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Revista Economía, Sociedad y Territorio vol XX num 65

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ISSN 1405-8421<br />

<strong>vol</strong>. <strong>XX</strong>I, núm. <strong>65</strong>, enero-abril de 2021<br />

Antonio Dávila Rodríguez, Luis Carlos Alatorre Cejudo<br />

y Luis Carlos Bravo-Peña<br />

Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo urbano<br />

en la metrópolis de Chihuahua<br />

Spatio-temporal e<strong>vol</strong>ution analysis of urban land use in the metropolis of Chihuahua<br />

Karla Cecilia Jaimes Maruri, Luis Alberto Morales Zamorano<br />

y Xochitl Jasso-Arriaga<br />

Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín,<br />

Baja California, México?<br />

Is agritourism an opportunity and challenge for the Valle of San Quintin, Baja California, México?<br />

Gloria Jovita Guadarrama Sánchez y Pamela Monserrat Pichardo Martínez<br />

La apropiación y el uso del espacio público urbano.<br />

Los comunes en el parque urbano<br />

Appropriation types and use of the urban public space. The commons in the urban park<br />

Graciela Aparecida Profeta, Ivens Nunes Thomaz, Patrícia de Melo Abrita Bastos<br />

y Vladimir Faria dos Santos<br />

Determinantes dos preços de ingressos de futebol<br />

do campeonato brasileiro, 2012 a 2018<br />

Determinants of soccer tickets prices of the Brazilian championship, 2012-2018<br />

Angelina Peña-Puch, Juan Carlos Pérez-Jiménez, Alfonso Munguía-Gil<br />

y Alejandro Espinoza-Tenorio<br />

Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso<br />

de las pesquerías de Campeche, México<br />

Social-ecological systems as a management unit: the case of Campeche fisheries, Mexico


El Colegio Mexiquense:<br />

Contenido<br />

Comité editorial<br />

de El Colegio Mexiquense:<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong><br />

y <strong>Territorio</strong><br />

Director:<br />

Editor:<br />

Consejo editorial:<br />

Consejo asesor<br />

internacional:<br />

César Camacho Quiroz Presidente<br />

José Antonio Álvarez Lobato Secretario General<br />

Raymundo C. Martínez García Coordinador de Investigación<br />

Raymundo C. Martínez García<br />

Sebastián Nelson Rivera Mir<br />

Arlette Covarrubias Feregrino<br />

Emma Liliana Navarrete López<br />

Luis Alberto Martínez López<br />

Mario González Ruiz<br />

José Antonio Álvarez Lobato<br />

Tania Lilia Chávez Soto<br />

Carlos Félix Garrocho Rangel<br />

Gustavo Abel Guerrero Rodríguez<br />

Correo-e: est@cmq.edu.mx; gguerrero@cmq.edu.mx<br />

Francisco Alba El Colegio de México, México<br />

José Blanco Universidad Nacional Autónoma de México, México<br />

Daniel Hiernaux-Nicolas Universidad Autónoma Metropolitana, México<br />

Soledad Loaeza El Colegio de México, México<br />

Martha Schteingart El Colegio de México, México<br />

Kurt Unger Centro de Investigación y Docencia Económicas, México<br />

Rosario Rogel Salazar Universidad Autónoma del Estado de México, México<br />

Pablo Ciccolella Universidad de Buenos Aires, Argentina<br />

Juan Luis Klein Université de Quebéc en Montréal, Canadá<br />

David Phillips Lingnan University, Hong Kong<br />

Harry W. Richardson University of Southern California, Los Ángeles, EE. UU.<br />

Joseph L. Scarpaci Center for the Study of Cuban Culture + Economy.<br />

David M. Smith University of London, Londres, Inglaterra<br />

Peter Ward University of Texas at Austin, Texas, EE. UU.<br />

José Luis Coraggio Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina<br />

1<br />

Comité editorial: Carlos Félix Garrocho Rangel, Gloria Jovita Guadarrama Sánchez,<br />

Daniel Gutiérrez Martínez, Boris Graizbord y Gustavo Abel Guerrero Rodríguez.<br />

Equipo editorial: Gustavo Abel Guerrero Rodríguez, Blanca Estela Arzate González<br />

y Sayra Gutiérrez Valdespino.<br />

Corrección de estilo: Zujey García Gasca, Alejandra García<br />

y Gustavo Abel Guerrero Rodríguez.<br />

Diseño de interiores y portada: Luis Alberto Martínez López.<br />

Formación y composición tipográfica: María Eugenia Valdes Hernández.<br />

La revista no asume ninguna responsabilidad por las opiniones expresadas en los textos<br />

firmados.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong> pertenece a la categoría Competencia Internacional del<br />

Sistema de Clasificación de <strong>Revista</strong>s Mexicanas de Ciencia y Tecnología (scrmcyt) del<br />

Conacyt; Emerging Sources Citation Index (esci), base de datos de Clarivate Analytics; scielo<br />

Citation Index-Clarivate Analytics; ProQuest; ebsco; Sociological Abstracts (sa); Hispanic<br />

American Publish Index (hapi); Handbook of Latin American Studies (hlas); International<br />

Consortium for the Advancement of Academic Publication (icaap); Ulrich’s Periodicals<br />

Directory; catálogo Latindex (clase y Periódica); Red de <strong>Revista</strong>s Científicas de América<br />

Latina y el Caribe (Redalyc); Scientific Electronic Library Online (scielo); Directory of<br />

Open Access Journals (doaj).<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong> es una publicación cuatrimestral de El Colegio Mexiquense, a. c.<br />

Suscripción anual (por tres números): México, 240 pesos. En Estados Unidos, Canadá, Centro y<br />

Sudamérica, 50 usd. Resto del mundo, 60 usd. Estos costos incluyen el envío por correo postal<br />

ordinario, si el suscriptor desea otro tipo de envío, correrá por su cuenta.<br />

Redacción y administración: El Colegio Mexiquense, A. C.<br />

D.R. © El Colegio Mexiquense, a.c.<br />

ECONOMÍA, SOCIEDAD Y TERRITORIO, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, enero-abril de 2021, es una publicación<br />

cuatrimestral. Editor responsable: Gustavo Abel Guerrero Rodríguez. Exhacienda Santa Cruz de<br />

los Patos, s/n, col. Cerro del Murciélago, Zinacantepec, C.P. 51350, México, tel. 72 22 79 99 08 ext.<br />

183, . Reservas de derechos al uso exclusivo núm. 04-2009-100712390600-102,<br />

ISSN 1405-8421. Licitud de título núm. 10509; Licitud de contenido núm. 7418, ambos otorgados<br />

por la Comisión Calificadora de Publicaciones y <strong>Revista</strong>s Ilustradas de la Secretaría de Gobernación.<br />

Impresa en los talleres de Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C.V., Calle 2, núm. 21, Col. San Pedro<br />

de los Pinos, Alcaldía Benito Juárez, 03800 Ciudad de México, México, se terminó de imprimir el<br />

27 de diciembre de 2020. Impresa y hecha en México / printed and made in Mexico.


Contenido<br />

1<br />

<strong>Revista</strong> <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong><br />

Editada por<br />

El Colegio Mexiquense, a.c.<br />

La revista <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong> publica cuatrimestralmente artículos científicos<br />

derivados de investigaciones originales en ciencias sociales, que profundizan la comprensión<br />

de fenómenos sociales en las dimensiones urbana, metropolitana y regional.<br />

EST prioriza propuestas interdisciplinarias que integran conceptos espaciales (e.g.<br />

localización absoluta y relativa, distancia, relaciones espaciales, lugar, proximidad, espacialidad).<br />

Por tanto, EST se orienta a las “Ciencias Sociales Espacialmente Integradas”<br />

(CSEI). Esto es: reconoce el papel clave que juega el espacio (y el tiempo) en la sociedad<br />

humana y su importancia para entender mejor múltiples procesos sociales.<br />

Por lo anterior, EST se dirige a investigadores, profesores y estudiantes de todos los<br />

campos de las ciencias sociales, que entienden: i. Al espacio y al tiempo como componentes<br />

estratégicos para comprender mejor múltiples procesos sociales: y, ii. Las ventajas de hacer<br />

investigación en ciencias sociales con un enfoque interdisciplinario, aplicando métodos<br />

cuantitativos de corte espacial (e.g. estadística y econometría espacial) y utilizando alta<br />

tecnología (e.g. Sistemas de Información Geográfica, aplicaciones informáticas ad-hoc). Por<br />

lo anterior, el campo científico que aborda EST se traslapa con diversas áreas de las ciencias<br />

exactas (e.g. informática) y de la salud (e.g. salud pública, epidemiología).<br />

EST se enfoca, principalmente, a países y comunidades científicas iberoamericanas. Sin<br />

embargo, su alcance geográfico es global, ya que es una revista de acceso abierto y su contenido<br />

puede reproducirse libremente, siempre y cuando se dé crédito a los autores y a la <strong>Revista</strong>.<br />

Todos los artículos son evaluados por dos dictaminadores anónimos, expertos nacionales<br />

o internacionales en el tema del artículo y externos a la institución de origen del<br />

autor. Se reciben postulaciones en español, inglés o portugués. No existe cobro alguno<br />

para los autores en ninguna de las etapas que conforman el proceso de postulación, dictaminación<br />

y publicación. El formato de publicación es electrónico, mediante su edición<br />

en PDF y próximamente en XML, y en versión impresa. Las instrucciones para los autores<br />

se pueden consultar en la página de internet de EST: <br />

<strong>Revista</strong> <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong><br />

El Colegio Mexiquense, a.c.<br />

Exhacienda Santa Cruz de los Patos,<br />

Zinacantepec, México<br />

C.P. 51350<br />

Vía correo electrónico: est@cmq.edu.mx<br />

Teléfonos: +52 72 22 18 01 00, 72 22 79 99 08 ext. 183.


2 Contenido<br />

Journal <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong><br />

Edited by<br />

El Colegio Mexiquense, a.c.<br />

The journal <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong> is published on a quarterly basis and features<br />

scientific papers derived from original research results in social sciences, which enhance<br />

the understanding of social phenomena in urban, metropolitan, and regional dimensions.<br />

EST prioritize interdisciplinary proposals integrating spatial concepts (i.e. absolute and<br />

relative location, distance, spatial relationships, place, proximity, spatiality). Therefore,<br />

EST is oriented towards the Spatially Integrated Social Sciences (SISS). That is to say: it<br />

recognizes the key role space (and time) plays in society and its importance to better<br />

understand multiple social processes.<br />

Consequently, EST is aimed at researchers, professors, and students of all the areas in<br />

social sciences that understand: i. Space and time as strategic elements to provide better<br />

insight into multiple social processes: and, ii. The advantages of researching social sciences<br />

with an interdisciplinary approach, applying quantitative and spatial methods (i.e.<br />

spatial statistics and econometrics) and using cutting-edge technology (i.e. Geographic<br />

Information Systems, and ad hoc informatic applications. Therefore, EST scientific field<br />

combines diverse areas of the exact sciences (i.e. informatics) and of health (i.e. public<br />

health, epidemiology).<br />

EST focuses mainly on Iberoamerican countries and scientific communities. However,<br />

its geographic scope is global because it is an open access journal and its content can<br />

be freely reproduced, provided the authors and Journal are given credit.<br />

All articles are reviewed by anonymous, national or international expert peers on the<br />

topic of the article and outside the author’s institution. Applications in Spanish, English,<br />

or Portuguese are considered. There is not a charge for authors in any of the stages of the<br />

application, evaluation and publishing processes. Publishing format is distributed in<br />

digital versions (PDF and soon, XML), as well as in print version. Guidelines for authors<br />

can be accessed through EST website: .<br />

<strong>Revista</strong> <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong><br />

El Colegio Mexiquense, a.c.<br />

Exhacienda Santa Cruz de los Patos,<br />

Zinacantepec, México<br />

C.P. 51350<br />

E-mail: est@cmq.edu.mx<br />

Tel: +52 72 22 18 01 00, 72 22 79 99 08 ext. 183.


Contenido<br />

3<br />

Vol. xxi, núm. <strong>65</strong>, enero-abril de 2021<br />

CONTENIDO<br />

Artículos de investigación<br />

Antonio Dávila Rodríguez, Luis Carlos Alatorre Cejudo<br />

y Luis Carlos Bravo-Peña<br />

Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo<br />

urbano en la metrópolis de Chihuahua 1<br />

Karla Cecilia Jaimes Maruri, Luis Alberto Morales Zamorano<br />

y Xochitl Jasso-Arriaga<br />

Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle<br />

de San Quintín, Baja California, México? 29<br />

Gloria Jovita Guadarrama Sánchez y Pamela Monserrat<br />

Pichardo Martínez<br />

La apropiación y el uso del espacio público urbano.<br />

Los comunes en el parque urbano 57<br />

Graciela Aparecida Profeta, Ivens Nunes Thomaz, Patrícia<br />

de Melo Abrita Bastos y Vladimir Faria dos Santos<br />

Determinantes dos preços de ingressos de futebol<br />

do campeonato brasileiro, 2012 a 2018 87


4 Contenido<br />

Angelina Peña-Puch, Juan Carlos Pérez-Jiménez,<br />

Alfonso Munguía-Gil y Alejandro Espinoza-Tenorio<br />

Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso<br />

de las pesquerías de Campeche, México 113<br />

Osvaldo García Mata<br />

Una aproximación regional al alfabetismo financiero<br />

en México 147<br />

Rodrigo Tovar Cabañas , María de Jesús Ávila Sánchez,<br />

Rocío del Carmen Vargas Castilleja y Julio Cesar Rolón-Aguilar<br />

Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático<br />

e incremento del nivel del mar en Matamoros, Tamaulipas 179<br />

Karen Velázquez-González, Salvador Adame-Martínez,<br />

Guadalupe Hoyos Castillo y Georges Seingier<br />

Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

ante desastres socionaturales 205<br />

Raniella Orquiza da Silva, Waldemiro Peterle Neto<br />

y Evandro Camargos Teixeira<br />

Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise<br />

de painel dinâmico para o período 2006-2016 239<br />

Fernando Jaramillo Monroy, Elisabet Verónica Wehncke<br />

Rodríguez, Víctor Hugo Flores Armillas, Oscar Mario Pohle<br />

Morales y Xavier López-Medellín<br />

Enfoque regional de manejo integrado del agua en<br />

la microcuenca El Pantano, Morelos, México 275<br />

Reseña<br />

José Gabriel Aguilar Barceló y Santos Leyva-López<br />

Mitigando la crisis económica del COVID: actuar rápido<br />

y hacer lo que sea necesario.<br />

Reseña del libro: Baldwin, Richard and Weder di Mauro,<br />

Beatrice (eds.) (2020), Mitigating the COVID economic<br />

crisis: Act fast and do whatever it takes, VoxEU.org eBook,<br />

CEPR Press, Londres, 219 pp., ISBN: 978-1-912179-29-9 305


Contenido<br />

5<br />

Vol. xxi, nr. <strong>65</strong>, January-April 2021<br />

TABLE OF CONTENTS<br />

Research articles<br />

Antonio Dávila Rodríguez, Luis Carlos Alatorre Cejudo<br />

and Luis Carlos Bravo-Peña<br />

Spatio-temporal e<strong>vol</strong>ution analysis of urban land use in<br />

the metropolis of Chihuahua 1<br />

Karla Cecilia Jaimes Maruri, Luis Alberto Morales Zamorano<br />

and Xochitl Jasso-Arriaga<br />

Is agritourism an opportunity and challenge for the Valle<br />

of San Quintin, Baja California, México? 29<br />

Gloria Jovita Guadarrama Sánchez and Pamela Monserrat<br />

Pichardo Martínez<br />

Appropriation types and use of the urban public space.<br />

The commons in the urban park 57<br />

Graciela Aparecida Profeta, Ivens Nunes Thomaz y Patrícia<br />

de Melo Abrita Bastos and Vladimir Faria dos Santos<br />

Determinants of soccer tickets prices of the Brazilian<br />

championship, 2012-2018 87


6 Contenido<br />

Angelina Peña-Puch, Juan Carlos Pérez-Jiménez, Alfonso<br />

Munguía-Gil and Alejandro Espinoza-Tenorio<br />

Social-ecological systems as a management unit:<br />

the case of Campeche fisheries, Mexico 113<br />

Osvaldo García Mata<br />

A regional approach to financial literacy in Mexico 147<br />

Rodrigo Tovar Cabañas , María de Jesús Ávila Sánchez, Rocío<br />

del Carmen Vargas Castilleja and Julio Cesar Rolón-Aguilar<br />

Socioeconomic vulnerability, climate change and sea level<br />

increase in Matamoros, Tamaulipas 179<br />

Karen Velázquez-González, Salvador Adame-Martínez,<br />

Guadalupe Hoyos Castillo and Georges Seingier<br />

Resilience to socio-natural disasters of Mexican Pacific<br />

coastal municipalities 205<br />

Raniella Orquiza da Silva, Waldemiro Peterle Neto<br />

and Evandro Camargos Teixeira<br />

Innovation and economic growth system: an analysis<br />

of dynamic panel for the period 2006-2016 239<br />

Fernando Jaramillo Monroy, Elisabet Verónica Wehncke<br />

Rodríguez, Víctor Hugo Flores Armillas, Oscar Mario Pohle<br />

Morales and Xavier López-Medellín<br />

Regional approach to integrated water management in<br />

the small watershed El Pantano, Morelos, Mexico 275<br />

Review<br />

José Gabriel Aguilar Barceló and Santos Leyva-López<br />

Mitigating the COVID economic crisis: Act fast and do<br />

whatever it takes.<br />

Review of: Baldwin, Richard and Weder di Mauro,<br />

Beatrice (eds.) (2020), Mitigating the COVID economic<br />

crisis: Act fast and do whatever it takes, VoxEU.org eBook,<br />

CEPR Press, Londres, 219 pp., ISBN: 978-1-912179-29-9 305


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211618<br />

Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espaciotemporal<br />

del uso de suelo urbano en<br />

la metrópolis de Chihuahua<br />

1<br />

Spatio-temporal e<strong>vol</strong>ution analysis of urban<br />

land use in the metropolis of Chihuahua<br />

Antonio Dávila Rodríguez*<br />

Luis Carlos Alatorre Cejudo*<br />

Luis Carlos Bravo-Peña*<br />

Abstract<br />

This research aims to monitor the change in spatial distribution patterns of urban<br />

land use that has occurred in the inter-municipal pressure zone of Chihuahua in the<br />

period 1995 to 2015. FRAGSTATS software was used to calculate the analysis metrics<br />

of the landscape ecology. Results indicate that the growth of the land destined for<br />

housing occurring in the study period is in line with the dispersed city model, characterized<br />

by low building density and the preponderance of private road transport.<br />

Keywords: urban sprawl, metropolitan area, FRAGSTATS<br />

Resumen<br />

La presente investigación tiene como objetivo la monitorización del cambio en<br />

los patrones de distribución espacial del uso del suelo urbano que se ha presentado<br />

en la zona de presión intermunicipal de Chihuahua en el periodo 1995-2015.<br />

Se utilizó el software FRAGSTATS para el cálculo de las métricas de análisis de<br />

la ecología del paisaje. Los resultados indican que el crecimiento del suelo destinado<br />

a vivienda que se presentó en el periodo de estudio se encuentra en<br />

consonancia con el modelo de ciudad dispersa, caracterizado por la baja densidad<br />

edificatoria y la preponderancia del transporte privado por carretera.<br />

Palabras clave: expansión urbana, zona metropolitana, FRAGSTATS.<br />

* Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, correos-e: gadrguez@gmail.com, luis.alatorre@uacj.<br />

mx, luis.bravo@uacj.mx


2 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

Introducción<br />

El modelo de crecimiento urbano de las ciudades ha propiciado que los<br />

planificadores del espacio urbano implementen mejores formas de manejo<br />

de paisajes a una variedad de escalas a través del espacio y del tiempo. En<br />

el proceso de crecimiento y expansión de las ciudades se adhieren y absorben<br />

tierras con aptitud diferente a la urbana, que pueden representar un<br />

beneficio medioambiental y en su proceso generan un modelo de crecimiento<br />

desordenado (Dávila Rodríguez et al., 2017). Este modelo urbano<br />

se caracteriza por su dispersión y fragmentación; sigue un patrón de baja<br />

densidad que demanda a diario largos y costosos viajes, poco accesibles y<br />

de baja calidad (Cortés Lara, 2016; Ustaoglu and Williams, 2017).<br />

El factor urbano es uno de los principales elementos de deterioro<br />

ambiental en cuanto que concentra excesivos <strong>vol</strong>úmenes poblacionales,<br />

ocupa grandes extensiones de suelo, demanda fuertes dotaciones de energéticos,<br />

genera cantidades impresionantes de desperdicios y residuos y<br />

agota exponencialmente los recursos naturales básicos de sus áreas periféricas<br />

(Cortés Lara, 2016; Esquivel Ceballos et al., 2019).<br />

La ciudad de Chihuahua, al igual que otras ciudades en México y<br />

Latinoamérica, expresa en su configuración espacial una forma de crecimiento<br />

caótico, donde el suelo no urbano colindante se va integrando a<br />

la mancha urbana sin orden ni concierto, a menudo con la creación de<br />

nuevas zonas urbanas en forma de parches aislados, alejados entre sí<br />

(Heinrichs et al., 2009). En esta configuración espacial, conocida como<br />

salto de rana (Heim, 2001), desempeña un papel central la ausencia o<br />

debilidad de instrumentos jurídicos que orienten espacialmente la ampliación<br />

de la ciudad bajo un patrón más compacto (Bazant, 2001), que<br />

consolide con infraestructura y equipamiento las áreas ya ocupadas, en<br />

lugar de permitir la ampliación de la mancha urbana hacia nuevas zonas.<br />

También se identificaron problemas de crecimiento desordenado sobre<br />

terrenos topográficamente inadecuados, que dan origen a asentamientos<br />

irregulares donde la dotación de infraestructura resulta altamente costosa;<br />

asimismo se detectaron áreas subutilizadas, de tal modo que, como consecuencia<br />

del crecimiento desordenado, la ciudad se encuentra desarticulada<br />

vialmente, con incompatibilidad de usos, mala distribución de<br />

equipamiento, destrucción de elementos con valor histórico y artístico, en<br />

déficit de vivienda y en deterioro constante del medio natural por las<br />

acciones del hombre (Implan, 2015).<br />

La monitorización y seguimiento de los cambios en los patrones de<br />

ocupación urbana que tienen lugar en las áreas metropolitanas se han<br />

realizado a través de la exploración de las características espaciales. Esto<br />

es posible mediante la aplicación de métricas o índices de análisis


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

3<br />

espacio-temporales del paisaje. En este sentido, la ecología del paisaje<br />

se ha utilizado para los estudios urbanos y semiurbanos (Aguilera-<br />

Benavente, 2008). Los índices del paisaje que presenta el software FRAGS-<br />

TATS (McGarigal and Marks, 1995) complementan las estadísticas de<br />

ocupación de los usos del suelo, que tradicionalmente se aplicaba como<br />

único instrumento de valoración (Herzog and Lausch, 2001). La fragmentación,<br />

forma, aislamiento, conectividad, compacidad y elongación<br />

son indicadores que se utilizan para medir las características espaciales<br />

útiles en identificar y definir las propiedades espaciales de varios tipos de<br />

paisajes (Mateucci y Silva, 2005; Cocero Matesanz et al., 2010; Cheng et<br />

al., 2017), especialmente los urbanos (Herold et al., 2005). Este tipo de<br />

métricas aportan nuevas posibilidades de análisis de los patrones de ocupación<br />

(Alberti, 1999), las formas de ocupación urbana (Herold et al.,<br />

2003), escenarios futuros (Franco et al., 2005) y modelos de simulación<br />

(Berling-Wolff and Wu, 2004). Son varios los trabajos que utilizan los<br />

índices de análisis espacial como un instrumento útil en la planificación<br />

y el seguimiento de los procesos de cambio del paisaje en las metrópolis<br />

desde el punto de vista urbano (Franco et al., 2005; Caneparo, 2007;<br />

Prato, 2007; Geoghegan et al., 1997; Alberti and Marzluff, 2004; Mateucci<br />

y Silva, 2005).<br />

Con base en lo anterior, el objetivo principal de esta investigación es<br />

describir la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo urbano en la zona<br />

metropolitana de Chihuahua en el periodo 1995-2015 tomando como<br />

base las tres localidades urbanas que conforman la zona de presión intermunicipal,<br />

desde la perspectiva del desarrollo urbano sustentable; en<br />

proceso de investigación se usaron imágenes de satélite Landsat-TM5 y<br />

software libre, como una alternativa en la adquisición de datos de bajo<br />

costo; asimismo se emplearon métodos basados en técnicas de teledetección.<br />

Por lo tanto, se pretende dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿cuál<br />

es el patrón espacio-temporal del crecimiento urbano en la zona de presión<br />

intermunicipal de Chihuahua?, así como a las preguntas específicas: ¿cuál<br />

es el potencial de cambio y cuál es el potencial de transición en la cobertura<br />

y uso de suelo que sufrió la zona de presión intermunicipal de Chihuahua<br />

durante el periodo de 1995-2015?<br />

1. Materiales y Métodos<br />

1.1. Descripción del área de estudio<br />

El estado de Chihuahua con su capital homónima cuenta con 67 alcaldías,<br />

tiene una extensión de 247,460 km 2 , la cual representa 12.6% del territorio<br />

nacional. Su población en 2015 fue de 3,556,574 habitantes, lo que


4 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

representa 3.0% del total del país, 85% de su población es urbana y<br />

15% rural. La zona metropolitana de Chihuahua (ZMCH) (mapa 1)<br />

se conforma de tres municipios: Aldama, Aquiles Serdán y Chihuahua<br />

(Conapo, 2015); entre los tres suman 918,339 habitantes, que representan<br />

25.82% con respecto al estado. La determinación del área de<br />

estudio (mapa 2) se realizó con base en la zona de presión intermunicipal<br />

conformada por las áreas susceptibles a desarrollar urbanísticamente<br />

ubicada entre los tres municipios conurbados, la cual se encuentra<br />

actualmente inmersa en una fuerte presión inmobiliaria considerando<br />

el desarrollo limítrofe de fraccionamientos en los límites municipales<br />

(Implan, 2015). Además, 97.94% de los habitantes de la ZMCH vive<br />

en las tres localidades clasificadas como urbanas, de las 1268 que la<br />

integran (Inegi, 2020).<br />

Mapa 1<br />

Zona metropolitana de Chihuahua<br />

Fuente: elaboración propia con base en “Delimitación de las zonas metropolitanas de México<br />

2015”. Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

5<br />

Mapa 2<br />

Área de estudio<br />

Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos del Instituto Municipal de Planeación<br />

de Chihuahua. Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

1.2. Fuentes de datos<br />

Se utilizaron tres escenas de satélite del sensor Landsat TM 1995, 2005<br />

y 2015. El Path/Row correspondiente a la localización de la imagen con<br />

relación al índice Landsat fue el 32-40. Los datos y análisis de la información<br />

fueron soportados y procesados en el software RStudio (2009)<br />

Versión 1.1.463, ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016) y FRAGSTATS<br />

Versión 4.2 (McGarigal and Marks, 1995). Para el análisis de cambio de<br />

cobertura y uso de suelo se tomaron como base las imágenes de 1995 y<br />

de 2015.<br />

1.3. Procesamiento de las imágenes de satélite<br />

Todas las imágenes fueron preprocesadas por el U.S Geological Survey<br />

(USGS, 2019) usando métodos estándar de procesamiento, que incluyen<br />

corrección geométrica, calibración radiométrica y corrección por terreno;<br />

también fue necesario hacer una conversión de nivel digital (ND) a<br />

valores de reflectancia con la intención de comparar los cambios (Chuvieco,<br />

2000).


6 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

1.4. Sobreposición de bandas<br />

Como procedimiento base, las bandas de Landsat TM fueron sobrepuestas<br />

entre sí para lograr una conjunción en una sola imagen, procedimiento<br />

que se aplicó utilizando código de RStudio. Este procedimiento generalmente<br />

se lleva a cabo en el software IDRISI; sin embargo, como una<br />

novedad y algo poco usado se utilizó el software RStudio (2009), como<br />

una alternativa de software libre y de bajo costo. En el análisis geoespacial<br />

fue empleado Arcmap de ArcGis 10.5 (ESRI, 2016). Las imágenes satelitales<br />

fueron tratadas con métodos estándar de acuerdo con los requerimientos<br />

que sugiere Chuvieco (2000) para el análisis de cambio de<br />

cobertura y uso del suelo. Por último, se calculó la tasa de cambios de la<br />

zona de presión intermunicipal de Chihuahua utilizando la fórmula de<br />

interés compuesto (Puyravaud, 2003) para el periodo de 1995-2015.<br />

1.5. Selección de índices de paisaje<br />

Una vez obtenida la clasificación supervisada de las imágenes Landsat TM<br />

para cada una de las fechas in<strong>vol</strong>ucradas en el periodo de estudio es<br />

importante convertir el archivo a formato TIF para que pueda ser procesado<br />

por el software FRAGSTATS (McGarigal and Marks, 1995). Para<br />

poder aplicar los índices de paisaje es necesario llevar a cabo un proceso<br />

de selección de los mismos, puesto que el número existente de ellos es<br />

muy amplio (Botequilha Leitao and Ahern, 2002). Se seleccionaron<br />

aquellos que cumplen con las características espaciales en lo que respecta<br />

a fragmentación, forma y dispersión (Botequilha Leitao et al., 2006).<br />

El conjunto de índices seleccionados es el siguiente: Número de Manchas<br />

(NP): Esta métrica nos aporta información de la medida en que un<br />

uso se encuentra dividido o fragmentado. Densidad de Manchas (PD):<br />

Equivale al número de manchas de ese uso dividido por al área total de<br />

la zona de estudio.<br />

Tamaño Medio de las Manchas (AREA_MN): nos aporta una medida<br />

de la superficie media de las manchas individuales de un uso determinado.<br />

Compacidad Media de los Fragmentos (GYRATE_MN): esta métrica<br />

aporta una idea de la compacidad de los diferentes fragmentos, o en<br />

sentido inverso, de su elongación.<br />

Índice de Forma (SHAPE): nos aporta una medida de la complejidad<br />

de la forma de las manchas de un determinado uso, a través de la relación<br />

entre el perímetro y la superficie. Distancia Media a las Manchas más<br />

Próximas (ENN_MN): aporta información acerca del grado de aislamiento<br />

de las manchas de un determinado uso.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

7<br />

2. Resultados<br />

2.1. Composición de bandas<br />

Para lograr los valores resultado de cada índice, ha sido necesaria la obtención<br />

de las imágenes de los usos del suelo urbano en la zona de presión<br />

intermunicipal de Chihuahua. Para ello fue necesario el análisis de imágenes<br />

de satélite multiespectrales con el objetivo de generar mapas base de<br />

cobertura y uso de suelo. El análisis preliminar de estos insumos permite<br />

obtener una representación real de las condiciones actuales y pasadas de las<br />

coberturas del uso del suelo y vegetación.<br />

Las imágenes de falso color o RGB (Red, Green, Blue) consiste en la<br />

combinación de tres bandas de información para formar una imagen en<br />

color. Con este tipo de combinaciones se pretende extraer y resaltar la<br />

información en función de los colores resultantes.<br />

En este trabajo de investigación el empleo de imágenes Landsat TM5<br />

proporcionó los elementos necesarios para obtener mapas base, conformados<br />

de las siguientes combinaciones de las bandas 3 (0.63-0.69 μm), 4<br />

(0.76-0.90 μm) y 7 (2.08-2.35 μm) en el orden del espectro visible rojo,<br />

verde y azul (RGB), fueron las seleccionadas y las que mostraron un buen<br />

nivel de detalle en la discriminación de las coberturas vegetales para los<br />

periodos evaluados de 1995, 2005 y 2015.<br />

Dichos mapas muestran las características de las condiciones de uso<br />

de suelo y vegetación en 1995 (mapa 3) y las mismas condiciones, con<br />

ligeros cambios espaciales, para las imágenes de 2005 (mapa 4) y de<br />

2015 (mapa 5).<br />

Las composiciones en falso color manifiestan buen contraste en las<br />

tres fechas evaluadas, evidenciando que la banda que corresponde al<br />

infrarrojo cercano (banda 4) es clave en el análisis de imágenes de satélite,<br />

cuyo objetivo principal sea determinar cambios entre las coberturas que<br />

componen el territorio.


8 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

Mapa 3<br />

Composición en falso color de la escena Landsat TM del año 1995<br />

Fuente: elaboración propia con base en la imagen Landsat LT05_L1TP_032040_19950529_<br />

20170107_01_T1 TM obtenida en U.S. Geological Survey. Mapa elaborado en RStudio (2009)<br />

Versión 1.1.463 y ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

Mapa 4<br />

Composición en falso color de la escena Landsat TM del año 2005<br />

Fuente: elaboración propia con base en la imagen Landsat LT05_L1TP_032040_20050508_<br />

20161126_01_T1 TM obtenida en U.S. Geological Survey. Mapa elaborado en RStudio (2009)<br />

Versión 1.1.463 y ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

9<br />

Mapa 5<br />

Composición en falso color de la escena Landsat TM del año 2015<br />

Fuente: elaboración propia con base en la imagen Landsat LC08_L1TP_032040_20150520_<br />

20170301_01_T1 TM obtenida en U.S. Geological Survey. Mapa elaborado en RStudio (2009)<br />

Versión 1.1.463 y ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

2.2. Clasificación multiespectral<br />

En los mapas 3 y 5 se observa la distribución de la vegetación presente en<br />

la clasificación para 1995 y 2015, respectivamente, que se encuentra definida<br />

por el límite de presión intermunicipal de Chihuahua, es decir, más de la<br />

suma de los tres centros de población de las tres localidades urbanas que<br />

conforman la zona metropolitana de Chihuahua (mapa 6).<br />

En la determinación de las superficies de 1995 (tabla 1), las comunidades<br />

más ampliamente distribuidas eran las de matorral, con 66,244.40<br />

hectáreas (ha) (45.74%), seguidas de las comunidades de pastizal con<br />

47,692.53 ha (32.92%) y la agricultura de riego y temporal con 19,454.22<br />

ha que aproximadamente equivale a 13.43% del área de estudio. Los asentamientos<br />

humanos o áreas urbanas ocupaban 9263.61 ha y estaban representados<br />

principalmente por la ciudad de Chihuahua como el principal<br />

polo de desarrollo de la zona metropolitana. En los resultados de las superficies<br />

de la vegetación presente en 2015 (tabla1), se observa claramente<br />

que siguen el mismo comportamiento respecto al porcentaje en su distribución;<br />

sin embargo, se observa una disminución considerable en la<br />

categoría de Agricultura de riego y temporal y un aumento en la categoría<br />

de Asentamientos humanos.


10 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

Mapa 6<br />

Zona de presión intermunicipal de la ZMCH<br />

y Centros de Población<br />

Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos del Instituto Municipal de Planeación<br />

de Chihuahua. Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

Tabla 1<br />

Superficies de la cobertura de uso de suelo y vegetación de la<br />

clasificación 1995 y 2015<br />

Tipo de Cobertura<br />

Superficie<br />

1995 (ha)<br />

% Superficie<br />

2015 (ha)<br />

Ah Asentamientos humanos 9263.61 6.39 19,457.73 13.43<br />

Art Agricultura de riego y temporal 19,454.22 13.43 8272.53 5.71<br />

Cm Comunidades de matorral 66,254.40 45.74 66,726.09 46.05<br />

Cp Comunidades de pastizal 47,692.53 32.92 47,580.21 32.84<br />

Ca Cuerpos de agua 84.87 0.06 345.24 0.24<br />

Bep Bosques de encino-pino 2108.43 1.46 2511.27 1.73<br />

TOTAL 144,858.06 100.00 144,893.07 100.00<br />

Fuente: elaboración propia con base en resultados del cambio de cobertura y uso de suelo.<br />

%


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

11<br />

2.3. Análisis de cambios (Potencial de cambio y Potencial<br />

de Transición)<br />

La comparación de imágenes clasificadas con respecto al periodo evaluado<br />

se presenta en la tabla 2, en la cual se detallan los cambios ocurridos en<br />

el lapso de 10 años. Los resultados del análisis se efectuaron tomando<br />

como base las clasificaciones independientes de cada fecha. El cambio<br />

más importante y evidente se presentó en la clase de asentamientos humanos<br />

con una tasa de cambio de 52.39%, lo que equivale a 10,194.12<br />

hectáreas.<br />

Tabla 2<br />

Análisis de cambios de las coberturas y usos del suelo<br />

presentes en el área de estudio<br />

Tipo de cobertura<br />

Superficie<br />

1995 (ha)<br />

Superficie<br />

2015 (ha))<br />

Diferencia<br />

(ha))<br />

Tasa de<br />

cambio<br />

(%)<br />

Ah Asentamientos humanos 9263.61 19,457.73 10,194.12 52.39<br />

Art<br />

Cm<br />

Cp<br />

Agricultura de riego<br />

y temporal<br />

Comunidades<br />

de matorral<br />

Comunidades<br />

de pastizal<br />

19,454.22 8272.53 -11,181.69 -57.48<br />

66,254.40 66,726.09 471.69 0.71<br />

47,692.53 47,580.21 -112.32 -0.24<br />

Ca Cuerpos de agua 84.87 345.24 260.37 75.42<br />

Bep Bosques de encino-pino 2108.43 2511.27 402.84 16.04<br />

Fuente: elaboración propia con base en resultados del cambio de cobertura y uso de suelo.<br />

Los datos anteriores concuerdan con los registrados por el Inegi, el<br />

cual reporta una condición, en 1995, de 633,402 habitantes para la zona<br />

metropolitana de Chihuahua, aumentando su población, para 2015, a<br />

918,339 (Inegi, 2020). En este sentido, el crecimiento de la población ha<br />

impactado fuertemente en el aumento de la mancha urbana, el cual ha<br />

promovido la construcción de fraccionamientos no planeados en tierras<br />

ejidales y de pastizales abiertos (Implan, 2015), y principalmente en<br />

tierras agrícolas que han perdido su vocación de uso de suelo agrícola para<br />

convertirse en áreas urbanas.


12 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

2.4. Separabilidad espectral<br />

Se aplicó la técnica de clasificación supervisada basada en el método de<br />

máxima probabilidad para las imágenes del sensor Landsat TM de 1995,<br />

2005 y 2015, se llevó a cabo a través de la asignación de seis clases, las<br />

cuales permitieron observar un punto medio entre la generalización y<br />

la dispersión de las clases, y de alguna forma establecer zonas homogéneas<br />

de algunas categorías de uso de suelo y vegetación. La selección de<br />

áreas de entrenamiento fue realizada considerando cada tipo de cobertura<br />

presente en el área de estudio.<br />

Las clases identificadas fueron Agricultura de riego y temporal (Art),<br />

Asentamientos humanos (Ah), Bosques de encino-pino (Bep), Comunidades<br />

de matorral (Cm), Cuerpos de agua (Ca) y Comunidades de pastizal<br />

(Cp). El análisis de separabilidad espectral es un procedimiento<br />

importante en la determinación de la similitud que poseen las clases que<br />

se determinan en el proceso de clasificación.<br />

La evaluación mostró una adecuada separación espectral para todas<br />

las clases, lo que se traduce en una buena identificación de las coberturas<br />

en todas las bandas del sensor Landsat TM, que se utilizaron para generar<br />

la clasificación supervisada de los años 1995 (mapa 7), 2005 (mapa 8) y<br />

2015 (mapa 9).<br />

Mapa 7<br />

Clasificación supervisada de la imagen Landsat TM del año 1995<br />

Fuente: elaboración propia con base en la manipulación de la composición en falso color de la<br />

escena Landsat TM de 1995. Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

13<br />

Mapa 8<br />

Clasificación supervisada de la imagen Landsat TM del año 2005<br />

Fuente: elaboración propia con base en la manipulación de la composición en falso color de la<br />

escena Landsat TM de 2005. Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

Mapa 9<br />

Clasificación supervisada de la imagen Landsat TM del año 2015<br />

Fuente: elaboración propia con base en la manipulación de la composición en falso color de la<br />

escena Landsat TM de 2015. Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).


14 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

2.5. Matriz de error para la clasificación basada en Landsat-TM<br />

En un estudio similar denominado “El proceso de expansión urbana y su<br />

impacto en la cobertura y uso de suelo de la zona de presión intermunicipal<br />

de Chihuahua” (Dávila Rodríguez et al., 2017), la exactitud basada en el<br />

coeficiente multivariado discreto Kappa, para la clasificación de la imagen<br />

Landsat-TM5 de 2000 fue de 0.80, mientras que para 2010 fue de 0.81;<br />

este valor refleja el grado de exactitud esperada, más que la llevada a cabo<br />

por el simple azar. Sin embargo, en este estudio, además de tomar como<br />

referencia estos resultados que se realizaron a la misma área de estudio, se<br />

realizó una posclasificación que permitió, dado el conocimiento del área de<br />

estudio, una definición más exacta de las clases seleccionadas.<br />

2.6. Determinación de la distribución espacial del uso<br />

de suelo urbano<br />

El software FRAGSTATS (McGarigal and Marks, 1995) es un instrumento<br />

para el cálculo de las métricas de análisis de ecología del paisaje. Este<br />

software, de la Universidad Amherst de Massachusetts, de acceso libre<br />

disponible en la red (www.umass.edu/landeco/research/fragstats/fragstats.<br />

html), permite obtener un amplio conjunto de métricas de este tipo, está<br />

considerado como el programa más completo en lo que se refiere a la<br />

diversidad y capacidad para desarrollar cálculos métricos (Aguilera-<br />

Benavente, 2008).<br />

Es un software de análisis de patrones espaciales para cuantificar la<br />

estructura del paisaje que ha sido ampliamente empleado en estudios de<br />

paisajes agrarios, naturales e incluso urbanos y suburbanos. De esta forma<br />

se puede obtener un conjunto de índices de cuantificación de la estructura<br />

de los paisajes atendiendo a sus características espaciales, como instrumento<br />

de valoración de su cambio.<br />

Gracias al empleo del software FRAGSTATS y a partir de los mapas<br />

de uso del suelo residencial en la zona de presión intermunicipal de Chihuahua<br />

para los años 1995 (mapa 10), 2005 (mapa 11) y 2015 (mapa<br />

12), se han obtenido los valores de las distintas métricas seleccionadas<br />

para este estudio.<br />

Estos valores nos permitirán medir la estructura del paisaje urbano en<br />

tres momentos diferentes y poder inferir los procesos de cambio que han<br />

tenido lugar en el periodo comprendido entre las tres fechas.<br />

El análisis de los resultados obtenidos para cada una de las diferentes<br />

métricas en cada una de las tres fechas del estudio -1995, 2005 y 2015-<br />

nos arroja los siguientes datos (tabla 3): el número de manchas (NP) nos<br />

indica que el uso de suelo urbano en la zona de presión intermunicipal


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

15<br />

Mapa 10<br />

Distribución espacial del uso de suelo urbano de 1995<br />

Fuente: elaboración propia con base en la manipulación de la clasificación supervisada de 1995 en<br />

FRAGSTATS (McGarigal and Marks, 1995). Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

Mapa 11<br />

Distribución espacial del uso de suelo urbano de 2005<br />

Fuente: elaboración propia con base en la manipulación de la clasificación supervisada del año 2005<br />

en fragstats (McGarigal and Marks, 1995). Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).


16 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

Mapa 12<br />

Distribución espacial del uso de suelo urbano de 2015<br />

Fuente: elaboración propia con base en la manipulación de la clasificación supervisada del año 2015<br />

en fragstats (McGarigal and Marks, 1995). Mapa elaborado en ArcGIS® Versión 10.5 (ESRI, 2016).<br />

Tabla 3<br />

Determinación de la distribución espacial del uso de suelo urbano<br />

de la zona de presión intermunicipal de Chihuahua<br />

AÑO CLASE NP PD AREA_MN GYRATE_MN SHAPE_MN ENN_MN<br />

1995 AH 737 0.5088 12.5693 37.7602 1.2664 105.4204<br />

2005 AH 1586 1.0947 8.0594 34.3371 1.2636 100.0801<br />

2015 AH 5197 3.5883 3.7438 30.4686 1.2327 87.9962<br />

Fuente: elaboración propia con base en resultados de FRAGSTATS (McGarigal and Marks, 1995).<br />

de Chihuahua se fragmenta en todo el periodo de estudio, al pasar de un<br />

total de 737 manchas en el primer año, a 1586 en el segundo periodo, y<br />

a 5197 para el 2015. Estos datos se corroboran con los resultados obtenidos<br />

mediante la densidad de manchas (PD), al aumentar de 0.5088 a<br />

1.0957 y, finalmente, a 3.5883, respectivamente a los años señalados.<br />

El tamaño medio de las manchas (AREA_MN) nos muestra que se<br />

produce un incremento de la fragmentación del uso de suelo urbano en<br />

el periodo de 1995-2015, al pasar de un valor de superficie media de las<br />

manchas de 12.5693 en 1995, a 8.0594 en 2005, y de 3.7438 para 2015.<br />

Estos datos coinciden con los resultados conseguidos mediante la métrica


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

17<br />

compacidad media de los fragmentos (GYRATE_MN), ya que esta compacidad<br />

disminuye en todas las fechas señaladas del periodo de estudio al<br />

pasar de una compacidad media de 37.7602 para 1995 a 34.3371 para<br />

2005 y finalizar con 30.4686 para 2015.<br />

El índice de forma (SHAPE_MN) nos indica que la forma de las<br />

manchas del uso de suelo urbano prácticamente ha conservado su complejidad<br />

con el paso de los años, con valores de 1.2664, 1.2636 y 1.2327<br />

para 1995, 2005 y 2015. Además, nos aporta una medida de la compacidad<br />

de los fragmentos; según los datos, éstos se han fragmentado más<br />

con el paso del tiempo. Por su parte, el índice distancia media a las manchas<br />

más próximas (ENN_NN) presenta unos valores de 105.4204 (1995),<br />

100.0801 (2005) y 87.9962 (2015). La disminución del valor en todo el<br />

periodo de estudio nos hace suponer la aparición de nuevos fragmentos<br />

del uso del suelo urbano.<br />

3. Discusión<br />

En relación con el procesamiento de las imágenes para obtener los mapas<br />

base, en estudios relacionados se encontró que los datos empleados del<br />

sensor multiespectral Landsat TM5 permiten determinar con buena<br />

precisión el uso de suelo y vegetación de determinada región (Pinedo<br />

Álvarez, 2008; Ashraf et al., 2008; Dávila Rodríguez et al., 2016). En otro<br />

estudio llevado a cabo en la región de Guadalupe y Calvo, Chihuahua,<br />

se resalta la importancia de la utilización de composiciones en falso color<br />

adecuadas y ajustadas para la región bajo estudio. En un estudio más,<br />

realizado para la parte norte y oeste de los Estados Unidos se determinó<br />

que las composiciones que mejor se ajustan para representar las coberturas<br />

fueron: banda 3 (0.5-0.6 μm), banda 4 (0.7-0.8 μm) y banda 5 (0.5-0.7<br />

μm), información que coincide con los análisis obtenidos en este estudio<br />

para las bandas 3 y 5.<br />

En la presente investigación, la técnica de clasificación supervisada<br />

permitió identificar seis clases de cobertura, situación similar se presentó<br />

en un estudio realizado en la reserva nacional de Valdivia (Segura y<br />

Trincado, 2003); en dicho estudio se pudieron identificar cinco clases<br />

de cobertura correspondientes a bosque adulto, renoval, plantaciones,<br />

matorral y comunidades de pastizal, la exactitud de la clasificación global<br />

fue de 64%, mientras que la clasificación de tipos de cobertura forestal fue<br />

de 77 por ciento.<br />

Respecto a la aplicación de los índices seleccionados y procesados por<br />

el software FRAGSTATS (McGarigal and Marks, 1995), en este estudio<br />

el número de manchas y la densidad de manchas nos indican que el suelo


18 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

destinado a la vivienda se fragmentó durante el periodo de estudio. El<br />

tamaño medio de las manchas y la compacidad media de los fragmentos nos<br />

muestran que se produce un incremento de la fragmentación y una disminución<br />

en la compacidad de los fragmentos del uso de suelo urbano<br />

en el periodo de estudio. El índice de forma y distancia media a las manchas<br />

más próximas nos hace suponer la aparición de nuevos fragmentos del uso<br />

del suelo urbano y que éstos prácticamente han conservado su complejidad<br />

con el paso de los años. Además, de acuerdo con este comportamiento,<br />

el escenario que se visualiza a corto y mediano plazos para la zona de<br />

presión intermunicipal de Chihuahua es el tipo de crecimiento disperso<br />

y fragmentado.<br />

Lo anterior nos permite deducir que el crecimiento de la mancha urbana<br />

de la zona de presión intermunicipal de Chihuahua fue de forma horizontal<br />

y dispersa. Esto coincide en parte con el estudio “Análisis de la e<strong>vol</strong>ución<br />

de la estructura espacial del uso del suelo residencial en el área metropolitana<br />

madrileña” (Cocero Matesanz et al., 2010), el cual, tras aplicar esta serie de<br />

índices, encontró una forma de crecimiento disperso durante el primer<br />

periodo de estudio. Sin embargo, se reportó un proceso de compactación<br />

durante el segundo periodo. Los resultados de otro estudio llamado “Examining<br />

spatiotemporally varying effects of urban expansion and the<br />

underlying driving factors” (Cheng et al., 2017) aplicado a la ciudad de<br />

Xuzhou en China, en donde solamente se escogieron tres métricas –Number<br />

of Patches (NP), Largest PatchIndex (LPI) y Mean Shape Index (SHAPE<br />

MN)– nos indican que la ciudad sufrió un proceso de urbanización rápido<br />

y acelerado durante el periodo de estudio, lo que detonó que la ciudad<br />

creciera bajo modelo de crecimiento difuso o disperso.<br />

Los resultados anteriores van en contra de la sustentabilidad urbana,<br />

ya que existe una estrecha relación entre la sustentabilidad y las formas<br />

que adquiere el paisaje (Andersson, 2006). Mayor dispersión en la ciudad,<br />

con polígonos urbanos cada vez más pequeños, alejados entre sí, implica<br />

mayor costo en la dotación de servicios públicos; pues una ciudad dispersa<br />

demanda el recorrido de distancias mayores para el abastecimiento de<br />

agua potable, drenaje urbano, energía eléctrica, etc. Esto encarece los<br />

costos que paga el usuario (Lara Pulido et al., 2017), y sin duda es una<br />

manifestación de las externalidades económicas de un mercado inmobiliario<br />

del suelo que pone el interés individual por encima del interés<br />

colectivo. También tiene un papel relevante el costo del suelo, pues se ha<br />

demostrado en distintas latitudes del mundo que el bajo costo de los<br />

terrenos agrícolas, generalmente más barato en las áreas colindantes a la<br />

zona urbana, favorece una dispersión espacial que disminuye a la larga la<br />

habitabilidad de los espacios urbanos recién creados (Peerzado et al., 2019).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

19<br />

Los beneficiarios de las transacciones inmobiliarias (vendedores y<br />

fraccionadores) privatizan las ganancias de un mercado del suelo no<br />

regulado por instrumentos de planeación urbana, pero socializan los<br />

costos al resto de los habitantes de la ciudad, al disminuir la calidad de<br />

los servicios urbanos por la dificultad que representa proveerlos bajo esa<br />

configuración espacial. Del mismo modo, se incrementan los tiempos y<br />

costos de traslado entre zonas habitacionales y áreas de trabajo, aumentando<br />

la dependencia del vehículo individual como medio de transporte<br />

(Ustaoglu and Williams, 2017). A una mala calidad de servicios se suma<br />

una mala calidad del aire por la contaminación de vehículos automotores<br />

(Resnik, 2010).<br />

En relación con lo anterior, existen estudios que abordan la problemática<br />

del crecimiento urbano desde diferentes ángulos y en un sinfín de<br />

variables, todos tienen la finalidad, en mayor o menor medida, de analizar<br />

el efecto negativo en el aspecto ambiental, social o económico. Sin<br />

embargo, este estudio únicamente tuvo la intención de describir la e<strong>vol</strong>ución<br />

de la forma urbana en las últimas décadas conociendo si ha sido<br />

un crecimiento ordenado y compacto o desordenado y fragmentado.<br />

Frente a estos impactos de la dispersión urbana, las métricas del paisaje<br />

presentadas en este trabajo constituyen herramientas que permiten<br />

caracterizar patrones de crecimiento urbano no sustentables. Lo anterior<br />

puede contribuir a la planeación del espacio en la zona metropolitana<br />

de Chihuahua y tiene la posibilidad de incorporarse a los planes de<br />

ordenamiento territorial. Si conocemos el problema, que en este caso es<br />

cómo estamos creciendo, podemos después abordar las consecuencias de<br />

este modelo de crecimiento, sólo entonces podremos aportar soluciones<br />

a la problemática de estudio.<br />

Conclusiones<br />

Tomando en cuenta que los cambios más importantes se presentaron en<br />

la clase de asentamientos humanos, resulta evidente la relación que existe<br />

entre los procesos de crecimiento y expansión de la ciudad con el cambio<br />

de cobertura y uso de suelo. Por lo tanto, se concluye que el proceso de<br />

expansión urbana de la zona de presión intermunicipal de Chihuahua ha<br />

provocado cambios en la cobertura y uso de suelo, viéndose afectadas<br />

principalmente las tierras agrícolas.<br />

Los resultados presentados también muestran la existencia de una<br />

serie de cambios en los patrones de distribución espacial del uso de suelo<br />

residencial en la aglomeración urbana de la zona metropolitana de Chihuahua,<br />

desde 1995 al 2015.


20 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

El crecimiento del suelo destinado a vivienda que ha tenido lugar en<br />

el periodo 1995-2015 se encuentra en consonancia con el modelo de<br />

ciudad dispersa, caracterizado por la baja densidad edificatoria, la discontinuidad<br />

y fragmentación de los nuevos usos del suelo en el territorio y<br />

la preponderancia del transporte privado por carretera.<br />

Por lo tanto, el empleo de una serie de índices de análisis espacial,<br />

empleado generalmente en la ecología del paisaje, se ha demostrado útil<br />

para la determinación de las características espaciales de los cambios a<br />

cualquier escala, especialmente la escala metropolitana. Estas métricas<br />

posibilitan el análisis de formas y patrones de ocupación urbana, además<br />

de monitorizar el cambio en los usos urbanos a lo largo del tiempo, a<br />

través de su seguimiento temporal, lo que permite identificar procesos<br />

metropolitanos de cambio, detectando posibles tendencias o nuevas formas<br />

y modelos de ocupación.<br />

Estudios como éste inciden favorablemente en los patrones y dinámica<br />

de cambio en el uso del suelo mediante la anticipación de las tendencias de<br />

cambio y elaboración de pronósticos que permitan determinar el menor<br />

impacto en los recursos naturales debido al crecimiento de la ciudad en<br />

el marco de la planeación urbana sustentable. Es indudable que la forma<br />

en la que se manifiesta la ciudad hoy en día reclama ser vista desde una<br />

forma integral y holística. De esta forma entenderemos que la ciudad se<br />

comporta de un modo distinto que la suma de las partes que la integran.<br />

Lo anterior nos permite encontrar soluciones de forma integral entre<br />

las relaciones e interacciones de las partes y no solamente con un enfoque<br />

reduccionista. La planeación del espacio físico es una actividad impostergable,<br />

la cual se debe apoyar en instrumentos como el ordenamiento del<br />

territorio y el enfoque de la sustentabilidad en la planeación urbana. La<br />

planeación urbana sustentable puede ser una posibilidad para satisfacer<br />

las necesidades de la población sin agotar el capital natural e incluyendo<br />

la minimización de costos ambientales hacia el futuro.<br />

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Recibido: 26 de marzo de 2020.<br />

Reenviado: 8 de noviembre de 2020.<br />

Aceptado: 7 de septiembre de 2020.<br />

Antonio Dávila Rodríguez. Doctor en Planeación y Desarrollo Sustentable<br />

por la Universidad Autónoma de Baja California. Actualmente está<br />

terminando su segundo año de estancia posdoctoral en la Universidad<br />

Autónoma de Ciudad Juárez. Su línea de investigación actual es planeación<br />

urbana sustentable. Entre sus más recientes publicaciones destacan, en<br />

coautoría: “El proceso de expansión urbana y su impacto en la cobertura y<br />

uso de suelo de la zona de presión intermunicipal de Chihuahua”, Ciencia,<br />

núm. 86, Nuevo León, Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 32-38<br />

(2017); “Grado de marginación de la zona metropolitana de Chihuahua:


26 A. Dávila Rodríguez et al.: Análisis de la e<strong>vol</strong>ución espacio-temporal del uso de suelo...<br />

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y “Marginación y cambio de cobertura y uso del suelo de la zona metropolitana<br />

de Chihuahua”, Investigación y Ciencia, núm. 67, Aguascalientes,<br />

Universidad Autónoma de Aguascalientes, pp. 38-45 (2016).<br />

Luis Carlos Alatorre Cejudo. Doctor en Ordenamiento Territorial y Medio<br />

Ambiente por la Universidad de Zaragoza, España. Actualmente es profesorinvestigador<br />

de tiempo completo en la División Multidisciplinaria de la<br />

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en Cuauhtémoc, Chihuahua,<br />

México. Es parte del núcleo académico básico de la licenciatura en geoinformática,<br />

también de la maestría en Planificación y Desarrollo Urbano, y<br />

del doctorado en Estudios Urbanos. Es miembro del Sistema Nacional de<br />

Investigadores, nivel I. Su línea de investigación actual es análisis espacial<br />

de procesos geoambientales. Entre sus más recientes publicaciones destacan,<br />

en coautoría: “Agricultural Furrow Irrigation Inefficiency in the Basin<br />

of the Laguna de Bustillos, Chihuahua, Mexico: Geometric Characteristics<br />

of Agricultural Plots and Aquifer Depletion”, Tecnologías y Ciencias<br />

del Agua, 10 (5), Jiutepec, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua,<br />

pp. 241-281 (2019); “Temporal Changes of NDVI for Qualitative Environmental<br />

Assessment of Mangroves: Shrimp Farming Impact on the<br />

Health Decline of the Arid Mangroves in the Gulf of California (1990-<br />

2010)”, Journal of Arid Environments, 125 (1), Ámsterdam, Elsevier, pp.<br />

98-109 (2016), y “Regional Scale Modeling of Hillslope Sediment Delivery:<br />

a Case Study in Barasona Reservoir Watershed (SPAIN) using<br />

WATEM/SEDEM”, Journal of Hydrology, 391 (1), Ámsterdam, Elsevier,<br />

pp. 109-123 (2010).<br />

Luis Carlos Bravo-Peña. Doctor en Ciencias opción Desarrollo Regional.<br />

En la actualidad es profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad<br />

Autónoma de Ciudad Juárez desde el 2010. Es miembro del<br />

Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Sus líneas de investigación<br />

son: políticas públicas y medio ambiente, impactos sobre el paisaje y vulnerabilidad<br />

socio-ambiental, modelos de aptitud territorial y ordenamiento<br />

ecológico, dinámica de uso y cobertura de suelo. Entre sus más recientes<br />

publicaciones destacan, como coautor: “Áreas quemadas y cambio de uso<br />

del suelo en el suroeste de Chihuahua (México) durante el periodo 2013-<br />

2017: Identificación con el índice Normalized Burn Ratio (NBR)”, Acta<br />

Universitaria, <strong>vol</strong>. 29, Guanajuato, Universidad de Guanajuato (2019)<br />

pp. 1-15; “Áreas probables de degradación-deforestación de la cubierta


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 1-27<br />

27<br />

vegetal en Chihuahua, México. Una exploración mediante regresión logística<br />

para el período 1985-2013”, Geofocus, núm. 20, Madrid, Asociación<br />

de Geógrafos Españoles, pp. 109-137 (2017), y como coordinador del<br />

libro Geoinformática aplicada a la generación de cartografías temáticas: clima,<br />

recursos hidrícos, vulnerabilidad social y deforestación, Ciudad Juárez Chihuahua,<br />

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (2019).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 29-56.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211607<br />

Agroturismo: ¿oportunidad y desafío<br />

para el Valle de San Quintín, Baja<br />

California, México?<br />

29<br />

Is agritourism an opportunity and challenge<br />

for the Valle of San Quintin, Baja California,<br />

México?<br />

Karla Cecilia Jaimes Maruri*<br />

Luis Alberto Morales Zamorano**<br />

Xochitl Jasso-Arriaga*<br />

Abstract<br />

Agritourism includes productive and recreational activities in a single space generating<br />

extraordinary income. Therefore, the components of agritourism were identified<br />

to include them in a project and establish whether it is an opportunity or challenge<br />

from its management perspective in Valle de San Quintin, Baja California, Mexico.<br />

The exploratory method was used and four elements of agritourism were registered.<br />

Most businessmen showed interest in complementing productive activities with<br />

agritourism. The opportunity must focus on positive actions in order to generate<br />

additional benefits and the challenge must establish strategies for adverse situations.<br />

Keywords: agriculture, agritourism, challenge, opportunity, oysters.<br />

Resumen<br />

El agroturismo consiste en la realización de actividades productivas y recreativas<br />

en un solo espacio, lo cual genera ingresos extraordinarios; por consiguiente, se<br />

identificaron los componentes del agroturismo para incluirlos en un proyecto y<br />

establecer si es una oportunidad o desafío desde su gestión en el Valle de San<br />

Quintín, Baja California, México. Se utilizó el método exploratorio. Se registraron<br />

cuatro elementos del agroturismo. El 64% de empresarios mostró interés en<br />

complementar actividades productivas con actividades agroturísticas. La oportunidad<br />

debe enfocarse en acciones positivas a fin de generar beneficios adicionales<br />

y el desafío debe establecer estrategias ante situaciones adversas.<br />

Palabras clave: agricultura, agroturismo, desafío, oportunidad, ostiones.<br />

* Centro Universitario Temascaltepec de la Universidad Autónoma del Estado de México,<br />

correos-e: ceci-karlizz-30@hotmail.com y xjasso4@yahoo.com.mx<br />

** Universidad Autónoma de Baja California, correo-e: lmorales@uabc.edu.mx


30 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Introducción<br />

La presente investigación está sustentada en un estudio empírico a favor de<br />

construir una base robusta para la formulación de proyectos viables desde<br />

su concepción; por ello, se revisó la literatura apropiada y fue organizada<br />

en un marco teórico. El área de estudio fue el Valle de San Quintín, Baja<br />

California (México), en donde se identificaron los componentes del<br />

agroturismo para incluirlos en un proyecto y establecer si el agroturismo<br />

es una oportunidad o desafío desde su gestión; por consiguiente, la información<br />

teórica y los datos de campo fueron contrastados para analizar los<br />

elementos clave que permiten la constitución de un proyecto que integre<br />

actividades predominantes y que son fundamentales en el desarrollo del<br />

agroturismo como oportunidad y desafío.<br />

El Valle de San Quintín es un poblado costero perteneciente al municipio<br />

de Ensenada en el estado de Baja California en México. Se localiza<br />

a 30° 33’ 37” latitud norte y a 115° 56’ 33” longitud oeste. Es la localidad<br />

pesquera más poblada del extremo sur del estado. Colinda al norte con<br />

el poblado de Camalú; al este, con el Piamonte de las cuencas de escurrimiento<br />

de los arroyos San Simón, Santo Domingo, Nueva York, La<br />

Figura 1<br />

Área de estudio: Valle de San Quintín<br />

Fuente: Espacio Libre México (2014).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

31<br />

Escopeta y El Socorro; al sur, con el Poblado Valle Tranquilo y al oeste<br />

con el Océano Pacífico (figura 1) (IMIP, 2007).<br />

San Quintín y Vicente Guerrero son los núcleos urbanos más importantes<br />

de la región conocida como Valle de San Quintín y junto con otras<br />

localidades se establecieron próximos a la Carretera Ensenada-La Paz, mejor<br />

conocida como Carretera Transpeninsular. Es una zona semidesértica y el<br />

tipo de clima es mediterráneo (Secretaría de Fomento Agropecuario, 2015).<br />

El Valle de San Quintín se caracteriza por la diversidad de recursos naturales:<br />

sobresalen <strong>vol</strong>canes, formaciones rocosas, bahías, sierras y paisajes<br />

agrícolas, así como recursos culturales como el Molino Viejo, el Antiguo<br />

Panteón Inglés, pinturas rupestres, gastronomía, tradiciones y costumbres.<br />

1. Marco teórico: turismo, oportunidad, desafío y componentes<br />

del agroturismo<br />

El turismo es una actividad económica y tiende a complementarse con<br />

sectores productivos. Es una oportunidad de fomentar y aprovechar actividades<br />

recreativas vinculadas con la cultura e historia en los sectores. La<br />

oportunidad es una acción positiva generadora de beneficios a mediano o<br />

largo plazos, logrando avances de corte social, económico o laboral (Muñoz<br />

Canales, 2010). La acción positiva se refiere al beneficio que genera la<br />

actividad planeada, en donde existe una correspondencia entre oportunidad<br />

y desafío. El desafío consiste en un conjunto de acontecimientos que<br />

permiten la posibilidad de lograr un aprendizaje o alcanzar resultados<br />

positivos, en donde el individuo establece el control de la relación sujetoentorno<br />

(Raimundi et al., 2014). Un ejemplo: los estrategas establecen<br />

directrices a fin de alcanzar resultados y modificar tendencias.<br />

Las actividades económicas derivadas del turismo en 2017 generaron<br />

21 mil millones de dólares en México (Hernández, 2018). Esto representa<br />

el desafío de diversificar servicios y productos. Los ofertantes analizan los<br />

constantes cambios en gustos y preferencias de los viajeros, así como<br />

aquellos que surgen a raíz de las innovaciones tecnológicas (Sectur, 2002).<br />

En otros términos, el turismo se enfoca en la satisfacción del visitante,<br />

considerando la diversidad de prácticas en destinos vacacionales. Como<br />

resultado se generan catálogos multifacéticos de servicios, productos y<br />

creación de espacios turísticos (Sancho, 1998). Sin embargo, se ha descuidado<br />

la convivencia armónica entre el visitante y el residente.<br />

Las preferencias y motivos de viajeros determinan el tipo de turismo.<br />

En general, existen dos clasificaciones en función del motivo del viaje<br />

(Ibáñez Pérez y Cabrera Villa, 2011). El primero es el turismo masivo, el<br />

turista visita principalmente las zonas de playa motivado por la relajación


32 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

y uso del tiempo libre de forma que pueda salir de la rutina. El segundo<br />

es el turismo alternativo, surge como una disyuntiva, se enfoca en la<br />

realización de actividades recreativas dentro del medio natural, minimizando<br />

impactos negativos de corte social, económico y ecológico. Dentro<br />

de éste surge el ecoturismo, turismo de aventura y el turismo rural, con<br />

sus distintas ramas (Ibáñez Pérez y Cabrera Villa, 2011; Sectur, 2004). El<br />

turismo rural enaltece la cultura de espacios rurales y se complementa con<br />

actividades económicas tradicionales y no necesariamente vincula a los<br />

visitantes con las actividades agropecuarias (Acereza, 2006; Ibáñez Pérez<br />

y Cabrera Villa, 2011). Sin embargo, existen confusiones a la hora de<br />

conceptualizar al turismo rural y agroturismo.<br />

El agroturismo ofrece un catálogo multifacético de actividades recreativas<br />

en contornos naturales de zonas rurales, generando ingresos adicionales<br />

para las personas que complementan el turismo con actividades<br />

agrícolas, pecuarias y acuícolas (Gómez et al., 2012). En espacios productivos<br />

se aprovechan instalaciones, tradiciones laborales, productos<br />

locales, paisajes rurales, costumbres, cultura y la utilización de servicios<br />

complementarios como hospedaje, alimentación y recreación contribuyendo<br />

a la permanencia de una economía (Blanco Murillo y Riveros<br />

Serrato, 2010). Por lo tanto, para promover el agroturismo se deben<br />

considerar los espacios productivos, inversiones, participación de la población<br />

local, atractivos naturales y culturales, así como servicios adicionales.<br />

Dichos componentes son evidenciados en la tabla 1:<br />

Tabla 1<br />

Casos de estudio del agroturismo<br />

Agroturismo<br />

Los agricultores de Las Alpujarras Altas, en el sureste español,<br />

vinculan sus actividades con el turismo, con el propósito de<br />

impulsar el agroturismo. Resulta ser una oportunidad el aumentar<br />

el número de visitantes generando mayores ingresos mediante<br />

la recreación y experiencias.<br />

El turismo rural y agroturismo ofrecen oportunidades en inducir<br />

la economía local y regional a fin de mejorar la calidad de<br />

vida en países en desarrollo.<br />

En el “Proyecto de agroturismo en la comarca de Terra de Lemos<br />

(Galicia)” se determinó que el agroturismo es una expresión<br />

económica y social. Los turistas tienen la oportunidad de participar<br />

en actividades agrícolas, interactuando con valores, costumbres<br />

y modo de vida de residentes. Además hay acceso a<br />

servicios adicionales como alojamiento y alimentación.<br />

Autores<br />

Sayadi y Calatrava<br />

(2001)<br />

Duque Brito (2008)<br />

Simón et al. (2011)


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

33<br />

Tabla 1 (continuación)<br />

Agroturismo<br />

En la zona de Yaracal, España, se estudió la viabilidad del agroturismo<br />

a partir de la evaluación de atractivos turísticos, sumando<br />

labores agrícolas con el objetivo de motivar inversiones públicas<br />

y privadas para su realización, así como fomentar interés para las<br />

pequeñas y medianas empresas de productores.<br />

En San Juan Chicomezúchi, Oaxaca, México, se realizó un<br />

diagnóstico para analizar la viabilidad del agroturismo basado<br />

en el desarrollo local considerando la dimensión económica,<br />

comunitaria, social y ambiental.<br />

Fuente: elaboración propia a partir de los autores citados.<br />

Autores<br />

Gómez et al. (2012)<br />

Gómez-Velázquez et<br />

al. (2015)<br />

El agroturismo surge con el fin de aprovechar el medio rural ocupado<br />

por una sociedad campesina que posee cultura, historia y recursos naturales<br />

(Ibáñez Pérez y Cabrera Villa, 2011). El turista tiene la opción de<br />

in<strong>vol</strong>ucrarse en actividades recreativas con una o varias de las fases de la<br />

producción agropecuaria, la agroindustria, artesanías y gastronomía (Blanco<br />

Murillo y Riveros Serrato, 2010; Duque Brito, 2008; Acereza, 2006). Los<br />

resultados son de carácter socioeconómico y es sustentado en investigaciones<br />

citadas en la figura 2.<br />

Figura 2<br />

El agroturismo como característica socioeconómica<br />

Fuente: elaboración propia a partir de los autores citados.


