de lo<br />
que resulta esencial en el camino de la vida<br />
cristiana, “la única cosa necesaria”, que es<br />
la relación de amistad y de intimidad con el<br />
Señor: la oración cristiana. Y recalco que<br />
me refiero a oración cristiana, porque en<br />
estos tiempos en los que Dios ha querido<br />
regalarnos la vida, lo primero que vamos a<br />
decir es que la oración cristiana no es yoga,<br />
zen o cualquiera de los métodos de<br />
meditación oriental o similar que tan de<br />
moda se han puesto en nuestra sociedad. La<br />
oración no es una técnica, se trata de que<br />
Dios se da libre y gratuitamente al hombre.<br />
Claro que la iniciativa y la actividad del<br />
hombre tienen su papel, pero la vida de<br />
oración descansa en la iniciativa de Dios y<br />
en su Gracia, y tiene como fin, no un<br />
estado de “tranquilidad”, sino la<br />
transformación de nuestra vida en Cristo.<br />
Aclarado este punto, empezaremos<br />
diciendo que hay una máxima que es<br />
fundamental que grabemos a fuego en<br />
nuestra mente: “nuestra vida vale lo que<br />
vale nuestra oración”, porque “la oración<br />
es el alma de la vida cristiana, y la<br />
condición de una vida auténticamente<br />
apostólica”. La razón es clara: la oración<br />
nos hace amigos de Dios, nos introduce en<br />
su intimidad y en la riqueza de su vida. Sin<br />
esta relación de amor, la vida se torna en<br />
una vida superficial, el anuncio del<br />
evangelio en una mera propaganda, y el<br />
compromiso de la caridad en mera obra de<br />
beneficencia que no cambia nada<br />
fundamental en la condición humana. La<br />
oración nos lleva a ser realmente cristianos,<br />
“la oración es el secreto de un cristianismo<br />
realmente vital, que no tiene motivos para<br />
temer el futuro” (S. Juan Pablo II).<br />
La existencia humana no encuentra su<br />
equilibrio y belleza si no pone a Dios por<br />
centro, “nos hiciste Señor para ti, y nuestro<br />
corazón estará inquieto hasta que no<br />
descanse en ti” (S. Agustín), y la oración y<br />
la fidelidad a la misma permite garantizar<br />
esa primacía de Dios en la vida. Sin oración<br />
la prioridad de Dios en nuestra vida se<br />
convierte en una mera declaración de<br />
buenas intenciones, en una ilusión. El que<br />
no reza pondrá el “ego” en el centro de su<br />
vida y no en Dios. El que ora, aunque tenga<br />
que enfrentarse al mundo, al demonio y a la<br />
carne reaccionará siempre para dejar que el<br />
Señor ocupe el lugar que le corresponde<br />
en su vida, el primero, y cuando Dios está<br />
en el centro todo encuentra el lugar que<br />
corresponde.<br />
Sin vida de oración, no hay camino de<br />
santidad, que es el único camino. “El que<br />
huye de la oración, huye de todo lo<br />
bueno” (S. Juan de la Cruz). Todos los<br />
santos han sido personas de oración, y<br />
casualidades de la vida, “los más<br />
entregados al servicio del prójimo eran<br />
también los que más unidos estaban al<br />
Señor”.<br />
Y antes de seguir, una pequeña<br />
objeción que podemos encontrar y es que<br />
sabemos que Dios concede la gracia<br />
principalmente a través de los sacramentos.<br />
La Santa Misa es en sí más importante que<br />
el trato personal con el Señor. Cierto, pero<br />
no es menos cierto que hasta los mismos<br />
sacramentos tendrán una eficacia limitada<br />
cuando falta “buena tierra para recibirla”.<br />
Seguramente en muchas ocasiones la<br />
Eucaristía no proporciona los frutos de<br />
curación interior, de santificación, porque<br />
no se recibe en un clima de amor, de fe, de<br />
adoración, de acogida de todo el ser, clima<br />
que solo crea la fidelidad a la oración.<br />
¿A qué nos referimos cuando<br />
hablamos de vida de oración? Nos referimos<br />
a la vida de relación personal con Dios.<br />
“Orar no es otra cosa que tratar de<br />
amistad estando muchas veces a solas con<br />
quien sabemos nos ama” (Sta. Teresa de<br />
Jesús).<br />
La primera cuestión que hemos de<br />
darnos cuenta es que la oración es un<br />
camino de amor, un encuentro de<br />
corazones, orar es “pasar tiempo con<br />
Dios” (que sabemos que no hay tiempo<br />
mejor aprovechado). Hoy más que nunca<br />
reina la mentalidad utilitarista, en donde en<br />
todo se busca la rentabilidad, la eficacia,<br />
