Nº 10 Alegraos Peques. Corazón de Jesús (Junio 2021)
Sagrado Corazón de Jesús, ¡en vos confío!
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Alegraos Peques Junio 2021 Página 9
Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia
Queridos amigos y hermanos:
Qué alegría poder compartir con todos vosotros estas hermosas acciones que Jesús nos pide a través de su
Esposa, la Iglesia.
Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia son las principales obligaciones de un buen hijo de Dios
respecto de su vida cristiana. Nos facilitan a los católicos ser más conscientes de nuestros deberes. Nos dijo Jesús:
“Sed perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt 5, 48).
El catecismo de la Iglesia católica nos dice en los puntos 2041 y 2042 que “Estas leyes promulgadas por la
autoridad eclesiástica tienen por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en
el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo”.
Cada mandamiento tiene la finalidad de prepararnos y purificar nuestra alma, además de hacernos entender
por qué es tan importante cumplir el primer mandamiento que Jesús dijo: “Amaos los unos a los otros como Yo os he
amado” (Jn 13, 34).
El primer mandamiento «Oír misa entera los domingos y fiestas de guardar» exige a los fieles que
santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor, y las fiestas litúrgicas principales en honor de
los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar, participando en la celebración
eucarística en la que se congrega la comunidad cristiana y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que
puedan impedir la santificación de esos días.
El según mandamiento «Confesar los pecados al menos una vez al año» nos asegura la preparación de la
Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Penitencia.
El tercer mandamiento «Comulgar por Pascua de Resurrección» nos garantiza la recepción del Cuerpo y la
Sangre del Señor al menos una vez al año.
El cuarto mandamiento «Abstenerse de comer carne y ayunar en los días los días que lo mande la Santa
Madre Iglesia» nos asegura fortalecer nuestro espíritu a través de la penitencia, y así adquirir dominio sobre nuestros
instintos, cuya finalidad es tener libertad en el corazón.
Y por último, el quinto mandamiento: «Ayudar a la Iglesia en sus necesidades». Todos los cristianos
estamos obligados en ayudar a las necesidades de la Santa Madre Iglesia, cada uno según sus posibilidades.
De la mano de la Virgen María siempre nos será más llevadero cumplir con nuestras obligaciones, pidámosle
su intercesión, para que no nos perdamos y vayamos por el camino de la verdad y de la vida, que su hijo Jesús nos
ha preparado.
Por Pedro Antonio.