34 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Por su parte, Constabel et al. (2008) argumentan cinco razones principales<br />

en la gestión del agroturismo: valoración por parte de la población<br />

sobre el medio ambiente, insatisfacción por el turismo tradicional,<br />

aumento de la promoción de áreas rurales, mejoras en accesos a zonas<br />

rurales, diversidad de actividades alternativas ante la congestión del mundo<br />

urbano. El acceso a zonas rurales es parte de la conformación de la infraestructura<br />

turística. Sin embargo, se debe tener cuidado en respetar las vías<br />

tradicionales para conservar los paisajes pintorescos y preservar la diferencia<br />

entre la selva de concreto. La diversidad de actividades alternativas es<br />

una oportunidad de promocionar productos y servicios locales y el desafío<br />

de crear nuevos considerando el potencial de la zona.<br />

La palabra componente está formada de raíces latinas y significa “el que<br />

junto con otros elementos conforman un todo”. Se recuperó de la tabla 1,<br />

además de Ibáñez Pérez y Cabrera Villa (2011), Blanco Murillo y Riveros<br />

Serrato (2010), Duque Brito (2008), Acereza (2006) y Constabel et al.<br />

(2008) que el agroturismo (el todo) está conformado por elementos básicos<br />

para su funcionamiento y son: espacios productivos, postura de productores,<br />

inversionistas, población local, atractivos naturales y culturales,<br />

comunicaciones, transporte, infraestructura turística rústica, productos y<br />

servicios locales y gestión de nuevos servicios complementarios. La estrategia<br />

es identificar los componentes del agroturismo para incluirlos en un<br />

proyecto y se propone iniciar a partir de niveles, proporcionados por Phillip<br />

et al. (2010). Los niveles inician con la observación, admiración, conocimiento<br />

y desarrollo de actividades productivas de forma novedosa y<br />

Figura 3<br />

Niveles del agroturismo<br />

Fuente: elaboración propia a partir de Phillip et al. (2010).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

35<br />

organizada (figura 3) con el fin de establecer si el agroturismo es una oportunidad<br />

o desafío y a su vez conlleva a que sea un éxito desde su gestión.<br />

Investigaciones contemporáneas deben responder a necesidades actuales<br />

de la sociedad, es decir, deben proporcionar estrategias ante la incertidumbre<br />

de cambios en la dinámica de la economía nacional; por lo<br />

tanto, se propone en la presente investigación identificar los componentes<br />

del agroturismo para incluirlos en un proyecto y establecer si el agroturismo<br />

es una oportunidad o desafío desde su gestión en el Valle de San Quintín,<br />

Baja California, México.<br />

2. Metodología<br />

La investigación se desarrolló bajo el enfoque exploratorio (Hernández<br />

Sampieri et al., 2014), el cual permite la recolección de datos a partir de<br />

preguntas, mediante un método no experimental aplicado a situaciones<br />

ya existentes, cuyas variables no pueden ser manipuladas por el investigador.<br />

El instrumento de investigación utilizado fue un guion de entrevista,<br />

el cual consistió en seis preguntas abiertas, formuladas a partir de las<br />

actividades principales de los productores y la opinión sobre el turismo.<br />

El trabajo de campo se desarrolló durante los meses de febrero a junio<br />

de 2019 y consistió en cinco pasos. Primer paso: se utilizó un tipo de<br />

muestreo no probabilístico por conveniencia, se identificó por referencias<br />

a un integrante de la asociación de productores del Valle de San Quintín,<br />

conformado aproximadamente por 25 empresarios. Se asistió a una reunión<br />

plenaria. Se presentó el objetivo de la investigación. Estuvieron<br />

dispuestos a participar en la aplicación del guion de entrevista y aceptaron<br />

la visita 11 empresarios de un total de 25 en sus espacios productivos.<br />

Segundo paso: se programaron las visitas a los espacios productivos y se<br />

aplicó el guion. Tercer paso: se calculó el porcentaje de las respuestas<br />

similares, en comparación del 100% representada por los 11 empresarios.<br />

Cuarto paso: se desarrolló una prueba piloto para analizar previamente<br />

los desafíos y oportunidades hacia el desarrollo del agroturismo; por<br />

consiguiente, se visitó la zona urbana y cultivos, en donde se tomaron<br />

fotografías, se observó la dinámica laboral y el contexto, como bosquejo<br />

se identificó que el proyecto debe considerar las premisas de la figura 4.<br />

Quinto paso: se retomó la información de la tabla número 1, porque<br />

aborda componentes que conforman el agroturismo, así como los componentes<br />

que consignan Blanco Murillo y Riveros Serrato (2010), Ibáñez<br />

Pérez y Cabrera Villa (2011), Duque Brito (2008), Acereza (2006) y<br />

Constabel et al. (2008) y que son: espacios productivos, postura de los<br />

productores, inversiones, población local, comunicaciones, transporte e


36 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Figura 4<br />

Oportunidades y desafíos<br />

Fuente: elaboración propia por medio de trabajo de campo del año 2019.<br />

infraestructura, atractivos naturales y culturales, productos locales y gestión<br />

de nuevos servicios complementarios.<br />

Los espacios productivos, los atractivos naturales y culturales, comunicaciones,<br />

transporte e infraestructura, productos locales y gestión de<br />

nuevos servicios complementarios fueron identificados por medio de<br />

documentos oficiales con el propósito de maximizar recursos humanos y<br />

tiempo. La postura de los productores se recuperó por medio de la aplicación<br />

del guion de entrevista (segundo paso).<br />

3. Resultados<br />

3.1. Componente del agroturismo: espacios productivos del Valle de<br />

San Quintín<br />

El Valle de San Quintín se destaca por estar entre los primeros lugares a<br />

escala nacional en producción de hortalizas para exportación. Existen<br />

aproximadamente 20 ranchos agrícolas medianos y grandes. Cultivan<br />

productos agrícolas a campo abierto y en invernaderos, llevan a cabo actividades<br />

de empaque de productos hacia la distribución y comercialización.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

37<br />

Los principales cultivos son: tomate, pepino, calabaza, coliflor, brócoli y,<br />

en los últimos años, producen fresa. Su cercanía con la frontera de Estados<br />

Unidos y los costos de mano de obra son dos condiciones que hacen<br />

que las empresas agro-exportadoras del Valle de San Quintín sean altamente<br />

competitivas en el mercado mundial (Secretaría de Fomento<br />

Agropecuario, 2015).<br />

Fotografía 1<br />

Cultivos del Valle de San Quintín<br />

Fuente: fotografías del primer autor (2019).<br />

El estado se ha distinguido por su alto nivel de productividad y<br />

calidad. La práctica ganadera se concentra en la producción de leche,<br />

engorde de ganado en corrales y praderas inducidas. Sobresale la cría de<br />

ganados bovino, caprino y ovino. Practican la porcicultura y avicultura,<br />

apoyada en la disponibilidad regional de alimentos para el ganado. Gran<br />

parte de los productos pecuarios de la región de San Quintín son exportados<br />

hacia Estados Unidos, donde son sujetos a cambios inesperados<br />

por la oferta y demanda, así como barreras de diversa índole. Esto ha<br />

llevado a grandes pérdidas económicas y laborales (Secretaría de Fomento<br />

Agropecuario, 2015).<br />

Fotografía 2<br />

Actividades pecuarias del Valle de San Quintín<br />

Fuente: fotografías del primer autor (2019).<br />

El Valle de San Quintín se distingue también por la extracción y<br />

producción de especies de moluscos y crustáceos, como abulón, almeja<br />

pismo, ostión, pulpo, jaiba, langosta, dos especies de algas (Gigartina sp.<br />

y Gelidium sp.) y siete especies de peces. En el área conocida como Bahía<br />

Falsa existen áreas acreditadas por el Programa Mexicano de Sanidad de


38 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Fotografía 3<br />

Producción de ostión y otras especies del Valle de San Quintín<br />

Fuente: fotografías del primer autor (2019).<br />

Moluscos Bivalvos y la F.D.A. (Food and Drugs Administraction E.U.A),<br />

garantizando la calidad del producto y facilita la concurrencia comercial<br />

en mercados de Estados Unidos (Secretaría de Medio Ambiente, 2007).<br />

3.2. Componente del agroturismo: comunicaciones, transporte,<br />

infraestructura turística y atractivos naturales y culturales<br />

En el Valle de San Quintín los servicios de comunicación y transportes<br />

son escasos. Se tiene el servicio postal de correo y telégrafo. En cuanto a la<br />

vía de comunicación terrestre, cuenta con la carretera Federal número 1,<br />

conocida como la Transpeninsular Benito Juárez, que corre desde el<br />

extremo norte en Tijuana hasta Los Cabos, en Baja California Sur, y cruza<br />

la región de San Quintín (IMIP, 2007).<br />

Las áreas destinadas a las actividades y servicios turísticos ocupan 92.26<br />

hectáreas, conformada por predios del fraccionamiento Costa Brava,<br />

donde se han construido residencias para el turismo que proviene de los<br />

Estados Unidos. La incipiente actividad turística se ha visto limitada por<br />

la escasa o nula infraestructura y por las condiciones de deterioro que<br />

presenta la carpeta asfáltica de la Carretera Transpeninsular (IMIP, 2007).<br />

Sin embargo, el Valle de San Quintín se caracteriza por tener los siguientes<br />

elementos de infraestructura turística y han sido organizados como<br />

parte de la gestión de un producto agroturístico (figura 5).<br />

La infraestructura turística del Valle de San Quintín está conformada<br />

por 26 hoteles distribuidos desde Punta Colonet hasta El Rosario. En este<br />

mismo segmento se tienen reportados 21 restaurantes, cuatro de ellos con<br />

especialidad en mariscos. Existen áreas para realizar actividades acuáticas<br />

como surfeo en la Bahía Falsa. Se localizan cuatro balnearios, más de 10<br />

ranchos y áreas acondicionadas para casas rodantes (RV Park).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

39<br />

Figura 5<br />

Elementos de la gestión de un producto agroturístico<br />

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del IMIP (2007).<br />

3.3. Componente del agroturismo: opinión de los productores<br />

acuícolas, pecuarios y agricultores<br />

El 25% de los empresarios manifiesta no tener conocimiento del término<br />

agroturismo, mientras que el 34% mencionó haber escuchado el concepto.<br />

El 33% evidenció tener al menos un conocimiento básico, sin haber<br />

establecido ninguna relación con el agroturismo. El 8% restante indicó<br />

que desde hace algunos años ya se relacionan con el turismo, ofreciendo<br />

de manera indirecta prácticas de agroturismo a nivel de observación y<br />

recorridos por la granja (gráfica 1).<br />

Con respecto al criterio de conservar los recursos naturales del Valle<br />

se cuestionó sobre el agroturismo sostenible como una alternativa dentro<br />

de las empresas y ranchos. Las respuestas fueron las siguientes: el 92%<br />

consideró adecuada su implementación para la preservación de recursos<br />

naturales y generación de ingresos. El 8% no considera importante esta<br />

alternativa, porque no tiene interés en desarrollar actividades agroturísticas<br />

(gráfica 2).<br />

La vinculación de empresas, productores, instituciones e inversionistas<br />

suele ser un factor determinante en el éxito de ciertas actividades<br />

agroturísticas y la planeación de un producto agroturístico. El 75% está<br />

dispuesto a vincular su rancho con instituciones educativas o inversionistas<br />

locales para generar un producto agroturístico a partir de sus insumos<br />

(recursos y atractivos), con el propósito de aprovechar el equipamiento e


40 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Gráfica 1<br />

Exploración del agroturismo<br />

Fuente: elaboración propia a partir del cuestionario.<br />

Gráfica 2<br />

Agroturismo sostenible como alternativa para generar ingresos<br />

Fuente: elaboración propia a partir del cuestionario.<br />

infraestructura, imágenes y valores simbólicos, así como fomentar actividades<br />

recreativas e incrementar la eficiencia productiva de sus ranchos y<br />

el retorno de tasas de inversión. El 17% mencionó que el desarrollo de<br />

este tipo de proyecto requiere inversión y dada la situación social de la<br />

región no hay retorno de inversión. Finalmente, el 8% indicó no estar<br />

interesado, porque el agroturismo no es su principal fuente de ingresos,<br />

lo cual implica tiempo, dedicación y restaría importancia a sus actividades<br />

primordiales (gráfica 3).<br />

Se agrupó el porcentaje de productores y la respuesta con respecto a la<br />

limitación de gestionar el agroturismo dentro de los ranchos: el 8% tiene<br />

varias actividades productivas y no es una actividad prioritaria. El 17%<br />

aseveró que el proceso de producción no sostiene ninguna relación con el<br />

turismo. El 42% señaló la adecuación de instalaciones agroturísticas,


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

41<br />

Gráfica 3<br />

Vinculación entre ranchos, instituciones educativas e inversionistas<br />

locales para generar un producto agroturístico<br />

Fuente: elaboración propia a partir del cuestionario.<br />

Gráfica 4<br />

Limitaciones para promover el agroturismo<br />

Fuente: elaboración propia a partir del cuestionario.<br />

inversión y tiempo para atender a los turistas. El 33% no cuenta con el<br />

personal capacitado para atender a los turistas (gráfica 4).<br />

En relación con las principales oportunidades complementarias se<br />

observó que la actividad agroturística en los ranchos es viable porque el<br />

17% considera que genera más empleo e incrementa los ingresos a partir<br />

del desarrollo de actividades recreativas en los espacios productivos. El 25%<br />

considera la revalorización de productos locales, mientras que el 25% esperaría<br />

que la comunidad se dé a conocer por el tipo de actividades derivadas<br />

del agroturismo. El 33% considera la innovación en los procesos y<br />

productos locales como una estrategia económica (gráfica 5).<br />

Finalmente, se cuestionó sobre el interés personal en vincular sus<br />

actividades principales con el agroturismo. El 22% no mostró interés por


42 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Gráfica 5<br />

Oportunidades complementarias del agroturismo<br />

Fuente: elaboración propia a partir del cuestionario.<br />

relacionar sus actividades con el turismo, prefiere seguir con la actividad<br />

comercial. El 14% manifestó poco interés; sin embargo, está abierto a<br />

integrarse al desarrollo del agroturismo en favor de generar nuevos flujos<br />

económicos en la región. El 64% restante estaría dispuesto a complementar<br />

sus actividades productivas con el agroturismo, porque es una oportunidad<br />

de percibir beneficios económicos, sociales y culturales. Considera que es<br />

una actividad que genera oportunidades de empleos e ingresos (gráfica 6).<br />

Gráfica 6<br />

Complementación de actividades productivas con el agroturismo<br />

Fuente: elaboración propia a partir del cuestionario.<br />

3.4. Componente del agroturismo: productos locales y gestión<br />

de nuevos servicios complementarios<br />

Las actividades productivas del Valle de San Quintín ofrecen productos<br />

locales como son los acuícola (moluscos y crustáceos: abulón, almeja<br />

pismo, ostión, pulpo, jaiba, langosta, dos especies de algas y siete especies


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

43<br />

de peces), pecuario (leche, queso, carne) y agrícolas (tomate, pepino,<br />

calabaza, coliflor, brócoli, fresa, entre muchos otros). Además, el 33% de<br />

los productores ha aceptado la inclusión de actividades agroturísticas<br />

dentro de las unidades de producción, para esto considera implementar la<br />

innovación dentro de los procesos de producción para el arraigo de productos<br />

locales y nuevos servicios. En pro de lo anterior, el 75% de los<br />

productores solicitó un vínculo con la academia para organizar actividades<br />

turísticas existentes más actividades agroturísticas. En respuesta, se presentó<br />

un bosquejo de dichas actividades que considera las predominantes para<br />

gestionar nuevos servicios complementarios (figuras 7 y 8) y fueron retroalimentadas<br />

por los productores. A su vez, el 25% de productores sostiene<br />

la revalorización de productos locales y el retorno de inversión, porque el<br />

17% considera más empleos e incremento de ingresos a partir del desarrollo<br />

de actividades recreativas en los espacios productivos.<br />

4. Discusión<br />

El agroturismo incluye actividades recreativas dentro de granjas, cultivos<br />

a cielo abierto y criaderos de ostiones (figura 8) y brinda oportunidades<br />

para complementarse con actividades de índole gastronómico, visitas a<br />

talleres artesanales, senderismo, cabalgatas, ciclismo, talleres de productos<br />

medicinales orgánicos, actividades ecoturísticas y camping. Dichas actividades<br />

se distinguen por ser multifacéticas y complementarias; por consecuencia,<br />

los servicios turísticos son diversos y son incluyentes entre sí<br />

(Peñalver Torres, 1998; Casillas Bueno et al., 1995).<br />

La postura de los productores evidencia que la gestión del agroturismo<br />

en el Valle de San Quintín está vinculado principalmente por el aumento<br />

de la promoción de áreas rurales, debido a que el 25% de los productores<br />

espera que la comunidad se dé a conocer por el tipo de actividades derivadas<br />

del agroturismo, mejoras en los accesos a zonas rurales, a causa de<br />

que el IMIP (2007) menciona la escasa infraestructura y deterioro de la<br />

carpeta asfáltica de la carretera transpeninsular, y la diversidad de actividades<br />

alternativas ante la congestión del mundo urbano, en virtud de que<br />

el 33% considera la innovación en los procesos y productos locales como<br />

una estrategia económica y por deducción la creación de actividades<br />

multifacéticas (Constabel et al., 2008). Además, son una oportunidad,<br />

por la cercanía a núcleos urbanos como Tijuana. La diversidad de actividades<br />

recreativas debe respetar el medio natural y cultural. Posteriormente,<br />

la promoción de zonas rurales del Valle de San Quintín aprovechando los<br />

recursos del agro no sólo como materia prima para la industria sino como<br />

factor de atracción del agroturismo (Vogel et al., 2004). En consecuencia,


44 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

el agroturismo es una actividad socioeconómica que articula actividades<br />

recreativas con la cultura, historia, recursos naturales y actividades productivas<br />

propias de la población residente; luego, el visitante tiene la<br />

opción de in<strong>vol</strong>ucrarse en actividades recreativas dentro de los procesos<br />

productivos de establecimientos agropecuarios, agroindustriales, artesanales<br />

y gastronómicos (Blanco Murillo y Riveros Serrato, 2010; Duque<br />

Brito, 2008; Acereza, 2006).<br />

El agroturismo no es una actividad ajena en el Valle de San Quintín,<br />

porque el 8% de los productores ya ha interactuado con el turista, por<br />

medio de recorridos en las granjas. Al mismo tiempo, ofrece degustación<br />

y venta de productos artesanales como el ‘pajarete’, bebida tradicional.<br />

Este fenómeno social in<strong>vol</strong>ucra al turista en actividades propias del lugar<br />

y revalorización del contexto (Duque Brito, 2008; Constabel et al., 2008;<br />

Acereza, 2006).<br />

La implementación del agroturismo es considerada como una alternativa<br />

generadora de beneficios económicos hacia la población local,<br />

porque el 92% de productores mencionó que el agroturismo es una<br />

oportunidad para maximizar sus labores principales. De éstos, el 64%<br />

evidenció interés en identificar las oportunidades económicas vinculadas<br />

con el agroturismo. La disponibilidad de los productores conlleva a<br />

fomentar el desarrollo comunitario al integrar las principales actividades<br />

agropecuarias y acuícolas en pro del crecimiento agroturístico planificado<br />

dentro del Valle de San Quintín (Gómez-Velázquez et al., 2015; Simón<br />

et al., 2011; Duque Brito, 2008; Acereza, 2006; Sectur, 2004).<br />

Las asociaciones entre prestadores de servicios, comunidad local,<br />

instancias públicas y privadas conforman la base fundamental de la oferta<br />

de servicios de calidad y promoción de los procesos artesanales (Gómez<br />

et al., 2012; Szmulewicz Espinosa et al., 2012). Como ya se ha mencionado,<br />

el 75% de los empresarios afirmó estar interesado en vincularse con<br />

instituciones para generar algún producto agroturístico, siempre y cuando<br />

haya un retorno de inversión.<br />

El desarrollo del turismo, en cualquier área geográfica, modifica<br />

aspectos sociales, ambientales y económicos (Del Valle Pérez, 2017). Por<br />

consiguiente, se debe trabajar en prevenir la problemática cultural, socioambiental<br />

y la pobreza. Por una parte, es importante consensuar acciones<br />

positivas como lineamientos ecológicos (por la norma de sanidad que<br />

deben mantener las empresas del Valle de San Quintín) y culturales<br />

(protección del proceso de elaboración de productos tradicionales propios,<br />

como el pajarete) hacia los turistas en conjunción con los dueños<br />

de los ranchos. Por otra parte, hay que trabajar la estrategia de la disponibilidad<br />

de infraestructura turística, debido a que el 42% mencionó


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

45<br />

que la desprovista inversión y la ausencia de adecuadas instalaciones<br />

limitan el desarrollo del agroturismo (Constabel et al., 2008).<br />

El agroturismo es una actividad socioeconómica, por la comercialización<br />

de servicios y productos. Estos existen a partir del aprovechamiento<br />

y conservación de los recursos naturales, culturales y actividades productivas<br />

disponibles en áreas rurales (Sancho, 1998). El 25% de los productores<br />

está dispuesto a dar a conocer sus actividades relacionadas con el agroturismo,<br />

por la relevancia económica entre actividades productivas y recreativas,<br />

las cuales generan ingresos y fomentan la identidad de la comunidad<br />

(figura 6). Además, el 38% está interesado en la innovación de quesos<br />

frescos típicos de la región para atraer más visitantes a sus ranchos. Sin<br />

embargo, se deben preservar las tradiciones y el patrimonio cultural porque<br />

son básicas en el desarrollo local y regional (Duque Brito, 2008).<br />

Quesos típicos, mariscos, vino y frutos rojos son un legado cultural del Valle<br />

de San Quintín, en donde están presentes la salud y el buen comer.<br />

Figura 6<br />

Dinámica del agroturismo en los entornos productivos<br />

Fuente: elaboración propia a partir de la revisión bibliográfica.<br />

Las actividades agropecuarias del Valle de San Quintín cumplen con<br />

el régimen de sanidad en las instalaciones y en los productos para adquirir<br />

las certificaciones en inocuidad alimentaria, como requisito de exportación<br />

(DOF, 2009). Por lo tanto, se debe trabajar en el diseño de<br />

lineamientos ecológicos a visitantes para ejercer normas de sanidad en


46 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

huertos familiares, donde se puedan mostrar los procesos de producción.<br />

Este tipo de empresas puede brindar fácilmente a los turistas servicios<br />

guiados, dentro de sus cultivos y granjas, lo cual permitiría la realización de<br />

labores ajenas a la producción en áreas pecuarias, agrícolas y acuícolas del<br />

Valle de San Quintín (Escobedo Garrido, 2014).<br />

4.1. Oportunidades<br />

Los productores están interesados en aprovechar oportunidades; a la par,<br />

deben enfrentar desafíos. La oportunidad se encargaría de realizar acciones<br />

positivas con el fin de generar beneficios adicionales y el desafío<br />

establece estrategias para asumir situaciones adversas o limitaciones. Un<br />

punto a favor es el potencial de los productos locales y la capacidad de<br />

crear nuevos servicios de agroturismo. La acuicultura del Valle de San<br />

Quintín se distingue por la producción de ostiones, gastronomía y elaboración<br />

de artesanías con el material desechado del ostión. Adicionalmente<br />

se pueden promocionar productos locales y actividades recreativas<br />

relacionadas con la pesca deportiva y observación de especies marinas,<br />

atractivos naturales y culturales de la región (Peñalver Torres, 1998; Casillas<br />

Bueno et al., 1995).<br />

La acuicultura del Valle de San Quintín es una oportunidad para las<br />

personas del sector, ya que es una ventana de desafíos desde la organización<br />

a bordo de embarcaciones pesqueras, para la programación en el acompañar<br />

a la tripulación durante una jornada completa de pesca, dirigida<br />

por profesionales mediante contraprestación económica y lineamientos,<br />

a fin de agregar valor y difundir el trabajo en el medio marino para promocionar<br />

y conservar los recursos marinos ligados a la vida laboral de los<br />

pescadores y promoción del pescado, permitiendo al turista conocer el<br />

sistema de pesca, funcionamiento de radares, fases del calado del arte y la<br />

clasificación del pescado (Moreno Muñoz, 2018; Herrera-Racionero et<br />

al., 2018). Adicionalmente, se está en contacto con el ecosistema marino,<br />

lleno de sugerencias y matices, como es la observación del lobo marino,<br />

la ballena gris, el resto de fauna marina, así como el desarrollo de pesca<br />

deportiva, buceo y otras actividades recreativas ligadas al ecosistema<br />

marino. La cultura del mar es fundamental por el contacto con la gente<br />

y su vocabulario propio, un conjunto de intensas manifestaciones festivas<br />

asociadas con el mar como marco inspirador, rodeado de museos, centros<br />

de interpretación, gastronomía, mo<strong>num</strong>entos, artesanía, lonjas de pescado,<br />

la localización de sistemas y artes tradicionales de pesca y la práctica de la<br />

cría del ostión (Moreno Muñoz, 2018). Es un entorno que atrae al visitante<br />

a experimentar la vida junto al mar y sus bondades.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

47<br />

4.2. Desafíos<br />

El desafío consiste en un conjunto de acontecimientos que permiten la<br />

posibilidad de lograr un aprendizaje o alcanzar resultados positivos, en<br />

donde los productores y estrategas establecen el control de la relación<br />

sujeto-entorno (Raimundi et al., 2014). En el Valle de San Quintín las<br />

actividades productivas atraen mano de obra de diferentes zonas rurales<br />

del país (IMIP, 2007). Esto ha generado la creación de nuevos asentamientos<br />

humanos sin servicios públicos, ocasionando contaminación<br />

ambiental y una imagen rural no deseada. Algunas empresas han construido<br />

cuarterías o conjunto de habitaciones que permiten alojar a<br />

familias de jornaleros agrícolas, en un solo cuarto, cuyas carencias se<br />

reflejan en el hacinamiento y servicios insuficientes. Por ello, es necesario<br />

que los productores oferten viviendas dignas para jornaleros en el Valle<br />

de San Quintín con el apoyo del gobierno municipal. En este sentido,<br />

la configuración del entorno-sujeto debe estar planificado por los productores<br />

que estén interesados en complementar actividades productivas<br />

con el agroturismo.<br />

4.3. Propuestas a partir de los componentes del agroturismo,<br />

oportunidades y desafíos<br />

En el Valle de San Quintín predominan actividades agrícolas, pecuarias<br />

y acuícolas. Estas actividades perfilan el emprendimiento a nuevas actividades<br />

complementarias vinculadas al agroturismo, ya que se revalorizan<br />

los productos locales, como los derivados de la ganadería, entre los cuales<br />

destaca la elaboración de quesos, requesones, yogurt, crema, pajarete y<br />

otras bebidas a base de leche (Riveros Serrato y Blanco Murillo, 2003).<br />

Además, a partir del potencial que tiene el Valle, abordados en los puntos<br />

3.1., 3.2., 3.3. y 3.4. se proponen las cinco fases del agroturismo retomados<br />

de Phillip et al. (2010) en la figura 7.<br />

No cabe duda de que este tipo de turismo es una ventana de oportunidades/desafíos<br />

para consolidar productos y servicios agroturísticos de<br />

acuerdo con las actividades predominantes del Valle de San Quintín. Las<br />

empresas de gran escala manifestaron falta de interés en participar con el<br />

proyecto del agroturismo por las normas de sanidad que deben respetar.<br />

Por su parte, las empresas de menor escala, principalmente las de giro<br />

ganadero, consideran al agroturismo como una alternativa a sus actividades<br />

productivas. Por otro lado, es necesario que la población esté capacitada<br />

para prestar el servicio turístico relacionado con sus actividades productivas,<br />

así como una adecuada planificación del sistema agroproductivo.


48 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

Figura 7<br />

Propuesta de agroturístico en cinco niveles<br />

Fuente: elaboración propia a partir de Phillip et al. (2010).<br />

Es importante trabajar en la imagen urbana del Valle de San Quintín,<br />

ya que ésta influye de forma directa en la toma de decisiones y, por consiguiente,<br />

en el éxito del desarrollo turístico del lugar. Por ejemplo, con<br />

la colocación de señalización de los recursos turísticos, con el propósito<br />

de orientar a los visitantes y proporcionar un ambiente seguro para los<br />

viajeros, así como la coordinación entre los productores para la promoción<br />

y prestación de las diferentes actividades potenciales que posee la<br />

región (figura 8).<br />

Estas actividades fueron trabajadas junto con los 11 empresarios,<br />

algunas de ellas ya se realizan dentro de las granjas como parte de la acción<br />

positiva generadora de beneficios a mediano o largo plazos, para emprender<br />

avances de corte social, económico y laboral (Muñoz Canales, 2010).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

49<br />

Figura 8<br />

Actividades del agroturismo que se proponen<br />

para el Valle de San Quintín<br />

Fuente: elaboración propia.<br />

Conclusiones<br />

Se identificaron los siguientes componentes del agroturismo: espacios<br />

productivos del sector primario, la presencia de comunicaciones, transporte,<br />

infraestructura turística, la apreciación de los productores del sector primario<br />

en torno al desarrollo de las actividades del agroturismo en los<br />

espacios laborables, en donde el 25% espera que el agroturismo permita<br />

agregar valor a los productos locales, otro 25% anhela que la comunidad<br />

se dé a conocer por el tipo de actividades derivadas del agroturismo y el<br />

33% considera trabajar en la innovación en los procesos de producción<br />

para el arraigo de productos locales y nuevos servicios. Posteriormente,<br />

los componentes del agroturismo fueron la base para realizar una propuesta<br />

siguiendo la metodología de niveles presentada por Phillip et al. (2010),<br />

iniciando con la observación, admiración, conocimiento y desarrollo de<br />

actividades productivas de forma novedosa y organizada. Además, los


50 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

componentes del agroturismo permitieron, por un lado, establecer que<br />

el agroturismo es una oportunidad y su función es plantear acciones<br />

positivas, como las que se proponen en las figuras 7 y 8, a fin de generar<br />

beneficios adicionales, dado que el 64% de los productores entrevistados<br />

mostró interés en complementar sus actividades productivas con prácticas<br />

agroturísticas. Por otro lado, el agroturismo es un desafío y consiste en<br />

establecer estrategias a situaciones adversas; como plan “B”, por ejemplo,<br />

ante la incertidumbre comercial, en virtud de que gran parte de productos<br />

agropecuarios del Valle de San Quintín es exportada hacia Estados<br />

Unidos, donde es sujeta a cambios inesperados por la oferta y demanda,<br />

así como barreras de diversa índole, esto ha llevado a grandes pérdidas<br />

económicas y laborales. Luego el agroturismo funcionaría como estrategia<br />

adyacente para promocionar actividades complementarias y amortiguar<br />

en un 1% el declive de la producción. Por último, el Valle de San Quintín<br />

tiene vocación propia para fomentar el agroturismo a partir de recursos<br />

naturales, actividades productivas y la participación de productores<br />

de las diferentes ramas de los sectores económicos. Los productores<br />

esperan la promoción del Valle de San Quintín a partir de la revalorización<br />

de productos locales.<br />

Anexo<br />

Guion de entrevista<br />

Objetivo: Analizar la situación actual y potencial en cuanto al punto<br />

de vista de los empresarios (agropecuarios y acuícolas) hacia la<br />

implementación del agroturismo como una actividad complementaria<br />

en el Valle de San Quintín.<br />

Fecha:<br />

1. ¿Usted ha oído hablar sobre agroturismo?<br />

2. ¿Considera que el agroturismo sostenible (ecológico) podría ser<br />

una alternativa para incrementar ingresos en las empresas<br />

agropecuarias?<br />

3. ¿Usted está dispuesto en vincular sus actividades productivas con<br />

instituciones educativas (por ejemplo, UABC) e inversionistas locales<br />

para generar un producto agroturístico en su rancho?<br />

4, ¿Cuáles son las limitaciones a superar para promover el agroturismo<br />

en su rancho?<br />

5. ¿Qué oportunidades complementarias considera que generaría el<br />

impulso de la actividad agroturística dentro de su rancho?<br />

6. ¿Usted está dispuesta(o) en complementar sus actividades<br />

económicas con el agroturismo?


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 26-56<br />

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,<br />

15 de marzo de 2019.<br />

Recibido: 21 de febrero de 2020.<br />

Reenviado: 15 de julio de 2020.<br />

Aceptado: 16 de octubre de 2020.<br />

Karla Cecilia Jaimes Maruri. Pasante de la licenciatura en Turismo del<br />

Centro Universitario Temascaltepec de la Universidad Autónoma del Estado<br />

de México.<br />

Luis Alberto Morales Zamorano. Es doctor en Ciencias Administrativas<br />

por el Instituto Politécnico Nacional, México. Actualmente es profesor<br />

investigador de tiempo completo en la Facultad de Ingeniería y<br />

Negocios, San Quintín, de la Universidad Autónoma de Baja California.<br />

Su línea de investigación actual es agroturismo y competitividad de<br />

empresas agrícolas. Su más reciente publicación es, como coautor: Productividad<br />

en las empresas y su competitividad en los mercados, un enfoque<br />

a micro y pequeñas empresas, Ciudad de México, Pearson/Universidad<br />

Autónoma de Baja California (2019).<br />

Xochitl Jasso-Arriaga. Es doctora en Ciencias Agropecuarias y Recursos<br />

Naturales por la Universidad Autónoma del Estado de México. Actualmente<br />

es profesora-investigadora del Centro Universitario UAEM Temascaltepec.<br />

Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Sus líneas de<br />

investigación actuales son: planeación territorial, etnoecología y agrobiodiversidad.<br />

Entre sus más recientes publicaciones destacan, como autora:<br />

“Principio de conservación: coexistencia entre diversidad de especies comestibles<br />

y conocimiento tradicional”, Polibotánica, núm. 47, Ciudad de<br />

México, Instituto Politécnico Nacional, Escuela Nacional de Ciencias<br />

Biológicas, pp. 179-199 (2019); como coautora: “Más allá de la comercialización<br />

de hongos comestibles silvestres en la comunidad de San Antonio<br />

Acahualco, México”, Agro Productividad, 12 (5), Texcoco, El Colegio de<br />

Postgraduados en Ciencias Agrícolas, pp. 9-16 (2019) y “Análisis y perspectivas<br />

para gestionar el turismo biocultural: una opción para conservar


56 K. C. Jaimes Maruri et al.: Agroturismo: ¿oportunidad y desafío para el Valle de San Quintín...<br />

el ecosistema forestal de Temascaltepec”, Madera y Bosques, 24 (1), Xalapa,<br />

Instituto de Ecología, A.C., pp. 1-14 (2018).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211678<br />

La apropiación y el uso del espacio<br />

público urbano. Los comunes en<br />

el parque urbano<br />

57<br />

Appropriation types and use of<br />

the urban public space. The commons<br />

in the urban park<br />

Gloria Jovita Guadarrama Sánchez*<br />

Pamela Monserrat Pichardo Martínez**<br />

Abstract<br />

Public spaces in cities are important for inhabitants’ wellbeing and quality of life;<br />

these are perceived as social goods for the people who share and use them. This text<br />

argues that public spaces are collective goods and social constructions in constant<br />

reconfiguration. It analytically shows the forms of appropriation over time and<br />

governance agreements into the theoretical framework of commons theory with a<br />

qualitative focus applied to The Simon Bolivar Park of Toluca City, Mexico. The<br />

analysis contributes to the understanding of the complexity of public spaces, goods,<br />

and social relations shared between the actors in<strong>vol</strong>ved.<br />

Keywords: public spaces, commons, women in public space, urban parks, property<br />

rights<br />

Resumen<br />

Los espacios públicos en las ciudades son importantes para la calidad de vida de<br />

sus habitantes y son percibidos como bienes sociales. En este texto se argumenta<br />

que son bienes de propiedad colectiva y construcciones sociales en constante<br />

reconfiguración. Analíticamente se explican las formas de apropiación en el<br />

tiempo y los acuerdos para su gobernanza en el marco teórico de los bienes<br />

comunes, con un enfoque cualitativo aplicado al caso del Parque “Simón Bolívar”<br />

de la ciudad de Toluca, México. El análisis abona a la comprensión de la complejidad<br />

del espacio público y las relaciones entre los actores que lo comparten.<br />

Palabras clave: espacios públicos, bienes comunes, mujeres y espacio público,<br />

parques urbanos, derechos de propiedad.<br />

* El Colegio Mexiquense, A.C., correo-e: gguadarr@cmq.edu.mx<br />

** Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México,<br />

correo-e: monserrat.pichardo@gmail.com


58 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

Introducción<br />

La ciudad se conforma por múltiples sistemas que la producen y la reproducen,<br />

entre ellos ocupan un lugar importante los espacios públicos (plazas,<br />

calles, parques, jardines, centros recreativos, culturales o deportivos, áreas<br />

compartidas con función social o cívica), 1 que más allá de su forma física<br />

o su estructura material están constituidos por las interacciones de sus<br />

habitantes con su territorialidad así como por las relaciones sociales que<br />

en ellos tienen lugar. 2 Socialmente el espacio público tiene una gran importancia<br />

al ser el lugar donde sucede la vida pública y por ser símbolo<br />

dentro del territorio. También por su centralidad y multifuncionalidad,<br />

porque los grupos sociales se integran y excluyen en él; así como por<br />

constituir un ámbito para la generación de ciudadanía, de construcción<br />

de identidad y sentido de pertenencia. Los actores sociales se reconocen<br />

en el espacio público, se visibilizan y se lo apropian a pesar de las desavenencias<br />

que surgen entre los grupos que coexisten en él. Su apropiación<br />

dota a estos espacios de sentido social, trasciende el tiempo y el territorio.<br />

El espacio público como objeto de estudio entraña una profunda exigencia<br />

reflexiva; este texto aborda las formas en las que el espacio público<br />

es apropiado como un bien común en una dimensión de temporalidad y<br />

la reconfiguración de las formas de apropiación determinadas por el uso<br />

que las personas hacen de él. Para ese propósito se examina el caso del<br />

Parque “Simón Bolívar” en Toluca, Estado de México, con especial atención<br />

a las reglas informales que lo convierten en un bien común, los<br />

grupos que lo comparten y los derechos de apropiación que ejercen. El<br />

análisis se organiza en el marco de la teoría de los bienes comunes de Elinor<br />

Ostrom (2011) y de su aplicación al estudio de los espacios públicos. Si<br />

bien Ostrom no aplicó sus ideas sobre los bienes de propiedad colectiva<br />

y los recursos de uso común a los espacios públicos, el marco de su teoría<br />

ha sido extendido a este campo de conocimiento por sociólogos, urbanistas<br />

y analistas de políticas públicas, entre ellos: Subirats (2016), Amin<br />

(2009), Castro Coma y Martí Costa (2016) y Vergara Vidal (2012).<br />

1<br />

En las ciudades se asumen como espacios públicos las plazas, parques y calles, así como otros<br />

elementos llamados de infraestructura abierta, como instalaciones deportivas y de recreación al aire<br />

libre, los cuales además de ser transitables públicamente, aportan condiciones para mejorar la calidad<br />

de vida en la ciudad (Martínez Valdés et al., 2020). En una visión más amplia, el concepto se extiende<br />

a los espacios con funciones de expresión y formación política, cívica o cultural y de respuesta social,<br />

al margen del tipo de propiedad. Asimismo, se consideran todas las arenas comunes de la vida social<br />

que no son privadas, las cuales no siempre están circunscritas a espacios físicos (De Magalhâes, 2010;<br />

Amin, 2009).<br />

2<br />

La territorialidad es entendida como una dimensión espacial de los actores que incluye los<br />

valores que éstos atribuyen a un territorio. En términos de Monnet (2010), “un sistema de valores<br />

atribuidos a un territorio”.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

59<br />

Metodológicamente la aproximación se estructura como una mirada<br />

etnográfica-social sustentada en la observación directa de las formas de<br />

apropiación del espacio y de sus usuarios, articulada con entrevistas<br />

semiestructuradas para la obtención de la información por sector, grupo<br />

y usuario individual. El uso del espacio en su dimensión de temporalidad<br />

se establece mediante el trazo de secuencias de ocupación que se integran<br />

al trazo de perfiles sociodemográficos de los actores, la caracterización de<br />

los bienes y de los derechos de propiedad que son ejercidos. La visión<br />

sobre el uso y la comunalización temporal del espacio se complementa<br />

con información documental de normas y reglamentos, así como con<br />

registros históricos de la adscripción y gestión del espacio seleccionado;<br />

el análisis integra factores contextuales asociados a las transformaciones<br />

socio-económicas del país.<br />

La exposición se ordena en cuatro apartados: el primero presenta la<br />

aproximación a la noción de espacio público y la discusión teórica sobre<br />

las posibilidades de considerarlo un bien común. El segundo analiza el<br />

caso particular del parque urbano “Simón Bolívar” de la ciudad de Toluca<br />

en sus dimensiones de uso temporal, derechos de propiedad y formas de<br />

apropiación. El tercero aborda las particularidades del grupo de mujeres<br />

que lo usan como espacio para actividades económicas de comercio informal.<br />

El cuarto apartado aporta las conclusiones del estudio.<br />

1. El espacio público y la propuesta de los bienes comunes<br />

En las últimas décadas se han incrementado las investigaciones que abordan<br />

al espacio público como concepto nuclear en distintas áreas del conocimiento.<br />

De acuerdo con Lefebvre (2013: 24), se fragmenta en objetos<br />

de estudio con sus propios métodos de acuerdo con la ciencia que de él<br />

se ocupa.<br />

En este artículo se hace un acercamiento al espacio público bajo la concepción<br />

de que es la unión de dos vertientes: la primera se refiere al<br />

conjunto de relaciones sociales, simbólicas y de territorialidad que configuran<br />

el ámbito legítimo del conflicto político. La segunda corresponde<br />

a la visión del espacio público visto en términos físicos, espaciales, tangibles<br />

y estructurales:<br />

Esto significa que el espacio público no se agota ni está asociado únicamente<br />

a lo físico-espacial (plaza o parque), sea de una unidad (un parque) o de un<br />

sistema de espacios (trama urbana). Es, más bien, un ámbito contenedor de<br />

la conflictividad social que tiene distintas posiciones, según la coyuntura y<br />

la ciudad que se trate (Carrión, 2016: 18).


60 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

Desde ese ángulo integrador, el espacio público es visto como un<br />

generador de bienes económicos, recreativos, relacionales, sociales, de<br />

pertenencia, susceptibles de ser apropiados. La consideración del mismo<br />

como bienes comunes alude al conjunto de recursos naturales, infraestructura,<br />

formas de uso, apropiación y control que son compartidos por<br />

quienes lo disfrutan y gobiernan.<br />

La visión de Ostrom (2014) sobre los bienes comunes 3 permite profundizar<br />

el análisis de las relaciones sociales que surgen en los espacios<br />

públicos de acuerdo con las características de la apropiación que los<br />

usuarios hacen de ellos, mediante las nociones de regímenes de propiedad<br />

y derechos de propiedad (Ostrom, 2014). Los regímenes de propiedad refieren<br />

al tipo de sujeto titular de la propiedad o a quienes son los titulares de los<br />

derechos sobre los bienes. Ostrom reconoce cuatro tipos de régimen, a<br />

saber: 1) Régimen de acceso abierto: el acceso a los bienes está abierto para<br />

cualquier individuo; 2) Régimen de propiedad pública: es el gobierno<br />

(federal, estatal, municipal) el dueño de los bienes y puede establecer<br />

reglas de uso y cuidado; 3) Régimen de propiedad colectiva: son bienes que<br />

se poseen colectivamente; 4) Régimen de propiedad privada individual: el<br />

titular es una persona que decide cómo utilizar y proteger los bienes<br />

(Merino Pérez, 2019).<br />

Schlager y Ostrom (1992) conceptualizan los derechos de propiedad<br />

como sistemas en los que los derechos son acumulables y marcan límites<br />

al acceso, uso y decisión que se puede hacer sobre un bien, conformando<br />

racimos de derechos. Son las “relaciones sociales alrededor de los<br />

bienes y remiten a las capacidades de reclamar el respaldo de un determinado<br />

colectivo en la demanda que se hace respecto a un bien” (Merino<br />

Pérez, 2014: 91). Pueden estar en manos distintas al titular de la propiedad,<br />

es decir, que alguien tenga derecho no lo convierte en el poseedor<br />

de la propiedad.<br />

Ostrom (2014: 31) considera seis derechos de propiedad que se<br />

encuentran divididos en dos grandes tipos: los derechos de uso, dentro de<br />

los cuales están: 1) Acceso: derecho a entrar a una propiedad específica<br />

(puede ser sólo durante un periodo determinado); 2) Extracción: derecho<br />

de extraer productos específicos de un bien; 3) Explotación comercial:<br />

derecho de vender. Asimismo, los derechos de control, entre los que considera:<br />

4) Manejo: derecho a transformar el bien y regular patrones internos<br />

de uso; 5) Exclusión: derecho a decidir quiénes tienen derechos de<br />

3<br />

Ostrom no aplicó sus ideas sobre los bienes de propiedad colectiva y los recursos de uso común<br />

a los espacios públicos, pero el marco de su teoría ha sido extendido a este campo de conocimiento<br />

por sociólogos, urbanistas y analistas de políticas públicas.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

61<br />

acceso, uso o manejo del bien; 6) Alienación: el derecho a rentar, vender<br />

o hipotecar un bien.<br />

La percepción que los actores sociales tienen de sus derechos (de propiedad)<br />

se vincula con los tipos de uso que hacen de cada espacio público.<br />

Los diferentes usos de un mismo espacio pueden determinar tipos de<br />

bienes distintos, dependiendo el momento en que se apropie y de quién se<br />

lo apropie. Para Ostrom (2014) existen cuatro tipos de bienes: bienes<br />

públicos, bienes de uso común, bienes tarifa, bienes privados; su clasificación<br />

responde a dos condiciones: a) La capacidad de exclusión: posibilidad<br />

de excluir a usuarios potenciales del uso de un bien; b) Nivel de<br />

sustractabilidad: se refiere a la medida en que el uso actual que realiza un<br />

grupo o una persona afecta el uso potencial que lleven a cabo otros usuarios.<br />

Si el uso afecta la disponibilidad del bien eso lo vuelve de alta sustractabilidad<br />

(Merino Pérez, 2019). En ese sentido, aunque no es el único<br />

factor, como lo sostiene Vergara Vidal (2012), es el uso que se hace del<br />

espacio lo que determina su carácter.<br />

Así, cuando se habla de momento en este texto se considera que el<br />

espacio público cumple distintas funciones (Fonseca Rodríguez, 2015) que<br />

se transforman a lo largo del día, la semana, el mes y el año como consecuencia<br />

de la interacción social cotidiana y de la diversificación de actividades<br />

de los sujetos que coinciden en él. Es decir, se reconfigura a partir del<br />

uso que de él se hace y de quién lo hace, en una dimensión de temporalidad.<br />

Es el uso, de nueva cuenta, lo que lo convierte en un bien común.<br />

Respecto a los tipos de bienes, Subirats (2016: 78) afirma que debido<br />

a las transformaciones que han traído consigo los nuevos funcionamientos<br />

de la economía global y neoliberal se ha hecho una reconfiguración<br />

de los mismos, pues en un principio los fundamentos de rivalidad y<br />

exclusión permitían la clasificación casi perfecta de los bienes en públicos,<br />

privados, club y comunes. Sin embargo, ahora hay dos procesos que<br />

suceden en paralelo y que modifican esta propuesta. A saber:<br />

Por un lado, el cambio tecnológico ha aumentado la exclusividad en ciertos<br />

bienes que eran considerados de exclusividad difícil (pago por acceso a<br />

ciertos servicios-bienes, o pago por mejores prestaciones). Por otro lado, la<br />

escasez (real o generada) de ciertos bienes que eran considerados no rivales<br />

(agua, suelo, tiempo, etc.) han generado una mayor presencia de rivalidad<br />

de uso.<br />

Pero, de manera aparentemente contradictoria, la tecnología ha hecho asimismo<br />

que ciertos bienes que eran rivales (conocimiento, cultura, arte, etc.),<br />

ahora puedan dejar de serlo, al no ser tan importante la propiedad de los<br />

mismos (tener físicamente el libro o el cd) como poder acceder a ellos. Lo<br />

que parece evidente es que el desarrollo tecnológico y la real o aparente


62 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

escasez de un recurso (mezclando variables como costo marginal de acceso<br />

y facilidad de exclusión) pueden modificar y han modificado un escenario<br />

antes más estable. Y ello puede situar a los bienes comunes en una nueva<br />

centralidad (Subirats, 2016: 78).<br />

En cuanto al espacio público, Subirats se refiere a lo público: a) como<br />

aquello que corresponde a lo estatal o b) como aquello que representa un<br />

recurso (o bien) comunitario, y es en el segundo sentido donde hace<br />

hincapié en el conjunto de acuerdos que surgen entre actores sociales para<br />

gestionarlo y regularlo.<br />

De acuerdo con Subirats (2016: 73), el término bien común surge de<br />

dos enfoques distintos. El primero hace referencia al procomún, procomunes<br />

o common’s (en inglés), que es el tipo de recurso (o bien) que cuenta<br />

con la posibilidad de que sea la colectividad que lo usa la que lo gobierne<br />

al ser ella la que se beneficia y dispone de él. El segundo refiere a la forma<br />

en que el espacio público puede ser concebido como un bien común, el<br />

cual no tiene restricciones de acceso y uso colectivo porque se trata de un<br />

tipo de propiedad de dominio público ligado al dominio del Estado.<br />

Aquí se considera al espacio público como un bien común con base<br />

en el primer enfoque, pero se reconoce que los factores que lo determinan<br />

son variables y combinan de manera distinta las interacciones del gobierno<br />

con otros actores sociales. Atutxa refiere que el término común debe<br />

entenderse más allá de los límites legales o normativos, pues éste únicamente<br />

puede ser entendido en la esfera o dimensión en la que se aplica. Lo común<br />

“son experiencias que desde la acción transforman la realidad” (Atutxa,<br />

2017: 102).<br />

En el mismo sentido, Giglia (2013: 28) afirma que el espacio público<br />

es el bien común más relevante que existe en la ciudad, ya que la participación<br />

de los actores sociales en la gestión colectiva comienza desde el<br />

momento mismo en que se cruzan los límites de lo privado, por ejemplo,<br />

la casa para intervenir en él. Sigue a Ostrom en su idea de que es necesario<br />

que exista un acuerdo entre usuarios sobre las reglas que indiquen qué<br />

está permitido y qué no en un espacio público determinado; por lo que<br />

en ausencia de reglas compartidas la gestión colectiva del bien comúnespacio<br />

público no puede funcionar, y de facto no funciona. No es casual<br />

que esas reglas introduzcan cambios notables en los usuarios del lugar y en<br />

las formas legítimas de uso, limitando su acceso y su disfrute a ciertos habitantes<br />

e impidiéndoselo a otros. Y tampoco es casual que reglas de uso<br />

diferentes y contrastantes coexistan de una manera no del todo armoniosa<br />

(Giglia, 2013: 29).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

63<br />

En ese marco, siguiendo a Castro Coma y Martí Costa (2016: 135)<br />

se puede decir que el espacio público como bien común debe considerar<br />

un grupo de personas unidas por el sentido de pertenencia hacia ese<br />

espacio, que mediante un conjunto de reglas compartidas sea capaz de<br />

administrar, tomar decisiones y regular ese bien. Subirats (2016) argumenta<br />

que si para el caso de algunos lugares de la ciudad se aplica el<br />

concepto de bienes comunes, es necesario saber hasta dónde es posible<br />

hablar entonces de un espacio común teniendo en consideración que un<br />

bien común se encuentra<br />

sometido a la disponibilidad de la comunidad entendida en este caso como<br />

comunidad de personas e individuos que, dadas sus interrelaciones y sus<br />

lazos de confianza y de reciprocidad deciden ejercer su capacidad de acción<br />

en un espacio público […] (Subirats, 2016: 92).<br />

Las reflexiones vertidas convergen en la necesidad del análisis del<br />

impacto de la acción social dentro del espacio público considerado como<br />

bien común; así, es indispensable pensar en lo común como una producción<br />

social en constante resignificación y como una relación intersubjetiva<br />

entre el espacio y los actores (Monnet, 2010); es decir, se concibe que lo<br />

común más allá de encontrarse dentro de los márgenes estrictos de lo que<br />

es público o es privado, es aquello que tiene origen y sentido sólo dentro<br />

de los límites de una comunidad que lo produce colectivamente (Campos<br />

Cortés y Brenna Becerril, 2015).<br />

En resumen, las formas de apropiación del espacio público como bien<br />

común estarían determinadas por su uso, con la aclaración de que las<br />

relaciones que se mueven en su interior son dinámicas, complejas e integran<br />

una vasta cantidad de elementos que construyen su significación social.<br />

Las relaciones, usos y formas de apropiación se muestran enseguida para<br />

el caso de un parque urbano que concentra distintos actores, acuerdos y<br />

desacuerdos que sustentan la consideración de verlo como un bien común.<br />

2. El Parque “Simón Bolívar”, un espacio público y bien común<br />

En el centro de la ciudad de Toluca a un costado del edificio más emblemático<br />

de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM)<br />

conocido como Rectoría se encuentra el Parque “Simón Bolívar”, rodeado<br />

por las calles de Instituto Literario, Ignacio López Rayón y Valentín Gómez<br />

Farías, el cual cuenta con una extensión de 4,134 metros cuadrados. Lleva<br />

el nombre del libertador venezolano más importante de América del Sur,<br />

cuya estatua ecuestre se erige justo en medio del jardín. Fue fundado en


64 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

1930 a petición de una asociación de jóvenes, la Liga Estudiantil contra el<br />

Imperialismo Yanqui y en 1996 el Ayuntamiento de Toluca entregó a la<br />

Universidad la administración del parque para que se utilizara como jardín<br />

de arte para organizar actividades artísticas y culturales, tales como audiciones,<br />

talleres, exposiciones y otros (Peñaloza García, 2015: 150).<br />

En la actualidad, el Parque “Simón Bolívar” está destinado para el ocio<br />

y el goce, tiene en su interior juegos infantiles, bancas de cemento y<br />

bancas metálicas, faroles y árboles. Es utilizado para entrenamientos de<br />

parkour y para patinar los fines de semana. Dos de sus esquinas, las que<br />

articulan las avenidas Valentín Gómez Farías con Ignacio López Rayón y<br />

ésta con Instituto Literario se han convertido en paradas consuetudinarias<br />

de autobuses urbanos. En algunas ocasiones se organizan eventos culturales,<br />

pero también todos los martes y viernes desde aproximadamente las 10:30<br />

de la mañana y hasta las 16:00 horas se convierte en un punto de venta<br />

o centro de intercambio para muchas mujeres que comercian diversos<br />

tipos de productos. Muchas de ellas realizan entregas de lo que han vendido<br />

con anterioridad por internet a través de Facebook.<br />

Durante las mañanas, entre semana, se observa el movimiento constante<br />

por parte de la gente: el tránsito vehicular es fluido y permanente a su<br />

alrededor; las personas bajan y transbordan en el transporte público. Llegan<br />

los trabajadores de la Universidad. Las bancas son ocupadas y desocupadas<br />

y así, conforme pasan los minutos, el parque comienza a cobrar vida, a<br />

poblarse, a producirse y ya no se detiene hasta que llega la noche. De esta<br />

manera, el espacio del parque va siendo apropiado por distintos actores<br />

que hacen uso de él a partir de las actividades que desarrollan.<br />

Muy temprano, las parejas se explayan y hasta se acuestan en las bancas<br />

mientras se toman un atole y se muestran afecto. Los padres de familia<br />

transitan rápidamente mientras llevan a sus hijos a la escuela. El vendedor<br />

de tamales comienza la jornada desde muy temprano. El minúsculo local<br />

de lámina del cerrajero, así como la lavandería, la miscelánea y la heladería<br />

comienzan a abrir las cortinas, los empleados de los negocios establecidos<br />

o sus dueños empiezan sus actividades. La patrulla municipal permanece<br />

estacionada en una esquina.<br />

Poco a poco se van intensificando la aparición y la permanencia de las<br />

personas en el parque. Por la tarde, algunos de los padres que han ido por<br />

sus hijos a la escuela se detienen un rato y permiten que los niños se suban<br />

a los juegos que están instalados en el interior del parque. Algunos trabajadores<br />

se sientan en las bancas a fumar y a platicar. La gente que va y<br />

viene en el transporte público se sienta a esperar durante periodos variados<br />

la llegada del autobús que la lleve a su destino (fotografía 1).<br />

Se observa entonces que el parque es apropiado de distintas formas<br />

dependiendo del uso que los actores hacen de él, de sus intereses, de su


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

<strong>65</strong><br />

Fotografía 1<br />

Aspecto del Parque “Simón Bolívar” de Toluca<br />

Fuente: autoría propia.<br />

contexto, de sus características, de la hora o el día de la semana. 4 En las<br />

distintas lecturas que se han hecho sobre la apropiación de los espacios<br />

públicos y su significación social se observa cómo la forma de apropiación<br />

puede transformarlos en bienes de propiedad colectiva. Segovia (2007: 9)<br />

afirma que la apropiación de los espacios públicos ayuda a generar sentido<br />

de pertenencia por parte de la gente que hace un esfuerzo de integración<br />

y de convivencia social en la ciudad. Siguiendo las aportaciones de Almada<br />

(2014), se considera que las relaciones sociales establecidas entre las personas<br />

dotan al espacio público de una forma determinada, un conjunto<br />

de funciones y significaciones sociales. Torres Veytia (2009) advierte que<br />

se puede entender la apropiación del espacio público como la creación de<br />

un ámbito de pertenencia que comienza con una percepción subjetiva por<br />

parte de los actores sociales acerca de su conexión con el territorio.<br />

En la misma línea de la construcción intangible del espacio público están<br />

las ideas de otros autores (Vázquez Ceballos et al., 2011), quienes unen lo<br />

material, lo económico, el ordenamiento legal e ilegal y la presencia física<br />

4<br />

La secuencia del uso del parque se estableció mediante una técnica de observación directa a lo<br />

largo de un año de acudir al parque en horarios diferentes (febrero de 2019 a enero 2020) y de la<br />

integración de bitácoras de observación.


66 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

en el espacio; al tiempo que toman en cuenta lo social, señalan que da<br />

lugar al uso compartido de códigos que no implican la presencia física.<br />

Sostienen que al hablar de espacios públicos se hace referencia a dos formas<br />

de apropiación: material (manifestaciones en la calle que no permiten<br />

el adecuado flujo vial) y simbólica (que sirve para compartir códigos de<br />

varios tipos entre grupos de personas que ayudan a tener control o dominio<br />

sobre el espacio público). Estas formas de apropiación tienen como<br />

objetivo la exclusión de otras personas que podrían hacer uso del mismo<br />

espacio público, pero con otras características de acción, pues se convierte<br />

en un lugar donde existen distintas visiones y proyectos de cada grupo<br />

social que hace uso de él.<br />

En la descripción de las interacciones que tienen lugar en el parque es<br />

evidente que los usos y las formas de apropiación se reconfiguran al discurrir<br />

el tiempo; los tipos de uso abarcan actividades recreativas, económicas<br />

y culturales. En principio parece que, por su carácter de espacio<br />

público gestionado y controlado por el gobierno municipal y por la<br />

Universidad, prevalecieran derechos de acceso para todos en todo<br />

momento; pero si se observa con atención se nota que hay usuarios que<br />

ejercen otros derechos de uso y de control que van más allá de poder<br />

transitar por ese espacio. Por ejemplo, hay quienes acceden al parque sólo<br />

con propósitos de ocio y goce, como los niños al término de sus clases,<br />

las parejas de novios o quienes practican actividades deportivas. También<br />

están quienes acceden, usan y se apropian temporalmente del espacio como<br />

las vendedoras ambulantes y las compradoras que anudan las actividades<br />

de comercio informal. Están quienes acceden, usan y controlan temporalmente<br />

el espacio como pueden ser algunas mujeres que dedicándose al<br />

comercio informal rentan los lugares, las bancas, los espacios a las vendedoras<br />

para permitirles desarrollar actividades de intercambio económico.<br />

Un punto esencial al pensar al espacio público como bien común son<br />

los desencuentros respecto a las reglas de uso y cuidado, porque cuando<br />

no hay claridad, se suele desembocar en conflictos y enfrentamientos<br />

(Giglia, 2013: 29). El parque cuenta con un conjunto de disposiciones<br />

formales emitidas por la autoridad municipal, pero su manejo es un<br />

entramado de arreglos informales entre las autoridades y usuarios, que lo<br />

mantienen como un espacio en el que es posible establecer vínculos de<br />

convivencia y cohesión social, al mismo tiempo que de tensión y exclusión.<br />

Así, aquello que se considera común se produce socialmente todo el<br />

tiempo y por lo tanto se resignifica bajo esa dinámica en la que intervienen<br />

las prácticas, las actividades y las experiencias que surgen de la constitución<br />

y modificación de las relaciones sociales. Por lo tanto, es<br />

necesario comprender que un bien común permite analizar las relaciones<br />

que se conforman entre personas o grupos de personas, y al mismo tiempo,


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

67<br />

la forma en que éstos se vinculan con los espacios que usan, transitan u<br />

ocupan (Campos Cortés y Brenna Becerril, 2015: 160).<br />

Sin trazar líneas divisorias absolutas, no habría que perder de vista que<br />

el espacio público es comúnmente parte de la propiedad pública y del<br />

dominio del Estado, por lo que su regulación y uso le competen, como<br />

figura central en los acuerdos de gobernanza in<strong>vol</strong>ucrados en la gestión y<br />

provisión del espacio. En otras palabras<br />

la conceptualización del espacio público y lo común es propia de una época<br />

en que su principal gestor es el Estado, de ahí su prolongada tradición que<br />

asocia lo público a lo común y que alude a lo que es de interés o utilidad<br />

común a todos los miembros de la comunidad política, lo que atañe al<br />

colectivo (Campos Cortés y Brenna Becerril, 2015: 166).<br />

Derivado de ese papel central el Estado asume el carácter de árbitro<br />

en los conflictos generados por el uso y la apropiación y busca que los<br />

ciudadanos se adhieran a las decisiones. La gobernanza interpretada aquí<br />

como modo de gobernar sustentado en arreglos cooperativos o negociados<br />

entre actores de distintos sectores sociales para el ordenamiento de la vida<br />

pública y como forma de gestión colectiva en torno a objetivos comunes<br />

(Porras, 2016), conlleva establecer procesos consensuados y <strong>vol</strong>untarios<br />

sobre los derechos de acceso, uso y control del espacio público.<br />

En las interacciones que presupone la gobernanza resulta evidente que<br />

cada espacio público alberga una amplia posibilidad de apropiaciones<br />

colectivas y por lo tanto es necesario que sean atendidos y resueltos los<br />

requerimientos y demandas de quienes lo usan, para que se privilegien<br />

las cuestiones de interés general. La gobernanza implica que el Estado es<br />

responsable de que en su uso prevalezca ese interés; no obstante, las organizaciones<br />

civiles y los propios ciudadanos son, asimismo, vigilantes y<br />

garantes del interés público, y en ese sentido los espacios públicos son<br />

además de una infraestructura cívica lugares generadores de ciudadanía.<br />

Son un bien común diseñado para el encuentro y el desencuentro social; por<br />

lo que sólo la ciudadanía sensibilizada será quien ejerza el control del espacio<br />

como un bien común, con reglas y normas para garantizar su vitalidad, su<br />

protección y equidad en el acceso y control (Campos Cortés y Brenna Becerril,<br />

2015: 174).<br />

Se perfila así que el espacio público integra las reglas de uso aceptadas<br />

de manera común. Pero también se advierte que el hecho de que sea<br />

común no significa que pertenece a todos o que todos tengan permiso para<br />

usarlo, se identifica como bien común, porque es de propiedad colectiva<br />

y/o comunitaria, también porque la comunidad se integra a su gobierno.


68 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

La naturaleza colectiva y comunitaria de los espacios públicos deja<br />

ver que están sujetos a procesos de competitividad por su uso, por lo que<br />

se constituyen como bienes escasos que deben ser defendidos y gobernados<br />

colectivamente. El in<strong>vol</strong>ucramiento colectivo y comunitario responde<br />

también a que se han observado procesos de disminución de las<br />

responsabilidades de los gobiernos en su preservación o mantenimiento<br />

y tendencias hacia su privatización.<br />

Si se piensa el espacio público como un bien escaso o en riesgo de pérdida,<br />

es imposible concebirlo como un lugar fuera de conflictos de derechos,<br />

al momento de decidir quién y cómo se usa, por lo que se vuelve<br />

necesaria la existencia de reglas institucionales formales o implícitas por<br />

parte del gobierno al que le corresponde su gestión. En el caso del Parque<br />

“Simón Bolívar”, su gestión y organización en cuanto al uso y cuidado<br />

del mismo son responsabilidad del gobierno municipal de la ciudad. 5<br />

En conclusión, se puede decir que el panorama de los actores y usos<br />

del parque en su dimensión de temporalidad revela que se encuentra en<br />

constante reconfiguración a lo largo del día, de las semanas y de las estaciones;<br />

y que sus usuarios se apropian de sus espacios de manera distinta.<br />

Asimismo, se advierte su carácter de propiedad colectiva sujeta a las<br />

interacciones y acuerdos de gobernanza que han aceptado sus usuarios y<br />

los responsables de su gestión en la ciudad. Se visibiliza en este punto que<br />

un solo espacio público se comporta como una multiplicidad de espacios<br />

dependiendo de los acuerdos especiales que se establecen entre el gobierno<br />

y los grupos de actores diferenciados, esto genera tensiones por la búsqueda<br />

de igualdad en los derechos que se les conceden.<br />

3. Una apropiación particular del espacio público en el Parque<br />

“Simón Bolívar”: las mujeres y el comercio informal<br />

Las formas de apropiación de los espacios públicos dependen del contexto<br />

y ritmo propio de cada espacio, es decir, de su centralidad, de sus posibilidades<br />

para la movilidad, del propósito para el que han sido hechos, de<br />

aquellos que lo proveen y lo gestionan, entre otros factores. En el caso del<br />

Parque “Simón Bolívar” se detectó una intensa actividad económica<br />

desarrollada principalmente por mujeres que han convertido al parque<br />

en el centro de operaciones comerciales informales desde hace más de<br />

cinco años con un patrón específico de días y horarios en los que se reúnen<br />

para realizar intercambios: compras o trueques.<br />

5<br />

Subirats sostiene que “la creciente competencia en los usos de los limitados espacios públicos<br />

en las ciudades genera conflictos de derechos y de percepciones sobre la legitimidad de cada actividad<br />

y de cada colectivo con relación a un mismo espacio” (2016: 90).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

69<br />

La presencia y el uso que ellas hacen de este espacio urbano se vincula,<br />

de modo estrecho, con los procesos de precarización laboral en los que<br />

los ingresos son insuficientes para el gasto familiar, con el aumento del<br />

desempleo, el incremento de empleos ocasionales y temporales que no<br />

otorgan derechos a los trabajadores, la subcontratación que desaparece<br />

no sólo los puestos de trabajo sino los beneficios y prestaciones, e incluso<br />

con las normas laborales que constriñen a los empleados. En ese contexto,<br />

las mujeres se enfrentan a constantes elecciones que implican renuncias<br />

totales o parciales, pérdida de tiempo libre o incluso dobles jornadas. Se<br />

complican los horarios, las cargas laborales, las exigencias, los traslados<br />

frente al cuidado de los hijos, tareas que están determinadas como una<br />

función única de las mujeres en muchos lugares. Estos procesos han traído<br />

como consecuencia una mayor integración por parte de las mujeres en el<br />

mercado laboral no sólo en empleos establecidos o formales, sino que han<br />

hallado salidas en actividades que les proveen de ingresos a partir del<br />

autoempleo, en este caso, a través de las ventas por catálogo, de mercancías<br />

de procedencia diversa, de manualidades, de ropa de segunda mano,<br />

de piratería, entre otros rubros, para contribuir, o hacer frente en su<br />

totalidad, a los gastos familiares. Así, muchas mujeres han encontrado en<br />

el comercio informal las condiciones que les permiten, de una u otra<br />

forma, cumplir con las distintas responsabilidades que forman parte de<br />

la posición y condición que ocupan en la sociedad.<br />

Frente a esta situación cada vez más generalizada se puede analizar el<br />

caso del Parque “Simón Bolívar” en el que los martes y viernes se desarrollan<br />

actividades comerciales informales en las que se observan intercambios<br />

económicos, prácticas de negociación y establecimiento de<br />

acuerdos con el entorno, de mujeres que se apropian del espacio público.<br />

Para empezar, se puede pensar que durante los más de cinco años que<br />

ellas se han apropiado del parque con intenciones comerciales han establecido<br />

acuerdos tácitos de convivencia y respeto tanto entre vendedoras<br />

como compradoras, lo que les ha permitido arraigarse en el lugar a pesar<br />

de las normas legales que prohíben esta clase de intercambios, pues aunque<br />

gran parte del tiempo hay rivalidades, en los momentos álgidos frente a<br />

las autoridades actúan como un grupo cohesionado (la mayor parte de las<br />

veces). Este comportamiento individual pero solidario cuando se requiere<br />

les ha permitido permanecer en el parque.<br />

En términos de los bienes que se combinan en sus actividades, se<br />

observa primero que el Parque “Simón Bolívar” tiene un régimen de propiedad<br />

pública, pues es el gobierno municipal el que establece las reglas<br />

de uso y de su cuidado, aunque la encargada de su administración desde<br />

1996 es la Universidad Autónoma del Estado de México, que no asume<br />

responsabilidades de regulación. El Bando Municipal de Toluca (Gaceta


70 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

Municipal Especial, 2019) resulta muy interesante para los ejes de este<br />

análisis, pues maneja términos como Bien de dominio público o Bien de<br />

uso común. 6<br />

Ahora bien, en cuanto a los derechos que los ciudadanos en general<br />

tienen sobre el parque se encuentra el derecho de acceso, que es el primero<br />

entre los derechos de uso y que se expresa como libre tránsito por el espacio<br />

en todo momento; pero el uso cambia o se restringe cuando se busca<br />

el ocio y la recreación porque los espacios de juego o reposo se ocupan<br />

y desocupan en el transcurrir del tiempo; el uso del espacio se restringe<br />

o negocia, e incluso se vuelve excluyente, cuando algunos usuarios o<br />

autoridades se apropian de los lugares con derechos de control. Si se toma<br />

en cuenta el tipo de bien, es ostensible que el parque es un bien público<br />

los días lunes, miércoles, jueves, sábado y domingo porque los actores<br />

pueden acceder a él sin dificultad y porque no hay problemas de rivalidad,<br />

pues no todos sus usuarios se encuentran ahí durante todo el día y por<br />

lo tanto no hay alta sustractabilidad que impida que los presentes en un<br />

momento determinado gocen del bien de manera igualitaria.<br />

Pero el comportamiento de los actores en el parque, en este caso las<br />

mujeres, hacen que éste transite de ser un bien público a un bien común<br />

con reglas de uso los días martes y viernes de las 10:30 a las 16:00 horas<br />

aproximadamente, pues no es posible que las autoridades impidan el<br />

acceso a las mujeres vendedoras, pero ellas tampoco pueden impedírselo<br />

a otras, y es aquí donde el nivel de sustractabilidad se eleva debido a que<br />

el espacio público se vuelve escaso en la medida en que vendedoras ambulantes<br />

y compradoras se apropian de los espacios no sólo en términos<br />

económicos sino físicos, lo que vuelve muy difícil la convivencia entre<br />

ellas porque esos días, en esos horarios, algunas se sienten literalmente<br />

dueñas del piso sobre el que se encuentran. Esto, debido a que de forma<br />

consuetudinaria han legitimado frente a compradoras y otras vendedoras,<br />

la apropiación del lugar en el que distribuyen su mercancía. Es decir: los<br />

días martes y viernes, por ejemplo: la banca que se encuentra del lado<br />

de los juegos instalados en el parque ‘pertenece’ a “x” mujer, lo cual es<br />

6<br />

En su Capítulo Segundo prohíbe el ambulantaje fijo o móvil salvo algunas excepciones que<br />

favorecen a los grupos que se consideran vulnerables o con derechos de residencia (Gaceta Municipal<br />

Especial, 2019: 47). En el Capítulo Cuarto, De las Infracciones y sanciones, el artículo 104 considera<br />

una violación a las normas cuando se invade algún bien de dominio público o de equipamiento<br />

urbano para el ejercicio de actividades comerciales. También se considera infracción la utilización de<br />

la vía pública para el comercio no permitido por la autoridad municipal (Gaceta Municipal Especial,<br />

2019: 51). El artículo 105 considera dentro de las infracciones graves al comercio ambulante, semifijo<br />

y fijo que no cuente con autorización (incluso más que las del ejercicio del trabajo sexual, tener<br />

relaciones sexuales en la vía pública, espacios públicos o de uso común que se consideran como no<br />

graves). Con esto quedan claras las reglas y normas legales que deben obedecerse en cualquier espacio<br />

público del municipio.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

71<br />

reconocido por aquellas con quienes se ha encontrado históricamente en<br />

el parque.<br />

Tiene lugar entonces un fenómeno ambivalente: una tensión constante<br />

entre las mujeres que venden que puede anunciar un conflicto abierto,<br />

pero al mismo tiempo, cuando se ven amenazadas por las autoridades<br />

municipales pueden establecer sistemas de cooperación en los que se ‘dan<br />

el pitazo’ o se ayudan a recoger la mercancía para poder irse; cabe aclarar<br />

que estos sistemas de cooperación no siempre están presentes, pues sí hay<br />

momentos en que algunas de las vendedoras son ‘levantadas’ por las<br />

autoridades y las demás permanecen incólumes observando esas escenas<br />

para no meterse en problemas.<br />

Vale la pena señalar que ni todas las vendedoras ambulantes ni todas<br />

las compradoras pertenecen a los mismos estratos sociales, existe una<br />

diversidad significativa entre sus motivaciones, sus recursos de movilidad,<br />

sus posibilidades de inversión, su edad, la composición de sus hogares y su<br />

capital cultural que, en este caso, depende mucho de sus posibilidades de<br />

empleo de recursos tecnológicos o medios digitales de comercio y pago.<br />

En consecuencia, aunque la apropiación que las mujeres hacen del Parque<br />

“Simón Bolívar” es económica, las formas en las que se lo apropian son<br />

diferentes. Hay desigualdades evidentes que complejizan las oportunidades<br />

de arranque para todas ellas y que son determinantes sobre los productos<br />

que venden o compran y la calidad de los mismos, la forma de transportarlos,<br />

la manera de realizar la negociación, la forma de pago, la posibilidad<br />

de la discreción al momento de concretar la venta o la entrega de la<br />

mercancía, los horarios familiares, laborales o escolares, las distintas<br />

maneras de vivir sus roles maternos y hasta el estado civil. 7<br />

Lucía es esa clase de mujer que no aparenta la edad que tiene, su cara<br />

luce aniñada y viste como adolescente despreocupada. Tiene 28 años,<br />

estudió hasta la preparatoria y es casada. Ella se dedica a la venta de ropa<br />

de segunda mano porque, aunque afirma que ella provee 50% de los<br />

ingresos familiares, su esposo sólo ha encontrado trabajos temporales. Él<br />

es ingeniero y ella mantiene su casa.<br />

Tiene una página en Facebook que actualiza cada semana con la mercancía<br />

que vende: publica fotos de cada prenda, talla, color y precio. Tiene<br />

un estricto reglamento para negociar la venta porque “las fallas han sido<br />

muchas”, afirma. Recibe depósitos bancarios o pagos en efectivo a contraentrega<br />

en el parque, lugar al que llegó hace cinco años porque una amiga<br />

7<br />

El perfil del grupo se traza como resultado del conjunto de entrevistas que tuvieron lugar entre<br />

julio de 2019 y enero de 2020, cuyos nombres fueron cambiados para proteger la privacidad de las<br />

entrevistadas. Las entrevistas a profundidad semiestructuradas realizadas a vendedoras ambulantes<br />

del Parque “Simón Bolívar” en la ciudad de Toluca, Estado de México, de julio de 2019 a enero de<br />

2020, fueron llevadas a cabo por Pamela Monserrat Pichardo Martínez.


72 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

suya la integró a varias de las redes de mujeres que se han consolidado en<br />

grupos de Facebook. Se puede decir que es una veterana en el lugar y lo<br />

ha visto cambiar a través del tiempo.<br />

Al principio eran muy poquitas personas. Me acuerdo que eran como cinco<br />

personas las que entregaban ahí y poco a poco empezó a crecer... Empezaron<br />

a llegar más y más chavas a vender y a comprar. Recuerdo que había una<br />

señora que comenzó vendiendo, La Morena, que después dejó de vender y<br />

nos rentaba los espacios a 30 pesos a la semana 8 y a cambio nos daba una<br />

credencial y todas debíamos tenerla para tener derecho de vender, según ella<br />

(Lucía, entrevista personal, 2019a).<br />

Ana María tiene 43 años, estudió hasta la preparatoria y recuerda las<br />

dificultades que enfrentó al comenzar a vender ropa de ‘paca’ en el parque<br />

por el trato con las otras mujeres vendedoras por la posesión que hacían<br />

de los lugares que consideran como propios para desarrollar sus actividades,<br />

su posterior permanencia en el mismo y el actual desplazamiento que está<br />

sufriendo por la vigilancia municipal.<br />

Al poco rato de que yo llegué, dos mujeres se dividieron el parque y cada<br />

una se quedó con la mitad. Y una de ellas nos hizo comprar un gafete que<br />

costaba 10 pesos para permitirnos vender en su lado del parque, y pasaba y<br />

revisaba que tuvieras tu gafete y decía quién sí y quién no podía vender, y si<br />

no traías el gafete te corría. Todo era traición para ellas. Pero conforme esa<br />

mafia creció y el parque se llenó de gente que literalmente ponía sus puestos<br />

en las bancas y en el piso, el ayuntamiento llegaron (sic) a quitarlas y entonces<br />

empezaron a rentar casas que hay cerca (bazares) (Ana María, entrevista<br />

personal, 2019a).<br />

Regina tiene 32 años y comenzó a vender maquillaje chino, “pero del<br />

bueno”, hace dos años en las afueras de Rectoría cuando descubrió que<br />

ganaba más siendo su propia jefa que como secretaria en un horario<br />

laboral de 8 horas y poco a poco se fue integrando al parque. Ahora ya<br />

no se encuentra dentro de él, pues ya tiene una camioneta que estaciona<br />

justo al lado sobre Instituto Literario, abre la cajuela y las clientas llegan<br />

solas. Si algún policía se acerca, basta con bajar la cajuela.<br />

Para mí fue muy complicado empezar a vender en el parque porque no<br />

entendía nada, ni cómo se debía entablar el trato con las otras vendedoras<br />

ni las formas en que se entendían para ayudarse o de reacción (sic) frente a<br />

la policía. Cuando los policías empezaron a quitarnos porque no teníamos<br />

permiso, me tocó ver que se subieron (sic) a una chava a una patrulla y se la<br />

llevaron. Y entonces se pusieron más estrictos y tuvieron, tuvimos, que<br />

8<br />

Cuando se refiere a “semana”, quiere decir martes y viernes, que son los días de venta en el parque.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

73<br />

alejarnos del parque, pero al poco tiempo <strong>vol</strong>vimos, aunque sí es cierto, que<br />

vamos y venimos afuera de Rectoría o a un lado del Toks para que no nos<br />

vean siempre ahí o en el mismo lugar (Regina, entrevista personal, 2019).<br />

Lucía comenzó vendiendo comida la primera vez que su esposo estuvo<br />

más de seis meses sin empleo formal. Afirma que las ventas eran muy<br />

buenas, pero el cansancio era mucho; además, en ese entonces su hija<br />

tenía ocho años y había que hacerse cargo de la casa, de la escuela, de la<br />

niña, de comprar los insumos para su negocio y un día simplemente<br />

colapsó físicamente. Ahora ella carga toda su mercancía en una mochila<br />

escolar. Para ella es mucho mejor hacerlo de esta forma porque siempre<br />

usa el autobús y con el tiempo aprendió que si hay algo que molesta mucho<br />

al ayuntamiento es que:<br />

[…] hay quienes llegaban y ponían todo su tendido, su reguero, toda su<br />

plaza y dejaban basura, no te dejaban ni sentar en las bancas que se supone<br />

son de todos y entonces ya había policías por todo el primer cuadro del<br />

parque, y ya hasta cuando te ven con una mochila saben que vas a entregar<br />

(Lucía, entrevista personal, 2019a).<br />

Teresa tiene 29 años y tres hijos entre los cuatro y los 10 años, ella<br />

aprovecha los horarios que le quedan libres después de llevar y recoger a<br />

sus hijos de la escuela para entregar su mercancía. Se casó muy joven y<br />

no pensó siquiera en estudiar. Ella también lleva una mochila, usa el<br />

transporte público y tiene que tranquilizar a sus hijos cuando sus clientas<br />

tardan más de lo acordado. Pacta las ventas por medio de Facebook. Lleva<br />

poco más de un año dedicándose a esto desde que su marido la dejó y “no<br />

respondió más por sus hijos”. Habla de su desesperación, de la necesidad<br />

que existe para que las vean a todas, para que no les prohíban vender<br />

porque “intentamos ganarnos honradamente la vida”.<br />

Somos muchas mujeres, todas somos diferentes, hay chavitas bien chavitas<br />

(sic). Yo cuando llego al parque sólo entrego lo más rápido que puedo porque<br />

parece que estoy vendiendo droga porque todo te están checando, ¿no?<br />

(Teresa, entrevista personal, 2019).<br />

Guadalupe no revela su edad, aunque luce como una mujer de 50 años,<br />

viste muy bien porque “si las chicas ven la calidad de ropa que yo uso, pues<br />

confían en mí”. Ella tiene una carrera profesional trunca y es casada, tiene<br />

tres hijos adolescentes que están estudiando la preparatoria y la licenciatura<br />

y decidió vender cuando se dio cuenta que lo que ganaba su esposo era<br />

insuficiente. Llegó a vender al parque hace dos años porque sus conocidas<br />

la integraron, al igual que a Lucía (quienes no son amigas y sí rivalizan en


74 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

cuanto a las clientas) a los grupos que hay en Facebook en donde tiene<br />

una página. Vio en el parque un lugar idóneo para realizar la compraventa<br />

porque descubrió que es un lugar de contacto entre mucha gente y así se<br />

daba a conocer más. Antes pasaba de dos a tres horas parada ahí, pero<br />

conforme se fue acreditando comenzó a pasar menos tiempo en ese lugar,<br />

ahora sólo permanece veinte minutos en lo que entrega y se va. Su hijo<br />

la acompaña y la espera cerca, en un automóvil que no luce viejo, ella no<br />

usa mochila, no usa el transporte público. Pero ha tenido encuentros con<br />

las autoridades municipales.<br />

En dos ocasiones se acercaron los de Gobernación (sic) para decirme que no<br />

podía estar ahí, pero pues realmente lo único que les dije es que no estaba<br />

vendiendo mis productos y que sólo estaba entregando, y de alguna manera<br />

también les dije que no estaba causando alguna falta. Yo trato de ser muy<br />

cuidadosa, entrego muy discretamente (Guadalupe, entrevista personal, 2019a).<br />

Dos de ellas coinciden en que al principio había a quienes les rentaban<br />

“un cachito de las bancas de piedra en 25 pesos” para poder trabajar. Una<br />

de ellas recuerda que La Morena, una de las señoras que participó en la<br />

virtual división del parque y que se adueñó ilegalmente de la mitad de él,<br />

tenía tratos con servidores públicos del ayuntamiento y les pagaban a<br />

[…] los mismos que se supone que te tenían que ir a quitar, eran quienes les<br />

avisaban cuando los mandaban a inspeccionar, para que recogieran sus cosas<br />

y se fueran antes de que ellos llegaran. Y por eso las más ‘colmilludas’ (sic)<br />

te cobraban 25 pesos, 30 pesos, 50 pesos para avisarte que te tenías que<br />

quitar (Lucía, entrevista personal, 2019a).<br />

La hija de Lucía tiene una enfermedad congénita cuyo tratamiento es<br />

muy costoso y ella encontró en la venta de ropa en el Parque “Simón<br />

Bolívar” la oportunidad de estar al pendiente de su hija, de llevarla y<br />

recogerla de la escuela, de no dejarla sola. Halló también la forma de hacer<br />

prosperar su negocio.<br />

Lo que a mí me pagan en una quincena yo lo saco y sin estar metida tanto<br />

tiempo en un solo lugar. Yo trabajo realmente desde mi casa, porque ahí<br />

tomo mis fotos, ahí publico desde mi celular y mientras hago eso puedo lavar<br />

o cocinar... No he pensado mucho en moverme de aquí porque mis clientas<br />

ya saben en dónde estoy, incluso si no podemos comunicarnos por teléfono.<br />

Yo ya me acredité aquí, aunque me tenga que mover de vez en cuando, pero<br />

aquí mismo (Lucía, entrevista personal, 2019b).<br />

Ana María habla de las desventajas de dedicarse al comercio informal,<br />

una de ellas es la que se vincula con el manejo de la tecnología:


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

75<br />

Yo no cobro con tarjeta porque no entiendo lo de las comisiones y por eso<br />

sólo cobro en efectivo. Cuando ellas (sus compradoras) no llegan, me detienen<br />

la ropa y termino malbaratándola (Ana María, entrevista personal,<br />

2019b).<br />

Guadalupe lo toma con la tranquilidad que su condición le da. Afirma<br />

que ciertamente al ser su propia jefa<br />

[…] tú eres quien compra, tú eres el (sic) que entrega, tú eres el (sic) que se<br />

hace cargo de todo, pero a mí, mis hijos me ayudan, me enseñaron a usar el<br />

teléfono y el Facebook, otro me trae y me lleva a comprar y a entregar y me<br />

acompaña para no dejarme sola. Todo tu ingreso es para ti y para tu familia<br />

porque no tienes empleados (Guadalupe, entrevista personal, 2019a).<br />

Para Guadalupe, el parque no significa nada, lo ve sólo como ese<br />

centro de reunión donde muchas mujeres intercambian o venden cosas,<br />

pero reconoce que para la mayoría de ellas es un espacio que les permite<br />

generar ingresos para mantener su hogar. Sostiene que tienen una muy<br />

buena relación con aquellas que se sitúan cerca de ella porque al verla<br />

mayor, la buscan para que las ayude cuando las molestan, sobre todo las<br />

más jóvenes. Es curiosa la manera en la que ella misma ve su actividad:<br />

Yo soy muy respetuosa de las leyes y trato de que sí (sic), no se haga un<br />

mercado público ahí, lo único es que nos dejen hacer el intercambio de<br />

compraventa (Guadalupe, entrevista personal, 2019b).<br />

Pero cuando se le pregunta sobre si su actividad es legal, sobre los<br />

impuestos, sobre el reglamento municipal establecido, sostiene que es una<br />

cuestión de mercado local que debe ser apoyada porque muchas familias<br />

dependen de este tipo de comercio y no están robando.<br />

Por su parte, cuando se le pregunta qué significó el Parque “Simón<br />

Bolívar” cuando empezaba a vender, Lucía dice tras un suspiro:<br />

Una oportunidad. Todo empieza en algún lugar y con algún acontecimiento.<br />

El mío es aquí y me ha permitido conocer a muchísimas mujeres que tienen<br />

muchísimas ganas de salir adelante, que de alguna u otra manera necesitan<br />

trabajar para llevar un ingreso a su casa, que de muchas de ellas su único<br />

ingreso es una venta aquí (Lucía, entrevista personal, 2020).<br />

Lucía responde sobre su actividad comercial:<br />

A lo mejor no es la manera correcta, no es este (sic) el mejor lugar para<br />

hacerlo, pero estamos en un país donde las oportunidades son muy pocas y<br />

si tú encuentras una para generar un ingreso, pues obviamente lo vas a tomar.


