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No más embustes científicos<br />
El domingo 30 de octubre de<br />
1938, a las 8:00 p.m. del horario<br />
oriental de EE. UU., Orson Wells<br />
anunció en la radio nacional que el<br />
planeta Tierra había sido invadido<br />
por hombres de Marte. Realmente<br />
fue sólo un drama, pero fue tomado<br />
seriamente. En minutos la gente de<br />
toda Norteamérica estaba orando,<br />
llorando y huyendo para escapar de<br />
la muerte de las manos de los marcianos.<br />
Las líneas telefónicas<br />
quedaron saturadas cuando la gente<br />
telefoneaba despidiéndose o advirtiendo<br />
a sus amigos y queridos. Las<br />
iglesias se llenaron en su capacidad<br />
con aquellos que se apresuraban a<br />
las reuniones de oración sobre “el<br />
fin del mundo”. En una ciudad del<br />
oeste, una mujer entró corriendo en<br />
una iglesia gritando, “¡Nueva York<br />
está destruida! ¡Este es el fin! Bien<br />
puedes ir también a casa a morir.<br />
Lo acabo de oír en la radio”.<br />
Se vieron un número incontable<br />
de suicidios, y montones de<br />
personas corrían por todos lados sin<br />
esperanza, sin rumbo. Es trágico<br />
considerar tal generación de hombres<br />
que no tenían ninguna comprensión<br />
del valor real de la vida.<br />
Más de 63 años han pasado, y<br />
recientemente el mundo testificó la<br />
realidad actual de ver a Nueva York<br />
casi paralizada por el terror, cuando<br />
dos de sus más altos edificios<br />
cayeron hechos polvo. ¡Espantoso!<br />
Los comentadores de televisión y<br />
radio se quedaron sin palabras, simplemente<br />
no podían creer lo que<br />
estaban viendo con sus propios ojos.<br />
Algunos clamaron a Aquel que había<br />
sido olvidado por muchos —Dios.<br />
América estaba bajo un ataque.<br />
¿Cómo pudo ser esto? ¿Un enorme<br />
“imperio” había de caer repentinamente?<br />
Esta vez la situación fue<br />
real, no apenas un drama.<br />
“En este tiempo en que<br />
prevalece la iniquidad, podemos<br />
saber que la última crisis está por<br />
llegar”. 1<br />
El poder de la Palabra<br />
Cierto día un ángel de Dios<br />
habló a Daniel, diciendo:<br />
“Pero tú, Daniel, cierra las palabras<br />
y sella el libro hasta el tiempo<br />
del fin. Muchos correrán de aquí<br />
para allá, y la ciencia se aumentará”<br />
(Daniel 12:4).<br />
¿Te has preguntado alguna vez<br />
por qué durante casi 6.000 años la<br />
velocidad más rápida alcanzada por<br />
el hombre fue la velocidad de un<br />
buen caballo? Tan poco como 100<br />
años atrás, algunos científicos afir-<br />
16 THE REFORMATION HERALD, LA SEMANA DE ORACION DE 2002<br />
Miércoles, 11 de diciembre de 2002<br />
¿Cuándo ocurrirán estas cosas?<br />
L. TUDOROIU – CANADÁ<br />
maron que exceder cerca de 25<br />
kilómetros por hora sería peligroso,<br />
porque quitaría al hombre la respiración.<br />
Pero el mundo cambió de<br />
repente. Vivimos ahora en una era<br />
de velocidades, de las cuales nuestros<br />
abuelos jamás soñaron.<br />
Sí, esta es una señal que muestra<br />
que estamos viviendo en el tiempo<br />
mencionado por el profeta Daniel<br />
—el fin del tiempo. Es interesante<br />
considerar los pensamientos de<br />
varias personas que han tenido una<br />
amplia visión sobre este tiempo.<br />
El químico francés, Pierre<br />
Berthelot, hizo una asombrosa<br />
declaración el 7 de abril de 1869:<br />
“Yo preveo que en cien años de<br />
ciencia física y química, el hombre<br />
sabrá lo que es el átomo… Creemos<br />
que cuando la ciencia alcance este<br />
grado … Dios vendrá a la tierra con<br />
su gran anillo de llaves y dirá a la<br />
humanidad, ‘Caballeros, es el tiempo<br />
final.’ ”<br />
Lo que dio poder a los sermones<br />
de Jesús fueron sus simples palabras:<br />
“Después que Juan fue encarcelado,<br />
Jesús vino a Galilea predicando el<br />
evangelio del reino de Dios.<br />
Decía: ‘El tiempo se ha cumplido,<br />
el reino de Dios está cerca.<br />
¡Arrepentíos, y creed al evangelio!’ ”<br />
(Marcos 1:14, 15).