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La catedral de Burgos, la joya de la corona.
Aún resuenan los ecos de un
robo tan importante como el del
bajorrelieve de la ermita visigoda
de Quintanilla de las Viñas
(Burgos) en julio de 2004; pero
también se han producido
muchos otros robos recientes en
iglesias y ermitas de León,
Valladolid, Soria y Burgos. Esta
oleada de robos en el último año
ha disparado todas las alarmas. A
consecuencia de todo lo
expuesto anteriormente, y muy
especialmente de los exilios
sufridos, Enrique Saiz Martín nos
comunica que la Junta de Castilla
y León acaba de aprobar un plan
de intervención en el patrimonio
que estará vigente los próximos
ocho años: el plan PAHIS,
acrónimo de “Patrimonio
histórico”. Entre las medidas que
se plantean está procurar la
concienciación de todos los
sectores implicados en la idea
clave de que el patrimonio es de
todos, una de las estrategias
clave. Y también,
coordinar la acción de los
cuerpos y fuerzas de la seguridad
del Estado, especialmente la
guardia civil, con las entidades
locales y asociaciones que están
a cargo de ese patrimonio, y con
los propios vecinos.
En un estudio de la fundación
Caja Madrid se confirma que
Castilla y León es la tercera
comunidad (ver EL PAIS del 20
de febrero de 2005) en inversión
total en conservación del
patrimonio artístico, y no sólo
eso, sino que es también la
primera en esfuerzo económico,
teniendo en cuenta que su renta
per capita y su población son
menores que los de otras
comunidades. Así que, en cuanto
a esfuerzo económico, se está
cerca del límite. En palabras de
Enrique Saiz: “llega un momento
en que, aunque siempre se puede
invertir más dinero, ya no se
puede mejorar a base de invertir
más; hay que pensar en otras
cosas, aunque ese esfuerzo
económico siempre tendrá que
estar ahí ”.
Redactor: Sandra Velasco.
Confeccionadores: Raquel
Ortega y Helena Marina.
Colaboraciones: Enrique Saiz
Martín(Director General de
Patrimonio de Castilla y León).
Logotipo de Patrimonio de
Castilla y León. Foto de archivo.
La población burgalesa demanda
un nuevo hospital que solucione
todos los problemas a los que se
enfrentan los profesionales
médicos. La provincia de Burgos
cuenta con varios hospitales
distribuidos según su población.
Hay dos hospitales comarcales,
en Aranda de Duero y en
Miranda de Ebro, y uno central,
el hospital General Yagüe, que
hoy en día sufre un
desbordamiento total de sus
pacientes. Se trata de una
distribución en pirámide que
permite en principio una buena
cobertura sanitaria.
Sin embargo, el desbordamiento
del hospital central rompe el
sistema. El problema de ese
hospital tiene dos vertientes. Por
un lado se trata de un hospital
construido en la década de los 60
y orientado a albergar unas 300
camas. Posteriormente hubo una
ampliación que le dotó de otras
300 camas. Actualmente se
cuenta con 1050 camas, en un
hospital que estaba ideado para
albergar 2 veces menos. Por otro
lado, la población, y sobre todo
la edad de ésta, ha aumentado y
ha hecho que el hospital
nuevamente se quede pequeño.
Esto ha dado lugar al llamado
problema de las “camas
cruzadas”, que intentan dar
solución al tamaño del hospital,
que hoy se ha quedado pequeño
para la población. Así,
habitaciones que sólo tienen
cabida para dos camas, cuentan
con tres; e incluso hay camas en
los pasillos. Este es uno de los
problemas cuya solución
demanda el personal del hospital,
puesto que afecta a su modo de
trabajar, e impide que se pueda
dar la atención que los pacientes
necesitarían.
Afortunadamente, el hospital
central de la ciudad, cuenta con
la cooperación de un hospital
cercano que le ayuda a hacer
LOS RETOS DE LA ATENCIÓN SANITARIA EN BURGOS
EL NUEVO HOSPITAL: LA CONSTRUCCIÓN MÁS ESPERADA.
frente a estos problemas. El
sistema hospitalario está muy
bien organizado y planificado; sin
embargo, el hecho de que sea el
hospital central el que sufra este
problema, es algo que preocupa a
los burgaleses, y especialmente a
los médicos, enfermeras,
celadores, auxiliares.., y a todo
trabajador a quien afecta esta
situación.