toda actitud de amor gratuito se encuentra<br />
amenazada, y por consecuencia también la<br />
existencia humana. Hay un pasaje en el<br />
evangelio de San Marcos que es la elección<br />
de los apóstoles, cuando dice que “los eligió<br />
para estuvieran con Él, y para enviarlos a<br />
predicar” (Mc. 3, 14). Tenemos que darnos<br />
cuenta de que en primer lugar es “estar con<br />
Él”, llamados a una vida de amistad e<br />
intimidad compartidas. “Ya no os llamo<br />
siervos, a vosotros os llamo amigos, porque<br />
todo lo que le he oído a mi Padre os lo he<br />
dicho”, dirá el Señor en la última Cena.<br />
Orar es en primer lugar pasar tiempo con el<br />
Señor en intimidad, para dejarnos<br />
transformar.<br />
Y ahí comienzan las dificultades, en el<br />
tiempo, porque solemos decir en este<br />
mundo de actividad trepidante que “no<br />
tenemos tiempo”. Pero si somos un poco<br />
nobles descubriremos que el verdadero<br />
problema no reside en el “problema del
<strong>Alegraos</strong><br />
tiempo”, sino más bien en saber lo que<br />
cuenta en nuestra vida. Pondremos un<br />
ejemplo sencillo. Nunca hemos visto a<br />
alguien que muera de hambre porque no<br />
tiene tiempo para comer. Siempre hay<br />
tiempo para comer, y si no ¡se busca! Antes<br />
de decir no tenemos tiempo, hemos de ver<br />
la jerarquía de valores que tenemos en<br />
nuestra vida, lo que consideramos<br />
prioritario. Para la oración no se busca<br />
tiempo, si nuestra jerarquía de valores es<br />
correcta deberíamos decir que “la oración<br />
tiene su tiempo”.<br />
Y en muchas ocasiones podemos<br />
experimentar una tentación, que no es otra<br />
que pensar que el tiempo que dedicamos a<br />
Dios es tiempo que se roba al prójimo. La<br />
experiencia y los ejemplos de las personas<br />
de oración demuestran, en primer lugar, que<br />
“estando atentos a Dios, aprenderemos a<br />
estar atentos a los demás”. No podemos<br />
perder siempre la mirada de fe en todo, y si<br />
es cierto que la oración es tiempo pasado<br />
con el Señor, no es menos cierto, en primer<br />
lugar que la oración me dará la gracia de<br />
vivir cada instante de mi vida de un modo<br />
mucho más fecundo.<br />
Pero no es solo que haga nuestra vida<br />
más fecunda, sino que la fidelidad a la<br />
oración garantiza nuestra capacidad de<br />
estar presentes ante los demás, de amarlos<br />
realmente. El amor más atento, el más<br />
delicado, el más desinteresado, el más<br />
compasivo, el que es capaz de consolar y<br />
reconfortar lo encontramos en las almas<br />
de oración. Porque la oración nos hará<br />
mejores y los que nos rodean no se<br />
quejarán de ello.<br />
Sin oración seria corremos el riesgo<br />
de que la sal se comience a envanecer, y<br />
aunque parezca que hago algo, en sustancia<br />
sea nada, porque las buenas obras no se<br />
pueden hacer sino en virtud de Dios, y eso<br />
solo se hace con mucha oración.<br />
Pero aún así, hay personas que<br />
piensan que la oración es ofrecer el trabajo,<br />
que eso basta como oración. Es cierto que<br />
un trabajo ofrecido y realizado para Dios<br />
se puede convertir en un modo de oración.<br />
Pero dicho esto, hemos de ser realistas, es<br />
imposible permanecer unido a Dios<br />
mientras trabajamos si antes no hemos<br />
tenido momentos dedicados solo a Dios. El<br />
que no se ha ocupado solo de Él, que no<br />
pretenda mantener su presencia en medio de<br />
las tareas de cada día. Es lo mismo que<br />
ocurre en las relaciones personales.<br />
Imaginemos un marido y padre de familia<br />
inmerso en actividades continuas que no<br />
tiene tiempo para su mujer e hijos exclusivo<br />
para ellos, el amor se asfixia y se ahoga<br />
enseguida; si por el contrario les dedica<br />
tiempo y momentos exclusivos, el amor se<br />
dilata, se respira gratuidad. Hay que dedicar<br />
por tanto tiempo en exclusividad al Señor,<br />
para que su amor no muera en nosotros. Si<br />
nos ocupamos de Dios, Dios no dudará en<br />
ocuparse de nuestras cosas mejor incluso<br />
que nosotros mismos.<br />
Y si la objeción anterior se torna<br />
ridícula, ¡que decir en el mundo actual de<br />
esa máxima que todo lo impregna que es el<br />
sentimiento!: “Yo solo rezo cuando me<br />
apetece porque soy auténtico”. Sí, sería de<br />