76 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

Porque si lo ves a fondo hay familias que se ganan la vida de esta manera.<br />

No asaltamos, no traficamos. Te vendemos algo que te es de utilidad y es<br />

más barato que en una tienda y nos apoyas y el dinero a final de cuentas se<br />

queda aquí (Lucía, entrevista personal, 2020).<br />

Las mujeres que se han apropiado del Parque “Simón Bolívar” de forma<br />

económica en su vertiente del comercio informal se enfrentan todos los<br />

días al engaño de los proveedores, al incumplimiento o la morosidad de<br />

los clientes que les compran, al rechazo social de quien las excluye por su<br />

condición social, a los enfrentamientos o tratos injustos con los representantes<br />

de la autoridad municipal. Entre estas mujeres existen diferencias<br />

básicas que determinan la forma en que se apropian físicamente del<br />

espacio público: no es lo mismo aquella que llega en un auto propio y no<br />

depende en sus horarios más que de los acuerdos que sostiene con sus<br />

compradoras, frente a la que carga una mochila de 20 kilos, usa el transporte<br />

público, camina largos trayectos y enfrenta las inclemencias del<br />

tiempo. Tampoco son iguales las decisiones que toma aquella mujer que<br />

cuenta con un teléfono inteligente que le permite tener acceso constante<br />

a internet y cuyo conocimiento de las plataformas sociales le ayuda a<br />

concretar las ventas, e incluso a recibir los pagos antes de la entrega de la<br />

mercancía; a ella le basta con llevar sus productos separados en bolsas con<br />

el nombre de su cliente, pararse determinado tiempo en el parque como<br />

si disfrutara el paisaje y entregar sin llamar la atención. Porque del otro<br />

lado está aquella que no sólo no posee la capacidad adquisitiva para tener<br />

un teléfono con las características necesarias para el mercadeo virtual, sino<br />

la que ni siquiera sabe usar uno más que para lo elemental, y entonces su<br />

apropiación física del espacio es distinta: ella tiene que mostrar la mercancía<br />

para que los transeúntes o los usuarios puedan verla de primera mano.<br />

Debe permanecer más tiempo para lograr una venta por la que valga la<br />

pena haber ido y es mucho más vulnerable porque su actividad es visible<br />

y resulta difícil que puedan negar la infracción a la norma establecida.<br />

Estudiar el Parque “Simón Bolívar” como bien común a través de la<br />

apropiación económica de las mujeres permite comprender la complejidad<br />

de las dimensiones que intervienen en el uso de un espacio público, porque<br />

otros espacios, aunque coincidan en algunos rasgos esenciales, se<br />

construyen y reconfiguran en formas muy diferentes en función del uso<br />

y la apropiación que se hace de ellos.<br />

Las formas de apropiación que los grupos hacen del espacio del parque<br />

muestran su carácter de bien común, no sólo porque existen reglas formales<br />

e informales que les permiten el acceso, uso y control de espacios<br />

físicos; sino también por las relaciones de cooperación y de conflicto que<br />

se establecen entre ellas y por los acuerdos que sustentan la posibilidad


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

77<br />

de que realicen tales actividades. Es pertinente notar, por ejemplo, que la<br />

apropiación de los espacios físicos, por vendedoras y compradoras, no<br />

podría darse sin la tolerancia de las autoridades que vigilan, quienes permiten<br />

que se ejerzan medidas informales de control y adscripción de<br />

bancas y lugares; lo que evidencia la existencia de acuerdos tácitos que<br />

articulan la gobernanza del parque. Una muestra de ello se concretó en<br />

mayo de 2020, con la ruptura de acuerdos cuando, con motivo de la<br />

pandemia generada por el COVID-19, las autoridades municipales cerraron<br />

al público los accesos al parque, como medida sanitaria que además<br />

se proponía evitar la concentración que genera la compraventa de productos<br />

por internet; pero las mujeres vendedoras que efectúan las entregas<br />

de mercancía permanecieron en el perímetro del parque, sin acatar las<br />

disposiciones (Ramos, 2020).<br />

La exploración del uso del parque en su dimensión de temporalidad<br />

confirma asimismo la propuesta de Schlager y Ostrom (1992), de que la<br />

apropiación y el ejercicio de los derechos de propiedad se configuran como<br />

una combinación de derechos y no como un derecho aislado, ya que<br />

quienes se apropian del espacio pueden hacerlo en forma acumulativa y<br />

distinta para cada usuario o tipo de usuario y que las decisiones colectivas<br />

funcionan mejor si el espacio se considera un ámbito policéntrico, con<br />

posibilidades de auto-organización a través de las prácticas de los actores<br />

in<strong>vol</strong>ucrados (Poteete et al., 2012).<br />

A continuación, se muestra el cuadro 1 en el que se resumen los rasgos<br />

generales de los usuarios del parque.<br />

Cuadro 1<br />

Características y perfiles de usuarios del parque<br />

Características<br />

Perfil promedio<br />

de vendedoras<br />

informales<br />

Edad<br />

Género<br />

Estado civil<br />

Número de hijos<br />

Nivel de estudios<br />

Productos<br />

Especificaciones<br />

Entre 28 y 50 años<br />

Mujer<br />

60% Casadas<br />

40% Solteras<br />

60% 3 hijos<br />

20% 2 hijos<br />

20% 1 hijo<br />

20% Secundaria trunca<br />

40% Preparatoria concluida<br />

20% Carrera técnica<br />

20% Licenciatura trunca<br />

80% Ropa de paca de segunda mano<br />

20% Maquillaje


78 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

Cuadro 1 (continuación)<br />

Características<br />

Perfil promedio<br />

de compradoras<br />

Perfil promedio<br />

de usuarios (actividades<br />

recreativas y de<br />

ocio)<br />

Medio de venta<br />

Tiempo<br />

Otra actividad<br />

económica<br />

Edad<br />

Género<br />

Estado civil<br />

Número de hijos<br />

Nivel de estudios<br />

Empleo<br />

Productos<br />

Medio de compra<br />

Tiempo<br />

Género<br />

Uso<br />

Solos o acompañados<br />

Periodicidad<br />

Especificaciones<br />

80% Facebook<br />

20% Presencial<br />

20% 5 años<br />

10% 3 años<br />

10% 4 años<br />

40% 2 años<br />

20% 1 año<br />

60% No<br />

40% Sí<br />

Entre 28 y 35 años<br />

Mujer<br />

25% Casadas<br />

75% Solteras<br />

75% 1 hijo<br />

25% Sin hijos<br />

25% Doctorado<br />

25% Maestría<br />

50% Licenciatura<br />

100% Formales en organismos públicos<br />

100% Ropa de paca de segunda mano<br />

De ese 100%, hay 20% de mujeres que<br />

compran maquillaje además de la ropa de<br />

paca.<br />

100% Facebook<br />

25% 5 años<br />

25% 3 años<br />

25% 2 años<br />

25% 1 año<br />

66.6% Hombre<br />

33.3% Mujer<br />

100% Ocio y disfrute<br />

100% Acompañados (los entrevistados<br />

fueron usuarios que iban acompañados)<br />

Lunes a viernes<br />

Fuente: elaboración propia con base en las entrevistas realizadas.<br />

Nota: No se incluyen como usuarios a los vendedores de los comercios formales que se encuentran<br />

en el contorno periférico del parque.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

79<br />

Los datos permiten observar diferencias entre los grupos de mujeres<br />

vendedoras y compradoras. Las vendedoras son de más edad, menor escolaridad<br />

y, en su mayoría, tienen responsabilidades familiares, condiciones<br />

que se infiere inciden como motivaciones laborales asociadas a necesidades<br />

económicas. Las compradoras son más jóvenes, de mayor escolaridad,<br />

en mayor proporción solteras, con menor número de hijos y cuentan con<br />

un empleo formal. Los perfiles evidencian también diferencias en las formas<br />

de apropiación del espacio, sus ritmos y tiempos, entre hombres y mujeres;<br />

esas diferencias pueden ser contextualizadas en las barreras existentes para<br />

el acceso de las mujeres al empleo formal, en la desigualdad de oportunidades<br />

de educación y trabajo; así como en los patrones culturales que<br />

asignan roles y responsabilidades diferentes a las mujeres.<br />

Se confirma entonces que los espacios públicos se reconfiguran de<br />

acuerdo con las necesidades sociales, económicas y políticas de los actores<br />

que participan de las decisiones sobre su gobernanza y que una amenaza<br />

como la pandemia que ha determinado cambios en las formas de vida de<br />

las personas en el mundo incidirá, sin duda, en la reestructuración de los<br />

espacios públicos; lo que marca aún con mayor claridad su carácter de<br />

bienes de impacto comunitario, que integran y suman acuerdos que serán<br />

incorporados a la vida cotidiana de los habitantes de las ciudades.<br />

Conclusiones<br />

Las interacciones en los espacios públicos difícilmente se controlan, pues<br />

están vinculadas a contextos económicos, sociales, políticos y culturales,<br />

incluso, aquellos que suelen ser imperceptibles. Todo acto relacional se<br />

manifiesta en un espacio. 9 Las relaciones que tienen lugar en el espacio<br />

público son las que vinculan todos los días a las personas, aun cuando no<br />

son conscientes a cabalidad de esa participación cotidiana en la vida<br />

urbana. En este sentido, el espacio público se crea todo el tiempo y se<br />

recrea también mediante las actividades de quienes lo usan y por sus<br />

formas de apropiación.<br />

La mirada vertida sobre los espacios públicos como bienes comunes<br />

permite verlos como ámbitos socio-territoriales y como construcciones<br />

sociales, susceptibles de ser apropiados, y comunalizados en la medida<br />

que las decisiones sobre su uso y gobernanza son compartidas. 10 El locus<br />

9<br />

Los medios tecnológicos confieren al espacio público una extensión virtual invisible, que<br />

trasciende las dimensiones territoriales y temporales.<br />

10<br />

La mirada sigue la tesis de Monnet sobre un sistema socio-territorial que considera el territorio<br />

como el espacio donde se realiza la acción humana, la territorialidad representa los valores que<br />

los actores atribuyen a un territorio y la territorialización, las intervenciones que se realizan sobre ese<br />

espacio (Monnet, 2010).


80 G. J. Guadarrama Sánchez y P. M. Pichardo Martínez: La apropiación y el uso del espacio...<br />

del espacio público se constituye por los grupos sociales que de él participan,<br />

de la conformación de sus servicios, de las decisiones políticas, del<br />

tipo de convivencia muchas veces efímera, del comportamiento económico.<br />

La aparente fragilidad del equilibrio que sostiene a los espacios<br />

públicos resiste los embates del tiempo y el caos urbano en la medida en<br />

que existen acuerdos sobre su uso y preservación e importancia para la<br />

vida cotidiana.<br />

En ese contexto resulta importante aceptar que existen múltiples vías<br />

en la forma de gestionar los espacios públicos que tomen en cuenta aquellos<br />

grupos que son poco visibles, marginados o las minorías, entre las que<br />

es posible incluir las formas del trabajo y autoempleo de las mujeres, el<br />

cual debe ser tratado como una reivindicación política y un asunto de<br />

interés público. Muchas de estas mujeres pelean todos los días por producir<br />

ingresos que les ayuden a sobrellevar la irremediable angustia económica.<br />

En un país como México, cuya precarización, polarización y desigualdad<br />

económica se han agravado con el paso de los años, las estructuras y<br />

el funcionamiento de las familias han cambiado, insertos en los procesos<br />

económicos mundiales y regionales que han acompañado la globalización<br />

y la urbanización de los territorios, marcando desajustes e inestabilidades<br />

entre las personas y en los tipos de trabajo. Muchas mujeres toman las<br />

calles y ocupan los espacios públicos, realizan actividades comerciales al<br />

margen de la legalidad porque las oportunidades laborales para ellas<br />

escasean, porque sus condiciones educativas no les garantizan un salario<br />

digno, porque no tienen redes familiares que les ayuden con el cuidado<br />

de sus hijos.<br />

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Guadalupe (2019a), “Entrevista personal”, por el autor, presencial, Parque<br />

“Simón Bolívar”, 24 de septiembre de 2019.<br />

Guadalupe (2019b), “Entrevista personal”, por el autor, presencial, Parque<br />

“Simón Bolívar”, 8 de octubre de 2019.<br />

Lucía (2019a), “Entrevista personal”, por el autor, presencial, Parque<br />

“Simón Bolívar”, 5 de julio de 2019.<br />

Lucía (2019b), “Entrevista personal”, por el autor, presencial, Parque<br />

“Simón Bolívar”, 27 de septiembre de 2019.<br />

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“Simón Bolívar”, 14 de enero de 2020.<br />

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“Simón Bolívar”, 20 de agosto de 2019.<br />

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“Simón Bolívar”, 8 de noviembre de 2019.<br />

Recibido: 12 de junio de 2020.<br />

Reenviado: 8 de octubre de 2020.<br />

Aceptado: 6 de noviembre de 2020.<br />

Gloria Jovita Guadarrama Sánchez. Doctora en Ciencias Políticas y<br />

Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro<br />

del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II. Actualmente se desempeña<br />

como docente investigadora en El Colegio Mexiquense, A.C. Sus<br />

líneas de investigación son: instituciones, políticas públicas, género,<br />

asistencia social, sociedad civil y tercer sector. Entre sus más recientes<br />

publicaciones se encuentran, como autora: “El modelo de fundaciones<br />

comunitarias en México”, Cooperativismo & Desarrollo, 27 (115), Bogotá,<br />

Universidad Cooperativa de Colombia, pp. 1-27 (2019); como coautora:<br />

“Gobernanza y derecho al agua: Prácticas comunes y particularidades de<br />

los comités comunitarios de agua potable”, <strong>Sociedad</strong> y Ambiente, 20 (2019),<br />

San Cristóbal de Las Casas, El Colegio de la Frontera Sur, pp. 53-77<br />

(2019); como co-coordinadora: ¿Problemas complejos, soluciones nuevas?<br />

Debates sobre el desarrollo social sustentable en el Estado de México, Zinacantepec,<br />

El Colegio Mexiquense, A.C. (2019).<br />

Pamela Monserrat Pichardo Martínez. Maestra en Comunicación<br />

Estratégica para Gobiernos e Instituciones por el Instituto Universitario


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 57-85<br />

85<br />

de Investigación Ortega y Gasset y maestra en Estudios Sustentables<br />

Regionales y Metropolitanos con énfasis en <strong>Economía</strong> Regional por la<br />

Universidad Autónoma del Estado de México. Actualmente estudia el<br />

doctorado en Ciencias Sociales en El Colegio Mexiquense, A.C. y es<br />

docente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad<br />

Autónoma del Estado de México. Sus líneas de investigación son: teoría<br />

política y democracia en Latinoamérica, así como filosofía de la ciencia y<br />

epistemología.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211<strong>65</strong>5<br />

Determinantes dos preços de<br />

ingressos de futebol do campeonato<br />

brasileiro, 2012 a 2018<br />

87<br />

Determinants of soccer tickets prices of<br />

the Brazilian championship, 2012-2018<br />

Graciela Aparecida Profeta*<br />

Ivens Nunes Thomaz*<br />

Patrícia de Melo Abrita Bastos*<br />

Vladimir Faria dos Santos*<br />

Abstract<br />

This article is aimed to measure the relationship between the determinants of football<br />

tickets prices for the Brazilian Championship from 2012 to 2018. The literature was<br />

used to identify determinants and the theory of full-cost pricing by Hall and Hitch<br />

was adopted. Panel data models were applied to estimate the relationships between<br />

the determinants and football tickets prices. The results showed that most determinants<br />

explained prices. Therefore, Hall and Hitch's full-cost pricing theory and the empirical<br />

model explained prices formation for football tickets in Brazil.<br />

Keywords: sport economics, demand, Brazilian championship, panel data.<br />

Resumo<br />

Neste artigo objetivou mensurar as relações entre os determinantes dos preços<br />

dos ingressos de futebol para o Campeonato Brasileiro, de 2012 a 2018. Utilizouse<br />

a literatura para identificar determinantes e adotou-se a teoria do custo total<br />

formulada por Hall e Hitch. Para a estimação das relações entre os determinantes<br />

e os preços dos ingressos de futebol aplicou-se modelos de dados em painel.<br />

Os resultados apontaram que a maioria dos determinantes explicavam os preços.<br />

Logo, a teoria do custo total de Hall e Hitch e o modelo empírico explicaram a<br />

formação de preços para os ingressos de futebol no Brasil.<br />

Palavras-chave: economia do esporte, demanda, campeonato Brasileiro, dados<br />

em painel.<br />

* Universidade Federal Fluminense, correos-e: graciela_profeta@yahoo.com.br, ivensnt@gmail.<br />

com, patriciaabrita@gmail.com y vladi_fs@yahoo.com.br


88 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

Introdução<br />

Desde o anúncio de que a Copa do Mundo FIFA (Federação Internacional<br />

de Futebol) de 2014 seria sediada no Brasil, os estádios das cidades-sede<br />

precisaram passar por reformas profundas em sua estrutura, incluindo<br />

demolições parciais ou completas, além da construção de instalações<br />

totalmente novas nas capitais Manaus, Cuiabá, Natal, Recife e São Paulo,<br />

atendendo às exigências e requisitos da FIFA, entidade responsável pela<br />

organização do evento e custando valores bilionários ao erário público e<br />

à iniciativa privada.<br />

Estádios públicos e históricos, como o de nome do Jornalista Mário<br />

Filho, popularmente conhecido como Maracanã, construído para a Copa<br />

do Mundo de Futebol FIFA de 1950, tendo se tornado obsoleto com o<br />

passar dos anos, necessitou ser reformado e modernizado diversas vezes.<br />

Porém, nenhuma mudança anterior foi tão significativa e radical quanto<br />

a que ocorrera para a Copa do Mundo FIFA de 2014, alterando-se completamente<br />

a configuração interna do estádio e reduzindo a capacidade<br />

total em busca de maior conforto e aumentando, em contrapartida, o<br />

número de camarotes e espaços para outros eventos, além da construção<br />

de um shopping na área externa.<br />

As mudanças promovidas para o evento internacional impactaram a<br />

forma como os torcedores dos clubes nacionais, na qual utilizariam os<br />

estádios posteriormente ao evento, frequentariam os mesmos e se comportariam.<br />

As arquibancadas foram substituídas por assentos mais confortáveis<br />

e espaçosos, foram construídos camarotes, restaurantes e lojas.<br />

A mudança estrutural dos estádios, contudo, provocou um aumento nos<br />

custos operacionais, que outrora sob administração pública, agora se<br />

encontravam sob a administração de consórcios formados por empresas<br />

privadas ou das construtoras que implementaram as reformas, com as<br />

quais os lucros dos jogos eram divididos.<br />

Este processo foi observado por Holzmeister Oswaldo Cruz (2005) e<br />

Alvito (2006), e os autores concordam que os torcedores são cada vez mais<br />

tratados como consumidores e o ambiente dos estádios não tem mais<br />

como prioridade proporcionar o sucesso esportivo dos clubes por meio<br />

do incentivo da participação dos torcedores na ida aos estádios a fim de<br />

gerar receita, mas criar um ambiente de negócios com o intuito de atrair<br />

patrocinadores, fomentar programas de sócio torcedor, venda de produtos<br />

licenciados, além de visitação a restaurantes, bares e museus. Além disso,<br />

tragédias devido a conflitos entre torcidas organizadas e a superlotação<br />

dos estádios, pressionaram a adoção de medidas de segurança nos estádios,<br />

como a colocação de cadeiras, que substituiu a tradicional arquibancada<br />

de cimento e com isso gerou redução da capacidade de lotação dos estádios.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

89<br />

Todas essas alterações implicaram em mudanças no público frequentador<br />

dos estádios e aumento nos preços dos ingressos, o que gerou discussão<br />

e questionamentos por parte da imprensa e dos próprios torcedores<br />

sobre a exclusão das camadas mais populares que outrora frequentavam os<br />

estádios, um processo que é visto como elitização do público assíduo dos<br />

estádios. Holzmeister Oswaldo Cruz (2005) aponta que os fatores que<br />

provocaram este aumento nos preços dos ingressos foram justamente as<br />

mudanças estruturais promovidas para uma melhor segurança, o que<br />

certamente têm impacto nos custos operacionais dos estádios, e fatores<br />

estritamente econômicos.<br />

Todavia, há de se ressaltar o papel dos ídolos tanto na captura do<br />

torcedor quanto nas suas decisões de alocação de sua renda em compras<br />

de produtos de futebol, tal como ingressos. Neste sentido, tem-se como<br />

exemplo o trabalho de Simões (2017), que analisou aspectos relacionados<br />

aos ídolos do futebol na atualidade considerando três eixos: i) habilidades<br />

técnicas como jogador em campo; ii) qualidades e valores de um sujeito<br />

na vida; iii) visibilidade e estratégias de marketing. Simões (2017) aponta<br />

que o futebol busca a atenção de tantos torcedores a partir do fascínio<br />

que desperta, por ser um fenômeno que atrai constantemente a atenção.<br />

Além das habilidades atléticas que leva ao fascínio do torcedor pelo seu<br />

ídolo, tem-se também o carisma do mesmo que pode ser visto justamente<br />

como qualidades e valores que são destacados na trajetória de um jogador<br />

e que participam da construção de sua empatia com o público.<br />

Também, tem-se a estratégia de marketing aplicada à construção do<br />

ídolo. Neste caso, dado um mundo em que os meios de comunicação de<br />

massa são predominantes, estar visível, sempre presente, é um elemento<br />

configurador dos ídolos. E, é esse tipo de combinação de estratégias que<br />

os clubes consideram quando contratam ou criam seus ídolos, no intuito<br />

de capturar e fidelizar seus torcedores e torna-los consumidores de produtos.<br />

Logo, o papel dos ídolos acaba também sendo um determinante do preço<br />

do ingresso, mas que na presente pesquisa, optou-se por não inserir esse<br />

determinante no modelo empírico dado o horizonte temporal e às dificuldades<br />

de se avaliar objetivamente quais e quantos ídolos os clubes tiveram<br />

nos anos analisados.<br />

Além disso, faz-se necessário ressaltar outro determinante que pode<br />

afetar não só dos preços dos ingressos, mas de todos os produtos e serviços<br />

relacionados ao futebol, que é a natureza do ser humano. Segundo<br />

Rial Butier e Lebrini, o “torcedor de futebol parece de certa forma um ser<br />

humano diferente. A paixão e o en<strong>vol</strong>vimento emocional com seu time<br />

de coração colocam em dúvida a racionalidade do processo decisório de<br />

compra” (2013: 147).


90 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

Ainda em relação ao comportamento do torcedor de futebol e a decisão<br />

em adquirir um produto (ou pacote) desse mercado, Sampaio et al.<br />

(2015) discutem em eu estudo a questão do en<strong>vol</strong>vimento e do orgulho<br />

nas decisões dos torcedores de futebol. Para Sampaio et al., “os torcedores<br />

orgulhosos de seu time seriam mais propensos a se comprometer com a<br />

equipe e a atingir níveis de lealdade mais altos (...) Isso implica um comparecimento<br />

regular aos jogos e um en<strong>vol</strong>vimento afetivo duradouro”<br />

(2015: 115).<br />

Assim, pode-se dizer que as características do torcedor enquanto ser<br />

humano apaixonado pelo futebol o tornam irracional sob o ponto de<br />

vista econômico em relação à sua decisão de alocação de sua renda. Isto<br />

implica em afirmar que fatores como renda e desempenho do clube, que<br />

são mensuráveis, não necessariamente explicam totalmente o comportamento<br />

dos preços, que teriam, portanto, influência do comportamento<br />

humano, mas este é de difícil mensuração. Então, na presente pesquisa,<br />

o comportamento humano não foi inserido como um determinante dos<br />

preços dos ingressos de futebol pela complexidade de mensura-lo, o que<br />

poderia gerar um viés de especificação do modelo e inconsistência nos<br />

resultados obtidos.<br />

Feitas tais considerações, o objetivo que norteou este artigo foi discutir<br />

o processo de elitização do futebol e identificar e mensurar os impactos<br />

dos determinantes dos preços dos ingressos das partidas de futebol do<br />

Campeonato Brasileiro de Futebol da Série A no período de 2012 a 2018.<br />

Para tanto, utilizou-se de uma revisão de literatura com vistas a levantar<br />

variáveis que pudessem determinar o preço dos ingressos de futebol do<br />

campeonato brasileiro da série A, além de elaborar e estimar um modelo<br />

econométrico para mensurar as relações entre tais determinantes e os preços.<br />

1. Revisão de Literatura<br />

1.1. A profissionalização do futebol no Brasil a partir da década<br />

de 1920 e as mudanças no papel do estádio na perspectiva de<br />

Holzmeister Oswaldo Cruz<br />

A construção do estádio São Januário e a inclusão de negros e pobres nos<br />

times de futebol do Clube de Regatas Vasco da Gama durante a década<br />

de 1920 propiciaram a popularização do esporte no Brasil, sendo possível<br />

obter-se rendas maiores e pagar salários fixos aos atletas, cujo o único<br />

critério de recrutamento pelo qual eram submetidos era o de habilidades<br />

na prática do futebol. Embora tenha sofrido resistência dos clubes já


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

91<br />

estabelecidos, o processo de profissionalização foi adotado pelos demais<br />

clubes da cidade do Rio de Janeiro.<br />

De maneira arcaica se estabelecia, portanto, o início do processo simultâneo<br />

de profissionalização e popularização do futebol brasileiro que<br />

posteriormente foi seguido pelos demais clubes, até que na década seguinte,<br />

o governo federal estabeleceu, pelo decreto-lei n°3.199 de 14 de abril de<br />

1941, a criação do Conselho Nacional de Desportos (CND) e toda regulamentação<br />

do esporte nacional. Havia, portanto, um interesse do<br />

Governo de Getúlio Vargas na utilização do futebol como um instrumento<br />

de integração nacional e sustentação do regime Varguista (Holzmeister<br />

Oswaldo Cruz, 2005).<br />

É possível verificar ainda que a construção do estádio do Maracanã,<br />

devido aos seus setores que comportavam diversas camadas sociais distintas,<br />

“protagonizou o processo de coletivização da torcida [...] dando-lhe<br />

uma identidade nacional, que mexe com as emoções da população [...]”<br />

(Holzmeister Oswaldo Cruz, 2005: 75).<br />

Após a Copa do Mundo de 1950, no entanto, o estádio se tornou o<br />

principal palco dos jogos dos clubes de futebol carioca, sendo o setor da<br />

arquibancada o mais atrativo às camadas populares e responsável pela<br />

posterior formação, na década de 1960, das torcidas organizadas. Posteriormente,<br />

o Maracanã passou por mudanças estruturais, como o fim, ou<br />

restrição, da popular Geral e da colocação de assentos e setorização das<br />

arquibancadas do anel superior, onde tradicionalmente se acomodam as<br />

torcidas organizadas, antes mesmo da Copa do Mundo FIFA disputada<br />

em 2014.<br />

Também se notou que o Maracanã, a Arena da Baixada e o Estádio<br />

Caio Martins passaram por um processo semelhante ao ocorrido nos<br />

estádios ingleses. Sofreram reformas e mudanças para que se atendesse<br />

não só às medidas de segurança, mas também por razões econômicas,<br />

pois “como vimos, estão transformando o jogo, convertendo-o em um<br />

espetáculo, em um produto a ser comercializado e que pressupõe uma<br />

platéia composta por consumidores em detrimento dos torcedores” (Holzmeister<br />

Oswaldo Cruz, 2005: 95).<br />

No Brasil, estas mudanças tiveram início a partir da década de 1990<br />

com a aprovação das leis Pelé e Zico com intuito de promover a modernização<br />

do futebol Brasileiro, que apenas no fim da década de 1990, por<br />

meio de uma maior cobrança das instituições públicas, da imprensa e de<br />

grupos de torcedores, criou-se o Estatuto do Torcedor, no ano de 2002.<br />

Em 2000, o Maracanã passou por reformas onde foram criados diversos<br />

setores com objetivo de atender à demanda de públicos específicos e<br />

preços diferenciados em cada setor. Com o setor central do anel superior,<br />

o branco, sendo direcionado a turistas e torcedores de ambos os times (em


92 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

caso de clássicos cariocas, ou seja, confrontos entre Flamengo, Fluminense,<br />

Botafogo e Vasco) dos quais, geralmente estavam acompanhados da família<br />

ou temiam a proximidade para com as torcidas organizadas.<br />

1.2. O processo de transformação de torcedores em consumidores<br />

A Re<strong>vol</strong>ução Industrial e o ritmo fabril foram aspectos decisivos na criação<br />

de novas formas de diversão e a segunda re<strong>vol</strong>ução industrial, ao fim do<br />

século XIX, possibilitou a amplificação deste processo e expansão dos mesmos<br />

pelo mundo todo. Isso se deu por meio da melhora e avanço dos meios<br />

de comunicação, o que culminou em veículos de informação cada vez mais<br />

massivos, como a televisão (Andrade de Melo, 2010). Assim, a partir da<br />

década de 1970, a Copa do mundo de futebol masculino pôde ser transmitida<br />

para milhões de pessoas em vários países, tornando-se uma ferramenta<br />

de marketing e inserindo o futebol no sistema capitalista de mercado.<br />

A criação de um campo esportivo planetário onde estão presentes mídias<br />

especializadas, multinacionais no papel de anunciantes e/ou na produção<br />

direta de produtos esportivos a serem mundialmente consumidos, tornou<br />

o esporte um espetáculo midiático e uma oportunidade lucrativa, portanto,<br />

de investimento; e que transformou o torcedor comum em um potencial<br />

consumidor. Por exemplo, tem-se os Estados Unidos como o<br />

precursor do esporte-espetáculo, tendo esta indústria um destaque importante<br />

na economia Norte-Americana (Alvito, 2006).<br />

Alvito (2006) também destaca a importância que o esporte-espetáculo<br />

tem para o capitalismo contemporâneo, na qual a lógica se baseia na<br />

cultura e na produção artificial de necessidades. Sem a transformação do<br />

supérfluo em produtos de primeira necessidade, o capitalismo enfrentaria<br />

uma crise de superprodução, sendo necessário, portanto, que se recorra<br />

a irracionalidade e à emoção, principalmente <strong>num</strong>a sociedade que exige<br />

cada vez mais controle emocional.<br />

Logo, o futebol se tornou carro-chefe da indústria do entretenimento,<br />

servindo de espaço publicitário em diversas mídias por se tornar o esporte<br />

mais popular do mundo. Além disso, com valores de patrocínios cada<br />

vez mais vultuosos, é comum que a imprensa esportiva dedique cada vez<br />

mais espaço para tratar especificamente do assunto (Alvito, 2006).<br />

Neste sentido, ainda segundo Alvito (2006), os torcedores são cada vez<br />

mais considerados como consumidores pelas entidades esportivas e comerciais<br />

ligadas ao esporte, tais quais a televisão e anunciantes (patrocinadores);<br />

com isso, observa-se um esforço por parte dos clubes e seus patrocinadores<br />

em garantir que o espetáculo seja visualmente mais agradável, e para isso,<br />

utilizam de força policial e de vigilância sob a justificativa de garantir


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

93<br />

segurança ao público; mas, que na verdade, também visa evitar a associação<br />

de suas marcas a possíveis atos de desordem.<br />

Não obstante ao fato de que a questão da segurança seja importante,<br />

muitas vezes seu uso excessivo em prol do espetáculo midiático pode<br />

promover algum grau de intimidação e cerceamento à liberdade dos<br />

torcedores (Alvito, 2006). Por exemplo, tem-se que o processo de transformação<br />

dos torcedores em consumidores passa muito pelo combate às<br />

torcidas organizadas, que a despeito de promoverem belos espetáculos nas<br />

arquibancadas, promovem também violência, sendo, portanto, desinteressantes<br />

à televisão e mídia esportiva com um todo, dificultando o uso<br />

do futebol como plataforma publicitária.<br />

1.3. Medidas de segurança, mudança dos estádios<br />

e profissionalização: o caso britânico<br />

Por todo o século <strong>XX</strong> os estádios britânicos foram palco de acidentes devido<br />

às brigas entre hooligans 1 e, principalmente, superlotação e más condições<br />

estruturais dos estádios, sendo registrados mais de 300 vítimas fatais, além<br />

de centenas de feridos. O principal acidente ocorreu em 1989 no estádio<br />

Sheffield Hillsborough, <strong>num</strong>a partida entre Liverpool e Nottingham Forest,<br />

onde a superlotação vitimou 100 pessoas imprensadas no alambrado<br />

(Holzmeister Oswaldo Cruz, 2005).<br />

Após esta tragédia, foram tomadas medidas para o aumento da segurança<br />

nos estádios da Inglaterra baseadas no Relatório de Taylor (Taylor<br />

Report), principalmente a proibição de venda e consumo de bebidas alcoólicas<br />

no interior dos estádios e modificações dos setores onde os torcedores<br />

assistiam ao jogo de pé, também chamados de terraces. 2 Os<br />

impactos destas medidas na cultura e no ambiente dos estádios britânicos<br />

foram enormes, afastando os torcedores de camadas mais pobres e operárias<br />

que ao mesmo tempo, em geral, são os mais fanáticos e mais apaixonados<br />

pelos clubes (Holzmeister Oswaldo Cruz, 2005).<br />

Portanto, as medidas de segurança são apontadas por Holzmeister<br />

Oswaldo Cruz (2005) como um dos fatores determinantes para a definição<br />

da estrutura dos estádios ingleses, porém não são os únicos. Na verdade,<br />

observa-se que esse processo de reestruturação dos estádios está<br />

pautado na lógica econômica (Holzmeister Oswaldo Cruz, 2005).<br />

Ademais, a partir da década de 1980, pôde-se notar um aumento na<br />

capacidade financeira dos clubes de futebol, principalmente dos britânicos,<br />

1<br />

Indivíduo ou grupo que é violento, arruaceiro e vândalo, principalmente quando presentes em<br />

competições esportivas. Torcedor violento.<br />

2<br />

Setores sem assentos nos quais o torcedor assistia ao jogo em pé. No Brasil estes setores eram<br />

conhecidos como Geral ou Gerais.


94 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

que foram os primeiros a implementarem uma gestão empresarial de suas<br />

finanças. Tal ação, de forma conjunta ao aumento de outras fontes de<br />

receitas, como os direitos de transmissão de televisão, foi um fator responsável<br />

pela mudança em seus estádios, para além das questões de segurança<br />

(Holzmeister Oswaldo Cruz, 2005).<br />

Com o surgimento no futebol de profissionais responsáveis pela administração<br />

das empresas, como diretores especializados em marketing,<br />

vendas e financeiro e a posterior mudança nas restrições ao uso do uniforme<br />

como plataforma publicitária, foi possível a estampa de patrocinadores<br />

nos uniformes dos clubes e abriu-se maior espaço e novas<br />

oportunidades para geração de receitas para os clubes (Holzmeister<br />

Oswaldo Cruz, 2005). Logo, dado esse contexto, Holzmeister Oswaldo<br />

Cruz (2005) verificou, assim como Alvito (2006), que o futebol foi inserido<br />

<strong>num</strong> processo de mercantilização da cultura, na forma de lançamentos<br />

de produtos e produção em massa e em ritmo industrial, propiciando o<br />

surgimento dos pós-torcedores. Um novo tipo de torcedor com maior<br />

senso crítico e grande propensão ao consumo destes itens.<br />

Ao fim da década de 1980, portanto, os clubes ingleses geravam mais<br />

receitas oriundas dos licenciamentos de produtos relacionados às suas<br />

marcas e direitos de transmissão pagos pela televisão do que propriamente<br />

da bilheteria de seus jogos. Pode-se observar, portanto, uma mudança<br />

do público frequentador dos estádios de futebol na Inglaterra durante<br />

esse período, com esse espaço servindo cada vez mais como um atrativo a<br />

patrocinadores e para promover ações de marketing que busquem valorizar<br />

as marcas dos clubes e atrair investidores e cada vez menos com o objetivo<br />

de receber os torcedores mais fanáticos.<br />

1.4. Alguns estudos empíricos sobre preço e demanda por jogos<br />

de futebol<br />

García e Rodríguez (2002) e Falter e Perignon (2000) levantaram diversos<br />

estudos empíricos acerca da demanda por partidas de futebol, e apontaram<br />

um padrão de elementos como imprevisibilidade do resultado da partida,<br />

custo de oportunidade e qualidade, ambiente econômico e incentivos<br />

monetários e não-monetários para ir ao estádio, sendo estes importantes<br />

na formação de preços.<br />

Madalozzo e Villar (2009) dividem as variáveis que podem ter impacto<br />

sobre a demanda nas categorias: estruturais, de qualidade esperada, de<br />

performance e de incerteza acerca do resultado da partida. As variáveis<br />

estruturais tratadas pelos autores foram preços dos ingressos, o PIB per<br />

capita, a capacidade do estádio, o dia da semana, promoção da Nestlé e<br />

o número de jogos como mandante por mês.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

95<br />

Já, as variáveis da categoria de qualidade esperada da partida são: título<br />

nacional ou internacional conquistado no ano anterior pelo time<br />

mandante, título nacional ou internacional conquistado no ano anterior<br />

pelo time visitante, título estadual conquistado no ano pelo mandante,<br />

jogo Clássico, segunda divisão no ano anterior e time visitante dos estados<br />

de São Paulo (SP) e Rio de Janeiro (RJ).<br />

No que se refere à categoria performance, utilizaram os pontos conquistados<br />

nas últimas três rodadas pelo time mandante, classificação do<br />

time mandante e classificação do time visitante. E por fim, na categoria<br />

incerteza quanto ao resultado da partida, elencaram a chance de alcançar<br />

a liderança, chance de sair da zona de rebaixamento e número da rodada<br />

(Madalozzo and Villar, 2009).<br />

Ainda, segundo Madalozzo e Villar (2009: 646), “as variáveis estruturais<br />

tiveram o impacto esperado e, com exceção da variável Número de partidas<br />

com mando de campo por mês, todas as variáveis são significativas”.<br />

Sobre a Promoção Nestlé, o autor enfatiza:<br />

A promoção da Nestlé teve um efeito positivo e muito significativo –o<br />

maior do modelo, embora só tenha ocorrido em 8.32% dos jogos. Esses<br />

efeitos tornam algumas interpretações possíveis. Em linhas gerais, percebese<br />

que o público potencial é maior do que o que normalmente frequenta<br />

os jogos (Madalozzo and Villar, 2009: 645).<br />

Então, nota-se que promoções e diminuições no preço do ingresso<br />

causaram um aumento da demanda pelos jogos, assim como clássicos e<br />

jogos em que o visitante é um clube do estado do Rio ou São Paulo e o<br />

bom desempenho dos clubes mandantes. Por fim, Madalozzo e Villar<br />

(2009) concluem que a maioria das variáveis foram estatisticamente significativas<br />

e que ao menos uma por categoria teve impacto relevante.<br />

Bruscato Bortoluzzo et al. (2017) estudaram a demanda por partidas<br />

de futebol para o período de 2004 a 2013. Foram estimados três modelos<br />

distintos: o modelo de mínimos quadrados ordinários, o modelo TOBIT<br />

e o modelo GL, modelo de mínimos quadrados generalizado. As variáveis<br />

foram divididas em três grupos: ambiente econômico (PIB per capita e a<br />

população da cidade em que se realizara a partida), variáveis para a qualidade<br />

do produto e variáveis que buscam mensurar os incentivos monetários<br />

e não-monetários (Bruscato Bortoluzzo et al., 2017). Os resultados<br />

obtidos para todos os modelos corroboraram a previsão de que quanto<br />

maior a população da cidade, maior a demanda por jogos de futebol.<br />

Quanto a um maior PIB per capita, há uma diminuição da demanda,<br />

concluindo-se, como Madalozzo e Villar (2009), que o futebol é um bem<br />

inferior. Ou seja, a elasticidade-renda da demanda é menor que 1 (Bruscato<br />

Bortoluzzo et al., 2017).


96 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

As variáveis relativas à qualidade do produto abrangem a qualidade dos<br />

times mandantes e dos times visitantes. Além destas, Bruscato Bortoluzzo<br />

et al. (2017) acrescentaram mais duas, a quantidade de gols marcados pelos<br />

dois times nas últimas três rodadas e variáveis dummy, com o objetivo de<br />

mensurar o impacto da importância de cada quarta parte do campeonato.<br />

À medida que o campeonato avança, esperava-se, segundo Bruscato<br />

Bortoluzzo et al. (2017), que houvesse um aumento da demanda pelos<br />

jogos, como foi verificado nos resultados. Os resultados foram significativos<br />

para a maioria das variáveis. Assim como os resultados de Madalozzo<br />

e Villar (2009), os clássicos e jogos que en<strong>vol</strong>veram clubes dos estados do<br />

RJ e SP como visitantes, impactaram positivamente na demanda.<br />

Para o grupo de variáveis de incentivos monetários e não-monetários,<br />

as utilizadas por Bruscato Bortoluzzo et al. (2017) foram: o preço dos<br />

ingressos em média; jogo realizado em fim de semana; jogo realizado às<br />

21 horas e chuva (medida em milímetros). Os resultados indicaram que<br />

a demanda por jogos de futebol é inelástica em relação ao preço, assim<br />

como Madalozzo e Villar (2009). Bem como jogos no fim de semana<br />

apresentam maior demanda, jogos em dias chuvosos e depois das 21<br />

horas tem impacto negativo na demanda.<br />

Por fim, tem-se o trabalho de Lima Benevides et al. (2017) que objetivou<br />

encontrar os determinantes da demanda por ingresso de partidas<br />

de futebol. Para tal, o autor aplicou um modelo econométrico onde o<br />

público pagante medido em o número de ingressos vendidos foi considerado<br />

como proxy da demanda (variável explicada), enquanto as variáveis<br />

explicativas foram divididas em fatores econômicos, qualidade esperada<br />

da partida, incerteza dos resultados e fatores estruturais. As variáveis<br />

utilizadas para mensurar o aspecto econômico da demanda foram o preço<br />

médio dos ingressos, dado pela razão entre a receita bruta e o público pagante<br />

e a renda média das famílias na cidade em que se realiza a partida.<br />

Os fatores estruturais como tamanho da torcida, o dia da partida e se<br />

o estádio utilizado foi construído para a Copa do mundo de 2014 foram<br />

todos estatisticamente significativos ao nível de 5% e tiveram impacto<br />

positivo sobre a demanda. Os jogos disputados nos novos estádios apresentaram<br />

um impacto de 55.85%, em média, sobre a demanda. Lima Benevides<br />

et al. (2017) atribuem esse fenômeno ao fator curiosidade, que tende a<br />

ser passageiro, como pôde ser observado na Inglaterra nos anos 1990.<br />

Enquanto partidas disputadas aos fins de semana à tarde causaram um<br />

aumento médio de cerca de 20%. Por fim, Lima Benevides et al. (2017)<br />

concluíram que a demanda por futebol é não-linear e não-homogênea,<br />

além de ser influenciada por fatores econômicos e não-econômicos, principalmente<br />

os estruturais e esportivos.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

97<br />

2. Determinação de preço a partir da Teoria do Custo Total de Hall<br />

e Hitch<br />

As inconsistências da teoria neoclássica impedem que se analise e se determine<br />

o par preço-quantidade produzida na maioria dos mercados sob a<br />

ótica da concorrência perfeita. Todas estas contradições são observadas de<br />

maneira simultânea, sendo mais coerente uma análise <strong>vol</strong>tada para o<br />

extremo oposto, ou seja, uma análise <strong>vol</strong>tada ao monopólio (Sraffa, 1926).<br />

Na abordagem convencional, se estabelecem modelos de concorrência<br />

perfeita e monopolísticas com o intuito apenas de ilustrar casos extremos<br />

nos quais, supostamente, não se verificam na realidade, servindo apenas<br />

como referência para casos similares a essas condições, onde setores com<br />

muitos produtores poderiam ser caracterizados como de concorrência<br />

perfeita, por exemplo, e as imperfeições encontradas são apenas de natureza<br />

friccional, não constituindo uma força suficiente que alterasse os<br />

resultados previstos pela teoria (Sraffa, 1926).<br />

No entanto, estas imperfeições não são meramente friccionais, são<br />

“forças ativas que produzem efeitos permanentes e [...] cumulativos [...]<br />

são quase sempre dotados de estabilidade [...] para que se tornem objeto<br />

de análise com base em hipóteses estáticas” (Sraffa, 1926: 10). O autor<br />

afirma que “um pequeno desvio dessas (condições de concorrência) é<br />

suficiente para fazer com que a forma como o equilíbrio é atingido tornese<br />

extremamente similar àquela forma peculiar ao monopólio” (Sraffa,<br />

1926: 10).<br />

É neste contexto onde se necessita de uma teoria de determinação de<br />

preços mais próxima da realidade, que o estudo de Hall e Hitch (1939)<br />

busca por meio da aplicação de questionários a algumas empresas selecionadas<br />

de acordo com seu porte, área de atuação e consideradas bem administradas,<br />

ou administradas racionalmente, entender como é a<br />

formação de seus preços. Ao todo, Hall e Hitch (1939) entrevistaram 38<br />

empresas: 33 industriais, três varejistas e duas firmas de construção (De<br />

Oliveira Lima, 1985).<br />

As principais conclusões do estudo de Hall e Hitch (1939) foram: i)<br />

As firmas não agem como prevê a teoria neoclássica, ou seja, de forma<br />

atomística; ii) As firmas determinam os preços por meio da adição de um<br />

mark-up sobre os custos de produção; iii) As firmas produzem enquanto<br />

o mercado é capaz de consumir e iv) Os preços tendem a se manterem<br />

fixos. Assim, pode-se dizer que o principal resultado do estudo de Hall e<br />

Hitch (1939) é a proposta de determinação de preço, tal como se apresenta<br />

na equação (1).


98 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

P= V+q′V+q′′V<br />

(1)<br />

P é o preço unitário, V o custo direto, q′ uma margem para cobrir os<br />

custos variáveis e q′′ para cobrir uma margem convencional de lucro.<br />

Então, pode-se escrever, de acordo com Sylos-Labini (1956), que:<br />

P= V+QV<br />

(2)<br />

V é o custo direto e Q = q′ + q′′. Logo, tem-se que as empresas não<br />

maximizam seus lucros por meio do encontro entre as curvas de receita<br />

e custo marginal, das quais as firmas sequer têm acesso e julgam ser adequado<br />

que os preços cubram apenas os custos médios de produção de<br />

forma a gerarem lucro (De Oliveira Lima, 1985).<br />

Dessa forma, pode-se compreender que a relação entre os Clubes de<br />

Futebol analisados e seus torcedores é de consumidores para com fornecedores,<br />

<strong>num</strong>a estrutura de mercado que reflete de maneira muito precisa<br />

o oligopólio diferenciado, termo originalmente formulado por<br />

Sylos-Labini (1956) com inspiração em Kaldor (1935) e Sraffa (1926).<br />

Esta estrutura de mercado consiste em “muitas pequenas empresas<br />

aparentemente em concorrência entre si, mas que na realidade estão<br />

dotadas de poderes de mercado bem definidos” (Sylos-Labini, 1956: 56<br />

como citado em Gonçalves da Silva, 2010: 125). Gonçalves da Silva<br />

também destaca “[que] uma certa diferenciação dos produtos é relevante,<br />

de modo que cada empresa está em concorrência direta, somente com<br />

alguns rivais mais próximos” (Gonçalves da Silva, 2010: 125).<br />

Este mercado leva ao extremo a diferenciação de produto pois é improvável<br />

que torcedores deixem de comprar ingressos para jogos do seu<br />

clube de preferência em razão do preço elevado, para adquirir ingressos<br />

de partidas de outros clubes, ainda que estes tenham menores preços, ou<br />

apresentem maior qualidade do jogo em si ou estádio mais confortável.<br />

Não há, portando, um substituto perfeito, restando apenas os jogos<br />

transmitidos em TV Aberta, fechada ou pay-per-view como opção, que<br />

podem ser considerados os rivais mais próximos.<br />

Com isso, pode-se entender que cada torcida é uma fatia específica de<br />

mercado dos clubes, onde estes podem definir os preços dos ingressos<br />

considerando os custos operacionais e definindo um mark-up, 3 ou seja,<br />

3<br />

Mark-up é uma ferramenta administrativa utilizada por muitos empresários como método<br />

para definir o preço de venda de uma mercadoria ou serviço prestado. O Manual de Economia da<br />

USP define mark-up como “a margem da receita de vendas (faturamento) sobre os custos diretos de<br />

produção”. Esse modelo surgiu após estudos empíricos estruturados a partir de 1930, que mostraram,<br />

segundo Vasconcellos (2002), “que as grandes empresas determinam o preço de seu produto a partir


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

99<br />

uma margem de lucro que seja conveniente e compatível com as pretensões,<br />

sejam financeiras ou esportivas, dos ofertantes. A demanda, portanto,<br />

pode afetar a amplitude deste mark-up, tendo em vista que os estádios<br />

possuem um número limitado de assentos, não sendo possível aumentar<br />

a quantidade ofertada da maneira como é feita no setor industrial, ao<br />

menos não no curto-prazo. Assim, fatores como a importância, dia ou<br />

circunstâncias exclusivamente esportivas podem influenciar o preço dos<br />

ingressos.<br />

3. Metodologia<br />

3.1. Descrição das variáveis e fonte de dados<br />

Para mensurar a relação entre os determinantes e os preços dos ingressos<br />

para jogos de futebol do Campeonato Brasileiro da Série A, foram utilizados<br />

dados de todos os jogos de 12 clubes, a saber: Botafogo, Flamengo, Fluminense,<br />

Vasco, Corinthians, São Paulo, Palmeiras, Santos, Cruzeiro, Atlético<br />

Mineiro, Internacional e Grêmio na condição de mandante; isto é, cuja a<br />

renda da partida e a operação do estádio são responsabilidade do clube.<br />

Ressalta-se que embora o Campeonato Brasileiro da Série A seja disputado<br />

por 20 clubes, optou-se na presente pesquisa por manter apenas<br />

os 12 clubes citados acima que durante o período de análise (2012 a 2018)<br />

se mantiveram na série A. Essa questão é importante do ponto de vista<br />

metodológico, visto que o modelo econométrico proposto na presente<br />

pesquisa, qual seja, o de dados em painel balanceado, pressupõem que se<br />

utilize as mesmas unidades (times de futebol) para o mesmo período de<br />

tempo. Cabe destacar que, obviamente, os resultados obtidos refletem tal<br />

estrutura de dados. Logo, para os 12 clubes que compuseram a amostra,<br />

coletaram-se as seguintes variáveis:<br />

a) Preço Médio do Ingresso (Pm): É o preço médio no qual o ingresso<br />

foi comercializado.<br />

b) Custo individual (Ci): As partidas de futebol apresentam diversos<br />

custos que podem ser condensados como custos operacionais. O<br />

custo individual é calculado pelos custos operacionais divididos<br />

pelo público pagante.<br />

c) Dia (D): As partidas do Campeonato Brasileiro podem ser realizadas<br />

em fins de semana (sábado e domingo) ou nos dias úteis.<br />

Toma-se, portanto, que as partidas nos fins de semana possuem<br />

de seus próprios custos, sem ater-se ao comportamento da demanda, já que eles conhecem menos<br />

da demanda do que seus custos” (Vasconcellos, 2002: 171).


100 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

maior demanda e, assim, podem ter um impacto maior sobre o preço.<br />

Logo, construiu-se uma variável qualitativa, tipo 0, jogo no meio de<br />

semana ou 1, jogo no fim de semana, para captar tal efeito.<br />

d) Estádio (E): Variável que diz respeito ao tipo de estádio em que<br />

se realizou a partida. Variável qualitativa tipo 0, estádio antigo, ou<br />

1, estádio construído, ou reformado, recentemente, que possui<br />

características de um estádio moderno, apontadas por Holzmeister<br />

Oswaldo Cruz (2005) e Alvito (2006).<br />

e) Desempenho (Des): Variável que busca medir o impacto do<br />

desempenho esportivo dos clubes sobre os preços. Calculado de<br />

acordo com o aproveitamento nas edições do campeonato Brasileiro<br />

da Série A que compõe a amostra, considerando 2012 a 2018, por<br />

meio da quantidade de pontos conquistados.<br />

f) Importância (Impi): Variável qualitativa que busca medir o<br />

impacto da importância da partida específica, sendo 0 para partidas<br />

comuns e 1 para partidas consideradas importantes ou decisivas<br />

(aquelas que podem definir vagas em outras competições<br />

nacionais e internacionais, por exemplo).<br />

g) Clássico (CS): É esperado que os clássicos, isto é, partidas em que<br />

ambos os times são da mesma cidade ou estado, impactem<br />

positivamente na demanda gerando um aumento positivo no preço.<br />

Portanto é uma variável qualitativa tipo 0, quando não for clássico<br />

e 1 quando for clássico.<br />

Salienta-se que para obter dados como a receita bruta, custo, preço<br />

médio e público dos clubes de Minas Gerais, Rio de Janeiro, Rio Grande<br />

do Sul e São Paulo, recorreu-se ao website:srgoool.com.br. Nesta ferramenta<br />

da internet podem ser encontrados os dados necessários de todos<br />

os jogos do campeonato Brasileiro ao longo do tempo. Para este artigo o<br />

período considerado foi de 2012 a 2018.<br />

3.2. O modelo econométrico para mensurar os determinantes dos<br />

preços dos ingressos<br />

Para a estimação da relação entre determinantes e preços dos ingressos de<br />

futebol do Campeonato Brasileiro da Série A, considerou-se um período<br />

de sete anos; portanto t=7 e o número de rodadas foi de 19 por clube.<br />

Logo, o número de unidades foi de 12 vezes 19, cujo valor é de 228 e<br />

com isso o total de observações no painel foi de 1,596. Assim, o modelo<br />

proposto neste artigo está representado na equação 3 e está estruturado<br />

para estimar variáveis organizadas em painel, modelo este que está minuciosamente<br />

apresentado, por exemplo, em Baltagi (2013).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

101<br />

Pmit= β0 + β1Ciit + β2Dit + β3Eit + β4Desit +<br />

β5Impiit + β6CSit + β7odbit nit<br />

(3)<br />

Vale destacar que as variáveis D, Des, I e CS fazem parte do Mark-Up<br />

sobre os custos de produção, que neste artigo denominou-se de custos<br />

operacionais, conforme diz a teoria do custo total de Hall e Hitch (1939).<br />

E a variável E pode elevar o preço tanto pelo aumento de custos, quanto<br />

pelo o aumento da demanda como destacam Lima Benevides et al. (2017).<br />

4. Resultados e discussão<br />

Nesta seção são apresentados e discutidos os resultados obtidos por meio<br />

da estimação da equação 3. Inicialmente, foram apresentadas, na tabela<br />

1, as estatísticas descritivas das variáveis observadas.<br />

Tabela 1<br />

Estatísticas descritivas das variáveis utilizadas para estimar os<br />

impactos dos determinantes dos preços dos ingressos de futebol no<br />

Campeonato Brasileiro no período de 2012 a 2018<br />

Variável Observações Média Desvio-padrão Mínimo Máximo<br />

Pm 1596 32.90 15.29 4.01 136.78<br />

Ci 1596 21.51 13.64 2.99 131.99<br />

Dia 1596 0.68 0.47 0.00 1.00<br />

Impi 1596 0.25 0.43 0.00 1.00<br />

Des 1596 0.53 0.15 0.00 1.00<br />

CS 1596 0.11 0.31 0.00 1.00<br />

Odb 1596 0.03 0.17 0.00 1.00<br />

E 1596 0.52 0.50 0.00 1.00<br />

Fonte: elaboração própria a partir dos resultados da pesquisa.<br />

Como se pode observar pela tabela 1, a variável dependente, preço<br />

médio dos ingressos (Pm), obtida por meio da divisão da renda bruta<br />

pelo público pagante, foi de R$32.90, em média. O custo individual (Ci)<br />

que se refere ao custo total divido pelo público pagante, foi de R$21.50<br />

em média.<br />

O desempenho dos clubes da amostra foi em média de 53.1%, que<br />

indica que, na maioria dos anos, estes se aproximaram e alguns até garan-


102 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

tiam vaga na competição CONMEBOL Copa Libertadores da América<br />

(Libertadores). O bom desempenho médio pode ser explicado pelo fato<br />

de os clubes escolhidos para fazer parte da amostra serem os clubes mais<br />

populares e de maior receita do Brasil, o que se traduz em um melhor<br />

desempenho esportivo devido à possibilidade que os mesmos têm de maior<br />

investimento comparado aos demais.<br />

Devido à presença de uma dimensão temporal nos dados da amostra,<br />

se faz necessário a aplicação do teste de raiz unitária para verificar a propriedade<br />

de estacionariedade da série de dados quantitativas, a saber: as<br />

variáveis Pm, Ci e Des. E, dado que também há o componente de corte<br />

transversal (i= igual a times), os dados então estão estruturados em painel<br />

e, portanto, foi aplicado o teste Levin-Lin-Chu (LLC), cuja hipótese<br />

nula é de que o painel possui raiz unitária. Os resultados estão apresentados<br />

na tabela 2.<br />

Tabela 2<br />

Teste de Raiz Unitária de Levin-Lin-Chu para as variáveis<br />

preço médio dos ingressos (Pm), custo individual (Ci)<br />

e desempenho (Des)<br />

Teste t ajustado<br />

p-valor<br />

Pm -11.021 0.000<br />

Ci -9.532 0.000<br />

Des -8.168 0.000<br />

Fonte: elaboração própria a partir dos resultados da pesquisa.<br />

Conforme análise dos resultados da tabela 2, nota-se que todos os p-<br />

valores foram menores do que 10%, isto implica em afirmar que a hipótese<br />

nula do teste LLC foi rejeitada; logo, todos os painéis são<br />

estacionários. Com isso, pôde-se prosseguir com as etapas da estimação<br />

do modelo econométrico.<br />

Quanto à escolha do melhor método de estimação da equação 3,<br />

aplicaram-se o teste de Chow, cuja a hipótese nula é de que o modelo de<br />

Mínimos Quadrados Ordinários (MQO) é preferível ao de Efeitos Fixos<br />

(EF); teste de Breusch-Pagan, em que a hipótese nula é de MQO é preferível<br />

ao modelo de Efeito Aleatório (EA), e o teste de Hausman, que<br />

tem a hipótese nula de o modelo de EA é preferível ao EF.<br />

Conforme a tabela 3, observa-se presença de heterocedasticidade detectada<br />

por meio do teste de White. Quanto à autocorrelação, o resultado<br />

do teste de Wooldrigde indicou para não rejeição da hipótese nula de<br />

ausência de autocorrelação para um nível de significância de 1%. Então,


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

103<br />

Tabela 3<br />

Coeficientes estimados por meio do método de Efeitos Aleatórios<br />

(EA) com erros padrão-robustos<br />

Coeficientes Erro-padrão Estatística Z P>|z|<br />

Constante 8.747 3.057 2.860 0.000<br />

Ci 0.393 0.097 4.050 0.000<br />

Dia 2.296 0.495 4.630 0.000<br />

E 12.564 3.518 3.570 0.000<br />

Des 13.959 4.078 3.420 0.001<br />

Impi -2.531 0.780 -3.240 0.001<br />

CS 6.740 1.407 4.790 0.000<br />

Odb 2.431 2.272 1.070 0.285<br />

R 2 0.2253<br />

Teste de White (χ 2 ) 1261.980 (p-valor=0.000)<br />

Teste de autocorrelação 7.291 (pvalor=0.021)<br />

Teste de Chow 79.520 (pvalor=0.000)<br />

Teste LM 10,916.800 (pvalor=0.000)<br />

Teste Hausman 7.720 (pvalor=0.358)<br />

Fonte: elaboração própria a partir dos resultados da pesquisa.<br />

como o modelo não atendeu ao pressuposto de homocedasticidade, foi<br />

necessário a correção, que foi realizada pelo procedimento de obtenção<br />

de erros-padrão robustos. 4<br />

De acordo com os resultados apresentados na tabela 3, pode-se afirmar<br />

que os sinais dos coeficientes estimados estão de acordo com o que aponta<br />

a revisão de literatura e a teoria apontada neste artigo, exceto para as variáveis<br />

Impi que busca captar o aumento no preço dos ingressos conforme a<br />

importância do jogo em questão, sendo considerados jogos importantes os<br />

últimos cinco jogos do time i como mandante em cada ano t e a variável<br />

Odb, na qual acreditava-se que o acordo entre o Fluminense e a Odebrecht<br />

possibilitaria uma redução dos preços dos ingressos.<br />

Ainda conforme análise da tabela 3, a variável dummy Impi apresentou<br />

impacto negativo no preço médio nos ingressos de cerca de R$2.53, ao<br />

contrário do que se esperava. Segundo Bruscato Bortoluzzo et al. (2017),<br />

4<br />

No stata 12, basta usar o comando vce robust que permite obter estimativas consistentes com<br />

um estimador diferente da matriz de variância-covariância dos estimadores dos parâmetros (VCE)<br />

que leve em conta os erros não i.i.d. Esta é a chamada abordagem robusta. O significado do termo<br />

robusto vem do fato de que nesta abordagem não há nenhuma restrição ao comportamento dos erros<br />

do modelo estimado.


104 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

à medida que o campeonato avança, há um aumento da demanda pelas<br />

partidas de futebol; porém, este aumento não é repassado ao preço por<br />

meio do mark-up, o que pode ser explicado por fatores esportivos como<br />

o modelo de disputa popularmente conhecido como pontos corridos,<br />

implantado ao campeonato Brasileiro a partir de 2003, como também<br />

pela necessidade de mais público no estádio ao fim do campeonato com<br />

intenção de melhorar o desempenho da equipe por meio do aumento do<br />

incentivo da torcida.<br />

Também se destaca que tal fato pode ocorrer, especialmente, em casos<br />

de clubes ameaçados de rebaixamento à série B, aplicado aos quatro últimos<br />

colocados ao fim de 38 rodadas. Um exemplo é o caso do time Internacional,<br />

que em 2016, onde nas últimas cinco rodadas o preço médio<br />

do ingresso foi de R$15.81 em contraste aos R$31.92 das primeiras<br />

cinco rodadas e também em casos de clubes que buscam vaga na Copa<br />

Libertadores, como o São Paulo que fixou preços a partir de R$5.00<br />

para um jogo valido pela 37° rodada contra o Internacional para o campeonato<br />

Brasileiro de 2019; ou ainda pelo fato de muitos clubes chegarem<br />

nas últimas rodadas com poucas ou nenhuma ambição na competição.<br />

Assim, é comum que ocorram promoções que acabam por diminuir o<br />

preço dos ingressos.<br />

No que se refere à variável Odb, que não foi estatisticamente significativa,<br />

ressalta-se que, embora no ano de 2016 já não houvesse mais o<br />

acordo citado, o preço médio dos ingressos para o Fluminense sofreu<br />

pouca oscilação, o que acarretou em prejuízos recorrentes, e isso pode<br />

explicar o p-valor de 0.231 encontrado para a variável. No gráfico 1,<br />

Gráfico 1<br />

Lucro do Fluminense ao longo dos jogos (rodadas) como mandante<br />

no Campeonato Brasileiro da Série A de 2013 a 2018<br />

Fonte: elaboração própria a partir dos dados utilizados na pesquisa.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

105<br />

apresenta-se o comportamento do lucro do Fluminense enquanto mandante<br />

ao longo do período analisado e que pode corroborar o resultado<br />

encontrado para a variável Odb.<br />

De acordo com a análise do gráfico 1, observa-se que o jogo de maior<br />

lucro foi um clássico contra o Flamengo pela 23° rodada do campeonato<br />

Brasileiro de 2015, disputado no Maracanã, assim como a maioria dos<br />

picos (positivos), exemplificando o impacto na demanda por jogos, e<br />

consequentemente no mark-up, causados por clássicos regionais. A exceção<br />

se dá no jogo contra o Grêmio, também pelo campeonato Brasileiro<br />

de 2015, na estreia do Ronaldinho Gaúcho pelo Fluminense, jogador de<br />

grande prestígio mundial e revelado pelo time adversário (Grêmio).<br />

Esse contexto foi um fator de aumento do mark-up para esse jogo em<br />

específico, auferindo-se um lucro de R$639,395.41. Assim, pode-se<br />

dizer que a diminuição dos lucros a partir de 2016 se deu pelos fatores<br />

citados no parágrafo acima e que não teria relação forte com o desempenho<br />

da equipe.<br />

Quanto às estimativas dos demais coeficientes, observou-se também<br />

conforme análise da tabela 3, que os mesmos estão de acordo com o referencial<br />

teórico no qual se baseou este trabalho. Em relação ao intercepto<br />

estimado, este foi de R$8.75, que pode ser interpretado como custos fixos<br />

médios do jogo; ou seja, custo fixo dividido pelo público pagante, independente<br />

das condições esportivas em questão, bem como o custo variável.<br />

Verificou-se também que o aumento do custo individual, ou custo<br />

unitário, representado pela variável Ci pode ter levado a um aumento no<br />

preço dos ingressos. Assim, para cada R$1.00 de aumento no custo unitário,<br />

implicou em um aumento de R$0.39 no preço médio dos ingressos,<br />

em média, tudo mais mantido constante. Embora o sinal esteja de acordo<br />

com os princípios da teoria, pode-se dizer que o valor adicional de R$0.39<br />

é baixo tendo como parâmetro a variação unitária (R$1.00) e não repõem<br />

totalmente o aumento do custo. Isto significa afirmar que não há como<br />

um clube repassar totalmente os custos aos torcedores que vão ao estádio,<br />

o que pode causar prejuízos a depender do <strong>vol</strong>ume de pagantes.<br />

No que tange à variável Dia, na qual, caso a partida fosse realizada no<br />

meio de semana receberia valor 0 (zero) e caso fosse realizada aos fins de<br />

semana, a saber, sexta-feira, sábado e domingo, receberia valor 1 (um),<br />

esta apresentou um coeficiente estimado de 2.30. Ou seja, partidas realizadas<br />

no fim de semana tem um impacto de, em média, R$2.30 a mais<br />

no preço médio dos ingressos, tudo o mais mantido constante, quando<br />

comparadas com partidas no meio de semana.<br />

Este resultado pode decorrer do fato de que jogos em fim de semana,<br />

geralmente, têm maior demanda do que os realizados em dias em que a<br />

maior parte da população está ocupada; assim, uma maior demanda


106 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

pode elevar a amplitude do mark-up definido pelos clubes, tudo mais<br />

mantido constante, e tal resultado condiz com os estudos de Bruscato<br />

Bortoluzzo et al. (2017) e Lima Benevides et al. (2017).<br />

Quanto à variável Des, esta busca captar o impacto do desempenho<br />

do clube ao longo do campeonato. Para mensurar o desempenho foi usado<br />

o aproveitamento percentual dos pontos em disputa até cada rodada, por<br />

exemplo: se o clube A na rodada de número 10 tem 20 pontos, com uma<br />

vitória valendo três, um empate valendo um e uma derrota valendo 0<br />

(zero), isso significa que de 30 pontos em disputa (10 vezes 3) o clube<br />

obteve 66.7% de aproveitamento, ou 20 dividido por 30. Isto posto,<br />

constatou-se então que para cada ponto percentual a mais no desempenho,<br />

há um acréscimo, em média, de R$0.14 na variável PM, com tudo mais<br />

mantido constante. Assim, pode-se interpretar que, em geral, o melhor<br />

desempenho do clube faz com que a demanda pelos jogos e, portanto, o<br />

mark-up definido pelos clubes, aumentem os preços médios do ingresso.<br />

Em relação à variável CS, que objetivava aferir o impacto dos clássicos<br />

no preço dos ingressos; isto é, jogos entre clubes do mesmo estado, devido<br />

à maior demanda atraída pela rivalidade do jogo, foi atribuída o valor 1<br />

(um) para os clássicos e 0 (zero) para os demais jogos. O resultado estimado<br />

foi de um aumento, em média, de R$6.74 para os clássicos, conforme<br />

previsto anteriormente. Resultado também em linha com os estudos<br />

empíricos de Madalozzo e Villar (2009) e Bruscato Bortoluzzo et al. (2017),<br />

que detectaram um aumento da demanda por jogos entre rivais locais.<br />

Por fim, para a variável dummy E, que tinha por intuito detectar o<br />

impacto dos novos estádios construídos, em sua maioria, para a Copa do<br />

mundo de 2014, recebendo, assim, o valor 1 (um) para os estádios considerados<br />

modernos e 0 (zero) para estádios considerados antigos, verificou-se<br />

que o coeficiente estimado para a variável foi de 12.56. Portanto,<br />

os estádios modernos têm um impacto de R$12.56, em média, sobre o<br />

preço dos ingressos. Tal fenômeno pode ser interpretado como um aumento<br />

do custo operacional dos estádios mais novos em relação aos estádios<br />

mais antigos, devido à maior qualidade dos assentos e instalações,<br />

bem como medidas de segurança adotadas devido às exigências da FIFA.<br />

Cabe ressaltar que, segundo o estudo de Lima Benevides et al. (2017),<br />

há um aumento da demanda por jogos de futebol em estádios mais<br />

modernos, fator também relevante para o aumento do preço nesses estádios.<br />

Portanto, a hipótese de que o aumento dos custos dos estádios<br />

modernos, ou padrão FIFA, provoca aumento nos preços dos ingressos,<br />

pode ser aceita.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

107<br />

Conclusões<br />

O presente trabalho teve como objetivo principal mensurar as relações<br />

entre os determinantes dos preços dos ingressos de futebol, considerando<br />

uma mostra de 12 clubes que disputaram o Campeonato Brasileiro de<br />

Futebol da série A no período de 2012 a 2018. Os resultados se mostram<br />

de acordo com o que se discutiu na revisão de literatura e no referencial<br />

teórico. Apenas a variável Impi, que buscava mensurar o impacto das<br />

últimas cinco rodadas, que apresentou sinal contrário ao previsto.<br />

Pode-se concluir então que a teoria do custo total de Hall e Hitch<br />

(1939) testada a partir do modelo proposto neste artigo explicaram de<br />

forma satisfatória o comportamento do preço dos ingressos de futebol no<br />

campeonato Brasileiro para o período analisado, ressaltando-se que a<br />

aplicação de qualquer teoria econômica ao futebol deve sempre buscar<br />

conciliar as especificidades esportivas que fazem parte deste contexto.<br />

Assim, a precificação dos ingressos pode ser ajustada à demanda específica<br />

por aquela partida, levando-se em conta, por exemplo, o dia em que<br />

é realizada, o adversário, o desempenho recente, bem como os custos<br />

operacionais e ambições da equipe, de forma a ter sempre no torcedor<br />

não só uma fonte de receita, mas também estabelecer uma relação de fidelidade<br />

e parceria, onde este não se sinta excluído ou tratado apenas<br />

como um mero consumidor, mas como parte importante naquele evento<br />

e no dia-a-dia do clube. Tal ação pode garantir maior fidelização, aumento<br />

do número de sócios torcedores, expansão da marca e consequentemente,<br />

aumentos de receitas e lucros.<br />

Vale ressaltar que a forma de contabilização das receitas e despesas nos<br />

borderôs dos jogos (que é uma espécie de relatório que discrimina uma<br />

série de informações relacionadas ao dinheiro gerado pelo jogo) disputados<br />

no Brasil não possuem um padrão de contabilização bem definido, e<br />

nem são expostos de forma permanente em algum endereço eletrônico,<br />

o que dificultou a coleta de dados e um maior detalhamento entre os<br />

custos e a comparação entre os desempenhos dos clubes, sendo este um<br />

dos desafios neste tipo de pesquisa.<br />

Em tempo, destaca-se como fatores limitantes desta pesquisa o fato<br />

de que no modelo econométrico não terem sido incluídas variáveis que<br />

pudessem capturar o comportamento humano tal como o fato da irracionalidade<br />

do torcedor diante seu fascínio por um clube ou um ídolo.<br />

Mas, tal estratégia de pesquisa, se deu em virtude da dificuldade de se<br />

criar variáveis que pudessem medir esse comportamento e assim inseri-las<br />

no modelo estimado sem gerar viés nas estimativas obtidas. Logo, como<br />

sugestões para pesquisas futuras, seria interessante buscar mensurar tais


108 G. A. Profeta et al.: Determinantes dos preços de ingressos de futebol...<br />

variáveis e verificar o impacto das mesmas no comportamento dos preços<br />

dos ingressos de futebol do Campeonato Brasileiro da Série A.<br />

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Recebido: 18 de maio de 2020.<br />

Encaminhado: 7 de novembro de 2020.<br />

.<br />

Graciela Aparecida Profeta. Doutora em Economia Aplicada pela Universidade<br />

Federal de Viçosa. Atualmente é professora da Universidade<br />

Federal Fluminense em exercício no Conselho Administrativo de Defesa<br />

Econômica (CADE), desde fevereiro de 2020. É professora do o mestrado<br />

em Propriedade Intelectual e Transferência de Tecnologia (PROFINIT).<br />

Atua nas áreas de econometria/estatística e microeconomia com ênfase<br />

em organização industrial, estudos industriais e estudos aplicados ao<br />

desen<strong>vol</strong>vimento regional. Entre suas publicações mais recentes estão,<br />

como coautora: “Consumo de eletricidade e PIB: uma análise em dados<br />

em painel para o Brasil no período de 2002 a 2015”, Bioenergia em <strong>Revista</strong>:<br />

Diálogos, 10 (1), São Paulo, FATEP (Faculdade de Tecnologia de Piracicaba),<br />

pp. 92-110 (2020); “Mensuração do poder de mercado na exploração de<br />

rodovias no Brasil: uma análise econométrica para o período de 2002 a<br />

2012”, Economic Analysis of Law Review, 10 (3), Brasilia, UCB (Universidade<br />

Católica de Brasília), pp. 79-107 (2019); “Pluriatividade e economia<br />

criativa: um estudo de caso sobre a geração de renda no assentamento<br />

Zumbi dos Palmares-Campos dos Goytacazes, RJ”, CAMPO-TERRITÓ-<br />

RIO: <strong>Revista</strong> de Geografia Agrária, 14 (34), Porto Alegre, Universidade<br />

Federal de Uberlândia, pp. 109-137 (2019).<br />

Ivens Nunes Thomaz. Graduado em Ciências Econômicas pela Universidade<br />

Federal Fluminense. Tem interesse em pesquisas sobre Economia<br />

do Esporte.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 87-111<br />

111<br />

Patrícia de Melo Abrita Bastos. Doutora em Economia Aplicada pela<br />

Universidade Federal de Viçosa. Professora da Universidade Federal Fluminense.<br />

É líder do Grupo de Estudos em Economia Ambiental e<br />

Economia Ecológica. Atua principalmente nos seguintes temas: concentração<br />

de renda, pobreza, econometria. Entre suas publicações mais<br />

recentes estão, como coautora: “Determinantes da pobreza no meio rural<br />

brasileiro”, <strong>Revista</strong> de Estudos Sociais (UFMT), 20 (41), Cuiabá, Universidade<br />

Federal de Mato Grosso, Faculdade de Economia, pp. 4-30 (2019);<br />

“Estudo da viabilidade econômico-social de um projeto de reflorestamento<br />

da área de preservação permanente (APP) de Cataguarino”, <strong>Revista</strong> de<br />

Política Agrícola, 21 (1), Viana, Publicação SPA, pp. 22-37 (2012); “Mercado<br />

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14 (3), Ribeirão Preto, Faculdade de Economia, Administração e<br />

