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Listin Diario 25-07-2020

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8 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />

SÁBADO <strong>25</strong> DE JULIO DE <strong>2020</strong><br />

ARTE Y DISEÑO<br />

Ellas dejan de preocuparse por lo que la gente piensa<br />

Por AMANDA HESS<br />

Las mujeres antes conocidas<br />

como las Dixie Chicks han sobrevivido<br />

al club de los buenos tiempos<br />

de la música country, a una batalla<br />

legal con su sello discográfico, a<br />

una enemistad con un presidente<br />

y a lo que se puede decir, que fue<br />

el primer intento de cancelación<br />

de la era de internet. Cuando planificaron<br />

su regreso, escribiendo<br />

su primer álbum juntas en 14 años,<br />

decidieron divertirse un poco con<br />

su reputación. Así que llamaron a<br />

restaurantes en todo Estados Unidos<br />

que tuvieran platos en el menú<br />

que llevaran el nombre de la banda.<br />

Las Chicks —eliminaron lo de<br />

“Dixie” en junio— se juntaron alrededor<br />

del teléfono, mientras su<br />

productor, Jack Antonoff, interrogaba<br />

a los establecimientos sobre<br />

los fundamentos conceptuales de<br />

sus sandwiches Dixie Chicken, con<br />

sus mayonesas “picantes sin arrepentimiento”<br />

y salsas “controvertidas”.<br />

“Son conocidas por odiar a<br />

los hombres”, explicó una anfitriona.<br />

Antonoff le preguntó si estaría<br />

más seguro pidiendo una comida<br />

asociada con la estrella patriotera<br />

del country Toby Keith.<br />

“El sandwich de Toby Keith tenía<br />

una descripción brillante”, afirmó<br />

Natalie Maines, la cantante principal<br />

de las Chicks.<br />

Cuando las Chicks vuelven a<br />

relatar la historia, miles de kilómetros<br />

de distancia las separan<br />

—Maines en una llamada a través<br />

de Zoom desde Los Ángeles, Martie<br />

Maguire desde Austin, Texas, y<br />

Emily Strayer desde San Antonio,<br />

Texas— pero están hablando como<br />

una sola, con las frases de cada una<br />

apilándose sobre las demás, como<br />

si se estuvieran alimentando de<br />

una misma planta de energía. Han<br />

pasado 17 años desde que sus vidas<br />

estallaron, y ahora tienen la distancia<br />

suficiente de lo que llaman<br />

“el incidente”, como para poder<br />

reírse.<br />

En 2003, las tropas estadounidenses<br />

invadieron Irak, y Maines<br />

dijo sin rodeos a un público en Londres:<br />

“estamos avergonzadas de<br />

que el presidente de Estados Unidos<br />

sea de Texas”. El comentario<br />

provocó un boicot en la radio country,<br />

mítines para quemar álbumes<br />

KEVORK DJANSEZIAN/ASSOCIATED PRESS<br />

Las Chicks: Emily Strayer, Natalie Maines y Martie Maguire, tienen un nuevo álbum. En la imagen, en los premios Grammy.<br />

