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2 SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>20</strong> DE NOVIEMBRE DE <strong>20</strong>22<br />
La República<br />
Lecturas de domingo<br />
Cruzar La Habana<br />
Construcción: Cruzar La Habana bajo el agua En su avance urbanístico. La capital cubana debía salvar dos accidentes<br />
geográficos fundamentales: el río Almendares y la bahía de la capital.<br />
YANELI LEAL<br />
TOMADO DE EL PAÍS<br />
La Habana es la única<br />
ciudad dde Cuba con<br />
dos túneles subacuáticos.<br />
Este es un dato<br />
interesante que apunta<br />
al desarrollo automovilístico<br />
que alcanzó la capital en la década<br />
de los 50. Para entonces se evidenciaba<br />
un notable volumen de<br />
automóviles de distintas marcas,<br />
sobre todo norteamericanas, que<br />
circulaban por la ciudad conducidos<br />
por hombres y mujeres. A esto<br />
se sumaban los autobuses, que<br />
como principal medio de transporte<br />
público colectivo habían<br />
sustituido en la década anterior<br />
al tranvía eléctrico.<br />
Hacia 1955, La Habana tenía<br />
cerca de un millón y medio de habitantes,<br />
y estaba inmersa en una<br />
fiebre constructiva que ampliaba el<br />
perímetro de la capital y rellenaba<br />
su espacio metropolitano. La gran<br />
velocidad con que se fomentaba su<br />
completamiento constructivo, agudizaba<br />
varios conflictos anunciados<br />
con anterioridad por los arquitectos<br />
cubanos, que no habían sido<br />
resueltos por la falta de un plan<br />
que ordenara a escala de ciudad<br />
aspectos medulares como la incorporación<br />
de grandes áreas verdes y<br />
de una red de avenidas modernas.<br />
Existían regulaciones urbanas<br />
que normaban la construcción de<br />
los repartos, es decir, la urbanización<br />
de los terrenos privados o estatales.<br />
Estas ordenanzas con alguna<br />
enmienda eran las mismas<br />
aprobadas en 1861. Esto hacía impostergable<br />
el diseño de un plan<br />
director que conectara, de manera<br />
expedita y acorde al creciente<br />
tráfico automovilístico, puntos<br />
distantes de la capital. Para ello se<br />
contrató, entre 1955 y 1958, al reconocido<br />
arquitecto y urbanista<br />
español Josep Lluis Sert. Sin embargo,<br />
su Plan Piloto para La Habana<br />
nunca llegó a realizarse ya<br />
que el Gobierno revolucionario<br />
llegó con otros intereses.<br />
En espera de un plan general<br />
que mejorara la movilidad en<br />
la capital, en la década del 40<br />
se habían remozado y transformado<br />
para ganar amplitud, antiguos<br />
caminos coloniales y calles<br />
por las que antes circulara el<br />
tranvía. Estas aún son avenidas<br />
fundamentales para la ciudad,<br />
como las calles Línea y 23, en el<br />
Vedado; 31, 41 y 51, en Playa y<br />
Marianao; 10 de octubre y Luyanó,<br />
en el sur, etc. Asimismo, en la<br />
segunda mitad de la década, se<br />
construyeron los ejes viales de<br />
Agua Dulce y Vía Blanca, esenciales<br />
para el desplazamiento en<br />
el interior de La Habana y como<br />
prolongación hacia la provincia<br />
de Matanzas y las playas de Varadero,<br />
favoreciendo entonces la<br />
explotación turística de esa zona<br />
y atravesando atractivos terrenos<br />
de expansión inmobiliaria.<br />
También se amplió y modernizó,<br />
en 1951, la avenida Rancho Boyeros.<br />
Para mantener una fluida comunicación<br />
vehicular, en su avance<br />
