Agost - Revista Sió

Mil palmos debajo tierra
Madre me encuentro metido
aquí me hallo recluido
arrastrando una cadena.
Con su gana mala o buena
se le obliga a trabajar
día y noche sin cesar
hasta cumplir su condena
arrastrando una cadena.
Con una cuerda agarrado
a un grande cubo metido
de este mundo me despido
y a un abismo me traslado.
Con corazón angustiado
sin alegría ni gozo
me arrojo a un profundo pozo
38 sió 570 [AGOST 2011]
hasta llegar a una mina
donde el hombre allí no atina
y se afl ije el mejor mozo.
Madre mía de mi amor
aquí me tienen penando
aunque vivo suspirando
rogando estoy por tu vida
y sumergido no olvido
aunque esté agonizando.
Unos tiran de un vagón
otros metidos en cal
y así paga cada cuál
su delito y su condena.
Con el hierro en ambas piernas
en vano piden consuelo
y alivio para sus penas.
Aquí los hay de Aragón
de Valencia y de Navarra
de Andalucía y Vizcaya
y de toda la nación.
Aquí se paga señores
el martirio de la cruz
y de un candil a la luz
sufre el hombre sus dolores
y es tratado con rigor
arrastrando una cadena
no che y día sin cesar
hasta cumplir su condena.
Por un lado el capataz
por otro el cabo de vara
al que chista me lo amarran
como un demonio voraz.
¡Oh mundo! ¡mundo falaz!
libra a todo mi pariente
y a todo dicho viviente
de venir a este canal
porque aquí lo pasa mal
el cobarde y el valiente.
Sin nubes llueve en la mina
no entra la niebla ni el sol
ni del día el resplandor.
A nuestra vista conmueven
lo mismo tiene a las nueve
que a las doce que a la una
tampoco entre aquí la luna
astros, planetas ni estrellas
y hablando todos de veras
no hay gracia de Dios ninguna.