Contabilidade de Ribeirão Preto da Universidade de São Paulo, pp. 355-<br />

379 (2011).<br />

Vladimir Faria dos Santos. Doutor em Economia Aplicada pela Universidade<br />

Federal de Viçosa. Professor da Universidade Federal Fluminense.<br />

Atua na área de Economia Aplicada, com ênfase em Métodos<br />

Quantitativos em Economia. Atualmente é líder do Núcleo de Estudos<br />

em Economia Aplicada (NEEA/UFF). Entre suas publicações mais<br />

recentes estão, como coautor: “Consumo de eletricidade e PIB: uma<br />

análise em dados em painel para o Brasil no período de 2002 a 2015”,<br />

Bioenergia em <strong>Revista</strong>: Diálogos, 10 (1), São Paulo, FATEP (Faculdade<br />

de Tecnologia de Piracicaba), pp. 92-110 (2020); “Distribuição de renda<br />

no Brasil: uma análise de decomposição”, Vértices (Campos dos Goitacazes),<br />

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Federal de Educação, Ciência e Tecnologia Fluminense), pp. 328-343<br />

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<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211601<br />

Sistemas socio-ecológicos como<br />

unidad de manejo: el caso de las<br />

pesquerías de Campeche, México<br />

113<br />

Social-ecological systems as a management<br />

unit: the case of Campeche fisheries, Mexico<br />

Angelina Peña-Puch*<br />

Juan Carlos Pérez-Jiménez*<br />

Alfonso Munguía-Gil**<br />

Alejandro Espinoza-Tenorio*<br />

Abstract<br />

The most used management unit in fisheries is limited to the target species and their<br />

associated species. Because spatial components can facilitate the understanding of the<br />

human-environment relationship, the objective of this study was to adapt a methodology<br />

to regionalize and characterize social-ecological systems (SES) for assessment and<br />

management of small-scale fisheries of Campeche, Mexico. Eight regions of the fishing<br />

SES were identified with a combination of unique characteristics from the biophysical<br />

context, the catch <strong>vol</strong>ume and fishing effort, and the fleet dynamics.<br />

Keywords: spatial management, complex system, artisanal fisheries<br />

Resumen<br />

La unidad de manejo más utilizada en pesquerías está limitada a las especies<br />

objetivo y sus especies asociadas. La finalidad de este estudio fue adecuar una<br />

metodología para regionalizar y caracterizar los sistemas socio-ecológicos (SSE)<br />

para la evaluación y el manejo de las pesquerías de pequeña escala del estado de<br />

Campeche, México, debido a que los componentes espaciales pueden facilitar<br />

el entendimiento de la relación humano-ambiente. Se identificaron ocho regiones<br />

del SSE pesquero con una combinación de características únicas a partir del<br />

contexto biofísico, el <strong>vol</strong>umen de captura y esfuerzo pesquero, así como la<br />

dinámica de la flota.<br />

Palabras clave: manejo espacial, sistema complejo, pesquerías artesanales<br />

* El Colegio de la Frontera Sur, correos-e: acpena@ecosur.edu.mx, jcperez@ecosur.mx, aespinoza@ecosur.mx<br />

** Instituto Tecnológico de Mérida, correo-e: muga5610@gmail.com


114 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Introducción<br />

Los sistemas socio-ecológicos (SSE) son la unidad analítica para la investigación<br />

del desarrollo sustentable (Gallopin et al., 2001; Torres-Lima y<br />

Cruz-Castillo, 2019); se les reconoce como sistemas complejos, pues se<br />

componen de subsistemas, que a su vez contienen múltiples variables<br />

humano-ambientales (Ostrom, 2007; 2009). Se caracterizan por ser sistemas<br />

multinivel con efectos no lineales (Folke, 2006), en donde los<br />

usuarios tienen diferentes perspectivas y los objetivos de manejo no están<br />

bien definidos (Pahl-Wostl, 2007). El análisis de los SSE permite evaluar<br />

el sistema completo, mejora la comprensión del uso de recursos comunes<br />

y la implementación de manejo puede encaminar a los sistemas hacia la<br />

sustentabilidad (Pahl-Wostl, 2007; Ostrom, 2009; Leslie et al., 2015).<br />

Las pesquerías son sistemas complejos (Berkes, 2003; Branch et al., 2011;)<br />

que constituyen un ejemplo de SSE (Ostrom, 2009; Defeo, 2015). En<br />

un SSE pesquero (SSEP), el ecosistema, los recursos, los usuarios y el modo<br />

de gobernanza interactúan entre sí, afectando al sistema como un todo<br />

(Defeo, 2015).<br />

En ese sentido, se reconoce que para guiar el uso de los recursos pesqueros<br />

hacia la sustentabilidad se requieren vínculos entre sociología,<br />

biología y economía, bajo un marco de gestión integrada (Castilla and<br />

Defeo, 2001). Al respecto, Ostrom (2007; 2009) desarrolló un marco<br />

metodológico para el estudio de SSE con recursos naturales de uso común,<br />

incluyendo las pesquerías. El marco incluye cuatro subsistemas, el sistema<br />

de recurso (región donde ocurren las pesquerías), las unidades de recurso<br />

(especies objetivo), los usuarios (pescadores) y el sistema de gobernanza<br />

(organizaciones, reglas, leyes o decretos que rigen la pesca).<br />

De cualquier manera, a pesar de los avances en la implementación de<br />

enfoques holísticos en la evaluación y el manejo de las pesquerías, la<br />

complejidad de los sistemas pesqueros ha dificultado alcanzar la sustentabilidad<br />

(Berkes, 2003; Branch et al., 2011). Porque debido a las historias<br />

de vida de las especies, las prácticas pesqueras y las estrategias de manejo<br />

utilizadas (McClanahan and Castilla, 2007), cada subsistema tiene condiciones<br />

que cambian entre pesquerías y zonas de pesca, o incluso, dentro<br />

de una misma pesquería (Defeo, 2015), lo que resulta en un comportamiento<br />

único de cada SSEP. Por ello, la regionalización y caracterización<br />

de los SSEP es fundamental para comprender su funcionamiento.<br />

Al utilizar como unidad de manejo a los SSEP, se podrá establecer un<br />

régimen de manejo que les permita a los pescadores organizarse y autogestionarse<br />

para adaptarse a las complejidades de sus sistemas pesqueros<br />

(Berkes, 2003). Sin embargo, para usar los SSEP como la unidad de<br />

manejo pesquero se debe abordar el contexto social, los beneficios y los


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

115<br />

costos, tanto en lo individual como a nivel de localidad costera (Jentoft,<br />

2000). El objetivo de este estudio fue adecuar una metodología que permita<br />

la regionalización y caracterización de los SSEP, que podrían fungir<br />

como unidades espaciales para el manejo de las pesquerías de pequeña<br />

escala del estado de Campeche, sur del Golfo de México. En el artículo,<br />

primero se aborda el contexto del manejo pesquero en México y las<br />

características de las pesquerías de pequeña escala de Campeche; luego<br />

se describe la metodología para la regionalización y caracterización del<br />

SSEP; posteriormente, se describen los resultados y se discuten, y al final<br />

se presentan las principales conclusiones, con énfasis en el uso de los<br />

SSEP para el manejo de las pesquerías.<br />

1. El manejo de la pesca en México: de la ciencia pesquera<br />

convencional a nuevos enfoques basados en sistemas complejos<br />

La ciencia pesquera se desarrolló para el manejo de pesquerías de gran escala<br />

o industriales, donde se aplica una gobernanza vertical o comando-control<br />

(Berkes, 2003), y un enfoque basado en las ciencias biológicas y económicas<br />

(Berkes et al., 2001; Chuenpagdee and Jentoft, 2007). Ese enfoque tiene<br />

como objetivo mantener la producción pesquera, asumiendo la explotación<br />

del stock de una especie objetivo. Históricamente, el manejo pesquero<br />

convencional se implementa de manera descendente (manejo centralizado),<br />

en el que las medidas operacionales de manejo se enfocan en el control del<br />

esfuerzo de pesca o de la captura de las especies objetivo y las especies<br />

asociadas, minimizando o excluyendo aspectos ecosistémicos (Defeo,<br />

2015), características socioeconómicas y la gobernanza (Berkes et al., 2001;<br />

Garcia and Cochrane, 2005).<br />

La gran mayoría de las pesquerías de pequeña escala se ha administrado<br />

bajo ese enfoque de manejo convencional, a pesar de que éstas son complejas,<br />

ya que utilizan gran variedad de equipos de pesca y capturan<br />

múltiples especies (Berkes et al., 2001; Defeo and Castilla, 2005). El uso<br />

del enfoque convencional ha limitado la aplicación de iniciativas de manejo<br />

acordes a la complejidad de estas pesquerías (Berkes et al., 2001). Por ello,<br />

la falta de éxito en el manejo de las pesquerías de pequeña escala<br />

(Chuenpagdee and Jentoft, 2007) ha evidenciado que el manejo convencional<br />

no posee las herramientas para enfrentar las complejidades de esas<br />

pesquerías (Berkes, 2003), en especial de las tropicales.<br />

México, en donde la flota de pequeña escala representa la mayor parte<br />

(97%) de las embarcaciones (Fernández Méndez et al., 2011), es un<br />

ejemplo de la aplicación del manejo pesquero convencional. En los instrumentos<br />

de manejo, como los Planes de Manejo Pesquero (PMP) y la


116 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Carta Nacional Pesquera, se considera a las principales pesquerías de<br />

grupos de especies afines como las unidades de manejo pesquero. La Ley<br />

General de Pesca y Acuacultura Sustentables (LGPAS) señala que los<br />

programas de ordenamiento pesquero deben contener la delimitación del<br />

área que abarcará el programa, la lista completa de los usuarios de la región,<br />

los recursos pesqueros sujetos a aprovechamiento y los planes de manejo<br />

pesquero (DOF, 2007). Lo que indica que la implementación del ordenamiento<br />

pesquero debe tomar en cuenta unidades de manejo espaciales,<br />

en el que la base del manejo es un sistema y no los recursos pesqueros.<br />

De esta manera, se requiere de un enfoque holístico, que incluya un<br />

balance de información ambiental y socioeconómica, así como el conocimiento<br />

local de los usuarios (Berkes et al., 2001). Un componente de<br />

este enfoque es el reconocimiento de que el manejo de los sistemas pesqueros<br />

comprende, tanto las historias de vida de los recursos marinos como<br />

la dinámica institucional, económica y cultural de los usuarios (Espinoza-<br />

Tenorio et al., 2011). El enfoque de sistemas socio-ecológicos integra esos<br />

componentes y es considerado como un paradigma emergente en el manejo<br />

de las pesquerías (Defeo, 2015).<br />

1.1. Las pesquerías de pequeña escala de Campeche<br />

El estado de Campeche tiene un litoral de 523 km, que representa 3.8%<br />

del total de México (Botello Ruvalcaba et al., 2010). Se encuentra entre<br />

los 10 estados con mayor producción pesquera de México, y al igual que<br />

en muchas regiones costeras en el mundo, la mayor parte de sus pesquerías<br />

(53%) se encuentran en el máximo rendimiento sostenible, entre ellas,<br />

la de jurel, pulpo, jaiba y camarón siete barbas (DOF, 2012; DOF,<br />

2018a). Incluso algunas de sus pesquerías se encuentran en deterioro, por<br />

ejemplo, la de caracoles, huachinango, pargo, lisa y mero (Botello Ruvalcaba<br />

et al., 2010).<br />

La alta diversidad de comunidades marinas del litoral de Campeche<br />

se relaciona con sus características geomorfológicas y ecológicas (Flores-<br />

Hernández et al., 2010). Desde la costa central de Campeche hacia Tabasco<br />

es una plataforma terrígena por la presencia de varios ríos (Kemp et al.,<br />

2016), en donde destaca la pesca de pequeña escala de crustáceos como<br />

camarón siete barbas (Xiphopenaeus kroyeri) y jaiba (Callinectes sapidus).<br />

En cambio, desde la costa central de Campeche hacia Yucatán es una<br />

plataforma calcárea (Kemp et al., 2016), en donde la pesquería de pequeña<br />

escala más importante es la de pulpo rojo (Octopus maya) (Pérez-Jiménez<br />

et al., 2016).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

117<br />

2. Material y métodos<br />

2.1. Criterios para la regionalización<br />

La regionalización se realizó con la adaptación de la metodología de Leslie<br />

et al. (2015) utilizando diversas fuentes de información: datos y documentos<br />

gubernamentales, literatura académica especializada y entrevistas<br />

a informantes clave (líderes de asociaciones pesqueras, directivos de<br />

sociedades cooperativas y permisionarios) en las localidades rurales y<br />

urbanas con pesquerías de pequeña escala de la costa de Campeche. La<br />

metodología de Leslie et al. (2015) es la primera que establece la regionalización<br />

de sistemas-socio-ecológicos para pesquerías de pequeña escala<br />

en México, por ello es un punto de partida para éste y futuros estudios.<br />

A partir de la lista de localidades con pesquerías de pequeña escala,<br />

Leslie et al. (2015) identificaron distintos grupos de localidades (regionalización<br />

del SSE) con base en cuatro factores: el contexto biofísico; uso<br />

histórico y contemporáneo de la zona costera y recursos marinos, fronteras<br />

municipal y estatal, así como concentraciones y movimiento de pescadores<br />

y productos pesqueros. En este estudio, además del contexto biofísico,<br />

usamos el <strong>vol</strong>umen de captura y esfuerzo pesquero, así como la dinámica<br />

de la flota pesquera. Leslie et al. (2015) incluyeron la distribución de especies<br />

dentro del contexto biofísico, en cambio, en el presente estudio la<br />

incluimos en el <strong>vol</strong>umen de captura, que además de indicar distribución,<br />

señala cantidad disponible para la pesca, lo que determina, a su vez, las<br />

operaciones pesqueras (dinámica de la flota). En este estudio no consideramos<br />

los límites municipal y estatal, por considerarlos implícitos en el listado<br />

de localidades, ni el uso histórico y contemporáneo de la zona costera y<br />

recursos marinos; aunque el uso contemporáneo está implícito en la dinámica<br />

de la flota. Tampoco se estimó la concentración y el movimiento de<br />

pescadores y productos pesqueros por considerarlos factores con poca<br />

influencia para la regionalización del SSE en el estado de Campeche.<br />

No fueron consideradas las zonas de pesca para la regionalización<br />

porque es difícil establecer polígonos en la zona marina, ya que existe<br />

traslape en las zonas de pesca entre la mayoría de las localidades. Por<br />

ejemplo, en la zona marina de la Reserva de la Biosfera los Petenes (RBLP),<br />

la actividad pesquera se realiza por pescadores de Champotón, Villa<br />

Madero, Seybaplaya, Lerma, San Francisco de Campeche e Isla Arena, del<br />

estado de Campeche, y de Celestún, del estado de Yucatán, (Semarnat y<br />

Conanp, 2006). De cualquier manera, a pesar del traslape en las zonas de<br />

pesca, las localidades o los grupos de localidades tienen una combinación<br />

de características similares con base en los tres criterios establecidos (descritos<br />

más adelante) que permite distinguirlos como región SSEP.


118 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Los tres criterios para la regionalización fueron a) el contexto biofísico,<br />

b) <strong>vol</strong>umen de captura y esfuerzo pesquero y, c) la dinámica de la flota<br />

pesquera (figura 1). A partir de la lista de localidades pesqueras, se inició<br />

con la descripción del contexto biofísico, porque las características de la<br />

zona costera permiten realizar una primera división del área de estudio, y<br />

porque el contexto biofísico determina la disponibilidad estacional de los<br />

recursos pesqueros y, por ende, la dinámica de la flota pesquera. Para describir<br />

el contexto biofísico de la zona costera de Campeche se utilizó información<br />

de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp),<br />

que divide el territorio mexicano en nueve regiones, de las cuales, el estado<br />

de Campeche tiene dos: la zona sur, que corresponde a la región de la<br />

Planicie Costera y Golfo de México (desde Tamaulipas hasta Sabancuy,<br />

Campeche), y la zona norte que pertenece a la región de la Península de<br />

Yucatán y Mar Caribe (desde Champotón, Campeche hasta Quintana<br />

Roo) (Semarnat y Conanp, 2019). Estas dos zonas coinciden con las<br />

características geomorfológicas y ecológicas que determinan la diversidad<br />

biológica en la costa de Campeche: la zona norte, desde Isla Arena hasta<br />

Figura 1<br />

Diagrama metodológico para la regionalización y caracterización<br />

del Sistema Socio-Ecológico Pesquero (SSEP)<br />

Fuente: elaboración propia con base en la sección 2.1., que establece los criterios para la regionalización<br />

del SSEP.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

119<br />

Punta Xen (costa central de Campeche), y la zona sur, desde Sabancuy<br />

hasta Nuevo Campechito (Flores-Hernández, 1994) (mapa 1).<br />

Además, se utilizó la descripción del ámbito geográfico del Plan de<br />

Manejo Pesquero de las especies de caracol del litoral del estado de Campeche,<br />

que describe la zona costero-marina de Isla Arena, Bahía de<br />

Campeche, Seybaplaya, Champotón e Isla Aguada (DOF, 2014). También<br />

se revisó el Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y<br />

Fauna Laguna de Términos, para describir la zona costero-marina de la<br />

región sur (INE y Semarnap, 1997). Adicionalmente, con base en los<br />

mapas interactivos de las Áreas Naturales Protegidas (Semarnat y Conanp,<br />

2019) se identificaron los límites de las áreas protegidas en el litoral de<br />

Campeche, tales como la Reserva de la Biosfera de Celestún (RBRC), la<br />

Reserva de la Biosfera los Petenes (RBLP) y el Área de Protección de<br />

Flora y Fauna de la Laguna de Términos (APFFLT) (mapa 1).<br />

Para describir el <strong>vol</strong>umen de captura y esfuerzo pesquero se utilizaron<br />

datos gubernamentales. El <strong>vol</strong>umen de captura proviene de los registros de<br />

las oficinas de pesca. Para describir el esfuerzo pesquero se consideró el<br />

Mapa 1<br />

Ubicación de las localidades con pesquerías de pequeña<br />

escala de Campeche (I-XIII), Áreas Naturales Protegidas (ANP)<br />

y regiones Conanp<br />

Fuente: elaboración propia con base en el Mapa Interactivo de las Áreas Naturales Protegidas<br />

(Semarnat y Conanp, 2019), así como información de documentos gubernamentales y literatura<br />

académica especializada.


120 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

número de pescadores y de embarcaciones, así como las unidades económicas<br />

pesqueras (UEP). El <strong>vol</strong>umen de captura y estacionalidad de los<br />

principales recursos marinos de la flota de pequeña escala se obtuvo de<br />

las bases de datos de Conapesca, en el periodo 2006-2014 (Conapesca,<br />

2017). Se estimó el <strong>vol</strong>umen de producción con la sumatoria de los<br />

registros de captura mensuales en peso desembarcado (en toneladas) de<br />

todas las especies o grupos de especies; exceptuando las que se incluían<br />

en el nombre común “otras especies”, “fauna de acompañamiento” y las<br />

pesquerías de mediana altura, que incluye varias especies de camarón.<br />

La estacionalidad legal del esfuerzo pesquero se identificó por los<br />

periodos de veda de las pesquerías de Campeche indicados en el Anuario<br />

Estadístico de Acuacultura y Pesca 2014 (Sagarpa y Conapesca, 2014a)<br />

y en el cuadro de vedas (Sagarpa y Conapesca, 2014b). El número de las<br />

Unidades Económicas Pesqueras (UEP), que incluye cooperativas, permisionarios,<br />

asociaciones pesqueras (frentes, uniones o federaciones) y de<br />

otro tipo de organización (por ejemplo, bodegas, navieras, etc.), se obtuvo<br />

del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE)<br />

(Inegi, 2018). Las UEP se clasifican en micro o pequeño dependiendo<br />

del número de personas registradas, con 10 o menos personas o con 11-100<br />

personas, respectivamente. El número de pescadores y de embarcaciones<br />

se obtuvo del Ordenamiento pesquero ribereño marino (Botello Ruvalcaba<br />

et al., 2010).<br />

Para el criterio de la dinámica de la flota pesquera se utilizó información<br />

de las entrevistas a informantes clave, con relación a los permisos de pesca<br />

por recurso que tienen y sobre cuáles son sus recursos de mayor importancia<br />

comercial. La entrevista se aplicó a 133 informantes clave de 13 localidades<br />

con pesquerías de pequeña escala (mapa 1). La lista de localidades<br />

se obtuvo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2018),<br />

y de Pérez-Jiménez et al. (2016). Se consultó el Directorio Estadístico de<br />

Unidades Económicas (DENUE) (Inegi, 2018) para facilitar la ubicación<br />

geográfica de las UEP.<br />

2.2. Componentes socio-ecológicos de las regiones SSEP<br />

Después de la regionalización, con los resultados de la entrevista a informantes<br />

clave, se estimaron porcentajes del número de respuestas afirmativas<br />

entre número de entrevistados sobre los componentes socio-ecológicos<br />

para describir características adicionales que distinguen las regiones (SSEP).<br />

Los componentes se describen a continuación.<br />

Organizaciones pesqueras y líderes. Tipo de organización pesquera a la<br />

que pertenecen, si es que pertenecen a alguna, ya sea frente, unión o<br />

federación de pescadores, y si reconocen que el trabajo del representante


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

121<br />

o líder ayuda a mejorar el sector pesquero en su localidad. Se describen<br />

las regiones (SSEP) que tienen los porcentajes más altos de informantes<br />

clave que pertenecen a organizaciones pesqueras y que reconocen un<br />

trabajo positivo de su líder.<br />

Comercialización y actividades económicas complementarias. Se describe<br />

el destino de los recursos pesqueros, ya sea local o nacional. Adicionalmente,<br />

se describen las regiones (SSEP) que tienen mayor variedad de<br />

comercialización, ya sea local o nacional.<br />

Áreas Naturales Protegidas. Se estimó el porcentaje de informantes clave<br />

por región (SSEP) que identifican la existencia de un Área Natural Protegida<br />

(ANP), ya sea cerca o en su localidad o en su zona de pesca. También<br />

se estimó el porcentaje de respuestas que indicaron que la principal<br />

función de las ANP es la protección y conservación de las especies.<br />

2.3. Descripción de los componentes socio-ecológicos<br />

Los componentes de cada región (SSEP) se presentaron por medio de un<br />

diagrama multidimensional (biograma). Los índices que se muestran<br />

gráficamente en el biograma representan el “estado de un sistema” de<br />

acuerdo con Sepúlveda (2008). El índice se estableció de 0 a 1 (del centro<br />

a la periferia), por lo que los porcentajes fueron transformados a proporción,<br />

clasificando los niveles de la siguiente manera: bajo (de 0 a 0.33),<br />

medio (de 0.34 a 0.66) y alto (de 0.67 a 1), dependiendo del porcentaje<br />

de respuestas que se obtuvieron de las entrevistas por cada región (SSEP).<br />

3. Resultados<br />

3.1. Regionalización del SSEP<br />

Se identificaron ocho regiones SSEP en el estado de Campeche (mapa 2).<br />

Cuatro regiones en la zona norte y cuatro regiones en la zona sur, que se<br />

distinguieron entre sí por sus características biofísicas, recursos pesqueros<br />

más importantes y el tipo de UEP.


122 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Mapa 2<br />

Ubicación de las regiones SSEP (1-8)<br />

y sus características socio-ecológicas<br />

Fuente: elaboración propia con base en información de documentos gubernamentales.<br />

3.1.1. Región SSEP 1, localidad rural de Isla Arena<br />

El <strong>vol</strong>umen de captura promedio en el SSEP 1 fue de 2150 toneladas. El<br />

mayor <strong>vol</strong>umen fue de pulpo maya con 60.7%, con una temporada de<br />

captura de cuatro meses y medio (agosto a mediados de diciembre). El<br />

resto del año los pescadores capturan otras especies como los caracoles<br />

(tabla 1), con 2.0% de las capturas, y la corvina (Cynoscion spp.) con<br />

6.1%. Entre 2010 y 2012 se estableció la pesquería de pepino de mar,<br />

que representó 16.5% del peso desembarcado; sin embargo, esta pesquería<br />

actualmente tiene veda permanente en el estado.<br />

Todos los informantes clave tienen permisos de pesca de escama<br />

marina, y la mayoría, de pulpo (94%) y de caracol (61%) (figura 2). El<br />

SSEP 1 posee 106 Unidades Económicas Pesqueras (UEP). Esas UEP no<br />

están organizadas en frentes o uniones de pescadores, y 89.6% se clasifican<br />

en micro. La mayoría son permisionarios (n = 96), y 10 son cooperativas.<br />

Este SSEP tiene registrados 384 pescadores y 300 embarcaciones<br />

(tabla 1). La zona costera en donde se ubica este SSEP 1 tiene influencia<br />

de las Reservas de la Biosfera RBC y RBP, ambas consideradas como<br />

hábitat crítico de los recursos pesqueros costeros por sus amplias zonas<br />

de manglares (tabla 2).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

123<br />

Tabla 1<br />

Características de cada región que compone el Sistema Socio-Ecológico Pesquero (SSEP)<br />

para las pesquerías de pequeña escala de Campeche<br />

Región Oficinas de<br />

pesca<br />

Municipio Localidades<br />

pesqueras<br />

Características pesqueras<br />

Estacionalidad de las pesquerías UEP Embarcaciones<br />

SSEP 1 Isla Arena Calkiní Isla Arena Dinámica de la flota influida por la pesca de pulpo maya (agosto-diciembre),<br />

caracol (marzo-julio), cazón (abril-junio y septiembre-abril) y escama marina<br />

todo el año, principalmente corvina y boquinete.<br />

106 300<br />

SSEP 2 Campeche Campeche Campeche y<br />

Lerma<br />

Dinámica de la flota influida por la pesca de pulpo maya (agosto-diciembre),<br />

caracol (marzo-julio) y escama marina todo el año, principalmente, chac-chi,<br />

corvina y pargo.<br />

175 477<br />

SSEP 3 Seybaplaya Seybaplaya Villa<br />

Madero y<br />

Seybaplaya<br />

Dinámica de la flota influida por la pesca de pulpo maya (agosto-diciembre),<br />

caracol (marzo-julio) y escama marina, principalmente, jurel, sierra, bonito,<br />

bandera y macabí (enero-diciembre) y charal (noviembre-abril).<br />

40 402<br />

SSEP 4 Champotón Champotón Champotón Dinámica de la flota influida por la pesca de pulpo maya (agosto-diciembre),<br />

caracol (marzo-julio), y escama marina todo el año, principalmente, jurel,<br />

sierra y macabí.<br />

107 520<br />

SSEP 5 Sabancuy Carmen Sabancuy Dinámica de la flota influida por la pesca de pulpo maya (agosto-diciembre),<br />

jaiba, raya y de escama marina todo el año, principalmente, la sierra, jurel,<br />

bandera y huachinango.<br />

49 391<br />

SSEP 6 Isla aguada Carmen Isla aguada Dinámica de la flota influida por la pesca de jaiba y de escama marina todo<br />

el año, principalmente, sierra, jurel, robalo y corvina.<br />

75 264


124 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Tabla 1 (continuación)<br />

Región Oficinas de<br />

pesca<br />

Municipio Localidades<br />

pesqueras<br />

Características pesqueras<br />

Estacionalidad de las pesquerías UEP Embarcaciones<br />

SSEP 7 Carmen Carmen Ciudad del<br />

Carmen<br />

Dinámica de la flota influida por la pesca de camarón siete barbas (octubreabril),<br />

jaiba, raya y escama marina todo el año, principalmente, robalo, chopa,<br />

corvina, bandera y pargo.<br />

74 504<br />

SSEP 8 Atasta Carmen Atasta, San<br />

Antonio<br />

Cárdenas,<br />

colonia<br />

Emiliano<br />

Zapata y<br />

Nuevo<br />

Campechito<br />

Dinámica de la flota influida por la pesca de camarón siete barbas (octubreabril),<br />

jaiba y escama marina todo el año, principalmente, bandera, chopa,<br />

robalo, jurel y sierra.<br />

43 479<br />

Fuente: elaboración propia con base en información del DENUE (Inegi, 2018) y trabajo de campo.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

125<br />

3.1.2. Región SSEP 2, localidades urbanas de San Francisco de Campeche<br />

y Lerma<br />

La captura promedio fue de 3627 toneladas. El pulpo maya tiene el mayor<br />

<strong>vol</strong>umen desembarcado (48.5%). Otra pesquería importante es la de<br />

caracol, con 4.7% de las capturas. El resto de las pesquerías se concentra<br />

en especies de escama marina, como el chac-chi (Haemulon plumierii)<br />

con 4.4%, y el jurel con 5.5%. La mayoría de los informantes clave tienen<br />

permisos de pesca de escama marina y de pulpo (94%) (figura 2).<br />

El SSEP 2 tiene 175 UEP (tabla 1), la mayoría son permisionarios<br />

(n = 100) que cuentan con 40 cooperativas, tres federaciones o comités de<br />

pescadores, y las otras 32, son otro tipo de organización (empresas relacionadas<br />

con la flota camaronera de mediana altura y empresas de maricultivo).<br />

De las UEP estudiadas 75.9% son micro. Este SSEP tiene registrados<br />

1181 pescadores y 477 embarcaciones. La zona costera donde se ubican<br />

las localidades de este SSEP tiene influencia de la RBP (tabla 2).<br />

Figura 2<br />

Porcentaje de usuarios que tienen permisos de pesca por<br />

recurso por cada región del SSEP<br />

Nota: en esta tabla se refieren las pesquerías de pequeña escala de Campeche y los recursos de<br />

mayor importancia comercial.<br />

Fuente: elaboración propia con base en información de trabajo de campo.


126 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Tabla 2<br />

Regiones que componen el SSEP de las pesquerías de pequeña escala de Campeche<br />

Región<br />

(SSEP)<br />

El contexto biofísico<br />

Región costero-marina Zonas marinas Regiones Conanp Áreas Naturales Protegidas<br />

1 Zona norte con condiciones<br />

marinas de la provincia<br />

carbonatada<br />

Extensas zonas de manglares y amplia plataforma continental. Región de la Península<br />

de Yucatán y Mar<br />

Caribe<br />

2 De composición kárstica y amplia plataforma continental. Con amplia<br />

extensión de manglares; sirve como área de crianza de organismos<br />

bentónicos.<br />

RBC y RBLP<br />

RBLP<br />

3 Su composición es kárstica de carbonato de calcio, con línea costera<br />

protegida por los manglares, carece de playas, tiene pequeños accesos<br />

a la costa.<br />

4 Amplia plataforma con profundidades bajas y pendiente suave y<br />

prolongada. Pequeños bajos que forman barras cerca de la costa.<br />

Presencia del río Champotón.<br />

5 La zona sur: se sitúa en la<br />

provincia deltaica, de<br />

fuerte influencia estuarina.<br />

Presencia del sistema fluvio-lagunar estero de Sabancuy, formado por<br />

barreras de arena y manglar. Por fuera del estero, ya en aguas del Golfo<br />

de México, se despliegan varias playas de suave oleaje.<br />

6 Ubicación de la Boca de Puerto Real, que es entrada a la Laguna de<br />

Términos. En su porción oriental cuenta con una amplia plataforma.<br />

Región de la Planicie<br />

Costera y Golfo de<br />

México<br />

APFFLT<br />

APFFLT


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

127<br />

Tabla 2 (continuación)<br />

Región<br />

(SSEP)<br />

El contexto biofísico<br />

Región costero-marina Zonas marinas Regiones Conanp Áreas Naturales Protegidas<br />

7 Presencia de la Laguna de Términos, con aporte de sedimentos y el<br />

desarrollo de llanuras aluviales de los ríos.<br />

APFFLT<br />

8 Presencia del conjunto lagunar que rodea la Laguna de Términos, que<br />

está formado por más de 10 lagunas interiores. La zona costera frente<br />

a Emiliano Zapata limita con el río San Pedro, que es un brazo que<br />

deriva del Usumacinta.<br />

APFFLT<br />

Nota: en esta tabla se describen las regiones que componen el SSEP, con la zona costero-marina a la que pertenecen y su contexto biofísico (características de la zona marina,<br />

región Conanp y presencia de Áreas Naturales Protegidas). RBC: Reserva de la Biosfera de Celestún, RBLP: Reserva de la Biosfera los Petenes y APFFLT: Área de Protección de Flora<br />

y Fauna de la Laguna de Términos.<br />

Fuente: elaboración propia con base en información documental (DOF, 2014; Semarnat y Conanp, 2019; Flores-Hernández, 1994).


128 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

3.1.3. Región SSEP 3, localidades urbanas de Villa Madero y Seybaplaya<br />

En el SSEP 3, el <strong>vol</strong>umen de captura promedio fue de 6216 toneladas. El<br />

jurel es la especie de mayor <strong>vol</strong>umen de captura con 22.3%; seguido del<br />

pulpo maya con 21.6%. En temporada de veda de pulpo los pescadores<br />

capturan otras especies, como caracol, que representa 3.3%, y de escama<br />

marina, principalmente el charal (Anchoa hepsetus), con 12.3% del <strong>vol</strong>umen<br />

capturado. Todos los informantes clave tienen permisos de pesca de escama<br />

marina y de pulpo, y 25% tiene permiso de captura de caracol (figura 2).<br />

Los informantes clave reportan sus capturas en la oficina de pesca de<br />

Seybaplaya. Este SSEP tiene 40 UEP (tabla 1), donde la mayoría son<br />

permisionarios (n = 30), nueve cooperativas y un frente de pescadores;<br />

76.9% son micro. Tiene registrados 1551 pescadores y 402 embarcaciones.<br />

La zona costera de esta región, no forma parte de una ANP, sin<br />

embargo, algunas secciones de su línea costera están protegidas por poseer<br />

ecosistemas marinos como manglares (tabla 2).<br />

3.1.4. Región SSEP 4, localidad urbana de Champotón<br />

En este SSEP 4 el <strong>vol</strong>umen de captura fue de 6005 toneladas. El mayor<br />

<strong>vol</strong>umen de captura es de pulpo maya con 33.8%, y jurel con 29.4%; otras<br />

pesquerías importantes son la de caracol con 7.6%. Todos los informantes<br />

clave tienen permisos de pesca de escama marina, 88% de pulpo y 63%<br />

de caracol (figura 2). Este sistema tiene 107 UEP (tabla 1), 88 son permisionarios,<br />

17 cooperativas, y tres frentes o uniones de pescadores; de<br />

las UEP que se analizan, 89.5% se clasifican como micro. Tiene registrados<br />

1248 pescadores y 520 embarcaciones. La topografía del fondo marino<br />

tiene pequeños bajos que forman barras cercanas a la costa, producidos<br />

por el acarreo de sedimentos provenientes del río Champotón, del canal<br />

de Yucatán y del sistema de manglar. Este SSEP no tiene ANP (tabla 2).<br />

3.1.5. Región SSEP 5, localidad urbana de Sabancuy<br />

En este SSEP 5 el <strong>vol</strong>umen de captura promedio fue de 3441 toneladas.<br />

El mayor <strong>vol</strong>umen se concentra en las pesquerías de escama marina, como<br />

la de jurel con 26.9%, sierra (Scomberomorus maculatus) con 13.9% y<br />

bagre bandera (Bagre marinus) con 10.1%. También son importantes la<br />

pesquería de pulpo maya con 10.3% y la de jaiba con 7.9%. Todos los<br />

informantes clave tienen permisos de pesca de escama marina, para la mayoría<br />

está permitida la captura de pulpo (72%) y jaiba (56%) (figura 2). Este<br />

SSEP tiene 49 UEP (tabla 1), de las cuales 28 son cooperativas, 19 son<br />

permisionarios y el resto (n = 2) son otro tipo de organización (bodegas


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

129<br />

que tiene por actividad la compra y venta de pescados y mariscos). De<br />

dichas UEP, 51.1% son de tipo micro y tiene registrados 678 pescadores<br />

y 391 embarcaciones. En este SSEP se encuentra el estero de Sabancuy<br />

formado por barreras de arena y manglar. Esta región forma parte de la<br />

ANP APFFLT (tabla 2).<br />

3.1.6. Región SSEP 6, localidad urbana de Isla Aguada<br />

En este SSEP 6 el <strong>vol</strong>umen de captura fue de 4579 toneladas. La pesquería<br />

de jaiba tiene el mayor <strong>vol</strong>umen de captura con 31.8%. Otras especies<br />

importantes son de escama marina, como sierra con 12.8%, jurel con<br />

12.7%, y robalo (Centropomus undecimalis) con 9.2%. Todos los informantes<br />

clave tienen permisos de pesca de escama marina, la mayoría tiene<br />

permitido capturar jaiba (82%) y, 47%, tiburón (figura 2). Este SSEP<br />

tiene 75 UEP (tabla 1), 43 permisionarios, 30 cooperativas, una unión<br />

de pescadores y una bodega que tiene por actividad la compra y venta de<br />

pescados y mariscos. De las UEP de esta región 64.9% son micro y tienen<br />

registrados 498 pescadores y 264 embarcaciones. Este SSEP se encuentra<br />

en la APFFLT (tabla 2).<br />

3.1.7. Región SSEP 7, localidad urbana de Ciudad del Carmen<br />

En este SSEP 7 el <strong>vol</strong>umen de captura promedio fue de 3285 toneladas. El<br />

mayor <strong>vol</strong>umen de captura fue para la pesquería de camarón siete barbas<br />

con 23.7%, seguida de la pesquería de robalo con 23.2%. También son<br />

importantes otras pesquerías de escama marina como la corvina con 6.5%,<br />

la chopa (Lobotes surinamensis) con 6.2%, y pargos con 3.8%. Todos los<br />

informantes clave tienen permisos de pesca de escama marina y la mayoría,<br />

de camarón siete barbas (88%) (figura 2). Este SSEP 7 tiene 74 UEP<br />

(tabla 1), de las cuales, 68 son cooperativas, cinco son permisionarios, una<br />

unión de pescadores y cinco son otro tipo de organización (empresas relacionadas<br />

a la flota camaronera de mediana altura). De tales UEP, 73% se<br />

clasifican en pequeñas. El SSEP tiene registrados 1162 pescadores y 504<br />

embarcaciones. Este SSEP se encuentra en la APFFLT (tabla 2).<br />

3.1.8. Región SSEP 8, localidades rurales de Nuevo Campechito, colonia<br />

Emiliano Zapata y localidades urbanas San Antonio Cárdenas y Atasta<br />

En este SSEP 8 el <strong>vol</strong>umen de captura fue de 1762 toneladas. La pesquería<br />

de jaiba representa 35.8% de las capturas, el camarón siete barbas<br />

16.9% y el robalo 11.3%. La mayoría de los informantes clave tienen<br />

permisos de pesca de escama marina (94%), 47.5%, de jaiba y, 27%, de


130 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

camarón siete barbas (figura 2). El SSEP 8 tiene 43 UEP (tabla 1), 31 son<br />

cooperativas y 12 son permisionarios. De dichas UEP, 62.8% se clasifican<br />

en pequeñas. Tiene registrados 1050 pescadores y 479 embarcaciones.<br />

Este SSEP 8 tiene lagunas interiores dulceacuícolas y marinas que son un<br />

importante hábitat para la crianza, el crecimiento y la alimentación de<br />

diversas especies marinas, y se encuentra en la APFFLT (tabla 2).<br />

3.1.9. Componentes socio-ecológicos de las regiones SSEP<br />

Las regiones SSEP con mayor cantidad de informantes clave que pertenecen<br />

a algún tipo de organización pesquera, ya sea, frente, unión o<br />

federación de pescadores, son SSEP 7 con 93.8%, SSEP 6 con 82.4%,<br />

SSEP 8 con 80%, SSEP 3 con 75%, y SSEP 5 con 66.7%. Sin embargo,<br />

un reconocimiento por la mayoría de los usuarios al trabajo del líder<br />

pesquero sólo ocurre en el SSEP 6 con 94.1%, SSEP 2 con 82.4% y SSEP<br />

3 con 68.8% (figura 3a). En el SSEP 6 existen dos líderes pesqueros, pero,<br />

sólo uno de ellos genera confianza en 88% de los informantes clave,<br />

porque mantiene informado al sector y está trabajando para mejorar la<br />

actividad pesquera. En el SSEP 3, los informantes clave identifican cinco<br />

líderes pesqueros (cada uno con su propia asociación pesquera), por lo<br />

que la aceptación de los líderes está dividida.<br />

Figura 3<br />

Biogramas con los componentes de las regiones que componen el<br />

SSEP de Campeche<br />

Nota: en esta figura se muestran las proporciones de respuestas de los informantes clave con<br />

respecto a: a) pertenencia a organizaciones pesqueras (OP), y aceptación de líderes pesqueros (LP);<br />

b) conocimiento sobre presencia de Áreas Naturales Protegidas (ANP), y conocimiento sobre la<br />

función de las ANP; c) participación en actividades complementarias a la pesca (AC), en comercio<br />

local (CL), y en comercio nacional (CN).<br />

Fuente: elaboración propia con base en información de trabajo de campo.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

131<br />

El conocimiento de la presencia de ANP en su localidad o zonas de<br />

pesca es alto en el SSEP 7 con 100%, el SSEP 1 con 72.2%, y el SSEP<br />

8 con 66.7%. Sin embargo, el conocimiento sobre la función de las<br />

ANP sólo es alto en el SSEP 1 (con 83.3%) (figura 3b). El SSEP 8 es<br />

el único que muestra alta dependencia a actividades económicas complementarias<br />

a la pesca, con 66.7% (figura 3c). En esta región SSEP, las<br />

actividades complementarias a la pesca más comunes son las primarias con<br />

40%, como la acuacultura, la ganadería o la agricultura, y terciarias,<br />

con 26.6%, como el transporte público o el comercio al por menor de<br />

abarrotes y alimentos. La mayoría de las regiones SSEP tienen alto grado<br />

de comercio local de sus productos pesqueros, SSEP 2 (100%), SSEP 7<br />

(93.8%), SSEP 5 (77.8%), SSEP 3 (75%), SSEP 1 y SSEP 8 (66.7%).<br />

Los SSEP con alto grado de comercio nacional son el SSEP 6 (94.1%), el<br />

SSEP 8 (86.7%), el SSEP 1 (77.8%) y el SSEP 7 (68.8%) (figura 3c).<br />

4. Discusión<br />

En México, la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables (LGPAS)<br />

y su reglamento mencionan que los instrumentos de política pesquera<br />

(programas de ordenamiento, los planes de manejo) deben contener<br />

aspectos sociales y ecológicos (DOF, 2007), y seguir criterios de manejo<br />

regionalizado, considerar aspectos del ecosistema, características socioeconómicas,<br />

movilidad de las flotas, entre otros (DOF, 2018b). Adicionalmente,<br />

en el documento de Políticas de Ordenamiento para la Pesca y<br />

Acuacultura Sustentables se establece que se requiere un enfoque que<br />

incluya aspectos biológicos, ecosistémicos, sociales, económicos y jurídicoadministrativos<br />

para que el sistema pesquero sea sustentable (Conapesca,<br />

2010). No obstante, la unidad para el manejo de los recursos pesqueros<br />

en México se sigue estableciendo por especie o grupos de especies objetivo<br />

y no de manera regionalizada. Existen 21 planes de manejo pesquero por<br />

recurso o grupo de recursos en México (Peña-Puch et al., 2020), y sólo dos<br />

planes de manejo por sistema con su conjunto de recursos y usuarios: el<br />

Plan de Manejo Pesquero del Sistema Lagunar Carmen-Pajonal-Machona,<br />

Tabasco, Golfo de México (Carrillo et al., 2012), y el Plan de Manejo<br />

Pesquero Ecosistémico del Sistema Lagunar Altata-Ensenada del Pabellón,<br />

ubicado en los municipios de Na<strong>vol</strong>ato y Culiacán, del estado de Sinaloa<br />

(DOF, 2019).<br />

Actualmente, existen en Campeche planes de manejo pesquero para<br />

seis especies o grupos de especies (caracoles, pulpo, pepino de mar, camarón<br />

siete barbas, robalo y mero), a pesar de que la mayoría de los usuarios<br />

son los mismos, dado que los permisionarios y las cooperativas cuentan


132 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

con permiso de pesca para al menos dos recursos pesqueros. El esquema<br />

de manejo por recurso hace que se visualicen de manera aislada problemas<br />

que son comunes a las diferentes pesquerías, y que cada usuario deba<br />

integrarse en la planeación de manejo de cada una de las pesquerías en<br />

las que participa, en lugar de que se in<strong>vol</strong>ucren y se apropien de un plan<br />

de manejo, en el que se atiendan los problemas relacionados a sus contextos<br />

locales.<br />

El manejo espacial por región SSEP, que integra localidades con su<br />

diversidad de usuarios, de recursos pesqueros, su modo de gobernanza, y<br />

que comparten dinámicas y características de pesca similares, ayuda a<br />

visualizar los objetivos de manejo comunes; algo que se dificulta visualizar<br />

cuando se establecen planes de manejo por cada recurso pesquero de una<br />

región determinada (Pérez-Jiménez et al., 2016). Un ejemplo de delimitación<br />

espacial de unidades de manejo pesquero en México se describe en<br />

Leslie et al. (2015), quienes realizaron el mapeo de SSEP para las localidades<br />

con pesquerías de pequeña escala en la costa de Baja California Sur;<br />

por lo que ya se han iniciado esfuerzos de investigación para encaminar<br />

a las pesquerías de pequeña escala hacia un manejo regionalizado. Emplear<br />

como unidad de manejo a los SSEP y su regionalización, puede ayudar a<br />

mejorar el manejo de las pesquerías, ya que se da una interpretación de<br />

los contextos locales, de las relaciones humano-ambiente y los recursos<br />

naturales (Wyborn and Bixler, 2013).<br />

4.1. Las regiones SSEP tienen una combinación<br />

de características únicas<br />

Las ocho regiones SSEP tienen una combinación de características únicas,<br />

desde el punto de vista del contexto físico, <strong>vol</strong>umen de captura y esfuerzo<br />

pesquero, así como de la dinámica de la flota. Cabe señalar que a diferencia<br />

de la metodología de Leslie et al. (2015), en el presente estudio no se<br />

hacen polígonos de pesca, sino que la regionalización se centra en la<br />

dinámica de las pesquerías, en donde el contexto biofísico desempeña un<br />

papel importante, porque determina la diversidad y abundancia estacional<br />

de los recursos. Además, en el presente estudio, una de las fuentes de<br />

información fueron entrevistas a informantes clave de las localidades<br />

pesqueras, en cambio Leslie et al. (2015) realizó entrevistas a los investigadores<br />

y administradores de la conservación.<br />

Las características en los subsistemas (unidad de recurso, usuarios,<br />

sistema de recursos y gobernanza) y su interrelación producen una conducta<br />

única en cada SSEP (Defeo et al., 2007). En el presente estudio, las variaciones<br />

de la disponibilidad de los recursos pesqueros entre las regiones<br />

SSEP se relaciona con el contexto biofísico de la zona costero-marina. Por


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

133<br />

otra parte, las diferencias en las organizaciones pesqueras que componen<br />

las regiones SSEP conciernen a las diferentes formas de acceso a la pesca<br />

(ya sea como permisionarios o como cooperativistas), y la disponibilidad<br />

de permisos de pesca que tienen para diversos recursos pesqueros.<br />

Para describir las características socio-ecológicas de las regiones SSEP<br />

aún quedan factores por considerar como la pesca ilegal, no declarada y<br />

no documentada, ya sea por pescadores sin permiso o por el uso de equipos<br />

y métodos de pesca no permitidos, además de la cadena de valor de<br />

los recursos marinos y la relación entre los usuarios del sistema de gobernanza.<br />

De cualquier manera, la información recopilada y generada en el<br />

presente estudio para regionalizar y caracterizar los SSEP a partir de las<br />

variables socio-ecológicas, puede usarse también para la evaluación del<br />

potencial de sustentabilidad de cada región SSEP (Leslie et al., 2015) y<br />

para la posterior instrumentación de manejo pesquero regionalizado.<br />

4.2. En las regiones SSEP de la zona norte hay mayor cantidad de<br />

usuarios y de UEP<br />

El tamaño de las regiones SSEP es muy importante para que puedan fungir<br />

como unidades de manejo pesquero. En las regiones SSEP muy pequeñas<br />

se puede perder la comprensión de las dinámicas sociales y ecológicas<br />

que suceden a una escala espacial mayor; y en una región SSEP muy grande<br />

se presentan dificultades para describir y comprender procesos sociales que<br />

in<strong>vol</strong>ucren a mayor cantidad de usuarios y procesos ecológicos que impliquen<br />

más factores biofísicos y recursos pesqueros (Pérez-Jiménez et al.,<br />

2016). Además, se ha reconocido que los usuarios con sistemas de dimensión<br />

moderada tienen más probabilidades de autoorganizarse (Wilson et<br />

al., 2007; Ostrom, 2009) y establecer medidas de manejo más eficientes.<br />

Así, a pesar de que en las regiones SSEP de la zona norte del presente estudio<br />

hay mayor cantidad de usuarios y de UEP, el número de embarcaciones<br />

no es tan variable entre las regiones SSEP de ambas zonas (norte y sur).<br />

4.3. La mayoría de los usuarios están agregados en organizaciones<br />

pesqueras<br />

La mayoría de los usuarios se agrupan en organizaciones pesqueras que<br />

tiene un líder, no obstante, en pocas regiones SSEP se reconoce un trabajo<br />

positivo de estos líderes pesqueros. Gutiérrez et al. (2011) resalta que el<br />

liderazgo es crítico para el éxito de las pesquerías. Sin embargo, para que<br />

los líderes influyan en el cumplimiento de las normas formales y ayuden<br />

a la resolución de conflictos deben guiarse por intereses colectivos antes<br />

que los propios (Feelders, 1999).


134 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Una de las problemáticas de la pesca ribereña de Campeche es que se<br />

define a las organizaciones pesqueras como estructuras sociales de presión<br />

política para la solicitud de recursos económicos (Botello Ruvalcaba et<br />

al., 2010). Consideramos necesario que las organizaciones pesqueras<br />

participen en la solución de los problemas que enfrenta el sector, por lo<br />

que se requiere mayor investigación para identificar los mecanismos<br />

apropiados que garanticen la rendición de cuentas y transparencia de los<br />

líderes de esas organizaciones pesqueras (Finkbeiner and Basurto, 2015),<br />

ya que en la mayoría de las regiones SSEP no se percibe como positivo el<br />

trabajo de los líderes pesqueros.<br />

4.4. En las regiones SSEP se realizan escasas actividades<br />

complementarias a la pesca<br />

Otra problemática de la pesca ribereña de Campeche es la ineficaz estrategia<br />

de comercialización de los pescadores, ya que tienden a esperar la llegada<br />

de los compradores foráneos para comercializar su captura (Botello Ruvalcaba<br />

et al., 2010). En la mayoría de los SSEP identificados en el presente<br />

estudio, los usuarios tienden a comercializar sus productos pesqueros a<br />

nivel local, a través de intermediarios. Sin embargo, si los pescadores no<br />

tienen la capacitación o el interés para darle valor agregado a los recursos<br />

y para buscar nuevos canales de distribución es muy probable que no se<br />

solucione esta problemática.<br />

Con una mayor participación de los pescadores en las cadenas de valor,<br />

se pueden generar múltiples beneficios para las localidades pesqueras (Gutiérrez<br />

et al., 2011). Por ello, los pescadores requieren asociarse y capacitarse<br />

para gestionar el acceso al financiamiento, negociar acuerdos colectivos con<br />

los compradores y desarrollar sus propios canales de comercialización<br />

(Jiménez-Badillo, 2008). Adicionalmente, las regiones SSEP de Campeche<br />

se componen en su mayoría por localidades urbanas, y aunque los usuarios<br />

tienen mayores posibilidades para realizar otras actividades económicas que<br />

los que residen en áreas rurales, tal como lo describe Tannerfeldt and Ljung<br />

(2006), se determinó que son muy pocos los que realizan actividades complementarias<br />

a la pesca, lo que genera mayor exposición de los pescadores<br />

ante las problemáticas complejas que enfrenta el sector.<br />

4.5. Pocos informantes clave tienen conocimiento sobre la presencia<br />

y función de las ANP<br />

Se identificó en el presente estudio que a pesar de que en la mayoría de<br />

las regiones SSEP se encuentra por lo menos una ANP, son pocos los<br />

usuarios que tienen conocimiento sobre su presencia y función. Por lo


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 113-145<br />

135<br />

que se debe fortalecer el conocimiento de los pescadores sobre la función<br />

de las ANP, así como incluirlos en la implementación de medidas de<br />

manejo en estas áreas. Con el fin de recuperar la biomasa de los recursos<br />

marinos y mantener la salud del ecosistema, los pescadores pueden establecer<br />

zonas <strong>vol</strong>untarias de no captura, ya que estos esquemas de manejo<br />

son más efectivos que otras formas de ANP que tienen mayor restricción<br />

en el acceso (Rife et al., 2013; Sala and Giakoumi, 2018).<br />

Las áreas protegidas costero-marinas consideradas como estrategias de<br />

manejo y para la conservación del ecosistema marino que incentiva la sustentabilidad<br />

de las pesquerías (Castilla, 2000), deben vincularse a la dinámica<br />

socio-ecológica de las localidades del área. Sin embargo, gran parte de su<br />

éxito depende de las actitudes de los pescadores hacia esta estrategia de<br />

manejo (Pita et al., 2011); por ello, su capacitación y participación informada<br />

puede generar resultados satisfactorios (Ayer et al., 2018).<br />

Conclusiones<br />

Se identificaron ocho regiones SSEP en el estado de Campeche que tienen<br />

una combinación de características únicas, desde el punto de vista del<br />

contexto físico, <strong>vol</strong>umen de captura y esfuerzo pesquero, y dinámica de la<br />

flota. Las regiones de la zona norte tienen una mayor cantidad de usuarios<br />

y de las UEP, y en ambas zonas, la mayoría de los usuarios están agregados<br />

en organizaciones pesqueras que tienen un líder. Sin embargo, en<br />

pocas regiones SSEP se reconoce un trabajo positivo de esos líderes, lo<br />

que requiere especial atención, dado que se ha demostrado que estos<br />

actores pueden contribuir a la sustentabilidad de las pesquerías.<br />

Otra característica de las regiones SSEP que debe considerarse en el<br />

manejo es que existen pocas actividades complementarias a la pesca, por<br />

lo que las localidades pesqueras dependen principalmente de esta actividad,<br />

lo que imposibilita implementar acciones eficaces que reduzcan<br />

sustancialmente el esfuerzo de pesca. Asimismo, pocos informantes clave<br />

tienen conocimiento sobre la presencia y función de las ANP, las cuales<br />

son parte de una estrategia de conservación que podría contribuir a la<br />

sustentabilidad de las pesquerías, como lo han demostrado diversos<br />

estudios. Finalmente, se necesita más investigación para comprender e<br />

implementar las medidas de manejo que aborden las problemáticas que<br />

enfrenta el sector pesquero en las regiones SSEP de Campeche; mientras<br />

tanto, la identificación de las unidades de manejo regionales y su caracterización<br />

son un avance.


136 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

Agradecimientos<br />

Especialmente a los pescadores y permisionarios de Campeche. Además,<br />

queremos agradecer a G. Williams-Jara que realizó los mapas. Este estudio<br />

forma parte de la tesis doctoral del primer autor apoyada por el Conacyt<br />

274360. Además, expresamos nuestra gratitud a los revisores anónimos,<br />

cuyos comentarios nos ayudaron a mejorar nuestro manuscrito original.<br />

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Recibido: 23 de abril de 2020.<br />

Reenviado: 5 de agosto de 2020.<br />

Aceptado: 4 de septiembre de 2020.<br />

Angelina Peña-Puch. Es doctora en Ecología y Desarrollo Sustentable<br />

por El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), México. Sus líneas de<br />

investigación son el manejo ecosistémico pesquero, sistemas socio-ecológicos<br />

pesqueros, pesquerías sustentables y política pesquera. Entre sus más<br />

recientes publicaciones destacan: en coautoría: “Advances in the Study of<br />

Mexican Fisheries with the Social-Ecological System (SES) Perspective<br />

and its Inclusion in Fishery Management Policy”, Ocean and Coastal<br />

Management, 185 (1), Nueva York, Elsevier Ltd., pp. 1-6 (2020); “Las<br />

pesquerías artesanales de elasmobranquios como parte de sistemas pesqueros<br />

complejos en el sur del Golfo de México”, Ciencia Pesquera, núm.<br />

24, Ciudad de México, Instituto Nacional de Pesca, pp. 113-124 (2016);<br />

y “Una radiografía antes de decidir: el reto del aprovechamiento sustentable<br />

del pepino de mar en Campeche”, <strong>Revista</strong> Investigación Ambiental<br />

Ciencia y Política Pública, 4 (1), Ciudad de México, Secretaría de Medio<br />

Ambiente y Recursos Naturales, pp. 57-62 (2012).<br />

Juan Carlos Pérez-Jiménez. Es doctor en Ciencias en Ecología Marina<br />

por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de<br />

Ensenada (CICESE), México. Actualmente es profesor-investigador del<br />

Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad en El Colegio de la<br />

Frontera Sur (ECOSUR), unidad Campeche. Es miembro del Sistema<br />

Nacional de Investigadores, nivel I. Sus líneas de investigación incluyen<br />

el estudio de la biología y ecología de elasmobranquios y el manejo de sus<br />

pesquerías, así como el estudio de la sustentabilidad de las pesquerías de<br />

pequeña escala en el sur del Golfo de México. Entre sus más recientes


144 A. Peña-Puch et al.: Sistemas socio-ecológicos como unidad de manejo: el caso de...<br />

publicaciones destacan, en coautoría: “Advances in the Study of Mexican<br />

Fisheries with the Social-Ecological System (SES) Perspective and its<br />

Inclusion in Fishery Management Policy”, Ocean and Coastal Management,<br />

185 (1), Nueva York, Elsevier Ltd., pp. 1-6 (2020); “Biodiversity and<br />

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Diego, Academic Press, <strong>vol</strong>. 83, pp. 11-60 (2019); “Fishery Indicators<br />

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Terraenovae in the Southern Gulf of Mexico: an Alternative to<br />

Assess a Heterogeneous Data‐Poor Fishery”, Fisheries Management and<br />

Ecology, 26 (4), Nueva Jersey, John Wiley & Sons Ltd., pp. 354-364<br />

(2019).<br />

Alfonso Munguía-Gil. Es doctor en <strong>Economía</strong> Política por la Universidad<br />

Sorbonne Paris III, Francia. Actualmente es profesor-investigador de<br />

la división de Estudios de Posgrado e Investigación, en el Tecnológico<br />

Nacional de México/Instituto Tecnológico de Mérida. Es miembro del<br />

Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1. Sus líneas de investigación<br />

son: el desarrollo regional sustentable y gestión y manejo de recursos<br />

naturales. Entre sus más recientes publicaciones destacan, en coautoría:<br />

“La racionalidad económica en los nuevos criterios de regulación ecológica<br />

del Programa de Ordenamiento Ecológico del <strong>Territorio</strong> Costero del<br />

Estado de Yucatán”, Paradigma Económico, <strong>Revista</strong> de <strong>Economía</strong> Regional<br />

y Sectorial, 9 (1), Toluca, UAEMéx, pp. 79-102 (2017); “La comunicación<br />

para el desarrollo sustentable en la Reserva Biocultural Del Puuc”, <strong>Revista</strong><br />

del Centro de Graduados e Investigación, 32 (68), Mérida, Instituto Tecnológico<br />

de Mérida, 1-8 (2017); “El enfoque biocultural en la política de<br />

conservación y desarrollo local. Casos pioneros en México”, <strong>Revista</strong> del<br />

Centro de Graduados e Investigación, 32 (68), Mérida, Instituto Tecnológico<br />

de Mérida, 37-43 (2017).<br />

Alejandro Espinoza-Tenorio. Es doctor en Ciencias por la Universidad<br />

de Bremen, Alemania. Actualmente es profesor-investigador del Departamento<br />

de Ciencias de la Sustentabilidad en El Colegio de la Frontera<br />

Sur (ECOSUR), unidad Campeche. Es miembro del Sistema Nacional<br />

de Investigadores, nivel II. Sus líneas de investigación actual son: planeación<br />

pesquera basada en ecosistemas, manejo de sistemas socioecológicos<br />

costeros, modelaje cualitativo de socioecosistemas acuáticos y conocimiento<br />

ecológico tradicional en comunidades de pescadores. Entre sus<br />

más recientes publicaciones destacan, en coautoría: “Adaptive Capacity<br />

and Social-Ecological Resilience of Coastal Areas: A Systematic Review”,<br />

Ocean and Costal Management, 173 (1), Nueva York, Elsevier Ltd., pp.


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Una aproximación regional al<br />

alfabetismo financiero en México<br />

147<br />

A regional approach to financial<br />

literacy in Mexico<br />

Osvaldo García Mata*<br />

Abstract<br />

This paper aims to analyze the determinants of financial literacy in Mexico with a<br />

regional approach. Its originality lies in emphasizing the regional differences in<br />

financial attitude, financial behavior, and financial knowledge. It uses ordered logit<br />

models constructed with data from the National Survey on Financial Inclusion 2018.<br />

The results confirm that education is essential for financial literacy, but other factors<br />

have different effects in each region. Its main limitation is the lack of data to perform<br />

a longitudinal analysis to observe how contextual changes affect financial literacy. Its<br />

findings can help focalize the financial inclusion policy.<br />

Keywords: financial literacy, financial inclusion, education, region.<br />

Resumen<br />

El objetivo de esta investigación es analizar los determinantes del alfabetismo<br />

financiero en México con un enfoque regional. Su originalidad reside en enfatizar<br />

las diferencias regionales en actitud, comportamiento y conocimiento<br />

financieros. Utiliza modelos logit ordenados construidos con datos de la Encuesta<br />

Nacional de Inclusión Financiera 2018. Se confirma que la educación es esencial<br />

para el alfabetismo financiero; sin embargo, otros factores tienen diferentes<br />

efectos en cada región. Entre sus limitaciones está la falta de datos para analizar<br />

longitudinalmente cómo los cambios en el entorno afectan al alfabetismo financiero.<br />

Sus hallazgos pueden aprovecharse para focalizar la política de inclusión<br />

financiera.<br />

Palabras clave: alfabetismo financiero, inclusión financiera, educación, región.<br />

* Universidad Autónoma de Tamaulipas, correo-e: ogarciam@uat.edu.mx


148 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Introducción<br />

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos<br />

(OCDE) define alfabetismo financiero como “una combinación de conocimientos,<br />

habilidades, actitudes y comportamientos necesarios para tomar<br />

decisiones financieras sólidas, con el fin último de alcanzar el bienestar<br />

financiero individual” (OCDE/INFE, 2011: 3). Éste facilita administrar<br />

el dinero con mayor eficiencia, tomar decisiones económicas confiables<br />

y planificar mejor el futuro financiero (Altman, 2012; Clark et al., 2006;<br />

Lusardi y Mitchell, 2011a). Bajo condiciones macroeconómicas estables,<br />

promueve el ahorro, la inversión, el emprendimiento y la acumulación<br />

de capital, y durante épocas de estrés económico, ayuda a las personas a<br />

sobrellevar la situación (Ćumurović y Hyll, 2019; Klapper et al., 2013).<br />

El alfabetismo financiero es un elemento necesario mas no el único<br />

para mejorar el bienestar financiero. Estudiarlo desde un enfoque regional<br />

es importante porque las características culturales, económicas, sociales y<br />

de infraestructura del entorno pueden vincularse al desempeño financiero<br />

de la población (Boisclair et al., 2017; Cucinelli et al., 2019). Propiciar<br />

que la gente aplique con éxito sus conocimientos financieros requiere<br />

diseñar e instrumentar iniciativas de educación más eficaces y eficientes<br />

que, entre otros aspectos, consideren estas diferencias regionales (Bernheim<br />

et al., 2001; Carpena et al., 2017; Cude, 2010).<br />

El alfabetismo financiero en México ha sido poco investigado. Como<br />

parte de un estudio internacional llevado a cabo en más de 140 naciones,<br />

Klapper et al. (2015) estimaron para este país una tasa de alfabetismo<br />

financiero de 32% entre personas de 15 años y más. Villagómez y González<br />

(2014) analizaron si éste puede influir en un incremento del ahorro<br />

para el retiro. Villagómez (2016) y Arceo-Gomez y Villagómez (2017)<br />

midieron su nivel entre estudiantes de preparatoria del área metropolitana<br />

de la Ciudad de México y determinaron que éste es deficiente. Villagómez<br />

e Hidalgo (2017) investigaron su relación con las habilidades matemáticas<br />

entre jóvenes de 15 a 18 años en la misma zona y concluyeron que<br />

éstas guardan una relación estrecha con el alfabetismo financiero. La<br />

mayoría de estos estudios se enfocaron en un área urbana donde habita<br />

no más del 21% de la población total de México y que por sus características<br />

sociodemográficas es distinta a otras regiones del país (Inegi, 2015).<br />

Recientemente, Antonio-Anderson et al. (2020) analizaron el alfabetismo<br />

financiero con un enfoque nacional, aunque sin distinguir entre sus<br />

componentes.<br />

Adicionalmente, la Política Nacional de Inclusión Financiera (CNBV,<br />

2020) consigna las amplias brechas en materia de competencias financieras<br />

entre las distintas entidades y regiones del país, y la necesidad de


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

149<br />

focalizar los esfuerzos para educar financieramente a la población de<br />

acuerdo con sus características específicas.<br />

En este trabajo se explora el impacto de variables sociodemográficas<br />

específicas sobre los tres componentes del alfabetismo financiero en<br />

México, con énfasis en las diferencias regionales y locales. Se propone<br />

responder a las siguientes preguntas: ¿son los mismos factores socioeconómicos<br />

los que determinan el nivel de alfabetismo financiero para toda<br />

la población del país o hay determinantes de mayor peso en algunas<br />

regiones? De haber diferencias, ¿qué factores deberían considerarse para<br />

adecuar las iniciativas que se desprendan de la Política Nacional de Inclusión<br />

Financiera a las diferentes regiones de México?<br />

Identificar estos determinantes puede ser de utilidad en el ámbito<br />

público para instrumentar estrategias efectivas derivadas de las políticas<br />

que estimulan la inclusión financiera y, por ende, el desarrollo económico<br />

y social. En el ámbito empresarial puede aprovecharse para diseñar productos<br />

financieros especializados en atender demandas locales.<br />

Los componentes a los cuales se refiere esta investigación son conocimiento<br />

financiero (FKI), actitud financiera (FAI) y comportamiento<br />

financiero (FBI). Se emplea un método de análisis factorial y modelos<br />

logit ordenados con los que se estiman índices para cada componente a<br />

partir de algunas variables socioeconómicas: género, edad, nivel educativo,<br />

estado civil, tamaño de la localidad y nivel de ingreso.<br />

El enfoque de la investigación es cuantitativo. Toma como base los<br />

datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, ENIF (Inegi,<br />

2019a), correspondientes a 2018. El estudio es de tipo descriptivocorrelacional.<br />

Al probar si los factores determinantes del alfabetismo<br />

financiero en México son distintos para cada región, se justifica la instrumentación<br />

de estrategias y programas adecuados a los contextos regionales<br />

y locales en México.<br />

Este documento está dividido en cuatro secciones. Primero se hace un<br />

repaso de los estudios sobre alfabetismo financiero que se han efectuado<br />

en México. En la siguiente sección se describen los datos y modelos<br />

empleados en el análisis. Posteriormente se exponen y comentan los<br />

resultados obtenidos. Para finalizar, se presentan las conclusiones y se<br />

sugieren futuras líneas de investigación.<br />

1. Medición del alfabetismo financiero<br />

Para medir el alfabetismo financiero, la Organización para la Cooperación<br />

y el Desarrollo Económicos recomienda evaluar a las personas en tres<br />

dimensiones: conocimiento, actitud y comportamiento financieros


150 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

(OCDE/INFE, 2011). El conocimiento financiero se refiere al dominio<br />

que un individuo tiene de conceptos financieros básicos y su habilidad<br />

para utilizarlos en situaciones de decisión (Atkinson y Messy, 2012). En<br />

este sentido se observa una diferencia entre la comprensión y la aplicación<br />

del conocimiento, en donde la segunda tiene sentido sólo cuando las<br />

personas son capaces de usar sus conocimientos con confianza y efectividad<br />

(Bay et al., 2014; Huston, 2010; Remund, 2010).<br />

La actitud financiera está relacionada con la predisposición a decidir<br />

y actuar en materia financiera; una actitud positiva considera el futuro en<br />

la priorización de metas, la previsión ante emergencias y la planeación<br />

para el retiro (Atkinson y Messy, 2012). El comportamiento financiero<br />

da cuenta de prácticas tendientes a mejorar el bienestar financiero, tales<br />

como la planeación de los gastos personales y familiares, el establecimiento<br />

y consecución de metas, el uso responsable del crédito y la sujeción a un<br />

presupuesto (Atkinson y Messy, 2012).<br />

Aunque fuera de México, Huston (2010) llevó a cabo una amplia<br />

revisión sobre modelos para medir el alfabetismo financiero. Analizó 71<br />

trabajos publicados entre 1996 y 2008, principalmente en Estados Unidos,<br />

por 50 diferentes autores y organizaciones. Una revisión no tan amplia<br />

pero más reciente es la efectuada por Das (2016), quien revisó 14 trabajos<br />

publicados entre 2002 y 2015. En ambas encontraron que la mayoría<br />

de los estudios se especializan en la evaluación del conocimiento financiero<br />

y pocos incluyen actitud y comportamiento.<br />

Durante 2014, Klapper et al. (2015) recolectaron datos de más de 150<br />

mil personas de 15 años o más, en 140 países, para medir el alfabetismo<br />

financiero global. Consideraron cuatro aspectos básicos del conocimiento<br />

financiero: inflación, diversificación de riesgo, interés simple e interés<br />

compuesto. Decidieron llamar alfabetas financieros a aquellos que obtuvieron<br />

tres o más aciertos de los cuatro aspectos evaluados. Encontraron<br />

que el alfabetismo financiero en el mundo es de 33%, mientras que en<br />

México es de 32%. Este resultado lo colocaría en el rango de las economías<br />

emergentes, representadas por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica<br />

(BRICS), en donde los valores nacionales fluctúan desde 24% hasta 42%.<br />

En contraste, las economías del G-7, integrado por Estados Unidos de<br />

América, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Japón, alcanzan<br />

tasas que varían entre 37 y 68 por ciento.<br />

Villagómez y González (2014) analizaron si el monto de riqueza de<br />

una persona en México puede incrementarse cuando ésta posee mayor<br />

nivel de alfabetismo financiero. Utilizaron el modelo propuesto por<br />

Atkinson y Messy (2012) y los datos obtenidos de la Encuesta Nacional<br />

sobre los Niveles de Vida de los Hogares 2005. Construyeron dos índices<br />

que consideraron los componentes de actitud y comportamiento, pero


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

151<br />

no el de conocimiento. No obtuvieron datos suficientes para incluir el<br />

conocimiento financiero. Tras analizar los datos, concluyeron que el<br />

alfabetismo financiero tiene un efecto significativo y positivo en la acumulación<br />

de la riqueza individual.<br />

Villagómez (2016) midió el nivel de alfabetismo financiero a partir de<br />

una muestra de 889 estudiantes preparatorianos, entre 15 a 18 años, de<br />

la zona metropolitana del Valle de México. Utilizó las metodologías de la<br />

OCDE a través de la Red Internacional de Educación Financiera (OCDE/<br />

INFE, 2011) y de Lusardi y Mitchell (2011b) para evaluar actitud, comportamiento<br />

y conocimiento financieros. Observó ligeras diferencias en<br />

los resultados por género, a favor de los hombres, y por tipo de escuela,<br />

a favor de la educación privada.<br />

En otro estudio, Arceo y Villagómez (2017) estimaron el alfabetismo<br />

financiero de jóvenes estudiantes de preparatoria del área metropolitana<br />

de la Ciudad de México, mediante la evaluación de ocho preguntas sobre<br />

conocimiento, ocho sobre comportamiento y tres sobre actitud financiera.<br />

Encontraron que sólo 20% comprende los conocimientos financieros<br />

básicos, 57% sigue un comportamiento financiero deseable y 70% tiene<br />

una actitud financiera positiva.<br />

Villagómez e Hidalgo (2017) investigaron la relación entre el alfabetismo<br />

financiero y las habilidades matemáticas de jóvenes estudiantes del<br />

valle de México. Las variables independientes que utilizaron fueron la<br />

puntuación obtenida en la sección matemática del instrumento que aplicaron<br />

y los niveles de confianza autopercibidos en el manejo de las matemáticas<br />

y las finanzas. Confirmaron que las habilidades cuantitativas<br />

tienen una influencia significativa y positiva en los índices de conocimiento,<br />

actitud y comportamiento financiero. Tanto en éste como en los<br />

estudios realizados en México mencionados anteriormente sobresale el<br />

papel determinante de la educación financiera en el desarrollo económico<br />

y el bienestar de las personas.<br />

A partir de los resultados de la ENIF 2018 (Inegi, 2019a), Antonio-<br />

Anderson et al. (2020) analizaron los factores determinantes del alfabetismo<br />

financiero en México. En su estudio incluyeron la variable región,<br />

aunque utilizaron un índice general sin distinguir sus componentes. Otros<br />

estudios han demostrado que estos componentes pueden variar de manera<br />

inversa entre sí, de tal forma que uno podría contrarrestar el efecto de<br />

otro (Atkinson y Messy, 2012; Baglioni et al., 2018; Cucinelli et al., 2019).<br />

En la presente investigación se propone medir el alfabetismo financiero<br />

y proporcionar evidencia que demuestre que (H 1<br />

) en México prevalece<br />

un nivel de conocimiento financiero bajo en todas sus regiones, en comparación<br />

con el observado por Klapper et al. (2015) en naciones desarrolladas,<br />

pero comparable al de economías emergentes; y que (H 2<br />

) los


152 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

determinantes socioeconómicos del alfabetismo financiero varían de región<br />

a región, en cada uno de sus tres componentes: conocimiento, actitud y<br />

comportamiento (Cucinelli et al., 2019). Al comprobar lo anterior, esta<br />

investigación puede servir como evidencia para justificar que la instrumentación<br />

de la Política Nacional de Inclusión Financiera debe considerar<br />

algunos elementos generales y otros de carácter local en los que las<br />

entidades y municipios podrían tener mayor participación.<br />

2. Datos y metodología<br />

La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) tiene el objetivo<br />

de medir el acceso y uso de los servicios financieros en México. Es llevada<br />

a cabo por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el<br />

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En su tercera edición,<br />

efectuada del 30 de abril al 22 de junio de 2018, incluyó entrevistas<br />

directas a habitantes de 14,500 viviendas, seleccionadas de manera probabilística<br />

y estratificada. Por primera ocasión consignó datos representativos<br />

a nivel regional y sobre capacidades financieras (Inegi, 2019a).<br />

En 2018, la ENIF (Inegi, 2019a) estableció seis regiones geográficas<br />

con características contrastantes, que podrían presentar factores estructurales<br />

asociados al alfabetismo financiero, como se aprecia en el cuadro 1.<br />

La Ciudad de México (R4), con 7.0% de la población nacional total<br />

y 8.1% de la Población Económicamente Activa (PEA) contribuye con<br />

16.5% del Producto Interno Bruto, PIB. Su porcentaje de población en<br />

pobreza extrema es el más bajo entre regiones; sin embargo, presenta una<br />

tasa de informalidad laboral media y de desocupación alta.<br />

La contribución de las regiones Noroeste (R1) y Noreste (R2) al PIB<br />

es ligeramente superior a su participación en la población total y la PEA<br />

del país. Registran tasas de informalidad laboral y pobreza extrema inferiores<br />

a las de las regiones del sur.<br />

La región Sur (R6) es la de mayor porcentaje de población en pobreza<br />

extrema y de informalidad laboral, pero la de menor tasa de desocupación.<br />

La región Occidente y Bajío (R3) presenta una tasa de desocupación baja<br />

y de informalidad laboral media, en tanto que la Oriente y Centro Sur<br />

(R5) es la segunda con mayor tasa de informalidad laboral pero con una<br />

desocupación comparable a la de las regiones norteñas.<br />

Aunque estas características socioeconómicas también pueden presentar<br />

alta variabilidad hacia el interior de las regiones, no sólo los rasgos individuales<br />

sino las diferencias interregionales podrían influir en el desempeño<br />

financiero, tal como lo observaran Cucinelli et al. (2019) en Italia.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

153<br />

Cuadro 1<br />

Características regionales, México 2018<br />

Región<br />

Estados<br />

Población<br />

nacional<br />

2018<br />

%<br />

Contribución<br />

al PIB<br />

2017<br />

%<br />

PEA nacional<br />

2018-II<br />

%<br />

Desocupación<br />

2018-II<br />

%<br />

Informalidad<br />

laboral<br />

2018-II<br />

%<br />

Población en<br />

pobreza extrema<br />

2018<br />

R1 Noroeste<br />

Baja California, Baja California Sur, Chihuahua,<br />

Durango, Sinaloa, Sonora<br />

13.0 14.5 13.5 3.4 43.2 2.3<br />

R2 Noreste<br />

Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas<br />

11.9 16.3 12.3 3.5 41.9 2.7<br />

R3 Occidente y Bajío<br />

Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco,<br />

Michoacán, Nayarit, Querétaro, Zacatecas<br />

20.8 20.0 20.8 3.0 54.8 3.8<br />

R4 Ciudad de México<br />

Ciudad de México<br />

7.0 16.5 8.1 5.1 50.0 1.8<br />

R5 Oriente y Centro Sur<br />

Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala,<br />

Veracruz<br />

30.9 20.4 30.0 3.4 64.0 8.4<br />

R6 Sur<br />

Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana<br />

Roo, Tabasco, Yucatán<br />

16.4 12.4 15.3 2.5 71.7 20.2<br />

Fuentes: elaboración propia a partir de la clasificación regional establecida en la ENIF (Inegi, 2019a) y datos sobre población de Conapo (2017), pobreza de Coneval (2019),<br />

PEA y desocupación de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2018-II (Inegi, 2019b) y Producto Interno Bruto de Inegi (2018).


