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impacto
caso de empresa
M Torres, la tecnología como
negocio
M Torres Diseños Industriales es una empresa navarra, fundada en 1975 y dedicada al desarrollo de
equipos y sistemas automatizados, aplicados a diferentes procesos de fabricación. Sus ventas superaron
en 2012 los 100 millones de euros, de los cuales más del 80% procede del mercado exterior.
Tras la implantación en Estados Unidos, su plantilla supera los 500 empleados y éste es, sin duda,
el principal activo de la compañía. A lo largo de su historia M Torres ha patentado más de 130 invenciones,
lo que la convierte en una de las empresas innovadoras más destacadas de nuestro país.
Trayectoria de la compañía e
hitos tecnológicos
Desde que en 1975 Manuel Torres
creó la empresa que lleva su
nombre, la idea que ha guiado todos
los pasos de la compañía ha
sido la misma: encontrar oportunidades
de negocio allí donde la
tecnología supusiera una barrera
de entrada, un elemento diferenciador
respecto a los potenciales
competidores. Si a este planteamiento
se suman una cuidada política
de calidad, un servicio postventa
cercano al cliente y un precio
competitivo, se obtiene la combinación
de elementos decisiva para
explicar el éxito de M Torres en
todo el mundo.
Los retos tecnológicos se han
asumido a lo largo de los años
aprovechando en cada momen-
Centro Productivo en Torres de Elorz (navarra)
perspectiva cDti 28 Nº 41
to la experiencia y el conocimiento
adquirido en la continua labor
de I+D llevada a cabo por la empresa,
aplicándolos en otros sectores
donde se detectase una oportunidad.
El primer ámbito de actuación
de la compañía fue la industria de
transformación del papel. M Torres
desarrolló un novedoso sistema
automatizado que optimizaba
las tareas de “desbobinado”, es
decir, el proceso de alimentación
de bandas de papel anchas para la
fabricación de cualquier producto
de papel y cartón. Gracias a esta
tecnología, que se protegió mediante
patente internacional, era
posible ahorrar materia prima en
estos procesos, pues la sustitución
de bobinas se hacía de manera más
rápida, efectiva y precisa.
En unos años marcados por la
crisis de las materias primas y la
energía, el éxito del producto fue
tal que, a los tres años de lanzarlo
ya se habían realizado las primeras
ventas internacionales, fundamentalmente
para la fabricación de
cartón ondulado.
Posteriormente, la evolución de
la tecnología de desbobinado vino
marcada por la búsqueda de nuevas
aplicaciones en tareas donde M
Torres pudiera aportar un mayor
valor añadido. A finales de los años
80 la empresa comenzó a orientar
su actividad hacia procesos de
transformación con requerimientos
tecnológicos más exigentes en
cuanto a velocidad de trabajo y a
tensión de la banda de papel, como
es el caso de los envases de líquidos
o el tisú. Para estas nuevas líneas
de I+D se contó ya con el
apoyo de CDTI.
En la industria del papel la empresa
comenzó a forjar su imagen
de marca ligada a la innovación tecnológica,
pero la vocación de Manuel
Torres iba más allá y en la década
de los 90, con una plantilla de
unos 100 empleados, decidió buscar
nuevos segmentos de mercado
donde aplicar sus conocimientos.
Se analizaron dos posibles líneas
de diversificación de la I+D: la tecnología
láser y la aplicación de los
sistemas de desbobinado a otros
sectores. Combinando estas dos líneas
de actividad la empresa identificó
nuevas oportunidades de negocio
en el sector aeronáutico.
De nuevo, el CDTI prestó su
apoyo para estas líneas, financiando
varios proyectos. El más decisivo
fue el sistema flexible para el
soporte de los paneles del fuselaje
de un avión. Este proyecto permi