Intimas de Dios Magazine - Edición # 23

Tengo que confesar que el día que dejé todo en
manos de papá Dios, ese mismo día me presentó al
que hoy es mi esposo y me enseñó que sí es posible
construir un hogar, si lo dejamos ser el guía y centro
de la familia que inicias. (Mateo 19:6).
Fácil no es, cuando pasas por circunstancias difíciles,
cuesta creer que es imposible, pero para Dios nada
es imposible. Seamos conscientes que todo lo bueno
y hermoso lleva un proceso para llegar al propósito y
poder recibir las bendiciones.
¿Como lo hacemos? Tomó tiempo. Un día a la vez,
con amor, respeto, comunicación y entendiendo que
los matrimonios sabios no suelen ser perfectos,
suelen aplicar principios y valores que les permiten
vivir en armonía, sabiendo el poder que tienen las
palabras cuidando como nos comunicamos y
disfrutarse uno al otro la mayor parte del tiempo. No
son sabios desde el primer día, sino que con
humildad reconocen que deben vivir para aprender y
así cumplir el propósito del matrimonio. (Proverbios
18:2)
Uno de los problemas más
graves hoy en día en los
matrimonios es la falta de
comunicación, sobre todo
cuando se habla de dinero,
pues se cree erróneamente
que la Infidelidad es lo único
que trae divorcios, cuando el
mal manejo de las finanzas es
un iceberg que hunde
cualquier barco y genera
conflictos, discordia y pleitos
de alto nivel, en los que
nosotros pasamos como toda
pareja en un inicio. Sin
embargo, con la ayuda de
Dios aprendimos a crear
nuestro puente de
comunicación seguro. (Amós
3:3)
Gracias a Dios hoy hemos
podido madurar en nuestro
matrimonio de casi 22 años, y
con dos hijos maravillosos.
Aún con el pasar de los años
por encima de ser un matrimonio, seguimos siendo
novios, amantes, confidentes, buenos compañeros,
leales amigos que nos estimamos mutuamente, con
ello enseñándoles a nuestros hijos lo hermoso que es
tener un hogar bendecido por Dios.
El mejor consejo que podemos darle mi esposo y yo
a un matrimonio joven o no tan joven es que el
matrimonio es un taller de formación, donde se
requiere lucha, sacrificio y voluntad de hacer que las
cosas funcionen, no esperanzarse a la suerte o a la
oración de los demás, debemos admitir que nadie se
casa con un hombre perfecto o una mujer que no
tenga nada que necesite cambiar o mejorar, pero
para eso Dios me puso al lado de esa persona para
mejorarle y sacar lo mejor de el/ella, como equipo.
(Eclesiastés 4:9-10)
Nadie logra alcanzar un matrimonio a prueba de
fuego producto del azar, la casualidad o por el
simple hecho de llevar mucho tiempo viviendo
juntos.
Enero 2023 - Especial de matrimonios
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