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Era rey de Tartessos, más específicamente de un pueblo de los tartesios
llamado Cunetes, Gárgoris, inventor de la apicultura. Tenía este
hombre, relaciones con una de sus hijas. No hay que tirarse de los pelos,
baste recordar que, los egipcios nobles solo se casaban entre familiares,
pues se creía que al ser de la misma sangre se potenciaban
las virtudes y, los borbones, se han casado siempre
entre primos hermanos, así que no hay que echarse
las manos a la cabeza tan pronto. Es el caso, que de
estos ayuntamientos quedó la chica, de la que no se
conserva el nombre, en estado de buena esperanza,
pero no se lo tomó así el papa/abuelo de la criatura,
cuando nació se lo quitó a la madre y lo mando abandonar en el monte
para que se lo comieran las fieras. Para sorpresa del rey, cuando
fueron a ver si había muerto, lo encontraron con una loba dándole calor
y amamantándole. La loba, cuando vio que venían a recogerle, lo
dejó solo y los hombres del rey se lo llevaron a Gárgoris. Este enfureció,
y mandó que, como olía a lobo, lo echaran a
su jauría de perros hambrientos, pero los perros
le lamieron y protegieron. Cuando se lo
contaron al rey, este entro de nuevo en cólera y
mandó echárselo a los cerdos. Las cerdas, en
vez de atacarle, le dieron de mamar y lo cuidaron.
Gárgoris, desesperado, ordenó que lo tiraran
al mar. Del mar, salió una sirena, que lo
acunó en sus brazos y se lo dio a una cierva, que huyó con él al bosque
y escapó de los hombres del rey.
Pasaron los años, el rey se hacía viejo y tenía remordimientos de lo
que había hecho a su hijo. A sus oídos, llegaban las historias de un
joven que vivía salvaje en los bosques, supo que era su hijo, mandó a
sus cazadores que le pusieran una trampa y se lo trajeran. Lograron
cazarlo y lo llevaron delante del rey, que lo reconoció como hijo suyo,
le dio educación y lo nombró su único heredero.
Este niño reinó, con el nombre de Habis
o Habidis. Utilizó su conocimiento de los animales,
para uncir los bueyes al arado, y fue
el gran rey que dio origen al florecimiento del
reino de los Tartessos.