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querían echarme teniendo un contrato por tres años y un papel privado que indicaba, que<br />
después del mismo sería fijo en la empresa. Malos entendidos, gritos y desplantes eran el<br />
quehacer continuo. Los sinsabores y un alto nivel de malestar inundaba de nuevo al destino.<br />
Mira por donde mi espalda <strong>com</strong>enzó a crujir, los codos a doler viéndome en la necesidad de<br />
operar de apicundilitis, y así tal despido no se llevó a término y pasaron los meses. Como no<br />
había quedado bien en la primera operación, siguiendo el brazo izquierdo con dolores y ahora<br />
torcido, llegó la segunda siendo los dolores más fuertes y el brazo un poco más torcido;<br />
desistiendo el operar al derecho, a causa del otro.<br />
Todo éste tiempo desde el último trabajo hasta ahora mismo en que estoy escribiendo, han<br />
pasado casi cuatro años donde he conocido algo que es principal en mi vida; la preparación<br />
hacia la curación. Porque aunque ya la había practicado con unos resultados pequeños; en<br />
éstos años he tenido la oportunidad de conocer un libro maravilloso titulado “Manos que<br />
curan” de la clarividente y sanadora Bárbara Ann Brennan. No sabéis la ayuda y guía maestra<br />
tan imprescindible que fue y es éste libro para mí; porque desde conocer a dicha señora su<br />
espiritualidad. El cómo contactar con el Guía espiritual. Sus valiosos datos a nivel de<br />
conocimiento del cuerpo y Alma. La curación por el color y la vibración. La detección de la<br />
enfermedad a través de los centros chacras. La intuición hacia la capacidad de ver en el<br />
interior del cuerpo enfermo. La colocación de las manos sobre los chacras con el fin de que la<br />
propia persona enferma, después de quedar limpia cargue sus centros de energía sola. La<br />
forma en cómo se percibe el Alma. Es un caudal inestimable e inagotable que siempre estaré<br />
agradecido; por la sencillez expuesta en sus páginas que no es otra que la propia Bárbara,<br />
modelo de bondad y amor. Y aunque sea también científica su labor tiende a la<br />
espiritualidad; y de ahí el contacto tan profundo que ha habido hacia mí sus enseñanzas.<br />
Gracias Ann.<br />
Por todo ello, junto algún curso de naturismo del naturista J. Amigó; persona de muchos<br />
años de experiencia y gran conocedor de la enfermedad en el cuerpo humano. Los años de<br />
preparación espiritual. Los Mandalas que el Inconsciente me cedió en la <strong>com</strong>prensión de la<br />
vida y del Absoluto; junto a mis ansias por evolucionar en la ayuda. Los poemas en la<br />
inspiración del Guía espiritual y sensibilidad; es el amor despertado después de años y años de<br />
ir en camino esperando mi oportunidad. El premio a este esfuerzo que con lo citado estoy más<br />
que pagado con creces, es el poder calmar tu necesidad; y que a través de los libros ya<br />
escritos junto con mi ayuda directa, empiezo por ofrecerte si me necesitas.<br />
Voy a contarte cómo hago una curación dentro de las distintas maneras existentes. Ya en el<br />
libro “El despertar de la Conciencia” hice mención de la forma que canalizo para hacer servir<br />
el sentir haciendo posible la curación, al anularme la razón y su pensamiento para que dé<br />
lugar la misma. Hay quien hace masajes en la zona enferma; <strong>com</strong>o también a través de la<br />
distancia y sin que el enfermo esté presente, con tan sólo pensar en él lo tenemos delante<br />
nuestro, donde podemos ver que nuestras manos están posándose en su mal y así curarle. Hay<br />
quien cura por el exceso de energía etérica que contiene su cuerpo a través de las manos,<br />
influyendo con su poder mental.<br />
Todas las formas son buenas, siempre y cuando exista la unión de amor entre el sanador y<br />
enfermo; porque Él es quien realmente puede curar, por encima de la falta de fe y por encima<br />
de cualquier problema que se interponga. El amor no es un arma. El amor es corazón y ante<br />
esto no hay maldad que se resista, y aunque suceda <strong>com</strong>o en mi caso que soy una persona<br />
que el solo hecho en pensar o hablar de sangre me mareo y sin poder resistir la entrada en<br />
hospitales, he de correr tratando de encontrar la ventana más próxima y tomar aire, porque<br />
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