DUNAS, LETRAS EN MOVIMIENTO
Una gaceta hecha por mediadores para mediadores, un espacio que refleja el trabajo y las acciones que realizan los promotores y mediadores de lectura en México
Una gaceta hecha por mediadores para mediadores, un espacio que refleja el trabajo y las acciones que realizan los promotores y mediadores de lectura en México
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Los secretos para ello, dice Alma Velasco, son tres: a) el chisme; b) la
emoción y c) la acentuación o subrayado. Hay quienes no se aventuran
a leer en voz alta porque no les gusta su voz. Sin embargo, una
voz modulada suple el rasgo de belleza. Es decir, podemos tener una
voz de cantante y, sin embargo, realizar lecturas tan planas como la
de aquel maestro que recordaba el Periquillo Sarniento. La voz, como
cualquier órgano que destinamos a acciones específicas, se educa, se
adiestra, se moldea. Técnicas, cursos, ejercicios para hacerlo pululan
en la carretera de la información, basta con indagar un poquito.
Cuando Michael Berg leía a Hanna Schmitz, ésta sigue las tramas:
llora, se enoja, ríe. Pese a la condición de analfabeta, logra experimentar
algunos de los placeres lectores en voz del joven Michael
(como dato curioso de esta obra, el título original en alemán es Der
Vorleser, que equivaldría a “el que lee en voz alta”, pero la traducción
al castellano fue muy sintetizada: El lector). Es decir, leer en voz alta
nos permite incluir a aquellos que no saben, o no quieren leer, en los
momentos compartidos al interior de las comunidades lectoras.
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