DIGITAL FIDES DEL 10 AL 16 DE MARZO DE 2024

OPINIONES
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Del 10 al 16 de Marzo de 2024
Tony Salinas Avery
Sacerdote
El cuarto evangelista
cuya obra nos viene
acompañando estos
domingos, nos desea
describir el misterio de la pascua
de Jesús bajo la imagen simbólica
de “Uno” que ha descendido
hasta nosotros, y que ahora
será “levantado”, explicación
“vertical” que orienta hacia la
elevación y la exaltación. Así
la elevación de la cruz en el
Gólgota que se arraiga en el
suelo, tiene su vértice en el cielo.
Para ello San Juan refiriéndose a
la serpiente de bronce levantada
por Moisés en el desierto, como
narra el libro de los Números
(21, 4-9), sanaba a quien la
contemplaba convirtiéndose ésta
PALABRA DE VIDA |
“El Hijo… Levantado”
en el “símbolo de la salvación”
(Sb 16, 5-6). Por lo tanto, nos
hace comprender como este
estandarte levantado en el
desierto es signo en el Antiguo
Testamento, de la cruz de Cristo
“levantada” en medio de la
humanidad. Aquél que narra
Juan 1, 14 que “puso su tienda
entre nosotros” descendió del
cielo para ahora ser Él el que nos
eleve por su propia elevación
a la salvación definitiva. En el
cuarto evangelio en efecto,
la cristología pone su punto
máximo en el madero de la cruz,
que hace de polo de atracción
de la fe del creyente. Y, es que
toda la pasión de Jesús en este
evangelio se ve como un cortejo
triunfal hacia la cruz. Su muerte
es más bien una victoria que
una derrota. La cruz un trono
que un patíbulo. Este evangelio
proclamado en este cuarto
domingo, contribuye al propósito
de toda la obra y de este tiempo
de gracia, ya que toda la pasión
es una “epifanía real”, por lo
que aquel hombre, acusado y
maltratado, se autoproclama rey
que ha venido a dar testimonio
de la verdad. Por eso Pilato y
los soldados no hacen más que
elevarlo a la cruz, entronizarlo,
glorificarlo. Esta elevación a
través del madero de la cruz,
situado en este momento del
camino cuaresmal, nos permite
meditar, para prepararnos a la
pascua, sopesando como su
muerte es, pues, una victoria
sobre el príncipe de este mundo
(Jn 12, 31; 14, 30s; 16, 33). Así la
hermosa referencia a ese estandarte
levantado en el desierto
que curaba a los mordidos por
serpientes, no puede ser sino
la mejor imagen de cómo la
verdadera salvación estará, como
decimos en Viernes Santo, en el
clavado en la cruz, quien nos ha
merecido la salvación del mundo.
Celebremos el cuarto domingo
de cuaresma, atendiendo esta
Palabra de Dios, que nos invita
a poner también en la cumbre
de nuestras alegrías al madero
de la cruz, signo inequívoco del
amor salvador de Dios en Cristo.
José Nelson Durón V.
Columnista
La designación anterior no
tiene sentido y, cuando
menos, es mal intencionada.
Es utilizada por
quienes confunden el todo por
la parte; que quieren meternos
a la fuerza la visión marxista de
Estado, según la que Estado es
un conjunto de “aparatos” al
servicio de la clase dominante.
En contraposición, lean el mismo
concepto establecido por
la Convención de Montevideo
sobre Derechos y Deberes de los
Estados en 1933: Estado es “Un
espacio que posee lo siguiente:
una población permanente, un
territorio definido y un gobierno
que es capaz de mantener control
efectivo sobre el territorio
correspondiente y de conducir
relaciones internacionales con
otros estados”. Estado no es lo
mismo que gobierno. En cada
ocasión que una boca ignorante
afirma que nuestro país es como
el título, está afirmando que todos
los hondureños andamos en
esas chuecas movidas, nos untan
CAMINAR |
Narco Estado
“Solo pido a Dios
que no continúe
tirándose por
tierra el honor y la
dignidad nacional,
que parece no
importarle a
muchos mal
intencionados”
a todos y mi espíritu da piruetas
en el aire. Sin que nosotros acusemos
a nadie, quiera Dios que algún
día la fila de supuestos culpables
que han sido o no parte de
gobiernos irresponsables enfrente
la justicia. Claro que no estoy de
acuerdo con que las “palomas disparen
a las escopetas”, como está
sucediendo; y que todo lo que
afirman sea verdadero. Solo pido
a Dios que no continúe tirándose
por tierra el honor y la dignidad
nacional, que parece no importarle
a muchos mal intencionados.
Muchas cosas ilegales ocurren
hoy en Honduras y no parece
haber una autoridad que saque
la cara por el país, talvez porque
quienes las cometen comparten
algo con quienes las permiten.