auténtico necio obrar así, porque entonces,<br />
como haya que tener ganas, podríamos<br />
esperar hasta el día del juicio final. En la<br />
oración nos ha de guiar la fe, no el estado<br />
de ánimo. La verdadera autenticidad, la<br />
verdadera sinceridad no tiene nada que ver<br />
con el sentimiento. ¿Cuál es el amor más<br />
auténtico? El que es más fiel. La fidelidad<br />
en la oración podemos decir que es escuela<br />
de libertad y sinceridad en el amor, porque<br />
nos enseña a situar nuestra relación con<br />
Dios en un terreno que no es vacilante,<br />
fuera de nuestras impresiones, estados de<br />
ánimo, fervor sensible, etc. La fidelidad en<br />
la oración la ponemos en el fundamento<br />
sólido de la fe.<br />
Y cuando nos acercamos de verdad a<br />
Dios, pasamos tiempo con Él y somos<br />
fieles, encontramos que la oración<br />
transforma la vida. En un intento con<br />
verdadero espíritu minimalista, no podemos<br />
acabar el tema sin señalar que la vida de<br />
oración cambia el resto de la vida. La vida<br />
de oración debe llevar a un progreso en el<br />
amor, en la pureza de corazón, y el<br />
verdadero amor se manifiesta también y<br />
muchas veces mejor fuera de la oración.<br />
No creamos que nuestra vida de oración es<br />
auténtica si la vida no está marcada por un<br />
sincero deseo de darnos por completo a<br />
Dios, de conformar lo más plenamente<br />
nuestra vida con su voluntad. El que de<br />
verdad su vida está animada por la oración<br />
su vida es un continuo desprenderse de sí<br />
mismo para entregarse a Dios. No es<br />
compatible la vida de oración con buscarse<br />
a sí mismo, no vivimos en Dios si no somos<br />
capaces de olvidarnos de nosotros mismos<br />
en beneficio de nuestros hermanos.<br />
La vida de oración crea en nosotros,<br />
como no puede ser de otra forma, una forma<br />
de ser en relación con el Señor, en relación<br />
con el prójimo y con nosotros mismos. La<br />
vida de oración es la verdadera escuela<br />
del amor, porque las virtudes que se<br />
practican y a las que nos lleva la vida de<br />
oración son las que permiten el<br />
crecimiento del amor en nuestro corazón.<br />
Sin oración no hay camino, porque sin<br />
oración no transformamos nuestro<br />
corazón, para amar con el Amor de Dios;<br />
“amaos los unos a los otros como Yo os he<br />
amado” (Jn 13,34).
<strong>Alegraos</strong><br />
D. Alberto Bárcena, profesor doctor en Historia<br />
Contemporánea por la CEU San Pablo. Los orígenes de la masonería.<br />
Canal Youtube “Marcando el Norte”, HM Television.<br />
La masonería ha tenido un gran éxito: presentarse como<br />
inexistente, inofensiva o inocua, que es en lo que están ahora, en lo<br />
que ellos llaman “normalización”. La ignorancia sobre lo que es la<br />
masonería también favorece esta idea.<br />
La masonería existe y tiene una trayectoria larga. Es una secta<br />
secreta que nace en Londres a principios del siglo XVIII con unos<br />
objetivos muy concretos: uno de ellos es el servicio a la monarquía<br />
británica aunque como fin principal tienen impedir que un católico<br />
vuelva a acceder al trono o esté próximo a él. Los antecedentes más<br />
claros son las logias que luchaban o conspiraban contra los Estuardo,<br />
y van a tener mucho que ver con la llegada de los Hannover, con los<br />
cuales ya se garantizan una dinastía protestante y enemiga del<br />
catolicismo. Cuando los católicos ya están siendo muy perseguidos en<br />
esa época, el objetivo es evitar que vuelvan a acercarse al trono y<br />
conseguir una Inglaterra protestante a ultranza, sin “peligros<br />
papistas” (así calificaban los anglicanos a los católicos en tono<br />
despectivo). Así, pues, nace una masonería que se puede denominar<br />
“regular” porque ha colaborado con el imperio británico. Pero en este<br />
designio chocaron desde el primer momento con las monarquías<br />
católicas y muy concretamente con la española, en cuya destrucción<br />
van a emplearse a fondo. Y desde luego es difícil explicarse la<br />
decadencia del imperio español sin tener en cuenta la aportación<br />
masónica.<br />
No hay muchos especialistas en el estudio de la masonería<br />
porque muchos de estos intelectuales piensan que van a ser<br />
