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nocen las implicancias de la pérdida
para así poco a poco alcanzar un
acuerdo con todos los vacíos, reales
o simbólicos, que esta ausencia física
ha creado en vida del doliente.
TAREA #4: Reubicar
emocionalmente al
ser querido fallecido.
La última tarea señalada por William
Worden consiste en relocalizar
emocionalmente al ser querido
fallecido en nuestra vida construyendo
con él o ella un nuevo vínculo
basado en el amor y los recuerdos
compartidos.
Esta reubicación consiste en moverse
desde los sentimientos de
pérdida y anhelo hacia nuevos sentimientos
que nos permitan ser capaces
de mantener el recuerdo de
esa persona en nuestro corazón de
un modo que nos posibilite seguir
viviendo sin ellos. Por lo tanto, esta
tarea implica poco a poco dejar de
invertir una gran cantidad de nuestra
energía emocional en la relación
con el difunto para reinvertirla en
otras personas, actividades o relaciones.
Esto no implica que olvidemos
a quien ha fallecido ni mucho
menos implica deshonrar su memoria
o amarlo menos que antes.
Esto significa permitir los recuerdos
pero al mismo tiempo permitirnos
participar en las actividades
que son significativas para nosotros
y que nos dan placer. Para J.W.
Worden, el incumplimiento de esta
tarea implica no vivir ¿Por qué?
Porque, a pesar del inmenso dolor
que deja esta pérdida, es esencial
para el doliente continuar viviendo
con un sentido de propósito. Se
trata de mantenerse conectado con
el difunto disfrutando de su vida al
traer a la memoria los recuerdos,
pensamientos y sentimientos de la
persona amada sin por ello olvidar
que hay otras personas, actividades
y cosas que amabas o te producen
interés.
William W. considera que estas 4
tareas son esenciales para que el
doliente haga los ajustes necesarios
a fin de adaptarse a una nueva
realidad sin la presencia de su
ser querido. Se trata de un modelo
flexible que anima al doliente a tomar
un enfoque activo para elaborar
su proceso de duelo. Respecto
a la importancia de llevar adelante
estas tareas de duelo, la Tanatóloga
y Consejera Profesional Edu Emilia
Sáez en una entrevista con Manejodelduelo.com
no duda en afirmar
que “es importante que las emociones,
pensamientos y las ideas estén
expresadas en algún momento ya
sea hablándolo, escribiéndolo, dibujándolo…
Hay que buscar avenidas
para poderlos expresar”.
Sin embargo, William Worden no
duda en afirmar que la intensidad
de las emociones implicadas así
como el tiempo establecido para
estas tareas dependerá de cada
persona en particular, sus recursos
personales y el vínculo que lo unía
a la persona fallecida, entre otros
factores. Es posible moverse hacia
atrás y hacia adelante en las tareas
por lo que no necesariamente tienen
que ocurrir en el orden lineal
en que se describen. Las emociones
implicadas en este proceso de duelo
son dolorosas pero necesarias
para poder adaptarnos a una nueva
realidad. Si no se hacen, la persona
permanecerá atrapado en el
proceso de duelo sin poder resolver
el dolor que ha dejado esta pérdida.
Se debe ayudar a los dolientes
a abrazar al dolor, aprender de
sus lecciones e incorporar esta sabiduría
en su vida cotidiana. Sólo
cuando se hayan completado estas
tareas estará listo para empezar a
construir un nuevo camino de vida
al mismo tiempo que incorporará
el profundo amor que siente por su
ser querido fallecido.
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