Confesión Diaria de Fe - Christian Word Ministries

y es por eso que nosotros estamos vivos por la vida de Dios. Marcos
11:23-24; Juan 6:63. Protuberancias y tumores no tienen parte ni suerte
en nuestros cuerpos. Son cosa del pasado, porque yo soy liberado de la
autoridad de la oscuridad. Colosenses 1: 3-14. Cada órgano y tejido de
nuestros cuerpos funcionarán en la perfección en que Dios los ha creado
prohibimos cualquier malformación en nuestros cuerpos en el Nombre de
Jesús. Génesis 1: 28,31.
Padre Celestial, al momento que declaramos Tu Palabra la autoridad del
Espíritu de vida en Cristo Jesús nos libera de la autoridad del pecado y de
la muerte. Tu vida nos llena de energía a cada una de las células de
nuestros cuerpos. Romanos 8:11 artritis, te vas, enfermedad sales fuera,
bacterias, viruses, y hongos les ordenamos que mueran, en el Nombre de
Jesucristo de Nazaret. Los tumores no pueden existir en nosotros, porque
el Espíritu de Dios está sobre nosotros. Enfermedad, temor, y opresión
no tienen poder sobre nosotros por que confesamos la Palabra de Dios.
Marcos 11:23, 24.
Gracias Padre, que tenemos corazones fuertes. Nuestros corazones laten
al ritmo de Tu vida. Nuestra sangre corre por cada célula de nuestros
cuerpos restaurando y trayendo vida y salud en abundancia. Proverbios
12:14; 14:30. Le ordenamos a todas nuestras células sanguíneas que
destruyan cualquier enfermedad, germen que trata de habitar en nuestros
cuerpos. Le ordenamos a cada célula en nuestros cuerpos a que sean
normales en el Nombre de Jesús. Romanos 5:17.
Padre Celestial, hablamos ahora a nuestros huesos y a las coyunturas de
nuestros cuerpos y los declaramos normales en el en Nombre de Jesús.
Nuestros huesos y coyunturas no corresponderán a ningún enfermedad,
porque el Espíritu de vida de 1 Pedro 2:24 permanece en cada hueso y
coyuntura de nuestros cuerpos con vida y con salud. Le ordenamos a
nuestros huesos a que produzca los nutrientes correctos para crecer. Le
ordenamos a estos nutrientes a que produzcan sangre pura que echarán
fuera la enfermedad. Nuestros huesos rehúsan cualquier ofensa de
cualquier maldición. Proverbios 16:24. Le ordenamos a nuestras
coyunturas a que funcionen perfectamente. No tendremos dolor ni
tampoco inflamaciones nuestras coyunturas. Nuestras coyunturas
rehúsan cualquier cosa que pueda lastimarlas o destruir su función
normal. Proverbios 17:22. Le ordenamos, declaramos y demandamos
todas estas cosas en el Nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.
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