You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
dían de caras ya tapadas o a medio esconder bajo<br />
<strong>las</strong> te<strong>las</strong> perforadas <strong>en</strong> tres lugares.<br />
Unai no aparecía. Ni ninguno de los que estaban<br />
con él, que, a falta de P<strong>el</strong>os y Gaizka, serían<br />
dos o tres de los chavales que no veía a mí alrededor.<br />
¡Joder! Sin saber dónde estaban <strong>las</strong> puuuutas<br />
bolsas de basura ll<strong>en</strong>as de cocos era de idiotas salir<br />
och<strong>en</strong>ta <strong>en</strong>capuchados mirando <strong>en</strong> los cont<strong>en</strong>edores<br />
de basuras a ver <strong>en</strong> cuáles estaban. Aunque<br />
la posibilidad más real era la de que los hubieran<br />
ligado; cualquier cosa era posible. Tres o cuatro<br />
chicos con camisetas de la movida depositando<br />
bolsas de basura a diestro y siniestro por <strong>las</strong> calles<br />
de la parte vieja donostiarra eran más que sospechosos.<br />
Igual que sospechoso había sido que nos<br />
plantáramos Unai y yo <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>la gasolinera, de<br />
noche, dos días antes, y pedir que nos ll<strong>en</strong>aran tres<br />
bidones de veinticinco litros con gasolina, «sin plomo<br />
95, por favor». Y es que, aqu<strong>el</strong>la noche, aqu<strong>el</strong>la<br />
noche iba a ser la gorda, «<strong>en</strong>tre ci<strong>en</strong> y ci<strong>en</strong>to veinte<br />
nos vamos a juntar», había dicho Unai <strong>en</strong> la bajera<br />
de su padre con los guantes de látex <strong>en</strong> <strong>las</strong> manos<br />
para protegerse d<strong>el</strong> ácido. Incluso s<strong>en</strong>tí un retorcijón<br />
<strong>en</strong> <strong>el</strong> estomago cuando recordé la esc<strong>en</strong>ita, <strong>en</strong><br />
una farmacia de Igara, unas horas antes de ir a la gasolinera<br />
<strong>en</strong> la R<strong>en</strong>ault Express que t<strong>en</strong>ía Unai –cortinas<br />
moradas y pegatas varias– y que aparcamos<br />
debajo de la cruz verde intermit<strong>en</strong>te. «Cinco cajitas<br />
de clorato potásico –se hacía Unai <strong>el</strong> afónico–,<br />
de <strong>las</strong> m<strong>en</strong>toladas, que <strong>las</strong> otras son malísimas». El<br />
careto de asco que puso la farmacéutica se pasea-<br />
24