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Ambiente físico
Los espacios de trabajo y su ubicación en el
establecimiento educacional constituyen otro factor
crucial que incide en el buen desarrollo de las clases.
Al planificar las actividades, es importante considerar,
entre otros aspectos, el entorno acústico, resguardando
que las estrategias por implementar sean factibles
en los contextos de aula reales. Se debe tener en
cuenta que esta clase producirá sonidos y/o ruidos
y que, al mismo tiempo, necesita silencio pues la
escucha es vital para la realización y comprensión
de la música. Por ende, al asignar un lugar, tiempo y
espacio para esta asignatura, se debe considerar los
ruidos o música que puedan provenir del exterior, o
bien, aquellos que salgan de la sala y entorpezcan
el desarrollo de las otras clases.
En lo posible, se sugiere que la sala de clases permita la
movilidad de los y las estudiantes y dé la posibilidad de
agruparse de diferentes formas. Por otro lado, si se cuenta
con instrumentos musicales es necesario considerar un
mobiliario adecuado para su organización y cuidado.
Tiempo
Es importante tomar en cuenta los tiempos o ritmos de
aprendizaje de cada estudiante. Si bien el tiempo de la
clase de Música es acotado en relación con la cantidad
de estudiantes, muchas veces bastante numerosa, es
de vital importancia saber aprovechar este tiempo
realizando actividades musicales donde los y las
jóvenes desarrollen sus habilidades fomentando la
comprensión y su crecimiento musical.
Para considerar estos aspectos, al organizar los
tiempos con los que se cuenta, se sugiere:
> > Planificar algunas actividades colectivas, tales
como juegos o vocalizaciones simples, en las que
se puede y debe mantener un ritmo común, y otras
individuales o de grupos pequeños, donde se propicia
y permite el respeto de los ritmos personales.
> > Tener presente que el final de la hora de clases no
es necesariamente el final de una actividad musical.
En algunas ocasiones, retomar una actividad de
manera posterior se puede transformar en una
oportunidad, donde los y las estudiantes podrán
desarrollar, profundizar y emprender nuevos desafíos.
El rol del profesor o la profesora
“Un currículo de Música excelente es en gran
medida un excelente profesor de Música en acción”.
David J. Elliot
En una situación de enseñanza-aprendizaje, es
primordial el rol del profesor o la profesora, que es
la persona responsable de conducir y orientar los
procesos formativos para el logro de los Objetivos de
Aprendizajes. En este sentido, el rol docente es generar
un andamiaje firme en los procesos de construcción
cognitiva de sus estudiantes, promoviendo la reflexión
y el compromiso permanentes en la asignatura.
Se puede comenzar con experiencias musicales
simples, induciendo progresivamente a la búsqueda
de nuevos desafíos y responsabilidades. El profesor
o la profesora debe lograr que sus estudiantes logren
de la mejor manera la comprensión musical. Los
contenidos específicos, el tipo de actividades, el
modo de organizarse y otros factores, dependerán
de las situaciones y necesidades puntuales, pero el
crecimiento y maduración musical es fundamental
en este ámbito. Si la meta de la Educación Musical
es contactar a la o el estudiante con los aspectos
esenciales de la música, la sala de clases será entonces
un lugar donde se haga y se reflexione en torno a ella,
donde se planteen y resuelvan problemas que conlleven
a un crecimiento tanto musical como personal de cada
participante. Los conocimientos teóricos tenderán a
desprenderse de la práctica y no a la inversa. Los y
las estudiantes serán considerados músicos reflexivos
y aportadores, y asumirán diferentes roles, como
escuchar, dirigir, proponer y, a su vez, generar y recibir
retroalimentación del grupo, entre otros.
MÚSICA
| Programa de Estudio | 2° medio
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