fuego-santo-una-mirada-biblica-y-balanceada-a-la-obra-del-espiritu-santo-en-nuestras-vidas-spanish-edition
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
FUEGO SANTO: Una mirada bíblica y balanceada a la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.
1. La soberanía de Dios se refiere a su derecho divino a hacer lo que
Él quiera. “Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y
soy compasivo con quien quiero serlo” (Éxodo 33:19; Romanos
9:15). Él “hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad”
(Efesios 1:11).
2. El Dios de la Biblia es omnipotente, todopoderoso. No hay nada
que Él no pueda hacer (Lucas 1:37).
3. El Dios de la Biblia es omnipresente. Él está en todas partes; no
hay ni un sólo lugar en el que Él no esté presente. Busque siempre su
presencia manifiesta. Pedro llamó a esto “tiempos de descanso”
(Hechos 3:19).
4. Él es omnisciente: conoce todo, pasado, presente y futuro. Sí, Él
conoce el futuro de forma tan perfecta como conoce el pasado,
declarando el fin desde el principio (Isaías 46:10).
5. El Dios de la Biblia es un Dios santo. Él demanda santidad de
nosotros en nuestra vida personal y privada (1 Pedro 1:16). Nunca
olvide que usted y yo estaremos ante el trono del juicio de Cristo un
día para recibir lo que nos es “debido” por las cosas que hayamos
hecho “según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el
cuerpo” (2 Corintios 5:10).
Una idea defectuosa del Dios de la Biblia ha dado como resultado
enseñanzas peligrosas en años recientes en ciertos círculos carismáticos o
pentecostales. Por pentecostal me refiero principalmente a una
denominación, como puede ser Asambleas de Dios, Santidad Pentecostal,
Iglesia Cuadrangular, Iglesia de Dios y Elim. Por carismáticos me refiero
a un movimiento que creció de manera espontánea en la década de 1960,
haciendo énfasis en los dones del Espíritu Santo (especialmente el hablar
en lenguas) y cruzó líneas denominacionales; por ejemplo, episcopales,
reformados, bautistas, luteranos y presbiterianos. Me temo que hay
muchas enseñanzas extrañas por ahí que se han colado en estas iglesias o
movimientos.
Una de ellas se llama la enseñanza de la hipergracia. Mencionaré esta
herejía de nuevo en el capítulo 5: “Fuego extraño”. La idea se resume en
lo siguiente: como Jesús se ocupó de todo nuestro pecado en la cruz, no
necesitamos confesarlo, pues ya ha sido tratado. No es necesario
23