indignaos4
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De la indignación al compromiso.<br />
Stéphane Hessel contigo hasta<br />
siempre.<br />
Mario Ortega Olivares<br />
México D.F. a 12 de marzo de 2013<br />
UAM-Xochimilco.<br />
“A los hombres y mujeres que<br />
harán el siglo XXI, le decimos<br />
con nuestra afección”: Crear<br />
es resistir, resistir es crear.<br />
(Hessel, 2012: 10)<br />
Margaret Thatcher lanzó una ofensiva general contra los<br />
derechos sociales conquistados por los trabajadores<br />
británicos, tras la caída del muro. La primer ministro de<br />
triste memoria desmanteló la fuerza de los gremios, en<br />
base a una sui generis interpretación de la libertad sindical<br />
que legalizó la presencia de sindicatos paralelos en un<br />
mismo centro de trabajo, para debilitar la resistencia<br />
obrera. Las empresas reconocieron a los sindicatos blancos<br />
que aceptaron firmar contratos que disminuyeron los<br />
derechos sindicales. La flexibilización laboral significó la<br />
caída de salarios y de las condiciones laborales, miles de<br />
trabajadores fueron lanzados a la calle. Sin obstáculos en<br />
el camino, los neoliberales remataron a bajo costo las<br />
empresas públicas en beneficio de los empresarios. Bajo el<br />
argumento de la carencia de recursos públicos llevaron a<br />
la inanición a escuelas, hospitales y otras instituciones<br />
sociales que beneficiaban a la población. El discurso<br />
neoliberal proclamó el libre mercado bajo el argumento<br />
falso de que la mano invisible de la competencia repartiría<br />
la riqueza, lo cual nunca ocurrió pero si desplomó a la<br />
economía global en una profunda crisis.<br />
La contrareforma neoliberal se expandió por todo el globo<br />
incluyendo a nuestro país. Los regímenes neoliberales en<br />
México abrieron las fronteras a las baratijas asiáticas tras<br />
la cortina del libre comercio, las empresas locales<br />
quebraron y los trabajadores perdieron sus empleos. Los<br />
desempleados buscaron refugio en la economía informal,<br />
donde se carecen de contratos, vacaciones, pensiones y<br />
seguridad social. La situación ha empeorado a tal grado,<br />
que en la Ciudad de México más del 60 por ciento de la<br />
gente subsiste en la marginalidad. Los medios de<br />
comunicación fomentaron el individualismo, la<br />
desesperanza y la búsqueda del goce inmediato. Los más<br />
afectados han sido los jóvenes quienes no tienen acceso a<br />
los empleos ni a la educación. Cuando cundía la<br />
resignación en nuestro país ante la ofensiva neoliberal,<br />
esos mismos jóvenes estallaron un movimiento que se<br />
expandió en forma acelerada. Los protagonistas del<br />
movimiento #Yosoy132 atribuyen dicho despertar al<br />
hartazgo juvenil frente a la crisis socio-económica y
política. La ola global de indignación juvenil había llegado<br />
a nuestras tierras. Al otro lado del Atlántico, miles de<br />
jóvenes había instalado campamentos en las plazas de<br />
París, Madrid, Barcelona y otras ciudades; también para<br />
manifestar su indignación ante los recortes en la<br />
educación, las contrareformas laborales y el traspaso de la<br />
crisis sobre el bolsillo de los ciudadanos. En medio de las<br />
revueltas europeas comenzó a circular un pequeño<br />
manifiesto de unas treinta páginas intitulado “Indignaos”<br />
redactado por Stéphane Hessel un antiguo miembro de la<br />
resistencia francesa y defensor de los derechos humanos.<br />
Quien a sus 93 años sacudió las conciencias juveniles con<br />
el reto de superar la indiferencia individualista y recuperar<br />
