Revista EST número 67
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ISSN 1405-8421<br />
vol. XXI, núm. <strong>67</strong>, septiembre-diciembre de 2021<br />
María del Rosario Fátima Robles-Robles, María de los Ángeles Romero-Espinoza<br />
y Natalia Guadalupe Romero Vivar<br />
Efectos económicos y operativos preliminares del COVID-19 en las Mipymes<br />
de Sonora, México<br />
Preliminary economic and operational effects of COVID-19 on MSMEs in Sonora, Mexico<br />
Alberto Daniel Vazquez<br />
Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales en la meseta<br />
chubutense (Patagonia argentina, 1990-2020)<br />
Geographical expansion of capital and territorial transformations in the Chubut Plateau<br />
(Argentine Patagonia, 1990-2020)<br />
David Castro Lugo, Reyna Elizabeth Rodríguez Pérez y Raul Ramos Lobo<br />
¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género en México?<br />
Is there regional convergence in the gender wage gap in Mexico?<br />
Genaro Aguilar Gutiérrez<br />
Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación por deciles<br />
de hogares en México<br />
Inequality and equitable sacrifice in taxation by households deciles in Mexico<br />
José Alberto Lara Pulido, Alejandro Guevara Sanginés, Vanessa Pérez Cirera,<br />
Camilo Arias Martelo y Carmina Isabel Jiménez Quiroga<br />
Economic spillover from Natural Protected Areas to conventional<br />
tourist destinations<br />
Derrama económica de las Áreas Naturales Protegidas en destinos turísticos convencionales
El Colegio Mexiquense:<br />
Contenido<br />
Comité editorial<br />
de El Colegio Mexiquense:<br />
Economía, Sociedad<br />
y Territorio<br />
Director:<br />
Editor:<br />
Consejo editorial:<br />
Consejo asesor<br />
internacional:<br />
César Camacho Quiroz Presidente<br />
José Antonio Álvarez Lobato Secretario General<br />
Raymundo C. Martínez García Coordinador de Investigación<br />
Raymundo C. Martínez García<br />
Sebastián Nelson Rivera Mir<br />
Arlette Covarrubias Feregrino<br />
Emma Liliana Navarrete López<br />
Luis Alberto Martínez López<br />
Mario González Ruiz<br />
José Antonio Álvarez Lobato<br />
Tania Lilia Chávez Soto<br />
Carlos Félix Garrocho Rangel<br />
Gustavo Abel Guerrero Rodríguez<br />
Correos-e: est@cmq.edu.mx; gguerrero@cmq.edu.mx<br />
Francisco Alba El Colegio de México, México<br />
José Blanco Universidad Nacional Autónoma de México, México<br />
Daniel Hiernaux-Nicolas Universidad Autónoma Metropolitana, México<br />
Soledad Loaeza El Colegio de México, México<br />
Martha Schteingart El Colegio de México, México<br />
Kurt Unger Centro de Investigación y Docencia Económicas, México<br />
Rosario Rogel Salazar Universidad Autónoma del Estado de México, México<br />
Pablo Ciccolella Universidad de Buenos Aires, Argentina<br />
Juan Luis Klein Université de Quebéc en Montréal, Canadá<br />
David Phillips Lingnan University, Hong Kong<br />
Harry W. Richardson University of Southern California, Los Ángeles, EE. UU.<br />
Joseph L. Scarpaci Center for the Study of Cuban Culture + Economy.<br />
David M. Smith University of London, Londres, Inglaterra<br />
Peter Ward University of Texas at Austin, Texas, EE. UU.<br />
José Luis Coraggio Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina<br />
1<br />
Comité editorial: Carlos Félix Garrocho Rangel, Gloria Jovita Guadarrama Sánchez,<br />
Daniel Gutiérrez Martínez, Boris Graizbord y Gustavo Abel Guerrero Rodríguez.<br />
Equipo editorial: Gustavo Abel Guerrero Rodríguez, Blanca Estela Arzate González<br />
y Sayra Gutiérrez Valdespino.<br />
Corrección de estilo: Zujey García Gasca, Alejandra García, Marilene Marques de Oliveira,<br />
Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza, Juan Carlos Vásquez y Gustavo Abel Guerrero Rodríguez.<br />
Diseño de interiores y portada: Luis Alberto Martínez López.<br />
Formación y composición tipográfica: Luis Alberto Martínez López.<br />
La revista no asume ninguna responsabilidad por las opiniones expresadas en los textos<br />
firmados.<br />
Economía, Sociedad y Territorio pertenece a la categoría Competencia Internacional del<br />
Sistema de Clasificación de <strong>Revista</strong>s Mexicanas de Ciencia y Tecnología (scrmcyt) del<br />
Conacyt; Emerging Sources Citation Index (esci), base de datos de Clarivate Analytics; scielo<br />
Citation Index-Clarivate Analytics; ProQuest; ebsco; Sociological Abstracts (sa); Hispanic<br />
American Publish Index (hapi); Handbook of Latin American Studies (hlas); International<br />
Consortium for the Advancement of Academic Publication (icaap); Ulrich’s Periodicals<br />
Directory; catálogo Latindex (clase y Periódica); Red de <strong>Revista</strong>s Científicas de América<br />
Latina y el Caribe (Redalyc); Scientific Electronic Library Online (scielo); Directory of<br />
Open Access Journals (doaj).<br />
Economía, Sociedad y Territorio es una publicación cuatrimestral de El Colegio Mexiquense, a. c.<br />
Suscripción anual (por tres <strong>número</strong>s): México, 240 pesos. En Estados Unidos, Canadá, Centro y<br />
Sudamérica, 50 usd. Resto del mundo, 60 usd. Estos costos incluyen el envío por correo postal<br />
ordinario, si el suscriptor desea otro tipo de envío, correrá por su cuenta.<br />
Redacción y administración: El Colegio Mexiquense, A. C.<br />
D.R. © El Colegio Mexiquense, a.c.<br />
ECONOMÍA, SOCIEDAD Y TERRITORIO, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, septiembre-diciembre de 2021, es<br />
una publicación cuatrimestral. Editor responsable: Gustavo Abel Guerrero Rodríguez. Exhacienda<br />
Santa Cruz de los Patos, s/n, col. Cerro del Murciélago, Zinacantepec, C.P. 51350, México, tel. 72<br />
22 79 99 08 ext. 183, . Reservas de derechos al uso exclusivo núm. 04-2009-<br />
100712390600-102, ISSN 1405-8421. Licitud de título núm. 10509; Licitud de contenido núm. 7418,<br />
ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y <strong>Revista</strong>s Ilustradas de la Secretaría<br />
de Gobernación. Impresa en los talleres de Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C.V., Calle 2, núm. 21,<br />
Col. San Pedro de los Pinos, Alcaldía Benito Juárez, 03800 Ciudad de México, México, se terminó<br />
de imprimir el 30 de agosto de 2021. Impresa y hecha en México / printed and made in Mexico.
2 Contenido<br />
<strong>Revista</strong> Economía, Sociedad y Territorio<br />
Editada por<br />
El Colegio Mexiquense, a.c.<br />
La revista Economía, Sociedad y Territorio publica cuatrimestralmente artículos científicos<br />
derivados de investigaciones originales en ciencias sociales, que profundizan la comprensión<br />
de fenómenos sociales en las dimensiones urbana, metropolitana y regional.<br />
<strong>EST</strong> prioriza propuestas interdisciplinarias que integran conceptos espaciales (e.g.<br />
localización absoluta y relativa, distancia, relaciones espaciales, lugar, proximidad, espacialidad).<br />
Por tanto, <strong>EST</strong> se orienta a las “Ciencias Sociales Espacialmente Integradas”<br />
(CSEI). Esto es: reconoce el papel clave que juega el espacio (y el tiempo) en la sociedad<br />
humana y su importancia para entender mejor múltiples procesos sociales.<br />
Por lo anterior, <strong>EST</strong> se dirige a investigadores, profesores y estudiantes de todos los<br />
campos de las ciencias sociales, que entienden: i. Al espacio y al tiempo como componentes<br />
estratégicos para comprender mejor múltiples procesos sociales: y, ii. Las ventajas de hacer<br />
investigación en ciencias sociales con un enfoque interdisciplinario, aplicando métodos<br />
cuantitativos de corte espacial (e.g. estadística y econometría espacial) y utilizando alta<br />
tecnología (e.g. Sistemas de Información Geográfica, aplicaciones informáticas ad-hoc). Por<br />
lo anterior, el campo científico que aborda <strong>EST</strong> se traslapa con diversas áreas de las ciencias<br />
exactas (e.g. informática) y de la salud (e.g. salud pública, epidemiología).<br />
<strong>EST</strong> se enfoca, principalmente, a países y comunidades científicas iberoamericanas. Sin<br />
embargo, su alcance geográfico es global, ya que es una revista de acceso abierto y su contenido<br />
puede reproducirse libremente, siempre y cuando se dé crédito a los autores y a la <strong>Revista</strong>.<br />
Todos los artículos son evaluados por dos dictaminadores anónimos, expertos nacionales<br />
o internacionales en el tema del artículo y externos a la institución de origen del<br />
autor. Se reciben postulaciones en español, inglés o portugués. No existe cobro alguno<br />
para los autores en ninguna de las etapas que conforman el proceso de postulación, dictaminación<br />
y publicación. El formato de publicación es electrónico, mediante su edición<br />
en PDF y próximamente en XML, y en versión impresa. Las instrucciones para los autores<br />
se pueden consultar en la página de internet de <strong>EST</strong>: <br />
<strong>Revista</strong> Economía, Sociedad y Territorio<br />
El Colegio Mexiquense, a.c.<br />
Exhacienda Santa Cruz de los Patos,<br />
Zinacantepec, México<br />
C.P. 51350<br />
Vía correo electrónico: est@cmq.edu.mx<br />
Teléfonos: +52 72 22 18 01 00, 72 22 79 99 08 ext. 183.
Contenido<br />
3<br />
Journal Economía, Sociedad y Territorio<br />
Edited by<br />
El Colegio Mexiquense, a.c.<br />
The journal Economía, Sociedad y Territorio is published on a quarterly basis and features<br />
scientific papers derived from original research results in social sciences, which enhance<br />
the understanding of social phenomena in urban, metropolitan, and regional dimensions.<br />
<strong>EST</strong> prioritize interdisciplinary proposals integrating spatial concepts (i.e. absolute and<br />
relative location, distance, spatial relationships, place, proximity, spatiality). Therefore,<br />
<strong>EST</strong> is oriented towards the Spatially Integrated Social Sciences (SISS). That is to say: it<br />
recognizes the key role space (and time) plays in society and its importance to better<br />
understand multiple social processes.<br />
Consequently, <strong>EST</strong> is aimed at researchers, professors, and students of all the areas in<br />
social sciences that understand: i. Space and time as strategic elements to provide better<br />
insight into multiple social processes: and, ii. The advantages of researching social sciences<br />
with an interdisciplinary approach, applying quantitative and spatial methods (i.e.<br />
spatial statistics and econometrics) and using cutting-edge technology (i.e. Geographic<br />
Information Systems, and ad hoc informatic applications. Therefore, <strong>EST</strong> scientific field<br />
combines diverse areas of the exact sciences (i.e. informatics) and of health (i.e. public<br />
health, epidemiology).<br />
<strong>EST</strong> focuses mainly on Iberoamerican countries and scientific communities. However,<br />
its geographic scope is global because it is an open access journal and its content can<br />
be freely reproduced, provided the authors and Journal are given credit.<br />
All articles are reviewed by anonymous, national or international expert peers on the<br />
topic of the article and outside the author’s institution. Applications in Spanish, English,<br />
or Portuguese are considered. There is not a charge for authors in any of the stages of the<br />
application, evaluation and publishing processes. Publishing format is distributed in<br />
digital versions (PDF and soon, XML), as well as in print version. Guidelines for authors<br />
can be accessed through <strong>EST</strong> website: .<br />
<strong>Revista</strong> Economía, Sociedad y Territorio<br />
El Colegio Mexiquense, a.c.<br />
Exhacienda Santa Cruz de los Patos,<br />
Zinacantepec, México<br />
C.P. 51350<br />
E-mail: est@cmq.edu.mx<br />
Tel: +52 72 22 18 01 00, 72 22 79 99 08 ext. 183.
4 Contenido<br />
Vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, septiembre-diciembre de 2021<br />
CONTENIDO<br />
Artículos de investigación<br />
María del Rosario Fátima Robles-Robles, María de<br />
los Ángeles Romero-Espinoza y Natalia Guadalupe Romero Vivar<br />
Efectos económicos y operativos preliminares<br />
del COVID-19 en las Mipymes de Sonora, México 631<br />
Alberto Daniel Vazquez<br />
Expansión geográfica del capital y transformaciones<br />
territoriales en la meseta chubutense (Patagonia argentina,<br />
1990-2020) 657<br />
David Castro Lugo, Reyna Elizabeth Rodríguez Pérez<br />
y Raul Ramos Lobo<br />
¿Existe convergencia regional en la brecha salarial<br />
por género en México? 685<br />
Genaro Aguilar Gutiérrez<br />
Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación<br />
por deciles de hogares en México 719
Contenido<br />
5<br />
José Alberto Lara Pulido, Alejandro Guevara Sanginés,<br />
Vanessa Pérez Cirera, Camilo Arias Martelo y Carmina<br />
Isabel Jiménez Quiroga<br />
Economic spillover from Natural Protected Areas<br />
to conventional tourist destinations 745<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, Claudia Escalera-Matamoros,<br />
Bárbara Ayala-Orozco, Eduardo García-Frapolli<br />
y Carla Galán-Guevara<br />
Transversalidad en políticas mexicanas de conservación<br />
de la biodiversidad: Coinbio y Corredor Biológico<br />
Mesoamericano 775<br />
Juan Manuel Núñez<br />
Análisis espacial de las áreas verdes urbanas<br />
de la Ciudad de México 803<br />
Karla Rojas y Adrián Guillermo Aguilar<br />
Probabilidad de atención médica para los pobres en<br />
la Zona Metropolitana de Cuernavaca, Morelos, en 2018 835<br />
Vanesa Crissi Aloranti<br />
Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento<br />
territorial 865<br />
Edel Cadena-Vargas<br />
La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por<br />
sección electoral 893
6 Contenido<br />
Vol. xxi, nr. <strong>67</strong>, September-December 2021<br />
TABLE OF CONTENTS<br />
Research articles<br />
María del Rosario Fátima Robles-Robles, María de<br />
los Ángeles Romero-Espinoza and Natalia Guadalupe<br />
Romero Vivar<br />
Preliminary economic and operational effects of COVID-19<br />
on MSMEs in Sonora, Mexico 631<br />
Alberto Daniel Vazquez<br />
Geographical expansion of capital and territorial<br />
transformations in the Chubut Plateau (Argentine<br />
Patagonia, 1990-2020) 657<br />
David Castro Lugo, Reyna Elizabeth Rodríguez Pérez<br />
and Raul Ramos Lobo<br />
Is there regional convergence in the gender wage gap<br />
in Mexico? 685
Contenido<br />
7<br />
Genaro Aguilar Gutiérrez<br />
Inequality and equitable sacrifice in taxation by<br />
households deciles in Mexico 719<br />
José Alberto Lara Pulido, Alejandro Guevara Sanginés,<br />
Vanessa Pérez Cirera, Camilo Arias Martelo and Carmina<br />
Isabel Jiménez Quiroga<br />
Derrama económica de las Áreas Naturales Protegidas<br />
en destinos turísticos convencionales 745<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, Claudia Escalera-Matamoros,<br />
Bárbara Ayala-Orozco, Eduardo García-Frapolli<br />
and Carla Galán-Guevara<br />
Transversality in mexican biodiversity conservation<br />
public policies: COINBIO and Mesoamerican<br />
Biological Corridor 775<br />
Juan Manuel Núñez<br />
Spatial analysis of urban green spaces in Mexico City 803<br />
Karla Rojas and Adrián Guillermo Aguilar<br />
Probability of health access for poor people in<br />
the Metropolitan Area of Cuernavaca, Morelos in 2018 835<br />
Vanesa Crissi Aloranti<br />
A conceptual model for the approach to territorial<br />
planning 865<br />
Edel Cadena-Vargas<br />
Social vulnerability in Mexico: spatial distribution<br />
by electoral section 893
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211716<br />
Efectos económicos y operativos<br />
preliminares del COVID-19 en las<br />
Mipymes de Sonora, México<br />
631<br />
Preliminary economic and operational effects<br />
of COVID-19 on MSMEs in Sonora, Mexico<br />
María del Rosario Fátima Robles-Robles*<br />
María de los Ángeles Romero-Espinoza*<br />
Natalia Guadalupe Romero Vivar*<br />
Abstract<br />
According to CEPAL, COVID-19, will have serious effects in the short and long<br />
term, the intensity and depth of which will depend on the conditions of each economy,<br />
world trade and the closure of micro, small and medium enterprises. Under this<br />
framework, the objective of this study was to describe the preliminary economic and<br />
operational effects of the COVID-19 pandemic in MSMEs in Sonora, Mexico. It<br />
was found that the additional cost of facing the pandemic is explained by 21% from<br />
the percentage of reduction in sales and the number of people employed by the companies<br />
surveyed.<br />
Keyword: MSMEs, COVID-19, effects, costs.<br />
Resumen<br />
De acuerdo con CEPAL, el COVID-19 tendrá efectos graves en el corto y largo<br />
plazos, cuya intensidad y profundidad dependerán de las condiciones de cada<br />
economía, el comercio mundial y el cierre de las micro, pequeñas y medianas<br />
empresas (mipymes). Bajo este marco, el objetivo de este estudio fue describir<br />
los efectos económicos y operativos preliminares de la pandemia del COVID-19<br />
en las mipymes de Sonora, México. Se encontró que el costo adicional de enfrentar<br />
la pandemia se explica en un 21% a partir del porcentaje de reducción de las<br />
ventas y de la cantidad de personas empleadas de las empresas encuestadas.<br />
Palabras clave: Mipymes, COVID-19, efectos, costos.<br />
* Universidad Estatal de Sonora, correos electrónicos: rosario.robles@ues.mx, marielos.romero@<br />
ues.mx y natalia.romero@ues.mx
632 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
Introducción<br />
En diciembre del 2019 en Wuhan, China, surgen los primeros casos de<br />
coronavirus COVID-19, que emigró rápidamente a los países de Europa.<br />
En marzo del 2020, se presentaron los primeros casos en México. La facilidad<br />
de contagio, riesgo de mortalidad, la falta de una vacuna para prevenir<br />
la enfermedad y los daños a la salud de las personas obligaron a<br />
gobiernos a nivel mundial a paralizar las actividades económicas no esenciales<br />
para prevenir su propagación, y poder evitar un mayor <strong>número</strong> de<br />
contagios y fallecimientos, además del colapso de los sistemas de salud.<br />
Sin embargo, la pandemia por el COVID-19 no sólo está cobrando<br />
vidas, sino impactó sobre las actividades económicas, debido al confinamiento<br />
y el cierre temporal de las empresas no esenciales. Estas medidas<br />
provocó un quebranto aún no cuantificado y poco estudiado en la vida<br />
económica, que afectó a empresas y trabajadores. Consideramos que el<br />
impacto provocado por el confinamiento y la separación de la actividad<br />
económica en “esencial y no esencial”, en la que mediante un decreto se<br />
determinó el cierre temporal de las actividades no esenciales, será mayor<br />
para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), dadas sus<br />
características y vulnerabilidad.<br />
Identificar el impacto de la pandemia en la actividad económica de<br />
las mipymes en Sonora es relevante, ya que éstas son piezas claves en la<br />
actividad económica y en la generación de empleos. Además, la extensión<br />
del confinamiento, la reactivación escalonada, el costo del trabajo en casa<br />
y las medidas de sana distancia y desinfección que se requieren implementar<br />
han colocado a las mipymes en una grave situación económica y<br />
en la incertidumbre de si podrán continuar operando. Lo anterior nos<br />
lleva a plantear el objetivo en la investigación: describir los efectos de la<br />
contingencia del COVID-19 en las mipymes sonorenses y las estrategias<br />
utilizadas para permanecer en el mercado, con el fin de definir aspectos<br />
que pueden influir para que sobrevivan a esta etapa de crisis económica.<br />
La metodología de nuestra investigación es de carácter exploratorio<br />
relacional y de corte transversal. Los informantes son empresarios de<br />
mipymes del sector formal de nueve municipios del estado de Sonora.<br />
Se identificaron las actividades productivas que desarrollan. De acuerdo<br />
con su perfil, el 56% de ellas cerró al considerarse como no esencial. Se<br />
analizaron los apoyos que implementaron tanto el estado como el<br />
gobierno federal.<br />
El confinamiento decretado conlleva costos y retos adicionales para el<br />
sector empresarial, que no han sido debidamente estimados, lo que ha<br />
incrementado la fragilidad de este tipo de empresas y pone en riesgo su<br />
permanencia.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
633<br />
1. Problema de investigación<br />
De acuerdo con el Inegi (2019a), antes de la pandemia del COVID-19<br />
las empresas enfrentaban problemas estructurales que dificultaban su<br />
operación y rentabilidad, que se han agravado en los últimos años. Se<br />
destacan los siguientes problemas: inseguridad (36.6%), altos gastos en<br />
servicio (36.1%), altos costos de materias primas e insumos (19.8%), baja<br />
demanda (16.3%) y altos impuestos (14.6%), exceso de trámites y gastos<br />
de trámites gubernamentales (7%) y (6.2%) (2019a). Además, hubo un<br />
bajo crecimiento económico del 2019 (de sólo 1.2%), aunado a que<br />
muchas de ellas se encuentran en sectores vulnerables, lo que dificulta su<br />
operación. Por estas razones, el confinamiento y cierre temporal de operaciones<br />
agravaron su ya débil situación y su reapertura en los próximos<br />
días será difícil. Consideramos que no todas podrán hacerlo y algunas de<br />
ellas se enfrentarán a una situación más precaria (gráfica 1).<br />
Gráfica 1<br />
Problemas que enfrentaban antes de la pandemia las mipymes<br />
en Sonora<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos de Inegi (2019a).<br />
Inegi a la fecha ha realizado dos estudios sobre el impacto económico<br />
del COVID-19. La primera de ellas (abril de 2020) muestra que 86% de<br />
las empresas encuestadas fueron afectadas por la pandemia del COVID-19,<br />
que se expresó en la disminución de sus ingresos en 79%, la demanda<br />
54% y la escasez de insumos 22.8%. Las empresas menos afectadas en esa<br />
primera aplicación fueron las grandes con 11.9%, mientras que las pymes
634 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
y microempresas continuaban con porcentajes altos de disminución de<br />
ingresos, 73.7% y 80% respectivamente (2020b).<br />
Para la segunda aplicación de la encuesta Inegi (2020c), el 95.9% de las<br />
microempresas y el 98.9% de las grandes empresas habían implementado<br />
las medidas sanitarias para enfrentar la crisis. El 53.9% de las micro, el<br />
77.5% de las pymes y el 92.8% de las grandes empresas continuaron implementando<br />
acciones y medidas sanitarias, tales como el uso de la tecnología<br />
y campañas de información, continuaron empleándose en las empresas.<br />
Hasta la segunda aplicación de la encuesta, destacamos que 94.1% del<br />
total de empresas no recibió apoyos para enfrentar la crisis sanitaria. El<br />
5.9% indicó haber recibido apoyo, en su mayoría por parte del gobierno<br />
(5.4%) y las cámaras empresariales (0.3%). El estudio señala tres escenarios,<br />
con respecto a ingresos: 48.5% mencionó que disminuirían (escenario<br />
pesimista); 40.1% indicó que permanecerían iguales (escenario<br />
regular); y 52.3% señaló que aumentarían (escenario optimista).<br />
La estructura de las mipymes guarda similitud en su distribución por<br />
tamaño con la de América Latina, en donde las grandes empresas conforman<br />
solamente 0.5% del total del tejido empresarial. En México, 99.5%<br />
corresponde a las mipymes. Por otro lado, las mipymes en Sonora ocupan<br />
99.6% del total, las cuales generan 65.4% del empleo estatal. La estructura<br />
empresarial sonorense está conformada por: 91.60% empresas con menos<br />
de 10 empleados; 6.70% tienen entre 11 y 50 empleados; 1.30% tienen<br />
entre 51 y 250 empleados; y 0.40% tienen más de 250 empleados. Con<br />
lo anterior, inferimos que la estructura del empleo se genera principalmente<br />
por las microempresas (gráfica 2).<br />
Gráfica 2<br />
Estructura del empleo en Sonora de acuerdo con el tamaño<br />
de la empresa<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos de Inegi (2019a).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
635<br />
Bajo este contexto nacional y estatal, se aprecia que las mipymes están<br />
en desventaja para enfrentar las consecuencias de esta crisis mundial en lo<br />
económico y en la salud, por lo que importa reconocer el impacto en los<br />
primeros meses de la pandemia en las micro y pequeñas empresas. Por<br />
tanto, la pregunta central de nuestro estudio es: ¿cuáles son los efectos<br />
económicos y operativos de la pandemia del COVID-19 en las Mipymes<br />
de Sonora?<br />
2. Marco teórico<br />
De acuerdo con Puyana (2018), tres grandes eventos marcaron el fin de<br />
las tres etapas del pensamiento económico, revelando además la mutuabilidad<br />
de los paradigmas: el primero fue la Gran Depresión de los años<br />
treinta, que significó el fin de una etapa de acelerado crecimiento del<br />
producto; el segundo fue la estanflación de mediados de los años setenta<br />
del siglo pasado, que puso fin a la edad de oro del capitalismo; y el tercero<br />
el choque de los mercados de valores del 2008, a raíz de la Gran Depresión.<br />
A partir de la pandemia por COVID-19, que inició a finales del 2019,<br />
observamos que en breve tiempo se presenta un cuarto evento, que marca<br />
el fin de la etapa del pensamiento económico predominante, y plantea<br />
nuevos paradigmas a la teoría económica.<br />
Cifuentes-Faura (2020) afirma que el problema de las características de<br />
esta crisis no se encuentra en los mercados financieros sino en la economía<br />
real, compuesta por empresas, especialmente las pymes, y no tiene precedentes.<br />
Por tanto, es difícil compararla con crisis económicas previas.<br />
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el<br />
Caribe (CEPAL) (2020a), el COVID-19 tendrá efectos graves a corto y<br />
largo plazo, cuya intensidad y profundidad dependerán de las condiciones<br />
internas de cada economía, el comercio mundial, la duración de la epidemia<br />
y las medidas sociales y económicas para prevenir el contagio.<br />
Dentro de los efectos observados a corto plazo, se encuentran el incremento<br />
en el desempleo, el cierre de mipymes y el aumento de la pobreza y pobreza<br />
extrema. Entre los efectos más graves a largo son la quiebra de empresas,<br />
la reducción de la inversión privada y el deterioro de las cadenas productivas<br />
y del capital humano.<br />
La CEPAL (2020a) advierte de un deterioro en los ingresos y pronostica<br />
que éste podría ser 5%. Esto ocasionaría un incremento de la pobreza<br />
y pobreza extrema en América Latina de 22% —al pasar de <strong>67</strong>,487,000<br />
a 82,606,000 del 2019 al 2020—, con lo que la población en extrema<br />
pobreza en América Latina pasaría del 11.0 en el 2019 al 13.3 en 2020.
636 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
El cierre temporal y las medidas de restricción de movilidad decretados<br />
por la pandemia del COVID-19 tendrán un impacto significativo para<br />
las empresas y sus empleados, debido a la reducción significativa de ingresos,<br />
que afectará el pago de salarios, pago de deuda, impuestos y las<br />
contribuciones de seguridad social. Lo anterior podría desencadenar un<br />
impacto económico y social que aún no ha sido cuantificado.<br />
Las mipymes son un componente fundamental del tejido empresarial<br />
en América Latina, de acuerdo con Correa et al. (2019) representan 99.5%<br />
de las empresas en la región y se encuentran en todos los sectores de la<br />
económica, por su parte las micro empresas representan 88.4%, los autores<br />
señalan que es en el comercio donde se concentra el mayor porcentaje<br />
de estas empresas y la razón de su surgimiento, obedece en muchos casos<br />
al autoempleo.<br />
Con respecto a la generación de empleos, son responsables del 54%<br />
de los trabajos formales en América Latina y en México <strong>67</strong>%. Su vulnerabilidad<br />
se refleja en su baja inserción en la estructura productiva, el<br />
reducido tamaño que producen bienes personalizados en serie y de alta<br />
calidad, su baja participación en redes de empresas y como proveedoras<br />
y contratistas de la gran empresa. La gran mayoría, de acuerdo con Correa<br />
et al. (2019), se encuentra compitiendo entre ellas en mercados masivos<br />
y existe poca cooperación. Lo anterior afecta su desempeño y las hace<br />
muy vulnerables a las crisis, sobre todo a las condiciones tan inéditas de<br />
la situación actual.<br />
El panorama para estas empresas en México a inicios del 2020 presentaba<br />
serios desafíos, debido al débil crecimiento de la economía (1.2%),<br />
el reducido acceso al financiamiento (76% no tiene acceso a financiamiento)<br />
(Great Place to Work, 2020), la escasa vinculación con la gran<br />
empresa o las cadenas productivas (95.4 % de ellas no se vinculan), un<br />
gran <strong>número</strong> de ellas no monitorea sus indicadores del desempeño (66.5%)<br />
y solamente 25% de ellas monitorea y da seguimiento a los problemas en<br />
el proceso productivo. Todo ello ocasiona la baja productividad y reducida<br />
vinculación (Inegi, 2019b).<br />
2.1. Políticas Públicas ante la crisis y las mipymes<br />
La profundidad de la crisis económica en el mundo, consecuencia de la<br />
paralización de la economía por el COVID-19, no tiene un referente<br />
cercano. De acuerdo con el Inegi (2020a), el Producto Interno Bryto<br />
(PIB) en el segundo trimestre del 2020 tuvo una variación de -18.9%<br />
respecto al mismo trimestre del año anterior. La gravedad y profundidad<br />
de la crisis es una situación inédita, que se requiere analizar las acciones
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
637<br />
que como política pública ha llevado a cabo el Estado mexicano, con el<br />
fin de mitigar los efectos de la crisis.<br />
La CEPAL ha creado el Observatorio para América Latina y el Caribe,<br />
en el que se detallan y miden las acciones realizadas por los gobiernos de<br />
estos países, clasificándolas en: desplazamientos, salud, economía, empleo,<br />
protección social, educación y género.<br />
La CEPAL ha clasificado las medidas y acciones hechas en los países<br />
de América Latina y el Caribe, contabilizando 694 acciones llevadas a<br />
cabo por 33 países y clasificándolas en: Política fiscal (166), Política monetaria<br />
(103), Política empresarial (187), Restricciones de la actividad económica<br />
(55), Controles de precio y cantidad (33), Estímulos económicos<br />
(40), Regulación del mercado de higiene personal y limpieza (29), Alivio<br />
de la deuda y suspensión de pagos (26), Otras políticas (55) (tabla 1).<br />
Tabla 1<br />
Medidas y Acciones implementadas por países miembros<br />
de la CEPAL<br />
Observatorio COVID-2019 para América Latina y el Caribe<br />
Medidas y acciones que han<br />
implementado países miembros de la<br />
CEPAL<br />
Medidas y acciones que ha implementado el<br />
gobierno de Mexico<br />
1. Política fiscal<br />
Estabilizadores automáticos —<br />
Inversiones públicas —<br />
Créditos fiscales —<br />
Diferimiento de impuestos —<br />
Reducciones de impuestos —<br />
Financiamiento<br />
Creación de un fondo emergente de hasta<br />
180,733 millones de pesos<br />
Otras políticas fiscales —<br />
Políticas fiscales generales —<br />
2. Política monetaria<br />
Tasa de interés<br />
Reducción de la tasa de interés en 50 puntos<br />
básicos a 5.5%.<br />
Requisitos de reserva —<br />
Requisitos de liquidez, incluidas<br />
compras de activos por parte de<br />
bancos centrales<br />
El Banco de México anunció 10 medidas para<br />
promover la operación ordenada de los mercados<br />
financieros, fortalecer los canales de otorgamiento<br />
de crédito y proporcionar liquidez
638 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
Tabla 1 (continuación)<br />
Observatorio COVID-2019 para América Latina y el Caribe<br />
Medidas y acciones que han<br />
implementado países miembros de la<br />
CEPAL<br />
Medidas y acciones que ha implementado el<br />
gobierno de Mexico<br />
Gestión de reservas internacionales —<br />
Otras políticas monetarias —<br />
Políticas monetarias generales —<br />
3. Política empresarial —<br />
Crédito fiscal sectores clave-actividades-regiones,<br />
impuestos sobre la<br />
nómina, cotizaciones sociales<br />
Subvenciones —<br />
Crédito Concesión de un millón de créditos de 25,000<br />
para microempresas, pequeñas tiendas y negocios<br />
familiares, registradas en el IMSS<br />
Política de tipo de cambio —<br />
Políticas de apoyo a las pyme —<br />
Otra política comercial —<br />
Políticas comerciales generales —<br />
4. Restricción de la actividad económica<br />
(incluidas tiendas y centros<br />
comerciales)<br />
—<br />
Separar actividades en esenciales y no esenciales<br />
5. Controles de precio y cantidad —<br />
6. Estímulo económico (incluye valor<br />
agregado de medidas fiscales y garantías<br />
de crédito)<br />
7. Regulación del mercado de higiene<br />
personal y productos de limpieza<br />
8. Alivio de la deuda y suspensión de<br />
pagos de crédito (individuos, microempresarios)<br />
Nueva política económica en tiempos de<br />
COVID-19- Inversión de 25 000 millones para<br />
drenaje en municipios marginados, con lo que<br />
se crearán 200 000 empleos directos<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos de CEPAL (2020b).<br />
—<br />
—
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
639<br />
En esta pandemia, entre la política de austeridad o gasto público,<br />
México ha optado por la austeridad. El 23 de abril del 2020 se decretó<br />
una serie de medidas de austeridad, entre las más significativas es la reducción<br />
del 75% de gastos en materiales generales y suministro, además de<br />
la cancelación de 10 secretarías (DOF, 2020).<br />
En cuanto al sector empresarial, destaca la ausencia de una política<br />
fiscal, como créditos fiscales, diferimientos de impuestos, reducción de la<br />
tasa de interés o de multas y recargos que cobran instituciones como el<br />
Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) o el Instituto del Fondo<br />
Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT). Para las<br />
mipymes, los apoyos económicos han sido reducidos, no exceden los<br />
25,000 pesos y se encuentran condicionados a que el empresario no haya<br />
despedido a un trabajador en el transcurso de 2020, además del cobro de<br />
una tasa de interés del 6.5% y el plazo de 33 meses (IMSS, 2020). En<br />
cuanto a las políticas comerciales, otros países latinoamericanos han<br />
implementado 187 acciones orientadas a apoyar a empresas y empresarios<br />
en aspectos como: créditos fiscales, impuestos sobre nómina, subsidios,<br />
tipo de cambio, políticas de apoyos a mipymes. México sólo ha llevado a<br />
cabo una acción de créditos a estas empresas en dos etapas (tabla 2).<br />
Tabla 2<br />
Acciones de política comercial de países miembros de la CEPAL<br />
Acciones de política comercial Países Acciones México<br />
Créditos fiscales sectores clave-actividades-regiones,<br />
impuestos sobre la nómina, cotizaciones sociales<br />
14 28 0<br />
Subsidios 13 20 0<br />
Créditos 19 53 2<br />
Políticas de tipo de cambio 7 10 0<br />
Políticas de apoyo a las mipymes 16 35 0<br />
Otras Políticas Comerciales 7 7 0<br />
Políticas Comerciales Generales 15 34 0<br />
Total de acciones 187 2<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos de CEPAL (2020b).<br />
México ha seguido una política de austeridad en las acciones de política<br />
fiscal y comercial. La CEPAL-OPS (2020: 6) recomienda un mayor<br />
gasto público, destinado a apoyar a las microempresas afectadas, ayudas<br />
económicas a trabajadores independientes por al menos seis meses y<br />
créditos blandos para las medianas empresas y los apoyos a las grandes
640 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
empresas, pero condicionados para que estos últimos mantengan los<br />
contratos de trabajo, no se inviertan en paraísos fiscales y nos se repartan<br />
las utilidades entre los socios.<br />
3. Metodología<br />
La presente investigación es de carácter exploratorio-relacional y de corte<br />
transversal. La muestra se constituyó por 107 empresas de nueve municipios<br />
de Sonora, predominando en proporción las de Hermosillo y, en<br />
segundo lugar, las de Guaymas, como se aprecia en la tabla 3.<br />
Tabla 3<br />
Empresas participantes por municipio<br />
Municipio Frecuencia Porcentaje<br />
Aconchi 1 0.9<br />
Agua Prieta 1 0.9<br />
Caborca 1 0.9<br />
Cajeme 3 2.8<br />
Guaymas 8 7.5<br />
Hermosillo 90 84.1<br />
Nácori Chico 1 0.9<br />
Navojoa 1 0.9<br />
Nogales 1 0.9<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
El giro de las empresas principalmente se centró en: manufactura o<br />
fabricación; servicios profesionales, legales y de consultoría; comercio<br />
minorista; así como en restaurantes, bares y cafetería (tabla 4).<br />
Tabla 4<br />
Giro de la empresa<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
Restaurantes, bares, cafetería 10 9.3<br />
Servicios de ingeniería y tecnología 4 3.7
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
641<br />
Tabla 4 (continuación)<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
Servicios profesionales, legales y de consultoría 12 11.2<br />
Otros (especifique) 19 17.8<br />
Servicios de educación y capacitación 3 2.8<br />
Arte y entretenimiento 3 2.8<br />
Comercio minorista 11 10.3<br />
Servicios médicos y relacionados 2 1.9<br />
Servicios de arrendamiento 1 0.9<br />
Comercio mayorista 5 4.7<br />
Servicios de entretenimiento 2 1.9<br />
Servicios de belleza, salud y otros 5 4.7<br />
Construcción 7 6.5<br />
Agricultura / agroindustria 5 4.7<br />
Servicios de comedor para empresas 1 0.9<br />
Manufactura / fabricación 12 11.2<br />
Servicios financieros y contables 1 0.9<br />
Tecnología de la información 1 0.9<br />
Hotelería y otros servicios de hospedaje 3 2.8<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Con respecto a los informantes, 60% fueron hombres y la mayor parte<br />
de los participantes cuenta con 40 años o más (73%), 17.8% más de 30<br />
y menos de 40 años y 9.2% con menos de 30 años.<br />
Las técnicas que utilizamos son: encuesta a empresarios del estado de<br />
Sonora, de diferentes sectores económicos y entrevista no estructurada a<br />
los principales dirigentes de los sectores empresariales. El procedimiento<br />
que se realizó fue: se llevaron a cabo primero las entrevistas no estructuradas<br />
a partir de las cuales se diseñó el instrumento de la encuesta; y posteriormente<br />
se realizó una prueba piloto con la participación de 32 empresarios<br />
y con base en los resultados se realizaron los ajustes respectivos al instrumento.<br />
Se contó con el apoyo de la Secretaría de Economía del Estado<br />
de Sonora, Cámaras y Asociaciones empresariales, con los que fue posible<br />
aplicar la encuesta a 107 empresarios de Sonora durante los meses de abril<br />
y mayo de 2020, mediante Google Forms. Previo al procesamiento de la
642 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
información, se limpió la base de datos y se realizó con el programa SPSS<br />
versión 25 el análisis descriptivo y la correlación de Pearson, considerando<br />
las variables que mostraron normalidad y posteriormente una regresión<br />
lineal para indagar cuáles aspectos tenían mayor contribución a una<br />
posible explicación del fenómeno.<br />
4. Resultados<br />
Casi la mitad de las empresas que formaron parte de este estudio tienen<br />
cinco o menos empleados (48.65%), mientras que 31% cuenta entre 6 y<br />
20 trabajadores (tabla 5). En el marco de esta contingencia, se destaca<br />
que 56% de estas empresas fue considerada como no esenciales. Algunas<br />
de las empresas no esenciales para continuar operando y solventar tanto<br />
los servicios como los gastos que continúan generándose tuvieron que<br />
reinventarse, algunas de ellas con atención personalizada, mediante citas,<br />
atención a domicilio, Internet y otras estrategias —al decir de una empresaria,<br />
operar como “ladrones” o en la “clandestinidad” era una forma de<br />
trabajo, al menos para cubrir los costos fijos y poder abrir cuando se levante<br />
la contingencia.<br />
Tabla 5<br />
Rango de empleos de las empresas<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
De 1 a 5 52 48.6<br />
De 6 a 10 17 15.9<br />
De 10 a 20 16 15.0<br />
De 21 a 50 13 12.1<br />
Más de 50 9 8.4<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
La mayoría de las empresas son de capital propio, mientras que un<br />
10% cuenta con socios nacionales (tabla 6). Un 33.6% obtiene ingresos<br />
menores a $50,000 mensuales y 11% sus ingresos se encuentran entre los<br />
$250,000 y $500,000 mensuales (tabla 7).<br />
A partir del 16 de marzo del 2020 en Sonora se decreta la contingencia<br />
y cierre temporal de operaciones, clasificando las actividades económicas<br />
en esenciales y no esenciales, por lo que estas últimas tuvieron que
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
643<br />
Tabla 6<br />
Tipo de capital de la empresa<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
Propio 73 68.2<br />
De su cónyuge 1 0.9<br />
Familiar 22 20.6<br />
Socios Nacionales 11 10.3<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Tabla 7<br />
Rango de ingresos mensuales<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
Menos de 50,000 36 33.6<br />
Entre 50,000 y 100,000 40 37.4<br />
Entre 100,001 y 250,000 20 18.7<br />
Entre 250,001 y 500,000 11 10.3<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
suspender sus actividades y pagar al menos un mes de sueldo a salario<br />
mínimo, según lo establece la Ley Federal del Trabajo en los artículos 42<br />
Bis y 429 fracción IV. Sin embargo, pagar los sueldos de los trabajadores<br />
y la disminución de la demanda no han sido los únicos problemas que<br />
han tenido que enfrentar. Existen otras situaciones que las empresas consideradas<br />
esenciales y no esenciales enfrentan que han sido poco visibilizadas<br />
y discutidas, las cuales dificultan aún más la operación durante la<br />
contingencia. Dentro de los más recurrentes se encuentran: proveedor<br />
cerrado, incremento de precios y escasez de insumos, pago de renta.<br />
El 96% manifiesta que sus ventas no se han incrementado durante la<br />
contingencia y 64.5% señala que se han reducido más de 50% (tablas 8<br />
y 9).
644 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
Tabla 8<br />
Incremento de las ventas por la situación de contingencia<br />
COVID-19<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No se han incrementado 96 89.7<br />
Se han incrementado en un 10% 7 6.5<br />
Se han incrementado en un 25% 3 2.8<br />
Se han incrementado un 50% 1 0.9<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (Versión 2016).<br />
Tabla 9<br />
Porcentaje de reducción de las ventas por la contingencia<br />
COVID-19<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No se han reducido 8 7.5<br />
Menos del 10% 8 7.5<br />
Más del 10% y menos de 25% 10 9.3<br />
Más del 25% y menos de 50% 12 11.2<br />
Más del 50% y menos del 75% 18 16.8<br />
Más del 75% 51 47.7<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (Versión 2016).<br />
4.1. Apoyos gubernamentales y costos del trabajo en casa<br />
Con el fin de apoyar a las mipymes, se estableció a nivel federal y estatal<br />
una serie de apoyos económicos. El Gobierno del Estado de Sonora a<br />
través de la Financiera para el Desarrollo Económico de Sonora (FIDE-<br />
SON) y el Gobierno Federal mediante el IMSS. El gobierno estatal otorgó<br />
créditos a una tasa del 0% de interés y un plazo de 36 meses y seis meses<br />
de gracia. Los montos oscilaron entre los $10,000 a $50,000 dependiendo<br />
del <strong>número</strong> de trabajadores registrados: autoempleo $10,000, de 1 a 10<br />
trabajadores $25,000 y entre 11 a 50 trabajadores $50,000 (DOF, 2020).<br />
El Gobierno Federal otorgó un monto de $25,000 a una tasa del 6.5%<br />
anual, condicionando dicho apoyo a las empresas que no hayan despedido
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
645<br />
Tabla 10<br />
Monto del crédito solicitado a alguna institución gubernamental<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No he solicitado crédito 58 54.2<br />
10,000 8 7.5<br />
25,000 22 20.6<br />
50,000 11 10.3<br />
100,000 1 0.9<br />
Más de 100,000 7 6.5<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Tabla 11<br />
El monto anterior como capital de trabajo para:<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No Aplica 49 45.8<br />
Menos de 15 días 26 24.3<br />
Un mes 22 20.6<br />
Dos meses 5 4.7<br />
Más de dos meses 5 4.7<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
trabajadores en el 2020 y que estuvieran registrados en dicho instituto y<br />
el plazo para pagar fue de tres años (IMSS, 2020). La mayoría de encuestados<br />
señalan que los créditos son insuficientes para hacer frente a las<br />
obligaciones y pago de pasivos, 24% refiere que el monto de los créditos<br />
otorgados alcanzará menos de 15 días, 20.6% para un mes y el resto más<br />
de un mes y 45.8% no había solicitado crédito al momento de la encuesta<br />
(tablas 10 y 11).<br />
El confinamiento se ha prolongado por más de tres meses y la sociedad<br />
en su conjunto enfrenta una difícil situación, que al momento de<br />
realizar la entrevista solamente era un esbozo de la crisis económica que<br />
se ha agudizado con el paso del tiempo. Sin embargo, pese a que al<br />
momento de realizar la encuesta apenas iniciaba el confinamiento,
646 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
solamente el 5.6% de ellas refiere que la contingencia no afectaba sus operaciones,<br />
un 50.5% de ellas señaló que la pandemia afectaba sus operaciones<br />
al 100% y un 19.6% calculaban que en ese momento (abril y mayo<br />
del 2020) sus operaciones estaban siendo afectadas en un 75% (tabla 12).<br />
Tabla 12<br />
Porcentaje de problemas que las empresas enfrentan<br />
por el COVID-19<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No ha afectado las operaciones 6 5.6<br />
Hasta un 15% 9 8.4<br />
30% 7 6.5<br />
50% 10 9.3<br />
75% 21 19.6<br />
100% 54 50.5<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Las empresas que siguieron operando durante la contingencia y las<br />
que migraron a otras formas de prestar el servicio y vender sus productos<br />
tuvieron que realizar diferentes acciones dentro de la empresa, entre las<br />
cuales se encuentran: cambiar áreas de trabajo para ampliar espacios,<br />
otorgar equipo de protección, rotar turnos, el trabajo en casa y hasta<br />
cambiar el embalaje para enviar productos a domicilio.<br />
Implementar estas y otras medidas tiene un costo adicional, que las<br />
empresas no tenían considerado en su capital de trabajo. De hecho, en<br />
muchos casos es superior al apoyo prestado por instituciones de gobierno,<br />
esto sin considerar los costos adicionales de los protocolos para el reingreso<br />
escalonado establecidos por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social,<br />
situación que agrava la frágil situación económica de estas empresas. Un<br />
36.4% refiere que las medidas para prevenir contagios son menores a los<br />
$5,000. Sin embargo, para el resto de encuestados, las medidas adoptadas<br />
van de los $10,000 a más de $100,000. Lo que indica que no solamente<br />
recibieron poco apoyo en créditos, sino que la mayoría de las veces, el<br />
crédito recibido es menor a los costos de implementar las medidas de<br />
desinfección o prevención en la empresa (tablas 13 y 14).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
647<br />
Tabla 13<br />
Costo adicional por la contingencia COVID-19<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No 31 29.0<br />
Si 76 71.0<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Tabla 14<br />
Rangos del costo adicional por la contingencia del COVID-19<br />
Frecuencia<br />
4.2. Despido de trabajadores y costos del confinamiento<br />
Porcentaje<br />
No Aplica 32 29.9<br />
Menos de 5,000 pesos 39 36.4<br />
10,001 y 20,000 16 15.0<br />
20,001 y 40,000 10 9.3<br />
60,001 y 100,000 4 3.7<br />
Más de 100,000 6 5.6<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016)<br />
El confinamiento decretado por la pandemia del COVID-19 ha durado en<br />
México más de 120 días. En los primeros meses de la pandemia cuando se<br />
aplicó la encuesta, 23.4% afirma haber tenido que despedir trabajadores.<br />
Un 1.9% despidió entre 11 y 15 trabajadores y 1.9% entre 16 y 25, esta<br />
información se aprecia las tablas 15 y 16.<br />
Tabla 15<br />
Despido de trabajadores por la contingencia del COVID-19<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
No 82 76.6<br />
Si 25 23.4<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).
648 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
Tabla 16<br />
Cantidad de trabajadores despedidos a causa de la contingencia<br />
COVID-19<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
0 82 76.6<br />
1 12 11.2<br />
Entre 2 y 3 3 2.8<br />
5 3 2.8<br />
Entre 6 y 10 3 2.8<br />
Entre 11 y 15 2 1.9<br />
Entre 16 y 25 2 1.9<br />
Total 107 100.0<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Entre los resultados más destacados se encontró que existe una alta<br />
correlación, de 0.77, entre el porcentaje de reducción de las ventas de<br />
las empresas y el porcentaje de problemas que enfrentan las mismas por<br />
consecuencia de la contingencia del COVID-19. Asimismo, se encontró<br />
una muy baja correlación (-0.004) entre el costo adicional generado<br />
con la contingencia y el monto del crédito solicitado a una institución<br />
gubernamental.<br />
Como podría esperarse, el resultado estadístico arrojó una correlación<br />
moderada y negativa entre el incremento de las ventas con relación al<br />
porcentaje de problemas que se están enfrentando en estas empresas por<br />
el COVID-19 y con el porcentaje de reducción de ventas en las empresas<br />
estudiadas (tabla 17).<br />
El modelo estadístico obtenido por regresión lineal nos muestra que<br />
el 21% del costo adicional que están asumiendo las empresas por la contingencia<br />
del COVID-19 se explica por el porcentaje de reducción de sus<br />
ventas y por la cantidad de empleos de dichas empresas, resultando esta<br />
última variable la que más aporta a la explicación de este fenómeno, como<br />
se muestra en la tabla 18, donde esta variable resultó con un valor beta<br />
de 0.37 (tabla 19).<br />
Entre los hallazgos más relevantes, se identifica que el confinamiento<br />
y el cierre temporal se ha sumado a problemas estructurales previos que<br />
enfrentaban las mipymes como la inseguridad (36.6%), altos gastos de<br />
los servicios públicos y arrendamiento (36.15%) y altos costos en las<br />
materias primas e insumos (19.8%) y la baja demanda de sus productos<br />
o servicios (16.3%), que requieren un análisis aparte. Esta situación y<br />
los efectos de la contingencia decretada han colocado a estas empresas
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
649<br />
Tabla 17<br />
Correlación entre posibles causas y consecuencias<br />
de la contingencia por COVID19<br />
8. ¿En qué porcentaje<br />
se han reducido<br />
las ventas en su<br />
empresa?<br />
15. Si ha solicitado<br />
crédito a alguna<br />
institución gubernamental,<br />
el monto del<br />
crédito fue<br />
17. ¿En qué<br />
porcentaje considera<br />
usted que los<br />
problemas que<br />
enfrenta la empresa<br />
en este momento son<br />
consecuencia de la<br />
contingencia por el<br />
COVID-19<br />
23. Si la respuesta<br />
anterior fue<br />
afirmativa, ¿a cuánto<br />
asciende este costo<br />
adicional?<br />
7. ¿Por la<br />
situación de<br />
contingencia<br />
COVID-<br />
19, las<br />
ventas en su<br />
empresa se<br />
han<br />
incrementado?<br />
-.388**<br />
8. ¿En qué<br />
porcentaje<br />
se han<br />
reducido las<br />
ventas en su<br />
empresa?<br />
.095 -.004<br />
15. Si ha<br />
solicitado<br />
crédito a<br />
alguna<br />
institución<br />
gubernamental,<br />
el<br />
monto del<br />
crédito fue<br />
-.302** .775** .033<br />
17. ¿En qué<br />
porcentaje<br />
considera usted<br />
que los<br />
problemas que<br />
enfrenta la<br />
empresa en este<br />
momento son<br />
consecuencia de<br />
la contingencia<br />
por el COVID-<br />
19<br />
.039 .270** .254** .239*<br />
**La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).<br />
* La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).
650 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
Tabla 18<br />
El costo adicional por el COVID-19<br />
Resumen del modelo b<br />
R R cuadrado R cuadrado ajustado Error estándar<br />
de la estimación<br />
.463 a .215 .199 1.808<br />
a. Predictores: (Constante), 2. Empleos, 8. ¿En qué porcentaje se han reducido las<br />
ventas en su empresa?<br />
b. Variable dependiente: 23. Si la respuesta anterior fue afirmativa, ¿a cuánto asciende<br />
este costo adicional?<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
Tabla 19<br />
Coeficientes<br />
Coeficientes<br />
no estandarizados<br />
(Constante) -.513 .497<br />
8. ¿En qué porcentaje<br />
se han reducido las<br />
ventas en su empresa?<br />
Coeficientes<br />
estandarizados<br />
B Desv. Error Beta t Sig.<br />
.305 .106 .250 2.871 .005<br />
2. Empleos generados .557 .129 .377 4.330 .000<br />
Variable dependiente: ¿a cuánto asciende este costo adicional?<br />
Fuente: elaboración propia con base en la encuesta que se realizó en las mipymes en 2020. Los<br />
datos fueron analizados usando IBM SPSS Statistics (2016).<br />
en la incertidumbre su operación y sobrevivencia. Es precisamente la incertidumbre<br />
el sentimiento más expresado por empresarios de este sector.<br />
Las medidas implementadas para prevenir contagios tienen costos<br />
elevados que van de los $5,000 a más de $100,000 y constituyen una<br />
dificultad adicional en la operación de las empresas. En este sentido, se<br />
encontró una alta correlación del 0.77 entre la reducción de ventas y los<br />
problemas que enfrentan como consecuencia de la contingencia.<br />
El costo adicional de enfrentar la pandemia se explica en 21% a partir<br />
del porcentaje de reducción de las ventas y de la cantidad de empleos de<br />
las empresas encuestadas, lo cual es relevante debido a que la permanencia<br />
de las mipymes en el mercado o la necesidad de liquidar empleados<br />
no es una cuestión de voluntad, sino una estrategia para permanecer.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
651<br />
Entre los indicios más favorables se encuentran: el incremento en el uso<br />
intensivo de herramientas digitales para realizar compras, implementar el<br />
teletrabajo, ventas en línea y entrega de pedidos; la rapidez de reacción para<br />
implementar cambios tanto en el proceso sino además dar un giro a su<br />
actividad al introducir nuevos productos o servicios; la optimización en el<br />
uso de activos y de operación de la empresa; el apoyo familiar.<br />
Por la crisis se han visto obligadas a aprender y tomar acciones rápidamente,<br />
tales como modificar la plantilla laboral y espacios de trabajo; proporcionar<br />
equipo para evitar contagios; cambiar el embalaje; proporcionar<br />
un servicio personalizado, entre otras. Se observa un sector empresarial que<br />
busca no detenerse y continuar operando. Por ello, se ha capacitado, unido<br />
y apoyado entre las distintas empresas que componen el sector. Un aspecto<br />
relevante y que abre nuevas líneas de investigación es el viraje hacía la tecnología<br />
en las diferentes partes del proceso, desde la compra hasta la entrega,<br />
que como una medida de sobrevivencia han implementado.<br />
5. Discusión y conclusiones<br />
El confinamiento decretado conlleva costos y retos adicionales para el<br />
sector empresarial, que no han sido debidamente estimados, lo que ha<br />
incrementado la fragilidad de este tipo de empresas y pone en riesgo su<br />
permanencia en el mercado. Asimismo, han hecho frente a situaciones<br />
inesperadas, aunado a la disminución de la demanda, el cierre parcial o<br />
total de operaciones, entre los mencionados se encuentran: el incremento<br />
de precios, proveedores cerrados, escasez de insumos y demora en entrega.<br />
Las mipymes han tenido que asumir costos derivados de la llamada<br />
nueva normalidad, consistentes en: rediseñar áreas de trabajo, cambiar<br />
modalidades de venta, protocolos de desinfección, cambiar aforos de cliente,<br />
incrementar el uso de la tecnología y otros. Lo anterior ha incrementado<br />
sus costos de acuerdo al modelo en 21%, el cual es un alto porcentaje que<br />
se suma a la baja demanda y el incremento de precios, lo que aumenta su<br />
vulnerabilidad y las coloca en riesgo de desaparecer, al no poder superar<br />
los obstáculos producto de la contingencia, aunado a problemas estructurales<br />
previos.<br />
Ya que el gobierno mexicano ha seguido una política de austeridad,<br />
los apoyos económicos recibidos mediante un crédito han sido insuficientes<br />
debido a que 45% señala que esta cantidad es capital de trabajo para<br />
menos de un mes. Al momento de realizar la encuesta, un amplio sector<br />
no había solicitado crédito. Sin embargo, quienes sí habían solicitado, el<br />
monto de crédito otorgado ha sido insuficiente, un amplio porcentaje<br />
señala que su importe es capital de trabajo para menos de un mes.
652 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
La duración del confinamiento se ha prolongado y las empresas no<br />
han recibido ningún otro apoyo como el diferimiento de pagos fiscales,<br />
subsidios, créditos fiscales, reducción de tasas de interés, entre otros.<br />
Por la crisis la mipymes se han visto obligadas a aprender y tomar<br />
acciones rápidamente., reflejo de ello son: el incremento en el uso intensivo<br />
de herramientas digitales para realizar compras, implementar el teletrabajo,<br />
ventas en línea y entrega de pedidos; la rapidez de reacción para<br />
implementar cambios tanto en el proceso como en dar un giro a su<br />
actividad al introducir nuevos productos o servicios; la optimización en<br />
el uso de activos y de operación de la empresa.<br />
A partir de la pandemia por COVID-19, observamos que en breve<br />
tiempo se podría presentar un cuarto evento que marcaría el fin de la<br />
etapa del pensamiento económico predominante y plantearia un nuevo<br />
paradigma económico.<br />
La globalizacion tiene influencia directa en los países en desarrollo<br />
como Mexico, ya que lo que suceda en el mercado internacional tiene un<br />
impacto directo al interior de la economia, provocando asi que los factores<br />
exógenos repercutan internamente. Sin embargo, esta crisis de salud a<br />
nivel mundial con sus correspondientes efectos económicos no tiene<br />
precedentes, como bien apunta Cifuentes-Faura (2020), por lo que resulta<br />
díficil compararla con crisis económicas previas.<br />
Una de las lecciones que quedan para la operación de las mipymes es<br />
que la tecnología debe ser una herramienta para eficientar su operación,<br />
en tanto se observa un cambio en la conducta de consumidores al realizar<br />
más compras en línea.<br />
Entre las amenazas que se visualizan se encuentran la falta de liquidez,<br />
que provoca endeudamiento; el incremento generalizado de precios y la<br />
contracción de la demanda interna.<br />
Fuentes consultadas<br />
CEPAL (Comsión Económica para América Latina y el Caribe) (2020a),<br />
América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19.<br />
Efectos económicos y sociales, Santiago, CEPAL, , de agosto de 2020.<br />
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2020b),<br />
Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe. Impacto<br />
económico y social, Santiago, CEPAL, , 2<br />
de agosto de 2020.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
653<br />
CEPAL-OPS (Comisión Económica para América Latina y el Caribe-<br />
Organización Panamericana de la Salud) (2020), “Salud y economía:<br />
una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19<br />
y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina<br />
y el Caribe”, Santiago, CEPAL, , 5 de<br />
agosto del 2020.<br />
Cifuentes-Faura, Javier (2020), “Crisis del coronavirus: impacto y medidas<br />
económicas en Europa y en el mundo”, Espaço e Economía, 9<br />
(18), Río de Janeiro, Universidade Estadual do Río de Janeiro,<br />
pp. 1-8.<br />
Correa, Felipe; Leiva, Valentina y Stumpo, Giovanni (2019), “Mipymes y<br />
Heterogeneidad estructural en América Latina”, en Marco Dini y<br />
Giovanni Stumpo, Las Mipymes en América Latina. Un frágil desempeño<br />
y nuevos desafíos, Santiago, Naciones Unidas, pp. 9-32.<br />
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2020), “Decreto por el que se<br />
reforma y adiciona el Decreto que crea un Organismo Público y<br />
Descentralizado denominado ‘Financiera para el Desarrollo Económico<br />
del Sonora’. Decreto por el que se reforma y adiciona el<br />
Decreto que autoriza la Constitución de un Fideicomiso Público<br />
denominado ‘Fideicomiso Fondo Revolvente Sonora’ ”, 26 de<br />
marzo, Hermosillo, Organo de Difusión del Gobierno del Estado<br />
de Sonora, , 1 de agosto del 2020.<br />
Great Place to Work (2020), “Panorama de las Pymes en México 2020”,<br />
Artículos, Ciudad de México, Great Place to Work, , 4 de junio del 2020.<br />
IBM SPSS Statistics (2016), “SPSS Statistics” for Windows, Version 24.0.<br />
Armonk, NY, IBM Corp.<br />
IMSS (Instituto Mexicano de Seguro Social) (2020), “Se han recibido 27<br />
mil <strong>67</strong>4 registros para Crédito Solidario a la Palabra”, Prensa,<br />
Ciudad de México, IMSS, , 6 de junio<br />
del 2020.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2019a), Censos<br />
Económicos 2019. Resultados oportunos Sonora, Aguascalientes,<br />
Inegi, , 4 de junio 2020.
654 M. del R. F. Robles Robles et al.: Efectos económicos y operativos preliminares del…<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2019b), “Comunicado<br />
de Prensa 448/19”, Sala de prensa, Aguascalientes, Inegi,<br />
, 6 de julio del 2020.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2020a), Estimación<br />
oportuna, Aguascalientes, Inegi, , 1 de<br />
julio del 2020.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadistica y Geografia) (2020b), ECOVID-<br />
IE 2020. Encuesta sobre el Impacto Económico Generado por Covid-<br />
19 en las Empresas, Aguascalientes, Inegi, ,<br />
16 de marzo del 2021.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadistica y Geografia) (2020c), ECOVID-<br />
IE 2020. Encuesta sobre el Impacto Económico Generado por Covid-<br />
19 en las Empresas. Resultados segundo evento, Aguascalientes, Inegi,<br />
, 16 de marzo del 2021.<br />
Puyana, Alicia (2018), “Crisis económica y crisis de la teoría económicas.<br />
Notas para el debate”, Perfiles Latinoamericanos, 26 (51), Ciudad<br />
de México, Flacso, pp. 351-378.<br />
Recibido: 7 de agosto de 2020.<br />
Reenviado: 16 de febrero de 2021.<br />
Aceptado: 16 de marzo de 2021.<br />
María del Rosario Fátima Robles-Robles. Doctora en Ciencias Sociales<br />
por El Colegio de Sonora. Actualmente, es Profesora de Tiempo Completo<br />
en la Universidad Estatal de Sonora, Integrante del Sistema Nacional de<br />
Investigadores, nivel candidata. Sus líneas de investigación son: desarrollo<br />
económico, empresarios en el desarrollo regional e internacional, actores<br />
y minería. Entre sus más recientes publicaciones como coautor destacan:<br />
“Limitaciones de la política tributaria minera en México”, en Liz Ileana<br />
Rodríguez Gámez y Blanca Esthela Lara Enríquez (eds.), Minería y sociedad<br />
en el río Sonora. Diálogos sobre desarrollo, sostenibilidad e inclusión,<br />
Hermosillo, El Colegio de Sonora (2021); “Mujeres empresarias: El<br />
emprendimiento femenino entre la ausencia de estudios y el incremento<br />
de su participación económica en Hermosillo, Sonora”, <strong>Revista</strong> Relayn<br />
(Red de Estudios Latinoamericanos en Administración y Negocios), 4 (1),<br />
Santa Rosa Jauregui, Querétaro, Invepy y Asociados S.C, pp. 39-50<br />
(2020); y “Characteristics and main effects of contract agriculture in La
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 631-655<br />
655<br />
Costa de Hermosillo”, Expert Journal of Economics, 7 (2), Sibiu, Sprint<br />
Investify, pp. 66-74 (2019).<br />
María de los Ángeles Romero-Espinoza. Doctora en Desarrollo Regional<br />
por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD),<br />
Profesora de Tiempo Completo de la Universidad Estatal de Sonora,<br />
miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel candidato. Sus<br />
líneas de investigación son: Calidad de vida, Bienestar subjetivo, Desarrollo<br />
Sostenible y Educación Superior. Entre sus más recientes publicaciones<br />
como primer autor destacan: “Estrés, salud y enfrentamiento a los<br />
problemas en académicos de Educación Pública Superior”, en Rolando<br />
Díaz-Loving, Lucina-Isabel Reyes-Lagunes y Fuensanta López (eds.),<br />
Aportaciones actuales a la Psicología Social, vol. IV, Ciudad de México,<br />
AMEPSO, pp. 1939-1958, (2018); “La habilitación de los docentes en<br />
las instituciones de educación superior (IES) y su relación con la evaluación<br />
y desempeño”, en Priscila María Monge Urquijo, Claudia Navarro-<br />
Corona y Marcela Cecilia García Medina (coords.), Aportaciones de la<br />
investigación educativa a la formación de profesorado, Hermosillo, CRF-<br />
DIES, pp. 58-74 (2017); “Calidad de vida en docentes de educación<br />
pública superior”, Educación y Humanismo, 18(31), Universidad Simón<br />
Bolívar, Barranquilla, pp. 205-224 (2016).<br />
Natalia Guadalupe Romero Vivar. Maestra en Mercadotecnia y Comercio<br />
Internacional y Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la<br />
Universidad Estatal de Sonora. Sus líneas de investigación son: globalización,<br />
desarrollo y calidad de vida, empresarios y empresarias en el<br />
desarrollo regional e internacional. Entre sus más recientes publicaciones<br />
como coautora se encuentran: “Mujeres empresarias: El emprendimiento<br />
femenino entre la ausencia de estudios y el incremento de su participación<br />
económica en Hermosillo, Sonora”, <strong>Revista</strong> Relayn, 4 (1), Santa Rosa<br />
Jauregui, Querétaro, Invepy y Asociados S.C, pp. 39-50 (2020); “Perfil<br />
emprendedor estudiantes del área económico-administrativa, de la Universidad<br />
Estatal de Sonora: una perspectiva analítica”, Memorias del<br />
Congreso Internacional de Investigación Academia Journals Hidalgo, 11 (8),<br />
tomo XV, Hidalgo, Academia Journals, pp.2475-2482 (2019); y “El<br />
consumo por nostalgia: Un negocio creciente en Estados Unidos”, BIO-<br />
LEX, (18), Hermosillo, Universidad de Sonora, pp. 45-65 (2018).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211662<br />
657<br />
Expansión geográfica del capital y<br />
transformaciones territoriales en la<br />
meseta chubutense (Patagonia<br />
argentina, 1990-2020)<br />
Geographical expansion of capital and<br />
territorial transformations in the Chubut<br />
Plateau (Argentine Patagonia, 1990-2020)<br />
Alberto Daniel Vazquez*<br />
Abstract<br />
Since the 1990s, the Central Plateau of Chubut has absorbed an increasing amount<br />
of financial surplus from other places. The objective of this article is to analyze the<br />
impact of these investments on the territories and their development processes. The<br />
work focuses on the Middle Valley of the Chubut River, a historically livestock territory<br />
that has been revalued for its aptitudes for agricultural production, tourism and<br />
recreation. Based on the case analysis, the article examines the impact of investments<br />
on the processes of change and productive reactivation of the valley, on rural establishments,<br />
small towns and their inhabitants.<br />
Keywords: rural spaces, land deals, territorial transformations, territorial development.<br />
Resumen<br />
Desde la década de 1990, la meseta central de Chubut ha absorbido una cantidad<br />
creciente de excedentes financieros provenientes de otros lugares. El objetivo del<br />
artículo es analizar el impacto de esas inversiones sobre el territorio y sus procesos<br />
de desarrollo. El trabajo se focaliza en el valle medio del río Chubut, territorio<br />
ganadero que ha sido revalorizado para la producción agrícola, el turismo y el<br />
esparcimiento. A partir del análisis de casos, se explora el impacto de las inversiones<br />
sobre los procesos de cambio y reactivación productiva del valle y sobre los<br />
establecimientos rurales, las pequeñas localidades y sus habitantes.<br />
Palabras clave: espacios rurales, tratos de tierras, transformaciones territoriales,<br />
desarrollo territorial.<br />
* Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, correo-e: albertogeo85@gmail.com
658 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
Introducción<br />
A partir de las últimas décadas del siglo XX se ha producido una creciente<br />
expansión geográfica del capital desde los espacios centrales hacia las<br />
periferias, como respuesta a la sobreacumulación de excedentes productivos<br />
y financieros (Harvey, 2005); una expansión que se ha vuelto crónica<br />
porque los espacios de la periferia que adquirieron dinamismo también<br />
absorbieron excedentes a través de la expansión geográfica (Harvey, 2005).<br />
En ese esquema internacional, la Argentina ha recibido excedentes y sus<br />
empresas han invertido en otros países de la región, con los consabidos<br />
casos de expansión del capital pampeano para la producción de commodities<br />
agrícolas en países limítrofes.<br />
Los procesos que Harvey (2005) analiza a escala internacional también<br />
se han replicado hacia el interior de la Argentina, entre sus regiones y al<br />
interior de las mismas. Tan es así que los espacios periféricos y semiperiféricos<br />
de la Argentina han recibido excedentes financieros provenientes<br />
de las regiones y las ciudades más dinámicas del país.<br />
En ese contexto, la Patagonia rural ha profundizado su integración<br />
subordinada a circuitos globales de acumulación (Schweitzer, 2016), pero<br />
también ha absorbido excedentes de origen nacional, de fuera de la región<br />
y de las principales ciudades patagónicas.<br />
Las inversiones han sido realizadas en beneficio de la rentabilidad de los<br />
sectores minero, energético, agrario y turístico y de la valorización de las tierras<br />
rurales, en la búsqueda de espacios para los momentos de ocio y recreación,<br />
y para aplazar el capital en el tiempo utilizando a la tierra rural como un<br />
medio para el ahorro, entre otras finalidades.<br />
La expansión del capital sobre la Patagonia ha sido territorialmente<br />
selectiva; las inversiones se han concentrado en zonas valoradas por sus<br />
paisajes, por la disponibilidad de recursos hidrocarburíferos y minerales<br />
factibles de ser explotados desde el punto de vista técnico-económico y<br />
jurídico y por sus aptitudes agropecuarias. Un claro indicador de esas<br />
preferencias territoriales es la distribución de las tierras en propiedad de<br />
personas físicas y jurídicas extranjeras, pues la superficie de tierras en<br />
dominio de extranjeros es notablemente superior en espacios cordilleranos<br />
valorados por sus paisajes y en zonas de interés minero del Macizo<br />
del Deseado, donde además se encuentran establecimientos y latifundios<br />
ganaderos en propiedad de extranjeros (Vazquez y Sili, 2017).<br />
Más allá de la expansión selectiva del capital, los habitantes urbanos<br />
(empresarios, comerciantes, profesionales y otros actores) también han<br />
adquirido tierras rurales de zonas que son marginales desde el punto de<br />
vista agropecuario y no forman parte de los circuitos extractivos o de las<br />
principales redes de consumo de lugares y paisajes; tierras de la meseta
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
659<br />
patagónica que han alcanzado valores de mercado comparativamente bajos<br />
a causa de la crisis ganadera y el crecimiento exponencial de la oferta de<br />
establecimientos rurales (Vazquez, 2015).<br />
El principal objetivo del artículo es analizar el impacto de la expansión<br />
geográfica del capital financiero sobre los territorios rurales de la meseta<br />
chubutense y sus procesos de desarrollo.<br />
Para el análisis, se considera al territorio como un contenedor y, al mismo<br />
tiempo, como el resultado de un proceso de construcción de contenido<br />
(Pecqueur, 2005). Con ese sentido del concepto de territorio, se define al<br />
desarrollo territorial como un proceso de transformación institucional y<br />
productiva, que en el medio rural estimula y propicia la interacción y concertación<br />
de los actores, ademas de que mejora la competitividad de todo<br />
el sistema territorial, con el propósito de reducir la pobreza y mejorar la<br />
calidad de vida de los habitantes rurales (Schejtman y Berdegué, 2004).<br />
La metodología empleada es el estudio de casos y los resultados surgen<br />
de datos obtenidos de fuentes secundarias, de la revisión de antecedentes<br />
bibliográficos y del trabajo de campo realizado en 2015. El trabajo de<br />
campo consistió en la realización y observación de entrevistas semiestructuradas<br />
con productores agropecuarios, presidentes de compañías mineras<br />
dedicadas a la explotación de pórfido, emprendedores del sector turístico,<br />
trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y de la<br />
Corporación de Fomento de Chubut, presidentes de cooperativas y asociaciones,<br />
entre otros actores de la meseta.<br />
Seguidamente, y a fin de contextualizar el análisis, se describen las<br />
características estructurales de la meseta chubutense; posteriormente, se<br />
presentan los resultados y las discusiones, que se organizan en dos apartados:<br />
en el primero se presentan las finalidades de las inversiones identificadas en<br />
la meseta y su expresión en las funciones de los espacios rurales; en el<br />
segundo, se analiza el impacto de los tratos de tierras y otras inversiones<br />
sobre los procesos de desarrollo territorial de una de las zonas más valoradas<br />
por los actores que han colocado excedentes financieros en la meseta:<br />
el valle medio del río Chubut.<br />
1. El escenario de investigación: la meseta chubutense<br />
La meseta es un espacio periférico de la provincia de Chubut, que tiene<br />
una extensa superficie de más de 100,000 km 2 y una densidad poblacional<br />
de aproximadamente 1 habitante cada 10 km 2 .<br />
Con fines analíticos, se hace coincidir a la meseta con una de las<br />
representaciones cartográficas de la Comarca de la Meseta Central de<br />
Chubut (mapa 1), entidad jurídica creada por la provincia en 2010, como
660 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
subregión del territorio provincial para la planificación de procesos de<br />
integración y desarrollo. De esa manera, el borde de la meseta se ajusta<br />
mayormente a límites de departamentos administrativos y es posible<br />
utilizar datos oficiales publicados a esa escala. 1<br />
Mapa 1<br />
La Comarca de la Meseta Central de Chubut<br />
Fuente: elaboración propia con el software Qgis versión 2.18 (OSGeo, 2016).<br />
Este espacio tiene dos grandes tipos de ambientes biofísicos que se<br />
deben diferenciar para explicar los procesos económicos y territoriales<br />
bajo análisis: por un lado, el ambiente de sierras y mesetas (fotografía 1)<br />
y, por otro, el ambiente de valle (fotografía 2).<br />
El sector de sierras y mesetas se corresponde en su mayor extensión<br />
con la zona agroecológica denominada Sierras y Mesetas Centrales (SMC),<br />
hacia el nordeste con el Monte Austral (MA) y al oeste con las Sierras y<br />
1<br />
Los análisis cuantitativos de la información obtenida de fuentes secundarias se realizan sobre<br />
la base de los datos de los cuatro departamentos enteramente incluidos en la Comarca de la Meseta<br />
Central (Gastre, Telsen, Paso de Indios y Mártires), porque las características de la meseta y las singularidades<br />
de sus procesos se diluyen al incluir datos de departamentos que también contienen<br />
sectores de otras comarcas.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
661<br />
Fotografía 1<br />
Paisaje del ambiente de sierras y mesetas de Chubut<br />
Fuente: fotografía del autor, enero de 2015.<br />
Fotografía 2<br />
Paisaje del valle medio del río Chubut<br />
Fuente: fotografía del autor, enero de 2015.<br />
Mesetas Occidentales (SMO). En la mayor parte del área, las precipitaciones<br />
anuales no superan los 200 mm y la cobertura vegetal de los suelos<br />
oscila entre 30 y 50 por ciento. Las SMO registran precipitaciones más<br />
abundantes, entre 200 y 300 mm anuales, coberturas vegetales de 50%<br />
con predominio de gramíneas y una presencia más extendida de bajos<br />
húmedos. En ese sentido, hay diferencias a favor de las SMO, que se<br />
traducen en una mayor receptividad de ganado y una presencia más significativa<br />
de ganado bovino (Schorr y Segui, 2008).<br />
El ambiente de valle se encuentra estructurado por el río Chubut en<br />
su tramo medio y en parte de su tramo superior, pero también por algunos<br />
de sus afluentes y por el arroyo Telsen. El río Chubut se alimenta de<br />
lluvias y deshielos, tiene un régimen irregular y comportamiento torrencial.<br />
Se trata de un río que atraviesa la meseta con un caudal medio anual de
662 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
unos 46 m³/s (estación hidrométrica Los Altares, 1943-2000) (Valladares,<br />
2004). El arroyo Telsen nace en las sierras Apas y Talagapa (meseta de<br />
Somuncurá), se alimenta del aporte de cañadones que colectan agua en<br />
épocas de lluvia e irriga un pequeño valle en el nordeste de la meseta<br />
(Colombani et al., 2017: 56). Los valles presentan condiciones agroecológicas<br />
diferentes a las de los ambientes de sierras y mesetas; en el fondo<br />
del valle, los suelos están cubiertos de una vegetación herbácea, capaz de<br />
alimentar a un mayor <strong>número</strong> de animales, y pueden ser aptos para el<br />
desarrollo de la agricultura bajo riego (Llanos et al., 2016). Por otra parte,<br />
el clima permite un desarrollo aceptable de algunos cultivos (De Fina et<br />
al., 1968).<br />
No obstante esas diferencias agroecológicas entre la zona de sierras<br />
y mesetas y los valles, el área fue valorizada para la ganadería extensiva y<br />
organizada con una estructura fundiaria, en la que predominan los minifundios<br />
ganaderos y las pequeñas estancias. 2 Algunas excepciones menores<br />
se encuentran en el valle del arroyo Telsen, donde los inmigrantes introdujeron<br />
la producción de alfalfa, cereales, frutales y hortalizas y ya para<br />
1920 comercializaban excedentes (Pérez, 2012).<br />
Los minifundios y las estancias fueron ocupadas por pobladores de<br />
diversos orígenes étnicos y geográficos, poblaciones indígenas reubicadas<br />
tras las campañas militares que produjeron el desplazamiento o la aniquilación<br />
de poblaciones originarias en la Patagonia argentina (1879-1884),<br />
europeos –mayormente españoles e italianos–, hijos de inmigrantes ya<br />
establecidos en el país y pobladores de origen chileno (Pérez, 2012; Troncoso<br />
y Flores Torres, 2012).<br />
Desde comienzos del siglo XX la provisión de bienes y servicios para<br />
esos pobladores del campo dio lugar a la instalación de comercios de doble<br />
o triple función –almacén de ramos generales, posada y acopio de lanas<br />
y cueros–, de escuelas rurales, juzgados de paz y destacamentos policiales y,<br />
en consecuencia, al surgimiento de pequeñas localidades. La mayoría de<br />
las localidades de la meseta son parajes y pueblos de menos de 500 habitantes<br />
y, desde el punto de vista político-administrativo, funcionan como<br />
comunas rurales. Las excepciones son Paso de Indios y Gualjaina, que<br />
superan los 1000 habitantes y poseen una estructura político-administrativa<br />
de municipio. Estas localidades de la meseta forman parte del área<br />
de influencia de Trelew, Rawson, Esquel, Puerto Madryn, Ingeniero<br />
Jacobacci y otras ciudades de mayor jerarquía en los sistemas urbanos de<br />
las provincias de Chubut y Río Negro.<br />
2<br />
Se considera la clasificación que realiza Coronato (2010: 85-6) con base en los aportes de<br />
otros autores: minifundios (hasta 3000 ha), estancia pequeña (entre 3000 y 10,000 ha), estancia<br />
mediana (entre 10,001 y 50,000 ha), estancia grande (entre 50,001 y 75,000 ha), latifundio (más<br />
de 75,000 ha).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
663<br />
2. El declive de la ganadería extensiva<br />
Los espacios de la meseta no han quedado al margen de los cambios<br />
económicos y productivos que en los últimos cuarenta años han afrontado<br />
los espacios rurales de la Patagonia.<br />
El decaimiento de la ganadería ovina se intensificó notablemente a partir<br />
de los años ochenta, porque a los problemas estructurales se sumaron cambios<br />
en las condiciones de rentabilidad de la actividad y eventos naturales que<br />
impactaron negativamente sobre el stock de ganado.<br />
Los datos del Consejo Provincial de Planeamiento y Acción para el<br />
Desarrollo indican que, en la década de 1980, 94% de las explotaciones<br />
de Chubut obtenía rentabilidad negativa y sólo 6% rentabilidad positiva<br />
(Coplade, 1986; recuperado de Baeza y Borquez, 2006), situación que se<br />
vio agravada en la década siguiente por la profunda caída en el precio internacional<br />
de la lana y el cambio en el costo de producción generado por la<br />
paridad cambiaria entre el peso argentino y el dólar. En ese contexto, se<br />
modificó la escala de producción necesaria para alcanzar umbrales de rentabilidad<br />
y cientos de establecimientos ganaderos dejaron de ser sostenibles<br />
desde el punto de vista económico. 3<br />
No obstante el impacto de los cambios en la renta de la actividad, el<br />
declive ganadero se precipitó a principios del siglo XXI, en el marco de<br />
sequías prolongadas y erupciones volcánicas –Chaitén en 2008 y Puyehue-<br />
Cordón Caulle en 2011–. Estos fenómenos naturales impactaron gravemente<br />
sobre el stock de ganado menor de la provincia de Chubut y, en<br />
especial, sobre el de la meseta, donde provocaron una disminución de<br />
más de 45% del ganado.<br />
La situación del sector generó diferentes reacciones entre los productores:<br />
el sostenimiento de producciones deprimidas, la reorientación de<br />
explotaciones hacia otros tipos de ganado o hacia la producción bajo riego<br />
y una ganadería más intensiva, el cese de la producción y el cierre o abandono<br />
de los establecimientos.<br />
Tan es así que los resultados de la Encuesta Ganadera Anual de Chubut<br />
indican una disminución de entre 5 y 10% en la cantidad de productores<br />
de cada uno de los departamentos de la meseta para el período 2005-2014<br />
(Cárcamo et al., 2016). Por otro lado, los datos de los Censos Nacionales<br />
también dan cuenta del éxodo de productores, trabajadores y otros<br />
habitantes del campo, pues los datos del censo de 2010 indican pérdidas<br />
por departamento de entre 15 y 50% de la población que en 2001 habitaba<br />
3<br />
Laveglia (2004), sobre la base de los informes de CORFO Chubut, afirma que la cantidad de<br />
ovinos necesaria para alcanzar umbrales de sostenibilidad económica en los años noventa llegó a ser<br />
de 4000 ovinos en los pastizales subandinos, 6000 en la costa y 10,000 en la meseta.
664 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
de forma dispersa en los establecimientos rurales (INDEC, 2001; INDEC,<br />
2010). 4<br />
El estado de las explotaciones ganaderas de la meseta se observa en los<br />
datos publicados por Cárcamo et al. (2016). Los datos muestran que sobre<br />
un total de 819 establecimientos relevados, aquellos en producción representan<br />
47.62%; los subocupados, 26.25%; y los desocupados, 26.13%.<br />
Esos porcentajes indican que los establecimientos activos representan tres<br />
cuartas partes del total, pero aquellos con una carga animal superior a<br />
50% de su capacidad equivalen a poco menos de la mitad del total.<br />
En ese contexto, se ha producido la expansión de excedentes de capital<br />
financieros sobre algunas zonas de la meseta y, con ella, el avance de<br />
nuevas funciones de los espacios rurales.<br />
3. Expansión geográfica del capital y refuncionalización de los<br />
espacios rurales de la meseta<br />
Los excedentes financieros han arribado a la meseta con diferentes intencionalidades<br />
y, con ello, también son distintos los resultados territoriales.<br />
Mientras algunas inversiones apenas generaron algunas modificaciones<br />
en los establecimientos rurales, otras sí introdujeron cambios en los sistemas<br />
agropecuarios o son responsables del avance de nuevas funciones.<br />
3.1. Cambios en el sector agropecuario<br />
Las inversiones dirigidas específicamente al sector agropecuario contribuyeron<br />
con el desarrollo de dos tendencias fortalecidas a partir de la crisis<br />
de la ganadería extensiva de ganado menor: la reorientación de explotaciones<br />
ganaderas hacia la ganadería bovina y el avance de la agricultura<br />
bajo riego asociada a la ganadería intensiva. Los datos de los últimos tres<br />
censos nacionales agropecuarios mostraron que, junto al decrecimiento<br />
en los stocks de ovinos y caprinos del período 1988-2008, se produjo un<br />
incremento de 37% en el stock de bovinos (3771 cabezas en 1988 y 5148<br />
en 2008) y de más de 90% en la superficie implantada en la meseta (3<strong>67</strong>.6<br />
ha en 1988 y 710 ha en 2008). 5 Por otro lado, los registros de expedientes<br />
del Instituto Provincial del Agua de Chubut del período 2006-2020<br />
indican que la superficie implantada es mayor a 1200 ha; superficie que<br />
4<br />
Cabe aclarar que el despoblamiento del medio rural disperso de la Patagonia lleva décadas de<br />
evolución y en la meseta de Chubut ha sido una tendencia constante desde 1960 (Hermosilla, 2013).<br />
5<br />
Es presciso señalar que, según datos de los censos nacionales agropecuarios, el stock de bovinos<br />
de la meseta alcanzó 6398 cabezas en el año 2002 y decreció en el período intercensal 2002-2008 (la<br />
excepción fue el departamento de Paso de Indios, con un crecimiento sostenido entre 1988 y 2008).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
665<br />
es extremadamente exigua si consideramos la inmensidad de la meseta o<br />
la superficie implantada en los oasis agrícolas de la provincia, pero muestra<br />
un avance paulatino de la actividad agrícola en el área. En el cuadro 1 se<br />
presenta la información de los registros desagregada por departamento,<br />
considerando a la cantidad de permisos de uso de aguas públicas con fines<br />
agrarios y la superficie en hectáreas como indicadores del avance de la<br />
actividad agrícola.<br />
Cuadro 1<br />
Permisos de uso de aguas públicas por departamentos<br />
de la meseta chubutense en la actualidad<br />
Departamento Permisos otorgados Permisos<br />
en trámite<br />
Mártires<br />
Paso de Indios<br />
Telsen<br />
Gastre<br />
2 permisos<br />
460 ha<br />
9 permisos<br />
703 ha<br />
1 permiso (consorcio<br />
de 26 productores)<br />
111.5 ha<br />
4 permisos<br />
Más de 16 ha<br />
1 permiso<br />
s/d<br />
1 permiso<br />
s/d<br />
El crecimiento de la superficie implantada del valle medio del río Mayo<br />
ha sido significativo, pues para 1975 no había concesiones de riego registradas<br />
(Grondona, 1975) y en 2017 la superficie implantada registrada<br />
alcanzaba las 800 hectáreas (Subsecretaría de Planificación Territorial de<br />
la Inversión Pública, 2017). La expansión de la agricultura de irrigación<br />
y las prácticas ganaderas intensivas sobre los establecimientos del valle<br />
medio se profundizó a partir de la segunda mitad de los años noventa,<br />
debido a la iniciativa de un grupo de productores extensivos, los estímulos<br />
de organismos estatales del sector agropecuario y las inversiones de<br />
nuevos actores.<br />
3.2. Avance de otras funciones de los espacios<br />
Expedientes archivados<br />
Paralelamente a las inversiones dirigidas al sector agropecuario, nuevos<br />
actores han valorado recursos de la meseta para el desarrollo de la minería,<br />
el turismo, el esparcimiento, el resguardo de excedentes de capital y otras<br />
funciones económicas de los espacios.<br />
—<br />
1 expediente<br />
17 ha<br />
— —<br />
— 2 permisos<br />
133 ha<br />
Fuente: elaboración propia con base en información del Instituto Provincial del Agua de Chubut<br />
(2020). Nota: algunos registros del departamento Gastre no informan la cantidad de hectáreas.