154 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Para esta investigación se analizaron 12,446 registros, 54.7% correspondientes<br />

a mujeres y 45.3% a hombres, entre 18 y 70 años de edad, 48.4%<br />

residentes en localidades de 100,000 habitantes o más. El número de observaciones<br />

por característica de la muestra se puede observar en el cuadro 2.<br />

Género<br />

Cuadro 2<br />

Características de la muestra, México 2018<br />

Características N %<br />

Femenino 6807 54.7<br />

Masculino 5639 45.3<br />

Edad<br />

18-23 1518 12.2<br />

24-29 1680 13.5<br />

30-35 1806 14.5<br />

36-41 1786 14.3<br />

42-47 1610 12.9<br />

48-53 1364 11.0<br />

54-59 1103 8.9<br />

60-<strong>65</strong> 955 7.7<br />

66-70 624 5.0<br />

Máximo grado de estudios<br />

Ninguna 484 3.9<br />

Preprimaria o primaria 2845 22.9<br />

Secundaria 3925 31.5<br />

Preparatoria 2550 20.5<br />

Licenciatura o equivalente 2382 19.1<br />

Posgrado 253 2.0<br />

No respondió 7 0.1<br />

Ingreso anual en miles de pesos<br />

Sin ingresos 3951 31.7<br />

Más de 0 hasta 40 1848 14.8<br />

Más de 40 hasta 60 1540 12.4<br />

Más de 60 hasta 80 1770 14.2<br />

Más de 80 hasta 100 750 6.0


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

155<br />

Cuadro 2 (continuación)<br />

Características N %<br />

Más de 100 hasta 120 428 3.4<br />

Más de 120 hasta 140 439 3.5<br />

Más de 140 hasta 160 301 2.4<br />

Más de 160 698 5.6<br />

No respondió 721 5.8<br />

Estado civil<br />

Soltero (incluye separado, viudo, divorciado) 4547 36.5<br />

Casado (incluye unión libre) 7899 63.5<br />

Tamaño de la localidad<br />

Menos de 2500 2825 22.7<br />

2500-14,999 1751 14.1<br />

15,000-99,999 1847 14.8<br />

100,000 o más 6023 48.4<br />

Región<br />

Noroeste 2304 18.5<br />

Noreste 2255 18.1<br />

Occidente y Bajío 2348 18.9<br />

Ciudad de México 877 7.0<br />

Centro Sur y Oriente 2345 18.8<br />

Sur 2317 18.6<br />

Total 12,446 100.0<br />

Fuente: elaboración propia con base en datos de la ENIF (Inegi, 2019a).<br />

De la ENIF se aprovecharon 14 reactivos para estimar, con apego a lo<br />

establecido por la OCDE en la guía de la Red Internacional de Educación<br />

Financiera (OCDE/INFE, 2011), los tres índices componentes del alfabetismo<br />

financiero: conocimiento financiero (FKI), actitud financiera<br />

(FAI) y comportamiento financiero (FBI).<br />

Para el índice de conocimiento financiero (FKI) se tomaron en cuenta<br />

siete reactivos clasificados, de acuerdo con el modelo utilizado por Klapper<br />

et al. (2015), en cuatro grupos: inflación (FKQ1 y FKQ2), diversificación<br />

del riesgo (FKQ3 y FKQ4), interés simple (FKQ5 y FKQ6) e interés compuesto<br />

(FKQ7). La ecuación (1) muestra el cálculo de este índice.


156 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

FKI= FKQ1*FKQ2+FKQ3*FKQ4+FKQ5*FKQ6+FKQ7; (1)<br />

FKI [0, 4]<br />

En este índice, los ítems FKQi, para i = 1…7 son variables binarias<br />

que adoptan un valor de uno si la pregunta fue correctamente contestada<br />

y cero para respuestas incorrectas o cuando la persona admite no saber<br />

cuál es la respuesta correcta. En este sentido, sólo se consideran los registros<br />

sobre los que se tiene certeza de si el individuo conoce o no la respuesta<br />

correcta. El registro se omite si el encuestado no respondió.<br />

La inflación, diversificación del riesgo e interés simple requieren que<br />

se responda correctamente a los dos reactivos para evaluar positivamente<br />

el factor en cuestión. Es decir, se asume que una persona entiende el<br />

concepto de inflación si y sólo si proporciona respuestas correctas a los<br />

ítems FKQ1 y FKQ2.<br />

Siguiendo la definición acuñada por Klapper et al. (2015), una persona<br />

es alfabeta financiera si obtiene al menos tres aciertos de los cuatro factores<br />

evaluados. Para esta investigación se establece que si FKI ≥ 3 entonces<br />

la persona se considera alfabeta desde una perspectiva de conocimiento<br />

financiero.<br />

El índice de actitud financiera se calcula con la suma de los valores<br />

asociados a los ítems FAQ1 y FAQ2, como se indica en la ecuación (2).<br />

Con ellos se evalúa si el encuestado piensa en el futuro antes de gastar su<br />

dinero, siguiendo el modelo de Cucinelli et al. (2019). El ítem FAQ1 se<br />

refiere al dilema entre ahorro y consumo presente. Toma un valor de dos<br />

si quien responde prefiere siempre ahorrar en lugar de gastar, uno si lo<br />

prefiere algunas veces y cero si prefiere gastar en lugar de ahorrar. El ítem<br />

FAQ2 evalúa la predisposición a las compras por impulso. Toma un valor<br />

de dos cuando el encuestado siempre considera si puede pagar algo antes<br />

de comprarlo, uno si lo considera algunas veces y cero si nunca lo hace.<br />

Si la persona no sabe o no contesta, el registro no se toma en cuenta.<br />

FAI= FAQ1+FAQ2; FAI [0, 4]<br />

(2)<br />

De manera análoga al criterio establecido por Klapper et al. (2015)<br />

para el conocimiento financiero, se define a un alfabeta desde la perspectiva<br />

de actitud financiera si FAI ≥ 3.<br />

El índice de comportamiento financiero (FBI) se calcula mediante la<br />

suma de los valores asociados a cinco ítems, como puede apreciarse en la<br />

ecuación (3). Dos se refieren a los hábitos de planeación financiera: si la<br />

persona sigue un presupuesto (FBQ1) y con qué frecuencia se propone<br />

metas financieras de largo plazo (FBQ2). Tres evalúan el cumplimiento<br />

de compromisos financieros: si lo que gana le alcanza para cubrir sus


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

157<br />

gastos (FBQ3), si podría solventar una emergencia económica con sus<br />

ahorros (FBQ4) y con qué frecuencia paga sus cuentas a tiempo (FBQ5).<br />

Los ítems FBQ1, FBQ3 y FBQ4 toman el valor de uno en caso afirmativo<br />

y cero en caso negativo. Para los ítems FBQ2 y FBQ5, se asignó<br />

el valor de uno a las respuestas siempre y algunas veces, y de cero a nunca.<br />

El registro se omite si el encuestado no sabe o no responde.<br />

FBI= FBQ1+FBQ2+FBQ3+FBQ4+FBQ5; FBI [0, 5] (3)<br />

Para definir a un alfabeta financiero desde la perspectiva del comportamiento,<br />

se estableció un criterio de al menos cuatro respuestas correctas<br />

de cinco posibles (FBI ≥ 4).<br />

Aunque pareciera natural integrar los tres índices en uno solo, para<br />

esta investigación se optó por estudiarlos por separado debido a que<br />

evalúan diferentes dimensiones del individuo y a que, en apego al criterio<br />

utilizado por Cucinelli et al. (2019) y por Atkinson y Messy (2012), se<br />

asumió que su desempeño obedecería de manera distinta al mismo conjunto<br />

de variables socioeconómicas.<br />

Para cada uno de estos índices se construyeron modelos econométricos<br />

en los que se prueba si es posible explicar su variabilidad a través de<br />

características sociodemográficas, de manera regional. Con éstos se buscó<br />

determinar si existe algún efecto significativo en cada una de las variables<br />

dependientes (FKI, FAI y FBI) relacionado con las variables independientes:<br />

género, Gen, edad, Edad, nivel educativo, Educ, nivel de ingreso,<br />

Ingr, y estado civil, EstC (Almenberg y Widmark, 2011; Boisclair et al.,<br />

2017; Cucinelli et al., 2019; Klapper et al., 2015; Potrich et al., 2015;<br />

Van Rooij et al., 2011). Adicionalmente se incluyó como variable de<br />

control el tamaño de la localidad, TLoc (Boisclair et al., 2017; Cucinelli<br />

et al., 2019). Lo anterior se resume en el cuadro 3.<br />

Para analizar las variables dependientes correspondientes a los índices<br />

de conocimiento, actitud y comportamiento financiero, por separado, se<br />

construyeron modelos logit ordenados. El método de mínimos cuadrados<br />

ordinarios no es recomendable cuando la variable dependiente es ordinal<br />

(Leckie et al., 2016), en este caso porque la diferencia entre el número de<br />

aciertos obtenidos a nivel individual, si bien refleja cierto grado de orden,<br />

sólo tiene significado relativo, y porque dos de los tres índices presentan<br />

una distribución sesgada.<br />

Para cada índice se construyeron modelos regionales con la intención<br />

de observar y comparar sus factores determinantes, expresados por un<br />

conjunto de variables sociodemográficas. De esta manera, para la persona<br />

i de la región j=1…6, el modelo está definido por la ecuación (4):


158 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Cuadro 3<br />

Descripción de variables<br />

Variable Descripción Fuente<br />

Variables dependientes<br />

Índice de<br />

Conocimiento<br />

Financiero<br />

(FKI)<br />

Índice de<br />

Actitud<br />

Financiera<br />

(FAI)<br />

Índice de<br />

Comportamiento<br />

Financiero<br />

(FBI)<br />

Variable ordinal calculada a partir de<br />

preguntas binarias, (uno si la respuesta es<br />

correcta, cero si es incorrecta o no sabe), se<br />

refiere a inflación (FKQ1 y FKQ2), diversificación<br />

del riesgo (FKQ3 y FKQ4), interés<br />

simple (FKQ5 y FKQ6) e interés compuesto<br />

(FKQ7). FKI=FKQ1*FKQ2+FKQ3*FKQ4<br />

+FKQ5*FKQ6+FKQ7;FKI [0, 4]<br />

Variable ordinal. Las actitudes esperadas<br />

reciben un valor de dos, si se presentan de<br />

forma ocasional un valor de uno, o si nunca<br />

se manifiestan se asigna un valor de cero.<br />

FAI=FAQ1 + FAQ2; FAI [0, 4]<br />

Variable ordinal que evalúa la planeación<br />

financiera y el cumplimiento de compromisos<br />

financieros. Corresponde a la suma de cinco<br />

ítems binarios.<br />

FBI=FBQ1+FBQ2+FBQ3+FBQ4+FBQ5;<br />

FBI [0, 5]<br />

Variables independientes<br />

Género (Gen) Variable binaria: uno para femenino, cero<br />

para masculino<br />

Edad (Edad)<br />

Nivel educativo<br />

(Educ)<br />

Nivel de<br />

ingreso<br />

(Ingr)<br />

Variable ordinal: en el modelo econométrico<br />

se ha analizado como número entero positivo<br />

que fluctúa entre 18 y 70; para fines de<br />

estadística descriptiva se agrupó en nueve<br />

cohortes.<br />

Variable ordinal, significa el máximo grado de<br />

estudios: sin educación formal (0), preescolar<br />

o primaria (1), secundaria (2), preparatoria<br />

(3), universidad o equivalente (4) y estudios<br />

de posgrado (5).<br />

Variable entera medida en miles de pesos por<br />

año. Se clasificó en nueve cohortes: sin<br />

ingresos (0), ingresos mayores que cero y<br />

hasta 40 (1), más de 40 y hasta 60 (2), más de<br />

60 y hasta 80 (3) y así sucesivamente de 20 en<br />

20, hasta llegar a más de 160 (8). Si no<br />

reportaron ingresos, el registro no se incluyó<br />

en el análisis.<br />

Propuesta del<br />

autor con base en<br />

Klapper et al.<br />

(2015).<br />

Propuesta del<br />

autor con base en<br />

Cucinelli et al.<br />

(2019)<br />

Propuesta del<br />

autor con base en<br />

Cucinelli et al.<br />

(2019); Villagómez<br />

y González<br />

(2014)<br />

Almenberg y<br />

Widmark (2011);<br />

Boisclair et al.<br />

(2017); Cucinelli<br />

et al. (2019);<br />

Klapper et al.<br />

(2015); Potrich et<br />

al. (2015); Van<br />

Rooij et al. (2011)<br />

Almenberg y<br />

Widmark (2011);<br />

Klapper et al.<br />

(2015); Potrich et<br />

al. (2015); Van<br />

Rooij et al. (2011)


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

159<br />

Cuadro 3 (continuación)<br />

Variable Descripción Fuente<br />

Estado civil<br />

(EstC)<br />

Variables de control<br />

Tamaño de la<br />

localidad<br />

(TLoc)<br />

Variable binaria: uno para personas casadas o<br />

que viven con su pareja; cero para individuos<br />

solteros, nunca antes casados, viudos,<br />

divorciados o separados.<br />

Variable ordinal: tres si la localidad tiene 100<br />

mil habitantes o más; dos si está entre 15 mil<br />

y 99,999; uno si tiene de 2500 a 14,999 y<br />

cero si tiene menos de 2500.<br />

Cucinelli et al.<br />

(2019); Van Rooij<br />

et al. (2011)<br />

Cucinelli et al.<br />

(2019)<br />

Fuente: elaboración propia con datos de las fuentes que en el cuadro se indican.<br />

(4)<br />

logitγk = α k<br />

+β 1<br />

•Gen i j<br />

+ β 2<br />

•Edad i j<br />

+ β 3<br />

•Educ i j<br />

+ β 4<br />

•Ingr i j<br />

+ β 5<br />

•EstC i j<br />

+<br />

β 6<br />

•TLoc i j<br />

+e i j<br />

Así, γ k<br />

es la probabilidad de que la persona i de la región j obtenga k<br />

o más aciertos; α k<br />

corresponde a los umbrales entre categorías consecutivas,<br />

es decir, α 3<br />

marca el punto en el que se pasa de obtener 2 aciertos a<br />

obtener 3 en el índice en cuestión; y e ij<br />

es el residual que en esta investigación<br />

se asume sigue una distribución logit con media 0 y varianza π 2 /3.<br />

Para el índice de conocimiento financiero, FKI ij<br />

, y el conjunto X i<br />

de<br />

características de la persona i, se establecen las ecuaciones (5) y (6):<br />

(5)<br />

γ k<br />

= Pr(FKI ij<br />

≥ k|X ij<br />

)<br />

(6)<br />

De manera análoga, los índices de actitud y comportamiento financiero,<br />

FAI ij<br />

y FBI ij<br />

, para la persona i de la región j, se formulan en las<br />

ecuaciones (7) y (8), respectivamente:<br />

(7)<br />

En la siguiente sección se comentan los resultados obtenidos por índice<br />

para cada región.<br />

(8)


160 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

3. Análisis y resultados<br />

Para cada componente del alfabetismo financiero se calcularon los promedios<br />

de aciertos y porcentajes de personas consideradas alfabetas financieras.<br />

A partir de ellos se efectuaron pruebas de análisis de varianza, con el estadístico<br />

chi 2 de Pearson, para comprobar las diferencias interregionales.<br />

Después se construyeron modelos logit ordenados, por separado para cada<br />

región, para los índices de conocimiento, actitud y comportamiento.<br />

Con los datos de la ENIF 2018 (Inegi, 2019a), se estima que entre los<br />

mexicanos de 18 a 70 años el porcentaje de alfabetas en materia de conocimiento<br />

financiero es 34.9. Este resultado a nivel nacional es comparable con<br />

el consignado por Klapper et al. (2015) para economías emergentes que<br />

fluctúa entre 24 y 42%, pero bajo en contraste con el observado en economías<br />

desarrolladas que va de 37 a 68%. De manera similar, se estiman los<br />

índices de actitud financiera en 60.9% y comportamiento financiero en 40<br />

por ciento. Estos resultados pueden observarse en el cuadro 4.<br />

En México, el alfabetismo financiero presenta diferencias regionales<br />

significativas. La Ciudad de México exhibe los promedios y los porcentajes<br />

más altos en los tres índices. El nivel de conocimiento financiero en<br />

esta región, calculado en 50.8%, es ligeramente superior al de países como<br />

España o Croacia (Klapper et al., 2015).<br />

La región Sur registra el índice de conocimiento financiero más bajo,<br />

con un porcentaje de alfabetas estimado en 27.2%, comparable al de<br />

países como Egipto o Irak (Klapper et al., 2015); sin embargo, esta misma<br />

región presenta el segundo porcentaje más alto de personas con actitud<br />

financiera positiva, 63.7 por ciento.<br />

Las regiones norteñas tienen resultados similares entre sí. El Noroeste<br />

destaca por el nivel de conocimiento y el Noreste por el de comportamiento.<br />

El Noroeste registra 38.6% de conocimiento financiero, comparable<br />

con los de Camerún o Rusia; el Noreste alcanza 33.3%, equiparable<br />

a los registrados en Argelia o Corea del Sur (Klapper et al., 2015).<br />

La región Occidente y Bajío tiene un porcentaje de alfabetas financieros<br />

de 34.8%, bajo la perspectiva de conocimiento, comparable con los<br />

resultados de Brasil o Bulgaria (Klapper et al., 2015). Esta región presenta<br />

los menores porcentajes de actitud y comportamiento financiero, con<br />

55.4 y 37.1%, respectivamente.<br />

La región Centro Sur y Oriente, en donde vive 30.9% de la población<br />

del país y que aporta la quinta parte del PIB, registra un porcentaje<br />

de conocimiento financiero de 34.1%, similar al de Uganda y<br />

ligeramente superior al de Belice (Klapper et al., 2015). Es la segunda<br />

con menor porcentaje de comportamiento financiero positivo y la<br />

tercera con mayor porcentaje de actitud financiera.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

161<br />

Cuadro 4<br />

Índices de alfabetismo financiero (AF) nacional y por región, México 2018<br />

Promedio de aciertos en los índices de AF Porcentaje de AF<br />

Región Conocimiento<br />

FKI [0,4]<br />

Actitud<br />

FAI [0,4]<br />

Comportamiento<br />

FBI [0,5]<br />

FK<br />

(FKI≥3)<br />

FA<br />

(FAI≥3)<br />

FB<br />

(FBI≥4)<br />

Nacional Obs 12,255 12,270 12,203<br />

Media 2.01 2.76 3.15 34.9 60.9 40.0<br />

D.E. 1.19 0.94 1.13<br />

R1<br />

Noroeste<br />

Obs 2276 2285 2275<br />

Media 2.13 2.71 3.17 38.6 60.1 39.8<br />

D.E. 1.17 0.92 1.09<br />

R2<br />

Noreste<br />

Obs 2240 2229 2218<br />

Media 1.97 2.77 3.24 33.3 61.3 43.3<br />

D.E. 1.19 0.98 1.13<br />

R3<br />

Occidente y Bajío<br />

Obs 2304 2308 2295<br />

Media 2.01 2.<strong>65</strong> 3.08 34.8 55.4 37.1<br />

D.E. 1.14 0.93 1.12


162 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Cuadro 4 (continación)<br />

Promedio de aciertos en los índices de AF Porcentaje de AF<br />

Región Conocimiento<br />

FKI [0,4]<br />

Actitud<br />

FAI [0,4]<br />

Comportamiento<br />

FBI [0,5]<br />

FK<br />

(FKI≥3)<br />

FA<br />

(FAI≥3)<br />

FB<br />

(FBI≥4)<br />

R4<br />

Ciudad de México<br />

Obs 864 867 868<br />

Media 2.46 2.82 3.39 50.8 64.1 49.1<br />

D.E. 1.16 0.92 1.15<br />

R5<br />

Centro Sur<br />

y Oriente<br />

Obs 2317 2322 2301<br />

Media 1.99 2.82 3.08 34.1 63.0 37.6<br />

D.E. 1.2 0.93 1.13<br />

R6<br />

Sur<br />

Obs 2254 2259 2246<br />

Media 1.79 2.81 3.12 27.2 63.7 38.8<br />

D.E. 1.18 0.95 1.12<br />

Chi 2 de Pearson 270.51 92.75 102.03 34.76 9.12 11.06<br />

p-value *** *** *** *** *** ***<br />

D.E.: desviación estándar; p-value: ***p


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

163<br />

Estos datos constituyen evidencia para demostrar que (H 1<br />

) en México<br />

prevalece un nivel de conocimiento financiero bajo en todas las regiones<br />

analizadas en comparación con las naciones desarrolladas, con excepción<br />

de la Ciudad de México, según lo observado por Klapper et al. (2015).<br />

El análisis de varianzas indica que existen diferencias interregionales<br />

en los índices de alfabetismo financiero debidas a factores distintos a la<br />

aleatoriedad aplicada a la muestra seleccionada (cuadro 4). Esto sugiere<br />

que un solo modelo para todas las regiones del país sería inadecuado. Por<br />

lo anterior, se pusieron a prueba algunas características socioeconómicas<br />

regionales para determinar cuáles son las que mejor explican el alfabetismo<br />

financiero de los habitantes de las seis regiones bajo estudio.<br />

Antes de construir los modelos econométricos, se llevaron a cabo<br />

análisis de correlaciones para identificar si existe multicolinealidad entre<br />

variables dependientes e independientes. Se aplicaron las pruebas del<br />

coeficiente de Pearson con un criterio máximo de 0.50 y chi-cuadrada<br />

con un criterio máximo de 0.05. Tras ellas se observó que ninguna variable<br />

presenta problemas de sobrerrepresentación. De manera similar, se<br />

estimaron factores de inflación de la varianza que consignaron valores<br />

aceptables (VIF0.5) y las pruebas de Bartlett registraron<br />

p-values menores que 0.001, lo que confirma que existen suficientes<br />

correlaciones entre variables para llevar a cabo el análisis de factores.<br />

En el cuadro 5 se presentan los pesos de cada variable después de<br />

realizar el análisis de factores componentes principales con rotación varimax<br />

para los datos de cada región. Se retuvieron dos factores en R1 y R2,<br />

y tres factores en el resto de las regiones. Se observa que es posible agrupar<br />

las variables en factores componentes principales, aunque estas agrupaciones<br />

varían según la región. Por ejemplo, al considerar sólo las variables<br />

con pesos mayores a 0.5, edad y educación aparecen juntas en el mismo<br />

factor en todas las regiones; sin embargo, a ellas se puede asociar el tamaño<br />

de la localidad en R1, el estado civil en R4, ambas en R2, o ninguna<br />

variable adicional en R3, R5 y R6.<br />

A partir del análisis de factores componentes principales queda de<br />

manifiesto que las variables explicativas en esta investigación registran<br />

comportamientos distintos en cada región. De esta forma, se justifica la<br />

necesidad de construir modelos por separado, que faciliten entender esta<br />

dinámica regional para cada componente del alfabetismo financiero.


164 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Cuadro 5<br />

Factores componentes principales con rotación varimax por región<br />

Variable R1 R2 R3 R4 R5 R6<br />

F1 F2 F3 F1 F2 F3 F1 F2 F3 F1 F2 F3 F1 F2 F3 F1 F2 F3<br />

Gen 0.1 -0.8 – 0.1 -0.8 – -0.8 0.0 -0.1 -0.2 -0.8 0.1 -0.8 -0.1 0.1 0.1 -0.8 -0.1<br />

Edad -0.6 0.1 – -0.6 0.1 – 0.0 0.1 0.9 0.7 -0.1 0.3 0.0 0.9 0.1 0.1 0.0 0.9<br />

Educ 0.8 0.1 – 0.8 0.2 – 0.2 0.5 -0.6 -0.6 0.4 0.2 0.3 -0.6 0.5 0.5 0.2 -0.6<br />

Ingr 0.3 0.8 – 0.3 0.8 – 0.8 0.2 -0.2 -0.3 0.7 0.2 0.8 -0.2 0.2 0.3 0.8 -0.2<br />

EdoC -0.3 0.2 – -0.5 0.2 – 0.2 -0.5 0.2 0.6 0.3 -0.3 0.2 0.3 -0.4 -0.6 0.3 0.0<br />

TLoc 0.6 0.1 – 0.5 0.2 – 0.1 0.9 0.1 0.0 0.1 0.9 0.0 0.1 0.9 0.8 0.2 0.0<br />

Fact.<br />

Ret.<br />

Var.<br />

Expl.<br />

2 2 3 3 3 3<br />

0.5 0.5 0.7 0.6 0.7 0.7<br />

Obs. 2197 2140 2196 708 2250 2230<br />

Fuente: elaboración propia con datos de la ENIF (Inegi, 2019a) y Stata (StataCorp, 2017).<br />

3.1. Conocimiento financiero<br />

En todas las regiones de México, el conocimiento financiero está estrechamente<br />

relacionado con el nivel educativo de las personas entre 18 y<br />

70 años. Entre mayor es el grado de estudios, las probabilidades de comprender<br />

mejor los conocimientos financieros son más altas. En contraste,<br />

en ninguna región se encontraron evidencias para afirmar que el estado<br />

civil está relacionado con el conocimiento financiero. Estos resultados<br />

pueden observarse en el cuadro 6.<br />

Por otra parte, la edad, el género, el tamaño de la localidad y el nivel<br />

de ingreso afectan de manera distinta al conocimiento financiero en cada<br />

región. Un patrón similar se aprecia en las regiones Noroeste (R1) y<br />

Noreste (R2). Sus modelos incluyen con niveles altos de significancia,<br />

además del nivel educativo, el ingreso y el tamaño de la localidad. En<br />

éstas, si una persona habita en una localidad altamente poblada y entre<br />

mayor es su ingreso, es más probable que su desempeño sea mejor en el<br />

índice de conocimiento financiero. En la región Centro Sur y Oriente<br />

(R5), se aprecia un patrón similar al de las regiones del norte, pero en ésta<br />

la edad también tiene un papel significativo. Entre los jóvenes hay mayor<br />

predisposición al conocimiento financiero. En las regiones Occidente y<br />

Bajío (R3) y Sur (R5) las variables de mayor peso en la estimación del<br />

conocimiento financiero, además de la educación, son el tamaño de la


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

1<strong>65</strong><br />

Cuadro 6<br />

Modelos logit ordenados para estimar los índices de conocimiento, actitud<br />

y comportamiento financiero por región, México 2018<br />

Conocimiento Financiero Actitud Financiera Comportamiento Financiero<br />

Var R1 R2 R3 R4 R5 R6 R1 R2 R3 R4 R5 R6 R1 R2 R3 R4 R5 R6<br />

β β β β Β β β β β β Β β β β β β β β<br />

(S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.) (S.E.)<br />

Gen -0.091 -0.116 -0.363 0.064 -0.138 -0.367 0.087 0.275 0.137 0.184 0.061 0.095 0.080 -0.003 -0.187 0.004 0.084 0.061<br />

-0.082 -0.083 -0.083 -0.141 -0.081 -0.081 -0.084 -0.084 -0.084 -0.143 -0.082 -0.081 -0.083 -0.084 -0.084 -0.142 -0.082 -0.081<br />

*** *** ** *<br />

Edad -0.003 -0.001 -0.003 -0.010 -0.006 -0.002 0.011 0.011 0.011 0.020 0.015 0.014 -0.017 -0.017 -0.022 0.003 -0.015 -0.012<br />

-0.003 -0.003 -0.003 -0.005 -0.003 -0.003 -0.003 -0.003 -0.003 -0.005 -0.003 -0.003 -0.003 -0.003 -0.003 -0.005 -0.003 -0.003<br />

* * *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** ***<br />

Educ 0.370 0.415 0.443 0.4<strong>65</strong> 0.481 0.438 0.151 0.158 0.153 0.210 0.122 0.148 0.247 0.278 0.418 0.597 0.277 0.230<br />

-0.040 -0.041 -0.040 -0.072 -0.041 -0.039 -0.041 -0.041 -0.040 -0.072 -0.040 -0.039 -0.041 -0.041 -0.041 -0.073 -0.041 -0.039<br />

*** *** *** *** *** *** *** *** *** ** ** *** *** *** *** *** *** ***<br />

Ingr 0.077 0.067 -0.009 0.063 0.075 0.033 0.038 0.031 0.027 0.013 -0.024 -0.007 0.161 0.139 0.118 0.154 0.192 0.181<br />

-0.019 -0.020 -0.021 -0.031 -0.025 -0.023 -0.020 -0.020 -0.022 -0.032 -0.025 -0.024 -0.020 -0.021 -0.022 -0.033 -0.026 -0.025<br />

*** ** * ** *** *** *** *** *** ***


166 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Cuadro 6 (continuación)<br />

Conocimiento Financiero Actitud Financiera Comportamiento Financiero<br />

Var R1 R2 R3 R4 R5 R6 R1 R2 R3 R4 R5 R6 R1 R2 R3 R4 R5 R6<br />

EdoC 0.104 0.015 0.158 -0.012 0.132 0.004 -0.053 0.095 0.225 0.299 0.050 0.103 0.006 -0.031 0.142 0.262 0.197 0.131<br />

-0.079 -0.083 -0.083 -0.140 -0.081 -0.082 -0.081 -0.084 -0.084 -0.143 -0.083 -0.083 -0.080 -0.085 -0.084 -0.142 -0.083 -0.083<br />

** * *<br />

TLoc 0.074 0.186 0.077 -0.051 0.154 0.179 -0.036 0.029 -0.017 0.004 0.037 -0.007 0.068 0.112 0.117 -0.105 0.101 0.110<br />

-0.034 -0.037 -0.034 -0.150 -0.035 -0.034 -0.035 -0.037 -0.034 -0.159 -0.035 -0.034 -0.034 -0.036 -0.034 -0.153 -0.035 -0.034<br />

* *** * *** *** * ** ** ** **<br />

α 1<br />

-1.326 -0.733 -1.431 -2.101 -1.110 -0.882 -3.429 -2.804 -3.025 -2.894 -3.528 -3.189 -5.622 -5.<strong>65</strong>7 -5.696 -3.075 -4.993 -6.353<br />

α 2<br />

0.278 0.921 0.256 -0.270 0.608 0.685 -1.559 -1.1<strong>65</strong> -1.347 -0.836 -1.720 -1.491 -2.719 -2.878 -2.744 -0.758 -2.504 -2.690<br />

α 3<br />

1.615 2.232 1.618 1.039 1.929 2.115 0.429 0.703 0.830 1.240 0.422 0.425 -0.827 -1.071 -0.869 1.246 -0.615 -0.733<br />

α 4<br />

3.003 3.560 3.22 2.404 3.275 3.522 2.176 2.216 2.444 2.948 1.977 1.996 0.622 0.300 0.625 2.638 0.711 0.579<br />

α 5<br />

– – – – – – – – – – – – 2.375 1.950 2.373 4.274 2.429 2.292<br />

N. Var. 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6<br />

P > chi 2 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000<br />

Pseudo<br />

R 2<br />

0.040 0.035 0.039 0.048 0.049 0.029 0.005 0.008 0.007 0.017 0.006 0.005 0.038 0.041 0.062 0.069 0.040 0.038<br />

Obs 2126 2155 699 2223 2171 2180 2181 2115 2159 698 2228 2177 2172 2104 2146 700 2207 2163<br />

Regiones: R1 Noroeste, R2 Noreste, R3 Occidente y Bajío, R4 Ciudad de México, R5 Centro Sur y Oriente, R6 Sur.<br />

P>|z|: ***p


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

167<br />

localidad y el género. Es decir, en éstas es esencial educar financieramente<br />

a las mujeres en las localidades rurales para aminorar la brecha observada.<br />

En la Ciudad de México (R4) el nivel educativo es principalmente el<br />

que determina una buena estimación del conocimiento financiero y en<br />

menor medida la edad y el nivel de ingreso. En especial se recomienda<br />

atender la educación de los adultos mayores que ganan menos.<br />

Por ejemplo, la probabilidad de que una persona sea alfabeta en términos<br />

de conocimiento financiero en la región Noreste, j=2 puede obtenerse<br />

al sustituir en la ecuación (4) los valores obtenidos con el modelo<br />

logit para esta región, presentados en el cuadro 6, con k=3 aciertos y e ij<br />

=0.<br />

La expresión correspondiente queda de la siguiente forma:<br />

logit K<br />

(γ 3<br />

)= -2.232 - 0.116 • Gen i2<br />

-0.001 • Edad i2<br />

+ 0.415•<br />

Educ i2<br />

+ 0.067• Ingr i2<br />

+ 0.015 • EstC i2<br />

+ 0.186 • TLoc i2<br />

(9)<br />

Al sustituir valores para una mujer (Gen i2<br />

=1), de 24 años (Edad i2<br />

=24),<br />

casada (EdoC i2<br />

=1), con un nivel de escolaridad máximo de primaria<br />

(Educ i2<br />

=2), que gana 48,000 pesos al año (Ingr i2<br />

=2) y que vive en una<br />

localidad de 11,500 habitantes (TLoc i2<br />

=1), a partir de las ecuaciones (6)<br />

y (9) se estima logit K<br />

(γ 3<br />

)=-1.622. De este resultado y la ecuación (5) se<br />

desprende que la probabilidad de que esta persona sea alfabeta financiera,<br />

en esta región, es 0.1<strong>65</strong>, como se muestra en la ecuación (10).<br />

Pr (FKI i2<br />

≥ 3)= γ 3(primaria)<br />

= 0.1<strong>65</strong><br />

(10)<br />

Si esta persona hubiera terminado preparatoria, con exactamente las<br />

mismas características restantes, la probabilidad de que fuera alfabeta en<br />

términos de conocimiento financiero, como se presenta en la ecuación<br />

(11), sería casi el doble.<br />

Pr (FKI i2<br />

≥ 3)= γ 3(preparatoria)<br />

= 0.312<br />

(11)<br />

A nivel nacional es esencial elevar el nivel educativo para aspirar a<br />

mejorar los resultados en el índice de conocimiento financiero. Como lo<br />

mencionaron Villagómez e Hidalgo (2017), la educación formal y en<br />

especial las habilidades matemáticas son críticas en esta tarea. A nivel<br />

regional es necesario reducir la desigualdad en las oportunidades educativas.<br />

Específicamente en las regiones Noroeste (R1), Noreste (R2) y<br />

Centro Sur y Oriente (R5) se recomienda fortalecer la educación financiera<br />

de las familias con menores ingresos. En las regiones Occidente y Bajío<br />

(R3) y Sur (R6) la focalización de estrategias debe considerar mitigar la<br />

brecha de género.


168 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

3.2. Actitud financiera<br />

La actitud financiera de los mexicanos, su predisposición a decidir y actuar<br />

en materia financiera, está relacionada con la edad y el nivel educativo.<br />

El índice de actitud financiera registra mejores resultados entre personas<br />

mayores que en jóvenes, y entre individuos con mayor grado de escolaridad.<br />

Estas dos variables son significativas en todas las regiones, resultado<br />

consistente con el obtenido por Finke et al. (2016), quienes observaron<br />

que a mayor edad, las personas desarrollan mayor confianza en la administración<br />

del dinero, así como en el propio conocimiento financiero.<br />

En la región Noreste (R2) se aprecia además que las mujeres muestran<br />

una actitud más positiva que los hombres. En las regiones Occidente y<br />

Bajío (R3) y Ciudad de México (R4) los resultados son mejores entre<br />

quienes están casados o viven con su pareja. Es interesante notar que la<br />

actitud financiera no depende del nivel de ingreso o del tamaño de la<br />

localidad, es decir, la oferta de servicios financieros que provee una ciudad<br />

muy poblada o a la que pudieran tener acceso sólo las personas de nivel<br />

económico alto, no influyen en la actitud financiera de los mexicanos.<br />

Con los valores obtenidos en el modelo logit ordenado, presentados<br />

en el cuadro 6, se puede construir a partir de la ecuación (4) una expresión<br />

para la región j=2, con k=3 aciertos y e ij<br />

=0:<br />

logit A<br />

(γ 3<br />

)= -0.703+0.275 • Gen i2<br />

+0.011 • Edad i2<br />

+0.158 •<br />

Educ i2<br />

+0.031 • Ingr i2<br />

+0.095 • EstC i2<br />

+0.029 • TLoc i2<br />

(12)<br />

Al sustituir en la ecuación (12) los valores para una mujer (Gen i2<br />

=1),<br />

de 24 años (Edad i2<br />

=24), casada (EdoC i2<br />

=1), con un nivel de escolaridad<br />

máximo de secundaria (Educ i2<br />

=2), que gana 48,000 pesos al año (Ingr i2<br />

=2)<br />

y que vive en una localidad de 11,500 habitantes (TLoc i2<br />

=1), se estima<br />

logit A<br />

(γ 3<br />

)=0.338. Con este resultado y la ecuación (7) se obtiene que la<br />

probabilidad de que esta persona sea alfabeta bajo la perspectiva de actitud<br />

financiera es 0.584, como se aprecia en la ecuación (13).<br />

Pr (FAI i2<br />

≥ 3)= γ 3(Edad= 24)<br />

= 0.584<br />

(13)<br />

Si se conservaran las mismas características socioeconómicas para esta<br />

persona, excepto que la edad fuera 64 años (Edad i2<br />

=64), entonces la<br />

probabilidad de considerarla alfabeta en términos de actitud financiera<br />

aumentaría más de 10 puntos porcentuales, como se presenta en la ecuación<br />

(14).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

169<br />

Pr (FAI i2<br />

≥ 3)= γ 3(Edad= 64)<br />

= 0.685<br />

(14)<br />

Las políticas de inclusión financiera deberían considerar a la educación<br />

escolar como plataforma para mejorar el desempeño en actitud financiera<br />

y en cierta forma propiciar su fortalecimiento a través de la educación<br />

intergeneracional (Benton y Keister, 2017; Lissington y Matthews, 2012).<br />

Se recomienda investigar más sobre el efecto regional que tienen otras<br />

variables, por ejemplo, en el Noreste (R2), donde las mujeres presentan<br />

una actitud financiera más positiva que los hombres, y en las regiones<br />

Occidente y Bajío (R3) y Ciudad de México (R4), donde estar casado<br />

contribuye significativamente a fortalecer esta actitud.<br />

3.3. Comportamiento financiero<br />

En México, el nivel educativo y el ingreso guardan una relación positiva<br />

y significativa con el índice de comportamiento financiero en todas las<br />

regiones. A excepción de la Ciudad de México, la edad y el tamaño de la<br />

localidad son otros factores significativos para estimar el comportamiento<br />

financiero en el país. A menor edad y mayor tamaño de la localidad, más<br />

altas son las probabilidades de que la persona obtenga mejores resultados.<br />

Además de las cuatro variables anteriores, en la región Occidente y Bajío<br />

(R3), el género se asocia negativamente a este indicador, a favor de los<br />

hombres; y en la región Centro Sur y Oriente (R5), el estado civil es<br />

también significativo, a favor de los casados.<br />

Al sustituir en la ecuación (4) los valores obtenidos con el modelo logit<br />

ordenado, presentados en el cuadro 6, se encuentra una expresión para la<br />

región j=1, con k=4 aciertos, y e ij<br />

=0:<br />

logit (15)<br />

B<br />

(γ 4<br />

)= -0.622 + 0.080 • Gen i1<br />

-0.017 • Edad i1<br />

+ 0.247 •<br />

Educ i1<br />

+ 0.161 • Ingr i1<br />

+ 0.006 • EstC i1<br />

+ 0.068 • TLoc i1<br />

Al probar en la ecuación (15), los valores para una mujer (Gen i1<br />

=1),<br />

de 42 años (Edad i1<br />

=42), casada (EdoC i1<br />

=1), con un nivel de escolaridad<br />

máximo de secundaria (Educ i1<br />

=2), que gana 48,000 pesos al año (Ingr i1<br />

=2)<br />

y que vive en una localidad de más de 100,000 habitantes (TLoc i1<br />

=3), se<br />

estima logit B<br />

(γ 4<br />

)=-0.230. Con este resultado y la ecuación (8) se pronostica<br />

que esta persona obtendría cuatro o más aciertos en el índice de<br />

comportamiento financiero con una probabilidad de 0.443, como se<br />

muestra en la ecuación (16).<br />

Pr (FBI (16)<br />

i1<br />

≥4)= γ 4(Región= 1)<br />

= 0.443


170 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

Al comparar este resultado con la estimación para una persona de las<br />

mismas características socioeconómicas, pero que vive en la Ciudad de<br />

México (j=4), su probabilidad de considerarla alfabeta en términos de<br />

comportamiento financiero sería significativamente distinta, como se<br />

aprecia en la ecuación (17).<br />

Pr (FBI (17)<br />

i4<br />

≥4)= γ 4(Región= 4)<br />

= 0.258<br />

Para validar estos resultados, se revisaron las observaciones obtenidas de<br />

la ENIF 2018 (Inegi, 2019a). Se encontró que en el Noroeste (R1) hay 135<br />

mujeres, con secundaria como máximo grado de estudios, casadas, de<br />

cualquier edad (promedio 40.5) y que habitan en una localidad de más de<br />

100 mil habitantes, mientras que en la Ciudad de México (R4) se registraron<br />

49 personas con estas características (edad promedio 42.5). De ellas,<br />

en el Noroeste (R1), 43.0% obtuvo cuatro aciertos o más en el índice de<br />

comportamiento financiero, en tanto que en la Ciudad de México (R4),<br />

este indicador es de 22.4%. Es decir, el modelo logit ordenado se aproxima<br />

a los datos observados con un nivel de precisión aceptable.<br />

Fernandes et al. (2014) argumentaron que la educación financiera si<br />

bien contribuye a fortalecer el conocimiento, al mismo tiempo debe<br />

reforzar comportamientos financieros deseables, por ejemplo, el hábito<br />

de elaborar y apegarse a un presupuesto. A nivel nacional, es necesario<br />

insistir en elevar el nivel educativo para aspirar a obtener mejores resultados<br />

en el índice de comportamiento financiero. A nivel regional, es<br />

importante adecuar las estrategias derivadas de la política de inclusión<br />

financiera a las diferentes características locales. Además del nivel educativo<br />

y el ingreso, fuera de la Ciudad de México (R4) es necesario dirigir<br />

los esfuerzos a las comunidades rurales y los adultos mayores. En la región<br />

Occidente y Bajío (R3) debe procurarse la reducción de brechas en beneficio<br />

de las mujeres que residen en localidades rurales. En la región Centro<br />

Sur y Oriente (R5) es recomendable establecer estrategias educativas<br />

focalizadas en la gente con ingresos bajos, localidades poco pobladas y<br />

aquellos que no tienen cónyuge.<br />

Por todo lo anterior, se puede afirmar que existen elementos para<br />

comprobar que (H 2<br />

) los determinantes socioeconómicos del alfabetismo<br />

financiero varían de región a región, en cada uno de sus tres componentes:<br />

conocimiento, actitud y comportamiento. Solamente el nivel educativo<br />

es el único factor asociado de forma positiva a los tres componentes<br />

en todas las regiones de México. Este resultado es consistente con lo<br />

observado por Antonio-Anderson et al. (2020), quienes reconocieron a<br />

la educación como un factor determinante del alfabetismo financiero en<br />

todo el país, aunque en su investigación no diferenciaron por componente.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 147-177<br />

171<br />

Conclusiones<br />

El objetivo de esta investigación ha sido medir el alfabetismo financiero<br />

en México y analizar sus determinantes con un enfoque regional, a partir<br />

de los datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, ENIF (Inegi,<br />

2019a). El nivel de alfabetismo financiero, por componente, se estimó en<br />

40.0% para comportamiento financiero, 60.9% para actitud financiera<br />

y 34.9% para conocimiento financiero. Este último es equiparable al nivel<br />

observado en países emergentes, pero bajo en comparación con naciones<br />

desarrolladas, tal como lo consignaron Klapper et al. (2015).<br />

En respuesta a las preguntas planteadas en esta investigación, se puede<br />

afirmar que la educación es el único factor asociado de forma directa a<br />

los niveles de conocimiento, actitud y comportamiento financieros en<br />

todas las regiones de México y que la relevancia del resto de los factores<br />

socioeconómicos analizados, género, edad, ingreso, estado civil y tamaño<br />

de la localidad varía de región a región, de manera similar a lo observado<br />

por Cucinelli et al. (2019) en Italia.<br />

En México persiste una brecha de género a favor de los hombres en<br />

conocimiento y comportamiento financiero. Ésta no es tan notoria en la<br />

actitud, en cuyo caso favorecería a las mujeres. Asimismo, la política de<br />

inclusión financiera debería de considerar la brecha en los resultados<br />

obtenidos por los habitantes de localidades altamente pobladas en contraste<br />

con los de comunidades rurales. Como lo observaron Cucinelli et<br />

al. (2019), éstas ofrecen mejor acceso a la educación, más servicios financieros<br />

y tecnologías de la información.<br />

A pesar de los avances de las últimas décadas en materia de educación<br />

en México, los niveles de desigualdad y exclusión financiera siguen siendo<br />

altos (García et al., 2013). A nivel regional, es necesario ampliar la cobertura<br />

de los servicios educativos y financieros en las localidades menos<br />

pobladas. Los programas de educación financiera son un elemento crítico<br />

en la instrumentación de estrategias de reducción de la pobreza; éstos<br />

deben considerar los factores estructurales asociados a las comunidades y<br />

tender al fortalecimiento del capital social (García et al., 2013). Se recomienda<br />

investigar más sobre los posibles fallos del modelo de educación<br />

financiera actual, que traslada toda la responsabilidad de las decisiones al<br />

consumidor, como lo advierte Willis (2008), al referirse a cómo la educación<br />

es necesaria pero no suficiente para aspirar a un mayor bienestar<br />

financiero.<br />

Esta investigación aporta evidencias que explican que el alfabetismo<br />

financiero está determinado por factores socioeconómicos distintos para<br />

cada región de México. Entre sus principales limitaciones se encuentra la<br />

falta de datos para realizar un análisis longitudinal que permita observar


172 O. García Mata: Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

cambios en las condiciones del entorno y su impacto en el nivel de alfabetismo<br />

financiero de la población. Sus hallazgos justifican la necesidad<br />

de diseñar estrategias de formación financiera adecuadas a los contextos<br />

regionales y locales. La instrumentación apropiada de estrategias facilitará<br />

la mitigación de brechas en el alfabetismo financiero y la inclusión financiera.<br />

Una población mejor preparada financieramente suele alcanzar<br />

mayores niveles de bienestar en menor tiempo, contribuye a dinamizar<br />

la economía y a mejorar el desarrollo económico y social.<br />

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de 2020.<br />

Recibido: 4 de mayo de 2020.<br />

Reenviado: 20 de octubre de 2020.<br />

Aceptado: 29 de noviembre de 2020.<br />

Osvaldo García Mata. Maestro en Ciencias en Ingeniería en Sistemas<br />

Económicos e Investigación de Operaciones por Stanford University,<br />

Estados Unidos. Actualmente es profesor en la Facultad de Comercio y<br />

Administración Victoria de la Universidad Autónoma de Tamaulipas,<br />

México. Sus líneas de investigación son bienestar financiero y alfabetismo<br />

financiero. Entre sus publicaciones más recientes destacan, en coautoría:<br />

“La motivación de las mujeres en el desarrollo de emprendimientos rurales<br />

y toma de decisiones y la relación con su satisfacción”, Recherches en<br />

Sciences de Gestion, 6 (135), Lyon, Cairn, pp. 57-77 (2019); “El alfabetismo<br />

financiero como determinante del éxito en los micronegocios de las personas<br />

que trabajan por su cuenta”, en Elías Alvarado Lagunas y Adriana<br />

Guadalupe Chávez Macías (coords.), Los Micronegocios en México: creación,<br />

formalización y desafíos, Ciudad de México, Pearson Educación de México,<br />

pp. 47-72 (2020), y “Actitud, comportamiento y conocimiento financiero<br />

en México”, Cuadernos de <strong>Economía</strong>, Bogotá, Universidad Nacional de<br />

Colombia (próximamente).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211572<br />

Vulnerabilidad socioeconómica,<br />

cambio climático e incremento del nivel<br />

del mar en Matamoros, Tamaulipas<br />

Socioeconomic vulnerability, climate change<br />

and sea level increase in Matamoros,<br />

Tamaulipas<br />

179<br />

Rodrigo Tovar Cabañas *<br />

María de Jesús Ávila Sánchez **<br />

Rocío del Carmen Vargas Castilleja ***<br />

Julio Cesar Rolón-Aguilar ***<br />

Abstract<br />

Socioeconomic vulnerability is a priority issue due to the effects of climate change and<br />

the increase in entropy of different climatic factors, which is linked to the rise in<br />

disasters and has implications on the sustainable development of coastal municipalities.<br />

The objective was to show the socioeconomic impacts that Matamoros, Tamaulipas,<br />

may suffer under the scenario of a sudden five-meter increase in sea level. The<br />

methodological matrix consisted of territorializing and qualifying vulnerable groups.<br />

Results show that if Matamoros suffered a flood of five meters above sea level, more<br />

than half of its territory would be flooded.<br />

Keywords: coastal geography, sociocultural vulnerability, economic impact.<br />

Resumen<br />

La vulnerabilidad socioeconómica es un tema prioritario debido a los efectos del<br />

cambio climático y al aumento de entropía de los distintos factores climáticos, lo<br />

cual influye en el incremento de desastres que repercute en el desarrollo sustentable<br />

de los municipios costeros. El objetivo consistió en mostrar los impactos<br />

socioeconómicos que puede sufrir Matamoros, Tamaulipas, bajo el escenario de<br />

un incremento súbito en el nivel del mar de cinco metros. La matriz metodológica<br />

consistió en territorializar y cualificar a los grupos vulnerables. Resultados:<br />

si Matamoros sufriera una inundación de cinco metros sobre el nivel del mar,<br />

63.58% de su territorio quedaría anegado.<br />

Palabras clave: geografía litoral, vulnerabilidad sociocultural, impacto económico.<br />

* Universidad de Xalapa, correo-e: rod_geo77@hotmail.com<br />

** Universidad Autónoma de Nuevo León, correo-e: marycolef@yahoo.com<br />

*** Universidad Autónoma de Tamaulipas, correos-e: rocvargas@docentes.uat.edu.mx y jrolon@<br />

docentes.uat.edu.mx


180 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Introducción<br />

El Servicio Geológico Mexicano (SGM, 2011), desde la corriente geotécnica<br />

del desastre, realizó tres diferentes análisis gravitacionales de riesgos<br />

para el municipio de Matamoros hace una década, acorde con sus resultados<br />

más significativos señaló que de presentarse un desastre químico<br />

-como la explosión de todas las gaseras- alrededor de 6813 viviendas<br />

quedarían afectadas; o bien, si ocurriera un desastre detonado por algún<br />

fenómeno hidrometeorológico -como el encharcamiento o desbordamiento<br />

de un río o canal- alrededor de 1591 viviendas quedarían afectadas. Al<br />

respecto, tal ejercicio es poco realista en cuanto al riesgo químico, además<br />

de omitir otros riesgos y un análisis de vulnerabilidad social más pertinente.<br />

En general, en este tipo de atlas de riesgos se duplica la información,<br />

sobre todo en torno a los datos de vivienda. La documentación de gabinete<br />

suele ser escasa, por ejemplo, en dicho atlas (SGM, 2011) no se<br />

toma como una referencia la base datos DesInventar, la cual es una<br />

herramienta de software que alberga un Sistema de Inventario de Desastres<br />

y cuenta con registros de pérdidas, daños o efectos ocasionados por<br />

emergencias o desastres desde 1970 (LA RED, 2019); asimismo, en dicho<br />

atlas se ignoraron los registros de Brownsville, Texas. De modo que este<br />

tipo de obra se asemeja más a una enciclopedia, puesto que carecen de<br />

información puntual sobre los fenómenos acaecidos en el lugar bajo<br />

estudio, se citan, en cambio, anécdotas fuera de contexto. El citado Atlas<br />

de Riesgos de Matamoros es en realidad una mezcla de una monografía<br />

geográfica con un atlas geológico, donde la falta de trabajo interdisciplinario<br />

termina en recomendaciones muy generales.<br />

Se advierten errores epistemológicos y metodológicos que debieron ser<br />

tomados en cuenta, por ejemplo, en cuanto a los riesgos antropogénicos<br />

de la ciudad de Matamoros, el Atlas admite a las bibliotecas, pero omite<br />

la delincuencia organizada, la violencia, el narcotráfico, los reclusorios, las<br />

jaurías y las cantinas. Ese error teórico se debe a que los autores imitaron<br />

las temáticas que se registran en otros atlas de riesgos europeos, como el<br />

de Veyret et al. (2013), es decir, al no tropicalizar o intronizar los contenidos,<br />

se asume que el aforo en las bibliotecas y los museos de la ciudad<br />

de París es el mismo que en la ciudad de Matamoros, lo cual epistemológicamente<br />

llevó a considerar más a una biblioteca que a un reclusorio como<br />

peligro socioorganizativo en Matamoros.<br />

Esto no sólo se cometió en torno a los peligros socioorganizativos, sino<br />

también en el caso de los peligros geológicos, puesto que en el afán de<br />

estandarizar lugares geográficamente diferentes, sólo se consideró el riesgo<br />

sísmico de Matamoros, el cual es prácticamente nulo, en cambio, se omite<br />

el riesgo por radiación de cobalto inducido por el mal manejo que se tuvo


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

181<br />

de este material en la zona fronteriza durante la década de los ochenta del<br />

siglo pasado, así como el riesgo por tremores derivados del fracking o<br />

fractura hidráulica, la cual podría desecar las zonas lacustres ubicadas al<br />

sureste de la demarcación municipal (zona de karst subterráneo).<br />

Respecto a los peligros sanitarios no contemplados en el Atlas de<br />

Riesgos de Matamoros se encuentran los que tienen que ver con las tolvaneras<br />

-propias de las regiones semidesérticas (regiones subtropicales<br />

ubicadas al norte de trópico de Cáncer)- y las enfermedades oculares,<br />

tales como la silicosis y la conjuntivitis. Sin embargo, el modelo de erosión<br />

propuesto en dicho Atlas no fue tropicalizado, es decir, los factores de<br />

erosión podrían asumirse como correctos siempre y cuando se apliquen<br />

a zonas de denudación y no en zonas de acumulación (caso de Matamoros).<br />

Matamoros se ubica en zona desértica a nivel del mar, por ende, es<br />

un lugar de acumulación, el riesgo no está en la erosión, sino en la silicosis<br />

y la conjuntivitis y demás enfermedades asociadas con las tolvaneras.<br />

Otra inconsistencia del Atlas de Riesgos de Matamoros es de orden<br />

metodológico, debido a que los observadores del fenómeno bajo estudio<br />

proceden en su mayoría del campo de la geología, por lo que trasladaron<br />

la escala regional de observación de los procesos geológicos, al campo de<br />

estudio de los desastres. Este hecho, sin precedentes en la historia de la<br />

filosofía de las ciencias, es la razón por la que, pese a que la resolución de<br />

los materiales cartográficos metodológicamente se procesó en metros (escala<br />

urbana), los mapas de riesgo se construyeron a escalas regionales de 1:<br />

250,000, es decir, en kilómetros, lo cual es un error de precisión serio.<br />

Con frecuencia, los estudios sobre desastres se realizan de forma unilateral,<br />

es decir, unos trabajos sólo abordan las amenazas (como el caso del<br />

Atlas de Riesgos de Matamoros) y otros sólo las vulnerabilidades. Por lo<br />

que comúnmente, quienes abordan sólo la parte de las amenazas suelen<br />

cometer errores epistemológicos al asumir como existente únicamente a la<br />

vulnerabilidad económica, omitiendo más de 15 variables sociodemográficas<br />

in<strong>vol</strong>ucradas con los procesos de vulnerabilidad, de modo que se<br />

confunde la vulnerabilidad económica con el índice de vulnerabilidad social.<br />

Para subsanar estas lagunas es menester contextualizar la cronología<br />

de los principales desastres acaecidos en el territorio del municipio de<br />

Matamoros para posteriormente describir su ubicación geográfica y la<br />

relación que guarda con los fenómenos hidrometeorológicos extremos<br />

bajo la coyuntura de cambio climático y su índice de vulnerabilidad social<br />

más reciente, de modo que se puedan valorar en su justa dimensión los<br />

impactos económicos y sociales, por ejemplo, en caso de que el nivel del<br />

mar, durante las próximas décadas, llegará a subir ocasionalmente hasta<br />

la cota de cinco msnm.


182 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

En este sentido, aún siguen sin resolverse ciertas preguntas vinculadas<br />

con la protección civil, tales como: ¿De qué tamaño sería la mancha urbana<br />

anegada de Matamoros en caso de que el nivel del mar subiera súbitamente<br />

cinco metros?, ¿Qué características socioeconómicas presenta la población<br />

que está en dicha zona de riesgo ante un escenario como el descrito? Por<br />

lo tanto, el presente estudio busca dar respuesta a estas interrogantes que<br />

son pertinentes dada la complejidad actual de un sistema que está en<br />

constante crecimiento y cuyos riesgos se potencializan de no contar con<br />

herramientas sólidas de planeación y análisis territorial para la toma de<br />

decisiones tendentes a la prevención y adaptación de las zonas más sensibles<br />

a las alteraciones pluviométricas y potamológicas vinculadas con la<br />

era del antropoceno y el cambio climático.<br />

1. Antecedentes<br />

Los asentamientos en Matamoros, desde sus orígenes prehispánicos, han<br />

padecido sequías e inundaciones, por ejemplo, durante el siglo XVIII la<br />

nación o pueblo Carrizo, que en ese tiempo ocupaba el territorio de<br />

Matamoros, sufrió tres periodos de intensa sequía: 1712-1714; 1728-1731<br />

y 1751-1754. En 1774 se fundó San Juan de los Esteros, como se le<br />

conocía a Matamoros en ese tiempo, y una década después experimentó<br />

su primera sequía, de 1784 a 1789, seguida de otra en 1806-1808 (Cleaveland<br />

et al., 2011). Durante el siglo XIX, Matamoros experimentó otros<br />

tres episodios de sequía: el primero ocurrió en 1851, otro que inició en<br />

1881 y que se prolongó hasta 1884, el último se dio de 1890 a 1895<br />

(Escobar Ohmstede, 2004).<br />

Respecto a los desastres detonados por fenómenos hidrometeorológicos<br />

extremos, Roth (2010) señala que 1554 fue el año con el registro más<br />

antiguo del que se tiene noticia sobre un huracán acaecido en la región<br />

(tabla 1). Durante el siglo XIX (de 1829 a 1831) el pueblo de Brownsville,<br />

ubicado a escasos 100 metros del pueblo de Matamoros, sufrió un<br />

periodo intenso de lluvias extremas, y que el 18 de agosto de 1835 pasó<br />

un huracán por dichos pueblos. Otras fuertes tormentas que sacudieron<br />

a Matamoros se dieron durante la temporada de lluvias de 1837, 1840 y<br />

1844 (Roth, 2010).<br />

Escobar Ohmstede (2004) en un trabajo riguroso de archivo logró<br />

documentar otros episodios concernientes a huracanes ocurridos en<br />

Matamoros a lo largo del siglo XIX (tabla 1). De los cuales es relativamente<br />

significativo señalar el de 1874, donde el barrio de La Laguna, ubicado<br />

al sureste del centro histórico de la ciudad, quedó debastado al igual que<br />

la línea telegráfica de ese tiempo; el de 1880, donde más de mil familias


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

183<br />

Tabla 1<br />

Huracanes ocurridos en Matamoros siglo XVI-XIX<br />

Año Fecha aproximada Nombre Lugar<br />

1554 Agosto — Brownsville<br />

1829 9 de octubre — Brownsville<br />

1830 — S de Brownsville<br />

1831 18 de agosto — Brownsville<br />

1835 18 de agosto Antigua Hurricane Brownsville<br />

1837 10 de mayo Racer’s Storm Brownsville<br />

1840 — — Brownsville<br />

1844 8 de junio — Brownsville<br />

1867 Matamoros<br />

1873 Matamoros<br />

1874 Matamoros<br />

1880 8 de diciembre — Brownsville<br />

1885 17 de septiembre — Brownsville<br />

1886 22 de septiembre Número 7 S de Brownsville<br />

1887 21 de septiembre Número 7 Brownsville<br />

1895 29 de agosto Número 2 Brownsville<br />

Fuente: elaboración propia con base en Escobar Ohmstede, 2004 y Roth, 2010.<br />

fueron afectadas, la localidad sufrió pérdidas superiores a los doscientos mil<br />

pesos, la magnitud de dicho huracán fue tan grande que destruyó graneros<br />

y sembradíos, además de aniquilar centenares de cabezas de ganado.<br />

Con base en los registros históricos expuestos en la tabla 1, en Matamoros<br />

el periodo de retorno de huracanes con potencial devastrador es de<br />

4.7 años; en tanto que el de las lluvias e inundaciones con potencial devastador,<br />

conforme a los datos de Escobar Ohmstede (2004), es de 2.1 años<br />

y el de las sequías extremas es de 6.4 años. Desde otro ángulo, Escobar<br />

advierte que en Matamoros, a lo largo del siglo XIX, se dieron 28 desastres<br />

detonados por fenómenos meteorológicos: 20, a consecuencia de<br />

lluvias (inundaciones y huracanes), y ocho, por sequías.<br />

Durante el siglo <strong>XX</strong>, Roth (2010) ha recopilado la información concerniente<br />

a siete huracanes ocurridos en la región de Matamoros, de los cuales,<br />

cinco de ellos han superado la categoría dos de la escala de intensidad de<br />

viento de huracanes de Saffir-Simpson (tabla 2). El registro histórico<br />

de huracanes ocurridos en lo que va del siglo <strong>XX</strong>I, de la Administración


184 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Tabla 2<br />

Huracanes ocurridos en Matamoros, siglo <strong>XX</strong><br />

Año Fecha Nombre Lugar Viento<br />

km/hr<br />

Categoría<br />

Muertos<br />

Centro<br />

de<br />

baja<br />

presión<br />

1909 agosto Número 5 Brownsville 110 2 — —<br />

1933 mayo Número 5 Brownsville 100 2 — 975<br />

1933 mayo Número 11 Brownsville 125 3 40 949<br />

1954 junio Alice Matamoros 80 1 17 —<br />

1955 mayo Gladys Matamoros 85 1 - —<br />

1967 septiembre Beulah Matamoros 135 3 15 931<br />

1988 septiembre Gilbert Matamoros 135 4 — —<br />

2003 agosto Erika Matamoros 120 1 986<br />

2008 julio Dolly Matamoros 130 1 14 989<br />

Fuente: elaboración propia con base en Roth, 2010 y NOAA, 2018.<br />

Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), tiene<br />

los casos del huracán Erika de 2003 y el del huracán Dolly de 2008, ambos<br />

de categoría uno (NOAA, 2018).<br />

De acuerdo con los registros de DesInventar (LA RED, 2019), la<br />

ciudad y el puerto de Matamoros, Tamaulipas de 1970 a 2013 ha experimentado<br />

158 desastres de consideración estatal y nacional. Como se<br />

puede observar en la tabla 3, 68.1% de ellos corresponden a eventos de<br />

corte meteorológico, en orden de prelación se pueden describir como<br />

sigue: 28 inundaciones extraordinarias, 16 heladas, 13 vendavales y 11<br />

aguaceros o tempestades de consideración, que, en conjunto, en términos<br />

históricos dejaron más de 541,488 personas afectadas, de las cuales alrededor<br />

de 52,950 tuvieron que ser evacuadas en su momento.<br />

Para el futuro cercano de Matamoros, es útil saber que el promedio<br />

de retorno de los fenómenos hidrometeorológicos más intensos durante<br />

el siglo <strong>XX</strong> oscila entre los 1.4 y los 3.3 años (LA RED, 2019), lo que<br />

significa que en el último medio siglo, el mayor lapso que Matamoros ha<br />

estado libre de algún fenómeno hidrometeorológico es de tres años, por<br />

lo que es muy importante dar a conocer a detalle las zonas que presenten<br />

el mayor índice de vulnerabilidad social y que además sean propensas a<br />

riesgo por concepto de inundación. Como se puede apreciar, el principal<br />

peligro documentado que aqueja a la ciudad de Matamoros está asociado<br />

a los fenómenos hidrometeorológicos.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

185<br />

Tabla 3<br />

Porcentaje de ocurrencia de desastres de 1970 a 2013<br />

en Matamoros<br />

Tipo de evento % Tipo de evento %<br />

Inundación 17.7 Ola de calor 3.8<br />

Helada 10.1 Biológico 3.2<br />

Vendaval 8.2 Incendio 2.5<br />

Lluvias 7 Colapso estructural 1.9<br />

Epidemia 6.3 Intoxicación 1.9<br />

Onda fría 5.7 Marejada 1.9<br />

Sequía 5.7 Nevada 1.9<br />

Tempestad 5.1 Accidente 1.3<br />

Contaminación 4.4 Escape 1.3<br />

Explosión 4.4 Incendio forestal 1.3<br />

Fuente: elaboración propia con base en DesInventar (LA RED, 2019).<br />

Dichos antecedentes han contribuido a entender cómo el hundimiento<br />

costero que experimenta el centro de Matamoros, más el azolvamiento<br />

asociado a los sedimentos y la pérdida de la cubierta forestal aguas arriba,<br />

agravan el riesgo de sufrir inundaciones de respuesta rápida de hasta 1.5<br />

metros de tirante, como ocurrió en 2003, con el huracán Erika, sobre<br />

todo en las colonias periféricas y rancherías. Sin embargo, existen otros<br />

peligros geológicos (campos de fractura hidráulica) e ingenieriles (vida<br />

útil del concreto hidráulico de las presas: Marte R. Gómez y Falcón) que<br />

no han sido visibilizados, por ejemplo, un mal manejo de la presa Marte<br />

R. Gómez o de la presa Falcón provocaría una crecida de carácter torrencial.<br />

Más allá de que 70% de las roturas de presas de toda la historia<br />

mundial se han presentado a partir del 2000, es el silencio de más de dos<br />

décadas en el periodo de retorno del último huracán, categoría cuatro o<br />

superior, lo que debe llamar a la alerta.<br />

Pese a lo anterior, la dislocación cartográfica con la que se han elaborado<br />

los mapas de riesgo de Matamoros, aunado al aumento de infraestructura<br />

social (no adaptada a las inundaciones), han hecho pensar a<br />

algunos que Matamoros es un lugar de riesgo moderado. Esta subestimación<br />

conduce a una incomprensión de los factores físicos y sociales, de<br />

modo que sus coropletas, si bien es cierto que pueden ser empleadas para<br />

la predicción de escenarios de riesgo por fenómenos hidrometeorológicos,<br />

asimismo, son de gran valor para la concientización de sus habitantes<br />

sobre la peligrosidad de determinados fenómenos naturales; no obstante,


186 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

les hace falta una mejor yuxtaposición tendente a resolver los cómo de la<br />

planificación y el desarrollo sustentable que exige la actual coyuntura en<br />

materia de cambio climático.<br />

Finalmente, en julio de 2008, a más de una década de la última severa<br />

inundación que sufrió Matamoros asociada al huracán Dolly, se dejó notar<br />

cómo la anegación de las calles es la variable independiente, y hasta el<br />

momento el Puerto de Matamoros sólo cuenta con el Atlas de Riesgos de<br />

los Municipios de Matamoros y Valle Hermoso (SGM, 2011).<br />

2. Incremento del nivel del mar<br />

Calcular el promedio del nivel del mar es complicado puesto que los<br />

distintos instrumentos registran variaciones de consideración debido a<br />

que algunas áreas costeras se elevan otras se hunden, por lo que las variaciones<br />

del nivel del mar todavía no son concluyentes. Empero, en investigaciones<br />

recientes se ha observado que del Dryas Reciente, el mar se elevó<br />

cuatro metros por siglo Webster et al. (2004), a escala histórica, según el<br />

Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), dicha tasa es de<br />

0.5 mm/año para el final del epipaleolítico y de 0.1 mm/año para los<br />

últimos 3000 años (Kopp et al., 2016). Recientemente en los Países Bajos,<br />

el ascenso se ha estimado en 1.5 mm/año. Por lo que, al finalizar este siglo<br />

se espera que el aumento del nivel del mar no sea simétrico en las diferentes<br />

latitudes del planeta, por lo que su impacto será muy variable de<br />

lugar a lugar.<br />

El IPCC (2007: 323), en términos científicos considera un ascenso<br />

del nivel del mar dentro del rango de los 19.0 a 57.9 cm hacia 2100; otros<br />

autores amplían dicho rango a 1.3 metros para el mismo periodo (Grinsted<br />

et al., 2010). Aunque ciertamente, es imposible descartar las variaciones<br />

regionales provocadas por fenómenos hidrometeorológicos extremos, entre<br />

otros, de orden geoingenieril. Otros investigadores han escenificado costas<br />

anegadas hasta las cotas actuales de cinco y 10 msnm, como Cruz<br />

Ramírez (2016: 119), quien a partir de un índice de vulnerabilidad costera<br />

ubica al municipio de Matamoros, Tamaulipas, como el más vulnerable<br />

de todo el estado, dado que cuenta con siete localidades altamente vulnerables,<br />

por orden de prelación: Primer Campo Pesquero, Puntilla Sur,<br />

Isla Puntilla Norte, Isla La Fantasía, Isla Las Malvinas, Las Higuerillas y<br />

El Mezquital. Bajo estas consideraciones mareológicas, potamológicas,<br />

geológicas e ingenieriles se presenta un escenario para la cota cinco metros<br />

de anegación del municipio de Matamoros.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

187<br />

3. Área de estudio<br />

Geográficamente el municipio de Matamoros se asienta sobre la Llanura<br />

Costera del Golfo de México, al noreste de la sierra de San Fernando; en<br />

términos geológicos, su suelo se constituye de depósitos de llanuras aluviales,<br />

principalmente sobre el curso inferior de río Bravo o Grande, estos<br />

depósitos frecuentemente están divididos por áreas con predominio de<br />

barro holocénico (Qam) y por áreas con predominio de limo y arena<br />

(Qas); en otros lugares existe aluvión indivisible (Qal), excepto sobre las<br />

áreas planas de marea, en donde hay elementos heterogéneos de arcilla,<br />

limo, arena, grava y materia orgánica, además de limo y arena de origen<br />

calcáreo de color gris oscuro a marrón oscuro, también existe presencia<br />

de arena principalmente de cuarzo; la grava a lo largo del río Grande<br />

incluye rocas sedimentarias del cretáceo y terciario y una amplia variedad<br />

de rocas ígneas y sedimentarias de la formación Trans-Pecos Texas, México<br />

y Nuevo México incluyendo ágata; también existe grava en las corrientes<br />

laterales del río Bravo, en su mayoría rocas terciarias locales y pedernal<br />

derivado de la grava de Uvalde que cubre las divisiones en comento (UT,<br />

1984), las cuales son impactadas por un clima semicálido húmedo la<br />

mitad del año; llegando incluso a ser semiseco muy cálido y con escasa<br />

humedad media, donde la precipitación media anual varía de <strong>65</strong>0 a<br />

700 mm (DOF, 2018).<br />

Dicha localidad pertenece a uno de los 43 municipios del estado de<br />

Tamaulipas, el cual se ubica al norte, en la región fronteriza a una altitud<br />

promedio de 10 msnm (mapa 1), con una extensión territorial de 4046<br />

km² y una población al censo de Inegi (2011a) de 489,193 habitantes.


188 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Mapa 1<br />

Ubicación del municipio de Matamoros<br />

Fuente: elaboración propia.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

189<br />

4. Matamoros a cinco metros bajo las aguas del mar<br />

A penas hace nueve años que en México el gobierno federal impulsó una<br />

iniciativa en materia de cambio climático, por lo que es comprensible que<br />

los escenarios y las estimaciones a nivel local aún sean escasas, por ejemplo,<br />

en 2010, la Universidad Autónoma Metropolitana, el Instituto de<br />

Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM y la Universidad de Campeche<br />

hicieron el esfuerzo para ilustrar las tendencias y dinámicas del<br />

comportamiento del nivel del mar, gracias a eso se sabe que frente a<br />

Matamoros el nivel del mar, en promedio, subió su nivel 15 cm de 1964<br />

a 1979, y aunque posteriormente esa tasa se ha incrementado, se asume<br />

que en dicho lugar el nivel asciende 9.2 cm por década (Zavala-Hidalgo<br />

et al., 2011: 325). Esa investigación enriquece parte de estas indagaciones,<br />

ligadas al desarrollo local sustentable.<br />

Luego de aprovechar los modelos digitales de elevación de alta resolución<br />

LiDAR, terreno ASCII, con resolución de cinco metros de Inegi<br />

(2012a), mediante un método de interpolación se obtuvieron las curvas<br />

de nivel 1 que sirvieron para ubicar y delimitar las zonas del territorio del<br />

municipio de Matamoros que quedarían bajo el agua del mar, en caso de<br />

que éste subiera cinco metros su nivel en las próximas décadas, se llegó a<br />

los resultados siguientes: de los 4000 km² con los que cuenta el municipio<br />

de Matamoros (Inegi, 2009) 2,782.3 km 2 quedan por debajo de la<br />

cota de cinco msnm, lo que representa 63.58% del total municipal.<br />

Tomando en cuenta únicamente el área urbana total del municipio (aproximadamente<br />

10,000 ha), 24% de su infraestructura urbana queda por<br />

debajo de la cota de cinco msnm.<br />

La mayor parte de esas 2500 hectáreas urbanizadas, 2 que desde ya están<br />

en riesgo de inundación en la ciudad de Matamoros (mapa 2), se localizan<br />

al oriente y oriente sur de la ciudad, al sur de la histórica avenida Cantinflas,<br />

sobre las cuales vamos a investigar los principales impactos socioculturales<br />

y económicos que se podrían derivar a raíz de una subida del<br />

nivel del mar de cinco metros durante algún fenómeno hidrometeorológico,<br />

producido por las alteraciones pluviométricas que está generando el<br />

cambio climático.<br />

1<br />

Con una equidistancia de 5 m se construyó una malla de 16 millones de nodos, en formato<br />

shape, la cual se exportó como curva a formato KML para su tratamiento en Google Earth y en<br />

3D-Route Builder y así tabular las coordenadas “x, y, z”. Con ayuda de TCX-Converter la tabla se<br />

exportó a formato CSV para poder generar una interpolación desde Quikgrid. Las isolíneas resultantes<br />

se exportaron a DXF para su tratamiento cartográfico en GvSIG. Todo el proceso se iteró más<br />

de 20 veces.<br />

2<br />

Cognitivamente eso equivale 5000 canchas de balompié o futbol.


190 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Mapa 2<br />

Principales zonas bajas del municipio de Matamoros<br />

Fuente: Cálculos de los autores con base en datos proporcionados por Google (2019).<br />

5. Impactos económicos ante el escenario de incremento del nivel<br />

del mar<br />

Una de las principales afectaciones del cambio climático en las zonas<br />

costeras del Golfo de México está relacionada con el incremento del nivel<br />

del mar, la cual, económicamente, se puede estimar a partir de la cuantificación<br />

del Producto Interno Bruto (PIB) municipal y por la estimación<br />

del valor de los servicios ambientales que aportan ciertos ecosistemas. En<br />

ese sentido, en este apartado, se reflexiona en torno a las cifras económicas<br />

del municipio de Matamoros.<br />

De acuerdo con González-Estrada y Gallegos-Cedillo (2014), la distribución<br />

porcentual del Producto Interno Bruto del 2010 de los municipios<br />

de Tamaulipas por región es el siguiente: Región del Altiplano 0.9%;<br />

Valle de San Fernando 1.4%; Mante 4.4%; Centro 12.3%; Región Sur<br />

29.3% y Región Fronteriza 51.7% (tabla 4). Si se considera el PIB estatal 3<br />

que arroja el Inegi (2012b: 34), la región Fronteriza, a la que pertenece<br />

el municipio de Matamoros, en 2010 generó en total 199,811 millones<br />

de pesos, de los cuales, 55,747 millones los generó el municipio bajo<br />

estudio, es decir, poco más de 14% de ese PIB estatal.<br />

3<br />

De acuerdo con el Inegi (2012b), el estado de Tamaulipas produjo en 2010: 386,482.2 millones<br />

de pesos.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

191<br />

Tabla 4<br />

Producto Interno Bruto de Tamaulipas por regiones, 2010<br />

Región %<br />

Región del Altiplano 0.9<br />

Valle de San Fernando 1.4<br />

Mante 4.4<br />

Centro 12.3<br />

Región sur 29.3<br />

Región fronteriza 51.7<br />

Fuente: elaboración propia con base en González-Estrada y Gallegos-Cedillo (2014).<br />

En términos históricos, durante las últimas dos décadas, la riqueza<br />

municipal, en orden de prelación y en función de la población económicamente<br />

activa, ha corrido a cargo del sector industrial, seguido del<br />

sector terciario con una participación porcentual de 51.3 y 47.6%, respectivamente<br />

(Chávez Aguilar, 2007), cuyo personal ocupado, para el<br />

2015, se estima en 175,000 empleados dedicados a dichas actividades.<br />

Sobre el sector secundario, cabe recordar que en Matamoros es la actividad<br />

maquiladora la que demanda la mayor cantidad de trabajadores,<br />

por lo que el PIB municipal depende de alrededor de 200,000 trabajadores,<br />

de los cuales alrededor de 29% labora dentro de las zonas de<br />

peligro por inundación.<br />

Otro impacto económico a considerar en este primer escenario es la<br />

capacidad instalada, que como activo tiene un valor para la administración<br />

municipal de Matamoros. Por ejemplo, la red que integra el sistema<br />

carretero del municipio de Matamoros, constituido principalmente por<br />

calles, avenidas y bulevares, según Inegi (2011b), los cuales suman en total<br />

1888 kilómetros lineales (incluida la carretera troncal pavimentada), de los<br />

cuales, 504.8 de ellos quedarían anegados si el nivel del mar sube de nivel<br />

en cinco metros. Ahora bien, si se acepta el costo promedio (25 dólares<br />

o 500 pesos) que cuesta un metro cuadrado de asfalto (USDA, 2017), así<br />

como el ancho promedio de las calles (ocho metros) en riesgo de inundación,<br />

tenemos que cuatro millones de m 2 resultantes tienen un valor<br />

de 2000 millones de pesos, si a esto se suma el valor del resto de la<br />

infraestructura pública (aceras, drenaje, gasoductos, alumbrado, agua<br />

potable, etcétera), la cifra es de aproximadamente 12.1 mil millones de<br />

pesos, (equivalente a 30.7% del PIB municipal de 2010).


