Tribuna Comunista Núm. 506
Órgano de difusión y debate del Movimiento Comunista Mexicano. Aquí algunos de los textos publicados en esta edición: EDITORIAL: La derecha terca y persistente Xiutetelco en defensa de su Patrimonio Cultural | Gerardo Pérez Muñoz La pesca y los derechos humanos | Óscar Loza Ochoa ¿Vamos hacia la guerra nuclear dentro de la crisis de hegemonía mundial? | Marcelo Colussi y Mario S. de León Fuero militar y democratización | Carlos Moncada Gil Bienvenido el Festival de Tribuna Comunista | Daniel Carlos García El caso de los 43: contradicciones y algunas esperanzas | Jorge Meléndez Preciado El imposible control de la economía | Jorge Meléndez Preciado Guardia al Ejército y la silla caliente | Jorge Meléndez Preciado Cómo observar desde la izquierda al periodismo y a los periodistas mexicanos | Rogelio Hernández López La Masacre de Tlatelolco; El 2 de octubre de 1968 | Francisco Javier Pizarro Chávez Más allá de las rejas | Carlos Figueroa Ibarra La Guardia Nacional en acción | Antonio Gershenson ¿Volver al 68? | Américo Saldívar La mujer en la colonia | Pablo Moctezuma Barragán Qué nuevo partido revolucionario | Arturo Revueltas Amor, orden y progreso, no: ¡odio, orden y miseria! | Miguel Blandino Brasil: ¿el fin de la pesadilla? | Michael Löwy Dos futuros contrapuestos para Brasil | Emir Sader La “correlación de fuerzas” como pretexto | Atilio A. Boron El juego amañado de la OTAN | Fabrizio Casari Bloques contra el unipolarismo | Hedelberto López Blanch China en estudios latinoamericanos | Juan J. Paz y Miño Cepeda Los crímenes del capitalismo | Grace Blakeley La guerra de Ucrania y el equilibrio cambiante de poder en el mundo | Joan Ågot Pedersen y Lotte Rørtoft-Madsen El cáncer de mama y las condiciones de género | Aurelia Juárez Nava Mis recuerdos sobre el Movimiento Estudiantil-Popular de 1968, nuestra actuación en el IPN, especialmente en la Vocacional no. 7 | Segunda parte de dos | Carpóforo Cortés Varona La Celestina. Brujas medievales en el Senado | Teresa Gil El caso Garro, apoyos a DO y el compromiso en el 68 | Teresa Gil Niños explotados. Urge aplicar leyes | Teresa Gil PAN, en contra del ejército pero está con el fascista VOX | Teresa Gil En grado de tentativa | Teresa Gil
Órgano de difusión y debate del Movimiento Comunista Mexicano.
Aquí algunos de los textos publicados en esta edición:
EDITORIAL: La derecha terca y persistente
Xiutetelco en defensa de su Patrimonio Cultural | Gerardo Pérez Muñoz
La pesca y los derechos humanos | Óscar Loza Ochoa
¿Vamos hacia la guerra nuclear dentro de la crisis de hegemonía mundial? | Marcelo Colussi y Mario S. de León
Fuero militar y democratización | Carlos Moncada Gil
Bienvenido el Festival de Tribuna Comunista | Daniel Carlos García
El caso de los 43: contradicciones y algunas esperanzas | Jorge Meléndez Preciado
El imposible control de la economía | Jorge Meléndez Preciado
Guardia al Ejército y la silla caliente | Jorge Meléndez Preciado
Cómo observar desde la izquierda al periodismo y a los periodistas mexicanos | Rogelio Hernández López
La Masacre de Tlatelolco; El 2 de octubre de 1968 | Francisco Javier Pizarro Chávez
Más allá de las rejas | Carlos Figueroa Ibarra
La Guardia Nacional en acción | Antonio Gershenson
¿Volver al 68? | Américo Saldívar
La mujer en la colonia | Pablo Moctezuma Barragán
Qué nuevo partido revolucionario | Arturo Revueltas
Amor, orden y progreso, no: ¡odio, orden y miseria! | Miguel Blandino
Brasil: ¿el fin de la pesadilla? | Michael Löwy
Dos futuros contrapuestos para Brasil | Emir Sader
La “correlación de fuerzas” como pretexto | Atilio A. Boron
El juego amañado de la OTAN | Fabrizio Casari
Bloques contra el unipolarismo | Hedelberto López Blanch
China en estudios latinoamericanos | Juan J. Paz y Miño Cepeda
Los crímenes del capitalismo | Grace Blakeley
La guerra de Ucrania y el equilibrio cambiante de poder en el mundo | Joan Ågot Pedersen y Lotte Rørtoft-Madsen
El cáncer de mama y las condiciones de género | Aurelia Juárez Nava
Mis recuerdos sobre el Movimiento Estudiantil-Popular de 1968, nuestra actuación en el IPN, especialmente en la Vocacional no. 7 | Segunda parte de dos | Carpóforo Cortés Varona
La Celestina. Brujas medievales en el Senado | Teresa Gil
El caso Garro, apoyos a DO y el compromiso en el 68 | Teresa Gil
Niños explotados. Urge aplicar leyes | Teresa Gil
PAN, en contra del ejército pero está con el fascista VOX | Teresa Gil
En grado de tentativa | Teresa Gil
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
46
actualidad, tendencias y perspectivas
extranjeras a realizar transferencia tecnológica
a todos los niveles de la planificación, el diseño,
la transformación y la producción a mediana y a
gran escala de bienes y servicios.
