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CHAMPIONSHIPS • CAMPEONATOS DEL MUDO
WORLD CHAMPIONSHIPS • LOS CAMPEONATOS DEL MUNDO CADETES Y JUNIORS EN LINZ
absoluta dominio técnico y aconsejado por el
entrenador rumano Vilmos Szabo, responsable
de los sablistas juniors alemanes, ya había descubierto
su juego imponiéndose el 12 de marzo en
Atenas frente a los actuales grandes nombres del
sable (Pozdinakov, Lapkes, Lukashenko,
Yakimenko...). El segundo : Benjamin Kleibrinck,
enérgico, táctico y que supo adaptarse muy inteligentemente
a los cambios en el florete – los
cuales no suscitaron ninguna reclamación en el
transcurso de las seis competiciones en esta
arma – para vencer el italiano Andrea Baldini,
ganó el 26 de febrero en Seúl ante sus compatriotas
Peter Joppich (campeón del mundo 2003
en Cuba) y Ralf Bissdorf (vice campeón olímpico
en 2000 en Sydney). Lo que constituye verdaderas
referencias de las cuales se satisficieran ya
campeones más confirmados. La esgrima alemana
puede estar orgullosa de sus dos nuevas
joyas. Además, regresó de Linz con 5 medallas
de oro, 2 de plata y 2 de bronce, un balance aún
más excepcional que se acompaña particularmente
de un juego de tres en el florete femenino
cadetes (Roxanne Merckl, Hannah Roder, Viola
Haenlein) en el cual, la italiana Valentina de
Costanzo, medalla de bronce, pareciá un poco
perdida. Por su lado, el alemán Emanuel Fierl,
ganador contra el suizo Tobias Messmer (15-14)
en semifinal, conquistó en reñida lucha la medalla
de oro en la espada cadetes. De paso, se
notará que Alemania tuvo títulos en cuatro
armas diferentes: el sable masculino, el florete
masculino, el florete femenino y la espada masculina.
Más que tranquilizador en comparación
con su resultado general bastante mediocre (tres
medallas) de los campeonatos del mundo juniors
y cadetes de 2004 en Plovdiv. Esta diferencia
permite, a fin de cuentas, relativizar ciertas
decepciones y entonces esperar días mejores a
Francia, China e Italia. No sólo estas tres naciones
no han ganado ningún título, sino que a
menudo parecieron inconsistentes. Francia tuvo
que conformarse con dos medallas de bronce, en
vez de diez medallas, de las cuales dos, en el
2004. China acabó con dos medallas de plata e
Italia con dos medallas de plata y dos medallas
de bronce (en vez de diez en el 2004). Es poco
para Francia e Italia, teniendo en cuenta la posición
conquistadora que tienen generalmente. Es
poco para China a tres años de los Juegos
Olímpicos de Pekín, aunque se sabe que hay que
cuidarse de las aguas mansas. Sin querer tocar
donde duele es peor para Polonia, Rumania y
Hungría, cuyos comportamientos fueron particularmente
discretos. Sus fracasos han sido provechosos,
en todo caso para Alemania, lo hemos
visto, y también para Rusia, Estados Unidos y
para cuatro naciones cuyos himnos nacionales
no se oyen a menudo en las salas de esgrima:
Suiza, Gran Bretaña, Eslovaquia y Venezuela
(gracias, se dijo, a Ruben Limardo). Las cuatro
medallas de oro de Estados Unidos, que definitivamente
han llegado a la categoría de gran
nación de esgrima por su diversidad de talentos,
se deben anotar a la cuenta de estas chicas :
Mariel Zagunis y el equipo femenino de sable, la
floretista Emily Cross, campeona del mundo
cadetes en Trapani en 2003 y que, en final,
superó a la italiana Adrianna Errigo, ganadora
ella también en cadetes pero en Plovdiv, y la
espadista cadete Kelley Hurley que pareció sobrevolar
la competición bajo el ojo atento de su
padre. Jamás concedió más de 9 tocados a sus
adversarios. Al ganar las dos medallas de oro de
espada femenina juniors, las espadistas suizas
Sophie Lamon – que por fin recuperó su mejor
nivel después de principios muy prometedores
(precoz campeona del mundo cadete en
Southbend en 2000) – Tiffany Geroudet, Simone
Naef y Lorraine Marty han seguido brillantemente
el ejemplo de Marcel Fischer, campeón
olímpico en Atenas el último verano. Aún más
inesperado, desde la primera noche de estos
campeonatos del mundo juniors y cadetes, el floretista
eslovaco Jacub Joniak, ofreció une recompensa
de oro a su maestro de armas Julius Kralik,
que estaba en misa y repicando en Linz ya que
también es responsable del directorio técnico.
¿Cómo pasar por alto la bella cosecha de los
espadistas noruegos Mariella Fossum, segunda
en cadetes, Fredrik Backer, tercero en juniors, y
que, ayudado por Alex Hemmi Tarkovskij y por
Thomas Ertzeid, llevó su país al segundo escalón
del podio por equipos? Noruega no había saboreado
tanto honor desde Nils Koppang, otro
espadista, campeón del mundo juniors en 1977
en Viena y en 1978 en Madrid.Y ya que hablamos
de tiempos antiguos, ¿ quién, en la generación
presente en Linz, ha oído hablar de Robert
Bruniges, medallista de oro en juniors en 1976,
en Poznan? Para Peter Jacobs, Keith Smith y
todos los británicos presentes en esta reseña histórica
a finales de marzo 2005, la sensación creada
por su sablista cadete Alexander O’Connell
ha sido por lo menos tan grande. Es un chico
tranquilo que, con un verdadero flegma británico,
e incluso, lo podemos decir, una calma
olímpica, desarmó a todos sus adversarios – por
ejemplo Anton Kuksa digno representante del
brillante sable ucraniano que ganó no menos de
seis medallas de plata pero que cada vez vio la
de oro pasar por debajo de las narices – aprovechando
una rara inteligencia táctica por su
edad. La mayoría imaginaba llevarse de calle a
este gran caballero indomable como la sangre
irlandesa que corre en sus venas. Se quedaron tan
atónitos, que para la esgrima británica, el martes
23 de marzo, el Danubio era verdaderamente bello
y verdaderamente azul.
JEAN-MARIE SAFRA
■ Au sabre cadettes, la Russe Veronika Danilova a montré
un sang-froid à toutes épreuves et avec le sourire.
■ In women’s cadet sabre, Russia’s Veronika Danilova
demonstrated her unfailing composure, with a smile.
■ En sable cadetes, la rusa Veronika Danilova mantuvo
la sangre fría a toda prueba y sonriendo.
ESCRIME INTERNATIONALE • 13