Confesión Diaria de Fe - Christian Word Ministries

Padre Celestial, te pedimos que nos sanes en el Nombre de Jesús de
acuerdo a Tu Palabra: “Jesús es el Señor de nuestras vidas.” Enfermedad
y dolencia no tienen poder sobre nosotros. Nosotros somos perdonados y
hechos libres de todo pecado y culpa. Estamos muertos al pecado y
nacemos a la justicia” de acuerdo a Colosenses 1:21-22. “Tu nos has
dado vida en abundancia.” Recibimos la vida a través de Tu Palabra la
cual fluirá través de cada órgano de nuestros cuerpos trayendo vida,
sanidad, y salud de acuerdo a Juan 10:10; Juan 6:63. “Así que no hay
lugar para la enfermedad o el dolor”. Porque Dios en su Palabra nos
sano. Salmos 107:20. “ Él envió su Palabra y nos sano, y nos liberó de
toda destrucción." Salmos 107 19-20.
Padre Celestial, nosotros escuchamos Tu Voz. Nosotros inclinamos
nuestros oídos a Tu Palabra. No la perderemos de vista. La
mantendremos en nuestros corazones, porque hay vida y sanidad para
nuestro cuerpo. Proverbios 4:20-22. Así como estuvisteis con Moisés,
también estarás con nosotros. Nuestros ojos no se cansarán; ni nuestro
vigor natural desmayara. Bendecidos sean nuestros ojos porque pueden
ver y nuestros oídos porque pueden oír. Deuteronomio 34:7. “Ningún
mal llegara a nosotros, ni ninguna plaga se acercará. Porque Tu enviaras
a tus ángeles a cuidar de nosotros. Y ellos nos cuidan en todos nuestros
caminos.” En el camino de la vida, sanidad, y salud. Salmo 91:10-11;
Proverbios 12:28. “Jesús llevó todas nuestras enfermedades y todas
nuestras dolencias. Así que rehusamos que cualquier enfermedad domine
nuestros cuerpos. La vida de Dios fluye dentro de nosotros trayendo
sanidad a cada fibra de nuestro ser. Mateo 8:16 y Juan 6: 63. Nosotros
hemos sido redimidos de la maldición. Gálatas 3:13 fluirá a través de
todas nuestras corrientes sanguíneas. Fluirá a través de cada célula en
nuestros cuerpos, restaurando vida y dando salud. Marcos 11:23-24;
Lucas 17:6. La vida de 1 Pedro 2:24 es una realidad en nuestra carne,
restaurando cada célula en nuestro cuerpo. Nuestros cuerpos son el
templo del Espíritu Santo. Le ordenamos a nuestros cuerpos a que
suelten los químicos y hormonas correctas. Nuestros cuerpos son
químicamente balanceados. Nuestro páncreas suelta la cantidad necesaria
de insulina para tener vida y salud. Marcos 11:23-24.
Padre Celestial, a través de Tu Palabra nos has impartido vida. Esta vida
restaura nuestros cuerpos con cada respirar y con cada palabra que
declaramos. Juan 6:63; Marcos 11:23-24. Que cualquier cosa que Dios
no haya plantado en nuestros cuerpos sea disuelta y sacada de raíz en el
Nombre de Jesús. 1 Pedro 2:24 está grabado en cada fibra de nuestro ser
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