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Pero por otras cosas sí.
Por si a alguien le ha pasado
desapercibido, y necesita
para su momento, algún
retoque en sus aplicaciones
prácticas, en el núm.
31, último recibido, de la
Revista de la Mutualidad
de la Abogacía, correspondiente
al mes de Diciembre
de 2.004, hay un interesante
artículo sobre "¿Como
puede ahorrar impuestos
un Abogado?", en el que
José María Tovillas Morán,
Profesor Titular de
Derecho Financiero y
Tributario de la
Universidad de Barcelona,
nos da algunas pautas
para ello. Puede leerse el
artículo y tomar nota.
Quizás nos sirvan sus
orientaciones, sobre todo a
los que somos inexpertos
en la materia, que tropezamos
con dificultades a la
hora de ver clara nuestra
página fiscal.
En las páginas de "Sala de
Togas" y por el Grupo de
Abogados de Derecho
Tributario, podríamos tener
una visión completa del
panorama, llegado el momento.
Sirvan asimismo de orientación,
los distintos apartados
que comprende el artículo
de referencia, en relación a
determinación del rendimiento
de la actividad profesional,
tratamiento que
reciben los ingresos, tratamiento
de los gastos de los
abogados, normas especiales
sobre determinados
gastos concretos, especialidades
del régimen de estimación
directa simplificada,
y especialidades en la estimación
directa normal.
En definitiva el uso adecuado
del contenido de la normativa
tributaria puede permitir
a los Abogados, no
especialistas en el tema, una
considerable reducción de
su IRPF al final de cada ejercicio
impositivo, tal como
indica el autor del artículo
que comentamos, ya que
todos tenemos la legítima
aspiración de reducir al
máximo nuestra fiscalidad
dentro de los límites previstos
por el ordenamiento jurídico.
De ello resultará lo ponderado,
lo equilibrado y lo
justo.
A propósito de cuya frase,
"lo ponderado y lo equilibrado",
no está de más traer a
colación una anécdota,
recogida en la "Cara risueña
de la Justicia", y que le
ocurrió a un compañero
Letrado.
"Me correspondió defender
de oficio a dos individuos
que, valiéndose de ingeniosos
artilugios, habían conseguido
sustraer una enorme
cantidad de combustible
de un depósito. Seis o siete
mil litros, no recuerdo bien .
Me apliqué responsablemente
a la preparación de
la defensa, pero mi desánimo
estaba justificado. Los
hechos aparecían claros en
las actuaciones, y el
Ministerio Fiscal había formulado
una correcta calificación
de los mismos. La
pena solicitada era grave.
El día señalado para la vista
tuve la oportunidad de cambiar
unas breves impresiones
con el principal testigo
todos tenemos la legítima aspiración de reducir al máximo nuestra
fiscalidad dentro de los límites previstos por el ordenamiento jurídico ,
,- ,
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L. _,