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TRUEQUE<br />
Mar Buendía<br />
Busco camisa blanca talla S<br />
Desde El q’epi del trueque, un grupo de Facebook para intercambiar mercancías,<br />
hasta el Trueque teatral, donde se transan saberes y lenguajes.<br />
Capaz sea posible vivir sin dinero.<br />
No soy de hacer ejercicio, pero sí de<br />
leer mucho. Por eso cuando vi que<br />
alguien buscaba una máquina de<br />
abdominales a cambio de un Kindle, no fue<br />
difícil hacer el intercambio. Así entré en el<br />
mundo del trueque.<br />
Soy parte del mal, compro muchas cosas<br />
que no necesito en el momento o cosas que<br />
solo usaré una vez por el simple hecho de que<br />
puedo. Es así, el consumismo es uno de los<br />
grandes males del siglo XXI. El trueque se<br />
comporta entonces como una alternativa que<br />
fomenta y promueve espacios de intercambio<br />
de bienes, para alargar su vida útil, y servicios,<br />
para ampliar las redes de conocimiento.<br />
Hay comunidades enteras que han abandonado<br />
las transacciones financieras para<br />
vivir del trueque. Es el caso del valle del<br />
Cauca en Colombia, que le hace frente a la<br />
globalización de su país. Mientras tanto, en<br />
España, a 50 kilómetros de Madrid, un grupo<br />
de 60 personas decidieron unirse en una<br />
comunidad denominada Valdepiélagos para<br />
vivir de manera ecológica y libre de dinero<br />
frente a la crisis del país. Bolivia está lejos de<br />
esa realidad, pero no deja de tener espacios<br />
que promueven esta práctica.<br />
Aunque suene utópico, los trueques cada<br />
vez cobran más fuerza en nuestro país. A un<br />
click de distancia se encuentra El q’epi del<br />
trueque, un grupo de Facebook con más de 12<br />
mil miembros, sólo en su versión paceña, que<br />
promueve el trueque de productos que<br />
anulan por completo las transacciones financieras.<br />
Anuncios tales como “busco camisa<br />
blanca talla S", "ofrezco productos de limp<br />
i ez a ”aparecen por decenas día a día en la<br />
página. La gente, cada vez más, comprende la<br />
necesidad de desprenderse de cosas materiales<br />
que no utilizamos a menudo para obtener<br />
otras cosas cuya necesidad es inmediata. En<br />
el q’epi se encuentran artículos de limpieza,<br />
comida, ropa, artefactos, semillas, etc., que<br />
son ofrecidos por otros cuyo precio puede o<br />
no ser similar: los objetos se tasan por su<br />
valor de uso, no por su valor monetario. Los<br />
requisitos son simples: los productos deben<br />
estar en buen estado, limpios y listos para<br />
tener una segunda vida útil.<br />
En esta línea también está una corriente<br />
en Cochabamba que busca una vida más<br />
natural con productos cultivados en casa. Es<br />
así que crearon el grupo de trueque de semillas<br />
y plantas, cuyos 8 mil miembros comparten<br />
no solo la materia prima para montar<br />
huertos urbanos, sino también datos y consejos<br />
sobre la producción de hortalizas, especias<br />
y plantas decorativas.<br />
Ahi vemos que los bienes no son lo único<br />
que se puede exponer al trueque. Recientemente,<br />
un grupo de actores decidió compartir<br />
sus conocimientos y aprender de los demás<br />
en sesiones de entrenamiento. Los seis<br />
actores, Alejandra Quiroz, Cintia Cortez, Darío<br />
Torres, Mariela Salaverry, Néstor Vargas y<br />
Samadi Valcarcel compartieron seis días de<br />
entrenamiento teatral libre y gratuito que<br />
d e n o m i n a ro n Trueque teatral. Un espacio<br />
basado en la generosidad y desprendimiento<br />
de los conocimientos para intercambiar<br />
saberes, lenguajes y otros.<br />
Y es que el trueque no nos es tan ajeno.<br />
De los veinte siglos que contamos en el calendario<br />
cristiano, pasamos los siete primeros<br />
intercambiando todo lo necesario para vivir y,<br />
aunque ahora suene lejano, cada vez más<br />
sentimos la necesidad de regresar a esos orígenes.<br />
No solamente se trata de conocer<br />
nuestro impacto en el mundo, sino también<br />
de reconocer que quitándole valor al dinero,<br />
le devolvemos el valor al objeto por su<br />
función. Es así que una camisa blanca puede<br />
ser tan valiosa como un limpiavidrios si<br />
ambos son necesarios en el momento.<br />
Aunque por ahora la idea de vivir en base<br />
a trueque suene lejana, y aunque haya gente<br />
que no logra desprenderse del valor monetario,<br />
se hace imprescindible crear los espacios<br />
que nos permitan retomar esta práctica para<br />
acercarnos a una vida más consciente. Quizá<br />
sea hora de abrir el ropero, la alacena y el<br />
mueble con los platos de porcelana que<br />
nunca usamos y cambiarlos por algo que sí<br />
precisamos ahora.<br />
FOTO PIXABAY<br />
DOMINGO 2 DE FEBRERO 05|20<br />
www. p a g i n a s i e te. b o<br />
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