LOS RIESGOS DE LA ESPERANZA - Heterodoxia

Sin embargo, el tipo de estrategia que se use depende de varios factores,
sobre todo socio-demográficos, como el sexo y la religión (Berry, et. Al., 2006)
encontraron que los varones jóvenes tienen más facilidad en su adaptación
psicológica y menores niveles de adaptación sociocultural a través de una
estrategia de integración, en comparación con las mujeres. Estas diferencias
significan que las mujeres suelen presentar sintomatología relacionada con la
depresión y la ansiedad, mientras que los hombres muestran rasgos de trastornos
de personalidad. La adaptación psicológica agrupa variables como autoestima,
problemas emocionales y satisfacción con la vida; la adaptación sociocultural se
refiere a adaptación a la escuela y problemas de conducta. Según los hallazgos de
este estudio, la percepción de la discriminación para inmigrantes se relaciona de
forma importante con niveles menores de adaptación, tanto psicológicos como
socioculturales y con perfiles de no integración. Por último, la religión juega un
papel importante en los procesos de aculturación y adaptación. Las personas que
practican una religión diferente a la judeo-cristiana, muestran niveles menores de
adaptación psicológica y sociocultural.
Sin embargo, los y las jóvenes también pueden tener otros tipos de estrategias
y de perfiles de aculturación. De entre los más comunes resaltan los perfiles
étnicos, donde los valores y tradiciones del grupo de origen se conservan por
encima de la cultura a la que se llega. Otro perfil común es el denominado difuso,
en donde hay probabilidades importantes de tener problemas psicológicos y
sociales, parecen ser personas marginadas y confundidas. Como bien se mencionó
anteriormente, ambos perfiles están vinculados a menores niveles de bienestar y
de salud mental. Lo que es importante resaltar de estos hallazgos es que el
integrar valores y costumbres de la nueva cultura es igual de importante que el
mantener valores y costumbres de la cultura de origen para un desarrollo
psicosocial amplio y benéfico (Berry & cols., 2006).
Aunque la integración es lo más deseable desde una perspectiva general, ésta
no siempre sucede y las consecuencias pueden ser complicadas no sólo para
las/los individuos que viven en carne propia la migración, como las/los migrantes
menores de edad y sus padres, sino también para los ambientes en donde
socializan, como la escuela. En ocasiones, los padres y las madres migrantes
esperan conductas y actitudes de sus hijos/as que son culturalmente adecuadas al
lugar de origen. Sin embargo, la socialización fuera del hogar para adolescentes
migrantes puede significar la adopción de conductas, actitudes e identidades
discordantes con la cultura de origen y con las expectativas de los padres y madres
(Rothe, 2004). Otros cambios en la estructura familiar tienen que ver con la
separación de otros miembros, como abuelos/as tíos/tías. Generalmente, las
mujeres también trabajan, cuestión que tiene repercusiones en los sistemas de
género de la familia. El padre ya no es quien tiene la más alta jerarquía en razón de
su rol como proveedor, cuestión que puede hacerlo sentir cuestionado y
menospreciado (Rothe, 2004). En cierto sentido, esto tiene resultados positivos ya
que la estructura y dinámica familiar se vuelven un tanto más equitativas.
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