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Mientras en Gran Bretaña era una sustancia barata, en Australia y Estados Unidos se
trataba de una droga cara y con ciertos tintes de elitismo (Jansen, 2001).
En el estado español, la difusión de la ketamina parece haberse iniciado a comienzos
de la década de los 90, con la llegada de la cultura dance, que ha tenido en Ibiza
uno de sus referentes a nivel mundial. Los primeros decomisos policiales se produjeron
precisamente en Baleares, en 1996 (Hidalgo, 2003), y también de esa época datan
las primeras noticias escritas acerca del uso recreativo, cuando Gamella y Álvarez
(1997) dicen haber detectado personas que utilizan ketamina durante el estudio que
realizaron sobre difusión y patrones de uso de las drogas de síntesis. A partir de ese
momento, tal y como recoge Hidalgo, la ketamina aparece esporádicamente en los
medios de comunicación, con noticias en El país, Diario 16 y El mundo, entre 1998 y
2000, un reportaje en Interviú en julio de 1999, y, ya en un plano más especializado, un
artículo en Ulises, revista de viajes interiores (Samorini & Rollo, 1999).
También se ha producido contacto con colectivos de usuarios/as de ketamina a
través de programas de reducción de riesgos en ámbitos festivos, como las actividades
de testado de sustancias llevadas a cabo por la asociación Energy Control en varias
comunidades autónomas (también en la CAPV se ha producido este tipo de
contacto). Esta asociación también ha publicado un folleto dedicado a informar sobre
los riesgos de la ketamina, algo que también han hecho otros grupos europeos
que trabajan en el mismo ámbito, como Techno Plus o ChEck iT!
Cabe mencionar que la ketamina ha provocado varias polémicas en relación con
el supuesto desvío desde el mercado legal al ilegal, como el informe de la Organización
de Consumidores y Usuarios (OCU), de 1999, acerca de «presuntas irregularidades»
en la dispensación de fármacos de uso veterinario, caso que llegó a la Audiencia
Nacional. También en 1999, a raíz de informaciones publicadas en Diario 16,
en las que un periodista decía haber comprado ketamina sin receta ni necesidad de
acreditación alguna, el Colegio Oficial de Farmacéuticos enviaba una circular a las
farmacias recordando que no se puede dispensar ketamina para uso humano si no
es con destino a centros hospitalarios. Sin embargo, el asunto parece que aún no se
halla definitivamente zanjado, ya que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona
informa en su página web 5 que durante el pasado mes de abril de 2003, 30 jóvenes
intentaron conseguir ketamina, utilizando recetas falsas del COFB.
5 Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (2003). Incremento de la demanda de Ketamina
como droga de abuso. www.farmaceuticonline.com
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