Pedro Marco Hernández

Lugares con encanto de Aragón
J. Ignacio Iguarbe
www.ignacioiguarbe.com
Actualidad
Un apasionante recorrido por la historia del teléfono
El Centro de Arte y Tecnología Etopía de Zaragoza alberga la exposición “¿Sí? Dígame”, organizada por Fundación Telefónica y Fundación Zaragoza
Ciudad del Conocimiento
La muestra “¿Sí? Dígame. Breve
historia del teléfono y más” abre
sus puertas en el Centro de Arte
y Tecnología Etopia de Zaragoza
hasta el 30 de enero e invita al visitante a
un recorrido por la historia del teléfono, desde
finales del siglo XIX hasta nuestros días,
de la mano de Fundación Telefónica y Fundación
Zaragoza Ciudad del Conocimiento,
y con la colaboración del Ayuntamiento de
Zaragoza.
La exposición tiene el doble objetivo de mostrar
el desarrollo de la telefonía, en especial
en España, y la búsqueda incansable del
progreso para lograr una comunicación de
mayor calidad y más veloz. Las cerca de 60
piezas seleccionadas cronológicamente en
cuatro bloques ilustran un viaje en el tiempo
que revela la increíble transformación que
las telecomunicaciones han provocado en la
sociedad de los últimos 150 años.
Las innovaciones de cada momento de la
historia tecnológica de España se muestran
a través de más de sesenta piezas y material
audiovisual complementario: varias entrevistas
a empleados jubilados y algunas
piezas audiovisuales de contextualización
histórica. Este recorrido apasionante revela
además las increíbles transformaciones que
el desarrollo de la comunicación a distancia
ha provocado en la sociedad. Para mantener
viva esta memoria, Fundación Telefónica
conserva y gestiona el Patrimonio histórico
tecnológico de Telefónica, formado por estos
equipos, que han marcado la evolución
tecnológica de las telecomunicaciones en
España.
Las sesenta piezas, expuestas en el Centro
de Arte y Tecnología Etopia de Zaragoza, se
han organizado de manera cronológica y distribuido
en cuatro ámbitos: “Primeros pasos
en la telefonía (finales del siglo XIX)”, “Desarrollo
y ampliación del servicio telefónico
(años 20-50)”, “Globalización de las comunicaciones
(años 60-70)” y “Nuevas pautas de
comunicación (años 80 en adelante)”. Estas
etapas abarcan desde el origen en el que el
gran avance fue la comunicación de la voz a
distancia hasta los terminales móviles.
En el primer momento, la comunicación entre
los propietarios se realizaba manualmente, a
través de operadoras que conectaban las llamadas
en las centralitas. Los primeros aparatos
telefónicos se personalizaron y fueron
objetos de lujo. Desde estos primeros momentos
hasta finales del siglo XX, los avances
tecnológicos permitieron la transmisión
no sólo de voz, sino que acabaron también
comunicando texto, datos e imágenes y se
hizo posible la conexión de ordenadores y
terminales. El uso de técnicas de transmisión
digital, el aumento de ancho de banda y el
comienzo de la introducción de la fibra óptica
marcaron una nueva etapa en las telecomunicaciones.
Hoy, la telefonía móvil ha revolucionado
el mundo: el acceso a la comunicación
es instantáneo y global, una verdadera
revolución que pone a disposición de millones
de personas herramientas y plataformas.
El fuego purificador
de la Encamisada de Estercuel
Estercuel, localidad del Bajo Aragón
Turolense, celebra la fiesta
de los sanantones el fin de semana
más próximo al día 19 de
enero. La Encamisada es la parte central y,
mucho más allá de su espectacularidad, esconde
un importante contenido simbológico,
ritual, musical y antropológico.
A pesar de algunas dudas sobre su origen,
es evidente la interacción de factores paganos
y religiosos. Respecto a este tema y
citando a D. Antonio Beltrán, decía en 1995:
“En el pueblo turolense se conserva la fiesta
con los más complejos elementos encadenados
y vinculada a tradiciones que
alcanzan hasta las que practicaron los romanos
y seguramente algunas de origen
indoeuropeo y prehistórico, por más que en
la versión actual se hayan modificado muchos
detalles respecto de la que ocurría a
fines del siglo pasado”.
Con todo, la referencia más explicita hallada
hasta la fecha sobre la Encamisada de
Estercuel es la del Fraile mercedario, padre
Bravo, en 1892.
Los elementos principales de la Encamisada
propiamente dicha son: las hogueras, el fuego
y los santos.
Las hogueras del ritual es donde participa
toda la comunidad, ya que en los meses de
verano cortan los pinos para que se vayan
secando y así utilizarlos en la hoguera de la
plaza de la Iglesia. Para el resto de las quince
hogueras que se realizan, son los vecinos de
los diferentes barrios quienes se encargan de
los preparativos. Es fundamental la perfecta
formación de las hogueras y poder pasar
junto al fuego, sin demasiado riesgo, tanto
personas como los caballos con sus jinetes,
dada la estrechez de las calles. De las aliagas
con las que se rellenan las hogueras, la más
grande y mejor formada se reserva para ser
prendida en el Portal de los Santos Mártires.
El fuego es el verdadero protagonista de la
Encamisada. En esta zona agrícola y ganadera,
la necesidad de proteger a los animales
contra todo tipo de epidemias y enfermedades
era esencial en una economía de
subsistencia y, una forma de protección, era
hacerles pasar al lado del fuego para su purificación
y fertilización. Esta fiesta se celebra
junto a tres santos: San Antón, protector
de los animales domésticos, San Sebastián
y San Fabián protectores contra epidemias
y pestes.
El ritual comienza a las siete de la tarde,
cuando los fiesteros con los gaiteros parten
de casa del procurador a buscar al sacerdote
y éste les entrega el estandarte de San Antón.
Todos juntos rezan La Salve en el Portal
de los Santos Mártires. En ese momento es
cuando se enciende la primera aliaga, la mejor.
Desde aquí, se traslada el “fuego purificador”
hasta la plaza de la Iglesia para encender
la primera hoguera. Sobre las ocho de la noche
se apaga la iluminación de todo el pueblo
y parte de la Casa del Procurador toda la comitiva
montada en caballerías a la plaza de
la iglesia. Desde allí se inicia la Encamisada
al son de la música y de campanas, encabezada
por los portadores de tederos encendidos
a los que siguen los gaiteros y tras
estos el Procurador, máxima autoridad con
el estandarte de San Antón; el Rey, el Conde,
los mayorales y el resto del pueblo. La Encamisada
se realiza en el sentido contrario a
las procesiones normales y por tanto la dota
de un carácter pagano. Como hemos dicho
antes se ha de pasar por todas las hogueras,
que son quince, y los balcones y ventanas
se iluminan con candiles y pequeñas velas
para indicar el camino. Una vez terminada
la Encamisada todo el mundo comparte las
brasas y vive la fiesta en las hogueras.
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