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COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO Volumen 1 - Mateo I ...

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ha aprendido a obedecer las riendas. Es la palabra que se usa de un animal que ha aprendido a<br />

aceptar el control. Así que la segunda posible traducción de esta bienaventuranza seria:<br />

¡Bendita la persona que tiene bajo control todos sus instintos, impulsos y pasiones! ¡Bendito<br />

el que se mantiene total y constantemente bajo su propio control!<br />

Pero en el momento en que decimos esto nos damos cuenta de que necesita un cambio. No se<br />

trata tanto de la bendición de la persona que se controla a sí misma, porque eso está fuera de la<br />

capacidad humana; sino más bien de la persona que está totalmente bajo el control de Dios, porque<br />

sólo en Su servicio encontramos la perfecta libertad, y en hacer Su voluntad, la paz.<br />

Pero hay todavía un tercer enfoque de esta bienaventuranza. Los griegos contrastaban siempre la<br />

cualidad que llamaban praotés, y que la Reina-Valera traduce por mansedumbre, con la cualidad que<br />

llamaban hysélokardía, que quiere decir altivez de corazón. En praotés se encuentra la verdadera<br />

humildad que destierra todo orgullo.<br />

Sin humildad no se puede aprender, porque el primer paso en el aprendizaje es ser conscientes<br />

de nuestra propia ignorancia. Quintiliano, el gran maestro de oratoria hispanorromano, decía de<br />

algunos de sus alumnos: < No me cabe duda de que serían excelentes alumnos si no estuvieran<br />

convencidos de que ya lo saben todo.» No se le puede enseñar nada a una persona que cree que ya<br />

lo sabe todo. Sin humildad no puede haber tal cosa como amor, porque el verdadero principio del<br />

amor es el sentimiento de indignidad. Sin humildad no puede haber verdadera religión, porque toda<br />

verdadera religión empieza por un darse cuenta de la propia debilidad y necesidad de Dios. Una<br />

persona sólo alcanza su verdadera humanidad cuando es siempre consciente de que es una criatura<br />

y Dios es el Creador; y que sin Dios no puede hacer nada.<br />

Praotés describe la humildad, la aceptación de la necesidad de aprender y de la necesidad de ser<br />

perdonados. Describe la única actitud adecuada del hombre para con Dios. Así que la tercera posible<br />

traducción de esta bienaventuranza sería:<br />

¡Bendito el que tiene la humildad de reconocer su propia ignorancia, debilidad y necesidad!<br />

Es esta mansedumbre, dice Jesús, la que heredará la Tierra. Es un hecho de la Historia que<br />

siempre han sido las personas que tenían este don de autocontrol, que teman sus pasiones, instintos<br />

e impulsos bajo disciplina, las que han sido verdaderamente grandes. Números dice de Moisés, el<br />

más grande líder y legislador que ha conocido el mundo: < Moisés era un hombre muy manso, más<br />

que todos los hombres que había sobre la Tierra> (Números 12:3). Moisés no tenía un carácter<br />

aguado; no era una ameba que no pudiera erguirse y mantenerse firme; podía ponerse al rojo de ira;<br />

pero siempre era un hombre que tenía la ira en la tralla, soltándola sólo en el momento debido. El<br />

autor de Proverbios dice: < El que domina su espíritu es mejor que el que conquista una ciudad»<br />

(Proverbios 16:32).<br />

Fue la falta de esa misma cualidad lo que fue la ruina de Alejandro Magno que, en un ataque de<br />

genio incontrolado, en medio de una orgía, le arrojó una lanza a su mejor amigo y le mató. Uno no<br />

puede guiar a otros a menos que sea dueño de sí mismo; ni puede servir a otros hasta que se haya<br />

sometido a sí mismo; ni estar en control de otros si no ha aprendido a controlarse a sí mismo. Pero la<br />

persona que se ha sometido al perfecto control de Dios obtendrá esta mansedumbre que de veras<br />

de permitirá heredar la Tierra.<br />

Está claro que esta palabra praüs quiere decir mucho más y otra cosa que lo que quiere decir<br />

ahora la palabra española manso; está claro, de hecho, que no hay ninguna palabra española que la<br />

traduzca perfectamente, aunque tal vez la palabra apacible sea la que más se le aproxime. La<br />

traducción completa de esta tercera bienaventuranza debería ser:

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