el derecho a la indignación. Hessel fue capturado por los<br />
nazis quienes lo recluyeron en campo de concentración<br />
Buchenwald, de donde logró escapar para unirse a las<br />
tropas aliadas. Se le considera un rebelde por convocar a<br />
sublevación pacífica contra la sumisión y contra la<br />
dictadura de los valores financieros, para recuperar los<br />
valores humanistas que unieron al pueblo francés durante<br />
la derrota del fascismo. El camino que propone es el de la<br />
indignación rumbo al compromiso no violento por el<br />
cambio (Sampedro, 2012: 3). Recordemos que Hessel fue<br />
uno de los redactores de la Declaración Universal de los<br />
Derechos Humanos. El padre de los indignados murió el 26<br />
de febrero de 2013 pero nos dejó un legado de resistencia<br />
a los totalitarismos.<br />
El pequeño pero contundente libro de Hessel fue<br />
publicado en español junto con un prólogo de José Luis<br />
Sampedro. Para quien el principal aporte de Hessel es<br />
recordar que de la indignación nace la voluntad del<br />
compromiso con la historia. Hoy más que nunca resulta<br />
vital indignarse ante la dictadura de los mercados,<br />
debemos “resistirnos a que la carrera por el dinero domine<br />
nuestras vida” (Sampedro, 2012: 2). Sampedro destaca<br />
que los banqueros responsables de la crisis no han recibido<br />
castigo, mientras los damnificados económicos siguen sin<br />
conseguir empleo y sin resarcir su nivel de vida (Sampedro,<br />
2012: 2). Pues el poder del dinero nunca ha sido tan<br />
grande, insolente y egoísta. “¡INDIGNAOS!, repite Hessel a<br />
los jóvenes. Les recuerda los logros de la segunda mitad del<br />
siglo XX en el terreno de los derechos humanos, la<br />
implantación de la Seguridad Social, los avances del estado<br />
de bienestar, al tiempo que les señala los actuales<br />
retrocesos” (Sampedro, 2012: 2). El prólogo finaliza igual<br />
que el canto de Raimon contra la dictadura: “Digamos no.<br />
Negaos. Actuad. Para empezar, ¡INDIGNAOS! (Sampedro,<br />
2012: 3)<br />
Resistir es la propuesta.<br />
Hessel nos emplaza a indignarnos ante una sociedad que<br />
discrimina a los indocumentados, criminaliza a los<br />
inmigrantes, se apropia de las pensiones de los jubilados y<br />
destruye las instituciones de seguridad social. En<br />
complicidad con los medios de comunicación que
favorecen a los poderosos (Hessel, 2012: 4). Ante la aguda<br />
degradación de la economía popular la contrareformas<br />
neoliberales, Hessel recupera el viejo programa<br />
enarbolado por la Resistencia Francesa para “que la nación<br />
recupere los grandes medios de producción, fruto del<br />
trabajo común, las fuentes de energía, los yacimientos, las<br />
compañías de seguros y los grandes bancos” (Hessel, 2012:<br />
4), pues el “interés general debe primar sobre el poder del<br />
dinero” (Hessel, 2012: 4). Desde el punto de vista de Hessel<br />
resulta una desfachatez que los gobiernos neoliberales<br />
desmantelen la seguridad social, el régimen de pensiones<br />
y el derecho a la educación universal, bajo el argumento de<br />
que el Estado ya no puede costearlos. Cuando es un hecho<br />
indudable que la acumulación privada de la riqueza ha<br />
crecido en forma escandalosa (Hessel, 2012: 5). De ahí su<br />
clamor: “Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó<br />
el nazismo, nos volvemos militantes fuertes y<br />
comprometidos” (Hessel, 2012: 5)<br />
Hessel en consonancia con Sartre reconoce que para ser<br />
libres tenemos que aprender a ser responsables como<br />
individuos (Hessel, 2012: 6). Es necesario pasar de la<br />
indignación al compromiso “en nombre de la propia<br />