estigmatizados o tachados de paranoicos, que es lo que les pasó a<br />
Franco y a Carrero Blanco, ambos especialistas en esta materia y con<br />
diversos libros publicados. Investigar este tema todavía da miedo; se<br />
ha visto siempre como un poder oculto que podía hacer mucho daño a<br />
quien tratara de destapar lo que hay detrás, y por eso no se ha hablado<br />
mucho del mismo.<br />
La masonería, como secta secreta que es a lo largo de su<br />
trayectoria (aunque ahora salgan a la calle a manifestarse), con unos<br />
designios que no trascienden ni siquiera a los grados más elementales<br />
de la secta y que es una de las causas por las que los Papas la han<br />
condenado, ha sacado muy buen provecho de ese secretismo<br />
precisamente. Muy pronto en ese siglo XVIII crean una verdadera red<br />
en toda Europa, menos en España, donde hubo intentos de crear<br />
alguna logia aunque no les fue fácil, entre otras cosas porque aquí<br />
todavía estaba la Inquisición, como institución para velar por la<br />
pureza de la fe desde los Reyes Católicos. Aunque ya la Inquisición
<strong>Alegraos</strong><br />
del siglo XVIII está<br />
muy decaída, sigue<br />
interviniendo en<br />
casos de brujería,<br />
satanismo y también<br />
de las herejías. Y<br />
naturalmente se<br />
ocupaban de una<br />
secta que conspirase<br />
contra la Iglesia<br />
Católica. Por lo<br />
tanto, en España no<br />
hay una masonería bien estructurada durante el siglo XVIII porque no<br />
pueden, sencillamente. Pero sí en otros países de Europa. Francia, por<br />
ejemplo, fue una victoria muy importante para la masonería al<br />
establecerse con una base firme en esta cristianísima nación, “la hija<br />
primogénita de la Iglesia”.<br />
La masonería en su origen británico, es sobre todo deísta: son<br />
defensores del rechazo a una fe revelada en aras de un ser supremo o<br />
un “gran arquitecto”, que es una concepción racionalista que rechaza<br />
la revelación. Por todo esto los Papas la han rechazado y condenado<br />
desde el siglo XVIII hasta la actualidad (el último que lo ha hecho ha<br />
sido SS Benedicto XVI siendo Prefecto para la Congregación de la<br />
Doctrina de la Fe) en cientos de documentos; de pocos temas se han<br />
ocupado tanto los sumos pontífices como de este. Ya Benedicto XIV<br />
en Providas Romanorum (18 de marzo de 1751) vuelve a condenar la<br />
masonería, tal y como había hecho su antecesor Clemente XII. Pero<br />
dado que difunden los sectarios que esa condena está superada, dice el<br />
Papa: “tengo que volver a salir al paso”. Este argumento se reitera<br />
hasta el siglo XX, donde los Papas insisten en que tienen que volver a<br />
aclarar algo sobre lo que sus predecesores ya se habían pronunciado.<br />
Pero esta confusión la han creado los miembros de la secta<br />
masónica fundamentalmente, y hoy en día han conseguido una gran<br />
victoria. Hay que conocer la historia de la masonería, hay que conocer<br />
la documentación pontificia y el por qué de las condenas de los Papas.<br />
El propio Benedicto XVI publicó en L’Osservatore Romano un<br />
artículo de gran profundidad filosófica en el que condena la masonería<br />
y la pertenencia del católico a la misma por razones de fe; viene a<br />
decir que el católico no puede ser masón por la forma tan singular de<br />
relacionarse con Dios, además de otras connotaciones de lucha contra<br />
la Iglesia Católica y de tratar de aplicar una ingeniería social<br />
anticristiana desde sus orígenes hasta hoy.<br />
BÁRCENA PÉREZ, Alberto. “Iglesia y masonería: las dos ciudades”.<br />
Madrid: Ed. San Román, 20<strong>16</strong>.<br />
Para ampliar:<br />
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=29268<br />
Testimonio de un ex masón<br />
Esta entrevista fue publicada por Javier Lozano en Actuall el 22<br />
de diciembre de 2015. Pero su contenido es de extraordinaria<br />
actualidad, teniendo en cuenta el protagonismo de esta secta en el<br />
devenir de las leyes propuestas y aprobadas en los últimos años.<br />
Serge Abad-Gallardo es un francés de origen español que<br />
sabe muy bien cómo funciona la masonería. Durante más de veinte<br />
años fue miembro de una de las logias, que dejó tras convertirse al<br />
catolicismo. En su libro “Por qué dejé de ser masón” explica este<br />
