HOUND: Primavera Verano 2020

Sin embargo, esta situación había generado demasiadas
interrogantes en su cabeza. ¿Por qué la prueba de ADN
había dado positivo? ¿Sería posible que ella tuviera
amnesia? ¿Existía realmente la posibilidad de que ella
cometiera esos delitos? Si no había sido ella, en tal caso,
¿quién era Emma Rays y por qué eran tan parecidas?
Se había perdido en una ola de pensamientos que
la habían llevado lejos de su casa, sin percatarse que
había una silueta oscura justamente detrás de ella, casi
respirándole en la nuca. Wendy se disponía a guardar la
botella de whiskey cuando, inesperadamente, sintió un
fuerte cantazo en la cabeza que la dejó inconsciente en
el suelo. A su lado cayó un bate de madera salpicado en
sangre. La silueta la tomó por los tobillos y comenzó a
sacarla a rastras de la casa, dejando una fina línea de
sangre por donde pasaba.
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Brown había pedido las fotos de la escena del crimen de
Lorenzo y había comenzado a repasar todos los casos
que habían ocurrido en agosto del 1985. Después de todo,
quizás Wendy la había enviado en una buena dirección. Al
ojear las fotos del cadáver de Lorenzo, específicamente
la de la mano derecha, se dio cuenta de un garabato
que pudo haber sido un número adicional. Tal vez un 8
o un 3. Así que comenzó buscando por esas fechas. Un
reporte de desaparición del 3 de agosto de 1985 saltó
a los ojos de Brown. Emily Davis, un año, tez blanca y
cabello castaño. Aparentemente desapareció del granero
de sus padres en el día de su cumpleaños. Se cree que
fue raptada por una red de tráfico infantil que estaba
operando en el área para esos años. Brown recordó haber
escuchado de ese caso, pues tuvo atención mediática,
pero nunca encontraron a la niña. Decidió realizar una
búsqueda rápida sobre lo que había ocurrido con la familia
de Emily, pues al parecer, era demasiado importante para
la persona que asesinó a Lorenzo. Al unir la información,
su hallazgo confirmó su corazonada. Al parecer, esta
familia parecía estar maldita y destinada a la desdicha
sin importar cuánto dinero tuvieran.
porque sentía que siempre estaba dos pasos atrás de
esta persona, pero esta vez sabía hacia donde debía ir.
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Al despertar, trató de mover su mano para tocar su
cabeza, pero no pudo. Se encontraba atada de pies y
manos a una silla. No sabía si era el dolor tan fuerte que
tenía en la cabeza o toda la sangre seca que tenía en sus
ojos, que hacía que viera borroso. Hacía frío donde estaba
y olía a humedad. Escuchaba el viento envestir contra
los árboles y un goteo de una posible tubería cerca. De
pronto, detrás de ella se escuchó una voz vil que le causó
una punzada fría en el corazón.
– Bienvenida, Wendy…o ¿debería llamarte por tu
verdadero nombre?
– ¡Maldita sea! ¡Si eres otro loco que piensa que soy
Emma Rays…! – dijo tratando de incorporarse un poco en
la silla, ignorando el miedo y el dolor–.
– No, querida. Yo tengo bien claro quién es Emma y quién
eres tú, pero todo a su debido tiempo. Primero, déjame
presentarme. Te daría la mano, pero veo que estás un
poco ocupada. Mi nombre es Jacob Rays.
Los ojos de Wendy se clavaron con gran asombro en el
rostro de aquel joven. – ¿Tú…? Pero… la policía… la policía
dijo que tú habías sido secuestrado –.
– La única persona que podía unir los cabos sueltos está
muerta.
–Pero Emma aparece apuntándote una pistola a ti y a tu
padre…
– Realmente me estaba apuntando a mí. El estúpido
de mi padre solo estaba en el medio. Ella solo quería
sacarme de la casa, pero no contaba con que yo sabía
que desde ese ángulo la grabación seria perfecta para
incriminarla.
Agarró su celular y sus llaves y corrió para su auto. Por
el camino intentó llamar numerosas veces al celular de
Wendy, sin tener éxito. Al llegar a la casa forzó la cerradura.
Al entrar, se topó con el rastro de sangre y la botella de
whiskey hecha añicos en el piso. Brown se llenó de rabia
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–¿Qué es lo que realmente quieres?
– Verás, hace un tiempo atrás, antes de que yo naciera, mi
familia tuvo una pérdida. Una bebé que fue secuestrada
de este mismo lugar. Mis abuelos, en su terquedad,