Expocultur #82
Revista Expocultur - Viajes & Cultura. Número 82
Revista Expocultur - Viajes & Cultura. Número 82
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Desde el pasado 7 de julio, el excepcional<br />
Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran<br />
Canaria, que se extiende por los municipios de Tejeda,<br />
Artenara, Agaete y Gáldar, está reconocido por la UNESCO<br />
como Patrimonio de la Humanidad.<br />
Cuarta declaratoria de Patrimonio Mundial para las Islas<br />
Canarias –tras la del Parque Nacional de Garajonay (1986), la<br />
del casco histórico de San Cristóbal de La Laguna (1999) y del<br />
Parque Nacional del Teide (2007); a las que hay que sumar una<br />
quinta: la declaratoria del silbo gomero como Patrimonio<br />
Inmaterial de la Humanidad–, la de Risco Caído y las Montañas<br />
Sagradas de Gran Canaria es, sin embargo, la primera dentro<br />
de la categoría de Paisaje Cultural, un término que subraya la<br />
riqueza natural y cultural del sitio, así como la armónica integración<br />
de ambos valores, el medioambiental y el humano,<br />
para dar lugar a un auténtico tesoro de toda la Humanidad. En<br />
otras palabras, el ser humano ha moldeado el paisaje y el paisaje<br />
ha moldeado a sus habitantes; esa es, precisamente, la<br />
simbiosis que hace de este territorio un lugar único.<br />
En cuanto a su exuberante naturaleza, el territorio de<br />
Risco Caído comprende una vasta zona montañosa del centro<br />
de la isla de Gran Canaria, que incluye sitios como la<br />
Caldera de Tejeda, el macizo de Tamadaba y las laderas de<br />
Barranco Hondo; un territorio que se caracteriza por una<br />
topografía de acantilados, barrancos y formaciones volcánicas<br />
presentes en un paisaje de rica biodiversidad. Todo ello<br />
reconocido, además, como Reserva de la Biosfera por la<br />
UNESCO en 2007. En concreto, los diversos vestigios<br />
arqueológicos se asientan sobre dos unidades geomorfológicas<br />
principales: una al este, integrada por un saliente rocoso<br />
conocido como La Meseta; otra al oeste, conocida como<br />
Lomo de la Punta. Ambas separadas entre sí por el cauce del<br />
Barranquillo de los Linderos.<br />
Junto a su innegable riqueza natural, el territorio de Risco<br />
Caído es también el testimonio vital de los antiguos moradores<br />
de la isla y abarca un considerable número de vestigios de<br />
viviendas, cisternas y graneros troglodíticos, cuya antigüedad<br />
pone de manifiesto la presencia de una cultura insular autóctona<br />
que evolucionó de modo autárquico desde la llegada de<br />
los bereberes norteafricanos (imazighen), a principios de<br />
nuestra era, hasta la conquista del archipiélago de las Canarias<br />
por los españoles en el siglo XV.<br />
Estos singulares vestigios de los pobladores originarios de<br />
la isla comprenden un sinnúmero de cuevas, algunas naturales,<br />
otras excavadas en la roca –hecho singular si se tiene en cuenta<br />
que los antiguos canarios no utilizaban metales–; algunas de<br />
uso habitacional y otras dedicadas a prácticas rituales, así<br />
como los templos o “almogarenes” de Risco Caído y el Roque<br />
Bentayga, lugares donde se celebraban ceremonias relacionadas<br />
con las estaciones del año; es posible también que estos<br />
dos espacios sagrados guarden relación con un eventual culto<br />
rendido a los astros y la “Tierra Madre”.<br />
En todo caso, a partir de referencias orales ha sido posible<br />
determinar que este conjunto rupestre fue reutilizado<br />
hasta, probablemente, mediados del siglo XX, siempre con la<br />
función de área de almacenaje para aperos, pajeros y rediles<br />
de ganado; su no reutilización como área habitacional ha<br />
redundado positivamente en el alto grado de integridad<br />
estructural que presenta el conjunto, así como en la excelente<br />
preservación de sus manifestaciones rupestres.<br />
Expresiones antiquísimas que consisten, fundamentalmente,<br />
en numerosos triángulos invertidos o púbicos, vaciados en bajorrelieve,<br />
así como cúpulas circulares talladas en las paredes y<br />
cazoletas excavadas en el suelo, todas ellas consideradas<br />
expresiones relacionadas con creencias mágico-religiosas vinculadas<br />
a cultos de fecundidad-fertilidad. Igualmente, en la cueva<br />
número 6 (C6) de Risco Caído –un recinto excavado de planta<br />
circular– se produce, entre el equinoccio de primavera y el solsticio<br />
de verano, un fenómeno lumínico consistente en la entrada<br />
de un haz de luz del sol naciente a través de una oquedad que<br />
va recorriendo un amplio panel de grabados rupestres, fenómeno<br />
que puede ser interpretado como un marcador astronómico<br />
equinoccial. Hablamos de una cosmogonía que bien<br />
puede considerarse la expresión más occidental de la cultura<br />
Amazigh norteafricana, y que, por primera vez, evoluciona hacia<br />
una forma distinta, hacia una cultura isleña única.<br />
Centro de Interpretación de Risco Caído<br />
Para descubrir en profundidad los secretos de Risco Caído<br />
y las Montañas Sagradas de Gran Canaria existen dos lugares<br />
imprescindibles, y uno de ellos es el Centro de Interpretación<br />
de Risco Caído o Centro de Interpretación de las Montañas<br />
Sagradas de Gran Canaria, ubicado en pleno casco urbano de<br />
la localidad de Artenara.<br />
Este espacio museográfico, excavado en la roca de la<br />
montaña en claro “homenaje” al patrimonio histórico de la<br />
zona, supone la mejor puerta de entrada tanto al yacimiento<br />
arqueológico como a sus múltiples particularidades. Así,<br />
mediante varios dispositivos tecnológicos, el visitante va descubriendo<br />
todos los detalles sobre el espacio geográfico que<br />
alberga a este Paisaje Cultural, sobre las formas de vida de sus<br />
habitantes a lo largo de los siglos, sobre sus creencias espirituales<br />
y, finalmente, sobre cómo toda esa cosmogonía se concentra<br />
en el enclave de Risco Caído en su función de temploalmogarén<br />
y centro calendárico.<br />
En este sentido, la pieza central de la exposición, que será<br />
instalada a finales de 2019, es una reproducción a tamaño real<br />
de la cueva 6 del complejo arqueológico, la que actúa, precisamente,<br />
como calendario. En la réplica, creada por Fastum<br />
Arte, una de las mejores empresas del mundo en el sector y<br />
que ha trabajado en la réplica de tumbas egipcias, entre otras<br />
reproducciones históricas, el visitante podrá experimentar<br />
directamente el fenómeno del haz de luz que penetra por una<br />
apertura sobre la puerta en determinadas épocas del año y<br />
que va recorriendo un friso de grabados de triángulos púbi-<br />
Vista aérea del complejo de la Sierra del Bentayga. Foto: UNESCO /Javier Gil Leon. ©Javier Gil Leon<br />
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