la-teoria-del-caos
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ción que podemos constatar en los sucesivos decimales
de números como “pi”, que van apareciendo sin
ningún orden detectable, pero que se “explican” a partir
del cociente entre la longitud de la circunferencia y
su diámetro.
Lo que más había llamado la atención de los matemáticos
es el hecho de que, en el caso de números de
partida situados entre 0 y 1, algunos de ellos daban
órbitas caóticas, mientras que otros daban órbitas predecibles.
En otras palabras, el sistema es a veces altamente
sensible a sus valores iniciales (es decir, los
valores subsiguientes son fácilmente predecibles a
partir de los valores iniciales de la serie orbital), y
otras veces no (órbita caótica). La teoría del caos en la
matemática intenta así explicar porqué o cómo este
tipo de sistemas pueden pasar de procesos predecibles
a otros caóticos conforme vamos variando los números
de partida.
Cabe hacer algunas objeciones a estos ejemplos invocados
por los matemáticos para ilustrar la presencia
de procesos caóticos nada menos que en la ciencia del
orden por excelencia.
El lector habrá podido advertir que las series orbitales
resultantes de operaciones recursivas como las expuestas,
presentan una semejanza con las pruebas de
completamiento de series en los tests de matrices progresivas
del tipo Raven. En esas pruebas, el sujeto
tiene que completar una serie a partir del descubrimiento
de un orden escondido en la secuencia. Es
como si dijésemos: "En la serie 1, 3, 5, 7..., ¿qué número
viene después del 7?". El sujeto responderá "9"
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