ART & DESIGN MUSEO DE
ART & DESIGN MUSEO DE INTERÉS Pinceladas de The Broad Un paseo por el nuevo templo de arte contemporáneo de Los Ángeles. Por John López Al igual que muchos de los proyectos más ambiciosos de Los Ángeles, el museo The Broad comenzó sus días como un simple estacionamiento. Situado en un terreno medio oculto al sur de Grand Avenue, la última gran apuesta arquitectónica de la ciudad se asemeja a un pedazo de coral blanco ondeando en el reflejo de la fachada de su icónico vecino: el Walt Disney Concert Hall de Frank Gehry. La reciente donación de Eli y Edythe Broad a su ciudad de adopción se inauguró en septiembre y presenta una valiosa colección con la que esperan convertir a Los Ángeles en una de las capitales del arte contemporáneo. Ubicado en Bunker Hill, en pleno centro de la ciudad, The Broad es, como mínimo, un nexo primordial en un barrio que desde siempre ha aspirado a ser una acrópolis cultural. Enclavado entre el Walt Disney Concert Hall, el Colburn Conservatory y el Museum of Contemporary Art (MoCA), y muy cerca del Music Center, En el sentido de las manecillas del reloj desde arriba a la izquierda: Tulipanes de Jeff Koons; el edificio de coral; una escalera eléctrica en el lobby del museo; página opuesta: Michael Jackson y burbujas y el Conejo de Koons; I... I’m Sorry! de Roy Lichtenstein The Broad pretende romper la tendencia de crear instituciones inconexas que transmitan una sensación de aspiraciones fragmentadas. Como apunta el crítico en arquitectura del LA Times Christopher Hawthorne, «hay una larga historia de edificios que resultan más interesantes desde el punto de vista arquitectónico que del urbanístico. Con sólo rellenar este vacío se ha conseguido un resultado espectacular». El museo diseñado por Diller Scofidio + Renfro –el estudio responsable del icónico y aclamado High Line de Nueva York– también añade al revitalizado centro de Los Ángeles una plaza pública, un paso peatonal hasta el MoCA y una conexión para una futura estación de metro. A medida que uno se acerca al nuevo museo, las diferencias entre The Broad y las demás nobles instituciones de la ciudad se vuelven claramente aparentes. Su característico “velo” de concreto reforzado con fibra de vidrio se levanta en dos de sus esquinas, animando a los visitantes a acceder a un lobby abierto con forma de cueva desde donde se distingue el primer piso del museo que se asoma en voladizo a 14 metros de altura. Una vez dentro, en lugar del típico mostrador donde adquirir los boletos, el personal le dará la bienvenida con dispositivos móviles, muy del estilo de una Apple Store. «El edificio parece como si quisiera arrastrarte hacia su interior –explica la arquitecta jefe Elizabeth Diller–. El lobby es un espacio continuo y la banqueta se adentra por cualquier esquina. Todos estos son gestos conscientes que pretenden invitar al público a entrar y hacerlo más urbano». Aunque, sin duda, el gesto más fácil de apreciar de The Broad es que la entrada general es gratuita. Las casi 2,000 obras de arte en su interior requieren más de una visita, incluso para aquellos familiarizados con la colección. «Los Broad han invertido décadas atesorando una colección asombrosa – afirma Scott Rothkopf, curador del Whitney Museum of American Art de Nueva York–. Creo que la gente tiende a asociarla con íconos como FOTOGRAFÍAS EN EL SENTIDO DE LAS MANECILLAS DEL RELOJ DESDE ARRIBA A LA IZQUIERDA: BRUCE DAMONTE, IWAN BAAN (2) 46 CENTURION-MAGAZINE.COM
FOTOGRAFÍAS DESDE ARRIBA: JEFF KOONS, CONEJO, 1986, ACERO INOXIDABLE, 41 X 19 X 12 PULGADAS, © JEFF KOONS, FOTOGRAFÍA DE DOUGLAS M. PARKER STUDIO, L.A.; JEFF KOONS, MICHAEL JACKSON Y BURBUJAS, 1988, PORCELANA, 42 X 70 1/2 X 32 1/2 PULGADAS, © JEFF KOONS, FOTOGRAFÍA DE DOUGLAS M. PARKER STUDIO, L.A.; ROY LICHTENSTEIN, I...I’M SORRY!, 1965-66, ÓLEO Y MAGNA SOBRE LIENZO, 60 X 48 PULGADAS, © LEGADO DE ROY LICHTENSTEIN, FOTOGRAFÍA DE DOUGLAS M. PARKER STUDIO, L.A. el Conejo de Jeff Koons o la Bandera de Jasper Johns. Sin embargo, lo más destacado es la impresionante cantidad de obras de diferentes artistas que tienen en su colección, incluyendo más de 100 fotografías de Cindy Sherman». La directora de la Broad Foundation, Joanne Heyler, estima que la pareja adquiere cerca de 50 piezas al año –una por semana– y hay informes que afirman que están acelerando su