No lo sé, lo que sí es cierto es
que estamos en una dictadura
fuerte, donde el gobierno hace
lo que quiere. No se trata de inocencia,
pero mi esperanza es que
en algún momento el Estado de
Honduras abra los ojos y, cansado
de tanta malicia y malos actos,
junto a los que no tenemos miedo
del boomerang de Nueva York,
pueda hacer algo, cada uno dentro
de sus posibilidades. Ahora,
tan solo tenemos un gobierno que
usa los sucesos como distracción
valiosa y espera con ansias que
el resultado le provea la ocasión
de echarse flores por algo que
no ha hecho. Hay quienes creen
insultar al país del norte al etiquetarlo
como imperio, pese a
llamarse democráticos; que pese
a llamarse hondureños olvidan
los miles de médicos catrachos
desempleados y traen cubanos;
que no hacen nada por el pobre,
invierten en el extranjero y
tienen todo listo para salir hacia
donde no hay extradición, pese a
llamarse socialistas y luchadores
contra la corrupción. Desafortunadamente
no saben cómo caminar
por la luz; acercarse a ella;
caminan sin obras y la oscuridad
envilece hasta sus intenciones. El
hombre de bien camina erguido,
con la frente en alto y a la luz de
Cristo, a quien llama y sigue como
su salvador, su Señor y su Dios.
Carlos Eduardo
Echeverría Coto, Diácono
ceecheverria@unicah.edu
“El número de
feminicidios ha
ido en aumento
y es frecuente
que ellas sean
víctimas de
acoso”
VALORES, RAZÓN Y FE |
¿Violencia contra Violencia?
La violencia se ha enseñoreado
entre nosotros.
La vemos a diario
en diversos puntos
del territorio nacional, de todas
las clases: contra la vida, contra
la libertad, contra el trabajo,
contra los niños, contra las mujeres,
contra el cónyuge, etc., y
en distintas esferas de la vida
humana: familiar, laboral, escolar,
en los negocios, en la política,
en las comunicaciones, en fin,
hay una invasión cotidiana de
la violencia. Es deber de todos,
ciudadanos y gobierno, combatir
la violencia. Pero, naturalmente,
hay que saberlo hacer. Se nos
informa que próximamente será
presentado al Congreso Nacional
un proyecto de ley que tiene
como objetivo central combatir
la violencia contra la mujer. Me
parece una interesante iniciativa,
en tanto que hay mucha
violencia contra muchas mujeres
de parte de sus esposos,
compañeros de hogar, novios,
enamorados, pretendientes y
otros de su pasado sentimental.
El número de feminicidios ha
ido en aumento y es frecuente
que ellas sean víctimas de acoso.
Pero me han anticipado, algunas
fuentes que habitualmente son
de fiar, que se pretende combatir
la violencia con herramientas
impropias, algunas de las cuales
generan más violencia. Me informan
que el proyecto pretende
oficializar la ideología de género,
como lo han hecho ya algunos
países que se suelen denominar
“desarrollados”, además de
contar con el auspicio de organismos
internacionales. Para esta
ideología el sexo no lo determina
las características biológicas de
cada quien, ni la ciencia debe
opinar, a menos que sea a favor.
¿Guardarán silencio nuestros
biólogos y nuestros médicos?
¿Cómo aceptar que el sexo dependa
de cómo alguien se sienta
o se considere al respecto y no
de factores objetivos? Se llama
mujer (o hembra, en el mundo
de numerosos animales) a quien
tiene un organismo capaz de
ovular. Se llama varón (o macho,
en el mundo de muchos
animales) a quien es capaz de
fecundar tales óvulos. No hay
que confundir las funciones
fisiológicas con el pensar o el
sentir que le llevan a una atracción
u opción sexual diferente
de la esperada. De imponerse
la ideología de género, un grupo
de jovencitas serían violentadas
en su privacidad porque un
compañero de colegio se siente
“mujer atrapada” y exige, con
apoyo legal, usar el baño de las
chicas y no el otro.
Parece que aún hay más, en
el referido proyecto, pues se
aprovechará para olvidarse (una
vez más) de la Constitución de
la República, para proponer la
legalización del aborto. Yo me
pregunto, ¿puede haber mayor
violencia que la que se ejerce
contra un humano no nacido, al
punto de arrancarle –por succión
o a cuchilladas- la vida, nada
menos que en lugar donde esperaría
estar más seguro que
nunca, como es el seno de la
madre, con el consentimiento
de ella misma? Vi hace poco un
documental donde varias personas
montaban guardia cuidando
huevecillos de tortuga, protegiéndolos
de aves y hombres,
esperando que eclosionaran y
pudiesen las crías llegar al mar.
Y me pregunté: “¿por qué será
que estas criaturas tienen mucho
mayor suerte y cuidados que los
embriones humanos?” Recordemos
lo que dice la Escritura: «El
Señor explora al justo y al impío,
su alma odia a quien ama la violencia»
(Salmo 11, 5). Ojalá en
el Congreso soplen aires cuaresmales
de conversión. Oremos al
Dios del Amor que así sea.