666 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
3.2.1. Extracción de minerales y rocas ornamentales<br />
El avance del capital transnacional para el desarrollo de la minería metalífera<br />
en la meseta se produjo en la segunda mitad de los años setenta, cuando se<br />
intensificaron procesos exploratorios, y en 1978 comenzó la extracción de<br />
metales en mina Ángela, a 50 km del pueblo de Gastre (Claps, 2010).<br />
Sin embargo, el cierre de la mina, en 1992, significó el fin de la extracción<br />
de metales en la meseta (Claps, 2010). A pesar del cambio normativo<br />
nacional de los años noventa y el renovado interés de las empresas transnacionales<br />
del sector minero por incorporar al macizo Norpatagónico en<br />
la dinámica extractiva, los movimientos socioambientales y la ley provincial<br />
5001, sancionada en el contexto de las protestas, frenaron hasta hoy<br />
el inicio de un nuevo ciclo de extracción de metales (Torunzcyk Schein,<br />
2015). Cabe aclarar que el freno a la extracción no produjo el cese de la<br />
exploración, pues Chubut ha integrado el grupo de las provincias con<br />
más metros perforados en tareas exploratorias y cuenta con proyectos en<br />
estados avanzados de desarrollo (Jerez et al., 2019). Tan es así que la<br />
empresa Minera Argenta S.A. (subsidiaria de la canadiense Pan American<br />
Silver Corp.) aguarda un cambio en la normativa que regula el sector en<br />
la provincia para comenzar con la extracción de plata, plomo y otros<br />
metales en el yacimiento Navidad, ubicado a uno 35 km de Gastre. Con<br />
relación a esta contradicción, Torunzcyk Schein (2015) señala:<br />
El gobierno provincial no logra desactivar la protesta socioambiental en la provincia.<br />
La única garantía que puede ofrecerle a la soberanía global de las empresas<br />
mineras transnacionales es que continúen con la exploración minera, con la sola<br />
promesa que un futuro derogará la ley que impide la explotación minera en la<br />
provincia. Pero desde entonces la promesa se hace más difícil de cumplir (Torunzcyk<br />
Schein, 2015: 271).<br />
Las inversiones para la explotación de minerales no metalíferos y rocas<br />
ornamentales crecieron de forma notable en la última década del siglo<br />
pasado. Tan es así que la explotación de pórfido (piedra laja) alcanzó<br />
escala de producción industrial. La extracción artesanal de pórfido data<br />
de principios del siglo XX, pero el avance de la extracción a escala industrial<br />
comenzó a principios de los años 90 sobre campos de la zona de<br />
Sierra Chata, a unos 100 km al oeste de Puerto Madryn. En esos yacimientos<br />
se realiza la extracción y la clasificación de las rocas, y en las<br />
plantas de corte ubicadas en los parques industriales de Puerto Madryn<br />
se completa el proceso productivo con la fabricación de baldosas, adoquines<br />
y otros productos.<br />
La explotación de pórfido a escala industrial se originó por el arribo<br />
de capitales y trabajadores del norte de Italia con experiencia en el sector
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
6<strong>67</strong><br />
y se intensificó a partir de la difusión de las prácticas y las tecnologías<br />
italianas empleadas para el corte de las rocas. Las inversiones se realizaron<br />
con el fin de obtener productos de exportación para satisfacer la demanda<br />
europea. Los volúmenes exportados fueron en aumento hasta 2005 y<br />
desde entonces disminuyeron de modo progresivo hasta alcanzar las cero<br />
toneladas en 2018 y 2019 (gráfica 1).<br />
Gráfica 1<br />
Producción y exportación de pórfidos en la provincia de Chubut<br />
(1988-2018)<br />
Fuente: elaboración propia con datos de la Dirección General de Minas y Geología (s.f.) y de<br />
la Administración Portuaria de Puerto Madryn (s.f.).<br />
El presidente de una de las compañías dedicadas a la explotación de<br />
pórfido se refirió a las causas de la caída de la exportación, en una entrevista<br />
de 2015:<br />
Estas firmas nacieron para exportar al mercado europeo, porque en toda obra<br />
pública de los centros históricos de las ciudades se usan estas piedras, pero con la<br />
crisis europea, en 2007 o 2008, dejaron de comprar. Hoy tampoco podemos<br />
exportar porque el costo de producción y transporte es muy alto, entonces llegamos<br />
fuera de mercado con el precio. Entonces, lo que era un producto para la<br />
exportación se transformó en un producto para el mercado interno que se usa<br />
como material de uso normal en obras particulares (Anónimo, entrevista personal,<br />
2015).<br />
Tal como surge del testimonio del entrevistado, el desarrollo del mercado<br />
interno y el crecimiento de la demanda local de pórfido amortiguaron<br />
el impacto de la caída de las exportaciones. Sin embargo, en los<br />
últimos años, la caída de la demanda interna profundizó el declive de la
668 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
actividad. La situación que atraviesa el sector se observa en la disminución<br />
de los volúmenes producidos (gráfica 1), en la reducción de la cantidad de<br />
empleos y en el cierre y la fusión de las empresas.<br />
3.2.2. Turismo, recreación y funciones económicas difusas<br />
El capital también ha avanzado sobre la meseta produciendo espacios para<br />
los momentos de ocio y recreación. La búsqueda de espacios rurales con<br />
esas finalidades es una tendencia que ha cobrado fuerza en el mundo y, más<br />
aún, en las regiones que forman parte de redes globales de consumo de<br />
lugares y paisajes, como sucede en la Patagonia. En la meseta, el avance<br />
del consumo de lo rural y de lo que representa para sociedades posproductivistas<br />
(Wilson y Rigg, 2003) –esto es, lo natural, lo puro, lo auténtico,<br />
lo personal y lo tradicional– se observa en el paulatino avance del<br />
turismo y el esparcimiento.<br />
En la producción de espacios para el ocio y la recreación ha sido clave<br />
el rol de la administración provincial a través de la creación de Áreas<br />
Naturales Protegidas (ANP) y otras acciones que han buscado activar<br />
algunos de los atractivos para el desarrollo de turismo de naturaleza,<br />
ecoturismo, turismo aventura y agroturismo (Sánchez et al., 2015). Tan es<br />
así que en los últimos años se crearon dos ANP bajo la categoría “Paisaje<br />
terrestre y marino protegido” del Sistema de Áreas Naturales Protegidas<br />
de Chubut, una categoría que introduce un manejo que no impacta en<br />
el desarrollo de las actividades tradicionales y busca valorizar los espacios<br />
para el desarrollo del turismo y el esparcimiento. Una de las áreas protegidas<br />
es Piedra Parada, creada en 2006, que involucra 132 hectáreas del<br />
cañadón Las Buitreras y del valle medio del río Chubut. La otra es el ANP<br />
Los Altares, creada en 2014 para valorizar más de un tercio del valle medio<br />
y los bordes de meseta adyacentes a ambos lados del mismo.<br />
Las inversiones privadas dirigidas al sector turístico han sido escasas y<br />
en el medio rural disperso materializaron en dos hosterías, sitios de acampe<br />
y proyectos agroturísticos que se distribuyen a modo de puntos aislados<br />
en el área de influencia del ANP Piedra Parada, destino de turistas nacionales<br />
y extranjeros, que llegan al lugar para contemplar un paisaje de gran<br />
belleza escénica o realizar escalada y otras actividades deportivas en ese<br />
escenario, o en torno a atractivos capaces de movilizar a pobladores de la<br />
misma región o a turistas que toman al lugar como visita complementaria<br />
de otros destinos.<br />
Ha tenido un mayor desarrollo la compra de tierras rurales por parte<br />
de habitantes urbanos de la región o, también, en algún caso, de actores<br />
extrarregionales, para residencias de fin de semana y usos recreativos ocasionales.<br />
La existencia de un loteo en tierras privadas cerca de Los Altares
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
669<br />
y dentro del ANP Valle de Los Altares es una de las expresiones territoriales<br />
más claras del avance del esparcimiento y la recreación sobre los espacios<br />
rurales de la meseta. El loteo se compone de 20 lotes de entre 9 y 17<br />
hectáreas, que son promocionados en el sitio web del proyecto como<br />
espacios destinados al ocio, la recreación, la actividad vitivinícola y el<br />
turismo (Materia Comunicación 360°, s.f.).<br />
Por otro lado, se ha producido un importante desarrollo de funciones<br />
económicas que no necesariamente se traducen en uso concreto de las<br />
tierras. Entre esas funciones se encuentra el resguardo o aplazamiento<br />
temporal de excedentes de capital, el respaldo de operaciones financieras<br />
y la valorización de las tierras para negocios a mediano o largo plazo. Esas<br />
funciones económicas estarían detrás de compras de tierras de dominio<br />
privado que no se explican desde una lógica productiva y desconciertan<br />
a las sociedades locales.<br />
4. Expansión geográfica del capital y procesos de desarrollo<br />
en el valle medio del río Chubut<br />
El valle medio es un escenario propicio para profundizar en las características<br />
de las inversiones y en las implicancias de las mismas sobre los procesos<br />
de desarrollo territorial. Por un lado, porque la expansión del capital<br />
hacia el interior de la meseta ha sido territorialmente selectiva y el valle<br />
medio ha sido una de las zonas más valoradas para la colocación de excedentes<br />
financieros, debido a las aptitudes agrícolas de los suelos de la<br />
planicie aluvial baja y la disponibilidad de recursos hídricos para la irrigación,<br />
y por sus atractivos naturales para el turismo y el esparcimiento, entre<br />
otros motivos. Por otro lado, porque en las últimas décadas ha afrontado<br />
procesos de cambio y desarrollo territorial.<br />
A continuación, nos referiremos a los procesos de desarrollo del valle<br />
medio, con énfasis en el proceso de reactivación productiva y desarrollo<br />
endógeno, para, posteriormente, analizar las implicancias territoriales de<br />
las inversiones que han arribado al valle y sus consecuencias sobre esos<br />
procesos de desarrollo.<br />
4.1. Procesos de desarrollo territorial en el valle medio<br />
del río Chubut<br />
En las últimas décadas, organismos del sector agropecuario (el Instituto<br />
Nacional de Tecnologías Agropecuarias y la Corporación de Fomento del<br />
Chubut) y gobiernos locales han sido claves en la territorialización de políticas<br />
públicas nacionales, provinciales y locales, en la búsqueda de mejorar
<strong>67</strong>0 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
la situación productiva de las pequeñas y medianas explotaciones y la<br />
calidad de vida en las poblaciones rurales.<br />
En la segunda mitad de los años noventa, y en el marco del Programa<br />
Federal de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa<br />
Agropecuaria (Cambio Rural, INTA), se constituyó un grupo de productores<br />
para la producción de alfalfa en el valle medio. Para ello, contó con<br />
el asesoramiento técnico y las herramientas de financiación del Programa.<br />
Posteriormente, en 2004, el municipio de Paso de Indios inició un<br />
trabajo articulado con dependencias nacionales y provinciales para promover<br />
la reinserción de familias rurales en el campo, mejorar la situación<br />
productiva de las pequeñas explotaciones ganaderas y la calidad de vida<br />
de los minifundistas de la zona (Galer et al., s.f.), 6 trabajo articulado que<br />
llevó a la creación de una cooperativa de pequeños productores de lana y<br />
pelo mohair, que reúne a unos 57 productores.<br />
Con la formación del grupo de productores de alfalfa se inició un<br />
proceso de chacarerización del valle medio, es decir, un proceso de desarrollo<br />
de la producción agrícola bajo riego y la ganadería intensiva a<br />
pequeña escala. Aunque algunos establecimientos del valle habían incorporado<br />
estas prácticas con anterioridad, las mismas se extendieron sobre<br />
un <strong>número</strong> significativo de explotaciones y comenzaron a tener un rol<br />
protagónico en el funcionamiento productivo de las mismas. En la expansión<br />
de estas prácticas fueron importantes las decisiones y acciones de<br />
productores extensivos del valle, pero también de productores de la zona<br />
de sierras y mesetas y de habitantes de los pueblos que compraron tierras<br />
sobre el valle.<br />
Las explotaciones se orientaron, principalmente, hacia la producción<br />
de alfalfa y pasturas combinadas, y a una ganadería ovina con manejos<br />
más intensivos. Sin embargo, algunos productores introdujeron otras<br />
especies forrajeras (maíz y centeno) y ganado bovino. Además, instalaron<br />
viñas y otros frutales, sumaron producciones de huerta y gallinero,<br />
forestaron o introdujeron la apicultura para autoconsumo o un comercio<br />
apenas incipiente.<br />
El avance de la agricultura bajo riego y las prácticas ganaderas intensivas<br />
ha generado cambios en el funcionamiento y la organización de las<br />
explotaciones agropecuarias. Los establecimientos tienen entre 500 y<br />
40,000 hectáreas y cuentan con tierras sobre el valle y tierras sobre la<br />
meseta o las sierras. Históricamente, las explotaciones se abocaron a la<br />
cría extensiva de ganado y tanto las tierras sobre el valle como las tierras<br />
sobre la meseta o las sierras se utilizaron para el pastoreo extensivo. Con<br />
6<br />
Las dependencias involucradas en el proceso son múltiples: el Ministerio de Desarrollo Social<br />
de la Nación, el INTA, el Ministerio de Industria, Agricultura y Ganadería de Chubut, CorFo<br />
Chubut, entre otras.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
<strong>67</strong>1<br />
el giro hacia la agricultura bajo riego y la ganadería más intensiva, se<br />
produjo una concentración de las actividades en la chacra emplazada en<br />
el fondo del valle. Tan es así que algunos productores utilizan únicamente<br />
las superficies sobre el valle, destinando entre 1 y 30 hectáreas a la producción<br />
bajo riego y la superficie restante al pastoreo del ganado.<br />
La figura 1 muestra la topografía básica y la distribución de los usos<br />
del suelo en el establecimiento de un productor que introdujo las nuevas<br />
prácticas.<br />
Figura 1<br />
Topografía y usos del suelo en un establecimiento del valle medio<br />
del río Chubut<br />
Fuente: elaboración propia con el software Global Mapper versión v11.00 (Global Mapper LLC,<br />
2009) y el software Qgis versión 2.18 (OSGeo, 2016).<br />
Más allá de los cambios en las explotaciones agropecuarias, las nuevas<br />
orientaciones tienen consecuencias que trascienden los límites de los<br />
establecimientos e impactan sobre los procesos de desarrollo de la meseta.<br />
Los cambios productivos han generado nuevos entramados comerciales<br />
a escala local. Los chacareros del valle venden fardos de alfalfa o los<br />
intercambian por ovejas de refugo –ovejas viejas– con ganaderos y crianceros<br />
de la zona de sierras y mesetas, replicando una práctica comercial<br />
típica entre los valles irrigados y las áreas de secano de la Patagonia. Así,<br />
productores extensivos que históricamente colocaron las ovejas de refugo<br />
y adquirieron pasto para los caballos fuera de la meseta, en el valle inferior<br />
del río Chubut, actualmente lo hacen en el valle medio del mismo río.<br />
Las ovejas de refugo son engordadas en el valle en meses de otoño e<br />
invierno, cuando disminuye la oferta forrajera del pastizal natural en la<br />
estepa patagónica y el ganado sin suplementación pierde peso corporal,
<strong>67</strong>2 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
para la obtención de corderos o para proveer de carne de oveja a los<br />
comercios de los pueblos.<br />
Por otra parte, con la disminución del tamaño de los rebaños de ovinos<br />
en las explotaciones del valle medio creció el mercado de los contratistas<br />
de esquila de poblaciones del propio ámbito –de Gan y Gastre– que<br />
tienen máquinas de esquila para pequeños volúmenes de producción.<br />
En ese sentido, la nueva división territorial del trabajo ha generado<br />
encadenamientos hacia el interior de la meseta y la endogeneización de otras<br />
fases del circuito de producción de carne de oveja; un circuito marginal en<br />
una ganadería principalmente orientada a la producción de lana para el<br />
mercado internacional. De esa manera, se evita la rápida deslocalización<br />
de una parte de la renta generada en la meseta, se construye capital social<br />
y se produce una mayor competitividad de todo el sistema territorial.<br />
No obstante la existencia del proceso de chacarerización, el riego no<br />
fue incorporado por todos los productores con tierras sobre el valle y la<br />
superficie implantada es aún reducida. El riego ha sido incorporado por<br />
productores con una capacidad productiva que les permitió acumular<br />
capital o productores que disponen de ingresos económicos extraprediales.<br />
Tan es así que el riego no es aún una tendencia entre los minifundistas.<br />
Los condicionantes de la expansión de la superficie implantada sobre<br />
los establecimientos de pequeños y medianos productores son tanto propios<br />
de la naturaleza zonal, como técnicos, financieros y culturales.<br />
La técnica necesaria en las diferentes fases del proceso productivo ha<br />
obstaculizado la adopción de las nuevas prácticas agrarias o la extensión<br />
de la superficie irrigada en aquellas explotaciones de pequeños productores<br />
sin capacidad de acumular capital o de acceder a herramientas de financiación.<br />
El sistema de riego utilizado es por inundación y la captación de<br />
agua del río se realiza, principalmente, a través de bombas individuales,<br />
pues el valle medio se ubica aguas arriba del dique de embalse Florentino<br />
Ameghino y no cuenta con un sistema de canales fácilmente regulables,<br />
como en el valle inferior. Con esa técnica, la implementación del sistema<br />
es costosa y el riego genera gastos adicionales, debido al combustible<br />
necesario para el funcionamiento de las bombas. Por otra parte, la imposibilidad<br />
económica de incorporar o cambiar objetos técnicos necesarios<br />
en otras fases del proceso productivo, como tractores y enfardadoras,<br />
también son obstáculos para la expansión de la superficie implantada.<br />
A las dificultades técnico-económicas, se suma la escasez de fuerza de<br />
trabajo. El <strong>número</strong> de pobladores que habitan en el campo ha disminuido<br />
drásticamente en los últimos períodos intercensales y los habitantes de los<br />
pueblos generalmente prefieren empleos que no requieran residir en el campo.<br />
Además, las prácticas extensivas se encuentran arraigadas al territorio y el
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
<strong>67</strong>3<br />
<strong>número</strong> de pobladores rurales idóneos en las nuevas prácticas intensivas<br />
es limitado.<br />
Más allá de esos condicionantes, existen factores que contribuyen con el<br />
proceso de chacarerización. Uno de los principales activos para el desarrollo<br />
de la producción bajo riego y las prácticas ganaderas intensivas entre los<br />
pequeños y medianos productores es la existencia de vínculos institucionalizados<br />
en la Asociación de Productores Agropecuarios del Valle Medio del<br />
Río Chubut (Vamerch) y la cooperativa De Vuelta al Campo (mapa 2).<br />
Como señala Carricart (2012), para el caso de las cooperativas de la pampa<br />
argentina, estas organizaciones generan redes entre actores y constituyen<br />
subsistemas capaces de transformar los espacios rurales. Las organizaciones<br />
no sólo han generado y fortalecido los vínculos entre productores, sino<br />
que también han sido el nexo con las administraciones estatales, mediando<br />
entre las necesidades de los productores y los programas nacionales y<br />
provinciales, y han dado muestra de trabajos colaborativos entre ellas y<br />
con otras organizaciones de la meseta.<br />
Mapa 2<br />
Explotaciones de productores asociados en el área de influencia de<br />
Paso de Indios<br />
Fuente: elaboración propia con el software Qgis versión 2.18 (OSGeo, 2016) y con base en<br />
registros de la cooperativa De Vuelta al Campo (2012) y la asociación Vamerch (2015).
<strong>67</strong>4 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
En lo que respecta a la expansión de las nuevas prácticas productivas,<br />
las organizaciones han cumplido roles diferentes. La asociación Vamerch<br />
es el resultado de la evolución del grupo de productores de alfalfa que se<br />
conformó en los años noventa y cuenta con asesoramiento técnico y<br />
equipamiento de nivelación del suelo, que permite a sus asociados incrementar<br />
la superficie irrigada con un costo inferior al producido por los<br />
valores de mercado. La cooperativa De Vuelta al Campo cumple funciones<br />
más integrales en la búsqueda de mejorar los resultados productivos y la<br />
calidad de vida de los productores minifundistas del área de influencia de<br />
Paso de Indios, pero también promueve una ganadería más intensiva, con<br />
prácticas como la suplementación alimenticia y el engorde de ovinos, y ha<br />
organizado capacitaciones en materia de producción de forraje e irrigación<br />
destinadas a minifundistas que tienen tierras sobre el valle. 7<br />
4.2. Tratos de tierras, inversiones y ¿desarrollo? en el valle medio<br />
del río Chubut<br />
La lista de actores sociales que en los últimos 30 años han adquirido establecimientos<br />
con tierras sobre el valle medio incluye profesionales, comerciantes,<br />
productores y empresas con diversos orígenes geográficos:<br />
profesionales y comerciantes de las principales ciudades de la provincia<br />
(Trelew, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia), productores de la<br />
Comarca Andina del Paralelo 42 y del valle inferior del río Chubut, empresas<br />
de la provincia de Buenos Aires e inversores extranjeros, entre otros. 8<br />
Los nuevos actores han comprado establecimientos rurales completos<br />
o una fracción de los mismos. La expansión de prácticas agrarias más<br />
intensivas y usos recreativos sobre tierras que fueron subdivididas<br />
empleando una lógica de producción ganadera extensiva produjo que un<br />
grupo minoritario de productores, herederos e inversores soliciten la<br />
subdivisión de sus tierras y vendan una parte o la totalidad de las parcelas<br />
resultantes de la subdivisión. El Instituto Autárquico de Colonización y<br />
Fomento Rural de Chubut (IAC) aprobó esos fraccionamientos por<br />
7<br />
La cooperativa generó un aumento de escala que permite la comercialización directa con el<br />
polo textil de Trelew, donde se localizan las fases de agregación de valor y las empresas exportadoras,<br />
logrando un mejor posicionamiento en el mercado de fibras. Más allá de la comercialización, también<br />
ha buscado mejorar la competitividad del producto con la clasificación de las fibras, la promoción<br />
de métodos de esquila prolija y la organización de ferias de reproductores, además de promover<br />
cambios en las prácticas de manejo, la diversificación productiva y mejorar la calidad de vida de los<br />
pobladores rurales.<br />
8<br />
Los tratos de tierras que involucran a personas físicas o jurídicas extranjeras son excepcionales<br />
en esta zona de la Patagonia. Los extranjeros han sido atraídos por los paisajes naturales de la cordillera<br />
y la costa atlántica y por las potencialidades agropecuarias, mineras y turísticas de los territorios;<br />
en ese sentido, han comprado tierras principalmente en espacios andinos y costeros, en las áreas<br />
agroecológicas con mayores potencialidades y en zonas de interés minero del Macizo del Deseado<br />
(Vazquez y Sili, 2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
<strong>67</strong>5<br />
considerar que las parcelas resultantes de la subdivisión eran unidades<br />
económicas o, como sucedió en uno de los casos, porque el proyecto se<br />
encuadró en la categoría de loteos agrestes. 9<br />
El análisis del impacto de estos tratos de tierras sobre los procesos de<br />
desarrollo de la meseta gira alrededor de las siguientes preguntas: ¿han<br />
contribuido con el proceso de reactivación productiva?, ¿cómo han impactado<br />
sobre las otras explotaciones de la zona y sobre las pequeñas localidades?,<br />
¿el territorio obtiene beneficios?, ¿la renta obtenida en la explotación<br />
es reinvertida en el territorio o deslocalizada?<br />
La búsqueda de respuestas a esas preguntas lleva a considerar el funcionamiento<br />
de los establecimientos rurales y sus vínculos en materia de consumo,<br />
contratación de trabajadores, etc., pero también las formas de habitar<br />
de los nuevos propietarios. Éstas se consideran porque los productores<br />
presentes suelen producir efectos positivos en el territorio: a) producen un<br />
mayor derrame de beneficios económicos y un efecto multiplicador de<br />
oportunidades laborales a través del consumo local y; b) aportan al desarrollo<br />
de relaciones sociales de vecindad y cooperación, de proyectos compartidos<br />
entre productores y acciones conjuntas que pueden beneficiar a todo<br />
el sistema territorial.<br />
En ese sentido, para analizar el impacto territorial de estas inversiones,<br />
se ha clasificado a los nuevos actores considerando sus formas de habitar<br />
y las funciones de sus establecimientos en:<br />
- productores presentes en explotaciones agropecuarias en actividad;<br />
- habitantes urbanos con explotaciones agropecuarias en actividad;<br />
- habitantes urbanos con establecimientos agropecuarios desocupados.<br />
Las inversiones de los nuevos productores presentes han sido oportunidades<br />
externas de desarrollo que han impactado positivamente sobre<br />
los procesos de desarrollo territorial. Los productores fueron protagonistas<br />
del proceso de expansión de la producción forrajera y la ganadería más<br />
intensiva sobre el fondo del valle e introdujeron la vitivinicultura, el<br />
agroturismo y otras actividades que diversificaron las fuentes de ingreso<br />
de sus explotaciones y lentamente se expandieron sobre otras explotaciones.<br />
Por otro lado, a través de la reinversión en la explotación y su forma<br />
9<br />
La legislación de Chubut habilita el fraccionamiento de tierras rurales siempre que el predio<br />
resultante pueda generar “una renta suficiente para cubrir las principales necesidades alimentarias<br />
de un grupo familiar tipo, tener capacidad de ahorro que permita acumular un capital mínimo que<br />
posibilite mejorar sus condiciones socio-culturales y económicas y la técnica de la explotación”<br />
(Boletín Oficial de Chubut, 1994). Por otro lado, habilita el fraccionamiento en lotes no menores a<br />
una hectárea siempre que se preserve “el valor paisajístico” y “los elementos significativos del ambiente”<br />
y se introduzca equipamiento de uso común para el desarrollo de actividades en contacto con la<br />
naturaleza (Boletín Oficial de Chubut, 2006).
<strong>67</strong>6 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
de habitar, produjeron el anclaje local de parte de la renta obtenida, han<br />
construido relaciones de cooperación y aportado a la construcción de<br />
capital social comunitario (Durston, 2000).<br />
Un ejemplo de estas inversiones son las realizadas por una Sociedad<br />
de Responsabilidad Limitada en la zona de Paso del Sapo. Uno de los<br />
socios, con experiencias agropecuarias en la Comarca Andina del Paralelo<br />
42, se asentó en el valle medio para el desarrollo del proyecto productivo.<br />
La explotación se orientó hacia los cultivos forrajeros, la ganadería bovina, la<br />
producción artesanal de vinos y la prestación de un servicio de hostería rural<br />
en las instalaciones de un antiguo almacén de ramos generales. Por otro<br />
lado, el nuevo productor presente se ha integrado a la dinámica de la<br />
localidad de Paso del Sapo, forma parte de la asociación Vamerch y de un<br />
grupo en formación de productores de vid del valle medio.<br />
No obstante, los nuevos actores radicados en el valle son un grupo<br />
minoritario. La mayor parte de las inversiones externas al área han sido<br />
de habitantes urbanos que no se han asentado de forma permanente en<br />
el campo, es decir, de actores sociales que gracias a las mejoras en las<br />
condiciones de transporte y las nuevas tecnologías de la comunicación,<br />
experimentan o controlan sus establecimientos rurales a través de la movilidad<br />
o desde otros lugares, incluso desde provincias y países lejanos.<br />
Las inversiones de estos actores han tenido un impacto favorable en<br />
el crecimiento de la superficie cultivada y de los volúmenes producidos<br />
en el valle. Pero su impacto en el territorio ha sido heterogéneo: algunas<br />
generaron empleos que han sido ocupados por trabajadores locales y han<br />
reinvertido buena parte de la renta en la explotación, produciendo anclaje<br />
local de la renta obtenida en producciones agropecuarias a pequeña escala,<br />
pero otras han deslocalizado buena parte de la renta obtenida a través del<br />
uso de bienes naturales del valle en explotaciones a gran escala.<br />
En solicitudes de uso de aguas públicas se ha requerido autorización<br />
para el riego de hasta 300 hectáreas, una superficie que equivale a la superficie<br />
implantada por más de una docena de chacareros del valle y a aproximadamente<br />
40% de la superficie irrigada en 2017; es decir, se trata de<br />
un territorio donde los recursos hídricos pueden ser limitados, pues, según<br />
las estimaciones del IPA publicadas en el Plan Estratégico de Infraestructura<br />
de Chubut, la superficie cultivada en 2017 ya consumía 65% de la disponibilidad<br />
hídrica para riego del valle medio. 10<br />
Un claro ejemplo de estos proyectos agropecuarios a gran escala es la<br />
explotación de una empresa agropecuaria de Azul (provincia de Buenos<br />
Aires), que fue autorizada a utilizar 1,370,000 m 3 anuales de agua del río<br />
10<br />
La disponibilidad hídrica fue estimada por el Instituto Provincial del Agua en función de<br />
registros de un período con una merma en el derrame de las cuencas del Chubut de no menos de 20%<br />
(Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública, 2017: 129).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
<strong>67</strong>7<br />
Chubut por un período de cinco años para 100 hectáreas de alfalfa y 200<br />
de maíz (Boletín Oficial de Chubut, 2013).<br />
Los tratos de tierras también se han producido con fines recreativos<br />
o con intencionalidades económicas que no se tradujeron en un uso<br />
concreto de las tierras. Los establecimientos rurales se encuentran desocupados<br />
o con un trabajador al cuidado de las instalaciones y son utilizados<br />
por sus propietarios en estadías ocasionales o de fin de semana. En<br />
ese sentido, no han contribuido con la transformación productiva del<br />
valle, con el desarrollo del turismo o la generación de economías residenciales,<br />
como las existentes en espacios receptores de migrantes por<br />
amenidad o estilo de vida.<br />
Por otro lado, algunos de esos establecimientos inactivos estaban<br />
ocupados o subocupados al momento de los tratos de tierras y los nuevos<br />
propietarios decidieron el cese de las actividades. En ese sentido,<br />
estos tratos no sólo no han contribuido con los procesos de desarrollo<br />
territorial, sino que incluso han impactado de forma negativa en el territorio<br />
y han profundizado las dificultades que enfrentan los productores<br />
del sector ganadero por la presencia de depredadores (zorros y pumas).<br />
Son ilustrativas las inversiones de un empresario de la provincia de Buenos<br />
Aires que compró grandes extensiones de tierras para la cría de ganado<br />
ovino y a pocos años decidió abandonar la actividad. El empresario adquirió<br />
estancias en producción sobre la meseta y un establecimiento con tierras<br />
sobre el valle, en un proceso de acaparamiento de tierras que involucró más<br />
de 75,000 hectáreas y le permitió comenzar la actividad con un stock aproximado<br />
de 17,000 ovinos. Según los entrevistados, la progresiva reducción<br />
del stock de ganado habría sido el motivo del abandono de la producción en<br />
la explotación, la venta del ganado y el despido de trabajadores.<br />
En síntesis, las inversiones son diversas en su origen geográfico y en<br />
sus intencionalidades e impacto sobre los procesos de desarrollo territorial<br />
tampoco ha sido uniforme. Mientras que algunas inversiones han contribuido<br />
con la reactivación productiva del valle e incluso con el proceso de<br />
chacarerización presentado en el apartado anterior, otras han impactado<br />
de forma negativa o, en el mejor de los casos, no han aportado a su desarrollo.<br />
Por otro lado, algunas de estas inversiones han derramado beneficios<br />
sobre el territorio a través del consumo en las pequeñas localidades<br />
y la contratación de trabajadores y han reinvertido buena parte de la renta<br />
en sus explotaciones, pero otras no han derramado beneficios económicos<br />
y han deslocalizado la renta obtenida. Por último, así como un grupo<br />
minoritario de nuevos actores se ha integrado a la asociación Vamerch o ha<br />
construido relaciones sociales y nuevas redes de productores en el territorio,<br />
un grupo mayoritario de actores urbanos no construye relaciones sociales
<strong>67</strong>8 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
y culturales con el territorio y acrecienta los niveles de fragmentación socioterritorial<br />
(Sili, 1999).<br />
Conclusiones y reflexiones finales<br />
En los últimos 30 años, los espacios rurales de la Patagonia han absorbido<br />
una cantidad creciente de excedentes financieros llegados a la región en<br />
búsqueda de la rentabilidad de las actividades mineras, energéticas, agrarias<br />
y turísticas y de la valorización de las tierras rurales, así como de espacios<br />
para momentos de ocio y recreación, o, también, de resguardar el capital<br />
utilizando a la tierra como un medio para el ahorro. Y si bien la meseta de<br />
Chubut no se encuentra entre los espacios patagónicos más impactados por<br />
estos procesos, ha absorbido excedentes financieros a través de tratos de<br />
tierras e inversiones que muestran nuevas tendencias territoriales:<br />
- la extracción de pórfido avanzó sobre el sector nordeste;<br />
- las transnacionales del sector metalífero no han detenido las tareas<br />
de exploración en el sector norte, mientras presionan junto a políticos<br />
provinciales y locales para producir un cambio normativo que<br />
habilite un nuevo ciclo extractivo en el marco de la crisis provincial;<br />
- la producción agrícola bajo riego ha tenido avances significativos<br />
en espacios con buenas aptitudes, en especial sobre el valle medio<br />
del río Chubut;<br />
- los proyectos turísticos son incipientes y han avanzado junto a<br />
nuevas prácticas agrarias en torno a Piedra Parada y otros atractivos<br />
naturales del valle medio;<br />
- los usos recreativos y las funciones difusas que no se tradujeron en<br />
un uso concreto de las tierras son visibles en diversos sectores de<br />
la meseta.<br />
Más allá del análisis de contexto, este artículo procura mostrar el<br />
impacto de las inversiones sobre el valle medio del río Chubut y los<br />
procesos de desarrollo iniciados en el contexto del declive de la ganadería<br />
extensiva y de la profundización de los procesos de éxodo poblacional<br />
del campo.<br />
Salvo las inversiones que han aportado al proceso de chacarerización<br />
del valle e inversiones dirigidas a proyectos en desarrollo, cuyo impacto<br />
territorial aún es incierto, los excedentes financieros provenientes de fuera<br />
de la meseta no se manifestaron como beneficios económicos y sociales<br />
para el territorio.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
<strong>67</strong>9<br />
A partir de los tratos de tierras y las inversiones de actores externos a<br />
la meseta, se han introducido modalidades agropecuarias que deslocalizan<br />
los beneficios económicos obtenidos a partir del uso de los recursos del<br />
valle e introducen escalas de producción que podrían comprometer las<br />
disponibilidades hídricas necesarias para el desarrollo del proceso de<br />
chacarerización.<br />
Por otro lado, se han realizado inversiones en tierras que no han contribuido<br />
con la reactivación productiva del valle y tampoco con el desarrollo<br />
del turismo o las economías residenciales.<br />
En ese sentido, los resultados mostraron que el valle medio del río<br />
Chubut es un territorio en transformación, cuyos cambios son aún incipientes<br />
pero tienden a ser progresivos y, por lo tanto, un territorio de<br />
complejidad creciente necesitado de instancias de planificación territorial.<br />
Con este artículo se procura visibilizar la importancia de los procesos<br />
de desarrollo endógeno con anclaje territorial y de una administración<br />
de las disponibilidades hídricas del río Chubut, que priorice el<br />
proceso de chacarerización y la diversificación productiva de las explotaciones<br />
de los productores asentados en la meseta.<br />
Fuentes consultadas<br />
Administración Portuaria de Puerto Madryn (s.f.), “Estadística de<br />
movimiento de mercaderías, contenedores y buques”, Puerto<br />
Madryn, APPM, , 6<br />
de abril de 2020.<br />
Asociación Vamerch (2015), “Registro de productores miembros de la<br />
Asociación Vamerch”, Paso de Indios, asociación Vamerch.<br />
Baeza, Brígida y Borquez, Daniel (2006), “La Ganadería ovina en el<br />
Chubut 1885-1985”, Observatorio de la Economía Latinoamericana,<br />
(<strong>67</strong>), Málaga, Grupo de Investigación Eumed.net, , 3 de febrero de 2019.<br />
Boletín Oficial de Chubut (2013), “Edictos del Instituto Provincial del<br />
Agua”, 1 de marzo de 2013, Rawson, Gobierno del Chubut,<br />
, 20 de mayo de 2019.<br />
Boletín Oficial de Chubut (2006), “Ley Nº 4149. Desarrollo turístico en<br />
zonas agrestes”, 12 de enero de 2016, Rawson, Gobierno del<br />
Chubut, , 20 de mayo de 2019.
680 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
Boletín Oficial de Chubut (1994), “Ley Nº 3991. Constitución de unidades<br />
económicas de la subdivisión de inmuebles rurales”, 20 de<br />
julio de 1994, Rawson, Gobierno del Chubut, , 20 de mayo de 2019.<br />
Cárcamo, Miguel; Muñóz, Mirco y Llanos, Erica (2016), “La problemática<br />
de los campos desocupados en la provincia del Chubut”,<br />
Boletín Informativo para el Sector Agropecuario, núm. 65, Rawson,<br />
Corporación de Fomento del Chubut, pp. 7-15.<br />
Carricart, Pedro (2012), Cooperativas rurales y territorios en la región<br />
pampeana argentina. Transformaciones sociales, económicas y organizacionales,<br />
Buenos Aires, La Colmena.<br />
Claps, Luis (2010), “Apuntes sobre el cierre de mina Ángela en Chubut”,<br />
Chubut, No a la mina. La montaña sigue en pie gracias a su gente,<br />
12 de julio de 2010, , 7 de marzo<br />
de 2021.<br />
Colombani, Erica; Behr, Santiago y Brandizi, Laura (2017), “Estimación de<br />
precipitaciones extremas a través de GSMaP y aplicación hidrológica<br />
a la crecida del arroyo Telsen, Chubut, Patagonia argentina”, Meteorologica,<br />
42 (1), Buenos Aires, Centro Argentino de Meteorólogos,<br />
pp. 53-66.<br />
Cooperativa De Vuelta al Campo (2012), “Registro de productores<br />
miembros de la Cooperativa de Vuelta al Campo”, Paso de Indios,<br />
Cooperativa De Vuelta al Campo.<br />
Coronato, Fernando (2010), “El rol de la ganadería ovina en la construcción<br />
del territorio de la Patagonia”, tesis de doctorado, Institut<br />
des Sciences et Industries du Vivant et de l’Environnement, París.<br />
De Fina, Armando; Garbosky, Antonio; Giannetto, Félix y Sabella, Luis<br />
(1968), Difusión geográfica de cultivos índices en la provincia de<br />
Chubut y sus causas, Buenos Aires, INTA ediciones.<br />
Dirección General de Minas y Geología (s.f.), “Producción de minerales<br />
por periodos anuales, según productos, en toneladas. Provincia<br />
del Chubut. Años 1983-2018”, Rawson, Dirección General de<br />
Estadísticas y Censos de Chubut, ,<br />
6 de abril de 2020.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
681<br />
Durston, John (2000), “¿Qué es el capital social comunitario?”, Serie<br />
Políticas Sociales, 38, Santiago de Chile, CEPAL.<br />
Galer, Ana Paula; Hernández, Marcos y Meza, Santiago (s.f.), “Una<br />
experiencia de articulación interinstitucional con pequeños productores.<br />
Una contribución al desarrollo rural en la Meseta<br />
Central del Chubut”, Trelew, INTA (Instituto Nacional de Tecnología<br />
Agropecuaria), , 12 de mayo<br />
de 2020.<br />
Global Mapper LLC (2009), “Global Mapper”, v11.00, Parker, Global<br />
Mapper LLC.<br />
Grondona, Mario (1975), “Pendiente del Océano Atlántico”, Geografía<br />
de la República Argentina, Tomo VII, Segunda Parte, Hidrografía,<br />
Buenos Aires, Sociedad Argentina de Estudios Geográficos GAEA.<br />
Harvey, David (2005), “El “nuevo” imperialismo: acumulación por<br />
desposesión”, Socialist Register 2004 Buenos Aires, CLACSO,<br />
pp. 99-129.<br />
Hermosilla, Cristian (2013), “Población rural en Chubut: la Meseta desde<br />
principios del siglo XX a la actualidad”, <strong>Revista</strong> Párrafos Geográficos,<br />
12 (1), Trelew, Instituto de Investigaciones Geográficas de<br />
la Patagonia, pp. 40-64.<br />
INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) (2001), Censo<br />
Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001, Portal de<br />
Estadísticas y Censos de la República Argentina, Buenos Aires,<br />
INDEC, , 20 de mayo de 2019.<br />
INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) (2010), Censo<br />
Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2010, Portal de<br />
Estadísticas y Censos de la República Argentina, Buenos Aires,<br />
INDEC, , 20 de mayo de 2019.<br />
Instituto Provincial del Agua de Chubut (2020), “Registros de permisos<br />
de uso de aguas públicas”, Rawson, Instituto Provincial del Agua<br />
de Chubut.<br />
Jerez, Daniel; Toledo, Emilio; Such, Tay Ana y Delbuono, Víctor (2019),<br />
“Cartera de proyectos mineros: oferta minera y potencial de<br />
desarrollo de la minería argentina y evolución en exploración”,
682 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
Buenos Aires, Dirección Nacional de Promoción de la Minería,<br />
, 5 de marzo de 2021.<br />
Laveglia, Fernando (2004), Apuntes de la economía del Chubut. Una visión<br />
al comienzo de siglo, Buenos Aires, Dunken.<br />
Llanos, Erica; Rimoldi, Pablo y Luque, Jorge (2016), “Relevamiento y<br />
clasificación de tierras para la planificación de uso sustentable en<br />
el valle medio del río Chubut mediante el uso de imágenes satelitales”,<br />
Trelew, INTA (Instituto Nacional de Tecnologías Agropecuarias),<br />
, 14 de febrero de 2020.<br />
Materia Comunicación 360° (s.f.), “Chacras El Barco. Los altares Patagonia”,<br />
Puerto Madryn, Sur Software Business Solutions, , 5 de abril de 2020.<br />
OSGeo (Open Source Geospatial Foundation) (2016), “QGIS”, versión<br />
2.18, Beaverton, OSGeo.<br />
Pecqueur, Bernard (2005), “Le développement territorial: une nouvelle<br />
approche des processus de développement pour les économies<br />
du Sud”, en Benoît Antheaume Frédéric Giraut (ed.), Le territoire<br />
est mort: vive les territoires!: une refabrication au nom du développement,<br />
París, IRD (Institut de Recherche pour le Développement),<br />
pp. 295-316.<br />
Pérez, Liliana (2012), Tels’en. Una historia de la meseta norte del Chubut,<br />
Patagonia 1890-1940, Rawson, Secretaría de Cultura del Chubut.<br />
Sánchez, Darío César; Jiménez, Laura; Carbajal, Delia; Acosta, Mercedes<br />
y Aquino, Christian (2015), “Telsen: un pueblito en la meseta y<br />
su potencialidad turística”, en Darío César Sánchez, Hacia un<br />
modelo de desarrollo turístico regional sustentable: el crecimiento de<br />
Puerto Madryn y el vaciamiento de la meseta contigua, Buenos Aires,<br />
IMHICIHU (Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias<br />
Humanas), pp. 573-589.<br />
Schejtman, Alejandro y Berdegué, Julio (2004), “Desarrollo territorial<br />
rural”, Debates y temas rurales, (1), Santiago de Chile, Rimisp /<br />
Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 657-684<br />
683<br />
Schorr, Alan y Segui, María Fernanda (2008), Zonas Agroeconómicas<br />
Homogéneas. Patagonia Sur. Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego,<br />
Buenos Aires, INTA ediciones.<br />
Schweitzer, Alejandro (2016), “La Patagonia sur como espacio global para<br />
la expansión del capital transnacional”, <strong>Revista</strong> Theomai, (34),<br />
Buenos Aires, Red de Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y<br />
Desarrollo, pp. 139-151.<br />
Secretaría COPLADE de Chubut (1986), “Producción: el sector Ovino<br />
1985”, Rawson, COPLADE.<br />
Sili, Marcelo (1999), “La fragmentation socio-territoriale. Une nouvelle<br />
logique de fonctionnement pour le monde rural. Le cas de la<br />
Pampa argentine”, L’Espace Géographique, 28 (4), París, Editions<br />
Belin, pp. 289-299.<br />
Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública (2017),<br />
“Plan Estratégico de Infraestructura de Chubut”, Buenos Aires,<br />
Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública.<br />
Torunzcyk Schein, Daniel Roy (2015), “Soberanías en conflicto: minería<br />
transnacional, política subnacional y movimientos sociambientales<br />
en Argentina: un análisis comparado de las provincias de<br />
Chubut y Santa Cruz”, tesis de doctorado, Université du Québec<br />
à Montréal, Montreal.<br />
Troncoso, Ana María y Flores Torres, Mariela (2012), “Las relaciones<br />
sociales en la Meseta Norte de Chubut (1930-1970). Un abordaje<br />
desde la perspectiva poscolonial”, Tabula Rasa, (17), Bogotá,<br />
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, pp. 131-149.<br />
Valladares, Andrea (2004), “Cuenca del río Chubut”, Buenos Aires,<br />
Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica, , 3 de enero de 2017.<br />
Vazquez, Alberto Daniel (2015), “Lógicas territoriales y discursos inmobiliarios<br />
en ámbitos rurales patagónicos semiáridos. Confusión<br />
social e incertidumbres geográficas”, <strong>Revista</strong> de Informes Científicos<br />
Técnicos ICT-UNPA, 7 (1), Río Gallegos, Universidad Nacional<br />
de la Patagonia Austral, pp. 244-260.
684 A. D. Vazquez: Expansión geográfica del capital y transformaciones territoriales…<br />
Vazquez, Alberto Daniel y Sili, Marcelo (2017), “Dinámica espacial del<br />
proceso de extranjerización de la tierra en la Patagonia”, Journal<br />
of Latin American Geography, 16 (2), Austin, Conference of Latin<br />
American Geography, University of Texas Press, pp. 117-137.<br />
Wilson, Geoff y Rigg, Jonathan (2003), “post-productivist agricultural<br />
regimes and the South: Discordant concepts?”, Progress in Human<br />
Geography, 27 (5), Newbury Park, SAGE Journals, pp 605-631.<br />
Entrevista<br />
Anónimo (2015), “Entrevista acerca de la industria del pórfido en Chubut”,<br />
entrevistado por Alberto Vazquez, [presencial], Puerto<br />
Madryn, 16 de diciembre de 2015.<br />
Recibido: 25 de mayo de 2020.<br />
Reenviado: 4 de marzo de 2021.<br />
Aceptado: 19 de marzo de 2021.<br />
Alberto Daniel Vazquez. Doctor en Geografía por la Universidad Nacional<br />
del Sur (Bahía Blanca, Argentina). Investigador y consejero del Instituto<br />
de Investigaciones Geográficas de la Patagonia (IGEOPAT) y del<br />
Grupo de Investigación Geografía, Acción y Territorio (GIGAT). Profesor<br />
adjunto de la cátedra Geografía Regional Argentina y jefe de Trabajos<br />
Prácticos de las cátedras Metodología de la Investigación Geográfica y<br />
Geografía Económica Argentina de la Universidad Nacional de la Patagonia<br />
San Juan Bosco (Comodoro Rivadavia, Argentina). Líneas de<br />
investigación: análisis de transformaciones y problemáticas socioterritoriales<br />
de los espacios rurales de la Patagonia argentina y de las relaciones<br />
entre el campo y la ciudad y entre lo rural y lo urbano. Sus más recientes<br />
publicaciones son, como coautor: “O tratamento teórico do tempo na<br />
Geografia: possibilidades metodológicas”, Geoingá: <strong>Revista</strong> do Programa<br />
de Pós-Graduação em Geografia, 11 (2), Maringá, Universidade Estadual<br />
de Maringá, pp. 100-116 (2019); Micropueblos en la Patagonia central y<br />
perspectivas territoriales. Los casos de Buen Pasto, Aldea Apeleg y Facundo,<br />
Comodoro Rivadavia, Edupa / Editorial Universitaria de la Patagonia<br />
(2018) y “Dinámica espacial del proceso de extranjerización de la tierra<br />
en la Patagonia”, Journal of Latin American Geography, 16 (2), Baltimore,<br />
University of Texas Press, pp. 117-137 (2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211633<br />
¿Existe convergencia regional en la<br />
brecha salarial por género en México? 1<br />
Is there regional convergence in the gender<br />
wage gap in Mexico?<br />
685<br />
David Castro Lugo*<br />
Reyna Elizabeth Rodríguez Pérez*<br />
Raúl Ramos Lobo**<br />
Abstract<br />
The objective of the paper is to analyze the behavior of the gender wage gap, disaggregating<br />
formal and informal workers, and to contrast the existence of regional<br />
convergence, for the period 2005-2017 in Mexico. Applying the Oaxaca-Blinder<br />
methodology, wage gap measurements adjusted for composition effects are obtained<br />
and the existence of σ and β convergence among Mexican states is analyzed. The<br />
results provide evidence of σ, β and β-conditional convergence. It is identified that<br />
the explained component plays a more relevant role in formal workers, while the<br />
unexplained part plays a more relevant role in informal workers.<br />
Keywords: gender, wage gap, convergence, econometrics, Mexico.<br />
Resumen<br />
El objetivo del documento es analizar el comportamiento de la brecha salarial<br />
por género, desagregando trabajadores formales e informales, y contrastar la<br />
existencia de convergencia regional, para el periodo 2005-2017 en México.<br />
Aplicando la metodología Oaxaca-Blinder, se obtienen mediciones de brecha<br />
salarial ajustada a los efectos composición y se analiza la existencia de σ y β<br />
convergencia entre los estados mexicanos. Los resultados aportan evidencia de<br />
convergencia σ, β y β-condicionada. Se identifica que el componente explicado<br />
juega un papel más relevante en los trabajadores formales, mientras que la parte<br />
no explicada lo hace en trabajadores informales.<br />
Palabras clave: género, brecha salarial, convergencia, econometría, México.<br />
* Universidad Autónoma de Coahuila, correos-e: david.castro@uadec.edu.mx y reynarodriguez@<br />
uadec.edu.mx<br />
** Universitat de Barcelona, correo-e: rramos@ub.edu<br />
1<br />
Los autores agradecen los comentarios y las sugerencias de dictaminadores anónimos.
686 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Introducción<br />
El estudio de la brecha salarial por género es un tema que ha sido abordado<br />
en diferentes países y bajo distintos enfoques metodológicos; México no es<br />
la excepción. Estudios como Alarcón y MacKinley (1994) y Brown et al.<br />
(1999), quienes analizaron el tema desde la segunda mitad de los ochenta<br />
hasta mediados de los noventa del siglo pasado, encontraron que la diferencia<br />
salarial por género superaba 20 por ciento. Años después, Popli<br />
(2013), Rodríguez y Castro (2014a), Arceo-Gómez y Campos-Vázquez<br />
(2014) y Rodríguez, Ramos et al. (2017), entre otros, encuentran que las<br />
diferencias disminuyeron, pero la brecha continúa siendo relevante y a<br />
favor de los hombres.<br />
Por otra parte, Rodríguez y Castro (2014a) señalan que las brechas<br />
salariales a nivel regional, considerando siete regiones, fluctúan entre 13<br />
y 26% durante el primer lustro de este siglo, mostrando que, no obstante<br />
la reducción nacional, a nivel subnacional las brechas son grandes y dispares<br />
espacialmente.<br />
A pesar del volumen de trabajos sobre las diferencias salariales por<br />
género en México, no se han realizado estudios que analicen la evolución<br />
temporal entre los estados e identifiquen si las diferencias existentes entre<br />
ellos se han reducido, es decir, si se ha producido un proceso de convergencia<br />
regional en la brecha salarial por género; no obstante que los primeros<br />
estudios sobre brecha salarial por género (Alarcón y MacKinley,<br />
1994) y convergencia regional (Esquivel, 1999) del ingreso en México datan<br />
del siglo pasado, y la metodología de convergencia es utilizada de manera<br />
habitual para analizar la evolución temporal de distintos fenómenos.<br />
Por otra parte, las investigaciones que consideran una desagregación<br />
por tipos de empleo –formales e informales– encuentran diferencias<br />
significativas entre las brechas por género entre estos grupos de trabajadores<br />
(Popli, 2013; Rodríguez, Ramos et al. 2017).<br />
A partir de las consideraciones anteriores, el presente documento tiene<br />
por objetivo analizar el comportamiento de la brecha salarial por género<br />
regional 2 y discutir la existencia de un proceso de convergencia, considerando<br />
trabajadores formales e informales.<br />
Los mecanismos que podrían explicar dicha reducción son diversos:<br />
i) la mayoría de las políticas de igualdad de género tienen cobertura<br />
nacional; ii) se han producido cambios culturales y sociales que podrían<br />
mejorar la situación relativa de las mujeres en el mercado de trabajo,<br />
2<br />
En el presente documento cada entidad federativa o estado es considerado como<br />
región y se utiliza de manera indistinta.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
687<br />
impactando más en las entidades con mayores desigualdades al principio<br />
del periodo, así como en empleos con brecha de género más marcadas.<br />
El estudio cubre el periodo 2005-2017 y utiliza información trimestral<br />
de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). A nivel<br />
metodológico, en primer lugar se aplica la técnica Oaxaca-Blinder para<br />
obtener mediciones de la brecha salarial ajustada por efectos composición.<br />
En segundo lugar, se analiza la existencia de y convergencia entre los<br />
estados mexicanos para las distintas mediciones obtenidas.<br />
La contribución principal del documento es que, a partir de la implementación<br />
de la metodología de convergencia, es posible identificar el<br />
comportamiento de la brecha salarial por género en los estados de México<br />
para los últimos lustros, considerando trabajadores formales e informales,<br />
así como los elementos que inciden sobre su desempeño, estudio que no<br />
se había realizado en México.<br />
La desagregación por tipo de trabajadores ha permitido identificar,<br />
por una parte, que ambos grupos de trabajadores ayudaron a la reducción<br />
de las diferencias espaciales en la brecha de género; por la otra, exponen<br />
que la contribución de estos grupos provino de dinámicas distintas. En<br />
los trabajadores formales, la fuente principal se relaciona con la parte<br />
explicada de la brecha salarial, mientras que, en el segmento de trabajadores<br />
informales, las reducciones se asocian con el componente no explicado.<br />
Por otra parte, se identificó la presencia del fenómeno que llamamos<br />
“democratización de la brecha salarial” en contra de las mujeres.<br />
El documento se compone de cuatro apartados: en el primero se hace<br />
una revisión sobre la brecha salarial y su evolución; posteriormente, se<br />
presentan los datos y la metodología utilizada; en el apartado tres se aborda<br />
la brecha salarial por género a nivel nacional, por estados, por tipo de<br />
trabajadores y la convergencia; por último, se presentan las conclusiones.<br />
1. La brecha salarial y su evolución<br />
1.1. Brecha salarial: una breve revisión de la literatura<br />
internacional<br />
La brecha salarial, entendida como la diferencia en las remuneraciones que<br />
perciben hombres y mujeres, es objeto de análisis desde hace varias décadas.<br />
Los estudios sobre la evolución de la brecha salarial por género y la dispersión<br />
entre países o regiones indican que se ha reducido en el tiempo.<br />
Moral-Arce et al. (2012) encuentran una reducción de la brecha salarial<br />
en España para el periodo 1995-2002; por su parte, Enamorado et al. (2009)<br />
realizan un estudio en países centromericanos, cubriendo desde mediados
688 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
de los noventa hasta el primer lustro del siglo XXI; sus resultados indican<br />
disminución en la brecha salarial hasta principios del siglo, que posteriormente<br />
se incrementa.<br />
Weichselbaumer y Winter-Ebmer (2005) realizan un ejercicio de<br />
metanálisis sobre la brecha salarial considerando estudios desde 1970 en<br />
diferentes países y concluyen que la magnitud de las diferencias salariales<br />
por género disminuyó. Kunze (2017) registra el mismo comportamiento<br />
en países desarrollados, de 1970 a 2015; mientras que Kassenböhmer y<br />
Sinning (2014) y Blau y Kahn (2017) hacen lo propio en Estados Unidos<br />
durante el periodo que cubre desde las últimas décadas del siglo pasado<br />
hasta la primera del presente y documentan una reducción sistemática.<br />
Ahmed y Maitra (2015) encuentran evidencia de reducción de la brecha<br />
salarial en Bangladesh durante la primera década del siglo; Mosomi (2018),<br />
por su parte, registra una reducción entre 1993 y 2015 en Sudáfrica.<br />
Redmond y McGuinness (2019) documentan una reducción de la brecha<br />
salarial entre hombres y mujeres en 28 países europeos; sin embargo,<br />
señalan que la convergencia no es un fenómeno universal y la convergencia<br />
de género parece ser más prominente en los países de Europa del Este.<br />
Francis-Devine y Pyper (2020) reportan que en los últimos 20 años la<br />
brecha salarial por género se redujo en el Reino Unido; por su parte, Murillo<br />
et al. (2017), en su estudio para España durante los años 2002-2010, encuentran<br />
una notable heterogeneidad en las brechas salariales regionales.<br />
A partir de los estudios señalados anteriormente, se puede afirmar que,<br />
aún cuando no se tiene un consenso, parece existir una reducción de la<br />
brecha salarial a través del tiempo entre regiones o países, aunque no<br />
necesariamente en la misma magnitud.<br />
1.2. La brecha salarial en México: revisión de la situación<br />
¿Cuál ha sido la evolución de la brecha salarial por género en México?<br />
En las últimas décadas se ha realizado un avance significativo en la medición<br />
y comprensión de la brecha salarial y sus componentes (Rodríguez,<br />
Ramos et al., 2017; Arceo-Gómez y Campos-Vázquez, 2014), aunque<br />
los estudios que analizan este comportamiento durante un periodo relativamente<br />
largo son escasos; no obstante, es posible identificar algunos<br />
patrones de comportamiento.<br />
En primer lugar, los estudios que analizan el periodo de la década de<br />
los ochenta y primera mitad de los noventa, con independencia de la fuente<br />
de información utilizada, encuentran que, en general, la brecha salarial por<br />
género en contra de las mujeres aumentó (Alarcón y McKinley, 1994; Brown<br />
et al., 1999); sin embargo, cuando el análisis se centra en sectores asociados<br />
con la apertura comercial, la diferencia salarial se reduce (Artecona y
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
689<br />
Cunnigham, 2002; Hazarika y Otero, 2004), hecho que parece indicar que<br />
la apertura comercial, iniciada a mediados de los ochenta, tiene un efecto<br />
favorable en la reducción de la brecha salarial, tal como se esperaría bajo un<br />
esquema de mayor competencia, lo que se consolida a partir del siglo XXI<br />
en diferentes sectores y segmentos de población objetivo (Popli, 2013;<br />
Arceo-Gómez y Campos-Vázquez, 2014; Rodríguez, Ramos et al. 2017;<br />
Rodríguez y Castro, 2017; Rodríguez, 2018). Por su parte, Mendoza (2020)<br />
registra un comportamiento relativamente estable en la brecha salarial en<br />
la parte media de la distribución entre 2005 y 2020, y Orraca et al. (2016)<br />
encuentran que la brecha salarial se incrementó durante la primera década<br />
de este siglo.<br />
Si bien los resultados anteriores muestran comportamientos a nivel<br />
nacional, la dinámica puede ser diferente entre regiones. Rodríguez y<br />
Castro (2014a) hacen un análisis nacional y por regiones, considerando<br />
el periodo 2000-2004, y encuentran que, aún cuando la brecha salarial<br />
por género se reduce en el periodo de estudio, la diferencia entre regiones<br />
es amplia. Rodríguez, Ramos et al. (2017) estudian la brecha salarial en<br />
México para trabajadores de los segmentos público y privado; dentro de<br />
este último, analizan los sectores formal e informal (2005-2015) y obtienen<br />
una reducción de la misma en los diferentes grupos; sin embargo, en el<br />
estado de Coahuila el comportamiento de la brecha salarial va en dirección<br />
contraria para los mismos segmentos (Rodríguez, Castro et al., 2017).<br />
Por su parte, Rodríguez y Castro (2014b) muestran que la brecha<br />
salarial entre Saltillo y Hermosillo, 3 en el periodo 2005-2011, tiene comportamientos<br />
dispares, indicando que no todas las regiones siguen una<br />
misma tendencia.<br />
Los componentes de la brecha salarial que caracterizan su evolución<br />
es otro elemento de análisis; Rodríguez, Ramos et al. (2017) encuentran<br />
que la fuente de la reducción corresponde a la parte no explicada de la<br />
brecha salarial, resultado que es compartido por Arceo-Gómez y Campos-<br />
Vázquez (2014) y Rodríguez (2018).<br />
Por su parte, Rodríguez et al. (2019) analizan la desigualdad salarial a<br />
través de la descomposición del índice de Theil, en los años 2005, 2009<br />
y 2016, entre trabajadores formales e informales en regiones de México,<br />
de acuerdo con el grado de exposición a la apertura comercial. Sus resultados<br />
indican que: a) la desigualdad salarial es mayor entre los trabajadores<br />
formales en relación con los informales; b) la región de alta exposición<br />
presenta la menor desigualdad en ambos grupos; c) la desigualdad salarial<br />
muestra una reducción en todas las regiones y por sexo, con excepción<br />
del año 2009, y en el grupo de formales en la región de baja exposición;<br />
3<br />
Áreas urbanas ubicadas en el norte del país, las cuales comparten la presencia de actividades<br />
económicas relevantes.
690 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
y d) cuando se analiza la desigualdad intragrupos por género se encuentran<br />
pocas diferencias salariales entre mujeres y hombres.<br />
A partir de lo anterior, es posible establecer algunos elementos relevantes<br />
sobre la brecha salarial por género en México, como el hecho de<br />
que, a partir del siglo XXI, a nivel nacional, la diferencia salarial por género<br />
se reduce al considerar diferentes segmentos (trabajadores públicos y<br />
privados, formales e informales), así como que la fuente de tal reducción<br />
corresponde al factor no explicado. Sin embargo, los resultados tienen<br />
menos consenso cuando se cuestiona si el comportamiento anterior se<br />
presenta para todas las entidades federativas. Un elemento adicional a<br />
señalar es la inexistencia de estudios que exploren la presencia de convergencia<br />
regional en la brecha salarial, así como en los factores de características<br />
y retornos, si bien es cierto que desde finales del siglo pasado se han<br />
realizado distintos estudios que analizan la convergencia regional del<br />
ingreso entre los estados mexicanos (por ejemplo, Esquivel, 1999).<br />
Según lo dicho, se justifica la realización de un estudio que busque<br />
responder las siguientes interrogantes: ¿Existe convergencia regional en<br />
la brecha salarial por género en México en las primeras dos décadas del<br />
siglo XXl? En caso de que así sea, ¿qué tipo de convergencia se presenta?,<br />
¿qué factores (características o retornos) son más relevantes en el proceso<br />
de convergencia?<br />
2. Datos y metodología<br />
2.1. Datos<br />
La fuente de información utilizada es la ENOE, que publica información<br />
trimestral con representatividad a nivel de entidad federativa y contiene<br />
registros individuales de las características sociodemográficas y laborales<br />
de la población ocupada.<br />
Para este estudio, la población objetivo son los trabajadores de ambos<br />
sexos, de todos los sectores económicos, de 16 a 65 años, con ingresos<br />
positivos no mayores a 100,000 pesos mensuales 4 y jornada laboral entre<br />
15 y 70 horas semanales. La consideración del grupo de edad entre 16 y<br />
65 años es habitual en los estudios sobre brecha de género salarial, dado<br />
que incluye al segmento con mayor tasa de actividad laboral y facilita la<br />
comparación de los resultados a nivel internacional. La clasificación de<br />
trabajadores formales e informales se hizo sobre el criterio de acceso a<br />
prestaciones sociales en el trabajo. La información de ingreso fue deflactada<br />
a la segunda quincena de julio de 2017 y expresada en salario por<br />
4<br />
Aproximadamente 5000 dólares mensuales.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
691<br />
hora, con el propósito de estandarizar el ingreso y que no se vea afectado<br />
por las diferencias en la jornada laboral entre hombres y mujeres, que en<br />
los últimos años ha tendido a incrementarse, superando las siete horas<br />
semanales, en promedio, a favor de los hombres. La base de datos también<br />
facilita el estado de residencia, por lo que el análisis incluye a los 32 estados<br />
mexicanos.<br />
2.2. Medición de la brecha de género a nivel regional e<br />
identificación de sus determinantes<br />
A partir de los registros individuales se conforma un panel de datos integrado<br />
por 32 observaciones transversales (estados) y 51 trimestres como<br />
observaciones longitudinales (2005-2017), con información de la brecha<br />
salarial por género y sus componentes, utilizando la metodología de<br />
Oaxaca-Blinder.<br />
La brecha salarial por género indica la diferencia salarial promedio 5<br />
entre mujeres y hombres, la cual es descompuesta mediante la metodología<br />
Oaxaca (1973) y Blinder (1973) (OB).<br />
La descomposición de la brecha salarial consiste, primeramente, en<br />
estimar ecuaciones salariales para hombres y mujeres:<br />
(1)<br />
Donde W i<br />
es el salario por hora del trabajador i expresado en logaritmo;<br />
X i<br />
son las características individuales del trabajador y del lugar de trabajo<br />
asociadas al salario, en este caso corresponde a años de estudio, experiencia<br />
potencial y su cuadrado, jornada laboral de tiempo completo y parcial,<br />
estado civil y sector económico; β son los parámetros asociados a las<br />
características y ε es el término de error aleatorio con esperanza igual a 0<br />
y variancia constante entre las observaciones.<br />
La ecuación 1 se estima por mínimos cuadrados ordinarios (MCO)<br />
robustos a la presencia de heterocedasticidad.<br />
A partir de las estimaciones salariales, y definiendo los valores medios<br />
de las distintas características consideradas para mujeres y hombres<br />
, es posible realizar una descomposición de la brecha salarial por género,<br />
reflejada en la ecuación 2, que aporta información relevante para entender<br />
el comportamiento de la brecha salarial total y se expresa en los términos<br />
siguientes:<br />
(2)<br />
5<br />
La brecha salarial puede determinarse para cualquier punto de la distribución salarial, aunque<br />
tradicionalmente se determina para su valor medio.
692 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Considerando la estructura salarial de referencia o no discriminatoria<br />
de los hombres, el primer componente de la brecha salarial captura las<br />
diferencias asociadas a las características (componente explicado) de los<br />
grupos, mientras que la segunda parte registra las diferencias en los rendimientos<br />
a las características (componente no explicado).<br />
2.3. Convergencia regional en la brecha de género<br />
Para medir la presencia de convergencia regional se utilizan los conceptos<br />
de -convergencia, -convergencia y -convergencia condicional. Si bien<br />
estos conceptos se originaron en el contexto de la literatura sobre crecimiento<br />
económico (Sala i Marti, 1996), actualmente se utilizan de manera<br />
habitual para analizar la evolución temporal de distintos fenómenos<br />
donde resulta relevante tener en cuenta la posición relativa de las distintas<br />
unidades territoriales consideradas. Por ejemplo, Chen et al. (2008)<br />
analizan la convergencia en niveles de precios; Ivanova (2018), en salarios<br />
reales y Janssen et al. (2016), en las tasas de mortalidad, por poner algunos<br />
ejemplos.<br />
De manera similar a la literatura citada, en nuestro trabajo analizamos<br />
si existe una aproximación en los niveles observados en la brecha de género<br />
entre los 32 estados mexicanos, es decir, si las diferencias en la brecha de<br />
género observadas entre estados se han reducido con el paso del tiempo.<br />
Los mecanismos que podrían explicar dicha reducción son diversos: por<br />
un lado, la gran mayoría de las políticas de igualdad de género se han<br />
adoptado a nivel nacional, pero en muchos casos son los estados los<br />
encargados de ponerlas en práctica. Por otro lado, se han producido<br />
cambios culturales y sociales que también podrían haber ayudado a que<br />
la situación relativa de las mujeres, respecto de los hombres, en el mercado<br />
de trabajo haya mejorado más en aquellos estados con mayores desigualdades<br />
al principio del periodo. Se trata, por tanto, de analizar si existe una<br />
tendencia sistemática a que las diferencias regionales en la brecha de género<br />
se reduzcan y, además, de comprobar si en aquellas regiones con mayores<br />
desigualdades de género se observa una reducción más intensa de la brecha<br />
salarial durante el periodo analizado.<br />
El primer aspecto está relacionado con el concepto de -convergencia,<br />
que se refiere a la reducción, a lo largo del tiempo, de la dispersión en la<br />
variable analizada entre el grupo de regiones, estados o países analizados.<br />
Esta dispersión suele medirse a través de la desviación típica de la variable<br />
de interés. Por tanto, una primera medida que nos permitirá comprobar<br />
las diferencias en la brecha de género entre los estados es la evolución de la<br />
desviación típica de dicha variable.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
693<br />
El segundo aspecto, en cambio, se refiere a la -convergencia. Dicho<br />
concepto se refiere a la existencia de una relación inversa entre la variación<br />
de la variable de interés durante el período analizado y su nivel inicial. Es<br />
decir, que los estados que parten de una brecha de género más elevada<br />
son los que deberían tener una mayor reducción. Ambos tipos de convergencia<br />
están relacionados entre sí. En concreto, la -convergencia es una<br />
condición necesaria, aunque no suficiente, para que exista la -convergencia.<br />
La hipótesis de -convergencia, tal y como se acaba de formular, se<br />
corresponde con el concepto de convergencia absoluta: se considera que<br />
los estados deben aproximarse hacia un mismo nivel de la brecha de género<br />
(el equivalente en la literatura del crecimiento sería el estado estacionario,<br />
es decir, el nivel de la brecha que se observaría a largo plazo y que podríamos<br />
suponer que debería tender a cero). Sin embargo, pueden existir<br />
diferencias estructurales entre los estados (por ejemplo, relacionados con<br />
su estructura social, su estructura productiva, sus instituciones o, incluso,<br />
sus preferencias), que podrían llevarlos a un punto final que fuese distinto<br />
para cada uno de ellos (es decir, que tuviesen estados estacionarios distintos).<br />
Este concepto se conoce como convergencia condicionada. La<br />
hipótesis de convergencia condicionada supone, por tanto y en nuestro<br />
caso, que los estados podrían converger, cada uno, hacia un determinado<br />
nivel de la brecha de género, pero que la reducción de la brecha sería<br />
mayor cuanto más alejados estén de ese punto, que sería distinto para<br />
cada uno de ellos.<br />
A nivel empírico, la hipótesis de convergencia absoluta en un contexto<br />
donde se utilizan datos de panel se contrastaría a partir de la estimación<br />
de la ecuación 3:<br />
Donde se regresa la variación de la brecha de género entre el instante t-i y<br />
t observado para cada estado (r) con su nivel inicial en t-i. En la ecuación,<br />
u rt<br />
denota un término de perturbación esférico. El coeficiente β indica la<br />
velocidad de convergencia estimada y, si se cumple la hipótesis de convergencia<br />
absoluta, debería tener un signo negativo y estadísticamente distinto<br />
de cero.<br />
En la ecuación 4 se incluyen efectos fijos a nivel regional (γ r<br />
), lo que<br />
permite obtener una medición de la velocidad de convergencia condicionada:<br />
(4)<br />
(3)
694 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
De manera similar a la ecuación 3, el coeficiente β’ indica ahora la<br />
velocidad de convergencia condicional estimada y, si se cumple la hipótesis<br />
de convergencia condicional, debería tener un signo negativo y estadísticamente<br />
distinto de cero. Por último, v rt<br />
denota un término de perturbación<br />
esférico.<br />
3. Convergencia regional de la brecha salarial por género en México<br />
3.1. Brecha salarial nacional<br />
Para dar respuesta a las interrogantes del documento, se inicia estableciendo<br />
el comportamiento de la brecha salarial promedio por género a nivel<br />
nacional, como se muestra en la gráfica 1, en la que un valor de 0 indica<br />
ausencia de brecha; valores inferiores, una remuneración relativa favorable<br />
a los hombres; y valores superiores, una ventaja salarial para las mujeres.<br />
A partir de la información proporcionada por la gráfica 1, es posible<br />
destacar dos elementos relevantes: i) la diferencia salarial promedio por<br />
género es favorable a los hombres, con valores que fluctúan entre -0.10<br />
y -0.02 puntos logarítmicos; y ii) la brecha tiende a reducirse a lo largo<br />
del tiempo.<br />
El comportamiento observado está en correspondencia con los resultados<br />
registrados en otros países y con los estudios realizados en México<br />
desde principios de este siglo, como se señaló previamente.<br />
Las diferencias relativamente pequeñas en la brecha salarial promedio<br />
por género no implican ausencia de disparidad en las remuneraciones; lo<br />
que indican es que los salarios por hora promedio por sexo son similares,<br />
aunque las jornadas laborales pueden ser distintas, así como la dotación<br />
de capital humano y los rendimientos a las características observables. Las<br />
partes explicada y no explicada aportan información relevante para entender<br />
el comportamiento de la brecha salarial total.<br />
La parte explicada, componente asociado a la dotación de capacidades,<br />
indica que las mujeres, en promedio, disponen de mayor capital humano<br />
que los hombres y, tomando como referencia el rendimiento salarial a las<br />
características de los hombres, las mujeres deberían recibir remuneraciones<br />
superiores a ellos, motivo por el cual el valor es positivo, del orden de<br />
0.05 puntos logarítmicos; además, es importante destacar la estabilidad<br />
del componente durante todo el periodo, como se observa en la línea<br />
superior de la gráfica 1.<br />
El componente no explicado corresponde a factores no asociados a la<br />
dotación de capital humano, variables o factores no incluidos en el modelo,<br />
como pueden ser la discriminación o características no observables, e
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
695<br />
indica, en primer término, que si las mujeres tuvieran la misma dotación<br />
de capacidades que los hombres, la desventaja salarial por género sería mayor.<br />
En segundo término, las diferencias asociadas al componente no explicado<br />
se han reducido en el tiempo, lo que puede ser interpretado como una señal<br />
de menor discriminación salarial por género en el mercado laboral mexicano.<br />
Gráfica 1<br />
México: brecha salarial trimestral promedio por género, total y<br />
descomposición, 2005-2017<br />
Nota: brecha salarial es (LnMujeres-LnHombres).<br />
Fuente: elaboración propia a partir de microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).<br />
Si bien la brecha salarial general presenta un diferencial a favor de los<br />
hombres, que durante el periodo de análisis tiende a reducirse, Rodríguez,<br />
Ramos et al. (2017) señalan que este comportamiento es distinto entre<br />
trabajadores formales e informales, aspecto de suma relevancia en una<br />
economía donde el empleo informal contribuye con más de 50 por ciento.<br />
La gráfica 2 presenta la evolución de la brecha salarial para trabajadores<br />
formales e informales, y en ella se pueden destacar algunos elementos: i) en<br />
ambos grupos de trabajadores, y para todo el lapso de análisis, el salario<br />
promedio favorece a los hombres; ii) al inicio del periodo, la brecha salarial<br />
de los informales era más desfavorable para las mujeres; iii) existe una tendencia<br />
hacia la convergencia entre los dos grupos de trabajadores, explicada<br />
fundamentalmente por una reducción en la brecha salarial de los informales;<br />
y iv) la desagregación de la diferencia salarial por tipo de empleo parece<br />
indicar que la reducción de la brecha salarial total se explica fundamentalmente<br />
por el comportamiento observado en los trabajadores informales.<br />
La descomposición de la brecha salarial para los trabajadores formales<br />
indica que, si las características de las mujeres fueran remuneradas de acuerdo<br />
con lo que reciben los hombres (parte explicada), la brecha salarial sería a
696 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Gráfica 2<br />
México: trabajadores formales e informales. Brecha salarial<br />
por género, 2005-2017<br />
Nota: brecha salarial es (LnMujeres-LnHombres).<br />
Fuente: elaboración propia a partir de microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).<br />
favor de las mujeres (gráfica 3, línea superior). Si consideramos igualdad de<br />
características y diferentes remuneraciones (parte no explicada), la brecha<br />
salarial sería aún más favorable para los hombres (gráfica 3, línea inferior).<br />
Por otra parte, el desempeño a lo largo del periodo muestra que no se<br />
presentaron cambios significativos en los componentes, por lo cual la<br />
brecha salarial por género en los empleos formales se mantiene estable.<br />
Gráfica 3<br />
México: trabajadores formales. Brecha salarial por género y<br />
descomposición, 2005-2017<br />
Nota: brecha salarial es (LnMujeres-LnHombres).<br />
Fuente: elaboración propia a partir de microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
697<br />
A partir de la información proporcionada en la gráfica 3, es posible<br />
afirmar que durante el lapso 2005-2017 la brecha salarial del empleo<br />
formal y sus componentes no contribuyeron a la modificación de las<br />
diferencias salariales totales; por tanto, las variaciones en la brecha salarial<br />
general se explican fundamentalmente por lo que sucedió en los trabajadores<br />
informales, como se señaló anteriormente; pero ¿cuál es la contribución<br />
de la parte explicada y no explicada de los empleos informales en<br />
la brecha salarial total?<br />
La evolución de la brecha salarial por género en empleos informales<br />
indica que la reducción encuentra sustento principalmente por la parte<br />
no explicada (gráfica 4); por tanto, éste es el componente fundamental<br />
que incide sobre la reducción de la brecha salarial total.<br />
Gráfica 4<br />
México: trabajadores informales. Brecha salarial por género y<br />
descomposición, 2005-2017<br />
Nota: brecha salarial es (LnMujeres-LnHombres).<br />
Fuente: elaboración propia a partir de microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).<br />
Los resultados anteriores pueden tener una lectura positiva desde dos<br />
puntos de vista: i) la reducción de la brecha se presenta en el segmento<br />
de trabajadores donde la magnitud es mayor: los trabajadores informales;<br />
y ii) el componente que más contribuye a disminuir la diferencia es la<br />
parte no explicada, elemento vinculado a la discriminación salarial.
698 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
3.2. Brecha salarial por estados<br />
3.2.1. Brecha salarial total por estados<br />
En la sección anterior se presentó la evolución de la brecha salarial nacional<br />
y su descomposición, además de considerar empleos formales e informales;<br />
no obstante, dada la heterogeneidad espacial, es pertinente<br />
identificar la magnitud de las brechas salariales por estados y las diferencias<br />
existentes entre ellos, así como su comportamiento en el lapso estudiado,<br />
aspecto que es abordado a continuación.<br />
La gráfica 5 muestra la brecha salarial total por estados para los años<br />
2005 y 2017, donde se pueden destacar algunos elementos relevantes. En<br />
primer término, la dispersión de la brecha entre estados es amplia (desde<br />
-0.280 a 0.160 en 2005 y -0.178 a 0.255 en 2017); en segundo lugar, no<br />
obstante que la brecha salarial, en la mayoría de los estados, es favorable<br />
a los hombres, en algunas entidades federativas el salario promedio femenino<br />
es mayor (Chiapas, Tabasco y San Luis Potosí, por mencionar los<br />
más relevantes). Un tercer elemento es que, en general, en 2017 los estados<br />
presentan menor brecha salarial respecto de 2005, aunque el comportamiento<br />
de los estados es heterogéneo y en algunos casos aumenta la<br />
brecha en favor de los hombres (Chihuahua, Baja California, Tlaxcala y<br />
Morelos, los más destacados); finalmente, un aspecto adicional es que la<br />
brecha salarial a simple vista no muestra un patrón espacial; es decir, en<br />
Gráfica 5<br />
México: brecha salarial por género y estados, 2005 y 2017<br />
Nota: brecha salarial es (LnMujeres-LnHombres); M: mujeres, H: hombres.<br />
Fuente: elaboración propia a partir de microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
699<br />
las distintas macroregiones del país (norte, centro y sur) existen estados<br />
con altas y bajas diferencias salariales y su comportamiento en el tiempo<br />
no muestra un patrón definido.<br />
Una vez presentado el comportamiento de la brecha por estados, es<br />
pertinente explorar el papel que juegan los componentes explicado y no<br />
explicado sobre dicho desempeño.<br />
La información referente a la parte explicada se presenta en la gráfica<br />
6. Para el año 2005, en la mayoría de las entidades, con excepción de<br />
Oaxaca, Guerrero y Yucatán, el salario promedio por hora es favorable a<br />
las mujeres, indicando que las mujeres, en promedio, tienen mayor dotación<br />
de capital humano que los hombres, lo cual se aprecia desde el año<br />
inicial de referencia y se reafirma en 2017; no obstante, es pertinente<br />
puntualizar dos aspectos: i) existen diferencias relevantes en las brechas<br />
salariales explicadas por entidades y ii) la dinámica temporal y espacial<br />
no es homogénea.<br />
Gráfica 6<br />
México: componente explicado de la brecha salarial por género y<br />
estados, 2005 y 2017<br />
M: Mujeres, H: Hombres.<br />
Fuente: elaboración propia a partir de la descomposición de la brecha salarial mediante la<br />
metodología Oaxaca-Blinder.<br />
La gráfica 7 presenta el componente no explicado de la brecha salarial.<br />
A diferencia de lo observado en la gráfica 6, para 2005, en casi la totalidad<br />
de los estados (con excepción de Chiapas, San Luis Potosí y Tabasco), este<br />
componente favorece a los hombres, lo que indica que existen elementos<br />
no considerados en las ecuaciones salariales que están impactando sobre<br />
la brecha salarial por género, dentro de los cuales podemos mencionar
700 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Gráfica 7<br />
México: componente no explicado de la brecha salarial por género<br />
y estados, 2005 y 2017<br />
M: mujeres, H: hombres<br />
Fuente: elaboración propia a partir de la descomposición de la brecha salarial mediante la<br />
metodología Oaxaca-Blinder.<br />
factores asociados a distintas preferencias por género para tomar riesgos,<br />
actitud de competencia, negociación, etc. (Azmat y Petrongolo, 2014); por<br />
su parte, Jacobsen (2004), Llorca (2007), Sánchez y Lavié (2011), Silva<br />
(2004) y De Barbieri (2004) plantean que hombres y mujeres enfrentan<br />
distintos niveles de poder en sus relaciones, donde la subordinación en el<br />
ambiente laboral tiende a traducirse en la división sexual del trabajo, así<br />
como en discriminación salarial.<br />
Al igual que en la brecha total y el componente explicado, la magnitud<br />
de esta diferencia es amplia entre estados, mientras que el comparativo<br />
temporal parece indicar que, en general, las disparidades en la brecha<br />
asociadas a la parte no explicada se redujo, aún cuando se mantiene la<br />
ventaja en favor de los hombres.<br />
3.2.2. Brecha salarial por estados y tipo de trabajadores<br />
Anteriormente se presentó el comportamiento de la brecha salarial entre<br />
estados y entre sus componentes, considerando a todos los trabajadores;<br />
no obstante, Popli (2013), Rodríguez, Ramos et al. (2017) y Rodríguez<br />
(2019) han señalado que los trabajadores formales e informales presentan<br />
magnitudes y comportamientos distintos, lo cual hace necesario diferenciar<br />
entre estos dos tipos de trabajadores e identificar su desempeño.<br />
En la brecha salarial de trabajadores formales (gráfica 8) se observa<br />
que en la mayoría de los estados la brecha favorece a los hombres, aunque,<br />
en general, las diferencias se reducen en 2017.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
701<br />
Gráfica 8<br />
México: trabajadores formales. Brecha salarial por género y estados,<br />
2005 y 2017<br />
Fuente: elaboración propia a partir de la descomposición de la brecha salarial mediante la<br />
metodología Oaxaca-Blinder.<br />
Dos hechos se pueden señalar: por un lado, se reduce la brecha en<br />
contra de las mujeres en los estados que presentaban las mayores magnitudes;<br />
por otro, aumenta la magnitud de la brecha en 15 de los 32 estados;<br />
así, durante el periodo de análisis parece existir una “democratización” de<br />
la brecha salarial en contra de las mujeres a lo largo del territorio nacional.<br />
A partir de lo anterior, es pertinente preguntar sobre la fuente principal<br />
del comportamiento de la brecha salarial de los trabajadores formales<br />
en los estados.<br />
La descomposición (explicada y no explicada) de la brecha de los<br />
trabajadores formales 6 indica que, en la parte explicada, la diferencia<br />
salarial por género favorece a las mujeres en todas las entidades, con<br />
excepción de Guerrero y Oaxaca, en 2005; para 2017, la brecha explicada<br />
se mantiene a favor del sexo femenino, aunque la magnitud se reduce,<br />
especialmente donde es mayor, lo que permite establecer que al final del<br />
periodo se presenta menor dispersión de la brecha explicada por sexo en<br />
los trabajadores formales y contribuye a reducir la disparidad salarial total<br />
por sexo entre este grupo de asalariados.<br />
En el componente no explicado, la brecha favorece a los hombres en<br />
casi la totalidad de los estados y, debido a su magnitud, constituye el<br />
elemento dominante en la diferenciación total por sexo dentro de los<br />
6<br />
Debido a limitaciones de espacio, las gráficas de la descomposición de brecha salarial de los<br />
trabajadores formales e informales no se presentan en el documento, pero están disponibles para<br />
quien las solicite.
702 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
trabajadores formales. Para 2005, la brecha por sexo no asociada a características<br />
observables presenta un amplio rango de dispersión entre estados,<br />
pero en 2017 las entidades con mayor brecha reducen su magnitud con<br />
relación al año de referencia; por otra parte, en casi la mitad de los estados<br />
aumenta el tamaño de la brecha a favor de los hombres. Este hecho,<br />
aunado al comportamiento de la parte explicada, termina incidiendo sobre<br />
la evolución de la brecha total de los trabajadores formales, por lo que, a<br />
partir de lo anterior, se puede afirmar que el componente responsable de<br />
la “democratización” de las diferencias salariales en el territorio nacional<br />
corresponde al elemento no explicado, es decir, a factores no observables<br />
de los trabajadores, dentro de los cuales puede estar la discriminación.<br />
El comportamiento de la brecha salarial por sexo de trabajadores<br />
informales por estados se presenta en la gráfica 9, donde se destacan<br />
algunos elementos. En primer término, la brecha es a favor de los hombres,<br />
lo cual no es distinto a lo observado en asalariados formales; sin embargo,<br />
la magnitud de la brecha para algunos estados es mayor; es decir, la brecha<br />
por género en el mercado informal es mayor que en el formal, elemento<br />
ya señalado por Rodríguez, Ramos et al. (2017) y Rodríguez (2019); en<br />
segundo lugar, durante el periodo de observación, las diferencias se reducen,<br />
especialmente en entidades con mayores brechas, lo que lleva a menor<br />
dispersión espacial de las disparidades salariales por sexo.<br />
Gráfica 9<br />
México: trabajadores informales. Brecha salarial por género y<br />
estados, 2005 y 2017<br />
Fuente: elaboración propia a partir de la descomposición de la brecha salarial mediante la<br />
metodología Oaxaca-Blinder.<br />
A partir de la descomposición de la brecha salarial de los trabajadores<br />
informales se puede establecer que la reducción de las diferencias en las
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
703<br />
remuneraciones por sexo durante el periodo observado se explica fundamentalmente<br />
por el componente no explicado de la brecha en este grupo<br />
de trabajadores, no obstante, para algunos estados, el factor asociado a las<br />
características observables (componente explicado) se incrementó a favor<br />
de las mujeres. Este resultado confirma el comportamiento señalado por<br />
Rodríguez, Ramos et al. (2017) y Rodríguez (2019) a nivel nacional, pero<br />
aquí se muestra que este fenómeno tiene impacto a nivel estatal.<br />
3.3. Convergencia estatal de la brecha salarial<br />
Como se señaló previamente, para determinar la presencia de convergencia<br />
se utilizan distintos conceptos, uno de ellos es la convergencia , la cual<br />
observa si la dispersión de la brecha salarial entre estados tiende a reducirse<br />
en el tiempo. La gráfica 10 presenta la desviación típica de la brecha salarial<br />
por estados, general y por componentes, a lo largo del periodo analizado.<br />
Un mayor valor indica mayores disparidades en la brecha de género entre<br />
los estados. En general, se aprecia un comportamiento descendente, indicando<br />
que las disparidades de brecha entre estados se reduce en el tiempo,<br />
lo cual permite afirmar que, independientemente de las diferencias en las<br />
estructuras económicas regionales durante los primeros años de este siglo,<br />
se observa un proceso de convergencia en la brecha salarial regional por<br />
género, resultado que es compartido por estudios que analizan convergencia<br />
de ingreso por entidad, como Germán-Soto et al. (2020), pero difiere<br />
con otros, como Kido-Cruz y Kido-Cruz (2017).<br />
Gráfica 10<br />
México: desviación típica (DS) de la brecha salarial entre estados,<br />
2005-2017<br />
Fuente: elaboración propia a partir de la descomposición de la brecha salarial mediante la<br />
metodología Oaxaca-Blinder con microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).