Al mismo tiempo, China armó programas masivos
de intercambio académico, principalmente con
Estados Unidos, Europa, Canadá y Australia,
entre otros países; enviando cientos de miles de
estudiantes becados, principalmente a los niveles
de postgrados en “ciencias duras” en muchas
de las mejores universidades de estas naciones.
El proceso de retorno/repatriación de todo ese
conocimiento orgánico y multidisciplinario tuvo
un efecto profundo, sofisticado, extendido y
amplio en las fuerzas productivas del país. Fue así
como China, en un corto período, desarrolló una
capacidad industrial verdaderamente increíble.
El sueño de los capitales occidentales era que el
gigante asiático pasara a ser un país capitalista
más, lo cual podía aprovecharse para inversiones
jugosas, dado lo barato de los salarios que ofrecía.
Pero esa ilusión occidental pronto se vio
truncada. De ser un enclave con mano de obra a
muy bajo costo donde se producían interminables
cantidades de mercaderías de baja calidad (“el
taller del mundo”, como se le llamó), hoy es
una fuente de creatividad científico-cultural que
ya dejó atrás a otras potencias capitalistas: Un
sol artificial producto de la fusión nuclear que
generaría energía limpia infinita, la computadora
cuántica más rápida del mundo, trenes de
alta velocidad que dejan estupefactos otros
trenes similares en Asía y en Europa, obras de
ingeniería tan osadas y sofisticadas en su diseño
y construcción muy rápidas, inteligencia artificial
y robótica impresionantes en su sofisticación
y complejidad, tecnologías 5G y 6G para las
comunicaciones y procesamiento de información
a alta velocidad y a gran escala digital únicas en
el mundo, investigación espacial que ya comienza
a superar a rusos y estadounidenses en algunos
campos, misiles hipersónicos de mediano y largo
alcance; la lista de progresos en el conocimiento
es muy amplia y portentosa. Varias de sus ciudades
albergan ya tanta o más riqueza que las anteriores
metrópolis europeas.
¿Habrá que pensar –convencerse– que la
competitividad y el individualismo son los
principales motores de ese gran acrecentamiento?
Es cierto que ese llamado “socialismo de
mercado”, o “socialismo a la china”, sirvió para
sacar de la pobreza rural crónica a cientos de
millones de habitantes. ¿Cuál fue el secreto? La
introducción de valores capitalistas con la reforma
y apertura llevaron a un despegue descomunal
de la economía. Las mayores fortunas del mundo
empiezan a aparecer ahora en China (el país con
mayor número de Rolls Royce y Lamborghini per
capita) y otros países del BRICS. Para decirlo
sin rodeos: el acelerado crecimiento económico
del gigante asiático se apoya en el extenso
sacrificio y la obediencia social de millones de
trabajadores y trabajadoras que, explotados
en forma inmisericorde, con salarios en muchos
casos bajísimos y extenuantes jornadas laborales,
crearon, y siguen creando una riqueza fabulosa,
hoy manejada en su mayoría por el Estado (el
Estado chino, con el Partido Comunista al frente,
detenta el 51% de los capitales, y la gran banca
es propiedad estatal, así como la inversión
en ramas básicas: siderúrgica, petroquímica,
infraestructural, aeroespacial, etc.).
Lo que Europa en su momento, explotando
tres continentes, con la mano de obra esclava o
indentada (enganchada) de África y varias partes
de Asia y de América, más el saqueo impiadoso
de los recursos naturales de estos continentes,
logró hacer en cuatro siglos, o Estados Unidos
en dos siglos, China lo hizo en cuatro décadas
y sin salir mayormente de su territorio en “plan
de conquista” hacia otros países. Como en
toda acumulación de capital, está supuesta la
explotación; no hay otra forma de acumular en
los marcos del sistema capitalista. China, aunque