ritmo de compra. El edificio tiene un doble propósito: por un lado, albergar de forma permante la colección de los Broad gracias a sus 1,950 m 2 de espacio de almacenamiento, y por otro, ofrecer una superficie hecha a la medida para mostrar estas obras. La joya del museo es la galería del segundo piso: 3,250 m 2 libres de columnas y con paredes que se pueden mover y reconfigurar en función de las piezas que allí se exhiben. Los 318 tragaluces «Lo más destacado es la impresionante cantidad de obras de diferentes artistas que tienen en su colección, incluyendo más de 100 fotografías de Cindy Sherman» Río de Fundamento discretamente colocados inundan las obras con una difusa luz natural que al atardecer da poco a poco paso a la iluminación artificial. En la planta baja se encuentra una galería de 1,393 m 2 dedicada a profundizar en aspectos específicos de la colección y que, en el futuro, posiblemente sirva para mostrar las colecciones itinerantes. Heyler programó la exposición inaugural para presumir de una colección que ella misma ha ayudado a reunir durante casi 30 años. «Aunque su enfoque ha sido de escala institucional, también ha sido algo muy personal –explica Heyler en las oficinas del primer piso del museo–. Por supuesto, intento mostrar las piezas más destacadas, pero también deseo contar una historia más rica en matices, menos organizada y ordenada, no sólo del arte contemporáneo y de la posguerra, sino de esta misma colección». Esto implica exhibir las obras más conocidas de artistas populares como Cindy Sherman y Takashi Murakami, junto con otros trabajos de artistas influyentes como David Wojnarowicz, que posiblemente muy poca gente sepa que pertenecen a la colección de los Broad. Aunque Heyler sabe que The Broad muestra, en definitiva, la visión idiosincrática de una pareja de coleccionistas, está absolutamente convencida de que acabará cumpliendo con el deseo de Eli y Edythe de Lo mejor de The Broad Recupere las fuerzas en el Otium, el restaurante colindante del célebre restaurantero de Los Ángeles Bill Chait y su chef ejecutivo Tim Hollingsworth Antes de entrar hay que pasear bajo el “velo” exterior y mirar hacia arriba. En realidad la estructura está totalmente separada del edificio principal Tome las escaleras eléctricas en dirección a la galería principal. Fíjese en la Bandera de Jasper John, el Conejo de Jeff Koons, así como los trabajos de Ed Ruscha, Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol No se pierda la gigantesca obra Bajo la mesa de Robert Therrien en la muestra inaugural. Anímese a pasear por debajo de ella, ya que está para eso Para volver a la planta baja, tome el túnel en forma de escalera que hay junto al elevador cilíndrico y no pierda de vista el espacio de almacenamiento convertir a la ciudad de Los Ángeles en una de las capitales del arte contemporáneo. Y más cuando, el célebre MoCA (una institución que Eli ayudó a rescatar durante la crisis financiera) se alza al otro lado de la calle. En lugar de considerarlo un conflicto de intereses, Heyler cree que algún día The Broad se coordinará y colaborará con su ilustre vecino. «Sin duda llegará un momento –afirma– en que se nos presentará un proyecto tan grande e importante que la idea de trabajar en una muestra conjunta tendrá todo el sentido». Además, los planes de The Broad para lograr la participación del público con proyecciones, debates, eventos musicales y conferencias, pretenden fomentar aún más la evolución de la comunidad como nexo artístico. «Cuando el MoCA tenga sus obras expuestas y nosotros tengamos las nuestras, será difícil encontrar otro lugar en el mundo que exhiba tal cantidad de grandes obras de arte contemporáneo –reflexiona Heyler sonriente–. Hay belleza en la abundancia». thebroad.org. Las películas de Matthew Barney no son las típicas de Hollywood, pero su obra Río de fundamento, el proyecto más ambicioso del artista desde su ciclo Cremaster, se presenta estos días en California, en la Geffen Contemporary del MoCA a pocas cuadras de The Broad. El film operístico se muestra junto con una exhibición de otros 80 trabajos de Barney inspirados o creados para la película, incluyendo esculturas, dibujos y fotografías, así como su serie escultórica Water Castings, expuesta al público por primera vez. Hasta el 18 de enero. moca.org BN CENTURION-MAGAZINE.COM 47
