RICARDO FLORES MAGÓN CORRIDOS

JOSÉ MUÑOZ COTA
Corridos de Ricardo Flores Magón
Ya mi guitarra norteña
con sus cuerdas hace ruido
para impedir en el tiempo
que sea posible el olvido.
Ya no hago versos alegres
no soy hombre de comedia
lo que les vengo a contar
es puritita tragedia.
Los hombres se van muriendo
y con ellos los testigos.
Es posible que hoy no sepan
lo que por saberlo digo.
Jue en mil novecientos ocho,
uno de julio de ese año.
Murió Francisco Manrique
y su muerte fue un gran daño.
Este es el recio romance
que nos escribió Guerrero,
siempre en la paz y en la guerra
fue Práxedis el primero.
Fue en el pueblo de Palomas
que cuelga de la frontera.
A este Francisco Manrique
lo alcanzó la balacera.
Apenas llegaban a once
los rebeldes esforzados
que apostándole a la muerte
se jugaron un “volado”.
Escasos sus armamentos,
con bombas mal fabricadas,
pero llevaban las almas
eso sí, bien pertrechadas.
Apenas llegaba el sol
al filo de la mañana,
los once rebeldes iban
buscando tomar la aduana.
Los rurales se escondieron
mesmamente en su cuartel.
Aspilleras y azoteas
con sus balas a granel.
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