704 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
La evolución temporal de la dispersión salarial de los componentes de<br />
la brecha indican, en primer término, que ambas partes tienden a reducirse<br />
y, por tanto, contribuyen a la convergencia total; en segundo lugar, la<br />
parte explicada tiene menor dispersión y su desempeño es más estable con<br />
relación al componente no explicado y, finalmente, el comportamiento<br />
de la disparidad total está determinada por lo que sucede en los componentes<br />
no observados.<br />
En adición, es relevante destacar el nivel de dispersión y evolución de<br />
las brechas salariales entre estados por tipo de trabajadores.<br />
Previamente se señaló que la brecha salarial por sexo, al interior de<br />
las entidades, es mayor en los empleos informales; pero, por otra parte,<br />
la dispersión entre estados es menor a la que registran los trabajadores<br />
formales. La gráfica 11 presenta la evolución de la desviación típica de la<br />
brecha salarial entre estados de ambos segmentos de trabajadores; en ésta<br />
se aprecia que, para ambos grupos, ha habido una tendencia decreciente<br />
en la dispersión entre estados, implicando que ambos segmentos contribuyeron<br />
a la reducción general de la brecha por sexo; sin embargo, para<br />
los trabajadores informales se observa una mayor reducción, con lo cual<br />
es posible afirmar que la situación de este grupo contribuyó en mayor<br />
medida a la reducción de las diferencias regionales.<br />
Gráfica 11<br />
México: desviación estándar de la brecha salarial entre estados por<br />
tipo de trabajadores, 2005-2017<br />
Fuente: elaboración propia a partir de microdatos trimestrales de la ENOE (Inegi, 2005-2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
705<br />
A partir de la reducción en las disparidades en la brecha salarial por sexo<br />
entre entidades en ambos grupos de trabajadores, se puede afirmar que<br />
durante el periodo de estudio se presentó un proceso de convergencia s.<br />
La descomposición de las brechas salariales permite establecer, en<br />
primer término, que en todos los casos el componente no explicado<br />
constituye el elemento más relevante de la dispersión regional de la<br />
brecha por sexo. Anteriormente se señaló que, en el caso de la disparidad<br />
general, tanto los componentes explicados como aquellos no relacionados<br />
con las características observables, contribuyeron a reducir las diferencias<br />
en las brechas regionales; sin embargo, por segmentos de trabajadores no<br />
se presenta el mismo comportamiento; en los formales, es el componente<br />
explicado el que presenta la reducción más relevante y determina el derrotero<br />
que sigue la dispersión regional en este grupo; mientras que en los<br />
informales, este componente se mantiene sin cambios a lo largo del periodo,<br />
y la desviación típica de las características no observables condicionó el<br />
desempeño de este grupo de trabajadores. 7<br />
Como se comentó previamente, con frecuencia, en los estudios sobre<br />
convergencia, la presencia de ésta no sólo implica que la brecha salarial 8<br />
presente una menor dispersión en el tiempo (convergencia ) sino, además,<br />
que las entidades con mayor brecha salarial por género decrezcan a una tasa<br />
mayor que los estados que presentan menor diferencia (convergencia ).<br />
Los resultados de las estimaciones (ecuaciones 3 y 4) se presentan en<br />
la tabla 1, donde se incluyen tres especificaciones diferentes. En la primera<br />
columna, únicamente se considera como variable explicativa la brecha<br />
Tabla 1<br />
México: resultados de las estimaciones de convergencia-β regional<br />
Variable dependiente: variación de la brecha salarial por género<br />
Variable<br />
(1) Todos<br />
trabajadores<br />
(2) Todos<br />
trabajadores<br />
(3) Todos<br />
trabajadores<br />
Constante 0.00415*** -0.00401*** -0.00928***<br />
BSG- 1<br />
-0.07065*** -0.06908*** -0.06939***<br />
Tasa de desempleo 0.16151***<br />
Control temporal No Sí Sí<br />
Observaciones 1632 1632 1632<br />
*** P
706 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
salarial del periodo anterior. Los resultados indican, en primer término,<br />
que los estados con mayor brecha salarial reducen en mayor magnitud su<br />
disparidad y, en segundo lugar, que lo hacen a una tasa próxima a 7.0%,<br />
lo que indicaría la presencia de convergencia absoluta, y a una tasa más<br />
elevada que la registrada en estudios sobre convergencia en ingresos<br />
(Esquivel, 1999; Rodríguez-Benavides et al., 2016; Kido-Cruz y Kido-<br />
Cruz, 2017 y Germán-Soto et al., 2020, por mencionar algunos); no<br />
obstante, no es esperable un comportamiento similar, dado que los indicadores<br />
pueden tener dinámicas distintas y, si bien una reducción de la brecha<br />
salarial por género de las entidades con las mayores diferencias podría<br />
impulsar el crecimiento económico, esto no necesariamente se cumple.<br />
Con la finalidad de contrastar la consistencia de los resultados, los<br />
modelos 2 y 3 incluyen controles temporales y, en este último, además, la<br />
tasa de desempleo. A partir de los resultados obtenidos de estas estimaciones,<br />
es posible sostener que el efecto de la brecha salarial sobre la reducción<br />
de la misma se mantiene sin cambios significativos, aún considerando las<br />
posibles diferencias espaciales y que la tasa de desempleo aumenta la brecha<br />
salarial por género, hecho que puede ser interpretado como indicativo de<br />
que la tasa de desocupación no afecta de igual forma al salario de los trabajadores<br />
por género y que son más perjudicadas las mujeres.<br />
Los resultados anteriores corresponden a estimaciones que incluyen a<br />
todos los trabajadores; no obstante, es pertinente preguntar si el mismo<br />
comportamiento se presenta para trabajadores formales e informales; dado<br />
que en estudios que analizan la brecha salarial por género, considerando esta<br />
clasificación, se observan distintas dinámicas (Popli, 2013; Rodríguez, Ramos<br />
et al. 2017; Rodríguez, 2019).<br />
Los resultados de las estimaciones, atendiendo esta clasificación de<br />
trabajadores, se presentan en la tabla 2, a partir de la que se pueden señalar<br />
algunos elementos. En el caso del empleo formal (columnas 1-3), en<br />
primer término destaca la estabilidad del efecto de la brecha sobre la<br />
reducción de la misma, independientemente de las especificaciones del<br />
modelo; en segundo lugar, la magnitud del coeficiente no dista significativamente<br />
del observado cuando se incluye a todos los trabajadores; por<br />
último, es relevante señalar que el efecto positivo de la tasa de desempleo<br />
sobre el comportamiento de la brecha salarial es mayor para los trabajadores<br />
formales.<br />
Las columnas 4-6 de la misma tabla presentan los resultados de las<br />
estimaciones para trabajadores informales, donde se destaca que el efecto<br />
de la brecha salarial de los trabajadores informales es menos estable, con<br />
relación a los formales, pero en todos los casos se presenta un proceso de<br />
convergencia regional; además, la relevancia de la tasa de desempleo en<br />
estos trabajadores es menor que en los formales, es decir, el desempleo
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
707<br />
Tabla 2<br />
México: estimaciones de convergencia- regional, por tipo de empleo<br />
Variable dependiente: variación de la brecha salarial por género<br />
Variable (1)<br />
Formales<br />
(2)<br />
Formales<br />
(3)<br />
Formales<br />
(4)<br />
Informales<br />
(5)<br />
Informales<br />
(6)<br />
Informales<br />
Constante 0.00038*** -0.00264 -0.00897*** -0.00633*** -0.00746*** -0.01115***<br />
BSG- 1<br />
-0.0<strong>67</strong>38*** -0.0<strong>67</strong>07*** -0.0<strong>67</strong>91*** -0.06088*** -0.07762*** -0.07843***<br />
Tasa de desempleo 0.19293*** 0.10874***<br />
Control temporal No Sí Sí No Sí Sí<br />
Observaciones 1632 1632 1632 1632 1632 1632<br />
*** P
708 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
en el sector formal tiene un aumento de la brecha salarial relativamente<br />
mayor que en los trabajadores informales.<br />
Los resultados obtenidos en el análisis descriptivo también encuentran<br />
respaldo en los modelos econométricos, destacando la convergencia<br />
regional en la brecha salarial por género, a la cual contribuyen tanto los<br />
trabajadores formales como informales, especialmente estos últimos. Por<br />
otro lado, los coeficientes de los modelos muestran que los resultados<br />
son consistentes con diferentes especificaciones; así, parecen indicar que<br />
durante el periodo de análisis se presenta un proceso de convergencia,<br />
no obstante las diferencias estructurales existentes entre regiones, lo cual<br />
no parece presentarse en estudios sobre convergencia de ingreso.<br />
Conclusiones<br />
El objetivo del documento es analizar el comportamiento de la brecha<br />
salarial por género regional y discutir la existencia de un proceso de<br />
convergencia, considerando trabajadores formales e informales. Utilizando<br />
información de la ENOE del periodo 2005-2017, se aplica la metodología<br />
Oaxaca-Blinder para obtener mediciones de la brecha salarial<br />
ajustada por efectos composición. Posteriormente, se analiza la existencia<br />
de y convergencia entre los estados mexicanos para las distintas mediciones<br />
obtenidas.<br />
Los resultados permiten afirmar que, durante el periodo de estudio, se<br />
presenta una reducción de la brecha salarial por género a nivel nacional, la<br />
cual es determinada fundamentalmente por el segmento de los trabajadores<br />
informales y, dentro de éstos, por la reducción del componente no<br />
explicado.<br />
El análisis de las brechas por estados permitió establecer la existencia<br />
de elevadas diferencias regionales, las cuales, durante el periodo de estudio,<br />
mostraron una reducción.<br />
La desagregación por tipo de trabajadores posibilitó identificar, por una<br />
parte, que ambos grupos de trabajadores ayudaron a la reducción de las<br />
diferencias espaciales y, por la otra, exponer que la contribución de estos<br />
grupos provino de dinámicas distintas en los trabajadores formales la fuente<br />
principal se relaciona con la parte explicada de la brecha salarial, la cual se<br />
redujo en las entidades con mayores magnitudes, acompañada de un<br />
incremento en la mayoría del resto de los estados, fenómeno al que llamamos<br />
“democratización de la brecha salarial” en contra de las mujeres.<br />
En el segmento de trabajadores informales, las reducciones se asociaron<br />
con el componente no explicado.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
709<br />
Es importante señalar que, aún cuando, en general, durante el periodo<br />
de análisis, las brechas salariales por género en los estados se redujeron,<br />
el desempeño no fue homogéneo entre las entidades y tampoco mostraron<br />
un comportamiento espacial entre regiones.<br />
El indicador de convergencia indica que, durante el periodo de estudio,<br />
la dispersión de la brecha salarial por regiones mostró una reducción,<br />
hecho observado tanto para trabajadores formales como informales. Por<br />
su parte, la estimación de convergencia indica que las regiones con mayor<br />
brecha salarial por sexo, durante el periodo de estudio, presentaron una<br />
mayor reducción; en promedio, la velocidad de convergencia absoluta es<br />
de 7.0% en términos anuales, un valor que no presenta cambios significativos<br />
si se consideran diferentes especificaciones en la estimación, como<br />
pueden ser la inclusión de efectos temporales y la tasa de desempleo<br />
(convergencia condicionada); no obstante, esta última variable tiene un<br />
efecto positivo sobre el comportamiento de la brecha salarial, es decir, la<br />
tasa de desocupación aumenta la divergencia de la brecha salarial regional.<br />
Las estimaciones, considerando la clasificación de trabajadores por<br />
condición laboral (formal e informal), no modifican significativamente la<br />
magnitud de la convergencia; el efecto más relevante está en el caso de los<br />
trabajadores formales, donde la tasa de desempleo tiene un efecto mayor<br />
sobre la disparidad de la brecha salarial que los trabajadores informales.<br />
Los resultados obtenidos en este documento están en correspondencia<br />
con estudios previos para otros países o grupos de países, presentados<br />
previamente, y proporcionan elementos para sostener que, no obstante las<br />
diferencias regionales persistentes en México, la brecha salarial por género<br />
entre regiones se ha reducido en los primeros años del siglo XXI, lo cual<br />
pudiera ser indicativo de la efectividad de las políticas de equidad de género;<br />
sin embargo, no podemos soslayar que existen elementos adicionales que<br />
pudieran apoyar tal comportamiento, como la caída de los salarios reales<br />
de los trabajadores, especialmente masculinos, la creciente participación<br />
laboral de la mujer, en particular en sectores tecnológicos y dinámicos de<br />
la economía, y la mayor dotación de capital humano, entre otros; aspectos<br />
que deberán ser objeto de estudio en futuras investigaciones.<br />
Finalmente, los resultados permiten establecer la necesidad de implementar<br />
o fortalecer políticas públicas tendientes a reducir en mayor<br />
magnitud la brecha salarial por género, especialmente en el segmento de<br />
trabajadores formales y con una orientación regional.
710 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Fuentes consultadas<br />
Ahmed, Salma y Maitra, Pushkar (2015), “A Distributional Analysis of<br />
the Gender Wage Gap in Bangladesh”, The Journal of Development<br />
Studies, 51 (11), Londres, Taylor & Francis, pp. 1444-1458, doi:<br />
https://doi.org/10.1080/00220388.2015.1046444<br />
Alarcón, Diana y McKinley, Terry (1994), “Gender differences in wages<br />
and human capital: case study of female and male urban workers<br />
in México from 1984 to 1992”, Frontera Norte, 6 (12), Tijuana,<br />
El Colegio de la Frontera Norte, pp. 41-50.<br />
Arceo-Gómez, Eva Olimpia y Campos-Vázquez, Raymundo M. (2014),<br />
“Evolución de la brecha salarial de género en México”, El Trimestre<br />
Económico, 323, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica,<br />
pp. 619-653.<br />
Artecona, Raquel y Cunningham, Wendy (2002), “Effects of trade liberalization<br />
on the gender wage gap in México”, Policy research<br />
report on gender and development working paper series, núm.<br />
21, Washington, D.C., The World Bank.<br />
Azmat, Ghazala y Petrongolo, Barbara (2014), “Gender and the labor<br />
market: What have we learned from field and lab experiments?”,<br />
Labour Economics, 30, Maastricht, Elsevier, pp. 32-40, doi: https://<br />
doi.org/10.1016/j.labeco.2014.06.005<br />
Blau, Francine y Kahn, Laurence (2017), “The gender wage gap: Extent,<br />
trends and explanations”, Journal of Economic Literature, 55 (3),<br />
Pittsburgh, American Economic Association, pp. 789-865,<br />
doi:10.1257/jel.20160995<br />
Blinder, Alan (1973), “Wage discrimination: reduced forms and structural<br />
estimates”, Journal of Human Resources, 8 (4), Austin, The<br />
University of Texas at Austin, pp. 436-455.<br />
Brown, Cynthia; Pagán, José y Rodríguez-Oreggia, Eduardo (1999),<br />
“Occupational attainment and gender earning differentials in<br />
Mexico”, Industrial and Labour Relations Review, 53 (1), Thousand<br />
Oaks, CA. Sage, pp. 123-135, doi: https://doi.<br />
org/10.2307/2696165
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
711<br />
Chen, Lein-Lein; Seungmook, Choi, y John Devereux (2008), “Have<br />
Absolute Price Levels Converged for Developed Economies? The<br />
Evidence since 1870”, The Review of Economics and Statistics, 90<br />
(1), Cambridge, The MIT Press, pp. 29-36, doi: https://doi.<br />
org/10.1162/rest.90.1.29<br />
De Barbieri, Teresita (2004), “Más de tres décadas de los estudios de<br />
género en América Latina”, <strong>Revista</strong> Mexicana de Sociología, 66,<br />
<strong>número</strong> especial, Ciudad de México, UNAM, pp. 197-214.<br />
Enamorado, Ted; Izaguirre, Ana Carolina y Ñopo, Hugo (2009), “Gender<br />
Wage Gaps in Central American Countries: Evidence from a Non-<br />
Parametric Approach”, Research Department Publications 4639,<br />
Washington D. C., Inter-American Development Bank.<br />
Esquivel, Gerardo (1999), “Convergencia regional en México, 1940-<br />
1995”, El Trimestre Económico, 66 (4), Ciudad de México, Fondo<br />
de Cultura Económica, pp. 725-761.<br />
Francis-Devine, Brigid y Pyper, Doung (2020), “The gender pay gap”,<br />
Parliamentary paper, House of Commons library briefing, Paper<br />
7068, Londres, UK Parliament, pp.1-38.<br />
Germán-Soto, Vicente; Rodríguez, Reyna y Gallegos, Alexandra (2020),<br />
“Exposición a la globalización y convergencia regional en México”,<br />
Estudios Económicos, 35 (2), Ciudad de México, El Colegio de<br />
México, pp. 2<strong>67</strong>-295, doi: https://doi.org/10.24201/ee.v35i2.404<br />
Hazarika, Gautam y Otero, Rafael (2004), “Foreign Trade and the Gender<br />
Earnings Differential in Urban Mexico”, Journal of Economic<br />
Integration, 19 (2), Sejong, Sejong University, pp. 353-373.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2005), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2006), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.
712 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2007), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2008), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2009), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
,<br />
5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2010), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2011), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2012), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2013), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía (20014), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
,<br />
5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2015), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
713<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2016), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2017), Encuesta<br />
Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Aguascalientes, Inegi,<br />
, 5 de julio de 2018.<br />
Ivanova, Vera (2018), “Spatial convergence of real wages in Russian cities”,<br />
Annals of Regional Science, 61, Heidelberg, Springer, pp. 1-30,<br />
doi: https://doi.org/10.1007/s00168-017-0855-0<br />
Jacobsen, Joyce (2004), The Economics of Gender, Oxford, Blackwell<br />
Publishing.<br />
Janssen, Fanny; Van den Hende, Anthe; De Beer, Joop y Van Wissen, Leo<br />
(2016), “Sigma and beta convergence in regional mortality: A<br />
case study of the Netherlands”, Demographic Research, 35, Rostock,<br />
Max Planck Institute, pp. 81-116, doi: https://dx.doi.<br />
org/10.4054/DemRes.2016.35.4<br />
Kassenböhmer, Sonja, y Sinning, Mathias (2014), “Distributional Changes<br />
in the Gender Wage Gap”, ILR Review, <strong>67</strong> (2), Ithaca, Universidad<br />
de Cornell, pp. 335-361, doi: https://doi.<br />
org/10.1177/00197939140<strong>67</strong>00203<br />
Kido-Cruz, Antonio y Kido-Cruz, Ma. Teresa (2017), “Convergencia<br />
regional en México considerando la participación del PIB agropecuario<br />
(1940-2010)”, Agricultura, Sociedad y Desarrollo, 14 (2),<br />
Texcoco, Colegio de Posgraduados, pp. 175-185.<br />
Kunze, Astrid (2017), “The Gender Wage Gap in Development Countries”,<br />
IZA Discussion Papers, 10826, Bonn, Institute of Labor<br />
Economics (IZA), pp. 1-38.<br />
Llorca, Miguel (2007), “Flexibilidad y rigidez en los roles de género“, en<br />
Ana Vega (coord.), Mujer y educación. Una perspectiva de género,<br />
Málaga, Ediciones Aljibe, pp. 79-90.
714 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
Mendoza, Miguel (2020), “Gender wage discrimination by distribution<br />
of income in Mexico”, Latin American Economic Review, 29 (5),<br />
Ciudad de México, Centro de Investigación y Docencia Económica<br />
(CIDE), pp. 1-20, doi: https://doi.org/10.47872/LAER-<br />
2020-29-5<br />
Moral-Arce, Ignacio; Sperlich, Stefan; Fernández-Sainz, Ana y Roca, Maria<br />
(2012), “Trends in the Gender pay Gap in Spain: A Semiparametric<br />
Analysis”, Journal of Labor Research, 33 (2), Switzerland,<br />
Springer, pp 173-195, doi: https://doi.org/10.1007/s12122-011-<br />
9124-7<br />
Mosomi, Jaqueline (2018), Distributional changes in the gender wage gap in<br />
the post-apartheid South African labour market, tesis de doctorado,<br />
Faculty of Commerce, School of Economics, Ciudad del Cabo.<br />
Murillo, Inés; Ramos, Raúl y Simon, Hipólito (2017), “Regional Differences<br />
in the Gender Wage Gap in Spain”, Social Indicators Research,<br />
134, Berlín, Springer, pp. 981-100, doi: https://doi.<br />
org/10.1007s11205-016-1461-8<br />
Oaxaca, Ronald (1973), “Male-female wage differentials in urban labour<br />
markets”, International Economic Review, 14 (3), Filadelfia, Universidad<br />
de Pensilvania / Universidad de Osaka, pp. 693-709.<br />
Orraca, Pedro; Cabrera, Francisco-Javier y Iriarte, Gustavo (2016), “The<br />
gender wage gap and occupational segregation in the Mexican<br />
labour market”, EconoQuantum, 13 (1), Zapopan, Universidad<br />
de Guadalajara, pp. 51-72, doi: https://doi.org/10.18381eq.<br />
v13i1.4871<br />
Popli, Gurleen (2013), “Gender wage differentials in México: A distributional<br />
approach”, Journal of the Royal Statistical Society, 176 (2),<br />
Londres, Statics in Society, pp. 295-319.<br />
Redmont, Paul y McGuinness, Seamus (2019), “The Gender Wage Gap<br />
in Europe: Job Preferences, Gender Convergence and Distributional<br />
Effects”, Oxford Bulletin of Economic and Statistics, Oxford,<br />
Universidad de Oxford, 81 (3), pp. 564-587, https://doi.<br />
org/10.1111/obes.12282
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
715<br />
Rodríguez, Reyna (2019), “Diferencial salarial por género entre el sector<br />
público y privado formal-informal en México”, <strong>Revista</strong> de Economía,<br />
36 (93), Mérida, Universidad Autónoma de Yucatán, pp.<br />
62-89, doi: https://doi.org/10.33937/reveco.2019.108<br />
Rodríguez, Reyna (2018), “Brecha salarial por género en México: desde<br />
un enfoque regional, según su exposición a la apertura comercial<br />
2005-2015”, Nóesis, <strong>Revista</strong> de Ciencias Sociales y Humanidades,<br />
27 (54), Ciudad Juárez, UACJ, pp. 19-38, doi: https://doi.<br />
org/10.20983/noesis.2018.2.2<br />
Rodríguez, Reyna y Castro David (2017), “Trade Liberalization and Gender<br />
Wage Gap in Mexico”, Modern Economy, 8 (10), California,<br />
Scientific Research, pp. 11<strong>67</strong>-1185, doi: https://doi.<br />
org/10.4236me.2017.810081<br />
Rodríguez, Reyna y Castro, David (2014a), “Discriminación salarial de<br />
la mujer en el mercado laboral de México y sus regiones”, Economía,<br />
Sociedad y Territorio, 14 (46), Zinacantepec, El Colegio<br />
Mexiquense, pp. 655-686, doi: https://doi.org/10.22136/<br />
est002014392<br />
Rodríguez, Reyna y Castro, David (2014b), “Análisis de la discriminación<br />
salarial por género en Saltillo y Hermosillo: un estudio comparativo<br />
en la industria manufacturera”, Nóesis, <strong>Revista</strong> de Ciencias<br />
Sociales y Humanidades, 23 (46), Ciudad Juárez, UACJ, pp.<br />
80-113, doi: http://dx.doi.org/10.20983/noesis.2014.2.3<br />
Rodríguez, Reyna; Castro, David y Fernández, Nidia (2017), “Tendencias<br />
en la diferenciación salarial por género en Coahuila”, en Lya<br />
Niño, Pablo González, Margarita Tinoco y Silvia Figueroa<br />
(coords.), Estudios de género en el norte de México: en las fronteras<br />
de la violencia, Mexicali, Universidad Autónoma de Baja California,<br />
pp. 113-136.<br />
Rodríguez, Reyna; Castro, David y Mendoza, Monserrat (2019), “Desigualdad<br />
salarial y trabajo informal en regiones de México”, <strong>Revista</strong><br />
Región y Sociedad, 31, Hermosillo, El Colegio de Sonora, pp.<br />
1-30, doi: https://doi.org/10.22198/rys2019/31/1062<br />
Rodríguez, Reyna; Ramos, Raúl y Castro, David (2017), “Brecha salarial<br />
por género en los mercados de trabajo público y privado en<br />
México”, Panorama Económico, 25 (2), Cartagena, Universidad
716 D. Castro Lugo et al.: ¿Existe convergencia regional en la brecha salarial por género…<br />
de Cartagena, pp. 149-172, doi: https://doi.org/10.32997/2463-<br />
0470-vol.25-num.2-2017-2105<br />
Rodríguez Benavides, Domingo; Mendoza-González, Miguel Ángel y<br />
Venegas-Martínez, Francisco (2016), “¿Realmente existe<br />
convergencia regional en México? Un modelo de datos-panel TAR<br />
no lineal”, Economía, Sociedad y Territorio, 16 (50), Zinancatepec,<br />
El Colegio Mexiquense, pp. 197-227.<br />
Sala i Marti, Xavier (1996), “The classical approach to convergence analysis”,<br />
The Economic Journal, 106 (437), Oxford, Oxford University<br />
Press, pp. 1019-1036, doi: https://doi.org/10.2307/2235375<br />
Sánchez, Marita y Lavié, José (2011), “El liderazgo y la asunción de cargos<br />
académicos en función del género” en Marina Tomás i Folch<br />
(coord.), La universidad vista desde la perspectiva de género. Estudios<br />
sobre el profesorado, Barcelona, Editorial Octaedro, Colección<br />
Universidad, pp. 15-42.<br />
Silva, Patricia (2004), “El género en la sociedad” en Chávez, Julia (coord.),<br />
Perspectiva de género, núm. 1, Serie Género y Trabajo Social, Ciudad<br />
de México, UNAM/Plaza y Valdés, pp. 13-22,<br />
StataCorp (2017), Stata Statistical Software, Release 15, College Station,<br />
TX, StataCorp LLC.<br />
Weichselbaumer, Doris y Winter-Ebmer, Rudolf (2005), “A Meta-Analysis<br />
of the international gender wage gap”, Journal of Economic Surveys,<br />
19 (3), Oxford, Blackwell, pp. 479-511, doi: https://doi.<br />
org/10.1111/j.0950-0804.2005.00256.x<br />
Recibido: 14 de abril de 2020.<br />
Reenviado: 19 de enero de 2021.<br />
Aceptado: 19 de marzo de 2021.<br />
David Castro Lugo. Doctor en Economía Aplicada por la Universidad<br />
Autónoma de Barcelona. Maestro en Economía Aplicada por El Colegio<br />
de la Frontera Norte y economista por la Universidad Autónoma de Sinaloa.<br />
Actualmente es catedrático-investigador del Centro de Investigaciones<br />
Socioeconómicas (CISE), Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC)<br />
y subdirector de Investigación de la UAdeC; integrante del Sistema Nacional<br />
de Investigadores, nivel I. Sus líneas de investigación son mercado<br />
laboral y economía regional. Entre sus más recientes publicaciones en
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 685-717<br />
717<br />
coautoría destacan: “Búsqueda de empleo, capital social y salarios en<br />
México”, <strong>Revista</strong> de Economía del Rosario, 24 (2), Bogotá, Universidad de<br />
Rosario, pp. 1-24 (2021); “Desigualdad salarial y trabajo informal en<br />
regiones de México”, Región y Sociedad, 31, Hermosillo, Sonora, El Colegio<br />
de Sonora, e1062 (2019); “Efectos del capital social en el empleo en<br />
México”, <strong>Revista</strong> de Economía Institucional, 20 (38), Bogotá, Universidad<br />
Externado de Colombia, pp. 263-283 (2018).<br />
Reyna Elizabeth Rodríguez Pérez. Doctorada en Ciencias por el Centro<br />
de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), maestría en Desarrollo<br />
Regional y licenciatura en Economía por la Universidad de Sonora.<br />
Actualmente es profesora-investigadora de la Facultad de Economía de la<br />
Universidad Autónoma de Coahuila. Es perfil deseable PRODEP e integrante<br />
del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Su línea de investigación<br />
es sobre economía laboral, desigualdad y discriminación salarial<br />
por género, informalidad, impactos del cambio tecnológico, apertura<br />
comercial y ciclos económicos en el mercado laboral, entre otros. Entre<br />
sus más recientes publicaciones como coautora se encuentran: “Desigualdad<br />
salarial por género y ciclo económico en las manufacturas mexicanas”,<br />
<strong>Revista</strong> Economía, Teoría y Práctica, 29 (54), Ciudad de México, Universidad<br />
Autónoma Metropolitana, pp. 61-88 (2021); “Participación laboral<br />
de hombres y mujeres en México: análisis desde el enfoque de género”,<br />
<strong>Revista</strong> Estudios de Economía Aplicada, 39 (3), Almería, Universidad de<br />
Almería, España, pp. 1-24 (2021); “Exposición a la globalización y convergencia<br />
regional en México”, <strong>Revista</strong> Estudios Económicos, 35 (2), Ciudad<br />
de México, El Colegio de México, pp. 2<strong>67</strong>-295 (2020).<br />
Raúl Ramos Lobo. Doctor en Economía por la Universidad Autónoma<br />
de Barcelona. Investigador del Grupo de Análisis Cuantitativo Regional,<br />
Universitat de Barcelona. Líneas de investigación: mercado laboral, crecimiento<br />
regional, migración y capital humano. Entre sus más recientes<br />
publicaciones destacan, en coautoría: “Intangible Assets and Labor Productivity<br />
Growth”, Economies, 9 (2), 82, Basilea, MDPI (2021); “Introduction<br />
to the Special Issue on ‘Territorial Resilience: Mitigation and<br />
Firms’ Adaptation”, International Regional Science Review, 44 (1), Thousand<br />
Oaks, SAGE publishing, pp. 3-9 (2020); “Working hour mismatch,<br />
job quality, and mental well-being across the EU28: a multilevel<br />
approach”, International Archives of Occupational and Environmental<br />
Health, 93 (6), Berlín, Springer, pp. 733-745 (2020).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211686<br />
Desigualdad y sacrificio equitativo en<br />
la tributación por deciles de hogares<br />
en México<br />
Inequality and equitable sacrifice in taxation<br />
by households deciles in Mexico<br />
719<br />
Genaro Aguilar Gutiérrez*<br />
Abstract<br />
Tax functions are calculated with equitable sacrifice for aggregate federal taxes and<br />
for income tax to the added value and special on production and services separately<br />
using micro data from the National Survey of Household Income and Expenditure<br />
for 2018. Although there are differences in magnitude between the inequality aversion<br />
coefficient for IT, VAT and STPS taxes in Mexico; the Mexican tax system does<br />
not currently follow the principle of equitable sacrifice. The results demonstrate that<br />
the coefficient of aversion to inequality is very high in Mexico, and this should be<br />
interpreted as the desire of society towards fairer taxation.<br />
Keywords: tax equity, inequality aversion, taxes in Mexico.<br />
Resumen<br />
Se calculan funciones de tributación con sacrificio equitativo para los impuestos<br />
federales agregados y para Impuesto Sobre la Renta (ISR), Impuesto al<br />
Valor Agregado (IVA) e Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS)<br />
por separado, utilizando microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y<br />
Gastos de los Hogares 2018. Con resultados de diferentes coeficientes de<br />
aversión a la desigualdad para ISR, IVA y IEPS; el sistema tributario mexicano<br />
tiene una alta desigualdad por deciles, no sigue el principio de sacrificio equitativo<br />
y el alto valor del coeficiente debe ser interpretado como el deseo de la<br />
sociedad hacia una tributación más justa.<br />
Palabras clave: equidad tributaria, aversión a la desigualdad, impuestos en<br />
México.<br />
* Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional, correo-e: genaroaguilargtz@gmail.com
720 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
Introducción<br />
La teoría económica ha estado reconociendo que la desigualdad puede<br />
afectar negativamente el crecimiento económico (Shekhar y Ebeke, 2019;<br />
Stiglitz, 2016; Piketty y Zucman, 2015). Este artículo emplea un modelo<br />
para medir y comprobar si en México los impuestos federales respetan el<br />
principio de equidad. Esto es, nos propusimos investigar si el sistema<br />
tributario nacional de México contribuye o no al aumento de la desigualdad<br />
en la distribución del ingreso, al respetar o no el principio de sacrificio<br />
equitativo. Para ello, nos preguntamos: ¿existe una distribución<br />
equitativa de la carga tributaria entre los diferentes deciles de la población<br />
en México?, ¿cómo se puede definir una regla impositiva igualitaria?, ¿qué<br />
propiedades caracterizarían a esa regla impositiva igualitaria? y ¿cómo sería<br />
un esquema tributario con una distribución equitativa de la carga fiscal?<br />
La noción principal de la teoría del sacrificio equitativo 1 indica que las<br />
personas con mayor poder económico y financiero pueden pagar más en<br />
impuestos que las personas pobres, puesto que una pérdida monetaria<br />
provoca perjuicios en menor grado para los primeros. Entonces, medir si<br />
un sistema tributario sigue el principio de sacrificio equitativo puede ayudar<br />
a mostrar si la institucionalidad tributaria actúa o no en favor de la equidad.<br />
Este artículo analiza al sistema tributario mexicano con base en los<br />
supuestos de la teoría del sacrificio equitativo. La estimación periódica de<br />
la función de tributación con sacrificio equitativo es importante para<br />
observar cómo el sistema tributario se configura y cuál es la tendencia del<br />
coeficiente de aversión a la desigualdad tributaria. A pesar de no ser un<br />
tema nuevo en la literatura especializada, en México no se ha estimado<br />
hasta hoy la función de sacrificio equitativo en la tributación a partir de<br />
datos observados de los impuestos pagados por deciles de hogares —ésta<br />
es la principal contribución de este artículo. Diversos estudios realizados sobre<br />
la estructura tributaria en México analizan los temas de evasión y elusión<br />
fiscal (CEFP, 2019) o bien los relativos al pacto fiscal nacional y a la<br />
insuficiencia fiscal de estados y municipios (Díaz, 2015; Mendoza Velázquez,<br />
2011; Aguilar Gutiérrez, 2010). Sin embargo, no hay estudios en<br />
México sobre el sacrificio equitativo y la función tributaria aplicando<br />
dicho principio, con el fin de dilucidar la inequidad tributaria por deciles<br />
vigente en el país.<br />
Siguiendo los estudios clásicos de distribución de competencias fiscales<br />
entre niveles de gobierno, Young (1990) fue el primer autor que<br />
desarrolló una forma de analizar empíricamente el concepto de sacrificio<br />
1<br />
En la literatura especializada se considera literalmente que “The Equal Sacrifice principle says<br />
that all taxpayers should bear the same sacrifice (in terms of reduced well-being) from paying taxes”<br />
(Weinzierl, 2012).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
721<br />
equitativo. Para que el principio sea útil en el análisis de los sistemas de<br />
tributación, es indispensable considerar la función de utilidad de un miembro<br />
“representativo” de la sociedad (Young, 1990). La función de utilidad<br />
adoptada, que se admite que sea la misma para todas las personas, no<br />
representa necesariamente una función “promedio” para toda la población.<br />
Es más apropiado considerarla como una función de utilidad subyacente<br />
al proceso de formulación de la ley, que estableció el impuesto correspondiente.<br />
Sería una función de utilidad que el legislador atribuyó a los<br />
ciudadanos, admitiendo que está aplicando el principio de sacrificio<br />
equitativo.<br />
Para proponer una metodología de análisis del sacrificio equitativo,<br />
Young (1990) partió de la teoría de las decisiones en condiciones de riesgo<br />
y en su análisis se refirió al coeficiente de aversión al sacrificio. Sin<br />
embargo, al analizar el bienestar de la sociedad, es más adecuado considerar<br />
el grado de aversión a la desigualdad (que la aversión al sacrificio).<br />
Este coeficiente, desarrollado por Atkinson (1973) antes que Young, se<br />
emplea para referirse al grado en que la sociedad rechaza la existencia de<br />
inequidad en la distribución del ingreso.<br />
Los estudios que analizan el sacrificio equitativo parten de una función<br />
de utilidad y sus resultados, por implicar cardinalidad, no están exentos de<br />
críticas. Sin embargo, es difícil rechazar el análisis de la teoría del sacrificio<br />
equitativo, ya que cualquier teoría normativa de la tributación tendrá que<br />
contar con un conjunto de supuestos o con juicios de valor implícitos.<br />
Así, cualquier estudio que tome como base el principio de sacrificio<br />
equitativo debe prestar mayor atención a la dirección de los cambios<br />
indicados por el modelo que al valor exacto (cuantitativo) de la alteración.<br />
Por ello, aun con sus limitaciones, el análisis tiene su validez, ya que sirve<br />
como un parámetro para orientar la dirección de una posible alteración<br />
en el sistema tributario.<br />
Este artículo realiza el análisis del sacrificio equitativo para la carga<br />
tributaria directa e indirecta y total en función del ingreso. También es<br />
estimada la función de tributación, suponiendo sacrificio equitativo para<br />
algunos impuestos por separado: Impuesto Sobre la Renta (ISR), Impuesto<br />
al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Especial sobre Producción y Servicios<br />
(IEPS), considerando la carga tributaria como función del ingreso total<br />
per cápita de los hogares mexicanos en el año 2018.<br />
Además de esta introducción, el artículo contiene cinco secciones más.<br />
Con una revisión de la literatura internacional de vanguardia, la segunda<br />
sección deriva matemáticamente la función de tributación igualitaria, que<br />
es la metodología empleada en el análisis empírico de los datos de México<br />
y muestra los resultados de algunos estudios para países específicos, de<br />
1990 a la fecha. La tercera contiene los resultados del análisis del sacrificio
722 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
equitativo en la tributación mexicana a partir del procesamiento de datos<br />
de impuestos federales pagados por deciles provenientes de la Encuesta<br />
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del año 2018. Uno de los<br />
hallazgos principales es que, como un todo, los impuestos en México no<br />
están distribuidos igualitariamente. Por ello, el legislador debería realizar<br />
una reforma fiscal buscando que los deciles más ricos de la población<br />
paguen lo que deberían de pagar, siguiendo el principio de sacrificio<br />
equitativo para toda la población. En la cuarta sección se estima la función<br />
de tributación y se calculan los coeficientes de aversión a la desigualdad<br />
para cada uno de los tributos. Los resultados específicos para tres impuestos<br />
federales permiten concluir que el ISR es más progresivo que el IVA<br />
y el IEPS. También se encuentra que sumados los tres impuestos federales,<br />
el último decil de la población termina pagando alrededor de 30%<br />
menos de lo que debería de impuestos federales en una situación de<br />
sacrificio equitativo. Mientras que otros deciles, en medio de la distribución,<br />
pagan más de lo que deberían, situación que lleva a concluir que la<br />
clase media en México lleva una carga tributaria más pesada de lo que<br />
debería en una situación de sacrificio igualitario para toda la sociedad. La<br />
quinta sección revisa la estructura tributaria en México, comparada con<br />
la de varios países desarrollados del mundo, pertenecientes a la Organización<br />
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Finalmente,<br />
se presentan las conclusiones de la investigación.<br />
1. Función de Tributación con Sacrificio equitativo<br />
En las últimas dos décadas, diversos autores, desde Young (1990) hasta<br />
Weinzierl (2014), han propuesto una función de tributación, la cual<br />
permita que la política fiscal asigne de manera equitativa el peso de la<br />
carga tributaria para todos los contribuyentes. Pagar $1,000 no representa<br />
el mismo esfuerzo para un contribuyente que gana $7,000 que pagar<br />
$100,000 para un contribuyente que percibe $700,000.<br />
El estudio clásico de Young (1990) desarrolló una metodología para<br />
observar si un determinado impuesto sigue el principio de sacrificio equitativo<br />
—es decir, si el pago del impuesto represente el mismo impacto<br />
económico para todos los contribuyentes—, partiendo de que la función<br />
de utilidad tiene una elasticidad constante. Aplicó esa metodología para<br />
analizar el sistema de impuestos en Estados Unidos, Alemania occidental,<br />
Italia, Japón y Reino Unido. 2 Sin embargo, Young aplicó un índice de<br />
2<br />
El principio de capacidad económica como elemento del derecho tributario ha sido ampliamente<br />
incluido en las Constituciones de varias naciones. Tal principio supone que la contribución de todos<br />
al gasto público se debe dar en función de la capacidad económica de cada contribuyente como base
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
723<br />
aversión al sacrificio, cuando lo mejor sería desarrollar un índice tributario<br />
de aversión a la desigualdad (Hoffmann, et al., 2006). En efecto, es mucho<br />
mejor hablar de aversión a la desigualdad —es decir, qué tanto la sociedad<br />
rechaza la desigualdad en la tributación— que de aversión al “sacrificio”,<br />
en virtud de que cualquier impuesto no debería representar ningún sacrificio<br />
para nadie. Es decir, lo que la sociedad en su conjunto rechaza no es<br />
el “sacrificio” que representa pagar un impuesto, sino la desigualdad con<br />
que ese sacrificio se distribuye (Weinzierl, 2014).<br />
Para modificar la metodología de Young, proponemos recuperar un<br />
concepto de la teoría clásica de la distribución formulado por Atkinson<br />
(1973) para sustituir el principio de “aversión al sacrificio” por el de<br />
“aversión a la desigualdad” y lo aplicamos al análisis de la desigualdad en<br />
la tributación mexicana, por deciles de hogares.<br />
Para ello, proponemos el siguiente procedimiento metodológico:<br />
Sea t(y) ≤ 0 el impuesto pagado al sistema tributario. Dada la función<br />
de utilidad U(y), se tiene sacrificio equitativo sí:<br />
(1)<br />
Si aplicamos primera derivada, obtenemos:<br />
O<br />
(2)<br />
La ecuación (3) muestra que, si hay impacto equitativo, el impuesto<br />
t(y) es una función creciente del ingreso (y) si, y solamente sí, la utilidad<br />
marginal es una función decreciente del ingreso (y).<br />
De (2) se obtiene que:<br />
3)<br />
de la equidad tributaria. Dicho principio se concreta a través de criterios como el de progresividad<br />
tributaria, ya que modula la presión fiscal en concordancia con el nivel de capacidad económica de<br />
cada contribuyente. Aunque todas las personas se encuentran sujetas al deber de contribuir, la afectación<br />
por pagar impuestos no es proporcional para todos, de ahí el principio de solidaridad tributaria<br />
que precede al de equidad. De acuerdo con Masbernat (2013), en España el Código Tributario<br />
explícitamente reconoce el principio de capacidad económica como base de la equidad del sistema<br />
tributario español. Para el caso de Alemania, Bönke y Eichfelder (2010) encontraron que en la práctica<br />
dicho sistema beneficia a las personas más ricas, a pesar de ser explícito el principio de capacidad<br />
económica en el sistema tributario y en la normativa fiscal alemana.
724 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
Si multiplicamos los dos miembros de la ecuación por y obtenemos:<br />
(4)<br />
Un determinado impuesto será progresivo si su tasa crece con el nivel<br />
de ingreso y, es decir, si:<br />
O también:<br />
(5)<br />
O incluso:<br />
(6)<br />
Un determinado impuesto se considera progresivo si su valor marginal<br />
es mayor que la tasa promedio t(y)/y, lo que significa que el segundo<br />
miembro de la ecuación (4) siempre será menor que 1. Por otro lado, el<br />
primer miembro de (4) sólo es menor que 1 si la elasticidad de U'(y) es<br />
menor a menos 1. De ahí se concluye, entonces, que con sacrificio equitativo,<br />
el impuesto es progresivo sólo si la elasticidad de la función de<br />
utilidad marginal del ingreso es menor que -1.<br />
La teoría neoclásica supone siempre que la utilidad marginal es decreciente<br />
—por ello, la concavidad de la función de utilidad. Por lo que, de<br />
acuerdo con (3), el impuesto con impacto equitativo para todos los<br />
deciales de la sociedad siempre deberá ser una función creciente del ingreso.<br />
Sin embargo, en funciones de utilidad marginal con elasticidad entre 0 y -1<br />
el impuesto será regresivo. Es decir, se le cobrará menos en proporcion a su<br />
ingreso, a quien perciba más.<br />
Por ello, un concepto más general de concavidad para analizar los<br />
efectos de un impuesto equitativo dada a una distribución del ingreso<br />
fue propuesto por Moyes (2003) y extendido por (Weinzierl, 2014). Así,<br />
una función de utilidad U'(y) será cóncava en relación 1n sí es una<br />
función decreciente del ingreso y. Las variaciones en la utilidad marginal<br />
U(y) provocadas por oscilaciones del ingreso (d1ny = dy/y) disminuirán<br />
cuando y aumenta. Podemos comprobar que la condición de que U(y)<br />
sea cóncava en relación a U(y) equivale a la condición de que la elasticidad<br />
de la utilidad marginal sea menor que menos 1.<br />
Una función de utilidad marginal con elasticidad constante e igual a<br />
−ε puede ser representada como:<br />
(7)
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
725<br />
Donde A representa el incremento de la utilidad ante una modificación<br />
en el ingreso. Muchas décadas antes que Young, Atkinson (1973) mostró<br />
que es una medida de “aversión a la desigualdad”. Para que la utilidad<br />
marginal sea decreciente (la función de utilidad sea cóncava), se debe tener<br />
que ε > 0.<br />
De (7), integrando, se obtiene que:<br />
O<br />
(8)<br />
(9)<br />
En este contexto ε puede ser interpretado como un coeficiente de<br />
aversión a la desigualdad proporcional definido como −yU''(y) /U'(y) en<br />
donde U''(y) es la segunda derivada de la función de utilidad. Se puede<br />
demostrar que ese coeficiente es la elasticidad de la función de utilidad,<br />
con signo contrario.<br />
La representación gráfica de la ecuación (9) puede ser vista en las<br />
figuras 1 y 2. Esta ecuación fue sugerida por Atkinson (1973) y cumple<br />
Figura 1<br />
Forma de la función de utilidad considerada por Atkinson (1973)<br />
con coeficiencia de aversión a la desigualdad igual a 0.5<br />
Fuente: elaboración propia con base en Atkinson (1973).
726 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
Figura 2<br />
Forma de la función de utilidad considerada por Atkinson (1973)<br />
con coeficiencia de aversión a la desigualdad igual a 1.5<br />
Fuente: elaboración propia con base en Atkinson (1973).<br />
las propiedades de concavidad de la función de utilidad sin necesidad de<br />
imponer restricciones.<br />
Se puede observar que, aunque (8) y (9) sean funciones cóncavas, sólo<br />
ε > 1 cuando la función U(y) tiene una asíntota horizontal (con ordenada K)<br />
limitando su crecimiento. La función (8) no es cóncava en relación a ln y<br />
pues = A, es constante, y la función (9) sólo es cóncava en relación a<br />
ln y si ε > 1.<br />
Cálculo del parámetro ε, suponiendo impacto equitativo (para todos<br />
los deciles) en el sistema de impuestos<br />
Sustituyendo (9) en (1) obtenemos:<br />
O:<br />
Con:<br />
(10)<br />
En el procedimiento empleado por Young (1990), después de estimar<br />
por medio de la regresión lineal simple, el parámetro , de acuerdo con la<br />
ecuación (10), es calculado como el promedio simple de los valores de<br />
(y− t) 1 − ε − y 1 − ε .
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
De (10), haciendo β = 1 − ε, tenemos:<br />
727<br />
(11)<br />
Podemos ver que los parámetros α y β tendrán siempre signos opuestos.<br />
Se pueden calcular los parámetros α y β considerando la ecuación (11)<br />
como un modelo de regresión no lineal de t contra y. Pero recordemos<br />
que, al ajustar ecuaciones de ingreso con datos individuales, es usual<br />
suponer un error aditivo homocedástico en el logaritmo del ingreso. Por<br />
lo tanto, podemos usar el logaritmo de t para obtener un modelo de<br />
regresión no lineal, incluyendo un error u, con las propiedades usuales:<br />
(12)<br />
Los estimadores de los parámetros obtenidos con el método de Young<br />
(1990) pueden ser utilizados como estimadores preliminares en el proceso<br />
interactivo de ajuste del modelo no lineal (12).<br />
Aquí el modelo (12) fue ajustado con base en valores promedio de y<br />
y t por deciles de ingreso, a partir de microdatos de la Encuesta Nacional<br />
de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018. Entonces, la estimación de los<br />
parámetros fue realizada con el método de mínimos cuadrados ponderados<br />
proporcional al <strong>número</strong> de personas en cada decil. El uso de los<br />
valores promedio por deciles de ingreso evita en gran medida la inconsistencia<br />
que sería causada por el error de medida en la variable y, en caso<br />
de que fueran usados datos individuales.<br />
Como el modelo (12) no tiene un término constante para Y, la suma<br />
de los cuadrados totales debe ser definida como ΣY i<br />
2<br />
π i , donde π i son<br />
los factores de ponderación. Pero nada impide el cálculo de la suma de los<br />
cuadrados totales corregido Σ(Y i − ) 2 π i , donde es el promedio ponderado<br />
de los Y i . Para evaluar la calidad de ajuste del modelo (12) en<br />
cada caso, serán siempre presentados los valores de la suma de los cuadrados<br />
(ponderados) de los residuos y de las dos definiciones de la suma<br />
de los cuadrados totales.<br />
2. ¿Existe sacrificio equitativo en la tributación directa en México?<br />
El cuadro 1 muestra la carga tributaria observada con base en microdatos<br />
de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018. 3<br />
3<br />
La carga tributaria por deciles está contenida en el documento oficial de SHCP (2019). Sin<br />
embargo, para corroborar esta información construimos los deciles directamente de microdatos de<br />
la ENIGH 2018, encontrando coincidencia en todos excepto en uno de los deciles para el ISR (4º
728 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
De los impuestos presentados en el cuadro 1, el único que evoluciona<br />
“progresivamente” es el Impuesto Sobre la Renta. Llama la atención el<br />
Impuesto Especial sobre Producción y Servicios que se supone debería<br />
impactar más en los sectores más ricos de la población y no es monotónicamente<br />
creciente.<br />
Decil<br />
Cuadro 1<br />
Carga tributaria sobre el ingreso per capita<br />
de los hogares en México<br />
Ingreso promedio per capita<br />
mensual por hogar<br />
(pesos corrientes)<br />
Impuestos directos analizados<br />
ISR IVA IEPS Carga<br />
tributaria<br />
total (%)<br />
I 843.7 1.0 5.4 1.2 7.6<br />
II 1469.6 2.9 5.5 1.1 9.5<br />
III 1926.4 3.3 6.1 1.3 10.7<br />
IV 2358.7 5.3 6.5 1.3 13.1<br />
V 2825.1 4.7 6.7 1.3 12.7<br />
VI 3382.6 7.2 7.2 1.4 15.8<br />
VII 4102.3 12.9 7.0 1.3 21.2<br />
VIII 5161.5 11.6 7.2 1.4 20.2<br />
IX 7138.9 13.0 7.6 1.2 21.8<br />
X 1<strong>67</strong>22.8 19.7 6.8 1.0 27.5<br />
Fuente: elaboración propia con microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los<br />
Hogares (ENIGH) (Inegi, 2018).<br />
El cuadro 2 muestra los resultados del cálculo del modelo para ISR, IVA<br />
e IEPS. Los cálculos fueron realizados a partir de microdatos de la Encuesta<br />
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018. El cálculo<br />
del parámetro de aversión a la desigualdad para estos impuestos en su<br />
conjunto, es de 1.2319; recordando que ε = 1− β.<br />
Al excluir el último decil de ingresos, el coeficiente de aversión a la<br />
desigualdad aumenta hacia 1.55. En la gráfica 1, se observa que los últimos<br />
deciles de ingreso pagan menos impuestos de lo que deberían en una<br />
situación de sistema tributario equitativo. La curva muestra los valores<br />
calculados por el modelo, que siguen el principio de sacrificio equitativo.<br />
Los círculos muestran la carga tributaria observada.<br />
decil) y en 2 deciles para IEPS (5º y 6º deciles) sin que esas diferencias sean mayores al 2% de la<br />
carga tributaria nacional.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
729<br />
Cuadro 2<br />
Cálculo del modelo no lineal de tributación con sacrificio<br />
equitativo para los impuestos directos (ISR, IVA e IEPS)<br />
Estadístico<br />
α 0.00174<br />
(0.000156)<br />
Cálculos (y desviación estándar)<br />
con base en<br />
Diez deciles Nueve deciles (1 al 9)<br />
0.00165<br />
(0.000126)<br />
β -0.4619 (0.0284) -0.4822 (0.0239)<br />
Suma de los Cuadrados Residuos 0.100183 0.057965<br />
Suma de los Cuadrados Totales corregidos 29.3289 26.7174<br />
Suma de los Cuadrados Totales<br />
no corregidos<br />
Fuente: cálculos propios con microdatos de la ENIGH (Inegi, 2018).<br />
110.424 103.7950<br />
Gráfica 1<br />
Relación entre impuestos directos per capita e ingreso per capita<br />
de los hogares en México, 2018<br />
Fuente: elaboración propia con microdatos de la ENIGH (Inegi, 2018).<br />
En la gráfica se aprecia que los deciles más ricos se benefician por el<br />
sistema tributario vigente. Este resultado es más evidente en la gráfica 2.<br />
Teniendo como base el patrón obtenido suponiendo sacrificio equitativo<br />
y coeficiente de aversión a la desigualdad constante, podemos observar<br />
que los tres últimos deciles de ingreso pagan menos impuestos de lo que
730 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
deberían, de acuerdo con el principio de sacrificio equitativo. El último<br />
decil de ingresos paga 9.51% menos en impuestos directos y los deciles<br />
9 y 8 pagan 8.7% y 5.2% menos de lo que deberían; mientras que los<br />
deciles 4 al 6 pagan 0.5%, 0.9% y 0.1% más de lo que deberían pagar.<br />
En este punto es bueno recordar que se debe dar mayor atención a la<br />
dirección del cambio indicada por el modelo más que al valor exacto del<br />
resultado.<br />
Gráfica 2<br />
Valores observados y estimados de los impuestos directos siguiendo<br />
el principio de sacrificio equitativo, por nivel de ingresos per capita<br />
de los hogares<br />
Fuente: elaboración propia con microdatos de la ENIGH (Inegi, 2018).<br />
Realizamos una prueba basada en el uso de tres variables dummy (una<br />
con valor de 1 sólo para el estrato 8, otra con valor de 1 sólo para el estrato<br />
9 y la última con valor de 1 para el estrato 10). El resultado indicó que<br />
sólo el estrato 10 es discrepante, al nivel de significancia de 5%. Esto<br />
quiere decir que el legislador hipotético que se guíe por este modelo<br />
tendría que aumentar la carga incidente únicamente sobre el decil más<br />
rico de la población en caso de que quiera seguir el patrón indicado por<br />
un modelo con ε = 1.23. Este resultado es más evidente al desagregar el<br />
análisis por tipo de impuesto.<br />
3. Aversión a la desigualdad por tipo de impuesto<br />
En virtud de los anteriores resultados, decidimos realizar un análisis más<br />
detallado de los tributos, estimando un modelo para cada uno de los prin-
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
731<br />
cipales impuestos: ISR, IVA e IEPS. Estos impuestos tienen un importante<br />
papel en la progresividad o no de la carga tributaria total, ya que inciden<br />
sobre los mejores indicadores de la capacidad de pago de la población: ingreso<br />
y consumo.<br />
El modelo inicial fue derivado para el total de los tributos y el análisis<br />
de esta sección está fundamentado en la idea de que la carga tributaria<br />
total en México no es percibida homogéneamente por todos los contribuyentes.<br />
Es decir, el objetivo de la sección es estimar el coeficiente de<br />
aversión a la desigualdad con base en tributos que son más directamente<br />
percibidos por la población —asumimos que otros tributos, como el<br />
impuesto sobre nóminas, es poco percibido por la población.<br />
Para el ISR, nuestro modelo arroja un coeficiente de aversión a la<br />
desigualdad de 1.41, que es el más alto de todos los impuestos. La interpretación<br />
directa es que cuanto mayor sea este parámetro, mayor será la<br />
progresividad de la carga tributaria encontrada por el modelo. Los resultados<br />
de la progresividad o no del ISR en México en el año 2018, con<br />
la hipótesis de sacrificio equitativo, son mostrados en la gráfica. La línea<br />
son todos los puntos estimados y sobre ella se ubican las combinaciones<br />
de ingreso e impuesto que cada decil debería pagar, si en México hubiera<br />
sacrificio equitativo. Los pequeños círculos por encima de la línea indican<br />
aquellos deciles que están pagando más de lo que deberían y los<br />
círculos por debajo indican deciles de hogares que pagan menos de lo<br />
que deberían.<br />
Se observa que la progresividad es superior a la observada en la gráfica 2,<br />
pero el decil 7 está pagando mucho más de lo que debería mientras que el<br />
último decil, el de los hogares muy ricos paga menos de lo que debería. Si<br />
bien el 19.7% del ingreso de las familias más ricas está comprometido para<br />
el pago del ISR, la función de sacrificio equitativo indica que deberían<br />
pagar 24.30%. Es decir, hay una gran diferencia entre lo que paga el decil<br />
más rico de la población y lo que debería pagar, de acuerdo con el principio<br />
de sacrificio equitativo.<br />
Además, este impuesto no capta algunas peculiaridades del sistema<br />
tributario mexicano y al menos deja fuera tres componentes relevantes:<br />
i) ingresos por ganancias, ii) ingresos por aplicaciones de capital, excluidos<br />
los ahorros e iii) intereses sobre capital propio. En la Ley del ISR el primer<br />
componente está exento ya que se considera que la persona jurídica ya<br />
pagó el Impuesto Sobre la Renta en sus operaciones cotidianas. Este ingreso<br />
representa el 7.92% del ingreso de los hogares mexicanos, de acuerdo con<br />
datos de la ENIGH 2018. Sin embargo, para el decil 8 de la población<br />
esos ingresos representan 8.88% de sus ingresos, y para el décimo decil<br />
representan 5.95% de sus ingresos. El segundo caso es tributado en la
732 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
fuente y representa 0.61% del ingreso de los hogares mexicanos pero es<br />
5.12% para los hogares del decil más rico de la población.<br />
En este caso, hay claramente una subestimación del ISR, dado que no<br />
es declarado en la ENIGH el valor del impuesto pagado en este tipo de<br />
aplicaciones financieras. La gráfica 3 muestra que el último estrato de la<br />
población (los más ricos) claramente pagan menos del ISR de lo que<br />
deberían pagar. Otro elemento a considerar es que los intereses sobre<br />
capital propio inciden en la fuente, pero en la ENIGH no se puede saber<br />
lo que es ganado por intereses sobre capital propio y lo que son ganancias<br />
vía intereses obtenidos por tener un negocio. Las percepciones financieras<br />
y de capital, de acuerdo con la ENIGH 2018, representan 4.3% del total<br />
de los ingresos de los hogares mexicanos y para el decil más rico de la<br />
población esa forma de ingreso representa 6.86% del total de sus ingresos.<br />
Admitiendo que en todos los tipos de ingresos citados en este párrafo<br />
incidiese el ISR y que este no fuese captado de forma alguna por la<br />
ENIGH, eso representaría una cantidad de alrededor de 2.5% de subestimación<br />
del ISR para los hogares del decil más rico. Es importante notar<br />
que este impuesto, dadas esas fuentes de ingresos, también es subestimado<br />
para los hogares de los otros deciles de ingresos, pero en menor grado por<br />
la falta de bancarización de esos sectores de ingresos.<br />
Gráfica 3<br />
Impuesto Sobre la Renta (ISR) e ingreso per capita de los hogares<br />
en México, 2018<br />
Fuente: elaboración propia con microdatos de la ENIGH (Inegi, 2018).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
733<br />
Para el caso del IVA, el cálculo del coeficiente de aversión a la desigualdad<br />
es de ε = 1.16. La gráfica 4 muestra los resultados de lo pagado y la<br />
estimación de lo que cada decil debería de estar pagando por IVA. Nuevamente,<br />
sobre la línea están las combinaciones que muestran lo que deberían<br />
pagar con sacrificio equitativo todos los deciles. El círculo por debajo de la<br />
línea, a la derecha superior del gráfico muestra que el último decil está<br />
pagando menos de lo que debería de IVA, mientras que varios deciles (5 al<br />
9) pagan ligeramente de más. Es decir, dada la estructura de consumo de<br />
los hogares en México, el legislador debería de instrumentar diferentes tasas,<br />
dependiendo del consumo de cada decil, de tal forma que los bienes y<br />
servicios clásicamente consumidos por el decil más rico (quizás vuelos aéreos<br />
internacionales, compra de autos de lujo y adquisición de joyas, etc.),<br />
deberían estar gravados con un IVA superior a la tasa actual.<br />
Gráfica 4<br />
Impuesto al Valor Agregado (IVA) pagado e ingreso per capita de<br />
los hogares en México, 2018<br />
Fuente: elaboración propia con microdatos de la ENIGH (Inegi, 2018).<br />
Asumiendo que lo poco que queda de la clase media en México está<br />
ubicada entre los deciles 7 a 9 (Aguilar Gutiérrez, 2013), la gráfica muestra<br />
que el impuesto sobre consumo (IVA) está fuertemente concentrado<br />
en estratos pobres y de clase media y lo que esos estratos de la sociedad
734 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
aportan al fisco es superior a que deberían pagar en un modelo tributario<br />
con sacrificio equitativo (los puntos correspondientes a esos deciles están<br />
por encima de la línea estimada de impuestos equitativos).<br />
En el caso del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios el coeficiente<br />
de aversión a la desigualdad de Atkinson, resultado de nuestro modelo es<br />
de 1.21 (recordemos que un menor coeficiente de aversión a la desigualdad<br />
significa una menor progresividad en el sistema tributario). La gráfica 5<br />
muestra claramente que, aunque en diferente grado, varios deciles de la<br />
población están pagando más de lo que deberían de este impuesto (deciles<br />
4 al 8) y que, nuevamente, el último decil paga menos de lo que debería de<br />
pagar en una situación de equidad en el sacrificio tributario.<br />
Gráfica 5<br />
Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) e ingreso<br />
per capita de los hogares en México, 2018<br />
Fuente: elaboración propia con microdatos de la ENIGH (Inegi, 2018).<br />
En el pago de este tributo es más evidente la desigualdad, mostrando<br />
que deciles que se encuentran en medio de la distribución (deciles 6 y<br />
8) pagan sustancialmente más de lo que deberían (recordando que la<br />
escala de ambos ejes es logarítmica y por tanto, una “pequeña distancia”<br />
que se aprecie visualmente entre lo que pagan y lo que deberían de pagar,<br />
puede representar una brecha muy superior). En el caso del último decil,<br />
que visualmente parece estar “ligeramente debajo” de lo que debería de<br />
pagar, el impuesto pagado por ese estrato de la población es en realidad
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
735<br />
19.8% menor a que lo correspondería en una situación de sacrificio<br />
equitativo.<br />
Así, los hallazgos muestran que el sistema tributario mexicano en su<br />
conjunto es muy inequitativo (coeficiente de aversión a la desigualdad<br />
ε = 1.23); ya que un coeficiente muy cercano a uno es muy inequitativo<br />
y uno sustancialmente superior a uno, es más equitativo. A pesar de que<br />
el ISR es el más progresivo (ε = 1.41), la distribución inequitativa de IVA<br />
(con ε = 1.16) y del IEPS (con ε = 1.21) hacen de México uno de los<br />
países con mayor desigualdad en sus impuestos. Estudios que calcularon<br />
funciones de tributación con sacrificio equitativo en otros países obtuvieron<br />
coeficientes de aversión a la desigualdad muy superiores a uno. Young<br />
(1990) calculó un coeficiente de 1.37 para los datos de los impuestos<br />
federales de los Estados Unidos en 1987. Posteriormente, Imedio-Olmedo<br />
et al. (1999) obtuvieron valores entre 1.47 y 1.77 para el Impuesto Sobre<br />
la Renta en España. Pellegrino (2006) cuantificó un coeficiente de aversión<br />
a la desigualdad de 1.58 para el ISR en Italia en el año 2000 y 1.96 para<br />
el año 2005 y, más recientemente, Jarczok-Guzy (2017) encontró un<br />
coeficiente de aversión a la desigualdad de 2.7 para Polonia.<br />
De los tres tributos analizados el menos inequitativo es el ISR. Sin<br />
embargo, la acumulación de inequidad en la distribución en los diversos<br />
impuestos hace que el último decil de la población termine pagando impuestos<br />
globales 31% inferiores a lo que debería en una situación de sacrificio<br />
equitativo. Como era de esperarse, el IVA incide más sobre la población más<br />
pobre y el IEPS afecta proporcionalmente más a la clase media.<br />
4. Estructura fiscal de México y los países de la OCDE<br />
La estructura fiscal del mundo podría dar una idea de qué dirección tomar<br />
en caso de una reforma fiscal. México es uno de los países con menor<br />
carga tributaria efectiva en el mundo. La gráfica 6 muestra que, de 36<br />
países que componían la Organización para la Cooperación y el Desarrollo<br />
Económicos (OCDE) en 2018, México tenía la menor recaudación<br />
como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 16.1% y<br />
países como Francia (con 46.1%), Suecia (43.9%) o Bélgica (44.8%)<br />
recaudan mucho más.<br />
El derecho tributario internacional comparado muestra que en varios<br />
países de Europa los impuestos basados en la capacidad económica de los<br />
contribuyentes, como instrumento de la progresividad de las finanzas<br />
públicas, tienen como resultado una mayor equidad social. Por ejemplo,<br />
observemos lo que sucede con el índice de Gini antes y después de impuestos<br />
en naciones emblemáticas de Europa. Las tasas de ISR hacen que el
736 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
índice de Gini de la desigualdad en la distribución del ingreso caiga de 0.36<br />
a 0.31 en el Reino Unido; de 0.30 a 0.26 en Suecia; de 0.30 a 0.24 en<br />
Dinamarca; de 0.33 a 0.27 en Alemania; de 0.35 a 0.31 en Italia; de 0.31<br />
a 0.26 en Holanda y de 0.33 a 0.29 en España (Verbist y Figari, 2013),<br />
mostrando la progresividad del sistema tributario en aquellas naciones.<br />
Gráfica 6<br />
Impuestos recaudados como proporción del PIB, países 2018<br />
Fuente: elaborado con datos de Revenue Statistics, (OCDE, 2019).<br />
Históricamente, la nación mexicana ha presentado niveles muy bajos<br />
de carga tributaria total y por niveles de gobierno (Guillermo Peón y<br />
Vargas Casmiro, 2017; Esquivel y Peralta, 2013; Aguilar Gutiérrez, 2010),<br />
lo que afecta severamente la capacidad de elaboración de programas<br />
públicos de largo alcance. Como muestran los datos de la gráfica 7, la<br />
composición de la carga tributaria contribuye para que el índice de aversión<br />
a la desigualdad sea en México muy cercano a uno ε = 1.23), lo que<br />
implica un sistema tributario muy inequitativo.<br />
Como vimos en líneas arriba, otros países tienen sistemas fiscales más<br />
equitativos (Jarczok-Guzy, 2017; Weinzierl, 2014 y 2012; Pellegrino 2006<br />
y Moyes, 2003). Ahora bien, en una gran parte de los países desarrollados<br />
la participación del ISR sobre la estructura fiscal total es muy importante<br />
(ver gráfica 7). Los impuestos indirectos tienen una fuerte participación<br />
en los ingresos únicamente en los países económicamente más atrasados,<br />
mientras que los países más desarrollados han apoyado sus finanzas en<br />
sistemas de tributos directos a la riqueza y al ingreso (Alves y Afonso,
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
737<br />
Gráfica 7<br />
Estructura de impuestos en 21 países de la OCDE, 2018<br />
Fuente: elaborado con datos de Revenue Statistics, (OCDE, 2019).<br />
2019). De lo anterior, deducimos que la gran diferencia entre lo recaudado<br />
vía ISR e IVA es una de las principales causas de la regresividad de la carga<br />
tributaria en México, lo que influye directamente en el coeficiente medido<br />
de aversión a la desigualdad.<br />
En América Latina, Mangas (2019) ha documentado ampliamente<br />
que como resultado del paradigma político y económico implantado<br />
después de 1980 —favoreciendo a los estratos más ricos de la sociedad y<br />
al modelo de apertura comercial—, la distribución de la carga tributaria<br />
está anclada en los impuestos indirectos al consumo, como el IVA, pero<br />
con efectos altamente regresivos, caracterizándose por tasas crecientes y<br />
llegando al límite de la presión fiscal. El mismo autor muestra que el IVA<br />
que se estableció primero en Brasil en 19<strong>67</strong> con una tasa de 15%; gradualmente<br />
fue implantado en otros países de América Latina hasta alcanzar<br />
una tasa de 22% en Uruguay en el año 2012 promediando, ese mismo<br />
año, 15.1% para toda América Latina (Mangas, 2019). Es decir, a diferencia<br />
de los países desarrollados de Europa en los cuales la base del sistema<br />
tributario son los impuestos directos —en los países latinoamericanos la<br />
carga tributaria se basa sobre todo en los impuestos indirectos.<br />
Otro problema aquí es la inexistencia de impuestos a la riqueza: a<br />
diferencia de lo que ocurre en Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Italia,<br />
Portugal y Suecia entre otros países europeos. En México, las grandes
738 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
transacciones financieras y de capital y los activos financieros prácticamente<br />
están exentos de pagos de impuestos. Por ello, se debe avanzar al menos al<br />
fortalecimiento del impuesto directo y progresivo sobre la renta a las personas<br />
físicas, dado que la capacidad de obtención de recursos fiscales será<br />
severamente limitada en las próximas décadas, en virtud de que actualmente<br />
predomina, como en América Latina, una baja tributación de Impuesto<br />
Sobre la Renta y una alta evasión fiscal (Mangas, 2019).<br />
Algunos otros problemas del sistema tributario mexicano tienen que<br />
ver con la demostrada incapacidad de los otros niveles de gobierno (estatal<br />
y municipal) para recaudar impuestos, o debido a que esas jurisdicciones<br />
tienen notable incapacidad técnica de incrementar sus capacidades<br />
tributarias (Aguilar Gutiérrez, 2010).<br />
Sin embargo, el más notable problema en México es la incapacidad<br />
del sistema tributario federal para lograr que los impuestos recaudados<br />
aumenten sistemáticamente y a largo plazo (Esquivel y Peralta, 2013).<br />
Recientemente, en 2019 y 2020, el Servicio de Administración Tributaria<br />
en México revirtió esta situación mostrando un notable esfuerzo para<br />
incidir en la capacidad recaudatoria del gobierno mexicano, a partir del<br />
cobro de impuestos a los grandes contribuyentes. No obstante, es muy<br />
importante que el sistema tributario mexicano, como el de América Latina,<br />
se soporte más, como lo hacen la mayor parte de los países de la Unión<br />
Europa, en impuestos directos sobre la renta y la riqueza y no en impuestos<br />
indirectos al consumo, que son demostradamente más regresivos.<br />
Conclusiones<br />
En el artículo pionero de Young (1990), los impuestos analizados son<br />
progresivos en Estados Unidos y las estimaciones del parámetro de aversión<br />
a la desigualdad (o coeficiente de aversión al riesgo proporcional) son<br />
casi siempre superiores al 1.55. Los estudios posteriores muestran siempre<br />
índices de aversión a la desigualdad en los sistemas tributarios de varios<br />
países, superiores al 1.7. Es decir, son más equilibrados o equitativos de<br />
lo que ocurre en el México de hoy.<br />
En nuestro modelo, el cálculo del coeficiente de aversión a la desigualdad<br />
muestra que en México el sistema tributario no es equitativo y los<br />
resultados indican que los deciles más ricos de la población están pagando<br />
menos de lo que deberían en una situación de sacrificio equitativo. Por<br />
impuestos, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) es más progresivo, mientras<br />
que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) es el que presenta la mayor regresividad<br />
tributaria. Esta investigación evidencia que existe una importante<br />
brecha entre lo que se recauda y lo que se podría recaudar, sobre todo en
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
739<br />
los deciles más altos de la población, vía Impuesto Sobre la Renta. Al<br />
distribuirse más progresivamente este tributo, es crucial abatir la evasión<br />
y elusión del mismo para lograr que el sistema tributario mexicano tenga<br />
como resultado una mayor equidad social, a lo cual también puede contribuir<br />
(aunque en menor medida) la adecuada recaudación del Impuesto<br />
Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que actualmente está fuertemente<br />
cargado sobre los deciles que componen la clase media y no sobre<br />
los deciles con ingresos más altos. Así, el abatimiento de esta brecha<br />
recaudatoria en ambos impuestos es crucial, especialmente para aumentar<br />
la capacidad fiscal del Estado mexicano.<br />
Por otro lado, en virtud de que el modelo considera la carga tributaria<br />
existente como informaciones de las preferencias del agente representativo,<br />
cuando son considerados los impuestos indirectos (IVA) el resultado del<br />
coeficiente de aversión a la desigualdad baja significativamente —con ISR<br />
el coeficiente era de 1.41, con IVA cae a 1.16— y consecuentemente, el<br />
sistema tributario con ese impuesto se vuelve casi totalmente regresivo<br />
—si el valor obtenido fuera menor que uno, sería un impuesto regresivo.<br />
El resultado obtenido muestra que el IVA se paga sin que el contribuyente<br />
“mediano” esté consciente de la tributación. Es probable que la no progresividad<br />
de este impuesto sea derivado de la falta de percepción de las<br />
familias en cuanto al porcentaje de impuestos incidentes en cada producto<br />
consumido. Los impuestos directos, el ISR es más perceptible para los<br />
ciudadanos, son más progresivos y generan un coeficiente de aversión a<br />
la desigualdad de 1.41. Si el consumidor no tiene información de cuánto<br />
paga en impuestos, entonces es de esperarse que la tasa incidente no<br />
represente la preferencia del consumidor.<br />
Un estudio reciente de Einav et al. (2014) muestra que hay diferencia<br />
en la elección de los consumidores cuando los impuestos son observados<br />
(y evidenciados) en las compras online u offline en Internet. En ese estudio,<br />
hecho en los EEUU, los autores pudieron observar que los consumidores<br />
en cuestión saben que hay impuestos en los productos, pero que no<br />
los toman en cuenta si no los observan directamente a la hora de pagar.<br />
Cuando el impuesto es indicado en el valor con y sin impuestos, hay una<br />
variación significativa en la demanda de cada producto. Esto confirma,<br />
por lo tanto, lo que dijimos anteriormente: los impuestos deben ser<br />
explicitados para que las familias y las personas los consideren en sus<br />
decisiones. La exposición del dato a pagar del IVA, medido en unidades<br />
monetarias, es una buena alternativa para que la información sea clara.<br />
Finalmente, nuestro estudio deja claro que una reforma tributaria que<br />
busque elevar la recaudación total y ser más eficiente, no sólo debería estar<br />
diseñada para lograr disminuir la evasión y la elusión fiscal, sino que<br />
también debería estar diseñada transfiriendo parte de la responsabilidad
740 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
fiscal que hoy asumen las familias, vía IVA, hacia el tributo directo: el ISR<br />
que se distribuye más progresivamente.<br />
Fuentes consultadas<br />
Aguilar Gutiérrez, Genaro (2013), “¿Está desapareciendo la clase media<br />
en México? Análisis de la polarización del ingreso”, <strong>Revista</strong> de<br />
Ciencias Sociales, 19 (1), Zulia, Facultad de Ciencias Económicas<br />
y Sociales, Universidad del Zulia, pp. 57-69.<br />
Aguilar Gutiérrez, Genaro (2010), “Capacidad tributaria y finanzas<br />
públicas metropolitanas en México”, Estudios Demográficos y<br />
Urbanos, 1 (25), Ciudad de México, Centro de Estudios Demográficos<br />
y Urbanos, El Colegio de México, pp. 103-132.<br />
Alves, José y Afonso, Antonio (2019), “Tax Structure for Consumption<br />
and Income Inequality: An Empirical Assessment”, Journal of the<br />
Spanish Economic Association, 10, Barcelona, Universidad Autónoma<br />
de Barcelona, pp. 334-3<strong>67</strong>, doi: 10.1007/s13209-019-<br />
00202-3<br />
Atkinson, Anthony (1973), “On The Measurement of Inequality”, en<br />
Anthony Atkinson (org.), Wealth, Income and Inequality, Oxford,<br />
Penguin Books Oxford University Press, pp. 244-263.<br />
Bönke, Timm y Eichfelder, Sebastian (2010), “Horizontal Equity in the<br />
German Tax-Benefit System: A Simulation Approach for Employees”,<br />
Discussion Paper, 1, Berlin, School of Business and Economics,<br />
Freie Universität.<br />
CEFP (Centro de Estudios de las Finanzas Públicas) (2019), El pago de<br />
impuestos y la evasión fiscal en México, Ciudad de México, Centro<br />
de Estudios de las Finanzas Públicas, Cámara de Diputados.<br />
Díaz, Ana (2015), “La oportuna fragilidad del municipio en México:<br />
Capacidades Institucionales en el marco de un federalismo disfuncional”,<br />
<strong>Revista</strong> Iberoamericana de Estudios Municipales (11),<br />
Santiago de Chile, Universidad Autónoma de Chile, pp. 145-172,<br />
doi: 10.32457/riem.vi11.375<br />
Einav, Liran; Knoepfle, Daniel; Levin, Jonathan y Sundaresan, Neel<br />
(2014), “Sales Taxes and Internet Commerce”, American Economic
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
741<br />
Review, 106 (5), Pittsburgh, PA, American Economic Association,<br />
pp. 1-26, doi: 10.1257/aer.104.1.1<br />
Esquivel, Gerardo y Peralta, Williams (2013), “A Structural Fiscal Balance<br />
Rule for Mexico”, Fiscal and Municipal Management Division.<br />
Discussion paper, núm. IDB-DP-294, Washington D. C., Inter-<br />
American Development Bank, , 10<br />
de junio de 2020.<br />
Guillermo Peón, Sylvia y Vargas Casimiro, Israel (2017), “Recaudación<br />
potencial, eficiencia recaudatoria y transferencias federales: Un<br />
análisis para las entidades federativas en México utilizando el<br />
modelo de frontera estocástica”, EconoQuantum, 14 (1), Guadalajara,<br />
Universidad de Guadalajara, pp. 35-71, doi: 10.18381/<br />
eq.v14i1.6541<br />
Hoffmann, Rodolfo; Gaiger Silveira, Fernando y Pintos-Payeras, José Adrian<br />
(2006), “Progressividade e sacrifício equitativo na tributação: O<br />
caso do Brasil”, Texto para discussão, 1188, Rio de Janeiro, IPEA.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2018), Encuesta<br />
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, microdatos, Ciudad<br />
de México, Inegi.<br />
Imedio-Olmedo, Luis; Parrado-Gallardo, Encarnación Macarena y<br />
Sarrión-Gavilán, María Dolores (1999), “La tarifa del IRPF y el<br />
principio del igual sacrificio”, Investigaciones Económicas, 23 (2),<br />
Madrid, Fundación SEPI, pp. 281-299.<br />
Jarczok-Guzy, Magdalena (2017), “The Principles of Tax Law Equality<br />
in the Context of Direct Taxation”, Journal of Economics and<br />
Management, 30 (4), Katowice, University of Economics in<br />
Katowice, pp.70-84, doi: 10.223<strong>67</strong>/jem.2017.30.0<br />
Mangas, Martin (2019), “Justicia Tributaria en América Latina en Tiempos<br />
de Retroceso”, Fineduca. <strong>Revista</strong> de Financiamento da Educação,<br />
9 (25), Porto Alegre, Associação Nacional de Pesquisa em<br />
Financiamento da Educação, pp. 1-20.<br />
Masbernat, Patricio (2013), “Reglas y principios de justicia tributaria:<br />
aportes del derecho español al derecho comparado”, <strong>Revista</strong> de<br />
Derecho, 20 (1), Antofagasta, Universidad Católica del Norte,<br />
pp. 155-191.
