D. Angel M.ª Villar, Presidente de la RFEF, ha sido condecorado con ...

3322 cuaderno del entrenador
bien se proyectan hacia los músculos, fascias,
ligamentos y vasos, bloqueándolos.
Los sistemas de aplicación del frío son muy
variados, si bien los más utilizados son los que
utilizan bolsas de Criogel, crioespray o aerosoles
fríos, muy utilizados en el momento de la
lesión en el deporte, o simplemente bolsas de
hielo (tres partes de agua y una de alcohol).
Como contraindicaciones de la Crioterapia
podemos considerar las cardiopatías, arteriopatías,
síndrome de Raynaud, anemias y neoplasias.
F. Electroterapia
En la patología del raquis empleamos corrientes
eléctricas de baja y media frecuencia,
como agentes analgésicos y excitomotores.
En cuanto a las corrientes eléctricas de baja
frecuencia, de 1 a 4000 Hz empleamos las corrientes
diadinámicas de Bernard, que utilizan
una corriente sinusoidal rectificada obteniendo
corrientes con media onda de 50 Hz., o sea
monofásica fija, corrientes difásicas fijas de
100 Hz. moderadas en periodos cortos o largos,
y combinaciones de ambos.
Otro tipo de corrientes son las de Träbert,
llamadas también ultraexcitantes que ofrecen
impulsos de 2 milisegundos y pausas de cinco,
con una frecuencia de 142 Hz.
En la aplicación colocamos el electrodo negativo
sobre la zona dolorosa y el indiferente
en un punto alejado contralateral; elevamos la
intensidad progresivamente hasta que el deportista
lesionado sienta el cosquilleo de la corriente,
pero nunca dolor y contracción muscular.
Las corrientes diadinámicas son peor toleradas
por el lesionado; no obstante, como las
analgésicas, son de gran efectividad.
Ambos tipos de corriente, así como sus variantes,
y otras como las de Leduc se hallan
agrupadas en equipos compactos de los que
habitualmente se dispone en centros de rehabilitación.
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Es el caso de los TENS (Estimulación
Eléctrica Neuromuscular Transcutánea) que es
un aparato de pequeño tamaño y, por consiguiente,
portátil.
Ofrecen corrientes bifásicas de 50 a 100 Hz.
que estimulan los receptores y fibras táctiles y
de 3 a 10 Hz. que estimulan las fibras propioceptivas
de ambos, bloqueando la sensación
dolorosa a nivel medular.
Se emplean en dolores de raquis a cualquier
nivel y, por ejemplo, en el caso de lumbalgias
se colocan los electrodos sobre puntos gatillo y
también alejados, siguiendo el dermatoma y
miotoma afectado. Las sesiones tienen una
duración de 30 a 60 minutos y se realizan diariamente,
e incluso varias veces al día.
Todas las corrientes de baja frecuencia realizan
su efecto analgésico por medio del fenómeno
del «ocultamiento», explicado por la teoría
de la «puerta de entrada» o «gatecontrol»
según la cual se produciría una estimulación
de las fibras gruesas o aferentes bloqueando
la sensación dolorosa a nivel medular.
Son interesantes las corrientes de mediana
frecuencia, sinusoidales en amplitud y en frecuencia
que van de 4000 a 10000 Hz. consiguiendo
por medio de un doble circuito cruzado
de media frecuencia un lugar donde se realiza
la interferencia.
Esto supone la ventaja de una corriente de
baja frecuencia en cuanto a su poder analgésico,
pero con una mejor tolerancia por parte del
lesionado, además de una acción excitomotora
y analgésica con acceso a tejidos más profundos,
sobre todo en su aplicación bipolar.
De este cruce de corriente deriva el nombre
de corrientes interferenciales.
En relación a sus frecuencias de estimulación,
los efectos de las corrientes interferenciales
son: analgésicos y en ganglios linfáticos de
90 a 100 Hz.; contracción muscular rítmica de
0 a 10 Hz.; contracción muscular analgésica e
hiperemia de 0 a 100 Hz.
Se pueden utilizar electrodos en forma diferente,
pero lo más frecuentes son los planos