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Grisones.
Los habitantes de Grisones son muy orgullosos de su cantón. ¡Y tienen
razón! Incluso han conservado un lenguaje propio, el Romantsch, aparte
del alemán y del italiano. Desde Chur, la capital cantonal, ya no sale ninguno
de los trenes de vía ancha del Mittelland. Allí le esperan los graciosos
trenes rojos de vía estrecha del Rhätische Bahn. Están mejor preparados
para el paisaje escabroso de este cantón montañoso. Estos trenes son
más pequeños que los trenes convencionales, pero igualmente confortables.
A bordo reina un ambiente de vacaciones. Y en muchas estaciones
de tren del itinerario, los autobuses postales amarillos esperan a aquellos
que desean subir a una altura aún mayor. Grisones cuenta con un propio
sistema de tráfico en el Swiss Travel System.
El viaje a St. Moritz, una
atracción en sí misma.
Suba en Chur al tren vía Thusis a St.
Moritz. Podría ser la primera droga de
una adicción por toda la vida. Por cierto
ya no podrá separarse de las ventanas
de este tren rojo que ofrecen un sinnúmero
de escenarios espectaculares.
Ocasionalmente contendrá la respiración
cuando el tren pasa a toda velocidad
por uno de los altos puentes, como
por ejemplo el viaducto Landwasser,
un impresionante monumento del trayecto
Albula, patrimonio mundial
de la uNESCO. Abajo, en un barranco
un torrente alpino va bajando al valle,
entre rocas y abetos. Poco después,
detrás de un túnel, el paisaje se ha vuelto
completamente verde e idílico. Tiene
que verlo por sí mismo. Y ya ha llegado:
«St. Moritz. ¡Bajen del tren!»
Quedará asombrado en las ventanas
de los trenes de Rhätische Bahn. Da
igual si está viajando en dirección a St.
Moritz, Davos o Arosa.
El camino de la Engadina a
St. Moritz.
Parta desde Landquart con el tren
Engadin Star vía Klosters y Zernez
a St. Moritz, si en este trayecto desea
disfrutar de la Baja Engadina. Este itinerario
es menos montañoso que la ruta
que acabamos de describir. Le encan-
Espectacular: el viaducto Landwasser. Refrescantes: los lagos de la Alta Engadina.
tará el idílico Prättigau en el camino
hacia Klosters, con sus pueblos acogedores
entre pastos verdes. En Klosters
solía encontrarse hasta 1999 la
estación terminal del tren, a no ser que
quería seguir el viaje hasta Davos. Hoy,
el tren entra inmediatamente detrás de
Klosters en el túnel Vereina tunnel de
19 kilómetros de largo. En el otro lado
le espera la Engadina, con sus pueblos
blancos con impresionantes casas de
piedras alrededor de iglesias: Zernez,
S-chanf, Zuoz, Madulain, La Punt
Chamues-ch, también los nombres
romanches de los pueblos emanan un
encanto especial. Al final de su viaje le
espera el famoso St. Moritz con sus
lagos azules.
Donde la Engadina casi es
virgen.
No siempre tiene que ser St. Moritz. En
el otro extremo de la Engadina se encuentra
Scuol, un típico pueblo de la
Engadina, con casas anchas dotadas
de muros gruesos, invitadores arcos de
portal y ventanas pequeñas talladas en
los muros. Las fachadas están adornadas
con «sgraffito», un estuco de dos
tonos. De la fuente del pueblo brota
(realmente) agua mineral y también el
aire es pristino aunque mezclado con
menos champán que en el elegante
pueblo de St. Moritz. Suba en Land-
quart al tren Aqualino si desea ir a
Scuol-Tarasp. Le llevará a este lugar,
asimismo atravesando el Prättigau
vía Klosters y el túnel Vereina tunnel.
¿Desea pasar algunas horas en el parque
acuático Erlebnisbad Scuol? ¿O
bien quiere hacer una excursión al parque
nacional suizo cercano?
www.rhb.ch
¿Una breve excursión a
Tirol del Sur?
Volverá por cierto, de Italia a Suiza,
pues ya sabe: queda aún mucho por
descubrir con el Swiss Travel System.
Con esta convicción sube en Zernez
(Engadina) al autobús postal de la
línea Engadina-Merano.
En su camino, por la larga carretera al
puerto de montaña Ofenpass (2 049
metros de altitud), atraviesa la selva del
parque nacional suizo (Schweizerischer
Nationalpark). Luego, arriba
en el puerto, podrá disfrutar de una vista
espectacular al valle Münstertal, un
mundo de encanto en el rincón extremo
sureste de Grisones. En el otro lado de
la frontera podrá ver los picos nevados
impresionantes del macizo del Ortler,
en el Tirol del Sur. En Müstair, antes de
llegar a la frontera italiana, podrá hacer
Cabras monteses en el parque nacional suizo.
una breve visita al monasterio benedictino
St. Johann. Con sus frescos
de la edad media temprana ha sido
declarado patrimonio cultural mundial
de la UNESCO. Luego, sigue el viaje,
a Vinschgau en Tirol del Sur. Ahora,
se encuentra en Italia, si bien el idioma
sigue siendo, en la mayoría de los
pueblos, alemán. En Mals le espera el
tren Vinschgerbahn (www.sad.it, no
incluido en la oferta del Swiss Travel
system) para llevarle a la ciudad de
Merano de carácter casi mediterráneo.
Cuando por la noche vuelve por
el mismo camino a Suiza, puede estar
seguro de haber descubierto un rincón
apenas conocido por parte de los
propios suizos.
www.postauto.ch, webcode 10038
Un autobús postal de la línea Engadina-Merano.
El tren del Rhätische Bahn en la garganta del Rin.
La aventura | 31