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El platense pasional El platense pasional Gatos y ... - Diario Hoy

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La escritura tiene<br />

garras felinas<br />

Hemingway, Poe, Dickens,<br />

Twain, Chandler, Borges,<br />

Soriano, Cortázar: los<br />

grandes de la literatura<br />

universal tuvieron al gato<br />

como animal favorito.<br />

Relato de una simbiosis que<br />

siempre dio buenos frutos<br />

Cuando Edgar Allen Poe comenzaba a<br />

escribir, la negra gata Catarina se instalaba<br />

sobre sus hombros y lo observaba tejer<br />

sus oscuros relatos. La misma costumbre tenía<br />

Harriet, el minino de Harriet Beecher<br />

Stowe, la autora de La cabaña del tío Tom.<br />

Chopin, en cambio, prefería acurrucarse a los<br />

pies de Francis Scott Fitzgerald mientras<br />

éste escribía o bebía whisky, actividades que<br />

abordaba con idéntica pasión. Ernest<br />

Hemingway, duro entre duros, se dejaba<br />

mimar por los 30 gatos que vivían con él en su<br />

residencia de La Habana. <strong>El</strong> francés Paul<br />

Léautaud los amaba: en su casa llegó a acumular<br />

más de 300, recogidos aquí y allá de las<br />

calles de París.<br />

Así como los ricos y poderosos parecen tener<br />

preferencia por los sumisos y obsecuentes<br />

perros (pensar en el fiero guardián del empresario<br />

o en el caniche toy de la modelo), los<br />

escritores más talentosos han mostrado siempre<br />

una suprema predilección por los<br />

pequeños felinos. Osvaldo Soriano, Julio<br />

Cortázar, Raymond Chandler, Alejandro<br />

Dumas, Charles Dickens, Mark Twain,<br />

William Burroughs y muchos grandes<br />

más fueron también reconocidos gatófilos.<br />

Simbiosis, atracción mutua, sincretismo:<br />

tal vez el gato constituya todo<br />

lo que el escritor anhela ser, independiente,<br />

solitario, políticamente incorrecto,<br />

condescendiente con nada y con nadie,<br />

enigmático. “He amado a los gatos toda<br />

mi vida y nunca he podido entenderlos<br />

del todo”, escribió en una<br />

carta Chandler, uno de los mejores<br />

novelistas norteamericanos y que tenía a<br />

Taki como inclaudicable compañera de<br />

sus noches de insomnio creativo. O tal vez<br />

el que decide sea el gato, y a ellos les gusten<br />

los libros y la gente creativa.<br />

Lo cierto es que, como afirmaba Soriano, un<br />

escritor sin gato es como un ciego sin lazarillo.<br />

Lo mismo debía opinar<br />

Jorge Luis Borges,<br />

que en los últimos<br />

años de su existencia<br />

privada de luz prefirió<br />

-o aceptó- la compañía<br />

de Odín y<br />

Beppo, y los retribuyó<br />

con sendos poemas: A<br />

un gato (incluído en<br />

<strong>El</strong> oro de los tigres)<br />

para Odín, y Beppo<br />

(en La cifra) para el<br />

blanco y obeso que<br />

se llamaba así<br />

en honor a<br />

Edgar<br />

Alan Poe<br />

Textos: Fabricio Dietrich - dietrich@diariohoy.net<br />

INFORME ESPECIAL - 17

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