192 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Por otra parte, el valor de los predios urbanizados (1867 ha), en riesgo<br />

de inundarse con una crecida del mar de cinco metros, cotizado en precios<br />

del mercado corriente 4 es de 75,000 millones de pesos (más de 3000<br />

millones de dólares), lo que representa 19.3% 5 del PIB de todo el estado<br />

de Tamaulipas del 2010. Mientras que el valor del resto del territorio del<br />

municipio de Matamoros que está en la misma situación (2756.9 km 2 ),<br />

es de 11 billones de pesos (unos 550,000 millones de dólares), lo que<br />

representa 28 veces el citado PIB estatal. Además, al recuento descrito se<br />

deben adicionar las unidades económicas que operan dentro de la zona<br />

de riesgo, es decir, 7000 comercios (Inegi, 2019) están en peligro de<br />

inundación debido a que se ubican cerca o por debajo de la cota de los<br />

cinco metros, así como 58,476 ha de agricultura de temporal, pues todas<br />

están en riesgo de inundación bajo el escenario señalado (SIAP, 2014).<br />

Recapitulando, la anegación por debajo de cinco metros de la infraestructura<br />

de Matamoros equivale a 30 veces el PIB del estado de Tamaulipas.<br />

6 Ahora bien, además de los 60,000 trabajadores (ya señalados)<br />

afectados directamente por el escenario de cambio climático antes propuesto,<br />

es pertinente explayarse y describir los impactos sociales que los<br />

efectos de una crecida del nivel de mar de cinco metros dejarían sobre el<br />

territorio de Matamoros.<br />

6. Impactos sociales ante el escenario de incremento<br />

del nivel del mar<br />

Sin demeritar las cifras económicas, la demanda de vivienda de interés<br />

social es la que podría experimentar los mayores cambios si en algún<br />

momento el nivel del agua alcanzara la cota de los cinco msnm. Por<br />

ejemplo, adicionalmente a las 24,500 solicitudes de vivienda anuales que<br />

en promedio requiere el municipio de Matamoros (Infonavit, 2014), se<br />

tendrían que sumar otras 54,000 correspondientes a todas aquellas viviendas<br />

de dicha demarcación que por su ubicación, próxima o sobre de la<br />

cota de cinco msnm están en riesgo, es decir, los impactos secundarios<br />

del cambio climático incrementarían 222% las necesidades de vivienda,<br />

tan sólo en la cabecera de Matamoros, por la reubicación de la población<br />

de la zona cero o zona de mayor impacto.<br />

4<br />

Tomando como base 400,000 pesos por 100 m 2 , sin contar el valor de las edificaciones.<br />

5<br />

Considerando el valor de los bienes raíces, tomando como base 100,000 pesos por cada 60 m 3<br />

de construcción (Infonavit, 2019), es decir, predios no mayores a 10 m 2 y de una sola planta, habría<br />

que agregar otros 186,000 millones de pesos, o sea otro 48.3% del citado PIB estatal.<br />

6<br />

Como un ejemplo análogo, considérese que, en 2005, los daños materiales causados por el<br />

huracán Wilma sobre Cancún ascendieron a 1752 millones de dólares, 0.21% del PIB nacional de<br />

2010 (Martínez, 2007).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

193<br />

Por otra parte, en términos de vulnerabilidad, es preciso señalar que<br />

la margen sur de la desembocadura del río Bravo prácticamente es la más<br />

riesgosa, en particular las áreas ru-rurbanas (antiguos ejidos) ubicadas en<br />

la porción oriental de la demarcación municipal (zona baja menor a cinco<br />

msnm), dicha zona de inundación, también puede estudiarse desde lo<br />

que Tovar Cabañas y Vázquez Espinosa (2017) denominan potamoweack<br />

(una parasíntesis que emplean dichos autores para darle mayor fluidez<br />

epistemológica a la vulnerabilidad vinculada exclusivamente a una inundación).<br />

En ese sentido, usando los datos sociodemográficos del Inegi<br />

(2011a), a través de un cociente de localización (Lira y Quiroga, 2009)<br />

adaptado para fabricar un índice de vulnerabilidad social se pudo conocer<br />

de forma relativa el nivel socioeconómico de las principales manzanas<br />

urbanas en situación de potamoweack de la ciudad costera de Matamoros.<br />

Es decir, de las variables, vinculadas con el fenómeno de la vulnerabilidad<br />

social, propuestas por Cutter et al. (2003) se adecuaron para su aplicación<br />

conforme a los datos del Inegi. Con esas 18 variables 7 se logró saber cuáles<br />

de ellas superan la media dentro del conjunto de manzanas urbanas que<br />

integran la localidad urbana de Matamoros. Los resultados de las operaciones<br />

estadísticas se agruparon aritméticamente en cuartiles para determinar<br />

los niveles del índice de vulnerabilidad social.<br />

Al respecto, se puede advertir que de las 92 Áreas geoestadísticas básicas<br />

(Ageb) en potamoweack, se resalta que el fraccionamiento Cima 3<br />

(ubicado al oriente de la ciudad) presenta el índice de vulnerabilidad social<br />

más alto (mapa 3), se podría decir lo mismo del fraccionamiento Industrial<br />

del Norte (centro de la mancha urbana), pero este último se ubica<br />

fuera de la zona de potamoweack; otras colonias, fuera de la zona de estudio,<br />

pero con alto índice de vulnerabilidad social quedan diseminadas al<br />

sur y occidente de la mancha urbana, por ejemplo: en el sur las colonias<br />

Lomas de San Juan y Nueva Jerusalén cuentan con al menos una Ageb<br />

con un índice de vulnerabilidad social alto, al igual que los ejidos de Juan<br />

C Bonilla, Esperanza y Reforma, La Estrella, Juan Rodríguez y La Ladrillera,<br />

también, ubicados al sur de la localidad.<br />

Es útil señalar que de las 92 Ageb en potamoweack, 60 presentan un<br />

índice de vulnerabilidad moderado y 20 más presentan un nivel de muy<br />

baja vulnerabilidad conforme al índice expuesto, lo que las sitúa como<br />

las zonas menos vulnerables dentro de ese conjunto (mapa 3). Con los<br />

recorridos de campo se puede advertir que las consecuencias del cambio<br />

climático se recienten en los sectores urbanos irregulares, principalmente<br />

7<br />

Densidad de población; densidad arquitectónica; hacinamiento; tasa de vejez; tasa de ma<strong>num</strong>isión;<br />

tasa PEI; tasa de nuevos vecinos; minorías étnicas; tasa de discapacitados; bajo nivel educativo;<br />

tasa de desempleo; porcentaje de población sin derechohabiencia; porcentaje con viviendas con<br />

piso de tierra; carencia de electricidad; carencia de drenaje; viviendas con posibilidad de reservas<br />

alimenticias; posibilidad de escape por vía automotriz y carencia de internet.


194 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Mapa 3<br />

Índice de vulnerabilidad social de las zonas por debajo de los cinco<br />

msnm de Matamoros, Tamaulipas<br />

Fuente: elaboración propia con base en (Inegi, 2011b).<br />

del sur de la localidad de Matamoros, donde los problemas sociales continúan<br />

creciendo.<br />

El resto de las zonas bajo estudio, en las colonias colindantes al centro<br />

geográfico de la ciudad de Matamoros, inexplicablemente pese a que sus<br />

habitantes resienten cada seis años el embate de inundaciones de consideración<br />

(como la ocurrida durante el paso del huracán Dolly en 2008),<br />

la mayoría de ellos, dada su moderada vulnerabilidad social, durante la<br />

situación post-desastre no muestran interés de acudir a un albergue (fotografías<br />

1). Aunque es preciso destacar que, más de 90% de los habitantes<br />

que viven dentro de la zona de peligro por inundación están imposibilitados<br />

económicamente para reubicar su residencia.<br />

Se advierte que históricamente las inundaciones de tipo torrencial,<br />

debido al índice de vulnerabilidad social moderado que aglutina más de<br />

70% de las Ageb que conforman la zona de mayor peligro por inundación<br />

de Matamoros, no se han percibido en su justa dimensión durante los<br />

últimos 50 años, tal cual se ha escenificado en este documento, con inundaciones<br />

que alcancen la cota de cinco msnm. Empero, no está de más<br />

que la planificación urbana se cimente bajo la consigna de la adaptación<br />

a los fenómenos hidrometeorológicos extremos bajo contexto de cambio<br />

climático a fin de minimizar calamidades a futuro.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

195<br />

Fotografías 1<br />

Zonas bajas de la zona cero de Matamoros<br />

Fuente: elaboración propia con base en trabajo de archivo y de campo, temporadas 2018-2019.<br />

Nota: Las fotografías corresponden a los siguientes casos de inundaciones: a) inundación de<br />

2015; b) fraccionamiento vulnerable a menos de cinco msnm; c) inundación de 1967; d) plan DN-<br />

III tras el paso del huracán Dolly de 2008, Matamoros, Tamaulipas, México.<br />

Conclusiones<br />

Se advierte que el incremento del nivel del mar representa un impacto<br />

latente a corto plazo, máxime si se considera la combinación de éste con<br />

el periodo de retorno de eventos hidrometeorológicos extremos, sobre<br />

todo en los puntos más bajos del oriente de Matamoros, cuyo impacto<br />

puede ampliar la damnificación, a la fecha desconocida y minorizada por<br />

el gobierno y la población local. No debe banalizarse el latente riesgo<br />

por inundación, el cual puede traducirse en el “Katrina mexicano”. Al<br />

caso, tomando el escenario de un incremento del nivel del mar de cinco<br />

metros en el municipio de Matamoros, se estima que 63.58% de éste<br />

quedaría bajo situación de riesgo por inundación.


196 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

Si el aumento de las precipitaciones derivadas por el cambio climático<br />

condujeran a un error humano en el manejo de las presas Marte R.<br />

Gómez y Falcón, tal hecho provocaría una crecida de carácter torrencial<br />

en el municipio de Matamoros, la cual inundaría hasta cinco metros<br />

sobre el nivel del mar, donde 2782 km 2 quedarían anegados, de los cuales<br />

504 km de calles asfaltadas, con un valor de 2000 millones de pesos<br />

se perderían, al igual que otros 10,000 millones de pesos de infraestructura<br />

pública; sin embargo, la mayor pérdida sería por 74,000 millones de pesos<br />

correspondientes al territorio urbanizado, sin contar los 11 billones de<br />

pesos que valen sus reservas territoriales. Si se consideran otras entradas<br />

como el valor de los bienes muebles de Matamoros, la catástrofe es enorme,<br />

cercana a 3000% del PIB del estado de Tamaulipas.<br />

Bajo ese escenario, la merma económica de dicha localidad afectaría a<br />

29% de las personas ocupadas bajo alguna actividad productiva, pues la<br />

mayoría de éstas trabaja cerca o en las zonas que se sitúan por debajo de<br />

la cota de los cinco msnm. Como resultado de los impactos sociales, se<br />

resalta la necesidad de incrementar la vivienda en más de 222% para proteger<br />

a la población de la zona de análisis. Los fraccionamientos tales como<br />

Cima 3 e Industrial del Norte, en el este y oeste, respectivamente, presentan<br />

un alto índice de vulnerabilidad social, debido a la concentración de<br />

población y al material endeble de las viviendas. Desde otro punto de vista,<br />

las principales edificaciones en riesgo hidrometeorológico por cambio<br />

climático son: 312 templos religiosos, más de 54,000 casas y más de novecientas<br />

tiendas de abarrotes. Se estima que alrededor de doscientas mil<br />

personas viven con una forma de vulnerabilidad moderada en las distintas<br />

zonas de peligro por inundación, sobre todo los adultos mayores, puesto<br />

que son los que requieren mayor atención durante las inundaciones.<br />

Respecto a las estrategias de adaptación y mitigación: en las últimas<br />

décadas, los estudios de riesgo se han profesionalizado, de modo que a<br />

largo plazo y con el fin de consolidar las estrategias de adaptación y mitigación<br />

al cambio climático, la Universidad de Tamaulipas debe emular lo<br />

hecho por la Universidad de Colima y crear la licenciatura en Gestión y<br />

Reducción del Riesgo de Desastres, de ese modo la comunicación de<br />

riesgos podrá ser atendida con mayor rigor científico. En el mediano plazo,<br />

las medidas de atenuación deben corregir los múltiples cuellos de botella<br />

que presenta su sistema carretero, puesto que su diseño se tornará ineficiente<br />

y rudimentario al momento de requerir una evacuación de proporciones<br />

mayores, como la que se presentó en Nueva Orleans en 2005. En el corto<br />

plazo la planificación del uso de la tierra debe regular y controlar el desarrollo<br />

en áreas propensas a inundaciones, principalmente las ubicadas al<br />

oriente y sureste de la mancha urbana, así como dialogar con las comuni-


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

197<br />

dades sobre los protocolos, los planes y las estrategias de evacuación necesarios<br />

durante algún desastre.<br />

Entre las limitantes destaca que los modelos digitales de elevación de<br />

alta resolución LiDAR de Inegi, al 2020, están disponibles para todos los<br />

estados costeros de la república mexicana, con excepción de Baja California<br />

sur, Sinaloa y Nayarit, por lo que el trabajo presentado puede iterarse<br />

al resto. Los resultados censales pueden ponderarse mediante extrapolación<br />

lineal, siempre y cuando el año de análisis no sea mayor a cuatro años, de<br />

lo contrario, es preferible trabajar con los datos del censo.<br />

Finalmente, dado que la ciudad de Matamoros sólo cuenta con el Atlas<br />

de Riesgos básicos a escala 1: 250,000, aún hace falta generar más cartografía<br />

con el detalle que se presenta, por lo que se considera que esta<br />

investigación es un recuento o complemento para la planificación urbana<br />

y su respectivo desarrollo local bajo el contexto de cambio climático, con<br />

la intención de mejorar la calidad de vida de los habitantes de Matamoros.<br />

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Autónoma de México/Instituto de Ciencias del Mar y Limnología-Universidad<br />

Autónoma de Campeche, pp. 249-268.<br />

Recibido: 29 de noviembre de 2019.<br />

Reenviado: 14 de octubre de 2020.<br />

Aceptado: 8 de diciembre de 2020.<br />

Rodrigo Tovar Cabañas. Es doctor en Geografía por la Universidad<br />

Nacional Autónoma de México. Actualmente es profesor-investigador del<br />

Instituto Interdisciplinario de Investigación en la Universidad de Xalapa<br />

A. C., y profesor en la Facultad de <strong>Economía</strong> de la Universidad Veracruzana.<br />

Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Su línea<br />

de investigación actual es geografía económica, medio ambiente y desastres.<br />

Entre sus últimas publicaciones destacan, en coautoría: “Classification<br />

of Aquifers in the Mina Field, Nuevo Leon, Using Geographic Informa-


202 R. Tovar Cabañas et al.: Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento…<br />

tion Systems”, Tecnología y Ciencias del Agua, 10 (3), Jiutepec, Instituto<br />

Mexicano de Tecnología del Agua, pp. 96-121 (2019); “Mortality Due<br />

to Meteorological Disasters in Mexico during 2000-2015”, Environment<br />

and Natural Resources Research, 9 (3), Canadian Center of Science and<br />

Education, pp. 101-116 (2019); “Vulnerabilidad socioeconómica al incremento<br />

del nivel del mar en Tampico, Tamaulipas”, <strong>Revista</strong> Iberoamericana<br />

de Bioeconomía y Cambio Climático, 4 (8), Tamaulipas, pp. 1005-1023<br />

(2018); “Profesionalización y especialización en las comisiones ‘ambientales’<br />

del Congreso de la Unión en México, 1988-2017”, <strong>Revista</strong> Legislativa de<br />

Estudios Sociales y de Opinión Pública, Ciudad de México, Centro de Estudios<br />

Sociales y de Opinión Pública, 11 (22), pp. 11-42 (2018).<br />

María de Jesús Ávila Sánchez. Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad<br />

de Leiden en los Países Bajos, Holanda. Profesora-investigadora<br />

en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma<br />

de Nuevo León, México. Miembro de Sistema Nacional de Investigadores<br />

nivel I. Sus líneas de investigación son el análisis demográfico de los<br />

jóvenes, migración interna e internacional, con énfasis en la inmigración<br />

de centroamericanos en frontera sur de México y el desarrollo sustentable.<br />

Últimas publicaciones, en coautoría: “Tejedoras, bordadoras y armadoras<br />

en Yucatán: nuevas y antiguas clases trabajo en casa”, Íconos. <strong>Revista</strong> de<br />

Ciencias Sociales, núm. <strong>65</strong>, Quito, Flacso Ecuador, pp. 155-178 (2019);<br />

“Mil millones de árboles de navidad aserrados, el saldo de un sincretismo<br />

religioso”, <strong>Revista</strong> de la <strong>Sociedad</strong> Latinoamericana y Caribeña de Historia<br />

Ambiental, 8 (2), La Paz, Baja California, Historia Ambiental Latinoamericana<br />

y Caribeña, pp. 210-233 (2018); “La muerte materna en Chiapas:<br />

un diagnóstico desde las estadísticas vitales”, PoblaciónES, 1 (1), Nuevo<br />

León, Universidd Autónoma de Nuevo León, pp. 15-26 (2002).<br />

Rocío del Carmen Vargas Castilleja. Doctora en Medioambiente por la<br />

Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.<br />

Actualmente es profesora-investigadora de tiempo completo en el posgrado<br />

de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.<br />

Miembro de Sistema Nacional de Investigadores, nivel C. Sus líneas de<br />

investigación: cambio climático, recursos hídricos y sustentabilidad.<br />

Publicaciones recientes: “El recurso hídrico ante el cambio climático, distrito<br />

de riego del río Soto La Marina”, <strong>Revista</strong> Ingeniería Agrícola, 9 (1), La<br />

Habana, Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola, pp. 23-29<br />

(2019); “Modelo de requerimiento hídrico en un distrito de riego en México:<br />

incorporando escenarios de cambio climático”, Biotecnia. <strong>Revista</strong> de Ciencias<br />

Biológicas y de la Salud, 21 (2), Hermosillo, Universidad de Sonora,<br />

pp. 129-136 (2019); “Análisis del requerimiento hídrico en un distrito


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 179-203<br />

203<br />

de riego de Tamaulipas, México”, <strong>Revista</strong> Ingeniería Agrícola, 9 (2) La<br />

Habana, Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola, pp. 3-13<br />

(2019).<br />

Julio Cesar Rolón-Aguilar. Doctor en Medio Ambiente por la Universidad<br />

de Sevilla. Actualmente es profesor-investigador de tiempo completo en el<br />

posgrado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de<br />

Tamaulipas. Sus líneas de investigación: vulnerabilidad y desarrollo sustentable.<br />

Entre sus más recientes publicaciones, en coautoría: “El recurso hídrico<br />

ante el cambio climático, distrito de riego del río Soto La Marina”, <strong>Revista</strong><br />

Ingeniería Agrícola, 9 (1), La Habana, Instituto de Investigaciones de Ingeniería<br />

Agrícola, pp. 23-29 (2019). “Modelo de requerimiento hídrico en<br />

un distrito de riego en México: incorporando escenarios de cambio climático”,<br />

Biotecnia. <strong>Revista</strong> de Ciencias Biológicas y de la Salud, 21 (2), Hermosillo,<br />

Universidad de Sonora, pp. 129-136 (2019).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211648<br />

Resiliencia de los municipios costeros<br />

del Pacífico mexicano ante desastres<br />

socionaturales<br />

Resilience to socio-natural disasters of<br />

Mexican Pacific coastal municipalities<br />

205<br />

Karen Velázquez-González*<br />

Salvador Adame-Martínez**<br />

Guadalupe Hoyos Castillo**<br />

Georges Seingier*<br />

Abstract<br />

This research determined resilience to socio-natural disasters of the coastal municipalities<br />

of the Mexican Pacific, through an index built with 24 indicators, congregated<br />

in three subindex: prevention, resistance and recovery. The resilience found was mainly<br />

medium, due to a weak recovery capacity. A cluster analysis defined five groups with<br />

particular resilience characteristics, highlighting one with major lag in Oaxaca and<br />

Guerrero due to its low prevention and recovery levels, which will allow decision<br />

makers to guide strategies and prioritize actions to increase resilience to natural threats<br />

in Mexican territory.<br />

Keywords: socio-natural disasters, coastal municipalities, resilience.<br />

Resumen<br />

Este estudio determinó, mediante un índice constituido por 24 indicadores,<br />

congregados en tres índices de segundo orden: prevención, resistencia y recuperación,<br />

la resiliencia ante desastres socionaturales de municipios costeros del<br />

Pacífico mexicano. La resiliencia encontrada fue mayormente media debido a<br />

una capacidad de recuperación endeble. Un análisis clúster precisó cinco grupos<br />

con características propias de resiliencia, resaltó uno de mayor rezago en Oaxaca<br />

y Guerrero debido a su bajo nivel de prevención y recuperación, los hallazgos<br />

permiten a quienes toman decisiones orientar estrategias y priorizar acciones<br />

para aumentar la resiliencia ante las amenazas naturales en el territorio mexicano.<br />

Palabras clave: desastres socionaturales, municipios costeros, resiliencia.<br />

* Universidad Autónoma de Baja California, correos-e: karen.velazquez@uabc.edu.mx, georges@<br />

uabc.edu.mx<br />

** Universidad Autónoma del Estado de México, correos-e: sadamem@uaemex.mx, gdhoyos@<br />

uaemex.mx


206 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Introducción<br />

Los fenómenos naturales a nivel mundial han incrementado su incidencia<br />

y magnitud en las últimas décadas; en 2018 se reportaron 315 desastres<br />

que dejaron a su paso 11,804 pérdidas humanas, 68 millones 500<br />

mil personas afectadas, pérdidas económicas que ascendieron a 132 billones<br />

de dólares, deterioro en infraestructura, interrupción de servicios básicos de<br />

seguridad, salud, educación y daños en el tejido social (CRED, 2018). En<br />

los últimos años se han registrado avances en la reducción del riesgo de<br />

desastres, no obstante, Latinoamérica continúa siendo de las regiones más<br />

vulnerables a amenazas naturales, las pérdidas que aquí se registran representan<br />

una cuarta parte de las pérdidas globales (FAO, 2017).<br />

Las entidades costeras de México representan 56% del territorio<br />

nacional, concentran 46% de la población; en ellas se sitúan 158 municipios<br />

con acceso directo al mar cuya población asciende a 18 millones<br />

900 mil (Azuz-Adeath et al., 2019); en estas entidades se registran deslizamientos,<br />

sismos, ciclones tropicales, inundaciones, lluvias y tormentas<br />

severas; los fenómenos hidrometeorológicos son los causantes de 84.4%<br />

de daños y pérdidas registradas en 2018, los ciclones tropicales son los de<br />

mayor recurrencia y costo. Si nos referimos a declaratorias emitidas entre<br />

2000 y 2020, los estados con mayor incidencia de desastres son Oaxaca,<br />

Chiapas, Sonora y Guerrero en el Pacífico, en conjunto con Veracruz y<br />

Yucatán en el Golfo de México (Cenapred, 2020).<br />

Por su parte, la gestión del riesgo de desastres en México transita de<br />

una perspectiva reactiva a un enfoque de prevención dando cabida a la<br />

resiliencia, término utilizado ampliamente desde diversos ámbitos, que<br />

se remonta a estudios sobre sistemas ecológicos y refiere una propiedad<br />

positiva que permite tanto el desarrollo como la conservación de un sistema<br />

(Metzger y Robert, 2013). En la década de los 90, fue asociada a situaciones<br />

que ponen en riesgo a los seres humanos (Contreras y Beltrán, 2015),<br />

debe ser vista como la capacidad del sistema para manejar los impactos<br />

antes de la crisis, lo que permite reducir significativamente los costos y<br />

consecuencias de los desastres y no centrarse en la respuesta a la emergencia<br />

(Clark-Ginsberg et al., 2020).<br />

De igual manera, las investigaciones sobre resiliencia han adoptado<br />

diversos enfoques: comunitario, social, económico, urbano, socio-ecológico,<br />

cambio climático, estructural, ingeniería civil o como componente<br />

de la vulnerabilidad (Chen et al., 2020; Cutter et al., 2010; Lu et al., 2020;<br />

Maldonado y González, 2013; Santiago Vera et al., 2018). En consecuencia,<br />

para medir la resiliencia, han surgido marcos e instrumentos enfocados<br />

en diferentes fenómenos perturbadores y a múltiples escalas, desde modelos<br />

basados en indicadores, evaluación participativa, consultas a expertos,


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

207<br />

evidenciando una creciente área de investigación (Clark-Ginsberg et al.,<br />

2020; Copeland et al., 2020).<br />

La conceptualización de la resiliencia marca las diferencias en la manera<br />

de abordarse, sin embargo, pudiera agruparse en tres categorías como<br />

proponen Patel et al. (2017) y Uriarte (2013): 1) Resiliencia como estabilidad,<br />

entendida como la capacidad de asimilar o absorber daños de<br />

determinada magnitud. 2) Resiliencia como recuperación, referida a la<br />

capacidad de regresar al estado original; y 3) Resiliencia como transformación,<br />

implica la capacidad de resistir a las amenazas y fortalecerse de<br />

la situación.<br />

Existe una definición integradora que considera las tres categorías<br />

anteriores, donde la resiliencia es concebida como la capacidad del sistema<br />

para prevenir, absorber/resistir los impactos, recuperarse rápidamente<br />

(Chen et al., 2020 y Labaka et al., 2015) y aprender de los efectos de los<br />

peligros (Jones et al., 2013), sin pretender <strong>vol</strong>ver al estado inicial o lograr<br />

una estabilidad estática, sino lograr un estado mejor, visión desde la cual<br />

se aborda esta investigación.<br />

Estas etapas representan el ciclo de vida de la resiliencia (Labaka et al.,<br />

2015) que, acorde con González y Franco (2017), en el tiempo conciernen<br />

1) al antes del desastre, momento centrado en la preparación y<br />

reducción desde un enfoque preventivo, la inversión en esta etapa disminuye<br />

los costos de los desastres de tres a ocho veces; 2) durante el desastre, donde<br />

es necesaria una respuesta efectiva con enfoque proactivo y correctivo y<br />

3) post desastre, correspondiente a la recuperación y aplicación de soluciones<br />

correctivas y preventivas, vislumbrando la posibilidad de que se<br />

presente un nuevo evento.<br />

México, al igual que diversos países latinoamericanos, se encuentra<br />

alineado con los esfuerzos mundiales sobre reducción del riesgo de desastre<br />

entre los que destacan el Plan de Acción de Yokohama para un Mundo<br />

más Seguro de la Primera Conferencia Mundial sobre Reducción del<br />

Riesgo, celebrada en Yokohama Japón, en 1994; el Marco de Acción de<br />

Hyogo (MAH) en 2005, derivado de la Segunda Conferencia Mundial<br />

sobre Reducción del Riesgo en Kobe, Japón; más tarde, en 2015, el Marco<br />

de Acción de Sendai (MAS), como parte de la Tercera Conferencia Mundial<br />

sobre Reducción del Riesgo en Sendai, Japón.<br />

Los avances en la implementación de estos instrumentos internacionales<br />

evidencian el desarrollo de acciones: impulso de la preparación ciudadana<br />

mediante brigadas comunitarias, estudios de reubicación de población en<br />

riesgo, mejoramiento de infraestructura, recopilación de información local<br />

sobre riesgo y resiliencia mediante la aplicación de encuestas a pobladores<br />

como evidencia de la implementación del Marco de Sendai y otras agendas<br />

globales, así como la creación de fondos de reconstrucción (cuadro 1).


208 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Cuadro 1<br />

Acciones desarrolladas para reducir el riesgo de desastre<br />

y aumentar la resiliencia en México<br />

Año Acción Propósito<br />

2007 Taller de gestión de riesgos de<br />

desastres<br />

Red Nacional de Brigadistas<br />

Comunitarios de Protección<br />

Civil<br />

2010 Programa Municipio Seguro:<br />

Resistencia a Desastres<br />

Fideicomiso del Fondo de<br />

Reconstrucción de Entidades<br />

Federativas (FREF)<br />

2011 Programa de Prevención de<br />

Riesgos en los Asentamientos<br />

Humanos (PRAH)<br />

2013 Estrategia: México seguro<br />

frente a desastres<br />

2014 Programa de Reubicación de<br />

la Población en Zonas de<br />

Riesgo (Repzor)<br />

2016 Taller Implementando el<br />

marco de Sendai a nivel local:<br />

formulación de planes de<br />

acción para la resiliencia<br />

Guía de Resiliencia Urbana<br />

Impulsar la inclusión de la gestión integral<br />

del riesgo de desastres en prácticas y políticas<br />

de la Administración Pública Federal<br />

(APF).<br />

Mejorar la preparación de la ciudadanía en<br />

la prevención; se promueven espacios para<br />

desarrollar acciones básicas de prevención<br />

y anticipación del riesgo.<br />

Reducir el riesgo de desastres en las localidades<br />

y municipios, vinculando esfuerzos de la<br />

sociedad, gobierno local e iniciativa privada.<br />

Ofrecer crédito a las entidades federativas<br />

afectadas por desastres a un plazo de 20 años,<br />

del cual únicamente pagarán los intereses.<br />

Fomentar las capacidades municipales en la<br />

prevención del riesgo mediante obras que<br />

reduzcan la vulnerabilidad de la población<br />

y aumenten la resiliencia.<br />

Contribuir a mejorar la resiliencia de la<br />

infraestructura y servicios públicos ante<br />

fenómenos naturales.<br />

Instaurar directrices para incidir a nivel<br />

estatal en la elaboración de Programas de<br />

Ordenamiento Territorial y estudios de factibilidad<br />

para la reubicación de la población<br />

en zonas de riesgo. En 2015 se transformó<br />

en el Programa de Ordenamiento Territorial<br />

y Esquemas de Reubicación de la Población<br />

en Zonas de Riesgo (POTER).<br />

Cumplir con la meta de 122 Planes de<br />

Acciones Municipales de Resiliencia, así<br />

como dar a conocer la campaña mundial<br />

“Desarrollando ciudades resilientes”.<br />

Servir como marco de actuación para los<br />

municipios, a fin de diseñar e implementar<br />

acciones para prevenir el riesgo, minimizar<br />

su impacto en la población, así como establecer<br />

mejores esquemas de recuperación.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

209<br />

Cuadro 1 (continuación)<br />

Año Acción Propósito<br />

2016 Programa de Prevención de<br />

Riesgos<br />

2017 Guía para la elaboración del<br />

Plan de Acción Local de Resiliencia<br />

2019 Programa Visión de Primera<br />

Línea<br />

Fomentar acciones de planeación, prevención<br />

y ocupación adecuada del territorio, y<br />

así disminuir la vulnerabilidad de los asentamientos<br />

humanos. Surge de la fusión del<br />

PRAH y POTER.<br />

Facilitar la elaboración de los planes de<br />

acciones municipales de resiliencia.<br />

Monitorear el progreso de la resiliencia<br />

comunitaria, a partir del establecimiento de<br />

una línea base local, desde un enfoque<br />

inclusivo centrado en las personas.<br />

Fuente: elaboración propia con datos de DOF, 2015; GNDR, 2015; Gobierno Federal, 2013; 2008.<br />

No obstante la institucionalidad, en México, a nivel local, la implementación<br />

del MAH y MAS ha sido incipiente quedando así varios puntos por<br />

reforzar, es así que, en 2012, se redujo 75% el presupuesto del Programa<br />

de Prevención de Riesgos en los Asentamientos Humanos, solo 15% de los<br />

2457 municipios existentes contaban al 2019 con Atlas de Riesgo Municipal,<br />

mientras 89 municipalidades estaban incorporadas al Programa Municipio<br />

Seguro: Resistente a Desastres, una de las medidas principales para<br />

promover la gestión integral del riesgo (Medina et al., 2017; OCDE, 2013).<br />

Para transitar de una visión reactiva a una preventiva, México es de<br />

los pocos países latinoamericanos que cuenta con herramientas presupuestarias<br />

tanto de recuperación (Fonden) como prevención (Fopreden)<br />

(Fundación idea, 2017), no obstante, se continúa gastando más en la<br />

respuesta al desastre y la necesidad de invertir en prevención continúa<br />

desatendida. Durante el periodo 2008-2018, el presupuesto del Fopreden<br />

representó 5% del presupuesto del Fonden, esto puede relacionarse con<br />

un problema político: el peso político a futuro de la atención post desastre<br />

y la reconstrucción es más grande que el de la prevención.<br />

En relación con lo anterior, un elemento fundamental para llevar a cabo<br />

cualquier política, que emane de acuerdos internacionales no vinculantes<br />

o de iniciativas locales, es la solidez institucional (entre niveles de gobierno,<br />

actores y organismos de la sociedad civil) (Baas et al., 2009), la cual es<br />

necesaria para lograr una gestión del riesgo adecuada: la transición de la<br />

gobernabilidad hacia la gobernanza, al integrar en el diálogo a quienes<br />

viven los efectos de los impactos, permitirá construir mecanismos adaptados<br />

a cada región que reflejen la diversidad latinoamericana.


210 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

El Marco de Sendai introduce el reconocimiento de que los arreglos<br />

institucionales deficientes se transforman en factores subyacentes del<br />

riesgo; igualmente, refuerza el rol de la toma de decisión informada y<br />

sensible al riesgo para la evaluación ex ante de inversiones tanto públicas<br />

como privadas. En esta línea, es interesante mencionar que el Marco de<br />

Sendai reconoce la naturaleza política del manejo del riesgo, por lo que<br />

se requiere una mayor transparencia, una definición clara de responsabilidades<br />

entre sectores y una participación de los diferentes actores para,<br />

de esta forma, asegurar la rendición de cuentas ante la generación de<br />

nuevos riesgos, asimismo, existe una necesidad por integrar la reducción<br />

del riesgo a desastres dentro del proceso de planificación del desarrollo y<br />

en los esfuerzos sectoriales que lo comprende (FAO, 2017).<br />

El presente estudio tiene como objetivo realizar un diagnóstico del grado<br />

de resiliencia ante desastres socionaturales que presentan los municipios<br />

costeros de la región del Pacífico mexicano, a través del desarrollo y aplicación<br />

de un índice basado en indicadores agrupados, a su vez, en tres índices<br />

de segundo orden que evidencian la capacidad de prevención, resistencia y<br />

recuperación, se toman como punto de partida las directrices establecidas<br />

en metodologías desarrolladas a nivel internacional y nacional. De igual<br />

manera, se busca definir el nivel de atención que requieren los 88 ayuntamientos<br />

costeros en función de la capacidad existente para orientar<br />

estrategias y priorizar acciones en la construcción de municipios resilientes.<br />

1. Metodología<br />

La zona Pacífico es una de las tres grandes regiones del país, la línea de<br />

costa del océano Pacífico transcurre por 11 entidades federativas donde<br />

88 municipios son costeros, es decir, interactúan con las dinámicas del<br />

mar. La temporada de ciclones tropicales en el océano Pacífico comprende<br />

de mayo a noviembre, no obstante, las temperaturas registradas en la<br />

superficie del mar en la región sur hacen posible la presencia de ciclones<br />

tropicales todo el año. En función del número de tormentas tropicales y<br />

huracanes ocurridos en el periodo de 1949 a 2000, el océano Pacífico<br />

registró un mayor número respecto al Atlántico en una proporción de seis<br />

veces (Rosengaus et al., 2014).<br />

En el caso de los fenómenos geológicos, de acuerdo con la regionalización<br />

sísmica de México, la región del Pacífico corresponde a las zonas B y<br />

C catalogadas como intermedias, donde los sismos registrados no resultan<br />

tan frecuentes, y D, donde históricamente se han reportado grandes sismos,<br />

los cuales además ocurren de manera frecuente (SGM, 2017).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

211<br />

La evaluación de resiliencia se efectuó a nivel municipal, dadas las<br />

atribuciones del municipio para establecer medidas preventivas que permitan<br />

hacer frente a los desastres socionaturales, fomentar la participación<br />

de la ciudadanía, constituir canales efectivos de comunicación, incluir la<br />

Gestión Integral del Riesgo de Desastres en la planeación del territorio,<br />

tutelar el cambio de uso de suelo, aplicar y verificar el cumplimiento de<br />

los diferentes reglamentos como el de construcción, fundamental para<br />

crear sitios resilientes.<br />

1.1. Selección de indicadores<br />

El índice de evaluación de resiliencia se cimentó en indicadores, los cuales<br />

tienen como objeto simplificar y comunicar la realidad de una situación<br />

compleja, mostrar la posición relativa del fenómeno a medir e ilustrar la<br />

magnitud o dirección de cambio (Cutter et al., 2010). Originalmente se<br />

recopilaron, de una revisión de metodologías desarrolladas a nivel internacional<br />

y nacional enfocadas en la resiliencia, 129 indicadores, de los<br />

cuales se seleccionaron 24 en función de tres criterios: relevancia en el<br />

fortalecimiento de la capacidad de resiliencia manifestada en la literatura,<br />

confiabilidad de datos y disponibilidad de información, ya que como<br />

puntualizan Schuschny y Soto (2009), la fortaleza de un índice recae en<br />

la calidad de las variables que lo definen, por lo que su selección debe<br />

fundamentarse en su relevancia, calidad, frecuencia de muestreo y su<br />

disponibilidad al dominio público. De acuerdo con su naturaleza, los<br />

indicadores se clasificaron en institucionales, legales, sociales, económicos,<br />

estructurales, integradores, ambientales y de infraestructura.<br />

A juicio de los autores Labaka et al. (2015) y Twigg (2007), la planeación,<br />

a la par del sistema legal y regulatorio, debe ser un componente a<br />

considerar en la evaluación de la resiliencia como parte de la gobernabilidad.<br />

En este tenor, se propusieron cinco indicadores en el componente<br />

de prevención, que en conjunto inciden en la no construcción del riesgo;<br />

reflejan la presencia, o ausencia, de la planeación integral del riesgo en la<br />

agenda municipal, así como la consciencia de que el riesgo cambia con<br />

el tiempo y, por tanto, se requiere la actualización de los instrumentos:<br />

1) El plan municipal de desarrollo, que permite un diagnóstico de las<br />

principales problemáticas en materia de riesgo, el plan ideal contempla<br />

entre sus ejes la protección civil; 2) El atlas de riesgo resulta relevante en<br />

el diagnóstico de amenazas, vulnerabilidad e identificación de zonas de<br />

riesgos; 3) El reglamento de protección civil regula acciones de prevención<br />

y salvaguarda de personas, bienes materiales y medio ambiente; 4) La<br />

regulación del uso de suelo es relevante dado que previene la proliferación<br />

de asentamientos en zonas de riesgo y el deterioro de ecosistemas, al


212 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

establecer una zonificación; 5) El reglamento de construcción, se consideró<br />

ya que proporciona la normativa de seguridad mínima, la cual contempla<br />

zonas de riesgo no aptas para la construcción.<br />

La información con que se trabajó provino de bases de datos de acceso<br />

público con características disímiles, expresadas en unidades de medidas<br />

diferentes, esto es, dicotómicas (presencia-ausencia), económicas, porcentajes,<br />

longitud, entre otras, las cuales no podían congregarse de esta<br />

manera. La estandarización de datos se ejecutó mediante el método<br />

denominado categorización de escalas (Schuschny y Soto, 2009), este<br />

método asigna a cada indicador una categoría y un valor en función de<br />

su cercanía a la condición óptima deseable, en este caso se trabajaron tres<br />

categorías: bajo, medio y alto, con valores de 0, 0.5 o 1, respectivamente,<br />

a excepción de los indicadores dicotómicos, en que se evaluó la ausencia<br />

(0) o presencia (1) (cuadro 2).<br />

La consistencia interna del índice general de resiliencia se evaluó<br />

mediante el coeficiente Alfa de Cronbach, éste indica qué tan bien está<br />

representada la información de las variables elegidas en un solo índice; toma<br />

valores de 0 a 1, donde valores cercanos a uno indican mayor fiabilidad en<br />

la selección de indicadores, por tanto, las variables propuestas miden correctamente<br />

el fenómeno de interés (Schuschny y Soto, 2009). El coeficiente<br />

obtenido fue de 0.79, por arriba del valor mínimo aceptable (0.70).<br />

1.2. Componentes de la resiliencia y método de agregación<br />

Para evaluar la situación de resiliencia se consideraron tres índices de<br />

segundo orden: Índice de Prevención (IPre), Índice de Resistencia (IRes)<br />

e Índice de Recuperación (IRec), correspondientes a las etapas del ciclo<br />

de resiliencia establecidos por Labaka et al., (2015).<br />

El índice de prevención refiere el conjunto de medidas o acciones<br />

desarrolladas e implementadas con anticipación que evitan o disminuyen<br />

los efectos negativos que pudiera originar un desastre socionatural sobre<br />

la población, ambiente, bienes y servicios; éste consideró nueve indicadores<br />

de índole legal e institucional sobre desarrollo, planeación y construcción<br />

de infraestructura en el municipio. Entre las acciones estimadas<br />

dentro del indicador de cultura de prevención, referente a actividades<br />

implementadas por el gobierno municipal, se encuentran la ejecución<br />

de simulacros, impartición de cursos de prevención, coordinación de<br />

programas educativos preventivos, concientización sobre el uso de suelo,<br />

mesas sectoriales de información y pláticas de concientización, asimismo,<br />

acciones para impulsar la autoprotección y protección corporativa. La<br />

difusión de la información, por su parte, se evaluó en función de tres<br />

medios de difusión: impresos, masivos (radio y televisión) y aviso casa<br />

por casa.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

213<br />

Cuadro 2<br />

Indicadores estimados por índice de segundo orden<br />

Indicador Categoría (valor) Fuente de los datos Autor<br />

Bajo (0) Medio (0.5) Alto (1)<br />

Índice de Prevención<br />

(I) Plan Municipal de Desarrollo Ausente En proceso de<br />

elaboración /<br />

no contempla<br />

la protección<br />

civil<br />

Contempla entre<br />

sus ejes la<br />

protección civil<br />

Inegi (2015);<br />

Gobierno federal<br />

(s.f.)<br />

Propuesta propia<br />

(I) Atlas de riesgo municipal Ausente Presente Actualizado en<br />

los últimos cinco<br />

años<br />

Sedatu (s.f.) Propuesta propia<br />

(I) Cultura de prevención<br />

(Núm. de acciones de prevención)<br />

Ausente 1-3 4-6 Inegi (2015) Goal (2013); Montalba et al.<br />

(2013)<br />

(I) Plan de contingencia o Programa de<br />

protección civil<br />

Ausente En proceso de<br />

elaboración /<br />

sin línea de<br />

prevención de<br />

desastres<br />

Con línea de<br />

prevención de<br />

desastres<br />

Inegi (2015) Goal (2013); Twigg (2007)<br />

(I) Alerta temprana Ausente ______ Presente Inegi (2015) Angeon y Bates 2015; Twigg<br />

2007


214 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Cuadro 2 (continuación)<br />

Indicador Categoría (valor) Fuente de los datos Autor<br />

Bajo (0) Medio (0.5) Alto (1)<br />

(I) Difusión de información<br />

(Núm. de medios de difusión)<br />

Ausente 1 > 1 Inegi (2015) BID (2015); Cutter et al.,<br />

(2010); Tumini (2016)<br />

(L) Reglamento de protección civil Ausente ______ Presente Inafed (2016a);<br />

Gobierno federal<br />

(s.f.)<br />

Propuesta propia<br />

(L) Reglamento de uso de suelo o de<br />

zonificación<br />

Ausente ______ Presente Inafed (2016a);<br />

Gobierno federal<br />

(s.f.)<br />

Propuesta propia<br />

(L) Reglamento de construcción Ausente Presente Actualizado en<br />

los últimos 10<br />

años<br />

SMIE (s.f.); Inafed<br />

(2016a); Gobierno<br />

federal (s.f).<br />

Propuesta propia<br />

Índice de Resistencia<br />

(INT) Incidencia de desastres<br />

(Núm. de declaratorias /10 años)<br />

> 5 2 – 5 < 2 Desinventar (2020);<br />

Cenapred (2015a)<br />

BID, (2015); Cutter et al. (2010)<br />

(ES) Tipología de la vivienda<br />

(% de viviendas con piso firme)<br />

< 75 75 – 90 > 90 Inegi (2010a) Ahmed y Charleswort (2014);<br />

Ajibade et al. (2013)<br />

(E) Desigualdad de ingreso<br />

(Coeficiente de Gini)<br />

> 0.49 0.40 - 0.49 < 0.40 Coneval (2015) Angeon y Bates (2015); Cutter et<br />

al. (2010)


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

215<br />

Cuadro 2 (continuación)<br />

Indicador Categoría (valor) Fuente de los datos Autor<br />

Bajo (0) Medio (0.5) Alto (1)<br />

(S) Alfabetismo (% de población alfabeta) < 85 85 – 95 > 95 Inegi (2010a) Angeon y Bates (2015)<br />

(S) Damnificados (% de población<br />

damnificada)<br />

> 25 10 – 25 < 10 Cenapred (2015b);<br />

Inegi (2015)<br />

Angeon y Bates (2015)<br />

(S) Discapacidad (% de población<br />

discapacitada)<br />

> 66 33 - 66 < 33 Inegi (2010a) Cutter et al. (2010)<br />

(A) Cobertura vegetal (% de cobertura<br />

vegetal)<br />

< 20 20 - 60 > 60 Inegi (2013) Tumini (2016)<br />

Índice de Recuperación<br />

(E) Ingresos de la población (pesos/año) < 50,000 50,000<br />

– 139,000<br />

>139,000 Inafed (2016b) Constantino y Dávila (2011);<br />

Twigg (2007)<br />

(E) Autonomía financiera (% de<br />

autonomía municipal)<br />

< 20 20 - 50 > 50 Inafed (2016b) Angeon y Bates (2015); Briguglio<br />

et al. (2005)<br />

(E) Seguros Ausente Seguros<br />

agrícolas o<br />

infraestructura<br />

pública<br />

Seguros agrícolas<br />

e infraestructura<br />

pública<br />

Inegi (2015);<br />

Agroasemex S.A.<br />

(2017)<br />

Ávila Flores y González Gaudiano<br />

(2015); BID (2015); Cutter et al.<br />

(2010); Twigg (2007)<br />

(I) Capacidad técnica Ausente Cuenta con un<br />

programa de<br />

capacitación<br />

Imparte cursos<br />

en materia de<br />

protección civil<br />

Inegi (2015) Twigg (2007)


216 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Cuadro 2 (continuación)<br />

Indicador Categoría (valor) Fuente de los datos Autor<br />

Bajo (0) Medio (0.5) Alto (1)<br />

(I) Cobertura de servicios médicos (Núm.<br />

de médicos / 1000 habitantes)<br />

< 2.2 2.2 - 3.2 > 3.2 Inegi (2017) Cutter et al. (2010); Goal (2013);<br />

Tumini (2016)<br />

(I) Cobertura de servicios de auxilio y<br />

rescate (Núm. de policías / 100,000<br />

habitantes)<br />

< 150 150 - 300 > 300 Inafed (2015) Sedano (2012)<br />

(INF) Vialidades (km/100 km 2 ) < 30 30 - <strong>65</strong> > <strong>65</strong> Inegi (2017) Cutter et al. (2010)<br />

(INF) Capacidad de albergue (Núm. de<br />

personas / 1000 habitantes)<br />

< 150 15 - 250 > 250 Dirección General<br />

de Protección Civil<br />

(2017)<br />

Goal (2013); Sedano (2012);<br />

Twigg (2007)<br />

Nota: las letras entre paréntesis refieren a la dimensión de los indicadores, I: institucional, L: legal, INT: integrador, ES: estructural, E: económico, S: social, A: ambiental,<br />

INF: infraestructura<br />

Fuente: elaboración propia con base en información documental.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

217<br />

El índice de resistencia contempló siete indicadores correspondientes<br />

a las dimensiones social, económica, estructural, ambiental y un indicador<br />

integrador. Este índice mostró la capacidad del sistema socionatural para<br />

reaccionar de manera adecuada, con eficacia y rapidez, ante la presencia<br />

de un fenómeno perturbador y así persistir ante sus efectos. Sugiere que<br />

municipalidades con mejores condiciones ambientales, combinadas con<br />

altos niveles de igualdad económica, educativa de la población y un menor<br />

número de habitantes con limitaciones para realizar tareas de la vida<br />

cotidiana, son más resilientes.<br />

El índice de recuperación consideró las acciones o mecanismos de<br />

rehabilitación desplegadas inmediatamente después de concluida la fase<br />

de emergencia, con el objeto de lograr el mejoramiento y restauración<br />

de infraestructura, medios de sustento y condiciones de vida de la población<br />

afectada; se construyó a partir de ocho indicadores institucionales,<br />

infraestructurales y económicos. Resulta conveniente subrayar que los<br />

niveles de recuperación y resistencia pueden variar en función de la<br />

intensidad del desastre.<br />

En lo referente a la ponderación de los índices de segundo orden se<br />

optó por emplear una ponderación equiproporcional, en la que los tres<br />

índices tuvieron el mismo factor de peso (1) en la obtención del índice<br />

de resiliencia final, ilustrando así la misma importancia relativa de las tres<br />

etapas de la gestión del riesgo de desastre en los municipios, dado que las<br />

tres etapas están concatenadas y tienen influencia entre sí. Es cierto que<br />

la prevención juega un papel relevante al determinar el grado de impacto<br />

que tendrá un desastre en el municipio, no obstante, la manera en que se<br />

soportan los efectos del embate influye en la capacidad de recuperación,<br />

mientras la etapa de recuperación permite identificar las limitantes en las<br />

fases anteriores y reorientar las actividades preventivas futuras.<br />

El método de agregación de la información a nivel de índice de segundo<br />

orden correspondió a una media aritmética. Por otro lado, el índice general<br />

de resiliencia se obtuvo de la sumatoria de los índices de prevención,<br />

resistencia y recuperación, los valores finales se encuentran en un rango<br />

de 0 (menos resiliente) a 3 (más resiliente). Las categorías del Índice de<br />

Resiliencia se establecieron mediante intervalos equivalentes, al igual que<br />

con los indicadores, se definieron tres categorías: alto, medio y bajo,<br />

asociadas a una escala cromática: verde, naranja y rojo, correspondientemente,<br />

en donde la condición óptima concierne al color verde, o bien, a<br />

una resiliencia alta ante desastres socionaturales.


218 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

1.3. Contribución de los componentes de la resiliencia y similitud<br />

entre municipios<br />

Una vez calculados los diferentes índices (IPrev, IRes e IRec), se determinó<br />

la contribución de cada uno al valor final del Índice de Resiliencia, posteriormente<br />

se llevó a cabo un análisis jerárquico aglomerativo (análisis<br />

clúster) con el paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences<br />

(SPSS) (IBM, 2009), con el propósito de determinar la similitud entre<br />

los municipios y establecer grupos diferentes entre sí, pero internamente<br />

homogéneos, en función de una matriz de asociación de los índices de<br />

segundo orden, lo que permite establecer estrategias que respondan a las<br />

debilidades identificadas, en prevención, resistencia o recuperación, así<br />

como identificar los municipios que requieren atención prioritaria. Los<br />

parámetros empleados fueron una distancia euclídea al cuadrado y un<br />

método de conglomeración denominado vinculación promedio entre grupos<br />

(average linkage), el cual corresponde a la distancia media entre los<br />

componentes de cada grupo, con varianzas similares o pequeñas.<br />

2. Resultados: a medio camino de la resiliencia<br />

El Índice General de Resiliencia, resultado de la sumatoria de la capacidad<br />

de prevención, resistencia y recuperación, manifestó que el nivel medio<br />

prevaleció en 82% (72 municipios) de los municipios costeros, por su<br />

parte el nivel bajo quedó representado en 12% (11 municipios), 6%<br />

restante (cinco municipios) correspondió a resiliencia alta. Sin embargo,<br />

aun estos ayuntamientos continúan registrando afectaciones por la presencia<br />

de desastres socionaturales, lo cual podría explicarse debido a que, si<br />

bien el componente que determina en gran medida su nivel de resiliencia<br />

fue la prevención, ésta contempla instrumentos que en ocasiones no son<br />

implementados de manera correcta, por lo que habría que darles seguimiento<br />

para definir si han logrado su cometido y evaluar realmente su<br />

aplicación. La valoración alta se obtuvo debido a valores entre 2.001 y<br />

2.168, cercanos al límite superior de la clase media; el nivel teórico máximo<br />

de resiliencia (3) no se alcanzó.<br />

En cuanto a las regiones, la zona Norte no presentó valores bajos de<br />

resiliencia, mientras que en el Sur los valores altos estuvieron ausentes.<br />

En entidades como Baja California, Colima y Chiapas, la totalidad equivale<br />

a nivel medio; en contraparte, la resiliencia baja se localiza en las<br />

municipalidades de Michoacán, Guerrero y Oaxaca (mapa 1).<br />

Los resultados obtenidos con el Índice de Prevención muestran que<br />

cerca de 55% de los municipios presenta un nivel medio, localizados en


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

219<br />

Mapa 1<br />

Índice municipal de resiliencia de la región Pacífico de México (IR).<br />

Índice de prevención (IPre), índice de resistencia (IRes), índice de<br />

recuperación (IRec)<br />

Fuente: elaboración propia con base en el Índice de Resiliencia e Inegi, 2010b.<br />

su mayoría en las regiones Pacífico Sur y Pacífico Norte; en lo referente<br />

al nivel bajo y alto concentraron 27% y 18%, respectivamente, particularmente<br />

el nivel bajo se ubicó casi en su totalidad en la región Pacífico<br />

Sur, mientras que la distribución geográfica de municipios con capacidad<br />

de prevención alta se localiza primordialmente en la región Norte.<br />

En el caso del Índice de Resistencia, ninguno de los municipios costeros<br />

estudiados se encontró en nivel bajo, cerca de la mitad se centró en<br />

un nivel medio (56%), alrededor del 38% ubicado en el Pacífico Sur. Por<br />

el contrario, en lo referente al nivel alto la región Norte concentró el 26%,<br />

de esta manera se puede decir que en el norte los valores que predominaron<br />

fueron altos, no así en el sur, cuyos valores fueron primordialmente medios,<br />

mientras que en el centro se encontraron distribuidos más o menos de<br />

manera equitativa entre el nivel medio y alto.<br />

El Índice de Recuperación, a diferencia del índice de resistencia que no<br />

registró valores bajos, no mostró en ninguno de los casos niveles altos, es<br />

así que predominó una capacidad de recuperación baja (56%). El nivel bajo<br />

se focalizó en la región Sur, el medio en la porción Norte, en el Pacífico<br />

Centro las proporciones entre ambos niveles fueron semejantes (cuadro 3).


220 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Cuadro 3<br />

Registro de ocurrencias por categoría según índice de segundo orden y entidad federativa<br />

Categoría: B (Bajo), M (Medio) y A (Alto)<br />

Región Entidad Índice de Prevención Índice de Resistencia Índice de Recuperación<br />

B M A B M A B M A<br />

Pacífico Norte BC 3 1 4 4<br />

BCS 4 1 1 4 2 3<br />

Sonora 2 7 4 4 9 6 7<br />

Sinaloa 4 6 4 6 4 6<br />

Pacífico Centro Nayarit 1 3 1 3 2 3 2<br />

Jalisco 4 1 5 2 3<br />

Colima 3 2 1 3<br />

Michoacán 2 1 2 1 3<br />

Pacífico Sur Guerrero 6 4 2 12 10 2<br />

Oaxaca 13 7 13 7 16 4<br />

Chiapas 8 8 3 5<br />

Total 24 48 16 49 39 49 39<br />

Fuente: elaboración propia a partir de los índices de segundo orden de resiliencia.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

221<br />

La capacidad de resistencia y prevención contribuyeron de manera<br />

equilibrada al índice general de resiliencia en la gran mayoría de los casos<br />

analizados, aunque con un sesgo hacia la resistencia (figura 1), por lo que<br />

la capacidad de resiliencia estuvo explicada principalmente por el índice<br />

de resistencia, primordialmente relacionado con indicadores de índole<br />

social, ambiental, económico y estructural, y por el índice de prevención<br />

con indicadores legales e institucionales, no así por la recuperación enfocada<br />

en la parte institucional, infraestructural y económica.<br />

Figura 1<br />

Contribución de los índices de prevención (IPre), resistencia (IRes)<br />

y recuperación (IRec), al índice de resiliencia (IR)<br />

Fuente: elaboración propia a partir de los índices de segundo orden de resiliencia.<br />

De los 24 indicadores seleccionados, cerca de 37% fueron institucionales<br />

y 17% económicos, en la misma proporción se encuentran legales<br />

y sociales (13%), 8% infraestructurales y, finalmente, 4% ambientales,<br />

estructurales e integradores, lo que representa más de una tercera parte<br />

de indicadores institucionales, puesto que este aspecto juega un papel<br />

relevante en la reducción del riesgo de desastres al facilitar una adecuada<br />

implementación, o bien, fungir como cuello de botella.<br />

En el análisis a nivel indicador para el índice de prevención, el reglamento<br />

de uso de suelo o zonificación resultó ser el más débil, únicamente 17<br />

municipios (19%), ubicados de manera homogénea en la región Norte y<br />

Sur, cuentan con este instrumento de regulación. La difusión del riesgo,<br />

seguido del reglamento de construcción, igualmente presentaron valores


222 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

bajos, en el primer caso ocho municipios (9%) emplean diversos mecanismos<br />

para dar aviso a la población: medios masivos impresos y casa por casa;<br />

en el segundo, cerca de una sexta parte de los municipios (11 en la Región<br />

Norte) tienen reglamento de construcción actualizado, al menos en los<br />

últimos 10 años. En el extremo opuesto se ubicaron el Plan de Desarrollo,<br />

Reglamento de Protección Civil, Plan de Contingencias y Alerta Temprana,<br />

todos ellos presentes en más de la mitad de los municipios.<br />

En lo que respecta a los indicadores de resistencia: la discapacidad,<br />

damnificados y tipología de la vivienda fueron los mejor evaluados; en<br />

todos los casos menos de 9% de la población presenta limitaciones para<br />

las actividades de la vida diaria; en lo concerniente a la población damnificada<br />

está por debajo de 10% en cerca de tres cuartas partes de las<br />

municipalidades; las viviendas cuentan con piso firme en más del 70%.<br />

El indicador de incidencia de desastres corresponde al más débil, por<br />

arriba de la mitad de los municipios registran más de cinco declaratorias<br />

de emergencia en promedio, en un periodo de 10 años.<br />

En tanto, en los indicadores de recuperación, la autonomía financiera,<br />

vialidades, servicios médicos, así como la capacidad de albergue, se<br />

ubicaron en niveles bajos en gran proporción. Lo que indica que 68% de<br />

los ayuntamientos no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus<br />

gastos, por ende, no poseen recursos para casos de emergencia.<br />

La densidad de carretera es baja en 72% de los municipios, por lo que<br />

se tienen pocas vías de entrada y salida que sirvan para trasladar a los<br />

afectados, víveres o materiales para la reconstrucción. En el mismo tenor,<br />

67% no cuenta con el número adecuado de médicos que brinden atención<br />

necesaria a la población en caso de resultar heridos o afectados, mientras<br />

que 84% no cuenta con espacios suficientes para albergar a la población<br />

damnificada, que corresponde al valor de afectados que se tienen en promedio<br />

debido a desastres. Los ingresos de la población se ubicaron entre<br />

bajo y medio casi de manera equitativa, en caso de desastre los recursos<br />

de la población serán insuficientes para comenzar la reconstrucción de<br />

sus viviendas con recursos propios y habría que esperar a recibir recursos<br />

federales. La capacidad técnica fue el único indicador ubicado en nivel<br />

alto, esto denota la impartición de cursos en materia de protección civil.<br />

La construcción de la resiliencia de los municipios costeros del Pacífico<br />

mexicano se encuentra a medio camino; aún quedan aspectos por atender<br />

como es la implementación efectiva e ininterrumpida de instrumentos y<br />

acciones preventivas; se requiere también identificar las acciones que han<br />

funcionado adecuadamente durante la etapa de recuperación y aquellas<br />

que deben ser reorientadas, principalmente en esta etapa que resultó ser<br />

la más débil del ciclo de resiliencia de acuerdo con la evaluación realizada.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

223<br />

2.1. Clasificación de los municipios según características de resiliencia<br />

La evaluación de similitud de las características mostradas por cada municipio<br />

costero respecto a la capacidad de prevención, resistencia y recuperación<br />

permitió definir cinco grupos con características propias de<br />

resiliencia, los cuales fueron priorizados con el propósito de identificar el<br />

nivel y tipo de atención requerido. Los clúster 1 y 2 representaron los<br />

grupos de mayor prioridad, ambos exhibieron resistencia media y recuperación<br />

baja, mientras la prevención –en el primero de los casos– se<br />

definió como baja, y nivel medio en el segundo; estuvieron constituidos<br />

por 20 y 16 municipalidades, respectivamente, pertenecientes primordialmente<br />

a los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas.<br />

El clúster 3 de prioridad media resultó ser el grupo más pequeño, con<br />

dos municipios muy distantes geográficamente hablando, uno de ellos<br />

ubicado en Sonora, porción Norte y el segundo en Guerrero, región Sur.<br />

Las mejores condiciones de resiliencia las exhibieron los clúster 4 y 5,<br />

congregan 42 y 8 ayuntamientos, correspondientemente, entre ellos los<br />

cinco de resiliencia alta. El clúster 5 presenta las mejores condiciones de<br />

resiliencia, la capacidad de prevención es la de mayor aporte. Esta sería la<br />

situación a promover para dar mayor peso al enfoque preventivo ya que<br />

continúan registrándose diversos desastres que dejan a su paso cuantiosas<br />

pérdidas, sin dejar de lado el necesario aumento de la resiliencia general,<br />

aun en este grupo (mapa 2 y cuadro 4).<br />

Mapa 2<br />

Nivel de atención requerido según características de resiliencia<br />

Nota: el número de municipios por nivel de prioridad se indica entre paréntesis.<br />

Fuente: elaboración propia con base en el análisis de conglomerados e Inegi, 2010b.


224 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Cuadro 4<br />

Agrupación de municipios según componentes de resiliencia<br />

Clúster Estado Municipios Estado Municipios Características<br />

1<br />

Prevención: Baja<br />

Resistencia: Media<br />

Recuperación: Baja<br />

(20)<br />

Sonora Bacum Oaxaca San Dionisio del Mar Nivel de resiliencia atribuido a la<br />

Nayarit Tecuala San Francisco del Mar<br />

reglamentación básica prácticamente<br />

inexistente, falta de mecanismos de alerta<br />

Michoacán Aquila San Mateo del Mar<br />

Coahuayana San Miguel del Puerto<br />

Guerrero Benito Juárez San Pedro Huamelula<br />

Copala San Pedro Pochutla<br />

Coyuca de Benítez Santa María Tonameca<br />

temprana y difusión del riesgo, nula<br />

capacitación técnica en materia de protección<br />

civil que permita conocer cómo actuar en caso<br />

de emergencia, vialidades insuficientes,<br />

ingresos municipales muy bajos respecto a<br />

sus egresos.<br />

Cuajinicuilapa Santiago Astata<br />

L.U. Isidro Montes<br />

de Oca<br />

Santiago Tapextla<br />

S. Domingo Armenta<br />

S. Domingo Tehuantepec


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

225<br />

Cuadro 4 (continuación)<br />

Clúster Estado Municipios Estado Municipios Características<br />

2<br />

Prevención: Media<br />

Resistencia: Media<br />

Recuperación: Baja<br />

(16)<br />

Sonora Etchojoa Chiapas Acapetahua Su condición se atribuye a la falta de<br />

Colima Armería Mapastepec<br />

reglamentación para el uso de suelo, alta<br />

incidencia de desastres, elevadas tasas de<br />

Guerrero Florencio Villareal Mazatán<br />

Marquelia Pijijiapan<br />

San Marcos Suchiate<br />

Tecpan de Galeana Tapachula<br />

Oaxaca H.C. Juchitán de<br />

Zaragoza<br />

Tonalá<br />

analfabetismo, bajos ingresos de la población y<br />

de los propios municipios, proporción de<br />

médicos por habitante menor a la indicada por<br />

la OCDE y la incipiente capacidad de<br />

albergue.<br />

Santiago Jamiltepec<br />

V. Tututepec de<br />

Melchor Ocampo<br />

3<br />

Prevención: Alta<br />

Resistencia: Media<br />

Sonora Huatabampo Resalta la falta de reglamentación de uso del<br />

suelo, alta incidencia de desastres, bajos<br />

ingresos de la población y de los propios<br />

Guerrero Petatlán<br />

municipios, insuficientes vialidades, médicos y<br />

albergues, nula capacitación técnica.<br />

Recuperación: Baja<br />

(2)


226 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

Cuadro 4 (continuación)<br />

Clúster Estado Municipios Estado Municipios Características<br />

4<br />

Prevención: Media<br />

Resistencia: Alta<br />

Baja<br />

California<br />

Ensenada Mexicali Sinaloa Na<strong>vol</strong>ato Rosario<br />

Resaltan la falta de reglamentación del uso del<br />

suelo, insuficiencia de vialidades y albergues.<br />

Incluye a dos de los municipios con alta<br />

resiliencia.<br />

Playas de Rosarito San Ignacio<br />

Recuperación: Media<br />

(42)<br />

Baja<br />

California<br />

Sur<br />

Tijuana Nayarit Compostela<br />

Comondú San Blas<br />

La Paz Santiago Ixcuintla<br />

Loreto Jalisco Cihuatlán<br />

Los Cabos Cabo Corrientes<br />

Mulegé La Huerta<br />

Sonora Benito Juárez Puerto Vallarta<br />

Caborca Tomatlán<br />

Cajeme Colima Manzanillo<br />

Empalme Tecomán<br />

Guaymas Michoacán Lázaro Cárdenas


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

227<br />

Cuadro 4 (continuación)<br />

Clúster Estado Municipios Estado Municipios Características<br />

Pitiquito Oaxaca Salina Cruz<br />

Puerto Peñasco San Pedro Mixtepec<br />

S. I. Río Muerto S. María Colotepec<br />

S. L. Río Colorado Oaxaca S. María Huatulco<br />

Sinaloa Ahome S. María Huazolotitlán<br />

Escuinapa Santiago Pinotepa<br />

Nacional<br />

Mazatlán Chiapas Huixtla<br />

5<br />

Prevención: Alta<br />

Resistencia: Media<br />

Recuperación: Media<br />

(8)<br />

Sonora Hermosillo Nayarit Bahía de Banderas Este grupo, en conjunto con el anterior,<br />

Sinaloa Angostura Guerrero Acapulco de Juárez<br />

presenta las mejores condiciones, aunque<br />

conviene subrayar la falta de albergues.<br />

Culiacán Zihuatanejo de Azueta<br />

Elota<br />

Guasave<br />

Concentran a tres de los municipios con alta<br />

resiliencia: Hermosillo, Culiacán y Bahía de<br />

Banderas.<br />

Nota: el número entre paréntesis refiere a la cantidad de municipios pertenecientes a cada clúster.<br />

Fuente: elaboración propia con base en el análisis de conglomerados.


228 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

La distribución geográfica de los municipios dentro de cada clúster es<br />

heterogénea, si bien se puede distinguir cierta concentración en alguna<br />

región en particular, existen casos aislados, por lo que la atención es atribuible<br />

a diferentes niveles; por ejemplo, las acciones podrían ser a nivel<br />

regional para el clúster 4, estatales en el clúster 5. Esta heterogeneidad<br />

pudiera disminuir mediante el uso de análisis jerárquico con orientación<br />

geoestadística.<br />

Conclusiones<br />

El modelo desarrollado en el presente artículo circunscribe indicadores de<br />

índole ambiental, social, institucional, legal, estructural, económicos, integradores<br />

y de infraestructura, en coincidencia con la forma de abordar la<br />

resiliencia en diversos estudios existentes, no obstante, éste modelo se llevó<br />

a cabo desde una perspectiva en que la resiliencia no es entendida simplemente<br />

como la capacidad de recuperarse o regresar al estado normal antes<br />

de la ocurrencia del desastre, sino –tomando en consideración las tres etapas<br />

propias del ciclo de resiliencia que corresponden a la prevención, resistencia<br />

y recuperación– con una visión más amplia del objeto de estudio.<br />

La manera en que se construyó el índice y los indicadores seleccionados<br />

permite su aplicación en cualquier momento para dar seguimiento y<br />

monitoreo a los cambios en la capacidad de resiliencia y, de esta manera,<br />

tener un panorama general de la efectividad de las acciones de reducción<br />

de riesgo de desastres implementadas en el municipio. Las bases de datos<br />

que dieron fundamento al estudio fueron extraídas de fuentes oficiales, de<br />

fácil acceso, algunas generadas con una periodicidad bienal o quinquenal.<br />

La evaluación de la resiliencia muestra una tendencia hacia nivel medio,<br />

cabe destacar la ausencia de valores bajos en la zona Pacífico Norte, así<br />

como la ausencia de valores altos en la región Sur. El valor máximo alcanzado<br />

por los 88 municipios del índice de resiliencia fue solamente 2.168,<br />

lejos del nivel teórico máximo de resiliencia (3). La capacidad de recuperación<br />

resultó el punto más endeble, aun cuando el presupuesto que se<br />

destina en México a este rubro es mayor respecto a la prevención, denota<br />

así que la visión reactiva no ha sido efectiva, es necesario invertir más en<br />

la prevención si realmente se pretende cambiar la visión que predomina<br />

en materia de riesgo. En este sentido, los municipios costeros de la región<br />

Pacífico de México se encuentran en un punto intermedio de resiliencia,<br />

deben definir la arista desde la cual abordar la problemática y reorientar<br />

sus esfuerzos.<br />

La generación de grupos, en función de las capacidades de prevención,<br />

resistencia y recuperación, permite establecer estrategias encaminadas a


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

229<br />

atender las debilidades particulares de cada agrupación posibilitando una<br />

mejor distribución de recursos. En este tenor, el clúster 1 -cuyos municipios<br />

se ubican en más de 50% en el estado de Oaxaca, en 25% en<br />

Guerrero, el resto distribuidos entre Michoacán, Nayarit y Sonora- es el<br />

que requiere atención inmediata, por lo que se deben enfocar los esfuerzos<br />

en estas alcaldías a fin de mejorar sus condiciones, evitando así graves<br />

daños en un futuro.<br />

Como estudio complementario, sería conveniente incluir información<br />

cualitativa proveniente de actores clave en la gestión del riesgo que refleje<br />

particularidades del ayuntamiento, así como emplear indicadores que no<br />

fueron considerados por la poca disponibilidad de información en la<br />

dimensión espacial, al mismo tiempo, considerar la dispersión y crecimiento<br />

de la población que influyen en los indicadores de cobertura de<br />

servicios e infraestructura dentro del municipio, por otro lado, considerar<br />

su carácter urbano o rural, a nivel localidad.<br />

Los factores que determinan la resiliencia de un municipio son diversos,<br />

no obstante, éste será resiliente siempre que exista la capacidad<br />

financiera para gestionar el riesgo, que el gobierno local y la población<br />

trabajen en conjunto y que ambas partes estén comprometidas en evitar<br />

la reconstrucción del riesgo, cuando prevalezca una articulación entre los<br />

Atlas municipales de riesgo, Ordenamientos territoriales, Planes de Desarrollo<br />

Urbano, Reglamentos de construcción y Reglamentos de zonificación,<br />

cuando se cuente con sistemas de alerta temprana, pero también<br />

cuando existan medios de comunicación eficientes y un plan de contingencias<br />

para saber cómo actuar. Finalmente, es imperante no sólo la<br />

existencia de un marco regulatorio, sino que éste se conozca, se emplee,<br />

se respete, se implemente y se actualice de manera continua.<br />

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5051.2016.40056


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 205-238<br />

237<br />

Twigg, John (2007), “Características de una comunidad resiliente ante<br />

los desastres. Nota guía”, Suiza, Oficina de Naciones Unidas para<br />

la Reducción del Riesgo de Desastres, ,<br />

1 de agosto de 2019.<br />

Uriarte Arciniega, Juan de Dios (2013), “La perspectiva comunitaria de<br />

la resiliencia”, Psicología política, núm. 47, Valencia, Universidad<br />

de Valencia, pp. 7-18.<br />

Recibido: 12 de mayo de 2020.<br />

Reenviado: 4 de agosto de 2020.<br />

Aceptado: 17 de septiembre de 2020.<br />

Karen Velázquez-González. Maestra en Ciencias por la Universidad<br />

Autónoma del Estado de México. Actualmente es profesora de asignatura<br />

en la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja<br />

California. Sus líneas de investigación actuales son: resiliencia, riesgo y<br />

ordenamiento territorial. Ha participado en la elaboración de Atlas<br />

Municipales de Riesgos Naturales y Programas de Ordenamiento Ecológico.<br />

Entre sus más recientes publicaciones se encuentran, en coautoría:<br />

“Respuesta al comentario por Juan José Muñoz Pérez y Gregorio<br />

Gómez Pina sobre: Variaciones sedimentarias y transporte litoral en Playa<br />

de la Victoria, Cádiz, España”, <strong>Revista</strong> Ciencias Marinas, núm. 1, Ensenada,<br />

Baja California, Instituto de Investigaciones Oceanológicas, pp. 105-106<br />

(2010); “Variaciones sedimentarias y transporte litoral en Playa de la Victoria,<br />

Cádiz, España”, <strong>Revista</strong> Ciencias Marinas, 36 (1), Ensenada, Baja<br />

California, Instituto de Investigaciones Oceanológicas, pp. 259-269 (2009).<br />

Salvador Adame-Martínez. Doctor en Ciencias por el Colegio de Postgraduados.<br />

Actualmente es profesor-investigador en el Centro de Investigación<br />

y Estudios Avanzados en Planeación Territorial, Facultad de<br />

Planeación Urbana y Regional de la Universidad Autónoma del Estado<br />

de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I.<br />

Líneas de investigación actuales: riesgo y vulnerabilidad, variabilidad<br />

climática, cambios de uso de suelo, sustentabilidad urbana. Entre sus más<br />

recientes publicaciones destacan, en coautoría: “Landslides in Mexico:<br />

their Occurrence and Social Impact since 1935”, Landslides, núm. 17,<br />

Berlín, Springer, pp. 379-394 (2020); “Sustentabilidad del desarrollo urbano<br />

en la Megalópolis de México: perspectiva desde el análisis espacial”, <strong>Economía</strong>,<br />

<strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, 20 (62), Zinacantepec, El Colegio Mexiquense


238 K. Velázquez-González et al.: Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

A. C., pp. 89-122 (2020); “Análisis de la distribución espacial de los RSU<br />

en la Zona Metropolitana de Tampico”, <strong>Revista</strong> Quivera, núm. 2, Toluca,<br />

Universidad Autónoma del Estado de México, pp. 83-111 (2019).<br />

Guadalupe Hoyos Castillo. Maestra en Desarrollo Municipal, con estudios<br />

concluidos en Doctorado en Urbanismo. Actualmente está adscrita<br />

a la Facultad de Planeación Urbana y Regional de la Universidad Autónoma<br />

del Estado de México. Líneas de investigación: procesos de urbanización<br />

y metropolización, interacciones metropolitanas suelo y agua y,<br />

economía urbana. Entre sus más recientes publicaciones destacan, en<br />

coautoría: “Reajustes asimétricos en la relación rural-urbana. Poniente<br />

del Estado de México”, en Juan Roberto Calderón Maya y Carlos Alberto<br />

Pérez Ramírez (coord.), Ciudad y ambiente: procesos y transformaciones en<br />

contextos urbanos (próximamente); “Sistema urbano y rural desde lo<br />

regional en México”, en José Gasca (coord.), Desarrollo regional en México.<br />

Actores, miradas y relatos, Ciudad de México, UNAM-AMECIDER, pp.<br />

247-268 (2019); “Desigualdad socio-espacial, innovación tecnológica y<br />

procesos urbanos”, en José Gasca y Eréndira Serrano (coord.), Regiones,<br />

desplazamientos y geopolítica. Agenda pública para el desarrollo territorial,<br />

<strong>vol</strong>. 3, Ciudad de México, UNAM-AMECIDER, (2019); “Estructuración<br />

espacial de las relaciones funcionales metropolitanas: el caso de Toluca,<br />

2000-2015”, en Guadalupe Hoyos, Serena Serrano y María del Pilar Mora<br />

(coord.), Ciudad, género, cultura y educación en las regiones, Ciudad de<br />

México, UNAM/IIEc-AMECIDER, pp. 301-330 (2017).<br />

Georges Seingier. Doctor en Medio Ambiente y Desarrollo por la Universidad<br />

Autónoma de Baja California. Actualmente es profesor-investigador<br />

en la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja<br />

California. Líneas de investigación: prospectiva, análisis espacial y sus aplicaciones<br />

en la gestión sustentable del espacio costero. Entre sus más recientes<br />

publicaciones destacan, en coautoría: “Gobernanza ambiental ante el<br />

Cambio Climático: municipios costeros de México”, en Rivera-Arriaga,<br />

Evelia; Azuz-Adeath, Isaac; Cervantes Rosas, Omar; Espinoza-Tenorio,<br />

Alejandro; Silva Casarín, Rodolfo; Ortega-Rubio, Alfredo; Botello, Alfonso<br />

y Vega Serratos, Beatriz (eds.), Gobernanza y manejo de las costas y mares<br />

ante la incertidumbre. Una guía para tomadores de decisiones, Campeche,<br />

Universidad Autónoma de Campeche, pp. 93-116 (2020); “Status and<br />

scope of marine mammal stranding research in Mexico”, Journal of Coastal<br />

Conservation, 24 (3), Berlín, Springer, pp. 396-411 (2020); “Indicators to<br />

Measure Pressure, State, Impact and Responses of Surf Breaks: the Case Of<br />

Bahía De Todos Santos World Surfing Reserve”, Ocean and Coastal Management,<br />

<strong>vol</strong>. 194, article 105252, Ámsterdam, Elsevier; pp. 1-11 (2020).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211620<br />

Sistema de inovação e crescimento<br />

econômico: uma análise de painel<br />

dinâmico para o período 2006-2016<br />

239<br />

Innovation and economic growth system: an<br />

analysis of dynamic panel for the period<br />

2006-2016<br />

Raniella Orquiza da Silva *<br />

Waldemiro Peterle Neto *<br />

Evandro Camargos Teixeira *<br />

Abstract<br />

There is no consensus on the definition and measurement of economic development,<br />

since it is a topic that encompasses issues related to economic, social, cultural and<br />

political changes. Considering growth and economic development as similar concepts,<br />

this study, through factor analysis, extracted six factors. Based on the factors, six<br />

rankings indicating the performance of capacities were developed, with Singapore as<br />

a hegemonic nation among its peers. Still, based on the dynamic panel data model,<br />

it was found that, for the period from 2006 to 2016, the innovation system was the<br />

main factor for the economic progress of developing countries.<br />

Keywords: innovation, developing countries, econometrics.<br />

Resumo<br />

Não há consenso sobre a definição e mensuração do desen<strong>vol</strong>vimento econômico,<br />

já que é um tema que engloba questões relacionadas às mudanças econômicas,<br />

sociais, culturais e políticas. Considerando crescimento e desen<strong>vol</strong>vimento econômico<br />

como conceitos similares, o presente estudo, através da análise fatorial, extraiu<br />

seis fatores que forneceram seis rankings indicadores de desempenho das capacidades,<br />

sendo evidenciado Singapura como nação hegemônica entre seus pares.<br />

Ainda, constatou-se, a partir do modelo de dados em painel dinâmico, que, para<br />

o período de 2006 a 2016, o sistema de inovação foi o principal fator para o<br />

progresso econômico dos países em desen<strong>vol</strong>vimento.<br />

Palavras-chave: inovação, países em desen<strong>vol</strong>vimento, econometria.<br />

* Universidade Federal de Viçosa, correos-e: raniellasilva21@gmail.com, walde.neto@hotmail.<br />

com y evandro.teixeira@ufv.br


240 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Introdução<br />

Ao valer-se das concepções tanto da teoria econômica tradicional quanto<br />

da teoria política, o desen<strong>vol</strong>vimento econômico busca incorporar em<br />

suas análises, além da preocupação com a alocação ótima dos recursos,<br />

questões relacionadas às mudanças sociais, culturais e políticas, de forma que<br />

as transformações estruturais e institucionais decorrentes dessas mudanças<br />

incorram em progresso econômico para os diversos segmentos populacionais.<br />

Pela abrangência do conceito, estudos empíricos apresentam variações<br />

quanto a definição e mensuração do desen<strong>vol</strong>vimento econômico. Por<br />

simplicidade, no entanto, considera-se desen<strong>vol</strong>vimento como sinônimo<br />

de crescimento econômico, de forma que sejam captados os diferentes<br />

níveis de progresso sustentado dos países através da variação do Produto<br />

Interno Bruto (PIB) per capita.<br />

Os determinantes do crescimento econômico, contudo, não são passíveis<br />

de tamanha simplificação. A economia clássica 1 considerava que o<br />

crescimento econômico se resumia à quantidade de capital acumulado por<br />

trabalhador. Já a teoria do crescimento endógeno, a partir de indagações<br />

a respeito do modelo clássico, reconhece a tecnologia (conhecimento)<br />

como principal determinante para o crescimento sustentado (Romer, 2001).<br />

No entanto, tal conhecimento apresenta caráter não rival e excludente,<br />

de modo que mesmo estando disponível para todos, só é adquirido<br />

por países que desen<strong>vol</strong>verem algumas capacidades (Romer, 2001).<br />

Nesse sentido, surge na literatura conceitos como o de Capacidade de<br />

Absorção, que ressalta o valor que se atribui às informações externas,<br />

conferindo grande importância ao grau de abertura do país e sua interação<br />

com seus pares (Cohen and Levinthal, 1990).<br />

Com certa similaridade, o termo de Capacidade Tecnológica, definido<br />

por Choi (2007), é atrelado ao esforço da nação em utilizar, adaptar e<br />

modificar as tecnologias existentes, sendo considerado, então, a competência<br />

do país em inovar e realizar investimentos produtivos. Essa capacidade<br />

tecnológica está, portanto, associada ao que Edquist (2009)<br />

denominou de Sistema Nacional de Inovação, conceito utilizado no<br />

presente estudo e determinante fundamental do crescimento econômico,<br />

conforme a literatura.<br />

Paralelamente, surge outro conceito importante: o de Capacidade<br />

Social, que contempla as habilidades (individuais e coletivas), bem como<br />

a interação do setor público com privado (Abramovitz, 1986). Consequentemente,<br />

a qualidade da educação, a boa gestão das empresas e a<br />

1<br />

Para maior compreensão, ver Romer (2001).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

241<br />

honestidade dos governantes tendem a ser essenciais para o crescimento<br />

dos países.<br />

Na literatura, ao se reconhecer o papel central da tecnologia como<br />

motor do crescimento, diversos trabalhos, em suas análises econométricas,<br />

buscaram incluir as capacidades como determinantes do crescimento<br />

econômico, sendo que a capacidade tecnológica demonstrou especial<br />

relevância para explicar os diferentes níveis de progresso econômico entre<br />

os países (Fagerberg and Srholec, 2005; 2008; 2017; Fagerberg et al.,<br />

2007; 2017).<br />

No entanto, esses trabalhos incluíram em suas observações países<br />

desen<strong>vol</strong>vidos e em desen<strong>vol</strong>vimento, o que pode ser questionável. Nelson<br />

(1993) destaca que os países com baixo nível de renda apresentam vantagem<br />

comparativa e padrões de demanda interna diferentes dos países<br />

desen<strong>vol</strong>vidos, e essas diferenças moldam profundamente a complexidade<br />

econômica desses grupos. Mais precisamente, os países em desen<strong>vol</strong>vimento<br />

possuem economias vinculadas ao mercado de commodities e<br />

recursos naturais, que são altamente imperfeitos, tendo em vista que os<br />

consumidores e os produtores não possuem informações ilimitadas. Ademais,<br />

mudanças estruturais e institucionais importantes não estão consolidadas,<br />

ocorrendo equilíbrios múltiplos ao invés de um único equilíbrio,<br />

sendo que as situações de desequilíbrio geralmente prevalecem (Todaro<br />

and Smith, 2012).<br />

Dessa forma, o presente estudo, partindo da hipótese de que o sistema<br />

de inovação é o principal fator para o progresso econômico, busca contribuir<br />

com a literatura ao estabelecer como objetivo a análise dos determinantes<br />

do crescimento econômico, especificamente para os países em<br />

desen<strong>vol</strong>vimento, em um cenário mais recente. Ademais, ao contrário dos<br />

estudos citados, utiliza-se aqui a metodologia de dados em painel dinâmico,<br />

uma vez que considera-se a existência de endogeneidade entre o<br />

desen<strong>vol</strong>vimento e as capacidades.<br />

Além da presente introdução, o trabalho se divide em outras quatro<br />

seções. A segunda seção realiza uma revisão da literatura, apontando como<br />

os trabalhos captaram as capacidades dos países, bem como estas foram<br />

determinantes para o crescimento econômico. Na terceira seção, é apresentada<br />

a análise fatorial, necessária para agrupar variáveis correlacionadas<br />

e, complementarmente, a metodologia de dados em painel dinâmico. Na<br />

quarta parte é realizada discussão a respeito dos resultados e, por fim, a<br />

última seção ressalta as considerações finais.


