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SÁBADO DOMINGO 19<strong>20</strong> DE DE NOVIEMBRE DE DE <strong>20</strong>22 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
19 7<br />
CIENCIA Y TECNOLOGÍA<br />
Imágenes de un asteroide binario cercano a la Tierra, captadas<br />
en parte por los sistemas de radar del Observatorio de Arecibo<br />
en Puerto Rico. Arecibo (derecha) cuando se rompió un cable,<br />
provocando el colapso del telescopio, en <strong>20</strong><strong>20</strong>.<br />
Adiós al telescopio más<br />
potente de la Tierra<br />
Por DENNIS OVERBYE<br />
Cuando el gigantesco Observatorio<br />
de Arecibo, en Puerto Rico, se<br />
vino abajo en diciembre de <strong>20</strong><strong>20</strong>, le<br />
propinó un golpe a la astronomía.<br />
Durante medio siglo, Arecibo fue<br />
el telescopio más potente del planeta.<br />
Escuchaba las señales de radio<br />
de las estrellas en busca de indicios<br />
de vida inteligente, objetos potencialmente<br />
mortales y conocimientos<br />
sobre los misterios de la gravedad<br />
y el espacio-tiempo.<br />
La desaparición de Arecibo también<br />
propinó un golpe al orgullo y<br />
la economía de Puerto Rico. Desde<br />
1963, cuando se fundó el telescopio,<br />
generaciones de niños de la isla han<br />
recorrido las colinas para ver una<br />
antena cóncava gigantesca, colocada<br />
como un tazón en un valle montañoso,<br />
con unas 900 toneladas de<br />
receptores de radio suspendidos sobre<br />
ella. Allí, los jóvenes estudiantes<br />
podrían inspirarse en la ciencia,<br />
particularmente en la astronomía.<br />
El mes pasado, la Fundación Nacional<br />
de Ciencias, propietaria del<br />
Observatorio de Arecibo, dijo que<br />
gastará US$5 millones para establecer<br />
un centro educativo en el sitio. El<br />
Centro de Arecibo para la Educación<br />
e Investigación STEM incluiría<br />
el Centro de Ciencias y Visitantes<br />
Ángel Ramos, un espacio de exhibición,<br />
un laboratorio, oficinas, dormitorios,<br />
un auditorio y una cafetería.<br />
Pero el plan “no incluye la reconstrucción<br />
del telescopio de 305<br />
metros ni apoyo operativo para la<br />
infraestructura científica actual”,<br />
dijo la Fundación Nacional de Ciencias<br />
en un comunicado solicitando<br />
propuestas de investigadores que<br />
RICARDO ARDUENGO/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES; IZQUIERDA, STEVEN J. OSTRO/JPL Y DANIEL J. SCHEERES/UNIVERSIDAD DE MICHIGAN<br />
Durante décadas,<br />
una estación de radio<br />
sintonizó el cosmos.<br />
esperan desarrollar proyectos en<br />
el sitio.<br />
Dan Werthimer, astrónomo en<br />
la Universidad de California, en<br />
Berkeley, que había utilizado el telescopio<br />
a lo largo de su trayectoria,<br />
lamentó la decisión de no reconstruirlo.<br />
“Arecibo era mi telescopio<br />
favorito en el universo”, dijo. “Este<br />
es un momento triste para el pueblo<br />
de Puerto Rico”, agregó. “El telescopio<br />
de Arecibo era su gran orgullo”.<br />
El Observatorio de Arecibo, oficialmente<br />
llamado Centro Nacional<br />
de Astronomía e Ionosfera, se construyó<br />
originalmente como un radar<br />
interplanetario y un radiotelescopio<br />
para estudiar, entre otras cosas, las<br />
propiedades de objetos como ojivas<br />
que atraviesan la atmósfera.<br />
Pero el tiempo, los presupuestos<br />
reducidos y el mantenimiento insuficiente<br />
cobraron factura.<br />
En noviembre de <strong>20</strong><strong>20</strong>, un cable<br />
que sostenía la plataforma de receptores<br />
de radio en el aire sobre el<br />
plato se rompió, dejando los instrumentos<br />
colgando. Luego los cables<br />
restantes se rompieron y la plataforma<br />
se vino abajo, demoliendo el<br />
plato y todo a su alrededor.<br />
Antes del colapso final, los científicos<br />
unieron fuerzas para dilucidar<br />
cómo reconstruir o reemplazar el<br />
amado telescopio.<br />
Sus esfuerzos culminaron en un<br />
documento presentado como parte<br />
de una encuesta de prioridades astronómicas<br />
para la próxima década.<br />
Los científicos imaginaron un<br />
telescopio de Arecibo de próxima<br />
generación con mil <strong>11</strong>2 antenas, cada<br />
una de unos 9 metros de ancho,<br />
en una plataforma móvil gigante, o<br />
una colección de plataformas, que<br />
podría apuntar en muchas más direcciones<br />
que la antena original de<br />
Arecibo, que estaba fijada al suelo.<br />
Irónicamente, el anuncio de<br />
la desaparición del telescopio se<br />
produjo solo un mes después de<br />
la muerte del astrónomo Frank<br />
Drake, quien usó Arecibo para buscar<br />
señales extraterrestres y se<br />
apoderó de él en 1974 para transmitir<br />
un mensaje de radio histórico a<br />
las estrellas.<br />
¿Los árboles se comunican por el suelo?<br />
Por GABRIEL POPKIN<br />
Justine Karst, micóloga en la Universidad<br />
de Alberta, temía que las<br />
cosas hubieran ido demasiado lejos<br />
cuando su hijo, que está en segundo<br />
grado de secundaria, le dijo que<br />
había aprendido que los árboles podían<br />
comunicarse entre sí a través<br />
de redes en el subsuelo.<br />
Pocos descubrimientos científicos<br />
