El platense pasional El platense pasional Gatos y ... - Diario Hoy
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La atracción gatuno-literaria no conoce<br />
de épocas, geografías, ni géneros.<br />
18 - INFORME ESPECIAL<br />
Orgullosos<br />
“Nunca me gustó nadie a quien no<br />
le gustaran los gatos, porque siempre<br />
encontré un elemento de agudo egoísmo<br />
en su carácter. Es cierto que un<br />
gato no le da a uno la clase de afecto<br />
que le da un perro. Un gato nunca se<br />
comporta como si uno fuera el único<br />
punto luminoso en una existencia por<br />
lo demás nublada. Pero eso es otro<br />
modo de decir que un gato no es un<br />
sentimental, lo que no quiere decir<br />
que no tenga afecto”.<br />
“Los gatos son muy interesantes.<br />
Tienen un terrible sentido del humor y,<br />
a diferencia de los perros, no admiten<br />
que se los avergüence o humille o<br />
ponga en ridículo”.<br />
De lla ccorrespondencia<br />
de RRaymond CChandler.<br />
Céline se las<br />
arreglaba para<br />
seguir escribiendo<br />
en el espacio<br />
que le dejaba<br />
libre Bébert,<br />
que gustaba de<br />
echarse sobre<br />
los papeles<br />
del escritor<br />
galo.<br />
Julio Cortazar<br />
un congénere de otro gran escritor, el inglés<br />
Lord Byron.<br />
Consejos maullados al oído<br />
Soriano, que en todas sus novelas incluyó al<br />
menos un gato, aseguraba que uno negro de<br />
mirada contundente le había traído la solución<br />
para Triste, solitario y final; que otro llamado<br />
Peteco lo había sacado de muchos apuros en<br />
los días en que escribía A sus plantas rendido<br />
un León; y que, en general, los pequeños felinos<br />
le daban consejos literarios. <strong>El</strong> año pasado,<br />
Tiempos le preguntó a ese tipo extraño que es<br />
Alberto Laiseca -en la intimidad del departamento<br />
de San Telmo que comparte con su<br />
mujer y sus gatos Greta, Lenin y Chop- si a él<br />
también le acercaban consejos literarios. Se<br />
rió, y dijo:<br />
-No me dan consejos literarios. Pero me dan<br />
consejos de vida.<br />
Cortázar también era de la logia de los gatófilos.<br />
Célebre fue uno llamado Teodoro W.<br />
Adorno, como el filósofo alemán. Después,<br />
tuvo a Franelle, de quien el mismo Soriano<br />
Amores gatos<br />
A fines de la década del ‘30, un marino<br />
le regaló a Ernest Hemingway un gato<br />
llamado Snowball (Bola de Nieve, como el<br />
de Lisa Simpson) que tenía una rareza: seis<br />
dedos en las patas. <strong>El</strong> mismo Hemingway<br />
se sorprendió cuando Snowball fue padre<br />
de gatitos: todos tenían dedos de más,<br />
pese a que la madre era normal.<br />
Otra del autor de Por quién doblan las<br />
campanas: entre los más de 30 gatos que<br />
vivían con él en Cuba se contaba Mr.<br />
Feather Puss, tan confiable que era la<br />
niñera titular de uno de los hijos del<br />
escritor.<br />
Charles Dickens tuvo un felino que se<br />
llamó William hasta que dio a luz a varias<br />
crías en el estudio del padre de Oliver<br />
Twist y David Copperfield (la novela, no el<br />
mago). Luego de ese episodio, Dickens,<br />
que creía que era un macho, la renombró<br />
Williamina, y se quedó con una gatita de la<br />
camada bautizada Master’s Cat. Cuentan<br />
los cronistas literarios que Master’s Cat lo<br />
acompañaba en las noches de trabajo y,<br />
cuando ella apagaba la vela con su pata<br />
porque seguramente percibía la fatiga del<br />
-que compartió el exilio con el autor de<br />
Rayuela- contaba una anécdota: “Tomasello<br />
(Luis, pintor <strong>platense</strong> radicado en París) solía<br />
tenerla y fue estando con él que la gatita se<br />
murió. Yo solía cuidársela también cuando él y<br />
Carol (la tercera mujer de Cortázar) viajaban a<br />
Nicaragua. Andaba por mi departamento,<br />
jugando con mi gato. Cuando supe que se<br />
murió sentí como un presagio. <strong>El</strong> día que Julio<br />
me dijo ‘¿Sabés que se murió Franelle?’, a mí<br />
me corrió un escalofrío por la espalda. Los<br />
mensajes de los gatos son así. Fue la primera<br />
de la familia que se murió, unos meses antes<br />
de la muerte de Carol”. A los 15 meses, se iba<br />
Julio.<br />
Dioses y demonios<br />
Es difícil entender qué es lo que tienen los<br />
gatos que los hace tan especiales. Quizá lo<br />
supieran los antiguos egipcios, y por eso los<br />
adoraban casi como dioses, tanto que cuando<br />
uno moría, además de embalsamarlo, guardaban<br />
duelo depilándose las cejas. Puede que el<br />
profeta Mahoma, que tuvo muchos gatos,<br />
escritor, él acataba.<br />
La estadounidense Patricia Highsmith<br />
le dedicó una novela a su gato Spider,<br />
“que me acompañó a lo largo de la mayoría<br />
de estas páginas”.<br />
<strong>El</strong> micifuz favorito de Alejandro Dumas<br />
fue uno blanco y negro bautizado Mysouff<br />
II, que siguió gozando de su aprecio pese a<br />
que un día le comió todos los pájaros<br />
exóticos que el francés tenía en su hogar.<br />
En su casa de Missouri, Mark Twain<br />
que opinaba que si cruzaban al gato con el<br />
hombre, el gato salía estafado- compartió<br />
la niñez con una veintena de gatos<br />
sureños. Ya de adulto siguió teniendo<br />
numerosos felinos, entre ellos uno llamado<br />
Satán y otro Pecado.<br />
Una final de un amante de los felinos<br />
que no es escritor, sino artista plástico,<br />
pero vale la pena por lo risueña: Jean<br />
Claude Suarés, nacido en Nueva York en<br />
1942, bautizó a su gato Maurice, nombre<br />
del amante de su esposa. En palabras del<br />
artista, “ninguno de los dos debería tener<br />
acceso a su lecho”.