y una pelea con Keith.<br />

Pero, incluso cuando fueron expulsadas<br />

de Nashville, las Chicks<br />

entraron en la estratósfera del pop<br />

y, en cuestión de unos años, fueron<br />

las protagonistas de un documental<br />

redentor, ganadoras absolutas en<br />

los premios Grammy y guardianas<br />

de una especie de superpoder, que<br />

Maines llama “una verdadera capacidad<br />

para no preocuparse”.<br />

Durante 14 años, se preocuparon<br />

tan poco de la industria de la música,<br />

que la banda femenina de más<br />

ventas de Estados Unidos de todos<br />

los tiempos, no lanzó a la venta ningún<br />

álbum de canciones nuevas.<br />

Cuando finalmente se reunieron<br />

para volver a escribir, descubrieron<br />

que la música fluía con una facilidad<br />

inesperada.<br />

Solo les llevó unas pocas horas<br />

convertir su sencillo principal y la<br />

Una banda renovada,<br />

que da un paso más<br />

allá del country.<br />

canción que titula el disco, “Gaslighter”,<br />

en un imponente himno a la<br />

ruptura. Es una especie de manipulación<br />

psicológica profunda, un<br />

arma utilizada para abusar y silenciar.<br />

Al escucharla por primera vez,<br />

la canción suena como si fuera otra<br />

declaración política, pero es más<br />

personal que eso. “Quiero decir,<br />

percibo a Trump en ella”, expresó<br />

Maines. “Pero no es de quien la escribí”.<br />

Cuando el sencillo fue lanzado<br />

en marzo, envió a sus fans a descifrar<br />

sus pistas autobiográficas.<br />

Señalaron que las Chicks habían<br />

escrito el álbum, que fue lanzado el<br />

17 de julio, cuando Maines se estaba<br />

divorciando de su esposo.<br />

Divorcio, engaño, corazones rotos:<br />

son los elementos básicos de<br />

las canciones de música country.<br />

Hay un tono country inconfundible<br />

en “Gaslighter”, incluso si es<br />

sintonizado en una frecuencia pop.<br />

Musicalmente, explicó Maines, el<br />

country todavía tiene su dominio<br />

sobre la banda. Pero han estado<br />

distanciadas cultural, política y espiritualmente<br />

durante décadas, un<br />

acuerdo que sellaron cuando quitaron<br />

la palabra “Dixie” de su nombre<br />

(Dixie en inglés se refiere a los estados<br />

sureños de EUA, donde estaba<br />

permitida la esclavitud).<br />

La inercia de su éxito bajo ese<br />

nombre siempre impidió que las<br />

Chicks tomaran medidas hasta hace<br />

poco, cuando se dieron cuenta de<br />

lo hiriente que era la palabra, fuera<br />

del contexto de su propia experiencia.<br />

En junio, Strayer se encontró<br />

con una bandera confederada<br />

(bandera rebelde o Dixie) en Instagram<br />

con la etiqueta “La esvástica<br />

Dixie”, y pensó: “no quiero tener<br />

nada que ver con eso”.<br />

El country es más que un género:<br />

es una cultura impregnada de<br />

conservadurismo, masculinidad y<br />

blancura. Después de una espera<br />

de 14 años, las Chicks han regresado<br />

increíblemente en otro punto álgido<br />

y, esta vez, se sienten libres de<br />

expresar lo que quieren decir.<br />

“Solía preocuparme demasiado<br />

por lo que la gente pensaba”, manifestó<br />

Strayer. “Ahora, realmente<br />

hay en mí una parte que dice ‘no me<br />

importa una .....’ (improperio), que<br />

no tenía antes”.<br />

Ignorar el color complica el casting<br />

A finales de junio llegó la noticia<br />

de que los programas animados<br />

“Los Simpson”, “Family Guy”,<br />

“Big Mouth” y “Central Park” volverían<br />

a hacer casting para personajes<br />

de color, que<br />

MAYA<br />

PHILLIPS<br />

ENSAYO<br />

han sido interpretados<br />

por actores de<br />

raza blanca.<br />

Una semana después,<br />

“Hamilton”<br />

dominó la charla<br />

cultural, cuando<br />

Disney+ estrenó la versión cinematográfica<br />

del fenómeno de<br />

Broadway.<br />

En ambas situaciones, los actores<br />

habitaban personajes con<br />

antecedentes raciales diferentes a<br />

los suyos, a menudo conocido como<br />

“casting daltónico”. Sin embargo,<br />

una noticia provocó las disculpas y<br />

promesas habituales de hacer mejor<br />