responsabilidad como persona humana” (Hessel, 2012: 6).<br />
A contracorriente de la interpretación regresiva de la<br />
historia, pues la carrera por obtener siempre más está<br />
destruyendo nuestras sociedades con la fuerza de un<br />
huracán (Hessel, 2012: 6). Dice el autor “Es verdad que las<br />
razones para indignarse pueden parecer hoy menos claras<br />
o el mundo demasiado complejo […] Vivimos con una<br />
interconectividad como jamás ha existido. Pero en este<br />
mundo hay cosas insoportables. Para verlas, hace falta<br />
observar con atención, buscar. Le digo a los jóvenes buscad<br />
un poco encontraréis. La peor de las actitudes es la<br />
indiferencia, el decir, yo no puede hacer nada” (Hessel,<br />
2012: 6)<br />
El llamado progreso neoliberal solo creo una enorme<br />
brecha entre los pobres y los extremadamente ricos, que<br />
no deja de crecer. “Los muy pobres del mundo de hoy<br />
ganan apenas dos dólares al día. No se puede dejar que<br />
esta diferencia se haga más profunda todavía. La<br />
constatación de este hecho debería suscitar por si misma<br />
un compromiso” (Hessel, 2012: 6).<br />
Para alcanzar el compromiso cada joven debe observar las<br />
desigualdades que lo rodean en su singularidad superando<br />
la indiferencia: “mirad alrededor de vosotros, encontraréis<br />
temas que justifiquen vuestra indignación” (Hessel, 2012:<br />
7). Según Hessel la violencia destruye las expectativas de<br />
cambio, pues considera más eficaz al pacifismo<br />
comprometido. “Hay que entender que la violencia vuelve<br />
la espalda a la esperanza. Hay que preferir la esperanza, la<br />
esperanza de la no violencia. Es el camino que debemos<br />
aprender a seguir” (Hessel, 2012: 9). Hessel ser rehúsa a<br />
criticar a la violencia por sí misma, reconocer que “la<br />
violencia no es eficaz es más importante que saber si se
debe condenar o no a aquellos que la utilizan […] En la<br />
noción de eficacia, es necesaria una esperanza noviolenta”<br />
(Hessel, 2012: 8). Las potencialidades del<br />
pacifismo comprometido en el ascenso a la esperanza<br />
propuesto por Hessel, se fundamenta en las eficaces<br />
victorias alcanzadas por Gandhi, Mandela y Martin Luther<br />
King sobre el totalitarismo. Esas conquistas son el<br />
“mensaje de esperanza en la capacidad que tienen las<br />
sociedades modernas para sobrepasar los conflictos por<br />
medio de una compresión mutua y una paciencia vigilante”<br />
(Hessel, 2012: 9). Hessel también nos convocó a “una<br />
verdadera insurrección pacífica contra los medios de<br />
comunicación de masas que no proponen como horizonte<br />
para nuestra juventud más que el consumismo de masas,<br />
el desprecio a los más débiles y de la cultura, la amnesia<br />
generalizada y la competición a ultranza de todos contra<br />
todos” (Hessel, 2012: 10).<br />
Nota del autor: mi primer contacto con la obra de Hessel<br />
fue a través de un fanzine alternativo publicado en forma<br />
rustica por jóvenes estudiantes, que desafortunadamente<br />
no incluía páginas ni ciudad de publicación. Sin embargo se<br />
incluyó como referencia, por ser una muestra de la<br />
aceptación que el llamado de Hessel ha tenido entre los<br />
jóvenes mexicanos.<br />
Sampedro, José Luis<br />
Prólogo<br />
En Hessel, Stéphane (julio, 2012)<br />
¡Indignaos! Un alegato contra la indiferencia y a favor de la<br />
insurrección pacífica.<br />
Ediciones ¡Indignados!<br />
Hessel, Stéphane (julio, 2012)<br />
¡Indignaos! Un alegato contra la indiferencia y a favor de la<br />
insurrección pacífica.<br />
Ediciones ¡Indignados!<br />
Referencias.