742 G. Aguilar Gutiérrez: Desigualdad y sacrificio equitativo en la tributación…<br />
Mendoza Velázquez, Alfonso (2011), Las Finanzas públicas locales en<br />
México. Herramientas de diagnóstico y respuesta en un entorno de<br />
crisis, Ciudad de México, Miguel Ángel Porrúa.<br />
Moyes, Patrick (2003), “Redistributive Effects of Minimal Equal Sacrifce<br />
Taxation”, Journal of Economic Theory, 108, Ithaca, Universidad<br />
de Cornell, pp. 111-140, doi: 10.1016/S0022-0531(02)00016-9<br />
Pellegrino, Simone (2006), “Come usare il principio del sacrificio per<br />
valutare una riforma fiscale”, conferencia presentada en Servizi<br />
pubblici: Nuove tendenze nella regolamentazione, nella produzione<br />
e nel finanziamento, Società Italiana di Economia Pubblica,14–15<br />
de septiembre, Pavía.<br />
OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)<br />
(2019), Revenue Statistics 2018, París, OECD Publishing, doi:<br />
10.1787/0bbc27da-en.<br />
Piketty, Thomas y Zucman, Gabriel (2015), “Wealth and Inheritance in<br />
the Long Run”, en Anthony Atkinson y François Bourguignon<br />
(eds.), Handbook of Income Distribution, 2, North Holland, Elsevier,<br />
pp. 1-91.<br />
SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) (2019), Distribución<br />
del pago de impuestos y recepción del gasto público por deciles de<br />
hogares y personas. Resultados para el año 2018, Ciudad de México,<br />
SHCP, , 16 de mayo de 2020.<br />
Shekhar Aiyar y Ebeke, Christian (2019), “Inequality of Opportunity,<br />
Inequality of Income and Economic Growth” IMF Working Paper,<br />
19/34, Washington, International Monetary Fund, , 16 de mayo de 2020.<br />
Stiglitz, Joseph (2016), “How to restore equitable and sustainable economic<br />
growth in the United States”, American Economic Review, 106 (5),<br />
Pittsburgh, PA, American Economic Association, pp.43-47.<br />
Verbist, Gerlinde y Figari, Francesco (2013), “The Redistributive Effect<br />
And Progressivity of Taxes Revisited: An International Comparison<br />
across the European Union”, GINI Discussion Paper 88, Antwerp,<br />
University of Antwerp.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 719-743<br />
743<br />
Weinzierl, Matthew (2014), “The Promise of Positive Optimal Taxation:<br />
Normative Diversity and A Role for Equal Sacrifice”, Journal of<br />
Public Economics, 118, Washington, Elsevier, doi: 10.1016/j.<br />
jpubeco.2014.06.012<br />
Weinzierl, Matthew (2012), “Why Do We Redistribute so Much but Tag<br />
so Little? The Principle of Equal Sacrifice and Optimal Taxation”,<br />
Working Paper, 18045, Cambridge, MA, National Bureau of<br />
Economic Research, Inc.<br />
Young, Peyton (1990), “Progressive Taxation and Equal Sacrifice”, American<br />
Economic Review, 80 (1), Pittsburg, PA, American Economic<br />
Association, pp. 253-266, , 16 de<br />
mayo de 2020.<br />
Recibido: 28 de junio de 2020.<br />
Reenviado: 16 de febrero de 2021.<br />
Aceptado: 25 de marzo de 2021.<br />
Genaro Aguilar Gutiérrez. Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad<br />
Estatal de Campinas de São Paulo, Brasil, donde se graduó con<br />
Mención Honorífica. Posee un Posdoctorado en la Universidad de São<br />
Paulo. Actualmente, es Profesor Titular C de la Sección de Estudios de<br />
Posgrado e Investigación de la Escuela Superior de Economía del Instituto<br />
Politécnico Nacional. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores<br />
nivel I desde el año 2000. Recibió el Premio Maestro Jesús Silva<br />
Herzog en Investigación Económica de la UNAM (1998 y 2008), el<br />
Premio Banamex de Economía (2001), el Premio INAP (2001) y el Premio<br />
Nacional de Finanzas Públicas (2008). Entre sus más recientes<br />
publicaciones se encuentran como autor: Crisis Económica, Hambre y<br />
Desperdicio en México, Ciudad de México, MAPorrúa, (2021); en coautoría:<br />
“Animal Spirits y No-ergodicidad para COVID 19 en algunos<br />
estados de México”, Panorama Económico 16 (32), Ciudad de México,<br />
Escuela Superior de Economía, Instituto Politécnico Nacional, pp. 89-98<br />
(2020); y como coordinador, Seguridad Alimentaria y Pérdidas de Alimentos<br />
en México, Ciudad de México, MAPorrúa (2019).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211690<br />
Economic spillover from Natural<br />
Protected Areas to conventional tourist<br />
destinations<br />
Derrama económica de las Áreas Naturales<br />
Protegidas en destinos turísticos<br />
convencionales<br />
745<br />
José Alberto Lara Pulido*<br />
Alejandro Guevara Sanginés*<br />
Vanessa Pérez Cirera**<br />
Camilo Arias Martelo***<br />
Carmina Isabel Jiménez Quiroga****<br />
Abstract<br />
This paper examines the role of Natural Protected Areas (NPAs) as a source of economic<br />
spillovers for mass tourism destinations in Mexico. An econometric model was used<br />
to explain the number of booked rooms in tourism destinations as a function of<br />
proximity to NPAs, controlling for destination characteristics. A conservative estimate<br />
suggests that some rooms booked by foreign visitors can be explained by proximity to<br />
NPAs. Our results open public policy options, such as a compensating mechanism<br />
from conventional tourism to fund NPAs and show that they would be economically<br />
efficient and contribute to sustainability.<br />
Keywords: positive externalities, sustainable tourism, spillover benefits, Mexico.<br />
Resumen<br />
En este artículo examinamos el papel de las Áreas Naturales Protegidas (ANPs)<br />
como fuente de derrama económica en México atrayendo turistas que no llegarían<br />
en ausencia de estas. Para ello, planteamos un modelo econométrico que explica<br />
el <strong>número</strong> de cuartos ocupados de destinos turísticos en función de la proximidad<br />
a ANPs, controlado por otras características del sitio. Un estimado conservador<br />
indica que 17.7% de los cuartos ocupados por turistas extranjeros estarían explicados<br />
por la proximidad a ANPs. Estos resultados plantean posibilidades como un<br />
mecanismo de compensación por parte del turismo convencional, propuesta<br />
económicamente eficiente y que contribuye al desarrollo sostenible.<br />
Palabras clave: externalidades positivas, turismo sustentable, derrama económica,<br />
México.<br />
* Transdisciplinary University Center for Sustainability (Centrus) of Universidad Iberoamericana,<br />
e-mail: jose.alberto.lara@gmail.com and alejandro.guevara@ibero.mx<br />
** World Wildlife Fund, e-mail: v.perezcirera@gmail.com<br />
*** Data Scientist at Blackstone, e-mail: camilo.arias.martelo@gmail.com;<br />
**** Assistant at the Transdisciplinary University Center for Sustainability of Universidad<br />
Iberoamericana, e-mail: carmina.jimenez@ibero.mx
746 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
Introduction<br />
This paper studies the potential spillovers Natural Protected Areas (NPAs)<br />
generate for conventional tourism in Mexico. Conventional tourism is<br />
defined as the flows of domestic and inbound tourism that arrive at a set<br />
of destinations in Mexico, which the Ministry of Tourism officially reports.<br />
This set includes world famous destinations such as Cancun and Puerto<br />
Vallarta, major cities, and several other destinations that receive both<br />
national and international tourists. NPAs are argued to generate positive<br />
spillovers in this kind of destination by attracting a share of tourists that<br />
would not go there unless the former were available.<br />
The hypothesis is that a given tourist is more willing to visit a destination<br />
with nearby natural attractions simply because they have the possibility of<br />
visiting them (even if they opt not to). As discussed later, even though<br />
NPAs are severely underfunded, results show that they explain a large<br />
share of visitors to conventional destinations. These findings suggest that<br />
the compensation from conventional tourism for NPAs is economically<br />
efficient and contributes to sustainability. To test this hypothesis, an econometric<br />
model that takes the number of booked rooms in conventional<br />
destinations was used as a function of proximity to NPAs. Destination<br />
characteristics were controlled such as the availability of air transport,<br />
beach destinations, and marginalization levels.<br />
NPAs importance, goals, and obstacles<br />
The importance of NPAs for human development and welfare has been<br />
recognized at national and international levels. The Convention on Biological<br />
Diversity (CBD) highlights the fact that these areas are a source<br />
of poverty reduction, climate change mitigation, health protection, preservation<br />
of fishing assets, food security, clean water, protection against<br />
natural disasters, and cultural and spiritual development for human beings<br />
(Mulongoy and Babu Gidda, 2008; Secretariat of the Convention on<br />
Biological Diversity, 2008). Likewise, governments have increasingly<br />
recognized their importance. This is borne out by the commitment signed<br />
in 2010 by several governments to protect at least 17% of terrestrial areas<br />
and 10% of marine areas by 2020 at the Conference of the Parties (COP)<br />
16 in Cancun (CBD and UNEP, 2011).<br />
In this respect, the United Nations Environment Programme World<br />
Conservation Monitoring Centre (UNEP-WCMC) and the International<br />
Union for Conservation of Nature (IUCN) (UNEP and IUCN, 2016)<br />
indicate that the marine conservation goal has already been reached and<br />
that the terrestrial goal is only 2.7 percentage points above the current
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
747<br />
percentage, which corresponds to 3.1 million square kilometers. However,<br />
the main constraint on increasing natural protected areas is the lack of<br />
financing. There are insufficient resources to maintain and expand protected<br />
areas, particularly in developing countries (Emerton et al., 2006).<br />
The evaluation of the financial resources required to accomplish the 2020<br />
commitments by Sukhdev et al. (2012) shows that between 150 and 400<br />
extra billion dollars are required annually (between 0.08 and 0.25% of<br />
world GDP).<br />
The Mexican case<br />
The establishment of NPAs in Mexico is due to social and environmental<br />
reasons recognizing their importance to social development. There are<br />
approximately 91 million hectares of Natural Protected Areas according<br />
to the National Commission for Natural Protected Areas in Mexico<br />
(Spanish acronym CONANP) (CONANP, 2019); of which 21 million<br />
correspond to terrestrial areas, equivalent to 10.69% of the total terrestrial<br />
area; and 70 million correspond to marine areas, representing 22% of the<br />
total area including territorial seas and the Exclusive Economic Zone. In<br />
2016, four new marine NPAs were decreed, with an area of 65 million<br />
hectares, thereby achieving the Aichi Goal of protecting at least 10% of<br />
the water surface (CBD and UNEP, 2011).<br />
NPAs are classified as follows: Flora and Fauna Protection Areas, Natural<br />
Resource Protection Areas, National Monuments, National Parks,<br />
Biosphere Reserves, and Sanctuaries. The most extensive type of NPAs is<br />
the Biosphere Reserve with 78 million hectares, followed by Flora and Fauna<br />
Protection Areas with approximately seven million hectares, and then<br />
Natural Resource Protection Areas with nearly five million hectares. Table<br />
1 shows the area covered by each type of NPAs and its equivalence with<br />
the International Union for Conservation of Nature system of classification<br />
(Bezaury-Creel et al., 2009).<br />
Table 1<br />
Equivalence of classification and NPAs covered in Mexico<br />
Mexico’s<br />
classification<br />
Flora and Fauna<br />
Protection Areas<br />
IUCN Classification<br />
Protected area with<br />
sustainable management<br />
of natural resources<br />
Land<br />
Surface<br />
(thousands<br />
of<br />
hectares)<br />
Water<br />
surface<br />
(thousands<br />
of hectares)<br />
TOTAL<br />
6668.60 328.26 6996.86
748 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
Table 1 (continuation)<br />
Mexico’s<br />
classification<br />
Natural<br />
Resource<br />
Protection Areas<br />
National<br />
Monument<br />
IUCN Classification<br />
Protected area with<br />
sustainable natural<br />
resource management<br />
Land<br />
Surface<br />
(thousands<br />
of<br />
hectares)<br />
Water<br />
surface<br />
(thousands<br />
of hectares)<br />
TOTAL<br />
4503.35 0.00 4503.35<br />
Natural Monument 16.27 0.00 16.27<br />
National Park National Park 627.29 15,546.30 16,218.59<br />
Biosphere<br />
Reserve<br />
Buffer zone: Protected<br />
area with sustainable<br />
management of natural<br />
resources or Core zone:<br />
Strict Nature Reserve<br />
9514.26 53,438.49 62,952.75<br />
Sanctuary Strict Nature Reserve 4.63 145.56 150.19<br />
TOTAL 21,379.40 69,458.61 90,838.01<br />
Source: CONANP (2019).<br />
Despite having achieved the COP 16 goal, Mexico faces underfunding<br />
for the maintenance of Natural Protected Areas. Bezaury-Creel, et al<br />
(2011) estimated a 723 million peso (~36 million USD) gap in NPAs<br />
financing for 2012, when there were only 25 million hectares under this<br />
status. Given that CONANP had a nominal budget of $1,098 million<br />
pesos in 2017 (~55 million USD), less than in 2009 (SHCP, 2016), and<br />
that the size of protected areas increased from 26 million to 91 million<br />
hectares, the financial gap increased substantially. The situation subsequently<br />
further deteriorated: CONANP had a nominal budget in 2017<br />
of $1,132 million pesos (~56 million USD) (SHCP, 2017), 843 million<br />
pesos (~ 43 million USD) in 2019 (SHCP, 2018), and 864 million pesos<br />
(~43 million USD) in 2020 (SHCP, 2019) (see graph 1).<br />
Recreation service of NPAs and discrepancies<br />
Among the many benefits of natural areas, recreation services are a primary<br />
source of economic resources and people’s welfare. National and foreign<br />
tourists visit NPAs in Mexico, paying an admission fee, which serves to<br />
trigger economic activity in nearby areas. In 2007, NPAs in Mexico received<br />
approximately 14 million visitors, who generated nearly $8,345 million<br />
pesos (~417 million USD) of economic spillover (Bezaury-Creel, 2009).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
749<br />
Graph 1<br />
Protected Areas and CONANP budget from 2001 to 2017<br />
(million hectares/million 2016 pesos)<br />
Source: CONANP (2016a), SHCP (2016), Bezaury-Creel (2009), and Bezaury-Creel et al.<br />
(2011).<br />
This spillover was greater than the amount required to maintain the NPAs,<br />
but as long as this revenue is sent to the Finance Ministry and the budget<br />
for the maintenance of NPAs is assigned regardless of this revenue, underfunding<br />
will persist.<br />
The economic value generated by these areas between 2009 and 2015<br />
can be estimated using data from the annual CONANP budget. The<br />
annual increase in the number of visitors as well as the average expenditure<br />
per person was calculated for 2015, resulting in a total of 16,550,000<br />
visitors, 1 multiplied by 596 pesos (~30 USD), which is the average<br />
expenditure per person, resulting in an estimated economic spillover of<br />
$9,8<strong>67</strong> million pesos (~493 million USD) in 2007 constant prices,<br />
equivalent to $12,604 million pesos (~630 million USD) in 2015.<br />
1<br />
During 2009, the revenue generated by the admission fee for NPAs was 53 million pesos (~2.65<br />
million USD) and 89 million pesos (~4.5 million USD) in 2015, representing an increase of 68%.<br />
The price of admission was increased from 40 pesos (2 USD) to 56 pesos (2.8 USD) per person in<br />
low charge capacity areas and from 20 pesos (1 USD) to 28.8 pesos (1.44 USD) in the remaining<br />
areas DOF (2006). Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de<br />
la Ley Federal de Derechos. 27 de diciembre de 2006. In C. d. l. Unión (Ed.), Ciudad de México:<br />
Diario Oficial de la Federación; CONANP (2014). Diseño de Brazaletes 2014. In: Comisión Nacional<br />
de Áreas Naturales Protegidas, representing an average increase of 42%. Therefore, the increase<br />
estimated in the number of visitors from 2009 to 2015 was 18%, equivalent to an increase in the<br />
number of visitors from 14 million in 2009 to 16.5 million in 2015. Average expenditure per person<br />
was obtained by dividing the 8,345 million pesos (~417 million USD) of revenue generated in 2009<br />
by the 14 million visitors.
750 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
The discrepancy between the NPAs’ income and their budget is not<br />
exclusive to Mexico as shown by Eagles and Hillel (2008), who reviewed<br />
the benefits that tourist natural parks offer all over the world compared<br />
with their budget, and concluded that tourism has the potential to make<br />
a major contribution to the conservation of natural spaces.<br />
Additionally, Eagles and Hillel (2008) estimated that the financial<br />
needs of every natural area in the world represents less than 10% of the<br />
benefits these areas produce for tourist destinations, where they are the<br />
main attraction. Similar studies have been conducted by Driml and Common<br />
(1995) who report the case of Australia, Pabón-Zamora et al. (2008)<br />
who describe a similar phenomenon in protected areas in Peru, and<br />
Goodwin et al. (1998) who demonstrates that in natural parks in India,<br />
Indonesia, and Zimbabwe, there is no relation between the income parks<br />
generate for the tourism sector and their maintenance needs.<br />
Value quantification<br />
Two main approaches are used to quantify the economic value of the<br />
tourist services NPAs provide: (i) those that estimate the consumer surplus<br />
and (ii) those based on direct expenditure. The former seeks to estimate<br />
the actual economic value a visitor assigns to an NPAs while the latter<br />
attempts to estimate the total money flow NPAs visitors generate.<br />
Among those designed to calculate consumer surplus, there are two<br />
main methodologies: contingent valuation and travel cost. Contingent<br />
valuation estimates consumer preferences using surveys. For instance,<br />
(Rivera-Planter and Muñoz-Piña, 2005) estimated the value of the recreational<br />
services of coral reefs in Marine Protected Areas in Mexico. The<br />
travel cost methodology estimates consumer surplus by aggregating all<br />
costs visitors incur when traveling to a Natural Protected Area. For example<br />
(Martínez-Cruz, 2005) uses this methodology to estimate the value<br />
of the recreational service offered by Desierto de los Leones, an NPA on<br />
the outskirts of Mexico City. The second approach, which estimates the<br />
direct expenditure of consumers, (Bezaury-Creel, 2009) follows this<br />
method.<br />
The approach of this study is somewhat different to the previous<br />
methods. An econometric model that explains booked rooms in conventional<br />
tourism destinations 2 by their proximity to an NPAs with tourist<br />
potential for the period 2010-2018 is specified. An Ordinary Least Squares<br />
(OLS) model is stated using several controls related to the characteristics<br />
2<br />
By conventional tourist destinations, a list of 115 destinations regularly monitored by the<br />
Tourism Ministry of Mexico to generate tourism statistics in Mexico is referred to. These destinations<br />
are not necessarily associated with sustainable management models.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
751<br />
of the sites, such as the availability of an airport, if it is a beach destination,<br />
population in a given radius, among others. In addition, the economic<br />
value of this effect is approximated. As far as we know, there are no similar<br />
studies to ours since the focus of previous studies is to estimate the<br />
economic spillover of nearby NPAs.<br />
There are only a few studies with a similar objective to this one. Specifically,<br />
Yang and Wong (2012) find a large, significant effect of national<br />
parks on tourism flows in 341 mainland cities in China. Bo et al. (2016)<br />
confirm that cultural and natural attractions have a strong influence on<br />
domestic tourists in eastern China, while Naranpanawa et al. (2019) report<br />
that regional parks and state forests are significant drivers of tourism<br />
employment in Queensland, Australia.<br />
Other studies give additional insights on the relationship between<br />
NPAs and conventional tourism. Whitelaw et al. (2014) regard tourism<br />
in NPAs as an ecosystemic service that must be adequately paid for by<br />
visitors, especially in NPAs where biodiversity levels are low and therefore<br />
the presence of human beings is less harmful. They propose financing<br />
schemes in which the use of ecosystemic services is divided among all its<br />
users to make them financially sustainable. Wall Reinius and Fredman<br />
(2007) study the features tourists evaluate when deciding which NPAs<br />
to visit and found that certain attributes, such as the type of area (natural<br />
park, biosphere reserve, etc.) and the type of activities available to tourists<br />
determine their decision whether to go there. Similarly, this research<br />
evaluates the variables affecting tourists’ decision when choosing a conventional<br />
tourist destination and found that proximity to an NPAs is a<br />
positive attribute when making the decision even if tourists do not go<br />
there once they have arrived in the conventional site.<br />
Munro-Strickland et al. (2010) propose a transdisciplinary framework<br />
to evaluate how local communities benefit from tourism in NPAs, which<br />
could be complemented by integrating the benefits touristic NPAs yield<br />
for nearby communities as well. They suggest that not only local communities<br />
may benefit from NPAs, but also nearby locations where conventional<br />
tourism is the main economic activity. Conversely, Nepal (1997)<br />
suggests that tourism in NPAs does not benefit local communities but<br />
rather traditional tourism companies that bring tourists from conventional<br />
destinations to these NPAs. This argument tallies with our results since<br />
evidence was found that conventional tourism benefits from the existence<br />
of nearby touristic NPAs. However, this does not imply that touristic<br />
companies are the only ones receiving positive externalities.<br />
Finally, Weaver (2001) explores the relationship between ecotourism<br />
and conventional tourism in the opposite direction. He concludes that<br />
ecotourism could hardly exist on its own, since the number of tourists
752 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
only visiting NPAs is minimal, and most tourists who visit this type of<br />
places come from conventional touristic places such as beach resorts and<br />
cruises meaning that one cannot exist without the other. From the results<br />
of our analysis, it is possible to hypothesize that this is a mutually beneficial<br />
relationship, since NPAs attract tourists to conventional touristic<br />
places, while conventional tourist destinations send tourists to NPAs.<br />
1. Methodology<br />
1.1. Hypothesis<br />
The number of booked rooms in various conventional touristic destinations<br />
increases when there is a Natural Protected Area offering recreational<br />
services no more than two hours away.<br />
1.2. Materials and methods<br />
First, a database to specify an econometric model was created. The observation<br />
units of the model are tourist destinations in Mexico. To identify<br />
them, SECTUR (2016) DATATUR website was consulted, a source of<br />
tourism information from the Mexican government. Among other items,<br />
it reports data on hotel occupancy for over 100 tourist destinations in<br />
Mexico. This data was georeferenced on Google Maps, with each geographical<br />
coordinate corresponding to the label Google Maps assigns to<br />
each destination.<br />
Second, the dependent variable was constructed for each destination<br />
by averaging the number of annual booked rooms from January 2010 to<br />
December 2018 according to DATATUR reports. Information on 115<br />
places was collected, 16 of which reported zero rooms during period, so<br />
they were not included in the econometric analysis. In addition, it was<br />
distinguished between inbound and domestic tourists to determine<br />
whether they behave differently. Figures 1.A and 1.B show the 115 tourist<br />
destinations considered and their hotel occupancy.<br />
Two variables of interest were then created to test the hypothesis. The<br />
first indicates whether there is an NPA near the destination while the second<br />
is an index to measure the touristic potential of NPAs.<br />
1. NPAs: Indicator of the existence of one or more NPAs less than a<br />
two-hour ride away.<br />
2. Tourism Index: Aggregated index for each destination regarding<br />
the tourism potential of the nearby NPAs.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
753<br />
Figure 1.A<br />
Natural Protected Areas and its annual average hotel occupancy<br />
(domestic)<br />
Source: compiled by the authors using data from CONANP (2019), SECTUR (2019), and the<br />
software QGis 3.10 (2019).<br />
Figure 1.B<br />
Natural Protected Areas and their annual average hotel occupancy<br />
(inbound)<br />
Source: compiled by the authors using data from CONANP (2019), SECTUR (2019), and the<br />
software QGis 3.10 (2019).
754 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
The first variable was generated through the geographical location of<br />
the centroid of each NPA in Mexico, using the most recent list, updated<br />
in January 2017, which includes 181 NPAs. A time-distance matrix was<br />
created using Google API (Application Programming Interface), specifically<br />
the distance matrix function. This matrix shows the time and distance<br />
required to move from the tourist destination to each NPA in Mexico.<br />
In the case of marine NPAs, the route cannot be identified because Google<br />
API only enables one to calculate land routes. The traffic conditions<br />
considered were the average ones reported in Google’s records. After the<br />
matrix was processed, routes that took two hours or less were selected,<br />
considering that this is a reasonable time for a tourist to do a one-day trip<br />
to an NPA during their stay at a tourist destination.<br />
The index variable measures the tourist potential of NPA and was<br />
developed by CONANP for 90 NPAs in Mexico. This index considers 18<br />
criteria for each NPA grouped into four dimensions: biophysical environment,<br />
administrative management, cultural and socio-economic environment,<br />
and market context. An example of one of the criteria considered<br />
in the market dimension is the quality of transport infrastructure.<br />
CONANP rates each criterion in the index from one to four using preestablished<br />
parameters. For example, if there is no transport available to<br />
the NPAs, a one is assigned, if there is a transport network to tourist sites,<br />
a four is assigned. Each dimension is rated by the simple mean of their<br />
component criteria, and the general index is constructed by the simple<br />
mean of the four dimensions. Table 2 shows all the criteria and their<br />
respective measurement units.<br />
Then, for each conventional destination, the indexes of every NPAs<br />
requiring a trip of less than two hours were added. For example, for<br />
Cancun, the method identifies Tulum (with a 2.17 tourism potential<br />
index) and Puerto Morelos Reef (with a 2.62 index). The aggregated<br />
assigned index for Cancun is 4.79, resulting from the sum of indexes of<br />
Tulum and Puerto Morelos reef. Finally, the aggregated index was standardized<br />
between 0 and 1. The destination with the lowest index (Acapulco)<br />
is 0 and the one with the highest index (Valladolid) is 1. Accordingly, the<br />
final index was calculated using the operation: Index i<br />
= (I i<br />
- I m<br />
) / (I max<br />
- I min<br />
),<br />
where I refers to the sum of the indexes by CONANP of the NPAs near<br />
the tourist site. Graph 2 shows the indexes of the selected tourist sites.<br />
For example, Valladolid has a very high index because of its proximity<br />
to Ria Lagartos, Tulum, and Puerto Morelos Reef, three NPAs with high<br />
potential tourism indexes and the fact that Yucatan (the state where Valladolid<br />
is located) has favorable topographic characteristics that facilitate<br />
land transportation. Note that Playacar and Playa del Carmen rank second
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
755<br />
Table 2<br />
Criteria and measurement units for CONANP<br />
potential tourism index<br />
# Criteria Measurement unit<br />
Biophysical<br />
Management<br />
Socio-economic conditions<br />
1 Ramsar site, UNESCO natural<br />
heritage, other<br />
recognitions<br />
2 Charismatic megafauna number of species<br />
3 Existence of planning tools<br />
(acceptable visitor load,<br />
management plan, etc.)<br />
number of tools<br />
4 Budget sufficiency levels: insufficient budget, …,<br />
budget sufficiency<br />
5 Inter-institutional tourist<br />
agreements<br />
no agreements, …, successful<br />
agreements<br />
6 Level of land conflicts several conflicts, …, no conflicts<br />
7 Anthropogenic impacts on<br />
ecosystem services<br />
lot of pressure, …, sustainable<br />
practices<br />
8 Employment full employment, …, tourism is an<br />
employment option<br />
9 Safety unsafe, …, safe<br />
10 Cultural attractions no attractions, …, local income<br />
generating attractions<br />
11 Incorporation of rural economic<br />
activities into tourism<br />
some, …, most of the activities are<br />
integrated<br />
12 Archaeological remains Some, …, they attract tourists<br />
13 Transport infrastructure no infrastructure, …, less than one<br />
hour from destination<br />
14 Visitation no visits, …, constant flow of<br />
tourists all year round<br />
Market<br />
15 Communication services no communication, …,<br />
communication services are key to<br />
local tourist companies<br />
16 Marketing no marketing, …, market<br />
positioning<br />
17 Product diversification no products, …, over six tourist<br />
products<br />
18 Accommodation no accommodation options in a<br />
radius of less than 20 kms, …, 4-star<br />
hotels in a radius of less than 20 km<br />
Source: (CONANP, 2016b).
756 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
Graph 2<br />
Tourist destinations and their aggregate index<br />
Source: compiled by the authors with (CONANP, 2016b) and (SECTUR, 2016) data.<br />
and third in this aggregated index and that they are also located in the<br />
Yucatan Peninsula, confirming that this region presents favorable conditions<br />
for NPAs tourism. Figure 2 contains a graphic representation of<br />
each destination index.<br />
The tourism potential index was only calculated for 90 NPAs. NPAs<br />
that are not rated were excluded as well as marine areas. As it is explained<br />
later, this causes an underestimate of the effect of the proximity of NPAs<br />
to conventional tourist destinations. This potential omission suggests that<br />
the effect trying to be proven may be even higher. A model only considering<br />
destinations with a positive index (meaning they have NPAs with<br />
tourism potential nearby) is presented in a subsequent section, which<br />
confirms the argument explained above.<br />
Finally, the following variables were calculated to be included as controls:
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
757<br />
Figure 2<br />
Assigned index for tourist destinations<br />
Source: compiled by the authors with CONANP (2016a), SECTUR (2016) data, and the<br />
software QGis 3.10 (2019).<br />
1. Population. Number of inhabitants in a 30-km radius in every<br />
tourist destination according to the 2010 Population Census, by<br />
the National Institute of Geography and Statistics (INEGI, 2010).<br />
2. Beach. Dummy variable identifying whether the destination is near<br />
the coast. This process was conducted manually assigning 1 to<br />
destinations that were near the coast and 0 to destinations that<br />
were not.<br />
3. Loc50k. Indicates the number of cities with 50,000 inhabitants or<br />
more within a 100 km radius. Obtained through a buffer around<br />
the tourist destination with data from the 2010 Population Census.<br />
4. Airport. Determines whether the destination has an airport. This<br />
was manually identified in the Tourist Atlas of Mexico. 3<br />
5. Trend. Refers to the positioning of the destination in people’s minds.<br />
Using the website trends.google.com, the number of times the tourist<br />
site was searched in the past five years was tracked. Considering<br />
the fact that the results of this site are expressed in relative terms (the<br />
website reports the number of searches assigning the number 100<br />
to the day when that word was most searched), the number of<br />
searches for each place was compared with the searches for the word<br />
3<br />
SECTUR (2020)
758 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
“Mexico”. For example, for Cancun, the result of the comparison<br />
is 32 and 28 for Mexico, so Cancun is “popular”. Evidently, there<br />
are some destinations whose names are not necessarily linked to<br />
tourism (such as Ciudad Juarez, mainly related to insecurity issues).<br />
However, the results show that there is a positive correlation<br />
between the number of times the name of the place was searched<br />
and the number of booked rooms.<br />
6. Homicides. The national homicide rate per 100 thousand inhabitants<br />
for the period of 2010-2015 with INEGI information. This<br />
variable seeks to offset the negative effect the name of the destination<br />
could have in the positioning of the place in people’s minds.<br />
7. Marg: Marginality index published by the National Population<br />
Commission (CONAPO) at the locality level (CONAPO, 2010).<br />
1.3. Ordinary Least Square Model<br />
Two models using the Ordinary Least Square methodology were estimated.<br />
The difference between them is the variable of interest used. For the first<br />
model (model 1) a dummy variable (NPAs) was included, which indicates<br />
whether there is an NPA within a two-hour ride, while for the second<br />
model (model 2), the variable of interest is the index we explained earlier.<br />
In both cases, the model was estimated by dividing the dependent variable<br />
(booked rooms) into national and foreign tourists to incorporate into the<br />
model the characteristics of each group that could affect their selection<br />
of a tourist destination such as budget or proximity to their home city.<br />
The two specifications were as follows:<br />
Model 1:<br />
Model 2:<br />
The coefficient of each variable is explained below:<br />
1. NPAs: If the destination has one or more NPAs at a distance of 30<br />
km or less, the number of rooms occupied increases by β 1<br />
x 100<br />
percent.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
759<br />
2. Index: For every extra unit of the index, the number of booked<br />
rooms increases by β 2<br />
x 100 percent.<br />
3. Ln(population): Each 1% increase in population increases the<br />
number of booked rooms by α 2<br />
percent.<br />
4. Beach: When the place is a beach destination, the number of booked<br />
rooms increases by α 3<br />
x 100 percent.<br />
5. Loc50k: For each city with 50,000 inhabitants near the destination,<br />
the number of booked rooms increases by α 4<br />
x 100 percent.<br />
6. Airport: When the destination has an international airport, the<br />
number of booked rooms increases by α 5<br />
x 100 percent.<br />
7. Ln(trend): When the positioning of the destination increases by<br />
1%, the number of booked rooms increases by α 6<br />
x 100 percent.<br />
Note that this variable does not have an intuitive interpretation,<br />
because the units are relative, but is included in the regression for<br />
control purposes.<br />
8. Ln(homicides). For each 1% increase in the homicide rate, the<br />
number of booked rooms occupied is reduced by α 7<br />
percent.<br />
1.4. Instrumental Variables<br />
In addition, a third model (model 3) was estimated. In this one, it was<br />
determined whether an increase in visitors to NPAs increases the number<br />
of visitors to conventional destinations. However, there is an endogeneity<br />
problem between these variables, because when visitors to conventional<br />
destinations increase, it is assumed that visitors to NPAs also increase.<br />
Accordingly, an instrumental variable model was specified, in which we<br />
proxied visitors to NPAs with the Tourism Potential Index described<br />
earlier. The specification of this model is as follows:<br />
Model 3:<br />
2. Results<br />
The variable of interest proved non-significant with the original model in<br />
both groups. In the case of national visitors, the population in the destination,<br />
the existence of an airport and the digital trend were significant and
760 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
had the expected sign; these last two variables showed extremely high<br />
coefficients. Afterwards, the same regression was run only using data from<br />
tourist destinations with over 5000 hotel rooms available from 2010 to<br />
2015, as shown in the second and fourth column of table 3. Model 3<br />
showed the same behavior, since it presents no statistically significant<br />
results for national visitors, although it does so for foreign visitors, with<br />
a coefficient of 0.5 for the variable of interest, as shown in table 4.<br />
The 83 destinations with over 5000 inbound tourists reflect the existence<br />
of a significant impact of the NPAs offering recreational services on<br />
the hotel occupation rate of nearby tourist sites, equivalent to a 55%<br />
increase. In this same model, the existence of a beach in the tourist destination<br />
is the control variable with the highest impact, increasing hotel<br />
occupation by 156%. However, in the case of national visitors, the existence<br />
of nearby NPAs shows no statistical effect on hotel occupancy.<br />
The second model, excluding the destinations with an aggregated index<br />
of zero, offers a broader vision of the NPAs impact because not only does<br />
it consider the proximity of the NPAs to the tourist destination, but also<br />
the impact due to the accessibility of the area, the quality of services<br />
offered there, the cultural heritage, biodiversity, financial and environmental<br />
sustainability of the project, employment, and conflicts. In keeping<br />
with the first model, the variable of interest is only significant for the<br />
foreign visitors’ group, while the variable with the highest coefficient is<br />
the online trend of the destination, increasing hotel occupancy by 328%,<br />
followed by beach, which increases hotel occupancy by 237 percent.<br />
The relevant coefficient for our study is the one from the Index variable<br />
(rating the tourism potential of NPAs near destination) because the<br />
model seeks to calculate NPAs’ impact on the traditional tourist industry.<br />
As mentioned before, the model only revealed the statistical significance<br />
of a causal relationship between these two variables in inbound tourism.<br />
This is an interesting finding that could be explained by several factors that<br />
are not reflected in the model itself, regarding the characteristics of both<br />
groups. For instance, domestic travelers may be less interested in NPAs<br />
near their destination since the investment in time and money tends to be<br />
lower than that of foreign visitors. Accordingly, international tourists may<br />
consider a wider array of benefits in the places they are visiting.<br />
This coefficient for foreign tourists in the second model is 2.66, meaning<br />
that when the aggregated index increases in one unit, the number of<br />
rooms occupied by international visitors is 266% larger. As explained<br />
before, the index comprises 18 variables related to the tourism potential<br />
of each NPAs and each variable is rated between 1 and 4. This implies
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
761<br />
Table 3<br />
Results<br />
Variable Model<br />
(1a_domestic) (1b_domestic)<br />
(visitors>5K)<br />
(2_domestic)<br />
(Index>0)<br />
(1a_inbound) (1b_inbound)<br />
(visitors>5K)<br />
(2_inbound)<br />
(Index>0)<br />
NPAs -0.25 -0.29 -0.043 0.549 **<br />
(0.19) (0.19) (0.33) (0.29)<br />
Index -.80 2.66 ***<br />
0.56 (0.77)<br />
log(pop) 0.35 *** 0.34 *** 0.11 0.17 -0.03 -0.26<br />
(0.08) (0.08) (0.18) (0.14) (0.11) (0.25)<br />
Beach 0.37 0.39 -0.38 1.39 *** 1.56 *** 2.37 ***<br />
(0.25) (0.24) (0.54) (0.42) (0.35) (0.74)<br />
localities 0.035 0.037 * 0.05 ** 0.052 0.07 ** 0.05<br />
(0.02) (0.02) (0.02) (0.03) (0.02) (0.03)<br />
Airport 0.95 *** 0.91 *** 1.32 *** 1.96 *** 0.41 0.85<br />
(0.23) (0.23) (0.47) (0.40) (0.35) (0.64)
762 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
Table 3 (continuation)<br />
Variable Model<br />
(1a_domestic) (1b_domestic)<br />
(visitors>5K)<br />
(2_domestic)<br />
(Index>0)<br />
(1a_inbound) (1b_inbound)<br />
(visitors>5K)<br />
(2_inbound)<br />
(Index>0)<br />
log(trend) 1.32 ** 1.35 *** 1.74 *** 1.45 ** 1.51 ** 3.28 ***<br />
(0.38) (0.37) (0.60) (0.65) (0.52) (0.82)<br />
log(homic) -0.11 0.04 0.35 * 0.14 -0.005 -0.08<br />
(0.11 (0.11) (0.19) (0.18) (0.16) (0.27)<br />
Marg -0.23 -0.19 0.13 0.07 -0.19 -0.008<br />
(-0.18) (0.18) (0.25) (0.31) (0.26) (0.35)<br />
Cons 6.13 *** 6.55 *** 8.72 *** 5.68 *** 9.51 *** 11.15 ***<br />
(1.04) (1.04) (2.3) (1.78) (1.45) (3.23)<br />
R-squared 0.6322 0.6256 0.6619 0.5280 0.5432 0.75<br />
R-squared adj. 0.6028 0.5954 0.5959 0.4903 0.4938 0.70<br />
Observations 109 108 50 109 83 50<br />
* p < 0.1, ** p < 0.05, ***p
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
763<br />
NPAs<br />
Table 4<br />
Results<br />
Variable (3_domestic) (3 first stage_<br />
domestic)<br />
(3_inbound)<br />
(3 first stage_<br />
inbound)<br />
4.6 *** 4.6 ***<br />
Index (1.08) (1.08)<br />
-0.17 0.50 ***<br />
log(vis_NPAs) (0.12) (0.14)<br />
0.66 ** 1.10 ** -0.88 *** 1.10 **<br />
log(pop) (0.28) (0.45) (0.33) (0.45)<br />
0.39 1.78 0.18 1.78<br />
beach (0.64) (1.06) (0.75) (1.07)<br />
-0.048 -0.89 0.01 -0.89<br />
localities (-0.06) (-0.11) (0.07) (0.11)<br />
1.32 *** -0.48 2.98 *** -0.48<br />
airport (0.45) (-0.85) (0.53) (-0.85)<br />
1.81 ** -0.63 3.32 *** -0.63<br />
log(trend) (0.71) (-1.29) (0.83) (-1.29)<br />
0.13 -0.37 0.20 -0.37<br />
log(homic) (0.23) (-0.42) (0.27) (-0.42)<br />
1.05 ** 1.51 *** -0.34 1.51 ***<br />
marg (0.54) (0.83) (0.59) (0.83)<br />
4.48 -3.29 13.49 *** -3.29<br />
cons (2.98) (-5.47) (3.46) (-5.47)<br />
R-squared 0.5363 0.5411 0.5411<br />
R-squared adj.<br />
Observations 37 37 37 37<br />
* p < 0.1, ** p < 0.05, ***p
764 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
that a one-unit increase in the degree of any of the variables represents a<br />
25% divided by 18% increase in the global index, in other words, an<br />
increase of 0.013 units of the index. Multiplying this by the estimated<br />
coefficient of 2.66 results in a 3.5% increase in the number of occupied<br />
rooms. For example, if an NPA is declared as natural heritage by UNE-<br />
SCO, the number of rooms in the tourist destinations booked by foreigners<br />
near that NPA will increase by 3.5%, and the same would happen<br />
with any other of the characteristics contained in the index developed by<br />
CONANP. Likewise, the third model seeks to isolate the exogenous effects<br />
of the index variable and offers a cleaner estimate. It was found that the<br />
effect increases and that, following the same logical procedure, with a<br />
coefficient of 5, the impact increases to 6.5 percent.<br />
Moreover, the effect of the proximity of NPAs to tourist sites on hotel<br />
occupation can be interpreted using the aggregated index. The average<br />
value of the index (the one that standardized between 0 and 1) in our<br />
database is 0.155. This is, an NPAs with potential tourism has an aggregated<br />
index of an average of 0.155. Multiplying the average value by the<br />
estimated coefficient (2.66), it was found that a conventional tourist<br />
destination with a potentially touristic NPA nearby, would have an average<br />
of 41.23% more foreign visitors that those that are close to NPAs with no<br />
tourism potential. Furthermore, considering there are some NPAs that<br />
were not rated by CONANP and that marine areas are not contemplated,<br />
the effect could be even higher. Using Model 3, the impact could increase<br />
to 77.5 percent.<br />
Finally, looking for a conservative estimate of the effect of the proximity<br />
of NPAs to touristic places (in terms of the international tourism<br />
attraction), the confidence interval that is between 1.1 and 4.22 in the<br />
base model (all 50 observations) can be considered. This interval can be<br />
interpreted as the range of values where the actual coefficient of the effect<br />
can be found. That is to say that, in an extremely pessimist analysis, the<br />
coefficient would be 1.1, which means that an increase of one unit in<br />
the tourism potential index of an NPA increases the number of occupied<br />
rooms in nearby tourist destinations by 110%. Following the procedure<br />
established in the previous paragraph, in destinations with an NPA with<br />
average tourism potential, the number of rooms would be at least 1.4%<br />
higher than the rest. Also, the rooms occupied in the destinations with a<br />
touristic NPA would be 17.7% lower if these areas did not exist (this<br />
results from multiplying 1.1 by 0.155, in other words, the minimum<br />
value of the coefficient times the average value of the index variable.)
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
765<br />
3. Approximation of the economic value of the contribution of a<br />
touristic NPA to nearby destinations<br />
Considering the previous analysis and the average total expenditure of<br />
international tourists drawn from the International Travelers Survey,<br />
conducted by the National Institute of Geography and Statistics (SEC-<br />
TUR, 2013), (which increases to 851 USD per trip per person) it can<br />
be inferred that without the existence of touristic NPAs, expenditure<br />
would be 17.7% lower, in other words, 150 USD fewer pesos per person.<br />
Hence, given that in 2019 the Ministry of Tourism reported a total of<br />
4,161,664 international tourists entering Mexico, this relationship suggests<br />
that without the existence of NPAs near traditional tourist destinations,<br />
624,249,600 USD less would have entered the country in the<br />
tourist sector.<br />
In addition, destinations with a higher influx of tourists such as Cancun<br />
and Playa del Carmen that are close to NPAs with a higher tourism<br />
potential index, may display a more intense effect.<br />
4. Discussion<br />
The main contribution of this paper is that it analyzes a specific type of<br />
economic positive externalities of touristic NPAs in Mexico by showing<br />
how they attract international visitors to conventional tourist destinations,<br />
thereby contributing to the economic and social development of nearby<br />
cities and towns through the traditional tourism industry. Even more<br />
important is the magnitude of this effect, which in a conservative scenario<br />
indicates that 1.4% of the rooms booked by foreigners in conventional<br />
tourist sites in Mexico can be explained by the proximity of an NPA.<br />
This is especially important for tourist sites where foreign visitors<br />
account for most clients. This is the case of the states of Quintana Roo<br />
and Baja California Sur, where international visitors represented 83% and<br />
76% respectively in 2018 (SECTUR, 2018). It is also the case of certain<br />
other destinations in the Mayan Riviera in the states of Yucatan and<br />
Campeche, and some beaches in Jalisco. At the national level, foreign<br />
tourists represent 30% of all the visitors engaging in tourism activities,<br />
which had a monetary value of 2.289 billion dollars in 2018 (SECTUR,<br />
2018). It is also worth mentioning that some of the most popular tourist<br />
destinations in Mexico grew because of their natural attractions, which<br />
at the time led to the creation of large projects that eventually degraded<br />
the natural spaces that had been the original attraction.
766 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
That said, this paper could serve as the basis for future proposals to<br />
create hybrid financing schemes for NPAs in Mexico in places where<br />
international tourists are the main source of revenue for the city. Since<br />
hotels, restaurants, and other tourism companies benefit from the existence<br />
and the maintenance of these areas, their deterioration could<br />
decrease the international tourist inflow. Therefore, a win-win proposal<br />
could be designed to expand the NPAs budget, which would translate<br />
into better maintained natural attractions that could even increase hotel<br />
occupancy in these destinations.<br />
As for the limitations of this paper, it would be necessary to run<br />
empirical testing of the results through a field study to examine the decision-making<br />
process of the various agents involved in the market. Specifically,<br />
it would be pertinent to determine whether the fact of having<br />
the option of going to an NPA (even if the tourist ends up not visiting<br />
it) acts as a key factor in the decision process of choosing between two<br />
tourist destinations. In other words, ceteris paribus, the aim would be to<br />
determine whether proximity to an NPA increases the likelihood of<br />
choosing one destination over another.<br />
Conclusions<br />
Maintenance and conservation of NPAs is relevant in economic terms<br />
at the local level because their deterioration would significantly affect<br />
local tourism. In other words, the economic spillover and revenue earned<br />
from tourist destinations could diminish if visitors are no longer attracted<br />
by NPAs. Specifically, our estimation indicates that the average total<br />
expenditure per international tourist in Mexico would be 150 USD less.<br />
Due to the close relationship between tourism development and NPAs<br />
conservation, as mentioned before, it is essential for this sector to become<br />
financially involved with the efforts to ensure the necessary resources for<br />
the maintenance of NPAs in Mexico to guarantee sustainable development<br />
and tourism activities in the long run. A first step to achieve this would<br />
be to redefine admission fees since, according to Witt (2019), they are<br />
lower than the maximum price visitors are willing to pay. The unwillingness<br />
to increase them should be brought up at Congress and the pertinent<br />
studies performed, and public policy proposals submitted to generate tax<br />
incomes to fund the conservation of NPAs. The aim is for the Tourism<br />
Ministry and the National Commission of Natural Protected Areas to<br />
work together on projects that will yield mutual benefits, acknowledge<br />
their mutual importance, and support each other financially.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
7<strong>67</strong><br />
It is important to point out that beyond the efforts that could be made<br />
by different departments, it is necessary to continue working on financial<br />
mechanisms, particularly their implementation. For example, the admission<br />
fee is inefficient since there are large numbers of people who do not<br />
pay this for several reasons: lack of incentives to charge a fee on the part<br />
of local managers; administrative negligence; flaws in the printing procedure<br />
or even because the tickets have to be collected in offices in Mexico<br />
City. This said, certain administrative improvement measures could be<br />
taken regardless of the legal and political restructuring of Natural Protected<br />
Areas in Mexico.<br />
Finally, any effective effort that contributes to the conservation of<br />
NPAs helps achieve the Sustainable Development Goals (SDG) agenda,<br />
to which Mexico is committed. It directly contributes to the 15 th and 16 th<br />
objectives, Life Below Water and Life on Land, respectively, and indirectly<br />
to several others, such as Climate Action (through carbon sinks), Decent<br />
Work and Economic Growth (through economic spillovers), and Responsible<br />
Consumption and Production (through tourism compensating for<br />
the contribution of natural ecosystems).<br />
References<br />
Bezaury-Creel, Juan (2009), “El valor de los bienes y servicios que las<br />
áreas naturales protegidas proveen a los mexicanos”, Ciudad de<br />
México, The Nature Conservancy Programa México and<br />
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.<br />
Bezaury-Creel, Juan; Gutiérrez Carbonell, David and Remolina, Juan<br />
Franciso (2009), “Áreas naturales protegidas y desarrollo social<br />
en México”, en Capital natural de México, vol. II: Estado de conservación<br />
y tendencias de cambio, Ciudad de México, CONABIO,<br />
pp. 385-431.<br />
Bezaury-Creel, Juan; Rojas González de Castilla, Susana, and Makepeace<br />
Moscoso, José María (2011), “Brecha en el financiamiento de las<br />
Áreas Naturales Protegidas Federales de México”, Ciudad de<br />
México, Comisión Nacional de Áreas Naurales Protegidas, The<br />
Nature Conservancy and Fondo Mexicano para la Conservación<br />
de la Naturaleza.<br />
Bo, Zhou; Bi, Yang; Hengyun, Li and Hailin, Qu (2016), “The spillover<br />
effect of attractions: Evidence from Eastern China”, Tourism
768 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
Economics, 23 (4), Thousand Oaks, Sage Journals, pp. 731-743,<br />
https://doi.org/10.53<strong>67</strong>/te.2016.0541<br />
CBD (Convention on Biological Diversity) and UNEP (United Nations<br />
Environmental Program) (2011), “Strategic Plan for Biodiversity<br />
2011-2020 and the Aichi Targets: Living in Harmony with<br />
Nature”, Montreal, Secretariat of the Convention on Biological<br />
Diversity, , 13 de enero de 2021.<br />
CONANP (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) (2014),<br />
“Diseño de Brazaletes 2014”, Ciudad de México, Secretaría de<br />
Medio Ambiente y Recursos Naturales.<br />
CONANP (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) (2016a),<br />
“Áreas Naturales Protegidas Federales de la República Mexicana”,<br />
Ciudad de México, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos<br />
Naturales.<br />
CONANP (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) (2016b),<br />
“Áreas Protegidas Decretadas”, Ciudad de México, Secretaría de<br />
Medio Ambiente y Recursos Naturales.<br />
CONANP (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) (2019),<br />
“Información Espacial de las Áreas Naturales Protegidas”, Ciudad<br />
de México, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales,<br />
, 13 de enero de 2021.<br />
CONAPO (Consejo Nacional de Población) (2010), Índices de<br />
Marginación, Ciudad de México, Secretaría de Gobernación<br />
, 13 de eneo de 2021.<br />
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2006), “Decreto por el que se<br />
reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley<br />
Federal de Derechos”, 27 de diciembre de 2006, In C. d. l. Unión<br />
(ed.), Ciudad de México, Segob.<br />
Driml, Sally and Common, Mick (1995), “Economic and financial benefits<br />
of tourism in major protected areas”, Australasian Journal of<br />
Environmental Management, 2 (1), Melbourne, Environmental<br />
Institute of Australia and New Zeland, pp. 19-29.<br />
Eagles, Paul and Hillel, Oliver (2008), “Improving protected area finance<br />
through tourism” in Protected Areas in Today’s World: Their Values
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
769<br />
and Benefits for the Welfare of the Planet. Montreal, Convention<br />
on Biological Diversity.<br />
Emerton, Lucy; Bishop, Joshua and Thomas, Lee (2006), “Sustainable<br />
Financing of Protected Areas: A global review of challenges and<br />
options”, Gland and Cabridge, International Union for the Conservation<br />
of Nature.<br />
Goodwin, Harold; Kent, Ivan; Parker, Kim and Walpole, Matt (1998),<br />
“Tourism, conservation, and sustainable development: case<br />
studies from Asia and Africa”, Wildlife and Development Series<br />
No. 11, London, International Institute for Environment and<br />
Development.<br />
INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2010), “Censo<br />
de Población y Vivienda 2010”, Ciudad de México, Inegi,, 13 de enero de 2021.<br />
Martínez-Cruz, Adán (2005), “El valor consuntivo del Desierto de los<br />
Leones”, Gaceta Ecológica, 51 (75), Ciudad de México, Instituto<br />
Nacional de Ecología, pp. 51-64.<br />
Mulongoy, Kalemani and Babu Gidda, Sarat (2008), “The value of nature:<br />
ecological, economic, cultural and social benefits of protected<br />
areas“, Montreal, Secretariat of the convention on Biological<br />
Diversity, , 13 de enero de 2021.<br />
Munro-Strickland, Jennifer; Allison, Helen and Moore, Susan (2010),<br />
“Using resilience concepts to investigate the impacts of protected<br />
area tourism on communities”, Annals of Tourism Research, 37<br />
(2), Amsterdam, Elsevier, pp. 499-519, doi:10.1016/j.<br />
annals.2009.11.001<br />
Naranpanawa, Niromi; Rambaldi, Alicia and Sipe, Neil (2019), “Natural<br />
amenities and regional tourism employment: A spatial analysis”,<br />
Papers in Regional Science, 98 (4), Angra do Heroísmo, The<br />
Regional Science Association International, pp. 1731-1757,<br />
https://doi.org/https://doi.org/10.1111/pirs.12431<br />
Nepal, Sanjay (1997), “Sustainable tourism, protected areas and livelihood<br />
needs of local communities in developing countries”, International<br />
Journal of Sustainable Development & World Ecology, 4 (2), Lon-
770 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
don, Taylor & Francis, pp. 123-135, doi:10.1080/13504509<br />
709469948<br />
Pabón-Zamora, Luis; Fauzi, Akhmad; Halim, Abdul; Bezaury-Creel, Juan;<br />
Vega-Lopez, Eduardo; Leon, Lila and Cartaya, Vanesa (2008),<br />
“Protected areas and human well-being: Experiences from Indonesia,<br />
Mexico, Peru and Venezuela”, in Secretariat of the Convention<br />
on Biological Diversity, Protected areas in today’s World:<br />
Their values and benefits for the welfare of the planet, Montreal,<br />
Convention on Biological Diversity, pp. <strong>67</strong>-76.<br />
QGIS (Quantum Geographical Information System) (2019), QGIS, 3.10,<br />
San Francisco, QGIS Development Team.<br />
Rivera-Planter, Marisol and Muñoz-Piña, Carlos (2005), “Fees for reefs:<br />
economic instruments to protect Mexico Marine Natural Areas”,<br />
Current Issues in Tourism, 8 (2-3), London, Taylor and Francis,<br />
pp. 195-213, doi:http://dx.doi.org/10.1080/13683500508668214<br />
SECTUR (Secretaría de Turismo) (2020), “Atlas turístico de México”,<br />
Ciudad de México, SECTUR, ,<br />
13 de enero de 2020.<br />
SECTUR (Secretaría de Turismo) (2019), “Resultados de la Actividad<br />
Turística Enero 2019”, Ciudad de México, SECTUR, , 13 enero de 2021.<br />
SECTUR (Secretaría de Turismo) (2018), “DATATUR: Análisis Integral<br />
del Turismo, Quintana Roo, Baja California Sur”, Ciudad de<br />
Mexico, SECTUR, , 13 de enero<br />
de 2020.<br />
SECTUR (Secretaría de Turismo) (2016), “DATATUR: Análisis Integral<br />
del Turismo” in Annual. Ciudad de México, SECTUR.<br />
SECTUR (Secretaría de Turismo) (2013), “Encuesta Nacional de Gasto<br />
Turístico en los Hogares”, Ciudad de México, SECTUR, , 13 de enero de 2021.<br />
SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) (2016), “Presupuesto<br />
gastos fiscales 2017”, Ciudad de México, Gobierno de México,<br />
, 13 de enero del 2021.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
771<br />
SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) (2017), “Analíticos del<br />
Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2018”,<br />
Ciudad de México, Gobierno de México, , 13 de enero 2021.<br />
SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) (2018), “Proyecto de<br />
Presupuesto de Egresos de la Federación 2019”, Ciudad de México,<br />
Gobierno de México, , 13 de enero<br />
de 2021.<br />
SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) (2019), “Proyecto del<br />
Presupuesto de Egresos de la Federación 2020”, Ciudad de México,<br />
Gobierno de México, , 13 de enero<br />
de 2021.<br />
StataCorp LLC (2017), “Statistics/Data Analysis, version 15”, Texas,<br />
StataCorp Lp-Stata Press Publication.<br />
Sukhdev, Pavan; Mace, Georgina; Rodríguez, Carlos; Rashid Sumaila,<br />
Ussif; Urama, Kevin; Watson, Robert and Zhu, Liucai (2012),<br />
“Resourcing the AICHI Biodiversity Targets: A First Assessment<br />
of the Resources Required for Implementing the Strategic Plan<br />
for Biodiversity 2011-2020”, Montreal, Second Report of the<br />
High-Level Panel on Global Assessment of Resources for Implementing<br />
the Strategic Plan for Biodiversity 2011-2020, , 23 de febrero de 2021.<br />
UNEP (United Nations Environmental Program) and IUCN (International<br />
Union for the Conservation of Nature (2016), Protected<br />
Planet Report 2016, Cambridge and Gland, UNEP and IUCN,<br />
, 23 de febrero de 2021.<br />
Wall Reinius, Sandra, and Fredman, Peter (2007), “Protected areas as<br />
attractions”, Annals of Tourism Research, 34 (4), Amsterdam,<br />
Elsevier, pp. 839-854, doi:10.1016/j.annals.2007.03.011<br />
Weaver, David (2001), “Ecotourism as Mass Tourism: Contradiction or<br />
Reality?”, Cornell Hotel and Restaurant Administration Quarterly,<br />
42 (2), Amsterdam, Elsevier, pp. 104-112, doi:10.1177/00108<br />
80401422010<br />
Whitelaw, Paul Anthony; King, Brian and Tolkach, Denis (2014), “Protected<br />
areas, conservation and tourism – financing the sustainable
772 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
dream”, Journal of Sustainable Tourism, 22 (4), London, Taylor and<br />
Francis, pp. 584-603, doi:10.1080/09669582.2013.873445<br />
Witt, Brian (2019), “Tourists’ willingness to pay increased entrance fees<br />
at Mexican protected areas: A multi-site contingent valuation<br />
study”, Sustainability, 11 (11), 3041, Basel, Mdpi, pp. 1-22.<br />
Yang, Yang and Wong, Kevin (2012), “A Spatial Econometric Approach<br />
to Model Spillover Effects in Tourism Flows”, Journal of Travel<br />
Research, 51 (6), London, SAGE Publications, pp. 768-778,<br />
https://doi.org/10.1177/0047287512437855<br />
Received: July 8, 2020.<br />
Forwarded: February 23, 2021.<br />
Accepted: March 22, 2021.<br />
José Alberto Lara-Pulido. PHD and Master in Economics from Colegio<br />
de México and Bachelor of Administration from La Salle University. He<br />
is currently director of the Transdisciplinary University Center for Sustainability<br />
(Centrus) of Universidad Iberoamericana. He has been a fulltime<br />
professor-researcher at the Research Institute for Development with<br />
Equity (EQUIDE) of this University and the Department of Business<br />
Studies at the same University. He is a member of the CONACYT National<br />
System of Researchers Level I. He has been a consultant on public policy<br />
issues in social and environmental matters, as well as in economic modeling,<br />
for the IDB, The Nature Conservancy, the German Cooperation<br />
Agency in Mexico (GIZ), INECC, UNEP, CONEVAL and WWF. His<br />
most recent publications are: co-author “Ecosystem services valuation to<br />
build a matching funds scheme to finance adaptation to climate change<br />
in Puerto Vallarta, Mexico”, Mitigation and adaptation strategies for Global<br />
Change 26 (3), Ámsterdam, Springer, pp. 1-10 (2021); co-author “A<br />
Business Case for Marine Protected Areas: Economic Valuation of the Reef<br />
Attributes of Cozumel Island”, Sustainability, 13 (8), 4307, Basel, MDPI,<br />
pp. 1-18 (2021); and co-author “Honey-Guacamole: Assessment of pollination<br />
environmental service in avocado production in Michoacan,<br />
Mexico”, Acta Universitaria 31, Guanajuato, University of Guadalajara,<br />
pp. 1-16 (2021).<br />
Alejandro Guevara-Sanginés. PhD in Economics from the Autonomous<br />
University of Madrid, a Master in Public Policy from the University of<br />
California at Berkeley and in Economic Development from the University<br />
of East Anglia in Norwich and a BD in Economics from ITAM. He
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 745-774<br />
773<br />
is a National Researcher, Level II of the CONACYT National System of<br />
Researchers. He is currently an academic at the Transdisciplinary University<br />
Center for Sustainability of the Universidad Iberoamericana Mexico<br />
City. His teaching and research work has been carried out at COLMEX,<br />
CIDE, ITAM, Berkeley and the University of Lyon. He has been a consultant<br />
on public policy issues in social and environmental policy for<br />
SEMARNAT, the Forestry and Natural Protected Areas Commissions,<br />
PROFEPA, INE, SEDESOL, GIZ, the World Bank, the IDB, the OECD,<br />
UNDP, UNEP and the Department for International Development of<br />
Great Britain. His most recent publications are: co-author “Honey-Guacamole:<br />
Assessment of pollination environmental service in avocado<br />
production in Michoacan, Mexico”, Acta Universitaria 31, Guanajuato,<br />
University of Guadalajara, pp. 1-16 (2021); “Ecosystem services valuation<br />
to build a matching funds scheme to finance adaptation to climate change<br />
in Puerto Vallarta, Mexico”, Mitigation and adaptation strategies for Global<br />
Change 26 (3), Ámsterdam, Springer, pp. 1-10 (2021); and “A Business<br />
Case for Marine Protected Areas: Economic Valuation of the Reef Attributes<br />
of Cozumel Island”, Sustainability, 13 (8), 4307, Basel, MDPI, pp.<br />
1-18 (2021).<br />
Vanessa Pérez-Cirera. PhD in Economics and Politics of the Environment,<br />
MSc in Public Policy and Development from the University of<br />
York in the UK, has a bachelor’s degree in economics from Universidad<br />
Iberoamericana in Mexico City. First served as Deputy Policy Director at<br />
the Mexican Ministry of Environment and Natural Resources where<br />
amongst her projects identified eco-efficiency indicators for the Asia-Pacific<br />
region. Then worked for WWF holding Senior Management positions<br />
in Mexico and the Global Network. Her work as Head of the Climate<br />
and Energy Program in WWF-Mexico included the identification of<br />
business contribution to meet Mexico’s climate commitments together<br />
with the National Business Council for Sustainable Development (CES-<br />
PEDES). Currently serves as Global Deputy for WWF’s Global Practice<br />
on Climate and Energy. Her research interests include poverty, power and<br />
the political economy of the environment. Her most recent publications<br />
are: co-author “Honey-Guacamole: Assessment of pollination environmental<br />
service in avocado production in Michoacan, Mexico”, Acta<br />
Universitaria 31, Guanajuato, University of Guadalajara, pp. 1-16 (2021);<br />
“NATURE HIRES: How Nature-based Solutions can power a green jobs<br />
recovery”, Gland, WWF-International (2020); and “Modelling carbon<br />
mitigation pathways by 2050: Insights from the Global Calculator”,<br />
Energy Strategy Reviews 29 (1), Amsterdam, Elsevier, pp. 1-11 (2020).
774 J. A. Lara-Pulido et al.: Economic spillover from Natural Protected Area…<br />
Camilo Arias-Martelo. Studied Economics at the Universidad Iberoamericana,<br />
later he worked as a research assistant for 3 years, and focused on<br />
the field of environmental economics. In 2018, he began a master’s degree<br />
in Computational Analysis and Public Policy at the University of Chicago,<br />
where he was recognized with the Siebel Scholar scholarship, graduated<br />
with honors, and did his summer internships at the Secretary of the<br />
Treasury. He is Data Scientist at Blackstone.<br />
Carmina Jiménez-Quiroga. Economist by Universidad Iberoamericana.<br />
She is currently a research assistant at the Transdisciplinary University Center<br />
for Sustainability of Universidad Iberoamericana. She has also been a<br />
research assistant in the Economics Department of that university and has<br />
assisted consultancy projects for the World Bank and the United Nations.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211660<br />
Transversalidad en políticas mexicanas<br />
de conservación de la biodiversidad:<br />
Coinbio y Corredor Biológico<br />
Mesoamericano<br />
Transversality in mexican biodiversity<br />
conservation public policies: COINBIO and<br />
Mesoamerican Biological Corridor<br />
775<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés *<br />
Claudia Escalera-Matamoros *<br />
Bárbara Ayala-Orozco **<br />
Eduardo García-Frapolli **<br />
Carla Galán-Guevara *<br />
Abstract<br />
The goal of this investigation is to identify elements and attributes for the establishment<br />
of interinstitutional and intersectoral collaboration strategies based on the analysis<br />
of two biodiversity conservation case studies: COINBIO and the Mesoamerican<br />
Biological Corridor. Both cases highlight the importance of local adoption and crosscutting<br />
implementation. They share the participation of local communities and their<br />
incorporation into formal decision-making spaces, contributing proposals for solving<br />
environmental problems, and for the design and implementation of public policies<br />
related to regional community development based on collaboration.<br />
Keywords: environmental governance, interinstitutional coordination, rural communities,<br />
sustainable development, intersectoral implementation<br />
Resumen<br />
El presente trabajo busca identificar elementos y características para el establecimiento<br />
de estrategias de colaboración interinstitucional e intersectorial a<br />
partir del análisis de dos estudios de caso de conservación de la biodiversidad:<br />
el Coinbio y el Corredor Biológico Mesoamericano. En ambos casos, resalta la<br />
importancia de la adopción local y la implementación transversal, además de<br />
que comparten la participación de las comunidades locales y su incorporación<br />
* Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM, Unidad Morelia, correos-e:<br />
fernando.rosetev@enesmorelia.unam.mx, cescalera@enesmorelia.unam.mx, carla_galan@enesmore<br />
lia.unam.mx<br />
** Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, Unidad<br />
Morelia, correos-e: bayala@cieco.unam.mx, eduardo@cieco.unam.mx
776 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
a los espacios formales de toma de decisiones, aportando propuestas para resolver<br />
problemas ambientales y para el diseño e implementación de políticas públicas<br />
relacionadas con el desarrollo regional comunitario, a partir de la colaboración.<br />
Palabras clave: gobernanza ambiental, coordinación interinstitucional, comunidades<br />
rurales, desarrollo sustentable, implementación intersectorial.<br />
Introducción<br />
Ha sido ampliamente reconocido que los problemas ambientales son<br />
complejos en la medida en que presentan una multiplicidad de interconexiones<br />
con aspectos económicos, políticos y sociales, y en que se interrelacionan<br />
con los procesos biofísicos, cuyas causas y efectos son difíciles<br />
de identificar y gestionar (Rittel y Webber, 1973; Batie, 2008). Es por<br />
ello que las políticas públicas que buscan resolver problemas ambientales<br />
requieren ser inherentemente transversales (Domínguez-Serrano, 2010),<br />
pues deben atender un complejo entramado de aspectos socioecológicos<br />
relacionados con las causas del problema, sus efectos y sus posibles soluciones<br />
(Sosa-Nunez, 2016). Sin embargo, las acciones de gobierno suelen<br />
estar fragmentadas como resultado de la estructura institucional de la<br />
administración pública y de la manera en la que se diseñan y evalúan las<br />
políticas públicas (Doremus, 2009). Como hace notar Sosa-Nunez (2016),<br />
aunque las políticas ambientales están ampliamente reconocidas en el<br />
discurso, suelen tener un vínculo muy sutil con otras políticas y, en muchos<br />
casos, ser periféricas a la evolución del resto de las políticas públicas.<br />
La política ambiental en México surge no sin enfrentar los retos ligados<br />
a la falta de participación social efectiva en las acciones gubernamentales<br />
y la desarticulación de las políticas públicas sectoriales (Carabias et al.,<br />
2008). Sin embargo, desde sus inicios ha reconocido que, dada la complejidad<br />
de los problemas ambientales, es fundamental incorporar a los<br />
diferentes grupos de interés al proceso de toma de decisiones y establecer<br />
estrategias de articulación interinstitucional y de participación social, que<br />
permitan vincular los programas y acciones de gobierno de manera efectiva.<br />
De esta manera, la colaboración entre distintas escalas de gobierno,<br />
sectores y grupos sociales aparece como elemento clave para responder<br />
efectiva y equitativamente a los retos ambientales (Galán-Guevara et al.,<br />
2013).<br />
Para atender la fragmentación en la administración pública, se han<br />
propuesto distintas estrategias para reordenar el diseño organizativo y<br />
operativo de las políticas públicas (Den Uyl y Russel, 2018). Entre estas<br />
estrategias destaca la transversalidad, que, de acuerdo con Serra (2005: 3),
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
777<br />
es, al mismo tiempo, un concepto y un instrumento organizativo cuya función es<br />
aportar capacidad de actuación a las organizaciones en relación con algunos temas<br />
para los que la organización clásica resulta inadecuada. En este sentido, responde<br />
tanto a necesidades de diseño de la organización como a necesidades de gestión.<br />
En términos de la aplicación de la política pública en México, el Programa<br />
Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2013-2018<br />
define la transversalidad como un<br />
método de gestión pública que permite aplicar recursos de distintas esferas a un<br />
mismo propósito o programa, cuando los objetivos son complejos y se traslapan<br />
o sobreponen las fronteras organizacionales sectorizadas […], la transversalidad<br />
es un proceso activo de cambio o transformación en las concepciones de un<br />
problema público y un método de gestión que requiere de una planeación concertada<br />
y coordinada entre agencias, actores y proyectos entre agencias diversas<br />
que comparten objetivos, metas y prioridades, además permite generar sinergias<br />
para responder con mayor eficacia a los problemas sociales (Semarnat, 2013: 129).<br />
Esto ha planteado importantes desafíos en términos de coordinación<br />
institucional, así como de la interrelación entre las distintas escalas de<br />
gobierno y de la sociedad para el desarrollo de las políticas públicas<br />
ambientales, pues la transversalidad requiere de formas integradas de<br />
acción entre distintos organismos de gobierno para garantizar que el valor<br />
en cuestión está siendo respetado (Aguilar, 2011).<br />
Desde hace por lo menos dos décadas, el Gobierno de México ha<br />
impulsado la transversalidad para formalizar una colaboración constante<br />
entre la ahora Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)<br />
con otras secretarías y órganos de gobierno (Guevara, 2005). A<br />
partir de esta interacción, se han incorporado criterios de sustentabilidad<br />
tanto en las políticas sociales como en las económicas; a su vez, se retomó<br />
el principio de la participación ciudadana como elemento de democratización<br />
de la gestión ambiental y se introdujo el principio de transparencia,<br />
no sólo en el ejercicio de la función pública, sino también como un<br />
derecho ciudadano para conocer las condiciones y la calidad del medio<br />
ambiente (Provencio, 1995; Gil, 2007). De hecho, el medio ambiente<br />
aparece como criterio rector del ejercicio de planeación gubernamental a<br />
partir del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012. En estos ejercicios de<br />
planeación se plantea el desarrollo sustentable como eje que guía la transversalidad<br />
de la política pública federal (Provencio y Mohar, 1995; Lezama,<br />
2010). Destaca también la puesta en práctica de instrumentos jurídicos<br />
que avanzaron hacia la descentralización, el federalismo y una repartición<br />
más equitativa y eficiente de las tareas de gestión ambiental entre los tres<br />
órdenes de gobierno (Lezama, 2010).
778 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
A pesar del creciente reconocimiento de la necesidad de transversalizar<br />
la política pública ambiental en México, aún son pocos los esfuerzos<br />
para fortalecer la colaboración interinstitucional, intersectorial y la<br />
participación pública, que son indispensables para la formulación e<br />
implementación de soluciones transversales que atiendan problemas<br />
complejos (Sosa-Nunez, 2016). Por ejemplo, muchas políticas ambientales<br />
se han enfocado a la atención de elementos aislados, ya sean afectaciones<br />
negativas sobre el agua, aire, suelos, biodiversidad, o bien sobre<br />
los ecosistemas, sin atenderse de manera integral (Conabio, 2006). De<br />
igual forma, muchas acciones de conservación y aprovechamiento en<br />
áreas naturales protegidas y de especies de flora y fauna silvestre en riesgo de<br />
extinción, como los Programas de Conservación de Especies en Riesgo<br />
(Procer), se encuentran desvinculados de los contextos socioecológicos<br />
que les dieron origen. Cabe señalar que las políticas ambientales, además<br />
de todas las complejidades ya mencionadas, son políticas inmersas, en<br />
el plano local, en un sistema de gobierno que históricamente ha sido<br />
corporativo y con problemas de gobernabilidad no resueltos y, en el plano<br />
global, en la incertidumbre que genera un mundo cada vez más globalizado,<br />
homogéneo e inequitativo.<br />
El propósito de este trabajo es conocer los elementos y las características<br />
del contexto que hicieron posible el establecimiento de una estrategia<br />
de colaboración interinstitucional e intersectorial a partir del<br />
análisis de dos casos relevantes en la política ambiental en México. Ambos<br />
casos están orientados a la conservación de la biodiversidad y fueron<br />
implementados en zonas de alta diversidad biológica y marginación,<br />
logrando resultados importantes dentro del sector ambiental. Los programas<br />
públicos que aquí se presentan retoman los retos de la política<br />
ambiental e ilustran la importancia de los esfuerzos de transversalidad, en<br />
particular, la coordinación interinstitucional y la participación social. De<br />
manera puntual, los casos destacan una serie de elementos clave para el<br />
diseño e implementación efectiva de las políticas públicas ambientales,<br />
como la colaboración intersectorial y la apropiación social. Los casos de<br />
estudio proporcionan elementos de aprendizaje sobre cómo la transversalidad<br />
puede facilitar la atención efectiva de problemas públicos de gran<br />
complejidad, como el deterioro ambiental y la pérdida de biodiversidad.<br />
En la siguiente sección se presenta la metodología seguida para desarrollar<br />
el artículo; posteriormente, se presenta el Programa de Conservación<br />
Comunitaria de la Biodiversidad (Coinbio) y el Corredor Biológico<br />
Mesoamericano-México (CBM-M), sus características generales e historia<br />
que permitieron articular intereses de distintos actores sociales, institucionales<br />
y organismos internacionales, así como los elementos de diseño<br />
e implementación mediante los cuales estos actores pudieron participar
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
779<br />
en la toma de decisiones durante la operación de los programas. Finalmente,<br />
se presenta un apartado de conclusiones, en el que se muestran<br />
las lecciones y aportaciones que estos casos han tenido para la política<br />
pública mexicana.<br />
1. Metodología<br />
Para identificar los elementos clave y las características del contexto que<br />
posibilitan el establecimiento de estrategias de colaboración interinstitucional<br />
e intersectorial, así como la implementación efectiva de políticas<br />
públicas ambientales, la presente investigación utilizó un enfoque cualitativo<br />
de estudio de caso (Gerring, 2007), con intención de generar<br />
material para la enseñanza (Coppola, 1996; Wei et al., 2015). Tradicionalmente,<br />
los estudios de caso en el campo de las políticas públicas o en<br />
el análisis y manejo de sistemas socioambientales pueden contener información<br />
histórica detallada, incluyendo datos estadísticos, ordenamientos<br />
legales o gubernamentales relevantes y los argumentos de varias dependencias<br />
o instituciones que fundamentan las acciones realizadas (Rosete<br />
et al., 2019), como se presentan en esta investigación.<br />
Para elegir los casos, se identificaron políticas ambientales orientadas a<br />
la conservación de la biodiversidad, dada la necesidad de establecer esquemas<br />
de coordinación y articulación entre distintos sectores y niveles de<br />
gobierno. Para ello, se realizó una revisión documental de diversas políticas<br />
diseñadas por la Semarnat de 1993 a 2015 y se seleccionaron ocho instrumentos<br />
de política ambiental. Posteriormente, se realizó un análisis de dichas<br />
políticas y se seleccionaron dos casos que cumplieran con los siguientes<br />
criterios: i) el caso presenta una concepción interdisciplinaria en su diseño,<br />
ii) su implementación tuvo un enfoque territorial y iii) hubo participación<br />
de actores locales y articulación entre diferentes dependencias de gobierno.<br />
Tras seleccionar los casos, se llevó a cabo una revisión documental de<br />
reportes, informes, documentos oficiales, literatura científica, entre otros.<br />
Finalmente, en 2015 y 2016 se realizaron diez entrevistas semiestructuradas<br />
con funcionarios de gobierno de dependencias federales y estatales, así<br />
como con los que fueron encargados de la implementación directa del<br />
programa. Las entrevistas duraron alrededor de 60 minutos y se trataron<br />
diversos temas sobre el diseño, implementación, evaluación, así como los<br />
retos y oportunidades para la coordinación interinstitucional, intersectorial,<br />
y la participación social. Las entrevistas fueron grabadas y transcritas con<br />
el consentimiento previo de los participantes. Posteriormente, las transcripciones<br />
se codificaron y se realizó un análisis temático (Flick, 2014). Lo<br />
anterior permitió establecer validez interna a través de la triangulación de
780 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
la información recopilada durante la revisión documental y las entrevistas<br />
informales.<br />
2. Resultados. Los dos casos analizados<br />
2.1. El caso del Programa de Conservación Comunitaria de la<br />
Biodiversidad (Coinbio)<br />
El Coinbio inició en México en 2001 con el objetivo de conservar áreas<br />
de alta biodiversidad, mediante el fortalecimiento y promoción de iniciativas<br />
comunitarias de conservación en ejidos y comunidades ubicados en<br />
zonas de alta biodiversidad de los estados de Oaxaca, Michoacán y Guerrero,<br />
aprovechando los valores culturales y las prácticas de manejo tradicional<br />
que las comunidades han desarrollado en esas zonas (Banco<br />
Mundial, 2000 y 2008; Velázquez et al., 2003).<br />
El Coinbio se definió a partir de tres planteamientos fundamentales:<br />
ser una alternativa al modelo de áreas naturales protegidas, constituido<br />
como el principal instrumento de protección de la biodiversidad en México<br />
(Banco Mundial, 2012) y que en muchas ocasiones no correspondía con<br />
la realidad social ni ambiental del país; lograr la conservación de la biodiversidad,<br />
a través de la satisfacción de las necesidades de las comunidades<br />
locales; y reconocer el valor del conocimiento local y la cogeneración de<br />
planes y programas de manejo comunitario (Anónimo, 2015a).<br />
El programa se desarrolló en dos etapas: la primera, entre 2001 y 2008,<br />
en la que operó con recursos del Fondo Mundial para el Medio Ambiente<br />
(GEF, por sus siglas en inglés), operados por el Banco Mundial (7.83<br />
millones de dólares), y recursos del gobierno federal y de los gobiernos<br />
estatales en México (5.22 millones de dólares) (Banco Mundial, 2012;<br />
Sosa et al., 2019) 1 ; y una segunda etapa, que se desarrolló entre 2008 y<br />
2014, en la que el financiamiento provino de los gobiernos estatales y del<br />
gobierno federal; para el primer año de operación de esta segunda etapa,<br />
el gobierno federal destinó 446,000 dólares y los gobiernos de Oaxaca y<br />
Michoacán 150,000 dólares (Banco Mundial, 2008).<br />
Si bien la mayor parte de los recursos con los que inicia la operación<br />
del Coinbio provienen de organismos internacionales, en el origen del<br />
programa es posible observar elementos de transversalidad al articular<br />
visiones e intereses del Banco Mundial, el gobierno mexicano y, de manera<br />
relevante, de las organizaciones comunitarias de la Sierra Norte de Oaxaca,<br />
1<br />
El costo total del proyecto fue de 24.52 millones de dólares; el resto de los recursos provino<br />
de otras fuentes, entre ellas el Segundo Proyecto Forestal Comunitario del Banco Mundial (The<br />
Second Community Forestry Project) (Banco Mundial, 2012).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
781<br />
pues su impulso fue fundamental para concretar el proyecto a través del<br />
gobierno federal mexicano (Sosa et al., 2019; Anónimo, 2015a y Anónimo,<br />
2015b).<br />
En México, las experiencias de manejo forestal comunitario se han<br />
desarrollado a partir de las formas tradicionales de gobernanza en comunidades<br />
indígenas y de los distintos niveles de autogobierno que permiten<br />
el ejido y los sistemas de propiedad comunal, y son parte del contexto en<br />
el que surgieron, a partir de la década de 1970, movimientos que buscaban<br />
orientar las políticas gubernamentales hacia el manejo forestal comunitario<br />
(Barton et al., 2003). En particular, en las décadas de 1980 y 1990,<br />
organizaciones comunitarias de la Sierra Norte de Oaxaca desarrollaron<br />
iniciativas de manejo de recursos naturales junto con organizaciones no<br />
gubernamentales y el World Wide Fund For Nature (WWF) (Banco<br />
Mundial, 2000). Estas iniciativas también se desarrollaron en comunidades<br />
de Michoacán, Quintana Roo y Chihuahua, creando un movimiento<br />
cuyo objetivo era lograr la autonomía de gestión de las comunidades<br />
forestales (Anónimo, 2015a). En ese momento, el principal instrumento<br />
para la protección de la biodiversidad en México era el Sistema Nacional<br />
de Áreas Protegidas (Banco Mundial, 2012; Pérez, 2010).<br />
Por otro lado, entre los objetivos que tenía el Banco Mundial a fines<br />
de la década de 1990 se encontraba reforzar el trabajo de las comunidades<br />
indígenas en la conservación de la biodiversidad y fortalecer sus estructuras<br />
institucionales, con el fin de contribuir a remover los obstáculos<br />
para el crecimiento sustentable (Banco Mundial, 2000 y 2012). Mientras,<br />
entre las prioridades de conservación in situ del GEF se encontraba el uso<br />
sustentable de la biodiversidad y la participación local en los beneficios<br />
de las actividades de conservación. Sin embargo, en esos momentos, ni<br />
el Banco Mundial ni el GEF habían logrado realizar proyectos en los que<br />
las comunidades estuvieran involucradas en la conservación de la biodiversidad<br />
(Banco Mundial, 2012).<br />
México había ratificado, en 1993, su adhesión al Convenio sobre la<br />
Diversidad Biológica (CBD), en el que se promovía el desarrollo de<br />
programas de fortalecimiento de prácticas indígenas en la conservación<br />
y la utilización de la diversidad biológica (Banco Mundial, 2012), y en<br />
2000 presentó la Estrategia Nacional de Biodiversidad (ENB), en la que<br />
se incorporaban las premisas del CBD y se reconocía la importancia de<br />
las comunidades indígenas y las prácticas tradicionales de conservación<br />
comunitaria (Banco Mundial, 2008).<br />
Es así que, a través del Coinbio, fue posible articular los intereses<br />
de estos agentes: comunidades y ejidos, interesados en el reconocimiento<br />
de su experiencia y contribución a la conservación de la biodiversidad,<br />
a través del manejo forestal comunitario como una alternativa a la
782 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
conservación de las áreas naturales protegidas; el GEF y el Banco Mundial,<br />
interesados en desarrollar una primera experiencia que involucrara<br />
a las comunidades en la conservación de la biodiversidad; y el gobierno<br />
mexicano, interesado en implementar la ENB (Escalera-Matamoros y<br />
Garay, 2019).<br />
El diseño del Coinbio incluía diferentes componentes relacionados<br />
con productos para las comunidades y ejidos (Banco Mundial, 2012),<br />
por ejemplo, la construcción de capacidades locales mediante fondos de<br />
asistencia técnica. Otro componente era la conservación comunitaria,<br />
que comprendía desde la planeación espacial y el establecimiento de las<br />
áreas de conservación hasta la implementación de actividades de conservación<br />
e intercambio de aprendizajes entre comunidades, financiamiento<br />
para proyectos de uso sustentables de la biodiversidad y fondos de riesgo<br />
verde (Banco Mundial, 2012). El diseño de estos componentes incorporaba<br />
la experiencia de las comunidades, reconociendo el tipo de tenencia de la<br />
tierra, la organización existente y la experiencia y capacidad de las comunidades<br />
(Banco Mundial, 2012).<br />
La selección de las comunidades elegibles para presentar propuestas<br />
en el marco del programa se llevó a cabo en dos etapas. En primer lugar,<br />
se realizó una evaluación biológica inicial para identificar las áreas potenciales<br />
dentro de cada estado y, posteriormente, se llevó a cabo un proceso<br />
participativo de evaluación social en el que se estimaba el interés y la<br />
capacidad de las comunidades para la conservación, identificándose 1300<br />
comunidades elegibles (Banco Mundial, 2012). Los elementos de transversalidad<br />
también pueden observarse en la implementación del programa,<br />
en particular en su estructura operativa. La estructura operativa del programa<br />
se diseñó para operar en múltiples escalas, que permitían involucrar<br />
en la toma de decisiones tanto a las comunidades como a dependencias<br />
de distintos niveles de gobierno vinculadas con la conservación. La estructura<br />
estaba integrada por (Banco Mundial, 2012):<br />
a) El Comité Nacional de Supervisión, constituido por un representante<br />
de cada una de las dependencias federales vinculadas con la<br />
conservación –Semarnat, Comisión Nacional para el Uso de la<br />
Biodiversidad (Conabio), Comisión Nacional de Áreas Naturales<br />
Protegidas (Conanp), Consejo Nacional Forestal (Conaf), Comisión<br />
Nacional Forestal (Conafor)– y por tres representantes de las<br />
comunidades y ejidos, uno por cada estado participante en el<br />
programa. Sus funciones principales eran la supervisión del programa<br />
y la autorización de los programas de trabajo anuales y de<br />
los criterios para la selección de proyectos.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
783<br />
b) Un administrador nacional, encargado de la administración y<br />
ejecución del proyecto, función realizada por Nacional Financiera.<br />
c) Un coordinador nacional, responsable del monitoreo, evaluación<br />
y realización de los reportes financieros y estudios especiales.<br />
d) Tres comités estatales, encargados de la implementación descentralizada<br />
del proyecto en Guerrero, Michoacán y Oaxaca, que operaban<br />
bajo la dirección general de la Semarnat y estaban integrados por<br />
tres representantes de las comunidades o ejidos participantes, un<br />
representante de la Semarnat estatal, un representante del gobierno<br />
estatal y un representante de la sociedad civil. En la mesa de los<br />
comités estatales había el mismo <strong>número</strong> de representantes de<br />
comunidades locales o ejidos que participantes institucionales y de<br />
la sociedad civil, esto con el fin de cumplir con el diseño del programa<br />
en el sentido de que las comunidades debían tener un alto<br />
nivel de toma de decisiones, posibilidades de modificar los criterios<br />
de operación del programa y una vigilancia mínima y estratégica<br />
para asegurar el cumplimiento del modelo (Banco Mundial, 2000).<br />
Dichos comités emitían las convocatorias, evaluaban las propuestas<br />
y determinaban la entrega de los apoyos.<br />
En esta primera etapa del Coinbio, que concluye en 2008, con el fin<br />
del proyecto del GEF y el Banco Mundial, tal y como se había planteado<br />
desde su diseño original (Banco Mundial, 2012), se establecieron un total<br />
de 78 áreas de conservación comunitaria, que cubren alrededor de<br />
166,776 ha, superando la meta de 150,000 ha que se había planteado<br />
originalmente (Banco Mundial, 2012).<br />
En 2008 dio inicio la segunda etapa del proyecto, financiada con<br />
recursos de los gobiernos estatales y del gobierno federal, sin contar con la<br />
estructura de coordinación nacional ni con la administración por parte de<br />
Nacional Financiera. En buena medida, esta continuidad del programa se<br />
dio por la solicitud de los gobiernos estatales al gobierno federal de buscar<br />
alternativas para mantenerlo (Anónimo, 2015b; Anónimo, 2016). Los<br />
comités estatales asumieron la coordinación administrativa y financiera,<br />
así como la operación y seguimiento del programa con base en la experiencia<br />
adquirida durante la primera etapa. En los casos de Michoacán y<br />
Guerrero se mantuvo la misma estructura organizacional, al menos en los<br />
aspectos más relevantes de la gestión del proyecto. En ese año, Conafor<br />
asumió la operación federal del Coinbio, sustituyendo a la Semarnat. En<br />
junio de 2008, Conafor aprobó seis millones de pesos para el proyecto<br />
durante ese año, y los gobiernos de Michoacán y Oaxaca designaron dos<br />
millones de pesos como contraparte (Banco Mundial, 2008).
784 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
En cuanto a la coordinación interinstitucional, se replicó la experiencia<br />
previa con la operación a través de un Comité Estatal, que incluía distintos<br />
niveles de gobierno, mantenía la participación social e incorporaba a la<br />
academia. En particular, en el caso de Michoacán, el Comité Estatal estaba<br />
integrado por el sector ambiental federal (Semarnat, Conafor, Conanp)<br />
y la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas federal; el sector ambiental<br />
estatal (Comisión Forestal del Estado de Michoacán; Secretaría de Urbanismo<br />
y Medio Ambiente, SUMA) y la Secretaría de Pueblos Indígenas<br />
estatal; el sector académico, a través de la Universidad Michoacana de San<br />
Nicolás de Hidalgo, y cuatro representantes comunitarios (Sosa et al.,<br />
2019). La dependencia que presidía el Comité Estatal del Coinbio fue<br />
SUMA (Sosa et al., 2019). Se siguieron entregando los apoyos bajo el<br />
mismo enfoque participativo, que incorporaba el conocimiento de las<br />
comunidades y brindaba espacios formales para hacerlas partícipes de la<br />
toma de decisiones (Anónimo, 2015c).<br />
Por otro lado, la incorporación de la academia en el Comité Estatal<br />
implicó una ampliación de la participación de la sociedad y permitía un<br />
mayor entendimiento de la complejidad existente en la conservación de<br />
la biodiversidad. En este sentido, se desarrolló un programa de formación<br />
de técnicos comunitarios en el que participaban miembros de las propias<br />
comunidades y de los ejidos, elegidos a través de las asambleas comunitarias,<br />
para que adquirieran los conocimientos y experiencia necesarios<br />
para gestionar apoyos de programas como el Coinbio y, con el tiempo,<br />
llegaran a realizar el trabajo de los prestadores de servicios. Ese programa<br />
se implementó a través del Centro de Investigaciones en Geografía<br />
Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)<br />
Unidad Morelia (Anónimo, 2015c).<br />
Pese a lo anterior, el programa comenzó a tener complicaciones en su<br />
operación. En primer lugar, enfrentó inestabilidad y una paulatina reducción<br />
del presupuesto, que implicó la disminución de recursos para movilidad,<br />
de la cantidad de apoyos y de la cobertura del programa. También<br />
se vieron afectadas la cantidad y calidad de la atención y el acompañamiento<br />
que las comunidades recibían, lo que afectó negativamente la generación<br />
de estrategias de conservación y de capacitaciones técnicas.<br />
Sin embargo, el mayor problema que enfrentó el programa fue la desarticulación<br />
de intereses, lo contrario a lo sucedido cuando surgió. La transferencia<br />
del programa, desde una operación nacional, vinculada al Banco<br />
Mundial, a los estados, requería de una dependencia federal responsable del<br />
programa que debía coordinarse con los estados involucrados para su operación.<br />
Durante las negociaciones iniciales, se buscó que la institución<br />
federal responsable fuera la Conanp, ya que, entre otras razones, cuenta<br />
con un área encargada de la certificación de iniciativas de conservación
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
785<br />
voluntaria (Anónimo, 2015a), pero finalmente fue alojado en la Conafor,<br />
en donde fue difícil entender la lógica del programa (Anónimo, 2015c).<br />
Adicionalmente, con el cambio de gobierno en Michoacán en 2012<br />
se perdió parte de la sensibilización al propósito del programa y a su lógica<br />
de operación (Anónimo, 2015c; Anónimo, 2016). En ese escenario fue<br />
difícil mantener una alineación de intereses, con lo que paulatinamente<br />
se fue reduciendo el programa hasta su desaparición en 2014.<br />
Ante la presión financiera y de seguridad en Michoacán, la dificultad<br />
de entendimiento entre los gobiernos federal y estatal sobre la esencia del<br />
programa, la desconfianza en un programa en el que comunidades indígenas<br />
tuvieran tal nivel de influencia y la tensión constante entre el esquema<br />
de conservación basado de áreas protegidas y esquemas alternativos basados<br />
en el conocimiento e intervención de las comunidades, fue imposible<br />
mantener la articulación interinstitucional y la alineación de intereses,<br />
condiciones necesarias para operar el Coinbio.<br />
Son varios los aspectos que habría que destacar de esta experiencia en<br />
términos del diseño e implementación, así como de la construcción de la<br />
institucionalidad del programa. En cuanto al diseño, probablemente lo<br />
más relevante es que se lograron conjuntar en un solo programa los intereses<br />
de diferentes actores, desde las comunidades locales, hasta los del Banco<br />
Mundial y los del gobierno mexicano. Esto se tradujo en una estrategia de<br />
implementación innovadora, en la que ejidos y comunidades elegían<br />
aquellos proyectos que deseaban desarrollar, así como los técnicos y organizaciones<br />
que los acompañarían en el proceso de desarrollo de los<br />
proyectos (Camou et al., 2013; Anónimo, 2015a; Anónimo, 2015b;<br />
Anónimo, 2015c; Anónimo, 2015d; Anónimo, 2016). La implementación<br />
del Coinbio promovió el desarrollo de estrategias participativas para la<br />
conservación del patrimonio natural, entre ellos, la ejecución participativa<br />
de inventarios de flora y fauna, los ordenamientos ecológicos comunitarios<br />
como estrategias para la planeación del uso de suelo, la implementación<br />
de proyectos productivos y el establecimiento de áreas de conservación<br />
comunitaria (Sosa et al., 2019).<br />
Desgraciadamente, retrasos y fallas en la implementación de la evaluación<br />
y el monitoreo resultaron en una falta de evidencia del impacto<br />
del programa en su objetivo principal: la conservación de la biodiversidad<br />
(Banco Mundial, 2012). Esto dificultó la argumentación sobre las acciones<br />
locales, las cuales estaban contribuyendo a asegurar la conservación en<br />
el largo plazo (Banco Mundial, 2012). 2 Pese a lo anterior, el Coinbio terminó<br />
2<br />
Pese a la falta de evidencia técnica del impacto del Coinbio, un elemento importante a resaltar<br />
es que, aun cuando en la entidad no se han abierto nuevas convocatorias, los proyectos apoyados por<br />
el programa siguen funcionando, como es el caso de los implementados para el manejo sustentable<br />
de agua en el Bajo Balsas, en los municipios de La Huacana y Churumuco (Sosa et al., 2019).
