LOS RIESGOS DE LA ESPERANZA - Heterodoxia

preocupada la posibilidad de que este chico pudiera abusar de algún niño menor. La
misma percepción se tenía sobre una chica que había comentado que se sentía
atraída por otras mujeres. Este discurso refleja una imagen negativa exagerada
sobre la personalidad del chico, cuestión que, después se vio, no correspondió con
la imagen que el equipo de investigación obtuvo de él al tratarlo. Más que percibirlo
como una amenaza para las y los demás niños, se pudo constatar que era víctima
de discriminación por su orientación sexual. El chico llegó a comentar de varias
ocasiones donde se había sentido discriminado y señalado por el tipo de ropa que
usaba y las conductas que realizaba (como bailar en el patio).
Los/las albergados/as comían sus tres alimentos en el comedor. Cada uno
lavaba sus trastes y su ropa, tendía su cama y hacía la limpieza de sus habitaciones.
Entre las comidas, se observaba a las personas paseando por el terreno;
algunos/as se juntaban para jugar con la pelota, a “las traes” o a “las escondidas”.
Otros/as veían TV, asistían con la psicóloga, educadora o trabajadora social y, en
ocasiones, preguntaban acerca del avance de su caso. A muchos/as se les veía
cabizbajos y con cierta pesadez. Platicaban entre ellos/as, pero no con mucha
profundidad, de su experiencia migratoria.
8.1.2 Albergue para menores migrantes en Nuevo Laredo,
Tamaulipas
Al momento de nuestra visita, el albergue de esta ciudad llevaba cinco meses en
operación como tal. Previamente había funcionado como un centro donde se
recibía a Menores en Circunstancias Especialmente Difíciles y a migrantes
(Programa MECED, creado para la atención de niños, niñas y adolescentes en
situaciones de calle o afectados por otras problemáticas). Debido a que ambas
poblaciones habían presentado conflictos por compartir el mismo lugar, esta
institución se dedicó solo al albergue de menores migrantes. Es un espacio
pequeño con capacidad para 20 personas. Cuenta con una recepción en la que se
recibe a los familiares. A un costado de ésta se encuentra la oficina del
coordinador.
El albergue está inmediatamente después de las oficinas, enseguida están los
consultorios del médico y la nutrióloga, y la cocina, que es un espacio al que sólo
pueden entrar quienes cocinan y el coordinador. El espacio de las/los
albergadas/os está dividido con una gruesa puerta de vidrio en dos secciones, una
para mujeres y otra para hombres. La población no puede tener contacto entre sí,
aún si son pareja o familia. En cada sección hay dos estancias muy amplias, una
opera como dormitorio común, con diez camas aproximadamente y la otra como
una sala y un comedor colectivos. Cada sección tiene su propio baño y televisión; así
como una custodia y un custodio para cada turno.
Los espacios son notoriamente diferentes. En la siguiente tabla se puedan
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