La plantilla médica denuncia las
malas condiciones laborales en
que trabaja, los problemas de
sobre­ocupación, el poco tiempo
del que disponen para atender al
paciente y el excesivo aumento
de pacientes, sobre todo
personas mayores que llegan con
una simple gripe; pero que,
debido a su edad, arrastran otras
tantas enfermedades, por lo que
su ingreso en el hospital se hace
más largo. Pero no solo se ve
afectado el personal del mismo
hospital, médicos rurales y de
ambulatorio también sufren estos
problemas. Ambos colectivos
denuncian la demora en la
atención de pacientes por parte
de los especialistas, lo que crea
ansiedad en los mismos, y el
consecuente aumento del número
de consultas. Desde esos
puestos de trabajo también se
denuncia la desinformación con
la que acuden los pacientes tanto
a consultas de especialistas como
tras las altas hospitalarias; esto
obliga al paciente a venir a las
consultas para especificaciones
sobre medicación, volantes para
distintas pruebas… La falta de
espacio hace que las estancias en
el hospital sean más cortas, lo
que causa, en ocasiones, que el
enfermo vuelva a su domicilio sin
estar recuperado del todo, y
provoca el aumento del número
de avisos domiciliarios en el caso
del médico rural, y del número de
consultas en el caso del médico
urbano.
Pero, sin lugar a dudas, quien
realmente sale perjudicado de
este asunto es el ciudadano. La
necesidad de un nuevo hospital
es evidente. Los pacientes y sus
familiares denuncian las largas
listas de espera para ser
intervenido quirúrgicamente, y
las largas colas de espera en
urgencias, donde siempre hay
una prioridad según la gravedad
del enfermo. En cuanto a la
atención primaria, en muchas
ocasiones, el médico de
ambulatorio se ve tan
sobrepasado por el número de
pacientes que tiene que atender,
que apenas dispone de un tiempo
suficiente por enfermo que le
permita una entrevista clínica y
una exploración clínica.
El nuevo hospital, del se espera
que solucione la mayor parte de
estos problemas, comienza a ser
ya una realidad, después de
tantos años de espera, y de
muchas movilizaciones populares
y del personal sanitario. Contará
con 175000 metros cuadrados, los
175000 metros construidos más
deseados por la población
burgalesa, y se situará cercano al
otro hospital, el “Divino Valles”,
lo que permitirá aprovechar los
dos hospitales. Estará muy cerca
de la nueva estación de
ferrocarril, la cual está en proceso
de construcción, y de la carretera
de circunvalación, lo que
permitirá un mejor acceso de los
pacientes a las instalaciones. Se
situará en la ladera de dicho
hospital, sobre una superficie
plana. Tendrá una construcción
en horizontal, y estará formado
por varios bloques de
hospitalización en vertical en una
batería de 4 edificios. En el
sótano se situarán los núcleos
tecnológicos como radiología,
laboratorios o urgencias. Este
nuevo hospital se hará esperar
entre 4 y 5 años todavía, debido a
su gran extensión, y se espera
que afronte los problemas por los
que se ha visto desbordado el
hospital General Yagüe.
Pacientes, personal médico del
propio hospital, de los
ambulatorios y de los medios
rurales, y ciudadanos burgaleses,
esperan que gracias a este nuevo
centro los principales problemas
sanitarios se vean resueltos. Por
el momento, sólo queda esperar
“un poco más”.
Lo que no puede esperar es la
solución a uno de los principales
problemas sanitarios, la atención
a los pacientes de edades
avanzadas, que no está bien
resuelta con el actual sistema.
Desde la dirección y el personal
del hospital se reclama la ayuda
de los geriátricos, de las
residencias de ancianos y de los
demás medios de protección
social.
Y, al margen de la atención
hospitalaria, está la Atención
Sanitaria Primaria, canalizada a
Hospital General Yagüe. Burgos
través de los centros de salud,
que habría de potenciarse y
convertirse en la verdadera base
del sistema sanitario. Se trata de
invertir más en medicina
preventiva, por lo que tiene de
incidencia positiva muy directa
en la salud y en el bienestar de la
población. Habrá entonces de
continuarse con las distintas
campañas de prevención, con los
programas de salud infantiles, y
los diagnósticos precoces que
ayuden a la población,
ampliándolos en la medida de lo
posible.
Redactores: Leire Ibáñez y
Rubén Barriuso.
Confeccionadores: Jana
Sendino y Sandra Velasco.
Colaboraciones: Tomás Tenza
(director gerente hospital Gral.
Yagüe), Montserrat Miguel
(médico At. primaria) y J.Terán
Santos (médico especialista)