las cosas, mientras que la otra<br />

volvió a ser celebrada como un audaz<br />

ejemplo de diversidad —aunque,<br />

en última instancia, presenta<br />

un conjunto de preocupaciones<br />

más complejas.<br />

La diferencia radica en sus enfoques<br />

hacia la presencia de la raza<br />

blanca en industrias y narrativas<br />

estadounidenses. Darle a una<br />

persona de color el papel de un<br />

personaje, habitualmente blanco,<br />

es un acto subversivo, una normalización<br />

de algo que no es el estándar<br />

blanco. Los padres fundadores<br />

morenos y negros de “Hamilton”<br />

Equitativo en teoría,<br />

pero en realidad es<br />

excluyente.<br />

hacen que la historia de Estados<br />

Unidos sea algo que la gente de<br />

color finalmente puede hacer suyo,<br />

en lugar de la realidad, que con<br />

tanta frecuencia refuta la relevancia<br />

de sus vidas y aportaciones.<br />

Aunque en teoría equitativo, en la<br />

práctica el casting que no distingue<br />

color se utiliza más frecuentemente<br />

para excluir a los artistas de color.<br />

Es un concepto que suena muy elevado<br />

y que los productores y creadores<br />

utilizan para liberarse de<br />

cualquier responsabilidad social,<br />

que puedan sentir hacia la representación<br />

de un conjunto diverso de<br />

actores.<br />

Por muy bien intencionada que<br />

sea, hay complicaciones que van<br />

con las obras que buscan usar el<br />

casting daltónico para destacar a<br />

las personas de color, que de otro<br />

modo no serían representadas.<br />

Los creadores no consideran que<br />

un hombre negro, en el papel de un<br />

delincuente o una latina, en un rol<br />

de seductora como sea puede ser<br />

problemático. Una clase de daltonismo<br />

puede llevar a otro.<br />

Y de ahí el problema de “Hamilton”.<br />

Si bien el musical coloca<br />

cuerpos diversos en el escenario,<br />

las producciones que subvertirían<br />

una narrativa tradicionalmente al<br />

ámbito de personajes blancos, no<br />

debe simplemente recurrir a los<br />

actores de color, sino reconsiderar<br />

la forma fundamental, en que el<br />

nuevo casting cambia la historia.<br />

En un discurso en 1996, el dramaturgo<br />

August Wilson se expresó<br />

contra el casting que no distingue<br />

color, al decir: “Montar una<br />

producción totalmente negra de<br />

‘Muerte de un viajante’ o cualquier<br />

otra obra concebida para actores<br />

blancos, como una investigación<br />

de la condición humana a través de<br />

las particularidades de la cultura<br />

blanca es negarnos nuestra propia<br />

humanidad, nuestra propia historia<br />

y la necesidad de realizar nuestras<br />

propias investigaciones desde<br />

el terreno cultural, en el que nos<br />

encontramos como estadounidenses<br />

de raza negra. Es una agresión<br />

a nuestra presencia, y a nuestra<br />

difícil, pero honorable historia en<br />

Estados Unidos, y es un insulto a<br />

nuestra inteligencia, a nuestros<br />

Leslie Odom Jr.<br />

(ext. izq.)<br />

y Lin-Manuel<br />

Miranda<br />

en “Hamilton”.<br />

dramaturgos y a<br />

nuestras variadas<br />

aportaciones a la sociedad<br />

y al mundo en<br />

general”.<br />

Wilson hizo un llamado,<br />

no a favor del<br />

DISNEY+<br />

casting daltónico, sino a tener instituciones<br />

que inviten al arte hecho<br />

por y para personas de color, para<br />

que cuenten sus propias historias,<br />

no adaptaciones. Incluso cuando<br />

se utiliza con buenas intenciones,<br />

el casting que no distingue color a<br />

menudo fracasa en su ejecución.<br />

Es un problema más amplio de la<br />

narrativa de EUA, que le niega a<br />

la gente de color sus propias historias,<br />

al optar por un ámbito blanco<br />

u ofrecer historias escritas para<br />

personajes blancos, pero con gente<br />

de color insertada al azar.<br />

En un momento, en el que estamos<br />

revaluando todo en torno a<br />

la representación, quizás sea el<br />

momento de que todos abramos<br />

finalmente los ojos.

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