proceso y cómo funciona esta sociedad. El precio ha sido caro para él<br />
pues poco después de su publicación fue despedido de su trabajo.<br />
¿Qué relación tiene la masonería con las leyes de ingeniería<br />
social como el aborto, la eutanasia, el divorcio o el matrimonio<br />
homosexual?<br />
Las leyes que han sido promulgadas por la Asamblea Nacional<br />
francesa han sido reflexionadas y formalizadas en las logias. En<br />
particular en la Gran Logia de Francia, Gran Oriente y Derecho<br />
Humano de Francia.<br />
De esto puedo dar testimonio porque cada año todas las logias<br />
del Derecho Humano, en la cual yo fui masón durante 23 años,<br />
trabajan en un tema social común y realizan un documento de síntesis<br />
que las logias envían a sus dirigentes nacionales. Y éstos, tras una<br />
última revisión lo transmiten al Presidente de la República.<br />
¿Y tanta influencia tiene?<br />
Hay un grupo importante de masones presentes en el<br />
Parlamento. Se llama “Fraternidad Parlamentaria” y está constituido<br />
de cuatrocientos masones de todas las obediencias masónicas, siendo<br />
todos ellos altos funcionarios y diputados. Son casi el 20% del<br />
Parlamento. Y todo ello sin tener en cuenta a los diputados masones<br />
que no pertenecen a este grupo. Ellos votan estas leyes sociales<br />
(aborto, matrimonio homosexual etc…) en primer lugar como<br />
masones, sea cual que sea su partido político. Todas estas leyes<br />
sociales que son contrarias al derecho natural ya han sido elaboradas y<br />
escritas en las logias antes de ser votadas.<br />
¿Por qué apoya la masonería esta serie de leyes contra la<br />
familia?<br />
La masonería es en la mayoría de las obediencias anti-catolica y<br />
anticlerical. La masonería es para ellos una religión verdadera tal y<br />
como cuento en mi libro. Sus fundamentos son totalmente diferentes y<br />
opuestos a la moral católica, que por ejemplo hace de la familia la<br />
base de la sociedad. Promoviendo leyes contra la familia intentar<br />
destruir la Iglesia Católica. Esto es uno de los motivos por lo cual yo<br />
afirmo que no es posible ser católico y masón.<br />
https://www.eukmamie.org/es/rss-feed-esp/item/5018-marcando-elnorte-rituales-masonicos<br />
https://www.religionenlibertad.com/blog/59766/por-que-deje-sermason.html<br />
Otra entrevista en: https://www.aciprensa.com/noticias/un-exmasondetalla-la-relacion-que-existe-entre-el-demonio-y-la-masoneria-19432
<strong>Alegraos</strong><br />
“La masonería invisible”<br />
En su obra «La masonería invisible»,<br />
D. Ricardo de la Cierva explica algunos de los grandes misterios<br />
de esta asociación secreta.<br />
¿Por qué decidió escribir sobre la masonería?<br />
¿De dónde viene su interés por este fenómeno?<br />
- De la infancia. Leí mi primer libro sobre la masonería en 1936,<br />
cuando todavía no había cumplido los diez años. Desde entonces<br />
he tenido mucho interés por el tema, de modo que todo lo que ha<br />
caído en mis manos sobre él lo he leído. Me he preocupado<br />
especialmente por saber lo que dicen sobre la masonería los<br />
propios masones y para la redacción de este libro he examinado<br />
miles de textos masónicos.<br />
¿Qué es la masonería? ¿Es una religión?<br />
- No, no lo es. Para los masones es como el conjunto de todas las<br />
religiones y a todas ellas trasciende. La masonería es, para ellos,<br />
«la Luz». Cristo dijo que Él era la luz del mundo. Su luz, desde<br />
luego, no es la luz masónica. La masonería es una asociación<br />
racionalista, ilustrada, fundada en la efervescencia de ideas del<br />
siglo XVIII y cuyo objetivo permanente es la secularización total,<br />
el arrancar la influencia de la Iglesia de la sociedad humana.<br />
En otra entrevista Ricardo de la Cierva afirma que «todos los<br />
masones de grado 33 son satánicos» Aunque precisa que los<br />
masones de grados inferiores no tienen por qué ser satánicos y que<br />
desconocen el objetivo último de ésta sociedad secreta<br />
El historiador, uno de los principales y reputados expertos<br />
mundiales de la masonería, demuestra en esta investigación la clara<br />
conexión del satanismo con los masones de grado 33, el más<br />
elevado de esta sociedad secreta.<br />
Tras años de una exhaustiva investigación, De la Cierva<br />
