cem_es_Salud
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queda confinada a la primera parte del periodo y no se observa a partir del
comienzo de los años 90.
Ni en EEUU (a partir de 1992) ni en el Reino Unido (1979-2003) se ha comprobado
una tendencia ascendente. Tampoco en Dinamarca, Finlandia, Suecia y Noruega
para el periodo de 1974-2003.
La difusión de nuevas tecnologías diagnósticas explicaría el cambio en la
tendencia observada seguida de una saturación con estabilización de la
incidencia. Se necesita una vigilancia más prolongada y detallada para valorar
distintos tumores.
2.2.2. Estudio INTERPHONE
La IARC publicó en mayo de 2010 los resultados del estudio INTERPHONE, estudio
que se inició en el año 2000 con el objetivo de valorar la relación entre el uso de
teléfonos móviles y el riesgo de padecer 4 tipos de tumores cerebrales (gliomas y
meningiomas), tumor del nervio acústico (neurinoma o Schwanoma), y tumor de la
glándula parótida.
El objetivo era determinar si la energía de la radiación de radiofrecuencia emitida
por los teléfonos móviles tiene capacidad carcinogénica. Hay que recordar que se
desconoce la etiología de los tumores cerebrales, y el único factor
inequívocamente asociado al incremento del riesgo de glioma es la exposición a
radioterapia, en particular para el tratamiento de la leucemia linfoblástica en niños.
Es un estudio caso-control realizado en Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia,
Alemania, Israel, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia y Reino Unido. Se
han analizado 2.708 gliomas y 2.409 meningiomas y sus controles. No se han
presentado los resultados de tumores del nervio acústico y de la glándula parótida.
El estudio cubría personas de 30-59 años urbanas, ya que se supone que este grupo
tiene una elevada prevalencia de uso del móvil en los 5-10 años previos.
No se ha observado que el uso del teléfono por un periodo igual o superior a 10
años desde la primera vez que se utilizó suponga un riesgo mayor de padecer
gliomas o meningiomas. Según la OMS “Hay ciertos indicios de un incremento del
riesgo de sufrir glioma en las personas que se encontraban en el 10% más elevado
de horas acumuladas de utilización del teléfono móvil”. Sin embargo no se observó
una tendencia uniforme de aumento del riesgo con la utilización más prolongada.
Los resultados no resuelven definitivamente el tema. Se necesitan más estudios in
vivo, in vitro que avancen en el conocimiento de la causalidad. Es necesario seguir
estudiando los efectos a largo plazo de la exposición a TM, si se tiene en cuenta el
largo periodo de latencia, la exposición de la población muy joven, seria preferible
realizar estudios de cohorte.
La conclusión es que no se ha establecido un aumento del riesgo de tumores
cerebrales, sin embargo los resultados del grupo con niveles más elevados de
exposición y los cambios en los modelos de uso desde el inicio del estudio, justifican
la necesidad de seguir investigando.
Los nuevos hábitos (manos libres, mensajes cortos, comunicación por Internet …)
reducen la exposición de la cabeza a las ondas de TM.
2.3. Resumen de estudios y revisiones científicas internacionales