786 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
por influir en la reforma legislativa de 2007, que aprobó el artículo 59 de<br />
la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en<br />
el que se reconoció formalmente la conservación voluntaria como parte<br />
del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Banco Mundial, 2008); en el<br />
estado de Michoacán, motivó la emisión de la Ley Ambiental y de Protección<br />
del Patrimonio Natural del Estado, en la que se considera la<br />
participación de las comunidades en el proceso de declaratoria y manejo<br />
(Sosa et al., 2019).<br />
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la<br />
Agricultura (FAO) lamentó el debilitamiento y desaparición del Coinbio,<br />
al considerar que era un programa útil y novedoso para impulsar la participación<br />
comunitaria en el desarrollo forestal comunitario en un contexto<br />
de erosión de la organización comunitaria (FAO-Conafor, s/f).<br />
2.2. El caso del Corredor Biológico Mesoamericano-México (CBM-M)<br />
A partir de la firma del Convenio sobre Diversidad Biológica, en 1992,<br />
la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) ha<br />
tenido la tarea de coordinar y promover el cumplimiento de los compromisos<br />
adquiridos en materia de conservación de la biodiversidad. En ese<br />
contexto, se propuso la formulación de la Estrategia Regional para la<br />
Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad en Mesoamérica (ERB),<br />
como un esfuerzo de coordinación de las acciones políticas e institucionales<br />
orientadas a la conservación, uso sostenible y distribución equitativa<br />
de los beneficios derivados de la biodiversidad (CCAD, 2003). México<br />
participó como observador en la formulación de la ERB, pero a partir de<br />
1996 tuvo una presencia activa en el Comité Técnico de Biodiversidad,<br />
lo que facilitó su integración con aportaciones específicas en la ERB<br />
(CCAD, 2003).<br />
La colaboración entre México y la CCAD propició que ese país se<br />
integrara a la iniciativa planteada en la ERB y, en la Cumbre de Jefes de<br />
Estado de la región, realizada en 1997, se respaldó públicamente la iniciativa<br />
del Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) (Miller et al.,<br />
2001), integrando a cinco estados del sureste de México: Tabasco, Campeche,<br />
Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. El objetivo central de la iniciativa<br />
fue desarrollar un sistema de ordenamiento territorial comunitario<br />
que contribuyera a mejorar las condiciones de vida de la población local<br />
y que mantuviera la biodiversidad y los servicios prestados por los ecosistemas<br />
(Miller et al., 2001), disminuyendo la fragmentación de las selvas<br />
y mejorando la conectividad entre los ecosistemas (Álvarez-Icaza, 2013),<br />
a partir de una visión del territorio que incorpore tanto las características<br />
biofísicas como las sociales y productivas, aprovechando las relaciones
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
787<br />
existentes entre actores e implementando una intervención concertada y<br />
coordinada con la participación de los actores locales (Anónimo, 2015e).<br />
La implementación del CBM inició en 1996, con recursos del Banco<br />
Mundial, a través del GEF; México adoptó la iniciativa en el año 2000.<br />
El objetivo central del CBM-México (CBM-M) es establecer un modelo<br />
de conservación y desarrollo que evite el deterioro de los ecosistemas y<br />
sus servicios ambientales, a la par de impulsar esquemas de manejo sostenible<br />
de producción primaria (agropecuaria, forestal y pesquera) que<br />
permita a las poblaciones locales, dueñas de los territorios, obtener ingresos<br />
económicos y generar empleo para superar las condiciones de pobreza<br />
(Ramírez, 2003).<br />
El proyecto planteó la estrategia de fomentar un paisaje productivo<br />
combinando el uso de los recursos naturales con la conservación, e involucrando<br />
la participación activa de todos los sectores sociales, especialmente<br />
de las comunidades rurales (PNUD, 1997). Una de las diferencias<br />
importantes entre la iniciativa regional y la propuesta mexicana es que la<br />
construcción de la conservación de la biodiversidad se centra en el conocimiento<br />
biológico, tanto científico como empírico local, aplicado al uso<br />
sustentable de los recursos naturales (Álvarez-Icaza, 2013).<br />
La estrategia nacional para la implementación del proyecto se basó en<br />
un modelo de gestión territorial a nivel local, para atender la pérdida de la<br />
biodiversidad y el empobrecimiento de las comunidades rurales. Esto se<br />
hizo a partir de una propuesta de conservación y uso sustentable de los<br />
recursos naturales, promoviendo alternativas productivas amigables con el<br />
ambiente (Anónimo, 2015f; Anónimo, 2015g). La implementación del<br />
proyecto no implicó la creación de nuevos organismos operativos, sino la<br />
coordinación eficiente entre las instituciones responsables existentes, tanto<br />
internacionales y gubernamentales como de la sociedad civil que ya operaban<br />
en las comunidades (Anónimo, 2015h), compartiendo de manera<br />
transversal los objetivos de una misma estrategia: el manejo sostenible de<br />
la biodiversidad para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones<br />
locales (Álvarez-Icaza y Anta, 2018).<br />
El CBM-M operó bajo el financiamiento del GEF durante el periodo<br />
2000-2008 (Arreola et al., 2009; Anta et al., 2013). Al inicio de la implementación,<br />
las acciones fueron atomizadas, pero posteriormente se logró<br />
centrar los esfuerzos alrededor de cuatro áreas naturales protegidas: dos<br />
de Chiapas (Montes Azules y El Triunfo), además de Calakmul y Sian<br />
ka’an (Álvarez-Icaza y Anta, 2018; Anónimo, 2015f).<br />
El proyecto logró su institucionalización en México al consolidarse el<br />
programa de desarrollo rural en corredores biológicos, que ha sido apoyado<br />
por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y<br />
Alimentación (Sagarpa) desde 2008 (Obregón y Ramírez, 2010). Uno
788 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
de los resultados más importantes de esa coordinación interinstitucional<br />
ha sido el Programa de Desarrollo Rural Sustentable en Corredores<br />
Biológicos de Chiapas que han convenido la Sagarpa, la Secretaría del<br />
Campo de Chiapas y la Conabio (Álvarez-Icaza y Anta, 2018) y se refleja<br />
de manera operativa en las reglas de operación del programa y el fomento<br />
de la implementación de sistemas agroforestales y silvopastoriles, con la<br />
finalidad de diversificar la producción y establecer sistemas productivos<br />
menos agresivos con el ambiente y que promueven la conservación de la<br />
diversidad biológica (Anónimo, 2015f; Anónimo, 2015g). A partir de<br />
2009, el proyecto pasó a una segunda etapa y a ser enteramente financiado<br />
por el gobierno federal, a través de la Conabio (Álvarez-Icaza, 2010).<br />
Coincidentemente, la Conabio se convirtió en un organismo descentralizado<br />
de la Semarnat en 2010 y creó la Coordinación General de Uso<br />
y Manejo de la Biodiversidad, misma que se transforma en la Coordinación<br />
General de Corredores y Recursos Biológicos en 2013, y se encarga<br />
de gestionar el CBM-M.<br />
EL CBM-M ha promovido la coordinación interinstitucional a nivel<br />
del gobierno federal y de éste con los órdenes de carácter estatal y municipal,<br />
además de involucrar a los representantes de las comunidades<br />
locales. Por ello, el CBM-M participa activamente en las diversas plataformas<br />
de planeación y coordinación interinstitucional y en los diversos<br />
espacios como comités nacionales, estatales y municipales. Una de las<br />
acciones estratégicas del CBM-M ha sido promover y fortalecer los espacios<br />
locales y regionales de gobernanza local, como los Comités de Recursos<br />
Naturales, los Foros Regionales de Comisariados Ejidales, las Alianzas<br />
Intermunicipales o los Consejos Municipales de Desarrollo Rural Sustentables<br />
(Álvarez-Icaza y Anta, 2018).<br />
La coordinación interinstitucional se ha logrado a partir de las gestiones<br />
realizadas por la Conabio, que impulsó un acuerdo de colaboración<br />
entre la Sagarpa y la Semarnat, firmado en 2008, con la finalidad de llevar<br />
a cabo acciones de sustentabilidad ambiental en comunidades rurales<br />
ubicadas en zonas prioritarias por la diversidad biológica. Posteriormente,<br />
en coordinación con la Conafor, se lanzó la iniciativa de acciones tempranas<br />
REDD+ (Sarukhán y Álvarez-Icaza, 2012).<br />
La coordinación de acciones sectoriales hacia objetivos productivos y de<br />
conservación comunes entre las instituciones comprometidas ha creado<br />
referentes metodológicos para lograr la transversalidad de las políticas<br />
públicas, con base en el reconocimiento de las especificidades locales y la<br />
construcción de agentes sociales, económicos y técnicos capaces de articular<br />
las necesidades de la población y los productores con metas nacionales<br />
y globales, como las dirigidas a la mitigación y adaptación al cambio<br />
climático (Obregón y Ramírez, 2010).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
789<br />
Parte del modelo de intervención del CBM-M es el de la operación<br />
en el territorio a través de agencias de desarrollo local (ADL), que pueden<br />
ser organizaciones de la sociedad civil, despachos de prestadores de servicios<br />
técnicos o equipos técnicos de organizaciones de productores, y son<br />
quienes atienden a un conjunto de comunidades en el acompañamiento<br />
para la operación de proyectos productivos, de conservación y de desarrollo,<br />
lo que ha fortalecido la coordinación entre diferentes sectores<br />
productivos, por ejemplo, cafeticultores, apicultores y turismo ecológico<br />
(Álvarez-Icaza y Anta, 2018; Álvarez-Icaza, 2010).<br />
Las comunidades y las organizaciones de productores son parte central<br />
del modelo de intervención del CBM-M, y es a través de las que se operan<br />
los recursos públicos y privados que se gestionan, mediante los cuales<br />
se promueven diversos tipos de acciones, como los ordenamientos comunitarios<br />
participativos, la capacitación de técnicos comunitarios y la<br />
reconversión productiva, orientadas a la producción sostenible, al manejo<br />
integrado de los recursos naturales y a la conservación de los ecosistemas<br />
(Álvarez-Icaza y Anta, 2018). Los sectores económico y social se encuentran<br />
representados tanto en los consejos estatales como en los regionales<br />
y microrregionales, siendo estos últimos las propias organizaciones de<br />
productores y los núcleos agrarios quienes participan en la toma de decisiones<br />
(Sarukhán y Álvarez-Icaza, 2012).<br />
Como parte de la coordinación interinstitucional y de la búsqueda de<br />
alineación de políticas y programas públicos, el CBM-M ha empleado la<br />
figura del Agente Técnico Local (ATL), con la intención de establecer<br />
acuerdos y convenios con instituciones de los gobiernos federal y estatal<br />
en la aplicación de recursos públicos que se canalizan en territorios determinados<br />
(Sarukhán y Álvarez-Icaza, 2012). El CBM-M opera, a través<br />
de la figura de ATL, los recursos del Programa Estratégico de Seguridad<br />
Alimentaria (PESA) de la Sagarpa en las regiones de atención del corredor<br />
biológico. Mediante este programa se contratan ADL, como Capacitación,<br />
Asesoría, Medio Ambiente y Defensa del Derecho a la Salud A.C.<br />
(CAMADDS), que también forman parte de los consejos regionales y<br />
microrregionales. Por ejemplo, se han contratado a cinco ADL para cubrir<br />
el territorio de la Selva Lacandona (Álvarez-Icaza y Anta, 2018).<br />
De acuerdo con varias investigaciones (Sarukhán y Álvarez-Icaza, 2012;<br />
Álvarez-Icaza y Anta, 2018; Anta et al., 2013; Obregón y Ramírez, 2010),<br />
la coordinación interinstitucional lograda en la implementación del proyecto<br />
en esta parte de Chiapas se ha traducido en el fortalecimiento de las capacidades<br />
y la gobernanza local (Arreola et al., 2009); también ha repercutido<br />
en la coordinación de las políticas públicas para atender las necesidades de<br />
conservación de la biodiversidad, el uso sustentable de los recursos natura-
790 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
les y la disminución de la tendencia de pérdida de biodiversidad en la región<br />
(Anónimo, 2015h).<br />
Un actor fundamental en este esquema de trabajo del CBM-M es la<br />
figura del promotor comunitario, ya que se trata de campesinos elegidos por<br />
la comunidad para que puedan ser capacitados en la adquisición de determinadas<br />
habilidades que los proyectos, las comunidades o las organizaciones<br />
requieran. A través del promotor comunitario se transfieren y<br />
desarrollan las capacidades que se espera sean apropiadas por las comunidades<br />
y las organizaciones; además, se encargan de dar seguimiento puntual<br />
a las acciones y proyectos que se impulsan (Álvarez-Icaza y Anta, 2018).<br />
En la Selva Lacandona, el CBM-M se ha enfocado en enfrentar el<br />
problema de la deforestación, buscando evitarlo y disminuyendo la presión<br />
sobre las áreas protegidas que se han establecido en esta región. Aunque<br />
se sabe que la deforestación es un problema multifactorial muy complejo,<br />
que difícilmente se puede resolver a través de una política específica, el<br />
CBM-M ha logrado conjuntar los esfuerzos de la Sagarpa y la Conafor<br />
para promover la conservación y el manejo forestal sustentable, así como<br />
impulsar la producción agropecuaria sustentable en las comunidades de<br />
la región (León y Villalobos, 2013; Anónimo, 2015i).<br />
Por la estructura del programa y la consolidación de los grupos de<br />
trabajo técnico local, un aspecto interesante del CBM-M es que actualmente<br />
se le reconoce como un articulador de política pública, tanto por<br />
los grupos de productores y los dueños de la tierra, como por las instituciones<br />
gubernamentales. En buena medida, esto se ha logrado por el<br />
conocimiento de la problemática regional y local en los estados donde<br />
opera, y por la articulación participativa que ha promovido con diferentes<br />
instancias gubernamentales y con la población local.<br />
A partir de este esquema, se ha establecido un nuevo espacio de participación<br />
y negociación coordinada para la toma de decisiones, fundamentado<br />
en el papel de las comunidades dentro de los consejos<br />
microrregionales, regionales y estatales, fomentando la construcción de<br />
una nueva gobernanza ambiental que tiene como objetivo trascender los<br />
tiempos administrativos del gobierno. Esto se ve reflejado en la descentralización<br />
de los proyectos productivos de la estructura institucional<br />
gubernamental y la construcción e implementación de los proyectos desde<br />
la escala local, que se deciden mediante un proceso de planeación comunitaria<br />
participativa, en particular desde los ejidos y en el papel articulador<br />
de las ADL, entre las instituciones gubernamentales y los grupos de productores,<br />
partiendo de su reconocimiento y aceptación entre las partes.<br />
Finalmente, valdría la pena resaltar que a partir de la experiencia<br />
generada en el CBM-M se ha modificado el marco jurídico para poder<br />
tomar decisiones de forma interdisciplinaria (intersectorial) y operar los
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
791<br />
programas de manera local, a partir de un organismo (las ADL) que haga<br />
el trabajo de la administración pública, reconocido por las instituciones<br />
sociales y gubernamentales, y que sea cercano a la población.<br />
Conclusiones<br />
El análisis de estos dos casos de política pública ambiental en México,<br />
ambos orientados a la conservación de la biodiversidad e implementados<br />
en zonas de alta diversidad biológica que coinciden con zonas de alta<br />
marginación, permite identificar elementos en el diseño e implementación<br />
que integran la participación de distintos sectores y niveles de gobierno,<br />
así como de actores locales. Tales elementos son fundamentales para poder<br />
construir la transversalidad que se requiere para resolver los problemas<br />
relacionados con el ambiente y el desarrollo. En este sentido, podemos<br />
afirmar que uno de los elementos que favorecieron la transversalidad en<br />
estos casos fue la determinación de conjuntar diversos intereses, los del<br />
Banco Mundial y diversas entidades del gobierno federal, con los de<br />
instancias de los gobiernos estatales y los de las comunidades locales. Otro<br />
aspecto a resaltar acerca del diseño de estos dos programas es la búsqueda<br />
de alineación con las necesidades, recursos y características particulares<br />
de las comunidades y ejidos, reconociendo el tipo de tenencia de la tierra,<br />
la organización existente y la capacidad técnica y operativa de las comunidades,<br />
y fortaleciendo capacidades donde se considerara necesario.<br />
Existió asimismo una coordinación institucionalizada entre los actores<br />
para la atención del problema público definido.<br />
Como argumentan Baker y Chapin III (2018), es importante que el<br />
diseño y la organización para la operación de programas públicos incluyan<br />
espacios permanentes de diálogo y toma de decisiones en los que participen<br />
todos los actores involucrados. Estos espacios han sido una de las características<br />
distintivas de los casos analizados. En el caso del Coinbio, los<br />
comités nacional y estatales estaban integrados e implicaban la participación<br />
real de las comunidades forestales, la academia, las entidades de los<br />
gobiernos estatal y federal, además de los organismos internacionales;<br />
mientras que, en el caso del CBM-M, los consejos estatales fueron integrados<br />
por las delegaciones federales, las dependencias estatales, el sector<br />
social y el sector económico, y los consejos regionales y microrregionales<br />
estuvieron integrados por asociaciones regionales (donde entraron las<br />
organizaciones de productores y los núcleos agrarios), las agencias de<br />
desarrollo local y los promotores comunitarios.<br />
La revisión de los aprendizajes generados a partir de los dos casos<br />
presentados también nos hace reflexionar sobre los principales retos para
792 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
la política pública en relación con la transversalidad, la coordinación<br />
interinstitucional y la participación de la sociedad. En primer lugar, como<br />
hemos mencionado anteriormente, para atender problemas complejos,<br />
como los relacionados con el ambiente y el desarrollo, es necesario que las<br />
políticas públicas sean transversales y fomenten la coordinación interinstitucional<br />
y una interacción entre distintos sectores del gobierno y de la<br />
sociedad que permita articular sus intereses. La formulación e implementación<br />
de soluciones transversales tiene como requisito la colaboración<br />
interinstitucional y con la sociedad civil, que, además de atender problemas<br />
públicos complejos, propicia la construcción de nueva gobernanza. En<br />
segundo lugar, para asumir los compromisos y responsabilidades derivados<br />
de una atención transversal de los problemas públicos por cada sector<br />
gubernamental y de la sociedad civil involucrados, es necesario adecuar<br />
la ingeniería institucional a una estructura en la que participen todos los<br />
actores interesados y puedan organizar la implementación de forma coordinada,<br />
superando la rigidez de la estructura operativa que muchas veces<br />
hace imposible la obtención de los objetivos planteados.<br />
Será de interés investigar si la transversalidad del Coinbio y del CBM-M<br />
es reconocida, en las comunidades en las que se han implementado, por<br />
lograr la incorporación de su visión y prácticas, y por generar resultados<br />
distintos con respecto a políticas públicas diseñadas e implementadas sin<br />
la articulación de intereses que permite la transversalidad.<br />
Finalmente, nos gustaría mencionar que los resultados obtenidos por<br />
ambos programas han contribuido en el fortalecimiento de instrumentos<br />
jurídicos y de coordinación interinstitucional. Por ejemplo, la estrategia de<br />
desarrollo rural y conservación de la biodiversidad, a partir de la experiencia<br />
generada por el CBM-M, ha sido retomada como una propuesta a<br />
nivel nacional, y ha sido plasmada en el Programa Especial de Gestión en<br />
Zonas de Alta Biodiversidad publicado a finales de 2012. El Coinbio<br />
influyó en la reforma legislativa de 2007, que aprobó el artículo 46 de la<br />
Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (DOF,<br />
2008), en el que se reconoce formalmente la conservación voluntaria<br />
como parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas; así como en la<br />
creación de la Ley Ambiental y de Protección del Patrimonio Natural<br />
del Estado de Michoacán de Ocampo, en la que se considera la participación<br />
de las comunidades en el proceso de declaratoria y manejo de las<br />
Áreas Naturales Protegidas. De igual manera, la formalización de la<br />
coordinación intersectorial a través del convenio de colaboración entre<br />
Sagarpa y Semarnat ha permitido que se reconozcan y fomenten institucionalmente<br />
la implementación de sistemas agroforestales y silvopastoriles.<br />
También, éstos influenciaron el Programa de Desarrollo Rural<br />
Sustentable en Corredores Biológicos de Chiapas que han convenido la
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
793<br />
Sagarpa, la Secretaría del Campo de Chiapas y la Conabio, y se refleja de<br />
manera operativa en las reglas de operación del programa.<br />
Agradecimientos<br />
Agradecemos a la DGAPA-UNAM el financiamiento del proyecto<br />
PAPIME PE303115 del cual el presente artículo es uno de sus resultados.<br />
Igualmente, agradecemos al proyecto 2269 de Cátedras CONACyT por<br />
el apoyo brindado para la elaboración de este trabajo.<br />
Fuentes consultadas<br />
Aguilar, Luis (2011), “Políticas Públicas y transversalidad”, en José María<br />
Ramos, José Sosa y Félix Acosta (coords.), La evaluación de políticas<br />
públicas en México, Ciudad de México, Instituto Nacional de<br />
Administración Pública A. C. / El Colegio de la Frontera Norte A.<br />
C., pp. 23-42.<br />
Álvarez-Icaza, Pedro (2010), “Diez años del Corredor Biológico<br />
Mesoamericano-México”, en Julia Carabias, José Sarukhán, Javier<br />
de la Masa y Carlos Galindo (coords.), Patrimonio natural de México.<br />
Cien casos de éxito, Ciudad de México, Conabio, pp. 142-143.<br />
Álvarez-Icaza, Pedro (2013), “Corredor Biológico Mesoamericano en<br />
México”, Biodiversitas, (110), Ciudad de México, Conabio, pp. 1-5.<br />
Álvarez-Icaza, Pedro y Anta, Salvador (2018), “Gestión territorial en el<br />
Corredor Biológico Mesoamericano en México”, en Fernando<br />
Antonio Rosete Vergés y Jesús Fuentes (coords.), Aportes de la<br />
planeación territorial en Hispanoamérica. Casos exitosos desde<br />
diferentes perspectivas, Morelia, UNAM / ENES Unidad Morelia,<br />
pp. 147-178.<br />
Anta, Salvador; Obregón, Rafael; Gutiérrez, Pedro y Alejandre, Susana<br />
(2013), “Acciones exitosas en los corredores biológicos en el sursureste<br />
de México”, Biodiversitas, (110), Ciudad de México,<br />
Conabio, pp. 6-9.<br />
Arreola, Arturo; Peresgrovas, Víctor; Reyes, Cristina; Pérez, Reyna y Martínez,<br />
Rabiel (2009), “De las metas a los procesos: la evaluación de
794 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
proyectos de desarrollo rural exitosos en el área del Corredor<br />
Biológico Mesoamericano-Chiapas”, <strong>Revista</strong> de Geografía Agrícola,<br />
(42), Texcoco, Universidad Autónoma Chapingo, pp. 51-64.<br />
Baker, Susan y Chapin III, F. Stuart (2018), “Going beyond “it depends”:<br />
the role of context in shaping participation in natural resource<br />
management”, Ecology & Society, 23 (1), Estocolmo, The Resilience<br />
Alliance, pp. 20-30.<br />
Banco Mundial (2000), “Mexico-Indigenous and Community Biodiversity<br />
Conservation Project, No. PID9121”, Washington, D. C.,<br />
World Bank, , 5 de febrero de 2016.<br />
Banco Mundial (2008), “Implementation Completion and Results Report,<br />
Indigenous and Community Biodiversity Conservation Project,<br />
No. ICR0000851”, Washington, D. C., World Bank, , 22 de junio de 2015.<br />
Banco Mundial (2012), “Project Performance Assessment Report, Indigenous<br />
and Community Biodiversity Conservation Project, No.<br />
68859”, Washington, D. C., World Bank, , 5 de febrero de 2016.<br />
Barton Bray, David; Merino-Pérez, Leticia; Negreros-Castillo, Patricia;<br />
Segura-Warnholtz, Gerardo; Torres-Rojo, Juan Manuel y Vester,<br />
Henricus F. M. (2003), “Mexico’s Community-Managed Forests<br />
as a Global Model for Sustainable Lanscapes”, Conservation Biology,<br />
17 (3), Washington, D. C., The Society for Conservation<br />
Biology, pp. <strong>67</strong>2-<strong>67</strong>7.<br />
Batie, Sandra (2008), “Wicked problems and applied economics”, American<br />
Journal of Agricultural Economics, 90 (5), Milwaukee, Agricultural<br />
and Applied Economics Association, pp. 1176-1191.<br />
Camou, Andrés; Ortiz-Ávila, Tamara; Ortiz-Ávila, Daniel y Odenthal,<br />
Jorge (2013), “Community Conservation Experiences in Three<br />
Ejidos of the Lower Balsas River Basin, Michoacán”, en Luciana<br />
Porter-Bolland, Isabel Ruiz-Mallén, Claudia Camacho-Benavides<br />
y Susannah R. McCandless (eds.), Community action for conservation.<br />
Mexican experiences, Nueva York, Springer, pp. 47-62.<br />
Carabias, Julia; De la Maza, Javier y Provencio, Enrique (2008), “Evolución<br />
de enfoques y tendencias en torno a la conservación y el uso
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
795<br />
de la biodiversidad”, en Julia Carabias, Alejandro Mohar, Salvador<br />
Anta y Javier de la Maza (comps.), Capital natural de México, vol.<br />
III. Políticas públicas y perspectivas de sustentabilidad, Ciudad de<br />
México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la<br />
Biodiversidad, pp. 29-42.<br />
CCAD (Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo) (2003),<br />
“Estrategia regional para la conservación y uso sostenible de la<br />
biodiversidad en Mesoamérica (ERB)”, Ciudad Merliot, Comisión<br />
Centroamericana de Ambiente y Desarrollo.<br />
Conabio (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad)<br />
(2006), Capital natural y bienestar social, Ciudad de<br />
México, Conabio.<br />
Coppola, Brian P. (1996), “Progress in practice: Teaching and learning<br />
with case studies”, The Chemical Educator, 1 (4), Cham, Springer<br />
Nature, pp. 1-13.<br />
Den Uyl, Ross y Russel, Duncan (2018), “Climate adaptation in fragmented<br />
governance settings: the consequences of reform in public<br />
administration”, Environmental Politics, 27 (2), Londres, Taylor<br />
& Francis, pp. 341-361.<br />
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2008), “Decreto por el que se reforma<br />
y adiciona diversas disposiciones de la Ley General del Equilibrio<br />
Ecológico y la Protección al Ambiente, para fortalecer la certificación<br />
voluntaria de predios”, 16 de mayo, Ciudad de México, Segob,<br />
, 20 de junio de 2018.<br />
Domínguez-Serrano, Judith (2010), “Integralidad y transversalidad de la<br />
política ambiental”, en José Luis Lezama y Boris Graizbord<br />
(coords.), Los grandes problemas de México IV. Medio ambiente,<br />
Ciudad de México, El Colegio de México, pp. 257-293.<br />
Doremus, Holly (2009), “CALFED and the quest for optimal institutional<br />
fragmentation”, Environmental Science & Policy, 12 (6),<br />
Amsterdam, Elsevier, pp. 729-732.<br />
Escalera-Matamoros, Claudia y De Garay, Claudia (2019), “El Programa<br />
de Conservación Comunitaria de la Biodiversidad, Coinbio”, en<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, Claudia Escalera-Matamoros,<br />
Bárbara Ayala-Orozco, Eduardo García-Frapolli y Carla Galán-
796 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
Guevara (coords.), El ciclo de políticas públicas. Casos selectos de la<br />
política ambiental mexicana para la enseñanza, Morelia, UNAM-<br />
ENES Unidad Morelia, pp. 143-157.<br />
Flick, Uwe (2014), The SAGE handbook of qualitative data analysis, Londres,<br />
SAGE Publications, Inc.<br />
FAO-Conafor (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación<br />
y la Agricultura-Comisión Nacional Forestal) (s/f), “Revisión del<br />
Programa Estratégico Forestal 2025 (PEF 2025) y del Programa<br />
Nacional Forestal 2001-2006, en el marco del proyecto UTF/<br />
MEX/072”, Informe Final, Zapopan, Conafor, , 15 de marzo de 2021.<br />
Galán-Guevara, Carla; Balvanera, Patricia y Castellarini, Fabiana (2013),<br />
Políticas públicas hacia la sustentabilidad: integrando la visión<br />
ecosistémica, Ciudad de México, Comisión Nacional para el<br />
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.<br />
Gerring, John (2007), Case study research: Principles and practices, Cambridge,<br />
Cambridge University Press.<br />
Gil, Miguel Ángel (2007), Crónica ambiental. Gestión pública de políticas<br />
ambientales en México, Ciudad de México, Fondo de Cultura<br />
Económica / Instituto Nacional de Ecología / Secretaría de Medio<br />
Ambiente y Recursos Naturales.<br />
Guevara, Alejandro (2005), “Política ambiental en México: Génesis,<br />
desarrollo y perspectivas”, <strong>Revista</strong> ICE, (821), Madrid, Ministerio<br />
de Economía, Industria y Competitividad, pp. 163-175.<br />
León, Cuauhtémoc y Villalobos, Ileana (2013), “Documento final del<br />
estudio de políticas agroambientales en México. Proyecto GCP/<br />
RLA/195/BRA”, Ciudad de México, Food and Agriculture<br />
Organization.<br />
Lezama, José Luis (2010), “Sociedad, medio ambiente y política ambiental,<br />
1970-2000”, en José Luis Lezama y Boris Graizbord (coords.),<br />
Los grandes problemas de México IV. Medio ambiente, Ciudad de<br />
México, El Colegio de México, pp. 23-59.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
797<br />
Miller, Kenton; Chang, Elsa y Johnson, Nels (2001), “Defining Common<br />
Ground for the Mesoamerican Biological Corridor”, Washington<br />
D. C., World Resources Institute.<br />
Obregón, Rafael y Ramírez, Xóchitl (2010), “Conservación y desarrollo en<br />
la Selva Lacandona”, en Julia Carabias, José Sarukhán, Javier de la<br />
Masa y Carlos Galindo (coords.), Patrimonio natural de México.<br />
Cien casos de éxito, Ciudad de México, Conabio, pp. 144-145.<br />
PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) (1997), “Documento<br />
de Proyecto RLA/97/G31: Establecimiento de un programa<br />
para la consolidación del Corredor Biológico Mesoamericano”,<br />
Nueva York, PNUD.<br />
Pérez, Jesús (2010), “La política ambiental en México: Gestión e instrumentos<br />
económicos”, El Cotidiano, (162), Ciudad de México,<br />
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, pp. 91-97.<br />
Provencio, Enrique (1995), “Desarrollo sustentable e instituciones públicas”,<br />
Gaceta Ecológica, (37), Ciudad de México, Instituto Nacional<br />
de Ecología / SEMARNAP, pp. 5-11.<br />
Provencio, Enrique y Mohar, Alejandro (1995), “Desarrollo sustentable<br />
y reforma del estado”, en Gilberto Rincón Gallardo (coord.), La<br />
reforma pactada. Ocho visiones de cambios en la paz, Ciudad de<br />
México, Centro de Estudios para la Reforma del Estado A. C.,<br />
LVI Legislatura de la Cámara de Diputados, pp. 75-85.<br />
Ramírez, Gustavo (2003), “El Corredor Biológico Mesoamericano”,<br />
Biodiversitas, (47), Ciudad de México, Conabio, pp. 1-3.<br />
Rittel, Horst y Webber, Melvin (1973), “Dilemmas in a general theory<br />
of planning”, Policy Science, 4 (2), Amsterdam, Elsevier Scientific<br />
Publishing Company, pp. 155-169.<br />
Rosete, Fernando; García-Frapolli, Eduardo; Ayala-Orozco, Bárbara;<br />
Escalera-Matamoros, Claudia y Galán-Guevara, Carla (2019), “La<br />
metodología de estudio de caso y su implementación en la enseñanza-aprendizaje”,<br />
en Fernando Antonio Rosete Vergés, Claudia<br />
Escalera-Matamoros, Bárbara Ayala-Orozco, Eduardo García-<br />
Frapolli y Carla Galán-Guevara (coords.), El ciclo de políticas<br />
públicas. Casos selectos de la política ambiental mexicana para la<br />
enseñanza, Morelia, UNAM-ENES Unidad Morelia, pp. 143-157.
798 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
Sarukhán, José y Álvarez-Icaza, Pedro (coords.) (2012), Desarrollo territorial<br />
sustentable: Programa especial de gestión en zonas de alta<br />
biodiversidad, Ciudad de México, Comisión Nacional para el<br />
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.<br />
Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) (2013),<br />
Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2013-<br />
2018, Ciudad de México, Gobierno de la República.<br />
Serra, Albert (2005), “La gestión transversal. Expectativas y resultados”,<br />
<strong>Revista</strong> del CLAD Reforma y Democracia, (32), Caracas, Centro<br />
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, pp. 1-17.<br />
Sosa, Neyra; Zarazúa, Rogelio y Baltazar, Bárbara (2019), “Programa de<br />
Conservación Comunitaria de la Biodiversidad: política pública<br />
con enfoque participativo”, en Comisión Nacional para el Conocimiento<br />
y Uso de la Biodiversidad, La biodiversidad en Michoacán.<br />
Estudio de Estado 2, vol I., Ciudad de México, Conabio.<br />
Sosa-Nunez, Gustavo (2016), “Transversal environmental policies”, en<br />
Gustavo Sosa-Nunez y Ed Atkins (eds.), Environment, Climate<br />
Change and International Relations, Bristol, E-International Relations<br />
Publishing, pp. 87-98.<br />
Velázquez, Alejandro; Torres, Alejandro y Bocco, Gerardo (2003), Las<br />
enseñanzas de San Juan. Investigación participativa para el manejo<br />
integral de recursos naturales, Ciudad de México, Instituto Nacional<br />
de Ecología / Secretaría de Medio Ambiente y Recursos<br />
Naturales.<br />
Wei, Cynthia; Burnside, William y Che-Castaldo, Judy (2015), “Teaching<br />
socio-environmental synthesis with the case studies approach”,<br />
Journal of Environmental Studies Science, (5), Halethorpe, Association<br />
of Environmental Sciences and Studies, pp. 42-49.<br />
Entrevistas<br />
Anónimo (2015a), “Participación en el Coinbio”, entrevistado por: Claudia<br />
Escalera-Matamoros, [videoconferencia/semiestructurada],<br />
Morelia, Michoacán, 25 de junio.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
799<br />
Anónimo (2015b), “Participación en el Coinbio”, entrevistado por:<br />
Claudia Escalera-Matamoros, [videoconferencia/semiestructurada],<br />
Morelia, Michoacán, 25 de junio.<br />
Anónimo (2015c), “Participación en el Coinbio”, entrevistado por: Claudia<br />
Escalera-Matamoros, [videoconferencia/semiestructurada],<br />
Morelia, Michoacán, 22 de junio.<br />
Anónimo (2015d), “Participación en el Coinbio”, entrevistado por:<br />
Claudia Escalera-Matamoros, [presencial/semiestructurada],<br />
Morelia, Michoacán, 29 de junio.<br />
Anónimo (2015e), “Participación en el CBM-M”, entrevistado por:<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, [presencial/semiestructurada],<br />
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 27 de mayo.<br />
Anónimo (2015f), “Participación en el CBM-M”, entrevistado por:<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, [presencial/semiestructurada],<br />
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 27 de mayo.<br />
Anónimo (2015g), “Participación en el CBM-M”, entrevistado por:<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, [presencial/semiestructurada],<br />
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 27 de mayo.<br />
Anónimo (2015h), “Participación en el CBM-M”, entrevistado por:<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés, [presencial/semiestructurada],<br />
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 27 de mayo.<br />
Anónimo (2015i), “Participación en el CBM-M”, entrevistado por: Fernando<br />
Antonio Rosete Vergés, [presencial/semiestructurada], San<br />
Cristóbal de las Casas, Chiapas, 27 de mayo.<br />
Anónimo (2016), “Participación en el Coinbio”, entrevistado por: Claudia<br />
Escalera-Matamoros, [presencial/semiestructurada], Morelia,<br />
Michoacán, 22 de junio.<br />
Recibido: 23 de mayo de 2020.<br />
Reenviado: 22 de febrero de 2021.<br />
Aceptado: 25 de marzo de 2021.<br />
Fernando Antonio Rosete Vergés. Biólogo por la UAM-Xochimilco,<br />
maestro en Ciencias en Manejo de Recursos Naturales por la UMSNH<br />
y doctor en Geografía por la UNAM. Experto en Planeación Territorial.
800 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
Actualmente es profesor titular en la Escuela Nacional de Estudios<br />
Superiores (ENES), campus Morelia, de la UNAM y coordinador de la<br />
Unidad de Planeación y Manejo del Territorio (UPLAMAT). Sus líneas<br />
de investigación son: ordenamiento ecológico del territorio, adaptación<br />
al cambio climático en zonas costeras y políticas públicas en materia<br />
ambiental. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran: como<br />
coautor, “La planeación territorial en municipios costeros y su importancia<br />
para la adaptación al cambio climático global”, <strong>Revista</strong> Jaina, 1 (1),<br />
Campeche, Universidad Autónoma de Campeche, pp. 25-40 (2019);<br />
“Biophysical landscapes of the Ejido Tzurumútaro, Michoacán, Mexico”,<br />
Journal of Maps, 15 (2), Londres, Taylor & Francis, pp. 278-282 (2019);<br />
como coordinador, El ciclo de políticas públicas. Casos selectos de la política<br />
ambiental mexicana para la enseñanza, Morelia, UNAM-ENES Unidad<br />
Morelia (2019).<br />
Claudia Escalera-Matamoros. Economista por la UNAM, maestra en<br />
Economía por El Colegio de México, maestra en Política Públicas por la<br />
Universidad de Chile y candidata a doctora en Geografía por la UNAM.<br />
Posee experiencia en el diseño, ejecución y evaluación de política pública<br />
en los gobiernos de México y Chile y en organismos internacionales, como<br />
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura<br />
(FAO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la<br />
Agricultura (IICA). Actualmente es profesora titular en la Escuela Nacional<br />
de Estudios Superiores (ENES), Unidad Morelia, de la UNAM.<br />
Forma parte del Laboratorio de Estudios Sociales Aplicados; sus líneas<br />
de investigación son políticas públicas, economía y accesibilidad. Entre<br />
sus más recientes publicaciones se encuentran: como coordinadora, El<br />
ciclo de políticas públicas. Casos selectos de la política ambiental mexicana<br />
para la enseñanza, Morelia, UNAM-ENES Unidad Morelia (2019); como<br />
autora “Las políticas públicas”, en Fernando Antonio Rosete Vergés,<br />
Claudia Escalera-Matamoros, Bárbara Ayala-Orozco, Eduardo García-<br />
Frapolli y Carla Galán-Guevara (coords.), El ciclo de políticas públicas.<br />
Casos selectos de la política ambiental mexicana para la enseñanza, Morelia,<br />
UNAM-ENES Unidad Morelia, pp. 109-133 (2019); como coautora,<br />
“Políticas sobre migración, deportación y retorno”, en Leonardo Lomelí<br />
Vanegas (coord.), La UNAM y los desafíos de la nación, Ciudad de México,<br />
Secretaría General de la UNAM, pp. 387-413 (2018).<br />
Bárbara Ayala-Orozco. Bióloga por la Facultad de Ciencias de la UNAM,<br />
maestra en Ciencias y doctora en Estudios Ambientales por la Universidad<br />
de California, Santa Cruz. Actualmente es investigadora en el Instituto de<br />
Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 775-802<br />
801<br />
Unidad Morelia y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores,<br />
nivel I. Sus líneas de investigación se centran en temas de gobernanza<br />
ambiental, sustentabilidad, políticas públicas de conservación y movilización<br />
del conocimiento para la toma de decisiones con un enfoque<br />
socioecológico. Actualmente imparte asignaturas sobre sistemas socioecológicos,<br />
gobernanza ambiental y sustentabilidad. Además del sector<br />
académico, también ha trabajado en el sector público (Conabio, Semarnat)<br />
y como consultora en organizaciones de la sociedad civil (Pronatura-<br />
Península de Yucatán, RARE Conservation). Entre sus más recientes<br />
publicaciones se encuentran: “Hybrid, public and private environmental<br />
governance: the case of sustainable coastal zone management in Quintana<br />
Roo, Mexico”, International Journal of Sustainable Development and World<br />
Ecology, 27 (7), Londres, Taylor & Francis, pp. 625-637 (2020); “From<br />
local landscapes to international policy: Contributions of the biocultural<br />
paradigm to global sustainability”, Global Sustainability, 2, e7, Cambridge,<br />
Cambridge University Press, pp. 1-11 (2019); y como coordinadora, El<br />
ciclo de políticas públicas. Casos selectos de la política ambiental mexicana<br />
para la enseñanza, Morelia, UNAM-ENES Unidad Morelia (2019).<br />
Eduardo García-Frapolli. Licenciado en Economía por la Universidad<br />
Iberoamericana, con maestría en Gestión y Políticas Públicas por la Universidad<br />
de Chile y doctorado en Ciencias Ambientales en el área de<br />
Economía Ecológica por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente<br />
es investigador titular A, dirige el Laboratorio de Economía Ecológica<br />
en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad<br />
(IIES) de la UNAM Unidad Morelia y es miembro del Sistema Nacional<br />
de Investigadores, nivel II. Sus líneas de investigación son el análisis del<br />
manejo de los recursos naturales y en el análisis de las políticas públicas<br />
de conservación. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran:<br />
como coautor, “Early detection of conflicts for the management of protected<br />
areas: The case of charcoal production in the Los Petenes Biosphere<br />
Reserve, Mexico”, Environmental Management, 64 (1), Cham, Springer,<br />
pp.52-63 (2019); “Who participates in conservation initiatives? Case<br />
studies in six rural communities of Mexico”, Journal of Environmental<br />
Planning and Management, 62 (6), Londres, Taylor & Francis, pp.1045-<br />
1064 (2019); y “Different approaches towards the understanding of<br />
socio-environmental conflicts in protected areas”, Sustainability 10 (7),<br />
2240, Basilea, MDPI, pp. 1-17 (2018).<br />
Carla Galán-Guevara. Economista por la Universidad Iberoamericana,<br />
maestra en Ciencias en Estudios de Desarrollo por la London School of<br />
Economics and Political Science y doctora en Ciencias y Humanidades
802 F. A. Rosete Vergés et al.: Transversalidad en políticas mexicanas de conservación…<br />
para el Desarrollo Interdisciplinario por la Universidad Autónoma de<br />
Coahuila y el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias<br />
y Humanidades de la UNAM. Actualmente es profesora de tiempo<br />
completo en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad<br />
Morelia de la UNAM. Sus líneas de investigación son: medios de vida<br />
como sistemas socioecológicos complejos; economía, sociedad y sustentabilidad;<br />
economía social y solidaria; gestión de procesos socioeconómicos<br />
alternativos. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran: como<br />
coordinadora, El ciclo de políticas públicas. Casos selectos de la política<br />
ambiental mexicana para la enseñanza, Morelia, UNAM-ENES Unidad<br />
Morelia (2019); como coautora, “La metodología de estudio de caso y su<br />
implementación en la enseñanza-aprendizaje”, en Fernando Antonio<br />
Rosete Vergés, Claudia Escalera-Matamoros, Bárbara Ayala-Orozco,<br />
Eduardo García-Frapolli y Carla Galán-Guevara (coords.), El ciclo de<br />
políticas públicas. Casos selectos de la política ambiental mexicana para la<br />
enseñanza, Morelia, UNAM-ENES Unidad Morelia, pp. 143-157 (2019);<br />
y “La Licenciatura en Estudios Sociales y Gestión Local. Conocimientos<br />
en diálogo y en acción”, en Diana Tamara Martínez y Pedro Sergio Urquijo<br />
(coordinadores), Visiones de cambio desde las Ciencias Sociales, Morelia,<br />
UNAM-ENES Unidad Morelia, pp. 285-294 (2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211661<br />
Análisis espacial de las áreas verdes<br />
urbanas de la Ciudad de México<br />
803<br />
Spatial analysis of urban green spaces in<br />
Mexico City<br />
Juan Manuel Núñez*<br />
Abstract<br />
Urban green spaces offer potential to provide ecosystem services regardless of management<br />
of authorities. Different data sources, definitions, time periods, and scales pose<br />
challenges for preparation of urban green spaces inventories that facilitate the integral<br />
management of cities green infrastructure. This work presents a spatial analysis approach<br />
to know dynamics of urban green space based on the available Urban Green Spaces<br />
Mexico City Inventories. Results confirm an increase in the number of green areas<br />
managed by the authorities but a greater loss in private and informal green spaces.<br />
Keywords: urban green space, spatial analysis, sustainability.<br />
Resumen<br />
Las áreas verdes urbanas tienen potencial para proporcionar servicios ecosistémicos<br />
independientemente de la gestión de las autoridades. A través de diferentes fuentes<br />
de datos, definiciones, escalas y periodos se plantean desafíos para la elaboración<br />
de inventarios de áreas verdes que faciliten la gestión integral de la infraestructura<br />
verde. Este trabajo presenta un enfoque de análisis espacial para conocer la dinámica<br />
del espacio verde urbano, basado en los inventarios disponibles de Áreas Verdes<br />
Urbanas de la Ciudad de México. Los resultados confirman un aumento en la<br />
cantidad de áreas verdes gestionadas por las autoridades, pero una pérdida en áreas<br />
verdes privadas e informales.<br />
Palabras clave: áreas verdes urbanas, análisis espacial, sostenibilidad.<br />
* Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus), Universidad<br />
Iberoamericana, correo-e: juan.nunez@ibero.mx
804 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Introducción<br />
Una de las dinámicas territoriales 1 que inciden en la configuración de los<br />
espacios urbanos, en su camino hacia la sostenibilidad, son las áreas verdes.<br />
Su manejo adecuado debe ser una estrategia para hacer nuestras ciudades<br />
más habitables, inclusivas y sostenibles. El concepto de áreas verdes urbanas<br />
tiene su origen en el reconocimiento de que éstas pueden y deben ser<br />
manejadas de manera integrada y holística para visibilizar muchos otros<br />
beneficios sociales y ambientales, más allá del uso recreativo o estético<br />
(Sorensen et al., 1997).<br />
Entre otros beneficios, se incluyen además de mejoras en la salud de<br />
las personas, el control de inundaciones, la reducción de la contaminación<br />
del aire, la regulación del microclima, el incremento de la biodiversidad,<br />
la recreación y el turismo, la producción de alimentos, la reducción de la<br />
desigualdad, la integración social y la disminución de los niveles de inseguridad<br />
pública (Ko y Son, 2018; Escobedo et al., 2011; Wolch et al.,<br />
2014; Groenewegen et al., 2006).<br />
Estos y otros beneficios se materializan en una amplia gama de servicios<br />
ecosistémicos que permiten combatir muchos males urbanos y mejorar la<br />
calidad de vida de los habitantes de las ciudades (Wolch et al., 2014). Múltiples<br />
servicios ecosistémicos son prestados por una gran variedad de áreas<br />
verdes urbanas diversas en tamaño, cobertura vegetal, riqueza de especies,<br />
calidad ambiental, instalaciones y servicios, proximidad al transporte<br />
público, propiedad y manejo (Fuller y Gaston, 2009; Dahmann et al., 2010;<br />
Núñez y Romero, 2016).<br />
Los espacios verdes urbanos se clasifican por tamaño, características<br />
espaciales, ubicaciones geográficas, usos, funciones, propósitos de servicio,<br />
instalaciones y propiedad (Byrne y Sipe, 2010; Ko y Son, 2018). Las áreas<br />
verdes públicas incluyen parques, plazas y jardines, bosques urbanos,<br />
campos deportivos, bordos y canales, jardines comunitarios, camellones y<br />
áreas naturales protegidas, así como espacios menos convencionales como<br />
panteones y azoteas verdes (Sudipto et al., 2012). Por otro lado, las áreas<br />
verdes privadas e informales incluyen patios traseros privados, áreas verdes<br />
en edificios de apartamentos o corporativos, campos de golf y terrenos baldíos<br />
generalmente no designados ni reconocidos como espacios para uso de<br />
los habitantes (Wolch et al., 2014; Rupprecht y Byrne, 2014).<br />
1<br />
El concepto de dinámica territorial hace referencia al proceso de cambio<br />
continuo en las estructuras económicas, sociales, culturales, institucionales y<br />
políticas de un territorio, orientándolo a una triple condición de crecimiento,<br />
inclusión y sostenibilidad ambiental (Berdegué et al., 2011; Schejtman y Berdegué,<br />
2004).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
805<br />
Pero sin importar su tipo, dentro de las ciudades las áreas verdes no<br />
siempre se distribuyen equitativamente, ya que el acceso a menudo está<br />
altamente estratificado en función del nivel socioeconómico, edad, género,<br />
grupos sociales y otros ejes de diferencia (McConnachie y Shackleton,<br />
2010; Ferguson et al., 2018). La distribución de estos espacios dentro de<br />
un área determinada también es muy importante para medir sus impactos<br />
esperados (Alam et al., 2014; Kuo, 2011).<br />
Un estándar importante de la cantidad de áreas verdes que se requieren<br />
para sostener un ecosistema urbano puede medirse a través de su disponibilidad<br />
por persona o la cubierta vegetal disponible por persona. En el<br />
ámbito de la planeación urbana, existen diversos estándares cuantitativos<br />
en rangos variables que las ciudades deben cumplir en cuestión de provisión<br />
de superficie verde por habitante (Flores-Xolocotzi, 2017).<br />
En las últimas dos décadas, el Gobierno de la Ciudad de México ha<br />
impulsado la generación de diferentes inventarios de áreas verdes urbanas<br />
para identificar su ubicación espacial, dimensiones, tipos de áreas<br />
verdes, composición y cantidad por habitante, elaborados a partir del<br />
uso de imágenes de satélite y aplicación de metodologías de Percepción<br />
Remota implementadas en un ambiente de Sistemas de Información Geográfica<br />
(López-Caloca y Muñoz, 2012). Los inventarios de Áreas Verdes<br />
Urbanas de la Ciudad de México, publicados en 2002, 2010 y 2017, han<br />
permitido contar con un diagnóstico global de las áreas verdes, permitiendo<br />
avances en términos de diseño de políticas y de evaluación de<br />
uno de los principales factores de calidad ambiental para la ciudadanía<br />
(PAOT, 2010; CentroGeo, 2002; IG, 2017).<br />
En este trabajo, se implementa una metodología de análisis espacial<br />
que permite conocer las dinámicas territoriales del proceso de cambio de<br />
los tipos de vegetación, categorías de manejo y usos del suelo, empleando<br />
para ello los inventarios de Áreas Verdes Urbanas de la Ciudad de México,<br />
publicados en 2002, 2010 y 2017. Se plantean los siguientes objetivos:<br />
i) identificar el proceso de cambio de las áreas verdes urbanas de la Ciudad<br />
de México, a partir de los inventarios disponibles para la ciudad; y<br />
ii) analizar las principales fuerzas impulsoras de los cambios de las áreas<br />
verdes urbanas. Lo anterior con el propósito de conocer las posibilidades<br />
que las áreas verdes de la Ciudad de México tienen para desarrollar procesos<br />
sostenibles de desarrollo humano y su potencial para producir servicios<br />
ecosistémicos.<br />
A continuación se describen las etapas en relación con la selección de<br />
datos de los inventarios de áreas verdes urbanas presentados; así como<br />
los métodos de análisis y procedimientos empleados para identificar el<br />
proceso de cambio de espacios verdes urbanos en la Ciudad de México<br />
en los últimos años. Finalmente, se discuten las principales fuerzas
806 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
socioeconómicas impulsoras de los cambios del espacio verde urbano y<br />
se ofrece una discusión sobre la situación actual de las áreas verdes urbanas<br />
de la Ciudad de México, a partir del análisis de los resultados obtenidos.<br />
1. Los inventarios de Áreas Verdes Urbanas de la Ciudad de México<br />
Con la fundación de la Ciudad de México en 1521, la transformación<br />
del medio geográfico y urbano tuvo una profunda influencia en el diseño<br />
de las áreas verdes y en el manejo de la vegetación natural del entorno.<br />
En la ciudad colonial, sus plazas definieron gran parte de la aparición de<br />
algunos espacios verdes en la ciudad. La Alameda Central, fundada en<br />
1592, es un ejemplo de área destinada a la convivencia y la recreación<br />
(Giglia, 2013).<br />
Bajo la dictadura porfirista se dio un gran impulso al rebosamiento de<br />
parques y avenidas con un estilo europeo y muchas plazas mayores se convirtieron<br />
en frondosos jardines y parques. A inicios del siglo XX se considera<br />
que las áreas verdes ocupaban tan sólo 2% de la superficie de la capital.<br />
Una década después, bajo el mando del ingeniero Miguel Ángel de Quevedo,<br />
la Ciudad de México aumentó drásticamente su porcentaje de áreas verdes<br />
un 16% (Martínez González, 2008). Ya en años más recientes, la ampliación<br />
del bosque de Chapultepec, la inauguración del bosque de Aragón (ambos<br />
en 1964) y la integración del bosque de Tlalpan representan el último<br />
impulso de construcción de grandes áreas verdes. Tras la integración del<br />
Distrito Federal en 16 delegaciones durante la década de los setenta y con<br />
la aparición de ejes viales y grandes unidades habitacionales se impulsó<br />
una política de jardineras, cuyo mantenimiento principalmente recae en<br />
las autoridades locales (Benítez et al., 1987). El Atlas de la Ciudad de<br />
México de 1985 reporta una superficie de 2.3 metros cuadrados de área<br />
verde por habitante, considerando parques, jardines, camellones y glorietas<br />
del entonces Distrito Federal (Guevara Sada y Moreno Casasola, 1986).<br />
Sería hasta principios del siglo XXI que el Gobierno del Distrito<br />
Federal (GDF), a través de su Secretaría del Medio Ambiente (Sedema),<br />
implementó diversas estrategias para conocer, normar y desarrollar las<br />
áreas verdes urbanas (Moncada Maya y Meza Aguilar, 2010). La Ley<br />
Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal (LAPTDF),<br />
modificada en 2017, establece que las áreas verdes son toda superficie<br />
cubierta por vegetación natural o inducida que se localice en la Ciudad de<br />
México, así como la actualización permanente del inventario en materia<br />
de áreas verdes que deberá contener, por lo menos: la ubicación y superficie<br />
y los tipos de áreas verdes, además de las especies de flora y fauna que
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
807<br />
la conforman, las zonas en las cuales se considera establecer nuevas áreas<br />
verdes, entre otras.<br />
1.1. Primer Inventario General de Áreas Verdes del Distrito Federal<br />
La construcción de este inventario está basada en el diseño y elaboración<br />
de una solución de geomática que incluyó el procesamiento de imágenes<br />
satelitales IKONOS del 2000, para conformar un mapa de áreas verdes<br />
del suelo urbano de la Ciudad de México en dos categorías: árboles y<br />
pastos/arbustos (CentroGeo, 2002).<br />
Para la construcción de este inventario se implementaron métodos de<br />
fusión de datos mejorados con el objetivo de extraer de manera más eficiente<br />
toda la cubierta vegetal localizada en predios sujetos a cualquier<br />
régimen de propiedad ubicados en el suelo urbano de la Ciudad de México.<br />
Esto permitió la identificación de áreas de árboles, pastos y arbustos con<br />
una unidad mínima de mapeo 160 m 2 (López-Caloca et al., 2004). Con<br />
base en la información del Inventario General de Áreas Verdes del Distrito<br />
Federal, elaborado por el CentroGeo (2002), se obtienen las siguientes<br />
estadísticas sobre la distribución espacial por Delegación (cuadro 1).<br />
Cuadro1<br />
Áreas verdes en suelo urbano del Distrito Federal, México (2000)<br />
Delegación<br />
Álvaro<br />
Obregón<br />
Área<br />
(*)<br />
(km 2 )<br />
Total,<br />
áreas<br />
verdes<br />
(km 2 )<br />
Áreas<br />
verdes.<br />
Sup.<br />
Delega.<br />
(%)<br />
Zonas<br />
arboladas<br />
(%)<br />
Zonas<br />
de<br />
pastos y<br />
arbustos<br />
(%)<br />
Áreas<br />
verdes<br />
por<br />
habitante<br />
(m 2 )<br />
Zonas<br />
arboladas<br />
por<br />
habitante<br />
(m 2 )<br />
Población<br />
2000<br />
(%)<br />
61.12 24.59 40.2 64.5 35.5 35.8 23.1 8.1<br />
Azcapotzalco 33.51 4.28 12.8 54.7 45.3 9.7 5.3 5.2<br />
Benito Juárez 26.51 1.19 4.5 99 1 3.3 3.3 4.2<br />
Coyoacán 54.01 20.13 37.3 76.7 23.3 31.4 24.1 7.5<br />
Cuajimalpa 15.08 5.55 36.8 46.4 53.6 36.7 17 1.8<br />
Cuauhtémoc 32.<strong>67</strong> 1.81 5.5 74 26 3.5 2.6 6.1<br />
Gustavo A.<br />
Madero<br />
87.29 14.26 16.3 47.3 52.7 11.5 5.4 14.5<br />
Iztacalco 23.12 2.25 9.7 54.7 45.3 5.5 3 4.8<br />
Iztapalapa 113.37 18.32 16.2 27.1 72.9 10.3 2.8 20.8
808 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Cuadro 1 (continuación)<br />
Delegación<br />
Magdalena<br />
Contreras<br />
Miguel<br />
Hidalgo<br />
Área<br />
(*)<br />
(km 2 )<br />
Total,<br />
áreas<br />
verdes<br />
(km 2 )<br />
Áreas<br />
verdes.<br />
Sup.<br />
Delega.<br />
(%)<br />
Zonas<br />
arboladas<br />
(%)<br />
Zonas<br />
de<br />
pastos y<br />
arbustos<br />
(%)<br />
Áreas<br />
verdes<br />
por<br />
habitante<br />
(m 2 )<br />
Zonas<br />
arboladas<br />
por<br />
habitante<br />
(m 2 )<br />
Población<br />
2000<br />
(%)<br />
14.08 1.82 12.9 69.2 30.8 8.3 5.7 2.6<br />
47.69 8.89 18.6 57.3 42.7 25.2 14.4 4.1<br />
Tláhuac 19.17 2.27 11.8 4.4 95.6 7.5 0.3 3.6<br />
Tlalpan 48.29 11.8 24.4 88.9 11.1 20.3 18 6.8<br />
Venustiano<br />
Carranza<br />
33.87 5.23 15.4 23.5 76.5 11.3 2.7 5.4<br />
Xochimilco 22.9 5.89 25.7 60.8 39.2 15.9 9.7 4.3<br />
Distrito<br />
Federal<br />
632.66 128.28 20.4 55.9 44.1 15.1 8.4 100<br />
Fuente: Inventario General de Áreas Verdes del Distrito Federal (CentroGeo, 2002).<br />
* En las delegaciones con Suelo de Conservación en su territorio, estas cifras de AREA no lo<br />
incluyen; salvo los casos de Gustavo A. Madero e Iztapalapa, cuyo porcentaje de SC es poco significativo.<br />
Nota: Las estadísticas se basan en la unidad mínima de 160 metros cuadrados de área verde que<br />
se utiliza en el Inventario, es decir, se incluyen desde pequeños camellones hasta jardines privados.<br />
No se incluye Milpa Alta por encontrarse dentro del Suelo de Conservación.<br />
De los datos más relevantes de este inventario, se observa que 20.4%<br />
del suelo urbano está cubierto por áreas verdes públicas y privadas, de las<br />
cuales 55.9% corresponden a zonas arboladas y el resto a zonas de pastos<br />
o arbustos. El ratio de metros cuadrados de áreas verdes por habitante<br />
arroja un valor promedio para el Distrito Federal de 15.1 m 2 por habitante,<br />
una cifra que disminuye drásticamente a 8.4 m 2 por habitante cuando se<br />
observan únicamente las zonas arboladas en suelo urbano.<br />
Adicionalmente, con la elaboración de este primer Inventario General<br />
de Áreas Verdes del Distrito Federal, se ubicaron mediante reuniones y<br />
talleres con las autoridades delegacionales, comités y autoridades centrales<br />
de la ciudad, las áreas verdes bajo algún programa de manejo (CentroGeo,<br />
2002). En este sentido, sólo 7.1% del suelo urbano está cubierto<br />
por áreas verdes bajo alguna categoría de manejo, lo que se expresa en un<br />
ratio de 5.3 m 2 por habitante, lo que corresponde a la mitad de la cifra<br />
recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que establece<br />
un estándar mínimo de nueve metros cuadrados por habitante de<br />
área verde en el espacio público (Habitat-ONU, 2015).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
809<br />
1.2. Presente y futuro de las áreas verdes y del arbolado de la<br />
Ciudad de México<br />
La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), en<br />
colaboración con la Universidad Autónoma Chapingo, dio a conocer en 2010<br />
un Inventario de Áreas Verdes para la Ciudad de México elaborado con<br />
base en un mosaico de imágenes satelitales QuickBird de alta resolución,<br />
conformado por escenas de 2007 y 2008, en las que con técnicas de<br />
percepción remota se identificaron las áreas verdes del Distrito Federal<br />
(ahora Ciudad de México) con superficies mayores a 50 m 2 . A diferencia del<br />
inventario anterior, éste consideró, además de las categorías de árboles y de<br />
pastos/arbustos, una tercera categoría denominada áreas deportivas (PAOT,<br />
2010). Con base en ello, este inventario presenta los siguientes resultados<br />
sobre la distribución espacial por Delegación (cuadro 2).<br />
Este estudio arrojó que la Ciudad de México contaba con 78.1 km 2 de<br />
arbolado correspondientes al 12.8% de la superficie total urbana y 34.8<br />
km 2 de pastos/arbustos y áreas deportivas que representaban 5.7% de esta<br />
área. A nivel general, sólo 18.5% de la superficie urbana de la ciudad estaba<br />
cubierta de árboles, pastos y arbustos (incluidas las áreas deportivas). El<br />
índice promedio resultante para la Ciudad de México fue 14.4 m 2 de área<br />
verde por habitante y de 10 m 2 de área arbolada por habitante.
810 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Cuadro 2<br />
Áreas verdes en suelo urbano del Distrito Federal, México (2008)<br />
Delegación Superficie<br />
(Km 2 )<br />
Población total<br />
(2005)<br />
habitantes<br />
Total de AV (Arbolado<br />
+ pastos y arbustos +<br />
áreas deportivas) (m 2 )<br />
Arbolado (m 2 ) Pastos/arbustos y áreas<br />
deportivas (m 2 )<br />
* Metros<br />
cuadrados de<br />
áreas verdes por<br />
habitante (m 2 /<br />
hab.)<br />
** Metros<br />
cuadrados de<br />
arbolado por<br />
habitante (m 2 /<br />
hab.)<br />
A. Obregón 61.01 653,232 17,417,312 12,525,360 4,891,952 26.66 19.2<br />
Azcapotzalco 33.57 425,298 4,456,612 3,640,155 816,457 10.48 8.6<br />
B. Juárez 26.77 355,017 2,953,281 2,860,400 92,881 8.32 8.1<br />
Coyoacán 54.02 628,063 14,880,827 11,301,298 3,579,529 23.69 18<br />
Cuajimalpa 16.32 101,740 3,340,302 1,706,630 1,633,<strong>67</strong>2 32.83 16.8<br />
Cuauhtémoc 32.49 521,348 3,662,124 3,165,789 496,335 7.02 6.1<br />
G. A. Madero 75.26 1,143,147 9,654,424 5,660,407 3,994,017 8.45 5<br />
Iztacalco 23.08 395,025 2,885,196 1,748,992 1,136,204 7.3 4.4<br />
Iztapalapa 101.83 1,716,898 12,236,961 5,325,832 6,911,129 7.13 3.1<br />
M. Contreras 13.39 177,336 2,928,436 2,439,091 489,345 16.51 13.8<br />
M. Hidalgo 46.99 353,534 14,<strong>67</strong>3,613 12,439,308 2,234,305 41.51 35.2<br />
Milpa Alta 0 0 0 0 0 0 0<br />
Tlahuac 19.8 244,828 1,945,778 783,932 1,161,846 7.95 3.2
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
811<br />
Cuadro 2 (continuación)<br />
Delegación Superficie<br />
(Km 2 )<br />
Población total<br />
(2005)<br />
habitantes<br />
Total de AV (Arbolado<br />
+ pastos y arbustos +<br />
áreas deportivas) (m 2 )<br />
Arbolado (m 2 ) Pastos/arbustos y áreas<br />
deportivas (m 2 )<br />
* Metros<br />
cuadrados de<br />
áreas verdes por<br />
habitante (m 2 /<br />
hab.)<br />
** Metros<br />
cuadrados de<br />
arbolado por<br />
habitante (m 2 /<br />
hab.)<br />
Tlalpan 48.12 472,552 11,079,734 9,038,890 2,040,844 23.45 19.1<br />
V. Carranza 33.89 447,459 6,044,086 2,631,040 3,413,046 13.51 5.9<br />
Xochimilco 22.49 201,008 4,741,031 2,790,732 1,950,299 23.59 13.9<br />
Totales 609.03 7,836,485 112,899,717 78,057,856 34,841,861 14.41 10<br />
Fuente: Presente y futuro de las áreas verdes y del arbolado de la Ciudad de México (PAOT, 2010).<br />
* Este índice se estimó con el total de áreas verdes urbanas por delegación (pastos, arbustos y árboles) entre el <strong>número</strong> de habitantes.<br />
** Este índice se calculó tomando en cuenta sólo el arbolado urbano por delegación entre el <strong>número</strong> de habitantes en suelo urbano.<br />
Nota: La Delegación Milpa Alta se presenta en cero debido a que se localiza en suelo de conservación.
812 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
1.3. Actualización del Inventario de Áreas Verdes Urbanas<br />
de la Ciudad de México<br />
Durante el 2017, se inició la Actualización del Inventario de Áreas Verdes<br />
Urbanas de la Ciudad de México, 2 mediante Sistemas de Información<br />
Geográfica e imágenes satelitales de alta resolución, con el objetivo de crear<br />
una herramienta fundamental para la proyección y ejecución de acciones<br />
que permitan visualizar su manejo, distribución y creación (Sedema, 2020).<br />
Cuadro 3<br />
Superficie de áreas verdes por alcaldía de la Ciudad de México,<br />
México (2017)<br />
Alcaldía<br />
Habitantes<br />
(2015)<br />
Superficie (m²)<br />
Superficie por<br />
habitante (m²)<br />
Azcapotzalco 400,161 3,980,866.7 9.9<br />
Coyoacán 608,479 9,157,547.7 15.0<br />
Cuajimalpa de Morelos 199,224 2,048,957.7 10.3<br />
Gustavo A. Madero 1,164,477 7,851,619.6 6.7<br />
Iztacalco 390,348 1,944,289.0 5.0<br />
Iztapalapa 1,827,868 9,834,858.6 5.4<br />
Magdalena Contreras 243,886 1,335,114.4 5.5<br />
Milpa Alta 137,927 309,724.0 2.2<br />
Álvaro Obregón 749,982 4,913,463.7 6.6<br />
Tláhuac 361,593 3,054,084.7 8.4<br />
Tlalpan <strong>67</strong>7,104 6,530,744.7 9.6<br />
Xochimilco 415,933 2,092,259.6 5.0<br />
Benito Juárez 417,416 929,230.8 2.2<br />
Cuauhtémoc 532,553 1,915,961.0 3.6<br />
Miguel Hidalgo 364,439 5,607,701.5 15.4<br />
Venustiano Carranza 427,263 5,805,150.1 13.6<br />
TOTAL 8,918,653 <strong>67</strong>,311,573.8 7.5<br />
Fuente: Inventario de Áreas Verdes (Sedema, 2020).<br />
2<br />
En el 2010, la Sedema y el Instituto de Geografía de la UNAM realizaron un tercer inventario<br />
de áreas verdes para la ciudad, en el que se incluyó la información de alamedas, áreas naturales<br />
protegidas, áreas de valor ambiental, barrancas, bosques, escuelas/dependencias, panteones, parques,<br />
vialidades, huertos urbanos y viveros (PAOT, 2018). Los resultados obtenidos de este trabajo tenían<br />
en promedio 17 m 2 de áreas verdes por habitante, un valor significativamente mayor al de los obtenidos<br />
en los inventarios anteriores.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
813<br />
La superficie de área verde promedio por habitante en la Ciudad de México<br />
es de 7.54 m², como lo muestra el cuadro 3.<br />
Los resultados de esta base de datos permiten conocer la cantidad de<br />
áreas verdes por categoría de manejo de acuerdo con este inventario<br />
(cuadro 4).<br />
Cuadro 4<br />
Categorías de áreas verdes en la Ciudad de México, México (2020)<br />
Categoría<br />
Áreas con características<br />
de protección<br />
Áreas con categoría de<br />
protección<br />
Áreas con vegetación reminiscente<br />
Áreas verdes complementarias<br />
o ligadas a la red vial<br />
Áreas verdes con estructura<br />
urbana<br />
Áreas verdes urbanas<br />
fragmentadas<br />
Equipamientos urbanos<br />
con vegetación<br />
Clave de<br />
la<br />
categoría<br />
Superficie (m 2 )<br />
Porcentaje<br />
(%)<br />
Numero de<br />
áreas verdes en<br />
la categoría<br />
900 9,746.90 0.01% 1<br />
500 7,178,264.90 10.66% 31<br />
800 1,964,257.97 2.92% 68<br />
200 9,530,119.78 14.16% 5776<br />
1000 23,511.05 0.03% 36<br />
700 3,354,209.66 4.98% 312<br />
600 28,479,055.09 42.31% 3653<br />
Forestación urbana 100 25,317.63 0.04% 4<br />
Parques, arboledas y<br />
alamedas<br />
400 12,669,913.43 18.82% 1538<br />
Plazas y jardines 300 3,649,563.53 5.42% 315<br />
Vivero 1100 427,613.86 0.64% 5<br />
TOTALES <strong>67</strong>,311,573.82 100.00% 11739<br />
Fuente: Inventario de Áreas Verdes (Sedema, 2020).<br />
Nota: la columna de <strong>número</strong> de áreas verdes en la categoría se obtiene de contar cada uno de<br />
los registros de la base de datos de las claves de categoría.<br />
De acuerdo con este inventario, la categoría de equipamiento urbano<br />
con vegetación, en donde se encuentran principalmente subcategorías<br />
como instituciones académicas públicas y privadas, deportivos y panteones,<br />
entre otras, concentra 42.3% de todas las áreas verdes inventariadas.
814 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
2. Metodología<br />
2.1. Análisis de cambio<br />
La matriz de tabulación cruzada o matriz de transición es un punto de<br />
partida fundamental en el análisis de los procesos de cambio de uso del suelo<br />
(Pontius et al., 2004). Estas matrices forman la base de una amplia variedad<br />
de estudios de cambio de uso del suelo en los que se parte de tener<br />
mapas de un sólo sitio para el mismo conjunto de categorías durante dos<br />
o más puntos en el tiempo (Romero-Ruiz et al., 2012; Pontius et al., 2017).<br />
De acuerdo con Pontius et al. (2004), la matriz de tabulación cruzada<br />
o matriz de transición sigue el formato presentado en el cuadro 5, en<br />
donde las filas muestran las categorías en el tiempo 1 y las columnas<br />
muestran las categorías en el tiempo 2. La notación P ij<br />
denota la proporción<br />
de uso del suelo que experimenta una transición de la categoría i a<br />
la categoría j donde el <strong>número</strong> de categorías es J.<br />
Cuadro 5<br />
Matriz de tabulación cruzada o matriz de transición<br />
Categoría<br />
1<br />
Categoría<br />
2<br />
Tiempo 2<br />
Categoría<br />
3<br />
Categoría<br />
4<br />
Total<br />
Tiempo<br />
1<br />
Pérdidas<br />
Categoría 1 P 11<br />
P 12<br />
P 13<br />
P 14<br />
P 1+<br />
P 1+<br />
- P 11<br />
Tiempo 1<br />
Categoría 2 P 21<br />
P 22<br />
P 23<br />
P 24<br />
P 2+<br />
P 2+<br />
- P 22<br />
Categoría 3 P 31<br />
P 32<br />
P 33<br />
P 34<br />
P 3+<br />
P 3+<br />
- P 33<br />
Total<br />
Tiempo 2<br />
Categoría 4 P 41<br />
P 42<br />
P 43<br />
P 44<br />
P 4+<br />
P 4+<br />
- P 44<br />
P +1<br />
P +2<br />
P +3<br />
P +4<br />
1<br />
Ganancias P +1<br />
- P 11<br />
P +2<br />
- P 22<br />
P +3<br />
- P 33<br />
P +4<br />
- P 44<br />
Fuente: elaboración propia basada en Pontius et al. (2004).<br />
Nota: Matriz de tabulación cruzada elaborada a partir de cuatro categorías de uso de suelo<br />
hipotéticas, en las que se muestran las persistencias, pérdidas y ganancias de dichas categorías.<br />
Las entradas en la diagonal indican persistencia, por lo tanto, P jj<br />
denota la proporción de uso de suelo que muestra la persistencia de la<br />
categoría j. Las entradas fuera de la diagonal indican una transición de<br />
la categoría i a una categoría diferente j. En la columna Total del<br />
tiempo 1, la notación P i+<br />
denota la proporción de uso de suelo en la<br />
categoría i en el tiempo 1, que es la suma sobre todo j de P ij<br />
. En la fila
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
815<br />
Total del tiempo 2, la notación P +j<br />
denota la proporción de uso de suelo<br />
en la categoría j en el tiempo 2, que es la suma sobre todo i de P ij<br />
.<br />
En los extremos de la matriz, la columna adicional a la derecha indica<br />
la proporción de uso del suelo que experimenta una pérdida bruta de la<br />
categoría i entre el tiempo 1 y el tiempo 2, mientras la fila adicional en<br />
la parte inferior indica la proporción de uso del suelo que experimenta la<br />
ganancia bruta de la categoría j entre el tiempo 1 y el tiempo 2 (Braimoh,<br />
2006). En el nivel más general de información, la columna Total enumera<br />
la cantidad de cada categoría en el momento 1 y la fila Total enumera la<br />
cantidad de cada categoría en el momento 2, por lo que la diferencia entre<br />
ambos totales se denomina cambio neto. Por lo tanto, el cambio neto de<br />
una categoría es su ganancia menos su pérdida. Si una categoría pierde en<br />
algunos lugares mientras gana en otros lugares, entonces su cambio neto<br />
es menor que su cambio bruto, ya que el cambio bruto de una categoría es<br />
su ganancia más su pérdida (Pontius et al., 2004).<br />
Si bien esta información puede ser útil, la falta de cambio neto no<br />
necesariamente indica una falta de cambio de uso de suelo. Es posible que<br />
el cambio ocurra de tal manera que la ubicación de una categoría cambie<br />
entre el tiempo 1 y el tiempo 2, mientras que la cantidad permanece igual.<br />
Por ejemplo, una cantidad dada de pérdida de espacio verde en un lugar<br />
puede ir acompañada de la misma cantidad de ganancia de espacio verde<br />
en otro lugar. A este tipo de cambio que depende de la ubicación se le<br />
denomina intercambio e implica la ganancia y pérdida simultánea de una<br />
clase de uso de suelo (Braimoh, 2006).<br />
El concepto de intercambio es particularmente importante, ya que<br />
algunos de los análisis más comunes de datos de uso de suelo únicamente<br />
proporcionan la cantidad de cada tipo de cobertura del suelo a lo largo del<br />
tiempo, lo que permite calcular sólo el cambio neto, pero no la ganancia<br />
y pérdida bruta o el intercambio de ninguna categoría, por lo que se corre<br />
el peligro de que el cambio neto pueda subestimar el cambio total del uso<br />
de suelo (Yang y Lo, 2002; Gallopin et al., 1997). Desafortunadamente<br />
esta práctica ha sido común en el estudio de las áreas verdes urbanas de la<br />
Ciudad de México (Checa-Artasu, 2016; Hinojosa Robles, 2014; Maldonado-Bernabé<br />
et al., 2019).<br />
Examinando la matriz con un mayor nivel de detalle, las entradas diagonales<br />
del cuadro 5 indican la cantidad total de persistencia, generalmente<br />
asociadas a proporciones importantes o grandes de uso de suelo dominantes<br />
(Chen et al., 2002; Schneider y Pontius, 2001). En relación con las<br />
categorías de ganancias y pérdidas, la persistencia es necesaria para calcularlas.<br />
Así, las ganancias son las diferencias entre los totales de columna y la<br />
persistencia, mientras que las pérdidas son las diferencias entre los totales<br />
de fila y la persistencia.
816 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
2.2. Procesamiento y análisis de datos<br />
El análisis de cambio de las áreas verdes urbanas de la Ciudad de México<br />
se basó en la identificación de los cambios en las componentes espacial y<br />
temáticas de los dos primeros inventarios para la Ciudad de México<br />
(CentroGeo, 2002; PAOT, 2010), y en la categorización de los cambios<br />
espacio-temporales llevados a cabo a partir de la Actualización del Inventario<br />
de Áreas Verdes Urbanas de la Ciudad de México (Sedema, 2020);<br />
así como de la zonificación de usos del suelo de los Programas de Desarrollo<br />
Urbano de la Ciudad de México (Seduvi, 2020).<br />
El análisis se realizó exclusivamente para el suelo urbano de la Ciudad<br />
de México, es decir, excluyendo la extensión de Suelo de Conservación de<br />
su territorio total. Para la definición del área de estudio, se utilizó la cartografía<br />
de Alcaldías y Suelo de Conservación, disponibles en el Portal de<br />
datos de la Ciudad de México (ADIP, 2020).<br />
A continuación, se describen los insumos cartográficos digitales y el<br />
tratamiento aplicado para el análisis de cambio, realizado con el apoyo<br />
del programa ArcMap versión 10.8 (ESRI, 2020).<br />
La cartografía del Inventario General de las Áreas Verdes del Distrito<br />
Federal fue elaborada por el CentroGeo en 2002 a partir del uso de imágenes<br />
satelitales IKONOS del año 2000, en ésta se presentan todas las<br />
áreas verdes urbanas detectadas a partir de 160 m 2 para las categorías de<br />
árboles y pastos/arbustos a una resolución espacial de 1 m. La información<br />
fue obtenida de la aplicación geomática del Primer Inventario General de<br />
Áreas Verdes del Distrito Federal (CentroGeo, 2002), a partir las categorías<br />
de árboles y pastos/arbustos.<br />
La información cartográfica de este inventario fue adecuada a partir<br />
del ajuste de los actuales límites de la Ciudad de México y la eliminación de<br />
áreas verdes en Suelo de Conservación de las actuales alcaldías de Gustavo<br />
A. Madero (El Tepeyac) e Iztapalapa (Cerro de la Estrella).<br />
En la cartografía del estudio Presente y futuro de las áreas verdes y del<br />
arbolado de la Ciudad de México (PAOT, 2010) se presentan las áreas<br />
verdes urbanas clasificadas en cuatro categorías: 1. Arbolado; 2. Pastos/<br />
Arbustos; 3. Áreas deportivas; y 4. Vaso regulador, con una unidad mínima<br />
cartografiable de 50 m 2 , detectadas a partir del Inventario de Áreas Verdes<br />
Urbanas del Distrito Federal, realizado por PAOT en 2010, mediante el<br />
procesamiento digital de un mosaico de imágenes QuickBird de 2007 y<br />
2008 a una resolución espacial de 0.60 m.<br />
Esta información fue obtenida del Sistema de Información Geográfica<br />
de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad<br />
de México (PAOT, 2020). Para la información cartográfica de este<br />
inventario, las categorías de Áreas deportivas y Vaso regulador fueron
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
817<br />
reclasificadas como Pastos/arbustos y se aplicó un proceso de generalización<br />
espacial que consistió en eliminar a todas las entidades cuya superficie<br />
fuera igual o inferior a 160 m 2 y asignarlas a las entidades con la que<br />
compartían mayor superficie.<br />
A continuación, se procedió a la construcción de la matriz de tabulación<br />
cruzada para el periodo de análisis 2000-2008, correspondiente con<br />
los años de las imágenes de satélite empleadas como insumo de la cartografía<br />
vectorial actualizada de los dos primeros inventarios de áreas verdes,<br />
publicados en 2002 y 2010, respectivamente. La cartografía vectorial de<br />
ambos inventarios fue transformada a formato ráster con una resolución<br />
de celda de 1 m. Para ello, se aplicó un proceso de alineación del ráster del<br />
segundo inventario con respecto del primero, para garantizar el mismo<br />
ajuste por extensión y posición espacial de los pixeles de ambos inventarios.<br />
El resto de los pixeles que no corresponde con alguna de las clases de áreas<br />
verdes descritas en ambos inventarios fueron asignadas como clase urbana,<br />
para poder ser incorporada al análisis de cambio.<br />
A partir de la matriz de cambio, se estimó el cambio total, el cambio<br />
neto, la ganancia, la pérdida y la estimación del intercambio entre coberturas<br />
de cada una de las categorías de análisis.<br />
Posteriormente, los resultados son analizados a partir del tercer producto<br />
empleado en este trabajo, el inventario de áreas verdes localizadas<br />
en la Ciudad de México (Sedema, 2020) que consiste en la Actualización<br />
del Inventario de Áreas Verdes Urbanas de la Ciudad de México con la<br />
clasificación de las categorías de áreas verdes. A este insumo cartográfico<br />
le fueron adicionados los polígonos de los bosques urbanos de Chapultepec<br />
y Aragón, también disponibles en el Portal de Datos Abiertos de la<br />
Ciudad de México (ADIP, 2020).<br />
Finalmente, el último insumo cartográfico agrupa los Programas de<br />
Desarrollo Urbano, conformados por 15 Programas Delegacionales de Desarrollo<br />
Urbano, publicados entre 1997 y 2011, y 29 Programas Parciales de<br />
Desarrollo Urbano, publicados entre 1992 y 2014 (Seduvi, 2020). A partir<br />
de todos estos insumos se creó una capa de información única en la que se<br />
identificaron 60 claves de zonificación de tipos de uso de suelo. Esta información<br />
fue obtenida a través del Sistema de Información Geográfica de la<br />
PAOT de la Ciudad de México (PAOT, 2020).
818 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
3. Resultados<br />
3.1. Análisis de cambio de las áreas verdes urbanas 2000-2008<br />
Las áreas verdes del primer inventario para la zona urbana de la Ciudad de<br />
México corresponden a 117.97 km 2 , lo que significa una cantidad 8.04%<br />
menor a lo reportado en el primer Inventario General de Áreas Verdes del<br />
Distrito Federal elaborado por el CentroGeo (2002). Lo anterior está<br />
explicado por la eliminación de áreas verdes en suelo de conservación que<br />
fueron reportados en el primer inventario. Para el segundo inventario, se<br />
obtuvo una superficie de 99.22 km 2 , producto de la eliminación de las<br />
áreas verdes menores a 160 m 2 y el proceso de alineación del ráster. Lo<br />
anterior significa que alrededor de 12.1% de las áreas verdes reportadas en<br />
el segundo inventario, corresponden a áreas verdes con un tamaño de entre<br />
50 m 2 y 160 m 2 .<br />
En el cuadro 6, se presenta la matriz de transición para las categorías<br />
urbano, árboles y pastos/arbustos para el periodo 2000-2008. La cuantificación<br />
general de cambio muestra una pérdida neta de 18.7 km 2 de<br />
áreas verdes urbanas a lo largo de ocho años. La superficie descrita por<br />
la clase urbana, para el 2000, era de 80.7% mientras que para el 2008<br />
era de 83.7%. Las áreas verdes arboladas prácticamente se mantienen<br />
iguales en superficie, ya que apenas se contraen en 0.1%, no así las áreas<br />
de pastos y arbustos que disminuyeron 2.9%. Así, de los 610.5 km 2 de<br />
suelo urbano de la Ciudad de México, 19.3% correspondía a áreas verdes<br />
urbanas en el 2000 y 16.3%, en el 2008.<br />
Un análisis desagregado por alcaldía de la matriz de transición, en<br />
donde se estima el cambio total, el cambio neto, la ganancia, la pérdida<br />
y la estimación del intercambio de áreas verdes por cada una de las alcaldías<br />
de la Ciudad de México, permite observar que las alcaldías con mayor<br />
porcentaje de cambio neto negativo son Cuajimalpa de Morelos, Coyoacán<br />
y Álvaro Obregón. Mientras que las únicas con cambio neto positivo<br />
son las alcaldías centrales de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuauhtémoc<br />
e Iztacalco, además de Magdalena Contreras.<br />
Este resultado difiere del reportado por Checa-Artasu (2016), quien<br />
reporta exclusivamente el cambio neto de ambos inventarios. El resultado<br />
de cambio total refiere una dinámica de pérdidas y ganancias de áreas<br />
verdes urbanas en la ciudad, marcada por la diferenciación geográfica<br />
(figura 1).<br />
Con respecto del intercambio que, como se mencionó, representa la<br />
pérdida de áreas verdes en un lugar y la ganancia simultánea en otra ubicación;<br />
y se calcula como dos veces el valor mínimo de las ganancias y las<br />
pérdidas; dicho fenómeno se observa en la alcaldía Miguel Hidalgo que
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
819<br />
Cuadro 6<br />
Matriz de transición de las áreas verdes en suelo urbano de la Ciudad de México 2000-2008<br />
Segundo inventario Primer<br />
Urbano árboles pastos/arbustos<br />
inventario<br />
(total)<br />
Pérdidas<br />
Primer inventario urbano 450,241,918 29,911,423 12,399,617 492,552,958 42,311,040<br />
Segundo inventario<br />
(total)<br />
árboles 34,299,183 28,708,866 5,373,155 68,381,204 39,<strong>67</strong>2,338<br />
pastos/arbustos 26,759,122 8,973,897 13,851,819 49,584,838 35,733,019<br />
511,300,223 <strong>67</strong>,594,186 31,624,591 610,519,000<br />
Ganancias 61,058,305 38,885,320 17,772,772<br />
Fuente: elaboración propia.
