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cluida en la lista III de sustancias controladas a instancia de la DEA. Desde entonces
se castiga con mayor dureza su producción, distribución y venta ilícitas, habiéndose
llegado a castigar en Nueva York con 7 años de prisión por posesión ilícita (Jansen,
2001). En EE.UU. la ketamina está también incluida en el Acta para la Prevención y
el Castigo de la Violación sexual inducida por Drogas, con rango de ley en algunos
Estados. En Australia, el estado de Victoria adoptó, también en 1999, una clasificación
y control aún más estrictos, al situarla en la lista II, tras haber sido mencionada
por primera vez en 1994 en el Informe Australiano sobre Drogas Ilícitas y al considerar
la Oficina Australiana de Inteligencia Criminal que era una droga que creaba
adicción, determinando sanciones específicas por su consumo y tráfico (Dillon, Copeland
& Jansen, 2003).
Sin embargo, en la mayoría de países del mundo, esta sustancia prácticamente
carece de control, de ahí que buena parte de las redes que se dedican al tráfico ilícito
en Europa, Norteamérica, Japón o Australia, se abastezcan en países asiáticos o
latinoamericanos, donde es fácil conseguir un suministro constante.
a) Unión Europea
La ketamina está sujeta a control específico en cinco estados miembros de la
UE: Bélgica, Francia, Grecia, Irlanda y Luxemburgo (EMCDDA, 2002). De todos
ellos, Grecia es el que ha impuesto mayores restricciones, al retirar en 1998 la autorización
para su venta, por lo que el uso está muy limitado. El resto de países miembros
la incluyen en su legislación general sobre productos farmacéuticos, si bien
Gran Bretaña ha establecido un sistema de control más estricto al haber detectado
un importante consumo y tráfico, incluyendo un episodio de producción ilícita de
esta sustancia. Legalmente sólo puede adquirirse mediante receta médica y es exclusivo
para uso clínico y veterinario.
El proceso de fabricación de la ketamina es complicado, siendo los precursores
y los numerosos disolventes y reactivos necesarios para su fabricación difíciles de
obtener. Por tanto, los productos empleados ilícitamente con fines recreativos se
obtienen generalmente por desvío del mercado legal. Los datos proporcionados
por las incautaciones indican que las cantidades de ketamina que pueden servir para
uso ilícito no son importantes. No obstante, la policía de varios países europeos ha
llevado a cabo operaciones contra el tráfico ilícito de ketamina, habiéndose producido
incautaciones considerables en Bélgica (donde se han llegado a intervenir 89 kg. de
ketamina pura en polvo), Irlanda, Países Bajos y Reino Unido.
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