descubre una conexión que hasta ahora estaba en una nebulosa y que<br />
pocos eran los que se atrevían a aventurar esa alianza tan estrecha<br />
entre el grado superior de la masonería y el satanismo. Todo ello lo<br />
explica en «Masonería, Satanismo y Exorcismo».<br />
Los que ingresan son engañados<br />
El historiador madrileño considera que «los masones, sobre<br />
todo al principio del ingreso en la orden, son sistemáticamente<br />
engañados por la Masonería. Los masones reciben una serie de<br />
engaños hasta que al final se les desengaña, pero ya en los últimos<br />
grados».<br />
«La Masonería ha intentado con enorme insistencia proclamar<br />
que tan sólo es una fraternidad que realiza buenas obras. Tiene<br />
mucha gente dedicada a que no se sepa la verdad que se esconde tras<br />
esa fachada».<br />
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<strong>Alegraos</strong><br />
Testimonios de ex grados 33<br />
De la Cierva ha tenido acceso a los<br />
testimonios de varios masones que fueron en su<br />
momento grado 33 y que por lo tanto han tenido<br />
una información vivencial de primera mano.<br />
Uno de ellos, Jim Shaw, señala que<br />
«participó en una ceremonia masónica llamada<br />
comunión negra, en el templo de rito escocés de<br />
Florida. Los participantes de la misma eran<br />
requeridos para referirse a Jesús como apóstol de<br />
la humanidad lo cual no está precisamente<br />
inspirado por la divinidad. Entonces, llegaron a<br />
burlarse de Jesús, practicando una extraña<br />
ceremonia negra».<br />
El secreto de la Masonería<br />
Otro ex masón de grado 33 es William Schmebeen, que tras<br />
abrazar de nuevo el cristianismo desveló su desagradable experiencia<br />
en todos los años que estuvo en los grados más altos de esta sociedad<br />
secreta: «El secreto de la Masonería es éste. Como masón usted<br />
podrá ser conducido a creer que los llamados secretos de la<br />
Masonería encierran una gran enseñanza y una gran utilidad. Este es<br />
el gancho. Estará obligado a realizar solemnes juramentos que luego<br />
se volverán contra su propia conciencia, como cristiano y su<br />
condición de americano».<br />
«Estos juramentos y obligaciones –continua William<br />
Schmebeen– actuarán con el tiempo de manera muy negativa para<br />
usted. En algún punto se dará cuenta del porqué se le ha obligado a<br />
introducirse en la logia entre muchos misterios del ocultismo y sobre<br />
la estela de Satán, y no en la de Cristo. Cuando se percate de esto<br />
tendrá su mente completamente ennegrecida por el mal. Los<br />
juramentos masónicos le harán conocer unos presuntos avances en la<br />
justicia, pero de manera diabólica podrá ser arrastrado hacia una<br />
Biblia, un compás y una escuadra que le llevarán a formular unos<br />
juramentos terribles que le obligarán a cumplir bajo penas que llegan<br />
hasta la muerte. Estos son juramentos extrajudiciales y, como tales,<br />
contrarios a las leyes de su país. Sin embargo, se verá obligado a<br />
mantenerlos si no quiere someterse a castigos terribles».<br />
Lucifer y los grados superiores de la masonería<br />
El pastor bautista Pierce Dodson manifiesta que «todo el<br />
corazón de la Masonería es luciferiano». Y de la Cierva apunta que<br />
«los masones de grados superiores creen que Lucifer realmente es<br />
Dios y se refieren a Yavé por su nombre de Adonai. Los libros<br />
masónicos que se entregan a algunos miembros selectos de los<br />
grados 32 y 33 dicen que Jesús es un impostor y que Lucifer es el<br />
verdadero Dios».<br />
Secretas doctrinas de Lucifer<br />
Otro ex masón, Manly Palmer, aparece en<br />
el libro para afirmar que «muchos candidatos a<br />
la Masonería no tienen ni idea de que al llegar a<br />
la iniciación les serán comunicadas muchas<br />
mentiras, o que el corazón de los masones es un<br />
receptáculo de las secretas doctrinas de Lucifer,<br />
porque un masón está perdido en las tinieblas<br />
del tiempo».<br />
Bibliografía:<br />
DE LA CIERVA, Ricardo. “Masonería, satanismo<br />
y exorcismo”. Ed. Fénix, 2011.<br />
http://www.hispanidad.info/masocierva.htm<br />
https://www.religionenlibertad.com/polemicas/15346/ricardo-dela-cierva-afirma-que-todos-los-masones-de-grado.html<br />
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Muchas gracias.
