2º CHACRA - Jesdaymi.com

Os voy a explicar por último, en la relación de los centros de energía y de consciencia el
significado de los colores a través de la intuición, para así conocer a las personas con sólo
verlas, sin la necesidad de hablar con ellas. Porque aun no siendo clarividencia, se puede
comprobar con qué exactitud trabaja dicha intuición en el individuo que la desarrolla.
El orden del color sería, desde el primer chacra situado debajo de la columna vertebral
hasta llegar a la cabeza y por encima de ella el siguiente: 1º rojo, 2º naranja, 3º amarillo, 4º
verde, 5º azul, 6º violeta, 7º blanco, 8º transparente y 9º translúcido. Éstos son los colores
básicos; pero según la evolución del individuo junto con su Alma, torna el color en tonos
distintos debido a éste estado actual en la materia.
El primer color, es quien nos da vitalidad hacia el origen del Ser que somos. Intenta
sugerirnos la estima y búsqueda de la unidad física y mental para darnos alicientes en
conseguir estabilizar la búsqueda interna, creando la necesidad de continuar. Es pensamiento
guiando al individuo. Y es incerteza en el empuje.
El segundo color parte del movimiento hacia la ayuda. Es también inicio de la
comunicación entre el Ser y su consciencia. Lleva amplitud por conseguir la virtud, que es
humildad para iniciar el amor.
El tercero de los colores lleva al Don de la intuición; mecanismo ideal para el fluir de una
realidad que lleva encerrada desde antes de ser Alma. Es el compuesto de Creador y Alma
fluyendo por el individuo para dar a conocer la verdad de la vida y la muerte. Del amor en su
Unidad en la división mental, extrayendo así la realidad consciente ya de su Trinidad.
El cuarto y más delicado de todos los centros, es el ver al sentir, inundándote por entero
para que empieces tu andadura hacia la ayuda en la desolación del hombre que sufre. Es
benefactor, por darte equilibrio mental en el desafío entre el ego y el Súper Yo (el Maestro).
Lleva en sí el amor manifestándose en provecho de todos.
El quinto color es abismal, entre el ardor de quien sube el peldaño y entre el desafío de
todos en contra de lo que dices y haces; por ver en ti a un hombre ridículo y distinto de lo que
se hace normalmente. Es hacedor de bienestar y de múltiples expectativas a nivel físico y
mental en busca del darse a conocer, para así defender lo que sientes desde el fondo de ti,
en la lucha sin cuartel hacia el deshacer al ego.
El sexto es amplio de conocimiento. La visión real de lo que eres. La virtud del dirigirte
defendiendo sin pausa la justicia hacia los hombres. Es aliciente conocido para dar de ti la
vida en pos del bien común. La vista del Ser, por quien fue lo capaz de resarcir su apego y
egoísmo, dejando al orgullo sin medios para su continuidad.
El séptimo es amplio también en conocimiento de la vida, sin importarle ya la visión; sólo la
entrega siente en lo único que le dará la oportunidad de sucumbir al ego. Su amor por todos
los seres entregando lo que es. El amor manifestándose en la persona que quiere y desea
alcanzarle.
El octavo color es transparente en su principio activo, por dar a su individuo la
majestuosidad de esclarecerse a lo tocante a su inmensidad, colocándole en la consciencia
la virtud de salir imperioso de la rueda de reencarnaciones aquí en la Tierra, para dirigirse
hacia su mismo universo en la creación de su Creador.
El noveno color lleva las incrustaciones del amor negándole la suavidad de la vida; por ser
el amor, Él mismo en busca de lo que es a través de su división, acrecentando su vivir en todos
los creados.
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