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11 months ago

Centurion Mexico Summer 2023

|Objetos| Arriba: collar

|Objetos| Arriba: collar Murano en oro amarillo con circonitas, granates demantoides y kunzitas; abajo: anillo Saint-Tropez de platino con una turmalina de Paraíba y diamantes un viaje que su padre hizo en 1962 a los grandes centros europeos de la joyería y cómo negoció con comerciantes de diamantes, exploró anticuarios y se sumergió en la cultura creativa de las calles y los museos. El año pasado decidió realizar el mismo recorrido que el de su progenitor acompañado de la directora de diseño Rebecca Hawkins, cuya pasión por el movimiento modernista ya la habían llevado anteriormente a muchas de aquellas ciudades. A lo largo del trayecto, Wainwright se desplazó en interesantes métodos de transporte, como la avioneta para viajar de Ginebra a Viena cruzando los Alpes, el globo aerostático con el que sobrevoló Florencia o el Aston Martin descapotable para ir desde la Toscana hasta Roma. «El viaje tenía que ser divertido, pero no para comprar, sino para celebrar la búsqueda de inspiración —relata—. Así que almorzamos en el Ritz de París, jugamos a la petanca en el jardín de las Tullerías, vimos cómo se elaboraba el cristal de Murano para aplicarlo luego en atrevidas mezclas de colores, tomamos unos tragos en el Harry’s Bar de Venecia y nos alojamos en el elegante Hotel de Russie de Roma. Todos ellos lugares que evocan el romanticismo de la joyería». Me encantan las abstracciones de múltiples capas, extraer ideas de diferentes fuentes y mezclarlas para crear algo nuevo – Rebecca Hawkins Mientras tanto, Hawkins iba absorbiendo los pequeños detalles que brindan encanto a sus diseños. Su vista y su cerebro poseen conexiones extraordinarias. Por eso, es capaz de miniaturizar un detalle arquitectónico convirtiéndolo en un elemento minúsculo y preciso de una compleja pieza de joyería, pero también sabe cómo transformar los perfiles de edificios y paisajes en formas orgánicas difíciles de discernir hasta que alguna sutileza devela su origen. El ejemplo perfecto de lo anterior es la pulsera Paris que, según Hawkins, «tenía que parecer francesa», por eso, los eslabones reflejan las curvas y los motivos de un balcón del Louvre; los abalorios emulan los árboles entrelazados de las Tullerías; y los detalles representan las farolas de hierro del patio del Louvre. El juego Saint-Tropez, por su parte, se aleja de la imagen típica de superyates y playas espectaculares. Su sobria tracería de formas irregulares y orgánicas, adornada con pequeños diamantes que se intercalan con grandes turmalinas de Paraíba y esmalte azul verdoso, parece no tener un vínculo aparente FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE BOODLES; ISTOCK (ILUSTRACIÓN) 36 CENTURION-MAGAZINE.COM

Desde la izquierda: anillo Liverpool con un ópalo negro, múltiples gemas y diamantes; aretes Copenhagen con perla de los mares del Sur y diamantes; abajo: pulsera Paris Tuileries con zafiros, esmalte azul y diamantes con el lugar, pero se inspira en el juego de la luz del sol sobre las ondulantes aguas azules que se contemplan desde esos yates. El resultado es uno de los conceptos abstractos más notables de Hawkins. La directora de diseño solicitó expresamente que se incluyera Viena, una ciudad en la que «nunca había estado, pero que es muy importante por su profunda influencia artística». Como siempre, realizó una exhaustiva investigación antes de la visita y no quedó decepcionada. «El Pabellón de la Secesión y el trabajo de Klimt encabezaban mi lista, pero lo que finalmente dio origen a las volutas de oro y diamantes de las joyas Vienna fueron los detalles de las grandes macetas de color azul oscuro con espirales doradas que adornan el exterior del edificio —apunta Hawkins—. Siempre me atraen los lugares que exhiben los estilos Arts and Crafts y modernista. Ambos me apasionan y se ven reflejados en mis creaciones». Para Hawkins fue una experiencia «trabajar en esta maravillosa colección, buscar la inspiración, abastecerse de materiales y comparar piedras fascinantes. En algunos casos, tenía en mente ideas para crear los diseños, en otros me desviaba hacia cosas mucho mejores». Su imaginación sin límites queda patente en los collares más grandes. Las piezas Barcelona despliegan un sentido de la aventura, con líneas onduladas y motivos orgánicos adornados con ópalos y jade malva de corte dentado junto con zafiros facetados de varios colores que capturan la esencia de los mosaicos de Gaudí del Parque Güell y La Pedrera. «Me encantan las abstracciones de múltiples capas, extraer ideas de diferentes fuentes y mezclarlas para crear algo nuevo», por eso, el collar Murano, con sus numerosas circonitas azules, granates demantoides y kunzitas, irradia los colores de las casas y del vidrio soplado a mano típicos de la isla italiana, incluyendo los característicos patrones en espiral de este último. Las piedras preciosas con una dureza significativa —también hay jade, tanzanitas y zafiros púrpura, que representan la lavanda en las joyas Provence— añaden un toque moderno a la estética de Boodles. Lo mismo ocurre con el esmalte, que se utiliza ampliamente con el fin de evocar estados de ánimo, como el azul suave de las piezas Paris, y aportar definición, como el esmalte blanco en contraste con los colores profundos de Murano. La extensa variedad de la colección abarca desde las serenas perlas, las aguamarinas azul claro y el esmalte azul para reflejar la luz fría y pálida de Copenhague hasta el anillo Liverpool, inspirado en la fase psicodélica de los Beatles, que combina ópalo en negro intenso, granate mandarina, zafiro púrpura, diamante amarillo y turmalina de Paraíba; el anillo simboliza el comienzo del viaje y rinde homenaje a los orígenes de Boodles. Es importante dotar a cada destino de «su propia narrativa a través de los colores y las formas, creando una identidad que los clientes puedan captar», aconseja Hawkins. Si le apasiona el romanticismo que se desprende de los viajes y las joyas, esta es una colección repleta de tesoros.

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