820 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Figura 1<br />
Análisis de cambio de las áreas verdes urbanas<br />
de la Ciudad de México 2000-2008<br />
Fuente: elaboración propia con datos de los inventarios CentroGeo (2002) y PAOT (2010).<br />
alcanza un porcentaje de 31.3%, esto significa, por ejemplo, que la pérdida<br />
de áreas verdes en esta alcaldía va acompañada de la aparición de muchas<br />
otras nuevas áreas verdes en otro lugar dentro del mismo periodo.<br />
Por otro lado, la alcaldía Benito Juárez presenta el menor porcentaje<br />
de intercambio. Esto significa, una menor cantidad en la pérdida y ganancia<br />
simultánea de áreas verdes en la alcaldía.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
821<br />
La persistencia de las áreas verdes entre 2000 y 2008 es de 42.6 km 2 ,<br />
de las cuales <strong>67</strong>.5 corresponde con zonas de árboles y el resto a pastos<br />
y arbustos. Finalmente, en cuanto a las principales transiciones identificadas,<br />
se puede observar que la pérdida de áreas verdes es de 61.1 km 2 ,<br />
mientras que la aparición de nuevas áreas verdes es de 42.3 km 2 . Los<br />
intercambios entre árboles y pastos/arbustos alcanza la cifra de 14.3 km 2 .<br />
3.2. Análisis de las áreas verdes urbanas para las categorías<br />
del inventario 2017<br />
En esta sección se analizan la persistencia y las transiciones de áreas verdes<br />
a suelo urbano y de suelo urbano a áreas verdes, a partir de las categorías de<br />
manejo, presentes en la Actualización del Inventario de Áreas Verdes Urbanas<br />
de la Ciudad de México 2017 (Sedema, 2020).<br />
Con respecto del primer inventario de áreas verdes (CentroGeo, 2002),<br />
de los 117.97 km 2 de áreas verdes analizadas en este trabajo, 38.2 km 2<br />
estaban ubicados dentro de las áreas verdes con alguna de las categorías<br />
de manejo reportadas en el último inventario de la ciudad (Sedema, 2020).<br />
Para el segundo inventario (PAOT, 2010), de los 99.22 km 2 considerados<br />
en este inventario, la cifra dentro de áreas verdes con categoría de manejo<br />
aumenta a 41.5 km 2 . Si bien se observa un aumento en la cantidad de<br />
áreas dentro de alguna categoría de manejo, alrededor del 58% de las áreas<br />
verdes urbanas de la Ciudad de México, reportadas en 2008, carecían de<br />
manejo de alguna de las categorías de áreas verdes consideradas en la Ley<br />
Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal (GODF, 2000).<br />
La figura 2 muestra la distribución espacial de las áreas verdes por cada<br />
una de las categorías de análisis. Un total de 72.4 km 2 en donde la categoría<br />
de Equipamiento urbano con vegetación representa un porcentaje<br />
de 37.4%, Áreas con categoría de protección, 21.6%; Parques, arboledas<br />
y alamedas, 16.6%; Áreas verdes complementarias o ligadas a la red vial,<br />
12.8%; mientras que el resto de las categorías todas juntas apenas suman<br />
11.6 por ciento.<br />
Con respecto de estos datos, de los 42.6 km 2 de persistencia de áreas<br />
verdes entre 2000 y 2008, 56.5% se conserva dentro de áreas verdes con<br />
alguna de las categorías de manejo mostradas en la figura 2. Con respecto<br />
de la pérdida de áreas verdes cuantificada en 61.1 km 2 , 82.2% de esa<br />
pérdida de áreas verdes en la ciudad ocurre fuera de las áreas verdes con<br />
categoría de manejo. Finalmente, con relación a la ganancia de áreas<br />
verdes estimada en 42.3 km 2 , apenas 32.5% ocurre en áreas verdes con<br />
categoría de manejo. Lo anterior significa que, para las áreas verdes dentro<br />
de alguna de las categorías de manejo identificadas en el inventario<br />
más reciente de la ciudad, existe un cambio neto de 2.9 km 2 de nuevas
822 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Figura 2<br />
Categorías de áreas verdes en suelo urbano<br />
de la Ciudad de México (2017)<br />
Fuente: elaboración propia con datos del inventario Sedema (2020).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
823<br />
áreas verdes entre 2000 y 2008, mientras que para las áreas verdes fuera<br />
de las categorías de manejo, el cambio neto es un déficit de 21.6 km 2 .<br />
3.3. Análisis de las áreas verdes urbanas por zonificación<br />
de uso del suelo<br />
En esta sección, se emplean las categorías de uso de suelos específicos de<br />
los Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano y los Programas<br />
Parciales de Desarrollo Urbano. Al analizar los 50.2 km 2 de áreas verdes<br />
urbanas pérdidas fuera de categorías de manejo, se observa que 13.0 km 2<br />
se pierden en frentes de manzana o en la vía pública, principalmente. De<br />
esa cantidad, 69.6% corresponde con la categoría de árboles.<br />
Los restantes 37.2 km 2 de áreas verdes urbanas perdidas entre 2000 y<br />
2008, corresponde a áreas verdes perdidas dentro de predios con usos de<br />
suelo específico, de los cuales 45.8% corresponden a pastos/arbustos y el<br />
resto a zonas arboladas. De estas áreas verdes perdidas por cambio de uso<br />
de suelo, 63.1% corresponde con alguna categoría de uso de suelo habitacional;<br />
17.2%, a la categoría de equipamiento; 11.5%, a la categoría<br />
de área verde o espacio abierto; 4.6%, a alguna otra categoría específica de<br />
PPDU; 1.8%, a la categoría de uso de suelo industrial, y el restante 1.8%,<br />
a categorías específicas asociadas con oficinas y corporativos, centros<br />
comerciales y estacionamientos, principalmente.<br />
4. Discusión<br />
Desde hace 20 años, el Gobierno de la Ciudad de México ha promovido<br />
la realización de diversos inventarios de áreas verdes urbanas que han<br />
permitido conocer la ubicación, superficie, distribución y los tipos de<br />
áreas verdes urbanas, basados en diferentes definiciones, fuentes de datos,<br />
metodologías, periodos de tiempo y escalas. Lo que plantea un desafío<br />
importante para un análisis y la generación de información necesaria para<br />
la gestión y planificación de la infraestructura verde de la ciudad.<br />
En este trabajo se emplearon los tres inventarios de áreas verdes que<br />
la Ciudad de México ha generado en este siglo para acercarse al entendimiento<br />
de la dinámica de cambio de las áreas verdes urbanas, mediante<br />
el empleo de la matriz de tabulación cruzada o matriz de transición. Este<br />
método de análisis espacial está influenciado por los insumos cartográficos<br />
empleados. Por lo que, para su ejecución, se realizaron una serie de<br />
tratamientos durante el procesamiento de datos, para asegurar que el<br />
análisis de cambio se llevara a cabo garantizando la calidad de los insumos.<br />
Para ello se homogenizó el área de estudio y la unidad mínima de mapeo;
824 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
para ambos inventarios, se recategorizaron las clases de análisis de cambio<br />
y se predeterminó la configuración del entorno de análisis de cambio a<br />
fin de alinear el ráster del segundo inventario con respecto del primero.<br />
Se obtuvieron superficies comprables de áreas verdes, de 117.97 km 2<br />
para el 2000 y de 99.22 km 2 para el 2008. La cuantificación general de<br />
cambio muestra una pérdida neta de 18.7 km 2 de áreas verdes urbanas a<br />
lo largo de ocho años. Dicha cifra se explica a partir de una gran dinámica<br />
de pérdidas y ganancias brutas de áreas verdes de 61.1 km 2 y 42.3 km 2 ,<br />
respectivamente. De esos 61.1 km 2 de áreas verdes perdidas en la Ciudad,<br />
82.2%, alrededor de 50.3 km 2 , ocurrió en espacios verdes privados e<br />
informales, es decir, en áreas verdes carentes de manejo por parte de las<br />
autoridades de la ciudad. El 26% de esta pérdida está asociada principalmente<br />
al derribo de árboles en frentes de manzana y vía pública, una<br />
práctica ampliamente documentada en la ciudad (Novoa Gutiérrez, 2019;<br />
Rodríguez Licea y Figueroa Viruega, 2017; Checa-Artasu, 2016).<br />
El resto de las áreas verdes perdidas se asocian a la pérdida casi por<br />
igual de árboles, pastos y arbustos dentro de predios con alguna categoría<br />
de uso de suelo habitacional (63.1%), equipamiento (17.2%),<br />
espacios abiertos (11.5%), planes parciales de desarrollo urbano (4.6%),<br />
y usos industriales, así como centros comerciales y estacionamientos<br />
(3.6%), principalmente.<br />
Por otro lado, al analizar la dinámica de las áreas verdes del 2000 al<br />
2008 en las categorías de mapeo, reportadas en el inventario de 2017,<br />
se observa un incremento en la cantidad de áreas verdes, resultado de<br />
una pérdida de 10.9 km 2 y una ganancia de 13.7 km 2 , para una diferencia<br />
neta positiva de 2.9 km 2 . Este resultado positivo en el incremento de<br />
áreas verdes con gestión formal de las autoridades, de alguna manera es<br />
esperado con relación a que la apuesta por las áreas verdes en la Ciudad<br />
de México se ha centrado en mejorar la calidad de las áreas verdes ya<br />
existentes, realizando para ellas proyectos de remodelación o recuperación<br />
(Meza-Aguilar et al., 2017).<br />
Con respecto de la persistencia, 42.6 km 2 de áreas verdes permanecieron<br />
sin cambio entre el primero y segundo inventario, y de ellas se observa<br />
una mayor persistencia de áreas verdes en áreas con una categoría específica<br />
de manejo (56.5%) a diferencia de las áreas verdes persistentes privadas<br />
o informales (43.5%). Finalmente, y con respecto de las principales<br />
transiciones observadas, la pérdida de árboles a costa de nuevas construcciones<br />
urbanas es la dinámica más observada, seguida de la aparición de<br />
nuevas zonas arboladas a costa principalmente de la pérdida de pastos.<br />
La versión accesible de la Actualización del Inventario de las Áreas<br />
Verdes de la Ciudad de México presenta un inventario centrado en una<br />
fracción de los espacios verdes urbanos, referidos únicamente a aquellos
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
825<br />
de los que el gobierno de la ciudad es formalmente responsable; lo cual<br />
deja fuera del alcance de este tercer inventario los espacios verdes privados<br />
e informales. No obstante, sus resultados, permitieron diferenciar la dinámica<br />
de cambio a partir de las diferentes categorías de manejo y la ausencia<br />
de ésta en áreas verdes privadas e informales.<br />
Basado en el análisis de cambio de las áreas verdes urbanas, se podría<br />
concluir que las políticas de enverdecimiento urbano impulsadas en las<br />
diferentes categorías de manejo han mantenido los espacios verdes urbanos<br />
de la ciudad, de hecho, se han incrementado dentro de estas áreas,<br />
producto de una política de mejora y recuperación de áreas verdes urbanas.<br />
Pero en las áreas verdes privadas o informales que representan<br />
aproximadamente 60% de las áreas verdes urbanas totales de la ciudad,<br />
el cambio de uso de suelo habitacional ha sido la principal fuerza impulsora<br />
de cambio.<br />
Si bien, las áreas verdes urbanas públicas generalmente se utilizan<br />
para proporcionar un hábitat clave en las ciudades, los espacios verdes<br />
en la propiedad privada constituyen una gran parte de la base terrestre<br />
urbana y brindan funciones importantes para el hábitat y los servicios<br />
de los ecosistemas que respaldan la función de la ciudad (Cerra, 2017).<br />
Los resultados obtenidos muestran que un alto porcentaje de las áreas<br />
verdes urbanas de la Ciudad de México son áreas verdes privadas o informales<br />
que no han sido incorporadas a la matriz ecológica de la ciudad. Estos<br />
tipos de áreas verdes presentan una mayor pérdida dentro de predios<br />
particulares con uso de suelo habitacional. Por lo que es apremiante<br />
explorar estrategias emergentes para catalizar la custodia voluntaria de<br />
las áreas verdes privadas e informales. El potencial de los espacios verdes<br />
urbanos para proporcionar servicios ecosistémicos a los habitantes de<br />
las ciudades depende de si se gestionan como un sistema integral de infraestructura<br />
verde urbana, o como islas que caen bajo la responsabilidad de<br />
diferentes partes interesadas (Feltynowski et al., 2018).<br />
Conclusiones<br />
Con el crecimiento de las ciudades, las áreas verdes varían en área, tipo<br />
y patrón espacial. Para optimizar las áreas verdes urbanas en el futuro,<br />
es necesario comprender las fuerzas impulsoras en los procesos de cambio<br />
en el espacio verde urbano. Por lo tanto, la comprensión de los<br />
factores naturales y sociales que influyen en los cambios del espacio verde<br />
urbano parece muy importante para la planificación urbana futura de los<br />
espacios verdes.
826 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
En este trabajo, se emplearon métodos de análisis espacial para el estudio<br />
de cambio de las áreas verdes urbanas de la Ciudad de México, evitando<br />
errores por la diferencia en las fuentes de datos, definiciones, áreas de<br />
estudio y fechas de insumos empleados y publicados.<br />
Los resultados obtenidos permiten afirmar que la pérdida de áreas<br />
verdes en la Ciudad de México ocurre principalmente en áreas verdes<br />
urbanas privadas e informales sin categorías de manejo, principalmente<br />
en frentes de manzana o en la vía pública y dentro de predios con uso de<br />
suelo habitacional. No obstante, las áreas verdes urbanas con manejo<br />
muestran un ligero incremento, principalmente de superficie arbórea,<br />
durante el periodo de estudio.<br />
Incorporar de manera adecuada la gestión de las áreas verdes de la<br />
Ciudad de México en su camino hacia la sostenibilidad implica incorporar<br />
mecanismos de gestión al total de los espacios verdes urbanos, que<br />
hasta ahora no cuentan con una categoría específica de manejo o estrategia<br />
de gestión, pero que sin duda aportan al flujo de servicios ecosistémicos,<br />
de los cuales, todos los habitantes de la ciudad se benefician.<br />
Fuentes consultadas<br />
ADIP (Agencia Digital de Innovación Pública) (2020), “Datos Abiertos<br />
Ciudad de México”, Ciudad de México, Gobierno de la Ciudad<br />
de México, , 22 de mayo de 2020.<br />
Alam, Rizwana; Shirazi, Safdar Ali; Muhammad Nasar, Bhalli y Muhammad<br />
Zia, Syed (2014), “Spatial distribution of urban green spaces<br />
in Lahore, Pakistan: A case study of Gulberg Town”, Pakistan<br />
Journal of Science, 66 (3), Pakistan, Pakistan Association for the<br />
Advancement of Science, pp. 277-281.<br />
Benítez, Griselda; Chacalo, Alicia y Barois, Isabelle (1987), “Aportes a la<br />
ecología urbana de la Ciudad de Mexico”, en Eduardo Rapoport<br />
e Ismael López-Moreno (eds.), Aportes a la Ecología Urbana de la<br />
Ciudad de México, Ciudad de México, Limusa, pp. 193-201.<br />
Berdegué, Julio Antonio; Ospina, Pablo; Favareto, Arilson; Aguirre,<br />
Francisco; Chiriboga, Manuel; Escobal, Javier; Fernandez, Ignacia;<br />
Gomez, Ileana; Modrego, Félix; Ramírez, Eduardo; Ravnborg,<br />
Helle Munk; Schejtman, Alexander y Trivelli Carolina (2011),<br />
“Determinantes de las dinámicas de desarrollo territorial rural en<br />
América Latina”, Documento de Trabajo núm. 1, Programa
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
827<br />
Dinámicas Territoriales Rurales, Santiago de Chile, Centro Latinoamericano<br />
para el Desarrollo Rural (Rimisp).<br />
Braimoh, Ademola (2006), “Random and systematic land-cover transitions<br />
in northern Ghana”, Agriculture, Ecosystems & Environment,<br />
113 (1), Amsterdam, Elsevier, pp. 254-263, doi.org/10.1016/j.<br />
agee.2005.10.019<br />
Byrne, Jason y Sipe, Neil (2010), “Green and open space planning for<br />
urban consolidation–A review of the literature and best practice”,<br />
Brisbane, Griffith University.<br />
CentroGeo (Centro de Investigación en Geografía y Geomática “Ing.<br />
Jorge L. Tamayo”) (2002), Inventario General de Áreas Verdes del<br />
Distrito Federal, Ciudad de México, Consejo Nacional de Ciencia<br />
y Tecnología.<br />
Cerra, Joshua (2017), “Emerging strategies for voluntary urban ecological<br />
stewardship on private property”, Landscape and Urban<br />
Planning, 157, Amsterdam, Elsevier, pp. 586-597, doi.<br />
org/10.1016/j.landurbplan.2016.06.016<br />
Checa-Artasu, Martín Manuel (2016), “Las áreas verdes en la Ciudad de<br />
México. Las diversas escalas de una geografía urbana”, Biblio 3W,<br />
<strong>Revista</strong> Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, 21 (1.159),<br />
Barcelona, Departament de Geografía de la Universitat de Barcelona,<br />
pp. 1-22, doi.org/10.1344/b3w.0.2016.26339<br />
Chen, Jin; Gong, Peng; He, Chunyang; Luo, Wei; Tamural Masayukl<br />
y Shi, Peljun (2002), “Assessment of the urban development<br />
plan of Beijing by using a CA-based Urban Growth Model”,<br />
Photogrammetric Engineering and Remote Sensing, 68 (10),<br />
Bethesda, American Society for Photogrammetry and Remote<br />
Sensing, pp. 1063-1071.<br />
Dahmann, Nicholas; Wolch, Jennifer; Joassart-Marcelli, Pascale; Reynoldsy,<br />
Kim y Jerrett, Michael (2010), “The active city? Disparities<br />
in provision of urban public recreation resources”, Health &<br />
Place, 16 (3), Amsterdam, Elsevier, pp. 431-445, doi.org/10.1016/j.<br />
healthplace.2009.11.005<br />
Escobedo, Francisco J.; Kroeger, Timm y Wagner, John (2011), “Urban<br />
forests and pollution mitigation: Analyzing ecosystem services
828 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
and disservices”, Environmental Pollution, 159 (8-9), Amsterdam,<br />
Elsevier, pp. 2078-2087, doi.org/10.1016/j.envpol.2011.01.010<br />
ESRI (Environmental Systems Research Institute), (2020), “ArcGis Desktop”<br />
10.8 Edition, Redlands, CA, Environmental Systems<br />
Research Institute.<br />
Feltynowski, Marcin; Kronenberg, Jakub; Bergier, Tomasz; Kabisch,<br />
Nadja; Laszkiewicz, Edyta y Strohbach, Michael (2018), “Challenges<br />
of urban green space management in the face of using<br />
inadequate data”, Urban Forestry & Urban Greening, 31, Amsterdam,<br />
Elsevier, pp. 56-66, doi.org/10.1016/j.ufug.2017.12.003<br />
Ferguson, Mark; Roberts, Hannah; McEachan, Rosemary y Dallimer,<br />
Martin (2018), “Contrasting distributions of urban green infrastructure<br />
across social and ethno-racial groups”, Landscape and<br />
Urban Planning, 175, Amsterdam, Elsevier, pp. 136-148, doi.<br />
org/10.1016/j.landurbplan.2018.03.020<br />
Flores-Xolocotzi, Ramiro (2017), “Una reflexión teórica sobre estándares<br />
de áreas verdes empleados en la planeación urbana”, Economía,<br />
Sociedad y Territorio, 17 (54), Toluca, El Colegio Mexiquense A.<br />
C., pp. 491-522, doi.org/10.22136/est002017682<br />
Fuller, Richard y Gaston, Kevin (2009), “The scaling of green space<br />
coverage in European cities”, Biology Letters, 5 (3), London, The<br />
Royal Society, pp. 352-355, doi.org/10.1098/rsbl.2009.0010<br />
Gallopin, Gilberto; Hammond, Al; Raskin, Paul; Swart, Rob (1997),<br />
Branch points: global scenarios and human choice, PoleStar Series<br />
Report, 7, Stockholm, Stockholm Environment Institute.<br />
Giglia, Angela (2013), “Entre el bien común y la ciudad insular: la renovación<br />
urbana en la Ciudad de México”, Alteridades, 23 (46),<br />
Ciudad de México,Universidad Autónoma Metropolitana unidad<br />
Iztapalapa/Departamento de Antropología, pp. 27-38.<br />
GODF (Gaceta Oficial del Distrito Federal) (2000), “Ley ambiental de<br />
protección a la tierra en el Distrito Federal”, 13 de enero 2000,<br />
Ciudad de México, Gobierno del Distrito Federal, , 22 de mayo de 2020.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
829<br />
Groenewegen, Peter; Van den Berg, Agnes; de Vries, Sjerp y Verheij, Robert<br />
(2006), “Vitamin G: effects of green space on health, well-being,<br />
and social safety”, BMC Public Health, 6 (149), London, Springer<br />
Nature, pp. 1-9, doi.org/10.1186/1471-2458-6-149<br />
Guevara Sada, Sergio y Moreno Casasola, Patricia (1986), “Áreas verdes de<br />
la zona metropolitana de la ciudad de México”, en Gustavo Garza<br />
(comp.), Atlas de la Ciudad de México, Ciudad de México, Departamento<br />
del Distrito Federal-Colegio de México, pp. 231-236.<br />
Habitat-ONU (Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos<br />
Humanos) (2015), “Habitat III Issue Papers: 11-public space”,<br />
In Available for the Conference on Housing and Sustainable<br />
Urban Development at Quito, Quito, ONU-Habitat.<br />
Hinojosa Robles, Eduardo (2014), “El manejo de áreas verdes en la Ciudad<br />
de México y Pekín: la búsqueda de la sustentabilidad en<br />
grandes ciudades”, Investigación Ambiental. Ciencia y Política<br />
Pública, 6 (1), Ciudad de México, Instituto Nacional de Ecología-<br />
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pp. 69-77.<br />
IG (Instituto de Geografía) (2017), “Actualización del Inventario de Áreas<br />
Verdes de la Ciudad de México”, Ciudad de México, Instituto de<br />
Geografía-Universidad Nacional Autónoma de México.<br />
Ko, Hajung y Son, Yonghoon (2018), “Perceptions of cultural ecosystem<br />
services in urban green spaces: A case study in Gwacheon,<br />
Republic of Korea”, Ecological Indicators, 91, Amsterdam, Elsevier,<br />
pp. 299-306, doi.org/10.1016/j.ecolind.2018.04.006<br />
Kuo, Frances (2011), “Parks and other green environments:’essential components<br />
of a healthy human habitat’“, Australasian Parks and Leisure,<br />
14 (1), Nueva Zelanda, National Library of Australia, pp. 10-12.<br />
López-Caloca, Alejandra A. y Muñoz, Enrique (2012), “Aportaciones<br />
desde la geocibernética y la percepción remota a la política<br />
pública de áreas verdes urbanas”, GEOcibernética: I+ G+ S, 1<br />
(1), Ciudad de México, Centro de Investigación en Geografía<br />
y Geomática “Ing. Jorge L. Tamayo”, pp. 1-11.<br />
López-Caloca, Alejandra A.; Mora, Franz y Escalante-Ramírez, Boris (2004),<br />
“Mapping and characterization of urban forest in Mexico City”,
830 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Remote Sensing for Environmental Monitoring, GIS Applications,<br />
and Geology III, 5239, Bellingham, International Society for<br />
Optics and Photonics, pp. 522-531, doi.org/10.1117/12.514311<br />
Maldonado-Bernabé, Guillermo; Chacalo-Hilu, Alicia; Nava Bolaños,<br />
Isalia; Meza Paredes, Rosa Michelle y Zaragoza Hernández, Alejandra<br />
Yunuen (2019), “Cambios en la superficie de áreas verdes<br />
de la Ciudad de México entre 1990-2015”, Polibotánica, (48),<br />
Ciudad de México, Instituto Politécnico Nacional, pp. 205-230,<br />
doi.org/10.18387/polibotanica.48.15<br />
Martínez González, Lorena (2008), Árboles y áreas verdes urbanas: de la<br />
Ciudad de México y su zona metropolitana, Tepotzotlán, Fundación<br />
Xochitla Sedra-Comisión Nacional Forestal (Conafor)-Comisión<br />
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad<br />
(Conabio).<br />
McConnachie, Matthew y Shackleton, Charlie (2010), “Public green<br />
space inequality in small towns in South Africa”, Habitat International,<br />
34 (2), Amsterdam, Elsevier, pp. 244-248, doi.<br />
org/10.1016/j.habitatint.2009.09.009<br />
Meza-Aguilar, María del Carmen; Ramírez-Velázquez, Leticia y Larrucea-<br />
Garritz, Amaya (2017), “Recuperación de áreas verdes urbanas. La<br />
importancia del diagnóstico fitosanitario para la intervención”,<br />
Legado de Arquitectura y Diseño, 12 (22), Toluca, Universidad<br />
Autónoma del Estado de México, pp. 1-11.<br />
Moncada Maya, José Omar y Meza Aguilar, María del Carmen (2010),<br />
“Las áreas verdes de la ciudad de México. Un reto actual”, Scripta<br />
Nova <strong>Revista</strong> Electrónica De Geografía y Ciencias Sociales, 14 (331),<br />
Barcelona, Universidad de Barcelona, pp. 1-22.<br />
Novoa Gutiérrez, Víctor Javier (2019), “Modernización urbana y conflicto<br />
por el espacio en la Ciudad de México: la aniquilación del paisaje<br />
comunitario-barrial en el pueblo de Xoco”, <strong>Revista</strong> Fuentes Humanísticas,<br />
31 (58), Ciudad de México, Universidad Autónoma<br />
Metropolitana unidad Azcapotzalco, pp. 119-130, doi/<br />
org/10.24275/uam/azc/dcsh/fh/2019v31n58/Novoa<br />
Núñez, Juan Manuel y Romero, Marisol (2016), “Imperativos para una<br />
ciudad sustentable: áreas arboladas y planeación territorial”, en<br />
Alejandro Mohar (ed.), Tendencias territoriales determinantes del
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
831<br />
futuro de la Ciudad de México, Ciudad de México, Consejo Económico<br />
y Social de la Ciudad de México, pp. 311-339.<br />
PAOT (Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial) (2010),<br />
Presente y futuro de las áreas verdes y del arbolado de la Ciudad de<br />
México, Ciudad de México, Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento<br />
Territorial (PAOT).<br />
PAOT (Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial) (2018), Las<br />
áreas verdes de la Ciudad de México, una visión integral, México,<br />
Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial de la Ciudad<br />
de México (PAOT).<br />
PAOT (Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial), (2020),<br />
“Sistema de Información del Patrimonio Ambiental y Urbano de<br />
la Ciudad de México”, Ciudad de México, Procuraduría Ambiental<br />
y Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México (PAOT),<br />
, 22<br />
de mayo de 2020.<br />
Pontius, Robert Gilmor; Shusas, Emily y McEachern, Menzie (2004),<br />
“Detecting important categorical land changes while accounting<br />
for persistence”, Agriculture, Ecosystems & Environment, 101<br />
(2-3), Amsterdam, Elsevier, pp. 251-268, doi.org/10.1016/j.<br />
agee.2003.09.008<br />
Pontius, Robert Gilmore; Krithivasan, Roopa; Sauls, Laura; Yan, Yan y<br />
Zhang, Yujia (2017), “Methods to summarize change among land<br />
categories across time intervals”, Journal of Land Use Science, 12<br />
(4), Londres, Taylor & Francis, pp. 218-230, doi.org/10.1080/1<br />
747423X.2017.1338768<br />
Rodríguez Licea, Minerva y Figueroa Viruega Arturo (2017), “El impacto<br />
ambiental producido por la pérdida de áreas verdes en la Ciudad<br />
de México, una problemática creciente del siglo XXI”, HistoriAgenda,<br />
3 (36),Ciudad de México, Colegio de Ciencias y Humanidades,<br />
pp. 98-106.<br />
Romero-Ruiz, María Isabel; Flantua, Suzette; Tansey, Kevin; Berrio, Juan<br />
Carlos (2012), “Landscape transformations in savannas of northern<br />
South America: Land use/cover changes since 1987 in the<br />
Llanos Orientales of Colombia”, Applied Geography, 32 (2),
832 J. M. Núñez: Análisis espacial de las áreas verdes urbanas…<br />
Amsterdam, Elsevier, pp. 766-776, doi.org/10.1016/j.<br />
apgeog.2011.08.010<br />
Rupprecht, Christoph y Byrne, Jason (2014), “Informal urban greenspace:<br />
A typology and trilingual systematic review of its role for urban<br />
residents and trends in the literature”, Urban Forestry & Urban<br />
Greening, 13 (4), Amsterdam, Elsevier, pp. 597-611, doi.<br />
org/10.1016/j.ufug.2014.09.002<br />
Schejtman, Alexander y Berdegué, Julio (2004), Desarrollo territorial rural,<br />
Santiago de Chile, Centro Latinoamericano para el Desarrollo<br />
Rural (Rimisp).<br />
Schneider, Laura y Pontius, Robert Gilmor (2001), “Modeling land-use<br />
change in the Ipswich watershed, Massachusetts, USA”, Agriculture,<br />
ecosystems & environment, 85 (1), Amsterdam, Elsevier, pp. 83-94,<br />
doi.org/10.1016/S01<strong>67</strong>-8809(01)00189-X<br />
Sedema (Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México) (2020),<br />
“Inventario de Áreas Verdes”, Ciudad de México, Secretaría de<br />
Medio Ambiente de la Ciudad de México, , 30 de junio de 2021.<br />
Seduvi (Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de<br />
México) (2020), “Programas de Desarrollo Urbano”, Ciudad de<br />
México, Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad<br />
de México, , 30 de junio de 2021.<br />
Sorensen, Mark; Smit, Jac; Barzetti, Valerie y Williams, John (1997), Good<br />
practices for urban greening, Washington, D. C., Inter-American<br />
Development Bank.<br />
Sudipto, Roy; Byrne, Jason y Pickering, Catherine (2012), “A systematic<br />
quantitative review of urban tree benefits, costs, and assessment<br />
methods across cities in different climatic zones”, Urban Forestry<br />
& Urban Greening, 11 (4), Amsterdam, Elsevier, pp. 351-363,<br />
doi.org/10.1016/j.ufug.2012.06.006<br />
Wolch, Jennifer; Byrne, Jason y Newell, Joshua (2014), “Urban green<br />
space, public health, and environmental justice: The challenge of<br />
making cities ‘just green enough’”, Landscape and Urban Planning,<br />
125, Amsterdam, Elsevier, pp. 234-244, doi.org/10.1016/j.landurbplan.2014.01.017
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 803-833<br />
833<br />
Yang, Xin. y Lo, C. P. (2002), “Using a time series of satellite imagery to<br />
detect land use and land cover changes in the Atlanta, Georgia<br />
metropolitan area”, International Journal of Remote Sensing, 23<br />
(9), Londres, Taylor & Francis, pp. 1775-1798, doi.<br />
org/10.1080/01431160110075802<br />
Recibido: 5 de septiembre de 2020.<br />
Reenviado: 8 de noviembre de 2021.<br />
Aceptado: 17 de enero de 2021.<br />
Juan Manuel Núñez. Doctor en Geomática por el Centro de Investigación<br />
en Geografía y Geomática “Ing. Jorge L. Tamayo”, A. C. (Centro-<br />
Geo). Actualmente es académico de tiempo completo del Centro<br />
Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad de la Universidad<br />
Iberoamericana Ciudad de México y profesor de asignatura de la Facultad<br />
de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es miembro<br />
del Sistema Nacional de Investigadores, nivel candidato. Su principal<br />
línea de investigación es la geomática aplicada a la sustentabilidad. Entre<br />
sus últimas publicaciones destacan: “High-resolution satellite imagery<br />
classification for urban form detection”, en Rustam Rustamov (ed.),<br />
Satellite Information Classification and Interpretation, Ciudad de México,<br />
IntechOpen, pp. 1-14 (2019); “Applying integrated valuation of ecosystem<br />
services in Latin America: Insights from 21 case studies”, Ecosystem<br />
Services, 36 (100901), Ámsterdam, Elsevier, pp. 1-12 (2019); y “Conectando<br />
el frente de agua marítimo de la zona costera norte de Yucatán con<br />
la zona metropolitana de Mérida”, en Alfonso Iracheta, Carolina Inés<br />
Pedrotti y Patricia Rodríguez Alomá (coords.), Suelo urbano y frentes de<br />
agua. Debates y propuestas en Iberoamérica, Toluca, El Colegio Mexiquense,<br />
A. C., pp. 171-190 (2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211761<br />
Probabilidad de atención médica para<br />
los pobres en la Zona Metropolitana de<br />
Cuernavaca, Morelos, en 2018<br />
Probability of health access for poor people<br />
in the Metropolitan Area of Cuernavaca,<br />
Morelos in 2018<br />
835<br />
Karla Rojas*<br />
Adrián Guillermo Aguilar**<br />
Abstract<br />
Based on a social stratification at the block scale and through the generation of<br />
service areas, the probability of access to the first level of health to poor groups in the<br />
Metropolitan Area of Cuernavaca, Morelos is estimated. As a result, the poor settled<br />
in the outskirts of the metropolitan area are those who show a lower probability of<br />
access, despite having greater pedestrian access. The research confirms the centralization<br />
of public health services and indicates that these are essential to avoid the deepening of<br />
poverty, which gives rise to the formulation of health and mobility policy.<br />
Keywords: health services, poverty, physical access.<br />
Resumen<br />
A partir de una estratificación social a escala de manzana, y mediante la generación<br />
de áreas de servicio, se estima la probabilidad de acceso a la atención primaria<br />
de los grupos considerados pobres de la Zona Metropolitana de<br />
Cuernavaca, Morelos. Como resultado, se obtiene que los pobres asentados en<br />
el contorno metropolitano rururbano muestran una menor probabilidad de<br />
acceso, a pesar de tener un mayor acceso peatonal. Esto comprueba la centralización<br />
de los servicios de salud públicos y da pie a la formulación de políticas<br />
en materia de salud y movilidad, necesarias para evitar la profundización de la<br />
pobreza.<br />
Palabras clave: servicios de salud, pobreza, acceso físico.<br />
* Universidad Autónoma del Estado de México, correo-e: ktrojasm@uaemex.mx<br />
** Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, correo-e: adrianguillermo1@<br />
gmail.com
836 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Introducción<br />
La inequidad en el acceso a bienes y servicios en México implica una<br />
mayor vulnerabilidad a la pobreza de los estratos socioeconómicos más<br />
bajos. Las periferias urbanas representan una serie de desventajas para el<br />
bienestar de las personas, a pesar de ser zonas donde el suelo tiende a ser<br />
más barato y accesible (Daude et al., 2017; Inostroza, 2017; Aguilar y<br />
López, 2016; Fernandes, 2011; Sabatini, 2003).<br />
La ausencia o deficiencia de los servicios de salud, por causa de la<br />
distribución espacial inequitativa, hace que los mismos se conviertan en<br />
un medio de profundización de la pobreza (Sandler, 2013; Moreno y<br />
Buzai, 2008; Larrañaga, 2007; Gwatkin et al., 2006). Es así que la accesibilidad<br />
física se convierte en el indicador de oportunidades espaciales, al<br />
permitir la interacción entre orígenes y destinos (Garrocho y Campos-<br />
Alanís, 2006), a través de las variables distancia, transporte, tiempo de<br />
traslado y costo (Fajardo-Dolci et al., 2015; Pitarch et al., 2018). Sin<br />
embargo, el resultado es la división dicotómica simple entre zonas cubiertas<br />
y zonas no cubiertas. Al respecto, en México se estima un tiempo<br />
promedio de traslado a los centros de salud de 28.8 minutos (Secretaría<br />
de Salud, 2016).<br />
De acuerdo con Hamui-Sutton et al. (2013), la población pobre que<br />
acude a los servicios de atención médica preponderantemente está constituida<br />
de niños y personas de la tercera edad. En 2015, Morelos fue la<br />
segunda entidad en la región centro del país con una mayor proporción<br />
de población de entre cero y cinco años y 65 y más, correspondiente a<br />
19.38% del total; en la Zona Metropolitana de Cuernavaca (ZMC) se<br />
concentró 50.6% de población del estado en estos grupos de edad.<br />
La presente investigación tiene como objetivo mostrar la desigualdad<br />
en el acceso a recursos para la atención médica de primer nivel para la<br />
población en condiciones de pobreza de la ZMC durante 2018. Así, el<br />
área de estudio corresponde a los polígonos urbanos de la ZMC, Morelos,<br />
pertenecientes a los municipios de Cuernavaca, Emiliano Zapata, Huitzilac,<br />
Jiutepec, Temixco, Tepoztlán, Tlaltizapán y Xochitepec.<br />
La metodología involucra retomar las características de la población a<br />
escala de manzana en un índice de pobreza, con base en los principios<br />
planteados por Boltvinik et al. (2010), e información del Sistema para la<br />
Consulta de Información Censal del Inegi (2012). En un segundo momento,<br />
se procede a estimar los afiliados a la Secretaría de Salud (SSA) cubiertos<br />
por estrato en 15, 20 y 30 minutos a pie, con datos puntuales del Directorio<br />
Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE, Inegi,<br />
2018a) y la SSA (Gobierno del Estado de Morelos, 2017), correspondiente
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
837<br />
a unidades de atención de primer nivel en 2018, mediante herramientas<br />
de análisis de red y cobertura con el programa QGIS 3.14.1.<br />
Se parte de considerar que entre mayor pobreza y distancia respecto<br />
a la ciudad central existe una menor accesibilidad física, por lo que es<br />
menor la probabilidad de atención (Harvey, 1977; Schteingart, 2001;<br />
Curtis A., 2003) y, contrariamente, es en donde existe una mayor necesidad<br />
del uso de los servicios de salud. Por lo tanto, surgen las siguientes<br />
preguntas de investigación: ¿cuál es la accesibilidad física al primer nivel<br />
de atención en la SSA de la población en condiciones de pobreza?, ¿la<br />
accesibilidad física de los pobres de la ZMC se corresponde con la probabilidad<br />
de uso en el primer nivel de atención de la SSA?<br />
La hipótesis planteada es que, debido al tamaño de las localidades<br />
urbanas más alejadas de la ciudad central en la ZMC, la accesibilidad<br />
física peatonal al primer nivel de atención de la SSA es mejor; sin embargo,<br />
la probabilidad de atención es menor, porque la aglomeración de recursos<br />
se encuentra en la ciudad central; a su vez, la necesidad en el uso de este<br />
tipo de servicios es mayor cuanto más lejos de la ciudad central se está.<br />
Este estudio se divide en tres apartados. En la primera sección se presentan<br />
los principales antecedentes en la literatura sobre acceso y uso de la<br />
atención médica de primer nivel, con énfasis en la distribución, determinantes<br />
del acceso físico y usuarios. En la segunda, se incluyen los elementos<br />
metodológicos de la investigación, como la estratificación, operacionalización<br />
del acceso por vía peatonal y la estimación de la probabilidad de uso.<br />
En el tercer apartado se describen los resultados de la investigación y se<br />
revisa el tiempo de desplazamiento a pie por estrato socioeconómico en<br />
relación con su localización en la escala metropolitana, así como la probabilidad<br />
de acceso condicionada por obstáculos, como la propia distribución<br />
y la capacidad de las unidades.<br />
1. Desigualdad en el acceso a servicios públicos de salud<br />
de primer nivel<br />
Mediante el territorio se afecta, influencia o controlan los recursos y personas<br />
a través de un área; es decir, es una forma espacial de comportamiento 1<br />
(Raffestin, 1993), que se expresa en un sentido político, a lo largo de la<br />
historia. El espacio urbano se considera el principal lugar de acumulación<br />
de capital, a través del proceso de producción, distribución y consumo;<br />
pero también el lugar donde existe una mayor proporción de población,<br />
que puede encontrarse en condiciones de pobreza con tendencia al<br />
1<br />
Ya sea por medio de la representación, apropiación, organización, construcción o transformación.
838 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
aumento (Fay y Ruggeri, 2005). De manera que la incorporación diferenciada<br />
de capital en el territorio, en conjunto con las características y expectativas<br />
de sus objetos contenidos (entre ellos la población), generan una<br />
jerarquía que acentúa las diferencias socioeconómicas (Haesbaert, 2012).<br />
La pobreza puede entenderse, así, desde diversas perspectivas, como<br />
la privación extrema de bienestar, 2 en la que destaca la ausencia o rezago<br />
de bienes que permitan el desarrollo de capacidades de la población para<br />
su satisfacción y utilidad (Kakwani y Silber, 2008; Sánchez, 2010; Sen,<br />
2003); entre estos bienes se han considerado la medición de las variables<br />
alimentación, ingreso, hacinamiento, viviendas inadecuadas por el tipo<br />
de material, servicios básicos en la vivienda, rezago educativo, bienes<br />
públicos, esperanza de vida y acceso a la seguridad social (Boltvinik et al.,<br />
2010; Coneval, 2009; Feres y Mancero, 2001).<br />
Los bienes públicos en un territorio, entre ellos los asociados a la salud,<br />
pueden ser apropiados por las personas para generar exclusividad en el<br />
consumo y, a su vez, la exclusión en el acceso y uso de las clases empobrecidas.<br />
El dominio de los mismos, mediante la oferta de servicios segmentados<br />
por clases sociales en el mercado, los mantiene como una mercancía, a<br />
través de la cual se reproducen las inequidades en distintas escalas y temporalidades.<br />
Las áreas con suelo de bajo costo crean conflictos de apropiación<br />
territorial e implican riesgos a la salud de la población en desventaja<br />
económica (Aymerich, 2004; Sabatini, 2003; Schteingart, 2001).<br />
La exclusión de bienes públicos de salud, de manera absoluta o relativa,<br />
es considerada por Grafmeyer (1996) como una forma de segregación.<br />
Cuando es de forma absoluta, la población reside en áreas no cubiertas<br />
por el servicio o por los medios de transporte cotidiano; mientras que,<br />
cuando es relativa, existe un acceso físico, pero no la disponibilidad de<br />
recursos. Ambos tipos de exclusión se asocian a fallas en el proceso de<br />
producción, distribución y consumo de los bienes públicos. Bajo estas<br />
condiciones, los pobres reducen sus oportunidades de experimentar la<br />
pertenencia a una comunidad con iguales derechos y obligaciones, dañándose<br />
así su ciudadanía (Arjona y Checa, 2003; Bournazou, 2008; Duhau,<br />
2008; Moreno Jiménez, 2015; Small y Stygles, 2001; Subirats, 2004,<br />
1987; Kaztman, 2001; PNUD, 2015).<br />
Discriminación en los niveles de dotación entre unos lugares y otros,<br />
desatención a las necesidades específicas de los distintos grupos sociales,<br />
diferencias en los grupos de accesibilidad espacial a los centros de servicios<br />
y logro de satisfacción entre usuarios son considerados como evidencias<br />
de la presencia de injusticias espaciales en la distribución de bienes (Gutiérrez<br />
et al., 2014; Harvey, 1977; Moreno y Buzai, 2008; Moreno Jiménez,<br />
2<br />
Entendido como la satisfacción de necesidades esenciales, ya sean materiales o espirituales, para<br />
que el ser humano pueda funcionar y relacionarse de manera armónica, en un contexto específico.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
839<br />
2015; Omer, 2006; Pitarch et al., 2018; Wismadi et al., 2014). La toma<br />
de decisiones sobre servicios sociales requiere, como paso previo, conocimiento<br />
de las necesidades y de su distribución en el espacio, cuestión<br />
singularmente acuciante en ámbitos menos desarrollados o en periodos<br />
de crisis económica, cuando la cohesión socioterritorial se ve más amenazada.<br />
La cuestión de medir esas necesidades sociales ha sido tratada con<br />
métodos variados, por ser aquéllas muy diversas en naturaleza y porque<br />
en ciertos casos resultan elusivas. Incorporar la dimensión espacial supone<br />
un reto adicional, pero añade utilidades significativas de cara a la planificación<br />
socioespacial. En línea con esa preocupación, en este trabajo se<br />
aborda el problema de estimar las necesidades a atender por los centros<br />
de servicios sociales municipales (CSS).<br />
Los servicios de salud, y la injerencia del Estado en ellos, se consideran<br />
un derecho en el artículo cuarto de la Constitución mexicana (DOF,<br />
1917). El impacto del Seguro Popular, a partir de 2003, como forma de<br />
afiliación para quienes no contaban con los servicios del Instituto Mexicano<br />
del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad y Servicios<br />
Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) —que dependen de una<br />
relación laboral formal—, implicó una considerable reducción de población<br />
sin afiliación al pasar, entre 2008 y 2016, de 38.4% de personas sin<br />
afiliación a 15.5 (Coneval, 2018). Así, el Seguro Popular se convirtió en<br />
el encargado de distribuir a la población abierta el servicio de salud hasta<br />
2020, cuando entró en funciones el Insabi (Instituto Nacional de Salud<br />
para el Bienestar) (Gómez-Dantés et al., 2011).<br />
Las investigaciones que han analizado la accesibilidad a las unidades<br />
de salud en México se enfocan en estudiar la distribución de unidades,<br />
capacidad y usuarios. El análisis presentado en este trabajo aborda el tema<br />
desde la perspectiva de acceso físico, planteada por autores como Moreno<br />
y Buzai (2008), Garrocho y Campos-Alanís (2006), López y Aguilar<br />
(2004) y Talen (1998).<br />
Para el análisis de la distribución, Alvarado et al. (2016) estiman el<br />
total de unidades médicas, consultorios, médicos y enfermeras en contacto<br />
con el paciente de todos los niveles y tipos de atención médica. Complementario<br />
a ello, López y Aguilar (2004) consideran el rango espacial,<br />
cobertura y accesibilidad mediante un índice medio de la distancia para<br />
llegar a los servicios de salud. Por su parte, Garrocho y Campos-Alanís<br />
(2006), Ramírez (2009) y Pérez-Valbuena (2015) estudian la distribución<br />
mediante un índice de interacción espacial, que toma en cuenta la distancia,<br />
el costo del desplazamiento y la población. En 2018, Galindo y<br />
Suárez aplicaron un modelo de programación lineal para determinar la<br />
relación global de la demanda de servicios de salud para la atención médica.
840 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
La accesibilidad física adecuada depende de la concentración de<br />
recursos para la atención, como consultorios, médicos y enfermeras en<br />
contacto con el paciente (López y Aguilar, 2004; Alvarado et al., 2016),<br />
además de la cobertura de población a abastecer, que puede medirse con<br />
radios de influencia estipulados por la normativa (López y Aguilar, 2004;<br />
Alvarado et al., 2016), valores de acceso por encima de la media (López<br />
y Aguilar, 2004) y áreas geoestadísticas básicas (AGEB), contempladas<br />
como territorios desde los que se realiza un menor tiempo de recorrido<br />
(Garrocho y Campos-Alanís, 2006; Ramírez, 2009; Pérez-Valbuena, 2015;<br />
Galindo y Suárez, 2018). Cabe destacar que estas formas de considerar<br />
los servicios de salud accesibles a la población no implican una satisfacción<br />
real en el uso del servicio, pero sí contribuyen a mejorar la probabilidad<br />
de la asistencia en conjunto con otros factores, como la derechohabiencia,<br />
el trato, los costos y los trámites a realizar (Pérez-Valbuena, 2015; Coneval,<br />
2014; Hamui-Sutton et al., 2013).<br />
Este marco analítico contribuye a comprender el acceso de la población<br />
en condiciones de pobreza a los servicios de salud en el primer nivel de<br />
atención. También se considera pertinente porque permite incorporar<br />
elementos explicativos de contexto, como la distribución geográfica de la<br />
población en condiciones de pobreza, los medios de desplazamiento de<br />
la misma, la estructura vial, la topografía del sitio y la capacidad de atención,<br />
que, ciertamente, pueden entenderse como componentes del acceso<br />
efectivo a la salud, cuyas características pueden dimensionarse por medio<br />
de los sistemas de información geográfica.<br />
2. Metodología<br />
Con el objeto de vincular a la población en condiciones de pobreza con<br />
la distribución de unidades para la atención médica de primer nivel<br />
pertenecientes a la SSA, se trabajaron tres componentes en el análisis de<br />
accesibilidad del entorno, dentro de los sistemas de información geográfica<br />
(SIG): las unidades de atención primaria pertenecientes a la SSA, la<br />
población y la red de comunicación vial que los conecta. En el presente<br />
estudio, la oferta (unidades de atención de primer nivel) fue analizada<br />
con información del DENUE (Inegi, 2018a), del Gobierno del Estado<br />
de Morelos de 2017 y de los Recursos en Salud Datos Abiertos de la SSA,<br />
con datos de 2015 (SSA, 2018); de estos últimos se obtiene la cantidad<br />
de consultorios y médicos en contacto con el paciente. De las tres fuentes<br />
se obtuvo una capa vectorial de puntos con la ubicación de las unidades<br />
de atención de primer nivel de la SSA, a los que se les vincula la
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
841<br />
información del <strong>número</strong> de médicos en contacto con el paciente de la<br />
misma institución.<br />
2.1. Estratificación de la población<br />
La demanda es estimada por medio de la población total, a escala de<br />
manzana 3 del Inegi (2012); de esta fuente de información, además, se<br />
consideraron, para la estimación del índice de pobreza, 4 la calidad y espacio<br />
en la vivienda, adecuación sanitaria, adecuación energética, acceso a<br />
teléfono, bienes durables, rezago educativo, así como el acceso a la salud<br />
y a la seguridad social. De manera general, los resultados se pueden dividir<br />
en dos grandes estratos —pobres y no pobres—, con diversas divisiones<br />
relacionadas con el porcentaje de cumplimiento con las normas sobre<br />
necesidades básicas.<br />
Así, se consideran indigentes a quienes, en promedio, cumplen menos<br />
de la mitad de las normas definidas de necesidades básicas, según el índice<br />
estimado (ver anexo 1); no indigentes es una proporción de la población<br />
que presenta condiciones ligeramente superiores a las de los indigentes. Por<br />
otro lado, los muy pobres son quienes cumplen entre la mitad y las dos<br />
terceras partes de las normas; mientras que los pobres moderados cumplen<br />
con más de dos terceras partes. Por su parte, el término sanbrit 5 incluye a<br />
quienes rebasan hasta 10% de la norma estimada mediante el índice señalado;<br />
el estrato medio supera las normas entre 10 y 50 por ciento; finalmente,<br />
el alto va por encima de 50% de la norma (Evalúa DF, 2011).<br />
El área de estudio corresponde a los polígonos de manzanas urbanas de<br />
la ZMC, localizados al noroeste de Morelos; esta zona se compone de los<br />
municipios Cuernavaca, Emiliano Zapata, Huitzilac, Jiutepec, Temixco,<br />
Tepoztlán, Tlaltizapán y Xochitepec, donde, según el censo de 2010, había<br />
un total de 10,629 6 polígonos con una población de 794,947 personas, de<br />
las cuales 16.74% se encuentran afiliadas a la SSA.<br />
Cabe destacar que para los casos de las manzanas donde no existe<br />
disponibilidad de datos o que tienen restricciones de confidencialidad,<br />
3<br />
La manzana se define como el espacio geográfico de forma poligonal y de superficie variable,<br />
que está constituido por un grupo de viviendas, edificios, predios, lotes o terrenos de uso habitacional,<br />
comercial, industrial y de servicios, entre otros, la cual, generalmente, puede rodearse en su<br />
totalidad y está delimitada por calles, andadores, brechas o veredas, cercas, arroyos, límites de parcelas<br />
y otros elementos.<br />
4<br />
Para determinar las características de los usuarios pobres y realizar una estratificación social a<br />
escala de manzana, en un primer momento se recurre, a consideración de la disponibilidad de datos, a<br />
llevar a cabo una medición de pobreza, retomando los principios de la metodología planteada, tomando<br />
en cuenta lo expresado por el artículo 36 de la Ley General de Desarrollo Social (DOF, 2018).<br />
5<br />
Con satisfacción de necesidades básicas y requerimientos de ingresos-tiempo.<br />
6<br />
Polígonos con información, ya que el total de los existentes en el vector correspondiente a<br />
manzanas para la zona de estudio es de 11,181, por lo que 4.94% corresponden a datos confidenciales<br />
o sin disponibilidad.
842 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
por tener tres o menos viviendas, se les asigna un valor de cero. Bajo este<br />
entendido, al finalizar el cálculo del índice se identifican un mayor <strong>número</strong><br />
de manzanas en condiciones de pobreza; no obstante, mediante el uso de<br />
base map, con la técnica de fotointerpretación y con la herramienta Street<br />
Map, se determinan las manzanas que verdaderamente corresponden a<br />
algunas de las categorías de pobreza, considerando únicamente las construcciones<br />
donde se identifica una superficie de construcción inferior a<br />
los 120 metros cuadrados y con edificaciones iguales o menores a dos<br />
pisos, así como construcciones sin acabados o estilo arquitectónico definido,<br />
que se ubican en zonas periféricas, forman parte de asentamientos<br />
dispersos o forman conglomerado de pobreza junto con otros polígonos<br />
colindantes y están ubicadas en calles sin pavimentación.<br />
En el mismo sentido, se enfrenta el problema de que los resultados del<br />
índice corresponden a valores menores a 0.54, por lo que se vuelve necesario<br />
reescalar los resultados con base en el cálculo de un puntaje<br />
(ecuación 1) para poder generar la estratificación.<br />
( 1)<br />
Donde Xi es el valor de la variable en cada unidad espacial; Xm es el<br />
valor mínimo de la serie de datos y XM, el valor máximo de la serie de<br />
datos.<br />
Contemplando los resultados reescalados, se estratifican por la técnica<br />
de cortes naturales o de Jenks, en la cual los cortes de clase se caracterizan<br />
porque agrupan mejor los valores similares y maximizan las diferencias<br />
entre clases (Jenks, 1963: 15-26).<br />
2.2. Accesibilidad física<br />
Posteriormente, se estima la cobertura caminable, a través del cálculo de<br />
un área de servicio para la población afiliada a la SSA por estrato, mediante<br />
la red de movilidad vial. Para ello, se calculó un índice de separación espacial,<br />
cuya medida en minutos resulta fácilmente interpretable y útil (Garrocho<br />
y Campos-Alanís, 2006; Talen, 1998). En este tipo de medida, todos<br />
los puntos de origen tienen el mismo peso en los cálculos y el índice sólo<br />
recoge la información referente a las distancias; la complejidad la introduce<br />
el uso de la red de movilidad real con tiempos ajustados conforme a la<br />
pendiente del lugar. Por lo tanto, se calculó desde el centroide de cada<br />
manzana al punto de oferta más cercano de servicios de atención médica<br />
de primer nivel de la SSA. Según esto, el Índice de Separación Espacial de<br />
la unidad espacial i (ISEi), en minutos, es igual a (ecuación 2):
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
843<br />
(2)<br />
Donde i es el centroide de manzana para el que se calcula el índice; j<br />
es la unidad de atención de primer nivel de la SSA y sólo se utiliza el más<br />
cercano al lugar de origen; Dij es la distancia, en minutos, entre el lugar<br />
de origen i y el lugar de destino j, obtenida a partir de las matrices calculadas;<br />
y N es el <strong>número</strong> de posibles lugares de destino.<br />
En la ZMC se identificaron 71 unidades médicas de primer nivel de<br />
atención de la SSA (2018); de acuerdo con la tabla 1, se observa que<br />
38.89% se ubicaban en Cuernavaca, 16.<strong>67</strong>% en Jiutepec y la misma<br />
proporción en Temixco. Esto significa que más de 72% de las unidades<br />
se encuentran en los municipios centrales de la ZMC. Al considerar los<br />
médicos reportados por Recursos en Salud Datos Abiertos, la concentración<br />
de recursos se evidencia más, ya que 83.9% de los médicos en contacto<br />
con el paciente se encuentran en los municipios antes señalados.<br />
Tabla 1<br />
Número de unidades de salud de la SSA en la ZMC en 2015<br />
Municipio Cantidad Consultorios Médicos en contacto<br />
con el paciente<br />
Consultas<br />
estimadas<br />
Cuernavaca 28 126 403 22568<br />
Emiliano Zapata 6 19 22 1232<br />
Huitzilac 2 7 8 448<br />
Jiutepec 12 25 26 1456<br />
Temixco 12 37 43 2408<br />
Tepoztlán 2 9 17 952<br />
Tlaltizapán 4 15 22 1232<br />
Xochitepec 6 16 25 1400<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2018a) y Gobierno del Estado de Morelos (2017).<br />
Como parte de los insumos, se vectoriza la red vial a partir de la de<br />
datos suministrados por el marco geoestadístico de Inegi (2018b) y recopilada<br />
en junio de este año. Al respecto, se consideraron tanto la oferta<br />
de unidades de atención del primer nivel como la red vial para estimar<br />
trayectos caminables de 15, 20 y 30 minutos a pie. La velocidad promedio<br />
para los segmentos viales se ajustó con la pendiente y la movilidad de
844 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
una persona de entre cinco y diez años, 7 de acuerdo con el Transport and<br />
Road Research Laboratory (1978), que es tomado como referencia para<br />
los estudios de movilidad a nivel internacional. La velocidad del grupo<br />
de edad se eligió por la estructura de edades piramidal de la población<br />
más pobre, así como las edades en que se reportan más casos nuevos de<br />
atención (Hamui-Sutton et al., 2013). De manera que, con una regla de<br />
tres, se realizó una interpolación entre el tramo a analizar y la pendiente<br />
promedio en el mismo para determinar la velocidad estimada por tramo<br />
en la red vial, como se muestra en la tabla 2.<br />
Tabla 2<br />
Velocidades promedio de movilidad peatonal para una persona<br />
de 5-10 años, de acuerdo con la pendiente<br />
Pendiente<br />
promedio del<br />
trayecto<br />
Velocidad promedio (km/h)<br />
0°-12° 4.07<br />
>12°-30° 3.07<br />
>30°-44° 2.07<br />
45° 1.07<br />
Fuente: Transport and Road Research Laboratory (1978).<br />
2.3. Probabilidad de atención<br />
Derivado de las áreas de servicio calculadas con la ayuda de sistemas de<br />
información geográfica, a cada una se le estimó la probabilidad de atención<br />
considerando el <strong>número</strong> de médicos y la población cubierta en un radio<br />
de 20 minutos (ver ecuación 3).<br />
(3)<br />
Donde PAn es la probabilidad de atención en el polígono n; nmcp<br />
equivale al <strong>número</strong> de médicos en contacto con el paciente 8 en dicho<br />
polígono; Poba es el tipo de población a atender (afiliados o población<br />
total); y 28 es la cantidad de consultas normadas por el sistema normativo<br />
de equipamiento urbano de Sedesol.<br />
7<br />
Se estima una velocidad promedio de 4.07 km/h para una persona de entre 5 y 10 años,<br />
considerando que la población que se atiende predominantemente son niños y adultos mayores.<br />
8<br />
Considerando que un médico, en el mejor de los casos, cubra dos turnos.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
845<br />
Para realizar una comparación del acceso en la ZMC se generaron<br />
contornos metropolitanos (ver mapa 1).<br />
Mapa 1<br />
Contornos de la ZMC, Morelos<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos del Inegi (2012). Mapa elaborado en QGIS,<br />
versión 3.14.1 (QGIS, 2020).<br />
Los criterios para determinar los contornos corresponden a las etapas<br />
de expansión de la ZMC, el patrón de distribución de pobreza por<br />
análisis del Índice Local de Moran (LISA) 9 y la derechohabiencia a la<br />
SSA (ver tabla 3). Específicamente para realizar la delimitación, se contemplan,<br />
en el primer contorno, a los municipios que se expandieron,<br />
entre los sesenta y los setenta, producto de la inmigración por búsqueda<br />
de trabajo; en el segundo contorno se considera a los municipios que<br />
tuvieron su crecimiento en los ochenta, derivado del impulso turístico<br />
de viviendas de descanso que tuvo la entidad, en conjunto con su localización<br />
respecto de los municipios centrales; mientras que en el tercer<br />
contorno se catalogaron los municipios que han tomado impulso en su<br />
crecimiento a partir de 2000, promocionados por sus atractivos turísticos.<br />
9<br />
Local Indicators of Spatial Association.
846 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Tabla 3<br />
Indicadores usados en la construcción de anillos metropolitanos<br />
Indicador<br />
Etapa de<br />
expansión<br />
Patrón de<br />
pobreza, según<br />
análisis LISA<br />
Derechohabiencia<br />
en la SSA<br />
1 Cuernavaca y<br />
Jiutepec<br />
Décadas de los 60<br />
y 70<br />
Agrupamientos de<br />
valores bajos de<br />
pobreza<br />
2 Emiliano Zapata y<br />
Temixco<br />
Década de los 80<br />
Zonas amplias de<br />
agrupamientos de<br />
valores altos de<br />
pobreza<br />
3 Xochitepec,<br />
Tlaltizapán,<br />
Huitzilac, Tepoztlán<br />
A partir de 2000, en<br />
menor medida<br />
Zonas de tamaño<br />
medio de valores<br />
altos de pobreza<br />
27.0%-32.0% 40.0%-53.0% 50.0%-64.0%<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos del Inegi (2012 y 2015).<br />
El análisis LISA permite localizar las zonas de mayor vulnerabilidad a<br />
la profundización de pobreza mediante un examen de la concentración<br />
de pobreza derivada del índice estimado para la estratificación. Esto a<br />
partir de identificar el valor proporcional por unidad (manzana) y la<br />
similitud de la misma con sus vecinos. Derivado de ello, se identifica el<br />
patrón a escala municipal con tres categorías: agrupamientos de valores<br />
bajos de pobreza, agrupamientos de valores altos de pobreza en zonas<br />
amplias y en zonas de tamaño medio (limitadas por el tamaño del asentamiento<br />
humano).<br />
Otra condicionante recuperada en este ejercicio para la delimitación<br />
de los contornos metropolitanos es el porcentaje de derechohabiencia<br />
reportado por municipio en la encuesta intercensal del Inegi (2015).<br />
3. Resultados<br />
3.1. Estratificación socioespacial de la población de la ZMC<br />
Al estimar la adaptación del índice de necesidades básicas insatisfechas<br />
con los datos de 2010, se observa que la población de no indigentes e<br />
indigentes representa 18.17% de los polígonos a escala de manzana y<br />
18.92% de la población. Se localizan, principalmente, en las periferias de<br />
los municipios de la ZMC; específicamente se identifica un mayor <strong>número</strong><br />
de manzanas bajo dicha situación en los municipios de Temixco (575),<br />
Xochitepec (378) y Cuernavaca (285).<br />
Por su parte, los estratos muy pobres (con 22.49% de la población y<br />
16.07% de los polígonos) y pobres moderados (con 21.96% de la población
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
847<br />
y 28.04% de los polígonos) sirven como anillos de transición entre los<br />
estratos más bajos y los de la clase sanbrit, media y alta en todos los municipios,<br />
excepto en Xochitepec, en el que se puede identificar una extensión<br />
de los asentamientos pobres de Temixco, que guardan una alta homogeneidad<br />
en cuanto a las características de la población que habita, pero con<br />
una dispersión acentuada.<br />
El estrato alto se localiza cercano a la ciudad central en Cuernavaca y<br />
al norte de Emiliano Zapata, en colindancia con las vialidades principales.<br />
Esta situación favorece el acceso a bienes y servicios ofertados en la propia<br />
ciudad o, incluso, en la Ciudad de México, si se cuenta con medios de<br />
transporte propios.<br />
3.2. Acceso peatonal a los servicios de salud primaria<br />
Como resultado de la estimación de acceso peatonal, 61.95% de los 133,049<br />
afiliados a la SSA se ubicaron a 15 minutos o menos de los centros de salud;<br />
18.13% caminaría entre 15 y 20 minutos y 19.91% tendría que caminar<br />
más de 20 minutos para llegar a los centros de salud más cercanos.<br />
Según el estrato en la escala metropolitana, quienes tienen mayor accesibilidad<br />
física a los servicios de salud primaria son los muy pobres, que a<br />
su vez muestran una mayor afiliación, después de los pobres moderados,<br />
de manera que 66.85% de los muy pobres tiene acceso peatonal en 15<br />
minutos o menos, 16.91% entre 15 y 20 minutos y 16.24% en más de<br />
20 minutos.<br />
A la accesibilidad física de este estrato le sigue la de los no indigentes<br />
y los pobres moderados, quienes, en un tiempo de menos de 15 minutos<br />
caminables llegarían a los centros de atención de primer nivel de la SSA,<br />
en una proporción de 61.56% y 60.80% de la población afiliada en estos<br />
estratos, respectivamente; al mismo tiempo, son los de menor proporción<br />
de afiliados fuera de una distancia caminable de más de 20 minutos, con<br />
20.96% y 19.85%, en el orden mencionado.<br />
A escala municipal, el peor acceso peatonal se encuentra en la población<br />
de los estratos más bajos (indigentes y no indigentes) y, además,<br />
donde existen condiciones de homogeneidad en la pobreza, como sucede<br />
en Huitzilac y Emiliano Zapata. En el primer caso, 71.56% de los indigentes<br />
vive a más de 20 minutos de los centros de atención de primer<br />
nivel de la SSA; en el segundo, la cifra corresponde a 27.64% de la población<br />
de indigentes.<br />
En ambos casos, la topografía y dispersión de los estratos sociales más<br />
bajos son los principales factores por los cuales la accesibilidad física se<br />
complica. En estos lugares no sólo existe una segregación de la población<br />
a partir del valor del suelo, sino que se les excluye de los servicios básicos
848 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
según su ubicación con respecto a la zona metropolitana y la concentración<br />
de los servicios de salud. En este sentido, a través de la disponibilidad de<br />
los recursos urbanos de infraestructura y equipamiento se genera un<br />
ejercicio de poder que implica mayor desigualdad en comparación con el<br />
resto de municipios en los desplazamientos en esta ciudad.<br />
En el caso de los municipios de Cuernavaca y Jiutepec, se encontró<br />
que, en general, para los afiliados a la SSA, la accesibilidad física es baja<br />
con respecto al resto de municipios, puesto que sólo 60.47% y 58.<strong>67</strong>%,<br />
respectivamente, podría tener acceso en menos de 15 minutos. Esta<br />
situación es destacable, puesto que, pese a la aglomeración de unidades<br />
de atención de primer nivel que existe en dichos municipios, las condiciones<br />
topográficas en conjunto con la ubicación centralizada de las<br />
unidades de salud dificultan la movilidad. No obstante, hay que tomar<br />
en cuenta la concentración de transporte y alternativas de atención, así<br />
como una mayor heterogeneidad en los estratos.<br />
Por el contrario, en los municipios de Tlaltizapán y Temixco es donde,<br />
de manera general, se dan las mejores condiciones de acceso físico; en el<br />
primero, 71.80% de los afiliados a la SSA podrían llegar en 15 minutos o<br />
menos, mientras que en el segundo la cifra sería de 68.<strong>67</strong>% (ver tabla 4).<br />
Al realizar el análisis del índice con la técnica local LISA, se muestra<br />
la agrupación de manzanas en condiciones de pobreza de manera considerable<br />
en Huitzilac, Tepoztlán, Temixco, Emiliano Zapata, Xochitepec<br />
y Tlaltizapán (véase mapa 2). Dada la escala en la que se hizo el estudio,<br />
es posible comprobar que existe una mayor heterogeneidad entre grupos<br />
alrededor de las zonas centrales de los municipios, donde, pese a que la<br />
accesibilidad caminable es inferior con respecto al resto de municipios,<br />
al considerar 15 minutos o menos, existe también una mayor concentración<br />
de equipamiento. Por el contrario, en las periferias hay homogeneidad<br />
de los grupos más pobres y, a su vez, existe una menor oferta de<br />
equipamientos de salud de primer nivel; sin embargo, por el tamaño de<br />
los asentamientos, hay una mayor accesibilidad peatonal.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
849<br />
Tabla 4<br />
Acceso físico a los servicios de atención a la salud de primer nivel por estrato para la ZMC<br />
Municipio Tiempo de recorrido<br />
a pie<br />
Indigentes No indigentes Muy pobres Pobres<br />
moderados<br />
Sanbrit Media Alta<br />
Cuernavaca 15 y 20 10.3% 27.72% 21.08% 20.79% 23.17% 25.94% 34.21%<br />
Afiliados totales 1862 6641 14,451 11,155 5660 1864 118<br />
Emiliano Zapata 15 y 20 27.64% 18.38% 10.29% 15.28% 39.66% 38.16% 27.27%<br />
Afiliados totales 2189 6590 3090 1275 497 222 12<br />
Huitzilac 15 y 20 71.51% 20.35% 23.39% 5.68% 0% 0% 0%<br />
Afiliados totales 202 736 539 96 7 0 0%<br />
Jiutepec 15 y 20 12.29% 18.55% 20.26% 22.98% 27.76% 25.58% 44.07%<br />
Afiliados totales 1103 5141 8912 6263 2922 968 60
850 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Tabla 4 (continuación)<br />
Municipio Tiempo de recorrido<br />
a pie<br />
Indigentes No indigentes Muy pobres Pobres<br />
moderados<br />
Sanbrit Media Alta<br />
Temixco 15 y 20 21.86% 18.73% 6.22% 12.05% 21.1% 19.23% 0%<br />
Afiliados totales 4316 12047 7266 2307 421 60 5<br />
Tepoztlán 15 y 20 15.09% 27.41% 9.28% 5.29% 34.48% 0% 0%<br />
Afiliados totales 74 1333 1639 317 40 0 0<br />
Tlaltizapán 15 y 20 64.23% 27.47% 8.24% 17.11% 18.85% 10% 0%<br />
Afiliados totales 526 2516 2449 1617 482 43 0<br />
Xochitepec 15 y 20 21.47% 18.64% 20.31% 24.36% 7.11% 60.98% 0%<br />
Afiliados totales 3043 5638 3086 946 259 47 0<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2012 y 2018a); Gobierno del Estado de Morelos (2017).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
851<br />
Mapa 2<br />
Análisis LISA del Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas a<br />
escala de manzana en la ZMC en 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos del Inegi (2012). Mapa elaborado en QGIS,<br />
versión 3.14.1 (QGIS, 2020).<br />
3.3 Probabilidad de atención primaria por estrato<br />
En cuanto a la probabilidad de atención en la escala metropolitana para<br />
los afiliados a la SSA, se obtiene que sólo 85,392 derechohabientes tendrían<br />
alguna probabilidad de atención, 10 es decir, 69.10%, al considerar una<br />
distancia máxima a caminar de 20 minutos y el <strong>número</strong> de médicos en<br />
contacto con el paciente por unidad de atención.<br />
Teniendo en cuenta los contornos metropolitanos estimados, la población<br />
afiliada con mayor probabilidad de atención se localiza en el primero.<br />
Es decir, en los municipios pertenecientes a la ciudad central, que tuvieron<br />
su expansión a partir de los años sesenta y setenta, quienes muestran<br />
una baja concentración de condiciones de pobreza y cuentan con una<br />
10<br />
Aunque cabe señalar que ésta puede llegar a ser cercana a cero (0.0006); esto es, prácticamente<br />
nula.
852 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
derechohabiencia de entre 27 y 32 por ciento. Esto significa que la ciudad<br />
central es en donde la mayor parte de los derechohabientes que viven a<br />
20 minutos o menos del centro de salud más cercano podrían tener atención,<br />
con una probabilidad media (pero que en términos reales es baja), en comparación<br />
con la probabilidad del resto de la ZMC (véase tabla 5).<br />
Tabla 5<br />
Probabilidad de acceso físico a 20 minutos caminables a los<br />
servicios de atención a la salud de primer nivel por contorno<br />
metropolitano de los derechohabientes de la SSA<br />
Contorno<br />
metropolitano<br />
Probabilidad<br />
de acceso<br />
285 por<br />
cada 2000<br />
afiliados<br />
27 por<br />
cada<br />
2000<br />
afiliados<br />
6 por<br />
cada<br />
2000<br />
afiliados<br />
3 por<br />
cada<br />
2000<br />
afiliados<br />
1 por<br />
cada<br />
2000<br />
afiliados<br />
1 527 2,3<strong>67</strong> 1,804 19,979 17,888<br />
% 1.24 5.56 4.24 46.94 42.03<br />
2 - - - 8,440 20,200<br />
% - - - 29.47 70.53<br />
3 - - 4,258.00 4,646.00<br />
5,252.00<br />
% - - 30.08 32.82 37.10<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2012 y 2018a); Gobierno del Estado de Morelos<br />
(2017).<br />
En cuanto a la probabilidad de atención de la población derechohabiente<br />
que vive en un máximo de 20 minutos por estrato social, quienes<br />
tendrían el beneficio de ser atendidos en 285 por cada 2000 serían los<br />
estratos pobres y sanbrit, en una proporción de 49.33% y 41.55%, respectivamente;<br />
mientras que los estratos de no indigentes e indigentes no<br />
tendrían ningún derechohabiente en esta condición.<br />
En este sentido, 74.12% de la población de indigentes tendría una<br />
probabilidad de ser atendido en razón de un derechohabiente por cada<br />
2000; 20.10% en más de uno a tres por cada 1000 y sólo 0.<strong>67</strong>% de 28<br />
por cada 2000.<br />
En los estratos muy pobres y no indigentes, se benefician en 29.71%<br />
y 39.33%, respectivamente, de una probabilidad de más de tres derechohabientes<br />
a menos de seis por cada 2000; y en una probabilidad de uno<br />
a tres derechohabientes por cada 2000, con 24.11% y 35.86%, respectivamente.<br />
Esto quiere decir que cuanto más desciende el estrato, a partir<br />
de los pobres, se reduce también la probabilidad de ser atendido y, a su
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
853<br />
vez, aumenta la proporción de derechohabientes que se ven privados del<br />
derecho a la salud en el primer nivel de atención (véase mapa 3).<br />
Mapa 3<br />
Probabilidad de atención en el primer nivel de la SSA por estrato<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2012 y 2018a); Gobierno del Estado de Morelos<br />
(2017). Mapa elaborado en QGIS, versión 3.14.1. (QGIS, 2020).<br />
Conclusiones<br />
Esta investigación permite contrastar la necesidad de atención de los<br />
servicios de salud para la población en general con la oferta existente, a<br />
partir de los datos estadísticos abiertos. Como parte de los resultados, se<br />
encuentra que la influencia de la localización de los usuarios potenciales,<br />
con respecto de los servicios de salud de primer nivel, se convierte en un<br />
factor determinante en la profundización de las desigualdades urbanas,<br />
debido a que no se garantiza la accesibilidad peatonal de los pobres urbanos
854 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
a obtener una consulta de entrada a los servicios de salud, como efecto<br />
de su localización en las periferias urbanas y metropolitanas.<br />
No obstante, al considerar el acceso peatonal de los afiliados a la SSA<br />
por estrato y escala de análisis, se identificó que, a escala municipal, el<br />
peor acceso peatonal se encuentra en la población de los estratos más<br />
bajos, donde existen condiciones de homogeneidad en la pobreza, topografía<br />
accidentada y dispersión de la población a atender. Por el contrario,<br />
los municipios donde, de manera general, se dan las mejores condiciones<br />
de acceso físico responden a la distribución de las unidades de salud que<br />
son suficientes en cantidad y su localización es adecuada; mientras que<br />
en Tlaltizapán se relaciona con el tamaño del área urbana, que es reducido.<br />
Al considerar los contornos metropolitanos estimados, la población<br />
afiliada con mayor probabilidad de atención se localiza en el primero. Es<br />
decir, en los municipios pertenecientes a la ciudad central, que tuvieron<br />
su expansión a partir en los años sesenta y setenta, con una baja concentración<br />
de condiciones de pobreza y que cuentan con una derechohabiencia<br />
de entre 27 y 32 por ciento. Por el contrario, quienes se ubican en el<br />
tercer contorno, en los municipios más alejados de la ciudad central y con<br />
mayor homogeneidad en las condiciones de pobreza, tienen una probabilidad<br />
media de tener atención, en comparación con la probabilidad del<br />
resto de la ZMC, pero que en términos reales es baja. Esto quiere decir<br />
que, a pesar de existir acceso físico, la probabilidad de ser atendido es<br />
menor, puesto que la disponibilidad de médicos y, por lo tanto, de consultas<br />
se reduce, con respecto de la zona central.<br />
En este sentido, no existe una condición de equidad territorial que<br />
contribuya a reducir la profundización de la pobreza para quienes tienen<br />
una mayor necesidad de atención médica. Más bien, la distribución de<br />
los recursos responde a condiciones de localización y aglomeración de los<br />
mismos en las zonas más urbanizadas, donde se favorece a la población<br />
pobre, pero no de los estratos más bajos, donde no se cuenta con los<br />
recursos de movilidad para el acceso.<br />
Estos resultados dan lugar a proposiciones para futuras investigaciones.<br />
Está pendiente agregar la relación entre los determinantes del acceso<br />
efectivo y la calidad de los servicios de salud con la localización territorial<br />
de la población; como parte de ello, es necesario considerar las limitaciones<br />
en las bases de datos abiertas, como el horario de atención de las<br />
unidades, que retoma valor en el último contorno metropolitano, donde<br />
la gente tiende a desplazarse por más tiempo del estimado por la accesibilidad<br />
física presentada en este trabajo, debido a la falta de capacidad de<br />
las unidades. De la misma manera, deben considerarse las alternativas con<br />
las que se cuenta en cada estrato para enfrentar las condiciones de profundización<br />
de la pobreza derivadas del acceso a la atención en la salud.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
855<br />
Anexo 1. Variables, indicadores y ponderadores para el cálculo completo del componente de NBI con datos del SCINCE 2010<br />
FD Variable Indicador que representa<br />
en MMIP<br />
VIV6 Viviendas particulares habitadas con<br />
piso de tierra.<br />
VIV9 Viviendas particulares habitadas con más<br />
de 2.5 ocupantes por dormitorio.<br />
VIV15 Viviendas particulares habitadas que no<br />
disponen de luz eléctrica.<br />
VIV26 Viviendas particulares habitadas que<br />
disponen de refrigerador.<br />
VIV27 Viviendas particulares habitadas que<br />
disponen de lavadora.<br />
VIV32 Viviendas particulares habitadas que<br />
disponen de televisor.<br />
VIV33 Viviendas particulares habitadas que<br />
disponen de computadora.<br />
VIV18 Ocupantes en viviendas particulares con<br />
acceso a agua entubada en el ámbito de<br />
la vivienda.<br />
VIV21 Ocupantes en viviendas particulares que<br />
disponen de excusado con admisión de<br />
agua y drenaje.<br />
VIV22 Viviendas particulares habitadas que<br />
disponen de drenaje.<br />
Proporción Ajustado Dimensión Ponderador<br />
LCVJ LCVJ=(VIV6/VIV1) LCEVJ= LCVJ>0*LEVJ>0 if ~<br />
LCVJ+LEVJ<br />
LEVJ LEVJ=(VIV9/VIV1)*2<br />
Calidad y<br />
espacio de<br />
la vivienda<br />
LAEj LAEj=(VIV15/VIV1) LAEj=(VIV15/VIV1) Adecuación<br />
energética<br />
LBDJ LBDJ=((((VIV26/<br />
VIV1)-1) +((VIV27/<br />
VIV1)-1) +((VIV32/<br />
VIV1)-1) +((VIV33/<br />
VIV1)-1)) /4) *-1<br />
LBDJ=((((VIV26/VIV1)-1)<br />
+((VIV27/VIV1)-1) +((VIV32/<br />
VIV1)-1) +((VIV33/VIV1)-1))<br />
/4) *-1<br />
LSSAJ LA=(VIV18/VIV3)-1 LEX=(VIV21/VIV1)-1<br />
LSSAJ=(((VIV18/VIV3)-1)<br />
*0.35) +(((VIV21/VIV3)-1)<br />
*0.10) +(((VIV22/VIV1)-1)<br />
*0.55))<br />
LDR=(VIV22/VIV3)-1<br />
Bienes<br />
durables<br />
Adecuación<br />
sanitaria<br />
0.338<br />
0.029<br />
0.06<br />
0.038
856 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Anexo 1 (continuación)<br />
FD Variable Indicador que representa<br />
en MMIP<br />
SALUD2_R Porcentaje de población sin derechohabiencia<br />
a servicios de salud.<br />
SALUD5_R Porcentaje de población derechohabiente<br />
por el Seguro Popular o Seguro<br />
Médico para una Nueva Generación.<br />
EDU4_R Porcentaje de población de 3 a 5 años<br />
que no asiste a la escuela.<br />
EDU10_R Porcentaje de población de 6 a 11 años<br />
que no asiste a la escuela.<br />
EDU16_R Porcentaje de población de 12 a 14 años<br />
que no asiste a la escuela.<br />
EDU22_R Porcentaje de población de 8 a 14 años<br />
que no sabe leer y escribir.<br />
EDU28_R Porcentaje de población de 15 años y<br />
más analfabeta.<br />
AE=(EDU4_R-1)<br />
+(EDU10_R-1)<br />
+(EDU16_R-1)<br />
Proporción Ajustado Dimensión Ponderador<br />
LASSj LASSj=SALUD2_R*1 LASSSMJ=((SALUD2_R/100)<br />
+(SALUD5_R/100)) /2<br />
LAIJ=(EDU22_R+E-<br />
DU28_R)<br />
LASSj=SALUD5_R*1<br />
LEIIJ =((EDU4_R-1)<br />
+(EDU10_R-1)<br />
+(EDU16_R-1))<br />
*(EDU22_R+E-<br />
DU28_R) /100<br />
LEIIJ =((EDU4_R)<br />
+(EDU10_R) +(EDU16_R))<br />
*(EDU22_R+EDU28_R) /100<br />
Acceso a<br />
salud y<br />
seguridad<br />
social<br />
Rezago<br />
educativo<br />
0.291<br />
0.244<br />
Fuente: elaboración propia con base en el Índice de Desarrollo Social de las Unidades Territoriales del Distrito Federal (Evalúa DF, 2011) y SCINCE 2010 (Inegi, 2012).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
857<br />
Fuentes consultadas<br />
Aguilar, Adrián Guillermo y López, Flor (2016), “Espacios de pobreza en<br />
la periferia urbana y suburbios interiores de la Ciudad de México.<br />
Las desventajas acumuladas”, <strong>Revista</strong> EURE, 42 (125), Santiago<br />
de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de<br />
Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos / Instituto de Investigación<br />
y Posgrado, pp. 5-29, , 20 de<br />
febrero de 2017.<br />
Alvarado Lagunas, Elías; Rodríguez Medina, Oscar e Iturralde Mota,<br />
Oscar (2016), “Niveles de cobertura y accesibilidad de la infraestructura<br />
de los servicios de agua potable y de salud en Nuevo<br />
León, México”, Contexto, 10 (12), Nuevo León, Universidad<br />
Autónoma de Nuevo León. Facultad de Arquitectura, pp. 49-61,<br />
, 15 de marzo de 2017.<br />
Arjona Garrido, Ángeles y Checa Olmos, Juan Carlos (2003), “La segregación<br />
espacial de los inmigrados: cuestiones básicas”, Antropológicas,<br />
(7), Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma<br />
de México / Instituto de Investigaciones Antropológicas, pp. 7-43,<br />
, 3 de agosto de 2015.<br />
Aymerich, Jaime (2004), “Segregación urbana y políticas públicas con<br />
especial referencia a América Latina”, <strong>Revista</strong> de Sociología, (18),<br />
Santiago de Chile, Universidad de Chile / Facultad de Ciencias<br />
Sociales, pp.117-130, doi: 10.5354/0719-529X.2004.27803<br />
Boltvinik, Julio; Chakravarty, Satya Ranjan; Foster, James; Gordon, David;<br />
Hernández, Rubén; Soto de la Rosa, Humberto y Mora, Minor<br />
(2010), Medición multidimensional de la pobreza en México, Ciudad<br />
de México, El Colegio de México / Coneval.<br />
Bournazou Marcou, Eftychia Danai (2008), “La segregación social del<br />
espacio y la dimensión territorial en los estudios de pobreza<br />
urbana”, en Rolando Cordera Campos, Patricia Ramírez Kuri,<br />
Alicia Zicardi y Lomelí Venegas (coords.), Pobreza, desigualdad y<br />
exclusión social en la ciudad del siglo XXI, Ciudad de México, Siglo<br />
XXI, pp. 394-414.<br />
Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo<br />
Social) (2018), “Estudio diagnóstico del derecho a la salud 2018”,
858 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Ciudad de México, Coneval, , 7 de<br />
febrero de 2019.<br />
Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo<br />
Social) (2014), “Indicadores de acceso y uso efectivo de los servicios<br />
de salud de afiliados al Seguro Popular”, Ciudad de México,<br />
Coneval, , 13 de febrero de 2019.<br />
Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo<br />
Social) (2009), Metodología para la medición multidimensional de<br />
la pobreza en México, Ciudad de México, Coneval, , 13 de febrero de 2019.<br />
Curtis, Sarah (2003), Health and Inequality: Geographical Perspectives,<br />
Londres, SAGE Publications.<br />
Daude, Christian; Fajardo, Gustavo; Brassiolo, Pablo; Estrada, Ricardo;<br />
Goytia, Cynthia; Sanguinetti, Pablo; Álvarez, Fernando y Vargas,<br />
Juan (2017), “RED 2017. Crecimiento urbano y acceso a oportunidades:<br />
un desafío para América Latina”, Bogotá, CAF, , 13 de septiembre de<br />
2017.<br />
DOF (Diario Oficial de la Federación) (1917), “Constitución Política de<br />
los Estados Unidos Mexicanos”, 8 de mayo, Ciudad de México,<br />
Segob.<br />
DOF (Diario Oficial de la Federación) (2018), “Ley General de Desarrollo<br />
Social”, 25 de junio, Ciudad de México, Segob.<br />
Duhau, Emilio (2008), “División social del espacio y exclusión social”,<br />
en Rolando Cordera Campos, Patricia Ramírez Kuri, Alicia<br />
Zicardi y Lomelí Venegas (coords.), Pobreza, desigualdad y exclusión<br />
social en la ciudad del siglo XXI, Ciudad de México, Siglo XXI,<br />
pp.199-211.<br />
Evalúa DF (Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito<br />
Federal) (2011), “Índice de desarrollo social de las unidades<br />
territoriales del Distrito Federal. Delegación, colonia y manzana”,<br />
Ciudad de México, Evalúa DF, , 10<br />
de agosto de 2015.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
859<br />
Gómez-Dantés, Octavio; Sesma, Sergio; Becerril, Víctor M.; Knaul,<br />
Felicia M., Arreola, Héctor y Frenk, Julio (2011), “Sistema de<br />
salud de México”, Salud Pública de México, 53 (2), Cuernavaca,<br />
Instituto Nacional de Salud Pública, pp. S220-S232, , 15 de junio de 2017.<br />
Fajardo-Dolci, Germán; Gutiérrez, Juan Pablo y García-Saisó, Sebastián<br />
(2015), “Acceso efectivo a los servicios de salud: operacionalizando<br />
la cobertura universal en salud”, Salud Pública de México, 57 (2),<br />
Cuernavaca, Instituto Nacional de Salud Pública, pp. 180-186,<br />
, 15 de junio de 2017.<br />
Fay, Marianne y Ruggeri, Caterina (2005), “Urban Poverty in Latin<br />
America and the Caribbean: Setting the stage”, en Marianne Fay<br />
(coord.), The urban poor in Latin America, Washington, D.C.,<br />
The World Bank, pp. 19-46.<br />
Feres, Juan Carlos y Mancero, Xavier (2001), “Enfoques para la medición<br />
de la pobreza. Breve revisión de la literatura”, documento de<br />
trabajo núm. 4, Santiago de Chile, Comisión Económica para<br />
América Latina y el Caribe.<br />
Fernandes, Edésio (2011), Regularización de asentamientos informales en<br />
América Latina, Massachusetts, Lincoln Institute of Land Policy.<br />
Galindo Pérez, Mateo Carlos y Suárez, Manuel (2018), “Servicios de salud<br />
del ISSSTE en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México<br />
¿Qué pasaría si nos enfermáramos todos?”, Gestión y Política<br />
Pública, 27 (2), Ciudad de México, Centro de Investigación y<br />
Docencia Económicas / División Administración Pública, pp.<br />
475-499, , 25 de marzo de 2019.<br />
Garrocho, Carlos y Campos-Alanís, Juan (2006), “Un indicador de accesibilidad<br />
a unidades de servicios clave para ciudades mexicanas:<br />
fundamentos, diseño y aplicación”, Economía, Sociedad y Territorio,<br />
6 (22), Zinacantepec, El Colegio Mexiquense, A.C., pp.<br />
349-397, , 12 de febrero de 2016.<br />
Gobierno del Estado de Morelos (2017), “Directorio de Unidades Médicas”,<br />
Cuernavaca, Servicios de Salud Morelos, , 28 noviembre de 2017.