242 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

1. Aspectos teóricos e empíricos<br />

Estudos que abordam a temática do crescimento econômico frequentemente<br />

buscam agrupar um número expressivo de variáveis que estão<br />

correlacionadas, de forma a captar, a partir de modelos econométricos, o<br />

efeito da complexidade dos conceitos de capacidade tecnológica, capacidade<br />

de absorção e capacidade social sobre o crescimento dos países.<br />

Como já exposto, essas capacidades apresentam diversas dimensões,<br />

o que resulta em diferentes denominações na literatura. Fagerberg e<br />

Srholec (2005), objetivando incluir em seus estudos uma variável que<br />

englobasse o conceito de capacidade tecnológica, uniram em um único<br />

fator, nomeado de “Conhecimento”, variáveis como despesas em pesquisas<br />

e desen<strong>vol</strong>vimento; número de patentes; artigos publicados em revistas<br />

científicas e técnicas; infraestrutura de Tecnologia da Informação e<br />

Comunicação (TIC); bem como a certificação ISO 9000. Já Fagerberg<br />

e Srholec (2008), ao acrescentar às referidas variáveis o aspecto educacional<br />

dos países, designa ao fator o nome de “Sistema de Inovação”.<br />

Outros trabalhos, como os realizados por Fagerberg et al. (2007; 2017)<br />

denotam ao fator que apresenta variáveis similares, o título de “Competitividade<br />

Tecnológica” e “Capacidades”, respectivamente.<br />

Dessa forma, todas essas denominações podem ser intercambiáveis<br />

quando busca-se incluir o conceito de capacidade tecnológica na pesquisa.<br />

Contudo, mais importante do que ressaltar as diversas formas que tal capacidade<br />

se apresenta na literatura, é evidenciar que todos os estudos citados<br />

apresentam a capacidade tecnológica como um fator que está significativamente<br />

e positivamente relacionado ao crescimento. Assim, mesmo em diferentes<br />

períodos de análise, o fator construído a partir de variáveis que<br />

estão fortemente ligadas à pesquisa e desen<strong>vol</strong>vimento tende a ser crucial<br />

para explicar os diferentes níveis de crescimento entre países.<br />

A complexidade e relevância da capacidade tecnológica é apresentada<br />

como Sistema Nacional de Inovação (SNI) por Nelson (1993). O autor<br />

demonstra que a própria definição de inovação não é simples, ainda mais<br />

se tratando de países em desen<strong>vol</strong>vimento, uma vez que aprender e adaptar<br />

uma tecnologia criada por economias industrializadas, ou seja, realizar<br />

engenharia reversa, é um processo inovativo. Ademais, o conceito de Sistema<br />

traz a ideia de dinâmica entre governo, empresas e universidades<br />

para influenciar o desempenho inovador. Basicamente, a forma como esses<br />

atores institucionais conduzem o sistema de ensino, treinamento, ambientes<br />

regulatório, macro e microeconômico moldam o sistema inovativo<br />

(Freeman, 1995).<br />

Em contrapartida, o conceito de capacidade de absorção, muito associado<br />

ao comércio internacional, apresenta-se na literatura de forma mais


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

243<br />

homogênea. Fagerberg e Srholec (2005; 2008), bem como Fagerberg et al.<br />

(2017) inserem em seus modelos de análise dos determinantes do crescimento<br />

um fator intitulado como “Abertura”. Nos dois primeiros casos, o<br />

fator é constituído por duas variáveis: a difusão da tecnologia incorporada<br />

nas importações de mercadorias e pelo estoque de investimento direto<br />

estrangeiro (IDE). De forma similar, o terceiro trabalho apresenta o nível<br />

de abertura através do IDE, no entanto, acrescenta outras três variáveis:<br />

importações de bens de capital, capacidade de explorar os sistemas avançados<br />

de educação no exterior e a participação nas Cadeias Globais de Valor<br />

(CGV). Como resultado, os autores verificaram que a abertura do país ao<br />

comércio internacional não desempenha impacto tão significativo comparativamente<br />

a outras capacidades e que quando a amostra é separada em<br />

países desen<strong>vol</strong>vidos e em desen<strong>vol</strong>vimento, verifica-se que a capacidade de<br />

absorção tende a favorecer os primeiros em detrimento ao segundo grupo.<br />

O conceito mais abrangente refere-se à capacidade social -dado que<br />

é um conjunto de questões políticas, sociais e econômicas- que apresenta<br />

a maior variabilidade de denominações. Assim, para captar a dimensão<br />

econômica dessa capacidade, Fagerberg e Srholec (2005; 2016) constroem<br />

um fator ao qual designam de “Sistema Financeiro” e “Acesso ao Financiamento”,<br />

respectivamente. Em tais fatores, encontram-se variáveis que<br />

representam o valor do crédito para o setor privado, a capitalização das<br />

empresas e o spread da taxa de juros. No entanto, a forma pela qual esses<br />

fatores afetaram o crescimento econômico dos países foi distinta, tendo<br />

em vista que para o primeiro trabalho, o sistema financeiro foi correlacionado<br />

positivamente com a renda de um país, enquanto para a segunda<br />

pesquisa o acesso ao financiamento não demonstrou efeito positivo<br />

significativo sobre o crescimento. Os autores justificam que embora o<br />

acesso ao financiamento possa ser essencial para o desen<strong>vol</strong>vimento, elevações<br />

no tamanho do setor financeiro para países que já possuem esse<br />

setor bem desen<strong>vol</strong>vido podem ser prejudiciais, uma vez que pode aumentar<br />

a <strong>vol</strong>atilidade e “fuga” de recursos de outros setores da economia.<br />

Para retratar a questão social, os trabalhos utilizam-se de variáveis<br />

correlacionadas à educação e à especialização. Titulações como “Infraestrutura<br />

do Conhecimento”, “Fornecimento de Habilidades” ou apenas<br />

“Educação” são designadas para os fatores que incorporam variáveis referentes<br />

às educações primária, secundária e terciária e disponibilidade de<br />

mão de obra qualificada (Fagerberg et al., 2013; Fagerberg and Srholec,<br />

2016; 2017). De forma geral, esses fatores impactaram positivamente o<br />

desen<strong>vol</strong>vimento dos países, sendo que especificamente para Fagerberg e<br />

Srholec (2017), que aborda o conceito de desen<strong>vol</strong>vimento sustentável, a<br />

educação apresentou efeito potencializado sobre o crescimento quando as<br />

preocupações com o meio ambiente são consideradas.


244 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

A capacidade social pode ainda ser representada por um misto de elementos<br />

sociais e políticos, resultando no fator comumente retratado por<br />

“Governança” ou “Prevalência das Normas”. Dessa forma, tem-se que<br />

indicadores como o de Lei e Ordem, Independência de Tribunais, Proteção<br />

de Direitos de Propriedade, Regulação dos Negócios, Percepção de Corrupção<br />

e Extensão dos Direitos Políticos e das Liberdades Civis, quando<br />

analisados conjuntamente, tendem a ser vitais para o desen<strong>vol</strong>vimento dos<br />

países (Adelman and Morris, 19<strong>65</strong>; Kaufmann et al., 2009).<br />

Por fim, para controlar as estimações, trabalhos que pesquisam sobre<br />

a problemática do desen<strong>vol</strong>vimento incluem características sociais que<br />

são ligadas ao processo histórico dos países e que dificilmente se modificam<br />

ao longo do tempo. Fagerberg e Srholec (2008), por exemplo, inserem<br />

treze variáveis exógenas, entre elas, o registro de densidade<br />

populacional, risco de malária e registros dos depósitos de petróleo per capita.<br />

Os autores evidenciaram que diferenças na geografia, na natureza e na<br />

história importam para o crescimento e, em especial, são um obstáculo<br />

para que o sistema de inovação de um país e<strong>vol</strong>ua.<br />

A exposição da literatura sobre os determinantes do crescimento econômico<br />

demonstra a complexidade e importância das capacidades para<br />

o progresso econômico. A presente pesquisa espera contribuir com o estado<br />

da arte ao realizar a análise especificamente para os países em desen<strong>vol</strong>vimento,<br />

que em geral apresentam características específicas, tais como:<br />

governos muito ativos; inovação que en<strong>vol</strong>ve o aprendizado e adaptação<br />

da tecnologia estrangeira e vantagem comparativa e padrão de demanda<br />

interna diferentes dos países desen<strong>vol</strong>vidos (Nelson, 1993).<br />

2. Metodologia<br />

Para estimar os determinantes do crescimento econômico, pretende-se<br />

utilizar o método de dados em painel, onde a variável dependente é o PIB<br />

per capita (PIBpc it<br />

), enquanto as variáveis explicativas serão especificadas<br />

a partir do método de análise fatorial por componentes principais. Para<br />

melhor compreensão a respeito da conjugação dessas metodologias, dividiu-se<br />

o presente tópico em três seções: (i) discorre-se sobre a técnica<br />

multivariada de análise fatorial, buscando definir o processo de extração<br />

dos fatores; (ii) discute-se sobre as características dos dados em painel,<br />

pormenorizando as variáveis utilizadas para a presente pesquisa; (iii)<br />

apresenta-se as fontes dos dados.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

245<br />

2.1. Análise Fatorial por Componentes Principais 2<br />

Para um estudo relativo a análise fatorial por componentes principais, partese<br />

inicialmente da compreensão de que um fator consiste no agrupamento<br />

de variáveis originais interdependentes, de maneira que busca-se, a partir<br />

de combinações lineares, estabelecer uma quantidade reduzida de fatores<br />

não correlacionados que sejam representativos do conjunto de variáveis<br />

originais (redução estrutural).<br />

Ademais, pode-se utilizar o método de componentes principais para<br />

autenticar a validade de constructos previamente definidos, ou ainda,<br />

quando objetiva-se, a partir dos fatores, elaborar rankings indicadores de<br />

desempenho, como será realizado no presente estudo. Além disso, cabe<br />

ressaltar que os fatores ortogonais podem ser utilizados posteriormente em<br />

técnicas multivariadas que requerem ausência de multicolinearidade.<br />

Tendo em vista o papel central que a extração dos fatores possui para<br />

a análise fatorial, há necessidade de se detalhar o processo de determinação<br />

desses, evidenciando a importância da matriz de correlações de Pearson.<br />

Para tanto, considera-se especificamente para o presente estudo, um banco<br />

de dados que apresenta 50 3 observações associadas a cada uma das 30<br />

variáveis quantitativas X (nomeadas na tabela A1, em anexo, e especificadas<br />

no anexo metodológico), conforme demonstrado na matriz a seguir.<br />

(1)<br />

Ressalta se que apesar de o estudo analisar 50 países em desen<strong>vol</strong>vimento,<br />

o Relatório Estatístico Anual da United Nations Organization<br />

(UN, 2017) classifica 127 países como economias pertencentes a esse<br />

grupo. O número reduzido de observações deve-se ao fato de se utilizar<br />

duas bases de dados (Heritage Foundation e World Economic Forum) e<br />

abranger um longo período (2006 a 2016), resultando em perda significativa<br />

de informações.<br />

Define-se, então, a matriz de correlações , que demonstra os valores da<br />

correlação linear de Pearson entre cada par de variáveis. A combinação linear<br />

é definida <strong>num</strong> intervalo de -1 a 1, sendo que existirá uma relação entre as<br />

variáveis quanto mais próxima do extremo essa combinação estiver, constituindo-se<br />

<strong>num</strong> indicativo para a extração de um único fator. De forma<br />

2<br />

Seção amplamente baseada em Fávero e Belfiore (2017).<br />

3<br />

Refere-se aos 50 países em desen<strong>vol</strong>vimento analisados na presente pesquisa.


246 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

antagônica, uma correlação de Pearson muito próxima ao valor nulo, assinala<br />

que a relação linear entre as variáveis praticamente não existe, e, como<br />

resultado, diferentes fatores podem ser construídos.<br />

Dessa forma, a extração de fatores decorre do fato de a matriz de<br />

correlações exibir elevados valores e que esses sejam estatisticamente<br />

significativos, e embora o exame visual já demonstre indícios de que a<br />

construção de fatores é apropriada, os testes de Kaiser-Meyer-Olkin<br />

(KMO) e o de esfericidade de Bartlett são ferramentas estatísticas de<br />

adequação global propriamente dita da análise fatorial.<br />

No caso da estatística KMO, esta varia entre 0 e 1, sendo que valores<br />

acima de 0,70 indicam uma adequação global razoável da análise<br />

fatorial (Fávero e Belfiore, 2017). Pode-se articular que a principal contribuição<br />

desse teste reside no fato de que é possível captar a correlação<br />

pura entre duas variáveis, uma vez que se controla os efeitos de outras<br />

variáveis existentes na base de dados, não incorrendo, portanto, em uma<br />

falsa impressão a respeito da relação entre duas variáveis analisadas.<br />

Sob outra perspectiva, o teste de esfericidade de Bartlett parte da<br />

comparação entre a matriz de correlação de Pearson e uma matriz identidade,<br />

de tal forma que se a determinado nível de significância, as matrizes<br />

forem iguais, tem-se que as correlações entre cada par de variáveis<br />

são estatisticamente iguais a zero, não sendo viável a extração de fatores.<br />

Posteriormente a aplicação desses testes, faz-se necessário definir quantos<br />

fatores devem ser extraídos. Sabendo-se que um fator é definido como uma<br />

combinação linear das variáveis originais, pode-se estabelecer como número<br />

máximo fatores, o número de variáveis incluídas.<br />

Os scores advindos dessa análise são essenciais quando busca-se, a partir<br />

do critério de Kaiser (raiz latente), orientar a quantidade de fatores a serem<br />

extraídos. Isso porque ao se padronizar os scores fatoriais pelos autovalores, 4<br />

seleciona-se apenas fatores correspondentes a autovalores maiores do que<br />

1, tendo em vista a capacidade de representar pelo menos uma variável<br />

original.<br />

Mesmo após se determinar os fatores, é interessante calcular as intituladas<br />

cargas fatoriais, que representam as correlações de Pearson entre as<br />

variáveis originais e cada um dos fatores. Nesse caso, o estudo exibirá um<br />

caráter complementar, já que se forem verificadas cargas fatoriais com<br />

valores intermediários, pode-se realizar uma rotação dos fatores já definidos,<br />

objetivando aumentar as correlações entre as variáveis originais e<br />

novos fatores gerados.<br />

Em síntese, essa rotação fatorial será realizada pelo método Varimax,<br />

com a finalidade de se redistribuir as cargas fatoriais, minimizando assim<br />

4<br />

Os autovalores determinam a composição de cada fator ao representarem a porcentagem de<br />

variância compartilhada pelas variáveis originais.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

247<br />

a quantidade de variáveis que exibem cargas elevadas em um único fator<br />

e, simultaneamente, maximizando-se o compartilhamento da variância<br />

em fatores associados a autovalores menores.<br />

2.2. Dados em painel<br />

Com o objetivo de analisar os determinantes do crescimento econômico,<br />

será utilizado um modelo com dados em painel. Tal escolha deve-se à possibilidade<br />

de análise da e<strong>vol</strong>ução temporal das variáveis de todas as unidades<br />

(países em desen<strong>vol</strong>vimento) de cross-section (Cameron and Trivedi, 2009).<br />

O estimador utilizado será o GMM-SYS, que utiliza condições de<br />

momentos adicionais, desen<strong>vol</strong>vido por Blundell e Bond (1998) com<br />

base no trabalho de Arellano e Bover (1995). Cameron e Trivedi (2009)<br />

afirmam que o referido modelo possibilita a verificação do que determina a<br />

possível persistência nas estimativas, a saber o efeito individual não observável<br />

ou as resultados passados da variável.<br />

Cameron e Trivedi (2009) também identificaram que as variáveis<br />

defasadas em nível são instrumentos fracos quando as variáveis dependentes<br />

e explicativas apresentam forte persistência ou possuem memória<br />

longa, indicando que o valor desta variável no presente está fortemente<br />

correlacionado com seu valor no passado. Para resolver o problema, os<br />

autores propuseram a utilização de instrumentos em primeira diferença<br />

para as equações em nível e instrumentos em nível para as equações em<br />

primeira diferença. Esse estimador foi denominado de system GMM,<br />

enquanto o estimador de Arellano e Bond (1991) ficou conhecido como<br />

difference GMM.<br />

Assim, o modelo a ser estimado no presente estudo será o seguinte:<br />

PIBpercapita it<br />

= α it<br />

+ β 1<br />

PIBpercapita it–1<br />

+ β 2<br />

PIBpercapita it–2<br />

+<br />

β 3<br />

X 1 it<br />

+ β 4<br />

X 2 it<br />

+ B 5 X 3 it +… + B f XN it + u it<br />

(2)<br />

i= 1, 2, …, 50 t= 2006, …, 2016<br />

A variável dependente é o PIB per capita, considerado como proxy de<br />

crescimento econômico dos países em desen<strong>vol</strong>vimento; i representa os<br />

países em desen<strong>vol</strong>vimento (i= 50) e t os anos a serem analisados (t= 11);<br />

α it<br />

é o intercepto da equação; PIBpercapita t–1<br />

e PIBpercapita t–2<br />

representam<br />

a variável dependente defasada em um e dois períodos, respectivamente;<br />

X it<br />

representa os fatores extraídos na subseção (3.1), sendo N o número<br />

de fatores; e u it<br />

é o termo de erro.<br />

A fim de avaliar se o modelo está bem ajustado e as estimativas são<br />

consistentes, utiliza-se o teste de Sargan, que permite analisar a validade


248 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

conjunta dos instrumentos, e o teste de correlação serial, que verifica a<br />

hipótese de que os erros da equação em primeira diferença são serialmente<br />

correlacionados em primeira ordem e não autocorrelacionados em segunda<br />

ordem.<br />

2.3. Fonte de dados<br />

As informações referentes as variáveis X 1<br />

a X 8<br />

, utilizadas para a execução<br />

do presente trabalho, foram provenientes dos Índices de Liberdade Econômica,<br />

divulgados pela Heritage Foundation (2018). Complementarmente,<br />

os relatórios de competitividade global, publicados pelo World<br />

Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), fornecem os dados relativos as<br />

variáveis X 9<br />

a X 11<br />

.<br />

A Heritage Foundation é uma instituição de pesquisa e educação<br />

conservadora -um think tank- caracterizada por ser um movimento<br />

conservador americano desde a sua fundação em 1973. Já o World Economic<br />

Forum, estabelecido em 1971, se define como uma organização<br />

Internacional de Cooperação Público-Privada sem fins lucrativos.<br />

Os Relatórios são divulgados no intuito de demonstrar que há caminhos<br />

comuns a todos as regiões que desejam alcançar o desen<strong>vol</strong>vimento<br />

econômico, mesmo que esses caminhos tenham que ser adaptados às<br />

particularidades da cultura e história de cada país.<br />

Como forma de compatibilizar os dados das duas pesquisas, restringiuse<br />

o período de análise para o presente estudo entre 2006 a 2016.<br />

3. Resultados<br />

Para maior compreensão dos resultados, esta seção se subdivide em dois<br />

tópicos. Inicialmente, realiza-se análise descritiva sobre as três capacidades<br />

consideradas no presente estudo (tecnológica, de absorção e social). No<br />

tópico posterior, discute-se a validade dessas capacidades como determinantes<br />

do crescimento econômico dos países.<br />

3.1. Análise descritiva das capacidades<br />

Diversos trabalhos buscaram captar a complexidade que permeia os conceitos<br />

de capacidade tecnológica, capacidade de absorção e capacidade<br />

social, através da análise fatorial, de forma a inserir tais capacidades na<br />

análise dos determinantes do crescimento econômico.<br />

Especificamente para o estudo aqui realizado, as 30 variáveis, selecionadas<br />

com base na literatura, foram agrupadas em seis fatores principais


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

249<br />

que explicam 76% da variância total. A estatística de Keiser-Meyer-Olkin<br />

(KMO) e o teste de esfericidade de Bartlett, indicam a adequação global<br />

da extração desses seis fatores, sendo que o primeiro teste apresentou o<br />

valor de 0,871.<br />

A tabela A1 5 demonstra as cargas das variáveis retidas em cada fator<br />

após realizadas as rotações através do método Varimax. As cargas fatoriais<br />

são os coeficientes de correlação entre as variáveis (representadas nas linhas)<br />

e fatores (indicados nas colunas), e fornecem a base para nomear e interpretar<br />

os fatores extraídos.<br />

Dessa forma, o primeiro fator apresenta uma estreita correlação com<br />

indicadores de pesquisa e desen<strong>vol</strong>vimento, sendo então associado à capacidade<br />

tecnológica. No entanto, por englobar igualmente variáveis que<br />

refletem a qualidade da educação e treinamento, esse fator foi denominado<br />

de Sistema Nacional de Inovação, dado que se aproxima muito da<br />

ideia da interação entre aprendizagem e inovação apresentada por Fagerberg<br />

e Srholec (2017).<br />

O referido fator, como já evidenciado pela literatura, desempenha<br />

papel vital para o crescimento dos países, sendo o foco para o presente<br />

estudo. Dessa forma, buscando atribui-lhe maior destaque na análise<br />

descritiva, apresenta-se na Figura 1 a relação média entre o logaritmo do<br />

Produto Interno Bruto (PIB) per capita e o Sistema Nacional de Inovação<br />

(SNI) dos países em desen<strong>vol</strong>vimento, para o período de 2006 a 2016.<br />

Figura 1<br />

Relação entre PIB per capita e SNI para os países<br />

em desen<strong>vol</strong>vimento, 2006-2016<br />

*Nota: Os símbolos presentes na parte superior de cada país designam o continente a qual<br />

pertence, sendo que: Oceania, + Ásia, África, Eurásia e Δ América.<br />

**Nota: A figura apresenta na vertical a média do logaritmo do Produto Interno Bruto (PIB)<br />

per capita no período de 2006 a 2016. Na horizontal tem-se a média do fator intitulado Sistema<br />

Nacional de Inovação (SNI) para o período de 2006 a 2016.<br />

Fonte: elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World<br />

Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), valendo-se do software SPSS 20 (2012).<br />

5<br />

A tabela A1 encontra-se no Anexo A.


250 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Observa-se que os países que se encontram em um ponto mais elevado<br />

verticalmente apresentam PIB per capita maior e, de forma análoga, aqueles<br />

que se localizam mais próximos ao extremo direito da figura, possuem<br />

um Sistema de Inovação mais avançado. Nesse sentido, há países que<br />

apresentam elevado PIB per capita para um SNI de baixa qualidade, como<br />

os dois países ricos em recursos naturais (produtores de petróleo) pertencentes<br />

ao continente asiático (Kuwait e Bahrein). De forma contrária,<br />

Quênia, Indonésia e Índia exibem um Sistema de Inovação muito aperfeiçoado<br />

para o seu nível de PIB per capita. Nesse sentido, mesmo que<br />

aparentemente surpreendente, Quênia, apesar de indicadores sociais relativamente<br />

ruins, vêm assumindo o posto de economia mais competitiva<br />

na África Oriental, ao desen<strong>vol</strong>ver um dos centros de inovação mais fortes<br />

da região (WEF, 2018).<br />

Especificamente, os países que possuem características semelhantes às<br />

da Índia, os denominados BRICS, não são totalmente homogêneos na<br />

relação entre renda e sistema de inovação. Isso se evidencia, uma vez que<br />

a China, de forma equivalente à Índia, demonstra possuir um SNI e<strong>vol</strong>uído<br />

para sua renda per capita, enquanto a Rússia, Brasil e África do Sul<br />

apresentam um nível de SNI mais compatível com seus respectivos PIBs<br />

per capita.<br />

Por fim, pode ser ainda verificado que a relação entre renda per capita<br />

e o SNI se apresenta de forma semelhante para alguns países, onde podese<br />

observar uma sobreposição parcial entre essas unidades. 6<br />

O segundo fator reflete vários aspectos relacionado à capacidade social,<br />

como os direitos de propriedade, integridade do governo e liberdade financeira,<br />

sendo então denominado “governança”. Para esse fator, a exemplo<br />

do primeiro, traçou-se sua relação média com o PIB per capita, tendo<br />

em vista o entendimento da importância positiva da governança sobre o<br />

crescimento dos países.<br />

A principal discussão que advém da Figura 2 diz respeito à diferença<br />

entre dois países pertencentes ao mesmo continente, Venezuela e Chile.<br />

Apesar do nível de renda per capita ser semelhante entre esses países, com<br />

tendência levemente acentuada para o Chile, sua relação com a governança<br />

se mostra extremamente antagônica. Dessa forma, enquanto o Chile<br />

apresenta o maior nível no que se refere à liberdade nos mais diferentes<br />

âmbitos, a Venezuela exibe intensa desvantagem nesse aspecto.<br />

Discute-se esse cenário tendo como base o ranking de competitividade,<br />

que engloba questões relacionadas à governança dos países (WEF, 2016).<br />

A América Latina, sendo muito heterogênea, apresenta grande variação no<br />

ranking de seus países, sendo que o Chile era o país latino-americano com<br />

6<br />

Observa-se três grupos nessa situação: (i) Turquia, Uruguai, Botswana, Panamá, Maurício e<br />

México; (ii) Egito e Nicarágua; (iii) Vietnã e Paquistão.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

251<br />

Figura 2<br />

Relação entre PIB per capita e Governança<br />

para os países em desen<strong>vol</strong>vimento, 2006-2016<br />

*Nota: Os símbolos presentes na parte superior de cada país designam o continente a qual<br />

pertence, sendo que: Oceania, + Ásia, África, Eurásia e América.<br />

**Nota: A figura apresenta na vertical a média do logaritmo do Produto Interno Bruto (PIB)<br />

per capita no período de 2006 a 2016. Na horizontal tem-se a média do fator intitulado Governança<br />

para o período de 2006 a 2016.<br />

Fonte: Elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World<br />

Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), valendo-se do software SPSS 20 (2012).<br />

melhor classificação (33°), enquanto a Venezuela ocupava o último lugar<br />

(130°), devido, dentre outros fatores, ao enfraquecimento das suas instituições,<br />

impulsionado por questões ligadas a ética e corrupção.<br />

Analisando-se as duas figuras, é importante destacar o papel de destaque<br />

de Singapura, um país que apresenta elevado nível de PIB per<br />

capita e fatores de sistema de inovação e governança bem consolidados.<br />

Esse resultado é discutido no relatório do WEF (2016), em que Singapura,<br />

além de ter como pilar a valorização do treinamento da mão de<br />

obra, possui ambiente macroeconômico estável, com finanças públicas<br />

saudáveis, dispondo ainda de instituições públicas transparentes e altamente<br />

eficientes.<br />

O terceiro fator é particularmente ligado a incidência e impacto de<br />

doenças, sendo, consequentemente, denominado de “Ecologia das doenças”.<br />

Como já exposto, usualmente os estudos utilizam apenas uma variável<br />

ao invés de se calcular o fator que represente as doenças, sendo<br />

inserida como controle nos modelos econométricos. Analisando-se a relação<br />

média do PIB per capita com esse terceiro fator, tem-se que essa relação<br />

é especialmente alarmante para cinco países do continente africano 7 ,<br />

sendo que Zimbábue e Quênia figuram com o pior cenário.<br />

O quarto fator, apesar de se correlacionar com a mortalidade infantil,<br />

foi nomeado de Educação, tendo em vista a presença expressiva das taxas<br />

7<br />

Os cinco países são: África do Sul, Namíbia, Botswana, Zimbábue e Quênia.


252 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

de matrícula referentes aos três níveis de ensino. Novamente, cinco 8 países<br />

africanos se distinguem negativamente dos demais. Contudo, pela primeira<br />

vez, a Índia também evidencia-se desfavoravelmente em relação ao<br />

fator. A cultura, especialmente o Sistema de Castas, pode ser um dos<br />

aspectos que colabora para tal resultado, tendo em vista as funções já<br />

atribuídas a cada indivíduo, de acordo com a posição social que ocupam,<br />

bem como ao papel da mulher na sociedade indiana.<br />

O quinto e sexto fatores expressam questões que em geral estão ligados<br />

ao governo: infraestrutura e gastos públicos, respectivamente. O primeiro<br />

reflete a estrutura necessária, mas não suficiente, para que um país<br />

ganhe competitividade frente aos seus pares, através da redução dos custos,<br />

por exemplo. Já o segundo busca captar o impacto das contas públicas<br />

sobre o crescimento, evidenciando uma discussão já muito presente<br />

na literatura. 9 Analisando-se a relação do PIB per capita médio com cada<br />

um desses dois fatores, o resultado mais importante a ser ressaltado diz<br />

respeito ao fator de Infraestrutura, tendo em vista que tanto o Brasil<br />

quanto a Costa Rica, países com uma renda per capita considerável, exibem<br />

pior relação com esse fator frente às demais nações.<br />

Esses seis fatores ponderados resultaram no ranking de capacidades 10<br />

dos países em desen<strong>vol</strong>vimento, podendo então ser observada a e<strong>vol</strong>ução<br />

dessas nações para os âmbitos abordados no período de 2006 a 2016. A<br />

constatação mais evidente consiste na persistência de Singapura na primeira<br />

posição e, no extremo oposto, Zimbábue apresentando-se com o<br />

menor nível de capacidades. Tal resultado vai parcialmente ao encontro<br />

do ranking de competividade do WEF (2018), para o período de 2016-<br />

2017, tendo em vista que Singapura ocupa, em ambos os estudos, a favorável<br />

posição de destaque 11 . No entanto, para esse ranking, Zimbábue<br />

é superado, de forma negativa, por Nigéria e Venezuela.<br />

Concluiu-se, então, que Singapura apresenta-se com uma conjuntura<br />

estruturada, de forma que a torna superior às demais nações em desen<strong>vol</strong>vimento<br />

mesmo quando se altera as variáveis representativas da realidade.<br />

Já para Zimbábue, a escolha da inclusão de determinadas variáveis<br />

parece impactar no seu desempenho perante a outras nações.<br />

De forma geral, os demais países aqui analisados também apresentaram<br />

certa estabilidade em relação a sua posição no ranking. Contudo, o<br />

Brasil se destacou por sua mudança descendente, já que no ano de 2006<br />

ocupava a 11° colocação e passou para 32° posição em 2016, sendo que<br />

a maior queda ocorreu no ano de 2014. Como segundo a Fundação<br />

8<br />

Os cinco países são: Nigéria, Paquistão, Camarões, Quênia e Zimbábue.<br />

9<br />

Ver Bose et al. (2007), Bonelli (2009); Rodrigues e Teixeira (2010) e Neduziak e Correia (2017).<br />

10<br />

Ver tabela A2 no Anexo A.<br />

11<br />

Salienta-se que o ranking de competitividade engloba 138 países, de forma que para a comparação,<br />

excluiu-se os que não foram compatíveis com o presente estudo.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

253<br />

Getúlio Vargas (FGV, 2017), a recessão doméstica compreendeu o período<br />

de 2014 a 2016, parece razoável presumir que a trajetória de<br />

deterioração das capacidades brasileiras foi agravada pela crise. No entanto,<br />

se faz necessário um estudo mais aprofundado a este respeito.<br />

Por fim, agrupando-se os dez primeiros colocados do ranking nos anos<br />

de 2006 e 2016 e os classificando de acordo com o continente a que<br />

pertencem, observa-se que os países asiáticos predominam, representando<br />

70% desse grupo. Em seguida, 20% das nações que se destacam por suas<br />

capacidades é formada por países do continente americano e há apenas<br />

uma país africano nesse seleto grupo.<br />

Em contrapartida, o grupo formado pelos dez últimos países do ranking<br />

exibe uma mudança na sua composição quando se compara os dois anos.<br />

Em 2006, esse grupo é formado por cinco países pertencentes ao continente<br />

americano e cinco nações africanas. No entanto, em 2016, os<br />

países africanos passam a ser predominantes (mantendo-se cinco países),<br />

enquanto os países americanos compõem 40% desse grupo, tendo em<br />

vista que o Paquistão passa a figurar como o único país asiático com<br />

baixo nível de capacidades comparativamente a seus pares.<br />

Dessa maneira, quando se considera as capacidades, tem-se uma grande<br />

disparidade entre o continente asiático e africano, enquanto o continente<br />

americano se distribui de forma mais semelhante nos dois extremos.<br />

A partir dessa definição e análise dos fatores, no seguinte tópico apresenta-se<br />

a abordagem econométrica, de forma a verificar a relação entre<br />

esses fatores e o desen<strong>vol</strong>vimento econômico.<br />

3.2. As capacidades como determinantes do crescimento econômico<br />

Ao considerar a endogeneidade existente entre o crescimento econômico<br />

e as capacidades, utilizou-se a metodologia de dados em painel dinâmico,<br />

onde os instrumentos são as próprias variáveis defasadas em dois lags.<br />

Para comprovar a validade dos instrumentos, é essencial que sejam realizados<br />

os testes de Sargan e de Autocorrelação serial. Os resultados são<br />

exibidos na tabela 1.<br />

Assume-se um risco máximo de 10% de cometer o erro tipo um, que é<br />

de rejeitar a hipótese nula e estar equivocado. O resultado, a partir do<br />

teste de Sargan, aponta para a validade dos instrumentos dos modelos.<br />

Para o teste de Autocorrelação serial, os valores representam as probabilidades<br />

para a primeira e segunda defasagem do termo de erro, respectivamente.<br />

De acordo com Da Cruz Ourives (2006) e Rocha e Oreiro (2008),<br />

a não rejeição da hipótese nula do teste referente à segunda defasagem<br />

garante a consistência do modelo estimado, condição que foi satisfeita.


254 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Tabela 1<br />

Teste de validade dos instrumentos<br />

Teste de Sargan<br />

0.5936<br />

Teste de Autocorrelação<br />

0.0262<br />

0.3362<br />

Fonte: Elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World<br />

Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), valendo-se do software STATA (2015).<br />

Dessa forma, prosseguiu-se com a estimação do modelo dinâmico e o<br />

resultado é apresentado na tabela 2.<br />

Tabela 2<br />

Determinantes do desen<strong>vol</strong>vimento econômico<br />

Variáveis Coeficientes Desvio Padrão Z<br />

Constante 0.2590* 0.0256 10.10<br />

PIBpercapita t–1<br />

1.1167* 0.0069 162.93<br />

PIBpercapita t–2<br />

-1.1462* 0.0067 -21.74<br />

Sistema de Inovação 0.0174* 0.0010 18.06<br />

Governança 0.0089* 0.0011 07.96<br />

Ecologia das Doenças -0.0133* 0.0013 -09.93<br />

Educação 0.0003 0.0018 00.19<br />

Infraestrutura 0.0142 * 0.0012 11.77<br />

Tamanho do Estado 0.0075 * 0.0006 11.87<br />

Fonte: Elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World<br />

Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), valendo-se do software STATA (2015).<br />

Como pode ser verificado, a principal variável de interesse, o sistema<br />

de inovação, apresenta o maior coeficiente, sendo significativo e positivo.<br />

Esse resultado vai ao encontro do exposto por Fagerberg e Srholec (2005;<br />

2008), Fagerberg et al. (2007; 2017). Diante disso, para os países em<br />

desen<strong>vol</strong>vimento, fortalecer o SNI é o principal caminho para o crescimento<br />

econômico. No entanto, realizar tal feito não é simples, já que<br />

como ressaltado, esse fator engloba a valorização da pesquisa e desen<strong>vol</strong>vimento<br />

através de investimento e disponibilidade de mão de obra especializada.<br />

Dessa forma, são necessárias políticas de longo prazo que visem<br />

ofertar educação e treinamento de qualidade.<br />

Nesse sentido, cabe ressaltar a variável intitulada de educação, pois<br />

ela não impactou de forma significativa no crescimento dos países. Ao<br />

contrário do que inicialmente se deduz, esse resultado não é oposto a


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

255<br />

orientação de políticas públicas anteriormente citada, tendo em vista que<br />

esse fator é composto por taxas de matrículas, implicando que o ensino<br />

e especialização se limitou a quantidade, não sendo verificado, portanto,<br />

a qualidade educacional.<br />

Tal análise explica a razão de variáveis como “qualidade do sistema<br />

educacional” apresentarem correlação com o Sistema Nacional de Inovação<br />

e não com o fator denominado Educação. Evidencia-se, portanto, um<br />

cenário alarmante para os países em desen<strong>vol</strong>vimento, uma vez que o capital<br />

humano, imprescindível para o progresso sustentado, parece não<br />

estar recebendo a qualificação mínima necessária.<br />

De forma a reforçar a importância do capital humano para o crescimento,<br />

tem-se que o coeficiente do fator atrelado a saúde dos indivíduos,<br />

denominado Ecologia das Doenças, foi significativo e negativo, como no<br />

trabalho de Fagerberg e Srholec (2008). Consequentemente, os países em<br />

desen<strong>vol</strong>vimento devem buscar implementar políticas sinérgicas visando<br />

a educação de qualidade e, paralelamente, amenizar os problemas de<br />

saúde pública.<br />

No entanto, a referida oferta de educação e saúde pública de qualidade<br />

encontra obstáculos quando aplicada a um país no qual os governantes<br />

são movidos pelo interesse próprio. Nesse sentido, a boa governança<br />

figura-se como essencial para o progresso de qualquer país. Esse fato é<br />

verificado no modelo econométrico, uma vez que o fator de governança<br />

impactou de forma positiva e significativa o crescimento dos países. Tal<br />

constatação é corroborada pelos estudos de Adelman e Morris (19<strong>65</strong>),<br />

Fagerberg et al. (2007) e Kaufmann et al. (2009).<br />

Um governo que estabeleça como objetivo o crescimento pode ainda<br />

garantir progresso sustentado ao orientar suas ações para a elevação da<br />

competitividade do país. Um caminho possível para que isso aconteça é<br />

o investimento em infraestrutura. Como demonstrado através do resultado,<br />

o coeficiente do fator que engloba a infraestrutura aérea, portuária<br />

e a qualidade das rodovias foi significativo e positivo para o desen<strong>vol</strong>vimento<br />

dos países, indo ao encontro do exposto por Ferraz et al. (1996).<br />

Por fim, <strong>num</strong>a concepção mais ampla do que a do investimento em<br />

infraestrutura, a interferência do governo na economia, através da elevação<br />

dos gastos (Tamanho do governo), figura-se como um significativo<br />

determinante do crescimento dos países, indo, portanto, ao encontro da<br />

Teoria Keynesiana. No entanto, essa constatação deve ser ponderada, 12<br />

tendo em vista a complexidade das contas nacionais. 13<br />

12<br />

Para mais detalhes sobre a complexidade das contas públicas, ver System of National Accounts<br />

2008 (OECD et al., 2009).<br />

13<br />

Bose et al. (2007), por exemplo, ao analisar 30 países em desen<strong>vol</strong>vimento, concluíram que<br />

a despesa agregada não tem efeito sobre o crescimento dessas nações, ao passo que ao desagregá-la, a<br />

despesa com educação ou projetos de capital foram positivos e significativos.


256 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Concluiu-se, a partir das discussões realizadas, que os resultados<br />

apresentados vão ao encontro do que é exposto na literatura atualmente,<br />

de forma que o sistema da inovação figura-se como o principal determinante<br />

para o crescimento econômico, mesmo quando o foco são apenas<br />

os países em desen<strong>vol</strong>vimento.<br />

Conclusões<br />

Há na literatura dificuldade em estabelecer um consenso sobre a definição<br />

e mensuração do desen<strong>vol</strong>vimento econômico, tendo em vista que esse<br />

tema apresenta grande abrangência ao englobar questões relacionadas às<br />

mudanças econômicas, sociais, culturais e políticas.<br />

Considerando crescimento e desen<strong>vol</strong>vimento econômico como fenômenos<br />

similares, o presente estudo atribui ao conhecimento papel preponderante.<br />

Dessa forma, através da análise fatorial, extraiu-se seis fatores que<br />

representam as capacidades necessárias para que um país possa se desen<strong>vol</strong>ver,<br />

adquirir e implementar uma nova tecnologia.<br />

Ao incorporar esses seis fatores na estimação de modelo com dados<br />

em painel dinâmico, constatou-se que a hipótese inicialmente adotada,<br />

de que a sistema de inovação é o principal fator para o progresso econômico<br />

dos países em desen<strong>vol</strong>vimento, foi verificada.<br />

Ademais, concluiu-se que os coeficientes dos fatores denominados de<br />

governança, infraestrutura e tamanho do governo foram significativos e<br />

positivos para o desen<strong>vol</strong>vimento dos países, enquanto o parâmetro relacionado<br />

com a variável ecologia das doenças foi significativo e negativo.<br />

No entanto, a variável educação não foi significativa para explicar o<br />

desen<strong>vol</strong>vimento dos países.<br />

A partir desse cenário, ressalta-se, em especial, a importância da qualificação<br />

do capital humano, uma vez que há indícios de que a elevação da<br />

taxa de matriculas nos três níveis de ensino não esteja afetando a renda per<br />

capita dos países, o que direciona ao questionamento sobre a qualidade<br />

da especialização oferecida nas nações em desen<strong>vol</strong>vimento.<br />

Mais precisamente, há indícios que a qualidade dessa especialização é<br />

incompatível com a necessidade das empresas inovadoras. Sendo assim,<br />

sugere-se uma política de longo prazo, em que haja o fortalecimento da<br />

educação básica -por meio de maior valorização, estrutura e capacitação<br />

dos profissionais do ensino-, aliado a uma reformulação do ensino médio<br />

e superior capaz de ofertar conhecimentos e habilidades harmônicos à<br />

demanda das empresas competitivas. Dessa forma, o sistema educacional,<br />

em parceria com as empresas, seria responsável por introduzir as novas<br />

técnicas/conhecimento impulsionadoras do progresso econômico.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

257<br />

Por fim, dado que o presente estudo confirmou a hipótese de que o<br />

Sistema Nacional de Inovação é o principal determinante do crescimento<br />

econômico, abre-se caminho para que futuras pesquisas detalhem as particularidades<br />

desse fator de elevada complexidade. A principal contribuição<br />

aqui foi trabalhar com países em desen<strong>vol</strong>vimento, por apresentarem características<br />

que os diferenciam substancialmente dos desen<strong>vol</strong>vidos.<br />

Contudo ainda há grande diferenciação entre as nações da amostra. Dessa<br />

maneira, com auxílio do ranking, exibido no anexo, seria interessante<br />

realizar cortes de análise, objetivando realizar uma descrição/comparação<br />

entre os países. Isso possibilitaria apontar diferenças e semelhanças entre<br />

as nações em desen<strong>vol</strong>vimento e seus Sistemas de Inovação.<br />

Ainda, sugere-se a atualização da presente pesquisa, com a inclusão de<br />

novas variáveis, já que a pandemia do vírus SARS-CoV-2 afetou o cenário<br />

econômico mundial, com reflexo sobre as políticas monetárias, comerciais<br />

e fiscais dos países. Nesse sentido, o impacto sobre as capacidades<br />

das nações, em especial das em desen<strong>vol</strong>vimento que naturalmente<br />

apresentam instituições frágeis, merece grande atenção.<br />

Nesse aspecto, Arbix (2020), analisando especificamente o caso brasileiro,<br />

afirma que a pandemia do vírus SARS-CoV-2 terá graves consequências<br />

sobre o frágil sistema de inovação do país, fruto, dentre outros<br />

fatores, da baixa qualidade educacional, o que tende a comprometer a<br />

recuperação da economia e a necessária reorganização social. Nesse sentido,<br />

Leão e Giesteira (2020) sugerem a construção de capacidades produtiva,<br />

tecnológica e inovadora orientadas por missões e demandas de<br />

Estado, o que aumentaria as chances de que o país responda mais efetivamente<br />

aos efeitos da pandemia e de outras crises que podem acometê-lo.


258 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Anexo A<br />

Tabela A1<br />

Fatores representativos das capacidades<br />

Variáveis Sistema de<br />

Inovação<br />

Governança Ecologia das<br />

Doenças<br />

Educação Infraestrutura Tamanho do<br />

Governo<br />

Direito de propriedade 0.364 0.758 0.139 0.115 0.217 -0.221<br />

Integridade do governo 0.397 0.591 0.106 0.260 0.380 -0.222<br />

Gastos públicos 0.187 0.193 0.238 -0.314 0.072 0.708<br />

Liberdade de negócios 0.130 0.602 0.076 0.252 0.347 -0.162<br />

Liberdade monetária 0.167 0.635 0.028 -0.245 0.110 0.062<br />

Liberdade de comércio ......-0.006 0.563 0.054 0.34 0.199 0.421<br />

Liberdade de investimento ......-0.055 0.870 0.127 0.114 -0.004 0.163<br />

Liberdade financeira ......-0.012 0.793 -0.004 0.070 0.101 0.173<br />

Infraestrutura portuária 0.331 0.215 0.051 0.101 0.818 0.061<br />

Infraestrutura aérea 0.418 0.272 0.111 0.067 0.750 0.062<br />

Qualidade das rodovias 0.363 0.269 0.010 0.141 0.784 -0.005<br />

Impacto tuberculose 0.038 0.172 0.824 0.297 0.093 -0.019<br />

Incidência tuberculose 0.017 -0.036 -0.883 -0.207 0.029 -0.099<br />

Impacto HIV 0.093 0.072 0.829 0.334 0.012 -0.017<br />

Mortalidade infantil -0.108 -0.112 -0.458 -0.748 -0.257 -0.103<br />

Expectativa de vida 0.104 0.108 0.680 0.567 0.201 0.188<br />

Taxa de matrícula primária 0.109 -0.048 0.312 0.632 0.147 0.008


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

259<br />

Tabela A1 (Continuação)<br />

Variáveis Sistema de<br />

Inovação<br />

Governança Ecologia das<br />

Doenças<br />

Educação Infraestrutura Tamanho do<br />

Governo<br />

Taxa de matrícula secundária 0.200 0.253 0.207 0.775 0.051 -0.158<br />

Taxa de matrícula terciária 0.115 0.090 0.257 0.700 -0.086 -0.115<br />

Qualidade do sistema educacional 0.798 0.020 0.145 -0.111 0.227 -0.263<br />

Qualidade em matemática e ciências 0.693 -0.043 0.245 -0.081 0.209 -0.410<br />

Qualidade da gestão escolar 0.755 0.134 0.090 0.097 0.098 0.078<br />

Disponibilidade de treinamento 0.823 0.172 0.168 0.148 0.121 0.155<br />

Extensão do treinamento 0.793 0.202 -0.107 0.111 0.300 0.138<br />

Qualidade das instituições de pesquisa 0.887 0.085 -0.032 0.159 0.161 -0.121<br />

Gasto com P&D 0.895 0.027 -0.053 0.082 0.187 0.073<br />

Colaboração entre universidades e indústrias 0.849 0.089 -0.094 0.217 0.244 0.135<br />

Aquisição pública de produtos inovadores 0.<strong>65</strong>3 0.109 0.169 -0.112 0.489 -0.061<br />

Disponibilidade de engenheiros e cientistas 0.697 0.002 0.438 -0.152 0.119 -0.322<br />

Capacidade para inovar 0.773 0.050 -0.045 0.246 -0.049 0.164<br />

Fonte: Elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), valendo-se do software SPSS 20 (2012).


260 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Tabela A2<br />

Ranking das capacidades, 2006-2016<br />

2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016<br />

Singapura Singapura Singapura Singapura Singapura Qatar Singapura Singapura Singapura Singapura Singapura<br />

CS CS CS CS CS Singapura Qatar Qatar Qatar Qatar EAU<br />

Malásia Malásia Chile Chile Malásia Malásia EAU EAU Malásia EAU Qatar<br />

Chile Tunísia Malásia Costa Rica Qatar EAU Malásia Malásia EAU Malásia Malásia<br />

Tunísia Chile Costa Rica Malásia Chile CS CS CS CS CS CS<br />

Costa Rica Costa Rica EAU EAU EAU Chile Costa Rica Costa Rica Chile Costa Rica Chile<br />

Tailândia Qatar Qatar Qatar Costa Rica Costa Rica Chile Chile Costa Rica Chile Costa Rica<br />

Qatar EAU Tunísia Tunísia Bahrein Bahrein Panamá Mauricio Bahrein Bahrein Bahrein<br />

EAU Sri Lanka China Bahrein Uruguai Panamá Mauricio Jordânia Jordânia Mauricio Mauricio<br />

Indonésia China Bahrein Uruguai Tunísia México Jordânia Bahrein Mauricio Jordânia Indonésia<br />

Brasil Jordânia Uruguai China China Tunísia Bahrein Panamá Sri Lanka Sri Lanka China<br />

Turquia Tailândia Sri Lanka Sri Lanka México Sri Lanka Turquia Sri Lanka México China Jamaica<br />

Índia Bahrein Jordânia Indonésia Mauricio China China Indonésia Indonésia Panamá Jordânia<br />

México Mauricio Brasil Brasil Sri Lanka Uruguai Sri Lanka ES Uruguai Indonésia Índia<br />

Jordânia Brasil Tailândia Mauricio Tailândia Jordânia México China Panamá México Tailândia<br />

Mauricio Panamá Panamá Tailândia Brasil Mauricio Indonésia México Filipinas Uruguai México<br />

Kuwait Uruguai Mauricio Turquia Turquia AS Uruguai Turquia China Jamaica Uruguai


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

261<br />

Tabela A2 (Continuação)<br />

2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016<br />

Jamaica Indonésia México Panamá Panamá Brasil Tailândia Uruguai Tailândia Filipinas Sri Lanka<br />

TT Índia Indonésia México Indonésia Filipinas Brasil Tailândia Turquia AS Panamá<br />

AS México Turquia Argentina Colômbia Guatemala Guatemala Filipinas Jamaica Guatemala Colômbia<br />

Panamá Kuwait Índia Jordânia Guatemala Indonésia ES Guatemala Guatemala Turquia Filipinas<br />

Colômbia AS TT Guatemala Argentina Turquia Filipinas Jamaica Honduras Índia Guatemala<br />

ES Filipinas Argentina TT Peru Colômbia Colômbia Brasil AS Tailândia Quênia<br />

China Turquia Kuwait Peru Jordânia Argentina Jamaica Colômbia Colômbia Colômbia TT<br />

Bahrein Guatemala Guatemala Índia Índia Jamaica Índia Quênia TT TT Turquia<br />

Argentina Colômbia Colômbia Colômbia TT Índia Peru Honduras Quênia Quênia Rússia<br />

Uruguai TT ES ES Kuwait Tailândia TT AS ES Rússia AS<br />

Sri Lanka Rússia Jamaica Kuwait AS Peru Marrocos Peru Peru Peru Marrocos<br />

Filipinas Jamaica AS Rússia Jamaica Marrocos AS TT Rússia Argentina Argentina<br />

Rússia Argentina Peru AS Marrocos ES Equador Marrocos Índia Honduras Peru<br />

Guatemala Quênia Rússia Jamaica ES Kuwait Argentina Rússia Argentina Marrocos Tunísia<br />

Peru ES Filipinas Filipinas Filipinas RD Tunísia Argentina Brasil Kuwait Brasil<br />

Egito Peru Vietnã Marrocos Honduras Venezuela Quênia Kuwait RD Brasil Botswana<br />

Quênia Marrocos Quênia Vietnã Rússia Honduras RD Índia Kuwait Botswana Vietnã<br />

Marrocos Honduras Egito Honduras Quênia Quênia Nicarágua RD Marrocos RD RD


262 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

Tabela A2 (Continuação)<br />

2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016<br />

Vietnã Egito RD Egito RD Rússia Kuwait Tunísia Equador Vietnã Kuwait<br />

Argélia Vietnã Honduras Quênia Egito TT Rússia Mongólia Tunísia Tunísia Honduras<br />

Mongólia RD Marrocos RD Equador Nicarágua Honduras Vietnã Vietnã Equador ES<br />

Nicarágua Venezuela Nicarágua Argélia Botswana Botswana Vietnã Nicarágua Botswana ES Equador<br />

Paquistão Nicarágua Equador Botswana Vietnã Equador Mongólia Camarões Mongólia Mongólia Namíbia<br />

Honduras Mongólia Venezuela Equador Paraguai Mongólia Paraguai Namíbia Namíbia Namíbia Camarões<br />

Equador Equador Argélia Nicarágua Mongólia Egito Botswana Paraguai Camarões Paquistão Egito<br />

Venezuela Botswana Mongólia Mongólia Paquistão Paquistão Egito Equador Paraguai Camarões Nicarágua<br />

RD Argélia Paquistão Paquistão Nicarágua Camarões Paquistão Paquistão Nicarágua Paraguai Paraguai<br />

Botswana Nigéria Botswana Namíbia Camarões Namíbia Namíbia Botswana Paquistão Nicarágua Paquistão<br />

Paraguai Paquistão Namíbia Venezuela Namíbia Nigéria Camarões Egito Egito Egito Mongólia<br />

Namíbia Paraguai Paraguai Paraguai Argélia Paraguai Nigéria Nigéria Argélia Venezuela Argélia<br />

Nigéria Namíbia Nigéria Camarões Nigéria Vietnã Venezuela Argélia Venezuela Argélia Nigéria<br />

Camarões Camarões Camarões Nigéria Venezuela Zimbábue Argélia Venezuela Nigéria Nigéria Venezuela<br />

Zimbábue Zimbábue Zimbábue Zimbábue Zimbábue Argélia Zimbábue Zimbábue Zimbábue Zimbábue Zimbábue<br />

Fonte: Elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World Economic Forum (WEF, 2006 a 2016), valendo-se do software SPSS 20 (2012).<br />

Nota: As siglas CS, EAU, TT, AS, ES e RD referem-se à Coreia do Sul, Emirados Árabes Unidos, Trindade e Tobago, África do Sul, El Salvador e República Dominicana.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

263<br />

Anexo metodológico<br />

Mensuração<br />

PIBpercapita (Variável dependente):<br />

Produto Interno Bruto per capita com base na paridade do poder de compra (PPC).<br />

X 1<br />

: Direito de Propriedade<br />

Índice: Derivado da pontuação média de cinco subfatores (Direito de propriedade física;<br />

Intelectual; Força de proteção ao investidor; Risco de desapropriação; e Qualidade de<br />

administração da terra). Cada um desses subfatores é derivado de conjuntos de dados<br />

<strong>num</strong>éricos que são normalizados para fins comparativos usando a seguinte equação:<br />

em que i representa a pontuação de determinado país, e max e min os respectivos<br />

limites superiores e inferiores do conjunto de dados correspondente.<br />

X 2<br />

: Integridade do governo<br />

Índice: Derivado da pontuação média de cinco subfatores (Pagamentos irregulares e<br />

subornos; Transparência da formulação de políticas governamentais; Ausência de corrupção;<br />

Percepções de corrupção; e Transparência governamental e do serviço público).<br />

Cada um desses subfatores é derivado de conjuntos de dados <strong>num</strong>éricos que são normalizados<br />

para fins comparativos usando a seguinte equação:<br />

em que i representa a pontuação de determinado país, e max e min os respectivos<br />

limites superiores e inferiores do conjunto de dados correspondente.<br />

X 3<br />

: Gastos públicos<br />

Índice: O componente de gastos do governo inclui o consumo pelo Estado e todos os<br />

pagamentos de transferências relacionados aos diversos programas direitos. A escala<br />

para pontuar os gastos do governo não é linear, o que significa que os gastos do governo<br />

que estão perto de zero são levemente penalizados, enquanto os gastos do governo que<br />

excedem 30% do PIB tem suas pontuações penalizadas de forma quadrática. Na forma<br />

de equação, tem-se:<br />

GGi= 100-α (Gastosi)2<br />

em que representa a pontuação dos gastos do governo no país i, representa a média<br />

total dos gastos do governo em todos os níveis como percentual do PIB e α é um coeficiente<br />

para controlar a variação entre os escores (fixado em 0,03). A pontuação mínima<br />

do componente é zero.<br />

X 4<br />

: Liberdade de Negócios<br />

Índice: A pontuação é baseada em 13 subfatores, derivados do relatório Doing Business<br />

do Banco Mundial: Iniciar um negócio (número de procedimentos; tempo em dias;<br />

custo como % renda per capita; capital mínimo como percentual da renda per capita);<br />

Obtenção de licença (número de procedimentos; tempo em dias; custo como % renda<br />

per capita); Fechamento de um negócio (tempo em anos; custo como % dos imóveis;<br />

taxa de recuperação em centavos de dólar); Obtenção de eletricidade (número de<br />

procedimentos, tempo em dias, custo como percentual da renda per capita). Cada<br />

subfator é convertido em uma escala de 0 a 100 usando a seguinte equação:<br />

,<br />

,


264 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

(Continuação)<br />

que representa a razão dos dados do país para cada subfator em relação à média.<br />

X 5<br />

: Liberdade monetária<br />

Índice: A liberdade monetária combina uma medida de inflação com uma avaliação de<br />

várias atividades governamentais que distorcem os preços. A pontuação do componente<br />

de liberdade monetária baseia-se em dois subfatores: a taxa média ponderada de inflação<br />

para os últimos três anos e um julgamento qualitativo sobre a extensão da manipulação<br />

governamental dos preços através de controles diretos ou subsídios. A taxa<br />

média ponderada de inflação dos últimos três anos serve como o principal insumo em<br />

uma equação que gera o escore base para a liberdade monetária. As duas equações<br />

usadas são:<br />

Taxa media de inflacao i<br />

= 1<br />

inflacao it<br />

+ 2<br />

inflacao it–1<br />

+ 3<br />

inflacao it–2<br />

Liberdadi Monetaria i<br />

= 100– √Taxa media de inflacao i<br />

−PC penaleidade i<br />

em que a representam três números que somam 1 e são exponencialmente menores<br />

em sequência; inflação it<br />

1 3<br />

é o valor absoluto da taxa de inflação anual no país i durante<br />

o ano mensurado, medida pelo Índice de Preços ao Consumidor; representa um<br />

coeficiente que estabiliza a variância dos escores; e a penalidade de controle de preços<br />

(PC) é um valor atribuído de 0 a 20 pontos de penalidade com base na extensão dos<br />

controles de preços. A forma funcional convexa (raiz quadrada) é utilizada para criar<br />

separação entre países com baixas taxas de inflação.<br />

X 6<br />

: Liberdade de comércio<br />

Índice: A liberdade comercial é uma medida composta por dois subfatores: a taxa<br />

tarifária média ponderada do comércio e a avaliação qualitativa de barreiras não tarifárias<br />

(NTBs). Expressando em forma de equação:<br />

em que max e min representam respectivamente os limites superiores e inferiores das<br />

tarifas (%), sendo que a tarifa mínima é de 0% e o limite superior foi fixado em 50%.<br />

representa a taxa tarifária média ponderada (%) no país i.<br />

Para determinar a extensão das NTBs no regime de política comercial de um país<br />

utilizou-se as informações como: Restrições de quantidade (cotas de importação, restrições<br />

<strong>vol</strong>untárias à exportação; embargos e proibições de exportação); Restrições<br />

regulatórias (licenciamento, normas sanitárias e fitossanitárias); Restrições alfandegárias<br />

(requisitos de depósito antecipado, procedimentos de avaliação aduaneira); e Intervenção<br />

direta do governo (subsídios e outros auxílios, políticas industriais governamentais).<br />

X 7<br />

: Liberdade de investimento<br />

Índice: Formado por sete formas de restrições regulatórias impostas ao investimento, a<br />

saber: Tratamento nacional do investimento estrangeiro; Código de investimento<br />

estrangeiro; Restrições à propriedade da terra; Restrições de investimento setorial;<br />

Desapropriação de investimentos sem compensação justa; Controles cambiais; e Controles<br />

de capital.<br />

Os pontos são deduzidos da pontuação ideal de 100 para cada uma das restrições. Um<br />

máximo de 20 pontos adicionais pode ser deduzido por problemas de segurança, falta


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

2<strong>65</strong><br />

(Continuação)<br />

de infraestrutura básica de investimento ou outras políticas governamentais que injetem<br />

um grau considerável de incerteza e sobrecarregam indiretamente o processo de investimento.<br />

X 8<br />

: Liberdade financeira<br />

Índice: a liberdade financeira de uma economia é avaliada considerando cinco subfatores:<br />

a extensão da regulação governamental dos serviços financeiros; Grau de intervenção<br />

estatal em bancos e outras empresas financeiras por meio da propriedade direta e<br />

indireta; Influência governamental na alocação de crédito; a extensão do desen<strong>vol</strong>vimento<br />

financeiro e do mercado de capitais e Abertura para a concorrência estrangeira.<br />

Dessa forma, a pontuação geral varia <strong>num</strong>a escala de 0 (Economia repressiva) a 100<br />

(Sem interferência governamental).<br />

X 9<br />

a X 11<br />

: Infraestrutura<br />

A Infraestrutura é o segundo pilar do Índice Geral de Competitividade do World<br />

Economic Forum (WEF). O presente estudo utiliza três de suas variáveis (Infraestrutura<br />

portuária, aérea e rodoviária) geradas a partir da Pesquisa de Opinião Executiva. Dessa<br />

forma, para cada um desses três subíndices, os gestores de altos cargos das empresas<br />

registram suas percepções, atribuindo valores de 1 a 7, sendo 1 (extremamente subdesen<strong>vol</strong>vido<br />

– entre os piores do mundo) e 7 (extenso e eficiente – entre os melhores do<br />

mundo).<br />

X 12<br />

a X 17<br />

: Saúde e educação primária<br />

A Saúde e educação primária é o quarto pilar do Índice Geral de Competitividade do<br />

World Economic Forum (WEF). O presente estudo utiliza as seguintes subíndices:<br />

Impacto tuberculose / HIV: índices gerados a partir da Pesquisa de Opinião<br />

Executiva, em que os gestores de altos cargos das empresas registram suas percepções<br />

quanto aos impactos que a tuberculose/malária podem ter nas empresas<br />

nos próximos cinco anos (por exemplo, morte, invalidez, despesas médicas e de<br />

funeral, produtividade e absenteísmo, despesas de recrutamento e treinamento,<br />

receitas), sendo 1 (impacto sério) e 7 (nenhum impacto).<br />

Incidência tuberculose: Número estimado de casos de tuberculose por 100.000<br />

habitantes.<br />

Mortalidade infantil: número de bebês que morrem antes de completar um ano<br />

de idade por 1.000 nascidos vivos em um determinado ano.<br />

Expectativa de vida: Expectativa de vida ao nascer (anos).<br />

Taxa de matrícula primária: Taxa líquida de matrículas no ensino fundamental.<br />

X 18<br />

a X 30<br />

: Educação secundária e treinamento<br />

A Educação secundária e treinamento é formada pelo quinto e 12° pilares do Índice<br />

Geral de Competitividade do World Economic Forum (WEF). O presente estudo<br />

utiliza as seguintes subíndices:<br />

Taxa de matrícula secundária e terciária: Taxa bruta de matrícula no ensino médio<br />

e no ensino superior.<br />

Qualidade em sistema educacional / em matemática e ciências / da gestão escolar:<br />

índices gerados a partir da Pesquisa de Opinião Executiva, em que os gestores<br />

de altos cargos das empresas registram suas percepções relativas ao ensino e gestão,<br />

atribuindo valores de 1 a 7, sendo 1 (nada bem) e 7 (extremamente bem).