urbanístico La Habana debía<br />
HACIA 1955, LA HABANA<br />
TENÍA CERCA DE UN<br />
MILLÓN Y MEDIO DE<br />
HABITANTES, Y ESTABA<br />
INMERSA EN UNA FIEBRE<br />
CONSTRUCTIVA.<br />
salvar la insuficiente infraestructura<br />
vial, además de dos accidentes<br />
geográficos fundamentales: el río<br />
Almendares y la bahía. El primero<br />
contaba con varios puentes que<br />
enlazaban con el oeste de la capital:<br />
el Puente del Tranvía (1903);<br />
el de Asbert (1908-19<strong>11</strong>), también<br />
llamado Almendares; y el<br />
de Pote (1921). Excepto el de<br />
Asbert, que tiene una amplia arcada<br />
de hormigón, los otros dos<br />
suponían un obstáculo a la navegación,<br />
por lo que su servicio<br />
debía detenerse siempre que lo<br />
requería el paso de algún barco.<br />
Por esa razón y porque no eran<br />
suficientes para soportar el continuo<br />
y creciente flujo automovilístico,<br />
en vez de construir más<br />
puentes para cruzar el río, se hicieron<br />
túneles.<br />
El nuevo sistema facilitaba una<br />
mayor capacidad de circulación<br />
diaria e ininterrumpida, a la vez<br />
que concedía una marca de modernidad<br />
nada desdeñable para<br />
una ciudad tan vanidosa como<br />
La Habana. El primero fue el túnel<br />
que une la calle Línea con 31.<br />
Se diseñó para una capacidad de<br />
2.500 vehículos por senda por<br />
hora, y fue obra del ingeniero cubano<br />
José Menéndez Menéndez.<br />
Este túnel sustituyó al Puente del<br />
Tranvía, cuya estructura fue recolocada<br />
y ampliada años más<br />
tarde, entre las calles <strong>11</strong> del Vedado<br />
y 7ma de Playa, mientras<br />
se construía el segundo túnel bajo<br />
el Almendares. Popularmente<br />
conocido como Puente de Hierro,<br />
allí permanece al servicio de<br />
coches y peatones.<br />
El túnel que vincula Calzada<br />
con la Avenida 31, fue construido<br />
entre 1958 y 1959, y sustituyó<br />
al Puente de Pote. Tiene la misma<br />
capacidad que el de Línea y un calado<br />
libre de 3,60 metros, permitiendo<br />
el paso a embarcaciones<br />
menores. Es el único que posibilita<br />
la circulación a peatones. Fue realizado<br />
por la Société des Grands<br />
Travaux de Marseille, contratista<br />
francesa especializada en este tipo<br />
de obras, y por la parte cubana<br />
dirigido por el ingeniero Pedro López<br />
Moreno.<br />
Anteriormente esta misma<br />
compañía, junto a Menéndez<br />
Menéndez, tuvo a su cargo el túnel<br />
que salvó la barrera de agua<br />
que suponía la bahía en la expansión<br />
de La Habana hacia el<br />
Este. Hasta su construcción, entre<br />
1955 y 1958, era la Vía Blanca<br />
el principal enlace terrestre<br />
hacia esa zona, lo que implicaba<br />
bordear la bahía. El nuevo túnel<br />
permitió el acceso directo y en<br />
pocos minutos, con una capacidad<br />
de 60.000 vehículos al día.<br />
Tiene además un calado libre de<br />
13 metros, que posibilita el trasiego<br />
del puerto. Solo los cargueros<br />
más modernos no pueden<br />
entrar pues requieren mayor<br />
profundidad. No obstante, el túnel<br />
de la bahía ha sido compatible<br />
con la evolución de varios tipos<br />
de embarcaciones durante<br />
los 50 años de más intensa renovación<br />
tecnológica en el mundo.<br />
En su época tuvo una amplia cobertura<br />
en la prensa nacional e internacional,<br />
donde se hablaba del<br />
túnel que unía el pasado y el futu-