Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La Reseña 15
“...Y mando que del monto del dicho
quinto saquen mis albazeas zinquenta
pesos los quales entreguen al Reverendo
Pe Comendador del combento de Ntra.
Señora de la Merzed desta çiudad para
que por su mano se gasten en el retablo
de Jesus Nazareno de la yglesia del
barrio de San Geronimo que asi es mi
voluntad...”(AGCA A1.20-9885-1394-8v.)
Año 1711.
Para el indicado año, siendo cura
doctrinero Fray Joseph Carranza, se
menciona:
Una virgen de bara y quarta de Nra.
Señora de los Dolores…” (AHA Fondo
documental San Sebastián. Libro de San
Jerónimo. 1673-1725). En este caso no
se habla directamente del Nazareno,
pero si de bienes de la cofradía.
Año 1713.
Para ese año, siendo cura doctrinero
Fray Joseph Carranza:
”…Una corona de planta de Jesús
Nazareno, que pesa tres marcos y
cinco onzas.
Una cruz esmaltada de verde, con
una parra de plata de martillo que
pesa onze marcos.
Una diadema de plata de Jesús que
pesa un marco y tres onzas.
Una túnica de lama morada que
costo noventa y siete pesos toda
aforrada. Dos pelucas.
Manteles y palia de Bretaña
bordados de hilo de oro fino con
puntas capitanas…” (AHA Fondo
documental San Sebastián. Libro de
San Jerónimo. 1673-1725).
Anteriormente a estas informaciones,
en mi trabajo publicado por el
CNPAG/UNESCO titulada: “Historia
del Jesús Nazareno de San Jerónimo
hoy conocido como Jesús Nazareno de
la Merced de La Antigua Guatemala”
(1999) aparecen los nombres de otras
devotas personas que igualmente
le donaron bienes, siendo ellas
Crespina(sic) de Los Santos(año 1685),
Micaela de Piedra Santa (año 1685),
Maria Gallardo (año 1689), Maria de
Los Angeles (sin apellido consignado)
(año 1689), y Maria Mexia (año 1691).
Se presume que otras anónimas
personas también donaron bienes
en vida, o en articulo mortis pero
sin testamento que consignara por
escrito su deseo.
El Nazareno de San Jerónimo era
objeto desde aquellos años de gran
devoción por parte de los vecinos de
la Capital del Reino, circunstancia
aún más notable tomando en
consideración que dicha imagen
tenía de sede, una pequeña ermita,
localizada en la periferia de Santiago
de Guatemala.
FOTOGRAFÍA: La Merced, Nelo Mijangos