RICARDO FLORES MAGÓN CORRIDOS

A MANERA DE PRÓLOGO
_os discípulos del Maestro José Muñoz Cota -Maestro en la más noble acepción del término- hemos
pensado que la mejor manera de manifestarle nuestro reconocimiento y admiración por la grandeza de su
obra, es dar a conocer parte de ella; por esto, y porque conocemos la magnitud de su espíritu, es que nos
hemos atrevido a dar a la luz pública sin su consentimiento este libro.
Lo hacemos de esta manera, porque deseamos darle una pequeña satisfacción con motivo del Día del
Maestro, y además por el temor de hallar una mínima resistencia de su parte, pues su modestia sincera de
Hombre-Grande se sobrepone a cualquier acto ostentatorio.
Nuestro interés al publicar este libro, no es el de dar a conocer la obre del Maestro -de sobra es conocida
en todas partes, y al mismo tiempo callada por los mediocres- lo hacemos porque tenemos plena convicción,
de que es un libro con positivo valor literario, que habrá de agregar un título más a la ya extensa bibliografía
de poesía revolucionaria de México, que no sólo es exponente de la belleza lírica, sino una valoración de los
hombres integérrimos que en plena dictadura levantaron la bandera roja del proletariado universal y
prepararon, con su palabra incendiaria, el advenimiento de ese fuego abrasador, justiciero, noble y
reivindicador de los humildes, que fue la Revolución Mexicana.
La labor intensa, de sacrificio constante de estos hombres, es poco conocida por las juventudes del
presente, es que en la lucha de las facciones los triunfadores, en su afán de aparecer como los salvadores del
pueblo, trataron por todos los medios de borrar la memoria de los hombres limpios, para que de esa forma no
mostraran su vileza a la luz de las estrellas.
Pero, así como pudieron escritores faltos de escrúpulos falsearnos la verdad y escribir servilmente el
elogio de los caudillos en el poder, tenían que surgir entre tantas mentiras voces limpias, palabras libres que
haciendo un análisis sereno, fueron capaces de dar a cada quien el lugar que merece en nuestra historia. La
palabra del Maestro se alza hoy -como se ha alzado tantas veces- para poner al desnudo la auténtica realidad,
cantando con el lenguaje de nuestro pueblo las luchas precursoras de nuestra Justicia Social, que aún no
vemos realizada plenamente.
Los Corridos de Ricardo Flores Magón, escritos con lenguaje limpio donde se mezcla el “hablar”
peculiar de nuestros hombres con el espíritu poético de nuestra historia, están escritos para los humildes,
para los hombres nobles que luchan, trabajan y sueñan, que sostienen sobre sus espaldas a los poderosos, que
soportan las afrentas de los ricos, pero que llevan en su corazón el elevado sentimiento de la justicia, que los
hace identificar siempre, pese a todas las máscaras, a quienes son sus verdugos.
Así, sólo una palabra honrada puede elevarse en estos momentos para orientar a las generaciones del
presente, sólo a quien a predicado con el ejemplo, puede estarle a la medida el título de Maestro que nosotros
hemos reconocido en acto de justicia a José Muñoz Cota.
La juventud no puede en ningún momento llamar Maestros a los hombres que sabiéndose suficientes, se
alejan de ella, a quienes envanecidos por el genio de su inteligencia se distancian del pueblo; pero reconoce
noblemente, sin servilismos de ninguna clase, a los que no vacilan en sacrificar la postura personal, con tal
de salvar la honra, la dignidad y la libertad, y el maestro José Muñoz Cota, ha hecho de su vida una cátedra
constante de sacrificio por las causas nobles.
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