860 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Grafmeyer, Yves (1996), “La ségrégation spatiale”, en Serge Paugam<br />
(coord.), L’exclusion. L’état des saviors, París, La Découverte, pp.<br />
209-217.<br />
Gutiérrez, Juan Pablo; García Saisó, Sebastián; Fajardo Dolci, Germán y<br />
Hernández Ávila, Mauricio (2014), “Effective access to health<br />
care in Mexico”, BMC Health Services Research, 14 (186), Basingstoke,<br />
Springer Nature / BioMed Central, pp. 1-9, doi:<br />
10.1186/1472-6963-14-S2-P42<br />
Gwatkin, Davidson R.; Wagstaff, Adam y Yazbeck, Abdo S. (2006),<br />
Llegar a los pobres con salud, nutrición y servicios de población. Qué<br />
funciona, qué no y por qué, Bogotá, Banco Mundial.<br />
Hamui-Sutton, Alicia; Fuentes García, Ruth; Aguirre Hernández, Rebeca<br />
y Ramírez de la Roche, Omar Fernando (2013), Expectativas y<br />
experiencias de los usuarios de los sistemas de salud en México: un<br />
estudio de satisfacción con la atención médica, Ciudad de México,<br />
Universidad Nacional Autónoma de México.<br />
Harvey, David (1977), Urbanismo y desigualdad social, Madrid, Siglo XXI.<br />
Haesbaert, Rogério (2012), “A Global Sense of Place and Multi-territoriality”,<br />
en David Featherstone y Joe Painter (coords.), Spatial<br />
Politics: Essays for Doreen Massey, Massachusetts, John Wiley &<br />
Sons, pp. 146-157.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2018a), “DENUE<br />
2018” (Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas),<br />
Aguascalientes, Inegi, , 7 de<br />
marzo de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2018b), “Marco<br />
geoestadístico 2018”, Aguascalientes, Inegi, , 7 de marzo de 2018.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2015), “Encuesta<br />
Intercensal de INEGI 2015”, Aguascalientes, Inegi, , 28 noviembre de 2017.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2012), “SCINCE<br />
2010” (Sistema para la Consulta de Información Censal), Aguascalientes,<br />
Inegi, , 28 noviembre de<br />
2017.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
861<br />
Inostroza, Luis (2017), “Informal urban development in Latin American<br />
urban peripheries. Spatial assessment in Bogotá, Lima and Santiago<br />
de Chile”, <strong>Revista</strong> Landscape and Urban Planning, 165,<br />
Amsterdam, Elsevier, pp. 2<strong>67</strong>-279, doi: https://doi.org/10.1016/j.<br />
landurbplan.2016.03.021<br />
Jenks, George F. (1963), “Generalization in statistical mapping”, Annals<br />
of the Association of American Geographers, 53 (1), Londres, Routledge,<br />
pp.15-26, doi: https://doi.org/10.1111/j.14<strong>67</strong>-8306.1963.<br />
tb00429.x<br />
Kakwani, Nanak y Silber, Jacques (2008), The Many Dimensions of Poverty,<br />
Nueva York, Palgrave Macmillan.<br />
Kaztman, Rubén (2001), “Seducidos y abandonados: el aislamiento social<br />
de los pobres urbanos”, <strong>Revista</strong> de la CEPAL, (75), Santiago de<br />
Chile, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, pp.<br />
171-189, , 7 de agosto de 2016.<br />
Larrañaga, Osvaldo (2007), “La medición de la pobreza en dimensiones<br />
distintas al ingreso”, documento de trabajo núm. 58, Santiago de<br />
Chile, Comisión Económica para América Latina y el Caribe.<br />
López, Flor y Aguilar, Adrián Guillermo (2004), “Niveles de cobertura y<br />
accesibilidad de la infraestructura de los servicios de salud en la<br />
periferia metropolitana de la Ciudad de México”, Investigaciones<br />
Geográficas, (53), México, Universidad Nacional Autónoma de<br />
México / Instituto de Geografía, pp. 185-209, , 2 de marzo de 2017.<br />
Moreno Jiménez, Antonio y Buzai, Gustavo (2008), “Los servicios colectivos<br />
y el desarrollo territorial: una reconsideración conceptual y<br />
metodológica actual”, en Antonio Moreno Jiménez y Gustavo D.<br />
Buzai (coords.), Análisis y planificación de servicios colectivos con<br />
sistemas de información geográfica, Madrid, Universidad Autónoma<br />
de Madrid / Universidad Nacional de Luján, pp. 5-25.<br />
Moreno Jiménez, Antonio (2015), “Diseño de un indicador de necesidad<br />
socio-espacial para el análisis y la formación de decisiones sobre<br />
servicios sociales urbanos. Un estudio de caso”, Investigaciones<br />
Geográficas, (87), Ciudad de México, Universidad Nacional<br />
Autónoma de México / Instituto de Geografia, pp. 102-117, doi:<br />
https://doi.org/10.14350/rig.43499
862 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Omer, Itzhak (2006), “Evaluating accessibility using house-level data: A<br />
spatial equity perspective”, Computers, Environment and Urban<br />
Systems, 30 (3), Amsterdam, Elsevier, pp. 254-274, doi: https://<br />
doi.org/10.1016/j.compenvurbsys.2005.06.004<br />
Pérez-Valbuena, Gerson Javier (2015), “Accesibilidad geográfica a los<br />
servicios de salud: un estudio de caso para Barranquilla”, Sociedad<br />
y Economía, (28), Cali, Universidad del Valle, pp. 181-208.<br />
Pitarch, María Dolores, Salom, Julia y Fajardo Magraner, Félix (2018),<br />
“Detección de barrios vulnerables a partir de la accesibilidad a los<br />
servicios públicos de proximidad. El caso de la ciudad de Valencia”,<br />
Anales de Geografía de la Universidad Complutense, 38 (1),<br />
Madrid, Ediciones Complutense, pp. 61-85, doi: https://doi.org/<br />
10.5209/AGUC.60469<br />
PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) (2015),<br />
Human Development Report 2015: Work for Human Development,<br />
Nueva York, Organización de las Naciones Unidas, , 26 de marzo de 2016.<br />
QGIS (Quantum Geographical Information System) (2020), “QGIS<br />
Geographic Information System”, QGIS, 3.14.1, Association,<br />
Grüt, QGIS. Org, , 10 de agosto de 2020.<br />
Raffestin, Claude (1993), Por uma geografia do poder, Sao Paulo, Ática.<br />
Ramírez, Mirta Liliana (2009), “Modelado espacial de la accesibilidad de<br />
la población a los centros de salud en el área metropolitana del<br />
gran resistencia -Chaco (Argentina)”, ponencia presentada en el<br />
24 Congreso Internacional de Cartografía, 15-21 de noviembre,<br />
Santiago de Chile.<br />
Sabatini, Francisco (2003), La segregación social del espacio en las ciudades<br />
de América Latina, Washington, D.C., Banco Interamericano de<br />
Desarrollo / Departamento de Desarrollo Sostenible - División<br />
de Programas Sociales.<br />
Sánchez, Adolfo (2010), “La pobreza y conceptos afines”, en Verónica<br />
Villarispe Reyes (coord.), Pobreza: concepciones, medición y programas,<br />
Ciudad de México, Instituto de Investigaciones Económicas<br />
/ UNAM, pp. 93-116.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 835-864<br />
863<br />
Sandler, Todd (2013), “Bienes públicos y cooperación regional para el<br />
desarrollo: una nueva mirada”, Integración y Comercio, 36 (17),<br />
Buenos Aires, Banco Interamericano de Desarrollo / Instituto<br />
para la Integración de América Latina y el Caribe, pp. 15-28.<br />
Schteingart, Martha (2001), “La división social del espacio en las ciudades”,<br />
Perfiles Latinoamericanos, (19), Ciudad de México, Facultad<br />
Latinoamericana de Ciencias Sociales, pp. 13-31.<br />
Secretaría de Salud (2016), “Informe final de resultados de la Encuesta<br />
Nacional de Salud y Nutrición 2016”, Cuernavaca, Instituto<br />
Nacional de Salud Pública, , 12 de<br />
mayo de 2018.<br />
SSA (Secretaría de Salud) (2018), “Recursos en Salud 2018”, Ciudad de<br />
México, Dirección General de Información en Salud.<br />
Sen, Amartya (2003), “Pobre, en términos relativos”, Comercio Exterior,<br />
35 (5), Ciudad de México, Banco Nacional de Comercio Exterior,<br />
pp. 413-423.<br />
Small, Mario y Stygles, Katherine (2001), “Urban Poverty after The Truly<br />
Disadvantaged: The Rediscovery of the Family, the Neighborhood,<br />
and Culture”, Annual Review of Sociology, 27 (1), Palo Alto,<br />
Annual Reviews, pp. 23-45, doi: https://doi.org/10.1146/annurev.soc.27.1.23<br />
Subirats, Joan (2004), Pobreza y exclusión social. Un análisis de la realidad<br />
española y europea, Barcelona, Fundación La Caixa.<br />
Talen, Emily (1998), “Visualizing Fairness: Equity Maps for Planners”,<br />
Journal of the American Planning Association, 64 (1), Chicago,<br />
Taylor & Francis Group, pp. 22-38.<br />
Transport and Road Research Laboratory (1978), Road Research: The<br />
Annual Report of the TRRL 1978, Michigan, H.M. Stationery<br />
Office.<br />
Wismadi, Arif; Zuidgeest, Mark; Brussel, Mark y Van Maarseveen, Martin<br />
(2014), “Spatial Preference Modelling for equitable infrastructure<br />
provision: an application of Sen’s Capability Approach”,<br />
Journal of Geographical Systems, 16 (1), Berlín, Springer, pp. 19-48,<br />
doi: https://doi.org/10.1007/s10109-013-0185-4
864 K. Rojas y A. G. Aguilar: Probabilidad de atención médica para los pobres…<br />
Recibido: 3 de noviembre de 2020.<br />
Reenviado: 9 de marzo de 2021.<br />
Aceptado: 6 de abril de 2021.<br />
Karla Rojas. Doctora en urbanismo por la Universidad Nacional<br />
Autónoma de México. Es profesora de asignatura de la Licenciatura<br />
en Administración y Promoción de la Obra Urbana en la Universidad<br />
Autónoma del Estado de México, unidad académica profesional Chimalhuacán.<br />
Su línea de investigación actual es pobreza y salud urbana.<br />
Entre sus más recientes publicaciones se encuentran, como autora:<br />
“Acercamiento a algunos aspectos demográficos del asentamiento de<br />
la población en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, 2000-2010”, en<br />
Rafael Monroy Ortiz (coord.), Argumentando el urbanismo, apuntes<br />
para una discusión multidisciplinaria, Cuernavaca, Universidad Autónoma<br />
del Estado de Morelos, pp.179-183 (2019); en coautoría:<br />
“Experiencias y respuestas de acceso a equipamientos de salud en<br />
universitarios de Chimalhuacán, México”, Topofilia, <strong>Revista</strong> Científica<br />
de Arquitectura, Urbanismo y Territorios, 1(22), 217-241 (2021).<br />
Adrián Guillermo Aguilar. Doctor en filosofía con especialidad en<br />
Geografía Urbana por el University College, Universidad de Londres. Es<br />
profesor-investigador titular C del Instituto de Geografía en la Universidad<br />
Nacional Autónoma de México y miembro del Sistema Nacional de<br />
Investigadores, nivel III. Sus líneas de investigación actuales son: proceso<br />
urbano y expansión metropolitana; pobreza urbana y asentamientos<br />
irregulares; sistema urbano y ciudades intermedias en México. Entre sus<br />
más recientes publicaciones destacan, como coautor: “Tipos de barrios<br />
pobres y sus factores de diferenciación en la Zona Metropolitana de la<br />
Ciudad de México”, en Adrián Guillermo Aguilar e Irma Escamilla-<br />
Herrera (coords.), Expresiones de la segregación residencial y de la pobreza<br />
en contextos urbanos y metropolitanos, Ciudad de México, Instituto de<br />
Geografía / UNAM / Miguel Ángel Porrúa, pp. 111-143 (2020); “Deterioro<br />
ambiental y ocupación urbana irregular en la zona lacustre de<br />
Xochimilco, Ciudad de México”, Journal of Latin American Geography,<br />
JLAG, 19 (4), Baltimore, University of Texas Press, pp. 43-<strong>67</strong> (2020) y<br />
“Pobreza y vulnerabilidad social en la dinámica metropolitana de la región<br />
centro. De los índices generales a las carencias locales”, en Arturo Orellana,<br />
Carme Mirelles-Guasch y Luis Fuentes (eds.), Las escalas de la metrópoli.<br />
Lejanía versus proximidad, Santiago de Chile, RIDEAL / Colección de<br />
Estudios Urbanos / Pontifícia Universidad Católica de Chile / RiL Editores,<br />
pp. 125-157 (2019).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211721<br />
Un modelo conceptual para el abordaje<br />
del ordenamiento territorial<br />
A conceptual model for the approach to<br />
territorial planning<br />
865<br />
Vanesa Crissi Aloranti *<br />
Abstract<br />
To work in the territories, it is necessary to know them, describe them, find their way<br />
and count on the participation of the different actors from a holistic perspective,<br />
considering the different scales, hierarchized and in interaction. This research aims<br />
to provide a conceptual model for the approach to territorial planning by articulating<br />
the categories of territorial intelligence and territorial profile. Although the villages<br />
of the province of Cordoba (Argentina) are considered as study units, the model can<br />
be applied to other territories with divergent characteristics.<br />
Keywords: villages, model, territorial planning, territorial intelligence, territorial<br />
profile.<br />
Resumen<br />
Para trabajar en los territorios es necesario conocerlos, describirlos, encontrar<br />
sus qué, sus porqués y contar con la participación de los distintos actores, desde<br />
una visión holística, considerando las diferentes escalas, jerarquizadas y en interacción.<br />
El objetivo de esta investigación es proporcionar un modelo conceptual<br />
para el abordaje del ordenamiento territorial articulando las categorías de inteligencia<br />
territorial y perfil territorial. Si bien se consideran a las comunas de la<br />
provincia de Córdoba (Argentina) como unidades de estudio, el modelo puede<br />
ser aplicado a otros territorios con características divergentes.<br />
Palabras clave: comunas, modelo, ordenamiento territorial, inteligencia territorial,<br />
perfil territorial.<br />
* Centro de Investigaciones y Estudio sobre Cultura y Sociedad (CIECS) perteneciente al<br />
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Universidad Siglo 21,<br />
Córdoba, correo-e: vanecrissi@gmail.com
866 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
Introducción<br />
Los antecedentes del proceso de ordenamiento territorial (OT) en América<br />
Latina datan de mediados del siglo XX. En el abordaje de este campo<br />
disciplinar se evidencian avances, ajustes y retrocesos. Específicamente,<br />
se transitó desde una planificación urbana física a una urbano regional y<br />
en la década de los 90 emerge la planificación estratégica con el fin de<br />
articular acciones entre el sector público, el privado y la sociedad (Massiris<br />
Cabeza, 2002; Gudiño, 2015). Dicho proceso de planificación marcó una<br />
ruptura de estructuras gubernamentales centralizadas, verticalistas y rígidas<br />
que aplicaron políticas públicas sectoriales parcializadas. Este contexto<br />
invitó a repensar los territorios desde ciertos cambios de paradigmas. De<br />
esta manera, en la última década se gestó la necesidad de crear consensos<br />
y acuerdos entre las partes involucradas del sistema territorial, motivo por<br />
el cual el OT se debería transformar en una política de Estado en los<br />
países latinoamericanos.<br />
El escenario de Argentina no es ajeno al de América Latina en lo<br />
referente al OT. Desde mediados del siglo XX, el Gobierno Nacional<br />
orientó la política territorial hacia la planificación urbana, siendo los<br />
primeros frutos de este proceso la sanción de la Ley N° 8912/1977<br />
(Gobierno de la provincia de Buenos Aires, 1977) de ordenamiento<br />
territorial y uso del suelo de la provincia de Buenos Aires y en el año<br />
2013 se promulgó la Ley N° 14449 (Gobierno de la provincia de Buenos<br />
Aires, 2013) de acceso justo al hábitat en el campo disciplinar (Massiris<br />
Cabeza, 2013). Considerando las condiciones de asimetría económica y<br />
social a nivel nacional y regional, el Gobierno Nacional implementa en<br />
el año 2004 un Plan Estratégico Territorial (PET) como uno de los<br />
instrumentos de la política nacional de desarrollo y OT, con el objetivo<br />
de formular un plan federal de inversión en infraestructura y equipamiento.<br />
Luego, en el año 2008, se elaboró un modelo de nación titulado<br />
Argentina 2016. Política y Estrategia Nacional de Desarrollo y Ordenamiento<br />
Territorial como expresión de equilibrio, integración, sustentabilidad y<br />
justicia social. Otro caso emblemático en el país, fue la Ley N° 8051/2009<br />
(Gobierno de la provincia de Mendoza, 2009) de ordenamiento territorial<br />
y usos de suelo de la provincia de Mendoza, representando el marco<br />
jurídico para la planeación y gestión territorial, centrado en el modelo<br />
de Mendoza 2030. Estos planes provinciales se desprenden del PET y<br />
reconocen tres etapas básicas de implementación: planificación estratégica<br />
del desarrollo, ordenamiento territorial provincial y ordenamiento territorial<br />
municipal.<br />
En la provincia de Córdoba, contexto geográfico donde radica el objeto<br />
de estudio de la presente investigación, hasta la fecha (2021) no se registran
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
8<strong>67</strong><br />
antecedentes de un Plan y/o Ley de OT que contemple las diversas<br />
dimensiones (económica, social, ambiental y político-institucional) del<br />
territorio provincial.<br />
Considerando los vacíos mencionados en relación a un estudio integral<br />
y en el afán de acercarnos a las diferentes dimensiones mencionadas,<br />
que conforman el territorio, el objetivo de este artículo es proporcionar<br />
un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial. Dicho<br />
modelo surge de la investigación doctoral, por lo tanto, los avances aquí<br />
expuestos representan e integran una parte del cuerpo teórico de la tesis<br />
doctoral realizada por la autora 1 y se enmarcan dentro del paradigma<br />
epistemológico de la complejidad con una concepción sistémica (Paiva<br />
Cabrera, 2004). Lo que permite pensar, en una visión dinámica, en donde,<br />
la repetición y el cambio están introducidos como variables a considerar.<br />
El punto de partida para desarrollar el objetivo propuesto, se sitúa en<br />
el ordenamiento territorial (OT), que conlleva trayectorias desde diversos<br />
enfoques. En esta dirección encontramos varios trabajos pioneros, entre<br />
los más destacados son los de Fals Borda (1986, 1996), Gómez Orea<br />
(1994, 2015), Montes Lira (2001), Massiris Cabeza (2002, 2013), Ceballos<br />
(2004) y Bozzano (2009, 2014). De dichas configuraciones teóricas<br />
se desprenden las categorías de inteligencia territorial cuya trayectoria es<br />
intermedia —nace en Francia a fines de los años 90’s— (Bozzano et al.,<br />
2012) y la de perfil territorial con criterios de abordaje recientes en el<br />
campo disciplinar del ordenamiento territorial (Arroyo, 2009; Muñoz<br />
Wilches, 2012; PNUD, 2014). A partir de ello y de manera articulada,<br />
se analizarán las categorías de inteligencia territorial y perfil territorial en<br />
el funcionamiento de las 168 comunas —asentamientos poblacionales de<br />
hasta 2000 habitantes, Ley N° 8102/1991 orgánica de municipios y<br />
comunas (Gobierno de la provincia de Córdoba, 1991).<br />
La elección de las comunas, como unidades de estudio, se debe a que<br />
presentan en la actualidad una realidad similar en función de ciertas<br />
características tales como: población de baja densidad, 2 necesidades y<br />
problemas que presionan sobre territorios de grandes superficies y con<br />
débil desarrollo, ausencia de planificación territorial, escaso equipo interdisciplinario<br />
en los gobiernos locales, falta de información local y reciben<br />
1<br />
La tesis se titula Ordenamiento territorial de comunas a escala regional en la provincia de Córdoba,<br />
Argentina. Caso de estudio: región Árida. Se realizó en el Doctorado en Desarrollo Territorial (2019)<br />
—Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina—, originado<br />
del entrecruzamiento de vertientes teóricas y empíricas. Esto pone en evidencia las limitaciones que<br />
suceden en la aproximación a la realidad; dificultad que se trasluce al volcar la teoría a la fase empírica<br />
y, viceversa, al reflexionar sobre los datos concretos a la luz de los aportes teóricos.<br />
2<br />
Densidad poblacional (población por cada km 2 ) el promedio es de 2,6 (Dirección General de<br />
Estadística y Censos, Gobierno de la provincia de Córdoba, 2010).
868 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
una mínima coparticipación 3 por parte del Gobierno provincial (Área<br />
Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de<br />
Córdoba, próximamente). Se suma a este contexto, a que son intervenidas<br />
en la actualidad desde aspectos técnicos por el gobierno provincial, en<br />
donde la información relevada no se gestiona ni aplica en el diseño de<br />
políticas públicas. Esta realidad torna necesaria una posible retroalimentación<br />
entre datos relevados y teorías propuestas como posibilidad inicial<br />
para el diseño y ejecución de políticas de ordenamiento territorial.<br />
Los avances aquí desarrollados se sustentan en datos cualitativos y<br />
cuantitativos. Cualitativamente, se realiza desde una revisión de antecedentes<br />
y perspectivas teóricas, epistemológicas y técnicas en la temática<br />
mediante la sistematización y análisis de información secundaria y relevamiento<br />
de información primaria. Cuantitativamente, se utilizan datos<br />
estadísticos de organismos oficiales 4 que son empleados para analizar los<br />
escenarios comunales. Para el análisis de las unidades de estudio (comunas)<br />
se considera la regionalización de la provincia de Córdoba (Mapa<br />
1) y el relevamiento de las 168 comunas realizado por el Área Infraestructura<br />
Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de Córdoba<br />
(próximamente). Aunque dicha regionalización no ha sido publicada<br />
oficialmente por parte del ejecutivo, se considera oportuna su utilización<br />
debido a que toma en cuenta variables de infraestructura, servicio, equipamiento<br />
y ambiente. Esta regionalización subdivide a la provincia de<br />
Córdoba en cuatro regiones (Árida, Serrana, Llanura y Medanosa) de<br />
acuerdo con aspectos geográficos, económicos, ambientales y turísticos.<br />
• Región Árida (perfil agropecuario, con mayor tendencia a la actividad<br />
ganadera): comprende ocho departamentos.<br />
• Región Serrana (perfil turístico-comercial): con siete departamentos.<br />
• Región Llanura (perfil agropecuario-comercial): con nueve departamentos.<br />
• Región Medanosa (perfil agropecuario-sector público): con dos<br />
departamentos.<br />
Es menester señalar que la organización política la provincia de Córdoba<br />
está conformada por 427 localidades, de las cuales 168 se enmarcan<br />
en la categoría de comunas (asentamientos poblacionales que registran<br />
3<br />
Ley N° 8663/1997: consiste en una distribución de ingresos de rentas públicas de la provincia<br />
hacia las comunas y municipios (Gobierno de la provincia de Córdoba, 1997). La coparticipación<br />
que recibe cada localidad depende de la cantidad de habitantes según los registros del último Censo<br />
Nacional.<br />
4<br />
Véase Área Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de Córdoba<br />
(Próximamente), Dirección General de Estadística y Censos, Gobierno de la provincia de Córdoba<br />
(2010) e Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) (2019).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
869<br />
menos de 2.000 habitantes) y 259 en la categoría de municipios (asentamientos<br />
con más de 2.000 habitantes). Estas localidades forman parte de<br />
otra unidad supramunicipal: los departamentos (un total de 26 en la<br />
provincia de Córdoba), denominados también comunidades regionales,<br />
establecido por la Ley N° 9206/2004 orgánica de regionalización de la<br />
provincia de Córdoba (Gobierno de la provincia de Córdoba, 2004). Es<br />
decir, cada departamento representa una comunidad regional. 5<br />
Estructuralmente, el trabajo se presenta en dos partes. La primera<br />
caracteriza una perspectiva teórica y epistemológica en materia de ordenamiento<br />
territorial (OT) proporcionando un modelo conceptual de<br />
Mapa 1<br />
Regionalización, provincia de Córdoba<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos del Área Infraestructura Regional del Ministerio<br />
de Gobierno de la provincia de Córdoba (próximamente).<br />
5<br />
Las divisiones político administrativas determinadas por Ley pueden englobar o no heterogeneidades<br />
multifacéticas que exceden los límites demarcatorios normativos.
870 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
abordaje. La segunda realiza una revisión de las categorías inteligencia<br />
territorial (IT) y perfil territorial (PT) en articulación con la investigación<br />
doctoral de la autora, a partir de las dinámicas territoriales de las comunas<br />
de la provincia de Córdoba. Finalmente, las conclusiones buscan<br />
ampliar el abordaje para la acción, intervención y transformación de los<br />
territorios de estudio.<br />
1. Matices teórico-aplicados del ordenamiento territorial<br />
A medida que se ahonda en las profundidades del campo disciplinar del<br />
ordenamiento territorial (OT) se evidencia un constante e ineludible<br />
movimiento de trayectorias conceptuales y epistemológicas. Ello es develado<br />
por los conceptos y teorías que, en permanente tránsito permean y<br />
enriquecen este campo disciplinar como así también otras comunidades<br />
académicas, cuyo potencial redunda en el territorio (cualquiera sea su<br />
escala de abordaje) como objeto de estudio.<br />
Partiendo del enriquecimiento conceptual del OT, existe una diversidad<br />
de definiciones incorporando tácitamente los conceptos de territorio<br />
y desarrollo. Considerando los diversos enfoques que versan desde perspectivas<br />
teórico-epistemológicas a otras más metodológicas, técnicas y<br />
aplicadas, es aquí donde nos detenemos para reconocer su abordaje sistémico-holístico<br />
en donde se ponen en diálogo las teorías territoriales,<br />
sociales y de la transformación en las que intervienen los lugares, procesos<br />
y actores sociales. Esta triada social 6 (figura 1) invita a repensar el territorio<br />
más allá de los lugares, como una “construcción colectiva, consciente<br />
y cambiante” (Bozzano, 2009: 224) por la manera en cómo se produce<br />
la interacción social en su interior.<br />
La triada social (figura 1) refleja el carácter complejo de la realidad<br />
social —cualquiera sea su escala— no podemos pensar que el punto de<br />
vista del sistema excluya a los puntos de vista del territorio y de la acción.<br />
Tampoco que el punto de vista del territorio, excluya los del sistema y<br />
de la acción; ni que el punto de vista de la acción excluya a los puntos de<br />
vista del sistema y del territorio. Desde esta perspectiva teórica, que va<br />
más allá del enfoque sociológico del sistema o la estructura de Durkheim<br />
y de la acción o la agencia de Weber (cit. en De Ípola, 2004), se trabaja<br />
articulando visiones de macroprocesos o macrosistemas (sociales, ambientales,<br />
políticos, económicos, culturales) presentes en cada micro, meso<br />
o macro proyecto concreto. Esto se presenta con visiones de saberes de<br />
los diferentes actores partícipes: ciudadano, político, técnico, empresario,<br />
6<br />
Lugares, procesos y actores sociales (Bozzano, 2009).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
871<br />
Figura 1<br />
Tríada social de procesos, lugares y actores<br />
Fuente: Bozzano (2009: 241).<br />
científico, entre otros. Vale decir que, se incorpora a esta trama compleja<br />
de relaciones las interfaces de conocimiento (Long, 2007) e investigación<br />
acción participativa (IAP) (Fals Borda, 1986) provenientes del campo de<br />
las Ciencias Sociales (Sociología; Ciencia Política, Antropología, Historia,<br />
Geografía, Economía, Ordenamiento Territorial, Comunicación Social,<br />
entre otras).<br />
En lo empírico y traduciendo esta teoría social al objeto de investigación<br />
OT, el proceso se refiere a la organización territorial de las comunas<br />
a escala regional en la provincia de Córdoba, interpretando los lugares<br />
como aquellos microespacios de cada comuna con los usos de suelo representativos<br />
(residencial, recreativo, agropecuario, áreas naturales protegidas,<br />
etc.). Los actores (entendidos como aquellos que proceden de los ámbitos<br />
públicos, privados y ciudadanos en general) intervienen en los procesos de<br />
construcción de interfaces de conocimiento (Long, 2007) donde entran<br />
en juego el poder, los intereses personales, el conflicto, los choques de<br />
paradigmas culturales, el enriquecimiento de saberes, entre otras cuestiones.<br />
Cabe señalar aquí, el relevamiento llevado a cabo por el Área Infraestructura<br />
Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de Córdoba<br />
(próximamente), en el que la autora fue partícipe, a las 168 comunas de la<br />
provincia, considerándose una herramienta significativa para que los jefes<br />
comunales puedan transmitir la información obtenida a los habitantes de<br />
su localidad, lo que refleja las interfaces de conocimiento y la investigación<br />
acción participativa (IAP). Esta última, trabajada por Fals Borda (1986) se<br />
manifiesta como una valiosa alternativa para generar diálogo entre teorías<br />
sociales y de la transformación, al referirse al problema de cómo investigar<br />
la realidad para transformarla. En el abordaje del OT, la investigación acción<br />
es uno de los pilares que permite conocer, analizar, descubrir y transformar
872 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
la naturaleza multiescala, sistémica e integral del territorio, con la coordinación<br />
y coherencia de las distintas instituciones competentes.<br />
Si bien, como se mencionó anteriormente, existen múltiples definiciones<br />
que enriquecen el concepto de OT, se considera que tal expresión<br />
es polisémica y difícil de enmarcar en un concepto preciso. Se aplica de<br />
diferente manera según quién la utilice, aunque siempre girando en torno<br />
a tres componentes: las actividades humanas, el espacio en que se ubican<br />
y el sistema que entre ambos configuran.<br />
En la búsqueda de perspectivas teóricas que sustenten miradas y aproximaciones<br />
al entendimiento del OT, se podría considerar en primer término<br />
aquella que lo postula como al conjunto de acciones para orientar la transformación,<br />
ocupación y utilización de los espacios geográficos, que busca su<br />
desarrollo socioeconómico, teniendo en cuenta las necesidades y los intereses<br />
de la población, como así también las potencialidades del territorio y la<br />
armonía con el ambiente (Fals Borda, 1986, 1996). Sin desconocer los<br />
pilares político-administrativo, geopolítico y el ambiental. Dicha concepción<br />
descrita refiere a políticas macro de amplia visión estatal basadas en<br />
la epistemología del territorio y en la humanización de las relaciones<br />
espacio-tiempo. A su vez, se considera también que potencia los conceptos<br />
de bioespacio 7 y tecnoregión 8 para formular una propuesta sobre el<br />
qué hacer con el OT. Desde esta perspectiva, se lee que la escala regional<br />
y el papel de la investigación acción participativa se constituyen en fundamento<br />
del OT, permitiendo plantear regiones como unidad de reordenamiento<br />
de la territorialidad 9 desde su historia, cultura, economía y<br />
contexto ambiental (Fals Borda, 1996).<br />
Desde otra mirada, se considera que el OT debe ser asumido de manera<br />
más abarcable e integral por lo que en su lugar se refiere a planificación,<br />
ordenamiento y gestión territorial (Bozzano, 2009; 2014). Se propone<br />
un proceso reflexivo que supone incorporar lo real, lo pensado, el pasado<br />
en el presente, la anticipabilidad —como condición de anticipación— y<br />
lo posible (2009: 98). Esta aproximación considera que, en el OT, la<br />
comprensión y articulación entre las escalas de trabajo micro, meso y<br />
macro juegan un rol fundamental, particularmente en perspectivas teóricas<br />
que no logran descender a la realidad. Podemos citar a modo de ejemplos,<br />
aquellos ciudadanos que no conocen que una pequeña acción u<br />
omisión trasciende la escala de su barrio, ciertos políticos que especulan<br />
7<br />
Reconocimiento de límites territoriales que no son estáticos, responden a las dinámicas de<br />
construcción social del territorio, basadas en las relaciones complejas de los seres humanos con su<br />
ambiente (Fals Borda, 1996).<br />
8<br />
Aquella donde las relaciones están vinculadas con la ciencia, las tecnologías y la información<br />
(1996).<br />
9<br />
Sentido que le dan los actores a su territorio (identidad): urbana, periurbana, rural y natural<br />
(Bozzano, 2009; Massiris Cabeza, 2002).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
873<br />
su compromiso y tiempo en la gestión, o en empresarios que no consideran<br />
que, si se ven favorecidos, la población y el territorio, su empresa también<br />
lo será (Bozzano, 2014). Por dichos motivos, se afirma que, la política,<br />
ciencia, técnica, escalas de trabajo y compromiso no sólo deben estar<br />
presentes, sino generar un espacio-tiempo donde los vectores de decisión<br />
sean fruto de miles de pequeñas co-construcciones. Estos aportes teóricos<br />
condicen con los argumentos de Fals Borda (1996) proponiendo que el<br />
OT ocupa contenedores espaciales flexibles y variables, donde las comunidades<br />
son las protagonistas y ejercen roles ligados a la economía, cultura<br />
y ambiente en defensa de sus formas y calidad de vida. Aquí también se<br />
hace énfasis en la investigación acción participativa (Fals Borda, 1986) lo<br />
que conlleva a intervenir en los territorios desde el abordaje de la inteligencia<br />
territorial (IT), la gestión, la toma de decisiones y el liderazgo para<br />
lograr la transformación territorial.<br />
Gómez Orea (1994, 2015) aborda el OT, desde una dirección teórica<br />
complementaria a la de Fals Borda (1986, 1996) y Bozzano (2009, 2014),<br />
manifiesta su argumentación a partir de una perspectiva holística, democrática<br />
y participativa. Definiéndolo como una función de los poderes<br />
públicos orientada a planificar el desarrollo sostenible en términos de<br />
calidad de vida y a resolver los conflictos en beneficio del interés común,<br />
de forma participada, concertada entre los diversos agentes socioeconómicos.<br />
Se lo entiende, por lo tanto, como un instrumento de planificación<br />
del sistema territorial, 10 hacia un horizonte temporal futuro, considerando<br />
los diversos componentes que lo conforman: medio físico, población,<br />
actividades, asentamientos de población, canales de relación y marco legal.<br />
Al asumir el OT como un proceso y un instrumento de planificación<br />
de carácter técnico, político y administrativo, se entiende que se pretende<br />
configurar, en el largo plazo, una organización del uso y ocupación del<br />
territorio acorde con sus potencialidades y limitaciones, las expectativas<br />
y aspiraciones de la población y los objetivos de desarrollo (Massiris<br />
Cabeza, 2002). Es importante considerar que, si se asume al OT como<br />
un instrumento posible de impulsar las inversiones públicas, promover<br />
las privadas y apoyar las sociales destinadas a mejorar la calidad de vida<br />
en las ciudades y otros asentamientos humanos, se debiera prestar consideración<br />
al ambiente en los asentamientos y sus alrededores, con el fin de<br />
resolver los problemas actuales y prevenir los que puedan surgir en el<br />
futuro (Montes Lira, 2001). Ante dichos contextos, es imprescindible<br />
cuestionar, cómo revertir los escenarios reales de las comunas desde las<br />
inversiones públicas y privadas en pos a un desarrollo local-regional.<br />
10<br />
Construcción social que representa el estilo de desarrollo de una sociedad, mediante las actividades<br />
que desarrolla la población sobre el medio físico y las interacciones que se producen entre ellas a<br />
través de los canales de relación que proporcionan la funcionalidad al sistema (Gómez Orea, 2015).
874 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
Existen senderos alternos de abordaje, sin embargo, primero es necesario<br />
identificar las potencialidades y limitaciones de los territorios (comunas)<br />
considerando también las realidades disímiles de las regiones de la provincia<br />
de Córdoba. Por ejemplo, se presentan los porcentajes de las necesidades<br />
urbanas a satisfacer en las comunas de la región Árida 11 (noroeste): agua<br />
potable (70%); construcción y/o refacción de edificios públicos (74%), en<br />
relación a las comunas de la región Llanura 12 (centro-este): agua potable<br />
(35%); construcción y/o refacción de edificios públicos (50%) (Área<br />
Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de<br />
Córdoba, próximamente). Ante el escenario planteado, es significativo<br />
replantear la vinculación entre el mundo académico y los sectores económicos<br />
y políticos ya que juegan un papel importante en el proceso de<br />
simbiosis entre ciencia y tecnología, creando las condiciones para que surja<br />
la innovación 13 en los territorios.<br />
Es necesario, por lo tanto, considerar al OT como un instrumento de<br />
planificación de desarrollo por medio del que se obtiene una calidad de vida<br />
armoniosa con la naturaleza y un compromiso intergeneracional desde<br />
una perspectiva holística, democrática, participativa que permita adecuar<br />
la organización político-administrativa y la proyección espacial de la<br />
política social, económica, ambiental y cultural (Ceballos, 2004).<br />
A partir de las aproximaciones y miradas seleccionadas desde diversas<br />
disciplinas, se rescata el abordaje holístico con el que los autores trabajan<br />
los territorios. En una posible síntesis de los enfoques o líneas de abordaje<br />
con las que se identifica cada autor, se puede afirmar que para Fals Borda<br />
(1986, 1996) y Bozzano (2009, 2014) el OT es un proceso experiencial<br />
orientado a la transformación, ocupación y utilización de los espacios<br />
geográficos en pos del desarrollo, poniendo en diálogo las perspectivas<br />
teórico-metodológicas, mientras que los autores restantes, Gómez Orea<br />
(1994, 2015), Massiris Cabeza (2002), Montes Lira (2001) y Ceballos<br />
(2004), trabajan aspectos técnicos y metodológicos con una visión más<br />
empirista. Resulta enriquecedor considerar y complementar ambos abordajes<br />
para fomentar procesos de motivación, transformación y desarrollo<br />
en los territorios.<br />
11<br />
La Región Árida está conformada por 53 comunas y 23 municipios. La superficie de dicha<br />
región es de 42.083 km2 (Dirección General de Catastro, 2019).<br />
12<br />
La Región Llanura está conformada por 52 comunas y 158 municipios. Su superficie es de<br />
83.561 km2 (Dirección General de Catastro, 2019).<br />
13<br />
Innovación: consiste en introducción de nuevas combinaciones de los recursos productivos,<br />
las cuales podían adoptar 5 formas básicas: introducción de un nuevo producto; introducción de un<br />
nuevo proceso; la apertura de un nuevo mercado; la conquista de nuevas fuentes de suministro de<br />
materias primas. Se lo relaciona a los impactos positivos en las distintas organizaciones, empresas,<br />
instituciones y a nivel territorial, dado que se lo vincula a la posibilidad de progresar (Neffa, 2000).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
875<br />
Vale afirmar que el campo disciplinar del OT es abordado desde<br />
diversas perspectivas, brindando antecedentes e indicadores necesarios<br />
para el análisis del sistema territorial. Es relevante aquí destacar que, para<br />
trabajar en los territorios es necesario ante todo conocerlos, describirlos,<br />
explicarlos, encontrar sus qué, sus por qué y contar con la participación de<br />
los distintos actores. Esto se manifiesta, en algunas ocasiones, mediante<br />
mesas de trabajo organizadas por el Gobierno de la provincia de Córdoba,<br />
donde los jefes comunales comparten sus necesidades, problemáticas,<br />
experiencias y expectativas a alcanzar en sus territorios. Frente a estas<br />
dinámicas participativas se presentan enormes desafíos vinculados al<br />
mejoramiento de la calidad de vida, de la infraestructura, servicio y<br />
calidad ambiental; de la adopción de estrategias para el desarrollo, implicando<br />
impactos significativos la toma de decisiones de los gobiernos<br />
locales, provinciales y nacional, en materia de políticas públicas.<br />
A partir y considerando los argumentos planteados por los autores, se<br />
presenta un modelo conceptual propuesto (figura 2); modelo que, por<br />
supuesto, no agota todas las perspectivas que ofrece el objeto de estudio<br />
(OT) por lo cual puede ser aplicado a otros territorios con características<br />
divergentes e incluso, el modelo puede enriquecerse con la incorporación<br />
de otras categorías teóricas complementarias. Resume gráficamente, los<br />
niveles de jerarquía conceptual. En la cúspide se ubica el OT en función<br />
de su tradición y conceptualización teórica y epistemológica en el campo de<br />
estudio. En los vértices se sitúan las categorías de inteligencia territorial<br />
(IT) y perfil territorial (PT) con enfoques metodológicos y empíricos.<br />
Figura 2<br />
Modelo conceptual propuesto<br />
Fuente: elaboración propia.
876 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
En relación con lo manifiesto, podemos aportar a la definición del OT<br />
como un proceso de co-construcción de conocimiento y capacidades<br />
endógenas, considerando la arista ambiental, socioeconómica y políticoinstitucional,<br />
en articulación con el accionar de los actores, para lograr un<br />
desarrollo socioeconómico y armónico con el ambiente. Dicha definición<br />
refleja las categorías de PT e IT que serán desarrollados en el siguiente<br />
apartado. Invitándonos a conocer, describir, explicar el territorio, encontrar<br />
sus qué, sus porqués. De esta manera, existen mejores condiciones para<br />
intervenir, gestionar y contribuir a desarrollarlos y transformarlos, considerando<br />
sobre qué bases teóricas están cimentados.<br />
2. La inteligencia territorial y el perfil territorial como objetos de<br />
intervención y transformación en los escenarios comunales<br />
2.1. Inteligencia territorial<br />
Mientras buena parte de las perspectivas en OT continúan próximas a<br />
visiones tecnocráticas, discursivas y alejadas de los habitantes de cada<br />
territorio, la categoría de inteligencia territorial (IT) representa la construcción<br />
de una epistemología sin alejarse de visiones descriptivas, explicativas<br />
y de inclusión, para referirse a instancias propositivas y de<br />
transformación concreta. Girardot creador de la categoría de IT (Bozzano,<br />
et al., 2012) la define como un proyecto científico polidisciplinario que<br />
tiene por objeto el desarrollo sostenible y por sujeto a la comunidad<br />
territorial. Se basa en una visión sistémica del territorio, incluido un<br />
espacio geográfico, una comunidad, sus representaciones y sus comportamientos.<br />
Concede importancia al nivel local en una lógica interescalar,<br />
de lo local a lo global. Es una inteligencia colectiva que se basa, por un<br />
lado, en la interacción entre cada ser humano y su ambiente y, en segundo<br />
lugar, la relación entre las personas. También aparecieron otras definiciones<br />
enriqueciendo el concepto de IT. Masselot (cit. en Bozzano, 2013) la define<br />
como un proyecto científico compartido y co-construido entre actores e<br />
investigadores. Va en dirección del bienestar y del bien vivir de cada uno<br />
y de todos. En este proyecto, la cultura, la formación, la identidad, la<br />
transferencia y el patrimonio tienen gran importancia. Complementariamente,<br />
desde las ciencias de la información y la comunicación en el<br />
proceso (datos-información-acción) a partir de la observación, se estructura<br />
información, y se la gestiona, co-construyendo conocimientos y<br />
comunicaciones internas como externas para reforzar la relación territorial.<br />
Miedes (cit. en Bozzano, 2013) refiere a la IT como el enfoque de investigación-acción<br />
multidisciplinar, en el que intervienen investigadores y
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
877<br />
actores territoriales y que tiene básicamente dos objetivos: mejorar la<br />
comprensión de los factores que intervienen en el desarrollo sostenible y<br />
socialmente justo de los territorios y, sobre la base de esos conocimientos,<br />
incrementar la pertinencia, eficacia, eficiencia de las acciones y proyectos<br />
de los actores para lograr el buen vivir de sus habitantes en armonía con<br />
la naturaleza.<br />
A partir de las definiciones de los autores, entendemos que la IT es un<br />
medio para los investigadores y actores de la comunidad territorial de<br />
adquirir un mejor conocimiento del territorio y controlar su desarrollo.<br />
Siendo una herramienta útil para ayudar a dichos actores territoriales a<br />
proyectar, definir, diseñar y evaluar las políticas y las acciones del OT. En<br />
sentido de lo planteado se pretende que la IT, sea plasmada en la formulación<br />
de lineamientos de OT, impulsando las dinámicas de acción participativa.<br />
Ayudando a los actores locales (de cada comuna) a través de<br />
sus propios elementos culturales, de identidad étnica, experiencias comunitarias<br />
de desarrollo local y del saber ancestral para lograr un pleno<br />
conocimiento del territorio y, con ello, buscar cohesión social frente a los<br />
retos que implica el OT.<br />
En virtud de lo anterior, cabe señalar que la IT es conceptualizada<br />
mediante la metáfora de una mesa —figura 3—, en donde sus tres patas<br />
son referidas a los pilares de la regulación planteados por Max Weber<br />
(políticos, comunidades y empresarios) y la cuarta, refiere a los científicos<br />
y la justicia cognitiva inscriptos en el paradigma científico emergente De<br />
Sousa Santos (2009). La tabla de la mesa representa el ambiente y sus<br />
territorios, mientras que, la colocación de tortas sobre ella, simbolizan los<br />
Figura 3<br />
Metáfora de la inteligencia territorial<br />
Fuente: Bozzano et al. (2009: 12).
878 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
proyectos que eligen los colectivos tanto en macro y micro proyectos. En<br />
cada pata conviven cooperación y conflicto (Santos, 2000) justicias e<br />
injusticias (social, pública, cognitiva, y empresaria), mientras que en la<br />
tabla la justicia lucha con la injusticia ambiental; el combinado es el<br />
territorio y hace referencia a la justicia territorial y a las eternas injusticias<br />
territoriales.<br />
La IT supone el trabajo de seis ideas fuerzas afines y complementarias<br />
(Bozzano, 2014), que ponen el foco en seis aspectos, los que se exponen<br />
y articulan a continuación con la investigación:<br />
1) Decisión: la IT trabaja para que cada comunidad, siendo más<br />
conocedora y consciente de los problemas que tiene -a nivel local,<br />
regional y global- decida co-construir y definir con gobiernos,<br />
instituciones, empresarios y científicos un futuro con sus acciones<br />
y sus proyectos y pueda construir una locusglobalización (Bozzano,<br />
2009), vale decir, otra globalización: multicultural, biodiversa y más<br />
sobria. En articulación con las comunas, los 168 jefes comunales<br />
de la provincia de Córdoba son conocedores de las problemáticas<br />
y necesidades que emergen de sus territorios, ya que fueron manifestadas<br />
en los cuestionarios realizados por el Área Infraestructura<br />
Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de Córdoba<br />
(próximamente). Dichos cuestionarios determinaron en porcentajes<br />
las necesidades urbanas a satisfacer y problemáticas ambientales<br />
en las cuatro regiones (Árida, Medanosa, Serrana y Llanura). A<br />
modo de ejemplificar se presentan las necesidades urbanas y problemas<br />
ambientales de las comunas de la región Árida (gráficas 1 y<br />
2). Ante los resultados, se expresa un posible interés de contar con<br />
el asesoramiento de diversas áreas del ejecutivo, mediante mesas de<br />
trabajo, para la elaboración de proyectos que sean más integrales,<br />
multiculturales y que contemplen la biodiversidad.<br />
2) Agenda: trabajo en transición socio-ecológica y transformación para<br />
que cada territorio (objeto) sea posible, viable, factible y sustentable,<br />
y para que cada comunidad (sujeto) sea consciente y hacedora de<br />
su propio destino. Si bien esta idea es un insumo de valor para bajar<br />
las construcciones teóricas al territorio, no siempre se generan los<br />
espacios de diálogo con perspectiva colectiva, debido a los beneficios<br />
individuales de las organizaciones. Ante el escenario que nos encontramos<br />
surge la necesidad de un proceso de cambio más profundo<br />
en torno a la construcción de una visión compartida de interacción<br />
y confianza entre los actores participantes.<br />
Existen actualmente en la provincia de Córdoba mesas de<br />
trabajo donde interactúan técnicos-funcionarios del ejecutivo,
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
879<br />
Gráfica 1<br />
Región Árida, necesidades a satisfacer de las comunas<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos del Área Infraestructura Regional del Ministerio<br />
de Gobierno de la provincia de Córdoba (próximamente).<br />
Gráfica 2<br />
Región Árida, problemáticas ambientales de las comunas<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos del Área Infraestructura Regional del Ministerio<br />
de Gobierno de la provincia de Córdoba (próximamente).
880 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
intendentes y jefes comunales y donde se participó activamente<br />
como parte de la investigación doctoral. Cabe mencionar a dos<br />
localidades pertenecientes a la región Llanura donde se llevaron a<br />
cabo talleres de trabajo, en La Francia, departamento San Justo el<br />
19 de julio de 2018 y en Río Segundo, departamento homónimo,<br />
el 21 de agosto de 2018. Estos eventos si bien se organizaron en<br />
municipios, asistieron también jefes comunales, donde se reflejaron<br />
escenarios específicos y disímiles entre los municipios y las comunas.<br />
A continuación, se ejemplifica el caso de uno de los talleres.<br />
De un total de 38 localidades (municipios y comunas) que conforman<br />
el departamento San Justo, asistieron al taller realizado en<br />
La Francia, 25 autoridades locales, entre ellos 5 jefes comunales de<br />
Villa San Esteban, Colonia Valtelina, Colonia Anita, Colonia<br />
Iturraspe y Colonia San Pedro (fotografía 1). Los temas abordados<br />
fueron: necesidades urbanas y problemas ambientales, definición<br />
de usos de suelo, asesoramiento en la planificación urbana y ordenamiento<br />
territorial y delimitación de los radios municipales y<br />
comunales. En el encuentro se manifestó la carencia de información<br />
y asesoramiento por parte de las autoridades comunales en la definición<br />
de usos de suelo y en el ordenamiento territorial vinculados<br />
a sus comunas. Es relevante dar a conocer la preocupación comunicada<br />
por Ferrato (2018): 14 “considero importante trabajar en la<br />
Fotografía 1<br />
Jefa de División del Área Infraestructura Regional del Ministerio de<br />
Gobierno de la provincia de Córdoba, asesorando en el taller<br />
realizado en La Francia<br />
Fuente: fotografía de la autora (2018).<br />
14<br />
Jefe comunal de Villa Esteban.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
881<br />
planificación urbana de mi comuna, pero no contamos con personas<br />
especialistas y tampoco con recursos económicos, hoy estamos en<br />
una situación complicada”. A dicho comentario agrega Chiocarello<br />
(2018): 15 “tienen que comenzar de a poco, con un plano de su<br />
comuna, identificando cada lugar y las actividades que se desarrollan…<br />
luego pensar en el crecimiento del pueblo… son ideas,<br />
aproximaciones como para ir arrancando. Es un trabajo que lleva<br />
su tiempo, no vas a obtener resultados de un día para el otro”.<br />
Cabe señalar que en estas mesas de trabajo- talleres organizadas<br />
por el gobierno provincial no participan actores privados, como<br />
así tampoco ciudadanos en general, ya que es una instancia de<br />
concreción de trabajo sólo del gobierno local.<br />
3) Proceso: la IT es un triple proceso simultáneo de transformación<br />
(lento, gradual y no exento de inercias y contradicciones) orientado<br />
a la co-construcción de personas, de ideas superficiales en proyectos<br />
viables y factibles, y de espacios globales en territorios multiculturales,<br />
biodiversos y sobrios.<br />
Este postulado se refleja en el proceso de OT, que requiere de<br />
tiempo cuyos resultados se obtienen a mediano y largo plazo. Y es<br />
aquí el quid de la cuestión, las autoridades comunales implementan<br />
actualmente políticas de gobierno y no de estado, lo que implica la<br />
discontinuidad de los trabajos llevados a cabo durante la gestión<br />
anterior. Otro punto de inflexión es la desarticulación entre lo teórico<br />
y lo fáctico, en algunos abordajes la visión técnica no es suficiente,<br />
requiriendo de aquellos que transcurren y caminan diariamente los<br />
territorios, conocedores de la transición histórica, cultural, económica,<br />
social y ambiental. Cuando consideramos estos aspectos utilizamos<br />
todo nuestro conocimiento tanto el tácito desarrollado a<br />
través de experiencias como el teórico que hemos adquirido, reflejándose<br />
de esta manera un abordaje teoricista y empirista.<br />
4) Tránsito: la IT es el tránsito de un proceso de construcción de<br />
conocimiento (formación, educación, capacitación, concientización,<br />
comunicación, difusión) a un proceso de construcción de un<br />
poder social conviviente con el poder político y empresario. Resulta<br />
necesario, por lo tanto, la capacitación y formación de los jefes<br />
comunales para que luego puedan transmitir a la población y se<br />
disponga de herramientas para alcanzar la justicia social y ambiental.<br />
En este aspecto es importante dejar de lado las ideologías<br />
partidistas para trabajar en la co-construcción del poder social<br />
15<br />
Intendente de La Varillas.
882 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
conviviente, lo que resulta ser una arista compleja en los escenarios<br />
reales de la provincia de Córdoba.<br />
5) Propósito: la IT trabaja para promover identidades multiculturales<br />
y biodiversas de la gente y de sus lugares. En las mesas de trabajo<br />
realizadas en las comunas se manifiestan las expectativas, anhelos<br />
de los integrantes de cada territorio, reflejando los propósitos a nivel<br />
local-regional (Crissi Aloranti, 2019). Es simbólico trabajar con las<br />
percepciones territoriales y deseos de las personas ya que es el<br />
comienzo de la motivación y la acción, lo que puede resultar con<br />
el tiempo en una transformación.<br />
6) Proyecto científico: la IT es un proyecto científico en desarrollo<br />
que pone el énfasis en una caja de herramientas de métodos y<br />
técnicas para hacer proyectos concretos que combinan las bases<br />
teóricas, metodológicas y aplicadas. La investigación apunta a<br />
sentar dichas bases para el abordaje de los lineamientos de OT con<br />
IT 16 de las comunas a escala regional en la provincia de Córdoba,<br />
contando con la participación de distintos actores sociales, aportes<br />
científicos, trabajos de campo y de gabinete. Los resultados obtenidos<br />
implican que una comuna al momento de trabajar en su<br />
ordenamiento territorial pueda disponer de los lineamientos a nivel<br />
regional (Crissi Aloranti, 2019).<br />
Con respecto a las referencias acerca de la IT, nos replanteamos la<br />
aplicación de dicha categoría, tal como se la define, en los territorios<br />
comunales, dado que los talleres llevados a cabo por el gobierno provincial<br />
excluyen a actores sociales representantes de sectores significativos (académico-científico;<br />
empresarial, ONGs, asociaciones civiles, etc.).<br />
Esto conlleva a repensar la IT como un proceso dinámico de construcción<br />
colectiva que brinda saberes, conocimientos y herramientas<br />
para abordar el OT a través de la acción participativa, en la que se establecen<br />
actividades con los actores locales que permiten la apropiación y<br />
elaboración de información pertinente para la sostenibilidad territorial.<br />
Dicho proceso se sustenta en la IAP —Investigación-Acción-Participativa—<br />
(Fals Borda, 1986), considerada una herramienta valiosa de<br />
transformación de conciencia y accionar en los actores involucrados, que<br />
nos invita a plantearnos ciertos interrogantes: “¿qué territorio; qué<br />
sociedad y qué transformación estamos en condiciones de contribuir a<br />
promover y poner en hechos desde el ordenamiento territorial?” (Bozzano,<br />
2014: 185). Las respuestas pueden presentar distintos matices<br />
16<br />
Cabe aclarar que para la construcción de los lineamientos de OT no se abordó la IT, tal como<br />
se define, debido a la magnitud de las unidades de estudio, pero las acciones propuestas invitan a<br />
que las comunas trabajen el OT en clave a la IT, fomentando dicho proceso.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
883<br />
según las visiones (alimentadas por intereses individuales-colectivos) de<br />
los actores involucrados, por tal motivo, reforzamos nuestro aporte<br />
aludiendo que la IT es un proceso de construcción colectiva del día a<br />
día, lo que conlleva a que en algunos territorios se pueda manifestar con<br />
mayor esplendor que en otros según la conciencia y el compromiso de<br />
la comunidad. Por lo tanto, un OT con IT debiera partir de un mejoramiento<br />
en el diálogo entre teorías territoriales, sociales y de la transformación,<br />
donde entren en juego los lugares, procesos y actores, siendo<br />
insumos que pueden aportar a la construcción del análisis de los perfiles<br />
territoriales.<br />
2.2. Perfil territorial<br />
En lo que respecta a la contribución teórica, una reciente categoría de<br />
escaso estudio en el campo disciplinar del OT es el de perfil territorial<br />
(PT) el cual refleja el análisis de un enfoque sistémico considerando las<br />
diversas aristas (económica, social, ambiental y político-institucional) del<br />
territorio, lo que permite identificar el motor de desarrollo local y regional.<br />
El PT se entiende, desde la perspectiva teórica y epistemológica de la<br />
IT, como una categoría posible de ser aplicada como objeto de intervención<br />
y transformación en el OT de las comunas a escala regional. Lo que<br />
refleja una fase teórica-empírica referida al diagnóstico, la descripción,<br />
explicación e interpretación de los PT de las 4 regiones (Árida, Serrana,<br />
Llanura y Medanosa) que en clave de IT permita formular los lineamientos<br />
de OT.<br />
El abordaje del PT invita a una reflexión del territorio que conlleva a<br />
cuestionarnos: ¿qué hay?, ¿qué no hay?, ¿con qué recursos se cuenta para<br />
promover el desarrollo y con cuáles no?, ¿cuáles son las necesidades/<br />
problemas y las expectativas de los habitantes?, ¿qué objetivos tiene la<br />
autoridad comunal? Arroyo (2009) plantea que una comunidad o territorio<br />
puede promover el desarrollo local en la medida en que tenga un<br />
perfil, un motor del desarrollo que genere el crecimiento económico del<br />
lugar con distribución del ingreso o con mejoras de las condiciones sociales.<br />
Lo que permite identificar hacia dónde va un territorio. Identificar el<br />
perfil de una localidad es una posibilidad para abordar el desarrollo territorial.<br />
En Argentina, actualmente, las localidades están divididas en tres<br />
categorías de acuerdo a su perfil de desarrollo (Arroyo, 2009):<br />
• Definido: cuyo motor de desarrollo no varió con el tiempo. Ejemplos<br />
de comunas en la provincia de Córdoba: La Cumbrecita, 17<br />
17<br />
Según la regionalización del Área Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de la<br />
provincia de Córdoba (próximamente) se ubica en la región Serrana.
884 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
departamento Calamuchita (perfil turístico); Aldea Santa María, 18<br />
departamento Unión (perfil agrícola). Ante estos ejemplos, sí se<br />
puede discutir cómo organizar mejor las actividades, pero la discusión<br />
no se plantea hacia dónde van estas comunas, ya que el perfil<br />
está históricamente definido.<br />
• En crisis: donde es posible una crisis abrupta (lo que promovió el<br />
desarrollo y el crecimiento de ese lugar hoy ya no lo genera) o una<br />
crisis paulatina (lo que promovió el desarrollo y crecimiento del<br />
lugar declina lentamente). Ejemplo de comunas: Pampayasta<br />
Norte, 19 departamento Tercero Arriba (actividad tambera); El<br />
Chacho, 20 departamento Minas (actividad minera).<br />
• No definido: no se han definido la o las actividades que promueven<br />
el desarrollo. Por ejemplo, las comunas de Rayo Cortado, departamento<br />
Río Seco, y Copacabana, departamento Ischilín, ambas<br />
comunas pertenecen a la región Árida.<br />
Todo territorio tiene un perfil, lo que interesa es saber si tiene un<br />
perfil definido o no para el desarrollo local. Arroyo (2009) alude que, este<br />
concepto no sólo está definido por lo que hay en ese territorio o por lo<br />
que se podría hacer en él, sino, además, por la viabilidad económica de<br />
lo que se propone y por los que viven, cómo viven y qué expectativas<br />
tienen. Este enfoque, presenta como eje transversal la arista económica,<br />
considerándola como primer elemento en el abordaje del desarrollo territorial,<br />
ya que permite identificar hacia dónde va el territorio y así descubrir<br />
su motor de desarrollo. 21<br />
Sin embargo, existen otras perspectivas de abordaje del PT desde un<br />
enfoque multidimensional (socio-cultural, económico-productivo, político-institucional<br />
y ambiental) a partir de la identificación de variables y<br />
criterios de equidad, sostenibilidad, competitividad y gobernabilidad, que<br />
permiten comprender la realidad más allá de la arista económica, donde<br />
se articulan diversos enfoques, considerando como punto de partida el<br />
análisis del sistema territorial desde la complejidad (Muñoz Wilches, 2012;<br />
PNUD, 2014). De esta manera, abordamos el concepto de PT mediante<br />
la metáfora de un árbol (figura 4) (Crissi Aloranti, 2019). Lo que refleja la<br />
18<br />
Corresponde a la región Llanura (Área Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno<br />
de la provincia de Córdoba, próximamente).<br />
19<br />
Pertenece a la región Llanura (Área Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de<br />
la provincia de Córdoba, próximamente).<br />
20<br />
Conforma la región Árida (Área Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de la<br />
provincia de Córdoba, próximamente).<br />
21<br />
Proceso de crecimiento y cambio estructural que, mediante la utilización del potencial endógeno<br />
existente en el territorio, conduce a elevar el bienestar de la población de una localidad o una<br />
región (Vázquez Barquero, 2000).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
885<br />
Figura 4<br />
Árbol del perfil territorial<br />
Fuente: elaboración propia.<br />
integración de los subsistemas (ambiental, socioeconómico y político-institucional),<br />
cuyas funcionalidades y dinámicas le brindan la estructura al<br />
sistema territorial local-regional. Desde esta visión holística se identifican<br />
las potencialidades, problemas y recursos de los subsistemas mencionados,<br />
correspondientes a las comunas que conforman las regiones. La copa del<br />
árbol representa las potencialidades; el tronco los problemas y dificultades;<br />
las raíces los recursos y fundamentos, que son los que sustentan el potencial<br />
urbano-ambiental de las comunas de la región. Los lineamientos de OT y<br />
sus acciones se desprenden de las hojas, los que necesitan de una estructura<br />
para definirse y ejecutarse.<br />
Por ello, en la investigación doctoral, se trabaja con las regiones para<br />
definir el PT regional, identificando las variables correspondientes a las<br />
dimensiones detalladas a continuación:<br />
• Socio-económica: fechas de creación de las comunas; líneas ferroviarias<br />
que las atraviesan; cantidad de habitantes según los censos<br />
(Nacional y Provincial) de los años 1991-2001-2008-2010 y su
886 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
variación intercensal; índice de coparticipación; principales actividades<br />
económicas; necesidades urbanas (equipamiento, infraestructura,<br />
servicios); identificación y caracterización de los usos de<br />
suelo que forman la matriz de actividades económicas y paisaje de<br />
una comuna, constituyendo un insumo fundamental para el OT.<br />
• Ambiental: clima; relieve; flora; fauna; hidrografía; áreas naturales<br />
protegidas; problemáticas ambientales (basurales a cielo abierto,<br />
incendios, contaminación de espejos de agua, etc).<br />
• Política-institucional: participación ciudadana en los procesos democráticos<br />
de toma de decisiones; capacidades de autogestión; normativas<br />
relacionadas al OT; delimitación de la jurisdicción territorial<br />
(radio comunal), programas de financiamientos otorgados por<br />
diferentes organismos (internacional, nacional, provincial).<br />
Luego del trabajo de campo y de la revisión de documentos, se realiza<br />
un análisis, diagnóstico e interpretación de los subsistemas 22 que conforman<br />
la categoría de PT de las 4 regiones propuestas por el Área Infraestructura<br />
Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de Córdoba<br />
(próximamente). Dicha categoría se constituye en una herramienta para<br />
diseñar los lineamientos de OT de las comunas a escala regional.<br />
Conclusiones<br />
A partir de las concepciones teóricas desarrolladas y la información relevada<br />
en las comunas de la provincia de Córdoba, se considera que es factible<br />
generar transformaciones concretas a nivel local y regional implementando<br />
instrumentos endógenos tales como: la participación ciudadana, el desarrollo<br />
de las organizaciones, el fortalecimiento de las instituciones, la utilización<br />
de recursos locales, entre otros, lo que constituye uno de los<br />
principales potenciales del desarrollo local, ya que son los recursos con<br />
los que cuenta cada territorio. Sin embargo, el desafío se presenta la<br />
mayoría de las veces en la imposibilidad de concretar tales expectativas<br />
debido a la escasez de profesionales vinculados en la temática, escasa<br />
motivación, reducidos salarios, intereses opuestos, disputas por el ejercicio<br />
de poder, falta de cooperación entre las autoridades competentes en<br />
la temática, ausencia de planificación territorial, entre otros aspectos. A<br />
modo de ejemplo podemos referenciar las dinámicas económicas y sociales<br />
que inciden en el uso y la ocupación de los territorios, las que no se<br />
ajustan a las condiciones del entorno natural-social y amenazan con la<br />
22<br />
Identificando las potencialidades y problemas.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
887<br />
sostenibilidad del desarrollo. Este contexto ratifica la importancia de profundizar<br />
en las herramientas necesarias para ordenar los territorios, permitiendo<br />
una lectura clara y pertinente de cómo abordar las especificidades<br />
locales, propias de las dinámicas de cada territorio. Es allí, donde prevalece<br />
el modelo conceptual de abordaje del OT en el que se refleja la articulación<br />
de las categorías de PT e IT permitiendo diagnosticar los problemas y<br />
capacidades endógenas de los territorios, en articulación con el accionar<br />
de los actores, para lograr un desarrollo socioeconómico y armónico con<br />
el ambiente. El reconocimiento de los PT desde el abordaje exhaustivo<br />
de las dimensiones (ambiental, socioeconómica y político-institucional)<br />
permite interpretar el rol o motor de desarrollo de las regiones impulsando<br />
a la investigación acción participativa (Fals Borda, 1986) en las comunas.<br />
Como así también, poner en agenda de discusión la importancia de considerar<br />
en el OT variables de índole cualitativa y cuantitativa que muchas<br />
veces no son consideradas por las metodologías más consagradas en el<br />
campo y fundamentar en base a un sólido conocimiento, la proposición<br />
de lineamientos de OT. De esta manera, se ofrece una alternativa que<br />
responde al objeto de estudio, para comprender cómo se está dando el<br />
fenómeno de la conformación de los territorios comunales desde un<br />
enfoque sistémico-holístico. Para ello, es relevante disponer de lectura,<br />
análisis e interpretación bibliográfica; efectuar mapeos de usos del suelo;<br />
ejecutar relevamientos y análisis históricos de las localidades; indagar las<br />
noticias en medios de comunicación heterogéneos (locales y regionales);<br />
realizar entrevistas y/o implementar encuestas a diferentes actores sociales;<br />
desarrollar mesas de trabajo a través de talleres y jornadas. En este último<br />
punto es donde emerge, con relevancia, la IT, contando con la participación<br />
e involucramiento de los actores sociales. Reflejándose los conocimientos<br />
tácitos de los actores desarrollados a través de sus experiencias, como así<br />
también, el conocimiento pragmático adquirido, logrando combinar la<br />
reflexión y la acción en los procesos de transformación territorial de las<br />
comunas.<br />
La implementación de estas herramientas en los escenarios comunales,<br />
es un proceso que requiere de la impronta del sistema institucional local<br />
(en cuanto a la habilidad para la gestión de recursos económicos, la concertación<br />
público-privado, la flexibilidad para atender las necesidades y<br />
problemas, así como para la elaboración de políticas públicas pertinentes y<br />
funcionales) acompañada del funcionamiento de la sociedad que, a partir<br />
de ciertas demandas, ocasionan movilización de imaginarios sociales con la<br />
finalidad de retribuir a la mejora de la calidad de vida de los habitantes.<br />
Ante el escenario planteado surge la necesidad de un proceso de cambio<br />
más profundo en torno a la construcción de una visión compartida<br />
de interacción y confianza entre los actores participantes.
888 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
De esta manera, y considerando que su componente estable es el<br />
cambio continuo, queda abierto el camino para el desarrollo de una gestión<br />
pública cada vez más participativa e innovadora. Cuyo desafío sea<br />
construir espacios de integración y de diálogo en relación al ambiente,<br />
lugares, problemáticas, siendo sus actores y la gobernanza intérpretes de<br />
las necesidades de las poblaciones. Pero también, un lugar donde el quehacer<br />
científico social progrese colectivamente con el aporte de todos.<br />
Fuentes consultadas<br />
Área Infraestructura Regional del Ministerio de Gobierno de la provincia de<br />
Córdoba (próximamente), “Informe del relevamiento: infraestructura,<br />
servicios, equipamiento y ambiente en las comunas”, Córdoba,<br />
Gobierno de la provincia de Córdoba.<br />
Arroyo, Daniel (2009), Políticas sociales. Ideas para un debate necesario,<br />
Buenos Aires, La Crujía.<br />
Bozzano, Horacio (2014), “Ordenamiento del Territorio e Inteligencia<br />
Territorial. Un enfoque aplicado a casos en La Plata (Argentina)<br />
y Minas (Uruguay)”, Polígonos, <strong>Revista</strong> de Geografía, (26), León,<br />
Universidad de León, pp.181-222.<br />
Bozzano, Horacio (2013), “Geografía e inteligencia territorial”, <strong>Revista</strong><br />
Geográfica Digital, 10 (19), Resistencia, Universidad Nacional del<br />
Nordeste, pp.1-24, , 19 de enero de 2021.<br />
Bozzano, Horacio (2009), Territorios Posibles, Buenos Aires, Lumiere.<br />
Bozzano, Horacio; Girardot, Jean Jacques; Cirio, Gastón; Barrionuevo,<br />
Cinthia y Gliemmo, Fabricio (coords.) (2012), Inteligencia territorial.<br />
Teoría, métodos e iniciativas en Europa y América Latina, La<br />
Plata, Edulp Editorial Universitaria de La Plata.<br />
Bozzano, Horacio, Karol, Jorge y Cirio, Gastón (2009), “Perspectiva<br />
EIDT en Entendimiento, Inteligencia y Desarrollo Territorial”,<br />
ponencia presentada en I SIIT Seminario Internacional de Inteligencia<br />
Territorial, 14 y 15 de diciembre, Universidad Nacional<br />
de La Plata, La Plata.<br />
Ceballos, Marvin Melgar (2004), Manual 4. Metodología Caracterización<br />
Socioeconómica Rápida (CSR). Ordenamiento territorial de la cuenca
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
889<br />
Alta del Río Yaque del Norte y del Municipio de Jarabacoa, República<br />
Dominicana, Jarabacoa, Secretaría de Estado de Medio Ambiente<br />
y Recursos Naturales de Santo Domingo.<br />
Crissi Aloranti, Vanesa (2019), “Ordenamiento territorial de comunas a<br />
escala regional en la provincia de Córdoba, Argentina. Caso de<br />
estudio: región Árida”, tesis de doctorado, Universidad Nacional<br />
de Río Cuarto, Río Cuarto.<br />
De Ípola, Emilio (2004), El eterno retorno: acción y sistema en la teoría<br />
social contemporánea, Buenos Aires, Biblos.<br />
De Sousa Santos, Boaventura (2009), Una epistemología del sur, Buenos<br />
Aires, Clacso.<br />
Dirección General de Catastro (2019), Informe de municipios y comunas<br />
por división departamental, Córdoba, Gobierno de la provincia<br />
de Córdoba.<br />
Dirección General de Estadística y Censos, Gobierno de la provincia<br />
de Córdoba (2010), Censos, Córdoba, Gobierno de la provincia<br />
de Córdoba, , 19 de enero de<br />
2021.<br />
Fals Borda, Orlando (1996), Región e historia. Elementos sobre ordenamiento<br />
y equilibrio regional en Colombia. Bogotá, Tercer Mundo Editores.<br />
Fals Borda, Orlando (1986), La investigación-acción participativa, Bogotá,<br />
Cerec.<br />
Gobierno de la provincia de Buenos Aires (2013), Ley N° 14449 de acceso<br />
justo al hábitat, 9 de enero de 2013, La Plata, Gobierno de la<br />
provincia de Buenos Aires, , 16 de marzo<br />
de 2021.<br />
Gobierno de la provincia de Buenos Aires (1977), Ley N° 8912 Ordenamiento<br />
territorial y uso del suelo. 24 de octubre de 1977, La Plata,<br />
Gobierno de la provincia de Buenos Aires, , 16 de marzo de 2021.<br />
Gobierno de la provincia de Córdoba (2004), Ley N° 9206 orgánica de<br />
regionalización de la provincia de Córdoba, 29 de diciembre de 2004,
890 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
Córdoba, Gobierno de la provincia de Córdoba, , 10 de marzo de 2021.<br />
Gobierno de la provincia de Córdoba (1997), Ley N° 8663 coparticipación<br />
de impuestos, 31 de diciembre de 1997, Córdoba, Gobierno<br />
de la provincia de Córdoba, , 26 de<br />
marzo de 2021.<br />
Gobierno de la provincia de Córdoba (1991), Ley N° 8102 orgánica de<br />
municipios y comunas, 15 de noviembre de 1991, Córdoba,<br />
Gobierno de la provincia de Córdoba, , 10<br />
de marzo de 2021.<br />
Gobierno de la provincia de Mendoza (2009), Ley N° 8051 ordenamiento<br />
territorial y usos del suelo, 18 de mayo de 2009, Mendoza,<br />
Gobierno de la provincia de Mendoza, ,<br />
10 de marzo de 2021.<br />
Gómez Orea, Domingo (2015), Curso de Ordenación Territorial, Madrid,<br />
Spanish Edition.<br />
Gómez Orea, Domingo (1994), Ordenación del territorio: una aproximación<br />
desde el medio físico. Madrid, Instituto Tecnológico Geominero.<br />
Gudiño, María Elina (2015), “El Ordenamiento Territorial como política<br />
de Estado”, Perspectiva Geográfica, 20 (1), Tunja, Programa de<br />
Estudios de Posgrado en Geografía, Universidad Pedagógica y<br />
Tecnológica de Colombia, pp. 11-36, ,<br />
19 de enero de 2021.<br />
Instituto Nacional de Estadística y Censos (2019), Censo Nacional de<br />
Población, Hogares y Viviendas, año 2010, Buenos Aires, Gobierno<br />
de la República Argentina, , 19 de<br />
enero de 2021.<br />
Long, Norman (2007), Sociología del desarrollo: una perspectiva centrada<br />
en el actor, Ciudad de México, Ciesas.<br />
Massiris Cabeza, Ángel (2013), Políticas de ordenamiento territorial en<br />
América Latina, Lima, BioCAN.<br />
Massiris Cabeza, Ángel (2002), “Ordenación del territorio en América<br />
Latina”, Scripta Nova <strong>Revista</strong> Electrónica de Geografía y Ciencias
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 865-892<br />
891<br />
Sociales, 6 (125), Barcelona, Universidad de Barcelona, pp. 105-<br />
132, , 19 de enero de 2021.<br />
Montes Lira, Pedro Felipe (2001), El ordenamiento territorial como opción<br />
de políticas urbanas y regionales en América Latina y el Caribe,<br />
Santiago de Chile, CEPAL.<br />
Paiva Cabrera, Andrews José (2004), “Edgar Morin y el pensamiento de<br />
la complejidad”, <strong>Revista</strong> Ciencias de la Educación, 1 (23), Valencia,<br />
Universidad de Carobobo, pp.239-253.<br />
Muñoz Wilches, Luis (2012), “El desarrollo rural con enfoque territorial.<br />
Perfil territorial de las áreas de desarrollo rural. Marco conceptual,<br />
metodología, instrumentos de planificación”, Bogotá, INCODER.<br />
Neffa, Julio César (2000), Las innovaciones científicas y tecnológicas. Una<br />
introducción a su economía política, Buenos Aires, Lumen/<br />
Humanitas.<br />
PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) (2014),<br />
Serie de metodologías para el análisis del mercado del trabajo en<br />
Colombia. Perfiles productivos territoriales, Bogotá, PNUD.<br />
Santos, Milton (2000), La naturaleza del espacio: Técnica y tiempo, Razón<br />
y emoción, Barcelona, Ariel S.A.<br />
Vázquez Barquero, Antonio (2000), “Desarrollo endógeno y globalización”,<br />
<strong>Revista</strong> EURE, 26 (79), Santiago de Chile, Pontificia<br />
Universidad Católica de Chile, pp. 47-65.<br />
Entrevistas<br />
Chiocarello, Daniel (2018), “Ordenamiento territorial en los gobiernos<br />
locales de la provincia de Córdoba”, entrevistado por: Vanesa<br />
Crissi Aloranti [grabación], La Francia, provincia de Córdoba,<br />
19 de julio de 2018.<br />
Ferrato, Jorge (2018), “Ordenamiento territorial en los gobiernos locales<br />
de la provincia de Córdoba”, entrevistado por: Vanesa Crissi<br />
Aloranti [grabación], La Francia, provincia de Córdoba, 19 de<br />
julio de 2018.
892 V. Crissi Aloranti: Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
Recibido: 20 de agosto de 2020.<br />
Reenviado: 16 de marzo de 2021.<br />
Aceptado: 16 de abril de 2021.<br />
Vanesa Crissi Aloranti. Doctora en Desarrollo Territorial por la<br />
Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina y Postdoctorante de<br />
la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba<br />
y del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad<br />
(CIECS), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas<br />
(CONICET), Argentina. Profesora e investigadora de la Universidad<br />
Siglo 21. Su línea de investigación actual es el “Ordenamiento territorial<br />
para los gobiernos locales de la provincia de Córdoba desde<br />
metodologías participativas”. Entre sus más recientes publicaciones se<br />
destacan: como autora, “Perspectiva de abordaje en el desarrollo territorial:<br />
la región Llanura (Córdoba, Argentina)”, <strong>Revista</strong> pensum, 6 (6),<br />
Córdoba, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño/Universidad<br />
Nacional de Córdoba, pp. 1-20 (2020); como coautora en, “Desarrollo<br />
sustentable: “Obispo Trejo florece”- Registro de actividad”, Nexo Agropecuario,<br />
8 (2), Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, pp. 126-136<br />
(2020); y “El envejecimiento poblacional como componente del ordenamiento<br />
territorial en la provincia de Córdoba, Argentina”, InterSedes, 19<br />
(39), San Pedro, Universidad de Costa Rica, pp. 43-61 (2018).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917.<br />
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
DOI: http://dx.doi.org/10.22136/est20211776<br />
La vulnerabilidad social en México:<br />
distribución espacial por sección<br />
electoral<br />
893<br />
Social vulnerability in Mexico: spatial<br />
distribution by electoral section<br />
Edel Cadena-Vargas*<br />
Abstract<br />
The objectives of this work were 1) to construct a detailed scale social vulnerability<br />
index, 2) to discover the existing spatial patterns, 3) to determine their distribution<br />
and spatial association, and 4) to identify the clusters of this indicator of social inequality.<br />
The 2010 population census was used, which is the latest available. Usual techniques<br />
of conventional statistics and spatial statistics were applied. The results obtained suggest<br />
that there is a process of socio-spatial segregation which is related to migratory<br />
flows, economic informality, concentration of indigenous population, and distance<br />
from large urban centers with greater economic activity.<br />
Keywords: social vulnerability, multidimensional indexes, spatial analysis, cluster<br />
analysis.<br />
Resumen<br />
Esta investigación tuvo los siguientes objetivos: 1) construir un índice de vulnerabilidad<br />
social a escala detallada, 2) descubrir los patrones espaciales existentes,<br />
3) determinar su distribución y asociación espacial y 4) identificar los clústeres de<br />
este indicador de desigualdad social. Se utilizó el censo de población de 2010. Se<br />
aplicaron las técnicas usuales de estadística convencional y estadística espacial. Los<br />
resultados obtenidos sugirieron que hay un proceso de segregación socioespacial<br />
y se relaciona con los flujos migratorios, informalidad económica, concentración<br />
de población indígena, y lejanía de los grandes centros urbanos de mayor actividad<br />
económica.<br />
Palabras clave: vulnerabilidad social, índices multidimensionales, análisis espacial,<br />
análisis de clúster.<br />
* Facultad de Geografía, Universidad Autónoma del Estado de México, correo-e: edelcadena@<br />
yahoo.com.mx
894 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Introducción<br />
Desde su nacimiento, las Ciencias Sociales se han preocupado por el<br />
estudio de la desigualdad dado su impacto social e individual e, incluso,<br />
su repercusión política; por ello, existen múltiples métodos y técnicas<br />
parar medirla (Represa et al., 2018), desde las que utilizan un solo factor,<br />
como ingreso por ejemplo, hasta las multidimensionales que sintetizan<br />
un cierto <strong>número</strong> de indicadores en uno solo (marginación, desarrollo<br />
humano, bienestar o rezago social). A la vez, los métodos multidimensionales<br />
aplican diversas técnicas de cálculo y estratificación para su mejor<br />
comprensión (Ávila Vera y Picazzo Palencia, 2018; Montoya Arce y<br />
Martínez Espinosa, 2018).<br />
De las categorías referidas a la desigualdad social, en los últimos años<br />
ha cobrado especial importancia la de vulnerabilidad social, fenómeno<br />
que agrupa un conjunto de dimensiones de la vida humana y de la cual<br />
no hay un consenso generalizado.<br />
En este sentido, e independientemente de que el enfoque de vulnerabilidad<br />
continúe en construcción teórica […] [es] utilizada para describir la exposición<br />
a los riesgos y su gestión, es decir, se identifican elementos como la falta de capacidades<br />
en los individuos lo cual provoca inseguridades, incertidumbre, así como<br />
inadecuadas estrategias desplegadas por comunidades, familias, personas u hogares<br />
para salir de esta zona (Ramos Ojeda, 2019: 23).<br />
Por ello, los objetivos planteados en esta investigación fueron 1) construir<br />
un índice de vulnerabilidad social (IVS), a escala detallada; 2) descubrir<br />
los patrones espaciales de este fenómeno; 3) determinar la distribución<br />
y asociación espacial del IVS y sus componentes y 4) identificar los<br />
clústeres resultantes de este indicador de desigualdad social.<br />
Esta investigación integra una revisión de la literatura especializada,<br />
primero de vulnerabilidad en general, luego, con enfoque particular en la<br />
vulnerabilidad social; en la segunda parte se describe paso a paso la metodología<br />
usada, se incluye la definición propia de esta categoría, las fuentes<br />
de datos, los métodos de cálculo y el software utilizado. Le siguen los resultados<br />
–del índice y sus componentes– así como de lo que arrojaron las<br />
técnicas de análisis espacial usadas. Por último, hay un apartado de conclusiones<br />
en el que se reflexiona acerca de los alcances y límites del trabajo, así<br />
como de las posibles hipótesis que se derivan de estos.
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
895<br />
1. La vulnerabilidad social, una categoría en construcción<br />
Al principio, la vulnerabilidad era una categoría referida primordialmente a<br />
la susceptibilidad o propensión a sufrir daños por fenómenos naturales o<br />
ambientales (huracanes, terremotos, inundaciones, sequías, cambio climático,<br />
entre otros) (PNUD, 2014). Por ello, se privilegiaba la localización y análisis<br />
de lugares o zonas que presentaban dicha característica. Con el tiempo,<br />
las diferentes áreas de conocimiento adjetivaron la categoría con aquellos<br />
aspectos propios de su interés y, por ello, se diversificó su conceptualización:<br />
no se puede plantear la vulnerabilidad en general, sino el concepto debe estar<br />
siempre acompañado con la pregunta, ¿vulnerable a qué? Es decir, la vulnerabilidad,<br />
al contrario de la pobreza, se construye y manifiesta en el contexto de una amenaza<br />
real. Este planteamiento lleva a una conclusión importante, relativa a que las personas<br />
serán vulnerables en diferentes grados a diferenciadas amenazas (Arreguin et<br />
al., 2015: 12).<br />
En este contexto, ha habido un crecimiento significativo de trabajos que<br />
abordan la vulnerabilidad social desde diferentes perspectivas y enfoques,<br />
por un lado están las reflexiones teórico metodológicas, cuya finalidad es<br />
entender la categoría y determinar las dimensiones que la integran (Ramos<br />
Ojeda, 2019; Vite Pérez, 2018 y Montoya Arce y Martínez Espinosa, 2018);<br />
por el otro, están los diseños de IVS en distintas áreas y disciplinas orientadas<br />
al análisis estadístico y espacial, que utilizan variados métodos, niveles<br />
de desagregación y fuentes de datos.<br />
En Colombia, se diseñó un índice exclusivo para los jóvenes de 15 a<br />
24 años de la ciudad de Medellín, se utilizó el método de análisis factorial<br />
con datos de 8 mil 406 personas, a través del método Análisis de Componentes<br />
Principales ACP (Hernández et al., 2018). También hay un IVS<br />
a nivel nacional para las nueve regiones que ahí existen, hecho a través de<br />
regresiones logísticas para 32 preguntas de la Encuesta Nacional de Calidad<br />
de Vida de ese país (Fajardo et al., 2016).<br />
A través del análisis espacial, Durán Gil construyó un índice de vulnerabilidad<br />
total, dentro del cual está incluido uno social para la totalidad de<br />
los municipios de Colombia. Determinó regiones de vulnerabilidad con<br />
24 indicadores de las dimensiones social, económica, física y ambiental<br />
(Durán Gil, 2017).<br />
En Argentina se diseñó un IVS para todo el país con los más de 51<br />
mil radios censales y 19 variables a través del método ACP (Represa et al.,<br />
2018). Por su parte Mastrandrea y Ángeles (2020) diseñaron un IVS para<br />
los radios censales de la ciudad de Bahía Blanca, con 17 variables en escala<br />
0 a 100, convertidas a ráster y, con superposición de mapas, clasificados<br />
en cinco grupos por intervalos iguales.