266 R. Orquiza da Silva et al.: Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise...<br />

(Continuação)<br />

Disponibilidade de treinamento: índice gerado a partir da Pesquisa de Opinião<br />

Executiva, em que os gestores de altos cargos das empresas registram suas<br />

percepções sobre a disponibilidade de serviços de formação profissional de alta<br />

qualidade no seu país, sendo 1 (não disponível) e 7 (amplamente disponível).<br />

Extensão do treinamento: índice gerado a partir da Pesquisa de Opinião, em que<br />

os gestores registram suas percepções sobre até que ponto as empresas investem<br />

em treinamento e desen<strong>vol</strong>vimento de funcionários, sendo 1 (de forma alguma)<br />

e 7 (em grande medida).<br />

Qualidade das instituições de pesquisa: índice gerado a partir da Pesquisa de<br />

Opinião, em que os gestores registram suas percepções sobre a qualidade das<br />

instituições de pesquisa científica no país, sendo 1 (extremamente pobre – entre<br />

os piores do mundo) e 7 (extremamente bom - entre os melhores do mundo).<br />

Gasto com P&D: índice gerado a partir da Pesquisa de Opinião, em que os<br />

gestores registram suas percepções sobre o investimento das empresas em pesquisa<br />

e desen<strong>vol</strong>vimento (P&D), sendo 1 (não investe) e 7 (investe fortemente).<br />

Colaboração entre universidades e indústrias: índice gerado a partir da Pesquisa<br />

de Opinião, em que os gestores registram suas percepções sobre a colaboração<br />

entre as empresas e as universidades em pesquisa e desen<strong>vol</strong>vimento (P&D),<br />

sendo 1 (não colabora) e 7 (colabora extensivamente).<br />

Aquisição pública de produtos inovadores: índice gerado a partir da Pesquisa de<br />

Opinião, em que os gestores registram suas percepções sobre até que ponto as<br />

decisões de compra do governo estimulam a inovação, sendo 1 (de forma alguma)<br />

e 7 (em grande medida).<br />

Disponibilidade de engenheiros e cientistas: índice gerado a partir da Pesquisa<br />

de Opinião, em que os gestores registram suas percepções sobre até que ponto<br />

os cientistas e engenheiros estão disponíveis, sendo 1 (de forma alguma) e 7<br />

(amplamente disponível).<br />

Capacidade para inovar: índice gerado a partir da Pesquisa de Opinião, em que<br />

os gestores registram suas percepções sobre até que ponto as empresas têm capacidade<br />

de inovar, sendo 1 (de forma alguma) e 7 (em grande medida).<br />

Nota: As variáveis X 1<br />

a X 8<br />

foram provenientes dos Índices de Liberdade Econômica, divulgados<br />

pela Heritage Foundation (2018). Já os dados relativos as variáveis X 9<br />

a X 30<br />

são fornecidos pelos<br />

relatórios de competitividade global, publicados pelo World Economic Forum (WEF, 2006-2016).<br />

Fonte: Elaboração própria, com base nos dados da Heritage Foundation (2018) e do World<br />

Economic Forum (WEF, 2006 a 2016).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

267<br />

Referências<br />

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2018, Genebra, World Economic Forum, ,<br />

09 de outubro de 2020.<br />

Recebido: 27 de março de 2020.<br />

Encaminhado: 29 de setembro de 2020.<br />

Aceito: 5 de novembro de 2020.<br />

Raniella Orquiza da Silva. Mestra em Economia pela Universidade Federal<br />

de Viçosa. As linhas de investigação referem-se a políticas públicas e<br />

mercado de trabalho. Entre suas mais recentes publicações destacam-se<br />

como coautora em: “Efeito da utilização de assistência técnica sobre a renda<br />

de produtores familiares do Brasil no ano de 2014”, <strong>Revista</strong> de Economia e<br />

Sociologia Rural, 58 (2), Brasília, <strong>Sociedad</strong>e Brasileira de Economia e Sociologia<br />

Rural, pp. 1-16 (2020); como autora “Trabalho infantil e pobreza:<br />

uma análise no contexto de recessão econômica brasileira”, <strong>Revista</strong> de<br />

Desen<strong>vol</strong>vimento Econômico, 2 (40), Salvador, Universidade Salvador,<br />

pp. 463-488 (2018); como coautora em “Análise por gênero da produção<br />

do corpo docente dos cursos de Economia nas Universidades Federais de<br />

Minas Gerais”, Oikos: Família e <strong>Sociedad</strong>e em Debate, 29 (1), Viçosa,<br />

Universidade Federal de Viçosa, pp. 102-124 (2018).<br />

Waldemiro Peterle Neto. Bacharel em Ciências Econômicas pela Universidade<br />

Federal de Viçosa (UFV). Atualmente é Analista de Inteligência<br />

de Mercado na Indústria de Cosméticos Haskell. Entre suas mais recentes<br />

publicações destacam-se, em coautoria: “Efeito da utilização de assistência<br />

técnica sobre a renda de produtores familiares do Brasil no ano de<br />

2014”, <strong>Revista</strong> de Economia e Sociologia Rural, 58 (2), Brasília, <strong>Sociedad</strong>e<br />

Brasileira de Economia e Sociologia Rural, pp. 1-16 (2020); “Uma análise<br />

de eficiência para os senadores brasileiros”, <strong>Revista</strong> de Desen<strong>vol</strong>vimento e<br />

Políticas Públicas, 2 (1), Viçosa, Universidade Federal de Viçosa, pp. 3-20<br />

(2018), e “Trabalho infantil e pobreza: uma análise no contexto de recessão<br />

econômica brasileira”, <strong>Revista</strong> de Desen<strong>vol</strong>vimento Econômico, 2 (40),<br />

Salvador, Universidade Salvador, pp. 463-488 (2018).<br />

Evandro Camargos Teixeira. Doutor em Economia Aplicada pela Escola<br />

Superior de Agricultura Luiz de Queiroz - Universidade de São Paulo<br />

(ESALQ/USP). Atualmente é Professor Associado I do Departamento de


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 239-273<br />

273<br />

Economia da Universidade Federal de Viçosa (UFV). As linhas de investigação<br />

referem-se à área de desen<strong>vol</strong>vimento econômico, economia da<br />

criminalidade e economia da saúde. Entre suas mais recentes publicações<br />

destacam-se, em coautoria: “Pandemia da COVID-19 e ocupação no<br />

mercado de trabalho: o caso da região nordeste do Brasil”, Econômica-<br />

Niterói, 22 (1), Niterói, Universidade Federal Fluminense, pp 9-30 (2020);<br />

“Efeitos dos investimentos em infraestrutura pública sobre a pobreza e<br />

pobreza extrema na América Latina”, <strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, 20<br />

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<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211625<br />

Enfoque regional de manejo integrado<br />

del agua en la microcuenca El Pantano,<br />

Morelos, México<br />

Regional approach to integrated water<br />

management in the small watershed<br />

El Pantano, Morelos, Mexico<br />

275<br />

Fernando Jaramillo Monroy*<br />

Elisabet Verónica Wehncke Rodríguez*<br />

Víctor Hugo Flores Armillas **<br />

Oscar Mario Pohle Morales***<br />

Xavier López-Medellín*<br />

Abstract<br />

This study combines social-historical and functional analysis of a small watershed under<br />

a regional perspective; it tries to understand past patterns of use and identify weaknesses<br />

and strengths towards an integrated management plan for land and water. This analysis<br />

revealed that, in terms of its operation, this small watershed depends on a regional<br />

hydrological flow system connected to adjacent basins, and that interrelationships between<br />

natural and social components, and organized social movements were key aspects in its<br />

rescue, and in the creation of an adaptive dynamic management program.<br />

Keywords: historical ecology, integrated water resources management, water governance,<br />

Morelos.<br />

Resumen<br />

Este estudio combina análisis socio-históricos y funcionales, bajo una perspectiva<br />

regional, de una microcuenca hidrológica; intenta entender los patrones de<br />

uso pasados e identificar debilidades y fortalezas hacia un plan de manejo integral<br />

del territorio y el agua. El análisis reveló que, en términos del funcionamiento,<br />

esta microcuenca depende de un sistema de flujo regional y conexión a otras<br />

microcuencas adyacentes, y que las interrelaciones entre los componentes natural<br />

y social, así como los movimientos ciudadanos organizados fueron aspectos clave<br />

en el rescate de la microcuenca y en la creación de un programa de manejo<br />

dinámico adaptativo.<br />

Palabras clave: ecología histórica, gestión integrada de los recursos hídricos,<br />

gobernanza del agua, Morelos.<br />

* Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación (CIBYC) Universidad Autónoma del<br />

Estado de Morelos, correos-e: fjm5@hotmail.com, lizwehncke@gmail.com, xlmedellin@uaem.mx<br />

** Estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, correo-e: victor_bios@<br />

hotmail.com<br />

*** Consultor independiente, correo-e: opohle@gmail.com


276 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

Introducción<br />

A nivel global, la demanda de agua excede la oferta y los conflictos respecto<br />

a su calidad aumentan progresivamente, también se incrementa la necesidad<br />

de encontrar un acuerdo razonable entre los usos competitivos por<br />

ella; en esta lógica, es prácticamente imposible afrontar los problemas en<br />

torno al agua –elemento de conexión de los procesos ecosistémicos– sin<br />

considerar el uso y la gestión del territorio, así como lograr un enfoque<br />

holístico sin una visión de cómo funciona el socio-ecosistema en conjunto.<br />

Han pasado ya 30 años desde que el enfoque de la Gestión Integrada<br />

de los Recursos Hídricos (GIRH) se articuló, inicial y exhaustivamente,<br />

como un elemento de desarrollo sostenible en la Conferencia de Río<br />

(GWP, 2000) y podemos decir que, aunque ha habido progresos, la GIRH<br />

sigue siendo objeto de escrutinio; incluso algunos críticos consideran que<br />

se trata más de una meta teórica –un plan para emular– que de un marco<br />

de acciones claras y de estrategias adaptativas que se lleven a la práctica<br />

(Dourojeanni, 2001; Biswas, 2008; Jensen, 2013; Giordano y Shah, 2014;<br />

entre otros). Actualmente, el compromiso es más grande; la agenda 2030<br />

de la GIRH plantea el logro de progresos más tangibles, más rápidos y a<br />

mayor escala de lo que se ha logrado.<br />

Los complejos procesos que actúan sobre múltiples escalas espaciales<br />

y temporales complican el nivel de acción; la cuenca hidrológica debe ser<br />

la base para entender la función adecuada de los sistemas de flujo y los<br />

procesos, así como para la correcta planificación y gestión del agua y el<br />

territorio (Carrillo-Rivera y Cardona, 2008; Ouysse et al., 2018; Yu y<br />

Duffy, 2018).<br />

La GIRH, como enfoque conceptual pertinente para planificar y gestionar<br />

el manejo de las cuencas hídricas y como instrumento de restauración<br />

y conservación de los ecosistemas, ha sido ampliamente reconocida<br />

en el ámbito internacional (Semarnat, 2013; Cornes y Sandler, 1996;<br />

Cotler Ávalos y Pineda López, 2008; Cotler Ávalos y Caire, 2009; Cotler<br />

Ávalos, 2010; 2015; IDEAM, 2004a; 2004b; Biestroek et al., 2009; Vargas<br />

Velázquez et al., 2010; Kempler y Alvarado, 2001; Mirassou, 2009; Conagua,<br />

2014; UICN, 2009; Bassi, 2007; Merlinsky, 2013; Dourojeanni et<br />

al., 2002; Dourojeanni, 2004; World Vision, 2000; Sánchez Cohen et al.,<br />

2010; Conabio, 2016; Mederey y Gutiérrez, 2013; FAO, 2007; Burgos<br />

et al., 2015; Maass Moreno, 2015). La cuenca hidrológica comprende las<br />

aguas superficiales y las del subsuelo (Domínguez y Carrillo-Rivera, 2007)<br />

y es el espacio que vincula a la sociedad, el ambiente, la cultura y la historia.<br />

La dimensión histórica de una cuenca se va construyendo paulatinamente<br />

a través de cambios apoyados en procesos de continuidad y discontinuidad<br />

del tejido histórico y social en torno a su territorio y sus


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

277<br />

servicios ecológicos (García García y Kaufer Michel, 2011). El enfoque<br />

de la ecología histórica, por lo tanto, contribuye en entender los procesos<br />

de transformación de los ecosistemas del pasado, detallando el proceso<br />

de modificación del paisaje a lo largo del tiempo con el fin de obtener<br />

una comprensión completa de sus efectos acumulativos (Crumley, 1994).<br />

De esta manera se pueden analizar y entender las relaciones dialécticas<br />

que existen entre los actos humanos y los actos de la naturaleza que quedan<br />

manifiestos en el paisaje (López y Ospina, 2008).<br />

El enfoque geográfico y funcional de cuenca hidrológica nos permite<br />

entender la e<strong>vol</strong>ución en la interacción de dos grandes subsistemas: el<br />

natural y el social, cada uno de estos está integrado por diversos sub-subsistemas<br />

o componentes; el natural, por componentes geológicos, hídricos,<br />

edáficos, climáticos y bióticos; el social, por componentes culturales,<br />

políticos, socioeconómicos y tecnológicos; esto permite que la cuenca<br />

funcione como un sistema abierto, complejo, autorregulador, disipativo y<br />

adaptativo (Oswald Spring y Hernández Rodríguez, 2005; Walker et al.,<br />

2010; Maass Moreno, 2015).<br />

Las cuencas permiten entender espacialmente el ciclo hidrológico y<br />

los servicios ecosistémicos que proveen (Cotler Ávalos, 2015), representan<br />

divisiones naturales del paisaje y para muchos propósitos constituyen el<br />

contexto idóneo para la planificación y gestión de los elementos naturales<br />

(Cotler Ávalos, 2010). La GIRH es un intento hacia la gestión integral u<br />

holística de estos socio-ecosistemas (Maass Moreno y Cotler Ávalos, 2005;<br />

Maass Moreno, 2015), no a través de sus componentes, sino combinando<br />

sus relaciones, interacciones y retroalimentaciones (Walker et al., 2010).<br />

La GIRH constituye el paradigma actual de la gestión del agua a nivel<br />

mundial, busca orientar el desarrollo de políticas públicas en materia de<br />

agua a través de la conciliación entre el desarrollo económico y social y la<br />

protección de los ecosistemas (Martínez Valdés y Villalejo García, 2018).<br />

El desarrollo comunitario y los procesos de participación no se pueden<br />

pensar desanclados del territorio, por lo tanto, podemos considerar que<br />

éste es un articulador de movilización social, la manifestación activa de las<br />

comunidades; no es tan sólo nuestra ubicación espacial, sino referente de<br />

ubicación social (Molina Molina y Ramírez Seguro, 2009).<br />

En países como México, los principios de la GIRH llegaron hace más<br />

de dos décadas y media, y se incluyeron explícitamente en la reforma a la<br />

Ley de Aguas Nacionales de 2004. Sin embargo, este modelo de gestión<br />

no parece considerar las prácticas específicas de la gestión local del agua<br />

por parte de entidades gubernamentales y organizaciones sociales (Vargas<br />

Velázquez, 2018).<br />

En México, el agua esta considerada propiedad nacional y es administrada<br />

por la autoridad federal, que a su vez delega funciones a las comisiones de


278 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

agua estatales y a los operadores de agua a nivel municipal, asignándola<br />

mediante títulos de concesión a las asociaciones de usuarios. En múltiples<br />

casos, los organismos municipales han delegado en el estatal la operación<br />

de dichos organismos.<br />

Además de las leyes formales a nivel nacional, existen marcos regulatorios<br />

locales, generalmente de carácter comunitario (Banco Internacional de<br />

Reconstrucción y Fomento et al., 2007); también hay movimientos sociales<br />

que surgen de la sociedad urbana, los sectores socioeconómicos medios<br />

y los grupos profesionales; los <strong>num</strong>erosos conflictos y movimientos sociales<br />

en torno al agua en México reflejan complejidades que la propuesta de la<br />

GIRH no ha logrado abordar adecuadamente (Vargas Velázquez, 2018),<br />

esto podría deberse a una incapacidad o dificultad de la autoridad federal<br />

para adaptar correctamente estos principios al escenario mexicano.<br />

No lograr determinar la adecuada escala de estudio y acción puede ser<br />

una de las limitantes más significativas para la implementación de la GIRH:<br />

algunos estudios muestran cómo, a una escala manejable sencilla de microcuenca,<br />

se ha logrado la atención a problemas locales relacionados con<br />

calidad ambiental, aprovechamiento de recursos naturales y mejoramiento<br />

de calidad de vida (Cotler Ávalos y Pineda López, 2008; Cotler Ávalos y<br />

Caire, 2009), por lo tanto se espera que, a nivel de microcuenca, se identifiquen<br />

las causas de externalidades y los usuarios in<strong>vol</strong>ucrados, los<br />

intereses locales, las compensaciones necesarias y la participación de la<br />

población de una manera mas directa.<br />

Los estudios basados en microcuencas, como área de organización y<br />

acción, han sido eficientes en lograr planificar de forma operativa las acciones<br />

de recuperación y conservación de los recursos naturales y el adecuado<br />

aprovechamiento social de los mismos (Bassi, 2007), esta escala permite<br />

incluir simultáneamente aspectos económicos, sociales y ambientales<br />

(UICN, 2009), y posibilita de manera mas directa la implementación del<br />

enfoque de la GIRH (World Vision, 2000).<br />

El Estado de Morelos, en particular, tiene un patrimonio cultural e<br />

histórico sobre el manejo del territorio y uso del agua; gestión que data de<br />

la época prehispánica: su operación original tenía reglas estrictas en cuanto<br />

a equidad y cuidado del recurso que en la actualidad no se cumplen (Guzmán<br />

Puente, 2017); aunque Morelos ha sido reconocido como uno de los<br />

territorios mexicanos privilegiados debido a la abundancia de barrancas,<br />

manantiales y ríos, su biodiversidad, sus suelos fértiles y un microclima<br />

excepcionalmente confortable para los humanos (Jaramillo Monroy, 2010),<br />

esta región ha sufrido un deterioro ambiental acelerado durante las últimas<br />

décadas, el cual se debe, principalmente, al crecimiento explosivo de la<br />

población y al desarrollo urbano, agrícola e industrial no planificado<br />

(García Barrios et al., 2008; 2015).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

279<br />

La falta de una visión regional holística en cuanto al funcionamiento<br />

del sistema socio-hidrológico (Batllori Guerrero, 2004; Jaramillo Monroy,<br />

2010), por un lado, y en cuanto a las experiencias de manejo prexistentes<br />

en la gestión del agua (Carrillo-Rivera y Cardona, 2008) –las cuales suelen<br />

ser a escala de microcuenca– por el otro, resultan actualmente en la<br />

ausencia de planes de gestión del agua y el territorio que sean integrados<br />

y sostenibles en las instituciones públicas federales.<br />

El presente estudio intenta interpretar el uso y manejo –pasado y actual–<br />

del territorio y el agua en la Región Noroeste del Estado de Morelos (RNEM),<br />

así como el funcionamiento de una microcuenca inmersa en esta región.<br />

Debido al énfasis global puesto en la GIRH a propósito de la necesidad<br />

de conocer resultados de casos y experiencias locales, para acelerar y hacer<br />

operativas las estrategias adaptativas a mayor escala, este estudio muestra<br />

resultados de acciones locales de gestión del agua y el territorio en la<br />

microcuenca de El Pantano (MEP), para esto se plantearon tres objetivos:<br />

en primer lugar, realizar un análisis retrospectivo del uso del agua y el<br />

territorio en la MEP y la forma en que las comunidades ancestrales fueron<br />

construidas y organizadas bajo perspectivas socioambientales particulares<br />

en el pasado, hasta el tiempo presente; en segundo lugar, aplicar una<br />

perspectiva geográfica y funcional para el análisis biofísico de la microcuenca<br />

hidrológica, a fin de poder proponer un manejo y gestión eficientes<br />

del agua y el ambiente; por último, se presentan resultados de un<br />

análisis que considera en conjunto los componentes sociales y naturales<br />

de la microcuenca, y un análisis de los movimientos y acciones locales<br />

que han conducido a generar un programa de manejo y gestión comunitaria<br />

para esta microcuenca, el cual está implementándose actualmente.<br />

1. Región de estudio: características generales y principales<br />

problemas ambientales<br />

Morelos es el segundo estado más pequeño de México (4,879 km 2 ), representa<br />

0.2% del área del país; en esta entidad se encuentran dos regiones<br />

biogeográficas, la neártica y la neotropical; contiene ocho de los 10 ecosistemas<br />

y 14% de la flora y fauna de México (CEAMA y Conabio, 2003;<br />

Conabio y UAEM, 2004); en contraste con esta gran riqueza natural,<br />

Morelos ha perdido la mayoría de sus ecosistemas en los últimos 40 años.<br />

En 2013 quedaban 34,000 ha (7 % del área del estado) de bosques y selvas<br />

conservadas (Conafor, 2013). Morelos ocupa el segundo lugar en términos<br />

de transformación y destrucción de los ecosistemas naturales en México<br />

(Flores Villela y Gerez, 1994).


280 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

La población de Morelos aumentó de 386 mil habitantes, en 1960, a<br />

mas de 1.9 millones, en 2017, es uno de los estados más densamente poblados<br />

del país (Inegi, 2017). El escenario es más preocupante porque durante<br />

las últimas décadas ha habido un aumento descontrolado de los asentamientos<br />

urbanos e industriales en áreas de alta permeabilidad del suelo y<br />

desaparición de gran parte de la vegetación natural, afectando la disponibilidad<br />

de agua superficial, subterránea y el microclima de la región (Pohle<br />

Morales, s.f.a).<br />

Desde una perspectiva regional, la RNEM (mapa 1) forma parte de la<br />

cabecera de la región hidrológica del río Balsas y ha sido reconocida históricamente<br />

como uno de los territorios mexicanos más privilegiados en<br />

cuanto a clima, elementos naturales y biodiversidad (Jaramillo Monroy,<br />

2010); es también un importante corredor biológico e hidrológico entre<br />

áreas naturales protegidas con los acuíferos de Cuernavaca y Zacatepec, que<br />

proporcionan agua potable y riego a casi la mitad del estado (García Barrios<br />

et al., 2008). Así, su conservación es prioridad en la región para el mantenimiento<br />

de <strong>num</strong>erosos servicios ambientales (Aguilar Benitez, 1995;<br />

Batllori Guerrero, 2004; Pohle Morales, s.f.a; Jaramillo Monroy, 2010). El<br />

municipio de Jiutepec y la microcuenca de estudio (MEP, 294 hectáreas y<br />

altitud media 1,437 msnm) (mapa 2) se encuentran dentro de esta región.<br />

Mapa 1<br />

Ubicación de la Región Noroeste del Estado de Morelos<br />

(RNEM), México<br />

Nota: el mapa también muestra la ubicación de las áreas naturales protegidas y los principales<br />

flujos de agua superficial dentro de la RNEM.<br />

Fuente: elaboración propia


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

281<br />

Mapa 2<br />

Microcuenca El Pantano<br />

Ubicación y principales características geológicas<br />

Fuente: Pohle Morales, 2016.<br />

2. Métodos<br />

2.1. Análisis de los usos y gestión del agua y el territorio en la MEP:<br />

desde las comunidades ancestrales hasta el presente<br />

Se hizo un análisis histórico de la e<strong>vol</strong>ución del uso y el manejo del suelo<br />

y del agua por parte de las diversas comunidades que habitaron la zona<br />

de estudio hasta el presente, para ello se revisaron documentos históricos<br />

y archivos que fueron consultados en el Archivo General de la Nación,<br />

México; también se analizaron documentos que conforman las estrategias<br />

de gestión pública y ciudadana de la MEP, los cuales están disponibles<br />

desde la década de 1960 hasta el presente. Estos documentos provinieron<br />

de diversas fuentes (Aguilar Benitez, 1995; Ávila Sánchez, 2001; Sánchez<br />

Resendiz, 2006; Ceccon y Flores Rojas, 2012; Flores Armillas, 2016; Ávila<br />

García, 2013) y contienen información acerca de las acciones y experiencias<br />

gubernamentales y ciudadanas vinculadas a la valoración, planificación,<br />

uso y gestión del territorio, y a la protección del ambiente, la<br />

biodiversidad, el agua y otros elementos naturales.


282 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

2.2. Análisis del funcionamiento biofísico de la MEP a nivel<br />

del paisaje<br />

Se hicieron estudios biofísicos del sistema de la MEP con el fin de comprender<br />

su funcionamiento, sus principales aportes de agua e identificar<br />

las posibles causas que lo han llevado a problemas específicos en la<br />

actualidad. Se recopiló y analizó la información (bibliográfica, documental<br />

y cartográfica) y se usaron sistemas de información geográfica (Esri®<br />

ArcGIS), diagramas de flujo y verificaciones de campo. La información<br />

hidrológica, geológica y climática obtenida de Pohle Morales (2016) se<br />

utilizó para elaborar un diagrama del funcionamiento hidrológico de la<br />

microcuenca.<br />

2.3. Análisis de las perspectivas socioambientales de la MEP<br />

Se analizaron los instrumentos de planificación y gestión para la conservación<br />

y uso del agua, la biodiversidad y el territorio; de esta información,<br />

se identificaron las externalidades ambientales positivas y negativas. Con<br />

el fin de conocer aspectos relacionados con la regulación del uso del<br />

territorio se revisaron los siguientes ordenamientos territoriales: Ayuntamiento<br />

de Jiutepec (2003) y Periodico Oficial Tierra y Libertad (2009;<br />

2012; 2013 y 2014).<br />

Para comprender las interrelaciones entre los componentes naturales<br />

y sociales, y las causas de los conflictos en la gestión de cuencas, se sistematizó<br />

la información utilizando diagramas de flujo de un sistema disipativo,<br />

abierto y autorregulado, tomando como modelo lo propuesto por<br />

Oswald Spring y Hernández Rodríguez, (2005); estos diagramas permiten,<br />

por un lado, combinar la historia de los fenómenos analizados con la<br />

ubicación territorial (análisis espacial) y, por el otro, evaluar en forma<br />

holística y para determinados tiempos los procesos y resultados (análisis<br />

temporal). Ello permite identificar potenciales desequilibrios (tensiones,<br />

conflictos y rupturas) del conjunto del sistema y subsistemas, y resaltar<br />

círculos virtuosos que pudieran reforzar procesos sostenibles que generan<br />

mayor equidad.<br />

Por otro lado, se analizaron diferentes enfoques en el marco del<br />

esquema de la GIRH con el propósito de identificar éxitos, fracasos u<br />

omisiones en la gestión del agua y el territorio de algunos países de Latinoamérica,<br />

de México y del Estado de Morelos. Finalmente, se presenta<br />

la integración de la información derivada de cuatro talleres intersectoriales<br />

realizados con base en la metodología de la UICN (2009). Esta integración<br />

final contribuyó en la elaboración de una propuesta de gestión


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

283<br />

participativa y adaptativa del agua y el territorio para la MEP (Flores<br />

Armillas et al., 2016).<br />

3. Resultados<br />

3.1. Uso y manejo del agua y el territorio en la MEP: desde<br />

el pasado hasta el presente<br />

Se estima que los primeros habitantes llegaron al estado de Morelos alrededor<br />

de 7,000 años a. C. (Aguilar Benitez, 1995) y que la agricultura<br />

comenzó entre 6,000 y 4,000 años a. C. (Von Mentz, 1993; Corona,<br />

2010). Cuando el pueblo Tlahuica ocupó Jiutepec, alrededor de 1,100<br />

d. C., este territorio ya había sido habitado por los Olmecas (Corona,<br />

2010; Villaseñor, 2010); a partir de esa época, la MEP y su región circundante<br />

ha pasado por cinco periodos históricos principales: el prehispánico,<br />

el colonial, el de independencia, el siglo <strong>XX</strong>,y el presente.<br />

Durante el periodo prehispánico mexicano, la gestión del agua y de<br />

las áreas forestales permitieron la vida misma y el desarrollo de las comunidades,<br />

incluido el florecimiento de las sociedades hidráulicas en Mesoamérica<br />

(Palerm y Wolf, 1972; Rojas Rabiela y Pérez Espinosa, 1985). La<br />

distribución de agua entre los pueblos prehispánicos tenía mecanismos<br />

tradicionales equivalentes a los principios normativos actuales (Scarborough,<br />

2003); fueron construidos los apantles (del náhuatl atl, agua y pantli, río;<br />

refiriéndose a los canales que servían para conducir el agua de un manantial<br />

o río a las zonas de cultivo), cuya función era distribuir el agua por<br />

igual entre los usuarios, estas construcciones tenían un administrador<br />

(Olivares y Sandoval, 2008). Los apantles, los patrones de asentamientos<br />

humanos, los santuarios, las ceremonias de agua y las figuras ceremoniales<br />

eran evidencia de que los sistemas hidráulicos impregnaban todos los<br />

aspectos de la vida mesoamericana (Olivares y Sandoval, 2008). En la<br />

porción meridional de la MEP, se encontraban los principales asentamientos<br />

humanos y centros sagrados (Smith, 2018).<br />

A lo largo de la historia humana, y en la cosmovisión sobre el mundo y<br />

la naturaleza, el agua siempre ha tenido un profundo significado espiritual<br />

y sociocultural (León Portilla, 1992; Ilyich, 1993), reconocer su valor es<br />

un factor clave para comprender la existencia y desarrollo de estas culturas<br />

que se han basado en principios de sostenibilidad social y ambiental<br />

(Palerm y Wolf, 1972; Rojas Rabiela y Pérez Espinosa, 1985; Ávila García,<br />

1996). En Morelos, la gestión del territorio y el agua a través de sistemas<br />

de riego antiguos ha persistido y éstos todavía son utilizados a pesar del<br />

aumento acelerado de los sectores urbanos e industriales. La existencia de


284 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

la red de apantles que atraviesan la MEP y el área que la circunda ofrece<br />

posibilidades únicas para el uso y manejo del agua de primera calidad, ya<br />

sea para el riego productivo o para la preservación de las áreas remanentes<br />

de ecosistemas naturales.<br />

3.2. Aspectos geohidrológicos<br />

La RNEM y la MEP se encuentran dentro de un entorno geológico<br />

particular, esta es una zona de transición entre el Eje Volcánico transmexicano<br />

y la Sierra Madre del Sur, donde las estructuras <strong>vol</strong>cánicas de<br />

edad reciente se encuentran con antiguas rocas sedimentarias de origen<br />

marino (Fries, 1956; 1960). La e<strong>vol</strong>ución geológica en esta región ha sido<br />

de gran importancia para el desarrollo de un sistema de barrancas, que<br />

actualmente da características particulares en términos de clima, biodiversidad<br />

y corrientes hidrológicas a la RNEM.<br />

Entre los aspectos geohidrológicos mas significativos encontrados en<br />

la MEP está la existencia de un importante acuífero; su presencia se debe<br />

a que las capas más profundas son semi-impermeables, constituidas por<br />

rocas calcáreas; la capa intermedia es semi-permeable y la capa superior<br />

de lava <strong>vol</strong>cánica es altamente permeable. Debido a la topografía y el clima<br />

regional, el agua fluye y se infiltra de norte a sur y no puede almacenarse<br />

(mapa 1). Al analizar el funcionamiento hidrológico de la MEP encontramos<br />

dos sistemas de escurrimiento superficial: el primero es el drenaje<br />

natural, de carácter efímero y sin un curso bien definido (esto se debe,<br />

por un lado, a la alta permeabilidad del suelo y, por el otro, al crecimiento<br />

urbano); el segundo sistema consiste en una intrincada red de apantles de<br />

tiempos prehispánicos, originalmente construidos para el riego de tierras<br />

agrícolas, que transfiere parte del caudal procedente de un manantial<br />

llamado Chapultepec (1,177 lps) luego de irrigar áreas de cultivo, áreas<br />

verdes y jardines; 18% del <strong>vol</strong>umen original (aproximadamente 210 lps)<br />

entra en la MEP.<br />

Este <strong>vol</strong>umen lo distribuyen los apantles que cruzan la parte inferior<br />

de la microcuenca, alcanzando finalmente el vaso receptor de El Pantano<br />

con un caudal de 119.8 lps, lo que representa 10.2% del <strong>vol</strong>umen original<br />

transferido desde el manantial de Chapultepec; en cuanto a las aguas<br />

subterráneas, se determinó que éstas contribuyen principalmente a través<br />

de un flujo horizontal que representa 71.3% (10 hm 3 /año) de la recarga<br />

anual total. En cuanto a la recarga inducida, representada por retornos<br />

agrícolas, infiltración de canales y aguas residuales, ésta constituye según<br />

Pohle Morales (s.f.b), unos 3.6 hm 3 /año.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

285<br />

3.3. Funcionamiento actual de la MEP<br />

De acuerdo al análisis hidrológico, la MEP está ligada a una interacción<br />

entre flujos de agua provenientes de otras microcuencas vecinas, que se<br />

encuentran en la misma RNEM, especialmente las situadas en las partes<br />

norte y oeste (figura 1); sus principales mecanismos de aporte de agua<br />

dependen además de aguas superficiales y subterráneas, tanto de forma<br />

natural como a través de la acción humana. Del mismo modo, la cantidad<br />

y calidad de agua que llega a la MEP están sujetas a la acción humana,<br />

tanto por el uso de la tierra de las zonas forestales, como por el mantenimiento<br />

de los ecosistemas naturales.<br />

La zona norte de la RNEM, relativamente bien conservada por grandes<br />

áreas naturales protegidas y caracterizada por las abundantes lluvias,<br />

mantiene y provee los servicios ambientales necesarios a las zonas centro<br />

y sur de la región. La zona central de la RNEM, más plana y con abundantes<br />

recursos hídricos, se encuentra impactada por una explosiva<br />

expansión urbana y desarrollo industrial que durante los últimos 40 años<br />

ha afectado negativamente los ecosistemas naturales y agroforestales<br />

(Aguilar Benitez, 1995; Jaramillo Monroy, 2010) y a los servicios ambientales<br />

hacia el centro y sur de la región (figura 1).<br />

Figura 1<br />

Funcionamiento hidrológico de la microcuenca El Pantano<br />

y de la Región Noroeste del Estado de Morelos<br />

Fuente: elaboración propia.


286 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

3.4. Movimientos ciudadanos con relación al agua y el ambiente<br />

en la MEP<br />

En los últimos 15 años ha habido un aumento en la sensibilización ciudadana<br />

y en la participación y promoción para la recuperación de las áreas<br />

verdes, el agua y la red de apantles que todavía se distribuyen principalmente<br />

en el municipio de Jiutepec y son parte del patrimonio natural de<br />

Morelos y México. Entre las actividades llevadas a cabo por los ciudadanos<br />

habitantes de la MEP se encuentran diversas acciones.<br />

Tal vez entre las acciones más relevantes se encuentra la elaboración<br />

de los estudios técnicos para establecer a El Pantano y otros espacios, donde<br />

hay ecosistemas conservados, como áreas naturales protegidas; estos esfuerzos<br />

fueron impulsores muy valiosos para trabajar en la gestión de un<br />

programa de manejo de la MEP –que fue un producto del presente estudio<br />

(Flores Armillas et al., 2016)– que reconozca el valor histórico de las gestiones<br />

pasadas del agua y el territorio por las comunidades, e in<strong>vol</strong>ucre el<br />

estudio de su funcionamiento natural bajo un enfoque regional hidrológico<br />

que considere las necesidades de los ecosistemas y las del desarrollo.<br />

Se ha requerido la creación de un comité intersectorial para la gestión<br />

del PMEP, el cual incluye la capacitación de estudiantes en diversos<br />

temas de protección del ambiente y la recuperación de la red de apantles,<br />

así como la publicación y difusión de un manual ilustrativo sobre<br />

estos temas (material suplementario).<br />

Se han organizado talleres para la comunidad con el fin de capacitar<br />

sobre ecotecnologías y difundir el conocimiento del funcionamiento<br />

hidrológico de la MEP y su incorporación a los saberes comunitarios;<br />

estos talleres constituyeron, además, espacios de reunión y discusión de<br />

los principales problemas ambientales comunitarios, espacios de concertación<br />

para definir y alcanzar acuerdos de coordinación intersectorial para<br />

las soluciones propuestas, y espacios de desarrollo de ideas y proyectos<br />

productivos comunitarios. El PMEP se encuentra actualmente en marcha<br />

y es un ejemplo claro de acción participativa holística para la gestión del<br />

territorio y el agua en una microcuenca.<br />

Conclusiones<br />

En cumplimiento de los objetivos para el desarrollo sostenible de la agenda<br />

2030 de la ONU, este estudio satisface la necesidad de lograr y ofrecer<br />

progresos tangibles en cuanto al objetivo 6 de dicha agenda, para garantizar<br />

la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, implementando la<br />

GIRH mediante el manejo de cuencas, protegiendo y restableciendo los


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

287<br />

ecosistemas relacionados con el agua –incluidos los bosques, las montañas,<br />

los humedales, los ríos, y los acuíferos– y apoyando y fortaleciendo la<br />

participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del<br />

agua y el territorio.<br />

Para los habitantes de la RNEM, contar con la red prehispánica de<br />

apantles, además de los valores culturales e históricos propios, ofrece ventajas<br />

y servicios ambientales diversos, como el papel crucial que desempeñan<br />

en los procesos de escorrentía reduciendo las velocidades y distribuyendo<br />

eficientemente el flujo de agua entre cultivos y asentamientos.<br />

Esto, sin duda, cobra mayor interés frente a las condiciones climáticas/<br />

hidrológicas extremas y desastres naturales (inundaciones, periodos de<br />

sequía, sismos, etc.) y otorga resiliencia social, ambiental y económica a<br />

las poblaciones locales; desde el punto de vista del funcionamiento hidrológico,<br />

la MEP es un área de descarga que interactúa con otras microcuencas<br />

vecinas dentro de la RNEM, especialmente las situadas en las partes<br />

norte y oeste del estado de Morelos. Sin embargo, ésta, a su vez, depende<br />

de los componentes biofísicos y socioeconómicos de estas microcuencas<br />

en términos de la contribución de aguas superficiales y subterráneas, así<br />

como también puede verse vulnerable debido al cambio de uso del suelo<br />

de las áreas forestales.<br />

Para avanzar hacia compromisos duraderos y una gestión más eficiente<br />

de los elementos naturales de la región es fundamental captar el interés de<br />

los múltiples sectores relacionados con sus sistemas sociales e hidrológicos<br />

y hacer de su conocimiento el funcionamiento real del mismo: los beneficios<br />

de un buen manejo y sus impactos a diversas escalas de tiempo y<br />

espacio. También es fundamental revalorar la existencia y funcionalidad<br />

de la red de apantles considerando los flujos, los movimientos, los procesos<br />

y los saberes propios a todos los niveles.<br />

La MEP depende de un sistema de flujo regional conectado a las microcuencas<br />

adyacentes en términos de cantidad y calidad del agua, uso del<br />

suelo, contaminación y expansión urbana e industrial, del análisis de<br />

interacción entre los subsistemas social y natural (figura 1); podemos<br />

observar que en la MEP se presenta inestabilidad entre los diversos usos del<br />

suelo y con las zonas vecinas por el mal manejo del agua superficial y subterránea<br />

en la región, a partir de lo cual se observan dos posibles escenarios<br />

para el futuro de la MEP y RNEM: 1. El escenario tendencial, en el que<br />

se pierdan las áreas agrícolas, de viveros y espacios verdes, las cuales se irán<br />

transformando en fraccionamientos y unidades habitacionales. La modificación<br />

del microclima, la disminución de las áreas de capitación e<br />

infiltración de agua al acuífero y de la cantidad y calidad del agua superficial,<br />

pérdida de la biodiversidad y disminución de la calidad de vida de<br />

los seres humanos y demás seres vivos que habitan esta región. 2. El otro


288 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

escenario posible es resultado de la gestión y manejo de los ecosistemas<br />

naturales y transformados a nivel regional, en el que se logre una autentica<br />

gobernanza en la planificación y gestión del territorio, del agua y la biodiversidad,<br />

logrando un equilibrio entre los distintos usos del territorio.<br />

Se puede decir que, en México, prácticamente no existe ningún fundamento<br />

jurídico o institucional que establezca explícitamente cómo debe<br />

regularse la planificación, el establecimiento, la observancia, el seguimiento,<br />

la evaluación y, cuando proceda, la modificación de la GIRH.<br />

Tampoco existen fundamentos jurídicos para definir las responsabilidades<br />

institucionales y el papel de la participación ciudadana con respecto a la<br />

GIRH. Más bien, los lineamientos de la GIRH han sido adaptados por<br />

esfuerzos aislados de algunas organizaciones sociales o iniciativas académicas<br />

y, en menor medida, por iniciativas de algunos municipios para<br />

cuencas particulares (Dourojeanni, 2004; Cotler Ávalos y Caire, 2009).<br />

Aunque las leyes sobre aguas nacionales y desarrollo forestal sostenible<br />

mencionan el manejo de las cuencas, y asignan esta responsabilidad a los<br />

consejos de cuenca, estas atribuciones han sido más teóricas que prácticas<br />

y los consejos de cuenca se han centrado principalmente en la inversión<br />

para el desarrollo de obras hidráulicas y la distribución de los recursos<br />

hídricos para los diversos usuarios del agua.<br />

Así pues, para que la GIRH pueda tener una observancia generalizada<br />

y viabilidad a mediano y largo plazo en México, las experiencias de participación<br />

pública e intersectorial deben ganar espacios en el escenario de<br />

las políticas públicas, éstas, sin duda, pueden contribuir a generar instrumentos<br />

legales de planificación, seguimiento y evaluación de la GIRH.<br />

Existen diversos ejemplos que han aplicado el enfoque de manejo<br />

integral de cuencas en México y en otros países (UAEM-Unicedes, 1999;<br />

IMTA et al., 2008; Cotler Ávalos et al., 2009; Cotler Ávalos y Caire<br />

2009; Guzmán Puente, 2010; Sguerra et al., 2011; Merlinsky, 2013;<br />

Lasso Otaya, 2014; FMCN, 2014; IMTA-FGRA, 2012; CyN Ingeniería<br />

y Consultoría de Morelos et al., 2013; El Colegio de Morelos, 2018;<br />

Moreno Díaz y Renner, 2007; Tschinkel y Pérez, 2001; Faustino et al.,<br />

2007; FAO, 2007), sin embargo, estas experiencias se han dado con una<br />

planificación y gestión de cuenca hidrográfica, y en general no se ha tenido<br />

un análisis integral de la cuenca o microcuenca en sus aspectos biofísicos,<br />

socioeconómicos, legales e institucionales.<br />

En general ha faltado el entendimiento de la problemática integral del<br />

funcionamiento geohidrológico de la cuenca y su vinculación con los<br />

flujos de agua subterránea a nivel regional, algunas de estas experiencias se<br />

han centrado en solucionar problemáticas de las comunidades, por ejemplo,<br />

de producción agropecuaria o forestal, de desarrollo rural, de contaminación<br />

y abasto de agua, de los aspectos de educación y participación


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

289<br />

comunitaria e intersectorial, o de aspectos legales o institucionales de<br />

aprovechamiento y administración del agua.<br />

Propuestas para cambiar el escenario actual (figura 2)<br />

Nuevas instituciones públicas: existe la necesidad de crear instituciones<br />

públicas autónomas que funcionen en consonancia con los comités de<br />

ordenamiento ecológico del territorio, el sector académico y los consejos<br />

ciudadanos de desarrollo sostenible, con el fin de desarrollar la planificación<br />

participativa y gestión del territorio, el agua y la biodiversidad. Esto<br />

haría que los acuerdos y la política pública fueran decisivos y vinculantes<br />

para las instancias ejecutivas a nivel municipal y estatal (García Barrios<br />

et al., 2015).<br />

Legislación y normatividad: deben establecerse bases jurídicas con el fin<br />

de permitir el correcto funcionamiento de esas instituciones públicas<br />

autónomas. La legislación debe promover el diseño, la observancia, el<br />

seguimiento y la evaluación de la GIRH, así como de los programas de<br />

planificación a nivel regional, teniendo en cuenta a la microcuenca hidrológica<br />

como la unidad de gestión eficaz de los socioecosistemas. También<br />

deben promoverse los programas de gestión y los comités de participación<br />

ciudadana para la planificación y manejo integral de cuencas y microcuencas<br />

hidrológicas.<br />

Instrumentos: deben compatibilizarse los instrumentos de protección al<br />

ambiente, los programas de desarrollo urbano, de las áreas naturales<br />

protegidas y los programas de ordenamiento ecológico del tierritorio, con<br />

el instrumento de manejo integral de microcuencas hidrológicas. Su<br />

creación y funcionamiento deben depender preferentemente de organizaciones<br />

de la sociedad civil y de instituciones académicas, y no de la<br />

decisión de una sola persona: de la autoridad ejecutiva en el poder.<br />

Ciencia y tecnología: es necesario un mayor apoyo a la investigación<br />

científica directamente in<strong>vol</strong>ucrada para la GIRH, la mejora de las prácticas<br />

de sostenibilidad y del desarrollo de nuevas tecnologías, así como la<br />

implementación de carreras en la gestión de los socioecosistemas, del<br />

funcionamiento hidrológico, de la prevención de riesgos y de la ecología<br />

de la restauración.<br />

Financiamiento: debe ser obligatoria la asignación de recursos públicos<br />

al funcionamiento de las instituciones públicas autónomas para la investigación,<br />

preparación y seguimiento de los instrumentos para la GIRH,


290 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

asimismo la participación ciudadana en la gestión del ambiente, el agua<br />

y el territorio.<br />

Revaloración del agua y los ecosistemas: debe haber una revaloración<br />

del patrimonio natural y de las buenas prácticas de gestión del ambiente.<br />

Las redes de apantles en Morelos deben ser consideradas y declaradas<br />

oficialmene como patrimonio cultural y natural. Se debe aumentar la<br />

sensibilización del público con respecto al valor de conservar las aguas<br />

superficiales y subterráneas, del papel del agua en el funcionamiento de<br />

los ecosistemas y del mantenimiento de sus servicios ambientales. Se<br />

requiere un esfuerzo constante de gestión a todos los niveles,para que la<br />

GIRH sea efectivamente adoptada y gane espacios en las políticas publicas,<br />

en la legislación, en la agenda de los gobiernos e instituciones públicas<br />

y de la sociedad en general.<br />

Figura 2<br />

Que se requiere para concretar la GIRH en Morelos y en México<br />

Fuente: elaboración propia.<br />

Agradecimientos<br />

Agradecemos el apoyo de Conacyt (6<strong>65</strong>636/575740) otorgado a Fernando<br />

Jaramillo Monroy, a través del Programa de Doctorado en Ciencias Naturales<br />

del Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación de la<br />

Universidad Autónoma del Estado de Morelos (CIByC-UAEM). Damos<br />

especial reconocimiento a la Fundación Gonzalo Río Arronte, a la Fundación<br />

Alfredo Harp Helú y a la Fundación FEMSA, que financiaron<br />

parte de los trabajos de campo y programas que sirvieron para desarrollar


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

291<br />

esta publicación. Especial mención merece la colaboración de los residentes<br />

y los organismos gubernamentales de Jiutepec. Nuestro reconocimiento<br />

a la doctora Úrsula Oswald Spring, al M. en C. Vicente Torres y al M. en<br />

C. Ramón Pérez Gil por la revisión de este documento. Gracias a Fernando<br />

Jaramillo Torres por su apoyo en la elaboración de varios de los mapas y<br />

figuras integradas en esta publicación.<br />

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Recibido: 3 de abril de 2020.<br />

Reenviado: 6 de agosto de 2020.<br />

Aceptado: 28 de agosto de 2020.<br />

Fernando Jaramillo Monroy. Es doctor en Ciencias Naturales por la<br />

Universidad Autónoma del Estado de Morelos y doctor en Estrategias de<br />

Planificación del <strong>Territorio</strong> por la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla,<br />

España, maestro en Ordenación Territorial por la Universidad Internacional<br />

de Andalucía y Biólogo, mastozoólogo por la Facultad de Ciencias,<br />

Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es director de<br />

la Fundación Biosfera del Anahuac, A.C. y jefe de transferencia del conocimiento<br />

del Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación de<br />

la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Sus líneas de investigación<br />

son Ordenación territorial, Gestión ambiental, <strong>Sociedad</strong> y medio ambiente,<br />

Manejo de fauna silvestre, Cuencas hidrográficas, Manejo de recursos<br />

naturales, entre otros. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran:<br />

como coeditor, “Plan para el manejo integral del Sistema de Barrancas del


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 275-304<br />

303<br />

Norponiente de Morelos”, Cuernavaca, Fundación Biosfera del Anáhuac,<br />

A.C.-Reconcilia, A.C. (2018); “Programa de manejo y gestión comunitaria<br />

del agua y el territorio de la microcuenca “Barranca Chalchihuapan”, Cuernavaca,<br />

Fundación Biosfera del Anáhuac, A.C.-Reconcilia, A.C.-Fundación<br />

Doster, A.C.-Fundación Gonzalo Río Arronte, IAP-Conacyt-CIByC-<br />

UAEM (2018); como coautor, “Rescatando el Salto de San Antón. Una<br />

historia reciente de construcción institucional”, <strong>Economía</strong> Mexicana. Nueva<br />

Época, 16 (2), Ciudad de México, Centro de Investigación y Docencia<br />

Económicas, pp. 307-336 (2007).<br />

Elisabet Verónica Wehncke Rodríguez. Es doctora en Ciencias por la<br />

Universidad Nacional Autónoma de México y bióloga por la Universidad<br />

de Buenos Aires. Actualmente es profesora-investigadora del Centro de<br />

Investigación en Biodiversidad y Conservación de la Universidad Autónoma<br />

del Estado de Morelos. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores,<br />

nivel I. Sus líneas de investigación actuales son Ecología,<br />

dinámica y manejo de ecosistemas riparios, Interacciones planta animal y<br />

Ecología de comunidades de plantas, con interés particular en entender<br />

los procesos que determinan sus patrones de abundancia y distribución.<br />

Entre sus más recientes publicaciones se encuentran, como coautora,<br />

“Physical Environmental Conditions determine Ubiquitous Spatial<br />

Differentiation of standing Plants and Seedbanks in Neotropical riparian<br />

dry Forests”, PLoS ONE, 14 (3), e0212185, San Francisco, Public Library<br />

of Science, (2019); “Diferencias sociales y de conocimiento en niños de<br />

educación básica en comunidades del río Amacuzac, Morelos”, Región y<br />

sociedad, <strong>vol</strong>. 31, e1047, Hermosillo, El Colegio de Sonora, (2019); e<br />

“Investigating Regional Goundwater Flow Systems in Baja California<br />

Central Desert Region”, International Journal of Hydrology, 2 (1), Budapest,<br />

MedCrave Publishing, pp. 83-93 (2018).<br />

Víctor Hugo Flores Armillas. Es candidato a doctor en Ciencias Naturales<br />

por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, maestro en<br />

Ciencias Ambientales por la Universidad Nacional Autónoma de México<br />

y biólogo, mastozoólogo, egresado de la Facultad de Ciencias Biológicas,<br />

Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Entre sus líneas de investigación<br />

se encuentran: Conservación, Agua, Ecología, Biodiversidad,<br />

Especies exóticas, Áreas naturales protegidas, Cambio climático, Sistemas<br />

de Información Geográfica, Construcción de ecotecnias, Manejo integrado<br />

de cuencas, Participación ciudadana, Divulgación de la ciencia y Planificación<br />

para el uso y manejo de recursos naturales. Algunas de sus más<br />

recientes publicaciones son, como coautor, “Human-wildlife Conflicts<br />

in Mexico: Review of Status and Perspectives”, Ecosistemas y Recursos


304 F. Jaramillo Monroy et al.: Enfoque regional de manejo integrado del agua…<br />

Agropecuarios, 7 (1), e2274, Villahermosa, Universidad Juárez Autónoma<br />

de Tabasco, (2020); “Landscape Features Associated with Damage to<br />

Maize (Zea mays) Fields in Central México: A Comparison of Wind and<br />

Wildlife Damage”, Agriculture, 10 (10), Basel, MDPI, pp. 1-15 (2020);<br />

como coeditor, “Plan de manejo integral del sistema de Barrancas del<br />

Norponiente de Morelos”, Cuernavaca, El Colegio de Morelos-Fundación<br />

Biósfera del Anáhuac, A.C.-Reconcilia A.C. (2018).<br />

Oscar Mario Pohle Morales. Ingeniero geólogo por la Facultad de Ingeniería<br />

de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es consultor<br />

independiente. Entre sus líneas de investigación y de trabajo se encuentran:<br />

Estudios geológicos, hidrogeológicos y geotécnicos, relacionados con<br />

problemas ambientales. Sus más recientes publicaciones son, como coeditor,<br />

Nanocuenca El Pantano. Programa de manejo y gestión comunitaria<br />

del agua y el territorio, Cuernavaca, Fundación Biosfera del Anáhuac, A.C.<br />

(2016), como coautor, “Identifying Suitable Sanitary Landfill Locations<br />

in the State of Morelos, México, using a Geographic Information System”,<br />

Physics and Chemistry of the Earth”, <strong>vol</strong>. 37-39, Ámsterdam, Elsevier,<br />

pp. 2-9 (2012); en coautoría: “Programa de manejo y gestión comunitaria<br />

del agua dentro de la nanocuenca de ‘El Pantano’, Jiutepec, Morelos<br />

México”, Cuernavaca, Fundación Gonzalo Río Arronte (2016).<br />

Xavier López-Medellín. Doctor en ciencias naturales por la Universidad<br />

Autónoma Nacional de México. Actualmente es profesor-investigador del<br />

Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación de la Universidad<br />

Autónoma del Estado de Morelos. Es miembro del Sistema Nacional<br />

de Investigadores, nivel I. Su línea de investigación actual es el manejo<br />

y conservación de los recursos naturales. Entre sus más recientes publicaciones<br />

destacan como coautor: “How do policy-influential stakeholders<br />

from the Madrid región (Spain) understand and perceive the relevance<br />

of agroecology and the challenges for its regional implementation?”,<br />

Landbauforsch, Journal of Sustainable Organic Agriculture Systems, 70 (2),<br />

Westerau, Landbauforsch, Journal of Sustainable Organic Agriculture<br />

Systems, pp. 145-156 (2020); “Landscape Features Associated with<br />

Damage to Maize (Zea mays) Fields in Central México: A Comparison<br />

of Wind and Wildlife Damage”, Agriculture, 10 (10), 460 (2020); y “El<br />

desarrollo acelerado de megaproyectos: amenazas a la biodiversidad”,en<br />

La Biodiversidad en Morelos. Estudio de Estado 2, Vol. III, Ciudad de<br />

México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad,<br />

pp. 161-168 (2020).


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 305-314.<br />

<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 305-314<br />

DOI: https://doi.org/10.22136/est20211680<br />

Mitigando la crisis económica<br />

del COVID: actuar rápido y hacer<br />

lo que sea necesario<br />

305<br />

Mitigating the COVID economic crisis: Act<br />

fast and do whatever it takes<br />

Baldwin, Richard and Weder di Mauro, Beatrice (eds.) (2020),<br />

Mitigating the COVID economic crisis: Act fast and do whatever<br />

it takes, VoxEU.org eBook, CEPR Press, Londres, 219 pp.,<br />

ISBN: 978-1-912179-29-9<br />

Introducción<br />

Este interesante y profuso libro hace un recorrido por las principales decisiones<br />

de política económica tomadas –o que, en opinión de los autores,<br />

deberían haberse tomado– en distintos países para mitigar los efectos de la<br />

pandemia provocada por el COVID-19. A diferencia de la mayoría de los<br />

análisis monográficos, que se elaboran una vez que hay suficiente evidencia<br />

contrastable sobre el tema en cuestión, la obra analizada apuesta por<br />

reunir y presentar de forma descriptiva a la vez que crítica, las respuestas<br />

nacionales (principalmente europeas y asiáticas) ante la magnitud y e<strong>vol</strong>ución<br />

de la emergencia sanitaria, bajo una visión económico-normativa.<br />

La obra reseñada es producto del trabajo colaborativo de un amplio<br />

grupo de destacados investigadores en el ámbito económico, liderados<br />

por Richard Baldwin y Beatrice Weder di Mauro, profesores de economía<br />

internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y del<br />

Desarrollo (Suiza) y en la Universidad Johannes Gutenberg (Alemania),<br />

respectivamente, quienes fungen como editores de ésta. El libro se divide<br />

en 24 apartados y un capítulo introductorio firmado por los editores,<br />

donde se expone la intención de contribuir al análisis de las reacciones<br />

políticas y económicas ante este fenómeno inesperado y cambiante, destacando<br />

el riesgo de que malas soluciones temporales puedan acarrear<br />

graves problemas duraderos. Esta reseña pretende sintetizar y articular las<br />

principales ideas de estos apartados.


306 Reseña<br />

Estructura del libro<br />

Durante el primer semestre del año 2020 buena parte de los gobiernos<br />

del mundo estuvieron trabajando en el diseño e implementación de políticas<br />

fiscales, financieras, laborales e industriales, entre otras que, de<br />

acuerdo con su visión del problema, reducen el daño económico derivado<br />

de la pandemia del COVID-19. Para enfrentar esta coyuntura, Charles<br />

Wyplosz sugiere recurrir a los apoyos directos dejando de lado el riesgo<br />

moral. Para el autor, la capacidad de los países miembros de la Unión<br />

Europea (UE) para coordinarse en esta tarea será un determinante crucial.<br />

Aunque la crisis es económica y no financiera, los mercados ya empiezan<br />

a entrar en pánico, lo que se observa en la adopción de posiciones cortas<br />

por parte de los inversores.<br />

Pierre Olivier Gourinchas propone aplanar la curva epidémica, aunque<br />

ello inevitablemente aumentará la curva de recesión que amenaza con<br />

dañar la compleja red de vínculos que hacen que la economía funcione.<br />

Esta compensación está detrás de las acciones de algunos líderes cuando<br />

retrasan las políticas de contención. Para Gourinchas, la prioridad debe<br />

ser garantizar el empleo y pago de salarios, y que las empresas puedan<br />

evitar la bancarrota, permitiéndoles hacer pagos parciales de impuestos<br />

(o condonándoselos) y otorgándoles préstamos en condiciones favorables.<br />

Gita Gopinath plantea que la prioridad debe ser mantener a la gente<br />

sana y resguardada. Los cierres comerciales están llevando a la reducción<br />

de la producción, sumada a la del consumo, principalmente, de bienes<br />

no indispensables. Por otro lado, hay una reducción directa en la oferta<br />

de mano de obra (por recortes, licencias forzosas, etcétera). Además, las<br />

empresas que dependen de cadenas globales de suministro están dejando<br />

de obtener los insumos que necesitan. Para Gopinath, estos efectos serán<br />

particularmente graves para sectores como el turismo, el transporte aéreo<br />

y la hostelería. En su opinión, el costo del dinero podría aumentar por<br />

el temor al incumplimiento de pagos. Una reducción del crédito podría<br />

amplificar la desaceleración cuyos efectos se generalizarían a través del<br />

comercio internacional y los vínculos financieros. En su opinión, la<br />

pandemia tiene a consumidores y a empresas de todo el mundo posponiendo<br />

decisiones.<br />

Olivier Blanchard destaca la responsabilidad del Banco Central Europeo<br />

en la contención de la crisis y afirma que no debería primar el riesgo<br />

moral sino sólo el auxilio para los miembros que lo necesitan, y la consideración<br />

de que dicho apoyo podría ser la única vía para salvar la zona.<br />

Sin embargo, esto requerirá del acuerdo entre los países miembros.<br />

Alberto Alesina y Francesco Giavazzi se preguntan de qué tamaño debe<br />

ser la respuesta política al shock económico provocado por la pandemia.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 305-314<br />

307<br />

Argumentan que la reacción del gobierno italiano fue inicialmente muy<br />

modesta, aunque ésta se elevó rápidamente hasta llegar a comprometer un<br />

porcentaje del PIB superior al estipulado por las normas de la zona euro.<br />

Para los autores, el gobierno tiene que plantearse objetivos claros que den<br />

certidumbre a la población, más allá de discusiones presupuestales.<br />

Por otra parte, Jordi Galí indica que la rápida propagación del coronavirus<br />

constituye un desafío para los sistemas de salud y que, aun con<br />

medidas como el confinamiento, las restricciones de movilidad y el cierre<br />

temporal de comercios, no se podrá evitar una importante pérdida de<br />

vidas humanas. Esas medidas, aunque necesarias, tendrán un impacto<br />

negativo en muchos sectores. Para revertirlo, los gobiernos podrían otorgar<br />

a las empresas afectadas (incluyendo a los autoempleados) los recursos<br />

para cumplir con sus compromisos ineludibles. Según Galí, el gobierno<br />

tiene una alternativa para financiar un programa fiscal de emergencia, a<br />

saber: inyectar dinero a la economía a través de los bancos centrales sin<br />

registrar activos o pasivos en sus balances. Esta intervención es conocida<br />

como ‘helicóptero de dinero’.<br />

Stefano Ramelli y Alexander Wagner hablan de la respuesta del mercado<br />

de valores a la pandemia. Ellos indican que, al inicio de la emergencia, el<br />

mercado mantuvo un buen nivel de retornos, los cuales finalmente se desvanecieron<br />

conforme fue creciendo la percepción de que los problemas de<br />

liquidez y deuda corporativa podrían llegar a convertirse en una compleja<br />

crisis financiera. Para los autores, estas decisiones estuvieron basadas en<br />

comportamientos de rebaño y no en expectativas individuales.<br />

Shang Jin Wei cree que esta crisis representa una oportunidad desaprovechada<br />

por muchos países. El necesario distanciamiento social también<br />

ejercerá un fuerte impacto negativo en el conjunto de la economía,<br />

que será crítico para algunos sectores en el medio plazo. Las reservas de<br />

efectivo de muchas empresas se agotarán rápidamente, sobre todo en el<br />

caso de las micro y pequeñas empresas (MyPEs), que serán las más afectadas.<br />

Para Wei, el resultado de la coordinación de los programas de<br />

estímulos fiscales entre varios países es de mejor pronóstico que el desarrollo<br />

de acciones individuales que podrían terminar afectando sobre todo<br />

a los países más pequeños y dependientes del exterior.<br />

Para mantener viva la actividad económica y social, una parte importante<br />

del comercio minorista y las tareas académicas y laborales se podrían<br />

llevar a cabo en línea, siempre que exista en la sociedad un amplio acceso<br />

a internet, aceptación generalizada de pagos digitales y sistemas de entrega<br />

económicos y eficientes, de acuerdo con el autor. La crisis está forzando<br />

el cambio de hábitos hacia el uso exhaustivo de esta posibilidad tecnológica.<br />

El autor asegura que las sociedades que promuevan inversiones a


308 Reseña<br />

favor de la economía digital e identifiquen y aprovechen su potencial,<br />

serán los ganadores.<br />

Yi Huang y colaboradores afirman que, durante el período del brote<br />

en China, la política económica tuvo como objetivo el apoyo a través<br />

de estímulos fiscales, deducciones de impuestos y exenciones de pago de<br />

obligaciones a sectores estratégicos e industrias gravemente afectadas<br />

por la epidemia, tales como los del transporte, restaurantes, hostelería,<br />

manufactura y venta minorista. Ellos refieren que las instituciones<br />

financieras implementaron una serie de medidas de apoyo, especialmente<br />

orientadas a las MyPEs, entre las que se encuentran la reducción de las<br />

tasas de interés, la renegociación de préstamos y el suministro de líneas<br />

de crédito a través de una ventanilla exclusiva. Para Huang, el 85% de<br />

las MyPEs no tiene capacidad de sobrevivir más de tres meses a una<br />

reducción dramática de la demanda.<br />

Asimismo, los autores encuentran que las plataformas fintech tienen<br />

ventajas en comparación con los mecanismos tradicionales de provisión de<br />

crédito a las MyPEs, tales como el uso de big data para la calificación crediticia,<br />

facilidades en el manejo de requisitos de ingreso, mecanismos para<br />

otorgar préstamos a gran escala o la posibilidad de hacer transacciones sin<br />

restricciones geográficas. En definitiva, pueden mejorar la tasa de supervivencia<br />

de las MyPEs, las que, al mismo tiempo, deben ser incentivadas a<br />

mejorar su digitalización.<br />

Jonathan Anderson muestra cómo las prioridades económicas en China<br />

fueron cambiando ante la emergencia. Él indica que el crecimiento se<br />

había desacelerado a este nivel sólo durante la crisis global 2008-2009 y<br />

la caída en las exportaciones de 2014-2015 y que, en ambos casos, se tuvo<br />

que dar una respuesta política aguda y dramática, conformada por herramientas<br />

macroeconómicas, tales como reducciones en las tasas de interés,<br />

inyecciones de liquidez del banco central, emisión de deuda cuasi fiscal<br />

y préstamos para proyectos de desarrollo.<br />

Danny Quah presenta la respuesta de política económica de Singapur<br />

ante el COVID-19, la cual ha incluido el reembolso de impuestos corporativos,<br />

más rápida amortización de las inversiones comprometidas,<br />

cofinanciación gubernamental de préstamos de capital de trabajo, flexibilidad<br />

en los pagos de alquiler para comercios en propiedades gubernamentales<br />

y el rediseño de programas de los sectores de turismo y<br />

transporte. Esta respuesta ha tenido tres grandes ejes: el económico, para<br />

reparar la caída en la demanda y oferta agregada y fallas de mercado; el<br />

científico, para enfrentar los desafíos médicos y de salud, y para generar<br />

confianza; y el político, donde, en opinión del autor, las autoridades han<br />

demostrado estar al mando de la situación y dispuestas a tomar las decisiones<br />

necesarias.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 305-314<br />

309<br />

Inkio Cheong relata que Corea del Sur se destacó por haber desarrollado<br />

y aplicado kits de prueba por encima del promedio internacional,<br />

lo que al parecer sirvió como medida de contención de contagios. Según<br />

Cheong, la industria de Corea del Sur está profundamente integrada con<br />

la China, por lo que la interrupción en la producción de piezas y suministros<br />

se dejó sentir con fuerza en aquel país. Lo anterior, aunado a las<br />

dificultades que presenta la logística internacional, está dejando a muchas<br />

corporaciones en una situación complicada. Las políticas de apoyo deberán<br />

dirigirse a evitar el cierre de las empresas, por ejemplo: a través de<br />

fondos para la conservación del empleo y la desgravación fiscal.<br />

A pesar de ser sólo una medida <strong>vol</strong>untaria para la mayoría, la población<br />

surcoreana decidió quedarse en casa de forma estricta, por lo que muchas<br />

MyPEs vieron reducida su demanda al grado de enfrentar la bancarrota.<br />

El gobierno estableció un fondo de gestión de emergencias para inyectar<br />

liquidez a las MyPEs. Para fomentar el consumo, se enfatizó el apoyo a<br />

los hogares de bajos ingresos, cubriendo gastos de subsistencia y otorgando,<br />

entre otros, cupones de consumo y subsidios para cuidado de niños. Sin<br />

embargo, los criterios de evaluación de los fondos están siendo muy<br />

rigurosos, lo que ha dificultado la dispersión.<br />

Agnès Bénassy-Quéré y su equipo plantean que esta grave crisis económica<br />

para Europa podría clasificarse en cuatro fases. En la primera, se<br />

muestra el efecto en la oferta de algunos sectores productivos, aunque las<br />

consecuencias a nivel macro son pequeñas. En la segunda, un fuerte shock<br />

de demanda sectorial y regional afecta generalmente al turismo, transporte<br />

aéreo, hostelería, comercio y entretenimiento. La tercera fase consiste en<br />

una interrupción general aguda de la actividad económica, por un shock<br />

de oferta agregada. En la fase cuatro llega la recuperación, que estará en<br />

función de la pérdida generalizada de ingresos, quiebras de MyPEs y la<br />

histéresis prevalente en los mercados.<br />

Siguiendo a los autores, la respuesta política depende de la fase. Durante<br />

la primera, las de mayor efecto son las medidas sectoriales de subvención.<br />

En la segunda fase conviene propiciar liquidez a través del aplazamiento<br />

del pago de impuestos, contribuciones sociales y programas de subsidios<br />

al desempleo. La tercera fase requiere medidas más generalizadas por la<br />

necesidad de intensificar el gasto en asistencia, considerando las pérdidas<br />

irrecuperables de algunos sectores y la necesidad de apoyo financiero a<br />

algunos estratos como el de las MyPEs, lo que puede atenderse a través<br />

del crédito y la desgravación fiscal. También puede ser necesario el apoyo<br />

a través de transferencias directas. En cuanto a la política monetaria, el<br />

mejor curso de acción es una relajación monetaria en coordinación con<br />

un estímulo fiscal. La fase cuarta requiere de acciones que reduzcan los<br />

efectos de la histéresis.


310 Reseña<br />

Luis Garicano propone que las instituciones europeas ayuden a los<br />

Estados miembros a cubrir sus gastos sanitarios. Él se suma a la opinión<br />

de que éste es un problema de capacidad fiscal y no de política monetaria.<br />

Para garantizar que la economía sobreviva a esta congelación, los miembros<br />

deben asegurar a los empleados y MyPEs contra el riesgo de quiebra y<br />

estimular la actividad económica, lo cual, según el autor, no está ocurriendo.<br />

Garicano cree que se debe contar con un fondo que cumpla con<br />

tres objetivos: ayudar a los cubrir los gastos médicos, proporcionar un<br />

respaldo financiero a las MyPEs y apoyar los esquemas de protección del<br />

empleo. Para el autor, el impacto disruptivo del COVID-19 podría hacer<br />

que algunas economías europeas se vean tentadas a renunciar a sus compromisos<br />

con el euro ante la posibilidad de un crecimiento descontrolado<br />

en su deuda.<br />

Philip Lane señala que, dada la reducción de ingreso tanto en MyPEs<br />

como en hogares, asegurar la oferta de crédito puede reducir el tamaño<br />

de la crisis. En ese sentido, las subastas de liquidez a tasas muy favorables<br />

pueden ayudar siempre que se destinen al sector privado, especialmente<br />

a MyPEs de los giros más afectados.<br />

Christian Odendahl y John Springford creen que los efectos de largo<br />

plazo sobre la economía pueden ser menos severos que los de la crisis<br />

financiera de 2008-2009 en la medida en que los gobiernos actúen con<br />

rapidez. La falta de liquidez ha hecho caer los mercados bursátiles y ha<br />

desencadenado una huida a la seguridad que se traduce en la revaloración<br />

de los bonos gubernamentales. Se requerirá una alianza entre bancos<br />

centrales nacionales, banca de inversión, reguladores y secretarías de<br />

finanzas que garantice la confianza en el sistema financiero. Además, los<br />

gobiernos deberán considerar esquemas de trabajo a corto plazo y apoyo<br />

directo a empleados con contratos temporales y autoempleados, que serán<br />

de los grupos más afectados, al no estar cubiertos por las medidas de<br />

carácter general. Plantean que el pago de un ingreso básico universal (una<br />

medida muy controvertida) que sea paulatinamente recuperable vía<br />

impuestos, no debe ser descartado como parte de las soluciones.<br />

Los autores también destacan las pérdidas irrecuperables en el sector<br />

de servicios. Muchas compras postergadas podrán hacerse una vez terminada<br />

la contingencia; los consumidores no podrán, sin embargo,<br />

compensar, por ejemplo, los espectáculos cancelados o los viajes no<br />

realizados. Así, el consumo social podría ser fuertemente golpeado, sobre<br />

todo si las medidas de contención y el miedo continúan por meses.<br />

Ugo Panizza expone que Italia ha presentado un modesto crecimiento<br />

del PIB (60% más bajo que el del promedio de la zona euro en los últimos<br />

25 años). El sector turístico italiano tiene el primer lugar en Europa en<br />

términos del personal empleado y el segundo como proporción del PIB.


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 305-314<br />

311<br />

Otra característica estructural importante de Italia es que tiene una de las<br />

mayores contribuciones europeas, provenientes de las MyPEs, economía<br />

informal y trabajadores independientes. Las medidas implementadas por<br />

el gobierno italiano incluyen crédito fiscal y disminución de impuestos<br />

para los sectores más afectados tales como el turismo y la logística. También,<br />

se otorgan para las MyPEs préstamos a largo plazo con tasa cero y<br />

suspensión del pago de cuotas de seguridad social y se analiza la implementación<br />

temporal del ingreso básico universal que llegue a personas<br />

que no estén cubiertas por las medidas de emergencia.<br />

Peter Bofinger y su equipo anticipan que Alemania se verá particularmente<br />

afectada por la caída del PIB y comercio mundial debido a su<br />

alta dependencia de las exportaciones y la manufactura. Los efectos<br />

negativos de las restricciones y medidas de seguridad generarán pérdidas<br />

irrecuperables en el consumo social. También afirman que, a corto plazo,<br />

el objetivo principal de política económica debe encaminarse a compensar<br />

los efectos negativos de la falta de liquidez corporativa y a estabilizar<br />

el sistema bancario. En el caso de una desaceleración duradera, la atención<br />

debe centrarse en garantizar el ingreso mínimo de las empresas y trabajadores<br />

(principalmente aquellos por cuenta propia). El Estado valora<br />

también hacer inversiones directas de capital en las empresas, aunque se<br />

reconoce que esto sería muy complejo de implementar en las MyPEs.<br />

Thorsten Beck dibuja un escenario en el que ni los hogares son capaces<br />

de pagar hipotecas y créditos, ni las empresas de producir bienes o<br />

servicios, lo que también socava su capacidad para pagar deudas. Para<br />

Beck, si bien parte de esta reducción está impulsada por la demanda, existen<br />

también efectos sustanciales de la oferta, llevada por su comportamiento<br />

procíclico. Se deben anticipar los efectos negativos de la contracción de<br />

los sectores económicos y financieros y actuar contracíclicamente de forma<br />

crítica y urgente. De acuerdo con el autor, la respuesta a la emergencia en<br />

los países de la UE no ha sido ni homogénea ni coordinada. El autor<br />

considera que en la zona euro llegó la hora de estar dispuesto a hacer “lo<br />

que sea necesario” para aplanar la curva de recesión y evitar daños duraderos<br />

a la economía.<br />

Nora Lustig y Jorge Mariscal afirman que en algunos sectores se ha<br />

dado una subestimación de la gravedad del problema que denota falta de<br />

preparación y sensibilidad. Por ejemplo, indican que, en las primeras<br />

etapas de la pandemia, el gobierno chino ocultó deliberadamente información<br />

y silenció a los que manifestaron preocupación en el tema. También,<br />

en los Estados Unidos (EUA), la administración Trump hizo un<br />

esfuerzo proactivo para minimizar el problema, a la vez que inició tardíamente<br />

los esfuerzos de contención. Para Lustig y Mariscal, la percepción<br />

sobre la pandemia se construye con base en los conocimientos médicos,


312 Reseña<br />

pero también está en función de las políticas de prevención, detección y<br />

contención, y de cómo estas políticas hagan sentir a la población, que<br />

cuenta con el respaldo de su gobierno.<br />

A los ojos de Jason Furman, la política ante la pandemia tiene seis<br />

premisas: mejor hacer mucho que poco, utilizar los mecanismos existentes,<br />

crear nuevos programas cuando sea necesario, no temer a la duplicación<br />

de esfuerzos o a que los ganadores sean otros, apoyarse del sector<br />

privado tanto como sea posible y asegurarse de que la respuesta sea<br />

dinámica y persistente.<br />

Pinelopi Goldberg manifiesta que muchas empresas han cerrado sus<br />

instalaciones y exigido a sus empleados que trabajen a distancia y que las<br />

videoconferencias están reemplazando a las reuniones presenciales dando<br />

lugar a ahorros en tiempo de desplazamiento y a otras externalidades<br />

positivas. Al mismo tiempo, los educadores de todos los niveles están<br />

trabajando a marchas forzadas en alternativas que reemplacen la instrucción<br />

en el aula. Para Goldberg, una vez que los estudiantes puedan regresar<br />

a las aulas, se deben seguir aprovechando estas innovaciones, sobre<br />

todo en los países en vías de desarrollo. Aunque será necesario asegurarse<br />

de compensar a los perdedores y de que el desarrollo económico no incremente<br />

la desigualdad social, tratar de retroceder el progreso no debe ser<br />

una alternativa.<br />

Adam Posen visualiza al nacionalismo económico como un fenómeno<br />

oportunista que puede surgir después de la disminución de la confianza<br />

en la economía global y el multilateralismo. Esto también sería en parte<br />

el resultado del desarrollo de las agendas políticas de los gobiernos con<br />

orientación autárquica que ven en las crisis su gran momento. En opinión<br />

del autor, esto no sólo corrompe y desincentiva la inversión y la productividad,<br />

sino que también aumenta el riesgo de surgimiento de relaciones<br />

de explotación y de conflicto entre naciones. Por otro lado, el desafío<br />

económico consiste en articular el financiamiento y la generación de<br />

empleo en los sectores de mayor afectación. Muchos de estos sectores<br />

están compuestos predominantemente por MyPEs jóvenes, y en algunos<br />

casos albergan trabajo informal. La transferencia de préstamos, así como<br />

la provisión de crédito comercial y el factoraje financiero tendrían un<br />

impacto positivo en esas MyPEs.<br />

Paul Krugman, en el último capítulo, discute la posibilidad de implementar<br />

estímulos fiscales y de política monetaria de forma permanente y<br />

en combinaciones poco convencionales. En opinión del autor, se debe<br />

aceptar que las bajas tasas de interés y el estancamiento secular podrían<br />

formar parte de la nueva normalidad a largo plazo. Aunque una política<br />

de estímulo permanente puede terminar por elevar las tasas de interés,<br />

para Krugman hay factores compensatorios que podrían amortizar el


<strong>Economía</strong>, <strong>Sociedad</strong> y <strong>Territorio</strong>, <strong>vol</strong>. xxi, núm. <strong>65</strong>, 2021, 305-314<br />

313<br />

riesgo. Bajo una lógica keynesiana, el autor destaca que cuando la economía<br />

se encuentra en una trampa de liquidez, la inversión pública adicional<br />

tiene un efecto multiplicador. Además, si la inversión es productiva, amplía<br />

las capacidades de la economía en materia de infraestructura y de programas<br />

de bienestar social. Finalmente, siguiendo al autor, la evidencia de que<br />

las recesiones temporales llegan a deprimir la producción, y con ello, el<br />

mercado de trabajo (histéresis) también debe tomarse en cuenta.<br />

Conclusiones<br />

Si no es posible siquiera saber cuánto durará, se antoja realmente complicado<br />

poder anticipar las implicaciones que esta pandemia tendrá en el<br />

desarrollo de los países y en el bienestar de los ciudadanos. Elementos<br />

como el temor social, las nuevas reglas de convivencia, el uso de la tecnología<br />

y los cambios en las expectativas de ingreso y de consumo, entre<br />

otros, tendrán un peso aún por determinar en la ecuación de lo que se ha<br />

dado en llamar nueva normalidad.<br />

De cualquier forma, la obra aquí reseñada es de gran utilidad en un<br />

contexto latinoamericano, al menos por dos razones. Por una parte,<br />

constituye una herramienta de valuación de la capacidad de reacción y de<br />

las decisiones de política económica (en muchos casos sobre la base de<br />

prueba y error) de sociedades con diferentes realidades socioeconómicas<br />

acerca de un mismo fenómeno coyuntural. Por otra parte, es una referencia<br />

para la construcción de las respuestas latinoamericanas al problema,<br />

considerando su alta incidencia de trabajadores informales que no es<br />

alcanzada por los programas de apoyo convencionales y su mayor dependencia<br />

de las remesas internacionales cuyos trabajadores aportantes son<br />

justo los más vulnerables en los países donde radican.<br />

José Gabriel Aguilar Barceló<br />

gaba@uabc.edu.mx<br />

Profesor-investigador de tiempo completo de la Facultad<br />

de <strong>Economía</strong> y Relaciones Internacionales (FEyRI),<br />

Universidad Autónoma de Baja California<br />

Santos López-Leyva<br />

sanlop1947@gmail.com<br />

Profesor de la Facultad de <strong>Economía</strong> y Relaciones Internacionales (FEyRI)<br />

Universidad Autónoma de Baja California


314 Reseña<br />

José Gabriel Aguilar Barceló. Doctor en Ciencias Económicas por la<br />

Universidad Autónoma de Baja California (UABC), maestro en Finanzas<br />

y licenciado en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico<br />

y de Estudios Superiores de Monterrey. Profesor-investigador de<br />

tiempo completo de la Facultad de <strong>Economía</strong> y Relaciones Internacionales<br />

(FEyRI) de la Universidad Autónoma de Baja California. Integrante<br />

del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II y de la Academia Mexicana<br />

de Ciencias. Sus líneas de investigación se orientan al análisis de la competencia,<br />

el desarrollo, la desigualdad, la pobreza y la empresarialidad de<br />

base social. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran, como<br />

coautor: “La expansión de la microempresa informal ¿cuestión de desempeño<br />

o de empeño?”, Contaduría y Administración, 66 (3), Ciudad de<br />

México, Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 1-22 (2020);<br />

como co-coordinador: Innovación social, políticas públicas e instituciones<br />

para el desarrollo de las regiones, Tijuana, Universidad Autónoma de Baja<br />

California/Ediciones del Lirio (2020); como coautor: “La empleabilidad<br />

de los egresados de universidades tecnológicas en México: un análisis de<br />

eficiencia”, <strong>Revista</strong> Iberoamericana de Educación Superior, 10 (29), Ciudad<br />

de México, Universia/IISUE de la UNAM, pp. 3-24 (2019).<br />

Santos López-Leyva. Doctor en <strong>Economía</strong> por la Universidad Nacional<br />

Autónoma de México en el área de <strong>Economía</strong> de la Ciencia y la Tecnología.<br />

Profesor de la Facultad de <strong>Economía</strong> y Relaciones Internacionales<br />

de la Universidad Autónoma de Baja California, imparte cursos de <strong>Economía</strong><br />

de la Educación Superior en el programa de Maestría y Doctorado<br />

en Estudios del Desarrollo Global y Doctorado y Maestría en Ciencias<br />

Económicas. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores nivel III<br />

y cuenta con el reconocimiento del Perfil Deseable PRODEP de la Secretaría<br />

de Educación Pública. Entre sus más recientes publicaciones se<br />

encuentran, como autor: “Fortalezas y debilidades de la educación superior<br />

en América Latina para la competitividad global”, Formación Universitaria,<br />

13 (5), La Serena, Centro de Información Tecnológica, pp. 1<strong>65</strong>-176 (2020);<br />

como coautor: “Las Instituciones de Educación Superior en la conformación<br />

de los Sistemas Nacionales de Innovación en los países iberoamericanos”,<br />

<strong>Revista</strong> de la Educación Superior, 49 (195), Ciudad de México,<br />

Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación<br />

Superior de la República Mexicana, A.C. (ANUIES), pp. 73-89 (2020),<br />

y Escribir la tesis doctoral. Una tarea seductora, Mexicali, Universidad Autónoma<br />

de Baja California/Universidad Autónoma de Occidente (2019).


Osvaldo García Mata<br />

Una aproximación regional al alfabetismo financiero en México<br />

A regional approach to financial literacy in Mexico<br />

Rodrigo Tovar Cabañas, María de Jesús Ávila Sánchez,<br />

Rocío del Carmen Vargas Castilleja y Julio Cesar Rolón-Aguilar<br />

Vulnerabilidad socioeconómica, cambio climático e incremento del nivel del mar<br />

en Matamoros, Tamaulipas<br />

Socioeconomic vulnerability, climate change and sea level increase in Matamoros, Tamaulipas<br />

Karen Velázquez-González, Salvador Adame-Martínez, Guadalupe Hoyos Castillo<br />

y Georges Seingier<br />

Resiliencia de los municipios costeros del Pacífico mexicano<br />

ante desastres socionaturales<br />

Resilience to socio-natural disasters of Mexican Pacific coastal municipalities<br />

Raniella Orquiza da Silva, Waldemiro Peterle Neto<br />

y Evandro Camargos Teixeira<br />

Sistema de inovação e crescimento econômico: uma análise de painel dinâmico<br />

para o período 2006-2016<br />

Innovation and economic growth system: an analysis of dynamic panel for the period 2006-2016<br />

Fernando Jaramillo Monroy, Elisabet Verónica Wehncke Rodríguez, Víctor Hugo<br />

Flores Armillas, Oscar Mario Pohle Morales y Xavier López-Medellín<br />

Enfoque regional de manejo integrado del agua en la microcuenca El Pantano,<br />

Morelos, México<br />

Regional approach to integrated water management in the small watershed<br />

El Pantano, Morelos, Mexico<br />

Reseña/Review<br />

José Gabriel Aguilar Barceló y Santos Leyva-López<br />

Mitigando la crisis económica del COVID: actuar rápido<br />

y hacer lo que sea necesario.<br />

Reseña del libro: Baldwin, Richard and Weder di Mauro, Beatrice (eds.) (2020),<br />

Mitigating the COVID economic crisis: Act fast and do whatever it takes,<br />

VoxEU.org eBook, CEPR Press, Londres, 219 pp., ISBN: 978-1-912179-29-9<br />

Mitigating the COVID economic crisis: Act fast and do whatever it takes<br />

Review of: Baldwin, Richard and Weder di Mauro, Beatrice (eds.) (2020), Mitigating the COVID<br />

economic crisis: Act fast and do whatever it takes, VoxEU.org eBook, CEPR Press, Londres, 219 pp.,<br />

ISBN: 978-1-912179-29-9<br />

El contenido de este número puede consultarse en la<br />

siguiente dirección electrónica:<br />

http://est.cmq.edu.mx/index<br />

9 781405 842105 6 5

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