SER UN BUEN ANFITRIÓN - Tu Mejor iMAGEN

Claro que sólo funciona para nuestro país, pues si un ingles lee esto, se infartaría. Si
por alguna razón específica, sabemos que vamos a llegar tarde, procuremos hablar por
teléfono y avisar.
En los anfitriones no cabe la impuntualidad, pues tener todo listo a tiempo es iniciar con
el pie derecho. Hay que estar vestidos y arreglados, con todo el orden y en su sitio,
antes de que lleguen los invitados: el hielo, los vasos, el alcohol, las servilletas, el limón,
la sal, el vino o cerveza ya en el refrigerador, las flores, etc.
Como anfitrión.
Un buen detalle es estar en la puerta para recibirlos y ayudarles a quitarse el abrigo, o
lo que traigan. Si contamos con ayuda – la muchacha o mesero – debe de estar
pendiente para recogerlos y llevarlos a guardar.
Lo primero que hacemos es decirles: “gracias por venir”, “que gusto recibirlos” o “que
bueno que vinieron”, cualquier frase amable que los haga sentir acogidos.
Si traen flores, ponerlas a la vista, aunque nos tome tiempo. Otra cosa que debemos
evitar es halar y decir: “puedo llevar a mis hijos?”. Si desde un principio no los invitaron,
es claro que llevarlos será una imprudencia. No hay peor cosa que a una reunión de
adultos llegue alguien con la familia completa.
Como invitado.
No pasemos por alto llevar un detalle a nuestro anfitrión por habernos invitado. Debe
ser algo que sepamos que le va a gustar como: un CD, una foto enmarca que le
hayamos tomado, un libro, o lo clásico: vino, flores o galletas.
Al saludar tengamos el cuidado
de:
• No triturar la mano del
otro.
• No darla de pescado
(resbalosa).
• No bombear agua
(sudorosa).
• No mantenerla por
mucho tiempo.
El beso transmite una chispa del
alma y, como dicen, “en la mejilla
es bondad, en los ojos es ilusión,
en la frente majestad y en los
labios, pasión”.
Copyright 2009-11, Margarita Hernández Attolini.
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