896 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
En España se analizó la vulnerabilidad social de los barrios de la ciudad<br />
de Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias, a través de tres variables,<br />
contrastadas con las tasas de desalojo inmobiliario de 2008 a 2011 (García-<br />
Hernández y Ginés-De la Nuez, 2020). Para Chile, se trabajó un IVS para<br />
los desplazados por el tsunami en la ciudad de Dichato, a través de 179<br />
encuestas procesadas por el método de análisis factorial de correspondencias<br />
(Muñoz-Vera y Rojas-Hernández, 2018).<br />
En Estados Unidos el condado de Cook, donde está la ciudad de Chicago,<br />
utilizó un IVS por distrito censal con 15 factores sociales; se encuentra<br />
disponible en una página web donde se pueden también descargar los<br />
resultados (ATSDR, 2018).<br />
En México se elaboró un IVS para los 2,456 municipios con siete<br />
variables censales y de otras fuentes de 2010 a través del método ACP<br />
(Ávila Vera y Picazzo Palencia, 2018); de la misma forma, Granados<br />
Martínez (2017) calculó un IVS desagregado por género con 16 indicadores<br />
para 2,440 municipios a través del método ACP.<br />
El gobierno federal también diseñó un IVS, utilizando cinco dimensiones<br />
aplicadas a los 32 estados con fuentes de Inegi y Coneval de 2015<br />
(DIF, 2017). Otro IVS es el de Arreguín et al. (2015) con 15 indicadores<br />
de los 2,456 municipios, con un método de clasificación de porcentajes<br />
obtenidos en cinco grupos, después combinados. La fuente fue el censo<br />
de 2010 y datos del Conapo del mismo año. Para Ciudad Juárez se diseñó<br />
un IVS con seis indicadores, utilizando el método ACP, se aplicaron técnicas<br />
de análisis espacial a nivel de Área Geoestadística Básica con base al<br />
censo de 2010 a ese nivel de desagregación (Medina et al., 2019). Uno más<br />
son los niveles de vulnerabilidad social de García Castro y Villerías Salinas<br />
(2016) calculados por AGEB con el método de tipificación probabilística.<br />
En suma, la literatura reciente al respecto sugiere que no hay un consenso<br />
generalizado acerca de los componentes de la vulnerabilidad social; su<br />
operacionalización en indicadores depende del interés de cada área. Tampoco<br />
son comunes las variables usadas ni los métodos de cálculo, aunque son<br />
más frecuentes los métodos estadísticos, incluso los derivados del análisis<br />
espacial. Los niveles de desagregación que se usan son distintos, ya que el<br />
menor es la mazana y el mayor son los estados o departamentos, incluyendo<br />
los radios censales, barrios y áreas geoestadísticas básicas.<br />
2. Metodología<br />
Las siguientes son características que, en nuestra opinión, determinan la<br />
vulnerabilidad en la época moderna, en un país como México:
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
897<br />
1. Falta de acceso a la salud, ya que en este país no existe un sistema<br />
de salud universal; 2. Ser adulto mayor, por la disminución de las capacidades<br />
físicas y mentales que implica ese grupo de edad; 3. Tener alguna<br />
discapacidad en una sociedad que discrimina y segrega a los que poseen<br />
capacidades diferentes; 4. No contar con escolaridad alguna –ya sea<br />
jóvenes o adultos– en un entorno económico que lo requiere; 5. Ser niño<br />
o joven sin asistir a la escuela, ya que a la larga se cerrará el acceso a una<br />
ocupación mejor remunerada y la salud; 6. No tener un empleo que<br />
proporcione los ingresos necesarios para la subsistencia digna; 7. Ser<br />
indígena y hablar un idioma dominante diferente en una sociedad donde<br />
persiste la discriminación; 8. Ser migrante, nacional o extranjero, en un<br />
entorno que discrimina, acosa y segrega a los que nacieron fuera del lugar<br />
donde decidieron vivir; 9. No ser católico en una sociedad donde la<br />
mayoría profesa dicha religión; 10. Ser mujer jefa de familia porque “los<br />
hogares con jefatura femenina representaron un porcentaje menor al de<br />
aquellos jefaturados por varones. Sin embargo, sus características las<br />
colocan en mayor vulnerabilidad” (Rodríguez de Jesús y Pérez Baleón,<br />
2020: 336).<br />
Todas estas características conforman las dimensiones de capacidades<br />
(características 1, 2 y 3), oportunidades (4, 5 y 6) y estigmatización social<br />
(7, 8, 9 y 10); para construir el índice de vulnerabilidad social IVS, una<br />
vez establecidos los aspectos que integran este fenómeno en países como<br />
México, se construyeron los indicadores necesarios a través del Censo de<br />
Población y Vivienda por sección electoral (Inegi-IFE, 2010). Se calculó<br />
un índice de capacidades, otro de oportunidades y uno de estigmatización<br />
social para después combinarlos en el IVS. En todos los casos se utilizó<br />
el método de componentes principales (ecuación 1).<br />
(1)<br />
Donde Y i1<br />
es el valor de la unidad de análisis i en la primera componente<br />
principal estandarizada, C j<br />
es el ponderador del indicador j para<br />
determinar la primera componente principal estandarizada, Z ij<br />
es el<br />
indicador estandarizado j de la unidad de análisis “i”, e IVS i<br />
es el valor<br />
del índice de vulnerabilidad social de la unidad de análisis “i”.<br />
Por otra parte, las tres dimensiones y el IVS se clasificaron en cinco<br />
grados (muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo) a través del método de<br />
Dalenius y Hodges, también conocido como “Estratificación Óptima”,<br />
de acuerdo al siguiente procedimiento:
898 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
1) Se calcula el <strong>número</strong> de intervalos adecuados en que se divide el<br />
índice, a través del entero resultante del logaritmo base 10 del <strong>número</strong><br />
total de casos contenidos en el índice.<br />
2) Calculado el rango del índice, se divide en el <strong>número</strong> de intervalos<br />
resultante.<br />
3) Se calcula el <strong>número</strong> de casos que caen dentro de cada intervalo.<br />
4) Se obtiene la raíz cuadrada del <strong>número</strong> de casos en cada intervalo<br />
y se acumula consecutivamente.<br />
5) La raíz cuadrada acumulada del último intervalo se divide entre el<br />
<strong>número</strong> de estratos a obtener. El primer estrato es la cantidad<br />
obtenida, el segundo el doble, el tercero el triple y así, hasta el<br />
último estrato.<br />
6) El límite máximo de cada estrato corresponderá al valor más cercano<br />
en la columna de raíces cuadradas acumuladas y su respectivo rango<br />
en los intervalos del índice.<br />
7) Se asigna el estrato correspondiente a cada uno de los casos en su<br />
respectivo estrato.<br />
Para determinar la asociación espacial del IVS se utilizó el Índice de<br />
Autocorrelación Global de Moran (ecuación 2).<br />
(2)<br />
Donde y i<br />
es el valor de la variable o atributo en cada unidad espacial<br />
analizada “i”; y j<br />
es el valor de la variable o atributo en cada unidad espacial<br />
vecina “j”; w ij<br />
es la proximidad entre las unidades espaciales “i” y “j”<br />
(llamada también “matriz de pesos espaciales”) y que puede ser estimada<br />
a partir de la localización absoluta (medida mediante distancias entre<br />
unidades espaciales) o relativa (establecida a partir de criterios de vecindad);<br />
n es el <strong>número</strong> de unidades espaciales.<br />
La cartografía usada corresponde a 2010 y contiene los polígonos de<br />
68 mil 340 secciones electorales, que son las vigentes en la fecha de referencia.<br />
El software utilizado fue IBM SPSS 23.0 (IBM, 2017) y Microsoft<br />
Excel 2013, Geoda 1.14 (Anselin, 2017) y Arc Gis Desktop 10.3 (ESRI,<br />
2014).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
899<br />
3. Resultados<br />
De los componentes de la vulnerabilidad social, el que presenta mayor<br />
impacto en el país es la desocupación, en virtud de que más de la tercera<br />
parte de las secciones electorales, 35.8%, tienen un grado alto y muy alto<br />
de personas en esa condición. Le siguen los niños y jóvenes que no asisten<br />
a la escuela, 31.3% de las secciones, y hogares con jefatura femenina 29.0<br />
por ciento.<br />
En contraste, donde hay una menor concentración de secciones en<br />
los grados alto y muy alto, es en personas que tienen alguna discapacidad,<br />
hablantes de lengua indígena y personas de 15 años y más sin<br />
escolaridad, ya que van de 11.8 a 13.8% del total nacional de secciones<br />
electorales. La vulnerabilidad social alta y muy alta, en cambio, se presenta<br />
en poco más de la quinta parte de las secciones electorales, 22.2%<br />
(tabla 1).<br />
Tabla 1<br />
Grado de vulnerabilidad social y sus componentes por sección<br />
electoral en México 2010<br />
Muy<br />
bajo<br />
Bajo Medio Alto Muy<br />
alto<br />
Porcentaje de secciones electorales<br />
Personas desocupadas 12.3 23.3 28.7 19.2 16.6<br />
Niños y jóvenes que no asisten a<br />
la escuela<br />
8.4 25.3 34.9 26.5 4.9<br />
Hogares con jefatura femenina 19.4 24.5 27.0 26.2 2.8<br />
Personas sin derechohabiencia a<br />
algún servicio de salud<br />
11.6 34.3 29.8 17.8 6.4<br />
Población no católica 20.2 43.4 16.3 15.4 4.6<br />
Adultos mayores de 60 años y más 30.2 30.9 20.6 10.6 7.8<br />
Personas con alguna discapacidad 21.5 43.8 20.9 11.1 2.7<br />
Personas de 15 años y más sin<br />
escolaridad<br />
Hablantes de lengua indígena de<br />
tres años y más<br />
50.3 25.2 12.1 9.3 3.2<br />
64.7 20.1 3.4 1.6 10.2<br />
Vulnerabilidad social 17.1 33.9 26.8 16.1 6.1<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).
900 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Analizada la distribución del primer componente, destaca que, en<br />
adultos mayores, los estados de Nuevo León, Zacatecas, Sinaloa, Sonora<br />
y San Luis Potosí tienen entre 26.3 y 35.9% de sus secciones electorales<br />
con grados alto y muy alto de personas en esa condición. Caso contrario,<br />
en los estados de Baja California, Querétaro, Campeche, Estado de<br />
México, Tlaxcala, Chiapas, Tabasco, y Quintana Roo hay menos de 10%<br />
de las secciones con esos grados.<br />
Espacialmente, destaca la existencia de varios corredores donde se<br />
concentran más los adultos mayores. El primero va desde el norte de<br />
Jalisco hasta la frontera de Sonora y Estados Unidos; el segundo es desde el<br />
estado de Hidalgo hasta la frontera con Estados Unidos, Tamaulipas y<br />
Nuevo León, el tercero va desde Oaxaca hasta Puebla (mapa 1).<br />
Mapa 1<br />
Grado de concentración de adultos mayores por sección electoral<br />
en México<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010)<br />
Referente a la discapacidad, en Zacatecas, Durango, Oaxaca, Yucatán,<br />
San Luis Potosí, Michoacán, Colima y Coahuila, de 20.2 a 33.6% de sus<br />
secciones electorales tienen un grado alto y muy alto de personas con<br />
algún tipo de discapacidad; en contraste, en Morelos, Querétaro, Tabasco,<br />
Ciudad de México, Baja California, Estado de México, Quintana Roo,<br />
Tlaxcala y Chiapas, menos de 10% de sus secciones electorales presentan
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
901<br />
un grado muy alto o alto de personas en esa condición. Resalta el caso de<br />
Chiapas, donde solo 2.0% de las secciones tiene esa característica.<br />
En este aspecto, destaca que hay zonas muy localizadas de discapacidad,<br />
particularmente en el norte de Durango, norte de Jalisco y sur de Zacatecas,<br />
así como el área entre Oaxaca y Puebla y algunas zonas de Nuevo<br />
León (mapa 2).<br />
Mapa 2<br />
Grado de concentración de personas con alguna discapacidad<br />
por sección electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).<br />
Otro indicador de vital importancia es el derecho a algún servicio de<br />
salud, pues no solo es la propia falta del servicio sino que además tiene<br />
gran impacto en las finanzas de cualquier familia. En este sentido resalta<br />
que en Puebla, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, Estado de México<br />
y Veracruz, entre 44.1 y 64.6% de las secciones electorales tienen un grado<br />
alto y muy alto de personas que no gozan de ese servicio; por el contrario,<br />
en Querétaro, Baja California Sur, Nuevo León, Aguascalientes y Colima,<br />
menos de 2.0% de sus secciones están en esta circunstancia.<br />
Territorialmente se percibe que la mayor parte del sur sureste del<br />
país, excepción hecha de la península de Yucatán, presenta gran concentración<br />
de secciones con esta carencia. También destaca que en el centro<br />
y norte del país se percibe menos, excepción hecha del corredor que se forma<br />
desde el norte de Jalisco y hasta Sonora (mapa 3).
902 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Mapa 3<br />
Grado de concentración de personas sin servicio de salud<br />
por sección electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).<br />
En materia educativa, en los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca,<br />
Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Puebla y San Luis Potosí, entre 20.5<br />
y 48.2% de sus secciones electorales tienen grados alto y muy alto de<br />
personas mayores de 15 años sin escolaridad alguna. En cambio, Tlaxcala,<br />
Sonora, Nuevo León, Coahuila, Baja California, Ciudad de México y<br />
Aguascalientes, menos de 2.0% de sus secciones están en la misma condición,<br />
destaca el caso de esta última entidad federativa donde solo 0.2%<br />
de sus secciones presentan este nivel de rezago.<br />
De nueva cuenta, hay regiones muy localizadas con este tipo de insuficiencia,<br />
por un lado está la zona entre los estados de Chihuahua, Sinaloa<br />
y Sonora, al igual que la región colindante entre Nayarit y Durango. Le<br />
siguen en notoriedad la parte sur y costera de Michoacán, al igual que la<br />
parte oriental de Guerrero y Chiapas, así como un corredor que va desde<br />
el norte de Oaxaca, pasando por Puebla, hasta la zona colindante entre<br />
Hidalgo, San Luis Potosí, Querétaro y Guanajuato (mapa 4).<br />
El indicador que presenta mayor porcentaje de secciones electorales<br />
con grado muy alto de niños y jóvenes que no asisten a la escuela corresponde<br />
a la Ciudad de México: 10.3% de sus secciones con esa característica. Le<br />
siguen Sonora, con 10.1%; Sinaloa, con 9.7% y Chihuahua, con 8.7%.<br />
En cambio, en Tlaxcala, Guerrero y Oaxaca la relación es inversa, ya que
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
903<br />
Mapa 4<br />
Grado de concentración de personas mayores de 15 años sin<br />
escolaridad por sección electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base con Inegi-IFE (2010).<br />
en las tres entidades menos de 1.0% de sus secciones tienen un grado muy<br />
alto de este rezago.<br />
Si se tienen en cuenta los grados alto y muy alto, el ranking es semejante,<br />
pero cambia en los de menor concentración. Los de mayor proporción son<br />
Ciudad de México, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Baja California, Colima,<br />
Veracruz, Morelos, Aguascalientes, Yucatán y Nayarit, donde más de la<br />
tercera parte de sus secciones se encuentra en esos grados. En contraste,<br />
los estados donde menos de 15% de sus secciones presentan esta condición<br />
son Oaxaca, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas<br />
y Guerrero. Dado que este indicador es el que presenta menor cantidad<br />
de grados muy altos, territorialmente se aprecia menos el contraste; solo<br />
en los grados altos se logra percibir zonas muy amplias en las entidades ya<br />
mencionadas en el párrafo anterior (mapa 5).<br />
Otro aspecto relevante de vulnerabilidad es la desocupación, en virtud<br />
de que la disponibilidad de un empleo es lo que determina el ingreso,<br />
factor primario del bienestar social. Destaca que los estados que mayor<br />
porcentaje de secciones electorales con grados alto y muy alto de desocupación<br />
son Aguascalientes, Coahuila, Sonora, Querétaro, Durango, Guanajuato,<br />
Chihuahua, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Baja<br />
California, San Luis Potosí y Morelos: entre 40.0 y 72.0% de sus secciones<br />
presentan esta condición; en contraste, los estados de Oaxaca, Quintana
904 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Mapa 5<br />
Grado de concentración de niños y jóvenes que no asisten<br />
a la escuela por sección electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base a Inegi-IFE (2010).<br />
Roo, Colima, Campeche, Yucatán y Chiapas, tienen menos de 20.0% de<br />
sus secciones con esta desventaja.<br />
A diferencia de otros indicadores, la desocupación parece afectar más<br />
a las zonas urbanas y más densamente pobladas, mientras que los estados<br />
del sur sureste, como se puede observar, no presentan una concentración<br />
aguda de grados alto y muy alto de este rezago social (mapa 6).<br />
Un indicador de la vulnerabilidad, en sociedades patriarcales como la<br />
mexicana, lo representan hogares con jefatura femenina. La Ciudad de<br />
México, Veracruz, Morelos, Baja California, Sinaloa, Puebla y Sonora,<br />
tienen más de 30% de sus secciones electorales con grado alto y muy alto<br />
de hogares con este indicador. En cambio, en Chiapas, Zacatecas y Tlaxcala<br />
hay menos de 15% de las secciones en esa condición.<br />
Al igual que la desocupación, la mayor presencia de secciones electorales<br />
con grados alto y muy alto de hogares con jefatura femenina es en los<br />
estados y zonas más urbanizadas del centro y norte del país. A la inversa<br />
sucede con las menores concentraciones en las entidades del sur sureste<br />
(mapa 7).<br />
Ser indígena en un país donde el racismo persiste es otro factor de<br />
vulnerabilidad. Medido por secciones electorales, destaca sobremanera<br />
que en Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Hidalgo y<br />
Puebla, entre 23.0 y 78.5% de las secciones electorales tienen grados alto
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
905<br />
Mapa 6<br />
Grado de concentración de personas desocupadas por sección<br />
electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).<br />
Mapa 7<br />
Grado de concentración de hogares con jefatura femenina<br />
por sección electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).
906 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
y muy alto de hablantes de lengua indígena de tres años y más. Por el<br />
contrario, los lugares donde hay menos concentración de indígenas son<br />
Zacatecas, Colima, Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Guanajuato,<br />
Coahuila, Tamaulipas y Aguascalientes, ya que menos de 1.0% de sus<br />
secciones presentan esta condición. Visto territorialmente, se forman zonas<br />
muy bien delimitadas de concentración de indígenas en el sur sureste,<br />
nororiente y noroccidente del país (mapa 8).<br />
Mapa 8<br />
Grado de concentración de personas de tres años y más que hablan<br />
una lengua indígena por sección electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base con Inegi-IFE (2010).<br />
La migración es considerada en el entendido de que quienes radican<br />
en una entidad distinta a la de su nacimiento tienen menos posibilidades<br />
de enfrentar un sistema económico injusto. Los estados que tienen<br />
más de la tercera parte, hasta 94.2% de sus secciones con grados alto y<br />
muy alto de migrantes, son Quintana Roo, Baja California, Estado de<br />
México, Baja California Sur, Morelos, Colima, y Querétaro. Las entidades<br />
con menos concentración de secciones en esta condición son<br />
Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Tabasco, Oaxaca,<br />
Coahuila, Puebla, Sinaloa, Guerrero, Yucatán y Chiapas; todas ellas tienen<br />
menos de 4.0% y hasta 0.8% de sus secciones con esta característica.<br />
Llama poderosamente la atención que la concentración de migrantes<br />
se da en las secciones electorales fronterizas de varios estados del norte,
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
907<br />
pero también es particularmente aguda en las dos penínsulas del país<br />
(mapa 9).<br />
Mapa 9<br />
Grado de concentración de migrantes por sección electoral<br />
en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base con Inegi-IFE (2010).<br />
El no ser católico en un país de mayoría de esa religión y con tradiciones<br />
tan arraigadas es otro factor de vulnerabilidad social. La mayor<br />
concentración de secciones electorales con grados alto y muy alto de<br />
personas no católicas se da en Quintana Roo, Chiapas, Tabasco, Campeche,<br />
Baja California, y Tamaulipas, en todas ellas, más de la mitad de sus secciones<br />
tienen esa condición. En sentido inverso, las entidades que tienen<br />
menos secciones electorales con esa característica son Zacatecas, Tlaxcala,<br />
Colima, Michoacán, Jalisco, Querétaro, Guanajuato, y Aguascalientes,<br />
todas ellas tienen menos de 2.0% de sus secciones con esa característica.<br />
Es relevante destacar que, territorialmente, las secciones con grados<br />
alto y muy alto de población no católica se concentran en la frontera<br />
norte, algunas regiones del noroccidente, así como en los estados de<br />
Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo (mapa 10).<br />
Como síntesis de los 10 indicadores se observa que el Índice de Vulnerabilidad<br />
Social IVS muestra que la entidades que concentran mayor<br />
porcentaje de sus secciones electorales con grado alto y muy alto de<br />
vulnerabilidad son Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Puebla,<br />
Yucatán, Hidalgo, San Luis Potosí y Veracruz, en virtud de que todas ellas
908 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Mapa 10<br />
Grado de concentración de personas no católicas por sección<br />
electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).<br />
tienen más de la tercera parte de sus secciones en esa condición. Caso<br />
contrario son Baja California Sur, Tamaulipas, Nuevo León, Baja California,<br />
Ciudad de México, Colima, y Aguascalientes, que tienen menos<br />
de 3.0% de sus secciones con esta característica. Es de notar que estas<br />
últimas cuatro entidades no tienen una sola sección con grado muy alto,<br />
mientras que Guerrero agrupa 70.3%, Chiapas 65.6%, Oaxaca 65.6% y<br />
Michoacán 54.5 por ciento.<br />
Como se puede observar en el mapa correspondiente, las regiones donde<br />
está más concentrada la vulnerabilidad son la Sierra Madre Occidental, los<br />
estados del sur sureste, así como las colindancias entre Tlaxcala, Hidalgo,<br />
Puebla, Veracruz y San Luis Potosí (mapa 11).<br />
Analizados los indicadores y el índice obtenido para encontrar la<br />
posible autocorrelación espacial a través del Índice Local de Moran se<br />
encuentra que, en efecto, las secciones electorales que tienen valores altos<br />
tienden a estar agrupadas con otras de las mismas características.<br />
No obstante, los índices más altos corresponden a las personas hablantes<br />
de lengua indígena, los migrantes y las personas de 15 años o más sin<br />
escolaridad, así como el propio índice de vulnerabilidad social calculado.<br />
Todos ellos tienen un índice de autocorrelación espacial muy alto que<br />
supera 0.8, y que en el caso particular del IVS es 0.844 (tabla 2).
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
909<br />
Mapa 11<br />
Grado de concentración de vulnerabilidad social por sección<br />
electoral en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).<br />
Tabla 2<br />
Autocorrelación espacial de los indicadores e índice de<br />
vulnerabilidad social por secciones electorales en México<br />
Indicador<br />
Adultos mayores 0.669<br />
Personas con alguna discapacidad 0.429<br />
Personas sin servicio médico 0.642<br />
Personas de 15 años y más sin escolaridad 0.822<br />
Jóvenes y niños que no asisten a la escuela 0.668<br />
Personas desocupadas 0.317<br />
Hogares con jefatura femenina 0.658<br />
Personas migrantes 0.896<br />
Hablantes de lengua indígena 0.852<br />
Personas no católicas 0.707<br />
Vulnerabilidad social 0.844<br />
Fuente: elaboración propia a partir de Inegi-IFE (2010).<br />
Índice de Moran
910 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Los clústeres de alta vulnerabilidad social, es decir, áreas de una alta<br />
concentración del fenómeno y también áreas vecinas, se localizan en el<br />
noroccidente de México (en las zonas serranas): en el vértice de los estados<br />
de Nayarit, Durango y Zacatecas, así como en un corredor que incluye<br />
Michoacán, pasando por Guerrero, Guerrero Oaxaca y Chiapas. Existe,<br />
asimismo, otro corredor que se junta con el anterior, que cruza a San Luis<br />
Potosí, Veracruz, Puebla y Tlaxcala; por último, hay un gran clúster de<br />
valores altos en la Península de Yucatán y por el contrario, los de valores<br />
bajos de vulnerabilidad se concentran en zonas urbanas del norte y centro<br />
de México y, como era de esperarse, en la Ciudad de México (mapa 12).<br />
Mapa 12<br />
Clústeres de vulnerabilidad social por sección electoral<br />
en México, 2010<br />
Fuente: elaboración propia con base en Inegi-IFE (2010).<br />
4. Discusión<br />
El IVS calculado en relación al método elegido, ACP, coincide con investigaciones<br />
de Colombia, Argentina y México (Hernández et al., 2018;<br />
Represa et al., 2018; Ávila Vera y Picazzo Palencia, 2018; Granados<br />
Martínez, 2017 y Medina Pérez et al., 2019), sin embargo, es importante<br />
destacar que los métodos usados en otros trabajos también abundan en<br />
el análisis focalizado de la vulnerabilidad social, tal es el caso de las regresiones<br />
logísticas para Colombia (Fajardo Ortiz et al., 2016), técnicas de
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
911<br />
análisis espacial y superposición de capas ráster para Colombia y Argentina<br />
(Durán Gil, 2017 y Mastrandrea y Ángeles, 2020), análisis de<br />
correspondencias en Chile (Muñoz-Vera y Rojas-Hernández, 2018) y<br />
clasificación de porcentajes y tipificación probabilística para México<br />
(Arreguín et al., 2015 y García Castro y Villerías Salinas, 2016).<br />
Si bien todos los métodos usados tienen su potencia explicativa y<br />
supuestos teóricos que los sustentan, esta investigación se circunscribe al<br />
método que parece tener un mayor consenso entre los especialistas del tema.<br />
En los componentes de la vulnerabilidad social no parece haber gran<br />
consenso para seleccionar las variables, cada trabajo está orientado a la<br />
población en general o a grupos específicos, pero todo ello acotado por<br />
las características de la información disponible en cada país. En el caso<br />
de México se utilizan las variables contenidas en el Censo de Población de<br />
2010 y la Muestra Intercensal 2015.<br />
En relación con los niveles de desagregación es más frecuente la utilización<br />
de unidades de mayor tamaño, es el caso de municipios en Colombia<br />
y México (Durán Gil, 2017; Ávila Vera y Picazzo Palencia, 2018;<br />
Granados Martínez, 2017; y Arreguín et al., 2015); los niveles de menor<br />
tamaño, como las usadas en este trabajo: secciones electorales, solo son<br />
comparables con los radios censales de Argentina (Represa et al., 2018 y<br />
Mastrandrea y Ángeles, 2020) y en menor medida con lo hecho en Estados<br />
Unidos, que son los distritos censales (ATSDR, 2018).<br />
El nivel de Área Geoestadística Básica de México, si bien es de gran<br />
utilidad, solo abarca las zonas urbanas, no las rurales o mixtas; en el caso<br />
de manzanas las bases censales no están completas ni es posible la estimación<br />
del cúmulo de datos faltantes por el criterio de confidencialidad de<br />
la información en este país. Por sección electoral solo se detectó un trabajo<br />
no tan reciente a nivel local y no nacional (Cadena-Vargas y Campos-<br />
Alanís, 2012).<br />
Por otra parte, si bien es cierto que hay trabajos que contemplan la<br />
totalidad de un país, Colombia, Argentina y México, son más frecuentes<br />
los que se refieren a ciudades (Durán Gil, 2017; Represa et al., 2018; Ávila<br />
Vera y Picazzo Palencia, 2018; Granados Martínez, 2017; DIF, 2017).<br />
Referente a los resultados obtenidos por el IVS calculado, dado que no<br />
hay trabajos por sección electoral abarcando el conjunto del país, esta<br />
investigación podría considerarse la primera. No obstante, dichos resultados<br />
coinciden en diversos aspectos con lo que se puede observar a nivel municipal<br />
en el censo de 2010 y otras mediciones de desigualdad social, como<br />
el Índice de Marginación del Conapo y el Índice de Rezago Social del<br />
Coneval (Inegi, 2010; Conapo, 2010; Coneval, 2010); la diferencia radica<br />
en que por sección electoral sí es posible distinguir las diferencias dentro de<br />
los municipios.
912 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Por ejemplo, en adultos mayores se muestran secciones de la Ciudad<br />
de México donde hay una mayor concentración dentro de una misma<br />
alcaldía; lo mismo sucede con el derecho a algún servicio de salud o<br />
niveles de escolaridad; en niños y jóvenes que no asisten a la escuela, es<br />
posible observar una concentración muy alta en gran cantidad de secciones<br />
electorales de la capital del país, contrariamente a lo esperado; en<br />
desocupados son semejantes los resultados municipales y los de sección<br />
electoral, por estar menos concentrados.<br />
En contraste, la concentración de hogares con jefatura femenina es<br />
muy marcada en las secciones del centro y norte de la Ciudad de México,<br />
en cambio, la distribución de población indígena es semejante a lo encontrado<br />
a nivel municipal.<br />
Caso llamativo es el de migrantes, quienes tienden a agruparse en las<br />
fronteras de los estados, y de población no católica, que lo hace en las fronteras<br />
norte y sur del país, así como pequeñas concentraciones aisladas. En<br />
ambos casos esta distribución no se percibe con los agregados municipales.<br />
Resumiendo, solo por sección electoral se pueden distinguir diferencias<br />
significativas dentro de cada municipio o estado que los agregados de ese<br />
nivel ocultan.<br />
Sería deseable abordar la vulnerabilidad social desde una perspectiva<br />
nacional con métodos de cálculo aceptados, variables pertinentes, niveles<br />
pequeños de desagregación y con información reciente. Hasta el momento,<br />
el Censo de Población de México de 2020, liberado en marzo de 2021,<br />
no contiene este nivel de desagregación, pero es de suponer que lo habrá<br />
a mediano plazo.<br />
Este trabajo, por tanto, se ubica en la ruta de lo deseable con lo posible,<br />
se espera que pronto se cuente con insumos más actualizados y precisos<br />
que permitan mejorarlo.<br />
Conclusiones<br />
El análisis del índice de vulnerabilidad calculado, y sus respectivos componentes,<br />
muestra que la distribución no es aleatoria, salvo en los casos<br />
de la desocupación y la discapacidad, que poseen cierta homogeneidad.<br />
El resto de los indicadores, así como el IVS, se concentran en áreas muy<br />
localizadas, por ello es posible hablar de un proceso de segregación socioespacial<br />
que lleva a distintos grupos a concentrarse más en ciertos lugares<br />
que en otros.<br />
En el caso de los adultos mayores, su agrupamiento puede relacionarse<br />
con áreas de expulsión de mano de obra hacia algunas ciudades o al<br />
extranjero, ello sin soslayar que hay zonas (como la Ciudad de México)
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
913<br />
con una dinámica propia de envejecimiento de su población. Respecto a<br />
la discapacidad, es posible que su distribución se relacione, para el norte,<br />
con la migración internacional (tienden a irse los más jóvenes) y para el<br />
sur –con menor presencia– con las zonas de mayor migración interna (la<br />
familia completa migra por la cercanía).<br />
En el caso de la no asistencia a la escuela hay una menor asociación<br />
espacial, que quizá se relacione con las zonas donde hay mayor informalidad<br />
económica, hecho que obliga a menores a no seguir su formación<br />
escolar. En el caso de la no escolaridad, resalta que coincide con las zonas<br />
de mayor concentración de población indígena.<br />
Destaca, por otro lado, la alta segregación de indígenas, jefas de familia<br />
y migrantes, los primeros en las zonas tradicionalmente conocidas, las segundas<br />
concentradas en las áreas más desarrolladas económicamente y los<br />
terceros tienden a localizarse, quizá, en las fronteras de sus propios estados.<br />
La población no católica tiende a concentrarse en las fronteras internacionales,<br />
quizá porque las tradiciones religiosas están más arraigadas en<br />
el centro, a diferencia de la frontera norte donde hay influencia mayor<br />
del protestantismo norteamericano y,s en el caso de la frontera sur, por la<br />
incursión de evangelizadores no católicos que desde hace décadas actúan<br />
en esas zonas.<br />
Por su parte, la segregación socioespacial de la vulnerabilidad social<br />
sugiere que se relaciona con las áreas de menor desarrollo económico, la<br />
mayor concentración de población indígena, y la lejanía de los grandes<br />
centros urbanos de mayor actividad económica. Dicha hipótesis se fortalece,<br />
cuando se observan los clústeres de regiones de valores altos de vulnerabilidad<br />
social, así como los clústeres de valores bajos del mismo indicador.<br />
Finalmente, los resultados obtenidos sugieren que el nivel de sección<br />
electoral, en México, es el más adecuado para la aplicación de políticas<br />
sociales, ya que la focalización de la desigualdad social es la mejor alternativa<br />
para la atención de este fenómeno.<br />
Fuentes consultadas<br />
Arreguín Cortés, Felipe; López Pérez, Mario; Rodríguez López, Olivia y<br />
Montero Martínez, Martín José (coords.), (2015), Atlas de vulnerabilidad<br />
hídrica en México ante el cambio climático, Jiutepec,<br />
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, , 7 de marzo de 2021.<br />
Anselin, Luc (2017), “Geoda 1.14”, Chicago, Geoda Center.
914 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
ATSDR (Agency for Toxic Substances and Disease Registry) (2018),<br />
“Social Vulnerability Index (SVI)”, Atlanta, ATSDR, , 6 de marzo de 2021.<br />
Ávila Vera, Madelyn y Picazzo Palencia, Esteban (2018), “Vulnerabilidad<br />
social y desarrollo sustentable en México”, en Jorge Cadena Roa,<br />
Miguel Aguilar Robledo y David Eduardo Vázquez Salguero<br />
(coords.), Las Ciencias Sociales y la Agenda Nacional. Reflexiones y<br />
propuestas desde las Ciencias Sociales, vol. V, Medio ambiente,<br />
sustentabilidad y vulnerabilidad social, Ciudad de México, Consejo<br />
Mexicano de Ciencias Sociales, pp. 753-768, , 7 de marzo de 2021.<br />
Cadena-Vargas, Edel y Campos-Alanís, Juan (2012), “Vulnerabilidad<br />
social y comportamiento electoral. Un análisis por secciones<br />
electorales”, Papeles de Población, 18 (71), Toluca, Universidad<br />
Autónoma del Estado de México, pp. 143-185, , 8 de marzo de 2021.<br />
Conapo (Consejo Nacional de Población) (2010), “Índice de marginación<br />
por entidad federativa y municipio, 2010”, Ciudad de México,<br />
Conapo, , 13 de abril de 2021.<br />
Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo<br />
Social) (2010), “Índice de Rezago Social 2010 a nivel municipal<br />
y por localidad”, Ciudad de México, Coneval, , 13 de abril de 2021.<br />
DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia) (2017),<br />
“Índice de vulnerabilidad social, actualización 2017”, Ciudad de<br />
México, DIF, , 7 de marzo de 2021.<br />
Durán Gil, Carlos Alberto (2017), “Análisis espacial de las condiciones<br />
de vulnerabilidad social, económica, física y ambiental en el<br />
territorio colombiano”, Perspectiva Geográfica, 22 (1), Bogotá,<br />
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, pp. 11-32,<br />
doi: https://doi.org/10.19053/01233769.5956<br />
ESRI (Economic and Social Research Institute) (2014), “Software ARC-<br />
GIS”, version 10.3, Nueva York, ESRI.<br />
Fajardo Ortiz, Eddy Johanna; Rojas, Daniel; Romero, Héctor y Rincón,<br />
Tatien (2016), “Propuesta de medición de la vulnerabilidad social
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
915<br />
en Colombia”, <strong>Revista</strong> Temas, 3 (10), Bucaramanga, Universidad<br />
de Santo Tomás, pp. 83-95, doi: http://dx.doi.org/10.15332/<br />
rt.v0i10.1607<br />
García Castro, Neftalí y Villerías Salinas, Salvador (2016), “Los niveles<br />
de vulnerabilidad social de la ciudad de Chilpancingo, Guerrero,<br />
México”, <strong>Revista</strong> Geográfica de América Central, 1 (56), Heredia,<br />
Universidad Nacional, pp. 259-288, doi: https://doi.org/10.15359/<br />
rgac.1-56.11<br />
García-Hernández, Juan-Samuel y Ginés-De la Nuez, Carmen (2020),<br />
“Geografías de la desposesión en la ciudad neoliberal: ejecuciones<br />
hipotecarias y vulnerabilidad social en Santa Cruz de Tenerife<br />
(Canarias-España)”, EURE, 46 (138), Santiago de Chile, Pontificia<br />
Universidad Católica de Chile, pp. 215-234, , 5 de marzo de 2021.<br />
Granados Martínez, Abraham (2017), “Vulnerabilidad social por género:<br />
riesgos potenciales ante el cambio climático en México”, Letras<br />
Verdes. <strong>Revista</strong> Latinoamericana de Estudios Socioambientales, núm.<br />
22, Quito, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Ecuador,<br />
pp. 274-296, doi: https://doi.org/10.17141/letrasverdes.22.2017.2720<br />
Hernández, Jonathan; Cardona-Arango, Doris y Segura Cardona, Ángela<br />
(2018), “Construcción y análisis de un índice de vulnerabilidad<br />
social en la población joven”, <strong>Revista</strong> Latinoamericana de Ciencias<br />
Sociales, Niñez y Juventud, 16 (1), Manizales, Universidad de<br />
Manizales, pp. 403-412, doi: https://doi.org/10.11600/<br />
1692715x.16125<br />
IBM (International Business Machines) (2017), “Statistical Package for<br />
Social Sciences v. 23.0”, Nueva York, IBM.<br />
Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2010), “Censo de<br />
población y vivienda, 2010”, Ciudad de México, Inegi, , 12 de abril de 2021.<br />
Inegi-IFE (Instituto Nacional de Estadística y Geografía-Instituto Federal<br />
Electoral) (2010), “Estadísticas censales a escalas geoelectorales.<br />
Censo de Población y Vivienda 2010”, Ciudad de México, Inegi-<br />
IFE, , 5 de noviembre de 2017.
916 E. Cadena-Vargas: La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por…<br />
Mastrandrea, Aldana y Ángeles Guillermo (2020), “Aplicación de un<br />
Índice de Vulnerabilidad Social. El caso de la Ciudad de Bahía<br />
Blanca, Provincia de Buenos Aires (Argentina)”, Geografía y Sistemas<br />
de Información Geográfica (GEOSIG), núm. 16, Luján,<br />
Universidad Nacional de Luján, pp. 1-28, , 7 de marzo de 2021.<br />
Medina Pérez, Patricia Catalina; Bass Zavala, Sonia y Fuentes Flores, César<br />
Mario (2019), “La vulnerabilidad social en Ciudad Juárez, Chihuahua,<br />
México. Herramientas para el diseño de una política<br />
social”, <strong>Revista</strong> INVI, 34 (95), Santiago de Chile, Universidad de<br />
Chile, pp. 197-223, doi: https://dx.doi.org/10.40<strong>67</strong>/S0718-<br />
83582019000100197<br />
Montoya Arce, Bernardino Jaciel y Martínez Espinosa, Alejandro (2018),<br />
“Perspectivas teórico-metodológicas para el estudio de la vulnerabilidad<br />
social en los adultos mayores”, Papeles de Población, 24<br />
(98), Toluca, Universidad Autónoma del Estado de México, pp.<br />
219-224, doi: https://doi.org/10.22185/24487147.2018.98.41<br />
Muñoz-Vera, Francisco y Rojas-Hernández, Jorge (2018), “Vulnerabilidad<br />
social en hogares desplazados por el terremoto y tsunami del año<br />
2010 en la localidad de Dichato, Región del Bío-Bío, Chile”,<br />
<strong>Revista</strong> de Geografia e Ordenamento do Território (GOT), núm. 13,<br />
Oporto, Centro de Estudos de Geografia e Ordenamento do<br />
Território, pp. 289-314, doi: dx.doi.org/10.17127/<br />
got/2018.13.013<br />
PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) (2014),<br />
“Informe del Desarrollo Humano 2014”, Nueva York, PNUD,<br />
, 15 de marzo de 2021.<br />
Ramos Ojeda, Daliana (2019), “Entendiendo la vulnerabilidad social:<br />
una mirada desde sus principales teóricos”, Estudios del Desarrollo<br />
Social: Cuba y América Latina, 7 (1), La Habana, Facultad Latinoamericana<br />
de Ciencias Sociales, pp.139-153, , 5 de marzo de 2021.<br />
Represa, Natacha Soledad; Sánchez, Érica Yanina y Porta, Andrés (2018),<br />
“Estudio de la vulnerabilidad social en Argentina mediante el uso<br />
de SIG: Construcción de un índice de aplicación local”, Anuário<br />
do Instituto de Geociências, 41 (2), Río de Janeiro, Universidade
Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxi, núm. <strong>67</strong>, 2021, 893-917<br />
917<br />
Federal do Rio de Janeiro, pp. 351-357, , 6 de marzo de 2021.<br />
Rodríguez de Jesús, Cynthia y Pérez Baleón, Guadalupe Fabiola (2020)<br />
“Hogares con jefatura femenina y estrategias de recuperación<br />
posdesastre en México”, Estudios Demográficos y Urbanos, 35 (2),<br />
Ciudad de México, El Colegio de México, pp. 333-368, doi:<br />
http://dx.doi.org/10.24201/edu.v35i2.1852<br />
Vite Pérez, Miguel Ángel (2018) “Género, vulnerabilidad y precariedad<br />
de los jóvenes de la Ciudad de México en la reproducción de la<br />
desigualdad social”, Espiral. Estudios sobre Estado y Sociedad, 25<br />
(71), Guadalajara, Universidad de Guadalajara, pp. 193-224, doi:<br />
https://doi.org/10.32870/espiral.v25i71.5591<br />
Recibido: 15 de noviembre de 2020.<br />
Reenviado: 12 de abril de 2021.<br />
Aceptado: 20 de abril de 2021.<br />
Edel Cadena-Vargas. Doctor en Sociología por la Universidad Nacional<br />
Autónoma de México y Especialista en Sistemas de Información Geográfica.<br />
Actualmente es profesor-investigador de la Facultad de Geografía de<br />
la Universidad Autónoma del Estado de México. Es miembro del Sistema<br />
Nacional de Investigadores, nivel I. Sus actuales líneas de investigación<br />
actual son Desigualdad social y Análisis espacial. Entre sus más recientes<br />
publicaciones destacan, como coautor: “Landslides in Mexico: their<br />
occurrence and social impact since 1935”, Landslides, núm. 17, Basilea,<br />
Springer Nature, pp. 379-394 (2020); “Análisis espacial del Índice de<br />
Sustentabilidad Ambiental Urbana en la Megalópolis de México”, Investigaciones<br />
Geiográficas, núm. 73, Alicante, Instituto Interuniversitario de<br />
Geografía-Universidad de Alicante, pp. 147-169 (2020) y “Un enfoque<br />
de estadística espacial para explorar la geodemografía de los ninis en la Zona<br />
Metropolitana de la Ciudad de México”, Estudios Demográficos y Urbanos,<br />
35 (2), Ciudad de México, El Colegio de México, pp. 369-403 (2020).
Presentación<br />
Economía, Sociedad y Territorio (<strong>EST</strong>) es una revista abierta a todas las<br />
disciplinas relacionadas con las Ciencias Sociales en el marco de regiones<br />
y ciudades específicas, a la diversidad de enfoques y metodologías, aunque<br />
ello no le representa ninguna responsabilidad en cuanto al contenido de<br />
los artículos. Es una publicación científica de interés internacional, especializada<br />
en la publicación de artículos de alta calidad, derivados de<br />
investigaciones originales en Ciencias Sociales y Ambientales con referencia<br />
territorial, particularmente en las dimensiones urbana, metropolitana<br />
y regional.<br />
Normas editoriales<br />
Una vez que se entreguen los originales, pasarán por un proceso editorial<br />
que se desarrollará en varias fases; por ello, es necesario que su presentación<br />
siga ciertas normas para facilitar la edición y evitar el retraso de las publicaciones.<br />
Las colaboraciones deberán presentarse en su versión final y<br />
completas, ya que no se admitirán cambios una vez iniciado el proceso<br />
de dictaminación y producción.<br />
1. Características de las colaboraciones<br />
1.1 Particularidad de las colaboraciones. Los trabajos que se envíen<br />
a <strong>EST</strong> para su publicación deberán ser de carácter eminentemente<br />
académico. Debido a la línea de la revista, no se aceptarán artículos<br />
de género periodístico o comentarios generales sobre algún<br />
tema.<br />
1.2 Idioma. Las colaboraciones podrán postularse y publicarse en en<br />
español, inglés o portugués; sin embargo, con la finalidad de llegar
a un público más amplio, se invita a los autores a escribir y publicar<br />
sus artículos en inglés.<br />
1.3 Secciones. Se aceptarán colaboraciones en el marco de las siguientes<br />
secciones:<br />
a) Artículos de investigación<br />
b) Reseñas de libros<br />
1.4 Extensión. Se recibirán artículos con una extensión de 20 a 25<br />
cuartillas (9000 palabras, aproximadamente, incluidos cuadros,<br />
notas y fuentes consultadas) y de 5 a 10 cuartillas para las reseñas<br />
de libros (hasta 4500 palabras).<br />
1.5 No se aceptarán nuevas postulaciones de autores que tengan artículos<br />
en alguna etapa del proceso editorial.<br />
2. Política de originalidad del trabajo<br />
Una vez que el artículo cumpla con los requisitos establecidos, se firmará<br />
la Carta de Declaración de Originalidad del trabajo escrito, disponible<br />
en el portal de la revista. Ésta deberá ser devuelta escaneada, con la finalidad<br />
de garantizar la originalidad del material publicado y con ello<br />
mantener el prestigio de la revista <strong>EST</strong>.<br />
3. Derechos de autor<br />
El autor principal deberá firmar una Carta de cesión de derechos patrimoniales<br />
(disponible en el portal de la revista). En el entendido de que<br />
ha obtenido el consentimiento de los demás autores, si los hubiera. Dicha<br />
carta estipula que el autor o los autores concede(n) a <strong>EST</strong> el permiso para<br />
que su material se difunda en la revista y medios magnéticos y fotográficos.<br />
Asimismo, el autor o los autores conserva(n) sus derechos morales<br />
conforme lo establece la ley. En este sentido, los autores podrán usar el<br />
material de su artículo en otros trabajos o libros publicados por ellos<br />
mismos, con la condición de citar a <strong>EST</strong> como la fuente original de los<br />
textos. Es responsabilidad del autor obtener por escrito la autorización<br />
correspondiente para todo aquel material que forme parte de su artículo<br />
y que se encuentre protegido por la Ley de Derechos de Autor. Si por<br />
algún motivo el autor o los autores no entregara(n) debidamente firmado<br />
el contrato mencionado, una vez que el artículo fue dictaminado favorablemente,<br />
el documento será rechazado.
4. Política de arbitraje<br />
Posterior a la recepción de la Carta de declaración de originalidad del<br />
trabajo escrito, se designarán dos dictaminadores que serán los responsables<br />
de sugerir o no la publicación de cada artículo o ensayo. Los evaluadores<br />
serán expertos en el tema y en todo momento se mantendrá anónima<br />
su identidad, así como la del autor.<br />
4.1 Tipo de arbitraje<br />
Los árbitros designados determinarán en forma anónima:<br />
a) Publicación sin recomendaciones.<br />
b) Publicación con recomendaciones opcionales y correcciones<br />
menores. Se publicará una vez que el autor haya cumplido con<br />
las correcciones menores indicadas.<br />
c) Publicación con recomendaciones obligatorias y correcciones<br />
mayores. Se publicará una vez que el autor haya efectuado una<br />
revisión a fondo de acuerdo con las indicaciones. Si al finalizar<br />
el proceso de revisión se considera que no se han cumplido las<br />
recomendaciones señaladas, el documento será rechazado.<br />
d) No publicable.<br />
4.2 Para que un artículo o ensayo sea publicado deberá contar con, al<br />
menos, dos dictámenes positivos. En caso de que un manuscrito<br />
cuente con un dictamen positivo y otro negativo, será remitido a<br />
un tercer dictaminador, quien definirá el resultado.<br />
4.3 Los resultados del proceso de dictamen académico serán inapelables<br />
en todos los casos.<br />
4.4 Los manuscritos serán reenviados a revisión por parte de los dictaminadores<br />
que así lo soliciten en tres ocasiones, como máximo.<br />
Excedido este límite, el artículo será rechazado.<br />
4.5 Se dará un plazo para que el autor realice las correcciones indicadas,<br />
de acuerdo con su calificación: 7 días naturales (cambios menores)<br />
y 20 (condicionado).<br />
4.6 Cada fascículo estará integrado por artículos y reseñas que al cierre<br />
de edición hayan finalizado el proceso de dictamen y serán asignados<br />
a un <strong>número</strong> en estricto orden en que hayan sido liberados por<br />
los evaluadores para su publicación.<br />
5. Uso del sistema de gestión editorial OJS<br />
La revista Economía, Sociedad y Territorio utiliza el sistema de gestión<br />
editorial Open Journal Systems (OJS) versión 3.1.2.4 para recibir las postula-
ciones y dar seguimiento al proceso de dictamen, así como a la producción<br />
editorial en general.<br />
5.1 Elementos que el autor debe adjuntar en el OJS, en la sección<br />
de metadatos<br />
El autor con el que <strong>EST</strong> mantendrá contacto y comunicación<br />
continua deberá llenar los siguientes campos de manera obligatoria,<br />
clara y completa. En caso de coautoría, deberá registrar a todos<br />
los autores con sus datos pertinentes.<br />
a) Autor(es)<br />
Nombre<br />
Institución<br />
País<br />
Conflicto de intereses<br />
Identificador Abierto de Investigador y Colaborador Orcid<br />
(Open Researcher and Contributor ID), en caso de tenerlo.<br />
b) Reseña curricular<br />
Datos de identificación del autor o los autores: nombre completo,<br />
nivel máximo de estudios y por cuál institución se obtuvo<br />
el grado, estudios en curso, si los hubiera; centro, departamento<br />
o institución en que se encuentra adscrito laboralmente, si es<br />
miembro del Sistema Nacional de Investigadores (o su similar<br />
en su país) y en qué nivel, líneas de investigación, sus últimas<br />
publicaciones (por lo menos tres), referir los datos completos<br />
de éstas, tales como título, ciudad de edición, entidad editora,<br />
páginas (si son capítulos), año de publicación, si se indica un<br />
artículo antes de su publicación utilice próximamente, entre<br />
paréntesis, en lugar del año.<br />
c) Contacto principal para la correspondencia editorial<br />
Colocar nombre completo y verificar que el correo electrónico<br />
se registre de manera correcta.<br />
d) Título y resumen<br />
El título debe ser el mismo del artículo y no mayor a 15<br />
palabras; los resúmenes tanto en el idioma de origen como<br />
en inglés no deberán exceder las 100 palabras cada uno y<br />
deben contener información concisa de cada parte del artículo:<br />
introducción, metodología y resultados. Por ningún<br />
motivo deben incluir tablas, <strong>número</strong>s, referencias ni expresiones<br />
matemáticas.
e) Palabras clave<br />
Colocar de tres a cinco palabras significativas que resuman el<br />
contenido del texto, con el fin de acceder fácilmente a las bases<br />
de datos.<br />
6. Estructura del artículo<br />
La extensión del artículo –incluidos gráficos, cuadros, tablas, mapas,<br />
figuras, anexos y referencias finales– no deberá exceder las 25 cuartillas,<br />
aproximadamente 9000 palabras. No debe contener formato, sangrías,<br />
hojas de estilos, caracteres especiales ni más comandos de los que atañen<br />
a las divisiones y subdivisiones del trabajo. El texto deberá ser escrito en<br />
Word, sin control de cambios con las páginas numeradas con fuente Arial<br />
o Times New Roman de 11 puntos con interlineado de 1.5, con márgenes<br />
izquierdo y derecho de 3 cm y texto justificado en tamaño carta.<br />
6.1 Elementos de identificación del artículo<br />
a) Título, en idioma original e inglés<br />
Debe referir claramente el contenido y no exceder de 15 palabras,<br />
incluido el subtítulo.<br />
b) Resumen, en idioma original e inglés<br />
Debe contener información concisa acerca del contenido. No<br />
debe incluir tablas, gráficas, referencias, expresiones matemáticas<br />
ni exceder de 100 palabras.<br />
c) Palabras clave<br />
Colocar en el idioma original del texto y en inglés de tres a<br />
cinco palabras que resuman el contenido del artículo para<br />
efectos de indización bibliográfica, se omitirán las oraciones,<br />
a excepción de las palabras compuestas.<br />
d) Agradecimientos, apoyos o financiamientos<br />
Se colocarán al final del artículo, antes de las fuentes consultadas.<br />
e) Fecha<br />
El equipo editorial colocará la fecha de recepción del trabajo<br />
al final de las fuentes consultadas.<br />
f) Reseñas curriculares<br />
Deben colocarse al final del artículo una vez aprobado para su<br />
publicación y solicitado por el equipo editorial. Colocar los<br />
siguientes datos de identificación del autor o los autores: nombre<br />
completo, nivel máximo de estudios y por cuál institución
se obtuvo, estudios en curso, institución de adscripción, si es<br />
miembro del Sistema Nacional de Investigadores (o el similar<br />
en su país) y en qué nivel, línea de investigación, últimas tres<br />
publicaciones (con datos completos: título, ciudad de edición,<br />
entidad editora, intervalo de páginas (si son capítulos), año de<br />
publicación. Si incluye un artículo que será publicado próximamente<br />
señale esta última palabra entre paréntesis en el sitio<br />
donde debería colocarse el año, finalmente indique el teléfono<br />
y el correo electrónico. Seguir el siguiente ejemplo:<br />
Ryszard Edward Rózga-Luter. Doctor en ciencias económicas por la Universidad<br />
de Varsovia, Polonia. Actualmente es profesor-investigador del<br />
Departamento de Teorías y Análisis, división de ciencias y artes para el diseño<br />
en la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco, y profesor<br />
en la Facultad de Planeación Urbana y Regional de la Universidad Autónoma<br />
del Estado de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores,<br />
nivel II. Su línea de investigación actual es desarrollo económico-regional.<br />
Entre sus últimas publicaciones destacan: “La dimensión local y regional de<br />
los procesos de innovación tecnológica”, en Dutrenit (coord.), Sistemas<br />
regionales de innovación: un espacio para el desarrollo de la Pymes. El caso de<br />
la industria de maquinados industriales, Ciudad de México, Universidad<br />
Autónoma Metropolitana, pp. 20-32 (2009); en coautoría: Técnicas para el<br />
análisis regional. Desarrollo y aplicaciones, Ciudad de México, Trillas (2009).<br />
Nota: No se aceptarán los trabajos que no cumplan con estas normas.<br />
<strong>EST</strong> se reserva el derecho de hacer los cambios editoriales que considere<br />
convenientes.<br />
6.2 Cuerpo del texto<br />
a) Títulos y subtítulos<br />
Los temas y subtemas deberán diferenciarse entre sí a partir<br />
del sistema decimal con numeración arábiga, bajo las siguientes<br />
jerarquías: El título en negras con el <strong>número</strong> 1, los siguientes<br />
titulillos y subtitulillos conforme al siguiente ejemplo:<br />
1. Título de apartado<br />
1.1. Aspectos particulares<br />
1.1.1. Aspectos singulares<br />
1.1.1.1. Jerarquías adicionales<br />
Nota: Los títulos y subtitulillos, sea cual fuere su jerarquía, se escriben<br />
sin punto final; los numerales llevan punto; la introducción y las conclusiones<br />
no deben numerase.
) Materiales gráficos<br />
En los criterios editoriales de <strong>EST</strong> se establecen cinco clasificaciones:<br />
1. figura: imagen, ilustración, diagrama, croquis, dibujo,<br />
etcétera, 2. gráfica, 3. mapa, 4. tabla y cuadro, y 5. fotografía.<br />
Esto significa, por ejemplo, que una imagen señalada con la<br />
palabra croquis debe reemplazarse por la de figura.<br />
El material gráfico debe insertarse en el texto en el lugar<br />
que corresponde y numerarse en el encabezado con el sistema<br />
arábigo, según sea el caso (figura 1, 2, 3… gráfica 1, 2, 3…,<br />
mapa 1, 2, 3… tabla 1, 2, 3… y foto 1, 2, 3…); en la línea<br />
siguiente se debe presentar el título, sólo la inicial se colocará<br />
en mayúscula. Asimismo, deben indicarse los llamados, es decir,<br />
aludir a estos materiales gráficos explícitamente en el texto<br />
(tabla 1, 2, 3…). Todos deben contener la fuente utilizada<br />
fuera del gráfico, que se consigna en las fuentes consultadas.<br />
Si la elaboración es propia se expresa así y, en su caso, se indica<br />
la base de obtención de datos o la herramienta estadística, así<br />
como el software empleado:<br />
Fuente: elaboración propia con base en la interpretación de la<br />
imagen Sport6.<br />
Fuente: elaboración propia con base en información documental.<br />
Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos del<br />
Inegi (2014); Conapo (2010).<br />
Fuente: elaboración propia con datos del Sistema de Información<br />
Energética (SIE, 2013).<br />
Nota 1: Las varianzas y cálculos estadísticos realizados con software o<br />
herramientas de análisis como SPSS o Stata deben colocarse en la fuente<br />
y en las fuentes consultadas. La elaboración propia de los mapas también<br />
debe indicar el software empleado.<br />
Adicionalmente, los gráficos se envían en su formato original (editables)<br />
y en archivo JPG a 300 dpi en tamaño carta, el autor debe comprobar<br />
que la imagen es de alta resolución y legible al ser ampliada.<br />
Nota 2: los mapas deben presentar coordenadas, escala, leyenda, norte o<br />
rosa de los vientos y título. Si estas características están ausentes, el gráfico<br />
se denominará figura. Si los mapas se realizan con un programa especial<br />
(por ejemplo, ArcGis, ArcMap, Qgis), también se deben agregar a las<br />
referencias finales.
c) Uso de <strong>número</strong>s<br />
Del cero al nueve se escriben con letra; a partir del 10, con<br />
dígitos (tres localidades, 10 municipios).<br />
d) Cifras<br />
Las cifras de cuatro dígitos no llevan signos de puntuación ni<br />
espacio (9000 palabras); con más de cuatro dígitos se dividen<br />
de tres en tres empezando por la derecha, por una coma<br />
(10,117; 178,600).<br />
e) Cantidades<br />
Las que tienen como base un sustantivo de significación numeral<br />
como millón, billón, trillón y cuatrillón, siempre que, al<br />
menos, las tres últimas cifras de su escritura en <strong>número</strong>s sean<br />
ceros, podrán abreviarse mezclando el uso de cifras y letras en<br />
su escritura (327 millones).<br />
f) Porcentajes<br />
Se escriben con <strong>número</strong>, sin artículo y el símbolo de porcentaje<br />
(%) junto a la cifra sin espacio, excepto al terminar un<br />
párrafo, se escribirá con letra: 1%, 120%, 3.8%; son incorrectas<br />
las siguientes expresiones: el 5%, un 8%, el 9%, del<br />
4%. Serán divididos con punto (5.8%, 7.3%).<br />
g) Ecuaciones y fórmulas<br />
Las ecuaciones deberán elaborarse con la herramienta “insertar<br />
ecuación” de Word, lo mismo que las fórmulas; todas deberán<br />
ser numeradas y tener llamado a cuerpo de texto: “en la ecuación<br />
2…”.<br />
lnY i<br />
= β 0<br />
+ β 1<br />
lnK i<br />
+ β 2<br />
lnL i<br />
+ β 3<br />
lnGI i<br />
+ β 4<br />
lnGE i<br />
+ u i<br />
(2)<br />
Nota: No deberán integrarse en formato de imagen, deben ser editables.<br />
7. Citas<br />
La normalización de las citas y referencias de las fuentes de consulta es<br />
uno de los elementos de mayor importancia en la diseminación científica,<br />
ya que de ello depende la generación de indicadores bibliométricos de<br />
citación. Por esta razón, se usará el sistema de citación tipo Harvard. Cada<br />
institución académica establece sus propias modalidades en el uso de las<br />
reglas del sistema Harvard, por lo que <strong>EST</strong> posee el siguiente cuerpo de<br />
convenciones básicas que se deben respetar:
a) Del nombre del autor consultado para citas internas y<br />
referencias finales<br />
El autor del artículo deberá verificar que su fuente consultada<br />
esté registrada en el Identificador Abierto de Investigador y<br />
Colaborador Orcid (Open Researcher and Contributor ID).<br />
En caso de que el autor consultado cuente con su código alfanumérico,<br />
su citación, tanto en la cita interna como en las<br />
referencias finales será conforme a su registro (con guion entre<br />
apellidos, un solo apellido o ambos apellidos, según sea el caso).<br />
Si el autor consultado no está registrado en Orcid, su citación<br />
en el cuerpo de texto serán ambos apellidos lo mismo que en<br />
las referencias finales.<br />
Si la publicación consignada en la referencia final señala a<br />
dos autores, por ejemplo:<br />
Urquijo Torres, Pedro y Bocco-Verdinelli, Gerardo (2016), “Pensamiento<br />
geográfico en América Latina: retrospectiva y balances<br />
generales”, Investigaciones Geográficas, 90 (1), Ciudad de México,<br />
Universidad Nacional Autónoma de México, doi: doi.org/10.14350/<br />
rig.47348<br />
La cita a cuerpo de texto debe indicarse así:<br />
(Urquijo Torres y Bocco-Verdinelli, 2016) y no (Urquijo-Bocco,<br />
2016)<br />
Nota 1: tomando en cuenta hipotéticamente que Bocco-Verdinelli está<br />
registrado en Orcid y Urquijo Torres no al momento de la elaboración<br />
del documento.<br />
Nota 2: Es preciso señalar que en muchos casos se citan referencias en<br />
otros idiomas y que los autores sólo usan un apellido, para esos casos<br />
si es que el autor citado no está registrado en Orcid se mantendrá<br />
como lo cite el autor. Este criterio se aplicará para cuerpo de texto y<br />
para Fuentes consultadas.<br />
b) Textual y paráfrasis<br />
Toda cita textual deberá acompañarse de su referencia correspondiente:<br />
se usará apellido del autor, año y página del escrito<br />
entre paréntesis: (Alcántara, 1995: 28). Si el autor de un artículo<br />
tiene la necesidad de referir en un mismo párrafo una fuente<br />
consultada, con diferentes páginas, es preferible parafrasear y<br />
no citar textualmente:
• Incorrecto: Según Dávila, “…” (2000: 12). En este punto<br />
habrá que recordar que más adelante sostiene que “…”<br />
(2000: 22). No obstante, después asegura que “…” (2000:<br />
56) y que “…” (2000: 6).<br />
En caso de paráfrasis, hay que colocar sólo apellido y año<br />
(Alcántara, 1995). Cuando la cita se componga de más de<br />
40 palabras se escribirán dos puntos e irá en párrafo aparte a<br />
bando, a nueve puntos, sin sangría el primer párrafo, sin comillas<br />
de apertura y cierre, y su margen izquierdo será del mismo<br />
tamaño que la sangría del texto general. Antes y después de<br />
cada cita a bando se dejará un salto de línea.<br />
c) Fuentes primarias y secundarias (hacer una cita de una<br />
cita)<br />
Cuando una cita es referida por otro autor, se recomienda<br />
utilizar la fuente primaria; no obstante, si se prefiere usar la<br />
secundaria se debe colocar ésta en fuentes consultadas:<br />
A cuerpo de texto: (Bourdieu, 2002, citado en San Martín<br />
Cantero y Quilaqueo Rapimán, 2012).<br />
En Fuentes consultadas:<br />
San Martín Cantero, Daniel y Quilaqueo Rapimán, Daniel (2012),<br />
“Habitus profesional y relaciones intersubjetivas entre profesores<br />
principiantes y experimentados”, Perfiles Educativos, 136 (34),<br />
Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México,<br />
pp. 63-78.<br />
d) Del mismo autor publicadas en el mismo año<br />
Cuando se utilicen obras del mismo autor publicadas en el<br />
mismo año, se ordenarán alfabéticamente por título, y se les<br />
distinguirá con una letra minúscula después del año: (Siger,<br />
2002a); (Siger, 2002b).<br />
e) De dos autores<br />
Para citar una obra escrita por dos autores se coloca el apellido<br />
de ambos separados por una “y” para español, “and” para inglés<br />
(evitar el uso de &, que sólo se utilizará para entidades editoras)<br />
y “e” para portugués: Pradhan y Ravallion (1998), Ahmad<br />
and Khan (2019), Cetrulo e Cetrulo (2014). En el cuerpo del<br />
texto se mantendrá “y”.<br />
f) De más de dos autores<br />
En el caso de obras de más de dos autores, se colocará después<br />
del primer nombre la abreviatura et al.: Carabias et al. (1997).
En caso de que su nombre esté registrado en Orcid con guiones,<br />
se respetará: Membrado-Tena et al. (2017).<br />
g) Dos o más autores dentro de una misma referencia<br />
Cuando a cuerpo de texto se coloque más de una referencia,<br />
se debe separar a cada uno utilizando un punto y coma:<br />
Algunos autores relacionados con esta problemática (Capel, 1975; Zuluaga,<br />
2005; Binimelis, 2000; Adell, 1999; Urzainki, 1993) nos ofrecen posiciones<br />
encontradas.<br />
También se puede hacer de la siguiente manera:<br />
Tanto Capel (1975) como Zuluaga (2005), Binimelis (2000), Adell (1999)<br />
y Urzainki (1993) plantean el problema de manera diferente.<br />
8. Fuentes consultadas<br />
Deben ser estrictamente las citadas en el texto, de carácter internacional,<br />
actuales (no mayores a 10 años por lo menos el 75% de ellas) y colocadas<br />
al final de artículo. Mínimo 15 y máximo 35 fuentes. Hay que considerar<br />
lo siguiente:<br />
a) Seguir un orden alfabético con base en el apellido del autor.<br />
b) Si se tiene más de un título del mismo autor, comenzar por la<br />
obra publicada más reciente.<br />
c) Cada fuente debe ingresarse en una nueva línea sin sangrías y<br />
sin numerar.<br />
Nota: Cuando se citen autores con apellidos compuestos (Antonio del<br />
Olmo Jiménez, Fabián de la Rosa Martínez, etc.), para consignarlos en<br />
las Fuentes consultadas se iniciará con la preposición será: Del Olmo<br />
Jiménez, Antonio o De la Rosa Martínez, Fabián) y a cuerpo de texto:<br />
(Del Olmo Jiménez, 2010). Si el primer elemento del apellido es un<br />
artículo o las palabras “san” o “santa”, mantendrán su posición en la alfabetización<br />
(La Rosa, Gerardo; San José, Ángel…).<br />
8.1 Tipo de publicación<br />
8.1.1 Libros<br />
Apellidos, nombre(s) del autor(es) o institución(es) o<br />
dependencia(s) (año de edición), Título del libro, ciudad de<br />
edición, entidad editora.<br />
Sandoval Casilimas, Carlos (1996), Investigación cualitativa, Bogotá, Instituto<br />
Colombiano para el Fomento de la Educación Superior.
onu-cepal (Organización de las Naciones Unidas-Comisión Económica<br />
para América Latina y el Caribe) (2008), Objetivos de Desarrollo del Milenio:<br />
La progresión hacia el derecho a la salud en América Latina y el Caribe,<br />
Santiago de Chile, cepal.<br />
Sautu, Ruth; Boniolo, Paula; Dalle, Pablo y Elbert, Rodolfo (2005), Manual<br />
de metodología. Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos<br />
y elección de la metodología, Buenos Aires, Consejo Latinoamericano<br />
de Ciencias Sociales.<br />
Nota 1: Si el libro se consulta en electrónico, se agrega el vínculo electrónico<br />
y la fecha de consulta.<br />
8.1.2 Capítulos de libros<br />
Apellidos, nombres del autor(es) o institución(es)o<br />
dependencia(s) (año de publicación), “título del capítulo”, en<br />
nombre apellido, (tipo de participación abreviado), Título del<br />
libro, ciudad de edición, entidad editora, pp. xx-xx.<br />
Nota 1: especificar si es editor (ed.), compilador (comp.) o coordinador<br />
(coord.) del texto.<br />
Nota 2: Si el libro se consulta en electrónico, se agrega el vínculo electrónico<br />
y la fecha de consulta.<br />
Travieso, Ana (2012), “Aplicación del modelo Presión-Estado Respuesta al<br />
análisis de riesgos por inundaciones en la cuenca del río Nautla”, en Adalberto<br />
Tejeda y Virgilio Arenas (coords.), Las inundaciones de 2010 en Veracruz. La<br />
biósfera, escenarios y herramientas, Xalapa, Universidad Veracruzana, pp.<br />
91-124.<br />
López, Virginia; Moreno, Luis y Marín, María (2016), “El sector de pesca<br />
y acuacultura en Baja California”, en Virginia López, Luis Moreno y María<br />
Marín (coords.), Tópicos de pesca y acuacultura en el noroeste de México: actores,<br />
organizaciones y redes de valor, Mexicali, Universidad Autónoma de Baja<br />
California, pp. 53-87.<br />
8.1.3 Documento inédito<br />
Apellidos, nombre(s) del autor(es)/ o institución(es) o<br />
dependencia(s) (próximamente), “título del documento”,<br />
ciudad de edición, entidad editora.
8.1.4 Documentos electrónicos<br />
Apellidos y nombres del o los autores/institución(es)/<br />
dependencia(s) (año de edición), “título del documento”,<br />
ciudad de edición, entidad editora, , fecha de consulta.<br />
Nota: Utilizar un acortador de URL:<br />
Incorrecto: Aparicio, Carlos; Jaramillo, Miguel y San Román,<br />
Cristina (2011), “Desarrollo de la infraestructura y reducción<br />
de la pobreza: el caso peruano”, Lima, Consorcio de Investigación<br />
Económica y Social y Universidad del Pacífico, , 27 de<br />
diciembre de 2018.<br />
Correcto: Aparicio, Carlos; Jaramillo, Miguel y San Román,<br />
Cristina (2011), “Desarrollo de la infraestructura y reducción<br />
de la pobreza: el caso peruano”, Lima, Consorcio de Investigación<br />
Económica y Social y Universidad del Pacífico, , 27 de diciembre de 2018.<br />
8.1.5 Artículos en publicaciones periódicas (revistas<br />
académicas)<br />
a) Artículo publicado en formato impreso<br />
Apellido(s), nombre(s) del autor(es) (año de edición), “título<br />
del artículo”, nombre de la revista, volumen (<strong>número</strong>), ciudad<br />
de edición, entidad editora, pp. xx-xx.<br />
Caire, Georgina (2005), “Conflicto por el agua en la cuenca Lerma-Chapala,<br />
1996-2002”, Región y Sociedad, 17 (34), Hermosillo, El Colegio de Sonora,<br />
pp. 73-125.<br />
b) Artículo publicado en formato digital<br />
Autor(es) (año de edición), “título del artículo”, nombre de la<br />
revista, volumen (<strong>número</strong>), ciudad de edición, entidad editora,<br />
pp. xx-xx, , fecha de consulta.<br />
Pedraza, Joel y Cortés, Edith (2012), “El myespace lo trajeron del norte.<br />
Redes sociales y migración: formación de comunidades transnacionales<br />
virtuales”, Virtualis, 3 (6), Ciudad de México, Instituto Tecnológico y de<br />
Estudios Superiores de Monterrey, pp. 58-59, , 26<br />
de diciembre de 2015.<br />
c) Artículo que cuenta con doi (Identificador de Objetivos<br />
Digitales)<br />
Autor(es) (año de edición), “título del artículo”, nombre de la<br />
revista, volumen (<strong>número</strong>), ciudad de edición, entidad editora,<br />
pp. xx-xx, doi:
Nota: Se colocará el intervalo de páginas en caso de que la publicación<br />
cuente con formato de numeración.<br />
Obregón Biosca, Saúl Antonio; Romero Navarrete, José Antonio; Mendoza<br />
Sánchez, Juan Fernando y Betanza Quezada, Eduardo (2016), “Impact of<br />
mobility induced by urban sprawl: case study of the Querétaro Metropolitan<br />
Area”, Journal of Urban Planning and Development, 142 (2), Virginia, American<br />
Society of Civil Engineers, pp.1-12, doi: 10.1061/(ASCE)UP.1943-<br />
5444.0000295<br />
d) Artículo publicado en modalidad de publicación continua<br />
Autor(es) (año de edición), “título del artículo”, nombre de la<br />
revista, volumen, identificador y doi<br />
Rosales, Yetzi (2019), “Migración indocumentada y derecho social a la salud:<br />
Una trayectoria difuminada en Estados Unidos y México”, Estudios Fronterizos,<br />
vol. 20, e031, doi: https://doi.org/10.21<strong>67</strong>0/ref.1910031<br />
8.1.6 Periódicos<br />
Autor(es) (año de publicación), “título del artículo”, Nombre<br />
del periódico, día y mes de publicación, ciudad de edición,<br />
entidad editora, sección, p. o pp.<br />
Zúñiga Rodríguez, Juan (2010), “Para el servicio de la deuda pública 105%<br />
más recursos que el gasto para seguridad”, La Jornada, 25 de noviembre,<br />
Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Economía,<br />
p. 20.<br />
Nota 1: Cuando se cite un artículo periodístico que no esté firmado por<br />
un autor, se utiliza el nombre del periódico en lugar del autor.<br />
Nota 2: Si el artículo es recuperado de internet, debe referirse como los<br />
impresos. En caso de que únicamente se encuentre disponible en línea,<br />
es decir, que no tiene <strong>número</strong> de páginas, refiera:<br />
Autor(es) (año de publicación), “título del artículo”, título del<br />
periódico, día y mes de publicación, ciudad de edición, entidad<br />
editora, sección, , última fecha de consulta.<br />
Zúñiga Martínez, Juan Antonio (2010), “Para el servicio de la deuda pública<br />
105% más recursos que el gasto para seguridad”, La Jornada, 25 de noviembre,<br />
Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Economía,<br />
, 19 de septiembre de 2019.
8.1.7 Working paper/documento de trabajo<br />
Autor(es) o institución(es) o dependencia(s) (año de edición),<br />
“título del documento”, documento de trabajo núm., ciudad<br />
de edición, entidad editora.<br />
Cabrero Mendoza, Enrique (1993), “Las políticas descentralizadoras en el<br />
ámbito internacional. Análisis de tendencias y obstáculos en diversos países”,<br />
documento de trabajo núm. 19, Ciudad de México, Centro de Investigación<br />
y Docencia Económicas.<br />
8.1.8 Ponencias, conferencias, memorias<br />
8.1.8.1 Publicadas<br />
Autor(es) (año de realización/presentación), “título de la exposición”,<br />
ponencia/conferencia/memoria presentada en (título<br />
de la conferencia o congreso), fechas y lugar del evento, en<br />
(comp./coord./ed. o institución responsable del ciclo de conferencias),<br />
nombre del libro o del ciclo de conferencias, institución<br />
responsable del ciclo de conferencias, ciudad de edición, entidad<br />
editora, páginas.<br />
Junghanns, R. (2000), “El derecho a la información en Alemania”,<br />
ponencia presentada en el Primer Congreso Nacional de Derecho a la<br />
Información, 9, 10 y 11 de noviembre, Ciudad de México, en Villanueva,<br />
E. (coord.), Hacia un nuevo derecho de la información, Ciudad de México,<br />
Universidad Iberoamericana-Alianza Editorial-Konrad-Adenauer-Stiftung,<br />
pp. 110-125.<br />
8.1.8.2 Inéditas:<br />
Autor(es) (año de realización/presentación), “título de la exposición”,<br />
ponencia/conferencia/memoria presentada en la<br />
conferencia (título de la conferencia o congreso), fechas y lugar<br />
del evento.<br />
Delgado Wise, Raúl y Márquez, Humberto (2006), “The Mexico-Unites<br />
Status Migratory System: Dilemmas of Regional Integration, Development,<br />
and Emigration”, ponencia presentada en la Conferencia Migration and<br />
Development: Perspectives from the South, 10-13 de julio, Bellagio.<br />
8.1.9 Tesis<br />
Autor (año de edición), “título de la tesis o disertación”, tesis<br />
de (especificar nivel o grado: licenciatura, maestría, doctorado),<br />
Institución que otorga el grado académico, ciudad de edición.<br />
Romero, Javier (2005), “Determinación de los factores que definen la noción<br />
de calidad de servicio en el transporte urbano: el caso del corredor Lerdo de<br />
Tejada en la ciudad de Toluca”, tesis de maestría, Universidad Autónoma del<br />
Estado de México, Toluca.
8.1.10 Documentos de gobierno publicados en su órgano oficial<br />
de publicación<br />
Sigla o acrónimo –en itálicas y mayúsculas por ser publicación<br />
periódica– (nombre desatado, también en itálicas) (año),<br />
“título”, fecha del documento gubernamental, ciudad de edición,<br />
entidad editora , fecha de consulta.<br />
dof (Diario Oficial de la Federación) (2014), “Decreto por el que se expiden<br />
la Ley de la Industria Eléctrica, la Ley de Energía Geotérmica y se adicionan<br />
y reforman diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales”, 11 de<br />
agosto, Ciudad de México, Segob, 5 de noviembre de 2016.<br />
dof (Diario Oficial de la Federación) (2018), “Reglas de operación del programa<br />
de infraestructura para el ejercicio fiscal”, 3 de enero, Ciudad de<br />
México, Segob, , 20 de junio de 2018.<br />
dou (Diário Oficial da União) (2007), “Lei 11.445, estabelece as diretrizes<br />
nacionais para o saneamento básico e para a política federal de saneamento<br />
básico”, 5 de janeiro, Brasília, Federal Government of Brazil, 4 de julho de<br />
2007.<br />
8.1.11 Entrevistas<br />
Se solicita integrar las entrevistas por orden alfabético al final<br />
de las Fuentes consultadas en un apartado que se titule Entrevistas.<br />
Cuando se utilizan entrevistas cuyo contenido es importante,<br />
se recomienda hacer la transcripción, ya que no es un<br />
documento público disponible. Esta referencia debe indicar:<br />
Nombre del entrevistado (año de la entrevista), “Título de la<br />
entrevista”, [tipo de medio/formato], ubicación y fecha de la<br />
entrevista.<br />
Cuando la fuente de la entrevista es de algún medio electrónico<br />
(radio, televisión, internet) se debe indicar:<br />
Nombre del entrevistado (año de la entrevista), “Título de la<br />
entrevista” (o entrevista acerca de…), [tipo de medio/formato],<br />
nombre del canal, fecha de la transmisión, hora de la transmisión.<br />
Cuando el entrevistado no quiere que se cite su nombre,<br />
colocar la palabra anónimo en lugar del nombre:<br />
Anónimo (año de la entrevista), “Título de la entrevista”, [tipo<br />
de medio/formato], ubicación y fecha exacta de la entrevista.<br />
Nota 1: en el caso de comunicaciones personales (cartas privadas, notas,<br />
correos electrónicos, mensajes de grupos de discusión no archivados o
privados, entrevistas personales, conversaciones telefónicas y similares)<br />
no se incluyen en la lista de fuentes de consulta.<br />
8.1.12 Páginas Web<br />
Los recursos electrónicos se citan igual que otros formatos. Si<br />
el nombre del autor no está disponible el responsable de la<br />
página Web se referirá como autor (organización, corporación<br />
o persona).<br />
Autor de la página (persona u organización) (año o fecha del<br />
copyright “última actualización”; si se desconoce, poner s.f.),<br />
“Título de la página web”, ciudad de edición, entidad editora,<br />
, última fecha de consulta: día, mes, año.<br />
a) Software<br />
Indicar si es posible al autor del software, puede ser la organización,<br />
empresa, institución que tenga los derechos.<br />
Autor/dependencia u organización (año), “nombre del software”,<br />
versión/series, ciudad de edición, editor del software.<br />
b) Blogs<br />
Autor(es) (año), “Título de la entrada del post del blog o<br />
documento consultado”, Título del blog, [weblog], fecha de<br />
publicación: día, mes, año, , última fecha<br />
de consulta: día, mes, año.<br />
c) Redes sociales (Facebook, Twitter…)<br />
Autor(es) (año), Título de la página, [Facebook, Twitter, You-<br />
Tube, etc.], fecha del mensaje publicado: día, mes, año del post<br />
, última fecha de consulta: día, mes, año.<br />
Nota: los años no siempre están disponibles en la web. Si éste es el caso,<br />
use s.f. (sin fecha).<br />
8.1.13 Filmes<br />
Nombre de la película en su idioma original (año de realización),<br />
película dirigida por (nombre del autor), lugar de<br />
realización, casa productora [Tipo de medio o soporte].<br />
Tesis (1979), película dirigida por Roman Polanski, Francia-<br />
Inglaterra, Columbia Pictures [DVD].
8.1.14 Series de televisión<br />
Nombre de la serie, <strong>número</strong> del episodio, Nombre del episodio<br />
(año de producción), lugar de realización, casa productora,<br />
fecha de transmisión [Tipo de medio o soporte].<br />
Alias, episodio 16, La profecía (2003), Los Ángeles, Touchstone<br />
Pictures, 5 de abril, [DVD].<br />
9. Criterios sintácticos y tipográficos<br />
• Abreviaturas. No utilizarlas a menos que se trate de las convencionales<br />
utilizadas en el aparato crítico o que el trabajo lo requiera<br />
(diccionarios o libros técnicos) y, de ser así, incluir una lista con su<br />
respectiva relación de significados. Evitar siempre abreviar la palabra<br />
etcétera. En el caso del dólar, puede utilizarse la abreviatura USD,<br />
particularmente en tablas y cuadros, o en el cuerpo del texto si su uso<br />
es recurrente.<br />
• Acrónimos. Sólo irá la primera letra con mayúscula. La primera vez<br />
que se mencione el organismo irá desatado; en lo sucesivo, sólo su<br />
forma apocopada: Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).<br />
• Coma. Evitarla entre sujeto y predicado.<br />
• Comillas simples. Se utilizan en los siguientes casos:<br />
a) Para indicar que se le da un sentido irónico a lo entrecomillado.<br />
b) Aquellas palabras que se utilizan de una manera coloquial.<br />
c) Citas dentro de citas (algo que en el texto citado va entrecomillado).<br />
d) Refranes, dichos populares, sin autor definido.<br />
• Comillas dobles. Se utilizan en los siguientes casos:<br />
a) Citas textuales. Aquellas que reproducen un enunciado oral o escrito<br />
tal y como fue proferido (verbalmente) o asentado (en forma escrita)<br />
por un declarante o un autor. Así pues, quien recurra a las comillas<br />
dobles para citar textualmente deberá respetar con toda exactitud<br />
lo citado. Si se cita de memoria o se modifica, así sea muy ligeramente,<br />
debe prescindirse del uso de las comillas dobles, pues es<br />
una paráfrasis. Uniformar el estilo de las comillas en inglesas (“ ”).<br />
Evitar las comillas paradas (“ “), pues son símbolo de pulgadas y<br />
las españolas (« »). Si la cita excede de 40 palabras la cita textual<br />
irá separada del texto corrido y con un margen que la distinga de<br />
éste.<br />
b) En títulos de artículos en periódicos y revistas, de capítulos de<br />
libros, de conferencias, ponencias y discursos.
c) En nombres de canciones o poemas.<br />
• Cursivas. Su uso es el siguiente:<br />
a) Todas las palabras, frases o expresiones en lengua extranjera, incluyendo<br />
latinismos de uso poco común o no incorporadas al castellano.<br />
Constituyen la excepción los nombres propios en general,<br />
los cuales se escriben en redondas y altas y bajas (empresas, organismos,<br />
marcas e instituciones).<br />
b) Los vocablos escritos de manera deliberadamente incorrecta por el<br />
autor.<br />
c) Aquellas palabras a las que el autor ha decidido darles relevancia o<br />
un sentido especial en el texto, con excepción de la ironía; para ella<br />
se hará de uso de las comillas simples.<br />
d) Los neologismos (palabras de nueva adopción), solamente la primera<br />
vez que aparezcan en el texto.<br />
e) Los apodos y alias, que además deben escribirse en altas y bajas.<br />
f) Títulos de libros, revistas y periódicos (salvo obras sagradas como<br />
la Biblia o el Corán).<br />
g) Títulos de obras de arte.<br />
h) Nombres científicos de plantas y animales.<br />
i) Nombres de embarcaciones, trenes, aviones.<br />
• Diacrítico. A pesar de que la Real Academia Española recomienda<br />
no tildar los pronombres demostrativos, la Academia Mexicana de la<br />
Lengua se pronuncia por el uso de la tilde diacrítica en estos casos,<br />
por lo que mantenemos esta regla.<br />
• Guiones. Existen tres tipos de guiones en el procesador Word. El<br />
guion de separación silábica (-), el guion intermedio (Ctrl. + signo<br />
menos del teclado numérico: –, o guion n) y la raya (Ctrl. + Alt +<br />
signo menos del teclado numérico: —, o guion m). Se omite el uso<br />
de la raya y se admite el guion intermedio para su típico uso en acotaciones<br />
o para ejemplificar con alguna frase o aclaración acerca de<br />
lo dicho (parentético). En inglés y portugués sí hay espacio entre los<br />
guiones y el enunciado que enmarcan; en español, no. Nota: para<br />
suplir las preposiciones “de” “a”, se utiliza el guion corto, sin espacios.<br />
Emplear el guion menos es un anglicismo tipográfico (1980–1910).<br />
• Llamadas. Deberán indicarse con <strong>número</strong>s volados, sin puntos ni<br />
paréntesis, después de los signos de puntuación (ejemplo: .1).<br />
• Mayúsculas. Se utilizan en los siguientes casos:<br />
a) Disciplinas y materias en contextos académicos: Estudió Gramática<br />
en El Colegio de México.
) Nombres propios del ámbito gubernamental: El Gobierno del<br />
Estado de México impulsa un programa asistencialista para combatir<br />
la migración.<br />
c) Nombres propios de lugares: Valle de Bravo.<br />
d) Periodos y acontecimientos históricos: Independencia de México,<br />
guerra de Reforma, Revolución mexicana, Colonia.<br />
e) Vocablos en inglés relacionados con las nuevas tecnologías: Facebook,<br />
WhatsApp.<br />
f) Nombres de periódicos, revistas, libros: La Colmena publica artículos<br />
relacionados con las Ciencias Sociales.<br />
g) Nombres de leyes y códigos: la Ley Federal del Trabajo.<br />
Nota: evitar el uso de mayúsculas reverenciales: El señor gobernador<br />
asistió a la ceremonia de premiación / Esta mañana tomó posesión de su<br />
cargo el nuevo presidente municipal/El secretario de Cultura inauguró<br />
la Feria del Libro. Frecuentemente los títulos o conceptos acusan mayusculismos;<br />
por ello, debe tenerse en cuenta que los adjetivos que acompañan<br />
al sustantivo deben colocarse con minúsculas.<br />
• Minúsculas. Se utilizan en los siguientes casos:<br />
a) Meses, días y estaciones del año.<br />
b) Palabras del ámbito gubernamental: Al gobierno estatal le preocupa<br />
la salud de la población.<br />
c) Periodos históricos: La conquista de México / El porfiriato.<br />
d) Títulos universitarios, académicos: maestría en economía, licenciado<br />
en historia.<br />
e) Religiones, idiomas, corrientes ideológicas y artísticas.<br />
f) Números romanos. Se escriben en los siglos, <strong>número</strong>s de reyes y<br />
papas y tomos de libros.<br />
g) Porcentajes. Se escriben con <strong>número</strong>, sin artículo y el símbolo de<br />
porcentaje (%) pegado a la cifra: 1%, 120%, 3.8%; son incorrectas<br />
las siguientes expresiones: el 5%, un 8%, el 9 %, del 4 %.<br />
h) Títulos. Evitar títulos y subtítulos largos; optar por la brevedad y<br />
consistencia. No llevan punto final.
Fernando Antonio Rosete Vergés, Claudia Escalera-Matamoros,<br />
Bárbara Ayala-Orozco, Eduardo García-Frapolli y Carla Galán-Guevara<br />
Transversalidad en políticas mexicanas de conservación de la biodiversidad:<br />
Coinbio y Corredor Biológico Mesoamericano<br />
Transversality in mexican biodiversity conservation public policies: COINBIO and Mesoamerican<br />
Biological Corridor<br />
Juan Manuel Núñez<br />
Análisis espacial de las áreas verdes urbanas de la Ciudad de México<br />
Spatial analysis of urban green spaces in Mexico City<br />
Karla Rojas y Adrián Guillermo Aguilar<br />
Probabilidad de atención médica para los pobres en la Zona Metropolitana<br />
de Cuernavaca, Morelos, en 2018<br />
Probability of health access for poor people in the Metropolitan Area of Cuernavaca, Morelos in 2018<br />
Vanesa Crissi Aloranti<br />
Un modelo conceptual para el abordaje del ordenamiento territorial<br />
A conceptual model for the approach to territorial planning<br />
Edel Cadena-Vargas<br />
La vulnerabilidad social en México: distribución espacial por sección electoral<br />
Social vulnerability in Mexico: spatial distribution by electoral section<br />
El contenido de este <strong>número</strong> puede consultarse en la<br />
siguiente dirección electrónica:<br />
http://est.cmq.edu.mx/index<br />
9 781405 842105 6 7