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02 DICIEMBRE

Revista digital, enfocada a la cultura.

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LA TRAVIATA SEGUNDA PARTE.

TRAIDO DEL BLOG DE Alex F. Arranz

MARIE DU PLESSIS

Dejamos a nuestra heroína, “felizmente”, viviendo

en Paris a todo lujo. Pronto iban a

cambiar las cosas en el aspecto amoroso.

En septiembre de 1844, conoce a Alejandro

Dumas (Hijo, no el de Los Tres Mosqueteros).

Esta relación bastante turbulenta llegó

hasta agosto de 1845. Así se despidió el Dumas:

“Querida Marie:

No soy lo bastante rico para amarte como quisiera ni lo

suficiente pobre para ser amado cómo quisieras tú. Olvidemos

todo entonces. Tú, un nombre que debe serte casi

indiferente, yo una felicidad que se me hace imposible.

Es inútil decirte cuánto lo siento porque tú sabes bien

cuánto te amo. Entonces, adiós. Tienes demasiado corazón

como para no entender el motivo de mi carta y demasiada

inteligencia como para no perdonarme . Mil recuerdos.

30 de agosto a media noche. A. D.”

La verdad es que, al bueno de Dumas junior, le entró el

tío Jindama de poder contagiarse de tuberculosis y se

puso a buen resguardo. Así qué: ¡El romanticismo y la abnegación, para

los libros!

Aún tuvo tiempo nuestra Marie, para vivir otra tórrida aventura con un

personaje de campanillas: El compositor Húngaro Franz Liszt. Le conoció

en noviembre de 1845 y gozaron de una feliz relación. Luego, el músico

la abandonó en Paris con la promesa, que no cumplió nunca, de

hacer un viaje juntos a Constantinopla. Si bien es verdad que el proyecto

se pudo caer por la muerte de Marie. Eso, nadie

duda que es siempre una buena excusa, inapelable

incluso.

Al enterarse de su muerte, Liszt, mando una emotiva

nota a su amiga y también amante Marie d´Agoult:

Franz Liszt

“No soy partidario de las Marions de Lorme o las Manons

Lescaut. Pero Marie Duplessis era una excepción.

Tenía un buen corazón. Fue sin duda la más absoluta

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