Desde los inicios de la<br />
masonería moderna (1717) hasta<br />
nuestros tiempos la Iglesia ha<br />
condenado en más de doscientos<br />
documentos este movimiento. En<br />
todos ellos se condena la<br />
masonería como contraria a la<br />
justicia y a la moral natural. De<br />
hecho se nos enseña que supone<br />
una esclavitud, una inmoralidad,<br />
una traición a nuestra fe y una<br />
apostasía.<br />
Recordamos algunos de<br />
los documentos más señalados en<br />
los que se puede comprobar la<br />
verdad de lo que hemos dicho. En<br />
primer lugar por orden de<br />
importancia de los documentos,<br />
recordamos las diversas encíclicas<br />
en que la masonería ha sido<br />
desenmascarada y desautorizada<br />
por los vicarios de Jesucristo.<br />
En efecto, la Iglesia ha<br />
dedicado a la masonería las<br />
siguientes encíclicas:<br />
"TRADITI" del Papa Pío<br />
VIII, 21 de mayo de 1829.<br />
"MIRARI VOS" del Papa<br />
Gregorio XVI, 15 de agosto de<br />
1832.<br />
"QUI PLURIBUS" del Papa<br />
Pío IX, 8 de diciembre de 1864.<br />
"ETSI MULTA" del Papa<br />
Pío IX, 21 de noviembre de 1873.<br />
"DIUTURNUM ILLUD",<br />
del Papa León XIII, 1881<br />
"ETSI NOS" del Papa León<br />
XIII, 15 de febrero de 1882.<br />
"HUMANUM GENUS" del<br />
Papa León XIII, 20 de abril de<br />
1884.<br />
"AB APOSTOLICI" del<br />
Papa León XIII, 15 de octubre de<br />
1890.<br />
"PRAECLARA<br />
GRATULATIONIS" del Papa<br />
León XIII, 18 de marzo de 1902.<br />
Además, ha emanado<br />
otros documentos advirtiendo de<br />
la contradicción entre los fines y<br />
la ideología de la masonería y los<br />
propios del cristianismo.<br />
Podemos señalar por su valor e<br />
importancia los siguientes:<br />
"IN EMINENTI" del Papa<br />
Clemente XII, 28 de abril de<br />
1738.<br />
"PROVIDAS" del Papa<br />
Benedicto XIV, 18 de mayo de<br />
1751.<br />
"ECCLESIAM" del Papa Pío<br />
VII, 13 de septiembre de 1821.<br />
"QUO GRAVIORA" del<br />
Papa León XII, 13 de marzo de<br />
1825.<br />
"APOSTOLICAE SEDIS"<br />
del Papa Pío IX, 12 de octubre de<br />
1869.<br />
"Declaración Congregación<br />
para la Doctrina de la Fe" 17 de<br />
febrero de 1981.<br />
"Declaración Congregación<br />
para la doctrina de la Fe" 23<br />
noviembre de 1983.<br />
Ya el Papa Clemente XII,<br />
21 años después de la aparición<br />
de la Gran Logia de Inglaterra,<br />
indica cuidadosamente las<br />
razones por las que las<br />
asociaciones masónicas deben ser<br />
condenadas desde el punto de<br />
vista de la moral, la política y la<br />
sociología cristianas y católicas, a<br />
saber:<br />
1. El carácter peculiar<br />
aconfesional (anticristiano y<br />
anticatólico) y naturalístico de la<br />
secta, per medio del cual teórica y<br />
prácticamente mina la fe cristiana<br />
en sus adeptos (los de la<br />
Masonería) y por medio de ellos,<br />
en el resto de la sociedad,<br />
produciendo la indiferencia<br />
religiosa y el desprecia de la<br />
ortodoxia y de la autoridad<br />
eclesiástica.<br />
2. El inescrutable secreto<br />
y el disfraz insidioso e inmutable<br />
de la asociación masónica y de su<br />
obra, por medio de la cual los<br />
hombres de su calaña irrumpen<br />
como ladrones en casa y como<br />
raposas tratan de arrancar de raíz<br />
el viñedo, pervirtiendo los<br />
corazones de los hombres<br />
sencillos y arruinando su felicidad<br />
espiritual y material.<br />
Así por ello, Clemente<br />
XII, en esta Constitución<br />
apostólica expresa con toda<br />
rotundidad: "Hemos resuelto y<br />
decretado condenar y prohibir<br />
ciertas sociedades, asambleas,<br />
reuniones, convenciones, juntas o<br />
sesiones secretas, llamadas<br />