recientes han capturado la imaginación<br />
del público como la micorriza<br />
arbuscular —una delgada red<br />
de filamentos fúngicos que, según<br />
la hipótesis, envían nutrientes e información<br />
a través del suelo y ayudan<br />
a que prosperen los bosques.<br />
La idea surgió a fines de la década<br />
de los noventa a partir de<br />
estudios que mostraban que los<br />
azúcares y los nutrientes pueden<br />
fluir bajo tierra entre árboles. En<br />
algunos bosques, los investigadores<br />
han rastreado hongos desde<br />
las raíces de un árbol hasta las de<br />
otros, sugiriendo que los filamentos,<br />
o hifas, de micelio podrían<br />
estar proporcionando conductos<br />
entre árboles.<br />
Estos hallazgos han desafiado la<br />
visión convencional de los bosques<br />
como una simple población de árboles:<br />
los árboles y los hongos son,<br />
de hecho, jugadores equiparables,<br />
dicen los científicos. Sin ambos, los<br />
bosques como los conocemos no<br />
existirían.<br />
Científicos y no científicos por<br />
igual han sacado grandes y amplias<br />
conclusiones de esta investigación.<br />
Han postulado que las micorrizas<br />
arbusculares compartidas<br />
son omnipresentes en los bosques<br />
de todo el mundo, que ayudan<br />
a los árboles a comunicarse entre<br />
sí y que hacen de los bosques lugares<br />
fundamentalmente cooperativos,<br />
con árboles y hongos unidos<br />
en un propósito en común.<br />
Los científicos<br />
dilucidan teorías sobre<br />
la red fúngica.<br />
Y la teoría podría estar empezando<br />
a influir en lo que sucede en los<br />
bosques. Algunos científicos han<br />
sugerido administrar los bosques<br />
explícitamente para proteger las<br />
redes fúngicas.<br />
Pero a medida que ha ganado fama<br />
la micorriza arbuscular, ha inspirado<br />
una reacción negativa entre<br />
los científicos.<br />
En una revisión reciente de investigaciones<br />
publicadas, Karst;<br />
Jason Hoeksema, de la Universidad<br />
de Mississippi; y Melanie Jones,<br />
bióloga de la Universidad de<br />
Columbia Británica, en Okanagan,<br />
encontraron poca evidencia de que<br />
las redes fúngicas compartidas<br />
ayuden a los árboles a comunicarse,<br />
intercambiar recursos o prosperar.<br />
De hecho, dijeron, los científicos<br />
aún tienen que demostrar que<br />
estas redes están muy extendidas o<br />
son ecológicamente significativas.<br />
Colin Averill, micólogo en ETH<br />
Zurich, dijo que la evidencia recopilada<br />
por Karst es impresionante. Pero,<br />
agregó, “la forma en que yo interpreto<br />
la totalidad de esa evidencia es<br />
completamente diferente”.<br />
En una presentación de agosto,<br />
Karst argumentó que gran parte<br />
de la evidencia utilizada para respaldar<br />
la hipótesis de la micorriza<br />
arbuscular podría tener otras<br />
explicaciones. Por ejemplo, en<br />
muchos artículos, los científicos<br />
asumieron que si encontraban un<br />
hongo en particular en múltiples<br />
raíces de árboles o que los recursos<br />
se movían entre árboles, los<br />
árboles debían estar directamente<br />
vinculados. Pero pocos estudios<br />
descartaron posibilidades alternativas,<br />
como que los recursos<br />
pudieran viajar parte del camino<br />
a través del suelo.<br />
Los investigadores también encontraron<br />
un número creciente<br />
de afirmaciones sin respaldo en la<br />
literatura científica. Karst y sus colegas<br />
hallaron que con frecuencia,<br />
los artículos son citados por otros<br />
como prueba de las redes en los<br />
bosques, con los “peros” que aparecían<br />
en el trabajo original omitidas<br />
en los estudios más recientes.<br />
Varios estudios recientes, señala,<br />
han pedido cambios en la forma en<br />
que se manejan los bosques, con<br />
base en el concepto de la micorriza<br />
arbuscular.<br />
Karst dijo que “es muy probable”<br />
que existan redes fúngicas<br />
compartidas en los bosques. Pero<br />
incluso si es así, ella y sus colegas<br />
dicen que las afirmaciones comunes<br />
sobre esas redes no se fundamentan.<br />
Por ejemplo, en muchos<br />
estudios, las presuntas redes parecían<br />
obstaculizar el crecimiento de<br />
los árboles o no tener ningún efecto.<br />
ROBERT WAYNE LEWIS<br />
Hoeksema y<br />
sus colegas<br />
encontraron<br />
poca<br />
evidencia de<br />
que las redes<br />
fúngicas<br />
ayuden a<br />
los árboles a<br />
comunicarse.<br />
Sin embargo, casi todas las discusiones<br />
científicas o populares sobre<br />
la red fúngica en los bosques la han<br />
descrito como beneficiosa para los<br />
árboles.<br />
Sin embargo, otros siguen convencidos<br />
de que el tiempo reivindicará<br />
la micorriza arbuscular.<br />
Averill, de ETH Zurich, dijo que<br />
espera que los científicos usen<br />
como base las tentadoras pistas<br />
reunidas hasta ahora y busquen<br />
redes en más bosques. De hecho,<br />
el equipo de Karst ha generado lo<br />
que Averill considera algunas de<br />
las pruebas más convincentes de la<br />
red fúngica.<br />
“Está muy claro que en algunos<br />
bosques en algunos lugares, diferentes<br />
árboles están absolutamente<br />
conectados por hongos”, dijo.