Francmasónicas o conocidas bajo<br />
alguna otra denominación. Las<br />
condenamos y las prohibimos por<br />
medio de esta Constitución, la<br />
cual será considerada válida<br />
para siempre. ‘Recomendamos a<br />
los fieles abstenerse de<br />
relacionarse con dichas<br />
sociedades (...) para evitar la<br />
excomunión, que será la sanción<br />
impuesta a todos aquellos que<br />
contravinieren ésta Nuestra<br />
orden".(Constitución Apostólica<br />
"In Eminenti" de Su Santidad el<br />
Papa Clemente XII, 28-abril-<br />
1738).<br />
Pero, ¿cuáles son estos<br />
principios naturalistas que acepta<br />
la Masonería? En primer lugar, el<br />
dogma de la soberanía absoluta de<br />
la razón y de sus consecuencias:<br />
negación de la Verdad Revelada e<br />
indiferentismo religioso. Este es<br />
sin duda un error teológico de la<br />
Masonería. Pero el Papa León<br />
XIII no solo considera esto, sino<br />
que además en la Encíclica<br />
"Humanum Genus" muestra otra<br />
serie de errores masónicos. Por la<br />
importancia de esta Encíclica les<br />
recomendamos su cuidadosa<br />
lectura<br />
Muy dura también es la<br />
condena de la Masonería, que<br />
realiza el Papa Benedicto XV en<br />
el Código de Derecho Canónico<br />
de 1917, en donde se dice:<br />
"Los que dan su nombre a<br />
la secta masónica o a otras<br />
asociaciones del mismo género<br />
que maquinan contra la Iglesia o<br />
contra las potestades civiles<br />
legítimas, incurren ‘ipso facto’ en<br />
excomunión simplemente<br />
reservada a la Sede Apostólica."<br />
(Derecho canónico de 1917,<br />
canon 2.335).<br />
"& 1. A los clérigos que<br />
han cometido el delito de que se<br />
trata en los cánones 2334 y 2335,<br />
debe castigárseles, además de<br />
con las penas establecidas en los<br />
citados cánones, con la<br />
suspensión o privación del mismo<br />
beneficio, oficio, dignidad,<br />
pensión o cargo que puedan tener<br />
ven la Iglesia”.<br />
“& 2. Los clérigos y los<br />
religiosos que den su nombre a la<br />
secta masónica o a otras<br />
asociaciones semejantes, deben<br />
además ser denunciados a la<br />
Sagrada Congregación del Santo<br />
Oficio" (Derecho de Derecho<br />
Canónico de 1917, canon 2336).<br />
El mismo derecho<br />
canónico de 1917 establece en<br />
otros cánones las siguientes penas<br />
para los masones: la prohibición<br />
de contraer matrimonio y de ser<br />
este presidido por el párroco<br />
(canon 1065); deben ser privados<br />
de sepultura eclesiástica (canon<br />
1240); y otras penas más en el<br />
código.<br />
Su Santidad Juan Pablo II<br />
renueva, en tiempos recientes,<br />
esta tradición condenatoria de la<br />
Iglesia Católica a la masonería.<br />
Primero con una declaración de la<br />
Congregación para la doctrina de<br />
la fe de 1981 en donde se<br />
reafirman las censuras existentes.<br />
Posteriormente Su Santidad Juan<br />
Pablo II, y el mismo día que<br />
aprobaba el Nuevo Derecho<br />
Canónico (1983), firma una<br />
Declaración sobre la Masonería,<br />
que edita la Congregación para la<br />
Doctrina de la Fe del 26 de<br />
noviembre de 1983. En este<br />
documento se reafirma que la<br />
pertenencia a la Masonería es un<br />
pecado grave que niega a los<br />
católicos "el derecho de<br />
acercarse a la Sagrada<br />
Comunión". También afirma este<br />
documento que la posición de la<br />
Iglesia sobre las asociaciones<br />
masónicas se mantiene sin<br />
alteración, ya que los principios<br />
de la Masonería siempre se han<br />
considerado irreconciliables con<br />
la Doctrina de la Iglesia Católica.<br />
De acuerdo a esta Declaración,<br />
“la afiliación de los católicos a la<br />
Francmasonería sigue estando